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Bilbao Proyecto de America PDF
Bilbao Proyecto de America PDF
mirador Latinoamericano
Francisco Bilbao,
entre el proyecto
latinoamericano
y el gran molusco*
Alvaro García San Martín**
*
Este artículo es parte del Proyecto de Investigación fondEcyt núm. 1111041: “francisco Bilbao
y el proyecto latinoamericano”.
**
Universidad Metropolitana, Santiago de chile (agarciasnm@gmail.com).
141
07 Garcia San Martin_revista latinoamerica 20/06/13 14:30 Página 142
S
e conoce desde hace algún tiempo la importancia de una carta de La-
mennais sobre el pensamiento y la obra de francisco Bilbao, carta fe-
chada en París el 5 de diciembre de 1853. Ella puede servir de hito para
distinguir dos grandes épocas en la carrera intelectual de Bilbao (1823-
1865). La primera comprendería el periodo desde su regreso a Santiago desde
Lima a comienzos de 1839 hasta su partida de Lima hacia París en mayo de 1855.
La segunda comprendería el periodo entre su llegada a París en julio de 1855 y
el último periodo de su producción en Buenos Aires a fines de 1864. La carta
sería un hito para esta diferenciación si en ella apareciera la idea de una Amé-
rica latina, y si esa proposición diera lugar a la instancia de empleo del nom-
bre “la América latina” acontecida en la Iniciativa de la América, conferencia
leída por Bilbao en París el 22 de junio de 1856, publicada dos días después, y
que es, hasta donde se sabe, el documento de la primera ocurrencia de su uti-
1
Buenos Aires, Imp. y Lit. de J. A. Bernheim, 1857. La revista fue fundada, dirigida y en gran
parte redactada por francisco Bilbao. La imagen reproducida figura en la portada.
2
Edmundo o’Gorman, La invención de América, 3ª ed., México, fcE, 2006.
3
John Leddy Phelan, “Pan-Latinism, french Intervention in Mexico (1861-1867) and the genesis
of the Idea of Latin America”, en Conciencia y autenticidad históricas. Escritos en homenaje
a Edmundo O’Gorman, México, UnAM, 1968, pp. 279-298.
4
Ibid., p. 473.
5
Arturo Ardao, El origen de la idea y el nombre de América Latina, caracas, centro de Estu-
dios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, 1980, p. 60.
6
Ibid., pp. 81-82.
7
Arturo Ardao, “Panamericanismo y latinoamericanismo”, en Leopoldo Zea [coord.], América
Latina en sus ideas, México, Buenos Aires, Madrid, UnESco/Siglo xxI, 1986, p. 159.
8
A Century of Latin-American Thought, Harvard, Harvard University Press, 1944.
9
El pensamiento latinoamericano de un siglo, trad. de María teresa chávez, México, Limusa-
Wiley, 1966.
10
Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica, México, El colegio de México, 1949.
11
El pensamiento latinoamericano, 3ª ed., México, Pormaca, 1965, Barcelona, Ariel, 1976.
12
“francisco Bilbao’s Ley de Historia in Relation to the doctrines of Sarmiento and Lamennais”,
Philosophy and Phenomenological Research, vol. 20, núm. 4, junio de 1960, pp. 487-502. Véase
traducción de Rodrigo naranjo en Archivos de Filosofía, núms. 6-7, 2011-2012.
13
Three Chilean Thinkers: Bilbao, Letelier, Molina, Waterloo, ontario, McGill University Press,
1975.
14
“francisco Bilbao, chilean disciple of Lamennais”, en Journal of the History of Ideas, vol. 41,
núm. 3, julio-septiembre de 1980, pp. 487-496. Véase traducción de Rodrigo naranjo en La Ca-
ñada, núm. 3, 2012. En www.revistalacañada.cl.
19
Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas, París, Imprenta de
d’Aubusson y Kugelmann, 1856, p. 3.
20
Rojas Mix, op. cit., pp. 343 y 344.
21
“observaciones a don Manuel Alvar y demás académicos sobre el uso legítimo del concepto
de América Latina”, en Rábada, núm. 13, Huelva, 1994, pp. 79 y 80.
22
“del invento de ‘América Latina’ en París por latinoamericanos (1856-1889)”, en Jacques Mau-
rice y Marie-claire Zimmermann [comp.], París y el mundo ibérico e iberoamericano, Actas
del xxVIII congreso de la Sociedad de Hispanistas franceses (S.H.f.) (París, 21, 22 y 23 de
marzo, 1997), nanterre, Université París x, 1998, pp. 179-188.
23
“Sobre el origen y la difusión del nombre ‘América latina’ (o una variación heterodoxa en torno
al tema de la construcción social de la verdad)”, en Revista de Indias, vol. LVIII, núm. 214, 1998,
pp. 595-616.
24
Vicente Romero, “du nominal ‘latin’ pour l’Autre Amerique. notes sur le naissance et le sens
du nom ‘L’Amerique latine’ autour des années 1850”, en HSAL, núm. 7, primer semestre, 1998,
pp. 57-86. Hay traducción de Alejandro Madrid Zan, en Archivos de Filosofía, núms. 4-5, 2009-
2010, pp. 393-422.
25
Vicente Romero, “del nominal ‘latino’ para la otra América. notas sobre el nacimiento y el sen-
tido del nombre ‘la América latina’ en torno a los años 1850”, pp. 412-413.
26
carta de Bilbao a Lamennais, 30 de abril, 1854.
***
27
Walter Mignolo, La idea de América Latina, Barcelona, Gedisa, 2005, p. 81.
28
Ibid., p. 93.
El proyecto en cuestión remonta a las Cartas sobre la América del Norte de Mi-
chel chevalier, publicadas en París en 1836, y que ya circulaban en chile al menos
desde 1842. Para la llegada de Bilbao a francia en 1845, el libro de chevalier era
todo un éxito editorial. Había alcanzado en 1844 la cuarta edición. Además,
chevalier en el colegio de francia tenía a su cargo la cátedra de Economía Polí-
tica desde 1840, y Bilbao asiste, según Manuel Bilbao, al curso de Economía Po-
lítica en el colegio en 1845.
En la introducción a esas Cartas, lo mismo que antes para Hegel, para che-
valier “la civilización a la que pertenecen los pueblos de Europa marcha sobre
el globo terráqueo de oriente a occidente”.29 no describe esa marcha una línea
recta y avanza, más bien, sinuosa y alternativamente entre “las dos grandes razas
de la Biblia, la de Sem y la de Jafet”, y entre las razas benditas entonces. Pues son
tres los hijos de noé y tres las razas bíblicas. La tercera raza, la maldita, es la de
cam. Para chevalier, América es el último paradero de la civilización europea,
compuesta de tres “familias”: la latina, la germana y la eslava, cada una encabe-
zada por una distinta nación: francia, Inglaterra y Rusia. y éstas, las tres nacio-
nes, también las “tres cabezas” de Europa, son las que disputan el predominio
en la escena mundial. dejando a un lado a Rusia, que es “una recién llegada”
dice chevalier, Europa aparece dividida en consecuencia entre una “Europa la-
tina” y una “Europa teutónica”. La primera está constituida por los pueblos me-
ridionales cuyas lenguas proceden del latín y cuya religión es la romana. La
segunda es la septentrional, que en cambio es protestante y habla lenguas ger-
manas. En América, añade chevalier, se ha reproducido esta diferencia, que es,
29
Michel chevalier, Lettres sur l’Amérique du Nord, París, Libraire de charles Gosselin, 1836.
Una traducción en inglés a partir de la tercera edición francesa fue publicada en Estados Uni-
dos con el título Society, manners and politics in the Unites States: bein a series of letters on
North America, Boston, Weeks, Jordan and company, 1839. Una traducción en castellano de
la introducción de la obra fue publicada en Madrid por la Revista Española de Ambos Mundos,
núm. 1, 1853, pp. 1-10, con el título “Sobre el progreso y porvenir de la civilización”. La revista,
bajo la dirección de Alejandro Magariños cervantes, se abre con esa traducción. Una traducción
distinta de la misma introducción es la que ofrece Arturo Ardao en el Apéndice de su Génesis
de la idea y el nombre de América Latina. Una traducción reciente de la misma realizada por
Alejandro Madrid Zan a partir de la primera edición francesa la hemos publicado en Archivos
de Filosofía…, pp. 423-436.
30
Ibid., p. 430.
31
Ibid., p. 432.
32
Ibid., p. 433.
33
Retomamos aquí la investigación de Vicente Romero.
en ese momento, desde el comité Latino de París pensaba más bien en la re-
construcción de la República a partir de un “núcleo central” de pueblos latinos:
“Por su posición geográfica y sus afinidades de origen, cultura, ideas, lengua e
intereses, las naciones latinas, francia, Italia, España, parecen ser los elementos
naturales de este núcleo central en torno al que lleguen a agruparse elementos
nuevos”.34 El citado es un pasaje del Manifiesto del comité Latino, firmado entre
otros por Lamennais, comité disuelto poco después con el golpe de Estado del
2 de diciembre de 1851. Es entonces cuando Lamennais, comprendiendo la sig-
nificación del golpe y decepcionado, vuelve la mirada hacia América, y hacia Bil-
bao en particular, y es entonces cuando fomenta, contra el bloque sajón, la
formación de un bloque latino, republicano y espiritual en “la América espa-
ñola”. Si “la América española”, decía Lamennais a Bilbao en su carta de 1853,
entra en alianza con las naciones francesa e italiana, y si entonces inscribe su
posición en relación con “las naciones latinas”, definiéndose a sí misma en tanto
“latina”, sólo entonces tendría la posibilidad de cumplir el destino de ser “el
contrapeso de la raza anglo-sajona, que representa y representará siempre las
fuerzas ciegas de la materia en el nuevo Mundo”. Lamennais opone, en efecto,
las dos razas, la latina y la sajona, en términos de la espiritualidad de la primera
y el materialismo de la segunda, retomando así por su cuenta, y a distancia de
chevalier, el sentido de la latinidad. La composición de un bloque latino en Amé-
rica del Sur, sostenía, es una urgencia histórica en los momentos en que Estados
Unidos amenaza con la realización de lo que llama su destino Manifiesto y que,
de cumplirse, le otorgaría una hegemonía tal que “rebajaría el mundo entero a
su nivel y haría del género humano una especie de gran molusco”.35
***
34
Comité démocratique français-espagnol-italien, París, Garnier, 1851.
35
El citado es el pasaje de una carta de Lamennais a Ligéret de chazey, del 10 de julio de 1853,
que es conveniente ver con más amplitud: “La raza sajona, en sus tres expresiones (alemana,
inglesa, americana) posee su genio propio, y sus propias funciones en el desarrollo universal.
Inferior a las razas del Mediodía, depositarias de los fecundos principios de la verdadera civili-
zación totalmente espiritual, ella se encarga de los trabajos pesados de la familia humana, de
resplandores del ideal futuro? Eternité, néant, sombres abimes. Mi carta, señor,
toma proporciones que no esperaba, y me detengo. […] ¡oh, si puedo un día
oponerme a la invasión de Europa presente en la América, y sobre todo, en la
tierra de nuestro amor! ¡Que no escuche, señor, la seducción de la serpiente!
Esto sería inagotable.
36
Sobre el punto, véase la admirable investigación de Rafael Mondragón, “Anticolonialismo y so-
cialismo de las periferias. francisco Bilbao, la tormenta de 1849 y la fundación de La Tribune
des Peuples”.
37
Mouvement social des peuples de l’Amérique Méridionale, son caractère et sa portée. En La
Libre Recherche, Bruselas, Bureau de La Libre Recherche, 1855, t. I, pp. 246-256. Una traduc-
ción de este texto fue publicada por Manuel Bilbao en su edición de Obras Completas, t. I, pp.
169-180. Hay también una traducción reciente de próxima aparición realizada por Alejandro Ma-
drid Zan como parte del Proyecto de Investigación fondEcyt núm. 1111041.
38
Joseba Gabilondo, “Genealogía de la raza latina. Para una teoría atlántica de las estructuras ra-
ciales hispanas”, en Revista Iberoamericana, vol. LxxV, núm. 228, julio-septiembre de 2009,
pp. 795-818.
39
La Revista del Nuevo Mundo…, p. 19.
40
Alberto J. Varona, Francisco Bilbao, revolucionario de América. Vida y pensamiento. Estudio
de sus ensayos y trabajos periodísticos, Buenos Aires, Excélsior, 1973.
nes! Esa nación América será en el porvenir los Estados Unidos del norte y los Es-
tados Unidos del Sur. Los Estados Unidos [del norte] existen constituidos, como
salvación de la República. Los Estados Unidos del Sur están por constituir. Luego,
la federación de Sud América debe ser el gran pensamiento de los políticos y go-
biernos que no quieren vivir con el día, sino preparar el camino de la era futura
que garantizará todo bien, toda libertad y toda fuerza. Habitando las alturas de ese
pensamiento fue que concebí el proyecto de la federación Americana, para lo
cual reuní en París a los jóvenes de América. Las prensas de América han repro-
ducido el proyecto y tres gobiernos [los de chile, Perú y Ecuador] han dado los
primeros pasos para llegar a un resultado preparatorio [el Tratado Tripartito de
1856] de la federación de las Repúblicas del Sur. […] He llegado a Buenos Aires
posesionado del gran pensamiento de la federación de las Repúblicas, y resuelto
a cooperar a su realización, creyendo, como creo, que este pueblo, por sus an-
tecedentes gloriosos, por la gloriosa iniciativa que tomó en tiempo de la Inde-
pendencia, era la mejor tribuna para proclamarlo.
Hace tres años presentábamos ante una reunión de americanos convocada por
nosotros en París, el proyecto de un congreso federal de las Repúblicas del Sur.
La desaparición progresiva de Méjico, la anarquía de la América del centro,
en cinco repúblicas independientes divididas, sin poder arrojar de su territorio a
una banda de filibusteros, y, más que todo, el espectáculo grandioso que podría
presentar el continente americano dividido tan sólo en dos nacionalidades colo-
sales, los Estados Unidos del norte y los Estados Unidos del Sur, con el inglés y
el español como idiomas, y la República como verbo definitivo de la fusión de
todas las razas, en orden y libertad explotando las maravillas conocidas y por co-
nocer del mundo de colón, he ahí, en resumen, el impulso y motivo que nos hi-
cieron aceptar y propagar la idea de la federación Americana.
Lejos de la República Argentina, jamás pudimos comprender la separación
de Buenos Aires. Penetrados de la grande idea, esa separación era un obstáculo
primordial que levantaba la cabeza de Medusa para espantar a los pueblos y hacer
desesperar de los destinos de la raza latina. […] En la Revista del Nuevo Mundo
fundada por nosotros, en la redacción del orden, en la correspondencia del Uru-
guay, proclamamos la cuestión nacional como cuestión capital de la República.
[...] Hoy, casualidad o Providencia, hemos venido a redactar el diario de la na-
cionalidad, y nos inclinamos ante el honor y la responsabilidad que la tribuna de
El Nacional Argentino nos impone.
cuando en la América latina se trata nada menos que de la vida o muerte de una
religión y de una nueva manifestación o desarrollo del axioma eterno de la li-
bertad en la región del dogma […], al frente de una situación moral tan grave,
en nombre de dios y de la humanidad, a todos conjuro para sostener la columna
fundamental del nuevo mundo: la libertad de pensamiento, la libertad de la con-
ciencia, la autoridad de la razón.
41
La América en peligro, Buenos Aires, Imprenta y Litografía de Bernheim y Boneo, 1862, pp. 29
y 30.
42
Edgar Quinet, L’expédition du Mexique, Londres, W. Jefes, 1862.
43
La expedición de México, trad. y prefacio de francisco Bilbao, Buenos Aires, Imprenta y lito-
grafía a vapor de Bernheim y Boneo, 1862.
44
carta de Bilbao a Miguel Luis Amunátegui, 17 de abril, 1862.