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“Interrelaciones

animales:
los otros y los
humanos”
“Interrelaciones animales:
los otros y los humanos”
Antropología de la Vida Animal
Grupo de estudios de etnozoología
Jornada “Interrelaciones animales:
los otros y los humanos”
Noviembre de 2015.

Prólogo
Mara Martínez 5-11

Relaciones entre animales humanos y


no humanos vistas desde la antropología
Mercedes Cano Herrera 13-32

Bous al carrer y correbous. Cosificación


de los animales como objetos interactvos
para el entretenimeinto.
Jesús Frare i Garcia 33-49

Feminismo y animalismo:
dos luchas con mucho en común
Eva Benet 51-67

Diseño gráfico
Best Boy
Ilustración portada
Alvaro Martín Donquiles

Antropología de la Vida Animal


Grupo de estudios de etnozoología
esta abierta a todas las opiniones pero no
necesariamente se identifica con las de
sus colaboradores.
Prólogo
Mara Martínez Morant

Cuando creamos Antropología de la Vida Animal. Grupo de estudios de et-


nozoología, hace poco más de dos años, lo hicimos porque observamos que
en Antropología no existía un grupo de investigación que dirigiese su interés
a estudiar a los otros animales a partir de una perspectiva diferente a la que
históricamente ha acompañado las investigaciones antropológicas: la de con-
siderar a los animales no humanos como seres sintientes que, por ello, son
acreedores de derechos, de respeto y, por supuesto, de algo que la Antropolo-
gía ha sabido siempre desarrollar en sus estudios, de empatía. Esos prelimi-
nares descubren el interés que guiará el recorrido investigador del Grupo, el
saber, el profundizar en las relaciones que establecemos con los otros anima-
les, sobre todo con los que tenemos más próximos, los domesticados, pero
también nos interesa en la misma medida estudiar las vinculaciones que los
otros animales establecen con los animales humanos.
Y, desde esta mirada bidireccional y amplia sobre las interrelaciones que
mantenemos los animales, que se inscribe también en el veganismo y en con-
siderar los Derechos Animales equiparables a los Derechos Humanos, creí-
mos oportuno aunar diferentes saberes y disciplinas para tratar la cuestión a
través de la creación de un foro de debate, en formato jornada, por donde ini-
ciar el camino de trenzado interdisciplinar con el objetivo de averiguar cómo
se desarrollan esos procesos relacionales. El foro no se cerrará con la realiza-
ción de la jornada sino que queremos que tenga continuidad en el tiempo y
que se convierta en un lugar de referencia y de intercambio de conocimientos
sobre las interrelaciones animales a través de nuestro Grupo.
En la Jornada “Interrelaciones animales: los otros y los humanos” concurrie-
ron ponentes de excepción, expertas en diferentes ámbitos de conocimiento,
que presentaron trabajos desarrollados desde la conciencia de que, en el mo-
mento histórico que atravesamos, de las diferentes y complejas dimensiones
de nuestra relación con los otros animales, se hace imprescindible un tipo de
Prólogo. Mara Martínez

investigación-denuncia-reivindicación manifiesta y concreta como se pudo


conocer a través de las ponencias. Las personas que presentaron sus investi-
gaciones fueron: Mercedes Cano Herrera (antropóloga), Jesús Frare García
(historiador) y Eva Benet Fernández (historiadora). Inicialmente, también
sumábamos la presencia de los compañeros fundadores del Santuario Gaia
pero, debido a la coincidencia de la celebración de la Jornada con la llegada
de nuevos habitantes al Santuario, en condiciones de salud extremadamente
6 delicadas, no fue posible contar con su aportación acerca de lo que significa la
convivencia entre iguales. Con el objetivo de agradecer y reconocer el trabajo
de búsqueda de los corderos que fueron rescatados en Galicia y trasladados
al Santuario Gaia, el compañero Xavier Bayle realizó la lectura de un docu-
mento audiovisual donde, a modo de diario de campo, se recogían todas las
noticias que hasta aquel momento habían sido publicadas por nuestros com-
pañeros Ismael y Coque, desde el Santuario Gaia.
Respecto a las ponencias que se presentan en este libro, se encuentran
cuestiones indispensables aplicadas y bien respaldadas por los análisis que
realizan sus autoras, que nos conducen a repensar con rigor el confortable
papel de protagonistas y en exclusiva que nos hemos otorgado los animales
humanos. La plausibilidad de los alegatos presentados por las ponentes hace
que sus textos nos muestren algunos de los desafíos que enfrentamos en el
pasado más o menos reciente y, sobre todo, los que nos quedan por luchar,
por resolver.
A pesar de que los otros animales no se encuentran presentes en la An-
tropología sino es en función de la utilidad que presentan para cada cultura
y, por ello, son entendidos y descritos desde la perspectiva humana como
objetos y bienes de consumo pasivo, empiezan a aparecer voces que, desde la
Antropología, hablan de una concepción diferente de los animales no huma-
nos resituándolos en el espacio social y restituyéndoles los derechos que les
son inherentes, así como reconociendo su capacidad de agencia.
Una de esas voces es la de Mercedes Cano Herrera que nos presenta las
“Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la Antropo-
logía”. La antropóloga inicia su trabajo alertando sobre la tríada de signos que
avisan sobre la personalidad sicopática de quien ejerce la violencia, contra los
hijos e hijas, el interpersonal y el que se ejecuta contra los otros animales. Si
una de las tres formas de violencia aparece, posiblemente se den las restantes.
Prólogo. Mara Martínez

Situaciones que se traducen en comportamientos contra los otros animales,


desarrollados en la etapa adolescente y que son, no solo un posible trastorno
de la personalidad sino, sobre todo, un factor que incide en la formación de
la identidad provocando que los y las jóvenes que experimentaron violencia
en la infancia se conviertan en seres muchos más violentos en su vida adulta.
La cosificación del Otro (animal no humano) es una de las causas que ha
permitido el maltrato animal, argumenta Cano. La reificación trata al otro
animal como una cosa que no siente y cuya vida depende del animal humano 7
y este decide que el otro animal no tiene valor por sí mismo. El pensamiento
social ha ido transformándose y ya en la Declaración de Cambridge aparece
el reconocimiento explícito acerca de la existencia de conciencia en los otros
animales. Pero el proceso seguido para alcanzar esa metamorfosis en el modo
de aprehender al otro animal ha sido largo, lento, especialmente doloroso y
todavía está inconcluso. Sobre el camino recorrido Mercedes Cano realiza un
paseo a lo largo de la historia para mostrar cómo se desplegado la relación
entre los seres humanos y no humanos.
Respecto a los cambios en la percepción social, Mercedes Cano argumenta
que ya se ha abierto una vía, que da luz al cambio de conocimiento, a través
de investigadores como el jurista Steven Wise, la feminista Carol J. Adams,
etnógrafos como Arnold Arluke o Clinton Sanders. Desde la ética, muy pro-
lífica respecto a estudios sobre los otros animales, la antropóloga cita al fun-
dador del Oxford Centre for Animal Ethics, Andrew Linzey, centro que será
liderado por él mismo y por Priscilla Cohn. También desde la filosofía, auto-
res como José Ferrater Mora, destacado defensor de los derechos de los otros
animales y creador del método filosófico denominado “Integracionismo”, que
pretende integrar sistemas de pensamiento opuestos.
Para acabar su ponencia, Mercedes Cano se refiere a los avances regis-
trados en algunos países y al surgimiento de asociaciones que defienden a
los otros animales. Además, explica que en países pioneros como Austria,
Alemania, Suiza, Francia y Cataluña ya no se considera a los otros animales
como cosas. Y nos conduce Cano a un pequeño municipio, Trigueros del Va-
lle (Valladolid) donde se aprobó por unanimidad la declaración de “vecinos
no humanos” para los perros y gatos. Avances lentos pero imparables que van
incorporando a representantes políticos, tanto presentando su candidatura
en determinados partidos o plataformas políticas, como desde diferentes aso-
Prólogo. Mara Martínez

ciaciones. Concluye la antropóloga afirmando que todavía son muchos los


ámbitos que ha de explorar la Antropología.
“Según el mundo taurino, el País Valenciano es la tierra de los bous al
carrer” así inicia su ponencia “Bous al carrer i correbous. Cosificación de los
animales como objetos interactivos para el entretenimiento”, el historiador Je-
sús Frare García, a través de la cual desarrolla un recorrido por las diferentes
modalidades de esos bous que, señala Frare, son más de 7000 linchamien-
8 tos públicos de toros convertidos en víctimas dobles porque son negados y
linchados mientras los aficionados repiten que “en los bous al carrer no se
mata ningún toro”. Los categorizados como auténticos bous al carrer implican
ocupar el espacio público, que deviene un espacio laberíntico a través de las
calles, y con la instalación de barreras, que son una de las más importantes
causas del sufrimiento del toro porque cierran su posibilidad de escape ante
una masa de animales humanos que le acosan por todas partes. Los bous
pueden ser desde becerros de un año de edad hasta toros adultos.
Además se diferencia entre los toros comprados y los alquilados. Los
primeros, apunta Jesús Frare, son cerriles que llevan el “sello de la muerte”
porque las ganaderías solo los venden si está garantizada su muerte. Esos to-
ros son el reclamo básico para atraer a otros aficionados y prestigiar la fiesta.
En cuanto a los toros alquilados, pertenecen a ganaderías especializadas, y
son animales usados una vez y otra en diferentes festejos; los toros más codi-
ciados son aquellos que más personas han capturado y embestido, muestra
evidente del carácter de la celebración, tanto para el animal humano como
para el otro animal.
Bous cal carrer, bous a la mar, bou en corda, encierros (correbous), toro
embolado, son todas prácticas cuya finalidad es el divertimento de una masa
humana exaltada, deseosa de llevar a cabo actividades que se basan en gene-
rar un sufrimiento indescriptible en los animales que acabarán, como señala
Frare, con el linchamiento del toro. Pero no son estas las únicas fiestas de
sangre que presenta el historiador, también expone otras formas de explota-
ción animal como es el tiro y arrastre realizado con caballos y explica cómo
se desenvuelve esta, desde la cría de los animales hasta la competición, y la
perversidad que acompaña todo el proceso.
Frare también explica la colombicultura, que se aprovecha de los ritua-
les de apareamiento de las palomas para convertir a una hembra en objeto
Prólogo. Mara Martínez

descarnado que habrá de ser violada por un grupo de palomos y acabará


destrozada. El conjunto tiene un simbolismo claro que se traslada a “machos
humanos imponen su poder con impunidad”, revela Frare. En cuanto al pa-
rany i el enfilat, el historiador afirma que el País Valenciano es un lugar espe-
cialmente problemático en las rutas de las aves migratorias porque millones
de ellas mueren cuando atraviesan ese territorio. Mientras que el parany es
una trampa con aspecto de árbol el enfilat es un sistema de caza con red, am-
bas resultan mortíferas para las aves. 9
Continúa Frare describiendo otras formas de masacrar y explotar a los
otros animales y concluye su ponencia presentando alternativas concretas que
podrían ocupar el espacio del sufrimiento, del linchamiento, de la violación,
de la caza, o de cualquier maltrato otorgado a los otros animales. Prácticas
alternativas basadas en trasladar el desarrollo tecnológico a esos espacios de
dolor, proporcionando juegos que erradiquen la cosificación de los animales
y los libren del martirio al que son sometidos año tras año. Alternativas que
supondrían diseño de juegos, recursos que podrían generar nuevos puestos
de trabajo, etc., con el objetivo “de liberar a estos animales de las prácticas de
las que son víctimas”.
La Jornada acaba con “Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho
en común”, la ponencia de la historiadora Eva Benet Fernández, con la que
realiza un recorrido por los andamios sociales de la ideología y la normalidad
frente a las que hay que desarrollar una mirada crítica y cuestionarlas. Pro-
pone Benet que las estrategias argumentales del heteropatriarcado se repro-
ducen en el sistema especista y que, ambos, presentan tesis similares con las
cuales justifican la dominación. La historiadora pone acento al afirmar que
el mundo animalista está constituido por una mayoría evidente de mujeres
y que ha sido un aspecto que ha atraído la atención del heteropatriarcado
quien, en su lucha contra ellas, ha intentado invalidarlas acusándolas desde
zoófilas hasta atribuirles que su adhesión a la lucha animalista está vinculada
con una maternidad frustrada.
Desde el feminismo, apunta Eva Benet, se emplea la metáfora de las “gafas
violeta” para analizar críticamente que lo que se dice a las mujeres es “nor-
mal, natural y necesario”. También el mundo animalista se sirve de esas gafas
críticas para analizar lo que se ofrece como realidad universal aplicada a la
ideología carnista, que emplea los mismos términos para naturalizar el he-
Prólogo. Mara Martínez

cho, además de servir para ver el especismo y su forma de argumentar la


tremenda explotación animal.
Refiriéndose a la lógica de la dominación que guía la explotación de los
otros animales pero también las vidas de las mujeres, Eva Benet señala que
unos y otras reciben la misma consideración, la de “animales”. Iniciándose
un proceso de indiferenciación que niega la singularidad, dado que la cate-
goría de sujeto está en manos del poder y este decide qué clase atribuye a los
10 individuos. Al etiquetar de animalidad a estos, se instituye un ámbito de dis-
criminación, violencia y muerte que afecta directamente a las mujeres y a los
otros animales, sistema opresivo que históricamente ha actuado sobre estos
dos colectivos. Afirma Benet que especismo y heteropatriarcado se confunde
y complementan en esta arena.
Concluye Eva Benet afirmando que los razonamientos que se esgrimen
para defender los derechos de los otros animales son argumentos feministas.
Porque es el feminismo el que enseñó a combatir lo “natural” y a cuestionarlo
como opresión. Frente a los argumentos de justicia que ese cuestionamiento
aporta aparece el privilegio de especie, prerrogativa que supone una barrera
que niega la libertad, la integridad física y síquica, la individualidad y el de-
recho a la vida, afirma Benet. Pero ese privilegio, que es un prejuicio, “cae con
conocimiento, concienciación, determinación e insistencia”.
A través de las ponencias presentadas se hace patente y se denuncia que
los intereses de los animales humanos tienen un peso mucho más relevante
que los de los otros animales. Lo cual supone estar insertas en un paradigma
diferente al clásico enfoque racionalista. Mientras que, hasta hace poco tiem-
po, considerar a los otros animales como seres morales se consideraba un
despropósito, hoy esa visión empieza a transformarse aunque sea un proceso
cuya velocidad esté absolutamente menguada por la infinidad de miradas de
los animales humanos que son reticentes a la equiparación de los Derechos
de los Animales con los Derechos Humanos. Pero, frente a lo que muchos
piensan, quizá la verdadera razón por la que históricamente se ha evitado la
cuestión de los otros animales no está relacionada con la idea de una parte de
la sociedad de que es una cuestión fútil, sino en los beneficios que derivan de
la irreflexión sobre la cuestión. De ahí la importancia de celebrar encuentros,
foros de debate, como ha sido esta Jornada, desde los cuales hacer justicia
al tema que nos ocupa. Jornada que nos ha situado en un contexto práctico
Prólogo. Mara Martínez

donde hemos identificado, una vez más, los abusos en los que cotidianamente
participamos. Como decimos al inicio, tenemos un largo camino por reco-
rrer y queremos hacerlo.

Mara Martínez Morant


Coordinadora de Antropología de la Vida Animal.
Grupo de estudios de etnozoología.
grupava269@gmail.com 11
Relaciones entre animales humanos y no humanos
vistas desde la antropología
Mercedes Cano Herrera

Introducción
La Antropología es, simplemente, la implementación de la empatía para po-
der ponerse en el lugar del otro, verle como un igual dentro de las diferencias
individuales de cada identidad.
El estudio de la formación de las identidades individuales y de grupo
durante los últimos años ha anotado el grave problema que existe entre los
diversos tipos de maltrato. Ya en 1961 se alerta sobre la triada de signos que
nos ponen sobre aviso acerca de la personalidad psicopática de quien ejerce
la violencia. Son tres maltratos que se encuentran íntimamente relacionados:
a los hijos, el interpersonal y el ejercido sobre los demás animales. Si se obser-
va uno de los tres es casi seguro que encontremos los demás.
Hoy en día existen secciones de los cuerpos de policía (UPROMA de
Castellón) que cuentan con patrullas especializadas; éstas acuden a los avisos
de molestias a los vecinos por ladridos o llantos de perros, y a través de estos
signos buscan y casi siempre descubren maltratos domésticos.
Los comportamientos agresivos y crueles sobre los animales vividos en la
etapa adolescente no solo son un signo de alarma que hay que tener en cuenta
para tratar el trastorno antisocial de la personalidad, sino además un factor
de formación de la identidad que potencia el que muchos de los niños y ado-
lescentes que han sufrido o contemplado violencia en la infancia se vuelvan a
su vez violentos. En 1970 un estudio del FBI sobre 36 asesinos convictos mues-
tra que el 46% habían torturado animales en su adolescencia. Y si además la
sociedad no solo les tolera que ejerzan la violencia sobre animales como “una
chiquillada”, sino que además les ríen “las gracias”, se refuerza su postura.
La American Psychiatric Association incluyó en la edición de 1987 de su re-
conocido “Manual de conducta”1 el maltrato a los animales durante la infancia
y la adolescencia como un criterio diagnóstico fiable de desórdenes mentales.
Diagnostic Statistical and Manual of Mental Disorders
1
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

Sobre esta relación entre el maltrato a los animales y la formación de la per-


sonalidad inciden también la Dra. Nuria Querol y el Grupo GEVHA2, creado
en España en el año 2000, la National Link Coalition de USA, en el 2008 y
COPPA3, en el 2012.
El estudio DOMPET4 , realizado por prestigiosos especialistas en 88 refugios
de animales de Argentina, Chile, Colombia, España, México, Perú, Uruguay y
Venezuela, proporciona la siguiente información:
14 Preguntamos a los refugios qué porcentaje de los animales han sido maltratados
(con la excepción del abandono): 37.9% de los refugios informó que entre el 25-
50% de los animales han sufrido violencia. Aproximadamente, el 79.3% de los
refugios ha reconocido una relación entre la violencia familiar y el maltrato ani-
mal. El 73.9% no cuenta con un acuerdo con refugios para mujeres todavía, sólo
un 6.8% de los refugios lo tiene implementado, y el resto están trabajando en el
establecimiento de un protocolo común. En un 61.3% de los centros de acogida, a
las mujeres se les permite visitar a los animales en caso de que ella hubiera tenido
que dejarlo en alojamiento temporal. El 67.1% de los refugios denuncia a la policía
si detecta un caso de maltrato animal. Cuando se les preguntó si creían que las ac-
tividades/terapias asistidas con animales podían ser beneficiosas para las víctimas
de la violencia doméstica, el 93.8% está de acuerdo.
Uno de los factores que ha permitido el maltrato animal ha sido su “cosifi-
cación”, la consideración no como “alguien”, sino como “algo” que no siente ni
padece y cuya vida nos pertenece por completo. Construimos nuestra iden-
tidad bien al margen de ellos, bien destacando nuestra conexión con grupos
de maltrato. Así, la tauromaquia reúne en torno a si a gentes que se sienten
identificadas, unidas y enlazadas con el resto del grupo precisamente por ello,
por defender su perpetuación. Su identidad grupal destaca este aspecto, aun
sabiendo que el toro sí que sufre, cosa que es innegable en la actualidad.
Como iremos viendo a lo largo del artículo esto no solo no ha sido siempre
así, sino que en el desarrollo de la historia de la humanidad han sido muchos
los que han opinado de otra manera y han actuado en consecuencia.
La Declaración de Cambridge5 se realiza tras la celebración de la Francis
Crick Memorial Conference, en la Universidad de Cambridge, donde 13 re-
nombrados neurocientíficos de importantes instituciones, y en presencia de
2
Grupo para el estudio de la violencia hacia humanos y animales.
3
Coordinadora de Profesionales por la prevención de abusos.
4
Querol y otros, 2013
5
Manifiesto firmado en la Universidad de Cambridge el 7 de Julio de 2012
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

Stephen Hawking, firmaron un manifiesto afirmando la existencia de “con-


ciencia” en diversos animales no humanos:
Decidimos llegar a un consenso y hacer una declaración para el público que
no es científico. Es obvio para todos en este salón que los animales tienen con-
ciencia, pero no es obvio para el resto del mundo. No es obvio para el resto del
mundo occidental ni el lejano Oriente. No es algo obvio para la sociedad6.
Tras exponer las evidencias científicas, concluyen que incluso aquellos
animales que no tienen neurocortex son capaces de perciben su propia exis- 15
tencia y el mundo alrededor, que poseen conciencia y que no debe de uti-
lizarse esta carencia para decir que alguien no puede experimentar estados
afectivos. Afirman finalmente que todas las evidencias científicas indican que
los animales no humanos también tienen sustratos de conciencia ya que las
estructuras cerebrales responsables de los procesos que generan la conciencia en
los humanos y otros animales son equivalentes.
¿Cómo han ido evolucionando estas relaciones entre humanos y no huma-
nos a través de las diversas etapas de la historia? ¿Cómo ha influido en las socie-
dades humanas la consideración del resto de los animales? ¿Las identidades de
los humanos han disentido a menudo de lo que les quería imponer su grupo?
A lo largo de la historia no solo las relaciones entre los hombres y los demás
animales han sido ambiguas, dependiendo a menudo del tipo de cultura de
la sociedad humana y de la especie animal, sino que como hemos visto están
profundamente conectadas.
Ha existido un número importante de seres humanos que, conscientes de
la hermandad que existe dentro del mundo animal o de la capacidad de sentir
que tienen, han desarrollado una empatía y un comportamiento hacia ellos
con una ética razonada y de primer orden. La mayoría, al igual que los que se
han divertido maltratándolos, está en el anonimato. Son humanos que nacie-
ron, vivieron y murieron en diferentes épocas y lugares del mundo. Otros han
quedado para la historia, bien por su desprecio hacia el dolor y la consciencia
animal (Descartes), bien por todo lo contrario (Francisco de Asís). Pero in-
cluso los desconocidos para la posteridad han ido poco a poco consiguiendo
cambios en la sociedad.
El mundo de las creencias religiosas también ha tenido mucho que ver en
la forma en la que nos relacionamos con el resto de la naturaleza, en especial
6
Philip Low. Presentación de la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia, 7 de julio de 2012.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

con los animales. Desde la empatía del budismo a los sacrificios rituales de
muchas religiones afroamericanas pasando por las torturas a seres vivos para
celebrar a vírgenes y santos de la Iglesia Católica, pese a la excomunión que
pesa sobre quienes lo hicieren7. Acaba de saltar una noticia a los medios que
nos habla de la condena a muerte en Arabia Saudí de quienes tengan perros
en casa, en un intento de manipulación de la religión musulmana. Y todos
los años el gobierno de este país manda a la muerte a varios miles de animales
16 sospechosos de homosexualidad.

Recorrido histórico de esta relación entre hombres y animales no humanos.


Primeros indicios.
Los hallazgos arqueológicos del largo periodo que va desde los comienzos
de la llamada “hominización” hasta la aparición del hombre actual sobre la
tierra son muy escasos, si tenemos en cuenta la amplia duración de esta etapa
a escala humana. Sin embargo los que se han podido hallar parecen mostrar
una relación no especista, en la que la alimentación se basaba principalmente
en la recolección, la caza y el aprovechamiento de carroña; sin diferenciar a
menudo si era la de otros animales o la de la propia especie con un compor-
tamiento -según los investigadores del yacimiento de Atapuerca- muy similar
al que presentan los chimpancés eliminando a los más jóvenes de otros gru-
pos para no tener competencia en el territorio8.
No parece que la aparición del hombre de Neanderthal cambiara dema-
siado los presupuestos en su relación con los animales, pero apenas tenemos
indicios a excepción, de nuevo, de algunos restos de su alimentación en la
que se mezclan restos de otras especies y de la propia. Svante Pääbo nos dice:
Todos los huesos neandertales de Vindija estaban reducidos a pequeños frag-
mentos… Suele haber marcas de cortes en los huesos en donde estuvieron suje-
tos músculos y tendones, así como marcas de cortes en los cráneos. Resumien-
do, los esqueletos habían sido descarnados, y los huesos que contenían tuétano
aplastados, se supone que para conseguir su contenido nutritivo… la manera
en que estaban aplastados muchos de los huesos neandertales era semejante a
la manera en que estaban aplastados los huesos de animales, como ciervos, que
eran despedazados por los neandertales9.
7
Pío V, De Salutis Gegis Dominici. 1567.
8
http://www.iberarte.com/index.php/canales/ciencia/4989-atapuerca-canibalismo-cultural-por-eu-
dald-carbonell acceso el 25 de septiembre de 2015, a las 09h.15’
9
Pääbo Svante, 2014, p. 190
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

Los comienzos del hombre actual. Cazadores-recolectores.


La llegada del hombre actual y sus formas de vida durante las diferentes
etapas del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico cambió radicalmente el
registro que nos ha llegado. No solo son muchos más los restos que se en-
cuentran para un periodo menos extenso sino que a los despojos de caza se
unen las muestras de arte y los rastros de rituales. Grabados y pinturas en las
paredes de cuevas y abrigos (Altamira, Tito Bustillo, El Castillo, Lascaux…),
arte mueble (como la espátula de Tito Bustillo con un bajorrelieve de un pez 17
nadando e indicios de haberse utilizado para des escamar pescado), ador-
nos para sobrepuestos de indumentaria y colgantes realizados con caninos
atrofiados de cérvidos y conchas, instrumentos musicales aprovechando hue-
sos largos de aves, ofrendas en las tumbas… Las paredes de las cuevas -en
especial los lugares más recónditos que insinúan una fuerte creencia ya en
lo sagrado, lo peligroso, lo apartado- se ofrecen como murales para un arte
que, con total seguridad, tiene relación con una cosmogonía y un mundo
espiritual en el que los animales jugaban un papel fundamental y que a veces
se completó con altares que nos sugieren la existencia de un culto a determi-
nadas especies10
Éste ha sido también el momento elegido por humanos y perros para
unirse en una simbiosis que a ambos beneficiaba: los perros avisaban de la
llegada de peligros, ayudaban en la caza y mantenían el campamento limpio.
A cambio los humanos le daban un grupo para vivir, cobijo y comida.
El Paleolítico Superior y Final y el Epipaleolítico fueron etapas de hermana-
miento en la que los hombres y el resto del planeta se contemplaban en el mismo
nivel y que han visto su continuidad con los pueblos originarios actuales.

Comienzo de la producción. Domesticación y esclavitud.


El inicio de una nueva era en la que los humanos empiezan a verse diferentes
no solo del resto de los animales sino también de otros pueblos y de otras
clases sociales, vino marcada por la sedentarización y su subsiguiente apro-
piación de territorios, animales y personas. El comienzo de la domesticación
parece ser también no solo el de las clases sociales la esclavitud y la servidum-
bre, sino también el del menosprecio hacia otras culturas y grupos sociales y
hacia la mujer en general.
10
Altar al oso en la cueva de Chauvet
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

La esclavización/domesticación de animales afectó no solo al modo en que los


humanos empezaron a relacionarse con los animales capturados sino que se
acabó reflejando en el modo como se trataban entre ellos… una vez los animales
empezaron a ser “domesticados”, los pastores y ganaderos adoptaron determi-
nados mecanismos para conseguir distanciamiento, también una cierta indife-
rencia y justificación, utilizando la negación y el eufemismo para crear una fosa
emocional entre ellos y sus presas cautivas11.
18 Comienza la dominación sobre la tierra y los animales. Se rotula, se quema
y desbroza y se obliga a producir para el ser humano. Es el momento en el que
se inicia la propiedad privada y es necesaria más mano de obra para vigilar y
trabajar tierras y animales para quienes se erigieron en sus amos. Las mujeres
van a ser tuteladas para asegurar que los hijos son propios y se las priva de
voz y voto. Se “cosifica” a quienes no somos nosotros mismos. Las religiones
llamadas reveladas afirman esta tendencia al apoyar al hombre (en masculi-
no) en su pretensión de ser el rey del Universo, hecho a imagen y semejanza
de algún dios y con todo el planeta a su disposición y su servicio.
Empieza también con la domesticación una ambivalencia en las relacio-
nes con los demás animales en la que alternan la deificación y exaltación de
algunos, la inclusión en nuestras familias como un miembro más de los más
cercanos y el maltrato y utilización sistemática de otros.
Muestras de deificaciones tenemos en el Antiguo Egipto con los animales
considerados sagrados representados en pinturas y bajo relieves y momifi-
cados y sepultados con el mismo ritual que los difuntos humanos. El buey
Apis, ibis, papiones, halcones y cocodrilos tenían sus propias necrópolis para
inhumar sus momias.
En cuanto a los que compartían la vida diaria de los egipcios, el gato, ani-
mal sagrado de la diosa Bastis, era uno de los animales más amados por sus
familias, que a menudo incluían sus momias en su propio enterramiento y
que escribían en el sarcófago epitafios sobre su vida, su muerte y su propieta-
rio. Aún hoy en las sociedades que se han instalado en aquellos territorios el
gato es uno de los animales menos castigados.
Los pueblos prerromanos de la Península Ibérica son pródigos en figuras
de animales, bien admirados por su valor, bien considerados como protec-
tores. Las esculturas de toros y jabalíes que aún podemos contemplar en al-
11
Patterson, Ch. 2008, pp. 31 y 32.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

gunos lugares alternan con los hallazgos de arreos de caballos y fíbulas y re-
presentaciones -especialmente con lobos- en las sepulturas de la aristocracia
masculina. Los buitres son considerados casi sagrados, ya que al descarnar el
cadáver ayudan a liberar al alma y llegar al otro mundo.

Grecia y Roma. Los comienzos de los estados de conquista.


En el mundo romano y griego tenemos epitafios en tumbas (“que la tierra sea
tan leve sobre ti como tu peso lo ha sido sobre ella”, reza un enterramiento de 19
una perrita en Roma) y epigramas a algunos animales, como el escrito por
Marco Valerio Marcial a la perrita Isa de su amigo Publio12.
La crueldad, sin embargo, ya nos muestra su cara en estas primeras épocas
de la historia de la humanidad convertida en estado de conquista y donde
la empatía con el resto de los animales es más bien escasa. Diversión con las
peleas de perros, toros, leones, gallos… Cautividad en terribles condiciones
para robarles a sus hijos, sus huevos y su vida. Malos tratos a quienes trabaja-
ban en beneficio del que se consideraba ya su amo. Cosificación terrible que
hace que los utilicemos y luego les desechemos: caballos heridos en batalla o
ya viejos, mulos y burros golpeados en el cráneo y abandonados a los buitres
en los muladares, camadas de gatos arrojados vivos a las aguas o golpeados
contra los muros, perros envenenados, ahorcados, quemados vivos, tirotea-
dos… al igual que los esclavos y cautivos humanos, cuya vida solo tenía el
valor que le diera su amo.
No obstante y por fortuna, siempre ha habido gente que se ha rebelado
contra tanta injusticia dando muestras de compasión y empatía. Muchos son
personas anónimas que no dejan recuerdo para la historia, pero cuya vida
marcó a sus coetáneos y fue esencial para los animales que tuvieron la suerte
de tropezar con ellos. Otros nos han legado su nombre bien por su importan-
cia social, bien por la de sus obras o pensamiento, o porque alguien decidió
reflejar lo que había sido su vida en relación con el amor a los demás, anima-
les incluidos.
Un hito importante es la visibilización de quienes luchan por el resto de
los animales. Considerado generalmente propio “de mujeres y de hombres
débiles”, el amor y respeto por estos ha ido ganando adeptos llegando a me-
nudo a desempeñar un importante papel social. Es cierto que los nombres
12
“Isa”, Epigramas 1,109
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

que tenemos son sobre todo masculinos ya que las mujeres, como en todos
los campos, estaban invisibilizadas. Pero sin duda han sido muchas aunque
casi siempre formando parte del primer grupo, el de las personas anónimas.
En Occidente, uno de los primeros nombres conocidos que nos sale al paso
es el de Pitágoras de Samos, nacido en el 582 B.C. del que han llegado a no-
sotros las siguientes palabras:
Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará
20 en la tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que
siembra dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.
Aristóteles, contradiciendo a su maestro Platón y al poeta Homero, afir-
ma tajantemente que los animales están en la tierra para que los humanos se
sirvan de ellos.
Poco después, ya en el S. I d.C., Plutarco va a defender todo lo contrario y
luchará en forma incesante contra la crueldad hacia los animales, negando lo
dicho por Aristóteles. También en su defensa escribieron, entre otros grandes
pensadores, Ovidio y el cordobés Séneca.

El pensamiento oriental.
Oriente ha contado así mismo con grandes defensores del resto del reino
animal entre sus pensadores y dirigentes religiosos, especialmente en Tibet
e India.
Una leyenda sobre Buda cuenta que un gato se durmió sobre su túnica y éste,
para no molestarle, cortó el trozo sobre el que se había echado y se fue con sigilo.
Y mito o realidad, parece que un gran maestro del budismo Zen tenía un
felino que siempre lo acompañaba. Cuando murió el gato siguió asistiendo
a las reuniones. Poco a poco los demás monasterios incorporaron a estos
animales a sus meditaciones, pensando que ayudaba a tener mejor concen-
tración. Hasta que un siglo después la llegada de un maestro con alergia que
alejó a los gatos de las salas de meditación terminó con la costumbre en el
resto de los monasterios, que se erradicó en un plazo de 200 años.

Edad Media y Renacimiento. Luces y sombras.


Desplazándonos en el tiempo y en espacio hacia la Europa medieval brilla
con luz propia el nombre de Francisco de Asís, nacido a finales del S. XII
en la península italiana en el seno de una familia de ricos comerciantes, que
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

renunció a todo por amor a los demás y fundó tres órdenes (franciscana, her-
manas clarisas y orden seglar). Al igual que los pueblos originarios de hoy en
día se consideraba hermanado con el cosmos entero, alimentaba en invierno
a las abejas, apartaba de los caminos a caracoles y babosas, socorría a los roe-
dores y, en general, defendía a todos los seres vivos.
Poco después, en el Renacimiento, nace en Italia Leonardo da Vinci, in-
teligente y polifacético y del que sabemos que era vegetariano por una carta
escrita por Andrea Corsali a Giuliano de Medici, en la que le dice: 21
Algunos gentiles llamados Guzzarati no se alimentan de nada que tenga san-
gre, ni permiten que entere ellos se infrinja daño a nada que tenga vida, como
nuestro Leonardo da Vinci.
De él también nos ha llegado la noticia de que compraba en el mercado pá-
jaros cautivos para devolverles la libertad. Son de sobra conocidas sentencias
suyas sobre la muerte y esclavización de los animales. Y se dice que afirmaba
que quitarles la leche a las vacas era un robo:
La leche será arrebatada a los niños pequeños.

Los comienzos de la Edad Moderna.


Poco después, en el S. XVI, ve la luz en Lima Martín de Porres, un niño fruto
de las relaciones entre una liberta negra y un hidalgo burgalés. Hijo ilegítimo
aunque reconocido, tiene una infancia pobre y unos comienzos difíciles. Hu-
milde y caritativo, conocido bajo el epíteto de “Fray Escoba”, era vegetariano
y cuidaba a cuantos animales podía. En la casa de su hermana (dos años me-
nor que él) consiguió un patio donde recogía, curaba y alimentaba a perros y
gatos enfermos o con sarna. En el convento daba de comer en el mismo plato
a perros, gatos y ratones, sin que –cosa que admiraba al resto de quienes le
veían- surgiera conflicto alguno entre ellos.

Las primeras leyes de protección animal.


El S. XVII, uno de los más rígidos en la moral cristiana con las normas de
Trento y el calvinismo ya instaurados con fuerza, nos trae no obstante las tres
primeras leyes que contemplan el bienestar animal, todas ellas en el mundo
anglosajón.
La primera de ellas se debe al arduo trabajo del inglés Thomas Wentworth
y ve la luz en Irlanda en 1635. En ella se prohíben algunas prácticas comunes
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

hasta ese momento, como arrancar la lana a las ovejas en lugar de esquilarlas,
y atar el arado a la cola de los animales de tiro. Quien la transgrediera tendría
pena de multa o de cárcel.
Pocos años después, en 1641, la colonia estadounidense de Massachusetts
Bay, basándose en el Massachusetts Body of Liberties escrito por Nathaniel
Ward, de Suffolk (Inglaterra), aprueba leyes de protección para los animales
domesticados. Con enorme valentía en un momento en el que las ideas de
22 Descartes tenían gran predicamento, se opone a ellas declarando que:
A ningún humano le es permitido efectuar algún tipo de tiranía o crueldad hacia
alguna criatura nacida que esté normalmente retenida para uso humano.
Finalmente la tercera, mediado ya el siglo, se debe al trabajo de Kathreen
Kete del Trinity College. En 1654 se aprueba dicha legislación como parte de
las ordenanzas del protectorado, aprovechando la época de Cromwell que
sentía aversión por los espectáculos sangrientos y crueles como las peleas de
perros, gallos o toros.

S. XVIII. Filósofos y pensadores precursores del movimiento en defensa de


los animales.
Si continuamos avanzando por esta senda del tiempo y nos adentramos en el
S. XVIII, nos encontramos con otros pensadores defensores de los animales
como Kant, para el que el deber de respetar a los seres vivos era una obli-
gación del ser humano para consigo mismo. Para él los animales tenían la
consideración de cosas y los deberes para con los animales no les teníamos
directamente sino porque si se permitía a la gente ser cruel con los anima-
les acabaría siéndolo también con los seres humanos. Esta constatación de
la relación entre maltrato animal y maltrato interpersonal ha llegado hasta
nuestros días y hoy nadie duda de esta relación, como veremos más adelante.
A finales del mismo siglo llega al mundo Schopenhauer, uno de los gran-
des defensores de los derechos de los animales, del que hemos extraído el
siguiente pensamiento en el que, como se puede ver, se sigue abundando en
esta relación entre el maltrato animal y los desórdenes mentales:
La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de
carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los
animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos
es la prueba más firme y segura de la conducta moral.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

Jeremy Bentham (Londres 1748, 1832) va a ser seguramente quien más


influya en la fuerza que va a ir adquiriendo a lo largo del S. XX el movimiento
en defensa de los animales. Afirma que a la hora de actuar se ha de tener en
cuenta a todos cuantos seres puedan verse afectados por lo que hagamos, in-
cluidos los animales, perfectamente capaces de sufrir13. Al poco tiempo surge
la primera protectora de animales conocida en el mundo (RSPCA) y el Par-
lamento Británico aprueba una acción legislativa en defensa del bienestar de
algunos animales. 23
J.A. Gleïzès (1773-1843) abogado y escritor francés y abanderado del vege-
tarianismo, muy influyente en su tiempo sobre todo a través de su obra Tha-
lysie: the New Existence14. Comienza sus estudios de medicina, que abandona
al negarse a viviseccionar animales. Tras casarse y trasladarse a vivir al campo
elabora una teoría de vida armónica con la naturaleza, se vuelve vegetariano
y prohíbe cazar en sus tierras.

El S. XIX. Primera relación legal entre el maltrato infantil y el maltrato ani-


mal. El caso de Mary Ellen Wilson.
El S. XIX nos trae un nuevo rumbo. En un momento en el que aún se consi-
deraba a los hijos posesión de los padres y no había leyes de protección a la
infancia, en 1874 se consigue en la Corte Suprema del Estado de Nueva York
la primera sentencia contra el maltrato infantil gracias a la legislación a favor
de los animales. En 1872 Etta Wheeler fue apercibida por unos vecinos de
la existencia de una niña a la que jamás veían. Cuando consiguió acceder a
la casa el espectáculo era dantesco. Allí encontró a Mary Ellen Wilson, una
niña de ocho años desnutrida, maltratada, azotada y a la que habían marcado
con tijeras, cuya única cama era el suelo y a quien jamás dejaron acceder a la
calle. Denunció los hechos ante las autoridades, pero se negaron a intervenir
por ser la niña considerada propiedad de sus padres de acogida. Finalmente
recurrió a la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad Animal
que pusieron a sus mejores abogados a su disposición. Tras llevar el caso ante
la Corte Suprema del Estado de Nueva York, aduciendo que la niña era un
animal y como tal merecía protección, ganaron el caso en 1874.
Ya avanzado el S. XIX y a comienzos del XX, en la generación del 98,
13
Bentham, 1789.
14
1.842.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

Unamuno expresa su repulsa por las corridas de toros. Aunque lo que le re-
pugna realmente no es el daño infligido al animal sino lo que califica como
la barbarie del espectáculo, el embotamiento que produce en el espectador y
el rechazo a un espectáculo degradante que ofrecía parte de la sociedad ajena
al devenir de las nuevas corrientes de pensamiento. Así mismo hablaba del
impacto negativo de la cría de toros en la economía de la época. No obstante,
su relación con los perros es más directa; escribe la elegía a un perro y, im-
24 presionado por la mirada de Remo, el pastor de Ortega y Gaset, le dedica un
poema15.

Los contrastes del S. XX.


El S. XX va a ser el siglo de contrastes en la relación entre las sociedades
humanas y el resto de los animales. Mientras proliferan las explotaciones de
ganadería intensiva, donde los animales no tienen casi ni la consideración
de cosa, donde las más elementales condiciones de ética y de higiene y salu-
bridad quedan relegadas, el proteccionismo y la defensa de los mismos va
haciéndose realidad y expandiéndose por la vieja Europa y los Estados Uni-
dos de Norte América de mano, entre otros, de Henry Salt16 o del novelista
George Bernard Shaw, ambos vegetarianos convencidos. La primera obra
de H.Salt17 tuvo una importancia decisiva en muchos coetáneos. El propio
Ghandi reconoció que su lectura había obrado en forma decisiva no solo en
su ingreso en la Sociedad Vegetariana Londinense, sino también en su forma
de vida:
Me siento especialmente distinguido al encontrar a mi derecha al señor Henry
Salt. Fue el libro de Salt, Una defensa del vegetarianismo, el que me mostró por
qué aparte de un hábito heredado y de la adhesión a un voto que me fue im-
partido por mi madre, tenía razones para ser vegetariano. Me enseñó por qué
era un deber moral concerniente a los vegetarianos el no vivir de la muerte de
nuestros amigos los animales. Por tal motivo, para mí es de sumo agrado tener
al señor Salt entre nosotros.
A partir de ese momento la concienciación de la sociedad con respecto al
trato recibido por los animales va a ser imparable. Poco a poco se abre paso
en Occidente la idea de la capacidad sintiente de los demás animales y se va
15
Unamuno. Cancionero 260.
16
Salt, 1892
17
1886
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

expandiendo a otras regiones, aun en los casos en los que los regímenes tota-
litarios penalizan el cuidado y respeto hacia ellos18.
La atención sobre las granjas de cría comienza con la publicación de Ani-
mal machines de Ruth Harrison19 y no va a parar hasta nuestros días, con
las grabaciones y difusiones de Igualdad Animal. El trabajo de Ruth descri-
biendo la forma en la que son tratados los animales, las jaulas en batería para
las gallinas, las jaulas de aislamiento de los terneros o las de las cerdas va a
inspirar en 1968 la primera legislación de animales de granja de Gran Breta- 25
ña, así como el “Convenio Europeo para la protección de los animales en las
explotaciones ganaderas”, creado por el Consejo de Europa en 1976.

El paso del S. XX al XXI. La toma de conciencia con respecto al trato que se


da a los animales no humanos continúa.
En 1972 ve la luz una colección de ensayos sobre derechos animales del Gru-
po de Oxford20, editada por los filósofos Roslind y Stanley Godlovitch y John
Harris. Este grupo surge en 1968 y comienza a trabajar creando conciencia
sobre los derechos de los animales a través de la realización de seminarios y
campañas locales, dirigidas especialmente contra la cría en granjas y la caza
de la nutria. Entre las obras que publican se encuentra también Animal Libe-
ration, de Peter Singer21. De este autor saldrá poco después Practical Ethics22
P. Singer es el máximo representante del utilitarismo, que no ampara los
derechos morales de los animales (ni humanos ni no humanos) sino el inten-
to de evitar al máximo el sufrimiento. Por ello en un primer momento de-
fiende no utilizar en algunos casos animales no humanos, mientras que en su
etapa siguiente aboga por conseguir los derechos legales para ellos. En ambos
casos como la mejor opción para tratar de evitar todo el sufrimiento posible.
Otra corriente diferente estará representada por los defensores de los de-
rechos de los animales en sentido estricto, entre los que se encuentran Tom
Regan y Julian Frankin.
Tom Regan23 considera que todo ser sujeto de una vida, con las capaci-
dades cognitivas para que ésta le importe aunque no lo haga a nadie más,
18
Como el caso ya comentado de noticia sobre la condena a Muerte en Arabia Saudí a los dueños de
perros, compartido por la imposición de penas a latigazos y multas en otros países como Irán.
19
1964
20
Animals, Men and Morals: An Inquiry into the Maltreatment of Non-humans
21
1975
22
1979
23
1983
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

merece respeto y tiene un valor intrínseco. Difiere de Kant en que éste solo
atribuía este valor a los seres racionales. Argumenta Regan que si un bebé y
un disminuido psíquico tienen derecho a ser tratados con respeto, el resto de
los animales también.
Un sujeto de una vida es un alguien, no un algo, es un ser al cual su vida le
importa incluso si no le importa a nadie más.
Su criterio para ser sujeto de una vida no diferencia especies. Nadie debe
26 de ser tratado como un medio para conseguir los fines de otro y han de tener
derechos para proteger su salud, su vida, su bienestar, su libertad y cualquier
característica que se derive de ese valor inherente.
Julian H. Franklin24 vuelve a afirmar el derecho de los animales no huma-
nos en el mismo grado que los humanos a su propia vida y a su libertad. Tras
examinar, entre otros, los argumentos de Tom Reagan o los ecofeministas
sobre ética y cuidados, concluye que la idea de Kant del imperativo categó-
rico puede formar la base de un sistema ético que incluya a todos los seres
sintientes.
A partir de este momento, muchos de los debates que se van a entablar tiene
como base la capacidad de todos los animales para sufrir y sentir dolor.
Así, Bernard Rollin25, filósofo y profesor especializado en derechos de
los animales y sobre la propia conciencia y miembro del SEAC26 o Richard
Ryder27.
Este último, tras trabajar en laboratorios con experimentación en animales
se declara contrario a ello, siendo el principal responsable de que en Europa
y Gran Bretaña se desarrollara una nueva legislación para proteger a los ani-
males de laboratorio en 1986. En 1972 se une a RSPCA28. Organiza campañas
contra la caza de nutrias y organiza giras por los derechos de los animales.
Fundador del Eurogrupo, principal colectivo de presión en la Unión Euro-
pea por los derechos de los animales, se convierte más adelante en director del
Lobby Político Animal. Algunos de sus grandes logros son la prohibición de la
caza con perros de 2004 y la Ley General para proteger a los animales en 2006.
Uno de los importantes debates institucionalizados hoy en día es el estable-
24
2004
25
1981
26
Scientific Expert Advisory Council (SEAC), for Australian animal welfare group Voiceless, the animal
protection institute
27
1989
28
Consejo de la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad Animal.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

cido entre abolicionistas y bienestaristas que podemos ver representados en


Gary Francione y David Sztybel. Los primeros consideran totalmente injus-
tificado cualquier uso de animales no humanos, mientras que los segundos
defienden que en determinadas circunstancias, y siempre teniendo en cuenta
su bienestar, es aceptable.
Gary Francione, vegano estricto, se niega a comer en lugares donde se cocine
también comida no vegana, ya que:
Si estuviéramos en un lugar donde se cocinaran seres humanos, no querríamos co- 27
mer en el mismo porque quizás en la plancha o el aceite hubiera restos de ellos29.
Fundador y director del Rutgers Animal Rights Law Centre, especialista
en derechos de los animales y uno de los pioneros de la teoría abolicionis-
ta, considera un terrible error el movimiento reformista para el bienestar de
los animales. Su influencia en el movimiento de derechos de los animales ha
puesto el acento en la defensa del veganismo y la crítica al especismo.
Sus trabajos, siempre en orden a la abolición, se centran en tres temas: el
estatus de los animales no humanos como propiedad, las diferencias entre
derechos de los animales y bienestar animal y la sintiencia única de animales
humanos y no humanos como base a su teoría sobre los derechos de estos
últimos.
Contrario a la regulación para el bienestar porque afirma que suponen
solamente un beneficio económico para las personas y se les considera como
una simple propiedad sin tener en cuenta sus intereses en un sentido moral.
Afirma que se les trata en forma que, si fueran humanos, sería considerada
tortura. Denomina neobienestaristas a los que, defendiendo los derechos de
los animales, apoyan la regulación del bienestar animal. Francione dice que
los humanos vivimos en una “esquizofrenia moral” en su relación con el resto
de los animales, pues mientras nos tomamos sus derechos en serio y les con-
vertimos en miembros de nuestras familias seguimos considerándolos una
propiedad, lo que nos hace emplear productos de origen animal.
David Sztybel30 desarrolla una nueva teoría sobre los derechos de los
animales, que denomina “ética del mejor cuidado” y acuña en término “ma-
lestar animal” para referirse al trato que reciben habitualmente los animales
no humanos. En ella defiende que los derechos plenos de los animales se
corresponden a un respeto por todos los seres sensibles ya que éstos son un
29
Comunicación personal durante una comida de grupo en las jornadas “Ethics, acology and amimal
rights”, celebradas en al Universidad de La Rioja del 26 de abril al 20 de mayo de 2010
30
2006
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

fin en sí mismos y que algunas cosas son buenas o malas para todos los seres
que sienten sin diferencia alguna.

Cambios en la percepción social.


El camino ya está abierto por los trabajos de investigadores y pensadores. La
sociedad comienza a cambiar sus percepciones y surgen defensores entre los
juristas como Steven Wise31, politólogos de la talla de Robert Garner32 soció-
28 logos y economistas como el neomarxista David Alan Nibert33, feministas de
la talla de Carol J. Adams34 o etnógrafos sociólogos, entre los que tenemos a
Arnold Arluke y Clinton Sanders.35
El campo de la teología será también invadido por los estudios sobre la
ética con respecto a los animales. Andrew Linzey36, que en noviembre de
2006 funda un centro académico independiente, el Oxford Centre for Animal
Ethics, consagrado a estudios sobre ética animal y cuyos directores serán An-
drew Linzev y Priescilla Cohn37. En unión a la Universidad de Ilinois Press,
publicarán el prestigioso Journal of Animal Ethics, dedicado a explorar las
dimensiones morales de nuestra relación con el resto de los animales.
Finalmente, la filosofía tiene representantes del orden de José Ferrarer
Mora, creador del método filosófico al que denomina integracionismo y con
el que pretende integrar sistemas de pensamiento opuestos. Fue uno de los
introductores de la ética aplicada en el mundo de habla hispana y destaca
como defensor de los derechos de los animales.

Avances en algunos países y surgimiento de asociaciones que defienden a los


animales.
En consonancia con todo este movimiento de la sociedad hacia la conside-
ración de los demás animales, algunos países empiezan a reaccionar. Así, en
1993 el Farm Animal Welfare Council38 del Reino Unido, formula las llamadas
“5 libertades” para el bienestar de los animales de granja, señalando que de-
bieran de estar:
1.- Libres de hambre y sed: fácil acceso a agua limpia y a una dieta capaz de
31
2000
32
1993
33
2002
34
1990
35
1996
36
1994 y 1996
37
www.oxfordanimalethics.com
38
Consejo de Bienestar para Animales de Granja
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

mantener un estado de salud adecuado.


2.- Libres de incomodidad: se les debe otorgar un ambiente adecuado que
incluya protección y áreas de descanso cómodas.
3.- Libres de dolor, injurias y enfermedad: se deben instaurar esquemas pre-
ventivos dentro de las granjas como también establecer diagnósticos y trata-
mientos oportunos.
4.- Libres de poder expresar su comportamiento normal: se les debe entre-
gar espacio suficiente, infraestructura adecuada y compañía de animales de 29
su misma especie, de modo que puedan interactuar.
5.- Libres de miedo y distrés: se les debe asegurar a los animales condiciones
que eviten el sufrimiento psicológico.
Austria, Alemania, Suiza, Francia y Cataluña han dado un paso y ya no con-
sideran a los animales como cosas. En Latinoamérica van avanzando las
leyes poco a poco con campañas como “Basta de TAS”, impulsada por la F.F.W.39,
prohibiciones de tauromaquia reconocimiento de penas por maltrato animal…
Mientras tanto en el resto del territorio peninsular se dan tímidos pasos.
El código penal ha ido avanzando lentamente. El artículo 337 de 2015 ya no
exige el ensañamiento para la condena sino que es un agravante más. Se dife-
rencia entre resultado de lesiones (3 a 12 meses) o de muerte (18 meses). En
algunos municipios se prohíben los circos con animales. En uno muy peque-
ño de la provincia de Valladolid, Trigueros del Valle, se aprueba por unanimi-
dad la declaración de “vecinos no humanos” para perros y gatos.
Lentos avances que son impulsados tanto por el sentir de la sociedad como
por las ONG y asociaciones que surgen por todo el territorio. PRODA para la
educación. LIBERA! dirigida fundamentalmente al lobby. El Proyecto Gran
Simio, para la protección de los grandes simios. Santuarios (Gaia, Wings of
Heart, León Vegano…). Rescate 1 para la recogida y traslado de animales he-
ridos. Protectoras como Sos Gats, Scooby, Patitas Callejeras, Defensa Felina,
El Hogar del Gato…, Fundaciones como Faada, Igualdad Animal, Cacma,
Huellas Cantabria, Peta, Anima Naturalis…
Los representantes políticos también toman conciencia bien a través de
Asociaciones (APDDA), bien presentando sus candidaturas (Rubén Pérez
Sueiras en “Marea”) o con partidos propios como PACMA.
Se organizan grupos en torno a actividades muy concretas, como “Prou”,
39
Fundación Franz Weber.
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

“Pan y Toros”. O en la Universidad (AIUDA, Libera! delegación Universidad).


Los maestros y los niños también se implican (El Cuarto Hocico, Huellas)
Llegamos así a nuestros días en el S. XXI, en los que el movimiento a favor
de los animales ha tomado fuerza y se ha diversificado y en el que cada vez
son más quienes desempañan sus neuronas espejo y empatizan con los que
sufren, sean de la especie que sean. Pero aún queda un arduo camino por
delante, en el que los representantes políticos y los empresarios son un duro
30 escollo, aunque poco a poco se van dando los pasos para conseguir al menos
un ética, una reflexión personal sobre lo que hacemos con los demás.40
Son muchos los campos que aún nos quedan por ver desde la Antropolo-
gía. Las relaciones entre animales y pueblos cazadores recolectores, como los
mbuti del río Ituri, que se consideran semejantes a los chimpancés, de los que
dicen haber aprendido el manejo del fuego. Pueblos originarios que se saben
hermanados con animales que a menudo son su totem. Las ceremonias y
ritos de paso con animales, como los hombres cocodrilo de orillas del Sepic
en Papua Nueva Guinea.
Y un campo muy amplio; la personalidad, relaciones interpersonales y ac-
titudes de muchos de los que unas veces defienden a los animales y otras solo
dicen hacerlo, aprovechando que no tienen voz audible y que a menudo son
invisibles para conseguir un cierto prestigio entre sus contactos.
Pero todo esto tendrá que esperar a otro momento.

Terminado de escribir en Trigueros del Valle, el pueblo de los vecinos no humanos.


Noviembre 2015

40
Mercedes Cano Herrera.
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Relaciones-animales-humanos-largo-historia_6_366473361.html
Relaciones entre animales humanos y no humanos vistas desde la antropología. Mercedes Cano

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Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales
como objetos interactivos para el entretenimiento.
Jesús Frare i Garcia.

Según el mundo taurino, el País Valenciano es la tierra de los bous al carrer.


La última memoria publicada por la Conselleria de Governació1 de la Gene-
ralitat, en el año 2014 se acumularon 7.866 actos de linchamientos de toros,
repartidos en 2.454 jornadas para 284 términos municipales (de 542). Se han
de destacar los 2.016 animales que fueron cruelmente embolados, 858 de los
cuales fueron toros salvajes o cerriles.
Hago memoria y homenaje de los cerriles porque son las víctimas negadas
además de linchadas, cada vez que se dice la frase más repetida por los afi-
cionados: “en los bous al carrer no se mata ningún toro”. Los cerriles llevan,
según lo llaman estos mismos aficionados, el “sello de muerte”. Son animales
comprados a ganaderías, que sólo los venden si esta garantizada su muerte.
Reglamentariamente, en el caso de los bous al carrer, esta se llevará a cabo en
un matadero que cumpla todas las normas y requerimientos legales.
En todos y cada uno de estos más de 7.000 linchamientos, se repite hasta
la saciedad la misma escena. Cuando era pequeño ya me recordaba las que se
representaban los futbolines de delante de casa, con aquellas viejas máquinas
de videojuegos en fila. Aquel lugar era un punto de encuentro de los machos
adolescentes, que competían entre ellos para aparecer en la famosa Score, el
listado de las mejores puntuaciones que la máquina mostraba periódicamente
siempre que no la estaban usando, con el nombre del campeón bien grande.
Cuando me llevaban a los toros, ya los veía como los “videojuegos de los
padres” (con esa edad, un hombre de 25 años ya me parecía un padre). Los
hombres se reunían y pavoneaban como hacían los adolescentes en la puerta
de los futbolines, pasaban la barrera y entraban en la “zona de juego” que
parecía reservada para ellos por una regla no escrita. Por supuesto, las mujeres
estaban dentro de las barreras de tijera con nosotros, los niños y niñas, con

1
Conselleria de Governació i Justícia de la Generalitat Valenciana, Memòria de bous al carrer
2014,
http://www.gov.gva.es/documents/19317797/21299499/MEMORIA+BOUS+AL+CARRER+2014.pdf/
5f9f6461-f31e-4444- b271-39e13633d3a8
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

el mismo papel de espectadoras que tenían las adolescentes en los futbolines.


Ellas nunca jugaban a las máquinas: se reunían en los futbolines y hablaban
entre ellas como hacían las madres en las barreras, mientras los hombres re-
voloteaban a su alrededor.
Con el paso del tiempo, he visto más claramente que ese conjunto de es-
cenarios, condiciones e interacciones para atraer una comunidad de gamers
que se llaman “aficionados”, y que utilizan como la primera justificación de
34 este negocio con unos requerimientos técnicos que lo hacen del todo
insostenible sin el dinero público (elementos de seguridad, recursos “de
diversión” pera crear esas condiciones y escenarios, logística y, por supuesto,
unos animales presentados como protagonistas y que, en realidad, sólo son
los objetos del juego.

Las diversas modalidades de bous al carrer.


La de los bous al carrer es una práctica a partir de una serie de variantes en
cuanto a las características y el número de los animales, los escenarios de los
linchamientos y los elementos que se utilizan.
Los auténticos bous al carrer implican la ocupación del espacio público,
reconvertido en un laberinto de calles más o menos grande y cerrado
con una serie de elementos estructurales que, tradicionalmente, han te-
nido como protagonistas a las barreras de tijera, con un diseño que las hace
estables independientemente de sus fijaciones. La alternativa son las barreras
verticales, menos aparatosas y versátiles.
Estos elementos son una de las principales causas del sufrimiento del toro.
Perseguido por gente que le aparece por delante, por detrás y por los lados,
que desaparece en sus ángulos muertos de visión y que vuelve a aparecer,
intenta encontrar una fuga de la trampa donde está encarcelado. Ve como
la misma gente que le persigue encuentra refugio en las barreras, ve la gente
que mira e incluso le grita desde el otro lado. Ve luces y movimiento e intenta
escapar a través de ellas, y las golpea con fuerza para abrir una vía de fuga. En
muchas de esas situaciones se han puesto de manifiesto las malas fijaciones de
las barreras de tijera, hechas con cuerdas que los atan a unos anclajes fijados
al suelo o, si se da el caso, con las otras barreras. También se han dado casos
de barreras verticales arrancadas de sus fijaciones por el golpe de un toro.
La alternativa está en realizar las mismas prácticas en una plaza de toros,
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

ya sea fija o móvil. Esta es una estructura integral para la tortura taurina y,
además de generar menos riesgos estructurales, ofrece al público una visión
permanente del sufrimiento del animal. Es una alternativa mucho más cara
que la ocupación de las calles de todas y todos, requiere disponibilidad de
espacios y trámites administrativos2 situados fuera de la permisiva cober-
tura del reglamento valenciano de bous al carrer3.
Las consecuencias de esta permisividad son bien conocidas. Los animales
caen desplomados a causa de los golpes contra las barreras, las esquinas de las 35
calles, farolas y otros obstáculos. Se producen graves accidentes con víctimas
humanas, causados por las limitaciones en el número de refugios, por las
aglomeraciones de gente que intenta acceder a ellos y por su saturación, que
los acaba convirtiendo en trampas. Hay víctimas que no son participantes
de los linchamientos, y que son enganchadas por toros que han conseguido
escapar a ella y que, después de generar un costoso despliegue de policía,
terminan muertos a tiros. También hay que contar todas las personas encar-
celadas en su casa mientras se practica el linchamiento, muchas contrarias a
esta práctica, que deben estar oyendo sus mugidos, sus llantos.
En cualquiera de las dos formas se pueden incorporar o no los que se
conoce como “elementos de diversión”. Son estructuras con forma de pirá-
mide, de escalera, tarimas y refugios que sirven de obstáculo para los toros y
de herramienta para los corredores, que los utilizan para diseñar estrategias
a la hora de hacer recortes o para conseguir espectaculares saltos del toro,
para que haga persecuciones alrededor de ellas y, por supuesto, para que las
embista. Son causa permanente de lesiones e incluso de muerte de los toros.
En cuanto al tipo de animales que se utilizan, la diferencia más importante
es su edad. En los bous al carrer se usan desde becerros de un año, incapaces
de hacer daño a una persona, hasta toros adultos.
También se debe diferenciar entre los toros comprados y los alquilados.
Los primeros, los cerriles comprados, se llevan la parte del león en cuanto a los
presupuestos de las fiestas taurinas y son el principal reclamo para atraer afi-
cionados y generar prestigio a la celebración, mediante carteles donde figuran
2
Presidencia de la Generalitat. DECRETO 143/2015, de 11 de septiembre, del Consell, por el que
aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 14/2010, de 3 de diciembre, de la Generalitat, de
Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos. [2015/7544]. DOCV 7.615
de 15/09/2015,
http:// www.docv.gva.es/datos/2015/09/15/pdf/2015_7544.pdf
3
Consellería de Gobernación y Justicia. DECRETO 31/2015, de 6 de marzo, del Consell, por el que se
aprueba el Reglamento de festejos taurinos tradicionales en la Comunitat Valenciana (bous al carrer).
[2015/2176]. DOCV 7.482 de 10/03/2015,
http://www.docv.gva.es/datos/2015/03/10/pdf/2015_2176.pdf
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

en lugar destacado los nombres de las más famosas ganaderías.


El mercado de cerriles cuenta con “agentes comerciales” de las ganaderías
y actos promocionales consistentes en recepciones de los miembros de las
peñas, con exhibiciones de animales y desayunos camperos cargados de co-
lesterol y cancerígenos. El resultado, como afirman con suficiencia expertos
aficionados a la tortura taurina mayor, es que la ganadería coloca con éxito y
a buen precio lo que el diccionario taurino llama desechos, animales que no
36 han superado la tienta y que han sido separados de los destinados a la lidia y
a la reproducción, demasiado a menudo a causa de enfermedades, secuelas
de estas o importantes limitaciones físicas. Este mercado también es la mejor
forma de “justificar” el trasvase de dinero público a manos privadas, y de ge-
nerar posibilidades para las mordidas, tan desgraciadamente habituales.
Los animales alquilados pertenecen a ganaderías especializadas y gene-
ralmente valencianas, como las de Cucala, Saliner, Machancoses ... Son ani-
males utilizados una y otra vez, entre los que acaban destacando los que más
personas han cogido. El último “toro asesino” ha sido Ratón, de la ganadería
suecana de Gregorio de Jesús. Que dos personas murieran por cogidas suyas,
y que se le atribuyeran más de 40 de heridas, sirvió para que fuera la atrac-
ción principal de muchas fiestas, para que su precio subiera y para que fuera
utilizado hasta pocos meses antes de morir, con 11 años de edad. El padre
del ganadero reconoció que el toro siempre había sufrido mucho durante los
linchamientos y debido a los traslados4.
Reglamentariamente5, ninguno de los animales pueden tener los cuer-
nos íntegros: todos deben ser despuntados para mejorar la seguridad de las
personas. Los toros cerriles podrían correr sin afeitar la primera vez que los
utilizan, pero sólo si no los van a embolar dentro de las 24 siguientes, hecho
prácticamente imposible si tenemos en cuenta que los compran para utili-
zarlos intensivamente, para sacarlos mañana y tarde, incluso varias veces, y
embolarlos por la noche.
Finalmente, los toros se utilizan para diversas modalidades de bous al carrer.
La modalidad básica es la suelta de un animal durante el día, ya sea de mañana
o de tarde. Es el tiempo de los “espectáculos infantiles” con becerros, las vacas
y los bous de vila. Esta modalidad, con animales alquilados (generalmente los
4
El País, Josep Blay, 24/03/2013, Muere ‘Ratón’, el toro estrella,
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/24/actualidad/1364149746_913556.html
5
Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de
Espectáculos Taurinos, artículo 48.2. BOE 54, de 02/03/1996,
http://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1996-4945.
En el reglamento valenciano de bous al carrer, el artículo 24 establece el despuntado obligatorio de los
animales. El artículo 5.3 define la excepción imposible per al afeitado de los toros cerriles.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

más jóvenes) y en las calles, representa la gran mayoría de espectáculos tauri-


nos que se hacen en el País Valenciano.
La variante de los toros a la mar se pone en práctica casi siempre en un
puerto, donde el recinto queda abierto ante un muelle para conseguir el prin-
cipal objetivo: que el animal caiga al agua persiguiendo a los participantes.
Es una práctica especialmente cruel porque, una vez en el agua, los anima-
les no encuentran la manera de volver a tierra firme, donde los sigue espe-
rando el linchamiento. Atrapados por el pánico y rodeados de gente, también 37
sufren el momento en que los cogen por la cabeza o los cuernos desde una
barca, que los tiene que conducir hacia la rampa de acceso al muelle. Muchos
animales mueren de ataques al corazón o ahogados mientras están en el agua.
El toro ensogado o bou en corda se hace determinados municipios donde
tiene tradición, como es el caso de Ontinyent. El animal es atado por los
cuernos con una cuerda de unos 40 metros, que un grupo de participantes sos-
tienen por el otro extremo para limitar sus movimientos. Como se considera
que esta cuerda es un elemento de seguridad suficiente, representa la única
modalidad que se puede realizar sin la protección de ningún recinto cerrado,
sin barreras de protección. A pesar de los “requerimientos de bienestar” con
respecto a la cuerda y al sistema de ligadura en la cabeza, el animal sufre que-
maduras y otras heridas que se añaden a las provocadas por los que sujetan la
cuerda, que a menudo hacen fuertes tirones para desequilibrar y hacer caer al
animal aprovechando sus arrancadas.
Una modalidad menos común es la de los encierros (correbous en catalán).
Consiste en la suelta de uno o varios animales por un recorrido cerrado, con
la intención de que el linchamiento tenga lugar también durante el traslado,
generalmente desde los corrales hasta las plazas o recintos de linchamiento
definitivo. Existen modalidades de correbous a caballo, como la famosa en-
trada de toros y caballos de Segorbe.
La preferida por los aficionados es la modalidad del toro embolado.
Es una terrible práctica donde la tortura del animal comienza, siempre de
noche, mientras está inmovilizado en el cajón y le atan una cuerda en la ca-
beza. La cuerda está enebrada a un utensilio llamado pilón contra el que se
arrastra el toro para inmovilizar su cabeza. Después, un montón de gente lo
inmoviliza completamente para que la persona emboladora le ajuste en los
cuernos una estructura metálica que sirve de soporte a las bolas, que encien-
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

den antes de soltar el animal y cortar la cuerda que lo ataba al pilón. El toro se
convulsiona para librarse del fuego hasta que asume que el mayor peligro lo
representan las personas que le gritan, el golpean y tiran de la cola.
El toro embolado, especialmente con toros cerriles, es la modalidad reina
de los toros en la calle. También es la que más sufrimiento genera y la que
más vulneraciones reglamentarias acumula; heridas al animal durante el em-
bolado, quemaduras, flagrantes prórrogas de los tiempos establecidos, etc.
38 Algunas se hacen de forma tan evidente como los encierros con varios toros
embolados, que ganan popularidad en muchos pueblos de las comarcas de
Castellón y que permiten ver animales que se queman mientras se acercan
los unos a los otros, mientras se buscan para intentar protegerse en manada.

Objetos animados para un uso.


Así son los distintos escenarios o “pantallas” de este terrible juego, donde los
animales son objetos animados para un uso. Lo importante para ellos es esta
condición sustantiva que les niega toda consideración, que los convierte en
propiedades absolutamente subsidiarias de los intereses del negocio taurino
y que hace inviable el reconocimiento de sus derechos y el respeto de sus
intereses de vivir y sobrevivir; de no ser encerrados, atados, linchados o tor-
turados; de poder defenderse y huir del peligro.
Para los bous al carrer, la clave está en el adjetivo, en su capacidad de ser
objetos interactivos por ellos mismos. Esta característica nos lleva a los mo-
mentos históricos donde los individuos esclavos, humanos y no humanos,
eran los únicos motores que se podían accionar y detener, la única fuerza
motriz que se podía usar a conveniencia. Los esclavos y esclavas nunca han
tenido consideración moral para que quien los esclavizaba los pudiera si-
tuarse en el lugar que actualmente ocupan las máquinas, como un medio de
producción sin otro valor que su rendimiento.
Una de estas formas de uso siempre ha sido el entretenimiento con ani-
males y, como toda forma de uso animal, siempre es un arcaísmo que choca
frontalmente con la ética de nuestro tiempo, una rémora del pasado abso-
lutamente superada por la batería de recursos técnicos actuales. A pesar de
que no se encuadra en el ámbito del uso de animales para el entretenimiento,
la campaña latinoamericana Basta de TaS6 (tracción a sangre), es el me-
6
https://www.facebook.com/BastadeTas/
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

jor ejemplo. Su lema, “ni caballos esclavos, ni seres humanos excluidos”,


resume la estrategia de dignificar y reconocer la labor de la gente cartonera,
reconvertida en agentes de reciclaje. Este paso se da mediante la sustitución
por vehículos motorizados de los carros que, de Ciudad Juárez en Ushuaia,
arrastran los caballos, burros y mulas.

Fiestas y deportes valencianos.


Los bous al carrer son la más escandalosa de todas las formas de entreteni- 39
miento con animales con este carácter arcaico que parecen omnipresentes en
el País Valenciano. La ideología que las sustenta las quiere dignificar como
tradicionales, las quiere cubrir con un escudo de romanticismo y de amor por
las raíces y la tradición con el que presionan a los poderes públicos y atacan
a las personas y organizaciones defensoras de los animales. Como todas las
formas de explotación animal, esconden detrás de una imagen idílica la rea-
lidad de los animales sometidos a estas prácticas.
Una de las formas más destacadas es el tiro y arrastre, con las grandes razas
de caballos de tiro. También agrupa un conjunto de prácticas7 encabezadas
por la modalidad de tiro para una pista de 60 metros de largo, cubierta de
arena para dificultar el giro de las ruedas de un carro cargado con el doble de
peso del animal. Es guiado por un único carretero, que debe hacerle cubrir la
distancia en un máximo de 5 minutos para no ser descalificado y más rápido
que el resto para ganar.
Al tratarse de carros y caballos, la gente lo identifica como un deporte muy
antiguo. En realidad, su nacimiento se sitúa en la oscuridad de la posguerra,
su pátina de viejo se la da el franquismo. El primer carretero fue Ramón Ta-
marit, el Morrero de Meliana (Horta Nord), un comerciante de caballos que
vendía en el mercado del cauce del Turia a principios de los años 1940 y que,
para mostrar la calidad de éstos, comenzó a hacer exhibiciones de fuerza por
la arena junto al canal de agua. Es muy esclarecedor que el nacimiento de esta
práctica se sitúe en un mercado de esclavos y en un momento en que el nivel
de mecanización del campo en el mundo occidental ya era muy elevado.
De lo que oculta esta práctica, destacan elementos comunes a todas las
demás:
- La cría y selección de los animales más aptos para el uso deseado, lo que
7
Frare i Garcia, Jesús, Tir i arrossegament. Tradició, esport, estima. Estètica de l’especisme.
http://www.scribd.com/doc/286933644/Tir-i-arrossegament-Tradicio-esport-estima-Estetica-de-l-especisme
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

conlleva el rechazo y eliminación de los sobrantes. En el caso de los caballos


de tiro, se traduce en una conexión directa y permanente con el mercado de
la carne y en la proliferación de casos de abandono de animales hasta que
mueren de inanición.
- El adiestramiento, casi siempre asociado al sobreesfuerzo y al castigo. Los
caballos deben aprender a obedecer las órdenes del carretero, a no luchar por
librarse de las bridas o del sufrimiento que conlleva el esfuerzo a menudo
40 imposible, a someterse completamente mediante la indefensión aprendida.
Este adiestramiento va ligado a los instrumentos de castigo como las varas y
los látigos, los golpes de puño en la cabeza o en las bocas.
- La competición, con los mismos esfuerzos y con el miedo a los castigos co-
nocidos, que se pueden transformar en represalias ya no por hacerlo mal en
la pista de competición, sino por no haber estado a la altura esperada.
Junto con los bous al carrer y el tiro y arrastre, la otra práctica elevada a
condición de identitaria por la Ley de Señas8 aprobada in extremis por el PP
es la colombicultura. Las bandadas de palomas con las alas pintadas de vivos
colores han ganado una buena imagen para esta práctica, basada en el des-
conocimiento de lo que realmente está pasando: se trata de una práctica9 que
se aprovecha de los rituales de apareamiento de esta especie, convirtiendo las
hembras en los objetos de una competición que no las deja un minuto sin
sufrimiento.
En estos rituales de apareamiento, el macho hace para estar junto a la hembra
y representar una danza a su alrededor, haciendo cosas como cortarle el vuelo
para que se tenga que posar, hinchar el buche y hacerle llamadas de atención
con el pico sobre su cabeza. Esta normalidad para un solo macho y una hem-
bra, es manipulada para convertirla en una competición entre un mínimo de
25 machos (normalmente entre 50 y75), todos persiguiendo la misma hembra
a la vez, todos acosándola durante el vuelo para conseguir que se pose, todos
picando su cabeza.
Para hacerlo, los machos son seleccionados entre las crías de los mejo-
res campeones y entrenados desde bien pequeños con hembras que llevan
la pica, una pluma blanca atada a la cola que distingue la hembra en la com-
petición y que los machos aprenden a asociar con la reproducción. Prime-
8
Presidencia de la Generalitat. LEY 6/2015, de 2 de abril, de la Generalitat, de Reconocimiento, Pro-
tección y Promoción de las Señas de Identidad del Pueblo Valenciano. [2015/3127]. DOCV 7.501 de
09/04/2015,
http:// www.docv.gva.es/datos/2015/04/09/pdf/2015_3127.pdf
9
Reglamento de competición de la Federación de Colombicultura de la Comunidad Valenciana,
http://colombiculturacv.es/50/secretaria/REGLAMENTO.pdf
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

ro montan varias hembras encerrados dentro de sus jaulas, y después hacen


vuelos de entrenamiento donde ya compiten con otros machos: primero sólo
uno, después dos, cuatro, nueve, catorce... Así se rechazan los que no ofrecen
resultados óptimos y se seleccionan los mejores, convertidos en expertos en
hacer lo que esperan de ellos.
Por su parte, las hembras no deben tener ningún conocimiento de la
práctica ni del terreno donde las soltarán. Ni siquiera deben tener experien-
cia en la reproducción: deben ser hembras jóvenes y “nuevas”. Su situación 41
recuerda mucho a la de un toro en un espacio que no ha visto nunca, que
no se parece en nada a los terrenos de su ganadería y donde se encuentra,
completamente solo, con un grupo de machos humanos entrenados en el
toreo o con mucha experiencia en los bous al carrer. Lo que vemos son esce-
nas de violación en grupo donde estos machos humanos imponen su poder
con impunidad y que, en el caso de la colombicultura, se realizan a través de
las palomas, orgullo de sus propietarios que hablan de ellos como los “más
atractivos y galanes”. La hembra, sin ninguna oportunidad, acaba destrozada.
Junto a estas tres prácticas, debe situarse otra que no han elevado a los al-
tares porque ha sido proscrita por las normativas de la Unión Europea, al tra-
tarse de un sistema de caza no selectivo que masacra especies protegidas y en
peligro de extinción. Pero esto no ha evitado su protección por parte de las
autoridades valencianas de distintos niveles, provocando sentencias contra la
Generalitat culminadas por las del Tribunal Constitucional español y del Tri-
bunal de Justicia de la UE. Se trata del parany i el enfilat, que han convertido
el País Valenciano en el principal punto negro en las rutas de aves migratorias
que cada mueren por millones a su paso por esta tierra.
El parany es una trampa con aspecto de árbol. Las plantas se elevan para
ofrecer a los pájaros sus ramas, donde se ocultan las perchas impregnadas
con la liga. Cuando estas varas entran en contacto con los animales, se ad-
hieren a sus cuerpos debido al material adhesivo y los hacen caer en el suelo,
donde existe una estructura cerrada con unas redes en forma de jaula. Las
aves que caen fuera de las redes, son atraídas la luz de unos agujeros situados
a la altura del suelo, llamados ratoneras, y que constituyen la última de las
trampas del parany. Limitadas por las perchas, se arrastran hasta allí y termi-
nan atrapadas dentro de las jaulas, que es lo que son en realidad las ratoneras.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

Por su parte, el enfilat es un sistema de caza con red que los cazadores sitúan
en el suelo con comida y un “reclamo”, un jilguero u otra ave cautiva que pía
desesperadamente y atrae a otras hacia la trampa. Lo normal es que se de-
tengan en grupo y, entonces, el cazador escondido acciona un dispositivo de
cuerdas y las captura en todas con el enfilat.
El motivo real de estas cacerías es un lucrativo mercado de la carne a
través de platos tradicionales presentes en la carta de muchos bares y restau-
42 rantes. Son platos que vienen de los tiempos que la gente pobre se tenía que
garantizar la supervivencia con este tipo de trampas, que operaban por ellas
mismas, implacables, mientras quien las había montado trabajaba de sol a
sol. Este objetivo se esconde detrás del silvestrismo10, la práctica de capturar
animales para los concursos de canto, con las mismas esencias que la colom-
bicultura. Dice Flavia de Mattos11: el animal que emite un mayor número de
cantos vence en la prueba dejando testimonio de su virilidad y superioridad
de macho luchador sobre los demás participantes. Lo interesante es que existe
una profunda identificación entre el pájaro y su dueño, y que el desempeño del
pájaro repercute sobre la identidad, y particularmente sobre la masculinidad,
del propio dueño.
Las muertes de las aves son terriblemente agónicas. En su lucha por sobre-
vivir y escapar de las perchas, se arrancan plumas y, incluso, alas y patas. Mu-
chas aún están vivas cuando llegan a las trampas los cazadores, que a veces
entablan almuerzos con los amigos dentro de las estructuras caracterizados
por la caída al suelo de animales que provocan signos de alegría de todos.
Entre estos cuatro “pilares de la tradición valenciana”, según quien los de-
fiende, se sitúan otras muchas variantes con carácter local, ámbito donde
se desarrolla el mismo argumento esencialista. Es, por ejemplo, el caso de
las becerradas cadafaleras que han hecho tristemente famoso el pueblo de
Algemesí (Ribera Alta). En el mismo nivel se sitúan otras como la batalla
de ratas del Puig (Horta Nord) o la suelta de patos del Puerto de Sagunto
(Camp de Morvedre). Mucho más digerible en cuanto a la sensibilidad con
los animales, pero igualmente esclarecedora, es la medición de los espías a
los moros y cristianos de Biar (Vall de Biar, Alcoià).

10
Animalisme CAT, Jesús Frare, 16/11/2014, Capturar (i menjar-se) la bellesa. Silvestrisme, parany i
enfilat.
http://animalismecat.blogspot.com.es/2014/11/capturar-i-menjar-se-la-bellesa.html?q=parany
11
eldiario.es, El Caballo de Nietzche, Lucía Arana, 23/05/2014, La hombría en una jaula,
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/hombria-jaula_6_262183815.html
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

El elemento reactivo al microscopio.


Estos últimos ejemplos ofrecen la posibilidad de observar la misma realidad
a un nivel micro. Durante la sádica batalla de ratas del Puig, la plaza de la
Constitución de este pueblo se convierte en un escenario mucho más pare-
cido al de aquellos futbolines llenos de adolescentes. El contexto no puede
ser más explícito, con el protagonismo en manos de los machos jóvenes de la
quinta, que repiten el mismo ritual de iniciación que sus padres y abuelos a
pesar de que el servicio militar obligatorio desapareció en 1996. Los machos 43
adultos ocupan el segundo círculo y son tan protagonistas como los jóvenes,
mientras las mujeres dan sentido a esta representación desde la periferia.
El maestro de ceremonias es un hombre adulto, experto en preparar los
peroles y mover la cucaña para dificultar la acción de los jóvenes. Primero lo
intenta uno con la ayuda de sus mejores amigos, que lo elevan para que tenga
más posibilidades de acertar a la cucaña con el bastón. Cuando falla varias
veces, acude en su ayuda toda la quinta, hasta que rompen el perol.
Todos los peroles tienen golosinas que caen al suelo cuando los rompen,
provocando las carreras de los y las más pequeñas. Sólo tres o cuatro escon-
den un roedor que, según algunos testigos, a veces han sido conejillos de
indias o conejos y ratas de laboratorio, en lugar de las habituales ratas de
marjal. Todo el mundo en la plaza se mantiene expectante y, con cada mo-
vimiento de bastón que puede romper el perol, se espera su aparición. Para
entender la esencia de esta práctica se debe visualizar como era antes, cuando
los animales estaban vivos. Cuando caían al suelo aterrados, lo hacían entre
las piernas de los chicos de la leva, que las tenían que matar a patadas. Dicen
que los comprados en las tiendas de mascotas quedaban inmóviles, haciendo
que todo fuera más terrible. Las ratas corrían nada más caer al suelo, daban
saltos de un lado y al otro para esquivar las patadas e intentar escapar, lo que
nunca conseguían.
La batalla de ratas del Puig cobró relevancia en 2012. Gente del pueblo lo
había denunciado anónimamente a grupos animalistas, y los medios se hicie-
ron eco poco antes del último domingo de enero, que es el día de San Pedro
Nolasco, patrón El Puig, y de la batalla de ratas. La respuesta fue desafiar a
quien cuestionara la “fiesta” y hacerla igualmente pero con los animales ya
muertos, que es como se hace desde entonces. Los animales ya no caen de
los peroles, sino que los lanzan “anónimamente” desde el público para que
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

los jóvenes les den patadas, o los cojan por la cola y los lancen a las chicas de
su edad.
Es una escena idéntica a la de la plaza de toros de Algemesí durante las
becerradas cadafaleras, y lo es también la del puerto de Sagunto. Los jóvenes
exhiben su habilidad ante las chicas, con el beneplácito de los hombres mayo-
res, mediante un ritual de normalización de la violencia de grupo, siempre en
presencia de niños y niñas. Todo marcado por una una brutalidad sin límites,
44 con un animal indefenso, incapaz de defenderse y que, sencillamente, reac-
ciona ante lo que le están haciendo. Los patos intentan huir de la gente que
los quiere coger y que se mueve con dificultad dentro del agua. Los becerros
de Algemesí primero corren hacia las personas, a veces como si vieran esa
situación como un juego. Después huyen, gritan, lloran.
En el caso de Biar, el componente de brutalidad no existe. Las fiestas de
moros y cristianos son una representación con muchos pasajes cargados
de simbolismo, a menudo con forma de desfiles y bailes. Cada 11 de mayo,
los espías se encargan de obtener la información que permitirá la entrada
mora al castillo. Lo hacen con la medición, que tiene como personaje cen-
tral a la madre de la Mahoma, un hombre disfrazado de mujer que carga un
cántaro a la espalda. Los espías, otros hombres disfrazados, representan que
toman medidas hasta que llegan a la plaza y son descubiertos por los soldados
cristianos del castillo, que disparan un trueno de arcabuz y asustan a la madre
de la Mahoma. Por eso se le cae el cántaro en al suelo y, cuando se rompe, los
hámsters que estaban dentro intentan huir mientras y los niños y niñas co-
rren a cogerlos, aunque a menudo son los padres los que lo acaban haciendo.
Lo hacen con cuidado: los ratones de los espías son mascotas muy queridas.
Los animales generan reacciones de tensión, estallidos, momentos culmi-
nantes. Están asociados con la agilidad, con la habilidad, con la adrenalina,
con los riesgos controlados y, entre todos ellos, los riesgo de perder y de no
conseguir los objetivos marcados. Generan competiciones, carreras reactivas
donde los machos compiten entre ellos evitando la confrontación directa me-
diante un intermediario, un chivo expiatorio que carga con todas las culpas,
con todos los castigos. El animal cosificado es ese elemento reactivo y
que marca la diferencia con el deporte, donde los objetos del juego son
inanimados y manipulados por los y las rivales, actuan como una prologa-
ción de ellos y ellas.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

En el deporte, “lo importante es participar”. Un partido de fútbol haría que


los jóvenes de la quinta del Puig tuvieran que enfrentarse entre ellos y esto
generaría ganadores y perdedores. Si lo hicieran juntos contra otro rival, exis-
tiría la terrible posibilidad de una derrota que frustrará el ritual. En la batalla
de ratas, todos van a una contra una pobre rata sin ninguna posibilidad, sólo
puede ocurrir que uno destaque sobre el resto como destaca el ganador del
Torneo de la Vega, como lo hace el mejor y más hábil recortador de los bous
al carrer. Los animales son rivales en absoluta desventaja, reducidos a objetos 45
con la utilidad de justificar a todos y cada uno de los que “enfrentan” a él.
Ganan, no participan. Nunca pierden: en el peor de los casos tienen accidentes,
a veces mortales.

Es el momento de las alternativas.


Ante una competición de colombicultura, con un grupo de gente mirando
hacia arriba para seguir el vuelo de las aves, se pueden establecer conexiones
con prácticas como las exhibiciones de cometas o de aeromodelismo. Cu-
riosamente, la disciplina original del aeromodelismo es el vuelo libre, que
consiste en diseñar aparatos que hagan largos desplazamientos sólo a partir
del impulso inicial y los reglajes previos. Es el primer salto entre el animal co-
sificado y la máquina, donde la selección y el entrenamiento pasan el testigo
la ingeniería y el diseño.
Prácticas como la cetrería o la colombicultura modernas se podrían expli-
car como una forma anticuada de vuelo diseñado y controlado, sin el com-
ponente tecnológico que permite hacerlo de otra forma que con un animal
adiestrado. Por el contrario, el nivel más desarrollado lo representan los apa-
ratos de radiocontrol, con posibilidades infinitas en comparación con las de
estos estadios primitivos. Puestos unos junto a los otros, los que utilizan ani-
males aparecen como arcaísmos que necesitan desesperadamente de concep-
tos como el de tradición, reconvertida en único argumento publicitario para
el producto de unos negocios que tienen su razón de ser en el uso, explota-
ción y maltrato de animales.
No hay que olvidar que las prácticas más importantes, las que van más allá
del ámbito local, son negocios que mueven bastante dinero. Un aficionado al
tiro y arrastre gasta miles de euros en comprar cada uno de sus caballos
y los arreos, todos los equipamientos que necesita para pegar enganchar los
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

animales a los carros. Necesita una cuadra, necesita remolques y vehículos


para transportar los caballos. Necesita alimentarlos, herrar-los y cuidar de
sus cascos, cuidados veterinarios... La competición necesita de un espacio
muy ancho y unas infraestructuras que se tienen que habilitar cada vez, como
la pista de arena para la competición.
Lo mismo ocurre con los colombaires, que deben contar con mucho espa-
cio para sus jaulas de cría y selección. Compran constantemente animales
46 nuevos para evitar la consanguinidad, y también pueden gastar grandes
cantidades para adquirir campeones o hijos de campeones. En cuanto al pa-
rany, estos han llegado a convertirse en anexos de los chalets y casas de cam-
pos, hechos de obra y dotados de luz y agua corriente.
En el caso de los bous al carrer, el gasto es único para todos los miembros
de una peña, pero mucho más importante: se necesitan barreras, tarimas y
otros equipamientos, alquileres de corrales, seguros, etc. Es prácticamente
imposible que el precio de un toro cerril baje de los 3.000 €. Por Ratón se
llegaron a ofrecer 15.000 € para un día de alquiler12. Un único acto de lincha-
miento, aunque sea con el más barato de los animales alquilados y con los
equipamientos más básicos, cuesta mucho dinero a causa de los costes fijos,
y sería completamente inviable fuera de un cartel más amplio, como mínimo
de un fin de semana con varios actos de tarde y de noche en viernes y sábado.
Estos negocios han encontrado su refugio en las fiestas, que secuestran y
parasitan al igual que hacen con sus presupuestos. Su éxito ha sido el de crear
su nicho con la tradición y el hecho identitario como argumento publicitario,
y donde se defienden como opciones sin alternativas. Así, los viejos rituales
se entrelazan con el alcohol, los excesos y la fiesta hasta la madrugada, hasta
enlazar con la fiesta del día siguiente.
Es el momento de las alternativas. Parece que la clave está en llevar
el desarrollo tecnológico hasta ese nicho, con nuevos retos para superar los
linchamientos y martirios de animales anclados en el pasado. Parece que de-
ben ser preferentemente formas de competición indirecta, a través de nuevos
elementos interactivos que deben hacer el papel “del otro”, del objetivo a
abatir. Incluso, debe caber la asociación entre competidores, las solidari-
dades que permiten construir un discurso sin perdedores. Los primeros pro-
totipos de estas propuestas serían los correbolas o los encierros hinchables,
12
El Mundo, Rodrigo Terrasa, 15/08/2011, El caché del toro asesino,
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/08/14/valencia/1313320329.html
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

que abren todo un camino por recorrer hasta llegar a propuestas en la línea
del paintball.
Sería el terreno de otras personas técnicas como las que ya trabajan para
esta lucha, como las juristas o veterinarias. Sería el terreno para diseñadoras
de juegos por los tiempos y los espacios de las fiestas, en lugar de hacerlos
para una consola. Podrían estar diseñados para tener un bajo coste, pero tam-
bién como recursos de un negocio generador de puestos de trabajo, a partir
de los muchos recursos, privados y públicos, que actualmente se destinan a 47
linchar y torturar animales, a proteger estas prácticas ya publicitar foto.
Por supuesto, se trataría de una aportación más para una estrategia global.
Nuestro objetivo es y será siempre el de liberar estos animales de las prácti-
cas de las que son víctimas, y esto nos obliga a hacer un gran esfuerzo para
conocer y comprender en profundidad todo lo que representan y todo lo que
significan.
Bous al carrer y correbous. Cosificación de los animales como objetos interactivos para el entretenimiento. Jesús Frare

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Feminismo y animalismo1 :
dos luchas con mucho en común
Eva Benet

Cualquier mujer que haya acudido a protestar contra la tortura animal, de-
lante de una plaza de toros, ha escuchado un “vete a fregar” por parte de
personas que entran a la plaza. “Puta”, “abortista”, invitaciones al sexo oral, o
lo que le dijeron a una activista “tú lo que necesitas es que tu marido te pegue
una buena hostia”, completan la lista de gritos. Para los hombres queda el
“maricón”. La división mujer/hombre deja fuera a las personas agénero, aque-
llas que no se identifican con ninguna de estas categorías, pero esta realidad,
que yo sepa, no es contemplada por el mundo taurino. Lo que sí nos gritan,
de forma general, es “catalanista”, delante de la plaza de toros de Valencia o de
la de Valladolid, es indiferente.
Una protesta ante una plaza de toros es una muestra, sencilla y contunden-
te, de la dicotomía de género. Las palabras empleadas contra las y los mani-
festantes no son ni casuales ni inocentes y explican, en parte, la ideología que
hay detrás. Personas que acuden a un espectáculo que consiste en torturar
hasta la muerte, y de forma regulada, a un animal encerrado, se consideran
garantes de la “normalidad”, la vida y la libertad, mientras se indignan por la
simple presencia de una protesta legítima. Esto es muy significativo, porque
nuestra ideología también está definida por quién es nuestro oponente y cuál
es la percepción que tiene de nosotras y de nosotros.
Según esta percepción taurina, desde el animalismo se defiende la diver-
sidad afectiva-sexual y también valores principales del feminismo: la incor-
poración de las mujeres al espacio público, la sexualidad libre y el derecho al
propio cuerpo. Coincido con este análisis, la lucha feminista, LGTBI y ani-
malista son luchas hermanas, a pesar de episodios de incomprensión mutua.
Tenemos muchas cosas en común.
1.
Para que el texto sea más ágil utilizo el singular, aunque son dos movimientos con voces diversas. La
división artificial entre “personas” y “animales” también la empleo por este motivo, como una simplifica-
ción para ganar agilidad.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

El punto de partida principal es una toma de conciencia, una mirada


crítica ante lo que se nos dice que es “normal”. En los tres casos se trata de
movimientos de liberación, que buscan visibilizar a quien ha permanecido
invisible. Compartimos, además, la denuncia de procesos muy parecidos de
cosificación, discriminación y violencia. Por último, esto es clave, tenemos
enfrente una ideología de dominación que tiene en el silencio su estado ideal.
Porque las estrategias argumentales del heteropatriarcado se reproducen
52 en el sistema especista. Partimos de la base del silencio porque “lo que no se
nombra no existe” (principio feminista), así que, desde el poder, se ignorarán
las reivindicaciones de justicia el máximo tiempo posible. Cuando el silencio
ya no sea una opción, el heteropatriarcado y el sistema especista recurrirán a
argumentos muy parecidos: la tradición (“se ha hecho siempre”), la biología
(“es lo natural”) y el amor (“lo hago porque la/le quiero”) para justificar la
dominación. Detrás de estos tres argumentos siempre hay jaulas.
La tradición, la biología y el amor se reforzarán con el desprecio, como un
mecanismo para privar de legitimidad. Según Paul B. Preciado, el término
“feminismo” fue utilizado por primera vez en un texto médico y, posterior-
mente, empleado por Alejandro Dumas (hijo) como descalificación hacia
los hombres que “apoyaban la causa de las ciudadanas2”. Fue a finales del s.
XIX, cuando el sufragismo se reapropió del término y pasó a asociarse con la
igualdad y la justicia social. Queer y animalista, también son un proceso de
reapropiación. Lo queer (extraño, invertido) utilizado contra las sexualida-
des minorizadas y lo animal, reconvertidas en palabras de resistencia, reivin-
dicación y lucha.
El animalismo está formado por una mayoría clara de mujeres y esto
ha llamado la atención desde el principio. Se ha intentado descalificar a las
mujeres con todo tipo de acusaciones: desde la zoofilia3 hasta afirmaciones
que relacionan la lucha animalista con algún tipo de carencia para suplir una
maternidad frustrada.

2.
“Resumen del seminario impartido por Beatriz Preciado”, en http://ayp.unia.es/index.php?option=-
com_content&task=view&id=703, consulta el 16/11/2015.
3.
Como ejemplo de alusiones sexuales constantes para descalificar a una animalista, este artículo pu-
blicado en Mundotoro, sin firma y sin posibilidad de comentar: “Una rubia se hace un dedo”, en http://
www.mundotoro.com/noticia/una-rubia-se-hace-un-dedo/1256270, consulta el 16/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

Las gafas violeta


Desde el feminismo se utiliza la metáfora de las gafas violeta4: analizar de
forma crítica lo que, nos dicen, es normal, natural y necesario. Por ejemplo,
cuando se nos presenta como natural el rosa para las niñas y el azul para los
niños, es el feminismo quien denuncia que se trata de una construcción cul-
tural que no es para nada inocente. El rosa, las muñecas, los juguetes como
escobas o cocinas preparan a las niñas para el espacio privado (la casa, la
maternidad forzada, el cuidado de la familia, etc.). Para los niños quedan los 53
juegos de acción. Es decir, un niño es en sí mismo, una niña es “en función
de”. Esto no tiene nada de natural, es sexismo.
Desde el animalismo también se utilizan unas gafas que cuestionan de
forma crítica lo que se presenta como una verdad universal: que la esclavitud
del resto de animales es legítima. De hecho, siguiendo a Melanie Joy, desde la
ideología carnista se utilizan las mismas tres “N” (normal, natural y necesa-
rio) para justificar el consumo de animales5. Con esas gafas, prestadas desde
el feminismo, vemos el especismo, la discriminación en función de la especie,
que disculpa, justifica y legitima la explotación animal. Porque, en este caso,
la línea arbitraria que define quién tiene derechos y quien no, no es la raza, el
sexo, la opción sexual, la identidad de género ni la clase social, es la especie.
Así, cuando el sistema especista humano nos presenta una corrida de toros
como arte, tradición y cultura, como si estos tres atributos pudieran, en sí
mismos, legitimar la violencia, desde el animalismo se denuncia la tortura y
muerte de un animal, que se realiza simplemente porque se tiene poder. En
el sistema especista los animales son herramientas para un fin (alimentación,
ropa, entretenimiento, vigilancia, experimentación, etc.), igual que para el
heteropatriarcado las mujeres tienen un destino, más allá de su voluntad. En
el fondo estamos hablando de un proceso de apropiación de cuerpos ajenos.

Esclavitud
Durante el s. XIX era comunes los anuncios en prensa de venta de personas.
“Una negra se vende, recién parida, con abundante leche”, es un anuncio de
4.
Lienas, Gemma, El diario violeta de Carlota, Alba Editorial, Barcelona, 2001, citado en Varela, Nuria,
Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 18.
5.
Joy, Melanie, Por qué amamos a los perros nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas. Una
introducción al carnismo, Plaza y Valdés, Madrid, 2013, pp. 100-101.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

18466. Las personas esclavizadas tenían la condición de animales y se las tra-


taba como tal. En 1845, Frederick Douglass, un hombre esclavizado huido,
escribió en su autobiografía qué supone naturalizar la esclavitud. Escribió
parte de la historia de Caroline, una propiedad:
“... el señor Covey era un hombre pobre y comenzaba entonces a ganarse la vida.
Sólo tenía dinero para comprar un esclavo y, sorprendentemente, la compró a
ella, como el [sic] decía, para ‘criar’. La mujer se llamaba Caroline. (...) El señor
54 Covey se la compró al señor Thomas Lowe, que vivía a unas seis millas de St.
Michael’s. Era una mujer grande y sana de unos veinte años que ya había dado
a luz a un niño. Eso era justo lo que él buscaba. Tras comprarla, arrendó a un
hombre casado del señor Samuel Harrison para que viniera a vivir con él un
año. Solía encerrarlos juntos a los dos cada noche. El resultado fue que al final
del año la miserable mujer dio a luz gemelos. El señor Covey parecía muy sa-
tisfecho con aquel hombre y esa desgraciada mujer.”7.
Caroline era tratada como un animal hembra, que trabaja y produce más
animales. Su vida valía tanto como pudiera gestar. La comparación entre la
esclavitud humana y la esclavitud animal es inevitable. Hoy el relato de Dou-
glass lo leemos con tristeza y horror, pero en su momento ese trato era justi-
ficado con las mismas tres “N” de Joy (normal, natural y necesario). Hoy hay
millones de Carolines de otras especies que están siendo inseminadas contra
su voluntad, hormonadas, privadas de sus hijas e hijos y, prematuramente
envejecidas, enviadas al matadero. Son, por ejemplo, vacas. Ellas son una
propiedad, igual que lo fue Caroline. Y nuestra mirada hacia ellas reproduce
los valores esclavistas que relató Douglass y que se resumen en un “son sólo
animales”.
¿Qué es lo que sucede? Que en una lógica perversa se trata a los anima-
les “como animales” y los grupos humanos, señalados como inferiores por
esta lógica de dominación, reciben la misma consideración. Se inicia así un
proceso de homogeneización que niega la individualidad, porque la catego-
ría “individua/individuo” depende del poder y quien carece de él es “hetero-
designado”8, como indica Alicia Puleo. La etiqueta de “animalidad” es una
condena a discriminación, violencia y muerte; con esta etiqueta, mujeres y
animales se han catalogado, históricamente, de forma parecida. El heteropa-
triarcado y el especismo se complementan y se confunden.
6.
“Se vende negra recién parida”, en http://elventano.es/2010/08/se-vende-negra-recien-parida.html,
consulta el 14/11/2015.
7.
Douglass, Frederick, Vida de un esclavo americano escrita por él mismo, Capitán Swing Libros, Ma-
drid, 2010, pp. 115-116.
8.
Puleo, Alicia, Ecofeminismo para otro mundo posible, Cátedra, Madrid, 2011, p. 285.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

Cosificación y lógica de dominación


Son dos conceptos clave relacionados con la “animalidad”. La cosificación
es la negación de la individualidad, es decir, transformar a alguien en algo.
Todo proceso de cosificación comienza por el lenguaje, que es una poderosa
herramienta de ideología. Que el lenguaje es ideología explica todos los obs-
táculos puestos desde la R.A.E. (Real Academia Española) para la incorpora-
ción de un lenguaje no sexista, que visibilice a más del 50% de la población.
Además, hay importantes conexiones simbólicas entre el lenguaje sexista y el 55
especista. Zorra, pájara, víbora, puerca, etc. se utilizan para intentar degradar
a las mujeres asignándoles características animales, que también degradan a
las hembras de otras especies. No es casual que en terminología taurina9 se
utilicen palabras como “machorra” para referirse a una vaca que lleva más de
un año sin parir, “maricón” para un macho que tiene relaciones sexuales con
machos, o “desecho” que es un toro que no sirve para la lidia.
El lenguaje también se utiliza para menospreciar y difundir ideas falsas
que calan en el imaginario colectivo y que sirven para desvalorizar (la frivoli-
dad de las mujeres, la suciedad de los cerdos, etc.), o para invisibilizar la vio-
lencia. Siguiendo a Tom Regan, la industria de explotación utiliza palabras y
mensajes para transmitir a la opinión pública la idea de que los animales que
explota tienen una vida feliz. Es mediante “afirmaciones desconectadas”10,
como la industria cárnica afirma seguir estrictas políticas de bienestar animal
mientras encierra, mutila, hormona y mata. La realidad, por tanto, no se co-
rresponde con esas afirmaciones11 .
Esta invisibilidad también se utiliza en el tratamiento periodístico de la
violencia machista. Mujeres que mueren “al caer” de un piso, de un coche o
bien “por disparos”12 . Parece que escribir “asesinato” es demasiado radical.
Esta invisibilización contribuye a que no se vea la gravedad real del problema
del terrorismo machista y las “muertes” (no asesinatos) se reducen a casos
puntales.
9.
Diccionario Taurino, en http://www.cetnotorolidia.es/opencms_wf/opencms/diccionario_taurino/M/
index.html, consulta el 13/11/2015.
10.
Regan, Tom, Jaulas vacías. El Desafío de los Derechos de los Animales, Fundación Altarriba, Barcelo-
na, 2006, p. 89.
11.
Ejemplos de afirmaciones desconectadas: “El Centro Taurino dará cursos contra el maltrato animal”,
en http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/09/02/madrid/1441216842_331750.html y “Miraclaro, el toro
indultado, reside en La Cantina a la espera de ir a la ‘Mezquita’”, en http://elfarodigital.es/melilla/socie-
dad/170319-miraclaro-el-toro-indultado-reside-en-la-cantina-a-la-espera-de-ir-a-la-mezquita.html,
consulta 16/11/2015.
12.
“Muere una mujer en Vigo al caer desde un tercer piso y la Policía detiene a su marido”, en
http://www.20minutos.es/noticia/2592077/0/muere-mujer-vigo/caer-tercer-piso/detienen-marido/, “El
caso de la fallecida al caer del coche se tramita como violencia de género”, en http://www.europapress.
es/extremadura/noticia-caso-fallecida-caer-coche-caceres-instruye-juzgado-ambito-violencia-gene-
ro-20150316130152.html y el tweet de Antena3, “Mueren dos mujeres por disparos en Lliria, en Valen-
cia” https://twitter.com/a3noticias/status/663420362517037056, consulta el 16/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

La lógica de dominación es una estructura de argumentación que justifica


la subordinación. Se trata de un sistema de valores basado en características
que el grupo dominador tiene y el grupo dominado no. Siguiendo a Peter
Singer13, un grupo tiene poder sobre otro, utiliza este poder para aprovechar-
se de él y elabora una ideología justificativa. La superioridad justifica la do-
minación14 .
Y en esta dominación es clave la dicotomía cultura/naturaleza, razón/
56 emoción, masculino/femenino, humano/animal. No es casual que una de las
acusaciones típicas contra las personas animalistas es que se dejan llevar por
las emociones, ignorando la razón. Dejarse llevar por las emociones es una
característica asignada a lo femenino, con esta acusación hay una intención
de devaluar. Lo masculino se construye excluyendo la empatía, como carac-
terística no deseada de la virilidad.
Para Alicia Puleo, las corridas de toros representan muy bien la dicotomía
razón/emoción, cultura/naturaleza. Según esta autora, la muerte del toro se
concibe como el triunfo de la razón sobre un ser inferior, una razón patriar-
cal que ha expulsado del concepto verdaderamente humano todo lo que se
considera que no forma parte de la masculinidad15. De hecho, las corridas de
toros se presentan casi como un baile, un ritual de seducción, se afirma que
el torero ama al toro y que lo engaña, ganando así la inteligencia a la fuerza.
Como en toda explotación animal se habla de amor, naturaleza y biología (el
toro ha nacido para “eso”), realmente se trata de la fuerza de la dominación
sobre alguien que se ha decidido que es inferior y que es castigado por ello.
Paul B. Preciado, en su texto “El feminismo no es un humanismo”16, se
refiere a esa construcción de lo humano teniendo al sujeto hombre, blanco
y heterosexual como único referente. El feminismo y el animalismo hacen
frente a esta idea luchando desde los márgenes, el animalismo es identificado
por Preciado como un feminismo no antropocéntrico.
Una característica compartida en los sistemas violentos es que la violencia
se presenta como excepcional. Algo que no es fruto de un esquema de domi-
nación, sino consecuencia de una locura o de un desequilibrio. Todavía es ha-
13.
Singer, Peter, Liberación Animal, Editorial Trotta, Madrid, 1999.
14.
El concepto de lógica de dominación lo utiliza Carol J. Adams desde Karen J. Warren en “Ecofemi-
nismo y el consumo de animales” en Warren, Karen J. (ed.), Filosofías ecofeministas, Icaria Editorial,
Barcelona, 1996, p. 195-225.
15.
Puleo, Alicia, Ecofeminismo para otro mundo posible, Cátedra, Madrid, 2011, pp. 389-390.
16.
Preciado, Paul B., “El feminismo no es un humanismo”, en http://www.elestadomental.com/revistas/
num5/el-feminismo-no-es-un-humanismo
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

bitual leer en prensa como la violencia machista es tratada como un crimen


pasional fruto del amor17. Esto también sucede respecto al resto de animales,
cada vez que se realiza una investigación en una industria de explotación
salen a la luz prácticas de abuso y tortura, que el sistema transforma en casos
puntuales18.
Frederick Douglass relataba este caso extremo de tortura:
“Todos los esclavistas de la ciudad están ansiosos por que [sic] se diga de ellos
que alimentan bien a sus esclavos. Sin embargo, hay dolorosas excepciones a 57
esta regla. Justo enfrente de nosotros, en la calle Philpot, vivía el señor Thomas
Hamilton, que tenía dos esclavos. Se llamaban Henrietta y Mary. Henrietta
tenía unos veintidós años; Mary, unos catorce, y eran las criaturas más tullidas
y demacradas que he visto en mi vida. Había que tener el corazón duro como
una piedra para poder mirarlas sin conmoverse. La cabeza, cuello y hombros
de Mary estaban literalmente destrozados. A menudo le palpaba la cabeza y
siempre estaba prácticamente cubierta de llagas infectas causadas por el látigo
de la cruel ama. No sé si su amo las azotaba, pero sí he sido testigo de la cruel-
dad de la señora Hamilton. Prácticamente todos los días pasaba por la casa de
los Hamilton. La señora Hamilton solía sentarse en una gran silla en mitad del
cuarto con un duro cinto de piel de vaca siempre a su lado y no pasaba ni una
hora del día sin que se manchara con la sangre de alguna de las esclavas. Era
rara la vez que las chicas pasaban sin que ella les dijera: ‘¡Más deprisa, negra
mentirosa!’, a la vez que las golpeaba en la cabeza o los hombros con el cinto de
piel de vaca haciéndoles sangrar. Entonces decía: ‘¡Toma eso, negra mentirosa!’,
y continuaba, ‘¡Si no te mueves tú sola, te moveré yo!’. Además de las crueles
laceraciones a las que las sometían sus amos, estas esclavas también estaban
prácticamente desnutridas. Rara era la vez que sabían lo que era comer una co-
mida completa. He llegado a ver a Mary competir con los cerdos por las sobras
arrojadas a la calle. Mary estaba tan golpeada y hecha pedazos que la solían
llamar ‘la picoteada, más que por su nombre”.19
Para la sociedad esclavista, este tipo de conductas era excesiva y desagrada-
ble, aunque fuera legal. No obstante, al aislarla en un único sujeto se transfor-
17.
Uno de los titulares más recientes: “Juan ha matado a la persona que más quería” en
http://elcorreoweb.es/provincia/juan-ha-matado-a-la-persona-que-mas-queria-KD1005149, consulta el
14/11/2015.
18.
“Igualdad Animal revela el sadismo y la brutalidad ocultos en la granja de cerdos de El Escobar de
Murcia”, en http://www.igualdadanimal.org/noticias/6348/igualdad-animal-revela-sadismo-y-brutali-
dad-ocultos-en-la-granja-de-cerdos-de-el-escobar, consulta el 14/11/2015.
19.
Douglass, Frederick, Vida de un esclavo americano escrita por él mismo, Capitán Swing Libros, Ma-
drid, 2010, pp. 82-83.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

ma en la excepción al sistema, no en el producto del sistema mismo, porque si


la violencia es puntual, el sistema no ha de cambiar. Paradójicamente, se señala
a quien denuncia la violencia de tener una ideología violenta.20
Por eso, desde el feminismo, se insiste tanto en que la violencia machista
es terrorismo (dominación mediante el terror) y en que éste debería ser una
cuestión de Estado. 60 mujeres han sido asesinadas este año por el terrorismo
machista en el Estado español, ellas han muerto por ser mujeres y, sin embar-
58 go, esos asesinatos siguen entendiéndose como casos puntuales, no como la
manifestación de violencia extrema de un sistema que discrimina y cosifica a
la mitad de la población humana.
La violencia rutinaria, no la excepcional, se disfraza de razón. Las mujeres
y los animales que no pertenecen a nuestra especie conocen bien qué signi-
fica eso. La razón patriarcal es utilizada contra los cuerpos de las mujeres,
siempre imperfectos, siempre mejorables. La medicalización de la menopau-
sia y la terapia hormonal sustitutiva es sólo un ejemplo, que sirve para dibujar
la forma en la que cuerpos sanos de mujeres son patologizados simplemente
por el factor edad.
La terapia hormonal sustitutiva consiste en suministrar estrógenos a las
mujeres para que no dejen de menstruar. A lo largo de la Historia, las mujeres
han experimentado el cese de la menstruación de forma diversa, una de ellas
era entenderlo como una época de madurez y de placer, donde se podían
tener relaciones sexuales sin el riesgo de un embarazo. En los años 60 del
siglo XX, se empezó a relacionar la desaparición de la regla con un abismo,
donde las mujeres sufrían desde rotura de huesos a parada cardíaca.21 De esta
forma comenzó a relacionarse feminidad con menstruación y se creó una en-
fermedad, para la que se ofreció una terapia de por vida para no dejar de ser
mujeres. Fue necesario un macro estudio independiente, llevado a cabo por
Women’s Health Iniciative, para cuestionar el tratamiento hormonal prescrito
indiscriminadamente a mujeres con procesos biológicos sanos y para poner
sobre la mesa que ese tratamiento no sólo era innecesario, sino que ni pro-
tegía el corazón, más bien todo lo contrario, ni protegía de la osteoporosis22.
Hoy hay mujeres que temen la menopausia porque se les ha repetido hasta la
saciedad que es algo negativo a lo que hay que poner solución, no un proceso
20.
Términos como “ecoterrorista” o “feminazi” tienen esa función. Para leer más sobre la utilización de
estas palabras: Unidos contra la represión del movimiento de Derechos Animales. El Proceso, en http://
www.unidoscontralarepresion.org/el-proceso/ y “Pequeña guía sobre el feminismo”, en http://verne.
elpais.com/verne/2015/03/08/articulo/1425824349_082960.html, consulta el 14/11/2015.
21.
Freixas, Anna, Nuestra menopausia. Una versión no oficial, Paidós, Barcelona, 2007, pp. 52-54.
22.
Ibídem, pp. 64-69.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

natural que vivir en plenitud. Los hombres también llegan a la andropausia


y, que yo sepa, no hay anuncios en televisión que adviertan que ésa será una
época dramática para la que tendrán que medicarse de por vida.
En la dicotomía razón/emoción, la ciencia se ha utilizado contra las mu-
jeres y contra los animales de formas muy diversas, a veces coincidentes en
el tiempo. A principios del s. XX, en los Estados Unidos, se expulsó a las
comadronas de los partos y fueron sustituidas por médicos. Esta expulsión
coincidió con la construcción de grandes laboratorios donde se utilizaban 59
animales. Estos dos hechos tienen mucha relación, porque la expulsión de las
comadronas (mujeres con conocimientos sobre partos, que hablaban el idio-
ma de la mujer que iba a parir, que esperaban el tiempo que fuera necesario
junto a ella) no obedece a una cuestión económica: es una cuestión práctica,
la medicina necesitaba material para practicar y el material eran las mujeres
pobres, que no podían ir a otro lugar y a quien nadie, en el caso de que pudie-
ra entenderlas, iba a escuchar23 .
Hay una relación directa entre la lógica de dominación y la jerarquía dico-
tómica (naturaleza/cultura). La vinculación de las mujeres con la naturaleza
es clave para entender muchas de las características que el heteropatriarcado
asigna a las mujeres, características que justifican su dominación histórica.
Al asociar a las mujeres con la naturaleza se destaca la función reproductora,
se las relega al ámbito familiar y doméstico y quedan, por tanto, excluidas de
la esfera pública. Lo público es el espacio de la razón y lo privado el lugar de
los sentimientos y la emoción, características femeninas y sin valor ni presti-
gio en el sistema patriarcal.
Al estar más cerca de la naturaleza, las mujeres están más cerca de los ani-
males. En la lógica patriarcal, mujeres y animales comparten la falta de capa-
cidad para razonar, pero no sólo eso, se les asignan características conjuntas
como: la emoción, la intuición, la irracionalidad y lo instintivo. Nada de esto
tiene valor ni prestigio.
Esta asociación tan dañina ha hecho visible, para muchas mujeres, otros
tipos de opresión. La lucha antiesclavista fue una lucha protagonizada por
mujeres, Nuria Varela explica que en el Congreso Antiesclavista Mundial de
Londres, en 1840, cuatro mujeres norteamericanas fueron obligadas a seguir
las sesiones detrás de una cortina. Esto fue un detonante para el avance de los
Ehrenreich, Barbara, English, Dreidre, Por tu propio bien. 150 años de consejos expertos a mujeres,
23.

Capitán Swing, Madrid, 2010, pp. 135-141.


Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

derechos de las mujeres, porque volvieron dispuestas a organizarse y pelear24 .


No hay una fuerza más potente en el mundo que una feminista furiosa.

Encuentros y desencuentros
En 1975 Peter Singer escribió “Liberación animal”25, este libro es un pun-
to de partida teórico que proporcionó una base argumental al movimiento
de derechos animales. Al posicionarse contra la explotación, el animalismo
60 hizo suya la frase de Mary Wollstonecraft, “me declaro en contra de cualquier
poder cimentado en prejuicios, aunque sean antiguos”. La autora de “Vindi-
cación de los derechos de la mujer” 26 había experimentado en vida la discri-
minación, la injusticia y el desprecio, que continuó tras su muerte.
Aunque los primeros movimientos de defensa animal surgen en los años
70 del siglo XX, la reflexión sobre el trato a los animales es muy anterior y,
en esta reflexión, las voces de mujeres fueron muy numerosas. Mary Wolls-
tonecraft, Margaret Fuller, Lucy Stone, Frances Power Cobbe, etc. Ellas iden-
tificaron el abuso que sufrían los animales, lo condenaron y lo denunciaron,
luchando a la vez por el derecho al voto. El sufragismo estuvo muy vinculado
a la lucha contra la vivisección.
Desde el animalismo tenemos una deuda con el sufragismo, le debemos
mucho de lo que somos y de lo que hacemos. Como explica Nuria Varela27 : “El
sufragismo se vio obligado a intervenir en política desde fuera, llamando la
atención sobre su causa y con vocación de no violencia. Así que tuvo que en-
sayar y probar nuevas formas de protesta. Y acertó. El sufragismo se inventó
las manifestaciones, la interrupción de oradores mediante preguntas siste-
máticas, la huelga de hambre, el autoencadenamiento, la tirada de panfletos
reivindicativos... Todos éstos fueron sus métodos habituales. El sufragismo
innovó las formas de agitación e inventó la lucha pacífica que luego siguieron
movimientos políticos posteriores como el sindicalismo y el movimiento en
pro de los Derechos Civiles” y, añado, el movimiento de Derechos Animales.
Todos los pasos hacia adelante logrados (la creación de refugios, la crea-
ción de asociaciones para luchar contra el maltrato animal, las primeras re-
glamentaciones), fueron protagonizados por mujeres a las que, muchas veces,
les fueron negadas las posiciones de responsabilidad.
24.
Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 46.
25.
Singer, Peter, Liberación Animal, Editorial Trotta, Madrid, 1999.
26.
Wollstonecraft, Mary, Vindicación de los derechos de la mujer, Cátedra, Madrid, 2000.
27.
Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008, p. 51.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

La publicación de “Liberación animal” coincide con el movimiento por


la liberación de las mujeres. En aquel momento se teoriza el patriarcado, se
da nombre a un sistema violento que permanecía invisible, y se comienza a
relacionar antropocentrismo y androcentrismo como dos caras de la misma
lógica de dominación. Algunas mujeres comienzan a establecer un nexo de
unión entre las dos luchas. Es decir, los diferentes tipos de opresión tienen
en común ser “el otro/la otra” frente al paradigma del individuo racional
(hombre de la especie humana, heterosexual y de raza blanca), por tanto, las 61
opresiones sufridas por las mujeres, por las otras opciones sexuales y por los
animales empiezan a analizarse de forma conjunta.
El feminismo cultural y el primer ecofeminismo aportaron análisis de las
vinculaciones entre las opresiones mujeres-animales-naturaleza. Sin embar-
go, en un caso y en otro el discurso llevó a un esencialismo hoy superado. Es
lógico que, desde el feminismo, se reaccione negativamente ante la vincula-
ción de las mujeres y la naturaleza, o lo maternal, porque esta vinculación se
ha utilizado históricamente contra las mujeres. Además, la idea de la “madre
tierra” reproduce la figura de la madre en la sociedad patriarcal y es dañina, a
su vez, para el planeta y para quienes habitan en él. ¿Qué es una madre en el
patriarcado? Alguien que nos provee de todo, que se encarga de todo lo que
podamos necesitar, que nos quiere y nos cuida incondicionalmente, alguien
que renuncia a sí misma con abnegación.28 Estas ideas no sólo han llevado a
una crisis ecológica que amenaza este planeta, también han causado muchísi-
mo sufrimiento en mujeres que, simplemente, querían ser.
Con los discursos esencialistas ya superados, con muchas más aportacio-
nes teóricas, experiencia y miradas diversas, ahora intentamos construir un
feminismo animalista que tiene en la justicia y la empatía sus ejes centrales.
Recuperamos, de nuevo, la frase de Mary Wollstonecraft.

Feministas y animalistas
El objetivo es visibilizar las raíces de la subordinación y permitir la alianza
entre el feminismo y el animalismo. El veganismo, la herramienta política
para conseguir la liberación animal, es también una cuestión de género. Con
esta herramienta iniciamos un boicot personal, como el que en su día llevó
Roach, Catherine, “Ama a tu madre: sobre la relación mujer-naturaleza”¸en Warren, Karen J. (ed.),
28.

Filosofías ecofeministas, Icaria Editorial, Barcelona, 1996, p. 112.


Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

a cabo Rosa Parks, y nos negamos a participar en un sistema que discrimi-


na, cosifica, tortura y destruye cuerpos que considera diferentes. Esto es una
cuestión feminista porque el machismo, además, es visible en cualquier as-
pecto de la explotación animal. Los experimentos sobre privación maternal,
la colombicultura o el uso de gallinas “ponedoras” sirven para entender esta
afirmación.
Los experimentos sobre privación maternal estudian en primates los efec-
62 tos del aislamiento. Un tipo de experimento consiste en aislar a un/a bebé
(primate) de todo estímulo y mantenerlo/a en permanente estado de terror.
Los experimentos son muy variados: en otro se seda a la madre químicamen-
te, se tapan sus pezones para impedir que su hijo pueda mamar y ella es co-
locada en un asiento de seguridad. Cuando el bebé empieza a llorar e intenta
mover a su madre de manera frenética, ella no puede responder. En, al menos
un caso, se escucha a las personas que investigan riendo mientras ella trata
desesperadamente de mantenerse despierta para consolar a su bebé29. ¿Esto
no es violencia patriarcal? Los experimentos mismos lo son: su origen coinci-
de con la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, se pretendía
demostrar que una mujer que no se dedicara, en exclusiva, a las labores de
crianza y cuidado, causaba un daño irreparable a sus hijas e hijos.
La colombicultura30 es una competición que consiste en soltar a una palo-
ma hembra, marcada con la “pica” (una pluma blanca enganchada a su cola,
que la identifica), que es perseguida por muchos palomos machos, cuyo nú-
mero nunca baja de veinticinco. La paloma hembra ha de cumplir unos re-
quisitos: debe ser joven, no se ha tenido que aparear antes y no ha de conocer
el terreno. La competición consiste en perseguirla y gana el macho que más
veces esté cerca de la hembra, identificado como el macho “más galante”. Los
machos le pican la cabeza de forma repetida y la dejan sin plumas y cubierta
de sangre. Picar la cabeza de la hembra forma parte del ritual de apareamien-
to, pero no de esta manera, no veinticinco palomos a la vez. Esto no se da
en la naturaleza, no se da en libertad. La hembra intenta huir, pero no tiene
ninguna oportunidad porque ella es el objeto del juego. Queda destrozada,
de hecho no hay fotos de las hembras después de la competición. La colom-
bicultura es la escenificación de una violación en grupo, provocada por los
29.
“Psychological Torture Experiments at NIH Must Stop”, en http://investigations.peta.org/
nih-baby-monkey-experiments/, consulta el 13/11/2015.
30.
“Colombicultura, la cultura amagada”, en http://animalismecat.blogspot.com.es/2011/12/columbicul-
tura-la-cultura-amagada.html, consulta el 15/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

hombres, que se divierten mirando. Bien, pues esta práctica se presenta como
galantería.
Por último, las gallinas “ponedoras” son el ejemplo de manipulación de
los cuerpos para producir más, con el menor coste, el menor espacio y el
menor tiempo posible. La industria de explotación de estos animales hace
una selección y, en ella, los machos se descartan (los matan). En libertad, una
gallina pondría unos 30 huevos al año. En explotación, dependiendo del tipo,
la puesta oscila entre los 250 y los 310 huevos al año. Esta manipulación de 63
su naturaleza repercute en unos cuerpos envejecidos de forma prematura31 ,
van al matadero a los dos años como máximo, cuando podrían vivir diez. La
industria de explotación convierte a seres sensibles, sociables e inteligentes en
máquinas de producir huevos manipulando su capacidad de reproducción.
Como se indica en la introducción al libro de Melanie Joy32, los instrumen-
tos de explotación no están diseñados para ser crueles, sino para ser rentables.
Esto también sucedía con la esclavitud humana. El diagrama del Brookes,
símbolo de la lucha antiesclavista, fue un ejemplo de aprovechamiento del
espacio. En este barco negrero se podían amontonar a cerca de quinientas
personas dentro de su pequeña bodega, prácticamente unas encima de otras.
Porque la industria de explotación siempre quiere recuperar su inversión.

La etiqueta de animalidad
Sara Baartman, mujer de la etnia khoikhoi, fue llevada a Europa como una
atracción circense en el s. XIX. En base a las características de su cuerpo, se
querían demostrar las teorías raciales que afirmaban que el hombre europeo
blanco estaba en la cúspide de la humanidad. Ella fue exhibida y su cuerpo
mostrado como una curiosidad, fue obligada a desfilar desnuda sobre una
plataforma de dos pies de altura. Por un pago adicional, el público la podía
tocar sin su consentimiento. Debido a las protestas antiesclavistas, fue trasla-
dada a París, donde fue, de nuevo, exhibida por un domador de fieras. Forza-
da a prostituirse, murió con 25 años. Su cuerpo fue diseccionado y una de las
conclusiones, basada en sus genitales, es que ella y su pueblo eran los espe-
címenes más bajos y bestiales de la humanidad. Sus restos fueron expuestos
al público durante más de 160 años. Fue en el año 2002 cuando la Asamblea
31.
Son muy frecuentes los prolapsos cloacales, el desprendimiento del oviducto como consecuencia de
una puesta tan grande de huevos.
32.
Joy, Melanie, Por qué amamos a los perros nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas.
Una introducción al carnismo, Plaza y Valdés, Madrid, 2013, p. 12.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

Nacional francesa accedió a que sus restos volvieran a su país de origen. Sara
Baartman es un símbolo nacional en Sudáfrica.
Ruth Toledano recogió la campaña publicitaria que una empresa de ex-
plotación animal, Navidul, llevó a cabo el año 2014. Consistía en regalar, a
las mujeres que dieran a luz el 4 de mayo de ese año, el peso de su bebé en
jamón. El director de márketing de Navidul lo expresaba así: “Queremos ha-
cer un homenaje a las recientes madres en el día más importante de su vida,
64 entregándoles uno de sus regalos más anhelados tras dar a luz, porque ser
madre en estos tiempos merece algo más que un pan bajo el brazo”33. Esas
declaraciones y la campaña son muy clarificadoras: tras parir, lo que una mu-
jer desea es un jamón. Tal vez las mujeres preferirían ser las protagonistas del
parto, controlar su cuerpo frente a prácticas como la episiotomía, o no ser
despedidas por ser madres, ni relegadas a contratos precarios para intentar
el imposible de conciliar la vida familiar y laboral. Además, la maternidad,
siguiendo ese razonamiento, es el momento más importante en la vida de una
mujer. Esa visión de la maternidad, como destino biológico, da miedo, pero
¿y las otras madres? Las que, en libertad, se organizan en grupos matriar-
cales y comparten las labores de cuidado. Ellas no están porque ni siquiera
son. Mutiladas de forma sistemática, hormonadas para reducir sus “ciclos
improductivos”, privadas de sus hijas e hijos, sometidas a embarazos forza-
dos y continuos, probablemente con estereotipias fruto del confinamiento
extremo34. Madres que, en muchos casos, sólo verán la luz del sol para ir al
matadero. Ellas son animales y, por tanto, pueden ser tratadas como hace dos
siglos se trató a Sara Baartman, bajo la una misma etiqueta: la animalidad.
Asignar esta etiqueta, que priva de los derechos más básicos, tiene otras
consecuencias. El maltrato animal es un indicador de violencia general y de
violencia machista en particular. Núria Querol ha estudiado los vínculos en-
tre ambos tipos de violencia y sus conclusiones son claras35: en los Estados
Unidos, en los años 90 del siglo pasado, comenzaron a realizarse estudios
sobre la relación entre la violencia machista y el maltrato animal. Según estos
estudios, la violencia contra los animales es una forma de control y domina-
ción contra las mujeres. Es un hecho que las mujeres retrasan su salida de un
hogar violento por miedo a no tener dónde dejar a sus animales. Es decir, no
33.
Ruth Toledano, “Cuando las madres son unas cerdas”, en http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/
drama-madres_6_255884423.html, consulta el 14/11/2015.
34.
Documental Granjas de Cerdos: una investigación de Igualdad Animal, en https://vimeo.
com/11862518.
35.
“Violencia doméstica y maltrato a los animales”, en http://www.gevha.com/analisis/articulos/violen-
cia-general/1173-violencia-domestica-y-maltrato-a-los-animales, consulta el 14/11/2015.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

encontrar un refugio seguro, que incluya a los animales, les impide abando-
nar un entorno de violencia. En Estados Unidos, con todas estas evidencias,
hay proyectos muy positivos, como el Rose Brook Center36, donde las mujeres
se pueden recuperar junto a sus animales. En el estado español esto es todavía
un sueño. A pesar de las evidencias, de los casos dramáticos y de las vidas
en peligro, los animales siguen quedando fuera de las casas de acogida. Y al
dejarles fuera, quedan fuera también muchas mujeres.
Este año se han dictado las primeras condenas a prisión por maltrato animal 65
en el Estado español, tres en total. En dos de ellas, los agresores habían sido
condenados previamente por violencia machista37. En la tercera, el asesino
del caballo Sorky intentó justificar que haberlo matado a golpes fue conse-
cuencia de un arrebato, y también empleó, en su defensa, el término “amor”38.

Romper con “el otro/la otra” como exclusión


Históricamente, mujeres y animales han sufrido una opresión compartida, la
exclusión de la vida moral se justificaba con argumentos muy parecidos: re-
ligión, tradición, biología, etc. La animalidad está tan profundamente entre-
lazada con los conceptos de género, raza y sexualidad que ha servido durante
mucho tiempo como contraste para reflejar lo que se considera la singulari-
dad humana (hombre, blanco, heterosexual).
Es cierto que, desde el feminismo, se han dado respuestas totalmente
opuestas ante la explotación animal. Dos autoras: Simone de Beauvoir, por
ejemplo, se manifestó partidaria de las corridas de toros e indiferente ante
el sufrimiento animal. De hecho, acusó de “burguesas” a las personas que se
cuestionaban las prácticas de tortura, mientras se mostraba fascinada con las
corridas de toros, que mostraban la “violencia irracional como manifestación
pura de la vitalidad del pueblo” 39.
Carol J. Adams, por su parte, cuestiona, desde el feminismo, que comer
carne sea natural y relaciona el abuso hacia los animales con la opresión que
36.
http://www.rosebrooks.org/
37.
“A prisión un granadino por matar a un perro tirándolo por la ventana”, en http://www.granadahoy.
com/article/granada/2147074/prision/granadino/por/matar/perro/tirandolo/por/la/ventana.html y “El
condenado por matar de hambre a su perro en Palma ya está en prisión”, en
http://www.diariodemallorca.es/sucesos/2015/10/29/condenado-matar-hambre-perro-palma/1066518.
html, consulta el 16/11/2015.
38.
“Entra en prisión el condenado por matar al caballo Sorky en el Hipòdrom de Manacor”, en
http://www.diariodemallorca.es/deportes/2015/10/21/entra-prision-condenado-matar-caballo/1064563.
html, consulta el 16/11/2015.
39.
Puleo, Alicia, Ecofeminismo para otro mundo posible, Cátedra, Madrid, 2011, p. 391.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

sufren las mujeres. En su trabajo se posiciona con los animales, denunciando las
prácticas de explotación que sitúan al ser humano siempre en el lado ganador40.
Porque los argumentos que se utilizan en los derechos animales son ar-
gumentos feministas. El feminismo nos enseñó a cuestionar “lo natural” y,
al cuestionar lo natural como opresión, lo cuestionamos todo. Frente a los
argumentos de justicia aparece el privilegio de especie, como barrera para
negar la individualidad, el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad
66 física y psíquica sólo porque el otro o la otra es diferente. El privilegio de
especie puede anular el discurso crítico, pero la defensa del privilegio es la
defensa de un prejuicio y esta defensa cae con conocimiento, concienciación,
determinación e insistencia.
Lo que se reivindica, desde el animalismo, es un mundo donde la diferen-
cia no signifique dominación, por tanto desde el feminismo y la lucha LGTBI
tenemos mucho que decir sobre la explotación animal, porque los argumen-
tos empleados contra los animales se han empleado también contra mujeres y
sexualidades minorizadas. La explotación animal ha servido de modelo para
el sometimiento de otros grupos humanos.
Por eso es vital la incorporación del discurso animalista a la transversali-
dad de las luchas. Es necesario tejer redes porque el enemigo es, en esencia, el
mismo. Desde el animalismo se lucha por un mundo justo, no por un mundo
“más” justo, porque no puede haber justicia cuando se esclaviza a millones
de seres sólo porque no son como nosotras, no son como nosotros. Justicia
frente a sumisión, tortura y violencia, la voz de quien no tiene voz41. Sabemos
que no se puede luchar contra una injusticia ignorando otra, no se puede
mirar hacia otro lado porque los privilegios a cuestionar sean los propios. En
el fondo, estamos hablando de abolir la esclavitud y la historia del feminismo
enseña cómo se pueden romper las cadenas que parecían imposibles. En pa-
labras de Paul B. Preciado:
“El cambio necesario es tan profundo que parece imposible. Tan profundo
que es inimaginable. Pero lo imposible es lo que viene. Y lo inimaginable
es lo debido. ¿Qué fue más imposible o más inimaginable: el esclavismo o
su abolición? El tiempo del animalismo es el tiempo de lo imposible y de lo
inimaginable. Nuestro tiempo: el único que tenemos.”42
40.
Adams, Carol J., “Ecofeminismo y el consumo de animales” en Warren, Karen J. (ed.), Filosofías ecofe-
ministas, Icaria Editorial, Barcelona, 1996, p. 195-225.
41.
“La voz de quienes no usan palabras, de Ella Wheeler Wilcox (1910)”, traducción de Michelle Renyé,
en http://www.mujerpalabra.net/blog/?p=2808.
42.
Preciado, Paul B., “El feminismo no es un humanismo”, en http://www.elestadomental.com/revistas/
num5/el-feminismo-no-es-un-humanismo.
Feminismo y animalismo: dos luchas con mucho en común. Eva Benet

Bibliografía
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Madrid, 2010.
· Ehrenreich, Barbara, English, Dreidre, Por tu propio bien. 150 años de consejos expertos a
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· Joy, Melanie, Por qué amamos a los perros nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las
vacas. Una introducción al carnismo, Plaza y Valdés, Madrid, 2013.
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· Regan, Tom, Jaulas vacías. El Desafío de los Derechos de los Animales, Fundación Altarriba,
Barcelona, 2006.
· Singer, Peter, Liberación Animal, Editorial Trotta, Madrid, 1999.
· Varela, Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2008.
· Warren, Karen J. (ed.), Filosofías ecofeministas, Icaria Editorial, Barcelona, 1996.

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