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Afecciones benignas del útero

Afecciones benignas del útero: El cuello uterino considerado normal varía


mucho en su aspecto de una mujer a otra y de acuerdo con la etapa de la vida
en que se encuentra: adolescencia y pubertad, edad reproductiva, embarazos,
climaterio y menopausia, y pueden verse variaciones en el límite de los
epitelios exocervical y endocervical, de manera que este límite cambiará
modificando el aspecto del exocérvix, cuando lo observamos al examinarlo con
espéculo. Así también, los traumatismos del parto y las afecciones pueden
afectar el cuello y producir lesiones y modificaciones que deben ser conocidos
por el médico de la familia como primer escalón en la atención a la salud de la
mujer en nuestro país.

Contenido
]

 1 Ectopía
 2 Etiología
 3 Cuadro clínico
 4 Diagnóstico
 5 Evolución

Ectopía
Cuando observamos el cuello con espéculo vemos un enrojecimiento
periorificial, con un aspecto más brillante y húmedo que el resto del cérvix, que
tiene un color rosado opaco. Se le designa con el nombre de eritroplasia y es
debido a la salida hacia el exocérvix del epitelio mucoso endocervical o epitelio
cilíndrico. Esta alteración puede verse en la niña recién nacida y se le llama
ectopia congénita y puede persistir hasta la edad adulta.

Etiología
El embarazo, el parto y los anticonceptivos orales favorecen este proceso, y
algunos señalan la posible influencia del coito si éste es traumático para el
cuello.

Cuadro clínico
La manifestación más frecuente de la ectopia, sobre todo cuando es extensa,
es la presencia de una leucorrea mucosa que aumenta a mitad del ciclo con el
aumento de los estrógenos y la ovulación. Esto es debido a la hipersecreción
del epitelio ectópico produciendo un aumento del moco. Este epitelio que vive
en un medio ácido intracervical, al salir al medio ácido vaginal con los
elementos bacterianos de la flora vaginal, puede ser agredido e invadido por
bacterias, que dan lugar a un proceso inflamatorio y entoces hablaremos de
una ectopia inflamada. En el frotis de sangre periférica se observan
drepanocitos (células en forma de hoz o media luna), dianocitos y, si existe
atrofia esplénica, cuerpos de Howell-Jolly, que corresponden a restos del
núcleo. La concentración de hemoglobina se encuentra por lo general entre 6 y
9 g/dl, con anemia nor-mocítica normocrómica, aumento de la bilirrubina
indirecta, reticulocitosis y aumento de la IgA. El diagnóstico se basa en la
inducción de drepanocitos por hipoxia o metabisulfito de sodio, o por ambos, y
de manera más precisa mediante la electroforesis de hemoglobina a pH
alcalino; esta técnica demuestra la presencia de Hb S, la cual se mueve
lentamente, atrás de la Hb A. También se encuentra Hb F, que constituye entre
el 5 y 15% de la hemoglobina total. Hoy en día hay métodos que usan
anticuerpos monoclonales contra la Hb S y contra la Hb A, que permiten
diferenciar además entre homocigotos y heterocigotos. Los anticuerpos se
dirigen contra el aminoácido en la posición 6 de la cadena β. El diagnóstico
prenatal se basa en técnicas de secuenciación y amplifica-ción del DNA, a
partir de una muestra de las vellosidades coriónicas, obtenida por biopsia en el
primer trimestre del embarazo y sometida a amplificación del DNA mediante la
reacción en cadena de la polimerasa, o en el segundo trimestre del embarazo
estudiando el líquido amniótico. También se puede hacer el diagnóstico en los
eritrocitos fetales cuando se encuentran circulando en la madre. Cabe
mencionar el importante papel pronóstico de los leucocitos, ya que un recuento
alto en la biometría hemática predice la gravedad y mortalidad en la
drepanocitosis, en tanto que un recuento inicial alto es un factor de riesgo
independiente para el desarrollo del síndrome torácico agudo y el infarto
cerebral. Lo anterior se debe a que el tamaño, grado de rigidez y la adhesividad
de los leucocitos son determinantes mayores en el flujo sanguíneo
microvascular. Es interesante notar que las plaquetas no parecen tener un
papel trascendente en el desarrollo de ataques vasooclusivos agudos.

Diagnóstico
En principio puede hacerse clínicamente, por el examen macroscópico del
cérvix cuando se tiene experiencia, pero lo ideal es realizar una colposcopia, en
la que se verán las imágenes típicas de la ectopia en forma de racimos de uvas
que se visualizan mejor al aplicar ácido acético de 1 a 3 %. En algunas
ocasiones pueden verse áreas de ectopia en forma de islas más alejadas del
orificio exocervical o en forma de columnas. Cuando en el pro-ceso de
reparación, el epitelio pavimentoso retorna a su posición normal, puede ocluir
los orificios de salida glandulares, dando lugar a la acumulación del moco en
es-tas glándulas, con la formación de verdaderos quistes que sobresalen en el
exocérvix y tienden a tomar un aspecto blanquecino o amarillento conocido con
el nombre de huevos de Naboth. Si no ocluye el orificio de salida, entonces
pueden verse éstos y son nombra-dos como glándulas abiertas.

Evolución
La regeneración de la estructura epitelial del cérvix puede ser espontánea,
como se ve con frecuencia des-pués del parto, aunque es un proceso lento de
algunos meses; si no hay síntomas puede esperarse unos 6 meses. En otras
ocasiones el proceso de reparación se desvía de la normalidad y nos lleva al
desarrollo de atipias, displasias y carcinoma in situ.

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