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Si hay algo que inquieta a todo ser humano, aunque éste se niegue a aceptarlo, es lo que sucede cuando

dejamos de respirar, pensar, sentir. Cuando nuestros órganos vitales dejan de funcionar y ya no hay
actividad cerebral. La muerte es lo único certero que tenemos. Nacimos para morir. Cada instante que
pasa y cada respiro que tomamos nos acerca a la muerte. Cómo moriremos y cuándo será son preguntas
fáciles de hacer pero imposibles de responder.
El “suicidio asistido” o Eutanacia no es algo nuevo y ha sido ejercido durante toda la historia de la
humanidad. El solo hecho de que el ser humano esté gravemente enfermo ha hecho que en distintas
sociedades la cuestión quede planteada. La eutanasia es un problema persistente en la historia de la
humanidad en el que se enfrentan ideologías diversas.
Pero que es la eutanacia?
Eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con su
consentimiento, con la intención de evitar sufrimiento y dolor.
Entre los tipos de eutanasia se distingue entre la eutanasia como acción y la eutanasia como omisión
Sin embargo, la Organización Médica Colegial de España y otras instituciones. Consideran que la
eutanasia es siempre deontológicamente condenable, y que es distinta del acto médico de suspender un
tratamiento inútil.
La Eutanasia directa no es mas que adelantar la hora de la muerte en caso de una enfermedad incurable.
Esta a su vez posee dos formas: Activa: Consiste en provocar la muerte de modo directo y la Pasiva:
Se omite o se suspende el tratamiento de un proceso nosológico determinado.
Eutanasia indirecta: con intención terapéutica, se efectúan procedimientos que pueden producir la
muerte como efecto secundario.
Es indudable, que el primordial derecho que puede asistir hoy a todo ser humano es el de la vida, pero
cuando se ve afectado por unas condiciones de salud lamentables. cabe preguntarse si se está
cuidando la vida o prolongando la agonía que nos puede llevar a la muerte.

La eutanasia no planteaba problemas morales en la antigua Grecia: la concepción de la vida era


diferente. Una mala vida no era digna de ser vivida y por tanto ni el eugenismo, ni la eutanasia
suscitaban grandes discusiones. Hipócrates representó una notable excepción: prohibió a los médicos
la eutanasia activa y la ayuda para cometer suicidio. Mientras que Platón, dice lo contrario en la
república "Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo".
Luego durante la Edad Media se produjeron cambios frente a la muerte y al acto de morir. La eutanasia,
el suicidio y el aborto bajo la óptica de creencias religiosas cristianas son considerados como «pecado»,
puesto que la persona no puede disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por Dios. Mientras
que la llegada de la modernidad rompe con el pensamiento medieval, la perspectiva cristiana deja de
ser la única y se conocen y se discuten las ideas de la Antigüedad clásica. La salud puede ser alcanzada
con el apoyo de la técnica, de las ciencias naturales y de la medicina.

Y es aca cuando el concepto de «dignidad humana» se invoca, paradójicamente, tanto para defender la
eutanasia como para rechazarla. Así, para los defensores de la eutanasia, la dignidad humana del
enfermo consistiría en el derecho a elegir libremente el momento de la propia muerte. Mientras que los
argumentos en contra inciden en la «inviolabilidad» de la vida humana, la defensa de su dignidad
independientemente de las condiciones de vida o la voluntad del individuo implicado.

Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente Nadie, además, puede pedir ese
gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad. Ninguna autoridad puede
legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de
un crimen contra la vida.

ante la muerte, podemos encontrarnos con argumentos encontrados; hay quienes la aceptan y otros que
la ven como el peor mal. Lo que es una realidad es que no hay manera de evitarla y que en algún
momento nos llegará a todos. ¿Vale la pena preocuparnos por ella? O como decía Epicuro, para qué
preocuparse de la muerte si cuando el ser humano vive, ella no está presente; mientras que cuando ella
llega, él ya no está. ¿Tiene sentido preocuparse o deberíamos simplemente aceptarla?

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