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Las chicas son peor tratadas en los envíos de imágenes sin su consentimiento (Mark
Mawson / Getty)
Cristina Sen, Barcelona
17/03/2018
Actualizado a 17/03/2018 08:12
Más de la mitad de los adolescentes han practicado sexting en alguna ocasión. El envío
e intercambio de contenidos de tipo erótico o sexual a través del móvil o de otros
dispositivos ha aumentado de forma muy significativa en los últimos cinco años entre los
más jóvenes de la mano de la evolución de las nuevas tecnologías.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio de Patricia Alonso Ruido, investigadora
de la Universidad de Vigo, que acaba de presentar su tesis doctoral basada en entrevistas
a 1.286 estudiantes de ESO y Bachillerato con una media de 15,6 años. Prácticamente
todos y todas señalaron la alta frecuencia del sexting, especialmente el envío de
fotografías erótico-sexuales. Entre los adolescentes no hay un acuerdo unánime entre si
son ellas o ellos “el género más sexte”, pero a tenor de los datos que ha recabado parece
que “los chicos envían más textos erótico sexuales, y las chicas más imágenes”.
Los expertos dicen que hay que educar porque detrás llega el acoso, la extorsión o la
violencia de género.
Patricia Alonso cree que aunque no hay que ser alarmistas sí que hay motivos para
preocuparse por las repercusiones que puede tener este intercambio de material erótico.
Las redes sociales son un espacio natural de relación para los jóvenes y los sexts se envían
principalmente a las parejas afectivo-sexuales o a aquellas que esperan que lo sean. Pese
a que confían en aquellas personas a las que envían los contenidos, entre los adolescentes
entrevistados un 37,9% conocía casos cercanos, sobre todo de chicas, que “han sido
objeto de presiones u obligaciones para realizar comportamientos de sexting”, mientras
que un 7,7% han experimentado personalmente estas presiones. Hablan de presiones para
enviar más fotos bajo amenaza de difundir su contenido, y de las burlas cuando esto se
produce. En este contexto, las chicas son tratadas con más dureza.
Aunque aún son insuficientes las investigaciones cuantitativas realizadas con los más
jóvenes, el aumento exponencial del sexting se puede observar en el ámbito universitario:
si en el 2012 era del 27%, en el 2015 llegaba al 44%.
La investigadora cree que es necesario intervenir a nivel educativo pero sin caer en la
pedagogía de miedo, poniendo énfasis en el uso responsable de internet y las redes
sociales. Y llevando a las escuelas la educación sexual.