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LA ESCUELA COMO REFERENTE DE CONVIVENCIA

Semana de reflexión por la convivencia y contra la promoción del odio y la violencia


“la escuela no puede ser reflejo de la sociedad que tenemos, la escuela debe ser reflejo de la
sociedad que queremos”. Maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa
Seguramente al leer esta frase de nuestro maestro Prieto, cada quien se paseará por la sociedad
que tiene y la que quiere, y seguramente unas personas soñarán en una sociedad y otras en otra.
Habrá coincidencias y habrá diferencias.
La escuela es un espacio colectivo. Convergen y concurren en ella personas de diversas culturas,
religiones, costumbres y valores, distintos rasgos físicos, personalidades y comportamientos
totalmente distintos. POR ESO LA IMPORTANCIA DE APRENDER A CONVIVIR. Para
aprender a convivir con tanta diversidad, es fundamental VALORAR, RESPETAR Y
RECONOCER LA DIVERSIDAD Y LAS DIFERENCIAS. Nadie escoge con quien trabaja o
estudia en una escuela. Pero ahí están, juntos y juntas, todos los días. Por ejemplo, un niño
católico y un niño evangélico en el mismo salón. El católico cree que su religión es la mejor y el
evangélico cree que la suya es la mejor. La escuela deberá ser el espacio para que, por ejemplo,
el niño católico aprenda a respetar la religión evangélica, sin burlarse o descalificarla y el niño
evangélico respete la decisión de una familia a ser católica, sin cuestionarla. Y es así con todas
las diferencias: el joven andino con el joven oriental, la muchacha del barrio con la muchacha de
una urbanización, un hijo de europeo compartiendo con un afrovenezolano, la niña ciega con la
niña que ve. PARA ESO ES LA ESCUELA. El maestro Prieto insistía en la obligatoriedad de la
educación para todos y para todas como un acto colectivo y deber indeclinable del Estado para
garantizarla, porque lo que un hogar no hace, lo debe hacer la escuela, el daño que, por ejemplo,
una mala comunidad pudiese hacer, lo debe poder corregir la escuela y lo que se hace en la
escuela debe poder cambiar a esa comunidad. Por ejemplo, el hijo blanco de un racista debe
aprender a convivir con personas con otro color de piel, ¿Dónde?, en la escuela; el hijo de un
chavista discutiendo abierta, francamente y sin odio, con la hija de una persona que se opone al
chavismo, ¿Dónde?, en la escuela. ES SU DEBER.
Es necesario enfatizar en EL DEBER INDECLINABLE que tiene el Estado en la formación
integral de sus ciudadanos y ciudadanas (Art. 102, CRBV). LAS ESCUELAS Y SUS
DOCENTES SON ESTADO. La escuela como espacio de tregua y de encuentro. Ahí es donde
los educadores y las educadoras, sean docentes de aula, coordinadores, coordinadoras, directores
o directoras NO PUEDEN ROMPER ESTE CÓDIGO ÉTICO. Los niños, las niñas,
adolescentes y jóvenes como prioridad absoluta e interés superior para la toma de decisiones y
para las acciones, no pueden ser vulnerados o vulneradas en sus derechos, EN SU DERECHO A
VIVIR EN UNA ESCUELA DONDE SE LE ENSEÑE, SE LE CUIDE, SE LE PROTEJA, SE
LE RESPETE, SE LE AME Y SE LE RECONOZCA. Cada maestro y cada maestra debe estar
consciente de su papel EQUILIBRADOR DE DIFERENCIAS Y FORMADOR EN, POR Y
PARA LA CONVIVENCIA. Por ejemplo, una niña de un colegio de monjas (de solamente
niñas), llama a su mamá, que es chavista, con mucha angustia porque las profesoras las van a
sacar a la avenida a protestar contra el gobierno, le dice la niña a su mamá “yo voy porque mi
profesora va y me da miedo que la agarre conmigo si no voy”. Los profesores y las profesoras
saben que pueden tener ese poder, en la política, en la cultura, en la religión, en las creencias,
PERO TAMBIÉN SABEN QUE NO LO DEBEN HACER, ES UN CÓDIGO DE ÉTICA
BÁSICO QUE TODO DOCENTE DEBE ASUMIR. ¿Una directora en una institución educativa
privada que pone a los y las estudiantes a cantar el himno sentados y con la bandera al revés, no
está quebrantando toda la ética y la moral educativa?. Por eso, todo el personal directivo,
docente, administrativo y obrero de una institución educativa en todos sus niveles y
modalidades, tanto públicas como de gestión privada, NO PUEDEN PERDER LA
PERSPECTIVA DE SU PAPEL EDUCATIVO, SOCIAL Y CULTURAL PARA ENSEÑAR A
VIVIR EN PAZ Y EN CONVIVENCIA, sobre todo en una patria que es de hecho, de derecho y
de justicia, democrática, multiétnica y pluricultural. ES BIOSOCIODIVERSA.
Por otro lado, ¿Qué le permite a una sociedad en cualquier parte del mundo, encontrarse a pesar
de sus diferencias?, SU CONSTITUCIÓN. El artículo 20 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece que “toda persona tiene derecho al libre
desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones de las que se derivan del derecho de
las demás y del orden público y social”. Es un ordenamiento jurídico equilibrador de posturas,
lógicas, valores, creencias, culturas, pensamientos, métodos y comportamientos distintos. El
derecho a la manifestación pacífica está en nuestra constitución, pero preguntamos entonces, ¿Es
constitucional llenar a una persona de gasolina y prenderle fuego con un yesquero?, ¿Es
constitucional lanzar piedras y bombas molotov a una escuela con niños y niñas en sus
actividades escolares?, ¿Es pacífico sacar mesas sillas de un liceo, romperlas y usarlas para
trancar el libre tránsito o destruir completamente un maternal?, ¿Es constitucional impedir el
goce y ejercicio del derecho humano a la educación haciendo barricadas impidiendo el libre
tránsito para que niños y niñas no puedan asistir a sus escuelas?. La respuesta a cada
interrogante nos lleva a la evidencia de que los hechos que hemos estado viviendo en estos
meses han roto inescrupulosamente e intencionalmente este precepto de equilibrio y respeto y ha
colocado A UNA MAYORÍA DE CIUDADANOS Y CIUDADANAS EN SITUACIÓN DE
INDEFENSIÓN.
Es en este momento en que se crece la escuela como espacio de encuentro, de reconciliación, de
tolerancia, de comprensión, de estudio de lo que verdaderamente está pasando. Cuando el
ministro del poder popular para la educación, Elías Jaua, afirma “LA ESCUELA ES
SAGRADA”, no es para aislarla o que se desconozca lo que estamos viviendo, sino que al
contrario, es en la escuela donde podemos mirarnos cara a cara, desde lo humano, sin
intolerancia, con comprensión de nuestras diferencias, sin discriminaciones ni agresiones. Es el
espacio hermoso para comunicarnos como seres humanos sin acudir a la incitación al odio y a la
violencia. Por eso se hace necesario que leamos y discutamos la importancia de cumplir con el
artículo 10 de la Ley Orgánica de Educación: “Se prohíbe en todas las instituciones y centros
educativos del país, la publicación y divulgación de programas, mensajes, publicidad,
propaganda y promociones de cualquier índole, a través de medios impresos, audiovisuales u
otros que inciten al odio, la violencia, la inseguridad, la intolerancia, la deformación del
lenguaje; que atenten contra los valores, la paz, la moral, la ética, las buenas costumbres, la
salud, la convivencia humana. Prohibida toda actividad que promueva el terror, las
discriminaciones de cualquier tipo, el deterioro del medio ambiente y el menoscabo de los
principios democráticos, de soberanía nacional e identidad nacional, regional y local”. Ya es
ilegal que todo esto se incite en las calles, en comunidades, pero es más ilegal aún que se haga
en las escuelas. LAS ESCUELAS DEBEN SER REFERENTES DE LA EDUCACIÓN EN,
POR Y PARA LA PAZ. DEBEN HACER LA DIFERENCIA, para crear desde nuestras
instituciones educativas, ciudadanía, cultura de convivencia, solidaridad, bien común y
compromiso social; respeto a la vida y al ambiente; amor y estima a sí mismos, a sí mismas y a
los y las demás; valoración y disfrute por la vida y por el aprendizaje; respeto al trabajo en
colectivo, al ejercicio de una comunicación permanente y promover un clima escolar
caracterizado por la convivencia y la paz. DESDE LA PEDAGOGÍA DEL AMOR, EL
EJEMPLO Y LA CURIOSIDAD, la escuela se convierte en el espacio sagrado que emane hacia
la sociedad un mundo mejor donde vivir.
Orlando Figuera fue un joven humilde y afrovenezolano que se incorporó a una manifestación
contra el gobierno, al verlo, la gente presente dijo que era chavista, lo golpearon, lo apuñalaron,
lo rociaron con gasolina, y otro joven, encapuchado, probablemente de su misma edad, le
prendió fuego con el uso de un yesquero. Orlando Figuera falleció luego de sufrir por muchos
días todas las heridas y quemaduras. ¿Cuál fue su delito?, ¿ser negro?, ¿ser pobre?, ¿ser
chavista?. ¿Cuánto odio y cuánta sed de violencia puede acumularse en un grupo de personas
para que desee quemar a un hombre vivo sin ningún tipo de compasión?. ESO NO SOMOS
LOS VENEZOLANOS Y LAS VENEZOLANAS. ESO ES UNA ESPECIE DE
ENAJENACIÓN (ajeno a sí mismo), PRODUCTO DE UNA GUERRA MEDIÁTICA. Nuestros
abuelos y abuelas nos enseñaron “donde comen dos comen tres”, nuestros abuelos y abuelas nos
enseñaron “échele agua al sancocho que llegó visita”, nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron
a atender al enfermo y asistir al desamparado. ESO SÍ SOMOS. En paz o en tiempos de guerra
económica, política, mediática y guerra psicológica, eso somos. No podemos permitir que nos
quiten nuestra naturaleza solidaria y de convivencia heredada de nuestros pueblos indígenas,
afrovenezolanos y campesinos en general. Simón Rodríguez decía “si todos pensamos en todos,
no faltará quien piense en mí”.
Al principio señalábamos acerca de la sociedad que tenemos y la que queremos y que
probablemente toda la población no coincidía en la que se quiere. Por eso es tan importante
seguir los principios y preceptos de la constitución que es la que nos encuentra como nación.
Hay gente, por ejemplo, volteando la bandera al revés y usando la bandera de siete estrellas
como símbolo de que añora el país que teníamos antes de 1999. Por otro lado, una indígena
Pumé que en la década de los noventa no fue atendida en el hospital porque “indio no es gente”,
seguramente tiene miedo a que ese país vuelva otra vez, esta Pumé no quiere cambios sino que
continúe la inclusión que ella está viviendo, o la madre que mendigó un cupo para su hijo en un
liceo y se lo negaron por no tener la plata para la inscripción, espera que ese país no vuelva
nunca jamás, ya que hoy constitucionalmente, la educación es un derecho humano. ESO ES LO
QUE DEBE REFLEXIONARSE EN NUESTRAS ESCUELAS. DE QUÉ SE TRATA LA
REFUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA QUE EL PUEBLO VENEZOLANO DECIDIÓ COMO
FÍN SUPREMO EN 1999. Un pueblo visibilizado e incluido en el goce y ejercicio de sus
derechos, en igualdad en condiciones y oportunidades y en la construcción de una verdadera
justicia social, es un pueblo que lucha por lo conquistado, por la soberanía y la independencia.
En el marco de los hechos de agresión, violencia, manipulación, zozobra, angustias que se han
generado en el país, la escuela debe ser el espacio para el encuentro tanto de coincidencias como
de diferencias. En el ámbito educativo hemos vivido focos de destrucción de instituciones
educativas, incendios, saqueos, intimidación, incitación al odio e irrespeto y desconocimiento de
nuestros símbolos patrios. Hechos violentos en los que han arremetido contra zonas e
instituciones educativas, sedes de las misiones Robinson, Ribas y centros del INCES, el
inaceptable desprecio e irrespeto a nuestro pabellón, símbolo de nuestra identidad y gesta
libertaria, contraviniendo los principios y valores constitucionales, éticos y morales en perjuicio
de la integridad física y emocional de las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes, violentando
todos los preceptos establecidos al respecto en la CRBV, la Ley Orgánica de Educación (LOE) y
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA).
ESTREMEZCAMOS ENTONCES CON ESTAS REFLEXIONES A TIEMPO. Si nos importan
de verdad todos los hijos y todas las hijas de esta patria, sin importar región, clase social, color
de la piel, culturas, religiones, con discapacidades o sin ellas. Abramos este espacio genuino. EL
MAESTRO Y LA MAESTRA SON PUEBLO. Como pueblo decidimos un día ser profesionales
de la educación, como tales, no podemos permitir que toda la guerra mediática nos saque de
nuestra perspectiva y nuestro deber como garantes de los fines de la educación y de la formación
integral de nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y jóvenes como ciudadanos y ciudadanas
que aprendan desde el seno de sus escuelas a vivir en paz y en convivencia.
Vamos a un PROCESO CONSTITUYENTE, es genuino y necesario para seguir en el camino de
refundación desde LA PIONERA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA DE 1999, para CONSTITUCIONALIZAR LO QUE HAYA QUE
CONSTITUCIONALIZAR, hacia la consolidación de un verdadero Estado de derecho y de
justicia, hacia la profundización de la democracia participativa y protagónica en todos los
ámbitos de la vida humana, político, social, cultural, económico y ambiental y en el derecho
humano a la Educación pública y gratuita, garantía de la formación de nuestro pueblo para los
retos de la patria. Continuar profundizando y perfeccionando nuestra carta magna, no con meras
enmiendas o reformas, sino recoger de estos 18 años de práctica y experiencias en logros y
avances, pero también en dificultades y obstáculos legales, hacia la MAYOR SUMA DE
FELICIDAD POSIBLE PARA NUESTRO PUEBLO. Sea la escuela un espacio que propicie
que los ciudadanos y las ciudadanas se reencuentren en esta perspectiva de renovación.
Los adultos y las adultas de nuestras escuelas no pueden permitir que éstas se conviertan en
espacios de egoísmo, indiferencia, intolerancia, individualismo, de pugnas personales, de desidia
y estropicio, del “sálvese quien pueda”, de violencia verbal y física, de indolencia y
discriminación, sino que, al contrario, la escuela emane hacia la sociedad alternativas
societarias de convivencia en familia y en comunidad.
Cada párrafo de estas reflexiones sirven para la conversación, el debate, las reflexiones,
conclusiones, acuerdos y compromisos para ser cada día mejores escuelas en, por y para la
inclusión. Sirva esta lectura para el sábado pedagógico, para tomar dos horas diarias entre
docentes, con el personal obrero y administrativo, en el aula, cada docente con sus estudiantes
de orientación y convivencia, con los consejos educativos. Aun enfrentando una guerra
económica, política, mediática y psicológica, nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y
jóvenes están estudiando y merecen una escuela donde puedan desarrollar todo su potencial
creador y productivo y aprendan a ejercer su derecho al libre desenvolvimiento de su
personalidad sin más limitaciones que el respeto al de los y las demás. ESA ES LA
CONVIVENCIA. Y ESE ES EL TRABAJO DE LA ESCUELA.
UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, SI JUNTAS Y JUNTOS LO HACEMOS POSIBLE

JUNIO, 2017

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