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La Etapa Intermedia en El Nuevo Código Procesal Penal
La Etapa Intermedia en El Nuevo Código Procesal Penal
Horvitz Lennon, analizando el modelo de su país, sostiene que función principal de esta etapa
en nuestro sistema (chileno[3]) es la delimitación precisa del objeto del juicio respecto de los
hechos que serán debatidos y las pruebas que se presentarán para acreditarlos, es decir, todos
aquellos aspectos de la controversia jurídico-penal que serán discutidos en el juicio y servirán
de fundamento a la sentencia definitiva[4]. Necesaria en cuanto inevitable, no se puede obviar
y a través de ella se busca preparar adecuadamente el juicio, depurando y acotando la
discusión, así también los elementos de prueba que se rendirán en la audiencia[5].
Entonces, la primera opción se plasma en la Acusación Fiscal que da lugar a una razonable
hipótesis de imputación delictiva, en cuanto se ha colmado la finalidad contemplada en el
artículo 321.1; habiendo el persecutor público cumplido con inferir, la razonable y fundada
probabilidad de que se ha cometido un hecho punible y de que el imputado es penalmente
responsable (imputación objetiva y subjetiva), respaldado por un acervo probatorio de cargo
de entidad suficiente. Sin embargo, dicho juicio de valoración debe ser considerado en su real
magnitud, como un juicio provisorio y preliminar (de fundada sospecha) que aún no puede
anclar, en la certeza y convencimiento, como grados del conocimiento que sólo pueden ser
fruto de una intelección valorativa, fruto de la actuación probatoria que se cristaliza en el
Juzgamiento. Son en realidad actos de investigación, que sólo pueden sostener por un lado la
pretensión penal y por otro, la posibilidad de defensa del imputado.
Cabe precisar que la intervención de las partes no puede desencadenar una frustración directa
del sobreseimiento, pues se estaría vulnerando el principio acusatorio en toda su extensión, su
actuación sólo puede desencadenar la realización de mayores actos de investigación; lo que en
la práctica importa la ampliación de la Investigación Preparatoria por decisión del Juez de la IP.
En el NCPP el Fiscal posee en toda su amplitud la facultad acusadora, en virtud de su
titularidad en el ejercicio de la acción penal, con la excepción de la persecución de los delitos
de acción penal privada (Arts. 1.2 y 1.3), cuya promoción judicial está condicionada a instancia
del ofendido. Resulta, entonces, inadmisible que el persecutor público pueda ser forzado por
la acción de las partes, a formular Acusación, pues se quebraría la naturaleza pública del
Proceso Penal, reñido con los postulados del Estado de Derecho.
Con todo, el control del requerimiento del sobreseimiento, debe realizarse bajo las reglas
fundamentales del acusatorio: oralidad, inmediación, defensa , contradicción y bilateralidad.
Así, lo ha estipulado el artículo 345.3, cuando señala que vencido el plazo del traslado, el Juez
citará al Ministerio Público y a los demás sujetos procesales para una audiencia preliminar para
debatir los fundamentos del requerimiento de sobreseimiento. Debe entenderse, que la
oposición al requerimiento de sobreseimiento, interpuesta por una de las partes, deberá estar
debidamente motivada, fundamentando las razones que refutan los argumentos esgrimidos
por el Fiscal en su solicitud, tomando en consideración los supuestos comprendidos en el
artículo 344.2. El incumplimiento de esta exigencia es sancionada con su inadmisibilidad. En el
escrito de oposición deberá indicarse los actos de investigación que deben realizarse,
indicando su objeto y los medios de investigación que considere procedentes. Esta disposición
se comprende porque puede suceder que el Fiscal a pesar de su deber de objetividad en la
tramitación de las diligencias de instrucción, en forma injustificada deniegue la práctica de
diligencias concretas y precisas que las partes le hubieren formulado[9]. Primero, los actos de
investigación, deben referir a aquellos actos que no han sido efectuados por los órganos de
persecución, es decir, no pueden resultar actos repetidos, a menos que de su primigenia
realización no se hayan obtenido los resultados esperados. Segundo, deberá precisarse su
objeto, en razón a la pertinencia del medio para alcanzar un cierto grado de conocimiento,
v.gr., una pericia de parte que pueda desvirtuar las conclusiones de la pericia oficial, el
levantamiento del secreto bancario y de la reserva tributaria, a fin de acreditar el desbalance
patrimonial. Los actos de investigación deben ajustarse a los criterios de pertinencia,
relevancia y suficiencia, en cuanto al objeto de la Investigación Preparatorio, si éstos no
poseen dicha virtualidad, deberán ser rechazados por el Juez de la Investigación Preparatoria.
Claro esta, que si los hechos que pretenden rebatirse son de puro derecho, como una causal
de atipicidad, prescripción de la acción penal (a menos que se pretenda acreditar un delito
continuado), etc., deben ser desestimados de plano. El efectivo control judicial permitirá
establecer la legitimidad del pedido de sobreseimiento, en cuando a sus incidencias en el cese
o continuación de la persecución penal.
Ahora bien, quien controla el requerimiento de sobreseimiento y quien da luz verde a la
acusación es el Juez de la Investigación Preparatoria. ¿Puede resultar cuestionable, que esta
facultad sea encomendada a un Juzgador ajeno al que llevará cabo el Juzgamiento? No lo
consideramos así, pues es este mismo Juzgador quien ha tomado conocimiento de la
Investigación Preparatoria desde sus inicios (Arts. 3 y 336.3[10]), es él quien se constituyo en el
funcionario contralor de las actuaciones del Fiscal y de la Policía Nacional, por lo tanto a él le
consta una serie de circunstancias que le va a permitir ejercer con mayor sabiduría e
imparcialidad esta función de control que le asigna el NCPP; es un “Juez de Garantías” no un
“Juez Instructor”; al no dirigir la investigación, el Juez de la Investigación Preparatoria no esta
en posibilidad de contaminarse con una cierta dosis de subjetivismo. Esta forma de estructurar
el procedimiento, dividido en etapas y éstas a cargo de distintos tribunales busca acentuar la
división de funciones, propia de un sistema acusatorio, procurando además que el juicio oral
tenga lugar ante un tribunal colegiado diverso, donde ninguno de sus miembros haya
intervenido en el proceso como Juez de Garantías[11]. En efecto, si esta función fuera
encomendada al Tribunal decisorio, se pondría en riesgo la imparcialidad del juzgador, al
involucrarse en los actos de investigación, poderes de dirección material, incompatibles con
potestades estrictamente decisorias, (...) especialmente al resolver sobre pruebas que serán
presentadas al juicio[12].
Del tenor literal del artículo 346.2, se desprenden dos alternativas: 1.-Declarar Fundado el
requerimiento Fiscal de sobreseimiento, lo cual implica el cese definitivo de la persecución
penal, mediante la expedición de un Auto de sobreseimiento de carácter definitivo, esto es,
surte los efectos de Cosa Juzgada (Art. 139 inc. 13 de la CPE). Dicho auto no es susceptible de
ser impugnado; tal como lo ha recalcado el TC en su sentencia recaída en el Exp. Nº 2005-
2006-PHC/TC. La decisión de dar por sobreseída la causa, en virtud de una decisión promovida
por el titular de la acción penal no puede ser conmovida, de conformidad con el principio
acusatorio, condición necesaria para el Juzgamiento. Las partes privadas no tienen legitimidad
activa para recurrir dicha resolución de acuerdo a las normas fundamentales del Título
Preliminar, sin embargo las prescripciones legales del NCCP, le han conferido equívocamente
esta facultad (Art. 347.3); y, 2.-Declara su Improcedencia, ejerciendo el derecho de “Control
Institucional”, expidiendo un auto, eleva los actuados al Fiscal Superior en lo Penal, para que
ratifique o rectifique la solicitud del Fiscal Provincial. De todos modos, el pronunciamiento
judicial, deberá de fundamentar debidamente las razones por las cuales discrepa el
requerimiento fiscal, su ausencia de motivación pueden dar lugar a una nulidad. Agotadas las
instancias al interior del Ministerio Público –para lo cual el Fiscal Superior cuenta con un plazo
de diez días- (Art. 346.2), surgen también dos posibilidades: a.-Ratificar el requerimiento de
sobreseimiento del Fiscal Provincial; en tales casos, el Juez de la Investigación Preparatoria no
tiene mas remedio que dictar el auto de sobreseimiento, pues de no hacerlo estaría
vulnerando el principio acusatorio en toda su extensión.
En el CPPCH, se contempla la posibilidad de que si el Fiscal no acusa, sea forzado por el Juez de
Garantías a hacerlo (art. 328), en la cabal demostración que en Chile el Ministerio Público no
tiene el dominio de la acción penal, puesto que el juez puede obligarse a ejercerla aun contra
su voluntad, para lo cual se requiere una solicitud del querellante[14], característica de un
sistema mixto, donde el juzgador conserva aún potestades requirentes, propio de un sistema
mas inclinado a las formas inquisitivas. Prescripción incompatible con los principios que se
sostiene nuestro NCPP, donde el persecutor público asume en forma de monopolio la facultad
acusadora, dejar en manos de las partes civiles esta facultad, desnaturaliza la esencia misma
del proceso penal, de conformidad con la naturaleza de los bienes jurídicos que desencadenan
la actuación de la Justicia Penal.
b.-Estando en desacuerdo con lo ordenado por el Fiscal provincial, ordenará a otro Fiscal que
formule Acusación, obviamente del mismo rango, quiere decir esto, que en uso exclusivo del
principio de jerarquía, otro Fiscal – que no estuvo involucrado en la Investigación Preparatoria-
, por imperio de la Ley, estará obligado formular Acusación. El Fiscal Superior, en su resolución,
deberá explicar debidamente las razones que provocan el forzamiento de la acusación. De ello
se colige una vulneración flagrante al principio de autonomía funcional en el ámbito de la
facultad decisoria del Fiscal, tal como lo establece el artículo 159º de la Ley Fundamental de
común idea con lo estipulado en el artículo 5º de la LOMP, las instrucciones que pudieren
impartir sus superiores se sujetan a un ámbito administrativo, organizacional mas nunca
funcional. El principio de jerarquía debe ser entendido con arreglo al principio de autonomía.
Este Fiscal esta asumiendo una posición de otro, que no necesariamente va a coincidir con su
opinión. Si se pretende atribuir a otro Fiscal la potestad acusadora, al menos de lege ferenda,
se le debería haber conferido un plazo a fin de que pueda exteriorizar el pronunciamiento
requerido, según sus atribuciones. Se sigue la estructura del artículo 220º del C de PP, con sus
propios matices y particularidades. Pareciese encubrirse una intención de favorecer la
pretensión persecutoria del Estado, lo cual quiebra el principio de Igualdad procesal.
Finalmente, en el caso de que los sujetos procesales hayan presentado oposición a la solicitud
de sobreseimiento, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 345.2[15], el Juez de la
Investigación Preparatoria, si lo considera admisible y fundado dispondrá la realización de una
Investigación Suplementaria indicando el plazo y las diligencias que el Fiscal deba realizar.
Cumplido el trámite no procederá oposición ni disponer la concesión de un nuevo plazo de
investigación. Tal como se sostuvo líneas atrás, resulta clara la inconveniencia de que el
Tribunal decisor tome competencia en la Etapa Intermedia, pues como se colige de este
precepto, podría ponerse en tela de juicio su imparcialidad. El Juez de todos modos sólo puede
controlar la actuación de dichas diligencias, mas no puede involucrarse en sus efectos, de cara
a sus consecuencias favorables con la persecución penal, pues de hacerlo se estaría
inmiscuyendo en una función que sólo el compete al Fiscal.
4.-Auto de Sobreseimiento
Tal como dispone el artículo 347.1 del NCPP, el auto que dispone el sobreseimiento de la
causa, debe expresar: a.-Los datos personales del imputado; b.-La exposición del hecho objeto
de la Investigación Preparatoria; c.-Los fundamentos de hecho y de derecho; y, d.-La parte
resolutiva, con la indicación expresa sobre los efectos del sobreseimiento que corresponda. En
efecto, el mandato jurisdiccional debe cumplir con el principio de identidad personal, con los
hechos que dan lugar a la imputación delictiva, exponiendo de forma expresa y detallada, los
efectos del sobreseimiento. Este último elemento tiene mucha importancia, pues el cese de la
persecución penal desencadena el levantamiento de las medidas de coerción procesal
(personales y reales), que se encuentren gravando la libertad del imputado y la libre
disponibilidad de sus bienes (extensible al tercero civil responsable). Máxime las ordenes de
requisitoria que puedan recaer sobre el imputado, dejando en claro la posibilidad de que el
cese de la persecución penal se produzca aún en ausencia del mismo, de común idea con lo
establecido en el artículo 79.4 (in fine)[16], compatible con la disposición constitucional
prevista en el inciso 12) del artículo 139º.
Ahora bien, el artículo 347.3, dispone lo siguiente “Contra el auto de sobreseimiento procede
recurso de apelación. La impugnación no impide la inmediata libertad del imputado a quien
favorece”. Afirmamos con rayana seguridad, que el nuevo Sistema Procesal Penal adopta el
principio acusatorio “puro”, el persecutor público (Fiscal), tiene el dominio completo de la
acusación de los delitos perseguibles por acción penal pública, quiere decir esto, que contra la
resolución jurisdiccional que ampara el sobreseimiento de la causa no cabe impugnación
alguna. De lo contrario estaríamos reconociendo facultades a las partes, que el propio
ordenamiento legal no les confiere. Se supone que la impugnación en este caso será
presentada por el actor civil, en franca contradicción con lo dispuesto en el artículo 1º del
NCPP, que a la letra señala que la “acción penal es pública”, como tal no puede ser objeto de
cuestionamiento por el actor civil, cuya actuación procesal se sujeta estrictamente a la acción
reparatoria que da lugar a una indemnización, mas no con respecto a la acción penal (Art. 98).
Con todo, esta previsión normativa ataca directamente lo resuelto por el Tribunal
Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente Nº 2005-2006-PHC/TC, donde el
máximo interprete de la constitucionalidad normativa ha dejado sentado en uno de sus
considerandos de la sentencia aludida: “Que no puede existir juicio sin acusación, debiendo ser
formulada ésta por persona ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de manera que si el
fiscal ni ninguna de las otras partes posibles formulan acusación contra el imputado, el proceso
debe ser sobreseído necesariamente”. El CPPCH también contempla esta posibilidad en su
artículo 253º, disposición que se ajusta a la naturaleza de su sistema, donde la acusación no es
potestad exclusiva el Ministerio Público, característica esta última de los sistemas acusatorios
mixtos o formales europeos[17]. Tal como se desprende de la LECrim (Art. 636[18]) española,
inclinado hacia un sistema mixto, donde existe una amplia permeabilidad para impugnar el
auto de sobreseimiento[19].
Máxime cabe precisar que el reconocimiento de esta facultad recursiva, atenta contra la
propia libertad del imputado, cuando ha quedado plenamente demostrado que por los
mismos hechos ya ha sido objeto de condena en un proceso penal anterior (non bis in idem), o
cuando concurre la causa de extinción de la acción penal contemplada en el inciso 1) del
artículo 78º del CP; con la muerte del imputado se desvanece completamente la legitimidad de
la persecución penal, al no existir el sujeto pasivo de la relación jurídico-procesal. La probanza
de estas causales dará lugar en la Audiencia de Control del sobreseimiento, por lo que la
acreditación de la veracidad de los argumentos queda plenamente garantizado.
Las disposiciones legales, que renglón seguido se detallan, se ajustan plenamente a la Ley
Fundamental en concordancia con los fundamentos penales de orden material.
De acuerdo al tenor literal del artículo 348.1, el sobreseimiento será total cuando comprende
todos los delitos y a todos los imputados. Caben dos posibilidades: un proceso con un solo
imputado, referido a una sola imputación delictiva o a varias imputaciones delictivas y, dos,
tratándose de un proceso con pluralidad de imputados, los cuales se encuentran vinculados
por una unidad delictiva o por una pluralidad delictiva[20]. El sobreseimiento será parcial
cuando sólo se circunscribe a algún delito o algún imputado, de los varios que son materia de
la Disposición de Formalización de la Investigación Preparatoria, v.gr., puede que el proceso
refunda un concurso real de delitos, habiendo prescrito la acción con respecto al delito de
falsedad material, el proceso sigue por el delito de estafa. Así, también, tratándose de una
pluralidad de delitos, si de la investigación efectuada no se advierte indicio de responsabilidad
sólo con respecto a uno de los imputados, la causa seguirá con respecto al resto de co-
imputados. Así, lo establece el artículo 348.2, al estipular que si el sobreseimiento fuere
parcial, continuará la causa respecto de los demás delitos o imputados que no los comprende.
El Fiscal, luego de culminada la Investigación, puede asumir una posición mixta, en cuanto a la
posibilidad que se decida acusar por ciertos delitos y por los otros, ser de la consideración que
la persecución penal debe cesar, por concurrir las causales del artículo 344.2. Sin duda resulta
plausible que se reconozca esta facultad al Fiscal, que con arreglo al principio de legalidad,
pueda discernir que delitos merecen pasar a la etapa de Juzgamiento, cuando de los resultados
de la investigación, uno o varios de los delitos imputados en la Formalización de la IP, no se
adecuan a las exigencias formales de tipicidad, globales de la antijuridicidad o estrictamente
personales de la culpabilidad o ante una insuficiencia de pruebas; lo cual no sucede con los
otros delitos, que sí merecen pasar a la siguiente etapa del procedimiento. Requisito esencial
para aplicar esta alternativa, es el caso de un Concurso de delitos u una pluralidad de
imputados. Por lo tanto, el artículo 348.1, establece que el Juez, frente a un requerimiento
fiscal mixto, acusatorio y no acusatorio, primero se pronunciará acerca del requerimiento de
sobreseimiento. Culminado el trámite según lo dispuesto en los artículos anteriores, abrirá la
actuación relativa a la acusación fiscal; quiere decir esto, que debe pasarse por el filtro de
valoración que se desprende de los artículos 344 y ss. del NCCP.
6.-La Acusación
La Acusación delimita el objeto del juzgamiento y las pruebas que serán materia de debate en
el Juzgamiento, en la medida que el Tribunal no podrá incorporar hechos que no se
encuentren plasmados en el escrito de requerimiento fiscal[23]. La garantía está en que el
Tribunal sentenciador, no pueda condenar por tipificaciones penales que no se desprendan del
escrito de Acusación fiscal (correlación entre la acusación y la sentencia), bajo las salvedades
que hiciéramos alusión en una monografía anterior[24]. Dicho de otro modo: la Acusación no
sólo constituye un requisito indispensable para que la causa pueda ser objeto de juzgamiento,
sino que su contenido permite a las partes fijar su estrategia de defensa a fin de ejercer al
máximo su derecho de contradicción, a través de los medios probatorios que fluyen del
mismo, los que deberán ser admitidos en el auto de enjuiciamiento. Esta garantía se encuentra
reconocida en el artículo 8.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Mediante la Acusación, el Fiscal decide que la causa pase a la etapa de Juzgamiento, cuando de
la Investigación Preparatoria se desprenden suficientes elementos de juicio que el hecho
denunciado constituye delito y la atribución de responsabilidad penal de dicha conducta en la
persona del imputado.
a)-Los datos que sirvan para identificar al imputado, esto es, el principio de identidad personal,
indispensable para garantizar que la Justicia Penal ejerza la persecución penal sobre el
individuo que presuntamente ha cometido un hecho delictuoso, sirve para evitar
arbitrariedades y para asegurar la efectiva materialización de la condena. Disposición que debe
ser entendido según los alcances que se desprenden del artículo 72º (Identificación del
imputado).
b)-La relación clara y precisa del hecho que se atribuye al imputado, con sus circunstancias
precedentes, concomitantes y posteriores. En caso de contener varios hechos independientes,
la separación y detalle de cada uno de ellos. El relato fáctico que se deriva de la investigación,
es fundamental, tanto para fijar la pertinencia de los medios de prueba de cargo como para el
juicio de tipicidad, pues la base fáctica constituye el supuesto de hecho que se confronta con
los alcances normativos de los tipos penales que forman parte de la Acusación. Así, también la
distinción de los diversos relatos fácticos, que puedan dar lugar a la concurrencia de varias
tipificaciones penales. Como se sostuvo la Acusación delimita los hechos que serán objeto de
debate en la etapa de Juzgamiento.
f)-El artículo de la Ley penal que tipifique el hecho, así como la cuantía de la pena que se
solicite. El persecutor público deberá especificar la tipificación penal que se adecua a los
hechos incriminados, indicando el número de la articulación deducida y el nomen iuris
respectivo; dicha especificación es indispensable a fin de permitir una adecuada defensa y para
delimitar el objeto del debate en la etapa de juzgamiento. A partir de la tipificación precisada y
de común idea con los elementos comprendidos en los acápites anteriores, el Fiscal deberá
solicitar un quantum de pena con arreglo al principio de legalidad, en consonancia con los
principios de lesividad, proporcionalidad y culpabilidad, etc., a fin de garantizar una pena justa
y merecida. Pretensión punitiva que no es vinculante para el juzgador, únicamente cuando
aplica una pena por debajo a la solicitada por el Fiscal (Artículo 397.3), pues no puede imponer
una pena más grave a la requerida por el persecutor público, según los dictados del principio
acusatorio.
g)-El monto de la reparación civil, los bienes embargados o incautados al acusado, o tercero
civil, que garantizan su pago y la persona a quien corresponda percibirlo. Si bien la legitimidad
activa del Fiscal, reposa esencialmente en la pretensión punitiva estatal, no es menos cierto
que su determinación se asocia indirectamente a la responsabilidad civil generada por la
infracción criminal, por lo que tiene el deber de requerir el monto que corresponda por
concepto de Reparación Civil, en aplicación del artículo 93º del CP. El hecho de que la víctima
se haya constituido en actor civil, con arreglo a los artículos 98º y ss. del NCPP, no enerva la
potestad antes anotada, en virtud a la naturaleza “social” de los bienes jurídicos que se han
visto afectados por la conducta delictiva. La legitimidad activa del Ministerio Público, en
cuanto al objeto civil (Artículo 11.1 in fine), sólo cesa en lo que respecta a la actividad
probatoria, mas no en su requerimiento formal ante la jurisdicción. Debe hacer alusión a los
bienes que se encuentran embargados (tanto del imputado como del tercero civil), como
medidas provisionales de naturaleza real adoptadas en el curso de la Investigación
Preparatoria, de conformidad con el artículo 302º concordante con los artículos 253 y ss;
debiéndose especificar la modalidad de embargo, adjuntando la ficha registral que
corresponda así como el monto, cuyo fin es de garantizar la pretensión resarcitoria y el pago
de las costas.
En el caso de la Incautación (Artículo 316º), deberá detallar los efectos o instrumentos con que
se hubiera ejecutado el delito, sean o no de ilícito comercio, los cuales despliegan eminentes
efectos probatorios. Finalmente, deberá indicar a las personas que por Ley les corresponda
percibir la Reparación Civil (debidamente identificadas), los “agraviados”, que se detallan en
los artículos 94º y ss. del NCPP; en el caso de la incautación se deberá indicar las personas u
institución favorecidas, a menos que sean objetos de ilícito comercio.
h)-Los medios de prueba que ofrezca para su actuación en la audiencia. En este caso
presentará la lista de testigos y peritos, con indicación del nombre y domicilio, y de los puntos
sobre los habrán de recaer sus declaraciones o exposiciones. Asimismo, hará una reseña de los
demás medios de prueba que ofrezca. De suma importancia resulta que el Fiscal fije en detalle,
los medios de prueba de cargo que sustentan su acusación, en cuanto a la responsabilidad
criminal del imputado, su grado de participación delictiva, concurrencia de circunstancias
modificativas de responsabilidad, etc. Sin duda, son los medios de prueba los que
fundamentarán el juicio de tipicidad, la subsunción de la conducta incriminada en un
determinado tipo penal, depende que los medios de prueba revelen hechos que puedan ser
cobijados bajo una determinada estructuración típica. En el caso, de testigos, peritos, deberá
indicarse los datos más importantes, y el objeto del examen, a fin de precisar su pertinencia.
El artículo 349.2, establece que la acusación sólo puede referirse a hechos y personas incluidos
en la Disposición de formalización de la Investigación Preparatoria, aunque se efectuare una
distinta calificación jurídica; la acusación únicamente puede comprender hechos que se
encuentren contenidos en la escrito de la Investigación Preparatoria, pues son aquellos que
han dado lugar al inicio de la persecución penal, que desde un principio han sujetado la
tipificación penal. Los hechos en el cierre de la Investigación Preparatoria, pueden conducir la
valoración jurídica del Fiscal a un tipo penal distinto del formalizado; pero, lo importante a
todo esto, es que la identidad fáctica no sea variada, a fin de no poder riesgo el derecho de
defensa y de contradicción de las partes.
En todo caso, no es posible incluir a personas distintas a las señaladas en el escrito que
formaliza la Investigación, en la medida, que el principio acusatorio importa que el
juzgamiento de una persona sólo puede tomar lugar, cuando previamente ha sido sometido a
una investigación, en la cual ha tenido la posibilidad de defenderse y de contradecir la
imputación delictiva en su contra, con los medios que franquea la Ley. De no ser así, se estaría
juzgando a un individuo, cuya participación en las primeras etapas del procedimiento se
produjo en un estado pleno de “indefensión”, incompatible con las máximas del Debido
Proceso; las garantías constitucionales de «defensa y contradicción» también resultan
reconocibles en la etapa de la Investigación Preparatoria y etapa previas (Diligencias
Preliminares).
Tal como lo dispone el artículo 349.3, en la acusación el Ministerio Público podrá señalar,
alternativa o subsidiariamente, las circunstancias de hecho que permitan calificar la conducta
del imputado en un tipo penal distinto, para el caso de que no resultaren demostrados en el
debate los elementos que componen su calificación jurídica principal, a fin de posibilitar la
defensa del imputado. Esta prescripción recoge la correlación entre la acusación y la
sentencia[25], en el sentido de que el Tribunal no puede condenar por tipificaciones penales
que no se encuentran contenidas en la Acusación, máxima que tiene por fin tutelar el derecho
de defensa del imputado, de que haya ejercido su defensa en el juzgamiento conforme al tipo
penal que es sustento de la sentencia[26]. Por consiguiente, a fin de evitar un probable estado
de indefensión y, por otra parte, el aseguramiento de la pretensión punitiva estatal, se
reconoce al persecutor público la potestad de consignar en su escrito de Acusación –
alternativa o subsidiariamente- los supuestos de hechos que den lugar a diversas tipificaciones
penales.
Finalmente, el artículo 349.4, establece que el Fiscal indicará en la acusación las medidas de
coerción subsistentes dictadas durante la Investigación Preparatoria; y, en su caso, podrá
solicitar su variación o que se dicten otras según corresponda. En el marco estricto del proceso
penal se impone una serie de actos de coerción, que inciden de forma negativa en los bienes
jurídicos del imputado y del tercero civil responsable; las medidas provisionales personales
recaen directamente sobre la esfera de libertad del imputado; mientras que las medidas
provisionales reales afectan la libre disponibilidad de su patrimonio y de los responsables
civilmente.
Las medidas reales son objeto de regulación en el inciso g) del artículo 349.1, por lo que esta
disposición parece referir de forma privativa a las medidas provisionales de naturaleza
personal. En tal medida, el Fiscal deberá indicar en la acusación, las medidas de coerción
personal dictadas sobre el/los imputados, especificando su tipología: prisión provisional,
detención domiciliaria, comparecencia con restricciones, comparecencia simple, impedimento
de salida del país, internación preventiva, suspensión preventiva de derechos, etc.; para tales
efectos el persecutor público podrá solicitar la variación de la medida provisional en aplicación
de la regla del rebus sic stantibus. Tan sólo han de permanecer, en tanto subsistan los
presupuestos que las han justificado[27]; en el momento en que se diluyan sustancialmente
estos presupuestos, la medida debe cesar de inmediato, a fin de evitar efectos que no les
corresponde (rebuc sic stantibus)[28]; las medidas de coerción personal se sujetan a los
criterios de instrumentalidad, provisionalidad y proporcionalidad, pues ante la intensidad de la
medida debe guardar adecuación con el interés social en la persecución del delito y con los
fines de la investigación.
-A modo de Conclusión
La Etapa Intermedia de ningún modo puede ser contemplada como un mero aspecto formal
del procedimiento penal, como puente asociativo entre la Investigación Preparatoria y el
Juzgamiento, tal como se concebía en el C de PP, de acuerdo a lo previsto en los artículos 203º
y 204º (in fine). En efecto, esta etapa despliega efectos determinantes en cuanto a la
persecución penal, pues si el Fiscal es de la opinión que la causa no se adecua a la cláusula de
reserva procesal penal, el Juez de la Investigación Preparatoria no tendrá más remedio que
declarar el cese de la persecución penal, con las salvedades antes anotadas.
Empero, la Etapa Intermedia no agota sus funciones en lo antes dicho, pues delimita el objeto
de juzgamiento, en cuanto a las tipificaciones penales que dan lugar en el escrito de Acusación
así como los medios probatorios que serán objeto de debate en el Juicio Oral. De tal modo,
que en esta etapa se produce un verdadero control de las pruebas, dando lugar a la
pertinencia de las mismas en cuanto a la determinación del objeto del proceso penal; dando
posibilidad a las partes, para que se pronuncien sobre el contenido de la Acusación y para que
puedan incoar los medios de defensa técnica que estimen pertinentes, los cuales pueden
inclusive provocar el cese de la persecución penal, aún existiendo una Acusación fiscal de por
medio, tal como lo prevé el artículo 352.4 del NCPP, que será analizado en una próxima
monografía.
Un punto a resaltar, es que la Etapa Intermedia se sujeta a los principios del Debido Proceso,
particularmente al acusatorio, pues toda decisión jurisdiccional deberá ser producto de una
Audiencia caracterizada por la oralidad, defensa, debate, contradicción, inmediación y
publicidad. Todo lo cual redunda en beneficio de todos las partes en el proceso, de común idea
con lo establecido en el numeral I del Título Preliminar del NCPP.
______________________________________
[4] . Horvitz Lennón, Maria Inés; Derecho Procesal Penal Chileno. Editorial Jurídica de Chile.
Santiago, 2002, T. II, cit., p. 21.
[5] . Cerda San Martín, Rodrigo; Etapa Intermedia. Juicios Oral y Recursos. LIBROTECNIA,
Santiago de Chile, 2003, cit., p.
[8] . Tal como lo sostuvimos en una monografía anterior “La posición del Ministerio Público en
el Código Procesal Penal de 2004”. En: Actualidad Jurídica, Gaceta Jurídica, Tomo 149, abril
2006, Lima, ps. 115-123.
[9] . Carocca Pérez, Alex; Etapa Intermedia o de Preparación del Juicio Oral en el nuevo
Proceso Penal Chileno. Ius et praxis, año/vol 5, Nº 002, Universidad de Talca, Chile, cit., p. 122.
[10] . Concordante con el Numeral V.1 del Título Preliminar del NCPP.
[11] . Cerda San Martín, R.; Etapa Intermedia. Juicio Oral..., cit., p. 24.
[12] . Horvitz Lennon, M.I.; Derecho Procesal Penal Chileno, T. II, cit., p. 18.
[13] . Carocca Pérez, A.; Etapa Intermedia o de Preparación al Juicio Oral..., cit., p. 119.
[14] . Carocca Pérez, A.; Etapa Intermedia o de Preparación al Juicio Oral..., cit., p. 124; Así,
Cerda San Martín, R.; Etapa Intermedia. Juicio Oral..., cit., ps. 23-24.
[17] . Carocca Pérez, A.; Etapa Intermedia o de Preparación al Juicio Oral..., cit., p. 118.
[19] . Así, A. Calderón/ J.A.Choclán; Derecho Procesal Penal. Dykinson, Madrid, 2002, cit., p.
519.
[21] . Así, Peña Cabrera Freyre, A.R.; Exégesis del nuevo Código Procesal Penal, cit., p. 89.
[22] . Carnelutti, Francesco; Cuestiones sobre el Proceso Penal, Traducción de Santiago Sentís
Melendo. Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, cit., p. 218.
[23] . Así, Florian, Eugenio; Elementos de Derecho procesal penal. Traducción y referencias al
Derecho español por L. Prieto Castro, Bosch, Barcelona, cit., p. 387.
[24] . Al respecto ver mi artículo “El principio Acusatorio en el nuevo Código Procesal Penal”.
En: Actualidad Jurídica, Gaceta Jurídica, Tomo 147, febrero 2006, Lima, cit., ps. 122-127.
[25] . Así, Peña Cabrera Freyre, A.R.; El Principio Acusatorio en el nuevo Código Procesal Penal,
cit., p. 125.
[26] . Prescripción que debe ser entendida de conformidad con lo estipulado en los artículos
374º y 397º del NCPP.
[27] . Peña Cabrera Freyre, Alonso R.; Teoría General del Proceso y la Práctica Forense Penal.
Editorial Rodhas, Lima, 2004, cit., p. 244.
[28] . Peña Cabrera Freyre, A.R.; Exégesis del nuevo Código Procesal Penal, cit., p. 686.
http://reformaprocesal.blogspot.com/2008/09/la-etapa-intermedia-en-el-nuevo-cdigo.html