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FACULTAD DE DERECHO.
El 03 de septiembre del 2001, Vicente Fox Quezada, quien en aquel entonces fuera
presidente de México, emitió un decreto expropiatorio hacia 27 ingenios azucareros,
argumentando principalmente que se encontraban en situación de graves problemas
financieros, que pudieran terminar en la quiebra de los mismos y repercutiendo
finalmente en el empleo de miles de trabajadores, en la parálisis de la producción y
procesamiento de la caña de azúcar y finalmente, en la economía de miles de
campesinos cañeros. Posteriormente, en el año 2006, a partir de una jurisprudencia de
la SCJN, fueron devueltos 10 de aquellos ingenios a sus antiguos dueños, sentando
un criterio que pudiera ser invocado por los interesados para que posteriormente se
devolvieran los restantes.
La parte final del párrafo anterior me permite continuar este orden de ideas hablando
ahora sobre el segundo argumento de la SCJN, el que considero debió de haber sido
usado como su principal sustento para declarar inconstitucional a la expropiación
foxista. La causa de utilidad pública es un elemento que, al igual que la indemnización,
nunca debe de ser olvidado en todo acto expropiatorio. Dicha utilidad pública debe de
contar con las pruebas necesarias para comprobar que no existe ninguna razón que
permita dudar sobre la misma. Ante ello, resulta entonces necesario basarse en la
ciencia, en las estadísticas, en datos técnicos, en los informes periciales emitidos por
especialistas en la materia que permitan creer en efecto que determinada expropiación
repercute en una causa de utilidad pública.
Sin embargo, también considero que los argumentos emitidos por la SCJN, que
desembocaran en la actual jurisprudencia referente a la necesidad de una audiencia
previa para poder llevar a cabo toda expropiación, lacera y entorpece el procedimiento
y objeto fundamental de la misma, pues priva al Estado de cierto grado de autoridad,
el necesario para emitir actos como éste, que van dirigidos a proteger garantías
sociales aún por encima de los derechos subjetivos de los particulares. Por supuesto,
lo anterior aplicado en un marco de estricta legalidad, actuando únicamente bajo los
supuestos señalados en las leyes, y conforme a verdaderos dictámenes técnicos que
los acrediten.
Fuentes:
OJO, ÉSTE PUEDE SER DE TUS ARGUMENTOS MÁS FUERTES: Siendo la cuestión a debatir si
el procedimiento constitucional de expropiación incluye la formalidad a la que alude el 14
constitucional, debemos apuntar que consideramos existe una delegación legislativa para
responder esta problemática, como apuntó el ministro Cossío Díaz en su voto concurrente. El
segundo párrafo de la fracción VI del artículo 27 constitucional establece que la Federación o
los estados, en sus respectivas competencias determinarán el procedimiento administrativo
para efectuar la expropiación.
En primer lugar, se decide que la audiencia previa debe ser realizada en sede administrativa y
no ante autoridad judicial, lo cual nos parece importante para asegurar la agilidad del
procedimiento.
Frente al dilema de absolutos que supone la postura anterior del más alto tribunal —de
negación de la audiencia previa— y la actual —de escuchar en todos los casos previamente al
afectado—, la reforma opta por una solución intermedia, en donde se otorga audiencia previa
en la mayoría de los casos y la deniega en casos de suma urgencia, cuya ejecutividad resulta
poco discutible y que pensamos puede resistir la aplicación de un test de razonabilidad.
DECRETO DE EXPROPIACIÓN.
También hay que analizar la mala fe del gobierno federal al expropiar de una manera
tan irresponsable. Sin el ánimo de desarrollar teorías de la conspiración…
2. En dicho asunto se dieron sustancialmente tres razones para sostener que la garantía
de audiencia previa no operaba en el caso de la expropiación: