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animales:
los otros y los
humanos”
“Interrelaciones animales:
los otros y los humanos”
Antropología de la Vida Animal
Grupo de estudios de etnozoología
Jornada “Interrelaciones animales:
los otros y los humanos”
Noviembre de 2015.
Prólogo
Mara Martínez 5-11
Feminismo y animalismo:
dos luchas con mucho en común
Eva Benet 51-67
Diseño gráfico
Best Boy
Ilustración portada
Alvaro Martín Donquiles
donde hemos identificado, una vez más, los abusos en los que cotidianamente
participamos. Como decimos al inicio, tenemos un largo camino por reco-
rrer y queremos hacerlo.
Introducción
La Antropología es, simplemente, la implementación de la empatía para po-
der ponerse en el lugar del otro, verle como un igual dentro de las diferencias
individuales de cada identidad.
El estudio de la formación de las identidades individuales y de grupo
durante los últimos años ha anotado el grave problema que existe entre los
diversos tipos de maltrato. Ya en 1961 se alerta sobre la triada de signos que
nos ponen sobre aviso acerca de la personalidad psicopática de quien ejerce
la violencia. Son tres maltratos que se encuentran íntimamente relacionados:
a los hijos, el interpersonal y el ejercido sobre los demás animales. Si se obser-
va uno de los tres es casi seguro que encontremos los demás.
Hoy en día existen secciones de los cuerpos de policía (UPROMA de
Castellón) que cuentan con patrullas especializadas; éstas acuden a los avisos
de molestias a los vecinos por ladridos o llantos de perros, y a través de estos
signos buscan y casi siempre descubren maltratos domésticos.
Los comportamientos agresivos y crueles sobre los animales vividos en la
etapa adolescente no solo son un signo de alarma que hay que tener en cuenta
para tratar el trastorno antisocial de la personalidad, sino además un factor
de formación de la identidad que potencia el que muchos de los niños y ado-
lescentes que han sufrido o contemplado violencia en la infancia se vuelvan a
su vez violentos. En 1970 un estudio del FBI sobre 36 asesinos convictos mues-
tra que el 46% habían torturado animales en su adolescencia. Y si además la
sociedad no solo les tolera que ejerzan la violencia sobre animales como “una
chiquillada”, sino que además les ríen “las gracias”, se refuerza su postura.
La American Psychiatric Association incluyó en la edición de 1987 de su re-
conocido “Manual de conducta”1 el maltrato a los animales durante la infancia
y la adolescencia como un criterio diagnóstico fiable de desórdenes mentales.
Diagnostic Statistical and Manual of Mental Disorders
1
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano
con los animales. Desde la empatía del budismo a los sacrificios rituales de
muchas religiones afroamericanas pasando por las torturas a seres vivos para
celebrar a vírgenes y santos de la Iglesia Católica, pese a la excomunión que
pesa sobre quienes lo hicieren7. Acaba de saltar una noticia a los medios que
nos habla de la condena a muerte en Arabia Saudí de quienes tengan perros
en casa, en un intento de manipulación de la religión musulmana. Y todos
los años el gobierno de este país manda a la muerte a varios miles de animales
16 sospechosos de homosexualidad.
gunos lugares alternan con los hallazgos de arreos de caballos y fíbulas y re-
presentaciones -especialmente con lobos- en las sepulturas de la aristocracia
masculina. Los buitres son considerados casi sagrados, ya que al descarnar el
cadáver ayudan a liberar al alma y llegar al otro mundo.
que tenemos son sobre todo masculinos ya que las mujeres, como en todos
los campos, estaban invisibilizadas. Pero sin duda han sido muchas aunque
casi siempre formando parte del primer grupo, el de las personas anónimas.
En Occidente, uno de los primeros nombres conocidos que nos sale al paso
es el de Pitágoras de Samos, nacido en el 582 B.C. del que han llegado a no-
sotros las siguientes palabras:
Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará
20 en la tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que
siembra dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.
Aristóteles, contradiciendo a su maestro Platón y al poeta Homero, afir-
ma tajantemente que los animales están en la tierra para que los humanos se
sirvan de ellos.
Poco después, ya en el S. I d.C., Plutarco va a defender todo lo contrario y
luchará en forma incesante contra la crueldad hacia los animales, negando lo
dicho por Aristóteles. También en su defensa escribieron, entre otros grandes
pensadores, Ovidio y el cordobés Séneca.
El pensamiento oriental.
Oriente ha contado así mismo con grandes defensores del resto del reino
animal entre sus pensadores y dirigentes religiosos, especialmente en Tibet
e India.
Una leyenda sobre Buda cuenta que un gato se durmió sobre su túnica y éste,
para no molestarle, cortó el trozo sobre el que se había echado y se fue con sigilo.
Y mito o realidad, parece que un gran maestro del budismo Zen tenía un
felino que siempre lo acompañaba. Cuando murió el gato siguió asistiendo
a las reuniones. Poco a poco los demás monasterios incorporaron a estos
animales a sus meditaciones, pensando que ayudaba a tener mejor concen-
tración. Hasta que un siglo después la llegada de un maestro con alergia que
alejó a los gatos de las salas de meditación terminó con la costumbre en el
resto de los monasterios, que se erradicó en un plazo de 200 años.
renunció a todo por amor a los demás y fundó tres órdenes (franciscana, her-
manas clarisas y orden seglar). Al igual que los pueblos originarios de hoy en
día se consideraba hermanado con el cosmos entero, alimentaba en invierno
a las abejas, apartaba de los caminos a caracoles y babosas, socorría a los roe-
dores y, en general, defendía a todos los seres vivos.
Poco después, en el Renacimiento, nace en Italia Leonardo da Vinci, in-
teligente y polifacético y del que sabemos que era vegetariano por una carta
escrita por Andrea Corsali a Giuliano de Medici, en la que le dice: 21
Algunos gentiles llamados Guzzarati no se alimentan de nada que tenga san-
gre, ni permiten que entere ellos se infrinja daño a nada que tenga vida, como
nuestro Leonardo da Vinci.
De él también nos ha llegado la noticia de que compraba en el mercado pá-
jaros cautivos para devolverles la libertad. Son de sobra conocidas sentencias
suyas sobre la muerte y esclavización de los animales. Y se dice que afirmaba
que quitarles la leche a las vacas era un robo:
La leche será arrebatada a los niños pequeños.
hasta ese momento, como arrancar la lana a las ovejas en lugar de esquilarlas,
y atar el arado a la cola de los animales de tiro. Quien la transgrediera tendría
pena de multa o de cárcel.
Pocos años después, en 1641, la colonia estadounidense de Massachusetts
Bay, basándose en el Massachusetts Body of Liberties escrito por Nathaniel
Ward, de Suffolk (Inglaterra), aprueba leyes de protección para los animales
domesticados. Con enorme valentía en un momento en el que las ideas de
22 Descartes tenían gran predicamento, se opone a ellas declarando que:
A ningún humano le es permitido efectuar algún tipo de tiranía o crueldad hacia
alguna criatura nacida que esté normalmente retenida para uso humano.
Finalmente la tercera, mediado ya el siglo, se debe al trabajo de Kathreen
Kete del Trinity College. En 1654 se aprueba dicha legislación como parte de
las ordenanzas del protectorado, aprovechando la época de Cromwell que
sentía aversión por los espectáculos sangrientos y crueles como las peleas de
perros, gallos o toros.
Unamuno expresa su repulsa por las corridas de toros. Aunque lo que le re-
pugna realmente no es el daño infligido al animal sino lo que califica como
la barbarie del espectáculo, el embotamiento que produce en el espectador y
el rechazo a un espectáculo degradante que ofrecía parte de la sociedad ajena
al devenir de las nuevas corrientes de pensamiento. Así mismo hablaba del
impacto negativo de la cría de toros en la economía de la época. No obstante,
su relación con los perros es más directa; escribe la elegía a un perro y, im-
24 presionado por la mirada de Remo, el pastor de Ortega y Gaset, le dedica un
poema15.
expandiendo a otras regiones, aun en los casos en los que los regímenes tota-
litarios penalizan el cuidado y respeto hacia ellos18.
La atención sobre las granjas de cría comienza con la publicación de Ani-
mal machines de Ruth Harrison19 y no va a parar hasta nuestros días, con
las grabaciones y difusiones de Igualdad Animal. El trabajo de Ruth descri-
biendo la forma en la que son tratados los animales, las jaulas en batería para
las gallinas, las jaulas de aislamiento de los terneros o las de las cerdas va a
inspirar en 1968 la primera legislación de animales de granja de Gran Breta- 25
ña, así como el “Convenio Europeo para la protección de los animales en las
explotaciones ganaderas”, creado por el Consejo de Europa en 1976.
merece respeto y tiene un valor intrínseco. Difiere de Kant en que éste solo
atribuía este valor a los seres racionales. Argumenta Regan que si un bebé y
un disminuido psíquico tienen derecho a ser tratados con respeto, el resto de
los animales también.
Un sujeto de una vida es un alguien, no un algo, es un ser al cual su vida le
importa incluso si no le importa a nadie más.
Su criterio para ser sujeto de una vida no diferencia especies. Nadie debe
26 de ser tratado como un medio para conseguir los fines de otro y han de tener
derechos para proteger su salud, su vida, su bienestar, su libertad y cualquier
característica que se derive de ese valor inherente.
Julian H. Franklin24 vuelve a afirmar el derecho de los animales no huma-
nos en el mismo grado que los humanos a su propia vida y a su libertad. Tras
examinar, entre otros, los argumentos de Tom Reagan o los ecofeministas
sobre ética y cuidados, concluye que la idea de Kant del imperativo categó-
rico puede formar la base de un sistema ético que incluya a todos los seres
sintientes.
A partir de este momento, muchos de los debates que se van a entablar tiene
como base la capacidad de todos los animales para sufrir y sentir dolor.
Así, Bernard Rollin25, filósofo y profesor especializado en derechos de
los animales y sobre la propia conciencia y miembro del SEAC26 o Richard
Ryder27.
Este último, tras trabajar en laboratorios con experimentación en animales
se declara contrario a ello, siendo el principal responsable de que en Europa
y Gran Bretaña se desarrollara una nueva legislación para proteger a los ani-
males de laboratorio en 1986. En 1972 se une a RSPCA28. Organiza campañas
contra la caza de nutrias y organiza giras por los derechos de los animales.
Fundador del Eurogrupo, principal colectivo de presión en la Unión Euro-
pea por los derechos de los animales, se convierte más adelante en director del
Lobby Político Animal. Algunos de sus grandes logros son la prohibición de la
caza con perros de 2004 y la Ley General para proteger a los animales en 2006.
Uno de los importantes debates institucionalizados hoy en día es el estable-
24
2004
25
1981
26
Scientific Expert Advisory Council (SEAC), for Australian animal welfare group Voiceless, the animal
protection institute
27
1989
28
Consejo de la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad Animal.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano
fin en sí mismos y que algunas cosas son buenas o malas para todos los seres
que sienten sin diferencia alguna.
40
Mercedes Cano Herrera.
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Relaciones-animales-humanos-largo-historia_6_366473361.html
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano
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Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales
como objetos interactivos para el entretenimiento.
Jesús Frare i Garcia.
1
Conselleria de Governació i Justícia de la Generalitat Valenciana, Memòria de bous al carrer
2014,
http://www.gov.gva.es/documents/19317797/21299499/MEMORIA+BOUS+AL+CARRER+2014.pdf/
5f9f6461-f31e-4444- b271-39e13633d3a8
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare
ya sea fija o móvil. Esta es una estructura integral para la tortura taurina y,
además de generar menos riesgos estructurales, ofrece al público una visión
permanente del sufrimiento del animal. Es una alternativa mucho más cara
que la ocupación de las calles de todas y todos, requiere disponibilidad de
espacios y trámites administrativos2 situados fuera de la permisiva cober-
tura del reglamento valenciano de bous al carrer3.
Las consecuencias de esta permisividad son bien conocidas. Los animales
caen desplomados a causa de los golpes contra las barreras, las esquinas de las 35
calles, farolas y otros obstáculos. Se producen graves accidentes con víctimas
humanas, causados por las limitaciones en el número de refugios, por las
aglomeraciones de gente que intenta acceder a ellos y por su saturación, que
los acaba convirtiendo en trampas. Hay víctimas que no son participantes
de los linchamientos, y que son enganchadas por toros que han conseguido
escapar a ella y que, después de generar un costoso despliegue de policía,
terminan muertos a tiros. También hay que contar todas las personas encar-
celadas en su casa mientras se practica el linchamiento, muchas contrarias a
esta práctica, que deben estar oyendo sus mugidos, sus llantos.
En cualquiera de las dos formas se pueden incorporar o no los que se
conoce como “elementos de diversión”. Son estructuras con forma de pirá-
mide, de escalera, tarimas y refugios que sirven de obstáculo para los toros y
de herramienta para los corredores, que los utilizan para diseñar estrategias
a la hora de hacer recortes o para conseguir espectaculares saltos del toro,
para que haga persecuciones alrededor de ellas y, por supuesto, para que las
embista. Son causa permanente de lesiones e incluso de muerte de los toros.
En cuanto al tipo de animales que se utilizan, la diferencia más importante
es su edad. En los bous al carrer se usan desde becerros de un año, incapaces
de hacer daño a una persona, hasta toros adultos.
También se debe diferenciar entre los toros comprados y los alquilados.
Los primeros, los cerriles comprados, se llevan la parte del león en cuanto a los
presupuestos de las fiestas taurinas y son el principal reclamo para atraer afi-
cionados y generar prestigio a la celebración, mediante carteles donde figuran
2
Presidencia de la Generalitat. DECRETO 143/2015, de 11 de septiembre, del Consell, por el que
aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 14/2010, de 3 de diciembre, de la Generalitat, de
Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos. [2015/7544]. DOCV 7.615
de 15/09/2015,
http:// www.docv.gva.es/datos/2015/09/15/pdf/2015_7544.pdf
3
Consellería de Gobernación y Justicia. DECRETO 31/2015, de 6 de marzo, del Consell, por el que se
aprueba el Reglamento de festejos taurinos tradicionales en la Comunitat Valenciana (bous al carrer).
[2015/2176]. DOCV 7.482 de 10/03/2015,
http://www.docv.gva.es/datos/2015/03/10/pdf/2015_2176.pdf
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare
den antes de soltar el animal y cortar la cuerda que lo ataba al pilón. El toro se
convulsiona para librarse del fuego hasta que asume que el mayor peligro lo
representan las personas que le gritan, el golpean y tiran de la cola.
El toro embolado, especialmente con toros cerriles, es la modalidad reina
de los toros en la calle. También es la que más sufrimiento genera y la que
más vulneraciones reglamentarias acumula; heridas al animal durante el em-
bolado, quemaduras, flagrantes prórrogas de los tiempos establecidos, etc.
38 Algunas se hacen de forma tan evidente como los encierros con varios toros
embolados, que ganan popularidad en muchos pueblos de las comarcas de
Castellón y que permiten ver animales que se queman mientras se acercan
los unos a los otros, mientras se buscan para intentar protegerse en manada.
Por su parte, el enfilat es un sistema de caza con red que los cazadores sitúan
en el suelo con comida y un “reclamo”, un jilguero u otra ave cautiva que pía
desesperadamente y atrae a otras hacia la trampa. Lo normal es que se de-
tengan en grupo y, entonces, el cazador escondido acciona un dispositivo de
cuerdas y las captura en todas con el enfilat.
El motivo real de estas cacerías es un lucrativo mercado de la carne a
través de platos tradicionales presentes en la carta de muchos bares y restau-
42 rantes. Son platos que vienen de los tiempos que la gente pobre se tenía que
garantizar la supervivencia con este tipo de trampas, que operaban por ellas
mismas, implacables, mientras quien las había montado trabajaba de sol a
sol. Este objetivo se esconde detrás del silvestrismo10, la práctica de capturar
animales para los concursos de canto, con las mismas esencias que la colom-
bicultura. Dice Flavia de Mattos11: el animal que emite un mayor número de
cantos vence en la prueba dejando testimonio de su virilidad y superioridad
de macho luchador sobre los demás participantes. Lo interesante es que existe
una profunda identificación entre el pájaro y su dueño, y que el desempeño del
pájaro repercute sobre la identidad, y particularmente sobre la masculinidad,
del propio dueño.
Las muertes de las aves son terriblemente agónicas. En su lucha por sobre-
vivir y escapar de las perchas, se arrancan plumas y, incluso, alas y patas. Mu-
chas aún están vivas cuando llegan a las trampas los cazadores, que a veces
entablan almuerzos con los amigos dentro de las estructuras caracterizados
por la caída al suelo de animales que provocan signos de alegría de todos.
Entre estos cuatro “pilares de la tradición valenciana”, según quien los de-
fiende, se sitúan otras muchas variantes con carácter local, ámbito donde
se desarrolla el mismo argumento esencialista. Es, por ejemplo, el caso de
las becerradas cadafaleras que han hecho tristemente famoso el pueblo de
Algemesí (Ribera Alta). En el mismo nivel se sitúan otras como la batalla
de ratas del Puig (Horta Nord) o la suelta de patos del Puerto de Sagunto
(Camp de Morvedre). Mucho más digerible en cuanto a la sensibilidad con
los animales, pero igualmente esclarecedora, es la medición de los espías a
los moros y cristianos de Biar (Vall de Biar, Alcoià).
10
Animalisme CAT, Jesús Frare, 16/11/2014, Capturar (i menjar-se) la bellesa. Silvestrisme, parany i
enfilat.
http://animalismecat.blogspot.com.es/2014/11/capturar-i-menjar-se-la-bellesa.html?q=parany
11
eldiario.es, El Caballo de Nietzche, Lucía Arana, 23/05/2014, La hombría en una jaula,
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/hombria-jaula_6_262183815.html
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare
los jóvenes les den patadas, o los cojan por la cola y los lancen a las chicas de
su edad.
Es una escena idéntica a la de la plaza de toros de Algemesí durante las
becerradas cadafaleras, y lo es también la del puerto de Sagunto. Los jóvenes
exhiben su habilidad ante las chicas, con el beneplácito de los hombres mayo-
res, mediante un ritual de normalización de la violencia de grupo, siempre en
presencia de niños y niñas. Todo marcado por una una brutalidad sin límites,
44 con un animal indefenso, incapaz de defenderse y que, sencillamente, reac-
ciona ante lo que le están haciendo. Los patos intentan huir de la gente que
los quiere coger y que se mueve con dificultad dentro del agua. Los becerros
de Algemesí primero corren hacia las personas, a veces como si vieran esa
situación como un juego. Después huyen, gritan, lloran.
En el caso de Biar, el componente de brutalidad no existe. Las fiestas de
moros y cristianos son una representación con muchos pasajes cargados
de simbolismo, a menudo con forma de desfiles y bailes. Cada 11 de mayo,
los espías se encargan de obtener la información que permitirá la entrada
mora al castillo. Lo hacen con la medición, que tiene como personaje cen-
tral a la madre de la Mahoma, un hombre disfrazado de mujer que carga un
cántaro a la espalda. Los espías, otros hombres disfrazados, representan que
toman medidas hasta que llegan a la plaza y son descubiertos por los soldados
cristianos del castillo, que disparan un trueno de arcabuz y asustan a la madre
de la Mahoma. Por eso se le cae el cántaro en al suelo y, cuando se rompe, los
hámsters que estaban dentro intentan huir mientras y los niños y niñas co-
rren a cogerlos, aunque a menudo son los padres los que lo acaban haciendo.
Lo hacen con cuidado: los ratones de los espías son mascotas muy queridas.
Los animales generan reacciones de tensión, estallidos, momentos culmi-
nantes. Están asociados con la agilidad, con la habilidad, con la adrenalina,
con los riesgos controlados y, entre todos ellos, los riesgo de perder y de no
conseguir los objetivos marcados. Generan competiciones, carreras reactivas
donde los machos compiten entre ellos evitando la confrontación directa me-
diante un intermediario, un chivo expiatorio que carga con todas las culpas,
con todos los castigos. El animal cosificado es ese elemento reactivo y
que marca la diferencia con el deporte, donde los objetos del juego son
inanimados y manipulados por los y las rivales, actuan como una prologa-
ción de ellos y ellas.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare
que abren todo un camino por recorrer hasta llegar a propuestas en la línea
del paintball.
Sería el terreno de otras personas técnicas como las que ya trabajan para
esta lucha, como las juristas o veterinarias. Sería el terreno para diseñadoras
de juegos por los tiempos y los espacios de las fiestas, en lugar de hacerlos
para una consola. Podrían estar diseñados para tener un bajo coste, pero tam-
bién como recursos de un negocio generador de puestos de trabajo, a partir
de los muchos recursos, privados y públicos, que actualmente se destinan a 47
linchar y torturar animales, a proteger estas prácticas ya publicitar foto.
Por supuesto, se trataría de una aportación más para una estrategia global.
Nuestro objetivo es y será siempre el de liberar estos animales de las prácti-
cas de las que son víctimas, y esto nos obliga a hacer un gran esfuerzo para
conocer y comprender en profundidad todo lo que representan y todo lo que
significan.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare
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Feminismo y animalismo1 :
dos luchas con mucho en común
Eva Benet
Cualquier mujer que haya acudido a protestar contra la tortura animal, de-
lante de una plaza de toros, ha escuchado un “vete a fregar” por parte de
personas que entran a la plaza. “Puta”, “abortista”, invitaciones al sexo oral, o
lo que le dijeron a una activista “tú lo que necesitas es que tu marido te pegue
una buena hostia”, completan la lista de gritos. Para los hombres queda el
“maricón”. La división mujer/hombre deja fuera a las personas agénero, aque-
llas que no se identifican con ninguna de estas categorías, pero esta realidad,
que yo sepa, no es contemplada por el mundo taurino. Lo que sí nos gritan,
de forma general, es “catalanista”, delante de la plaza de toros de Valencia o de
la de Valladolid, es indiferente.
Una protesta ante una plaza de toros es una muestra, sencilla y contunden-
te, de la dicotomía de género. Las palabras empleadas contra las y los mani-
festantes no son ni casuales ni inocentes y explican, en parte, la ideología que
hay detrás. Personas que acuden a un espectáculo que consiste en torturar
hasta la muerte, y de forma regulada, a un animal encerrado, se consideran
garantes de la “normalidad”, la vida y la libertad, mientras se indignan por la
simple presencia de una protesta legítima. Esto es muy significativo, porque
nuestra ideología también está definida por quién es nuestro oponente y cuál
es la percepción que tiene de nosotras y de nosotros.
Según esta percepción taurina, desde el animalismo se defiende la diver-
sidad afectiva-sexual y también valores principales del feminismo: la incor-
poración de las mujeres al espacio público, la sexualidad libre y el derecho al
propio cuerpo. Coincido con este análisis, la lucha feminista, LGTBI y ani-
malista son luchas hermanas, a pesar de episodios de incomprensión mutua.
Tenemos muchas cosas en común.
1.
Para que el texto sea más ágil utilizo el singular, aunque son dos movimientos con voces diversas. La
división artificial entre “personas” y “animales” también la empleo por este motivo, como una simplifica-
ción para ganar agilidad.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
2.
“Resumen del seminario impartido por Beatriz Preciado”, en http://ayp.unia.es/index.php?option=-
com_content&task=view&id=703, consulta el 16/11/2015.
3.
Como ejemplo de alusiones sexuales constantes para descalificar a una animalista, este artículo pu-
blicado en Mundotoro, sin firma y sin posibilidad de comentar: “Una rubia se hace un dedo”, en http://
www.mundotoro.com/noticia/una-rubia-se-hace-un-dedo/1256270, consulta el 16/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
Esclavitud
Durante el s. XIX era comunes los anuncios en prensa de venta de personas.
“Una negra se vende, recién parida, con abundante leche”, es un anuncio de
4.
Lienas, Gemma, El diario violeta de Carlota, Alba Editorial, Barcelona, 2001, citado en Varela, Nuria,
Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 18.
5.
Joy, Melanie, Por qué amamos a los perros nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas. Una
introducción al carnismo, Plaza y Valdés, Madrid, 2013, pp. 100-101.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
Encuentros y desencuentros
En 1975 Peter Singer escribió “Liberación animal”25, este libro es un pun-
to de partida teórico que proporcionó una base argumental al movimiento
de derechos animales. Al posicionarse contra la explotación, el animalismo
60 hizo suya la frase de Mary Wollstonecraft, “me declaro en contra de cualquier
poder cimentado en prejuicios, aunque sean antiguos”. La autora de “Vindi-
cación de los derechos de la mujer” 26 había experimentado en vida la discri-
minación, la injusticia y el desprecio, que continuó tras su muerte.
Aunque los primeros movimientos de defensa animal surgen en los años
70 del siglo XX, la reflexión sobre el trato a los animales es muy anterior y,
en esta reflexión, las voces de mujeres fueron muy numerosas. Mary Wolls-
tonecraft, Margaret Fuller, Lucy Stone, Frances Power Cobbe, etc. Ellas iden-
tificaron el abuso que sufrían los animales, lo condenaron y lo denunciaron,
luchando a la vez por el derecho al voto. El sufragismo estuvo muy vinculado
a la lucha contra la vivisección.
Desde el animalismo tenemos una deuda con el sufragismo, le debemos
mucho de lo que somos y de lo que hacemos. Como explica Nuria Varela27 : “El
sufragismo se vio obligado a intervenir en política desde fuera, llamando la
atención sobre su causa y con vocación de no violencia. Así que tuvo que en-
sayar y probar nuevas formas de protesta. Y acertó. El sufragismo se inventó
las manifestaciones, la interrupción de oradores mediante preguntas siste-
máticas, la huelga de hambre, el autoencadenamiento, la tirada de panfletos
reivindicativos... Todos éstos fueron sus métodos habituales. El sufragismo
innovó las formas de agitación e inventó la lucha pacífica que luego siguieron
movimientos políticos posteriores como el sindicalismo y el movimiento en
pro de los Derechos Civiles” y, añado, el movimiento de Derechos Animales.
Todos los pasos hacia adelante logrados (la creación de refugios, la crea-
ción de asociaciones para luchar contra el maltrato animal, las primeras re-
glamentaciones), fueron protagonizados por mujeres a las que, muchas veces,
les fueron negadas las posiciones de responsabilidad.
24.
Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 46.
25.
Singer, Peter, Liberación Animal, Editorial Trotta, Madrid, 1999.
26.
Wollstonecraft, Mary, Vindicación de los derechos de la mujer, Cátedra, Madrid, 2000.
27.
Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 51.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
Feministas y animalistas
El objetivo es visibilizar las raíces de la subordinación y permitir la alianza
entre el feminismo y el animalismo. El veganismo, la herramienta política
para conseguir la liberación animal, es también una cuestión de género. Con
esta herramienta iniciamos un boicot personal, como el que en su día llevó
Roach, Catherine, “Ama a tu madre: sobre la relación mujer-naturaleza”¸en Warren, Karen J. (ed.),
28.
hombres, que se divierten mirando. Bien, pues esta práctica se presenta como
galantería.
Por último, las gallinas “ponedoras” son el ejemplo de manipulación de
los cuerpos para producir más, con el menor coste, el menor espacio y el
menor tiempo posible. La industria de explotación de estos animales hace
una selección y, en ella, los machos se descartan (los matan). En libertad, una
gallina pondría unos 30 huevos al año. En explotación, dependiendo del tipo,
la puesta oscila entre los 250 y los 310 huevos al año. Esta manipulación de 63
su naturaleza repercute en unos cuerpos envejecidos de forma prematura31 ,
van al matadero a los dos años como máximo, cuando podrían vivir diez. La
industria de explotación convierte a seres sensibles, sociables e inteligentes en
máquinas de producir huevos manipulando su capacidad de reproducción.
Como se indica en la introducción al libro de Melanie Joy32, los instrumen-
tos de explotación no están diseñados para ser crueles, sino para ser rentables.
Esto también sucedía con la esclavitud humana. El diagrama del Brookes,
símbolo de la lucha antiesclavista, fue un ejemplo de aprovechamiento del
espacio. En este barco negrero se podían amontonar a cerca de quinientas
personas dentro de su pequeña bodega, prácticamente unas encima de otras.
Porque la industria de explotación siempre quiere recuperar su inversión.
La etiqueta de animalidad
Sara Baartman, mujer de la etnia khoikhoi, fue llevada a Europa como una
atracción circense en el s. XIX. En base a las características de su cuerpo, se
querían demostrar las teorías raciales que afirmaban que el hombre europeo
blanco estaba en la cúspide de la humanidad. Ella fue exhibida y su cuerpo
mostrado como una curiosidad, fue obligada a desfilar desnuda sobre una
plataforma de dos pies de altura. Por un pago adicional, el público la podía
tocar sin su consentimiento. Debido a las protestas antiesclavistas, fue trasla-
dada a París, donde fue, de nuevo, exhibida por un domador de fieras. Forza-
da a prostituirse, murió con 25 años. Su cuerpo fue diseccionado y una de las
conclusiones, basada en sus genitales, es que ella y su pueblo eran los espe-
címenes más bajos y bestiales de la humanidad. Sus restos fueron expuestos
al público durante más de 160 años. Fue en el año 2002 cuando la Asamblea
31.
Son muy frecuentes los prolapsos cloacales, el desprendimiento del oviducto como consecuencia de
una puesta tan grande de huevos.
32.
Joy, Melanie, Por qué amamos a los perros nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas.
Una introducción al carnismo, Plaza y Valdés, Madrid, 2013, p. 12.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
Nacional francesa accedió a que sus restos volvieran a su país de origen. Sara
Baartman es un símbolo nacional en Sudáfrica.
Ruth Toledano recogió la campaña publicitaria que una empresa de ex-
plotación animal, Navidul, llevó a cabo el año 2014. Consistía en regalar, a
las mujeres que dieran a luz el 4 de mayo de ese año, el peso de su bebé en
jamón. El director de márketing de Navidul lo expresaba así: “Queremos ha-
cer un homenaje a las recientes madres en el día más importante de su vida,
64 entregándoles uno de sus regalos más anhelados tras dar a luz, porque ser
madre en estos tiempos merece algo más que un pan bajo el brazo”33. Esas
declaraciones y la campaña son muy clarificadoras: tras parir, lo que una mu-
jer desea es un jamón. Tal vez las mujeres preferirían ser las protagonistas del
parto, controlar su cuerpo frente a prácticas como la episiotomía, o no ser
despedidas por ser madres, ni relegadas a contratos precarios para intentar
el imposible de conciliar la vida familiar y laboral. Además, la maternidad,
siguiendo ese razonamiento, es el momento más importante en la vida de una
mujer. Esa visión de la maternidad, como destino biológico, da miedo, pero
¿y las otras madres? Las que, en libertad, se organizan en grupos matriar-
cales y comparten las labores de cuidado. Ellas no están porque ni siquiera
son. Mutiladas de forma sistemática, hormonadas para reducir sus “ciclos
improductivos”, privadas de sus hijas e hijos, sometidas a embarazos forza-
dos y continuos, probablemente con estereotipias fruto del confinamiento
extremo34. Madres que, en muchos casos, sólo verán la luz del sol para ir al
matadero. Ellas son animales y, por tanto, pueden ser tratadas como hace dos
siglos se trató a Sara Baartman, bajo la una misma etiqueta: la animalidad.
Asignar esta etiqueta, que priva de los derechos más básicos, tiene otras
consecuencias. El maltrato animal es un indicador de violencia general y de
violencia machista en particular. Núria Querol ha estudiado los vínculos en-
tre ambos tipos de violencia y sus conclusiones son claras35: en los Estados
Unidos, en los años 90 del siglo pasado, comenzaron a realizarse estudios
sobre la relación entre la violencia machista y el maltrato animal. Según estos
estudios, la violencia contra los animales es una forma de control y domina-
ción contra las mujeres. Es un hecho que las mujeres retrasan su salida de un
hogar violento por miedo a no tener dónde dejar a sus animales. Es decir, no
33.
Ruth Toledano, “Cuando las madres son unas cerdas”, en http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/
drama-madres_6_255884423.html, consulta el 14/11/2015.
34.
Documental Granjas de Cerdos: una investigación de Igualdad Animal, en https://vimeo.
com/11862518.
35.
“Violencia doméstica y maltrato a los animales”, en http://www.gevha.com/analisis/articulos/violen-
cia-general/1173-violencia-domestica-y-maltrato-a-los-animales, consulta el 14/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet
encontrar un refugio seguro, que incluya a los animales, les impide abando-
nar un entorno de violencia. En Estados Unidos, con todas estas evidencias,
hay proyectos muy positivos, como el Rose Brook Center36, donde las mujeres
se pueden recuperar junto a sus animales. En el estado español esto es todavía
un sueño. A pesar de las evidencias, de los casos dramáticos y de las vidas
en peligro, los animales siguen quedando fuera de las casas de acogida. Y al
dejarles fuera, quedan fuera también muchas mujeres.
Este año se han dictado las primeras condenas a prisión por maltrato animal 65
en el Estado español, tres en total. En dos de ellas, los agresores habían sido
condenados previamente por violencia machista37. En la tercera, el asesino
del caballo Sorky intentó justificar que haberlo matado a golpes fue conse-
cuencia de un arrebato, y también empleó, en su defensa, el término “amor”38.
sufren las mujeres. En su trabajo se posiciona con los animales, denunciando las
prácticas de explotación que sitúan al ser humano siempre en el lado ganador40.
Porque los argumentos que se utilizan en los derechos animales son ar-
gumentos feministas. El feminismo nos enseñó a cuestionar “lo natural” y,
al cuestionar lo natural como opresión, lo cuestionamos todo. Frente a los
argumentos de justicia aparece el privilegio de especie, como barrera para
negar la individualidad, el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad
66 física y psíquica sólo porque el otro o la otra es diferente. El privilegio de
especie puede anular el discurso crítico, pero la defensa del privilegio es la
defensa de un prejuicio y esta defensa cae con conocimiento, concienciación,
determinación e insistencia.
Lo que se reivindica, desde el animalismo, es un mundo donde la diferen-
cia no signifique dominación, por tanto desde el feminismo y la lucha LGTBI
tenemos mucho que decir sobre la explotación animal, porque los argumen-
tos empleados contra los animales se han empleado también contra mujeres y
sexualidades minorizadas. La explotación animal ha servido de modelo para
el sometimiento de otros grupos humanos.
Por eso es vital la incorporación del discurso animalista a la transversali-
dad de las luchas. Es necesario tejer redes porque el enemigo es, en esencia, el
mismo. Desde el animalismo se lucha por un mundo justo, no por un mundo
“más” justo, porque no puede haber justicia cuando se esclaviza a millones
de seres sólo porque no son como nosotras, no son como nosotros. Justicia
frente a sumisión, tortura y violencia, la voz de quien no tiene voz41. Sabemos
que no se puede luchar contra una injusticia ignorando otra, no se puede
mirar hacia otro lado porque los privilegios a cuestionar sean los propios. En
el fondo, estamos hablando de abolir la esclavitud y la historia del feminismo
enseña cómo se pueden romper las cadenas que parecían imposibles. En pa-
labras de Paul B. Preciado:
“El cambio necesario es tan profundo que parece imposible. Tan profundo
que es inimaginable. Pero lo imposible es lo que viene. Y lo inimaginable
es lo debido. ¿Qué fue más imposible o más inimaginable: el esclavismo o
su abolición? El tiempo del animalismo es el tiempo de lo imposible y de lo
inimaginable. Nuestro tiempo: el único que tenemos.”42
40.
Adams, Carol J., “Ecofeminismo y el consumo de animales” en Warren, Karen J. (ed.), Filosofías ecofe-
ministas, Icaria Editorial, Barcelona, 1996, p. 195-225.
41.
“La voz de quienes no usan palabras, de Ella Wheeler Wilcox (1910)”, traducción de Michelle Renyé,
en http://www.mujerpalabra.net/blog/?p=2808.
42.
Preciado, Paul B., “El feminismo no es un humanismo”, en http://www.elestadomental.com/revistas/
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