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son diversos; en algunos casos, las niñas lo cual emerge el actor social como un
y los niños conocen y expresan sus ideas sujeto «reconstruido» que reflexiona y
sobre el proyecto migratorio familiar, pero decide sobre su proyecto de vida; es decir,
en otros no son informados ni consulta- se transforman en actores de su propia his-
dos; por ejemplo, el libro relata algunos toria. Sin embargo, Gaitán concluye que
casos extremos, donde la familia opta por es preciso que dicha condición de actor
mentir sobre las fechas y los verdaderos sea reconocida por el resto de actores, ya
motivos del propio viaje infantil. que la falta de reconocimiento incide para
Finalmente, el estudio propone diver- excluirles de muchas decisiones y procesos
sas estrategias para los programas de coo- que sin duda transformarán radicalmen-
peración, así como un esquema explica- te sus biografías.
tivo de la actuación infantil en la
migración. En otras palabras, las niñas y Iskra Pavez Soto,
los niños se consolidan como sujetos GEDIME, UAB
«atravesados» por este proceso, a raíz de iskra.pavez@uab.es

PINKER, Steven
La tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana [2002]
Barcelona: Paidós, 2005

La negación de la naturaleza humana ha objetivos de esta interesante obra. Steven


sido uno de los pilares fundamentales de Pinker es profesor de psicología en el
la sociología. Por motivos metodológicos MIT. Especialista en psicología del len-
y de perspectiva en unos casos —los guaje, es conocido internacionalmente
hechos sociales se deben explicar por otros por sus obras de divulgación sobre el
hechos sociales— e ideológicos en otros extraordinario complejo constituido por
—hablar de naturaleza humana se consi- la mente y el lenguaje. Pinker es consi-
dera reaccionario—, la indagación socio- derado uno de los principales exponen-
lógica ha negado el hecho de que deter- tes de la psicología evolucionista, disci-
minadas fuerzas innatas del ser humano plina que estudia los mecanismos
puedan desempeñar algún papel en la psicológicos resultado de la evolución y
explicación de la conducta social. Los ins- su influencia en la conducta humana
tintos, los genes o la evolución han sido (Buss 2004). La psicología evolucionista
conceptos rechazados, cuando no com- considera la mente, su objeto de estudio,
batidos, por las ciencias sociales. La fuer- como un producto adaptativo de un pasa-
za de esta negación ha sido tal que ha do evolutivo dirigido por la selección
influido en buena parte de la vida inte- natural. La conducta humana, a pesar de
lectual del siglo XX, y se ha convertido, las variaciones culturales, presenta aspec-
como afirma Steven Pinker, en una suer- tos comunes (emociones, estrategias
te de religión secular de la vida moderna. sexuales, motivaciones, etc.) desarrolla-
Conocer los fundamentos de esta dos por los humanos durante cientos de
visión de la naturaleza humana, analizar miles de años para hacer frente a los pro-
sus orígenes intelectuales y reflexionar blemas de la existencia. La psicología evo-
sobre los motivos de su dominio en la vida lucionista ha supuesto una renovación de
intelectual moderna, así como sobre sus las ideas planteadas por primera vez de un
repercusiones morales y políticas, son los modo sistemático por la sociobiología para
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el estudio de la conducta social. En algu- genes y la evolución han cuestionado


na medida, la psicología evolucionista seriamente los postulados de la tabla rasa.
toma el relevo durante los años ochenta Pinker repasa los principales avances en
y noventa del trabajo realizado por Wilson la ciencia cognitiva, la neurociencia, la
(1975, 1978) y su Sociobiology, en la déca- genética conductual o la psicología evo-
da de los setenta, sobre las bases biológi- lucionista para mostrar que la idea de la
cas de la conducta social, acusado desde conducta humana y social determinada
distintos frentes de determinismo y reduc- únicamente por fuerzas sociales es insos-
cionismo. tenible. Estas disciplinas han documen-
A lo largo del libro, Pinker trata de tado la existencia de mecanismos menta-
analizar por qué la idea según la cual exis- les universales, de una estructura física del
te una naturaleza humana no completa- cerebro innata y no por entero maleable,
mente moldeable por las influencias del y de una estructura genética con una gran
entorno ha sido considerada una postu- influencia en la conducta y los atributos
ra despreciable intelectual y moralmente, humanos; todo ello, resultado de la selec-
mientras que la postura contraria es enten- ción natural. Esta nueva visión del ser
dida como moderada. Pinker distingue humano ha puesto de manifiesto la com-
tres grandes doctrinas que han funda- plejidad de la naturaleza humana, pero
mentado la visión moderna del ser huma- también la gran importancia que los
no. En primer lugar, la tabla rasa (tabula genes, la estructura cerebral y la estruc-
rasa), idea atribuida por lo general a tura hormonal tienen en la forma de pen-
Locke, cuya formulación actual sería que sar, sentir y actuar de los seres humanos
la mente no puede tener ninguna estruc- y su interacción social.
tura innata. En segundo lugar, la idea del A lo largo del libro, Pinker discute
buen salvaje, idea difundida en la obra de muchos de los ataques sufridos por las
Rousseau, que considera los problemas teorías sociobiológicas y evolucionistas.
sociales no como tragedias inherentes a La teoría de la plasticidad del cerebro
la naturaleza humana, sino como resul- niega, para algunos, la teoría innatista.
tado modificable de las instituciones socia- Pinker sólo halla la constatación de que
les. En tercer lugar, la doctrina que deno- existe el aprendizaje. Las posturas de Jay
mina el fantasma de la máquina, que Gould o de los autores de Not in our genes
explicita el dualismo mente y cuerpo. A [No está en los genes] (1984), del genetis-
juicio de Pinker, estas ideas se combinan ta Richard Lewontin, el neurocientífico
con el progresismo del siglo XX, que pro- Steven Rose y el psicólogo Leon Kamin,
vee una actitud nueva hacia la raza y el reciben una especial atención. No está en
sexo —el conductismo, que sitúa en el los genes supuso una dura crítica a la pos-
mundo exterior el origen de la conduc- tura sociobiológica. Su postura es, en prin-
ta— y la revolución en el estudio de la cipio, integradora: el comportamiento
cultura iniciada desde las ciencias socia- social no es genético, sino que está influi-
les por autores como Boas, Kroeber o do por el entorno del individuo, por la
Durkheim, que resulta en una aversión sociedad, que enseña al individuo cómo
dominante hacia los instintos y la evolu- desempeñar un papel en la sociedad.
ción. Una hostilidad que, como afirma Genes y entorno interactúan de modo
Pinker, no sólo ha deformado significati- que ningún elemento prevalece. Pero,
vamente los estudios sobre el ser huma- aunque la idea de interacción compleja
no, sino también las decisiones públicas entre la herencia y el medio tiene un gran
y privadas guiadas por tales estudios. apoyo empírico, Pinker cuestiona diversos
Pero, en los últimos años, los avances elementos de esta postura. En primer
en el estudio de la mente, el cerebro, los lugar, que, aun reconociendo la existen-
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cia de la naturaleza humana, se da a y nurture parece que ha concluido. El


entender que ésta tiene un potencial para resumen práctico de las leyes para la varia-
cualquier tipo de conducta (ej. altruismo ción de los rasgos conductuales humanos
o egoísmo), que es moldeable y que sólo es el siguiente: los genes, el 40-50 %; el
conductas como el comer o el dormir son medio compartido (la familia), el 0-10
en esencia innatas. En segundo lugar, %; el medio exclusivo (el grupo de pares,
hacen pensar que los fenómenos sociales lo que uno hace y piensa, el azar), el 50
son por completo externos al individuo %. Existen pocas ideas con tanta potencia
y ajenos a la estructura neurohormonal y explicativa y que hayan pasado tan desa-
mental del ser humano. percibidas en la sociología.
Pinker discute estos postulados en las Pinker plantea a lo largo del libro por
últimas partes del libro; repasa las reper- qué la ciencia social sigue aferrada a la
cusiones de la existencia de la naturaleza doctrina de la tabula rasa y desprecia las
humana y los temores que suscita (desi- crecientes evidencias en su contra. Junto
gualdad, inutilidad de la reforma social, al temor infundado al hecho de que reco-
determinismo); y por qué los humanos nocer la naturaleza humana implique
somos como somos y no como nos gus- aceptar como buena la desigualdad, el
taría que fuéramos. Se tratan cuestiones fatalismo, el sexismo o la violencia, se halla
como el egoísmo y el altruismo, las moti- un debate ideológico de gran calado.
vaciones humanas, los sentimientos mora- Pinker considera que la postura de auto-
les, la irracionalidad. En la quinta parte res como Lewontin, Rose y Kamin es,
analiza cinco «temas candentes», como principalmente, un ataque ideológico a
son la política, la violencia, el género, los la sociobiología desde la izquierda y la
hijos y las artes. Pinker plantea el análi- ciencia radical y, en menor medida, desde
sis que la psicología evolucionista y la la derecha conservadora. El argumento se
sociobiología hacen de estas cuestiones y resume en la afirmación de Rose y Rose,
critica por qué la postura construccionis- citada en la página 375 del libro: «la psi-
ta social está equivocada y ha conducido cología evolucionista es un ataque liber-
a importantes y negativas repercusiones tario de derechas contra la colectividad».
en la vida pública. Los ataques a diversos investigadores
Un interés especial posee el capítulo muestran que defender la existencia de
dedicado a la influencia de la familia en tendencias innatas en el comportamien-
el desarrollo de los hijos. Pinker lo inicia to humano es considerado, en ocasiones,
con la frase provocadora de Turkheimer inmoral.
(2000) en su artículo «Tres leyes de la Esta creencia ha dificultado, sin duda,
genética de la conducta y su significado»: la difusión de las ideas sociobiológicas y
«el debate de la naturaleza frente a la edu- evolucionistas en la sociología, un área
cación ha concluido». En efecto, tras años dominada por profesionales de izquier-
de estudio con gemelos univitelinos y bivi- das en mayor medida que otras discipli-
telinos se han extraído conclusiones muy nas sociales (Klein y Stern 2005). Pero
significativas. Las tres leyes se enuncian hay otra barrera más profunda a la incor-
así: primera, todos los rasgos conductua- poración en la sociología de los hallazgos
les humanos son hereditarios; segunda, el de las nuevas ciencias del cerebro, la
efecto de criarse en la misma familia es mente, los genes y la evolución. A juicio
menor que el efecto de los genes; tercera, de Pinker, ésta es resultado de la aproxi-
una porción sustancial de la variación en mación fundacional de la sociología, basa-
los rasgos conductuales humanos com- da en una teoría «integral» (Sorokin) de
plejos no se explica por los efectos de los la sociedad, frente a la tradición indivi-
genes ni de las familias. El debate nature dualista propia de la economía y, sobre
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todo, de la difusión del construccionis- Referencias


mo social extremo, el mayor obstáculo a
esta fertilización cruzada, cuando no al BUSS, D. 2004. Evolutionary psychology:
sentido común. The new science of the mind. Boston:
Es hora de que la sociología se tome Pearson.
en serio estas cuestiones. Los genes, las KLEIN, D.; STERN, C. 2005. «Professors
hormonas o la evolución no niegan la and their politics: The policy views of
importancia de lo social. Sólo invalidan social scientists». Critical Review 17,
algunos juicios erróneos que perviven en núm. 3-4.
algunos manuales de sociología. Quizá WILSON, E. O. 1997 [1978] Sobre la
sea poco realista pensar en la consilience naturaleza humana. México: Fondo de
de las ciencias naturales y sociales, como Cultura Económica.
defiende Pinker, siguiendo a Wilson. Pero —1975. Sociobiology: The new synthesis.
es necesaria la exploración de las fronteras Cambridge, Mass.: Harvard University
de la disciplina. La creación, hace cinco Press.
años, en la ASA, de la sección sobre evo-
lución, biología y sociedad es una buena Christian Oltra
prueba de ello. Ciemat-Universidad de Barcelona

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