Alejandro Quintana - El Oficio Del Escritor PDF

El Oficio de Escritor Alejandro Quintana
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recuerda que el éxito de cada uno depende de sus propios conocimientos,
capacidad de aprendizaje, dedicación, deseo y motivación.
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© Alejandro Quintana Tomás, 2013
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Alejandro Quintana Tomás
Barcelona, 1971. Cuenta que, de niño,

prefería leer y escribir en la hora del recreo
a jugar a fútbol. Cuenta también que el
mejor regalo de su vida fue una máquina de
escribir Olivetti. Cuenta que abandonó su
sueño de ser escritor por el sueño de hacer
cine. Y cuenta que abandonó el sueño del
cine por un trabajo estable.
Un buen día, durante una mudanza, apareció una caja de zapatos que acumulaba
polvo en un rincón. La abrió para ver si podía deshacerse del contenido y
aparecieron aquellos cuentos que escribía en el recreo, aquellos primeros cuentos
pasados a máquina. La nostalgia despertó algo dormido durante mucho tiempo.
Demasiado tiempo. Se preguntó dónde había quedado su pasión por inventar
historias. Dónde habían ido a parar sus sueños.
Miró a su alrededor y vio un trabajo estable. Una vida cómoda. Un mundo sin
sueños. Y comenzó a soñar de nuevo. Pero, esta vez, decidió que nunca más
dejaría de soñar. Así que abandonó su empleo fijo y se adentró a fondo en el
mundo de la creación de historias.
Se matriculó en una academia de escritores y aprendió todo lo que se puede

aprender por cuenta ajena: relato, novela, ensayo, lectura analítica, redacción de
informes, corrección de textos… aprendió también por cuenta propia lo que en las
escuelas no enseñan.
Ganó un par de certámenes pequeños de relato y le publicaron otro en una

antología (“Cucarachas”: Leyendo entre líneas, Ed. Hijos del Hule, 2010)
Al mismo tiempo trabajó en los empleos más dispares: fotógrafo en la BBC (Bodas,
Bautizos y Comuniones), montador de vídeos en la misma BBC, llevó por todo el
país un camión, hizo algunos trabajos editoriales corrigiendo textos y realizando
informes… hasta que se metió a comercial y, con el tiempo, montó su propia
empresa.
Aprendió entonces gestión empresarial, técnicas de venta y motivación,

marketing, publicidad… pero ya nunca más dejó de escribir y corregir textos para
otros. Una pasión es una pasión y recordaba la promesa que se había hecho a sí
mismo. Abandonó la empresa a manos de sus socios y emprendió la gran aventura
de su vida: ésta que tienes ante ti.
Persiguiendo sus sueños decidió unificar todos los conocimientos y experiencia

adquiridos para ayudar a otros escritores, a otros soñadores, a cumplir el deseo
de escribir, publicar y poder vivir de su obra.
En la actualidad se dedica a formar escritores, guiarles en su aventura editorial y

apoyarles en sus labores de promoción y ventas. Compagina esta actividad, cómo
no, con la de terminar su segunda novela y escribir todo lo que ronda por esa
cabeza siempre inquieta. Siempre soñadora.
Estás leyendo su primer ensayo-práctico publicado, una condensación en ciento y

pico de páginas de todas las claves que debe conocer un escritor. Es la Biblia que
todo creador de historias, publicado o inédito, debería leer: contiene la más
valiosa información para convertirse en un autor de éxito, en un completo escritor
del Siglo XXI.
Bienvenido al oficio.
ÍNDICE
Descarga de extras y disposicion legal Pag. 1
Semblanza biografica Pag. 2
Índice Pag. 4
Íntroduccion a modo de advertencia Pag. 6
Prologo Pag. 11
Parte I: El escritor profesional
Capítulo 1: Compromiso con un estilo de vida Pag. 15
Capítulo 2: La hoja de ruta Pag. 20
Capítulo 3: La creatividad y como darle alas Pag. 23
Capítulo 4: Los peores enemigos del escritor Pag. 26
Capítulo 5: Como se cuenta una historia Pag. 31
Primera Clave Pag. 44
Parte II: El viaje de tu libro
Capítulo 1: Por que publicar Pag. 46
Capítulo 2: Donde publicar Pag. 48
Capítulo 3: Acceder a las editoriales convencionales Pag. 58
Capítulo 4: Diferencia entre coeditar y auto publicar Pag. 65
Capítulo 5: El futuro del libro digital Pag. 69
Segunda Clave Pag. 76
Parte III: Técnicas de visibilidad, marketing y ventas online
Capítulo 1: El reto de ser visible Pag. 78
Capítulo 2: Presencia en la red de redes Pag. 83
Capítulo 3: Como funciona un blog para
atraer lectores y vender tu producto Pag. 88
Capítulo 4: Campana de marketing Pag. 95
Capítulo 5: Campana de lanzamiento Pag. 99
Tercera Clave Pag. 106
Valoraciones finales Pag. 107
Como puedo ayudarte en tu carrera Pag. 111
Enlaces y bibliografía recomendada Pag. 116
INTRODUCCIÓN A MODO DE ADVERTENCIA
El título de este libro tiene truco. En primer lugar, el oficio de escritor no

es ya exactamente un oficio en el sentido tradicional de la palabra. Es más
bien el dominio de varios factores, que permiten el correcto desarrollo y
finalidad de la creación literaria, su publicación, distribución y venta. Ser
escritor ya no es lo que era, ni mucho menos. Es mucho mejor. Hoy en día
el escritor puede gozar de un control sobre la propia obra nunca conocido
hasta ahora. Para ello, eso sí, tiene que estar pendiente de aspectos que
antes no le concernían.
El subtítulo «La Biblia para convertirte en un autor de éxito» es así, tal

cual: este libro contiene todo lo necesario para alcanzar tu sueño de
convertirte en escritor profesional. Son tres partes diferenciadas, en las
cuales se exponen los factores clave que debe dominar un escritor del Siglo
XXI. Cada una de estas partes es la condensación de una serie de detalles,
trucos, consejos, puntos de vista, técnicas, tácticas, estrategias e
información general de alto, de altísimo valor.
He dudado mucho a la hora de explicar ciertos conceptos. El comunicar

algunos de ellos supone la revelación de secretos celosamente guardados
por maestros de varias disciplinas. Secretos que muchos profesionales
cobran por desvelar en talleres, cursos y seminarios. Pero he decidido
compartir los más útiles a la hora de iniciarse y comenzar una carrera. Tengo
la intención y la esperanza de que te conviertas, al terminar el libro, no en
un principiante sino en un iniciado.
Como aprendiz que fui y sigo siendo, no sólo de escritor sino de algún
que otro oficio más, he aprendido que cuantos más secretos revela un
maestro, más valor adquiere su enseñanza. Aquellos que se guardan «ases
en la manga» lo hacen porque se sienten inseguros. Poco tiene que enseñar
un maestro que teme ser superado por su discípulo.
Y como profesor he aprendido que cuanto más se enseña, más se

aprende. Es una maravillosa manera que tiene la vida de enseñarnos, de
mostrarnos cómo aquello que damos se nos devuelve ampliado. Lo he

comprobado muchas veces. Una de ellas ha sido escribiendo este libro.
¿Es este libro la clave definitiva? ¿Es la garantía absoluta de que sí o sí vas
a triunfar como escritor? No. Y aunque no me creas todavía, depende en
exclusiva de ti. Lo que sí sé con una certeza absoluta es que si no pones en
marcha lo aquí explicado, toda relación con el éxito será pura coincidencia.
Aquí te explico las claves que debes llevar a la práctica. Te enseño las
primeras escalas para tocar el piano. Llegar a ser concertista ya depende de
tu actitud respecto al oficio de escritor y dichas claves.
A quién sí y a quién no va dirigido:

Este libro está dirigido a escritores que desean publicar su obra y vivir de
ella; específicamente a novelistas de ficción, aunque también puede serle
muy útil a escritores de no-ficción: contar en una historia bien estructurada
unos conocimientos prácticos sigue siendo la mejor táctica para captar la
atención de los lectores.
Está dirigido a escritores que desean ser leídos y pagar sus facturas
dedicándose a escribir y sus «efectos colaterales» tales como ofrecer
talleres, charlas y conferencias. Si tu intención es escribir por placer, para
tus amigos y familiares, estoy seguro que al menos la primera parte te será
de utilidad; pero quizá debas centrarte más en cursos, libros y talleres
enfocados en exclusiva a la creación literaria. Lo que aquí ofrezco es el
desarrollo integral del escritor en el contexto del Siglo XXI.
Asimismo pueden beneficiarse los autores ya publicados, en medios

físicos o virtuales, que deseen mejorar la técnica narrativa, difundir su obra
y encontrar lectores, ya sea su intención vender ejemplares o crearse un
público fiel para conducirlo hacia otras actividades.
Me dirijo a mujeres y hombres de toda edad y condición. Si utilizo de

forma genérica el masculino al dirigirme al lector es por convención cultural
y por pertenecer yo mismo al género masculino. Ojalá alguien dé con una
forma eficaz para dirigirse a las personas sin distinción de género. En ningún
momento quiero parecer sexista.
En ciertos pasajes utilizo expresiones de tipo «sobre el papel», «lápiz y

papel», etc. Es la costumbre aceptada para describir el acto de la escritura,
casi una metáfora ya porque hoy en día se usan más otro tipo de soportes.
Y aparte de eso es porque me gusta más así; lo considero romántico. Así que
no me lo tengas en cuenta.
Estructura y contenido:
He dividido este manual en tres partes, cada una de ellas dedicada a una
disciplina del nuevo oficio de escritor.
En la primera parte, tal vez la más «tradicional», explico la técnica

elemental para contar historias y enganchar a los lectores.
Porque no basta con tener una buena idea, debes saber transmitirla de
la forma más amena y entretenida posible, en un mundo de distracciones y
bombardeo constante de contenidos. Tu competencia es mucha y poderosa:
tu libro debe competir con el cine, la televisión, los videojuegos, Internet y
muchos otros libros respaldados por marketing, publicidad y autores
mediáticos. ¿A cuántos lectores quieres llegar? ¿Cuántos libros quieres
vender? Destaca, pues, de la competencia.
Tampoco basta con el talento. El verdadero talento es una mezcla entre

don natural, aprendizaje, técnica, experiencia, preparación y planificación.
Con talento para escribir conseguirás textos muy bonitos pero ¿sigues una
línea narrativa sin desviarte, están bien hilvanadas las tramas secundarias,
bien dosificada la información, bien definidos los personajes…? Una novela
es un mundo complejo y tener talento narrativo no asegura la calidad del
resultado final. El talento por sí solo nunca es garantía de nada, en ninguna
disciplina.
He querido unificar esta clave con otra que podría haber sido una parte
más: actitud. Si no lo he hecho es porque considero que una y otra son
indivisibles, van de la mano y no tienen sentido por separado: de nada sirve
la técnica sin la actitud óptima para aplicarla y de poco sirve la buena

voluntad si no se conoce la técnica.
Por mucho que yo te enseñe a narrar, no conseguirás nada sin el

compromiso necesario, sin la implicación emocional y de todo tu ser con el
oficio. Para ser más claro: no es necesario que escribas como un poseso
muchas horas o páginas al día, vive como un escritor las veinticuatro horas
y con veinticuatro minutos de escritura tendrás suficiente. Veremos cómo
hacerlo; veremos también cómo identificar a tus peores enemigos… y
dominarlos.
En la segunda parte trato el espinoso tema del sector editorial. Un

mundo peculiar, muy diferente a lo que se ve desde fuera y que, además,
está ahora sumido en una profunda transformación. Valoro y contrasto los
cambios de la edición convencional hacia la edición digital.
Publicar un libro en edición impresa sigue siendo una muy buena opción
por muchos motivos, además de los románticos de todo escritor. De hecho
debería ser siempre la primera opción. Pero aunque duela reconocerlo, el
libro tal como lo conocemos tiende a desaparecer, así como la librería
tradicional. Todavía les queda un largo camino por delante y una fatigosa
transformación, pero nuevas formas de llegar al lector se imponen. Intento
en esta parte dar una visión alternativa a la edición clásica y a los retos del
autor inédito.
También le será útil al escritor ya publicado que quiera explorar nuevos

caminos para su obra.
Por último, en la tercera parte me centro en una labor secundaria en el

oficio de escritor hace unos años y que ha pasado a ser un eje central de su
trabajo: el marketing. En el nuevo paradigma digital, y esto es duro pero es
así, si no te conocen no existes y mucho menos te leen, y menos aún alguien
compra tu obra. Las editoriales de siempre ya apenas promocionan a los
nuevos autores y la lucha por estar en la mesa de las novedades es
encarnizada. Los distribuidores mandan en este mercado y sólo entienden
de números. Dales la posibilidad de aumentar esos números y ellos mismos

te encumbrarán.
Aparte de competir con infinidad de contenidos de todo tipo y formato,

debes hacerlo con otros libros ampliamente publicitados de autores
reconocidos; muchos de ellos ni siquiera escritores, sino personajes
mediáticos que publican libros con su firma. En esta parte te mostraré las
características básicas de un marketing efectivo, algunas tácticas de venta,
de marca personal y visibilidad.
Al final del libro encontrarás una valoración personal sobre el oficio de

escritor a modo de apéndice resumen, una bibliografía recomendada con
enlaces interesantes y una guía sobre cómo puedo ayudarte.
Instrucciones de lectura:
Te advierto no obstante que no es un libro de lectura pasiva. Si bien no
he querido incluir ejercicios prácticos, es un tratado que exige una
condición. Cualquiera que decida leer este libro, teniendo en cuenta las
recomendaciones anteriores, debe adquirir un compromiso: el de
interiorizar su contenido y llevarlo a la práctica. De nada sirve un
conocimiento —y los conocimientos aquí revelados son de muy alto valor—
si no se pone en funcionamiento de una forma efectiva.
Por favor, si no te propones de manera fehaciente cumplir este requisito,

te ruego abandones la lectura del libro y te borres de mi lista de correo si ya
te has suscrito a ella. Ni me gusta perder el tiempo ni quiero hacértelo
perder a ti. Mi objetivo es ayudar a escritores a perfeccionar su técnica,
publicar y vender el máximo número posible de ejemplares para que
puedan vivir de su oficio. Todo junto o por separado. Es imposible
conseguirlo sin la colaboración activa del interesado.
Muchas gracias.
Y ahora, si consideras que este libro es apropiado para ti, vamos a

comenzar la aventura. Vamos a perseguir tu sueño.
PRÓLOGO
Tienes un sueño. Tienes una idea. Tienes algo que compartir, algo que
decir. Eres escritor sin saber por qué. Algo te impulsa a trasladar tus sueños,
ideas, conocimientos y pensamientos más íntimos al papel impreso. La
imaginación para crear historias de la nada y la capacidad para ver historias
donde otros sólo ven datos, te hace sentir que eres algo diferente al resto.
Tomar bolígrafo y papel y apuntar ideas en la primera hoja en blanco que
tienes al alcance, no hace más que confirmar esa «rareza». Además, el
hecho de sentarte a escribir durante horas, enfrascado en un mundo
particular y único, te hace sentir bien. Liberas tensiones, despejas la cabeza;
incluso, a menudo, notas punzadas de felicidad. Una frase bien encontrada,
un párrafo especialmente cautivador; un relato terminado que expresa
justo aquello que querías expresar, ni más ni menos. Y todo esto ¿por qué?
No hay más: eres escritor. Es la vocación de la literatura. O bien naces con

ella o te llega por algún hecho puntual. A lo largo de la vida de toda persona
se le presentan multitud de posibilidades de elección. Tú te quedaste con la
opción de escribir. A muchos niños les regalaban una máquina de escribir el
día de su primera comunión. Sólo unos cuantos vieron en ella algo más que
un juguete, más que un objeto útil. Se convirtieron en escritores desde el
momento que teclear sus ocurrencias resultaba divertido, liberador…
mágico.
Tú, quizá, fuiste uno de esos niños.
Quiero pensar que en la actualidad la máquina de escribir en el día de la

comunión tiene su equivalente. Quiero pensar que existen niños y
adolescentes que prefieren imaginar su propio mundo a sentarse frente a
una consola de videojuegos. Que cuando se sientan frente a la pantalla del
ordenador eligen escribir un relato antes que navegar por la red. Sí, es lo
que quiero pensar porque no puedo concebir un mundo sin literatura
fresca; la visión de las nuevas generaciones sobre el mundo, la vida.
Sería decepcionante perder esa visión. Estamos viviendo una nueva era
apasionante, sin precedentes en la historia de la humanidad. La aparición
de Internet ha supuesto, sobre todo en los últimos años, un momento
disruptivo en la historia del hombre.1
¿Exagero? La red es una innovación tecnológica que ya ha producido

profundos cambios sociales. Nos comunicamos y aprendemos de forma
muy diferente a como lo hacíamos hace tan sólo unos pocos, poquísimos
años. La información y la comunicación están ahora al alcance de millones
de personas… ya no desde el salón de su casa, sino desde cualquier lugar
gracias a la movilidad de esta tecnología, a la conexión sin cables.
Y más: cualquiera que cuente con un terminal, basta con un teléfono

móvil conectado a Internet, puede publicar y distribuir contenido. Algo que
antes estaba al alcance de unos pocos se ha convertido en un hecho
cotidiano y accesible. Esto ha cambiado, cambia y seguirá cambiando
muchos procesos productivos y muchos canales de distribución
tradicionales.
Lo cual, como autor, te afecta directamente.
No hace tantos años el escritor escribía y poco más. Sí, debía preocuparse
de publicar su obra. Sí, debía preocuparse de ser reconocido para hacerla
llegar al público. Pero existían canales muy diferentes a los actuales. Los
editores asumían gran parte del trabajo, de manera que el autor podía
dedicarse casi en exclusiva a la producción de textos.
Con Internet y el acceso a la red del gran público, tanto para obtener
información como para generarla, los nuevos soportes publicitarios y la
distribución de libros en formato digital, aparece un nuevo concepto: el
escritor del Siglo XXI. O de la era digital, como prefieras. El autor que no
sólo produce textos, sino que los publica, los distribuye y los vende. Como
si de un monopolio unipersonal se tratara, el éxito de una obra literaria
1
Genís Roca: conferencia TEDx Galicia (Noviembre 2011) http://youtu.be/kMXZbDT5vm0
depende en gran parte de lo bien que ese autor sepa gestionar su micro
empresa, su marca personal.
Ya no son imprescindibles las editoriales, ni las imprentas, ni las

distribuidoras, ni siquiera las librerías. Con unos cien Euros y tiempo
disponible, puedes hacer todo ese trabajo tú solo. ¿Aún crees que exagero
cuando digo que Internet es una tecnología disruptiva en la historia de la
humanidad?
Nunca, ningún avance, ha supuesto la conjunción de tres factores tan

determinantes: los cambios en los modelos productivos, los cambios en la
transmisión del conocimiento y el acceso a esos contenidos por casi
cualquiera desde casi cualquier lugar. Un nuevo paradigma. Un antes y un
después.
Así entonces, en resumen, ya no puedes dedicarte a escribir y esperar

sentado a que algún editor avispado te descubra. De hecho nunca ha sido
así, pero ahora es imprescindible moverse por y para uno mismo. Debes
tomar parte en todos los procesos de tu obra, ya no basta solamente con el
proceso creativo. Hay que extender esa creatividad a otras áreas.
Pero empecemos por la más clásica y la más importante de todas.
PARTE I
EL ESCRITOR PROFESIONAL
1- COMPROMISO CON UN ESTILO DE VIDA

Muy pocos comienzan su carrera de escritor como escritores. La mayoría
de autores reconocidos han escrito su obra durante el tiempo libre. ¿Sabías
que Paul Auster pasó hambre? ¿Que Stephen King escribía agotado tras
duras jornadas de trabajos inmundos en la caravana donde malvivía? ¿Que
Chuck Palahniuk hizo de todo antes de tener éxito con «El Club de la Lucha»?
La lista es larga.
Sin embargo ser escritor es un trabajo, un oficio, un estilo de vida. No

encares tu carrera como un sprint, sino como una maratón. No pretendas
ganar mucho dinero. Si esto llega, bienvenido sea. Pero que no sea tu
objetivo principal. Escribe porque eres escritor. Gánate la vida de otra forma
y atesora experiencias que te sirvan para tu obra. Tan sólo es necesario que
adquieras un compromiso con ella, que vivas como un escritor, que seas
novelista profesional. Sí, aunque no recibas remuneración por ello. Busca tu
público, tu club de fans, tu lista de seguidores ávidos de tus textos, deseosos
de asistir a tus cursos o conferencias. El dinero llegará en algún momento.
Lo importante es el compromiso que debes adquirir con tu vocación
auténtica.
Y éste es todo el compromiso que debes adquirir: a partir de hoy, cuando

te pregunten a qué te dedicas, di sin complejos ni asomo de duda lo que
eres, no cómo te ganas la vida. Di «Soy escritor». Te preguntarán, cómo no,
si te ganas la vida con ello a lo que deberías responder «Aún no, de
momento vivo de…» lo que sea. Pero tú no eres camarero, ni comercial, ni
transportista. Eres escritor, narrador, novelista, prosista, literato, contador
de historias, creador, autor.
Eres un profesional de la palabra escrita y debes ser

consecuente con ello.
Si tienes un negocio propio u ofreces algún tipo de servicio, ya sea online
o físico, también deberías plantearte cómo puede un libro atraer clientes.
Como imagino que ya sabes la respuesta, pregúntate ahora cómo
diferenciarte de tu competencia, de otros libros que tus rivales utilizan para
su promoción. ¿Cuántos de ellos cuentan historias basadas en casos

prácticos? ¿Cuántos de ellos utilizan personajes y situaciones para describir
procesos, pasos, trucos, claves…?
Tanto si escribes ficción como si escribes libros prácticos, considérate

desde ya mismo escritor profesional. Porque vas a dominar las técnicas del
oficio.
Por lo tanto y ante todo, adquiere este
¡¡COMPROMISO!!
Y este compromiso no es sencillo ni gratis. Para ser consecuente con él,
debes asumirlo e interiorizarlo porque lleva asociadas unas condiciones. En
primer lugar debes escribir todos los días.
Y por escribir todos los días no me refiero a que debes encerrarte en una
habitación y darle vueltas a la cabeza. No. Ni mucho menos. Escribe todos
los días aunque sea una frase, una idea, un pensamiento… desde el punto
de vista del escritor. Vive como un escritor. Observa con los ojos de un
escritor. Lleva siempre encima una libreta para tomar anotaciones.
En cualquier lugar, en cualquier situación que te encuentres analiza todo

a tu alrededor para integrarlo en tus textos. Convierte a las personas de tu
entorno en personajes, dales una segunda vida en tus apuntes. Convierte
los sinsabores y alegrías del entorno laboral en aventuras apasionantes.
Observa y analiza con la máxima atención y te darás cuenta de que todos
vivimos inmersos en una gran historia.
Ser escritor consiste en saber contarla. Se puede aprender a contarla.
Sé escritor a tiempo completo y a la hora de escribir tan sólo necesitarás

unos minutos.
Vive veinticuatro horas como escritor y te bastarán

veinticuatro minutos para crear literatura
Cuando consigas integrar esa nueva mirada en tu entorno te garantizo

que, aunque te baste con veinticuatro minutos al día, querrás más, mucho
más.
Aviso: escribir es adictivo.
¿Crees que si sigues este consejo volverá a asaltarte el «bloqueo del

escritor»? ¿Crees que volverás a la temida «página en blanco»?
Búscate un rato diario para fomentar tu disciplina como autor. Hazlo

antes de empezar tu jornada laboral o cuando la termines o a la hora de la
comida. Diez minutos, media hora, dos horas. Lo que sea, pero hazlo cada
día. En realidad —ya te lo he dicho—, te basta con una simple frase.
Necesitarás de vez en cuando organizar tus notas, pulirlas, darles forma y
desarrollarlas. Procura tomar ciertas medidas cuando vayas a dedicar un
rato largo a crear tu libro. Es bueno reservar este espacio íntimo para estar
a solas con tus historias.
Desconecta Internet, pero hazlo físicamente: desenchufa el router.

Silencia o apaga el teléfono y, si tienes ocasión, el timbre de la puerta. Pide
a tu familia que respete ese espacio íntimo, que no te interrumpan cuando
estés en ello. Desconectar del mundo exterior es la forma de conectar con
el interior. Es imprescindible reconocer esa parte de uno mismo para ser un
escritor creíble, sincero, verosímil. Cuanto más vivas como escritor, menos
te costará conectar con ella y más tiempo querrás dedicarte a escribir.
Ésta es una de las muchas peculiaridades del oficio: el contraste entre la

necesidad de permanecer alerta, activo y receptivo para absorber las
experiencias del día a día, y la soledad e introspección necesarias para
plasmarlas por escrito. Bienvenido a las paradojas del escritor.
Algunas veces puede que no te apetezca, que estés cansado, agobiado,

deprimido. No importa. Escribe una breve nota expresando ese agobio, esa
depresión, ese cansancio. Ve a reposar y vuelve a la carga al día siguiente.
Busca el momento adecuado pero mantén la disciplina, al menos, de buscar
ese espacio.
Y si tu excusa para posponerlo —la palabra de moda es procrastinar— es

que no tienes tiempo, déjame decirte algo: nadie tiene tiempo. Se trata de
tener prioridades.
Haz de escribir una prioridad en tu vida y verás cómo

encuentras tiempo
Un truco que suele funcionar muy bien para la motivación: diseña la
portada de tu novela, imprímela y ponla a la vista cuando escribas. Hazlo en
plan chapucero, es igual. Tendrás tiempo de diseñar una cubierta
profesional cuando termines tu obra, esto es para no perder de vista tu
meta. Busca una foto en Internet que encaje con tu libro, pégala en el
programa de edición y diseña el título, pon tu nombre, incrusta el logo de
una editorial… visualiza cómo te gustaría «empaquetar» tu novela y
materialízalo
Piensa en la satisfacción de ver tu obra terminada. Utiliza todos los
medios a tu alcance. Visualiza, vive como si ya fueras un autor consagrado.
Estás en una presentación de tu libro, firmando ejemplares. Observa cómo
te sientes, percibe el tacto de tu libro en las manos, el olor a tinta reciente
sobre papel, el murmullo de la gente a tu alrededor, la calidez de sus
sonrisas agradecidas. ¡Vívelo, siéntelo!
Está de moda utilizar la ley de la atracción. Si crees en ella es el momento

de aplicarla; si no crees, daño no te hará… pero sí te ayudará a mantener la
motivación.
Y si no tienes en la actualidad un trabajo remunerado tendrás mucho más

tiempo y motivos para llevar adelante tu carrera vocacional. Considéralo
una inversión de futuro, una forma de buscarte la vida que dará, tarde o
temprano, sus frutos. Puedes ganar algo de dinero, si estás necesitado de
él, durante el proceso de promocionar la novela, mucho antes de tenerla
incluso terminada. No esperes enriquecerte con ello, pero sí podrás sufragar
algunos gastos. Te explicaré cómo hacerlo en la tercera parte.
Observación, constancia y disciplina son las herramientas básicas de la

actitud de un escritor. Aunque seas un escritor caótico y desorganizado que
escribe sin planificar su obra, necesitas esa clase de control. Sentarse cada
día a escribir una frase, una idea o pensamiento, una página, una sinopsis…
Escribe, escribe y escribe.
Escribir es al escritor lo que el ejercicio es al atleta.
2- LA HOJA DE RUTA
Decía que es posible ser un autor caótico y desorganizado, escribir sin
planificar. Sin embargo, lo mejor es llevar un esquema de organización para
tu novela. Créeme, quizá no le des importancia al principio cuando los
personajes y las situaciones son incipientes. Más adelante, cuando la trama
se complique, echarás de menos tener un plan, una hoja de ruta.
Debes tener clara tu novela en la mente. Saber de qué vas a hablar, qué
temas tocarás, qué situaciones vas a resolver. Necesitas conocer a tus
personajes y saber cómo reaccionarán a esas situaciones. Es muy posible
que la novela que tienes al principio en tu cabeza termine siendo algo muy
diferente en el papel. Esto es bueno si a lo largo del proceso has madurado
mejor tu idea inicial o tus personajes te han llevado por caminos
inesperados. Señal de que has creado unos buenos personajes: reaccionan
según su propia personalidad, no según la tuya.
Pero es posible que termines escribiendo algo que no querías, algo que
se te ha ido de las manos. Eso no es buena señal y puedes evitarlo con una
buena organización. Hay muchas maneras de hacerlo, desde fichas de
colores a diagramas. Lo más sencillo es crear un resumen de todo, como
una vista de pájaro de tu novela.
Organiza todo en actos, los actos en partes, las partes en capítulos, los
capítulos en escenas. Para ello puedes valerte de una escaleta. No es más
que un documento —Excel es perfecto para ello— en el cual organizar por
capítulos tu novela, describiendo las escenas que lo componen y citando los
personajes que intervienen. Cuando revises la obra podrás reordenarlo
todo si así lo necesitas, conservando esa «vista de pájaro» tan práctica.
Crea también fichas para tus personajes, inventa su vida. Quiénes son y
a dónde van. Qué papel juegan en tu historia. Escribe en las fichas rasgos de
su personalidad, aunque no vayas a utilizarlos en tu relato. Costumbres,
datos relevantes de su biografía, anécdotas, traumas… todo lo que imagines
sobre ellos te dará una perspectiva global de su esencia. Un buen truco para
«sentir» mejor a tus personajes: identifícalos con actores conocidos, baja
sus mejores fotos de la red y añádelas a la ficha correspondiente. No estás

infringiendo ninguna ley de copyright o de imagen, esto para uso privado y
particular.
Lo mismo con las situaciones: cómo o quién las desencadena y por qué;
en qué momento y con qué finalidad. Sus consecuencias, ramificaciones,
efectos en el entorno, en los personajes. Puedes utilizar una escaleta aparte
o hacer un diagrama. Tener presente lo que sucede y tenerlo a mano te
ayudará a no dejar cabos sueltos o cometer un error de continuidad —la ley
de causa y efecto—.2
Se trata, en resumidas cuentas, de trazar una ruta. Quieres llegar a un

puerto determinado, pero si no cuentas con una carta de navegación
terminarás en otro diferente. De acuerdo, es posible que ese puerto sea
incluso mejor… pero no has elegido tu propio destino. Es mejor ir a dónde
quieres ir y si terminas en un destino diferente, que sea porque a medio
camino has decidido cambiar el rumbo.
Y ahora un pequeño paréntesis. No hay una regla infalible ni un método

cien por cien eficaz. Cada autor es un mundo en sí mismo y funciona a su
manera. Si eres una persona que se desenvuelve mejor en el caos, ni caso
de lo anterior. La creatividad es libre y ni yo ni nadie debe decirte por dónde
debes transitar tu propio camino. Toma sólo aquellos consejos que creas
útiles. Incluso dales la vuelta y haz todo lo contrario si así lo prefieres. Nadie
es quién para decirte ni el qué, el cómo o el cuándo de tu obra personal. La
presente guía está hecha para ser cuestionada:
¡¡PERSONALIZA ESTE MANUAL!!

Está basado en técnicas de eficiencia probada y demostrada… con otros.
Lo más probable es que funcionen con la gran mayoría de personas, aunque
si tú funcionas de manera diferente ¡arriésgate!; no pierdes nada siendo
arriesgado, siempre puedes volver a las fórmulas de siempre. Si algo te sirve
2
http://goo.gl/K2TNyt
me alegraré mucho, pero por nada del mundo querría coartar la creatividad
de nadie.
Y dicho esto, me viene al pelo para enlazar con…
3- LA CREATIVIDAD Y CÓMO DARLE ALAS

Se atribuye la frase al inventor Thomas A. Edison, pero también a Mark
Twain: «el genio es uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por
ciento de transpiración». Bien, quizá se necesite en alguna ocasión un
porcentaje más alto de inspiración, pero en general creo en este aforismo.
Y tú ¿eres defensor de la inspiración o de la transpiración? Déjame adivinar:
una mezcla de las dos. Yo también.
En los dos capítulos anteriores hemos visto la parte de la «sangre, sudor

y lágrimas», vamos a ver ahora cómo intervienen las musas.
El cerebro, en realidad, es incapaz de crear de la nada. Lo que hace

nuestro cerebro es almacenar información y asociarla. La inspiración, las
ideas, son una asociación de información que deriva en un concepto nuevo.
¿Decepcionado? Tanto que se ha escrito sobre el genio, las musas, la
inspiración divina… en mi opinión, conocer cómo funcionan las ideas no
excluye nada de lo anterior. Puedes creer en aquello que te resulte más útil.
La parte buena de conocer este concepto, la asociación de información

almacenada, es que se puede estimular. La creatividad es un músculo que
se puede entrenar. Si eres escritor vocacional, la imaginación ya ronda por
ahí, es posible que la hayas olvidado en algún cajón entre hipotecas,
contratos de trabajo basura, recibos por pagar…
¡¡RESCÁTALA!!
Una buena forma de estimular la creatividad es realizar actividades
culturales. Visita museos, visiona buen cine —he dicho buen cine, por
favor—, lee buenos libros —he dicho buenos libros, por favor—, ve buenas
obras de teatro, asiste a conciertos… viaja. Viaja a lugares plagados de
cultura milenaria, ábrete a otras sociedades y enfoques vitales. Mantén
buenas conversaciones con personas interesantes; me refiero a
conversaciones cara a cara con personas de carne y hueso que puedan
aportar algo nuevo o hacerte recordar algo olvidado. Y también a chatear,
por qué no, con personas interesantes de otros países que de otra forma no
conocerías.
Apúntate a un club excursionista, a realizar salidas por tu ciudad, a una

asociación fotográfica, a un club de lectura, a un taller presencial de
creación literaria.
Relaciónate con otros escritores, esto es vital.

Recuerda que debes llevar bolígrafo y una libreta siempre a mano3. Anota
todo lo que se te ocurra al momento. No confíes que lo recordarás luego,
no será así. Sobre todo presta especial atención a esos momentos en los
que te conmueve algo concreto: una luz mortecina al atardecer, una hoja
que cae y es arrastrada por el viento, una cara triste tras un ventanal en un
día de lluvia… da igual. Son esas cosas insignificantes y sin interés aparente,
que sin embargo remueven alguna emoción, donde está escondida tu
creatividad, donde está la llave de tu imaginación. Sin tú ser consciente de
ello, tu cerebro está gritando que allí está la información con la que más
tarde creará la asociación debida. Dará a luz una idea.
Eso es vivir, mirar la vida con los ojos de un escritor.
Hasta aquí la parte dedicada a la inspiración, ahora te hablaré de la

transpiración. ¿Adivinas qué voy a sugerir? Premio. Escribe, escribe y
escribe.
Y cuando escribas hazlo sin complejos.

Por complejos me refiero al «¿qué pensaran mis amigos cuando lean
esto, no será demasiado íntimo/fuerte/atrevido?» O al «¿lo entenderá
alguien? ¿Es demasiado coloquial? ¿Demasiado formal?» No importa. No
te autocensures. Ya tendrás tiempo de corregir en las revisiones posteriores
si te arrepientes de algo.
Si te paras a pensar en cada uno de los lectores para contentar a todos,

jamás, repito, jamás harás nada que valga la pena. Sé tú mismo, desnúdate,
muéstrate al mundo tal y como eres. Sin miedo. Escribe desde el corazón,
3
http://goo.gl/A6dqtr
mejor todavía, escribe desde las tripas. Tus lectores te encontrarán. Sin
duda. En la tercera parte verás cómo facilitarles el encuentro.
Escribe mucho, escribe sin complejos y escribe sin pausa. No mires hacia
atrás, avanza siempre. No me cansaré de repetirlo, ya tendrás tiempo de
corregir más adelante. Deja fluir tus ideas y pensamientos con el ritmo de
la escritura. Márcate un destino y ve hacia él sin detenerte apenas. No hagas
caso de tus enemigos. Porque los tienes y son numerosos. Reconoce a tus
enemigos y enfréntate a ellos.
4- LOS PEORES ENEMIGOS DEL ESCRITOR

Escribir es un ejercicio de introspección, un examen a fondo de uno
mismo. Debes preguntarte, antes de escribir, qué quieres decir con tu
historia. Un escritor es alguien que desea transmitir algo al mundo. Una
idea, un concepto, una filosofía, un modo particular y único de ver la vida,
de darle sentido. Cada uno tiene sus propios motivos. Lo importante es
conocerlos y enfocar la obra de manera que ésta exprese esos motivos.
Sí, es cierto, también puedes escribir una novela sin más pretensiones
que la de entretener. Y puede que lo hagas bien. Pero para enganchar de
verdad al lector debe haber un trasfondo, aunque éste sea muy superficial.
Sin anhelos ni intenciones no hay nada más que movimiento. Y el
movimiento sin destino, sin objetivos, aburre. Debes tener una intención de
decir algo, por simple que sea; de encaminar a personajes y situaciones
hacia un desenlace con sentido.
Como ves, debes plantear muy bien qué es lo que quieres decir. Todo
esto, como decía, obliga a un autoexamen de conciencia. Asumes tu
condición de escritor vocacional y te preguntas por esa vocación. ¿De dónde
nace? ¿A dónde va? Bucea en ti mismo y pregúntate qué pretendes
realmente al escribir. Transmitir, expresarte, justificarte, comunicar.
Comunicar una idea, una teoría, un hecho; expresar un sentimiento, una
forma de pensar, una forma de vivir, una peculiar manera de ver el mundo.
Da un poquito de miedo desnudarse así frente al gran público ¿cierto?

Ese miedo o vergüenza puede paralizar. El crítico interno que todos
llevamos dentro, ese crítico nacido y cuidado con mimo por nosotros desde
la tierna infancia. Ese crítico alimentado de fracasos, frustraciones,
complejos y obsesiones, engordará y se envalentonará cuando te pongas a
escribir. Prepárate para escucharle, porque le vas a oír a menudo.
He aquí a tu peor enemigo: tú mismo.

Escucha a ese crítico, no le evites ni le rechaces. Hazte su amigo. Presta
atención a lo que te dice y toma buena nota. «No tienes buenas ideas, ni
imaginación suficiente para ser realmente bueno» «Es posible que te sientas
escritor, pero tú y yo sabemos la verdad: eres mediocre» «En serio ¿piensas

que alguien va a publicar esa bazofia? No me hagas reír». Y lindezas
semejantes. Cuanto más intentes no escucharle, más se hará oír. Reclama
tu atención como un niño malcriado. A los niños malcriados se les escucha…
pero no se les conceden los caprichos. Así, poco a poco, los niños malcriados
se dan cuenta que no van a conseguir nada llamando la atención y ¡oh
sorpresa! ¡Se ponen de tu parte! Es la vieja máxima: «si no puedes con tu
enemigo, únete a él».
De hecho ya está de tu parte cuando te dice todas esas cosas crueles.

Toma nota de lo que dice.
Son buenas pistas para conocer tus puntos débiles.

«No tienes buenas ideas, ni imaginación suficiente para ser realmente
bueno», puede significar que debes potenciar tu imaginación. Haz algo para
estimularla y que las ideas te ronden por la cabeza. ¿Recuerdas el capítulo
dedicado a la creatividad? Ponlo en práctica. ¿Te consideras mediocre?
Refuerza tu técnica y tu estilo. ¿Crees que nadie te publicará? Lee sobre
autores de Best Seller, clásicos de la literatura, escritores de culto. Cuenta
las veces que rechazaron sus obras.
A ese crítico no puedes destruirle. Forma parte de ti. Asimílalo. Siempre

te va a acompañar. Pero llegará un día que apenas le oirás. Aprenderás a
ignorarle, a verle tal cual es: una parte de ti que no quiere los cambios, que
quiere amoldarse a lo que hay, aunque lo que hay sea negativo. A eso se le
llama la zona de confort y tu psique va a luchar con todas sus fuerzas para
no salir de esa zona. Pregúntate: ¿quién decide? ¿Quién tiene más fuerza?
¿Tu voluntad o tu pasividad?
Hay un íntimo amigo del crítico interior, los tres formáis un trio de lo más
divertido.
Ese colega que se une a la fiesta cuando intentas escribir se llama

Indolente. Es el que te dice que estás cansado, que no tienes tiempo, que
mejor sería llamar a tal o cual amigo y salir a tomar unas cañas; «mejor entra
al Facebook un ratito antes de escribir, o juega una partidita con la Play
Station… ya escribirás mañana, con el día tan duro de trabajo que has
tenido…»
Es curioso, con Indolente sucede algo parecido que con aquel supuesto
amigo que sólo te llama cuando necesita de ti un favor: sólo aparece
cuando vas a ponerte a escribir. De acuerdo, es posible que algún día sea
cierto; pero cuidado si se convierte en una costumbre recurrente. Dispara
tus alarmas si te vence la pereza demasiado a menudo.
Para solventar este punto te remito a que repases tu compromiso. Sí,

aquel que te pedí al principio de esta primera parte:
“¿Eres escritor? Demuéstralo de la única manera posible:

escribe, escribe y escribe”
Constancia y disciplina, repito, son tus herramientas más potentes. No
desfallezcas. El desánimo es otro gran enemigo. Escribes sin parar y no
terminas de ver el fruto de tu obra. Pues bien: en primer lugar, tú no escribes
para obtener un fruto. Escribes porque una necesidad vital te impulsa a ello.
Que llegue el fruto o no, no debe importarte. Yo te digo que llegará, pero no
tienes por qué creerme si no quieres.
Hazlo y compruébalo por ti mismo.

En segundo lugar, como dice el dicho, «Roma no se hizo en un día».
Tampoco esperes que tu primera novela sea una obra maestra, que los
editores se peleen por ella o conseguir miles de lectores cuando la hagas
pública. Es posible que suceda, pero no cuentes con ello. En realidad
cuando termines tu primera novela ni siquiera deberías moverla. Déjala
aparcada en un cajón y comienza a escribir tu segunda novela. Cuando
termines esta otra, saca del cajón la primera y ríete de ti mismo. Entonces
es posible que, corrigiéndola o reescribiéndola entera, consigas algo
decente con ella.
Esto debería servirte para todos tus textos. Tanto si te quedas atascado
como si terminas algo, déjalo madurar unos días. Una o dos semanas. No
mucho más o acabarás por perder el hilo del todo. Revisa, corrige, cambia
y verás cómo mejora bastante o te desbloqueas.4
Hemos entrado en el fascinante apartado de las revisiones. Porque debes

saber que gran parte del oficio de escritor recae en la reescritura, las
revisiones. Aquí es donde entran dos nuevos enemigos en juego: el tedio y
el perfeccionismo.
Por norma general un autor lee su propia obra entre cinco y diez veces
antes de darla por terminada. Y la da por terminada porque ya no puede
más. Llega un momento en el cual un escritor se da cuenta de que su obra
jamás estará perfecta, jamás será exactamente como es en su cabeza. Pero
debe reconocer cuándo ya no merece la pena seguir perfeccionándola o
nunca verá la luz.
Buscar la perfección es imprescindible; encontrarla es

imposible
Cuanto antes te des cuenta de ello, mucho mejor. Revisa tu novela las
veces que haga falta, sin desfallecer ni agobiarte en el proceso. No te dé
miedo cambiar capítulos enteros, no te duela suprimir párrafos repetitivos
o superficiales, no te dé apuro eliminar personajes irrelevantes. La revisión
es a una novela lo que el cincel es a la escultura. Tu primera versión debe
ser el mármol sobre el cual aplicar dicho cincel.
Los buenos escritores los son porque saben mejor qué

eliminar, no qué incluir
En cuanto al tedio es relativo. Puedes ver el proceso de revisión como un
trabajo o puedes verlo como un arte. El trabajo es muchas veces sinónimo
de monotonía, obligación y tarea pesada. Por mucho que te guste tu
trabajo, siempre hay partes menos agradecidas, tareas aburridas aunque
necesarias. El arte es creatividad, es estimulante. Considérate ese escultor
que se limita a quitar de la escultura el mármol sobrante para poder
descubrirla.
4
http://goo.gl/cxumZL
Pero aún queda otro enemigo más: la falta de perspectiva. Cuando uno
se sumerge tanto en el proceso creativo, pierde la noción de distancia. Es
sencillo enamorarse de la propia obra y, como es sabido, el amor es ciego.
En este punto debería tocar el tema del apoyo externo, el factor
distanciamiento. Aunque de esto hablaremos en profundidad en la segunda
parte de este manual, así que lo veremos en su capítulo correspondiente.
Ahora necesito hablarte de contar historias.
Porque sabes contar historias ¿verdad?
5- CÓMO SE CUENTA UNA HISTORIA

No importa qué historia cuentes, ni cómo la cuentes. Mientras seas capaz
de atrapar al lector ya sea con tu estilo, tu argumento, tus personajes; de
expresar una idea o sentimiento y transmitirlos con eficacia; de conseguir
que el lector desee leerte de nuevo. Si eres capaz de todo esto no necesitas
ningún manual como éste.
Pero todo escritor, consciente o inconscientemente, debe usar recursos

para que el lector no abandone su lectura a las primeras de cambio. Estos
recursos se llevan utilizando desde que el ser humano se reúne a contar
historias alrededor de un fuego.
Tal vez seas el genio que la humanidad lleva esperando tanto tiempo. Y
lo digo sin ironía. Tal vez sí lo seas, tengo claro que yo no… a día de hoy.
Tal vez tu forma de narrar y los anhelos que seas capaz de transmitir
revolucionen la literatura, la historia ¿por qué no? En ese caso sigue este
único consejo: no leas a nadie, no te dejes influenciar por nada. Cree en ello
y jamás desfallezcas aunque mueras en el intento.
Aunque si lo que deseas es, simplemente, escribir una buena historia,

necesitas lo siguiente. Ten en cuenta que ésta es la estructura clásica. Es el
método usado por novelistas, cineastas y cuentacuentos, incluso
publicistas. Hay más métodos para relatar, tantos métodos como personas
hay en el mundo. El que a continuación describo es el más efectivo para
crear adicción a tu historia.
El Inicio:
Toda historia tiene un inicio. Tu historia debe iniciarse con el
planteamiento. En el planteamiento debes situar en el espacio-tiempo al
lector. Dónde y en qué época se desarrolla la historia. Presentar a tu
personaje principal. Quién es, a qué se dedica, qué pinta en tu relato. Cuáles
son sus deseos, sus objetivos, sus limitaciones y dificultades. Debes
presentarle un conflicto que puede ser un acontecimiento externo o una

dificultad interior, una incapacidad que le impida a acercarse a su objetivo.
En pocas palabras, con el planteamiento debes sentar las bases en las que
se desarrollará la acción. Y debes hacerlo de forma que el lector se sienta
impulsado a seguir leyendo, a que desee saber más. ¿Conseguirá el
personaje a ese/a chico/a que ama con tanta pasión? ¿Conseguirá descubrir
al asesino de su hermano gemelo? Ponle en serias dificultades.
Plantea al lector un reto auténtico y siembra la duda en

él. Sorpréndele.
Cuidado con un error típico en esta parte: el planteamiento es el inicio
del relato, pero no tiene por qué ser el principio de la historia. Puedes
empezar por el final en esta fase del relato. Sólo te pido una cosa y te la pido
como lector. Por favor, cuando vuelvas atrás para contar cómo empezó toda
esa situación, no digas «todo empezó cuando…» Huye del tópico como de
la peste negra.
Una vez el lector esté situado en un contexto concreto —el antiguo

Egipto, una colonia de marte o una ciudad en la época contemporánea—,
conozca al personaje principal —un asesino psicópata, un policía del futuro,
una violinista enamorada—, debe aparecer un conflicto. Un hecho que lo
cambia todo y pone del revés los esquemas del personaje principal. Es el
desencadenante, el suceso que va a poner en marcha la historia. A partir de
ese momento ya nada volverá a ser lo mismo.
Pero deben surgir las dudas. Cuando a un personaje le sucede algo que
da la vuelta a sus esquemas como un calcetín, tiene elección. El camino se
bifurca ante él. Le invade la duda. ¿Seguir la vida de forma normal, aceptar
el suceso, resignarse? ¿O salir de lo conocido, lo estable, lo cómodo para
poner las cosas en su sitio? Sentir la llamada no es plato de gusto.
En este punto se produce otro tipo de desencadenante. El personaje es

empujado por algún suceso más o por alguien. Por lo general es un amigo,
un mentor, una pareja sentimental… Puede ser incluso un personaje casual,
alguien que le dice una frase al protagonista y le hace ponerse en marcha.
Una vez se traspase el umbral, se tome la decisión de actuar, ya no hay

vuelta atrás. Se abandona un mundo para penetrar en la aventura, el
peligro. Y ahí sí, ahí es cuando comienza la odisea.
El núcleo:
El desarrollo o núcleo de la historia es la parte en la que suceden los
acontecimientos, ni más ni menos. En ella tus personajes se desenvuelven,
encuentran sus dificultades, triunfan y fracasan, evolucionan o
involucionan. Se les presentan retos que a primera vista son imposibles de
superar. Pon a tu protagonista en verdaderos apuros, no seas remilgado en
eso. Hazle vivir un auténtico calvario en el cual puede perder la vida, la
razón, la capacidad de amar… en cada paso tu personaje aprende, avanza
tanto en la historia como en su evolución personal.
Conoce a una serie de personajes con los que interactúa, tanto ayudantes
como antagonistas. Se relaciona también con objetos. Es más, un objeto
puede ser el objetivo a alcanzar para devolver la normalidad a su mundo: el
anillo mágico, la espada sagrada, los documentos perdidos, la fotografía
reveladora…
El relato puede dar un giro sorpresa en cualquier momento.
La violinista enamorada, por ejemplo, descubre que el amado no es como

esperaba. La historia se transforma y lo que el lector creía iba a ser la misión
a realizar —conquistar al objeto de su deseo—, tan sólo era la excusa para
que la protagonista se diera cuenta de que idealiza a las personas. Que se
enamora siempre del hombre equivocado. Entonces abandona su conquista
y se centra en solucionar sus errores.
Uno de los aspectos más importantes del desarrollo es mantener el nivel

del planteamiento. No puedes —o no debes— defraudar al lector. Si tu
inicio es potente y engancha, durante el desarrollo estás obligado a ser
potente y continuar enganchando. Aún te digo más: debes subir la
intensidad paulatinamente. A cada paso, a cada aprendizaje, se adquieren
nuevas herramientas para superar dificultades todavía más grandes.
Observa cómo se desarrollan los videojuegos. Los primeros niveles son

sencillos, casi una práctica para que el jugador se familiarice con el
desarrollo del juego. El avatar adquiere nuevas armas o habilidades para
enfrentarse a mayor cantidad de enemigos o a jefes de nivel más poderosos,
hasta llegar al jefe final.
Si acompañas estos cambios de intensidad con el ritmo de las palabras,

realizando sutiles variaciones en tu estilo narrativo, tienes garantizada la
adicción a la historia que estás contando.
Dosifica la información que les das a tus lectores. Respétales. Te diriges a

personas inteligentes capaces de comprender entre líneas. No se lo des
todo mascado y deja que piensen por sí mismos. Muchas veces un silencio
dice más que mil palabras. Juega con el misterio: haz que el lector sepa
cosas que tus personajes no saben —suspense—. Haz que el personaje sepa
cosas que el lector desconoce —secreto—. Plantea situaciones
desconocidas tanto para el lector como para los personajes —intriga—. 5
Siguiendo el ejemplo de la violinista enamorada, he aquí una situación de

cada:
 Suspense: en una escena, el lector sabe que su objeto de pasión la ha

engañado con una compañera de su orquesta. Pero ella no lo sabe,
con lo cual el lector sufrirá por ella. ¿Lo averiguará? ¿Qué hará
cuando lo sepa? En las escenas donde la violinista esté con su amado
y crea en sus pablaras de conquistador ¿cómo crees que se sienten
tus lectores?
 Secreto: la violinista recibe la visita de una mujer de su pasado y
cenan juntas. Pasamos a otra escena sin ser testigos de la
conversación y cuando volvemos a la protagonista han pasado tres
días. Nuestro personaje reflexiona sobre las verdades que pronunció
su amiga durante la cena pero no se precisan. ¿Qué ocurrió en su
pasado? ¿Cómo le afecta en el presente? Ten por seguro que el lector
se morderá las uñas, deseará saber de qué hablaron en esa cena y
leer la historia hasta que el secreto sea revelado.
 Intriga: todos los miércoles, el amado desaparece. Nunca queda con
ella, ni responde sus llamadas. Él evade las respuestas cuando ella le
5
http://goo.gl/nsWb9j
pregunta… siempre tiene una reunión importante, un viaje de

negocios… pero está claro que guarda un secreto. ¿Una amante?
¿Una afición de la que se avergüenza, como cantar en un karaoke? El
lector se identificará con tu protagonista, pues ni uno ni otro saben la
respuesta. Querrán acompañar a la violinista hasta que se desvele la
intriga.
Añade, además, ese giro inesperado a tu historia y sorprenderás. El lector

quiere ser sorprendido, engañado, quiere ser llevado por caminos tortuosos
que desembocan en lugares inesperados. Haz que esas situaciones
previsibles den un giro de ciento ochenta grados. Juega con la perspicacia
del lector, anticípate a sus conclusiones, condúcele por una situación cuyo
desenlace pueda prever y dale la vuelta.
Puedes engañarle, siempre y cuando no le mientas. Da la información

justa y necesaria, ni más ni menos. Cuidado con despistar demasiado: no
debes transformar tu novela, tan sólo conducirla por un camino inesperado.
Que no se vea afectado tu hilo conductor, ni el género, ni el tono.
Si eres hábil manejando estos recursos mantendrás a tus lectores en vilo

hasta el momento del clímax. Éste es un suceso donde convergen los
acontecimientos. El protagonista debe afrontarlo y salir victorioso o
derrotado. Es el enfrentamiento con el enemigo, con la realidad, con los
propios temores. El punto culminante que decidirá el destino de los
personajes. La hora de la verdad. Este momento puede estar precedido de
otros falsos clímax; es decir, puntos culminantes de la acción que parecen
el último eslabón para el desenlace… pero en realidad no lo son.
Recuerda que, al igual que tu protagonista tiene ayudantes, su

antagonista también los tiene. Incluso es posible hacer que el enemigo final
no sea tal; que sea una mascarada para mantener en la sombra al que
mueve los hilos, el antagonista auténtico. Y este enemigo oculto puede ser…
incluso uno de los ayudantes del personaje principal. La traición es un
poderoso motivador. Tus lectores pueden llegar a odiar tanto la traición de
un personaje clave que les provocarás a ellos mismos un clímax emocional.
De hecho,
¡se trata de conseguir precisamente eso durante todo el

relato!
Y cuando por fin llegues al clímax auténtico y definitivo, lleva al lector a
lo más alto, resuelve tras una dura lucha a vida o muerte. O algo peor. La
derrota del héroe puede significar la muerte de todo su mundo, la pérdida
de la razón, la capacidad de amar para siempre. Tras la resolución del
conflicto final, la tensión baja y el lector siente las emociones desatadas con
todo su peso. Euforia por la victoria, alivio por salvar la vida, esperanza en
el amor…. es el momento en el cual se decide nuestro mejor final o finales.
El desenlace:
Porque, en ese momento, ya debes haber puesto todos los puntos sobre
la íes: personajes bien definidos, situaciones a punto de resolverse,
conflictos bien planteados e intenciones claras de los personajes. Has
dejado algunos enigmas abiertos, al menos los principales. La resolución de
uno de esos misterios te ha llevado al clímax o, al menos, superar este punto
álgido ha resuelto una gran incógnita—no tiene por qué ser la principal—.
La resolución del clímax no debería ser el final del relato, tan sólo la
resolución de una situación límite. El desencadenante del final. Comienza a
cerrar lo que aún esté abierto.
No dejes cabos sueltos, cuidado con eso. Asegúrate de tratar todo lo

abierto hasta este punto, resuelvas o no. Puedes dejar secretos sin revelar,
misterios por desentrañar, pero deja buena constancia de ello: justifícalo.
Tus personajes han evolucionado a lo largo de la historia. Ya no son los

mismos que en el planteamiento. Resuelve sus conflictos de manera
favorable. Hazles triunfar y haz su triunfo aplastante. Porque es la hora del
regreso a casa. El retorno al hogar. El protagonista debe volver donde todo
comenzó, exhibir su cambio y compartir su enseñanza. Devolver el objeto
sagrado al lugar que le corresponde.
Ahora está por encima de sus coetáneos y es visto como un semi-dios. Es

decir, un ser corriente que ha sufrido un revés, ha seguido la llamada, ha
superado las pruebas, ha derrotado al enemigo y ha regresado al hogar
transformado para proteger, guiar y compartir su aprendizaje.

Transformado en un héroe.
Todo buen final, igual que todo buen inicio, debería dejar huella.
Condensa en los últimos párrafos aquello que deseas decir bien clarito a tus
lectores, sin caer en discursos ni moralejas. Hazlo sutilmente y recurriendo
a la propia historia, no a una perorata que te incluya como personaje en el
último momento. Haz que las palabras finales de tu relato dejen un poso de
alguna emoción en el lector. Que cierre las tapas del libro y reflexione,
aunque sea un minuto, sobre lo leído. Y que lo haga con una punzada de
melancolía, esperanza, tristeza, euforia, lo que prefieras. Pero algo. Porque
si lo consigues querrá volver a leer algo tuyo.
Un consejo final.
No te precipites al aproximarte al fin.

Es fácil dejarse llevar por la impaciencia al atisbar la conclusión y
atolondrarse. Mantén el tono usado en el resto de la historia aunque tu
ritmo suba de intensidad. Que el final llegue de manera natural y
coherente, como parte de un todo.
Y así es como se cuentan historias desde tiempos inmemoriales.
Es decir:
Érase una vez…

…una violinista tímida y solterona. Los hombres no reparaban en ella y se
había resignado a vivir sola el resto de su vida. Hasta que un día un director
de orquesta le dirigió una sonrisa y la invitó a cenar. Ella rechazó su
ofrecimiento, pero su mejor amiga, su única amiga, la animó a que lo
pensara mejor. Así que se dejó maquillar por ella, se fueron a comprar un
vestido y un nuevo perfume y telefoneó al apuesto director para aceptar su
cita. Se enamoró al instante. A partir de ese momento, su vida cambió.
Pero no como ella esperaba. Su amado era un hombre famoso, atractivo,

muchas mujeres reclamaban su atención. Descubrió sentimientos anexos al
amor en los que no había reparado nunca: los celos, la incertidumbre, la

inseguridad en sí misma. El director de orquesta jugaba con sus
sentimientos, pero ella no se daba cuenta. Le perseguía sin obtener la
atención merecida. Dejaba que él la utilizara sexualmente para satisfacerle
y conseguir así su aprobación. Él desaparecía a menudo por varios días de
su vida. A ella le llegaban rumores de otras aventuras, pero no quería
hacerles caso. Eran eso, rumores propiciados por la envidia.
Hasta que un día sorprendió a su amiga, su única amistad en este mundo,

aquella que la animó a salir con él, besando a su amado. Se encaró con los
dos, ofreciendo un espectáculo en mitad de la calle. Para su propia sorpresa,
al descubrir la mentira que había estado viviendo, se dio cuenta que el dolor
que sentía no provenía del engaño. No conseguía el verdadero respeto ni el
verdadero amor de los demás. El verdadero problema, aquello por lo que
siempre le había faltado amor, estaba dentro de ella. No podía sentirse
amada con plenitud si primero no se amaba, no se respetaba a sí misma.
Comenzó entonces a investigar el porqué de esta carencia. Descubrió que

siempre había sido una persona retraída, con dificultad para hacer amigos.
Tenía una gran inteligencia y una sensibilidad tal vez excesiva. En la escuela
se reían de ella y por eso se refugiaba en la música. Llegó a ser una buena
intérprete de violín gracias al impulso de la rabia, por demostrar a los demás
que era mucho más que una niña tímida y llorona. Necesitaba la aprobación
ajena, su motor era la rabia que sentía cuando la rechazaban, porque en el
fondo de su ser sabía que merecía ese amor y ese respeto.
Y gracias a esa rabia redescubierta, se enfrentó a sus propios temores.
Dejó la orquesta donde se sentía infravalorada e inició una nueva carrera

como concertista. Hizo nuevos amigos. Conoció a un hombre que la
admiraba por su talento y poco a poco surgió un sentimiento. Pero a ella le
costaba abrir de nuevo su corazón. No podía considerarle más que un buen
amigo. Él aceptó esta condición de amistad con la esperanza de ser amado
alguna vez.
Un día cualquiera, su antigua pasión se vio puesta a prueba. Apareció de

nuevo el director de su anterior orquesta, arrepentido, pidiéndole perdón y
diciéndole que la amaba. Una tormenta de emociones la invadió, entre la
ternura, el odio más profundo, la pasión más arrebatadora. Sintió un
poderoso impulso de perdonarle. Ya se había abrazado a él y casi estaba a
punto de dejarse besar cuando olió el perfume de su antigua amiga.
Aquello, lejos de enfurecerla, le hizo reír. Nunca se había reído tanto se sí

misma en toda la vida. Por fin tenía claro su lugar en el mundo y el lugar de
aquel hombrecillo patético del cual se compadecía. Se compadecía porque
era incapaz de amar. No como ella. Se había dado cuenta de que estaba
enamorada perdidamente de un hombre, un buen amigo que la admiraba y
respetaba y… amaba. Se había dado cuenta de que tenía buenos amigos,
que la apreciaban por cómo era en realidad: una buena persona capaz de
albergar los mejores sentimientos, apasionada, vital, una excepcional
concertista de violín.
Con el tiempo aquella violinista tímida y solterona se casó con su gran

amigo. Reunió a su alrededor a un grupo de buena gente, amistades fuertes,
leales e intensas. Se convirtió en una reputada solista cuyas grabaciones se
vendían bien. La reclamaban en todo tipo de conciertos, las orquestas más
prestigiosas se disputaban su participación en galas como invitada de lujo…
incluso su antigua orquesta le ofreció dar un recital.
Aceptó. Su antigua amiga había pasado a ser primer violín. A pesar de

haberla perdonado hacía tiempo, no pudo evitar una ligera punzada de
satisfacción al ver su protagonismo desplazado por una noche. Del antiguo
director poco se sabía. Decían que daba clases de música en un instituto de
secundaria, no se había casado y sufría episodios de depresión. Se
compadeció, una vez más, de él.
Ofreció el mejor recital de toda su carrera. Tras el concierto todo el mundo

la felicitó, incluso la que fue su única amiga en un tiempo ya lejano se abrazó
a ella llorando, arrepentida, pidiéndole perdón. Por supuesto, lo hizo sin
sombra de duda ni rencor. También la compadecía. En el cóctel en su honor,
pudo comprobar como sus ex colegas buscaban su compañía, su
aprobación. Se sentían orgullosos de contarse entre sus conocidos. Algunos

incluso le pedían consejo profesional.
Ella, halagada y sintiéndose admirada, se sorprendió de la naturalidad

con que aceptaba esos cumplidos. Porque no le importaban ya los halagos,
ni la admiración, ni el respeto. Ya no era una niña tímida y llorona, deseosa
de la aprobación ajena. Le importaba el respeto que sentía hacia ella misma,
le importaba el hombre al que amaba, le importaba la música. Al mirar
aquel auditorio donde tanto había buscado la admiración y el respeto, sentía
que ni uno ni otro importaban de no sentirlos plenamente hacia uno mismo.
Y se sintió feliz cuando lo abandonó, sin despedirse de nadie, para

regresar a su verdadero hogar con el hombre al que amaba con toda su
fuerza.
Fin
¿Te suena esta historia? Por supuesto que sí. No habla de espadas
mágicas, ni dragones enfurecidos, ni sabios misteriosos, ni duendes
traicioneros, ni caballeros negros… pero ¿verdad que la forma de contarlo
es parecida?
Sigue la estructura clásica y toca los temas principales de casi toda

historia contada a día de hoy. El amor, la amistad, la traición, el perdón, la
superación de obstáculos, el crecimiento personal, el éxito, la búsqueda de
la felicidad… y está deliberadamente llena de tópicos para que te des cuenta
de algo:
¡¡NO IMPORTA TANTO LO QUE CUENTAS SINO
CÓMO LO CUENTAS!!
Por una sencilla razón: la humanidad lleva contando las mismas historias
desde siempre. Los temas de toda historia contada son comunes. Lo que
hace que las historias sean únicas e irrepetibles es cómo las construimos:
los pequeños detalles, los matices de los personajes y su interacción, las

frases, las palabras elegidas, las imágenes que seas capaz de crear en la
mente del lector.
A eso me refería cuando decía:
Tal vez tu forma de narrar y los anhelos que seas capaz de

transmitir revolucionen la literatura, la historia… ¿por
qué no?
Y yo me alegraría un montón de que alguien fuera capaz de contar algo

nuevo. De hecho te animo a ello. La mejor manera de dar otra vuelta de
tuerca es pervirtiendo lo establecido. Puedes utilizar la estructura clásica
para contar una historia pero corrompiendo los estándares. El bueno no es
tan bueno, el malo no lo es tanto, los personajes no evolucionan o incluso
involucionan. Los conflictos se resuelven de forma desfavorable para el
héroe, o ni siquiera se resuelven. El protagonista es derrotado en la batalla
final, el final no es feliz sino amargo…
Elige bien qué quieres decir, elige un tema universal para decirlo y dilo
como nunca antes se ha dicho. Da la vuelta a la norma establecida. Y sé
coherente con la forma y el contenido.
Puedes hacer cualquier cosa, para eso la historia es tuya. Sólo hay una
condición: sé honesto con tus lectores. Todo debe tener un sentido y un
propósito. No mates al héroe por sensacionalismo, por causar impacto:
mátale porque eso tiene un sentido coherente dentro de la idea que quieres
transmitir.
Esto es sólo la punta del iceberg. Hay que profundizar mucho más: cómo
interactúan los personajes entre sí, por ejemplo, es objeto de todo un
tratado. El punto de vista de un relato es fundamental y hay libros enteros
dedicados al narrador de una historia. ¿Quién la cuenta y por qué? ¿Es
omnisciente, sabe sólo lo que ve o le han contado? La estructura interna, la
superficial, la profunda… no es el objeto de este manual.
Puedes encontrar en la bibliografía del final varios libros que te ayudarán

a profundizar en todo esto. Realizar un taller también aclara la mayoría de
puntos clave, con el aliciente de compartir con otros escritores tu texto y
realizar prácticas, ejercicios, etc.
Algunos consejos finales sobre la técnica narrativa

Ten en cuenta estas consideraciones a la hora de escribir:
 Distingue entre realismo y verosimilitud. Puedes hacer cualquier

cosa y contar los hechos más extraordinarios siempre y cuando los
construyas de forma creíble. Si pretendes hacer volar o atravesar
paredes a tus personajes, explica bien el contexto. Cuéntalo de la
manera más natural posible, sin darle una especial importancia a
esos hechos; que sean cotidianos, normales en el mundo donde
desarrollas tu historia. Tono, ambientación y personajes deben
conjuntarse para este fin.
 Conduce las situaciones en secuencias lógicas de causa-efecto. Si
construyes un mundo fantástico haz que tenga sus propias leyes
físicas. No saques ases de la manga en el último momento como el
rescate de la caballería. No utilices recursos cogidos por los pelos.
Construye el andamio de tu relato travesaño a travesaño.
 Los personajes deben ser interesantes y creíbles: tanto si cuentas
una historia épica, una novela policíaca o una fábula, construye a
tus personajes de forma verosímil. Las personas son personas con
virtudes y defectos, ten unos y otros en cuenta. Si tus personajes
son, por decir algo, mejillones evolucionados en una historia de
ciencia ficción, hazlo creíble apoyándote en el contexto.
 Cuando describas lugares o situaciones apóyate en los cinco
sentidos: utiliza colores, sensaciones táctiles, sonidos, olores y
sabores. No te pases con los adjetivos, es mejor provocar
sensaciones. Lo mismo vale con las emociones y sentimientos.
 Las frases deben utilizarse para dos cosas: hacer avanzar la acción
o describir personajes, situaciones o lugares. A la hora de revisar
tu texto, ten esto muy en cuenta y plantéate si todos y cada uno de
los párrafos cumplen esa misión. Duele eliminar frases logradas, lo
sé, pero son gajes del oficio.
CONCLUSIÓN: DOS CLAVES EN UNA

Plantéate por qué quieres ser escritor. Qué tienes que contar. Cómo
puedes contribuir en la mejora de la humanidad con tu literatura. No
persigas el sueño de ser un escritor famoso y ganar mucho dinero. Persigue
el sueño de convertirte en escritor y lo demás, cuando haya de llegar,
llegará. Escribe por el placer de escribir, por expresar aquello que eres, por
llegar a la realización personal a través de tu vocación. Sigue tu instinto
visceral. Escribe desde las tripas y reescribe con la cabeza. Es la única vía
para encontrar tu propia voz como autor.
Domina la técnica y no pares nunca de aprender, experimentar y

equivocarte. La vocación ya está en ti, pero no basta. Puede que el talento
también esté en ti, pero tampoco basta. Escribe mucho y sin parar. Cuando
termines tendrás un borrador, nunca un libro acabado. Revisa, reescribe y
corrige hasta el hartazgo.
Adquiere un compromiso contigo mismo. Interioriza tu vocación y lucha

por tus sueños. No tengas miedo de admitir abiertamente tu condición de
escritor vocacional, de hecho proclámalo a los cuatro vientos. Siéntete
cómodo en tu propia piel, en tu papel de creador de literatura. Márcate
objetivos elevados sin miedo al fracaso, sin timidez ni inseguridad.
Conócete a ti mismo, al fin y al cabo tu literatura y tú sois lo mismo: uno
crea al otro, uno se retroalimenta del otro. Comienza a vivir como escritor,
sé escritor en cada momento de tu vida, en cada respiración, en cada
mirada. Que escribir sea la expresión natural de sentir esa vida.
Y adquiere también un compromiso con tus lectores. Puedes

manipularles, engañarles; de hecho eso es lo que busca todo lector siempre
que se persiga un fin para ello. Incluso puedes defraudarles a veces. Pero
nunca les mientas, jamás mientas a tus lectores. Que encuentren en ti
aquello que buscan en la literatura. Ya sea crecimiento personal o pura
diversión. Sé consecuente contigo y con ellos. No fuerces las situaciones, no
intentes buscar lectores donde no los tienes. Quien quiera leerte te leerá,
nunca llueve ni sale el sol igual para todo el mundo. Sé íntegro y coherente;
encontrarás tu público, sin duda.
Tecnica, revision, disciplina, coherencia, honestidad,

constancia, actitud y compromiso, contigo y con tus
lectores.
En una palabra: oficio.
He aquí la primera clave y tal vez la mas importante:
Vive como un escritor

y que escribir sea tan sólo la
expresión
de esa vivencia.
PARTE 2
EL VIAJE DE TU LIBRO
1- POR QUÉ PUBLICAR
Una vez has terminado tu novela, el siguiente paso lógico es la

publicación. ¿De qué sirve tu obra si no la compartes con el resto del
mundo? A menudo he tenido charlas con otros escritores y personas del
mundo de las letras. Sale muchas veces el tema de darse a conocer. Es un
auténtico debate entre aspirantes vocacionales a escritor. Hay quien se
considera escritor pero no desea publicar. Escribe por vocación, por esa
necesidad vital de la que hablaba en la primera parte. Es una decisión
respetable, una opción válida. Y una verdadera pena. El mundo se pierde
muchas obras valiosas por este motivo.
Debes plantearte si tu decisión es la de publicar o escribir para ti y algunos

elegidos. Plantéatelo a fondo y con honestidad. Porque ¿es el componente
de la vanidad lo que te frena? Me explico:
Puedes pensar que si tienes la osadía de publicar puedan considerarte

una persona vanidosa. Que te auto valoras tan bien y te tienes en tan alta
consideración que piensas en compartir esa grandeza con la humanidad,
tienes la pretensión de aportar algo a la Historia. Puedes pensar que
muchos te verán como un ególatra y prefieres dar la imagen de una persona
modesta, sencilla, sin pretensiones ni ínfulas de grandiosidad. Y yo te
pregunto: ¿hablas tú o habla el crítico interior por ti?
Un chico desea ser mecánico. Arreglar un motor, hurgar en sus piezas,

oler el aceite y la gasolina, tumbarse bajo un coche y mancharse las manos
y la cara de grasa es su pasión. Estudia los módulos de formación, entra de
aprendiz en un taller, con los años se convierte en un mecánico de primera.
Vive de arreglar coches. Vive de su pasión. Pocas alegrías se le pueden
comparar en la vida al hecho de ver funcionar un coche antes estropeado.
¿Alguien le llama vanidoso por desempeñar un oficio en el cual es muy

bueno y que además le apasiona? ¿Por sentirse orgulloso de ver funcionar
ese vehículo que él ha reparado? ¿Por qué iba nadie a decirle lo mismo a un
escritor por desempeñar un oficio igual de respetable que el de mecánico?
Y ¿por sentirse orgulloso de un libro el cual se vende por millares? Entonces

la pregunta del millón es ¿por qué no quiere un escritor publicar su obra?
También puedes pensar que tu obra no es lo bastante buena, puedes

pensar que el mercado es demasiado competitivo para alcanzar cierto éxito,
puedes pensar que si llegas a lograr cierta notoriedad te vencerá la timidez,
te abrumará esa fama por pequeña que sea. Te vuelvo a preguntar: ¿hablas
tú o habla el crítico interior por ti?
Ese pequeño saboteador ¿recuerdas?

Pues bien, deja ahora que te haga otra pregunta: ¿te darás cuenta algún
día de lo grande que puedes llegar a ser si estás dispuesto a identificar a
ese saboteador como la parte de ti que no desea los cambios? ¿Que se
alimenta de la porquería que remueves constantemente para dar sentido a
su existencia? ¿Que ese enemigo interno eres tú mismo aferrándose a un
deseo de seguridad, de no arriesgar? ¿Que son excusas para no hacer nada?
Entonces ¿hablas tú o habla el crítico interior por ti? A eso me refería

cuando te pedía honestidad al plantearte la cuestión de si publicar o
guardar en un cajón tus escritos.
Si ya tienes la respuesta y has tomado la decisión de seguir leyendo,

déjame contarte…
2- DÓNDE PUBLICAR
Puedes encontrar amplia y muy buena información sobre publicar. En la
bibliografía recomendada te dejo algunos libros interesantes. Te voy a
resumir los diferentes caminos que tu obra puede recorrer, ventajas,
inconvenientes y peligros a evitar.
Publicación impresa tradicional

Un editor decide publicar tu libro, corriendo con los principales gastos de
edición, impresión y publicidad. A veces también puede darte un adelanto
sobre la estimación de ventas.
Las ventajas son evidentes. No corres riesgos económicos, incluso es

posible que cobres por adelantado. Tu trabajo se reduce a estar pendiente
de tu obra y colaborar en las labores de promoción. Es muy probable que
llegues a ver tu libro en las buenas librerías en función de lo importante que
sea la editorial.
También hay algunos inconvenientes a tener en cuenta. Si no eres un

autor conocido lo más seguro es que no veas ni un Euro hasta que
comiences a vender libros. De estas ventas recibirás un porcentaje. De
nuevo, si eres un desconocido este porcentaje será más bien bajo —por no
decir irrisorio—. La editorial debe ser algo potente para que la distribución
sea adecuada y tu obra llegue a todas las librerías o al menos a las más
grandes. Y deberá tener presupuesto, ganas de compromiso y confianza en
ti como autor para invertir lo suficiente en tu promoción.
Peligros también los hay: el editor firmará un contrato contigo, en el cual

debe quedar claro el reparto de beneficios, derechos y condiciones. Si eres
autor novel y publicas por primera vez, deberás andar con pies de plomo.
Puedes aceptar un porcentaje muy bajo y reducir así tus beneficios, en pro
de convertirte en autor publicado. Esto aumentará tu caché y posibilidades
respecto a futuras publicaciones. Sin embargo ve con más cuidado a la hora
de negociar tus derechos como autor. Vigila el apartado de «adaptaciones
cinematográficas». Es posible que tu libro pase desapercibido, pero
también es posible que sea un éxito total, la revelación de la temporada; o
bien que el argumento llame la atención de algún productor de cine. ¿Vas a

renunciar a esa tajada del pastel? Ojito también con el apartado
«traducciones»: ¿y si el editor vende tu obra en el extranjero?
Te aconsejo sobre todo dos cosas: publicar sí, pero no a cualquier precio.
El editor, casi seguro, intentará transformar tu novela en algo más vendible,
más comercial. Hazle algo de caso cuando te sugiera cambios pero ten
siempre presente que tu obra es tuya. Tú eres el autor, tienes la propiedad
intelectual de tu argumento, tus personajes y todo lo que contiene la
novela. Modifica algunos aspectos para hacerla más atractiva al público,
pero sin perder de vista quién eres y por qué escribes. No te prostituyas ni
prostituyas tu obra, ni por dinero, ni por prestigio, ni por fama, ni por
currículo: es tu capital intelectual.
El otro consejo que puedo darte es que cuentes con la supervisión de un

agente literario —hablaré sobre esta figura más adelante—. Si no cuentas
con uno para el proceso de llegar al editor, al menos haz que un agente
revise tu contrato y te oriente. Evitarás disgustos más adelante.
Otro peligro al publicar con una editorial es que estás obligado a vender;
mucho y bien. Cuando un editor hace una inversión en ti quiere resultados,
beneficios. Si no los obtiene o incluso tiene pérdidas, olvídate de publicar
otra vez con él y probablemente con otra editorial. Estarás marcado como
«no rentable».
Es una situación injusta y recuerda un poco al pescado que se muerde la

cola: si publicas pero no eres conocido no vendes, por tanto no eres
rentable, por tanto no te publican, por tanto no eres conocido. Es la ley de
los mercados y sólo se puede sobrevivir en ellos siendo rentable. Para un
autor novel es posible publicar una primera vez, pero es harto difícil que
publique una segunda. Sí, lo sé: es una paradoja, otra más del oficio.
Pero tranquilo. Como todo en esta vida eso tiene solución. La veremos en
la tercera parte.
Coedición en editorial especializada

Asumes la inversión de tu propio libro, corriendo con los gastos de
edición, impresión y distribución. La labor de promoción con toda seguridad
recae en ti. También puede darse el caso que la editorial financie parte de
los gastos, con el consiguiente reparto de beneficios. Hay muchas
modalidades de coedición, según la oferta de la editorial especializada. Por
lo general te cobran por un servicio, en función de packs que puedes elegir,
incluyendo u obviando algunos servicios y determinando la calidad de
impresión, encuadernación y otros factores.
Los beneficios pueden ser altos. El cien por cien de los ingresos obtenidos
por ventas va a parar a tu bolsillo, en caso de que financies tú solo todo el
proceso. Por descontado, también corres el riesgo económico de no
recuperar tu inversión. A los ingresos debes descontar los gastos y no son
pocos, aunque tampoco de una gran cuantía. Eso sí, conservas el control
casi total de tu obra, ya que si tú pagas también decides. Decides también
cómo promocionar y vender tu libro.
La distribución es un tema muy complicado. Por norma general, la

editorial tendrá su canal de distribución, pero a escala muy limitada.
Lógicamente corren con el coste de representación, almacenaje y reparto.
Deberás contribuir a la difusión de tu libro sí o sí, tratando en muchos casos
con el último eslabón de la cadena: el librero.
Esta parte es la menos específica de esta opción, pues hoy día la

implicación del autor en la difusión y publicidad de su propia novela es
obligatoria, utilice el canal de publicación que utilice. De hecho, es tan
importante que ocupa por completo la tercera parte de este manual.
A pesar de todo la coedición no es una mala alternativa. Pero debes tener

en cuenta muchos factores. Debes estar seguro de poder vender un alto
número de ejemplares. En parte por la recuperación de tu inversión, en
parte por la reputación que vas a generar. Si eres capaz de llevar adelante
con éxito un proyecto así, eres un autor a tener en cuenta. No sólo por tu
calidad como escritor sino también por tu capacidad de promocionar y

vender. Puede darte visibilidad, prestigio:
algo que los editores valoran casi tanto como el oro.

Coeditar debería ser una alternativa cuando has descartado publicar de
manera tradicional. No la tengas como primera opción a no ser que estés
seguro de tener éxito. Recuerda que no sólo arriesgas dinero, sino también
prestigio. Y éste es más difícil de recuperar que el primero.
¡Muy importante!
Esta modalidad de publicacion no debe confundirse con la

autopublicación, hay diferencias muy significativas entre una
y otra. La autopublicacion conlleva muchos inconvenientes,
que te explicare con mas detalle en el Capítulo 4. Prestale
mucha atencion.
Autoedición digital
Auto publicas tu libro en formato digital y lo distribuyes en la red por tu
cuenta, desde plataformas especializadas a tu propia página. La promoción
recae exclusivamente en ti y su éxito depende de un trabajo previo de
prestigio, relaciones y marca personal.
Es quizá la forma de publicación más accesible, económica y extendida

hoy día entre autores noveles. Es la única que te da libertad absoluta sobre
el producto final: contenido, acabado, presentación, distribución y venta.
Puedes llegar a un gran número de lectores, siendo el mundo entero tu
campo de acción. Y es la forma de publicación con más futuro, ya que
permite a autores desconocidos acceder al gran público con un coste
mínimo y tener el control total de las ventas, incluso internacionales; y todo
ello desde casa.
Éste es el método que ha revolucionado, y seguirá haciéndolo, el mundo

editorial. El cambio de paradigma al que hacía mención en el prólogo de
este libro. Hace prescindibles a la editorial, al impresor, al distribuidor e
incluso al librero. Nunca antes un escritor había contado con una

herramienta tan poderosa para difundir su obra. Y nunca antes el libro
impreso, junto a toda su cadena de producción, había estado en peligro de
desaparición.
No obstante, los inconvenientes y riesgos también son numerosos. Para

empezar tienes un enemigo potente: el exceso de información. La red está
saturada de contenidos pugnando por la atención de los usuarios. Unos
usuarios cada vez más cansados del «siempre lo mismo», información de
bajo valor o dudosa. Cualquiera puede publicar contenido sin ser un experto
en ningún tema. El sistema de copia, mezcla y pega está a la orden del día.
Destacar y distinguir la buena información de la inútil es complicado.
Infinidad de libros de todas clases invaden las librerías virtuales; sí, más
aún que los estantes de las librerías físicas. Por supuesto la novela entra en
el saco. La ficción satura las plataformas de distribución virtuales, gracias a
la relativa facilidad del proceso editorial en la red. Muchos escritores
aficionados publican libros sin ningún tipo de formación previa, sin
conocimiento básico del proceso editorial, sin ser conscientes de la
importancia de la promoción. Y sin ser conscientes del daño que hacen a
los escritores que se toman el oficio en serio.
El problema, entonces, está en destacar tu libro de entre toda esa

maraña. No es sencillo. Quien piense que por escribir, publicar y distribuir
en la red ya lo tiene todo hecho está en un grave error.
Para empezar, el contenido de tu novela debe ser excelente. Ya no basta

con escribir y publicar un relato decente. Debe colmar las expectativas de
los lectores a niveles antes desconocidos. El motivo es simple: tu libro no
sólo debe competir con otros libros de buena calidad, debe hacerlo con
todo el contenido audiovisual de la red. Las distracciones son innumerables.
Redes sociales, juegos, vídeos, música y todo lo que se te ocurra para el ocio
y la —supuesta— cultura está disponible a un clic.
Si hablamos de libro práctico es incluso más salvaje. Debido a la

reestructuración de una mayoría de empresas, miles de profesionales muy
cualificados y de gran experiencia se han visto desplazados del mundo

laboral. Se ven sin posibilidad de acceder a un trabajo en el sentido
tradicional del concepto. Se ven obligados a reinventarse para poder
subsistir.
Por ello la red está plagada de auténticos monstruos en sus respectivos

campos, ofreciendo sus servicios como profesionales independientes o
creando micro empresas orientadas a nichos muy específicos. Y para
promocionar sus negocios ofrecen contenido para captar la atención de sus
«objetivos». Y publican libros prácticos sobre su área de especialidad.
Destacarse de entre todo ese maremágnum es una labor titánica, una
odisea.
La atención del consumidor que navega por este vasto mundo es cada
vez más limitada. Basta con que una página tarde un poco más de la cuenta
en cargar para abandonarla. Estamos hablando de cuatro segundos.
¡Cuatro! ¿Para qué va a esperar cuando hay cientos, si no miles de páginas
que ofrecen un contenido parecido? De la misma forma sucede con
cualquier historia o artículo que no enganche en el primer párrafo. A veces
ni siquiera es necesario un párrafo completo para que un lector abandone
la lectura. Así están las cosas.
Se compite por la atención; y es una lucha encarnizada.

Tú mismo eres un consumidor de contenido en la red. Observa tus
propios hábitos y verás que no exagero.
Desde el momento en el cual se democratiza el acceso a publicar

contenido se dan, al menos, dos fenómenos: el descenso de la calidad por
un aumento de cantidad y la selección exhaustiva por parte del consumidor.
Procura entonces elevar al tope tu capacidad creativa y narrativa en todo lo
que escribas y facilita la visibilidad de tus textos al consumidor. Que te
encuentren es básico, pero además debes hacer que cuando te encuentren
no quieran dejarte —en la tercera parte de este libro trato en profundidad
de cómo conseguirlo—.
Un error en el que es muy fácil caer para un autor es, por llamarlo de
alguna forma, la «suficiencia». Esto es la creencia de que un texto está listo
para su publicación, que es lo bastante bueno… sin contrastar con nadie. Al
hecho de no contar con la opinión de un experto a la hora de distribuir el
contenido.
El trabajo de escribir es un trabajo solitario. El escritor vuelca al papel

aquello que ronda en su cabeza, su mundo particular. Lo hace desde la
soledad, desde la introspección. Suelta sus paranoias, fobias,
elucubraciones, manías, preferencias, conocimientos, estilos… su visión
particular y exclusiva del mundo. Un mundo que cree válido por el simple
hecho de ser el suyo. Esta sensación se refuerza por el esfuerzo, cariño y
dedicación que imprime a su obra. Termina por creer en ello con fuerza,
convicción. Llega el momento de la impaciencia cuando el libro está
terminado y… la precipitación. Lanza entonces su obra al mundo esperando
el éxito.
Y sigue esperando por mucho, muchísimo tiempo.
Lo cierto es que su obra puede ser mediocre. Pero él no lo sabe o no

quiere saberlo o no quiere creerlo. Lo peor es que ni siquiera sabe que esto
tiene solución, una muy sencilla. Consiste en
¡¡no saltarse el proceso lógico editorial!!

Al saltar estos pasos se corre un riesgo muy alto. El trabajo de un editor
es imprescindible, se publique a través de un sello o no. La corrección de un
texto y la evaluación de su viabilidad comercial son fundamentales. Esa
visión te la da un editor, un agente literario o un profesional de la corrección
y el análisis de la forma y el contenido. El trabajo de un diseñador es
imprescindible. El trabajo de un experto en marketing es indispensable. El
trabajo de un distribuidor es necesario. Si piensas publicar, distribuir y
vender tu obra en la red y quieres hacerlo tú mismo, deberías contar con
ayuda y consejo: el mismo apoyo que recibirías de un editor convencional.
Porque un peligro extremo que se corre en la red, peor incluso que el de

la invisibilidad, es la mala reputación. Tu libro puede gustar más o menos.
Es tan imposible gustar a todo el mundo como disgustar a todo el mundo.

Tu novela puede levantar odios o pasiones. Esto sería lo deseable, aunque
te odien más de lo que apasionas.6
Pero si te cuelgan la etiqueta de chapucero, aburrido,

mediocre o todas ellas, estás perdido
Levantar una reputación hundida por culpa del desinterés o la
indiferencia es complicado. Mucho más complicado que hacer las cosas
bien desde el principio. Tu público potencial abandonará todo interés sobre
tu obra cuando les hayas decepcionado. Acudirán a otras fuentes, ya hemos
visto que hay de sobra.
Recuperar la atención será mucho más difícil que

captarla por primera vez
6
Risto Mejide, Annoyomics (Ediciones Gestión 2000, 2012)
Pero ¿cuál elegir?

Éstas son las tres formas básicas de publicar, difundir y ganar dinero con
los libros. Queda otra alternativa que te explico en el Capítulo 4. No hay una
mejor que otra pero sí preferencias según la necesidad o el objetivo de cada
escritor.
Por ejemplo, si tienes una empresa y quieres atraer clientes, una buena
forma de hacerlo es publicar un libro sobre el tema de tu especialidad.
Algunos incluso dicen que si no has publicado un libro no eres nadie —con
lo cual estoy de acuerdo—. La autopublicación tanto impresa como
electrónica sería una buena opción. No ganarías tu sustento como escritor,
sino que tu libro sería el eje de una operación de marketing.
El caso de los novelistas es diferente. Al ser la novela un producto de ocio

y cultura sí es necesario obtener el grueso de los beneficios con él, por tanto
la mejor opción sería la de publicar a través de una editorial tradicional. Es
posible obtener ciertos beneficios colaterales ofreciendo cursos, talleres,
seminarios, conferencias y demás.
Si ése es tu objetivo principal, la publicación digital sería un método

eficiente. En la red puedes tener un amplio público. Es relativamente
sencillo que puedan llamarte para dar alguna charla o seminario si difundes
bien un libro y sabes suscitar suficiente interés, pero si cuentas además con
una edición impresa, las oportunidades de dar conferencias se multiplican
con la opción de presentarlo en público.
Debes identificar tu objetivo. Como ya he comentado en la primera parte,

no te recomiendo que sea el de ganar dinero escribiendo. Ganar dinero con
la venta y difusión de tu obra debería ser el resultado deseable de lograr tu
objetivo. Ofrecer al mundo un punto de vista diferente sobre la vida,
simplemente entretener lo cual es muy loable y necesario, o hacer llegar
una idea que mejore la vida interior de las personas sí son objetivos
deseables. ¿Ves la diferencia? Primero procura difundir al máximo tu obra,
tu intención. Tener una misión. Ganarte la vida con ello llegará cuando
llegue. Si no, al menos habrás realizado tu objetivo principal, la misión que
te mueve. Sé honesto con tu público y contigo mismo. Tal vez así logres
aportar algo a la literatura y a las personas. Cuando tengas claros tus
objetivos e identificado a tu público ideal, elegirás la forma adecuada de
publicación y difusión para tu libro.
Y cuando haces lo correcto, persigues tus sueños, te

apasiona lo que haces… sucede lo correcto.
Ahora bien ¿cuáles son los canales y métodos adecuados para llegar a
publicar?
3- ACCEDER A LAS EDITORIALES

CONVENCIONALES
Hay tres vías básicas para acceder al mundo editorial clásico. Dirigiéndote
sin más al editor, ganando un concurso o a través de un agente literario.
Vamos a ver las tres al detalle.
Al hacerlo directamente tienes escasas posibilidades, a no ser que

conozcas a alguien dentro de una editorial o tu obra sea excepcional. Este
último supuesto es complicado de cumplir por varias razones. En primer
lugar es muy difícil que un editor preste atención a originales no solicitados.
Puedes hacer una presentación inmejorable de tu obra7, pero no garantiza
que alguien vaya a abrir el sobre que la contiene. Es posible que esto sí
suceda en editoriales pequeñas, pero te puedes olvidar de ello si te diriges
a una de cierta envergadura.
Las editoriales reciben semanalmente varios manuscritos no solicitados.

No invierten dinero en su lectura, es así de claro. Se limitan a devolver el
sobre al remitente, en los mejores casos con una nota explicando que no
admiten originales sin haberlos solicitado y recomendando el contacto con
un agente literario. Repito: en el mejor de los casos, pues devolver los
sobres también vale dinero.
Y si has pensado, avispado de ti, hacerlo por e-mail para ahorrar gastos,
olvídalo: ir directo a la papelera es aún más económico y rápido. Eso sí, te
agradecerán haberles facilitado el trámite.
Imprescindible enviar la propuesta a la editorial adecuada. Investiga la

línea editorial que se ajuste a lo que has escrito, si encaja en ella o en alguna
de las colecciones específicas del sello. Averigua todo lo necesario antes de
hacer una lista de a quién hacer llegar tu original. Si puedes contactar por
algún medio con el editor o editores elegidos, vía telefónica o en entrevista
personal, gánatelo. Haz que desee recibir tu original, que te lo solicite. Un
7
http://goo.gl/BLQ719
escritor profesional también es un experto en relaciones públicas. Si lo

consigues, estupendo, habrás hecho la mitad del camino y aumentado
exponencialmente tus posibilidades.
Si no puedes contactar o no consigues convencer al editor, haz llegar el

original a tantos editores como puedas. El mejor supuesto es que intereses
a varios.
No debes enviar tu texto al completo. Debes enviar lo siguiente:
 Tus datos personales y tu currículo como escritor. Envía reseñas,

recortes de periódico, palmarés de certámenes, todo lo que tengas.
Si no tienes historial todavía, envía una buena semblanza y detalla lo
que has escrito aunque no hayas publicado nada. Los editores
quieren autores con continuidad, no amores de una noche. Un libro
tiene una vida muy corta. Un buen escritor puede producir muchos
libros. Demuestra que tienes oficio.
 Una carta solicitando la lectura de tu obra, con una propuesta única
de ventas. Es decir, contar al editor por qué tu obra es buena y por
qué le será rentable publicarla. No seas aquí demasiado breve, en
marketing cuánto más cuentas más vendes. Cuéntalo todo pero
tampoco seas cansino. Demostrarás también que conoces la
importancia de una buena operación de marketing. Si consigues
llegar al comité de lectura, esta propuesta les facilita el trabajo.
 Una breve sinopsis. Sinopsis significa breve descripción del
argumento, incluyendo su desenlace. No se trata de una reseña para
la contraportada, se trata de que un profesional pueda hacerse una
idea global de qué tiene entre las manos, incluso a nivel comercial.
Tampoco es un resumen de cinco páginas contándolo todo con pelos
y señales. Una sola página basta. Pon a trabajar tu capacidad de
síntesis, también está bien valorada.
 El primer capítulo de tu novela. Ahora te haces una mejor idea del
porqué de un inicio con gancho. Si se lo vendes a un editor, se lo
vendes a cualquiera. Esa es la idea general y el editor piensa lo mismo.
En algunos casos puedes enviar también un capítulo intermedio y el
final. Hay editoriales y agentes que así lo piden. Fíjate si eso está
indicado en alguna parte.
 Es recomendable una carta de agradecimiento, sin hacer la pelota.
Puedes incluir un apartado que pida, en caso de rechazar la obra,
algún consejo para poder mejorarla. Denota profesionalidad y
actitud perseverante. Ponte a disposición del editor para cualquier

duda, aclaración o sugerencia que pueda hacerte.
 Utiliza mucho las palabras «por favor» y «gracias». No te muestres
prepotente, en plan «si no me publicas peor para ti». Ni funcionará,
ni dará una buena imagen de ti.
Y supongamos que lo consigues. Que alguien abre tu sobre y se molesta

en leer tu presentación —sucede algunas veces, más de lo que la gente
imagina—. Pasará una exhaustiva revisión antes de ser tenida en cuenta una
lectura completa. Si el lector profesional considera que tu primer capítulo
tiene posibilidades, tanto literarias como comerciales, le convence tu
propuesta única de ventas, además puede investigarte en Internet y
valorarte de forma positiva… pasará tu propuesta al editor o a un comité de
lectura. Habrás superado el primer nivel.
Si en este comité de lectura consigues la aprobación de una mayoría —

suele ser un equipo de tres personas— el editor se pondrá en contacto
contigo. Bien para que le hagas llegar el resto de tu novela o bien para
concertar una entrevista personal.
Tienes mucho ganado porque, a partir de este punto, publicar o no

depende de otros factores. Tu obra tiene la calidad suficiente como para
despertar interés.
Pero como digo lo difícil es que alguien se moleste en leer tu original no

solicitado. No es imposible ni mucho menos. En la actualidad muchos
editores trabajan con cazatalentos. Es común que algunas editoriales
envíen esos manuscritos que llegan por parte de autores desconocidos a
dichos cazatalentos, en espera de descubrir alguna joya oculta. No obstante
no cuentes con ello.
En cambio debes tener algo en cuenta, básico para tu estrategia. Algo

que los aspirantes a escritor no comprenden, quizá por culpa de clichés o
de creencias auto inducidas por el «saboteador interno»: los editores
necesitan a los escritores tanto como los escritores a las editoriales. Ambos
forman una combinación perfecta cuando juegan en el mismo equipo.
Busca oportunidades de acceder a un editor, investiga en el sector,

accede a contactos comunes, establece alianzas estratégicas. ¿Quién dijo
imposible? Difícil no te lo negaré, pero posible por supuesto que sí. No son
pocos los escritores que han comenzado de esta forma.
La oportunidad es para quien la trabaja

Presentarse a un concurso es una buena oportunidad. Es un tema
espinoso, pero si das con un concurso de cierta relevancia que no esté
concedido de antemano y lo ganas, quedas seleccionado o finalista, te
garantiza la atención de los editores. Que a menudo son los organizadores
del evento. Cuidado, esto no garantiza en absoluto la publicación a no ser
que en las bases se mencione un compromiso a ello. Conozco algún autor
que ha ganado un certamen de cierto prestigio y no ha sido publicado por
la editorial convocante.
Hay aspectos importantes a tener en cuenta cuando te presentas a un

concurso. Algunas convocatorias son pura fachada para darse publicidad,
promocionar libros o directamente engañar a los escritores con un cebo
para hacerse con sus derechos. Lee a fondo las bases y compréndelas.
Interprétalas. Hay algo que nunca debes perder de vista, por mucho que te
prometan el oro y el moro: tu novela es tuya y de nadie más.
Eres el propietario intelectual de su contenido y por tanto de todos los

beneficios que pueda llegar a generar. El editor tiene los derechos de la
edición, pero el contenido es tuyo en exclusiva. Cualquier mención a que
renuncias a un derecho debería ponerte en alerta máxima. Puedes
renunciar si quieres —aunque no te lo aconsejo— a los beneficios
económicos derivados de la publicación para crearte un currículum. Pero
jamás a tu autoría y los derechos que conlleva. En todo caso
cedes tu obra para ser publicada, nunca los derechos de

autoría de esa obra
Sin embargo hay concursos limpios. Ganar uno de ellos implica ganar en
relevancia y prestigio, en proporción a su importancia. Por no mencionar el
premio, ya sea en metálico o en especies… es decir: el compromiso de

publicar la obra ganadora, promoción, distribución y reparto de ganancias.
No sólo las obras ganadoras se benefician del premio. El simple hecho de

llamar la atención de algún miembro del jurado puede reportarte sorpresas
agradables. Quedar finalista para alguno de los premios sin llegar a ganar
ninguno, ya es un caché que puedes adquirir.
Sin contar que por los motivos que sean, tu novela a concurso puede
encajar en la línea editorial de quien la convoca o de la editorial donde
presta servicios un miembro del jurado. En dicho jurado también puede
haber un agente literario que se interese en representarte. Sea como sea,
presentarse a concurso siempre es una buena opción. Incluso si quedas
descartado puedes obtener algún beneficio de ello: como mínimo, sabrás
que la obra presentada debe mejorar y pulirse un poco más antes de salir a
la luz.
Otra consideración a tener en cuenta sobre los concursos: elige bien. No

todas las convocatorias serán adecuadas para tu texto. Igual que no todas
las editoriales son las idóneas y debes seleccionar, lo mismo pasa con los
certámenes literarios. Si la lista de jurados es pública, investiga sobre sus
miembros, qué preferencias y gustos tienen. No es descabellado escribir
una obra ex profeso para un concurso concreto. Si consideras que es la
convocatoria ideal para despegar, hazlo.
Mención aparte merece la figura del agente o las agencias literarias. El

agente es un profesional del mundo de la edición y normalmente bien
relacionado en él. Conoce las editoriales y su funcionamiento, conoce sus
líneas de publicación y las colecciones donde tu obra puede encajar mejor.
Así entonces, puede proponer la publicación de tu obra al editor de forma
directa. Los editores confían en los agentes y agencias, pues les hacen gran
parte de su trabajo —que además suele ser la parte ingrata—. Saben que
las obras propuestas cumplen las exigencias de calidad y comercialidad
necesarias. La decisión, claro está, recae en el editor pero tendrá en cuenta
el criterio de un agente de su confianza.
Un buen agente orienta, aconseja e incluso puede ayudarte a mejorar tu

obra de cara a la publicación. No sólo eso sino que también asiste en el
contrato con la editorial, vigilando las condiciones y la preservación de los
derechos. Apoya y colabora en actividades de promoción e intenta vender
tu obra en otros mercados.
Todo ello por una sencilla razón: cobra comisión por ventas de tu libro.
Comisión que asumes tú y no la editorial, es decir que su beneficio lo
obtiene del tuyo. Por eso procurará que tu libro se venda cuanto más mejor.
Puedes verlo como un inconveniente o como una ventaja. A cambio de una
parte proporcional de tus beneficios, tendrás una persona o empresa a tu
servicio, realizando labores estratégicas que pueden redundar en mayores
ventas. Considéralo una externalización de servicios, una inversión que tú
decides si necesitas o no.
En muchos casos es aconsejable, si no imprescindible, la mediación de los

agentes o agencias. Muchas editoriales, sobre todo las importantes,
trabajan a través de agentes casi en exclusiva. Son el enlace entre autor y
editor, ahorrándole a éste último quebraderos de cabeza respecto a la parte
creativa. Por supuesto, también le hacen ahorrar mucho dinero.
No creas que es sencillo conseguir ser representado por un agente. Ellos

seleccionan, igual que lo hace una editorial, las obras y autores que
merecen su representación. Les va en ello su reputación frente a los
editores. También les llegan multitud de solicitudes. Debes dirigirte a ellos
igual que lo harías con una editorial de forma directa —carta de
presentación, etc. como se indica al principio del presente Capítulo—. La
diferencia es que el agente va a hacerte algo más de caso. Algunos incluso
cobran una cantidad económica por leer tu propuesta. Tienes más
posibilidades de ser tenido en cuenta.
Y si el agente ve posibilidades en tu obra, es probable que trabaje contigo

para hacerla vendible. Una vez estás representado tus probabilidades de
publicar aumentan exponencialmente; es casi como un paso previo a ver tu
libro impreso.
Peligros también los hay. Elige bien a tu representante igual que él te va

a elegir a ti. Cuidado con los que te garantizan representación tras contratar
con ellos correcciones, informes y sesiones de editing. La representación es
algo delicado y un agente que se precie escogerá a quien merezca su tutela.
En ello le va el prestigio y de su reputación depende que las editoriales
confíen en él. Por lo general la «garantía de representación» es una excusa
para exprimirte.
El prestigio, como digo, en este caso es fundamental. Busca información,

ponte en contacto con autores representados por tu agente elegido y
pregunta. A la hora de seleccionar —tanto agente como editorial—
comienza por los grandes y desciende si recibes negativas.
debes ir a pescar primero al pez más grande… porque

es posible que «pique»
Si bien es cierto que cuanto más nivel tiene un agente o agencia más
difícil es ser representado, también lo es que hay muchos profesionales
dignos e independientes, menos conocidos y que realizan una buena labor.
A veces es mejor incluso contar con este tipo de representación. Los

agentes importantes o agencias grandes llevan a muchos escritores a la vez,
algunos de ellos autores famosos de Best Seller. No tendrán mucho tiempo
para invertir en ti, ni centrarse en tu promoción, algo que sí hará una agencia
pequeña cuyos ingresos dependen de vender lo tuyo y lo de cuatro más.
Otro peligro a tener en cuenta: controla que la agencia o tu representante

esté de tu parte y no de la editorial. Es bastante sencillo influir a un autor
cuando confía en su agente y esto puede usarlo el editor a su favor. Bien
manipulando al intermediario, bien teniéndolo de su lado.
Confía en tu agente pero tampoco te ciegues. Aunque no esté comprado

por el editor, ten en cuenta que es un ser de carne y hueso, un humano que
comete errores como el que más. Y ten en cuenta también que él está a tu
servicio, no al revés. Un agente trabaja para ti: su beneficio lo obtiene del
tuyo.
4- DIFERENCIA ENTRE COEDITAR Y

AUTOPUBLICAR
Algo a tener en cuenta a la hora de publicar por cualquier medio, es el

número ISBN (International Standard Book Number). Es, por simplificar, la
matrícula de tu libro: un código único que indica entre otros datos la
editorial, el país y el idioma de la publicación. No es obligatorio asignarlo,
pero sí imprescindible cuando tu obra va a comercializarse. Sirve para llevar
un control de los ejemplares vendidos, stock de almacén, hacer pedidos a
la editorial y aparecer en las bases de datos bibliográficas, como bibliotecas,
catálogos y listas.
Y justo aquí es donde no debe confundirse coedición

con auto publicación.
Coeditas con una editorial, pagando los gastos por completo o parte de
ellos. Ella es responsable legal de la edición y asigna un ISBN a tu obra como
el de cualquier otra. Auto publicas por tu cuenta y riesgo. La mayoría de las
veces ni siquiera tratas con un editor, sino con una imprenta que ofrece un
servicio para escritores deseosos de ver su obra impresa en papel. Si
publicas de esta forma obtienes un ISBN específico de autoedición, lo cual
acarrea numerosos inconvenientes. Tenlos muy en cuenta sobre todo de
cara a futuros proyectos.
En primer lugar las editoriales tradicionales ven con malos ojos que hayas
recurrido a este sistema. Para ellos significa que ninguna editorial «seria»
ha querido hacerse cargo de tu obra, con lo cual cuestionan la calidad del
producto, tanto literaria como comercial e incluso del acabado final del
libro. En honor a la verdad… la mayoría de este tipo de ediciones deja mucho
que desear al respecto.
Pero supongamos que vendes una cantidad considerable. En tal caso la

suposición inicial de pobre calidad se invierte y pasas a ser considerado
como un diamante en bruto.
Esto es sumamente difícil, pues el segundo inconveniente es que ninguna

librería de cierta relevancia acepta libros con ISBN de auto publicación.
Olvídate no ya de ver tu libro en las estanterías, sino de que un distribuidor
quiera hacerse cargo de él. Te tocará convencer a distribuidores pequeños,
los cuales llegan a algunas librerías muy especializadas o pequeños
comercios de barrio. Y por supuesto te tocará contactar en persona con los
puntos de venta y convencer a los pequeños libreros que vendan tu libro en
su tienda, a cambio de una buena comisión.
No es para nada recomendable la autopublicación bajo este sistema, a no

ser que quieras regalar tu libro impreso a familiares y amigos o bien usarlo
como material de promoción para tu negocio. Por ejemplo, si eres un
terapeuta que desea utilizar el libro para atraer pacientes a tu consulta. Si
no es el caso, recurre a ello cuando hayas agotado todas las posibilidades.
Aclarado esto, debes buscar una empresa que se dedique a la

autopublicación teniendo muy en cuenta las recomendaciones de este
apartado. Eres su cliente ideal, vas a acudir a ellos y ellos te van a ofrecer
unos productos y unas condiciones. Elige bien. Procura que sea una
empresa con buena reputación, solvente y seria.
¿Qué debes controlar más en una coedición o

autopublicación?
Te recomendaría investigar la seriedad de la editorial y sus canales de
distribución. Es sencillo falsear los datos de ventas, de impresión y de stock.
No sería la primera vez que un escape de agua destruye algunos cientos de
ejemplares almacenados o que una furgoneta de reparto pierde su carga
por causas fortuitas y ajenas a la empresa. Ten en cuenta que estas
editoriales obtienen beneficio por el hecho de publicar tu obra, lo que
ocurra después con ella es un poco cosa tuya. Comprueba que la tirada de
ejemplares pagada es real; es decir, que imprimen, almacenan y distribuyen
la cantidad exacta de libros que has pagado. Controla el máximo de
aspectos en el proceso, que la realidad se ajuste a lo pactado.
No dudo de la seriedad y profesionalidad de la mayoría, aunque es

conveniente vigilar que no se trate de una empresa poco fiable, que se
aprovecha de la ilusión y las ganas de publicar sin importarle las
expectativas ni las consecuencias de maltratar el trabajo del autor.
Por descontado olvídate de ver tu obra expuesta en escaparates o

cabeceras de novedades. Esos espacios se pagan muy caros y están en
constante rotación. Hay una auténtica guerra por los puestos más visibles
de las librerías. Las editoriales especialistas en coedición que cuentan con
canales de distribución, no pelean ni invierten dinero en la visibilidad de los
autores. No digamos ya las de autopublicación. Cero. Nada. Niente.
Una alternativa es vender tu libro en portales de Internet y en tu propia

página. Cada vez más autores apuestan por esta opción, tanto para libros
físicos como electrónicos. Este apartado lo veremos a fondo en el siguiente
Capítulo.
Algo extra con lo que vas a encontrarte es el almacenamiento de

excedentes. A no ser que tu novela se agote en tiempo record y las librerías
pidan más ejemplares, sucederá justo lo contrario: se devolverán los
ejemplares no vendidos. El espacio es vital. El almacén de la editorial te
preguntará qué quieres hacer con ellos, seguramente al cabo de un año. Las
opciones son dos: o se destruyen o los compras. Ten cuidado y sé realista
con la tirada inicial. Que no te vendan una tirada inicial de mil ejemplares
porque te los comerás con patatas si no los vendes; y no es sencillo vender
mil libros impresos. Siempre puedes hacer una segunda tirada y tantas
como sean necesarias.
Ten en cuenta también que arriesgas dinero. Del total de ingresos

deberás descontar los gastos de edición, impresión, distribución y
promoción. Te recomiendo invertir en una edición aceptable: corrección de
estilo, maquetación, tipo de papel, diseño de portada, encuadernación, etc.
la presentación es vital para captar la atención y

procurar una experiencia de lectura positiva
Hacer tu libro atractivo te ayudará a vender, no te duela gastar en una

corrección de texto, una maquetación de calidad y un diseño profesional.
¿Has comprado alguna vez un libro por su portada? De acuerdo, es posible
que no… pero sí has leído alguna vez una descripción de contraportada
atraído por el diseño del libro. Incluso es posible que lo hayas llegado a
comprar.
En pocas palabras, se trata de poner en las manos de tus posibles lectores

y clientes un libro de acabado profesional como los que te gusta comprar a
ti… o uno de esos libros chapuceros de foto cutre, papel áspero, repleto de
faltas y erratas que provocan media sonrisa en la cara. Sabes a qué me
refiero.
Pregúntate cuánto dinero puedes arriesgar, ése es tu presupuesto total.

Debes ser contable, comercial y publicista para llevar a cabo una operación
así y obtener beneficios económicos. Es posible hacerlo, pero ten en cuenta
que no es un camino sencillo.
En definitiva, ve con pies de plomo y elige siempre coeditar antes que

autopublicar. Controla todos los aspectos de la cadena de producción y
logística tanto como te sea posible. Si te decides por cualquiera de los dos
caminos debes incidir mucho en la promoción, pero esto no supone una
gran diferencia respecto a otros métodos. En parte es positivo porque
nadie mejor que tú mismo va a vender tu propio

producto
Presta especial atención a la tercera parte de este tratado, donde hablo
en exclusiva de la visibilidad y promoción, pues vas a ser tu propio publicista,
comercial y responsable de marketing. Es indispensable para poder vender
tu libro o bien para lograr su máxima difusión.
5- EL FUTURO DEL LIBRO EN LA ERA DIGITAL
El libro 2.0 no sólo es el futuro de la edición, sino también la oportunidad

de difundir la propia obra de manera autónoma. El lector electrónico es la
revolución del momento y el siguiente paso evolutivo de la palabra escrita.
¿Llegará a desaparecer el libro impreso? Personalmente lo dudo, pero es
obvio que no volverá a ser lo mismo. Tal vez se convierta en una opción
publicar en papel los libros que se lanzarán en exclusiva como electrónicos.
Un capricho para coleccionistas, fans de una obra o autor en concreto, un
regalo elegante, un objeto de promoción, una curiosidad para los más
jóvenes. En definitiva un objeto de culto. Pero esto sólo son elucubraciones.
Es un tema tan complejo, espinoso y resbaladizo que no insistiré

demasiado en él. Puedes encontrar en la red amplios debates y artículos
sobre ello, pero quiero centrarme en la parte que te interesa: qué es y cómo
funciona la autoedición digital.
Puedes pensar que es sencillo fabricar un libro en formato electrónico.

No lo es tanto. En teoría existen unos estándares de archivo compatibles en
todos los soportes. La práctica es diferente y no se leen igual los archivos en
los lectores de diferentes fabricantes. Cada uno de ellos tiene su propia
extensión, adaptada a sus características. Los formatos universales no se
adaptan igual de bien en unos soportes que en otros. Si bien es cierto que
pueden leerse, no lo es que sea la misma experiencia en todos los lectores.
Las pantallas no son igual ni en tamaño ni en composición. Por tanto, lo

que en un soporte de cierta marca se ve de maravilla, en otro se le desmonta
la paginación al adaptarse. Con el tiempo algunos de estos inconvenientes
se irán puliendo, pero todavía falta un largo recorrido para estandarizar
todos los formatos.
Desde siempre ha existido la maquetación en las imprentas. Es la técnica

para organizar los contenidos de un medio impreso… o digital.
es el arte de hacer de la lectura una experiencia

agradable a la vista
El tipo de letra, la paginación, el espaciado, la distribución… todo esto se

mantiene en el formato digital. Las páginas de un libro electrónico deben
ser tan fáciles y agradables de leer como en uno impreso. Como consumidor
de literatura sabrás que no es lo mismo leer una edición cuidada que otra
«barata». Sucede igual en un soporte digital. Pon el máximo cuidado en la
maquetación y su presentación.
Eso te obliga como editor y distribuidor de tu propia obra a adaptarla

según las extensiones de archivo de las plataformas disponibles. Tendrás
que crear un formato diferente para cada una de ellas. Te recomiendo que
elijas las más populares y las que mejor se adapten a tu libro. Por ejemplo,
si quieres añadir fotografías, gráficos, incluso vídeos —lo que se conoce
como libro enriquecido—, deberás buscar el formato adecuado, en este
caso específico el de Apple. Si tu libro tiene numerosas anotaciones a pie
de página, el formato epub es aceptable y muy compatible.
Encontrarás en la red mucha información al respecto, facilitada por los

mismos fabricantes y distribuidores. La mayoría te facilita el programa para
adaptar tu archivo PDF o Word a su propia extensión. Si quieres hacerlo tú
mismo debes saber que es una tarea laboriosa. No demasiado difícil pero sí
te ocupará algo de tiempo, esfuerzo y energía. Tienes que aprender cómo
se hace y llevarlo a cabo. A veces es aconsejable acudir a profesionales para
ciertos aspectos técnicos, lo cual ahorra quebraderos de cabeza y mucho
tiempo.
A pesar de serte imprescindible como escritor conocer el medio en el cual

te desenvuelves, debes centrarte principalmente en tu obra y su promoción.
Selecciona aquellas necesidades que te cuesta más asumir e invierte algo
de dinero en ellas, haciendo que un especialista las realice.
Sucede lo mismo con el diseño de tu portada. No es la misma portada

que se necesita en una librería que en un portal en Internet. Los iconos son
más pequeños, por tanto deben ser claros, visibles y llamativos. Nunca
menosprecies el poder de una buena portada, ya lo hemos visto en el
apartado anterior. De nuevo, si no estás familiarizado con el diseño y las
herramientas necesarias, estudia contratar este servicio de suma

importancia.
Sin embargo te digo lo contrario para las reseñas, sinopsis y todo lo que
redactes para hacer atractivo tu libro. Nadie mejor que tú conoce los
mejores argumentos para venderlo. Hay técnicas y trucos para resaltar lo
mejor, relacionados con la psicología del lector objetivo. Es un trabajo de
marketing, pero tampoco debes conocerlo a fondo para hacerlo efectivo si
conoces bien tu producto. Confía en ello, en tu instinto, para atraer a los
lectores.
Una vez hayas adaptado tu libro al formato más adecuado, debes

distribuirlo, hacerlo llegar al público, venderlo. Debes seleccionar las
plataformas de venta y visibilidad más adecuadas. Hay muchas páginas y
librerías virtuales dedicadas a ello, que ponen a la venta tu obra a cambio
de la comisión correspondiente. Tú mismo deberías crear una plataforma
de venta en tu propio blog, con un botón de pago PayPal o similar y realizar
una labor de afiliación con otros blogs afines —aspectos que tratamos a
fondo en la tercera parte—.
Elige las plataformas que se adapten mejor a ti y a tu libro. No te aconsejo

trabajar con algunas que exigen exclusividad; debes difundir al máximo,
estar presente en el mayor número de páginas posible. Infórmate bien de
las condiciones de venta, comisiones, derechos de publicación y
distribución. Y recuerda, cuando un tercero publica o distribuye tu obra te
pedirá ceder algunos derechos. Vigila bien esta condición: una cosa es ceder
ciertos derechos y otra muy distinta es perderlos. Aunque siempre la
autoría se te atribuya y los derechos de autor sean indiscutiblemente tuyos,
las condiciones de algunas cesiones son abusivas y no deberías tolerarlas. Si
no estás seguro de alguna en particular consulta antes de aceptar nada con
un experto del sector o pide consejo en foros de la red.
Lo cual me lleva a hablar de la piratería. Es inevitable que cuando se

distribuye cualquier artículo en formato digital, será compartido por
algunos de forma gratuita, o bien obteniendo algún tipo de beneficio sin
que el autor, editor o distribuidor obtengan ganancia alguna por el fruto de

su trabajo.
Repito: inevitable
En el momento que subas tu obra en la red, será automáticamente
descargada por alguien y difundida sin consentimiento legal.
Ya hay sistemas de protección para que esto no suceda. Son los llamados
DRM —Digital Rights Management: Gestión de Derechos Digitales—, que
impiden la copia y manipulación de los originales. Los sistemas empleados
son varios; en general se trata de impedir que un libro digital vaya
cambiando de mano en mano. Pero los piratas y hackers informáticos
terminan siempre por sortear estos sistemas de seguridad. Es más, puede
incluso que se sientan estimulados a hacerlo cuando se topan con uno de
ellos.
Aquí es donde entran más bien los argumentos de la tercera parte del
manual, como ganarte la confianza de tus lectores objetivo y crear una
comunidad de seguidores. También entran en juego los objetivos como
autor que te planteaba en el apartado anterior. ¿Quieres vender y ganar
dinero por encima de todo o quieres que lean tu obra? Si das preferencia a
esto último, la piratería debería ser para ti un mal menor.
Piensa a fondo en tus derechos de autor y decide en consecuencia.

Puedes distribuir tu obra con un copyright o con un copyleft. El primero
impide la reproducción y distribución de cualquier obra sin consentimiento
expreso. El segundo matiza las limitaciones a que puede ser sometida la
obra, permitiendo ciertas licencias tales como modificación del contenido,
distribución y difusión bajo ciertas condiciones, como hacer mención a la
fuente original, incluir enlaces a la página web del autor, entre algunas
otras.
Sobre registrar una obra: no es obligatorio pero sí recomendable. Puede

evitar disputas sobre la autoría de un texto. El registro sirve para demostrar
ésta en caso de litigio… por ejemplo si subes tu novela a la red y en unos
meses alguien hace una película que es calcada, podrás reclamar derechos
de autor si consideras que te han plagiado. No suele suceder, pero tampoco

es descabellado. Para registrar cualquier contenido es necesario realizar un
simple paso: rellenar un impreso en la oficina de registro de la propiedad
intelectual en tu localidad y adjuntar, por lo general, dos copias del trabajo.
Te proporcionan un número de registro provisional hasta obtener el
definitivo. Muy sencillo y barato. No creo que el procedimiento varíe
demasiado en diferentes países, salvo los particulares referentes a la
burocracia.
Siempre va a haber una merma de tus ingresos por la piratería, aunque

es mejor confiar en la honestidad de tus lectores y saber crear una
comunidad fiel y leal a tu alrededor. El caso es que las oportunidades para
lucrarte de tu trabajo como autor son mayores y mejores que el riesgo de
no obtener beneficio. Puedes, por ejemplo, vender tu obra por el precio de
un Euro y llegar a miles de personas. Un Euro es una cantidad más que
razonable por el que mucha gente pagaría gustosa por un buen libro. Ocho
mil ejemplares vendidos a un Euro suponen unos ingresos nada
despreciables. O distribuir tu libro a cambio de un donativo.
En el camino del libro 2.0 está todo aún por trazar. Experimenta,
arriésgate, innova. Busca soluciones técnicas y estrategicas en un campo
donde
la imaginación prima sobre lo establecido, lo probado,

lo demostrado
El futuro es del libro electrónico y el futuro será de aquellos que se
atrevan. Equivocarse es la vía más rápida para aprender y raras veces se da
la oportunidad, el lujo, de explorar un territorio desconocido en el cual el
método prueba-error dé sus recompensas.
CONCLUSIÓN: OFICIO Y PROFESIONALIDAD

Conocer el medio en el que te vas a desenvolver es imprescindible. Sus
procesos, métodos, sistemas de trabajo, organización, posición en el
mercado… No sólo te permite estar al día y atento a lo que sucede, también
puede crearte oportunidades y proporcionarte ideas. Es condición sine qua
non saber a quién te vas a dirigir, cuándo y cómo. Los contactos en el
mundillo son necesarios, pero si no los tienes los puedes conseguir. Potencia
tu capacidad de relaciones públicas. En la red hay innumerables
oportunidades de contactar gracias a las redes sociales y al networking.
Identificar tus objetivos, marcarte unos logros y una posición en el sector,

forma parte de una estrategia a largo plazo, definida por unas tácticas
puntuales que te llevan paso a paso a la consecución de tus metas. Conocer
las opciones, las técnicas y los profesionales que las dominan, será
imprescindible para utilizar esas tácticas.
Ciertos oficios, sobre todo técnicos y que siempre han estado presentes
en la industria editorial, tienen su equivalente en el mundo digital.
Aprovéchalos para mejorar la calidad de tu obra, hacerla profesional, viable
y deseable. Esto no sólo es necesario a la hora de publicar, sino también a
la hora de dirigirte a una editorial: los editores buscan profesionales con
solución de continuidad.
Estos oficios te dan apoyo en las labores tácticas, son una inversión
necesaria para poder centrarte en lo importante de verdad: la creación —y
la creatividad— de tu literatura. Te da además una perspectiva alejada del
proceso creativo, en el cual los escritores se sumergen tanto que terminan
por no ver los aspectos más prácticos: carencias, puntos fuertes y débiles,
las necesidades y exigencias del lector. Lector, no debe olvidarse, ajeno a los
procesos de gestación de una obra y a los vaivenes del sector.
La conjunción de tu trabajo como escritor y el de los profesionales del

sector dará como resultado una obra competitiva y profesionalizada. Es
clave para forjarse una reputación y una posición en el mundo editorial.
Confía en tu creatividad, pero busca también la observación distante de

aquellos con criterio para evaluar objetivamente una obra literaria.
Conoce y utiliza las herramientas a tu disposición. Asume ciertas tareas

antes exclusivas del editor, los impresores y distribuidores, pero no quieras
lanzarte por completo en solitario. La perspectiva y la opinión ajenas te
darán las claves para mejorar aún más tu obra literaria.
Los profesionales editoriales son la herramienta del escritor como la

plomada lo es del albañil: le ayuda a construir sus edificios sin desviarse de
la línea recta.
El oficio de escribir es solitario e introspectivo. Pero

solo durante la fase de la creacion. Cuando debas sacar
tu obra a la luz publica, necesita trabajo: vision
objetiva, profesional y alejada del proceso creativo.
He aquí una clave imprescindible:
Profesionalidad:
busca el punto de vista
con perspectiva y convierte
tu obra en un producto
terminado y de calidad.
PARTE 3
TÉCNICAS DE VISIBILIDAD,
MARKETING Y VENTAS ONLINE
1- EL RETO DE SER VISIBLE

Los lectores no van a encontrarte si no saben que existes. Ni siquiera van
a buscarte. Es tan sencillo como eso. Para que alguien te lea, se identifique
contigo y con tu obra, primero debe conocerte. Una vez te ha conocido
como persona, es posible que se interese por lo que quieres contarle. Tu
trabajo en ese sentido consiste en ser visible para el mayor número posible
de gente, pero no es suficiente. Cuando te encuentren debes seducirles,
debes llamarles la atención, atraerles hacia el campo que te interesa y
captarles. Sólo así lograrás lectores.
Esto es una operación que precisa de una estrategia a medio y largo

plazo. Una estrategia que debes diseñar a conciencia, teniendo claros tus
objetivos. No puedes alcanzar unos objetivos concretos sin un plan, una
hoja de ruta; y no puedes seguir un plan si no marcas unos objetivos.
Tampoco conviene confundir estrategia con táctica.
Una táctica es una maniobra que realizas como parte de

un plan más amplio y general: la estrategia
Puedes llevar a cabo este plan de visibilidad en muchos tipos de
plataformas: televisión, radio, prensa escrita, Internet e infinidad de
soportes publicitarios como vallas, buzoneo de folletos, flyers, etc. En esta
parte me voy a centrar en una de ellas: Internet, como habrás adivinado,
por ser la más asequible, económica y, tal vez, la más efectiva hoy día.
Permite focalizar tus esfuerzos hacia núcleos muy específicos, apuntar tus
tácticas en las direcciones elegidas e implementar soluciones efectivas y
creativas según necesidad y presupuesto. En una sola plataforma puedes
integrar multitud de recursos, lo cual te permite crear una estrategia
unificada cuyo campo de acción es el mundo entero.
Si tienes éxito en esto, es muy posible que otros medios de comunicación

se hagan eco de tus logros. Medios a los que no tendrías acceso de otra
forma.
Considera Internet como tu plataforma de lanzamiento
Es asequible y no muy complicada de manejar, aunque entraña

inconvenientes y ciertos riesgos.
Uno de estos inconvenientes es la dura competencia, de la que ya te he

hablado en la segunda parte. Tu libro debe competir con muchos otros
libros, además de películas, programas y series de televisión, videojuegos,
música e infinidad de otras formas de cultura popular. Y por encima de todo
la sobresaturación de contenidos. Debes destacar y hacerte visible en una
maraña de relaciones, páginas web, blogs, canales, asociaciones, grupos de
debate, empresas y particulares que utilizan la red tanto como tú para sus
propios fines, comerciales o no. Todos pugnando por la misma atención. Es
lo que tiene introducirse en un medio tan asequible al gran público, como
consumidores y como generadores de contenido.
Tal vez te consuele saber que ser visible en la red es un reto no sólo para
ti, sino también para las corporaciones, grandes multinacionales y Pymes,
pasando por los profesionales independientes de todo tipo; desde el
fontanero al abogado que anuncian sus servicios o tienen una página web
comercial. Es un medio bastante democrático, en el que contar con un
enorme presupuesto no es garantía de éxito. Puede lograrse mucho más
con pocos medios y mucha imaginación que invirtiendo grandes cantidades
de dinero.
Las grandes, medianas y pequeñas editoriales utilizan la red para

promocionar a sus autores y vender sus libros; y se enfrentan a las mismas
dificultades que cualquiera. También bucean en ella para cazar nuevos
talentos, lo cual significa que ser visible y tener cierto éxito aumenta tus
posibilidades de ser captado.
Lo mismo sucede con los lectores potenciales. Cada vez son más los
consumidores y amantes de la buena literatura que huyen de las propuestas
editoriales más comerciales. Buscan nuevos estímulos alejados de la
comercialidad, lo manido, lo aceptado, llegando a nuevos autores con pocas
posibilidades de publicar en una editorial clásica, orientada casi siempre a
los beneficios económicos en lugar de a la calidad de sus publicaciones.
Sin embargo tanto unos como otros utilizan la red, más bien dicho la
reputación de los autores en la red, para seleccionar a los mejores. Debes
cultivar no sólo la visibilidad, también debes labrarte una buena reputación
creando una marca personal que te distinga y te

posicione
Defraudar a tus lectores con una obra a distinto nivel o de temática
diferente a tu género habitual es aceptable. No siempre puedes mantener
el mismo nivel de calidad o no todas tus novelas pueden gustar siempre y
siempre a los mismos. Tu obligación es vigilar lo que dicen de ti en la red,
aceptar las críticas con deportividad y los halagos con más deportividad aún.
En pocas palabras, cuidar de tu reputación como el más valioso de los
tesoros.
Lo que no es aceptable de ninguna manera es decepcionar a tus

seguidores como marca. Está claro que puedes evolucionar como autor y
como persona, pero si te posicionas con unos rasgos definibles debes ser
consecuente y coherente con ellos. Un cambio radical en tu
comportamiento, tu obra y personalidad deben ser consecuencia lógica de
hechos concretos. En cuanto tu marca y obra sean públicas deberás dar
explicaciones de todo ello. Con esto no digo que debas ser un personaje
público, muy al contrario. Lo que estoy diciendo es que debes diferenciar
marca personal de vida personal; el autor que eres es tu marca, la persona
que eres es privada y aunque una vaya de la mano de la otra
la separación debes decidirla y definirla tú

Las explicaciones debes darlas preservando tu intimidad si quieres; pero
debes darlas.
En realidad es bastante sencillo. Pregúntate cómo eres tú como

consumidor y traslada eso poniéndote al otro lado. Da a tus seguidores, a
tu público, tus lectores, lo que te gustaría recibir como seguidor, espectador
y lector de alguien. Ofrece y pide respeto. La red es un universo muy
particular con sus propias reglas de educación y conducta. Conócelas,
respétalas y exígelas.
Cuando me refiero a la buena reputación no me refiero a ser una marca

personal simpática. Esto puede sorprender, pero a veces es más
conveniente para tu visibilidad ser antipático8. Molestar a alguien, polarizar
tus opiniones a veces de forma radical, crear polémicas y discusiones
apasionadas, encendidas. Lo importante es saber que la gente no busca en
ti una persona amable, conciliadora, pacífica y esencialmente buena. Busca
autenticidad. Personas con carácter y personalidad, coherentes,
consecuentes con su manera de ser, actuar y pensar.
De nuevo que esto no te lleve a error. No estoy diciendo que debas ser
antipático o beligerante, estoy diciendo que debes ser tú mismo. No finjas
ser lo que no eres. Si tu naturaleza es eminentemente buena, agradable,
conciliadora, pues así debe ser. Pero debes llevar esto a sus últimas
consecuencias.
Cuando encuentres una causa que defender, una opinión o punto de vista
afín al tuyo,
POSICIÓNATE
Defiende esa posición desde tu personalidad, sea beligerante o
pacificadora, apasionada o reposada. Lo que no debes hacer es andar con
medias tintas, cambiando de opinión a cada comentario. Eso da una imagen
de falsedad, falta de principios y convicción.
Para tu información te adelanto que esto es inevitable. Igual que sucede

en el mundo físico, el mundo virtual está plagado de defensores y
detractores de cualquier causa, remarco: cualquier causa. Esto significa que
no importa lo que hagas, lo que digas, lo que escribas, opines, defiendas o
ataques. Siempre va a haber quien esté a tu favor o en contra, quien te odie
o te adore. Esto juega a favor tuyo y de tu obra. Por extraña, rebuscada o
surrealista que sea tu literatura siempre vas a encontrar lectores, fans y
«evangelistas». También enemigos acérrimos y detractores, gente a la que
molestas por el motivo que sea.
8
Risto Mejide, Annoyomics (Ediciones Gestión 2000, 2012)
Es cuestión de buscarlos. A todos ellos. Unos te leerán y los otros…

seguramente también. ¿Cómo si no van a criticarte? Usa a éstos para
sembrar la red de polémica. Atraerán a tantos nuevos detractores como a
nuevos seguidores. En un universo como el de la red, tan plagado de
contenidos y distracciones,
lo mejor que puede sucederte es la oportunidad de

llamar la atención
Si eso sucede molestando a alguien, bienvenida sea la molestia. De todas
formas siempre vas a fastidiar a alguien hagas lo que hagas ¿recuerdas?
Pues en eso consiste la visibilidad. Ahora vamos a ver los mecanismos y

herramientas para lograrla.
2- PRESENCIA EN LA RED DE REDES

Puedes estar presente de muchas maneras diferentes. Las voy a
enumerar una a una y después las vemos al detalle.
 Una página web para ofrecer tus productos y/o servicios

 Un blog para destacar tu actividad profesional o personal
 Una mezcla de blog personal y página web comercial
 En las redes sociales como individuo, empresa o profesional
 Como articulista y comentador independiente en blogs y foros
 Como vendedor de productos y/o servicios en páginas de terceros
 Colaborando con tus productos y/o servicios en páginas de terceros
Las posibilidades de comerciar en la red son muchas y variadas. La

segmentación anterior, en realidad, es un desglose de todo lo que deberías
hacer en la red para destacar y mantenerte activo.
El primer paso es decidir cómo vas a estar presente en Internet. Una

página comercial es lo idóneo para grandes y medianas empresas con una
marca conocida o potente. Para empresas pequeñas o profesionales
independientes es mejor un blog. La diferencia principal entre una página
web y un blog es su manejabilidad. Para mantener actualizada una página,
sobre todo con muchos departamentos, servicios y productos, es necesario
contar con un especialista o bien dominar varios aspectos de programación
HTML. Sin embargo un blog es sencillo de mantener y actualizar, cualquiera
con unos conocimientos limitados de las herramientas informáticas puede
hacerlo. Se ahorra en tiempo y servicios externos.
La mezcla de ambas es la opción más utilizada por todo tipo de empresas

y profesionales. Se puede enlazar una con otra para diferenciar una parte
que permita una mejor interacción con los usuarios —el blog—, y otra parte
orientada hacia la venta —la página web—. Para esta última bastará con
unas pocas páginas en las cuales ofertar los productos promocionados en el
blog. No es necesario complicarse demasiado la vida, al contrario. Busca
siempre la sencillez y la máxima facilidad de navegación.
Puede integrarse una en la otra a la perfección simplemente

diferenciando la estética, con la composición y el estilo de las páginas. Es
decir,
en el mismo blog puedes delimitar una zona de

interacción y otra exclusiva para vender
Veremos esto más adelante cuando te hable de las campañas de
marketing.
Puedes estar presente tan sólo en las redes sociales, aunque lo ideal es
que éstas sean un complemento a tu blog o página. Es importante definir la
diferencia entre la red social orientada a la vida privada y la orientada a la
profesional. En la primera agregarás amigos, familiares y compañeros de
trabajo con los que te una algún grado de afecto personal. En la segunda
formarán parte de tu red de contactos las personas o entidades que
impliquen actividad laboral y empresarial.
Las diferentes plataformas sociales ya ofrecen esta diferencia, pero en

algunas la línea no está bien definida y se suele confundir una con otra.
Facebook y Twiter por citar las más populares, pertenecen a este grupo.
Debes delimitar la zona entre tu vida particular y tu actividad comercial o
laboral. Pueden cruzarse en algunos momentos o incluso puedes elegir no
diferenciarlas. Es decisión exclusiva tuya, debes plantearte dónde está la
línea y cuándo la cruzas.
En este sentido la red de Google+ funciona muy bien: permite segmentar

el contenido que compartes en grupos. Es decir, puedes publicar contenido
público visible para todos o contenido que sólo pueden ver los grupos
seleccionados. El sistema de círculos también ayuda a delimitar el grado de
difusión que quieres lograr, haciendo visible el contenido a tus círculos o
extendiéndolo a los círculos de tus contactos directos.
Otras plataformas, aunque no son consideradas estrictamente redes

sociales, también ofrecen mucha interacción entre sus participantes.
YouTube, Vimeo, Flickr, Instagram, Pinterest se pueden usar de muchas
maneras y formas creativas. De nuevo diferencia, elige cómo usarlas.
Una red muy específica, orientada en exclusiva a mejorar tu red de

contactos profesionales es LinkedIn. En ella no tendrás demasiados
problemas de confusión, te recomiendo que utilices esta red para
establecer alianzas estratégicas. Una vez tienes contactos en un sector
específico, descubres que no hay tantos grados de separación entre tú y
ciertas personas influyentes. Puedes pedirle a un contacto directo que te
presente a alguien que es contacto directo suyo.
Debes elegir las redes en las que te sientas más cómodo. Estar presente
en todas las disponibles, además de engorroso y absorbente, puede
despistar a tus seguidores. Si éstos tienen demasiadas opciones para
compartir tu contenido, seguramente no se decantarán por ninguna. Con
las justas y necesarias elegirán la que ellos prefieran.
No es imprescindible que tengas blog o página ni un perfil en las redes

sociales para estar presente en la red. Puedes ser articulista colaborador en
blogs si te ganas la confianza o conoces al propietario. También hacer
comentarios como seguidor de blogs y páginas. En este caso serás
considerado un usuario más o menos participativo, pero no un generador
de contenido valorable. Esto es un poco absurdo, más cuando necesitas
visibilidad. Si suscitas interés en algún lector, éste no podrá seguirte, ni
agregarte. Desde luego es la mejor forma de preservar tu intimidad…
y de ser un completo anónimo, desconocido e invisible

escritor
Al igual que si vendes tus libros contando en exclusiva con el simple perfil
de autor que la plataforma de turno pone a tu disposición. Te adelanto la
cantidad de lectores o los libros que vas a vender comportándote así: tantos
como amigos y familiares tengas. Y eso contando que todos ellos vayan a
leerte/comprarte; si entre ellos cuentas con un buen vendedor que pueda
colocarle tu libro a alguien de su área de influencia, considérate afortunado.
Las preguntas a responder son varias. ¿Dónde encaja un autor y cuál es

su función? ¿Es un profesional independiente, una empresa, un particular?
¿Qué medio le conviene más? ¿Qué plataformas son las adecuadas? Las
respuestas no son sencillas, y en principio deberías meditarlas y

contestarlas tú mismo. Yo sólo puedo orientarte, dar mi versión de los
hechos.
El acto de escribir es un acto solitario, íntimo y personal. El acto de

publicar es colectivo e interactivo. El de ser visible y vender requiere la
participación de cuanta más gente, mejor. No es lo mismo un profesional
que publica para promocionar sus servicios que un novelista. Pero…
en el momento que un escritor decide publicar y ser

leído, se convierte en una empresa unipersonal, sea cual
sea la intención de publicar un libro.
Eres, pues, un profesional independiente que requiere

la colaboración de servicios externos y la participación
del público
Tu público se convierte en cliente porque, aunque no quieras obtener
beneficio económico de tu obra sino simplemente ser un autor leído, debes
hacerles llegar el libro, hacérselo atractivo y convencerles de que te lean.
Un ACTO DE VENTA en sí mismo, cobres o no cobres

por él
Tu obra se convierte en un producto. Tu producto debe cumplir las reglas
básicas: debe satisfacer una necesidad, debe ser atractivo, debe conocerse
su existencia y debe ser rentable. Si tu objetivo es ser leído, la rentabilidad
se mide en número de lectores; ellos obtienen la rentabilidad de su
«compra» con la satisfacción de una necesidad, ya sea práctica o de
entretenimiento.
Lo mires como lo mires, te conviertes en una empresa. Una empresa de

uno solo.
La empresa unipersonal tiene la particularidad de la multitarea. El titular

es gerente, administrativo, productor, director de operaciones, jefe de
proyectos, responsable de marketing y ventas y, si se tercia, encargado de
almacén y transportista. No te abrumes por todo esto, con organización es

posible llevarlo adelante sin mayores esfuerzos que los de un trabajo
convencional. Como seguramente compaginarás esta actividad con una
jornada laboral, el secreto es ir paso a paso. Despacito y con buena letra.
Otra característica del oficio de escritor es que como tal eres una marca.
Tus lectores-clientes te leen-compran porque tu producto es
exclusivamente tuyo. La literatura que sale de ti es única e intransferible.
Por tanto, si admiran tu obra te admiran a ti. Debes gestionar y cuidar esa
marca como lo hacen las grandes compañías. Para empezar debes crearla.
Es cierto que no necesitas logotipo si no quieres, pero tu imagen personal
actúa como tal. Siendo una marca debes transmitir unos valores, una
filosofía.
De nuevo volvemos a tus objetivos. Los tienes claros pero ¿qué normas
vas a respetar para conseguirlos? Tus tácticas definen esos valores, esa
filosofía. Actúa con coherencia, responsabilidad y determinación. Sé
consecuente con tus actos y que éstos sean la respuesta lógica al trazado de
un plan. Volveré al tema de la marca personal en su capítulo
correspondiente: cómo crearla, darle forma, brillo y volumen.
Entonces ya tienes lo necesario para elegir un lugar en la red de redes.

Como profesional independiente que se distingue por una marca personal,
te recomiendo la creación de un blog. Utilizar alguna red social que te
permita conectar aspectos determinados de tu vida privada con tu actividad
literaria. Lo principal es que selecciones las que te resulten cómodas y
fáciles de manejar. Elige las idóneas para destacar tu perfil profesional y
atraer hacia tu área de influencia a personas del ramo editorial.
Con todo esto en la mano, sólo queda ponerse en marcha.
3- CÓMO FUNCIONA UN BLOG PARA ATRAER LECTORES

Y VENDER TU PRODUCTO
Un blog, simplificando, es una página web que permite una interacción
fluida con sus seguidores, una rápida actualización de contenidos y un
sencillo manejo. En sus comienzos el blog era más conocido como bitácora,
una especie de diario personal que los autores hacían público en la red. Se
podía crear una bitácora y almacenarla en servidores de forma gratuita. Este
concepto fue evolucionando con el tiempo, hasta convertirse en lo que es
hoy día: el medio de expresión más utilizado por empresas, profesionales y
amateurs para interactuar con clientes y seguidores, difundir contenido de
interés técnico, político, social, cultural o comercial; promocionar y vender
productos, conseguir adeptos a una causa o crear una comunidad de
interesados en los contenidos de valor propuestos.
Algunas empresas optan por crear un blog en lugar de una página web
comercial. Puedes obtener ingresos económicos en paralelo a los servicios
o productos propios, enlazando mediante links a otras páginas, cobrando
comisiones de venta por el conocido como sistema de afiliados. También
por integrar publicidad de terceros en la página. Es una buena manera para
obtener unos ingresos extra. No esperes hacerte rico con ello pero sí puedes
sufragar algunos gastos —compra de dominios, servicios de alojamiento
web, compra de plantillas profesionales, pago de la conexión a la red,
factura telefónica, por ejemplo—.
El sistema de funcionamiento del blog consiste en publicar anotaciones

breves, artículos de interés, vídeos, audio, fotografías, o todo ello.
La actualización debe ser regular y continuada en el

tiempo.
Es imprescindible permitir la inclusión de comentarios de los lectores en
los artículos publicados. Y es obligatorio que los usuarios puedan seguir las
actualizaciones, mediante un
servicio RSS o la suscripción a un boletín de noticias
Y ahí está la clave: suscitar interés para que te sigan. Publicar contenido
de valor para un público objetivo, que éste desee interactuar contigo,
hacerse seguidor de tu blog. En pocas palabras, crear un
«CLUB DE FANS»
Olvídate de ganar dinero con programas de afiliados, no es el objetivo de
tu blog. Olvídate de crear una zona para vender tu libro, tampoco es el
objetivo de tu blog.
Los objetivos son dos y solamente dos:
a) Conseguir visibilidad a base de conseguir que te enlacen en otros blogs

o páginas, que citen artículos tuyos en redes sociales e incluso que te
pidan publicar en un blog de la misma temática o en alguna revista del
sector. Posicionarte en los primeros lugares de los buscadores más
populares gracias a estos enlaces, a las palabras clave usadas por tu
público objetivo para encontrar temas de su interés y otras técnicas más
especializadas.
Todo esto lo consigues relacionándote en el sector: seguir, comentar y

aportar en otros blogs y foros, utilizar las redes sociales para difundir tus
publicaciones, las de otros, noticias que puedan ser interesantes,
promocionar tus productos; estar informado de las últimas tendencias y
movimientos, participar en ellos… en una palabra, simple, llana y clara
como el agua:
EXISTIR: si no te conocen no existes, si no existes no te

leen.
Si nadie te lee, nadie te descubrirá, ni tu público ni ningún editor.
Tampoco nadie comprará tu libro. La manera de existir es ser visible. La
manera de ser visible es participar.
b) Conseguir suscriptores y seguidores de tu blog, captando sus

direcciones de correo mediante una newsletter o agregándolos como
contactos en tus redes sociales. Estos seguidores te leen por algo, quieren
seguir leyéndote por un motivo. Bien les ha cautivado tu prosa, tu estilo,
tu temática, tus consejos prácticos… les has aportado información de alto

valor, les has colmado alguna necesidad. Han comprado tu producto y
quieren seguir comprándote.
Puedes ofrecerles un incentivo para que se suscriban y así estar al tanto

de tus actualizaciones: un libro gratuito ya sea de relatos o de consejos,
acceso a una zona exclusiva, información sobre temas de su interés sólo
para suscriptores, promociones especiales, acceso a conferencias…
tantas posibilidades como se te puedan ocurrir.
Otra vez una palabra clara y concisa que justifica todo esto:
LECTORES
Porque un escritor no es nada sin sus lectores. Es una relación
simbiótica. Uno necesita del otro. Vuelvo a preguntarte: ¿por qué escribes?
Sí, puedes responder de muchas formas a esto pero la única respuesta que
las hace válidas es: para ser leído. Si no ¿para qué? ¿De qué sirve toda esa
riqueza interior que vuelcas en tu literatura si no la compartes?
Parafraseando el discurso de la famosa película: sin lectores, todos esos
momentos se perderán como lágrimas en la lluvia.
Una advertencia final sobre estos dos puntos clave: el público es muy
exigente. Debes ofrecer algo real, consistente, duradero. No se conformará
con migajas ni con refritos, ni se dejará engañar. Buscan autenticidad,
nuevas experiencias, nuevos horizontes. Si alguien explora la red en busca
de algo diferente no le des lo de siempre. Mantén tu blog actualizado,
escribiendo con regularidad. Esto es un buen ejemplo de táctica: la tarea de
actualizar tu blog X veces por semana, por quincena o por mes. De ti
depende. Pero no escribas cualquier cosa para salir del paso y justificar la
actualización. Mantén un nivel alto de exigencia, al igual que lo haces
cuando creas tu libro.
aporta valor, conocimiento, belleza, experiencias

Como escritor de oficio, al fin y al cabo, es tu obligación.
¿Recuerdas la primera clave para ser un escritor de éxito? Sí, esa de la

que hablaba en la primera parte de este tratado, antes de meternos en
jardines menos creativos y más prácticos:
Tecnica, revision, disciplina, coherencia, honestidad,

constancia, actitud y compromiso, contigo y con tus
lectores.
En una palabra: oficio.
¿Recuerdas también lo que te aconsejaba respecto a tus objetivos? Sí,
eso en lo que he insistido tanto a lo largo del libro en todas sus partes y casi
en cada capítulo…
“Debes identificar tu objetivo. No te recomiendo que sea

el de ganar dinero escribiendo. Ganar dinero con la venta
y difusión de tu obra debería ser el resultado deseable de
lograr tu objetivo. Ofrecer al mundo un punto de vista
diferente sobre la vida, simplemente entretener lo cual es
muy loable y necesario, o hacer llegar una idea que
mejore la vida interior de las personas sí son objetivos
deseables.”
¿Cómo, entonces, vas a vender tu libro si tu objetivo no es ganar dinero
y la misión del blog no es vender? En efecto no lo es. Pero sí es un
RESULTADO DESEABLE
Si aportas en tu blog la misma esencia, los mismos valores que aportas
en tu libro, si lo haces de una forma única y particular, incluso bella, estarás
en condición de perseguir ese resultado. Es más, estarás en posición de
reclamarlo: será tu derecho a solicitar una compensación por todo el
esfuerzo realizado, que no es poco, y por la aportación realizada a tus
lectores.
Hasta ahora, el intercambio ha sido una especie de quid pro quo de

primer nivel: ofreces un valor gratuito a cambio de una fidelidad también
gratuita. Los pasos que vienen a continuación son una extensión de esto.
Vas a subir el nivel del valor y los seguidores que deseen seguir creciendo
con ese valor, deberán también subir su apuesta por ti. Por supuesto es
opcional. Quien no desee dar el siguiente paso no tiene por qué darlo ni
mucho menos. Si es válido para algunos el valor de nivel gratuito vas a
seguir ofreciéndolo.
Regalar es una maravillosa forma de comunicación, que puede reportarte

beneficios directa o indirectamente… o no. Pero en todo caso estás
difundiendo valor, muchas personas se están beneficiando de él y estás
sembrando a tu alrededor cosas positivas. Por lógica, si a tu alrededor
suceden cosas positivas te deberían beneficiar de alguna forma. ¿Te suena?
hacer el bien, buen karma, buen rollo, buenas

vibraciones…
Te pongo un ejemplo: un corrector ortotipográfico tiene un blog y pone a
disposición de los interesados en el tema un manual gratuito de estilo y
normas tipográficas. En el mismo blog escribe artículos de ortografía,
incluso de maquetación, encuadernación… porque le apasiona el tema,
disfruta haciéndolo y además es su profesión. Alguien necesita de sus
servicios profesionales en un momento dado y le envía su original para una
corrección a fondo; es seguidor de sus artículos, ha leído su ebook gratuito,
recibe su newsletter, lee sus artículos… ¿crees que cometerá tantos errores
como antes de convertirse en seguidor de todo ese valor gratuito?
¿Repercute eso en el trabajo del corrector? ¿Será la labor mucho más fluida,
agradable y rápida? ¿No le permitirá todo eso ahorrar tiempo y esfuerzo…
es decir, dinero?
Pero a veces es necesario algo más concreto. Es necesario pagar facturas,

llenar la nevera, llevar a los hijos a la escuela… y para eso tenemos un oficio,
una profesión con la cual ganarnos la vida. Aquí ya podemos entrar de lleno
en el tema económico. En caso de que sí quieras obtener beneficio material,
además de cumplir el sueño de publicar y ser leído, es el momento en el

cual comienza el marketing y las técnicas de venta.
Una vez más, aquí debo pedirte que tengas claros tus objetivos. ¿Para
qué quieres el beneficio económico? ¿Vives una vida insatisfactoria, con un
trabajo que detestas y deseas vivir de tu verdadera pasión? ¿Sabes que
puedes dar mucho más de ti mismo pero estás encorsetado en una vida que
no sientes tuya? ¿Te sientes predestinado a algo mucho más grande que a
lo que te dedicas ahora? Puede que sencillamente quieras ganar un dinero
extra con una actividad que te hace disfrutar. O quieres enriquecerte al
convertirte en un autor famoso.
Es igual. Todas las razones son lícitas e igual de válidas. Déjame decirte
algo respecto al dinero…
El dinero es una energía como otra cualquiera: ni

buena, ni mala. Depende de cómo la enfoquemos o
utilicemos nos hará bien o nos hará mal, tendremos
escasez o abundancia.
También tenemos algunos complejos, creencias y prejuicios sobre el
dinero que vienen de nuestro entorno social y familiar. No es la misma
relación la que tiene con el dinero el hijo de un asalariado, que el hijo de un
emprendedor, que el hijo de un millonario. Cada uno tiene su propia
experiencia sobre esta energía, de cómo va y viene, de cómo se consigue o
se esfuma. En correspondencia a esta experiencia se forja la relación con el
dinero, las ideas y creencias sobre la riqueza y la pobreza. Muchas creencias
sobre esta energía son limitantes.9
Te invito a que abras tu mente y, si no has vendido nunca o te causa

intranquilidad tener que vender, es decir, solicitar dinero por algo que es
lícito pedirlo —ofreces un valor que te ha costado tiempo, esfuerzo e incluso
dinero a ti mismo—, aparques de momento algunas creencias sobre el
9
T. Harv Eker, Los secretos de la mente millonaria (Ed. Sirio, 2011)
dinero que tal vez te mantengan en un nivel económico que no te satisface

o te impide prosperar.
¿Te has preguntado alguna vez por qué a los ricos les es más sencillo ganar
cada vez más dinero y a los pobres salir de la pobreza? ¿Por qué algunos
ricos que se arruinan vuelven a serlo al poco tiempo? ¿Y por qué pobres que
se hacen ricos y se arruinan nunca más vuelven a tener dinero?
En gran parte es por las creencias que unos y otros tienen sobre el dinero.
La frase hecha «el dinero llama al dinero» es una gran verdad. La capacidad
de hacer dinero, podría matizar, atrae al dinero. Todos tenemos creencias
sobre el dinero. Con la diferencia de que algunas creencias son limitantes y
negativas mientras que otras son positivas y no limitadoras.
Te invito de nuevo a que explores las fases siguientes con una actitud
abierta. Si en algún momento aparece el «saboteador» para decirte con esa
vocecita interior que no eres capaz de llevar adelante una campaña de
promoción y venta… pregúntate si no será esta vez alguna creencia limitante
o algún prejuicio negativo sobre la venta y el dinero.
4- CAMPAÑA DE MARKETING
Marketing y visibilidad van de la mano. De hecho una estrategia de
visibilidad es en sí misma una estrategia de marketing. Según la definición
del concepto —traducido al español como «mercadeo» o
«mercadotecnia»—, es la disciplina dedicada a analizar el comportamiento
del mercado y el consumidor, así como la gestión comercial de las empresas.
Su objetivo es captar, retener y fidelizar clientes mediante la satisfacción de
sus necesidades y exigencias.
Para ser visible es imprescindible conocer —y comprender— dichos

comportamientos y necesidades. Atraer lectores a tu blog es el resultado de
esa comprensión: captar atención con contenido de valor, retener con la
promesa de una continuidad de ese contenido y fidelizar mediante el
cumplimiento de esa promesa.
Pero veamos cómo lanzar una campaña de marketing paso a paso.
En primer lugar debes
identificar a tu público objetivo

Lo que en marketing se denomina el target, el cliente ideal. Conoce todo,
absolutamente todo sobre él: qué busca, qué necesidades tiene, rango de
edad, posición social, poder adquisitivo…
Un ejemplo: si escribes novela fantástica uno de tus potenciales lectores

sería un joven entre los quince y los veinticinco años, estudiante,
preferencia por las humanidades o ramas avanzadas de la ciencia. De clase
media o alta, con un poder adquisitivo medio-bajo. Se interesa por los
mundos fantásticos para satisfacer y colmar su potente imaginación. Busca
en su lectura entretenimiento, evasión, pero también es una persona
interesada en variedad de estímulos intelectuales, sociales y artísticos. Con
mucha probabilidad será también consumidor de video juegos, juegos de
rol o estrategia, ciencia ficción, cine de evasión, comics, arte popular y
música alternativa. Tendencia al coleccionismo y la mitomanía. Utiliza las
nuevas tecnologías, manejándose con habilidad en ellas. Más que
pertenecer a asociaciones y clubs, está predispuesto a formar parte de

foros, grupos en Internet sobre los temas que le interesan y se relaciona
preferentemente en las redes sociales.
En fin, todo lo que se te ocurra. No debes cegarte por este cliente ideal
ni centrarte en los tópicos, pero sí utilizar la información más relevante para
tu provecho. Localiza a ese consumidor ideal en los lugares que frecuente,
tanto físicos como virtuales. Participa en las comunidades donde él lo haga:
blogs, foros, webs, grupos en las redes sociales… Estimúlale y atráelo hacia
tu radio de influencia.
Cuando este target clique en el enlace y entre en tu blog, leerá aquello

que ha suscitado su interés. Un artículo, un relato, una propuesta… depende
de tus tácticas para aportar valor. Una vez haya leído el contenido tiene dos
opciones: abandonar tu página o quedarse; puede seguir buscando en el
blog más contenido o puede suscribirse para seguir las actualizaciones.
Debes facilitarle esto último.
Capta su interés ofreciéndole contenido gratuito y exclusivo de alto valor

si se suscribe a una lista de correo. El formulario de suscripción debe estar
bien visible en las páginas principales y al final de tus entradas, ser llamativo
y sugerente. Sugiérele también compartir el artículo en las redes sociales,
difundir la información que a él le ha sido útil.
Publica también anuncios en diferentes plataformas, dirigidos a tus

targets: Google es una de las mejores y más usadas, aunque no la única.
Utiliza para su composición las palabras clave que tu potencial cliente usaría
para encontrar lo que busca. Los enlaces de estos anuncios publicitarios no
conducen directamente a tu blog, sino a una landing page —página de
aterrizaje—.
Es el sistema que utilizarás en tus campañas publicitarias, de lanzamiento

y de ventas. Una landing page diferente para cada una de tus campañas. En
ella ofreces, de la forma más atractiva posible y siempre gratuitamente, el
contenido descargable de valor a cambio de suscribirse. Incluye un enlace
de entrada al blog, pero debes tener claro que estas páginas se centran
única y exclusivamente en lograr suscriptores. Nada más. Una vez

completado el proceso sí lo diriges a tu sitio, para que pueda explorar a sus
anchas.
No seas ni demasiado persistente ni poco insistente, ni utilices tácticas

deshonestas, como publicidad engañosa. Simplemente haz saber a los
targets que siguiéndote encontrarán información de su interés, contenido
de valor y hazlo con seguridad, con firmeza. La decisión de ir o no ir, de
seguirte, de considerar válida tu propuesta depende en exclusiva de ellos.
No puedes obligarles, lo que puedes hacer es ofrecerles de verdad lo
prometido, haciéndolo de manera llamativa, autoritaria, seductora y
honesta.
Si tus visitas, tanto en el blog como en las páginas de aterrizaje, entran a

formar parte de tu lista de suscriptores, enhorabuena. Lo estás haciendo
bien. Si encima ayudan a difundir tu contenido, mejor todavía. Si además
deciden seguirte en las redes sociales, maravilloso. Es conveniente estar al
tanto de las estadísticas de tus páginas para conocer el porcentaje de
conversiones. Esto te ayudará a mejorar tus ratios de conversión, de visitas
a seguidores. Si te visitan cien personas y se suscriben dos o tres, puedes
mejorar tu método. Usa las estadísticas como guía. Sigue insistiendo hasta
lograr cientos, miles de seguidores.
Fideliza a los que ya tienes actualizando el contenido. Comprobarás que

cuantas más personas te sigan con regularidad, más visitas y conversiones
obtendrás: es el conocido efecto bola de nieve. Técnicamente hablando se
conoce como
PROPAGACIÓN VIRAL
Con toda probabilidad, en algún punto del camino, habrás contactado
con otros escritores, críticos y otras personalidades del mundillo literario,
bloggers o no. Deberías hacerles llegar, cuando vayas a lanzarlo, un ejemplar
gratuito de tu libro terminado, ya sea digital o impreso. La intención es
conseguir que hablen de él antes del lanzamiento: conseguir referencias,
reseñas y valoraciones. Es una táctica de pre-lanzamiento y en el siguiente

apartado te diré cómo utilizarlo.
Una vez tengas una lista de correo con los emails y nombres de tus
suscriptores, así como perfiles de seguidores en las redes sociales y
contactos introducidos en el sector, podrás poner en marcha campañas de
venta, entrando así en la siguiente fase:
COBRAR POR TU PRODUCTO

Te habrás ganado el derecho a pedir que paguen por el valor que vas a
aportarles con él. Habrás conseguido influencia, autoridad.
A partir de este punto, entran en juego las técnicas de venta.
5- CAMPAÑA DE LANZAMIENTO
Cuando hayas conseguido estos cientos o miles de usuarios conectados a
ti, estarás en posición de lanzar una campaña de venta para tu libro. Ten en
cuenta que no todos —o tal vez sí aunque no cuentes con ello— comprarán
tu producto. Debes buscar ahora el ratio de conversión de seguidores a
clientes lo más alto posible.
Los pasos seguidos hasta aquí parecen muy lógicos y coherentes: aportar
valor, atraer hacia tu radio de influencia, captar y fidelizar seguidores. Ahora
puedes decirles que lanzas un libro y cuesta una cantidad de dinero. Sí,
algunos te comprarán, pero muchos ni siquiera considerarán tu propuesta
así por las buenas. Lograr un porcentaje de conversión alto es un proceso.
No puedes pedir así como así a tus lectores dinero por tu libro por muy fans
tuyos que sean, cuando hasta ahora les has ofrecido valor gratuitamente.
La forma de hacerlo debe ser firme y decidida: convéncete de que te has

ganado ese derecho. Convéncete también que si ofreces buenos
argumentos,
tus lectores estarán encantados de gastar su dinero en

un libro tuyo
Porque es cierto. No veas la venta como algo feo o agresivo, eso es algo
muy común cuando nunca antes has vendido. Al fin y al cabo nuestra
sociedad se sostiene en parte gracias al comercio. Igual que tú pagas por
productos y servicios, tienes derecho a cobrar por los que ofreces.
Tanto como firme, esta petición debe ser estructurada, racional y

respetuosa: debes conocer el perfil de tus potenciales clientes. Debes
conocer el mercado en el cual se desenvuelve. Debes conocer tu producto,
básicamente en qué se diferencia de los demás. Debes saber qué necesidad
satisface. Será mucho más sencillo lograr conversiones si ofreces buenos
argumentos. Lo mejor no es que les convenzas; a las personas en general no
nos gusta que nos hagan cambiar de opinión. El ideal, el reto, la meta, el
objetivo…
¡¡es hacerles desear tu producto!!

Están predispuestos a escucharte: háblales. Notifica con un email a tu
lista de correo el gran evento: por fin el lanzamiento editorial de tu libro,
aquello que tanto esperan. Haz lo mismo en tus páginas y perfiles de las
redes sociales. Todas las notificaciones deben incluir el enlace al lugar
adecuado: una landing page, pero esta vez de compra. Redacta una carta de
ventas siguiendo las premisas imprescindibles ya mencionadas para vender:
conocer a tu target, conocer el mercado, conocer en qué

se diferencia tu producto de otros similares y qué
necesidad satisface
El discurso debe ser coherente e integrar estas premisas en sus diferentes
apartados. Al conocer a tu target es evidente que conoces sus necesidades
y el mercado donde busca satisfacerlas. Ofrece en ese mercado tu producto
y diferéncialo. Explica por qué es mejor que los demás, cuenta cómo va a
satisfacer los anhelos del comprador con algo único que nadie más tiene.
Búscalo, ninguna obra es igual a otra, ningún autor es igual a otro. Seguro
que en tu estilo, tu temática, tu mensaje, tus personajes, diálogos,
situaciones o descripciones hay algo excepcional. Encuéntralo, ensálzalo. Al
fin y al cabo tu obra es tuya y a nadie va a gustar más que a ti, nadie va a
creer en ella más que tú mismo. Hazlo sutilmente para no parecer
demasiado narcisista, pero no caigas en la falsa modestia.
Sé honesto. Ensalza las cualidades de tu producto y adórnalas, pero no

exageres demasiado lo que ofrece en realidad. Si decepcionas a tus lectores
te tomarán por mentiroso, por fulero. Habla con pasión de tu libro y sus
cualidades.
vender es justo eso: creer en el producto y apasionarse

por él
Poder compartir esa maravillosa solución a un problema, esa culminación
de una búsqueda. Si logras transmitir esa pasión a tu público, comprarán.
Hay una máxima en ventas que dice que cuanto más cuentas, más
vendes. Exprime tu producto al máximo, cuéntalo todo. Si has hecho una
labor de marketing a fondo y has hecho llegar tu libro a algunas
personalidades del mundo literario, es el momento de aprovecharlo.
Incluye en tu carta de ventas los comentarios favorables, los mejores
elogios. Si cuentas entre esas reseñas con la de algún personaje famoso o
prestigioso en el campo de las letras, te hará ganar muchos enteros. Nada
como los testimonios reales y entusiastas de lectores satisfechos. Si son
autoridades en el mundillo mejor que mejor.
Por último, necesitas
llamar a la acción
a la compra. Llegados a este punto no te cortes. Pide sin ambages la
compra de tu libro. Señala cómo y dónde pueden hacerlo e invítales a ello.
Mediante una plataforma de pago, como PayPal, integras en tu página una
tienda para tu artículo. Insiste en lo sencillo que es, sólo un par de clics
separan a tu target de su objeto del deseo. Te recomiendo esta opción para
la descarga desde tu sitio de la versión electrónica. Para ejemplares
impresos no te compliques demasiado la vida y remíteles a las librerías
virtuales, donde previamente habrás expuesto el libro. Si has distribuido
ejemplares en librerías físicas, di en cuales pueden adquirirlo o enlaza con
su página web. En pocas palabras, facilita el acceso a la compra de todas las
formas posibles. Y señala a cada ocasión lo fácil que resulta.
De esta forma lograrás convertir en clientes a una buena parte de tus

suscriptores y seguidores. Depende de muchos factores conseguir buenos
ratios de conversión… entre ellos la suerte. Debes ir a por el más alto. Si has
realizado una buena labor de fidelización, has aportado contenido de alto
valor, colmado exigencias y necesidades, superado las expectativas, si has
construido una sólida reputación a través de tu marca personal… en fin,
puedes lograr resultados espectaculares que antes ni habías soñado. Es un
proceso laborioso y no se lleva a cabo en una semana ni un mes. Pero
merece la pena el esfuerzo.
Es pura matemática. Vamos a ver un ejemplo, sin apuntar demasiado alto

ni tampoco bajo.
Si tu lista la componen mil quinientas personas y tienes un ratio de

conversión del cuarenta y cinco por ciento, venderás seiscientos setenta y
cinco ejemplares. Si en tus redes sociales te siguen seiscientas personas —
que no son a la vez suscriptoras en tu lista— siendo el ratio del veinte por
ciento, venderás ciento veinte unidades más. En total setecientas noventa
y cinco personas habrán pagado por leer tu obra. Pongamos, a nueve Euros
con noventa céntimos el ejemplar, igual a siete mil ochocientos setenta
Euros.
Eso en la primera campaña de lanzamiento entre tus seguidores, porque

debes hacer otras e intentar superar tu ratio inicial. Entre tus suscriptores
sigue habiendo clientes en potencia que no acaban de decidirse o no es su
momento idóneo de compra. Insiste y conseguirás algunas conversiones
más.
Eso en una sola campaña de venta directa en tu propio blog. Te quedan

por explotar otras plataformas, en las cuales vendes fuera de tu radio de
acción directa con tácticas de visibilidad, marketing y sistema de afiliados:
otras páginas, librerías virtuales, tiendas físicas... y en un trabajo continuado
en el tiempo, pues tu libro va a estar disponible no sólo un día ni sólo un
mes.
El blog, los suscriptores, las redes sociales, el sistema de afiliados, las

tiendas virtuales son tu primera plataforma de lanzamiento. Aún te queda
¡¡todo un mundo fuera de Internet para seguir

vendiendo!!
Asegúrate de concertar presentaciones, lecturas y sesiones de firma de
ejemplares en las librerías físicas donde tu obra esté disponible, en salones
de actos, en eventos culturales, en convenciones sobre tu género literario…
mantén fresca la novedad y aprovecha sus oportunidades. Trabaja el
método del boca a oreja. Pide a la gente que recomiende o regale tu libro.
Tu obra puede ser también una vía para dar talleres, conferencias y
demás, siempre y cuando lo consideres una opción atractiva para ti como
novelista. Desde luego es aconsejable. Si escribes libro práctico para
promocionar un negocio, desde luego no es sólo aconsejable sino que tu
objetivo debería ser ese, no el de vender tu obra.
Y recuerda que esta carrera no es un sprint, sino una

maratón
Pero esto es la punta del iceberg. Sí, por supuesto hay más, mucho más.
Si tu libro destaca y aparece en una buena posición en las listas de

ventas… llamarás la atención de algún editor, agente o cazatalentos. Ni lo
dudes. Porque…
“…un autor capaz de llevar su obra a cierto éxito, o bien

demuestra verdadero esfuerzo al intentarlo es percibido
en el sector como un auténtico profesional, un escritor
integral que conoce la técnica, la industria y el valor de la
autopromoción.”
¡¡Esto es más valioso para un editor que el oro!!

Entonces es cuando empezará tu verdadera carrera como escritor de
oficio.
La oportunidad es para quien la persigue.
¿Has visto ya la importancia de crear una comunidad numerosa? Haz tus

propios cálculos y decide cuántos seguidores quieres tener. ¿Mil o cinco mil?
¿Por qué no diez mil? ¿Sientes la importancia de ser visible, de forjar una
marca personal? ¿Ves la necesidad de realizar buenas campañas para
captar y fidelizar lectores? ¿Para aumentar al máximo tus ratios de
conversión a ventas?
CONCLUSIÓN: LA CLAVE DE ORO

Si no te conocen no existes. Para ser conocido debes destacar; para
destacar debes ofrecer valor; para ofrecer valor debes aportarlo de alguna
manera en algún lugar; para acceder a ese valor los lectores deben saber
que existes. Y la razón por la que saben que existes es porque te conocen.
Puedes verlo como un círculo cerrado sin posibilidad de solución. Puedes
verlo como un sistema cerrado totalmente coherente. Puedes verlo como
quieras, pero eso no te exime de la responsabilidad sobre tu propia obra:
romper el círculo, entrar en el sistema, como tú lo veas. Lo que es seguro es
que
nadie te va a leer si no haces algo para hacerlo posible

Por suerte se puede acceder a posibilidades de visibilidad y promoción
nunca conocidas hasta ahora. Cualquiera puede, hoy en día, tanto publicar
y distribuir contenido como acceder a él. Debes aprovechar la circunstancia.
Difundir tu obra en la red es la oportunidad soñada por todo escritor: ser
un autor publicado y leído.
El hecho de, además, ganar dinero con ello, es una posibilidad muy real.
Cada vez son más los consumidores que seleccionan el contenido que les
aporta aquello que buscan, aquella obra que colma sus ansías de lectura, ya
sea enriquecimiento personal, solución a un problema o puro
entretenimiento. En un entorno saturado de todo ello, la selección es crucial
para no intoxicarse con lecturas no deseadas.
Los lectores bucean en entornos específicos, huyen de lo comercial, de lo

de siempre; de lo que le venden con subterfugios y falsas promesas. Cada
vez son más los lectores defraudados, ávidos de un conocimiento refinado
o de una evasión alternativa. Y cuando lo encuentran, pagan gustosamente
por ello. Lo cual significa para ti, como proveedor de esa satisfacción y por
tanto con tal derecho adquirido, beneficio económico y la posibilidad real
de poder ganarte la vida con ello.
He hablado mucho sobre objetivos. He recomendado varias veces que un

objetivo prioritario no sea el de ganar dinero. Para un escritor eso es básico.
Un escritor escribe por vocación y espera pagar facturas algún día

dedicándose a su pasión. Pero un escritor escribe aunque no le reporte
beneficio económico, porque
escribir —y leer— colma otro tipo de necesidades que

nada tienen que ver con el dinero
Lo cual no significa que un autor no se gane el derecho a ser compensado;
no ya por todo el trabajo realizado, sino por la aportación de valor para con
sus lectores.
Observa cómo te comportas tú cuando pagas por algo que te aporta un

valor, una solución o un entretenimiento; por tanto tienes casi la obligación
de cobrar cuando lo proporcionas. Pierde el miedo a pedir tu justa
compensación.
Para obtener tu justa compensacion como profesional

de la escritura es imprescindible poner en marcha una
maquinaria compuesta de muchas piezas: visibilidad,
marketing, ciertos conocimientos de comercio y tecnica
de ventas son solo algunas de ellas.
He aquí la clave de oro:
Saber, asimilar e interiorizar

que tu obra tiene un
valor
y por lo tanto un precio
para quien lo adquiere:
cóbralo.
VALORACIONES FINALES
El escritor ya no puede conformarse con escribir. Ni siquiera con escribir
y estar más o menos al tanto de los movimientos en el sector editorial. El
escritor de esta nueva era debe responsabilizarse de su propia obra. De
todos y cada uno de sus aspectos, marketing y ventas incluidos. En una
sociedad como la actual, destacar es la clave. Sobresalir de entre una
maraña de autores, contenidos y opciones. Hacer su obra diferente,
destacable por cualquier motivo. Sólo al destacar podrá comenzar a pensar
en ganar dinero con su literatura.
Un escritor ya no es tan sólo un escritor: es creador, administrador,

responsable de imagen, relaciones públicas, marketing y ventas de su propia
marca. Una marca personal. Una microempresa cuyo objetivo es conseguir
una comunidad de lectores. En el mejor de los escenarios incluso obtener
beneficio económico convirtiendo a esos lectores en clientes. Ahora más
que nunca, ser escritor exige un compromiso con un estilo de vida,
implicarse con la propia obra literaria mucho más allá del propio proceso
creativo. El escritor del siglo XXI, de la era digital, debe potenciar y ramificar
su creatividad en áreas desconocidas para él hasta hace muy poco tiempo.
Pero éste es el tiempo del cambio, de la renovación y la actualización

constante. Un nuevo Renacimiento, el Renacimiento Postindustrial. Al igual
que los artistas del Renacimiento, versados en multitud de disciplinas, el
escritor digital está obligado a dominar una gran variedad de recursos. Para
enfocarlo con la actitud correcta es obligatorio olvidar la premisa básica de
la era industrial: la especialización obrera. La especialización en un sólo
oficio mejora la productividad del obrero. Esta especialización ha muerto y
de sus cenizas ha nacido otra: la economía de nichos. Es decir, en lugar de
dominar un oficio, el escritor debe dominar de forma integral un sector muy
específico, un nicho de mercado donde desenvolverse.
Por suerte el acto de publicar una obra literaria se ha democratizado. Por

primera vez en la historia un autor es responsable no ya de su creación,
también lo es de su publicación y distribución. El mundo está conectado de
una manera impensable hace muy pocos años. La desventaja es la

proliferación de contenido e información, que obliga a hacer una exhaustiva
selección para aprovechar lo útil, lo relevante. Discernir entre válido y
superfluo es de importancia capital. Hay que destacar para ser tenido en
cuenta, guste o no guste. Hay que salir al mundo por mucho que un escritor
necesite, en mayor o menor medida, soledad e introspección.
La ventaja, la gran ventaja, es la oportunidad de poder hacerlo. De poder

ser tenido en cuenta. Con las herramientas adecuadas y la actitud bien
enfocada, cualquier escritor puede acceder a tener un público. No importa
la temática, el mensaje que quiera hacer llegar, el objetivo de su obra
literaria, su forma, su estilo. Siempre habrá alguien en algún nodo de ese
mundo conectado que se identifique con cualquier tipo de contenido. Por
extraño, rebuscado o inverosímil que sea.
No es tan importante buscar muchos miles de seguidores como encontrar

lectores de calidad que valoren la experiencia proporcionada; que se
conviertan en incondicionales y tengan al autor por un referente. Estos
lectores, por el efecto de la difusión viral, no serán simples espectadores y
consumidores pasivos. También compartirán en una red de contactos afines
los contenidos considerados como valiosos.
De esta forma es cómo un autor puede ganarse un público selecto, fiel y

propagador de su obra. Y con el aliciente de no verse obligado a actuar en
una zona geográfica de influencia limitada, pues la red es global: un autor
puede ser leído en cualquier lugar del mundo, incluso traducir su obra a
otros idiomas sin la mediación de una editorial.
Todo este trabajo puede abrumar al escritor, es cierto. Un autor necesita

cierto grado de privacidad, autoconocimiento, concentración, para poner
en orden sus pensamientos y trasladarlos a la palabra escrita. Escribir es un
oficio solitario, íntimo, muy personal. La labor de salir al mundo,
relacionarse con su público, elaborar estrategias de marketing, difundirlas…
en fin, llevar a cabo las diferentes acciones necesarias para la consecución
de los objetivos, puede desconcentrar, influir negativamente en el proceso
creativo e incluso desanimar.
Por ello es imprescindible un cambio de mentalidad. Interiorizar el hecho

de que el oficio de escritor hoy en día no se limita al área creativa. Significa
asimilar que un autor literario es una empresa, cuya producción es la
generación de contenido; su publicación, distribución y venta forman parte
de las vías para dar salida a esa producción. La palabra clave de este proceso
es…
REINVENCIÓN
Se puede externalizar parte de este proceso, pero no rehuirlo. Hacerlo
significa llevar a la empresa al fracaso. El escritor es un emprendedor y
como tal debe procurar el éxito de su producción, sea éste económico o de
otro tipo.
También esto puede llegar a confundir. Sacrificar la parte creativa por

centrarse demasiado en la difusión es un error. El autor no puede perder de
vista que su principal activo es su obra. Por tanto, el primer y más
importante objetivo es el crecimiento y enriquecimiento de la propia obra.
Elegir un buen taller literario para aprender nuevas técnicas narrativas,
tiene prioridad sobre cualquier otra acción enfocada al proceso editorial o
a las técnicas de marketing. Por mucho que se promocione, es imposible
vender un mal producto… o al menos venderlo de forma continuada.
Lo que hará efectivas las estrategias de visibilidad será la calidad de la

obra. Potenciar la marca personal es secundario en relación a forjar esa
marca. Al hacerlo, el escritor está aprendiendo sobre sí mismo, lo cual
redundará en la mejora de su contenido. Esta mejora se hará palpable en la
calidad del producto final, por tanto será coherente con la personalidad del
autor, con la marca. Será más atractivo y se venderá mejor, no por la imagen
de esa marca sino porque ese buen producto es resultado de una marca
confiable. Se afianzan mutuamente.
Pero lo más importante de todo, más aún que la propia obra escrita, se
resume en una sola palabra clave. Es el quid de la cuestión, el meollo del
asunto, la parte central de todo este tratado. El eje en el cual todo escritor
debería pivotar. Esa palabra clave es…
AUTENTICIDAD
Todo autor debe ser único. Esta condición se consigue de una sola
manera: integrando en toda actividad, ya sea creativa o práctica, una
coherencia entre forma, contenido, objetivos, intención, mensaje, imagen,
visibilidad, publicidad, venta… Es la única fórmula para ser un escritor
verdadero. Para ejercer el oficio con soltura, ser feliz desempeñándolo. Para
llegar al máximo potencial, destacar y ser tenido en cuenta, conseguir
seguidores, influencia, difundir el mensaje, cumplir los objetivos, lograr
realización personal, éxito profesional y económico.
Conócete a ti mismo. Busca tu autenticidad, tu forma de ser único…
¡¡como persona!!
…y descubre en el proceso si eres escritor. Y, si lo eres, que no te pare
nada ni nadie. No te dejes engañar por falsas creencias. No caigas en la
trampa de creértelo cuando te digan «con la que está cayendo» o «con eso
no tienes futuro» o «escribiendo se ganan la vida cuatro gatos». Nadie ha
dicho que sea fácil… pero no creas cuando te digan que es imposible. Sobre
todo no te lo creas cuando te lo diga el «crítico interior».
Los anhelos, las intuiciones, los sueños son las formas que tiene la vida,
el universo, Dios, la energía única o como prefieras llamarlo da lo mismo, de
indicarnos el camino correcto hacia la realización personal.
PERSIGUE TUS SUEÑOS

COMO SI TE FUERA LA VIDA EN ELLOS
¡¡PORQUE TE VA!!
CÓMO PUEDO AYUDARTE EN TU CARRERA

Me considero un integrador de talentos, un organizador, un facilitador.
Es evidente que una sola persona no puede realizar el ingente trabajo
descrito en esta guía: escribir una obra, corregirla, maquetarla, diseñarla,
buscar un editor, negociar con él, trabajar en las revisiones, supervisar el
proceso, organizar una campaña de visibilidad, marca personal y marketing,
vender la obra, distribuirla y además mantener una relación de feedback
con los lectores. Al menos no puede realizarlas con el nivel de calidad
adecuado y el mimo que exige cada una de ellas.
Al afrontar las labores propias de una microempresa, pueden buscarse

tres tipos básicos de ayuda:
 Bricolaje: aprendes a hacerlo y lo haces tú mismo

 Apoyo: un experto en el tema te ayuda a hacerlo
 Consultoría: un especialista en la materia lo hace por ti
Las tres son formas válidas y cada una tiene ventajas e inconvenientes.
Por ejemplo, si uno decide hacer algo por sí mismo debe contar con tiempo
para aprender la técnica y después para aplicar lo aprendido; pero si logra
dominar bien la técnica, podrá aplicarla sin necesitar a un especialista.
Mi propuesta es muy sencilla y engloba las tres formas de ayuda

anteriores en dos fórmulas:
Asesoría: mediante una sesión o varias sesiones de una hora detectamos

una necesidad concreta, identificamos el obstáculo principal, encontramos
una solución, decidimos cómo aplicarla y decidimos también si vamos a
utilizar para ello el bricolaje, el apoyo o la consultoría.
Mentoring: programa en el cual definimos unos objetivos, diseñamos

unas estrategias e implementamos las tácticas para llegar al punto deseado.
Es decir, trabajando en equipo te llevo del punto A al punto B. De donde
estás ahora a dónde quieres estar mañana. Para ello elegimos en qué
aspectos vamos a utilizar el bricolaje, el apoyo o la consultoría.
Y tan seguro estoy de conseguir resultados que, si no alcanzamos los

objetivos propuestos, te devuelvo hasta el último céntimo sin hacer
preguntas. Así de simple.
La palabra clave para un facilitador es flexibilidad: la capacidad de

adaptación a cada reto concreto y la personalización de las soluciones a
cada caso particular. Con el formato de las sesiones virtuales de asesoría y
mentoring he encontrado un formato idóneo. Aunque estemos en lugares
distantes del mundo, podemos tener una sesión por videoconferencia y
trabajar codo con codo: flexible, adaptable y personal.
¿Qué consigues tú con ello? Pasar del punto A al punto B ahorrando en

tiempo, esfuerzo y dinero.
 Tiempo: calcula cuánto tiempo debes invertir en dominar todos los

aspectos del oficio que hemos visto hasta ahora. En técnica, en
habilidades, el acceso a las editoriales, la gestión con los editores, el
diseño, las campañas de visibilidad y marketing…
 Esfuerzo: al mismo tiempo calcula cuánta energía necesitas restar a
tu creatividad y al tiempo de dedicación a tu obra, para sumarla a los
diferentes trabajos no relacionados directamente con la escritura.
 Dinero: calcula también cuánto dinero debes gastar en probar
diferentes estrategias, tácticas, recursos y herramientas para llevar tu
plan a buen término. ¿Puedes permitirte experimentar con el método
prueba-error? ¿Cuánto dinero estás en disposición de gastar en
formación y herramientas? ¿Y en qué medida será efectiva toda la
inversión?
Yo sí he invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero en adquirir toda esa

formación. Lo he hecho muy a gusto, porque me he formado en aquello que
me apasiona. Con las sesiones de asesoría y el programa de mentoring, lo
que ofrezco es una larga experiencia, conocimientos, habilidades adquiridas
y herramientas trabajadas con tesón, paciencia, disciplina…
No ofrezco un servicio. En realidad lo que ofrezco es una oportunidad.

Puedes hacer muchos talleres y cursos, la red está llena de ellos, incluso
gratuitos. Puedes contactar con un agente editorial, hay muchísimos y la
mayoría muy buenos. Puedes contratar una compañía o un profesional del
marketing para realizar tus promociones y campañas. Yo mismo puedo

recomendarte a los mejores en su campo.
También puedes hacer equipo conmigo y ahorrarte mucho tiempo,

esfuerzo y dinero en ir de aquí para allá y también en hacer decenas de
cursos y talleres tras los cuales no implementarás lo aprendido o dejarás de
aplicarlo antes de treinta días.
Además, todo esto lo vas a tener con garantía de satisfacción total

porque, como ya he dicho, si no conseguimos los resultados fijados te
devuelvo el dinero. Tan sencillo como eso.
Juntos, al decidir una estrategia global identificando obstáculos y

definiendo objetivos, conseguiremos repartir los procesos de la mejor
forma posible. Tú te encargas de escribir tu obra y de hacer aquellas partes
que dominas bien y yo me encargo del resto, bien realizando parte del
trabajo, bien delegando en un profesional de confianza.
Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te está acercando a dónde

quieres estar mañana.
Escríbeme a info@oficiodeescritor.com y cuéntame tu proyecto.
Eso sí, debes saber que para dedicarme al máximo en cada proyecto, sólo
trabajo con
DIEZ AUTORES AL MISMO TIEMPO

Por lo cual a veces hay lista de espera.
También selecciono a los autores con los que trabajo, pues no es posible
llevar adelante todos los proyectos; a veces por diferencia de pareceres, a
veces porque hay proyectos incompatibles con mi línea de trabajo o mis
creencias particulares. Casi nunca es algo personal, así que te ruego
tolerancia, respeto y paciencia en igual medida que yo lo ofrezco. Siempre
hago lo que puedo, pero no siempre es posible contentar a todo el mundo.
Por último: despedida y cierre

Permanece atento a mi blog y los emails de la lista de correo, puedes
beneficiarte de ofertas, promociones y estar al día de las novedades. Los
suscriptores de mi lista gozan de muchas ventajas y siempre con
anticipación sobre el resto de lectores.
También puedes localizarme en las redes sociales. Visita mi tarjeta virtual

para conectar conmigo.
Tengo muchos proyectos de futuro. Si te entusiasma mi proyecto, te

interesa el camino del escritor profesional o eres un perseguidor incansable
de sueños y quieres formar parte de una maravillosa comunidad que crece
día a día… ¡sígueme! Porque…
AYUDARTE A CONSEGUIR TUS

SUEÑOS…
¡FORMA PARTE DE LOS MÍOS!
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Sobre creación literaria:
Morfología del cuento, Vladimir Propp (Ed. Akal, 1985)
El viaje del escritor, Christopher Vogler (Ed. Ma Non Troppo, 2002)
Las estrategias del narrador, Silvia Adela Kohan (Alba Editorial, 2004)
(Silvia Adela Kohan es autora de referencia en manuales de narrativa)
Cómo NO escribir una novela, H. Mittelmark & S. Newman (Seix Barral, 2010)
Puedes buscar en una extensa colección de manuales aquí: técnicas literarias
Sobre el sector editorial:

El reto de escribir y publicar, Lorraine C. Ladish (Obelisco, 2002)
Conversaciones con editores, VVAA (Fundación G. Sánchez Ruiperez, 2006)
Editor, Tom Maschler (Ed. Trama, 2009)
Y los libros ya clásicos del editor Andre Schiffrin
Sobre marketing:
Marketing para escritores, Neus Arqués (Alba Editorial, 2009)
Y tú ¿qué marca eres?, Neus Arqués (Ed. Alienta, 2012)
Neus Arqués es pionera en el marketing para escritores y además una

buena novelista.
Guía del éxito para la mujer emprendedora, Esther Vega
(Además de una guía completa de marketing de atracción y creencias

sobre el dinero, un ejemplo de libro autopublicado y engranaje de ventas)
100€ Startup, Chris Guillebeau (Anaya Multimedia, 2013)
Dedico a este libro a todos y cada uno de los escritores pioneros de esta
nueva era. Una generación de autores que, a pesar de las crisis
económicas, de las crisis de valores, de los intentos por ahogar la libertad,
la creatividad y la cultura, sigue adelante con más fuerza que nunca:
rebelde, independiente, valiente y luchadora. Una generación
indispensable que dejará una huella épica, clave para la comprensión de
un cambio de paradigma, un momento disruptivo en la Historia de esta
desdichada y a la vez maravillosa humanidad.
Gracias por leerme
Este libro fue terminado de escribir, revisar y editar en un lugar del planeta
Tierra, un 11 de octubre del año 2013.
Pocas horas antes de su publicación y lanzamiento a escala mundial.

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DISPOSICIONES DE LA EDICIÓN: este no es un informe gratuito exclusivo

De todas formas, si eres un piratilla y vas a distribuir este ebook de forma

© Alejandro Quintana Tomás, 2013

DERECHOS RESERVADOS: ninguna parte de este informe puede ser

AVISO LEGAL: la información presentada aquí representa el punto de vista

Alejandro Quintana Tomás

Barcelona, 1971. Cuenta que, de niño,

Se matriculó en una academia de escritores y aprendió todo lo que se puede

Ganó un par de certámenes pequeños de relato y le publicaron otro en una

Aprendió entonces gestión empresarial, técnicas de venta y motivación,

Persiguiendo sus sueños decidió unificar todos los conocimientos y experiencia

En la actualidad se dedica a formar escritores, guiarles en su aventura editorial y

Estás leyendo su primer ensayo-práctico publicado, una condensación en ciento y

Semblanza biografica Pag. 2

Íntroduccion a modo de advertencia Pag. 6

Parte I: El escritor profesional

Capítulo 1: Compromiso con un estilo de vida Pag. 15

Capítulo 2: La hoja de ruta Pag. 20

Capítulo 3: La creatividad y como darle alas Pag. 23

Capítulo 4: Los peores enemigos del escritor Pag. 26

Capítulo 5: Como se cuenta una historia Pag. 31

Primera Clave Pag. 44

Parte II: El viaje de tu libro

Capítulo 1: Por que publicar Pag. 46

Capítulo 2: Donde publicar Pag. 48

Capítulo 3: Acceder a las editoriales convencionales Pag. 58

Capítulo 4: Diferencia entre coeditar y auto publicar Pag. 65

Capítulo 5: El futuro del libro digital Pag. 69

Segunda Clave Pag. 76

Parte III: Técnicas de visibilidad, marketing y ventas online

Capítulo 1: El reto de ser visible Pag. 78

Capítulo 2: Presencia en la red de redes Pag. 83

Capítulo 3: Como funciona un blog para

atraer lectores y vender tu producto Pag. 88

Capítulo 4: Campana de marketing Pag. 95

Capítulo 5: Campana de lanzamiento Pag. 99

Tercera Clave Pag. 106

Valoraciones finales Pag. 107

Como puedo ayudarte en tu carrera Pag. 111

Enlaces y bibliografía recomendada Pag. 116

INTRODUCCIÓN A MODO DE ADVERTENCIA

El título de este libro tiene truco. En primer lugar, el oficio de escritor no

El subtítulo «La Biblia para convertirte en un autor de éxito» es así, tal

He dudado mucho a la hora de explicar ciertos conceptos. El comunicar

Y como profesor he aprendido que cuanto más se enseña, más se

mostrarnos cómo aquello que damos se nos devuelve ampliado. Lo he

A quién sí y a quién no va dirigido:

Asimismo pueden beneficiarse los autores ya publicados, en medios

Me dirijo a mujeres y hombres de toda edad y condición. Si utilizo de

En ciertos pasajes utilizo expresiones de tipo «sobre el papel», «lápiz y

En la primera parte, tal vez la más «tradicional», explico la técnica

Tampoco basta con el talento. El verdadero talento es una mezcla entre

la técnica sin la actitud óptima para aplicarla y de poco sirve la buena

Por mucho que yo te enseñe a narrar, no conseguirás nada sin el

En la segunda parte trato el espinoso tema del sector editorial. Un

También le será útil al escritor ya publicado que quiera explorar nuevos

Por último, en la tercera parte me centro en una labor secundaria en el

de números. Dales la posibilidad de aumentar esos números y ellos mismos

Aparte de competir con infinidad de contenidos de todo tipo y formato,

Al final del libro encontrarás una valoración personal sobre el oficio de

Por favor, si no te propones de manera fehaciente cumplir este requisito,