Nació el 8 de octubre de 1895, en Lobos, provincia de Buenos
Aires (Argentina).
Cursó estudios en un colegio militar a los dieciséis años (1911-1913) y realizó
un progreso incomparable en los rangos militares, y en la Escuela Superior de Guerra (1926-1929). Sirvió en Italia durante los últimos años de la década de 1930 como observador militar.
En 1930 tomó parte en un levantamiento militar que derrocó al
presidente Hipólito Yrigoyen y fue nombrado secretario privado del ministro de la Guerra (1930-1935).
Impartió clases en la Escuela Superior de Guerra, pasó un año
en Chile como agregado militar, publicó cinco libros sobre historia militar y viajó a Italia para estudiar métodos militares alpinos.
En 1941 regresó a su país, y debido a su gran admiración por el régimen
fascista al que definiría como "un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni dogmático", fundó el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), que en 1943 protagonizó un golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Argentina.
En 1945 se convirtió en Vice-Presidente y Ministro de Guerra. Poco a poco
fue ganando notoriedad, sobre todo por el apoyo que obtuvo de los trabajadores no privilegiados llamados "descamisados" y por su popularidad y autoridad en el ejército, aunque según crecía su poder aumentaba la oposición entre las Fuerzas Armadas.
El 9 de octubre de 1945, un levantamiento civil y militar le obligó a dimitir y
fue detenido y encarcelado, pero su dinámica amante, Eva Duarte, y los compañeros de uniones de trabajadores reunieron a los trabajadores de todo el Gran Buenos Aires y Perón fue liberado de la custodia el 17 de Octubre de 1945. Esa noche, desde el balcón de la Casa Rosada (Casa de Gobierno), habló para 300,000 personas y sus palabras fueron retransmitidas por radio a todo el país. Prometió conducir a la gente a la victoria en la elección presidencial pendiente y a construir una nación fuerte y justa. Cuatro días más tarde Perón, que era viudo, contrajo matrimonio con su compañera, María Eva Duarte, más conocida por el nombre de 'Evita'.
Tras la campaña electoral fue nombrado presidente en 1946 tras lograr el
56% de los votos. Creó su propio movimiento, 'el peronismo', siguió políticas sindicalistas, nacionalistas y populistas, con la ayuda de su esposa, que pasó a ser un destacado miembro influyente, pero informal, de su gobierno. Puso a Argentina en un curso de industrialización e intervención de la economía, calculada para proveer mejores beneficios sociales para la clase obrera. También adoptó una fuerte política anti-Estados Unidos y anti-Británica, predicando las virtudes de la llamada Tercera Posición, entre el comunismo y el capitalismo.
Basando su gobierno en una doctrina llamada 'Justicialismo', mostró
beneficios a los trabajadores a través de aumentos y otros logros. Nacionalizó los trenes y financió grandes obras públicas. A principios de la década de 1950 las ventajas de que gozaba la clase trabajadora de las ciudades se vieron poco a poco disminuidas.
En 1952, Evita falleció, víctima de un cáncer. Esto junto a las dificultades
económicas, la creciente agitación laboral y la excomunión de Perón por parte de la Iglesia católica debilitaron aún más su gobierno. Su derrocamiento a manos del Ejército, en 1955, fue reflejo del rechazo popular a su gobierno dictatorial. Sin embargo, durante sus 18 años de exilio, contó con la adhesión de los sindicatos y su influencia en la política de Argentina, apoyando a sus seguidores en su intento por alcanzar el poder.