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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa

Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas


Armadas

INTEGRACION METABOLICA

Lic. Belisario Richard Integrantes:


Enfermería Lobatón Carlos

Semestre II Ojeda Yenny

Sección D-01 Soto Lourdes

Valero Carlos

Barina, abril de 2018


Introducción

Ya antes se ha hablado sobre la importancia de la regulación y


mantenimiento del metabolismo en el ser humano, en este documento
abordaremos el tema en forma integral; es decir que el metabolismo
no es un aglomerado de funciones individuales que dan como
resultado el funcionamiento del cuerpo; si no que todo esta cadena de
reacciones inimaginables ocurren a la vez interactuando,
intercambiando, interrelacionándose y autorregulándose entre sí; es
decir el metabolismo en si es un único y complejo sistema de
actividades que sirven como mecanismo para la continuación y
mantenimiento de la vida misma.
Integración Metabólica

Para el ser humano, así como para otros muchos organismos, los
alimentos representan la fuente que puede cubrir las necesidades
energéticas inmediatas, a la vez que transformarse en una reserva de
nutrientes y energía que las células de los diferentes tejidos puedan
utilizar en periodos de ayuno o restricción de aporte exógeno de
nutrientes.

El metabolismo, definido como el conjunto de reacciones que


proporciona un aporte continuo de sustratos para el mantenimiento de
la vida, incluye procesos catabólicos y anabólicos. En las rutas
catabólicas se libera energía, parte de la cual se transforma en
trifosfato de adenosina (ATP) y se recoge en nucleótidos reducidos
(NADH, NADPH y FADH2). Las reacciones anabólicas necesitan un
aporte energético que usualmente lo proporciona la hidrólisis del ATP,
molécula que es transportadora universal de energía metabólica y que
también es el poder reductor necesario, suministrado por los
nucleótidos reducidos.

Tanto las rutas catabólicas como las rutas anabólicas se suceden


en tres niveles. En el nivel 1, se produce la interconversión entre las
macromoléculas complejas (proteínas, ácidos nucleicos, polisacáridos
y lípidos) y las moléculas sencillas, monoméricas (aminoácidos,
nucleótidos, azúcares, ácidos grasos y glicerol). En el nivel 2 tiene
lugar la interconversión de los monómeros y compuestos orgánicos
más sencillos (piruvato y acetilCoA). Finalmente, en el nivel 3, se lleva
a cabo la degradación de estos intermediarios metabólicos a
compuestos inorgánicos (CO2, H2O y NH3) o la utilización de estos
precursores para la síntesis de las diferentes biomoléculas.

Metabolismo de las Proteínas

El metabolismo de las proteínas designa el conjunto de los procesos


físicos y químicos gracias a los cuales el organismo es capaz de
absorber las proteínas (que provienen de la alimentación) y de
transformarlas en aminoácidos. La transformación se efectúa gracias a
los enzimas digestivos. Cuando llegan al intestino, los aminoácidos
son absorbidos por la mucosa intestinal. El hígado juega un papel
fundamental en el metabolismo de las proteínas porque es él el que
les afecta en diferentes funciones: la construcción de las membranas
celulares, la formación de hormonas, etc.

Digestión de las Proteínas

La digestión de proteínas comienza en el estómago. La entrada de


proteínas al estómago estimula la secreción de gastrina, la cual a su
vez estimula la formación de HCl; esta acidez actúa como un
antiséptico y mata a la mayoría de los entes patógenos que ingresan
al tracto intestinal. Las proteínas globulares se desnaturalizan a pHs
ácidos, lo cual ocasiona que la hidrólisis de proteína sea más
accesible.

Absorción de los Aminoácidos en el Intestino

Los aminoácidos libres se absorben a través de la mucosa intestinal,


por medio de transporte activo dependientes de sodio, hay varios
transportadores de aminoácidos distintos específicos por la naturaleza
de la cadena lateral (Grande o pequeña, neutra, acida o básica). Los
diversos aminoácidos transportados compiten entre sí por la absorción
y por la captación hacia los tejidos.

Reacciones Generales del Metabolismo de los


Aminoácidos

Transaminación: Son reacciones donde se traspasa el grupo amino


desde un α-aminoácido a un α-cetoácido, convirtiéndose el 1º en α-
cetoácido, y el 2º en un α-aminoácido. Las enzimas que catalizan
estas reacciones son las transaminasas y necesitan el piridoxal fosfato
(PLP) como coenzima.

Desaminación: El AA pierde el grupo amino y pasa a a-cetoácido.


Esta reacción reversible puede convertir el GLU en α-cetoglutarato
para su degradación, pero también puede sintetizar GLU. Luego es
una reacción que actuará en sentido degradativo o en sentido
biosintético según las necesidades celulares.

Descarboxilacion: Los AA se descarboxilan y forman aminas


biógenas, ellas o sus derivados tienen muy importantes funciones
biológicas (hormonas, neurotransmisores, inmunomoduladores, etc.):
histamina, etanolamina, serotonina, feniletilamina, etc. Desde la TYR,
por descarboxilación y otras reacciones, se producen la familia de las
catecolaminas: dopamina, noradrenalina y adrenalina. El TRP se
descarboxila a triptamina y ésta se convierte en Serotonina.
Ciclo de la Urea

El ciclo de la urea es un proceso metabólico en el cual se procesan los


derivados proteicos y se genera urea como producto final. Las
proteínas están formadas por una cadena muy larga de aminoácidos
que, al degradarse, liberan amonio, un compuesto muy tóxico para el
cerebro. Nuestro organismo lo elimina convirtiéndolo en urea,
mediante una serie de reacciones enzimáticas cíclicas, el ciclo de la
urea, que convierten el amonio tóxico en urea, que no es tóxica y se
elimina fácilmente por la orina.

Metabolismo de los Carbohidratos

Se define como metabolismo de los carbohidratos a los procesos


bioquímicos de formación, ruptura y conversión de los carbohidratos
en los organismos vivos. Los carbohidratos son las principales
moléculas destinadas al aporte de energía, gracias a su fácil
metabolismo.

El carbohidrato más común es la glucosa; un monosacárido


metabolizado por casi todos los organismos conocidos. La oxidación
de un gramo de carbohidratos genera aproximadamente 4 kcal de
energía; algo menos de la mitad que la generada desde lípidos.

La vía de las pentosas fosfato permite a las células convertir la


glucosa-6-fosfato, un derivado de la glucosa, en ribosa-5-fosfato (el
azúcar que se utiliza para sintetizar los nucleótidos y los ácidos
nucleicos) y en otras clases de monosacáridos; en esta vía también se
produce NADPH (fosfato de dinucleótido de nicotinamida y adenina
reducido), un agente reductor celular importante.

La glucólisis, es la vía metabólica encargada de oxidar la glucosa con


la finalidad de obtener energía para la célula. Consiste en 10
reacciones enzimáticas consecutivas que convierten a la glucosa en
dos moléculas de piruvato, el cual es capaz de seguir otras vías
metabólicas y así continuar entregando energía al organismo.

La gluconeogénesis es la producción de nueva glucosa. Si la


molécula no es necesitada inmediatamente se almacena bajo la forma
de Glucógeno. Generalmente en personas con requerimientos de
glucosa bajos (poca actividad física), el glucógeno se encuentra
almacenado en el hígado pero este puede ser utilizado y metabolizado
por 2 enzimas: la enzima desramificante y la glucógeno fosforilasa.

La glucogenogénesis, es la ruta anabólica por la que tiene lugar la


síntesis de glucógeno (también llamado glicógeno) a partir de un
precursor más simple, la glucosa-6-fosfato. Se lleva a cabo
principalmente en el hígado, y en menor medida en el músculo, es
activado por insulina en respuesta a los altos niveles de glucosa, que
pueden ser (por ejemplo) posteriores a la ingesta de alimentos con
carbohidratos.

Metabolismo de los Lípidos

La expresión metabolismo de los lípidos se refiere al proceso que


involucra la síntesis y degradación en los organismos vivos de los
lípidos, es decir, sustancias insolubles en agua y solubles en solventes
orgánicos.

El metabolismo de los lípidos designa el conjunto de los procesos


químicos que permiten al organismo degradar las grasas y asimilarlas.
Las grasas que provienen de la alimentación son captadas por los
enzimas digestivos que las transforman en ácidos grasos. El hígado es
un órgano esencial en el metabolismo de los lípidos. Es él el que va a
intervenir para que los ácidos grasos intervengan en la producción de
hormonas, para que sean utilizados para ciertos mecanismos celulares
o, incluso, el que va a ordenar su almacenamiento en las células
grasas (adipocitos).

Digestión y Absorción Intestinal

El intestino absorbe los lípidos y son digeridos y metabolizados antes


de ser utilizados por el cuerpo. La mayor parte de los lípidos son
grasas y moléculas complejas que el cuerpo tiene que descomponer
antes de que las pueda utilizar y se pueda obtener energía de ellas.

Los triglicéridos y otras grasas de la dieta son insolubles en el agua lo


que dificulta su absorción. Para lograrlo, las grasas son
descompuestas en pequeñas partículas que aumentan el área de la
superficie expuesta a las enzimas digestivas.

Las grasas son hidrolizadas o descompuestas por enzimas secretadas


por el páncreas. La enzima más importante es la lipasa pancreática.
La lipasa pancreática descompone enlaces de tipo éster (del 1er o 3er
enlace éster). Esto convierte los triglicéridos en 2-monoglicéridos (2-
monoacilgliceroles). Menos del 10% de los triglicéridos quedan sin
hidrolizar en el intestino.

Oxidación de los Ácidos Grasos

La oxidación de los ácidos grasos es un mecanismo clave para la


obtención de energía metabólica (ATP) por parte de los organismos
aeróbicos. Dado que los ácidos grasos son moléculas muy reducidas,
su oxidación libera mucha energía; en los animales, su
almacenamiento en forma de triacilgliceroles es más eficiente y
cuantitativamente más importante que el almacenamiento de glúcidos
en forma de glucógeno.

La β-oxidación de los ácidos grasos lineales es el principal proceso


productor de energía, pero no el único. Algunos ácidos grasos, como
los de cadena impar o los insaturados requieren, para su oxidación,
modificaciones de la β-oxidación o rutas metabólicas distintas. Tal es
el caso de la α-oxidación, la ω-oxidación o la oxidación peroxisómica.

Cuerpos cetónicos

Los cuerpos cetónicos son compuestos químicos producidos por


cetogénesis en las mitocondrias de las células del hígado. Su función
es suministrar energía al corazón y al cerebro en ciertas situaciones
excepcionales. En la diabetes mellitus tipo 1, se puede acumular una
cantidad excesiva de cuerpos cetónicos en la sangre, produciendo
cetoacidosis diabética.
Biosíntesis de los Ácidos Grasos

Esquema que representa la biosíntesis del ácido palmítico

Los ácidos grasos son biomoléculas muy importantes para los seres
vivos. Son los principales constituyentes de los triglicéridos (aceites y
grasas, que actúan como reserva energética) y de los fosfolípidos (que
forman el armazón de las membranas celulares). Su biosíntesis es,
pues, de crucial importancia para todos los organismos.

El principal precursor de los ácidos grasos es el malonil-CoA, una


molécula que aporta dos de sus tres átomos de carbono al esqueleto
carbonado del ácido graso en crecimiento. El malonil-CoA proviene, a
su vez, del acetil-CoA. Todas las reacciones de síntesis de ácidos
grasos tienen lugar en el citosol de las células.

Biosíntesis de los Triglicéridos

La síntesis de triglicéridos tiene lugar en el retículo endoplásmico de


casi todas las células del organismo, pero es en el hígado, en
particular en sus células parenquimatosas, los hepatocitos, y en el
tejido adiposo (adipocitos) donde este proceso es más activo y de
mayor relevancia metabólica. En el hígado, la síntesis de triglicéridos
está normalmente conectada a la secreción de lipoproteínas de muy
baja densidad (VLDL, su acrónimo en inglés) y no se considera un sitio
de almacenamiento fisiológico de lípidos. Por tanto, toda acumulación
de triglicéridos en este órgano es patológica, y se denomina
indistintamente esteatosis hepática o hígado graso. Por el contrario, el
tejido adiposo tiene por principal función la acumulación de energía en
forma de triglicéridos. Sin embargo, la acumulación patológica de
triglicéridos en el tejido adiposo (obesidad) se asocia, aparentemente
de forma causal, con una serie de anormalidades endocrino-
metabólicas, cuyas causas son actualmente motivo de intensa
investigación, dado el impacto de ellas en la mortalidad global de la
población contemporánea. Una mínima cantidad de triglicéridos son
normalmente almacenados en el músculo esquelético y cardíaco,
aunque solamente para consumo local.
Conclusión

Entre los múltiples desafíos que la bioquímica hubo de afrontar en el


siglo XX, se encuentra el de proporcionar una imagen de la célula,
organizada como un sistema químico funcional. En la década de los
sesenta, el intento fue brillantemente coronado y el bioquímico se
planteó la necesidad de conocer, no sólo la química interna de las
células, sino también el lenguaje para su intercomunicación. La
investigación fue dando respuestas parciales que han permitido
entender los mecanismos mediante los cuales el flujo de moléculas a
través de encrucijadas metabólicas fundamentales, la
compartimentación celular y la interconexión entre órganos y tejidos
con diferentes perfiles metabólicos permiten coordinar una complicada
red de reacciones para satisfacer las necesidades de ATP, poder
reductor y precursores biosintéticos del organismo completo y
asegurar su perfecto funcionamiento.

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