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Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 55-70

La contaminación atmosférica y los ecosistemas forestales


J. A. Pardos
ETS de Ingenieros de Montes. UPM. España

Resumen
Se entronca la contaminación atmosférica y sus componentes en el marco mas amplio del denominado «cambio
global» y se subraya el papel de los polutantes (lluvia ácida, ozono, fluoruros, compuestos PAN y metales pesados)
mayormente implicados en el decaimiento de las masas forestales, desde el nivel celular al de ecosistema. Se alude a
sus efectos sobre las relaciones de los árboles con insectos y hongos, con especial énfasis en las simbiosis micorríci-
cas. Se contempla también la repercusión de la contaminación atmosférica en los recursos genéticos y las posibles
medidas para su conservación. Se pasa revista a la perturbaciones de los ecosistemas forestales que son objeto de aten-
ción en la Red Europea de seguimiento de daños con alusión específica a las masas forestales españolas en su marco.
Asímismo, se hace referencia a otros estudios de monitorización de los efectos de contaminantes atmosféricos de ori-
gen industrial llevados a cabo en el territorio nacional. Un apartado sobre las interacciones entre contaminación y
cambio climático y su repercusión en el futuro de los bosques cierra la revisión.
Palabras clave: polución atmosférica, lluvia ácida, parámetros anatómicos y fisiológicos, micorrizas, recursos ge-
néticos, masas forestales españolas.

Abstract
Atmospheric pollution and forest ecosystems
Atmospheric pollution is referred as a component of global change. The role of the pollutants (nitrates and sulphates,
ozone, fluorures, PAN, heavy metals) mainly involved in the decay of forests are dealt with from cell to ecosystem
level. The effects of contamination on the relationships of trees with pests and fungi, specially regarding mycorrhizal
simbiosis, are considered. Pollution as a danger for tree genetic resources and possible actions to overcome its effects
are discussed. It is aluded to the establishment of a european network for monitoring the disturbances in forest
ecosystems with special mention to the spanish share. A reference to other studies carried in Spain regarding the effects
of industrial pollution in forests are dealt with. The overview is concluded with some coments on the interaction
between pollution and climate change.
Key words: atmospheric pollution, acidic rain, anatomical and physiological parameters, mycorrhiza, genetic re-
sources, spanish forests.

Cambio global y polución población forestal) en sentido amplio, pérdida de su-


perficie agrícola y forestal con fines urbanísticos e in-
atmosférica
dustriales, la propia contaminación atmosférica de sue-
los, agua y vida terrestre y marina (IPCC, 2000).
El cambio global ha adquirido un protagonismo en
Las acciones humanas que provocan la degradación
la Sociedad Mundial dificilmente imaginable hace po-
de la naturaleza se remontan a la aparición de los pri-
cas décadas. Un sentido parcial del mismo hace refe-
meros núcleos urbanos, aunque no se habla de polu-
rencia a las alteraciones que ha sufrido, y sufre, la Tie-
ción, o contaminación atmosférica, hasta la era indus-
rra y los usos dados a la misma. Entre ellos se incluyen
trial; y no es hasta el último tercio del siglo XX cuando
cambios de uso agrícola, cortas de masas forestales
el acusado deterioro de algunos bosques del Centro y
para instalación de cultivos agrícolas o sustitución de
Norte de Europa llega a constituir un problema de Es-
poblaciones arbóreas «naturales» por plantaciones con
tado, que trasciende de los ámbitos científico y fores-
exóticas, forestación (reforestación y aforestación/re-
tal, y se asoma a la opinión pública, como refleja el se-
* Autor para la correspondencia: josealberto.pardos@upm.es manario Time dedicándole su portada y el artículo de
Recibido: 19-04-06; Aceptado: 12-09-06. fondo de uno de sus números en 1985. Se empezó a
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cuestionar si el mal estado de los ecosistemas foresta- otros metales pesados; también afecta sus relaciones
les era realmente debido a la denominada «lluvia áci- con microorganismos, hongos micorrícicos y ecología
da»(acidificación del suelo) o si contribuían al mismo de los insectos (Lendzian y Unsworth, 1983).
otras causas (Krause, 1986): factores de predisposi- Abundante experimentación sobre sus efectos de in-
ción que actuarían a largo plazo (p.e. presencia de sue- hibición de la fotosíntesis, alteración del transporte de
los ácidos y esqueléticos con bajo contenido en mag- asimilados, reducción del suministro de nutrientes a
nesio y calcio); factores de incitación, con actuación las hojas, daños sobre el suelo (mas acusados en con-
a corto plazo (el ozono y la insolación formarían par- diciones de estado nutritivo bajo) ha apoyado la hipó-
te de este grupo) y factores que contribuirían a los da- tesis formulada en la década de los ochenta del pasa-
ños causados por los dos anteriores, cual sería la llu- do siglo de que la alarmante mortandad de los bosques
via ácida. En cualquier caso, se constató que los europeos, con diferentes sintomatologías en estacio-
árboles eran mas vulnerables a factores adicionales de nes diferentes (las expresiones inglesa y alemana de
estrés, que incluían otros polutantes atmosféricos. forest decline y Waldsterben, respectivamente, se acu-
Agentes coayuvantes son el viento, la radiación, la se- ñaron para designar tal situación), se debía mayor-
quía y las enfermedades por hongos. mente a la acción combinada del ozono y la lluvia áci-
Una definición apropiada de contaminantes atmos- da con posible incidencia de factores edáf icos y
féricos es la de «materiales (sólidos, líquidos y gase- ambientales (cambio climático) limitantes (Schutt y
osos) presentes en la troposfera en concentraciones su- Cowling, 1985).
periores a las «normales». Sus fuentes son tanto de Los árboles dominantes y las situaciones de borde,
naturaleza antropogénica (p.e. combustión, activida- con árboles mas expuestos a la luz y al aire, se mos-
des industriales) como naturales (erupciones geotér- traron mas proclives a los daños producidos, entre los
micas, fuegos forestales, partículas de origen biótico, cuales eran muy generalizados la pérdida del color ver-
microbios, virus, etc.). Metales pesados, sales inorgá- de de las hojas que acababan con aspecto clorótico, en
nicas (sulfatos, nitratos, cloruros, compuestos de amo- mayor grado en el haz, fenómeno que en unas especies
nio y de otros iones y compuestos orgánicos, en for- (p.e. abeto, picea) se iniciaba en la base de la copa y
ma de partículas y polutantes gaseosos, tales como en otras (haya) con caida de las hojas iniciada en las
óxidos de nitrógeno, azufre y carbono, ozono, haluros, porciones apicales de las ramas; síntomas, en ambos
compuestos PAN (peroxiacilnitratos), forman parte casos, ligados a def iciencias de calcio y magnesio
destacada de los polutantes de importancia potencial (Prinz et al., 1985). El aspecto senil de árboles jóve-
en los ecosistemas forestales (Smith, 1990). nes y la proliferación de brotes adventicios y una fruc-
tificación intensa constituyen caracteres de las etapas
que preceden a uma mortandad generalizada.
La reducción del crecimiento, particularmente del
Efectos sobre el arbolado: eje del árbol y ramas primarias, y la decoloración del
del ecosistema a la célula follaje y acusada defoliación, con pérdida de estruc-
turas reproductivas, son síntomas externos y genera-
Decaimiento de la masas arbóreas lizados de árboles sensibles a la polución, cuyo debi-
litamiento propicia el ataque de insectos y hongos, que
La emisión de óxidos de azufre, la deposición de suelen acabar con la vida del árbol afectado. Por el
óxidos de nitrógeno, las altas concentraciones de ozo- contrario, los pies mas tolerantes muestran vigorosas
no, los metales pesados, y con efectos mas localizados metidas anuales, con copas densas y voluminosas, con
los derivados fluorados, son factores cuya acción da- menor propensión a la acción de parásitos oportunis-
ñina sobre los bosques europeos ha sido ampliamente tas (Smith, 1990). Los patrones de la anchura de los
descrita (Percy, 2002). anillos de crecimiento a altura normal, comparados
La polución atmosférica no sólo tiene un efecto di- con los correspondientes a secuencias de anillos que
recto negativo sobre la vegetación por deposición de mantuvieron una edad y posición del cambium cons-
los contaminantes sobre la parte áerea de las plantas y tantes con respecto a la copa, se han propugnado, no
pérdida de nutrientes por lavado e intercambio iónico, sin cierta controversia, como indicadores biológicos
sino indirectos, los cuales incluyen la acidificación del de la contaminación prolongada en masas forestales
suelo con la consiguiente liberación de aluminio y (Cook e Innes, 1989). La extravasación de resina en
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ramillos, acículas y conos (Pardos, comunicación per- siones de azufre a la atmósfera vayan disminuyendo,
sonal) y, en último término, la desintegración de la al irse liberando a las cuencas, retrasará su recupera-
estructura del xilema del tronco cuyos anillos de cre- ción (Driscoll et al., 2001). Además, se producen pér-
cimiento anual se separan en láminas (Peña, comuni- didas de calcio y magnesio, que liberados del complejo
cación personal), son síntomas complementarios de- de cambio salen del ecosistema en las aguas de esco-
tectados en pinares de Pinus sylvestris atacados por rrentía (Likens et al., 1996).
emisiones de dióxido de azufre en la cordillera Ibéri- La deposición húmeda de nitrógeno conduce a una
ca en la provincia de Teruel. acumulación inicial en el suelo y a un posterior au-
mento en las aguas de escorrentía. Este aumento indi-
ca cambios en «la fuerza» de las plantas y microorga-
Lluvia ácida nismos como sumideros de nitrógeno y se relaciona
con fluctuaciones térmicas atmosféricas; y cabe pen-
La deposición ácida (lluvia ácida) emergió como sar que los efectos de la deposición de nitrógeno en el
una nueva clase de estrés ambiental a finales de 1960 ciclo de nitrógeno en los bosques van a estar contro-
en los paises escandinavos y en New Hamspsire lados por el clima, el tipo de bosque y su historia (Dris-
(EEUU). Consiste en la transferencia desde la atmós- coll et al., 2001).
fera a la superficie terrestre, en forma húmeda o seca, En Picea rubra la deposición ácida causa mortan-
de ácidos fuertes (H2SO4, HNO3), y compuestos que dad al provocar la disminución de la tolerancia a ba-
los producen [NH3, (NH4)2 SO4, NH4NO3], proceden- jas temperaturas de sus acículas: la pérdida de la pe-
tes de emisiones gaseosas de SO2, NOx y NH3. El SO2 queña fracción de Ca2+ lábil presente en el citoplasma
se forma principalmente (80%) en la combustión de celular provoca la desestabilización de la estructura de
combustibles fósiles y en procesos industriales. El res- la membrana plasmática celular y el agotamiento del
to procede de la erupción de volcanes, del mar y, en acerbo potencial de Ca2+ como segundo mensajero (De
alguna medida, del suelo. Los óxidos de nitrógeno se Hayes et al., 1999). Asímismo, la solubilización de
forman también como subproductos de la combustión Al3+ en el suelo bloquea la absorción de Ca2+, cuyo con-
de carbón y fuel para producir electricidad. El amo- tenido en el suelo está ya disminuido por la deposición
niaco procede de la emanación del estiercol y fertili- acída y disminuye el calcio de los anillos de creci-
zantes nitrogenados. Todos ellos afectan a ecosistemas miento (Driscoll et al., 2001).
forestales y acuáticos al conducir a alteraciones en las Hay evidencia de los efectos negativos de la lluvia
interacciones de muchos elementos, p.e. N, S, H+, Ca2+, ácida en Acer sacharum y otras frondosas en las que
Mg2+ y Al3+ (Smith, 1990). se produce mortandad episódica por agotamiento de
La deposición ácida (H + y aniones SO 42– y NO 3– ) bases (Ca2+, Mg2+) en suelos marginales de EEUU. Las
cambia la composición de los suelos. Al neutralizar las enmiendas con CaCO3 mejoran el estado del arbolado
bases se reduce su disponibilidad por las plantas y pue- (Long et al., 1997). La recuperación de la deposición
de conducir a carencias (p.e de Ca2+). Si el suministro ácida, a decir de los expertos será un proceso comple-
de bases no es suficiente para su neutralización, la de- jo, en el que la recuperación química precede a la bio-
posición acída conduce a la alteración del proceso de lógica, mejor definida y presumiblemente mas corta
podsolización: no se forman los complejos del Al3+ con para los ecosistemas acuáticos que para los terrestres.
los ácidos orgánicos derivados de la descomposición Se preconiza que los árboles responderán positiva-
de la materia orgánica y el Al3+ inorgánico, al solubi- mente a condiciones favorables de la atmósfera y del
lizarse a pH bajo , resulta tóxico para los biota terres- suelo tras décadas (Driscoll et al., 2001).
tres y acuáticos (Cronan y Schofield, 1990). Los estomas de las hojas, de forma prioritaria en su
En un principio, la pérdida de SO42– por escorrentía cara abaxial, constituyen la principal puerta de entra-
está en equilibrio con las emisiones de azufre a la at- da (en torno al 70%) de los polutantes atmosféricos ga-
mósfera. Pero, por ejemplo, en suelos que sustentan seosos a las plantas. El resto penetra a través de la cu-
bosques de picea roja (Picea rubra) del nordeste de tícula, cuya matriz de cutina y el depósito de ceras
EEUU se ha mostrado que las pérdidas de SO42– en las cuticulares, aunque considerada una barrera a la pene-
cuencas exceden a la deposición atmosférica de azu- tración, supone una vía nada desdeñable ante una ac-
fre, lo que evidencia su acumulación en el suelo a lo ción crónica de los polutantes. Así, se inducen cambios
largo de décadas de emisión; y, aún cuando las emi- degradativos de las ceras epicuticulares que cubren las
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acículas y se pierde su estructura cristalina, fibrilar, pa- feriores a 3,5-2,9 en algunas pináceas ensayadas (Cox,
ra formar agregados en forma de capa plana alterando 1985). Asímismo, se reduce la producción de piñas, su
la mojabilidad de la hoja. Ello altera las funciones de tamaño y el peso de semillas en diversas coníferas. La
las ceras (p.e. reducción de la transpiración), acelera germinación de las semillas y el crecimiento de las
su natural degradación estructural con la edad de las plántulas, en mayor grado en coníferas que en fron-
acículas y tapona la cámara estomática provocando la dosas, sufren también los efectos negativos del des-
caida prematura de las mismas (Berg, 1985). censo de pH, si bien los efectos son mas manifiestos
La cutina ofrece menos resistencia a la difusión que in vitro, o en condiciones controladas, que en monte
las ceras, de modo que las capas mas internas de la cu- (Smith, 1990).
tícula, con cutina y celulosa, y la porción mas interna
de la pared celular, juegan un papel importante en el
lavado, ofreciendo lugares de intercambio iónico de Ozono y el «smog fotoquímico»
Ca2+, Mg2+, Na+ que, provenientes del xilema, se inter-
cambian con los protones del exterior, proceso que pue- Se entiende por «smog (niebla) fotoquímico» la si-
de ser acelerado por la lluvia ácida. Asímismo, la edad tuación producida al interaccionar en la atmósfera óxi-
y anatomía de la acícula (densidad estomática, grosor dos de nitrógeno (principalmente NO) procedentes de
de epidermis e hipodermis) condicionan la diferente emisiones industriales y del tráfico con compuestos
respuesta encontrada, no sólo entre especies sino tam- orgánicos volátiles bajo la luz solar, dando lugar a la
bién entre procedencias (Raddi y Rinallo, 1989), muy formación de cientos de compuestos químicos (entre
ligada a las condiciones térmicas de su lugar de origen. ellos los compuestos PAN-peroxiacilnitratos) con efec-
Otros condicionantes son la conductancia estomáti- tos tóxicos sobre el ambiente y seres vivos. Esta «nie-
ca, dependiente del tipo de hoja, situación y forma de bla» es común en zonas (p.e. valles) en las que la to-
los estomas, y la humedad atmosférica, cuyo aumento pografía dif iculta el movimiento del aire y las
incrementa notablemente la absorción en muchas es- condiciones atmosféricas (p.e. inversiones térmicas en
pecies (p.e. puede multiplicarse cuatro veces al pasar la troposfera) contribuyen a atrapar los polutantes for-
la humedad relativa del 35% al 75%) frente a una es- mados. En el ciclo fotolítico de NO2 (formado por oxi-
casa sensibilidad mostrada por otras. Asímismo, exis- dación de NO) y por acción de radicales libres muy
te evidencia de daños directos de algunos polutantes reactivos (OH·, H· y HO2·) fotoquímicamente produ-
(p.e. SO2) que, al ocasionar la pérdida de turgencia de cidos, se regenera NO2 y se produce ozono que se acu-
las células subsidiarias, dejan espacio a las células de mula en la atmósfera (Kumar y Mohan, 2002).
guarda, provocando su apertura permanente y consi- Históricamente, la exposición a ozono se ha valo-
guiente descontrol transpiratorio (Garsed, 1984). rado sobre la base de su concentración en la atmósfe-
Si el depósito inicial del gas tiene lugar sobre una ra. El ascenso en los niveles atmósfericos de ozono ha
hoja seca, puede eliminarse por lavado, en dependen- sido enorme si comparamos los 20 µg. m-3 registrados
cia del tiempo transcurrido entre deposición y lavado, a principios del siglo con los casi 300 µg. m-3 medidos
de modo que el aumento del tiempo dificulta de for- en la década de 1980 en los lugares mas contaminados
ma considerable la eliminación del polutante. Si, por de Europa, en condiciones de presión alta, con sol in-
el contrario la hoja está mojada, es el agua que haya tenso y elevada temperatura (Bytenowick et al., 2002).
sobre la cutícula o sobre las paredes de las células epi- Un umbral de concentración de aviso en zonas urba-
dérmicas, que están embebidas en agua, el sumidero nas ronda 180 µg.m–3. de concentración en la tropos-
inicial de los gases atmosféricos, de modo que la so- fera. Es el contaminante atmosférico mas extendido en
lubilidad del gas en agua es factor importante de su los bosques de la Tierra: Casi el 30% están expuestos
flujo (Lendzian, 1984). a concentraciones dañinas de ozono troposférico, ci-
El proceso reproductivo se ve también afectado por fra que previsiblemente aumentará al 50% a finales de
la deposición ácida, con interacciones sinérgicas con este siglo (IPPC, 2001).
otros polutantes. La germinación del polen y la elon- El ozono es muy fitotóxico a alevadas concentra-
gación del tubo polínico son negativamente afectados ciones, con efectos crónicos, cuya intensidad depen-
a pH bajo (< 4,2), con un amplio rango entre especies: de de factores meteorológicos, tiempo de exposición,
valores entre 4 y 3,5 son letales (LD50) para algunos edad, posición de la hoja y especie, siendo en general
arces y chopos, mientras que se requieren valores in- mas sensibles las frondosas que las coníferas. Se ha
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definido el índice de exposición AOT40 ( accumula- mas semejantes a los derivados de heridas (especial-
ted exposure over a threshold of 40 ppb) como la su- mente la producción de etileno) y descenso de la fo-
ma de las diferencias entre las concentraciones de ozo- tosíntesis). Los daños que ocasiona en la membrana
no por hora y el umbral de 40 ppb calculado para las celular conducen a liberación de iones al apoplasto.
horas de luz (con radiación > 50 W.m–2) del periodo ve- Los síntomas externos a largo plazo, con concen-
getativo; convencionalmente correspondiente al pe- traciones bajas, son cambios en la pigmentación (bron-
riodo de Abril a Septiembre para la vegetación fores- zing), clorosis (en forma de bandas en las acículas) y
tal. Para especies arbóreas forestales se ha adoptado senescencia prematura y caida de las hojas y flores; a
un nivel crítico de 10.000 ppbh (UN-ECE), corres- corto plazo, exposiciones agudas originan decolora-
pondiente a la parición de los primeros síntomas de ción (bleaching), moteado (flecking) y necrosis. Cam-
daño en las especies mas sensibles (Fuhrer et al, 1997). bios en los patrones de reparto de carbohidratos y en
Dada la influencia que en la absorción de ozono por la predisposición a plagas y enfermedades, disminu-
las hojas ejercen los diversos factores físicos ambien- ción en el crecimiento y en la productividad del eco-
tales que regulan la apertura estomática (p.e.potencial sistema constituyen efectos nocivos a que da lugar la
hídrico del suelo, déficit de la presión de vapor hoja- exposición prolongada al ozono (Percy et al., 2003).
atmósfera, intensidad del viento), tan influenciados El ozono es el contaminante atmosférico mas ex-
por las condiciones topográficas y estacionales, dichos tendido en el área mediterránea, alcanzándose en la
factores se han incorporado en los debates sobre re- costa este de la Península Ibérica concentraciones que
gulación del ozono, y se han desarrollado modelos pa- exceden las estipuladas por las normas internaciona-
ra la deposición de ozono en ecosistemas forestales de les para la protección de las masas forestales. El pino
latitud norte con algoritmos en los que se incluye la carrasco es considerado especie especialmente sus-
conductancia estomática (Tuovinen et al., 2001). Tam- ceptible al ozono, con síntomas visibles ampliamente
bién se han incluido diversos factores climáticos para descritos (Sanz et al., 2000, entre otros). Las altera-
la elaboración de mapas de riesgos potenciales de da- ciones a que da lugar en esta especie (intercambio ga-
ños por ozono en masas forestales a escala regional seoso, acumulación de biomasa, alteraciones en los
(Gerosa y Ballarin-Denti, 2003). Los resultados obte- sistemas protectores) tanto en invierno (con altos va-
nidos plantean todavía cierta incertidumbre. lores en su absorción) como en verano (a pesar de su
Existe abundante literatura sobre los efectos del ozo- baja tasa de absorción impuesta por la baja conduc-
no sobre las especies forestales, no sólo a nivel morfo- tancia estomática) pueden empeorar la capacidad pa-
lógico sino también fisiológico y bioquímico; genera- ra tolerar el estrés hídrico en las poblaciones mas me-
da mayormente en experimentos practicados con diterráneas y llegar a constituir una amenaza para su
plantas jóvenes, en envase y periodos de tiempo cor- vitalidad (Alonso et al., 2003).
tos; en menor grado en cámaras abiertas y durante va- En bosques californianos de clima mediterráneo con
rios años. Así, en experimentos de fumigación de pino pino ponderosa, sometidos a polución con ozono, se
silvestre en cámaras abiertas realizados en Finlandia, ha mostrado el descenso en la absorción de ozono, car-
se evidenció un aumento de la respiración en acículas bono y agua transpirada a lo largo del periodo vegeta-
de segundo año, en pararalelo a una tendencia al des- tivo, en paralelo con el de la conductancia estomática
censo de la fotosíntesis e incremento de la concentra- y el potencial hídrico foliar en respuesta al descenso
ción interna de CO2; efectos mas marcados en coinci- de agua en el suelo. Sin embargo, la absorción de ozo-
dencia con los picos en el nivel troposférico de ozono no no se correspondió con los picos de máxima con-
al comienzo del verano, y junto con una previsible re- centración atmosférica; y los máximos de absorción
ducción del crecimiento a largo plazo (Manninen et al., de ozono y carbono se midieron a comienzos del pe-
2003). Se ha evidenciado un incremento de los daños riodo vegetativo y durante el invierno (Panek, 2004).
con el tiempo y la edad, con incidencia en la fenología A nivel de planta, el ozono da lugar a reducción del
y acumulación interanual de reservas, aspectos de su- crecimiento con disminución del peso seco de raices
ma importancia al pretender extrapolar los resultados y ramas y superficie foliar media, con una senescen-
a rodales arbóreos (Oksanen, 2003). cia precoz (Matyssek y Sandermann, 2003). La eco-
A nivel bioquímico, se han identificado tres res- logía de la estación condiciona las respuestas al ozo-
puestas al ozono en las plantas (Heath, 1999): incre- no: en Pinus jeffreyi, en las estaciones xéricas la menor
mento de agentes antioxidantes, producción de sínto- conductancia estomática se traduce en menor absor-
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ción de ozono acumulado durante el perido vegetati- nes fitotóxicas, mayormente caracterizadas en espe-
vo y en daños menores que en las estaciones mésicas. cies no leñosas (Mudd, 1975). Los compuestos PAN
Sin embargo, en las primeras se produce un moteado forman parte del «smog fotoquímico».
clorótico de las hojas más intenso, achacable a un La emisión de fluoruros va especialmente ligada a
estrés general en el que participara junto al ozono la industrias de fabricación de aluminio, en cuya proxi-
sequía, activándose sistemas de defensa protectores y midad se produce una acumulación de fluoruros en el
antioxidantes ante el estrés oxidativo, en mayor grado suelo y en las hojas de los árboles afectados, con la
en la porción de la copa mas expuesta a la radiación consiguiente reducción de la superficie foliar, así co-
(Grulke et al., 2003). En hojas de abedul, especie sen- mo daños en la eficiencia del sistema radical, con al-
sible a la acción del ozono, se ha puesto de manifies- teración de las simbiosis micorrícicas, con una mar-
to la interacción ozono-CO 2 y el posible efecto pro- cada sensibilidad detectada en rodales jóvenes de pino
tector detoxif icante frente al ozono de una alta silvestre en CentroEuropa. (Kieliszewska-Rokicka et
concentración atmosférica de CO2, acción importante al., 1997).
ante un cambio climático (Repo et al., 2004). En este Otros metales pesados, como el cobre, a concentra-
mismo sentido, los resultados obtenidos al someter ciones suprafisiológicas, afectan también negativa-
plantas del híbrido Populus trichocarpa x P. deltoides mente a zonas boscosas próximas a industrias de fun-
a la acción conjunta de dosis crecientes de ozono y dición de dicho metales. Se han desarrollado modelos
CO2 han puesto de manifiesto que el aumento de CO2 predictivos de los patrones de dispersión del contami-
reduce los efectos negativos del ozono (p.e. retrasan- nante (al igual que con otros polutantes) y se evalúa su
do la abscisión de las hojas y reduciendo su pérdida); eficacia en relación con las características de la fuen-
y que la acción del ozono se considera asociada con la te de emisión, topografía y meteorología de la zona,
expansión celular, habiéndose propuesto que el ozono así como la influencia ejercida en la deposición y re-
actuaría directamente sobre la pared celular atacando tención en el suelo por el tipo de bosque, p.e. de resi-
los polisacáridos de la misma y, consiguientemente, nosas frente a frondosas, dada su diferente conforma-
alterando sus propiedades y el crecimiento de la hoja, ción de copa estimada por su índice de área foliar (Beer
efectos menos efectivos al elevar la concentración de et al., 2003).
CO2 (Gardner et al., 2005). La espectroscopía de im-
pedancia eléctrica se utliza para estudiar reacciones de
estrés en plantas ya que provee información sobre las Consideraciones ecológicas
propiedades fisicoquímicas de las estructuras celula-
res (la resistencia extracelular y el tiempo de relaja- y patológicas. Contaminación
ción) y se ha aplicado para evaluar los efectos del ozo- y micorrizas
no a nivel celular.
Por otra parte, las funciones de defensa o atracción No es nuevo ni inusual el hecho de que las masas
de algunos isoprenoides y su emisión por las plantas es- arboladas están expuestas a la acción de agentes de es-
tán ampliamente extendidos en el mundo vegetal, exis- trés biótico (insectos y hongos fundamentalmente) y
tiendo evidencias de su acción protectora frente a si- abiótico (limitación o exceso en la disponibilidad de
tuaciones de estrés, entre ellas ante el estrés oxidativo agua y nutrientes, temperaturas extremas, fuegos, alu-
inducido por el ozono (Loreto et al., 2001). Ello revis- des, vientos, entre otros), que en situaciones críticas
te especial interés en relación con el posible papel an- originan daños que pueden sobrepasar con creces la
tioxidante asignado a la emisión de monoterpenos por muerte de individuos aislados y afectar a rodales de
algunos Quercus mediterráneos (Loreto et al, 2004). gran extensión. De ahí que la sanidad forestal y las me-
didas de protección ocupen un lugar prevalente en la
conservación y gestión de los bosques.
En muchas ocasiones los agentes causales del es-
Compuestos PAN, fluoruros trés interaccionan entre si sinergiándose sus efectos y
y metales pesados provocando daños considerables. Los periodos de se-
quía son un común denominador de muchos periodos
El peroxiacetilnitrato (PAN) y, en menor grado otros de declinación de los bosques a lo largo de la historia.
peroxiacil nitratos (-propionil, -butiril) ejercen accio- La seca de la encina es una manifestación de este fe-
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nómeno en el que alteraciones estacionales en la dis- fluencia del incremento de la concentración atmosfé-
ponibilidad de agua se unen a la falta de cuidados cul- rica de dióxido de carbono, en dependencia del status
turales y propician la acción patógena del hongo, y, hídrico y nutritivo existente. Todo ello, con marcadas
con el concurso de bacterias, provocan la mortandad diferencias en duración, concentración, forma de ex-
masiva de encinas y alcornoques; si bien, no parece posición e interacciones entre polutantes (p.e. en com-
que, en tal caso pueda hablarse de polución atmosfé- binación con dióxido de azufre se redujo la proporción
rica en sentido extricto. de raices micorrizadas en Pinus halepensis según Dí-
Existen, no obstante, abundantes ejemplos de la az et al. (1996); también con diferencias en cuanto a
interacción sinérgica entre contaminantes atmosféri- capacidad de recuperación de los efectos negativos
cos y algunos de los estrés abióticos antes citados. producidos; y, asímismo, con diferencias en la sensi-
En el apartado dedicado a pertubaciones en los eco- bilidad de los diferentes taxa fúngicos y en la suscep-
sistemas españoles se incluyen algunos datos sobre e tibilidad del hospedante, la cual puede aumentar en
presencia de hongos e insectos fitófagos encontrados suelos con baja diversidad de los micobiontes (Cair-
en las estaciones de muestreo (Montoya y López ney y Meharg, 1999).
Arias, 1997). Observaciones de bosques contaminados a lo largo
Mención especial merece la incidencia de la con- de Europa sugieren que son los hongos micorrícios ca-
taminación sobre las comunidades de micorrizas en racterísticos de rodales viejos los mas sensibles a los
masas forestales dada la fuerte influencia que el am- contaminantes atmosféricos y que el descenso en las
biente edáfico ejerce sobre todo tipo de micorrizas especies de hongos implicados puede ser un factor que
(Smith y Read, 1997). Ya en la década de los años contribuya a la declinación de los bosques (Jansen,
ochenta del pasado siglo se puso en evidencia la re- 1988). Esta hipótesis está positivamente relacionada
ducción de cuerpos de fructificación de hongos ecto- con los resultados encontrados en rodales de pino sil-
micorrícios en la Selva Negra alemana (Winterhoff y vestre en Polonia sometidos a la contaminación at-
Krieglsteiner, 1984). La reducción de ápices radicu- mosférica derivada de fundiciones de aluminio (emi-
lares y de la actividad micorrícica, con mayor forma- sora de fluoruros) altamente dañinos para las plantas,
ción de raices largas no micorrizadas (susceptibles de y muy especialmente para el pino silvestre. Los efec-
ser infectadas por hongos patógenos), al incremen- tos de dichas emisiones sobre las ectomicorrizas de pi-
tarse la disponibilidad de nutrientes en el suelo en ro- no silvestre revelan una mayor influencia sobre su ri-
dales de Picea abies (principalmente nitrógeno que, queza y sobre el número total de ápices micorrícicos
no obstante, conducía a un mayor crecimiento inicial en rodales maduros que en rodales jóvenes. Por otra
de los árboles), han sido hechos relacionados con la parte, el contenido en ergosterol, usado como marca-
lluvia ácida (Meyer, 1987). dor del micelio fúngico vivo, es también mas bajo en
La amplia bibliografía sobre el tema evidencia que: los rodales jóvenes (Rudawska et al., 2003).
la deposición de nitrógeno, y en menor grado y mas En cualquier caso, la polución (y cualquier otro ti-
controvertida la de azufre; la lluvia ácida, con el ran- po de estrés) tiene efectos directos sobre la raiz y el
go de pH como determinante (p.e. en suelos calcáre- hongo micorrícico asociado (y sobre las hifas exter-
os de pH neutro-básico la deposición ácida no produ- nas del hongo en el suelo) reduciendo la capacidad de
jo efectos negativos sobre la micorrización en pino absorber nutrientes del suelo; y efectos indirectos, al
carrasco según Honrubia y Díaz (1997); la deposición reducir el suministro de carbohidratos a las raices y,
de metales tóxicos (Cd, Cu, Ni, Pb, Zn) y la de hidro- consecuentemente, inhibir las actividades fisiológi-
carburos poliaromáticos, todas son acciones que tie- cas y bioquímicas del hongo cuya energía depende de
nen efectos negativos sobre la colonización por mico- aquellos. Este modelo de comportamiento del siste-
rrizas, produciéndose alteraciones en los cambios ma micorrícico es cualitativo. Escalar a un modelo
sucesionales de las comunidades de los morfotipos cuantitativo, incorporando los efectos potenciales del
asociados con diversas especies forestales de los gé- aumento del CO 2 atmosférico, exige mediciones (de
neros Pinus, Picea, Betula, Populus y otros, cuya sig- difícil consecución en el medio natural bosque) que
nificación en la función de los ecosistemas afectados den respuesta a las preguntas planteadas y permitan
resulta dificil de predecir. En contraste, la evidencia predecir el comportamiento de los sistemas micorrí-
muestra escasos o nulos efectos (en todo caso, con- cicos a las perturbaciones del medio (Dighton y Jan-
trovertidos) achacables al ozono, y una positiva in- sen, 1991).
62 J. A. Pardos / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 55-70

Repercusión en los recursos son también afectadas en diferente grado, ejerciéndo-


se una selección sobre ellos, y produciéndose en los
genéticos. Medidas para su
genotipos sensibles la reducción del tamaño y peso de
conservación y uso conos y semillas, capacidad germinativa de polen y se-
millas (Karnosky et al., 1989). Téngase en cuenta que
Los ecosistemas forestales en Europa y NorteAmé- la asociación entre viabilidad y fertilidad de los geni-
rica vienen siendo sometidos a la presencia de conta- tores es importante para la estructura genética de las
minantes atmosféricos de condición antropogénica descendencia de rodales polucionados.
desde la revolución industrial, por lo que no debe sos- En las poblaciones sometidas a una presión conta-
prender que en periodo de tiempo tan prolongado la minante fuerte pueden producirse pérdidas de genoti-
polución atmosférica actué como factor de selección pos sensibles, como se ha evidenciado en bosques de
y haya dado lugar a cambios en la estructura genética Norteamérica y Europa. A nivel poblacional, los ár-
de las poblaciones de árboles. boles, en comparación con otros organismos, depen-
Existe abundante evidencia de la existencia de una den en gran medida de la heterocigosidad y la diver-
selección natural que favorece la tolerancia a la polu- sidad genética para preservar su adaptabilidad a
ción atmosférica tanto a nivel de especie, como de pro- cambios ambientales. Una población sólo puede lograr
cedencia, con un alto grado de variabilidad genotípi- adaptabilidad a condiciones cambiantes distribuyen-
ca en las respuestas a dióxido de azufre, ozono y otros do la variación genética entre sus individuos, los cua-
polutantes. Las altas heredabilidades en la sensibili- les muestran individualmente una variación genética
dad a los contaminantes atmosféricos encontradas en limitada. Las emisiones industriales de contaminantes
algunas pináceas, que superan en algún caso el 70%, generan pérdida de heterocigosidad y de genes si es-
revelan la existencia de un fuerte control genético tos sólo se encuentran en genotipos sensibles, con la
(Houston y Stairs, 1973), achacado a una acción adi- consiguiente disminución de diversidad genética
tiva de los genes; también evidenciado en frondosas, (Bergmann y Scholz, 1987). El cambio rápido, unidi-
como Populus tremuloides, especie utilizada como sis- reccional, complejo y globalmente activo que consti-
tema genético modelo (Karnosky, 1977). tuye la contaminación atmosférica socava las bases na-
La abundante bibliografía sobre los efectos de la po- turales de la adaptabilidad de las poblaciones arbóreas
lución atmosférica sobre los bosques va sustentando al reducir la diferenciación genética intra e interpo-
con mayor evidencia el papel desempeñado por los fac- blacional y, en consecuencia, deteriora gravemente la
tores genéticos en la tolerancia y susceptibilidad de adaptabilidad (Gregorius, 1989).
los árboles. A título de ejemplo, cabe mencionar las La preservación de la adaptabilidad es básicamen-
correlaciones encontradas entre la tasa de defoliación te, por tanto, un problema de variación genética, so-
y las frecuencias alélicas y genotípicas de algunos lo- bre la cual incide la gestión forestal. La diversidad eco-
ci en Abies alba con reconocidas funciones metabóli- lógica (rodales mixtos) y las prácticas selvícolas
cas (Konnert, 1993). La determinación de genotipos (clareos, claras) y sistemas de aprovechamiento (cor-
multilocus mediante el análisis de isoenzimas de un tas de entresaca) que favorezcan la diferenciación ge-
buen número de loci en abeto, picea y haya (con ár- nética local y demográfica, y que, en suma, propicien
boles fenotípicamente sensibles y tolerantes) eviden- la conservación de genes, son positivos para la pre-
cia respuestas diferentes entre especies: apenas exis- servación de la adaptabilidad y deben tenerse presen-
ten diferencias entre pies tolerantes y sensitivos en el tes en el manejo de las masas forestales, especialmente
abeto y son escasas en haya en comparación con las de aquellas sometidas a mayores presiones de conta-
obtenidas en picea, especie en la que los árboles sen- minantes ambientales (Zobel y Talbert, 1984).
sibles mostraron una gran multiplicidad y diversidad Las especies arbóreas forestales presentan una alta
genéticas, y un riesgo de pérdida de los alelos menos heterocigosis y alogamia, lo que junto con una cierta
frecuentes con potencial adaptativo ante un futuiro plasticidad fenotípica les permite soportar cambios
cambio ambiental (Longauger et al., 2004). ambientales con los que contrarrestan las limitaciones
Los contaminantes no sólo ejercen una selección de impuestas por su longevidad y su inmovilidad, pues el
viabilidad al competir mejor en términos de creci- tiempo es punto crucial en su evolución. Sin embargo,
miento y desarrollo los genotipos tolerantes frente a la velocidad del cambio ambiental que están origi-
los sensibles, sino que las estructuras reproductivas nando la polución atmosférica y el calentamiento glo-
La contaminación atmosférica y los ecosistemas forestales 63

bal supera las condiciones que hayan podido nunca ex- cies en la misma zona. La conservación ex situ con-
perimentar las especies arbóreas durante su evolución siste en el establecimiento de plantaciones del mate-
y puede llegar a ser mayor que sus tasas de adaptabi- rial deseado, como pueden ser huertos semilleros, ban-
lidad y capacidad migratoria (Peters, 1990). Las dife- cos clonales, ensayos de procedencias y progenies y
rencias inter e intraespecíf icas, con una mayor fre- las propias plantaciones comerciales de exóticas. Tam-
cuencia de genotipos heterocigotos en especies bién, la conservación en condiciones controladas, va-
tolerantes a la contaminación atmosférica, que en las riables según el material a conservar, mediante el es-
mas sensibles alteran la competitividad en las masas tablecimiento de bancos de polen, semillas y explantes
forestales, pueden romper el equilibrio del ecosistema in vitro, en los que debe realizarse un control periódi-
afectado al producirse la pérdida de especies y proce- co de viabilidad y de activación, y regeneración del
dencias adaptadas localmente, incluso de genes espe- material en el caso de conservación in vitro; en gene-
cíficos (Scholz, 1991). ral, existen reservas, bancos de genes y plantaciones
Se requiere, por tanto, una estrategia de conserva- de las especies con valor económico (Koski, 2000).
ción de recursos genéticos a escala mundial. Ello exi- El establecimiento de rodales para la conservación
ge el conocimiento previo de las especies arbóreas fo- in situ de las principales especies forestales en áreas
restales, de cuyo número estimado en 50.000 (Board objeto de aprovechamientos madereros, así como el de
on Agriculture, 1991), sólo 1.000 tienen un interés eco- plantaciones de especies y procedencias con fines de
nómico potencial, reduciéndose a 140 las que son ob- preservación de genes, son objetivos de las activida-
jeto de manejo actualmente (Kleinschmit, 2002). Se- des propiciadas por EUFORGEN. Este programa, cu-
gún dicho autor, los principales problemas que yo nombre es el acrónimo de European Forest Gene-
requieren acciones e investigaciones para implemen- tic Resources Programme, implica la colaboración
tar una estrategia de conservación de recursos com- entre paises europeos con fines de conservación de
prenden: la falta de un inventario continuado de los re- recursos forestales (Turok y Frison, 1995) en el que
cursos; el mejor conocimiento de la estructura genética participa España con específica inclusión de INIA y
inter e intrapoblacional, tanto de los caracteres adap- ETSIMontes con ensayos de procedencias de alcor-
tativos como el derivado del uso de marcadores bio- noque y otras especies arbóreas forestales. A estas
químicos y genéticos; la variada biología floral, los actividades se acompaña, en casos de emergencia, la
sistemas de cruzamiento y el flujo de genes (con es- conservación ex situ de material de reproducción (se-
casa información para muchas especies); el riesgo de millas, polen, material vegetativo para enraizamiento,
pérdida de genes en lugares de alta carga de contami- cultivo in vitro de órganos, tejidos y células, ADN) cu-
nación y en casos de poblaciones de tamaño pequeño ya efectividad requiere especiales medidas de mante-
con deriva genética elevada (Eriksson, 1996); tener nimiento y control que eviten su deterioro genético
muy presente en el manejo la integración de conser- (Eriksson, 2002).
vación y aprovechamiento, propiciando la diversidad
genética que permita la continuación del proceso evo-
lutivo; descargar la presión sobre los bosques «natu-
rales» con plantaciones de alto rendimiento con la
Perturbaciones en los ecosistemas
práctica de una selvicultura intensiva; también, conti- forestales
núa constatando Kleinschmit, interesa tener en cuen-
ta el efecto de la contaminación en las especies aso- La Red Europea de seguimiento de daños
ciadas con las que puede existir alguna dependencia e
interacción. Ante las alarmas sobre el estado de los bosques dis-
La conservación de recursos puede ser in situ y ex paradas en los años sesenta del siglo XX y la subsi-
situ, complementarias en lo posible. La primera supo- guiente bibliografía científica emergida desde enton-
ne la conservación de ecosistemas y habitats natura- ces cabe destacar el «Programa de Cooperación
les y permite el desarrollo de diversidad genética y Internacional para la Evaluación y Seguimiento de los
adaptabilidad, haciendo posible conservar alelos de in- Efectos de la Contaminación Atmosférica en los Bos-
terés bajo un ambiente en cambio. Se requieren varias ques» (ICP-Forests) en el que 35 paises europeos, Ca-
zonas de reserva bajo diferentes condiciones ecológi- nadá y Estados Unidos vienen llevando a cabo el se-
cas, no siendo siempre posible conservar varias espe- guimiento del estado de los bosques desde 1986, con
64 J. A. Pardos / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 55-70

el establecimiento de un abundante número de parce- del decaimiento generalizado de los bosques europe-
las, en las que a tres niveles de intensidad y detalle de os en los años ochenta del pasado siglo, cuando el es-
los datos tomados, establecidos a lo largo del tiempo, tado de deterioro percibido en algunas áreas boscosas
se está analizando su evolución y su deterioro mani- españolas se relacionó con posibles emisiones de con-
fiesto. En 1987 se puso en marcha la instalación de la taminantes atmosféricos procedentes de centrales tér-
Red de Nivel I y diez años mas tarde se redactaron las micas próximas. Ello condujo a iniciar trabajos mas
normas que deberían regir para el Nivel II. sistemáticos, conducentes a la evaluación de posibles
En el quinto informe (CEC-CEPE, 1995) se puso de daños por contaminación atmosférica. Los estudios
manifiesto que la contaminación atmosférica predis- emprendidos en el Maestrazgo y en Galicia constitu-
pone al deterioro de los árboles en zonas muy exten- yen ejemplos de dichas acciones. Posteriormente, en
sas, aunque la amplitud de los efectos sigue siendo in- relación con la creación del «Programa de Coopera-
cierta; y que la sequía y los posteriores ataques de ción Internacional para la Evaluación y Seguimiento
insectos perforadores son factores principales, junto de los Efectos de la Contaminación Atmosférica en los
con la contaminación, de la defoliación. A nivel euro- Bosques (ICP-Forests)», España se incorporó al mis-
peo, se superaba el 25% de defoliación en un 25,% de mo con el establecimiento de une red de parcelas pa-
los 117.035 árboles muestreados, si bien con grandes ra el seguimiento de daños en las masas forestales.
variaciones entre regiones climáticas, alcanzando
42,32% y 34,7% respectivamente en las regiones sub-
atántica y continental y el mas bajo (7,8%) en la re- La red española en el marco del programa
gión atlántica, con un aumento de la defoliación con ICP- forests
la edad de la masa.
De las trece especies arbóreas analizadas en la Red La participación española en la Red Europea dio
Europea, con carácter general el deterioro mas grave lugar a la creación en 1994 de una red de 620 parce-
se ha observado en haya y robles albar y pedunculado, las en todo el territorio nacional según un esquema de
cuya defoliación ha ido en aumento desde 1988. En el muestreo sistemático con arranque aleatorio (nivel I).
ámbito mediterráneo, la encina, el alcornoque y el eu- En ellas se seleccionaron árboles tipo con arreglo a
calipto (la especie menos dañada) experimentaron tam- procedimientos normalizados y en ellos se ha proce-
bién un aumento considerable de daños, el alcornoque dido a evaluar la decoloración y defoliación de los ár-
con mayores fluctuaciones (con un pico en 1990-91, boles. En las 53 parcelas del muestreo transnacional
seguido de un descenso hasta 1993 y una remontada se incorporaron además otros parámetros geográficos
mas suave en años posteriores). La proporción de ár- y edáficos y sobre el estado nutricional y crecimien-
boles dañados en Pinus spp se mantuvo respecto al año to de los árboles, con inventarios periódicos (de dife-
anterior (25,7%), destacando la mejor situación sani- rente amplitud) tanto del estado de los suelos como
taria del pino silvestre; en Picea ssp, los daños au- de los daños producidos en los árboles; aporte de in-
mentaron ligeramente, alcanzando 29,8%. Contrasta formación que se intensifica con infraestructuras que
el estado de la copa y el porcentaje de árboles daña- permiten mediciones adicionales (p.e. de la trascola-
dos de Pinus halepensis (que no ha dejado de deterio- ción) en un número menor de parcelas (12). Ello per-
rarse desde 1991, primer informe), con el de Pinus pi- mite el seguimiento intensivo y continuado de las per-
naster, que presentó una situación sanitaria muy turbaciones que puedan irse produciendo a nivel de
equilibrada y un porcentaje de árboles dañados que no impacto directo (SO 2, NO 2 y O 3) sobre las copas de
superaba el 10% (CEC-CEPE, 1995). los árboles y en la evolución de los suelos (acidifica-
ción y eutrofización por exceso de aporte de nitróge-
no). El análisis de las relaciones de dichos factores de
Las masas forestales españolas contaminación con otros factores de estrés (plagas y
enfermedades) y de estación, y su conjunto con las ca-
Ya en el último tercio del siglo XIX existe un testi- racterísticas ecológicas, químicas e hidrológicas de
monio escrito, publicado en la Revista Forestal por Xe- los sitios de ensayo permitirán un amplio y detallado
rica e Idígoras, del impacto de la contaminación at- conocimiento de evolución de los efectos de la con-
mosférica por azufre procedente de una fundición de taminación atmosférica en los ecosistemas forestales
Rentería (López Arias, 2005). Sin embargo, fué a raiz españoles.
La contaminación atmosférica y los ecosistemas forestales 65

El amplio y detallado estudio coordinado por Mon- micos de los suelos (determinación de pH, materia or-
toya y López Arias (1997) incluye un conjunto de fi- gánica, nitrógeno total, SO42–, conductividad eléctrica)
chas, una por estación muestreada. En ellas se dan da- y del agua de lluvia (SO 42–, NO 3–, Cl –, conductividad
tos sobre situación y topografía, vegetación, especies eléctrica); también, se procedió a la caracterización
evaluadas, edad media de la especie dominante, tipo climática y fisiográfica de las especies arbóreas prin-
de suelo, material originario y profundidad de los ho- cipales muestreadas (Pinus sylvestris, P. nigra, P. ha-
rizontes así como otros parámetros edáficos; y conte- lepensis, Quercus ilex, Juniperus oxycedrus) y al aná-
nido foliar de los seis macronutrientes en hojas o ací- lisis del grado de presencia de arbustos y matorral
culas de un año. La evaluación con carácter anual de asociados a las mismas; tomándose, además, muestras
la defoliación y la decoloración del follaje en especies de estas y otras especies en otros ecosistemas ibéricos.
arbóreas en las parcelas establecidas al efecto (nivel I) Asímismo, se puso en marcha un seguimiento y con-
ha permitido conocer la evolución y posible deterioro trol de indicadores de daños en las especies prinicipa-
de las masas forestales, datos a los que se unen la po- les teniendo en cuenta el estado sanitario (decolora-
sible identificación de agentes causantes. Estos datos ción, defoliación, daños sobre tronco y estado de guía
se acompañan de observaciones sobre su posible rela- terminal, resinosis, elongación de brotes y hojas, fruc-
ción con el estrés hídrico, así como con los ataques de tificación, implicación de parásitos en los daños) y el
poblaciones de insectos (p.e. Lymantria dispar en un análisis foliar de N, P, K,S, Ca, Mg y Fe, así como da-
alcornocal), presencia de cecidias y erinosis foliar en ños en el sotobosque. Los datos de daños morfológi-
encina, proliferación del xilófago Cerambyx en una re- cos se acompañan de fotografías en el infrarrojo. Las
población de piñonero en en mezcla con encina, daños variabales medidas y los parámetros calculados se
del perforador Tomicus piniperda en repoblado de pi- combinaron en una expresión matemática de califica-
naster, daños de Coroebus florentinus en una dehesa ción de visu y se realizó una clasificación fitosanita-
mixta de alcornoque y encina, entre otros. ria de la estaciones de seguimiento a lo largo de los
En el marco de la Red de Nivel II, durante el perio- diez años.
do 1999-2004 se ha llevado a cabo la instalación de 53 Los resultados obtenidos muestran un incremento
parcelas de 2.500 m2 para el seguimiento de la evolu- del contenido foliar de azufre en un amplio rango des-
ción de la flora vacular y la vegetación, habiéndose re- de 30% a más de 100%, variable entre años, localida-
cogido una copiosa información sobre su riqueza flo- des y especies, en las estaciones muestreadas en el
rística, complejidad estructural y signif icación Maestrazgo respecto a los valores estandar para los pi-
fitocorológica (Soriano et al., 2005). Sucesivas pros- nos laricio, silvestre y carrasco, y menores (en torno
pecciones en las parcelas permitirán analizar su evo- a 25% de media) para el enebro y la encina. La edad
lución temporal e inferir los efectos de la polución y de las hojas incrementó el contenido. También se en-
del cambio climático en el territorio español contró que la distancia a la fuente contaminanate ju-
gaba un papel determinante, con los mayores daños y
valores mas altos de azufre en las estaciones en un ra-
El Maestrazgo y la Central Termoeléctrica dio entre 25 y 50 km del foco de misión, con dismi-
de Andorra, y otras referencias a centrales nución en dirección S-SW y con el alejamiento de la
térmicas dirección principal del viento dominante W-NW (Pe-
ña, 2001).
Los síntomas de decaimiento de la vegetación le- En el citado trabajo se incluyen también datos co-
ñosa aparecidos al comienzo de la década inciada en rrespondientes al entorno forestal de otras centrales:
1980 en una amplia zona extendida por Aragón, Cata- Térmica de UTSA Escucha (Teruel), en la que se que-
luña y Valencia, relacionados con las emisiones de la man lignitos, Térmica de Velilla del río Carrión, cuyo
Central Termoeléctrica de Andorra (Teruel), motiva- comustible son hulla y antracita, y Sierra de Guada-
ron el establecimiento por la Dirección General de rrama (Madrid), en este caso por la incidencia de vías
Conservación de la Naturaleza de una red de 68 par- de comunicación y núcleos urbanos. En términos ge-
celas de seguimiento en la comarca natural del Maes- nerales se detectan incrementos en los contenidos en
trazgo. En ellas (Peña, 2001) se llevó a cabo durante azufre en todas las estaciones y especies evaluadas.
10 años la recogida de datos metereológicos y elabo- En 1992, por encargo de ENDESA, se inició un «Es-
ración de parámetros climáticos, diversos análisis quí- tudio de Seguimiento de la Caracterización Ecológica
66 J. A. Pardos / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 55-70

del Entorno de las CC. TT. de As Pontes y Meirama». En estrecha relación con el estudio anterior y den-
En él se realizaron análisis de la vegetación, suelo, aná- tro del marco del programa ICP Forests, en el nivel II,
lisis foliar, estudio fitosanitario y deposición global se ha llevado a cabo un seguimiento del estado del ha-
en 22 parcelas experimentales, distribuidas en la pro- yedo en el periodo 1994-99 en una parcela estableci-
vincias de La Coruña y Lugo, cubriendo una superfi- da en el llano de Auritz- Burguete, de clima hiperhú-
cie de mas de 3.000 km2 , correspondiente a dos círc- medo (precipitación anual histórica > 2.000 mm),
culos con centro en dichas centrales térmicas, en las inviernos fríos (mínimas de 0 a –4ºC), con suelos en
que se llevaron a cabo una toma de muestras y datos coluvios del cuaternario sobre margas terciarias (San-
periódicamente. En el informe elaborado por /Nor- tamaría et al, 2003). Los autores muestran la existen-
Control, 1997) cabe destacar una serie de resultados: cia de defoliación (que llegó a alcanzar un máximo del
la variabilidad estacional de los valores de inmisión 25% en la tercera parte del arbolado) y daños en hojas
de NOx y SOx en concordancia con las direcciones de (puntos oscuros en en tejido intervenal) tanto en haya
los vientos dominantes; una tendencia similar entre como en el mirtillo, que sugieren daños por ozono (con
zonas evaluadas en las variaciones en la ratio C/N en valores de AOT40 de 1.625 ppbh, anormalmente altos
suelos; una concentración de azufre en suelos cam- para un área alejada de toda fuente de contaminación)
biante, con ascensos y descensos en dependencia de la y por otros posibles contaminantes, que se unirían a
fecha de muestreo (afirmación extensible al SO42–, y al los adversos efectos de la sequía (y parásitos), consi-
aluminio, tanto mineral como el integrado en comple- derados causa mayor de los daños. Al igual que en el
jos organoalumínicos), no observándose evidencia cla- caso anterior, se requiere un seguimiento mas prolon-
ra de acidificación de los suelos en el entorno de las gado para poder explicar la evolución del ecosistema
centrales. Los análisis morfológicos evidenciaron de- estudiado.
coloración y defoliación (entre 25 y 45%) en Pinus pi-
naster y, en mayor grado, con daños severos en algu-
nas parcela de Pinus radiata, con empeoramientos Interacción entre polución y cambio
puntuales a lo largo del periodo estudiado. En el in- climático
forme se discuten las causas del estado morfológico
aludido en relación con la presencia de hongos defo- El aumento de emisiones antropogénicas de CO2 y
liadores, el exceso de densidad de las plantaciones (es- otros gases (metano, óxidos de nitrógeno) y la pérdi-
pecialmente manifiesto en P. radiata), las condiciones da de sumideros de CO2 (degradación de bosques) dan
edáficas (p.e. suelos escasamente drenados y poco fér- origen al calentamiento de la atmósfera (efecto inver-
tiles) y fisiográficas, que pueden crear un estrés co- nadero). De hecho, la temperatura global de la Tierra
adyuvante a los daños encontrados. ha sufrido un incremento de 0,6 ± 0,2 ºC en el siglo pa-
sado (IPCC, 2001).
El aumento de temperatura afecta al balance de car-
Los hayedos de Navarra bono y, en suma, a la producción neta del ecosistema,
aunque resulta difícil predecir si los bosques van a ser
En el pirineo navarro se ha iniciado un estudio sis- sumideros o fuentes de carbono en el futuro (Nabuurs
temático sobre el estado sanitario de los hayedos con et al., 2002). En todo caso, las diferentes presuncio-
el análisis foliar de muestras tomadas en 17 rodales de nes socioeconómicas apuntan a una gama amplia de
haya cubriendo toda la franja ocupada por la especie. concentraciones atmosféricas de CO2 para el año 2100
Se ha puesto de manifiesto la existencia de valores mas entre 490 y 1.260 ppm, con un aumento de la tempe-
altos de Ca, Mg y S y mas bajos de Fe y Cu que los va- ratura del Planeta entre 1,4 ºC y 5,8ºC, con una inci-
lores de referencia en la literatura; lo que, a pesar de dencia mas alta en regiones del norte de America y nor-
tratarse de un área no polucionada, sugiere a los auto- te y centro de Asia (IPCC, 2002).
res la existencia de un posible transporte de contami- Existe abundante información sobre los efectos del
nantes a larga distancia. En todo caso, estos resulta- ascenso térmico sobre la biodiversidad de los ecosis-
dos preliminares no permiten una conclusión sobre la temas terrestres, con incidencia en la composición de
dinámica de la vegetación y se requiere que los in- las comunidades que los forman, mantenimiento de su
ventarios prosigan durante periodos de tiempo mayo- estructura, funcionamiento y productividad. Los cam-
res (Amores y Santamaría, 2003). bios en variables climáticas han intensificado las pla-
La contaminación atmosférica y los ecosistemas forestales 67

gas y enfermedades y producido su desplazamiento pulus tremuloides (Wustman et al., 2003), o atenuan-
hacia el polo o a altitudes mayores en interacción con do los efectos negativos de este, p.e. en pino silvestre
la sequía (IPCC, 2002). Las implicaciones científicas (Ultrainen et al., 2000, entre otros). Las predicciones
y técnicas del secuestro de carbono por los ecosiste- en condiciones naturales son, si cabe, mas compro-
mas forestales, el estudio de los flujos de carbono en- metidas dada la participación de otros factores am-
tre los diferentes acerbos y los cambios en el carbono bientales (temperatura, humedad relativa, humedad del
almacenado en respuesta a la forestación, reforesta- suelo). A ellos se añaden las diferencias en la estruc-
ción y deforestación han sido ampliamente analizados tura de las poblaciones, su estado y edad, posibles cam-
(IPCC, 2000). A corto plazo, respuestas plásticas a ni- bios que experimenten las plagas y enfermedades por
vel fisiológico pueden posibilitar la adaptación a los efectos del cambio climático y su relación con los cam-
cambios de temperatura, mientras que a largo plazo se bios de fenología de los árboles (Karnosky et al.,
requerirá la puesta en marcha de procesos evolutivos 2003). Determinar la vulnerabilidad de los ecosiste-
que reajusten la variabilidad genética a los cambios mas forestales al cambio climático, y su manejo para
climáticos que se produzcan. Dichos procesos ocurren reducirla, minimizar en su caso los impactos que se
a tasas demasiado lentas para acoplarse a la velocidad produzcan y aplicar medidas selvícolas para intentar
del calentamiento global; de modo que la adaptación acelerar la velocidad de recuperación de la masa fo-
a la temperatura previsible para finales de siglo, sin restal tras los efectos negativos producidos, son ac-
intervención humana requeriría muchos siglos (Reh- ciones propuestas para adaptarse al cambio climático
feldt et al., 2005). (Spittlehouse, 2005), extensibles al combate de los
Asímismo, al elevarse la concentración atmosféri- efectos conjuntos de cambio climático y polución at-
ca de CO2, si la temperatura lo permite, aumentarían mosférica.
las tasas de fotosíntesis y puede mejorarse la eficien-
cia en el uso del agua al descender la conductancia es-
tomática. Sin embargo, el consiguiente incremento de Referencias bibliográficas
crecimiento producido a corto plazo, en plantas nor-
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mitadas, no permite una extrapolación a condiciones TILLO F.J., GIMENO B.S., 2003. Responses of Aleppo pi-
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in the New Millenium (Karnosky D.F., Percy K.E., Chap-
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