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Ricardo Pedro Pablo nació en una pequeña comunidad al sur de

México en un contexto de necesidades y carencias materiales. Sin


embargo, siempre se sintió un afortunado y nunca escatimó esfuerzos en
perseguir sus sueños. Su vida es un ejemplo de cómo el estudio y la
perseverancia pueden cambiar el destino de una persona.

En su infancia vendía limones y viandas en el mercado de "La Mina", una


localidad oaxaqueña de 1500 habitantes, donde se habla zapoteco, una
lengua aborigen que Ricardo dominaba mejor que el español. Sin
embargo, hoy está terminando su Doctorado en Química Teórica en el
MIT (una de las instituciones educativas más prestigiosas del mundo)
e integra el equipo de científicos que desarrolla los chips del futuro
que harán que las computadoras sean aún más veloces y pequeñas.
Así se resume el cuento de hadas de Ricardo Pedro, el joven que llena
de orgullo al pueblo mexicano.

La suya es una historia excepcional. A poco de cumplir 26 años, Ricardo


es el cerebro frente a la pizarra, es quien resuelve ecuaciones
kilométricas cuyo resultado le indica a los científicos, cómo y por dónde
avanzar en sus experimentos. Es un teórico meticuloso y brillante. Un
genio. Sin embargo, su actitud es extremadamente modesta: "No creo
que yo tenga nada tan especial. Simplemente, la dedicación es algo
muy importante, porque si eres muy inteligente pero no te dedicas,
el trabajo no se hace sólo. Uno tiene que ser siempre muy aplicado.
Ya lo decía Albert Einstein: 'un genio se hace con un 1% de talento y
un 99% de trabajo""

El logro más importante de su corta vida le enseñó a ser más humilde


aún: "En México se presume cuando alguien se destaca. Acá no, las
personas son sencillas y aman lo que hacen. Cuando iba a la
Universidad en mi país, si yo no contestaba algo en el examen, nadie
más podía hacerlo. Pero acá la gente es muy capaz, siempre va a haber
alguien que lo va a lograr, o que es más fuerte en otras áreas. Es
impresionante".

El estudio como llave a un futuro mejor

Ricardo es hijo de una madre soltera que debía fregar pisos para
mantener a sus 6 niños. "Lamentablemente no conté con mi papá",
comenta, "pero siempre tuve el apoyo y el cariño de mi mamá y de mis
hermanos. Nunca me sentí solo".
Esa mujer humilde, de trenzas y vestimenta típica, supo dotar a sus hijos
del mayor de los tesoros: el valor del esfuerzo y el deseo de
aprender. "Mi mamá siempre me motivó a seguir adelante y a
estudiar. Desde muy pequeño me decía que si quería ser alguien en
la vida y mejorar las condiciones en las que vivíamos, tenía que
estudiar y echarle muchas ganas. Eso fue algo que me impulsó".

"De hecho, en la secundaria, muchas veces no tenía qué comer y


trabajaba para poder llevar algo de dinero. Ahí me di cuenta de que, si
participaba en concursos y era dedicado en la escuela, eso podía
ayudarme a mejorar mi futuro. En el colegio, a pesar de ser del estado,
había que pagar una cuota a la que yo no podía acceder. Pero si
sacabas 10 en todo y participabas de concursos, ahí te becaban. Así es
como logré ir creciendo siempre, paso a paso".

Y recuerda con alegría: "La primera vez que pude estar una semana en
un hotel fue gracias a un premio que me dieron en la secundaria por mis
trabajos, eso me motivó mucho".

La capacidad y el entusiasmo que desborda Ricardo nacieron del interior


de mujeres fuertes, sabias y completamente diferentes entre sí, por
quienes siente un cariño y admiración inconmensurables: su madre y su
directora de doctorado, Mildred S. Dresselhaus, una celebridad de la
Historia de la Ciencia, a quien él pidió dedicar esta nota periodística.

La verdadera riqueza

Su mamá, sus hermanos y la comunidad apoyaron a Ricardo para poder


estudiar y desarrollar su don intelectual. Gracias a ellos pudo ir al D.F. a
hacer la universidad. Pero el dinero no alcanzaba para el alojamiento y la
comida. Un amigo lo ayudó y le prestó un cuarto. Fue una época dura.
“El primer semestre sobreviví literalmente sólo con agua
y tres bollitos de pan al día. Sufrí carencias pero nunca
me sentí un desafortunado”.
Hoy Ricardo da charlas en escuelas mexicanas para inspirar a los niños
y entusiasmarlos para que estudien ciencia. Muchas veces se topa con la
apatía de los jóvenes que no encuentran sentido en el estudio. "La vida
es muy difícil, sobre todo cuando no tienes los medios. Pero yo creo que
si no cuentas con el apoyo familiar, de tu mamá, de tus hermanos, es
mucho más difícil aún. He visto amigos que tienen papás con muchos
recursos económicos pero que no los respaldan directamente, sólo les
dan el dinero. Esos chicos se sienten solos, muchos tienen problemas
familiares que van más allá de lo económico, entonces se desmotivan.
Los jóvenes que yo he visto dejar la escuela lo hacen porque nadie los
guía y apoya".

La política

A pesar de su universo de ciencia pura, Ricardo también toma postura en


un tema que le toca de cerca: la situación de los latinos que viven en
EE.UU en la nueva era de Trump. Cuatro de sus cinco hermanos han
estado ilegales en ese país al que llegaron cruzando el desierto con
coyotes y viendo todo tipo de atrocidades y muerte.

"Estamos muy tristes con lo que está pasando aquí. No nos sentimos
queridos. Lo bueno de estar en Boston es que se trata de gente muy
culta, que tiene maestrías y doctorados que les permiten ver las cosas
con otra cabeza. Pero no ocurre lo mismo en el centro del país: yo tengo
amigos allí que están sufriendo racismo. Pero aquí la universidad nos
está apoyando. Todo el tiempo nos mandan correos para decirnos que
van a ayudarnos en lo que necesitemos".
"Pero más allá de la situación particular de los extranjeros, también nos
da tristeza el hecho de que esta administración no va a aportar a la
ciencia. Eso es algo que preocupa a todos aquí. Los científicos están
tristes y decepcionados de que no tengan ojos para apoyar a las
ciencias"

Ricardo Pedro Pablo

A pesar de todo, de lo bueno, lo difícil, de las ventajas y desventajas,


Ricardo nunca olvida sus raíces ni el motor que lo impulsa, que no son el
dinero, ni el reconocimiento, ni los diplomas: "Yo sólo sueño con ser
feliz", decreta con una sonrisa amplia y pura, como la sierra mixteca que
lo vio nacer.

Nota recuperada del sitio web Infoabe


https://www.infobae.com/play-tv/2017/02/22/la-historia-de-vida-
que-conmueve-a-todo-un-pais/

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