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No más la obra blanda, sorda, tanto como la mar que la esculpe sin fin – sino de
estallidos, acordados a la efervescencia de la tierra – y que abran el corazón, por
encima de las preocupaciones y la angustia, una estridencia de playas – siempre
destruidas, siempre recuperadas, y carentes de terminación – no las obras sino la
materia misma en la cual lo trabajado camine – todos, unidos a cualquier proyecto que
pronto los rechazó –primeros gritos, rumores ingenuos, formas hastiadas – testigos,
por lo tanto incómodos, de ese proyecto – que, de encontrarse imperfectos se tornan
solidarios perfectamente – y pueden convencer de detenerse en lo incierto – eso que
tiembla, vacila y sin cesar deviene –como una tierra que se arrasa – disperso.
Estación única
Noviembre
Y el remo está en tierra a la espera del país nuevo Oceanía la que tú amas es un
pañuelo en lo alto de un mástil Oceanía la que tú amas es un cocotero de bruma en tu
presencia Oceanía en tu sombra de catedral consagrada a lo inculto y yo domestico la
espuma de tus ropas el Asia y la Europa de nuestras infancias el Asia es una madrépora
que se habita y se corroe entre el cielo y la batalla y Europa es ese campo de clavos. No
más escuchar recoger mariposas salvajes del recio día. De tanto en tanto feroces las
elecciones de los asesinos en la bella lluvia cancerosa. Oh! La más bella donde
amontonar nuestras pieles la más bella Oh! Dedos de lianas de las selvas en el cencerro
del desierto, Africa. La última misión fue extraviar la palabra en la sordera abundante
Trópico ardiente. Como una adición de frutas ebrias de recuerdo en el mudo deseo de
los bananeros.
Lectura salvaje
Ah yo no quiero por prueba más que el último viaje de mi lasitud entre las hojas secas
del monzón
La floración de las islas la geografía monzónica de las islas sobre los mares eventrados
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Sacerdotes del vudú
Nuestros cánticos nuestras frentes marcadas por surcos nuestros pies maltratados de
tormentas
Golpe a golpe de tu larga gesta de aurora done los pájaros buscan en vano anidar
Entre las mallas del tam-tam a pesar mío da vueltas (chavire) la tierra
Roca
Oh! Entrega de mis rostros el claro enlace la unión angular de esos dos ríos el avance
de la tempestad
Yo ruedo (calloge) el agua la ola la espuma yo me lavo roca yo roca la mar pereza de
mis golfos la mar inunda mi presencia
Espuma el mar cambia una concentración germina la línea del horizonte pasa a lugar
primordial de mi alegría los árboles me dedican la envoltura seca de sus hojas
El agua lodosa de los torrentes contra mi pureza deja fluir su paciente rumia un muelle
Paso lento
Palabra que yo nutrí de fuego que se prepara con la carne del hombre y liana de los
matorrales de la selva
Matorrales que empujan en las carnes expuestas al sol las claridades aquí llegan
La tierra está cuando los pavos reales entre las boas los espinos gigantes no osan dar su
ronda
A fuerza de pensar tierra estallo la tierra está cuando ustedes recogen los sesos
salpicados en el tacho de basura del océano nuevo
Los ríos imaginan juegos donde mis venas guardan lugar de rayuela (marelle) de agua
dulce para la fuente a agotar
La mar talla una amistad donde yo recuesto mi alegría, palabra que remueve la nieve
de las calles como armadura de negrero
Ellos nos han dado ánforas con el corazón helado de ese último día nosotros hemos
dormido en las trombas las lunas dormido en las nubes
Ellos nos han talado2 nos empujaron los tétanos en las espinas de los poros
pescado
Tus matas de flores tus raíces el fuego helado de tus raíces y las masas de hombres
prendidos en las tetas de tus dolores
Humo negro
Loca loca de los ojos sin pan, florece el grito del mirlo en su sombra de sauco
Lavas
Elementos
Soles apagados en los cabellos de verdadero sol! Yo encontraré una sanidad de frutas
en llamas.
Aquí están los anuncios consagrados, sobre los árboles, nutridos de hojas. De carne, los
animales son mis amigos. Los ríos pasan a través mío hacia la transparencia de tierras
aquí estoy.
En este rosado en el infinito que las jóvenes hijas urden sobre sus rostros para anunciar
el amor En este rumor que los bucaneros traman sobre las claridades En esta
abundancia de soles que distribuye la regadera de árboles Estoy yo la orilla la roca
impasible y sobre su seno el ardor de la tierra
El rayo la mano que acaricia el relámpago la mano que ofrece esto es nuestro yo he
tenido en mis dedos el pelo hirsuto de las noches yo no duermo más la cabeza en la
punta de las lanzas yo no vi más los cayos cerca de los caimanes lavadores de agua
fresca yo estudio la arena y el cielo está en contra mío, sus ojos glaucos Las sombras
me son hostiles Nada menos que un esplendor La fuente de aguas y el árido relincho
de las algas.
Este es un país que bate sus caderas contra la ceguera Razas razas flechas de cañas
azagayas Yo nievo y hielo sobre el tamboril de los boababs
En estrellas capitales
Yo siento a quien rumia la floración dulcemente quieto entre mis brazos sus brújulas
multiplicadas. Los pájaros señalan hacia la sed abrumadora de los volcanes. Tal quien
cose el silencio de hilo blanco no tiene derecho de ponerse borracho. Yo digo que la
poesía es carne.
*
Y así, limado de su único diente (de contratiempo de sangre de lágrimas) la gran lamida
de la aceptación. Una mandíbula de arenas de desiertos de malezas, que lo otro sea de
astros de pólenes: que el hubiera tirado las estrellas los cuellos quebrados el látigo el
amo que sepulcro y las cañas que silban la espera y el dolor y la sangre y su agitación
de poesía. Como deshilada de inauditos estanques tropicales, la negra brecha sobre el
viento. Escucha.
Acodado al silencio
Los bramidos
Descarnadas de lo inaudible?
Yo soy parcelamiento
En la música
Nocturna.
Ah repentino
En la belleza.
Pero ninguna crepitación, ningún sol después que le única boca abierta del hombre
espera. Pasamos de otros continentes.
Piedra vibrante
El fuego elige esta ola que yo creía la última para ceñirme a su contorno.
El aire nutricio.
El hombre saciado de mi crueldad blanca tal como ocupo tal como tiende su rostro de
creencia lenta aquel que me concede sus ciudades o simplemente su agonía me hacen
más bello que las aparición de las lágrimas en el valle más bello que el valle lloroso
entre los tres golpes de lambi3 de la muerte yo estoy sobre la torre de silencio como un
pájaro blanco.
De mares en mares por el dulzor del azote reconducido a las puertas del agua bella
visitante
Solo yo los volcanes drenan hacia mí sus mamas sangrantes abiertas por qué
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Caracol rosa
*
Los sensibles son encerrados bajo las alas de los gorriones la pulpa de los ríos
Por una vez maestro yo concilio los soles insistentes la blancura de las calles
Oh cantores bloqueados en los asaltos del aire, vosotras, estrellas arrojadas a los
cantores
Escucho por la montaña las cavernas sensibles (narices y oídos) yo escucho los
perfumes metálicos los mendicantes (mendiances) solemnes
Porque que belleza el poema impuso a la hora tardía los arados de los golpes de calor
en el barbecho de las nucas
Espejos
Ciudades
Allá, los gatos gigantes rasguñan la tierra, el acero de silencio y la creencia sin objeto.
La confesión
Es transparente?
De espanto el boticario
En su campo de obús iluminado
El injuria, contamina
Estaciones
Gloria
Y ustedes tienen tomado, así como un druida en el bosque sobrenatural del pasado,
Un mediodía. Y los tiempos y el porvenir ahí se casaron, su boda fue dulce par ustedes.
Llamas. Estampidas a las puertas del mediodía. Que todo ese canto de arcillas y de ríos
descendientes el aplomo del día
Morir de no morir
Los perfumes se agotan en las playas de mis estrellas. La espuma de las alturas no
deslumbra más, el libro está allá, es su cosecha.
Libro de idas donde el agua es rara, libro de Muertos y de Leteos, en ese país del norte
ocupado de vendimias, subterráneas oh! Subterráneas.
Abre, las noches son espléndidas en el libro. (la mar medía sus frutos y su sal. El verano
de la noche enciende el verano)
Yo aprendo yo aprendo que hubo batallas, después de las cuales el amor no vuelve,
ella está muerta y el campo está desierto, no hubo más combates, sino una sola eterna
víctima.
Y veo el agua del baño de los muertos, la que cubren los pasos del clérigo.
Tentaciones
Ustedes nos quitan los lazos del día blanco más blanco que nieve del verano
Ciegos sobre los cuerpos donde van los sueños de otras épocas, es así como ustedes
anudan la sal a tantas tormentas desatadas
Para ustedes el amor infringe el cielo y ustedes no tienen más que profundidades
Y ustedes no tienen más que grutas y mentiras que vuestros cuerpos desesperados
O no son ustedes lasos más que de nosotros mismos, que a nosotros hieren y tientan?
Soledad
Belleza
Escarcha
Abrupto
No más el canto, puesto sobre tu desierto
No más el canto
Puntual
Sampan tenía en el horizonte demasiados caminos y una jungla tenía sobre el espejo
mil gredas negras una herida tenía cuánto de lágrimas una bahía
Sampan a la tarde por tus caminos nos volvían las lágrimas y la greda había en el
horizonte un solo espejo para esta herida y sobre la jungla nuestro límite
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Tipo de chocolate provensal
Libro II . Un campo de islas. Noviembre de 1952.
Tormentas, fuego marino, extensiones sin piedad: estos son los altos márgenes de
hulla, a veces el viento que todo dulzor aviva que todo dulzor sorprende el corazón y lo
empenacha, estas son jaurías de vientos que pierden su fuerza desde las manos, hacia
la culpa y el cumplimiento de la grava. Esos jinetes se prenden de una liana, lo
contemplan crecer por el cielo hasta las últimas estrellas. Oh! de ese lenguaje que es
todo piedra provista de carne y lo eleva por encima de ella, de ese lenguaje violento y
dulcemente oscuro que es la raíz provista de carne y la empujan por encima de ella,
aquí esta el esbozo. Este no es el cráter del nombre que destella, sino multitudes de
manos sobre la piel: el atentado masivo de la corola a sus bordes de estanque rosa y la
subida de los tejedores de redes5 y la caída blanda de las aves del paraíso. Qué puede
ser ese grito, ese resplandor de cristales en la voz! – que produce que desde esta
habitación donde ustedes están aquí enrollados en velámenes de vida, de repente el
día se vaya, desflorado, hacia ese lenguaje que se pierde y luego se enciende? El
impone en la isla tus manos padeciendo de noche. Bajo las sombrías frondosidades de
la piel frágil ustedes prestan vuestra sonrisa como un pájaro de bordes de mar; este es
el resplandor de vuestro silencio, esta es la prosa tranquila de vuestras manos que
hacen la luz de este mundo, lo que se conquista entre las empalizadas.
***
Aquí el recomenzar de esa arcilla al calor del corazón, que reacciona, un presente de
islas que fraternizan (s´ accordent), oh vosotros! Entre ellas entrevisto vuestro rostro
(bella, si bella). Nadie puede decir si esto es la ola de caminos remontando el dolor, o
si, desde aquella noche de soledades y mareas, esto es puro asilo que se estrella en un
silex. Nadie puede ver ni tocar ese mediodía (mi-jour), tocar el día con las manos de la
dulzura. Él se impone un viento de caballos rojos y de altitudes. Sólidamente como
quien hunde en la tierra su brazo a golpe de masa. Pero una elegancia tan de avispa
mudada, el viento las viste de sus caricias. Oh! Esta mirada de lo uno a lo otro duda y
se amontona!. Ustedes , escapadas a lo largo de las arenas del día
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Posiblemente neologismo de Glissant, la traducción la pense como Folle (reg) que indica grandes redes
y una des. De nombre.