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30-oct-2011

Título: La Gracia un Regalo de Dios

Introducción:
[Retomar mensaje del pasado Jueves]
Entonces, Dios a través del sacrificio de su amado hijo Jesucristo nos regaló su Gracia divina, para que a través de ella
fuéramos salvos. Para que haya gracia es necesaria la fe. La gracia es tiene varias etapas en la vida del cristiano. Veamos
entonces como Dios en su infinita sabiduría nos dio su Gracia.

Pregunta detonadora ¿qué haría usted? si un hermano de l Iglesia, con una fe comprobada, cuya vida misma es un
excelente testimonio del amor del Padre, así de buenas a primeras le dijera: He abierto una cuenta en el banco, con una
gran cantidad de dinero, nada te faltará en el resto de tu vida. Esa cuenta tiene tanto dinero que en toda tu vida no te lo
acabarás. ¿Qué haría? ¿Lo rechazaría?

(Juan 3:16)
¿Los hombres lo merecíamos?
¿Entregaría usted la vida de su hijo para que el mundo viviera en plenitud?

Esto es gracia: un regalo, un favor, es algo que NO se puede comprar, ni tampoco se puede hacer algo para merecerlo.
Pero si se debe hacer algo para recibirlo [Volver al ejemplo del hermano dadivoso]
¿Qué es lo que se debe hacer?
(Efesios 2:8)

FE: es dar gracias por algo que aún nos tienes en la mano

FE, es CREER, es CONFIAR que JESUCRISTO es el HIJO DE DIOS

Jesús le dijo a Tomas en Juan 20:29 (Porqué me has visto, Tomas, creiste; bienaventurados los que no vieron y
creyeron.)

La FE es nuestro punto de contacto con Dios al acercarnos a Él sin verlo, pero sabiendo que es REAL

(Hebreos 11:6)

Ya vimos entonces que la gracia es un regalo de Dios, que no se tiene que hacer nada para merecerlo pero si para
recibirlo. Sin embargo, de acuerdo a algunos estudiosos de la Biblia la Gracia de Dios en nuestra vida se manifiesta en
diferentes etapas:

La Gracia preveniente: Cuando aceptamos al nuestro señor Jesucristo y nos convertimos

La Gracia convincente: Cuando reconocemos nuestra situación pecadora ante Dios

La Gracia justificadora: Cuando por la fe en Jesucristo nuestros pecados son limpiados así como cualquier sentimiento
de culpa, comienzas a ser pleno, eres restaurado a favor de Dios

La Gracia santificadora: La persona crece gradualmente en su fe hacia una madurez cristiana es la restauración de la
imagen de Dios en el creyente a través del Espíritu Santo

1
Gracia proveniente: Es la gracia que viene a nosotros antes de nuestro compromiso sincero con nuestro Señor
Jesucristo, o sea, es nuestra conversión. Su función es galantearnos, persuadirnos a no resistir más a Dios y
comprometernos de una vez con Él. Una de las ayudas para la vida espiritual, como regalo de la gracia preveniente, es la
conciencia. La mayoría de la gente piensa que la conciencia es una herencia natural de los seres humanos, pero no se
dan cuenta que ésta es un regalo de la gracia anticipante y que toda la gente la posee. El Espíritu Santo está actuando
constantemente en las personas para llevarlas a Dios

La Gracia convincente: el Espíritu Santo actúa en la persona porque toda persona necesita ser convencida de su realidad
pecaminosa, ya que Satanás, a través del pecado, ha ocultado esta verdadera condición de todo ser humano. A través de
la predicación de la Palabra con el respaldo del Espíritu Santo, Dios toca el corazón que está dormido en la oscuridad y
en la sombra de la muerte y nos invita a conocernos tal como somos y nos llama al arrepentimiento

La gracia justificadora: en el momento en el por fe a Jesucristo, reconocemos que es Él quien nos justifica. Ya todos
nuestros pecados han sido borrados y perdonados; el sentimiento de culpa ha sido eliminado para siempre de nuestras
vidas. Se produce un cambio de relación con Dios y con nuestro prójimo. Desde ese momento el nuevo creyente busca
someterse a la soberanía de Dios y hacer Su voluntad. Vive una fe viva. Es el cambio en nuestra naturaleza, la liberación
del pecado sobre nuestras vidas, es pues, el nuevo nacimiento. En resumen, hay una restauración.

La gracia santificadora: La persona crece gradualmente en su fe hacia una madurez cristiana, lo que se conoce como la
entera santidad o la perfección cristiana. En resumen es la restauración de la imagen de Dios en el creyente a través del
Espíritu Santo

De ahí que la santidad es un regalo de la gracia de Dios bajo el poder del Espíritu Santo y no como resultado del esfuerzo
humano

Pero ojo con esto hermanos: La persona es salva por la fe. Sin embargo, si es salva, responde al amor de Dios
haciendo buenas obras.

La perfección cristiana no implica quedar exento de ignorancia o del error, de los defectos o de las tentaciones, ya que
no hay perfección absoluta en la tierra, sino que es un desafío constante para el creyente, de modo que si alguien
considera haber alcanzado dicha perfección, todavía necesita crecer en la gracia (2 Pedro 3:18)

En Mateo 5:48 Jesús nos invita a ser perfectos (Ser pues vosotros perfectos como vuestro padre que está en los cielos es
perfecto)

El apóstol Pablo reconoce que no es perfecto, pero que camina hacia esa meta (Filipenses 3: 12-14)

Reflexión: personas, líderes perfectos.

La Gracia es inmerecida y es gratis, cuando entramos en ella se produce un cambio en nuestras vidas, que lo reflejamos
en nuestra manera de vivir, de pensar, de conducirnos veamos lo que nos dice Pablo (Tito 2:11-13)

Noten que el Texto dice: “Y nos enseña a rechazar”. Es un acto de la voluntad humana, que ha sido enseñada por la
Gracia Divina de Dios.

Noten que primero se RECHAZA el hacer el mal. Y segundo se puede vivir en este mundo con piedad, justicia, y teniendo
DOMINIO PROPIO

Llamamiento:

2
Hermana, hermano: comprendes el valioso regalo que significa la Gracia de Dios, vimos que no hay que hacer nada para
merecerla pero ¿ya hiciste lo suficiente para recibirla?

Ya la tienes, ¿qué haces para cultivarla? Si ya recibiste este regalo de Dios y no haces nada para cultivarlo, lo perderás.

Y cómo lo puedes cultivar:

1.- reciba al Señor Jesús en su corazón

2.- bautícese, como lo hacían los primeros discípulos en (Hechos 2: 41-47)

3.- Aliméntese: La palabra de Dios es el alimento espiritual por excelencia, léala, memorícela, APLIQUELA en su vida

4.- Respire: La oración es la respiración espiritual, hable con Dios todos los días, de lo que hace, lo que le preocupa,
dígala cuanto lo ama y agradézcale todo lo bueno que ha hecho por usted.

5.- Ejercítese: Ejercicio y destreza espiritual equivale ayudar a otros que aunque ya vimos que la salvación no es por
obras, quien está en gracia responde con obras. De testimonio de su fe, que por usted conozcan al Padre.

6.- Descanse: La adoración colectiva e individual es el descanso espiritual. Descansar es esperar en Dios con serenidad,
es renovación física y espiritual.

7.- La vida cristiana es estar en guerra, pero ante todo, usted debe estar seguro de que la victoria es nuestra y dígale al
enemigo estoy seguro de la victoria porque mayor es el que está en mi, que el que está en el mundo

8.- Estamos seguros de la victoria, pero quizá haya momentos de desobediencia y quizás fracasos porqué somos
humanos. Dios ha provisto de medios para poder ser limpiados diariamente de nuestros pecados. Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9)

Ahora cierra tus ojos

Yo soy tu Dios, tu Señor, tu Salvador, tu Maestro, tu Hermano y tu Amigo, cree en Mí, vivo siempre contigo y te amo,
ámame como tú eres, lo demás déjamelo a Mí.

Conozco tu miseria, la aflicción y la tribulación de tu alma, la debilidad y la enfermedad de tu cuerpo, lo mismo tu vileza
y tus pecados y a pesar de todo Yo te digo: "Dame tu corazón, ámame como eres". Si esperas a ser ángel para
abandonarte al amor, no amarás jamás. Aunque seas débil en la práctica del deber y de la virtud y caigas nuevamente en
aquellos pecados que no quisieras volver a cometer, no te permito que no Me ames.

Ámame como eres

En todo instante, en cualquier situación en que te encuentres, en el fervor o en la tibieza, en la fidelidad o en la


infidelidad, ámame como tú eres. Quiero el amor de tu pobre corazón, si esperas a ser perfecto no me amarás jamás.

¡Qué!, ¿no podría Yo, acaso, hacer de cada grano de arena un serafín radiante de pureza, de nobleza y de amor? ¿No soy
Yo el Omnipotente y si me place dejar en posibles aquellos seres maravillosos y preferir el pobre amor de tu corazón, al
de ellos?, ¿no soy dueño de mi amor?

3
Hijo mío, deja que te ame, quiero tu corazón. Ciertamente quiero con el tiempo transformarte pero por ahora te quiero
como eres y deseo que tú hagas lo mismo.

Quiero ver surgir del fondo de tu imperfección, el amor.

Amo en ti hasta tu debilidad, amo tu amor pobre y miserable, quiero que salga de lo más profundo de tu ser un grito
continuo: "Jesús, te amo".

Quiero únicamente el canto de amor de tu corazón, no necesito tu ciencia o tu talento. Una sola cosa importa, el verte
vivir amando.

No son tus virtudes las que quiero, si te las dieses eres tan débil, que alimentarías tu amor propio, no te preocupes por
esto. Te podría haber destinado a grandes cosas pero no serías siervo útil, te amo aunque seas imperfecto, porque te he
hecho para el amor.

Hoy estoy a la puerta de tu corazón, como un mendigo suplicante. ¡Yo, el Rey de Reyes! Busco y espero, apúrate y
ábreme. No alargues tu miseria, si tu conocieses perfectamente tu indigencia, morirías de dolor. Lo que me heriría el
corazón, sería verte dudar de Mí y fallar la fe.

Quiero que pienses en Mí cada hora del día y de la noche, quiero que tú hagas aún la acción más insignificante, sólo por
amor. ¿Cuento contigo para que me ames y me des gloria?

No te preocupes de no tener virtudes, te daré las Mías. Cuando tengas que sufrir, te daré fortaleza. Dame tu amor y te
enseñaré a amar más allá de lo que nunca has soñado, pero recuerda ámame como eres.

Pase lo que pase No esperes a ser santo para abandonarte al amor, no me amarías jamás anda ámame como eres.

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