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LOS POZOS CANADIENSES Y PROVENZALES, GEOTERMIA DE BAJA POTENCIA

Junto al aprovechamiento del sol y del viento dentro de la arquitectura bioclimática


existen técnicas que permiten el aprovechamiento del calor del subsuelo, la llamada
energía geotérmica. Una de estas técnicas, quizá la más sencilla de todas, son los
llamados Pozos provenzales o canadienses.

Esta técnica, que no requiere excavaciones a grandes profundidades, permite hacer uso
del subsuelo de cualquier lugar, (no requiriéndose estar cerca de zonas volcánicas o
similares), y su gran estabilidad térmica para atemperar los excesos de calor o frío que
pueden producirse en algunos momentos del año en el interior de las viviendas.

¿Qué es un pozo canadiense o provenzal? ¿Cómo funciona?

Un pozo canadiense o provenzal es una instalación geotérmica de baja temperatura y


poca profundidad capaz de aprovechar las temperaturas estables de la capa superficial
del subsuelo para proporcionar a las viviendas frescor en verano y un temperamiento
en invierno.

Esta técnica consiste en enterrar unos conductos a una profundidad entre 1,5 m y 5
metros en el subsuelo y hacer circular por ellos aire. Este aire, en contacto con las
tuberías, adquiere la temperatura del subsuelo, ya sea esta mayor o menor a la externa
y luego se hace circular, con o sin aporte térmico adicional, por el interior de la vivienda.

Aunque la técnica es exactamente la misma, cuando su instalación está pensada para


refrescar en verano, se llama pozo provenzal (por su origen en la Provenza, Francia).
Cuando lo que se busca con esta instalación es un precalentamiento del aire en invierno,
se denomina Canadiense, por emplearse primeramente para ese fin en aquel país
norteamericano. En cualquier caso, esto sólo son denominaciones, ya que la tecnología
es exactamente la misma y cualquier pozo de estas características se puede usar tanto
en verano para refrescar, como en invierno para atemperar.
Fig. N° 01 Esquema conceptual del funcionamiento del pozo provenzal (o canadiense) en verano

Fig. N° 02 Esquema conceptual del funcionamiento del pozo canadiense (o provenzal) en invierno
Comportamiento térmico del suelo
El subsuelo, debido a su gran masa, mantiene una mucho mayor estabilidad térmica que
la atmósfera a lo largo del año, lo que evita los picos de frío y de calor. Así en verano,
cuando en el exterior hace calor, el subsuelo se mantiene a temperaturas frescas. Por el
contrario en invierno, cuando en el exterior desciende mucho la temperatura, el
subsuelo se mantiene templado o al menos más templado que el exterior.

Esta estabilidad sin embargo no es uniforme. Por el contrario va en aumento de forma


progresiva, siendo menores las diferencias entre verano e invierno, conforme de mayor
profundidad se trate. Se estima que en torno a los 10 o 15 metros de profundidad la
temperatura es prácticamente constante a lo largo del año. A profundidades de en torno
los 2 metros, ya encontramos valores de temperaturas funcionales próximas a los
valores de bienestar (18º C- 24º C) de las viviendas.

Otra característica térmica del subsuelo es su desfase con respecto a la temperatura


externa del aire. Así, tras los meses cálidos, cuando empiezan los días fríos, buena parte
del subsuelo, guardará aun una mayor proporción de calor relativo que el aire. De la
misma forma cuando empiezan los días de calor el subsuelo mantiene aún un mayor
frescor resultado aún del invierno. Esto se debe a la gran cantidad de masa que tiene el
subsuelo lo que supone que tardará un tiempo mucho más dilatado que el aire en ganar
el calor y también en perderlo. Esta es la característica de gran almacén térmico que
aprovechan los pozos provenzales o canadienses.
Partes del pozo provenzal o canadiense
Los pozos provenzales o canadienses cuentan con las siguientes partes:

Fig. N° 03 Esquema pozo provenzal

Punto de captación del aire


Este es el punto en el cual el sistema toma el aire del exterior. Esta toma, se deberá
situar ligeramente en alto (1m o 1,5 m) para evitar la captación de aire contaminado.
Por esta misma razón se eligen también áreas de captación donde el aire se mantenga
en movimiento, evitándose las hondonadas donde el aire quede estancado.

Estas dos medidas se toman para evitar sobretodo la captación de gas radón. El gas
radón es un gas radiactivo que se genera de forma natural en toda la corteza terrestre,
aunque con mayor intensidad en zonas volcánicas y graníticas. En concentraciones altas
resulta perjudicial para la salud por lo que debe ser evitado. Dado que es más pesado
que el aire, tiende a acumularse en hondonadas y en agujeros cuando no hay corrientes
de aire que puedan dispersarla. La colocación adecuada del captador de aire externo,
unido a una estanqueidad del sistema que impida que este gas pueda filtrarse al interior
de las tuberías, evita que la contaminación de este tipo de gas afecte a los pozos
provenzales o canadienses.
También la entrada debe contar con una rejilla que imposibilite el acceso al sistema de
insectos, roedores o cualquier otro animal que puedan hacer nido en su interior o
depositar excrementos y suciedad que puedan contaminar el sistema.

Filtros
Son los encargados de purificar el aire y con ello evitar la entrada de polvo y suciedad al
interior de los conductos.
Si se optara por un filtro (2-5mm), habrá que ocuparse de su mantenimientoregular al
menos cada 4 meses. Lo práctico es que la filtración vaya demenos a más fino desde el
exterior hacia el interior.

Intercambiador de calor
Es el elemento que transfiere el calor del subsuelo al aire. Se trata en definitiva de la
tubería enterrada. La longitud y el diámetro de este conducto podrá ser de diferentes
tamaños en función de aspectos como la profundidad y naturaleza del terreno, potencia
del elemento que succiona el aire, las necesidades térmicas que se necesiten, etc. De
capital importancia es la naturaleza del terreno y de su transmisividad de calor
(capacidad del suelo para transmitir calor a otro cuerpo). Por ejemplo,los suelos
arenosos secos transmiten peor el calor que los arcillosos. También la humedad del
suelo es muy importante ya que el suelo empapado de agua, independientemente de
su composición, tendrá una gran capacidad de transmitir calor ya que el agua por si sola
la tiene.

Cuanto mayor sea la longitud del tubo más transferencia térmicas aire-suelo se
producirá. Los valores más usados oscilan entre los 10 y los 100 metros de longitud. Para
el diámetro de la tubería los valores recomendados oscilan entre los 20 y los 40 cm de
diámetro.
Fig. N° 04 Tubería de transferencia térmica aire - suelo

Fuente: Nertóbriga solar

El conducto o tubería deberá ser impermeable y estanca, lisa, resistente mecánicamente


a la presión y a la deformación del terreno. También deberá resistir la corrosión. Por
último, deberá tener buena conductividad térmica (es decir que permita pasar el calor
a través de si mismo o lo que es lo mismo, que sea lo menos aislante térmico posible)
para que permita las transferencias de calor entre el terreno y aire del interior de la
tubería.

También esta tubería deberá tener una ligera inclinación. Esto se hará así ya que en
algunos momentos del año podrían producirse condensaciones en el interior de la
tubería. Por ejemplo, en verano, en los momentos previos a una tormenta, puede
ingresar en la tubería del intercambiador aire cálido y húmedo. En el intercambiador, al
producirse una bajada de temperatura del aire, se producirán inevitablemente
condensaciones. A fin de evitar la acumulación de agua en las tuberías, se colocan estas
con cierto grado de inclinación, lo que provocará la caída de estas por gravedad hacia
un punto de drenaje. De no tener en consideración este elemento, ni incluir filtros, la
acumulación de polvo con materia orgánica y humedad daría lugar a la proliferación de
hongos y bacterias.

Punto de drenaje
El agua condensada en las tuberías, debido a la inclinación se dirige al punto de drenaje
donde se elimina del sistema.

Elemento de circulación del aire


El aire necesitará de un elemento que lo impulse y lo haga circular por las tuberías
enterradas. En este punto, y dependiendo de lo que se pretenda conseguir, se pueden
optar por elementos activos (mecánicos) o pasivos (chimenea solar).

Como elemento activo, puede tratarse de un pequeño ventilador o extractor de


potencia adecuada que succione el aire de las tuberías y lo haga circular.

Como pasivo existe la posibilidad del uso de chimeneas solares domésticas. En este
mecanismo, el sol calienta la chimenea y el aire que contiene, lo que provoca que este
se haga más ligero, ascienda y salga al exterior por la apertura superior. Esto crea una
depresión en la base de la chimenea solar, es decir una “falta de aire” que provoca una
corriente hacia la chimenea. Si la chimenea solar se coloca de forma adecuada, es
posible hacer que ese efecto de succión provoque la circulación del aire en las tuberías
enterradas del pozo provenzal. Este sistema puede ser eficaz para los meses de calor en
los que el pozo provenzal se usa para refrigerar. Sin embargo, su uso no será
conveniente en invierno bajo este esquema.
Fig. N° 05 Esquema conceptual de un pozo provenzal funcionando con chimenea solar

Ventajas del los pazos canadienses


Los pozos canadienses y provenzales, por ser un sistema ecológico, natural y de bajo
consumo, cuentan con una serie de ventajas que se pueden sintetizar en los siguientes
puntos.

Menos Inversión– Requieren una inversión mucho menor que un sistema de


climatización reversible convencional. Además si se instalan en el momento de construir
la casa, los costos se reducen aún más

Su funcionamiento requiere muy poca energía– Limitándose el gasto al funcionamiento


del extractor de aire, cuando dispone de él.

El mantenimiento de los pozos provenzales o canadienses es reducido. Limitándose a


realizar la limpieza de la tubería cada cierto tiempo con limpiadores adecuados si
procede, al cambio de filtros cada cierto tiempo, purga del depósito de condensado si
dispone de él y a un mínimo mantenimiento del sistema de impulsión del aire.

Sistema natural y ecológico– Al emplear un recurso local, abundante y totalmente


natural, se evita activar toda la cadena de actos de impacto ambiental que suponen traer
de lejos un equipo de climatización artificial así como sobretodo de la energía o los
combustibles necesarios para hacerlo funcionar, todo para lograr el mismo efecto que
se consigue con una pozo provenzal.

Otro aspecto a destacar es que resultan saludables para los habitantes de las viviendas,
ya que mantiene un buen nivel de renovación del aire, conservando además este un
nivel de humedad saludable (por el contrario muchos sistemas de climatización resecan
demasiado el aire).

Rendimiento de los pozos canadienses / provenzales en verano y en invierno


Los pozos provenzales/canadienses por si solos resultan muy eficientes en la
refrigeración en verano, haciendo que puedan sustituir perfectamente a los
convencionales sistemas de aire acondicionado. La comparación del gasto de energía
que tienen los pozos provenzales (un extractor de poco consumo cuando el sistema de
extracción es mecánico) con los grandes que tienen los aires acondicionados, decantan
claramente la balanza a favor de los primeros.

En invierno, en cambio, los pozos pueden resultar insuficientes por si solos para aportar
el calor necesario para la climatización de un edificio dependiendo de la latitud. Sin
embargo, pueden ofrecer un muy importante precalentado del aire lo que supondrá un
sustancial ahorro, ya que el salto térmico que tendrá que aportar el sistema de
climatización artificial se verá reducido. En zonas tropicales de altura, por ejemplo, en
los que las noches son frías y los días templados o cálidos la situación puede ser
diferente. En invierno, en las zonas próximas a los polos, resultan eficaces por si solos
para mantener descongelados edificios que se desocupan en invierno.

FUENTE: Sitiosolar.com , Portal de energías renovables.


http://www.sitiosolar.com/los-pozos-canadienses-y-provenzales-geotermia-de-baja-
potencia/

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