Está en la página 1de 3

13. LA DANZA EN LA FORMACIÓN DEL ACTOR – EVA LARA.

Como bien dice Eva Lara en este capítulo, la danza tiene en común muchos
aspectos con otras artes, pero para mí, es esencial su práctica (y en parte su
teoría) para el actor, sobre todo para el gestual. En la danza vemos una amplitud
de ejercicios realizados con gran emoción y una sensibilidad exquisita, haciendo
una composición de movimientos con gran belleza. No solo nos ayuda a esa
sensibilidad escénica que vamos a tener que abordar en nuestro futuro como
actores sino que también nos ayudará a tener mayor conocimiento de nuestro
cuerpo y de la movilidad que este tiene. Este movimiento no sería posible sin una
respiración controlada (que mejora con el entrenamiento diario). En mis –
aproximadamente- 6 años de danza clásica en conservatorio he podido notar
como mi cuerpo cambiaba al igual que actualmente lo está haciendo con la danza
acompañada de otras asignaturas donde fortalezco mi cuerpo. Sobre todo con
danza me he podido dar cuenta que mi cuerpo cambiaba por esa agilidad y
flexibilidad que me aporta realizar las técnicas de Graham y Limón. Las grandes
contracciones del primero nombrado me ayuda a fortalecer la zona abdominal
principalmente, que para mí es el núcleo de donde sale todo tipo de movimiento y
es lo que te da la estabilidad que se necesita. Consiguiendo esta estabilidad hace
que nuestras futuras partituras de movimiento sean armoniosas. En cualquier
trabajo que tengamos que realidad siempre buscamos lo orgánico, la fluidez que
hacen de dicho trabajo algo único. Lo principal no está en el movimiento. No
podemos ver un cuerpo moverse de manera armoniosa pero estar fuera del
ejercicio. No puede haber un rostro ausente que se despega de ese cuerpo. El
bailarín tiene que estar totalmente implicado con el rostro, tiene que darle ese
sentido que está buscando, por ello decíamos al principio que está muy vinculada
la danza con otras artes como la interpretación puesto que este bailarín tiene que
tener unos conocimientos interpretativos para poder llevar a cabo un baile y darle
carga expresiva al movimiento. En muchas ocasiones vemos obras donde los
bailarines están totalmente ausentes y solo se centran en el movimiento que están
abordando, lo que hace que ese público se desenganche de lo que está viendo,
cosa que no puede pasar si estamos frente a este público que está abierto a
experimentar sensaciones y llevarse una experiencia emocional nueva a casa.

En las distintas asignaturas en las que se forma un actor, como en la danza, se


pueden ver los límites corporales de cada persona según su complexión,
elasticidad… Estos límites son trabajados de forma exhaustiva para su total
evolución. Todo límite de movimiento se debe llevar a su máximo sin
conformarse, para que ese progreso exista realmente. También hay elementos
comunes dentro de la danza en sus distintas variedades-estilos. Todos tienen en
común los tiempos, el conocimiento del espacio… todo esto como vemos no se
aleja de la interpretación ya que cuando hacemos cualquier cosas necesitamos ser
conscientes de ambiente que nos rodea e impregnarlo para que ese elemento
“externo” se interiorice y que juegue de igual manera con lo más interno y
orgánico; los músculos (con su antagonismo) y la gravedad, por eso le damos
tanta importancia al conocimiento de nosotros mismos porque logrando esa
estructura corporal clara para nosotros, conseguimos una estabilidad plena. Estos
elementos “externos e internos” para mí tienen que estar unidos para hacer un
buen trabajo, digamos que tengamos consciencia de absolutamente todo y tenerlo
tan interiorizado que esos conocimientos se pongan en marcha sin prestarles
atención.

A lo que si hay que prestarle atención y tener muy en cuenta es a la importancia


que para mí tiene la coreografía. Al coreografiarnos, Eva nos ayuda a definir los
movimientos que estamos haciendo. Esta repetición a mí en concreto me ayuda a
poder mejorar estos movimientos y en general a definir la partitura. También es
cierto que trabajar con coreografías hace que a la hora de improvisar sea más
sencillo que sea ordenada, ya que trabajar con estructuras tan claras hace que
interiorices esa idea de cuadrar cada cosa en su sitio. Muscularmente esa
repetición de movimiento hace que el músculo automáticamente (poco a poco)
grabe en su memoria dicho movimiento y no tenga que ser tan mecanizado ni
pensando. También con la coreografía buscamos formas nuevas mediante ese
análisis. Análisis que también hacemos en mimo y pantomima puesto que
siempre buscamos caminos nuevos de movimiento. Todo esto es ayudado por la
música, que en danza juega un papel crucial, ya que los movimientos se adaptan a
ella con gran facilidad para nosotros. Siempre que trabajo con música en
interpretación me ayuda a darle un sentido a lo que estoy haciendo y me lleva a
lugares inexplorados anteriormente y hace que salgan cosas interesantes que
quizás sin música no lograría tal creatividad (en mi caso). Sirve un poco como
ayuda para guiarte por la ruta que realmente estas buscando. Esta musicalidad del
movimiento crea ritmos que están totalmente unidos a los tiempos anteriormente
citados. Los ritmos también deben estar presentes en la respiración puesto que le
da música al movimiento. Es interesantísimo lo que se puede hacer con cambios
dinámicos del ritmo. Realmente cuando un ejercicio es atractivo es cuando se
produce esto, lo que hace al espectador salir de la rutina que le puede estar
creando lo puesto en escena y hacerle despertar unas sensaciones de repente y
que éstas vuelvan a cambiar y así continuamente. Hay que ser creativo con los
ritmos y unirlos con los elementos internos para que una obra física sea especial.

Entre las reflexiones de Eva he encontrado algo que desconocía y es el rechazo


que se produce en el mundo de la danza a la gente con defectos físicos como los
pies planos. No entiendo por qué pasa esto cuando simplemente se puede adaptar
movimientos concretos a esa persona y así poder lidiar con el problema o
mejorarlo, pero no empeorarlo. En esta cuestión en el mundo del actor es más
amplia la variedad de “cuerpos”, no hay un estereotipo como en el mundo de la
danza. La mayor variedad hace que más posibilidades haya en cuestión al
movimiento por muy bizarro que parezca en algunas personas, el simple hecho de
ser un movimiento nuevo y único hace que sea especial.

Dentro del movimiento buscamos siempre una naturalidad que no es real, por eso
es fundamental mi trabajo diario como actor. Según Merce Cunningham, todo
movimiento que esté enfocado a lo artístico, y por ello es totalmente artificial,
hay que entrenarlo a diario para que se interiorice (y se grabe en esa memoria
muscular de la que he hablado ya) y que el resultado quede totalmente natural.

De aquí pasamos a un ámbito más teórico, que según mi criterio es parcialmente


innecesario para un actor gestual puesto que no es un total de lo que se va a
dedicar en su carrera profesional. Por eso digo parcialmente, porque va a estar
introducida la danza en su trabajo pero no de forma completa. Es cierto que si X
está realizando X ejercicio de clásico, estaría bien que supiese en el contexto en
el que se está moviendo como actor (en la parte más interpretativa), pero por el
resto es el simple hecho de tener “cultura general” y saber lo que estás haciendo
(históricamente, no en la parte practica, en el movimiento en sí). Por lo cual veo
más coherente y rápido el aprendizaje mediante vídeo, de manera más física,
puesto que en la danza se maneja un código muy complejo para un actor que no
está dentro de dicho mundo.

En conclusión es complejo diferencia muchas veces un trabajo de actor gestual y


de un bailarín que tiene que poner –obviamente- interpretación en su actuación.
No sabemos dónde está el punto intermedio de ambos. Para mí se pasa a un punto
más de danza clásica según la musicalidad, que, aunque en trabajos gestuales la
haya, pero con un cierto límite sin que el movimiento sea movido por la música,
sino una simple guía de él. Ahí está la diferencia.

Jorge López de la Rosa - 1º Gestual

Bien Jorge, aunque con muchas faltas de expresión y ortografía.

7,5

También podría gustarte