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Todo esto trae como consecuencia que, en la vida, muchas cosas no son
presentadas al hombre de como realmente son, quedando el individuo sin la
capacidad de ahondar de manera inmediata y directa en la esencia de las
mismas. Por ende, la sociedad debe avocarse con profundidad, para entender
las cosas y su respectiva estructura. Al respecto, el hombre no se dedica a
transformar los objetos que lo rodean, sino que se desenvuelve dentro de un
espacio de forma práctica y objetiva, dado que no emplea a su mente como
un instrumento para el razonamiento, porque como individuo, intenta hacer
valer sus intereses y propósitos enmarcados en el grupo social dentro del que
se desenvuelve.
Un ejemplo de ello es el uso del dinero. Las personas lo emplean para realizar
transacciones económicas, sin interesarse por conocer lo que realmente es el
dinero. A simple vista es un objeto para intercambiarlo por bienes y servicios,
pero en el fondo, es una forma de control social. En el seno de una sociedad
capitalista, cada individuo podrá llegar tan lejos, como la cantidad de dinero de
la que disponga se lo permita, por lo que si no poseen la capacidad de
adquisición para satisfacer sus necesidades elementales, su nivel de vida
puede deteriorarse, más aun en sociedades con altos niveles de desigualdad,
generados por políticas neo-liberales propias del capitalismo, en el que pocas
personas controlan gran parte de la renta y el grueso de la sociedad,
experimenta circunstancias muy precarias, que implica en muchos casos,
deficiencias en el acceso a una alimentación adecuada, así como en el disfrute
de los servicios básicos elementales para la vida cotidiana.
Pero otras personas, solo se limitarán a una praxis social fragmentaria, que
históricamente se basa en la división del trabajo, así como en la consolidación
de una sociedad estratificada, con un incremento de la jerarquización de las
posiciones sociales que deriva de la misma. Por este camino conceptual, es
que, dentro de un ambiente en lo que predomina el aspecto material,
lamentablemente se forma la conciencia del individuo histórico, dentro de un
mundo en el que se mueve con una supuesta naturalidad y donde tiene cosas
que hacer diariamente.
Esta división del trabajo, está sostenida por el modo de producción capitalista,
engendro que propicia la no aceptación de este fenómeno social, por una de
las fuerzas que son parte de este conflicto, cuyo epicentro es la oposición entre
distintas clases sociales, conteniendo cada una a un grupo de personas que
mantienen una relación ya sea con la producción de los bienes como con la
propiedad de los medios de producción, de acuerdo al rol que hayan asumido
dentro de la sociedad. El principal motor de esta relación histórica, es la lucha
de clases, que emerge dentro de un vínculo antagónico entre las partes,
protagonizado principalmente por los que se oponen a lo existente en la
actualidad, pero que ven la oportunidad de transformar las cosas para hacer
nuevas fuerzas de carácter productivo y proyectar lo que sería una panorámica
inédita de una nueva sociedad con una forma de desarrollo más equitativa y
justa, orientada hacia el bien común de todos los seres humanos, sin distinción
de ninguna índole.
Sección 02-N