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1.

Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle
central donde está el pobre pueblo viéndolo […]. García
Márquez
2. A la mañana siguiente lo condujeron a su cabaña de Monte Grande. Repetía con
tozudez que sanaría en su refugio, en la ermita que nunca debió abandonar. Ya era un
milagro que no hubiera sucumbido bajo la bestia.
M. Mujica Láinez
3. El mal que aqueja a la República Argentina es la extensión; el desierto la rodea por
todas partes, se insinúa en las entrañas; el despoblado sin una habitación humana son,
por lo general, los límites incuestionables.
Sarmiento, Domingo Faustino, en Facundo

4. Esta inseguridad de la vida, que es habitual y permanente en las campañas, imprime


en el carácter argentino cierta resignación estoica para la muerte violenta.
Sarmiento, Domingo Faustino, en Facundo
5. El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la
Muerte y le pregunta: Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de
amenaza?
Jean Cocteau,. En Borges, Jorge Luis; Bioy Casares, A.; Ocampo S. Antología de
literatura fantástica
6. El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era el
del sueño capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y
exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.
Borges, Jorge L. (19359. Historia Universal de la Infamia.
7. Creso, rey de Lídia, por sus grandes riquezas y por su gran poderío se creía afortunado.

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