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Definición
“accidente gramatical que sirve para indicar el sexo de las personas y de los
animales y el que se atribuye a las cosas.”
En la actualidad, está claro que las cosas o los objetos no son sexuados, un contenedor
o una cinta son meros objetos en los que el género, es arbitrario, no denota sexo, sino que
estarían, como se dijo antes, al servicio de la concordancia con los elementos que los rodean
(un contenedor amarillo / una cinta estropeada). Igualmente, los sustantivos sexuados
anteriormente citados siguen el mismo criterio. Es cierto que distinguen sexo, pero ese no es
su objetivo, sino que también son elementos que están al servicio de la concordancia, ya que
lo normal es que aparezcan en contextos acompañados por otros elementos que concuerdan
con ellos.
De esta forma, sean o no sustantivos sexuados, está claro que la principal función del
género es distinguir masculinos y femeninos en función de la concordancia que establecen
con otros elementos, ya que, si se rompe dicha concordancia, se produce una agramaticalidad:
la mesa alto*, la chico divertida*.
En consecuencia, podemos definir el género gramatical como “una categoría
sintáctico-morfológica que nos permite clasificar los sustantivos en masculinos o femeninos
según los rasgos de concordancia que adoptan con los elementos que tienen a su alrededor
(artículo, adjetivo), tanto dentro de la oración en la que están como con elementos de otras
oraciones próximas.”
Como regla general, podemos decir que el masculino se caracteriza por la presencia
del morfema –o, mientras que el femenino por el morfema –a. De este modo:
(masc.) Perro
(fem.) perra
Comprador compradora
Evaluador evaluadora
Director directora
Pensador pensadora
Actor actriz
Emperador emperatriz
Cliente clienta
Presidente presidenta
Gobernante gobernanta
Jefe jefa
Alcalde alcaldesa
Conde condesa
Duque duquesa
Príncipe princesa
Vampiro vampiresa
Héroe heroína
Rey reina
Zar zarina
a) La mayoría de los nombres acabados en -o: perro, saco, cesto, niño, olmo,
chopo, patio, año, abanico, fuego, libro, queso, suelo, patio, etc
h) Todos los terminados en –i (y): bisturí, rubí, rey, jabalí, safari, etc.
Excepciones: ley, metrópoli
5. El masculino genérico:
Este viejo y tradicional tópico del lenguaje ha encendido, en últimos años, un sinfín
de debates en torno al sexismo del idioma. Tradicionalmente, el español –así como otras
lenguas- hacía (y hace) uso del denominado “masculino genérico”. Se trata, pues, de un
sustantivo que, a pesar de estar en masculino, incluye tanto al género masculino como al
femenino. Sustantivos de este tipo suelen expresarse en masculino plural: los hombres
(también en singular, en este caso), los ciudadanos, los estudiantes, los niños, etc.
Sin embrago, algunos sectores vinculados a los movimientos feministas, y
académicos y lingüistas sin adhesión a ningún movimiento u organización, ponen en tela de
juicio el masculino genérico, argumentando sexismo e, inclusive, arcaísmos lingüísticos. En
contraposición, proponen utilizar palabras realmente genéricas o, cuando no sea posible
utilizar tanto el masculino y el femenino en la misma sentencia. En el primer caso, se
propondría usar el término “la humanidad” o “las personas” en reemplazo de “los hombres”;
“los habitantes” antes que “los ciudadanos”; “la niñez” en vez de “los niños”. El segundo
caso, es quizás el más polémico, puesto que elimina completamente el masculino genérico a
favor de una discriminación no solo genérica sino también sexual. El caso más relevante
quizás, en este aspecto, sea el de la ex Presidenta Cristina Kirchner, quien comenzaba todos
sus discursos saludando “a todos y a todas”.
Como sea, las voces a favor y en contra de este fenómeno, han expuesto sus puntos
de vistas. A este respecto, la RAE1 condenó explícitamente el desdoblamiento genérico
argumentando que “es artificioso e innecesario desde el punto de vista lingüístico”. En
contraposición, muchos lingüistas y académicos, además de condenar el histórico
conservadurismo de la Academia, le reprochan el hecho de olvidar el sexismo histórico
explícito en muchos de los “masculinos genéricos” como es el caso de “los hombres” que
históricamente no incluía a las mujeres ya que no eran consideradas parte de la sociedad, sino
más bien, una especie de extensión del hombre, su propiedad.
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Texto completo: http://www.rae.es/consultas/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas