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Las invasiones barbaras

Se inicia la llamada crisis a finales del siglo II con las incursiones de los mauri en
la Bética y en la Lusitania. Sin embargo se desencadena la crisis en el siglo III en
los pueblos germánicos de las ciudades hispánicas. Entre las consecuencias; se
desabastecieron los mercados de productos agrícolas, se arruinaron los sectores
productivos urbanos, existió una fuerte presión fiscal y al no poder con ella ya no
podían . El propio fisco arruinó sus ingresos ya que integraron medidas que
salieron contraproducentes.
Estas invasiones aceleraron el proceso de la concentración de la propiedad de la
tierra; latifundios.

Las invasiones del siglo V


En el año 406 dos pueblos germánicos suevos y vándalos a los que se le habían
unido los alanos atravesaron el Rin se adentraron en el imperio y devastaron
ciudades y provincias. Se repartieron las provincias para su asentamiento; la
Bética quedó en manos de los vándalos silingos; la Lusitania y la Cartaginense
fueron de los alanos y la Gallaecia para los suevos asdingos. El poder imperial no
podía hacerles frente ya que los visigodos habían invadido Italia. Convertidos
posteriormente en aliados de Roma, los visigodos se comprometieron a expulsar a
los otros pueblos barbaros, concretándolo entre el 416 y 418.
Los suevos y vándalos asdingos se hicieron fuertes en el noroeste. Después de la
retirada de los visigodos, los vándalos se establecieron en la Bética hasta el 429
en el que al mando de su rey visigodo Genserico (428-477) cruzaron el estrecho
de Gibraltar y fundaron un nuevo reino al norte de África. Por otra parte los reyes
suevos consolidaron sus posiciones y desde la Gallaecia, extendieron sus
dominios hacia el sur por la Carteginense, Bética y la Luisitania; pero en el 456 el
rey visigodos

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