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INTRODUCCION
Proyectar es una capacidad natural en las personas. Y todos sabemos proyectar
y proyectamos. Proyectar al igual que disparar un revolver por ejemplo, es fácil y senci-
llo, pero acertar ya presenta sus dificultades. Dar en el centro de la diana no está al al-
cance de todos, los diversos círculos solo tienen interés en las competiciones, y no sirve
de nada marrar aunque sea de poco. Y en los proyectos es peor, no acertar representa
además y como mínimo una pérdida económica.
Para proyectar son menester unos conocimientos, y una capacidad y habilidad
para aplicarlos al caso particular. Los conocimientos necesarios son muchos y muy di-
versos, entre ellos están los conocimientos técnicos que si bien llaman la atención del
lego solo constituyen una pequeña parte de todo lo que hay que saber y hay que aplicar,
por anticipado y predictivamente. Y la ignorancia se paga como hacen evidente las re-
formas y más reformas de los espacios y viales urbanos.
Este texto sólo es una exposición comentada de algunas de las muchas cosas
que hay que saber. No es ni pretende ser exhaustivo, y el subtítulo solo representa un
reconocimiento jocoso de impotencia. Los comentarios se presentan agrupados, unos
bajo el titulo de “ acciones y resultados” corresponden a la preparación y ejecución fí-
sica de las intervenciones sobre la realidad exterior, otros bajo el titulo “el artefacto”
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se refieren a la realidad física que se consigue con el proyecto. Un tercer grupo “las
personas” hace referencia a los diversos aspectos de sus roles activos y pasivos, pri-
mordiales en los proyectos. Bajo la “morfología del proyecto” se reúnen diversos as-
pectos de la marcha de un proyecto, y finalmente en “las formas de comunicación” se
incluyen comentarios sobre estos temas de capital importancia.

Parte 1ª: Acciones y resultados.


A efectos de proyectar, aceptamos sin discusi6n la existencia de una realidad
material modificable por la acción del hombre. Y admitimos también que el hombre vi-
ve en un mundo físico y en un mundo social, que puede influir sobre ambos, y que de
ambos recibe influencias.
El artefacto final objeto del proyecto es un sistema artificial real. Y en cuanto
organización de unas piezas es el resultado del trabajo imaginativo y físico de unos
hombres y máquinas en otro sistema real que se le anticipa en el tiempo.
Pero aunque desfasados en el tiempo ambos sistemas interaccionan. La organi-
zación y la forma de elaborar un proyecto está supeditado al artefacto a conseguir; y
este, al funcionamiento a lograr y al servicio a proporcionar. Y hay a su vez dependen-
cia, pero en secuencia inversa, en el servicio real resultante del funcionamiento del arte-
facto. Y, si las dependencias que siguen el fluir del tiempo son reales causas formales,
las que van en sentido contrario provienen de hipotéticas expectativas, y son meras cau-
sas finales.
Con todo, la finalidad teleológica que comparten ambos sistemas, les une y les
exige superar la incomunicación debida, a la no coincidencia en el tiempo real, con
sustituciones de los hechos y datos directo por unas hipótesis que han de ser profecía
verídica.
Así las cosas, tan sólo la actividad creadora e imaginativa del buen proyectista
- capaz de dar cuerpo y valor actuales a los eventos y a las interacciones del futuro, ¡y
acertar! - permite integrar en un sólo sistema el sistema Proyecto, a los dos antes men-
cionados: el artefacto y su funcionamiento, y la forma y manera de plantearlo y de con-
seguirlo.
En la primera parte del libro se presenta y comenta el proyecto como una larga
y seguida marcha de unas acciones humanas de particularización que llevan a cabo los
proyectistas con la intención teleológica de conseguir la corporificación de una idea, su-
perando dificultades y evitando percances.
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Parte 2ª: El artefacto.


Un proyecto es la resolución actual de un caso particular mediante un objeto o
un sistema real. Un artefacto es una organización de piezas que funciona a resultas de
unos fenómenos provocados por las interacciones, y que están ordenados espacial y se-
cuencialmente por la misma organización. Y al proyectar desarrollamos por partes lo
que luego deberá ser una unidad. Mas tanto las partes como la unidad, - al igual que su
valoración -, presentan facetas diversas según sean las circunstancias presentes, hic et
nunc, en las cosas reales.
Y la empresa de proyectar presenta tal complejidad que no siempre el éxito en
el logro material o sea la consecución del artefacto representa el éxito en la finalidad.
Para facilitar la comprensión del autentico problema y disminuir los errores, en
la segunda parte del libro se exponen y comentar las consecuencias de las interacciones
del artefacto y sus alrededores, de la aparición de los productos industriales como causa
y efecto de los artefactos, y las relaciones de estos con los hombres

Parte 3ª: Las personas.


Con el proyecto, al pretender que un artefacto material de satisfacción a unos
deseos, forzamos unas relaciones entre objetos y hombres. Y la empresa de conseguirlo,
por su lado las conserva, mantiene e introduce otras nuevas. Más y en cuanto partes de
un mismo sistema, no procede estudiar los hombres y los objetos demasiado por separa-
do.
Así las cosas, y manteniendo la finalidad de facilitar el planteamiento y la re-
solución del sistema proyecto, en el texto se tratan desde un punto de vista global: el
análisis de los fines y formas de actuar de los hombres, las expectativas de servicio, las
cualidades características de los artefactos ... como aspectos diversos del sistema hom-
bres - máquinas – ambiente. Pero se deja a criterio del lector el valor relativo que deberá
concederles en cada caso particular.
Se hace también presente que la realidad final del cuerpo material a conseguir
sólo encontrará sentido en la utilidad que se le saque a los servicios que aquel preste. Y
que la utilidad es la auténtica justificación de los trabajos y gastos, y constituye el ver-
dadero fin de la operación.
Finalmente por su repercusión en proyectos se presentan y comentan las diver-
sas entidades operativas de la ingeniería
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Parte 4ª: Morfología del proyecto.


Si deseamos proyectar un acaecer, no nos queda otro recurso que anticipar el
futuro, adelantarnos al tiempo y preparar intencionadamente todas las etapas que reque-
rirá la consecución. Previéndolas ya desde el momento de la decisión de acometer la
empresa, y proveyendo y procurando las medidas que convengan de forma que, al lle-
varlas a cabo luego, se consiga el acaecer buscado.
Desde la imaginación que da origen al artefacto (tomando esta palabra en su
más amplia acepción), hasta su eliminación final podemos distinguir las siguientes fa-
ses:
1) La clarificación de deseos, que nos llevará a la declaración de objetivos y a
la decisión de acometer la empresa. Incluye las propuestas, sugerencias, análisis de
oportunidades, análisis de viabilidad, plan esquemático, plan director, etc.
2) La particularización de la idea, con paulatino aumento de la definición de
las líneas maestras, de las características de servicio, de las formas de conseguir el obje-
tivo material (o ingeniería de base), hasta llegar a la imagen virtual, futurible y materia-
lizable (o ingeniería de detalle).
3) La realización material, con la corporificación de las piezas definidas en la
etapa anterior, y el montaje y puesta a punto.
4) La explotación y mantenimiento del artefacto.
5) El retiro y eliminación final, con el balance total de la operación.
Las etapas reseñadas son consecutivas y muy diferentes. En la primera y la úl-
tima predominan las razones económicas o de conveniencia social; la segunda y tercera
son del claro dominio del proyectista, aunque supeditadas a la posterior conveniencias
de la explotación y del mantenimiento; y en la cuarta, mandan las razones de funciona-
miento: organización, administración, seguridad, confianza, etc.
En la secuencia general antes mencionada es muy particular la corporificación,
el momento en que bruscamente lo que ha estado gestándose en un mundo sólo imagi-
nario entra en la realidad del mundo material. De alguna manera, las anteriores etapas
están destinadas a disminuir los errores que puedan cometerse aquí, y a acortar un tiem-
po que ya es de distinta cualidad, el tiempo físico, indetenible, inelástico e irreversible.
Y enormemente más caro.
En los Capítulos 17 a 21 se analizan y comentan por separado las diferentes
etapas.
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Parte 5ª: Las formas de comunicación.


Las intervenciones según un orden de personas diversas, - autores, ejecutores,
usuarios - con unos contactos y enlaces esporádicos, y con criterios propios, exige dis-
poner de una documentación de trabajo que describa los hechos previstos, los medios
asignados para la corporificación y la forma en que se deberá acometer... Y, por consi-
guiente, a prepararla.
Ahora bien, la documentación del proyecto se desarrolla en un tiempo artifi-
cialmente anticipado, y no es una finalidad sino un intermedio de realidad imaginada en
cuanto que es la imagen de un cuerpo material y de una manera de conseguirlo. Pero ni
lo imaginario de la documentación ni la virtualidad del tiempo de su preparación, debe
introducir dudas sobre la fuerte realidad de ambos. Una buena, fluida y exacta comuni-
cación de información es clave en los proyectos.
En este libro se comentan (caps. 23, 24 y 25) las ventajas y limitaciones de las
diferentes formas de comunicación interpersonal. Y finalmente, por su importancia en el
proyecto operación de ingeniería, se hace hincapié en las instrucciones que han de per-
mitir a unos hombres llevar a cabo las acciones que interesan (cap. 26). Unas instruc-
ciones que, reunidas y presentadas según las normas pertinentes a cada caso, reciben
muchas veces el nombre de Proyecto.

Como ya se ha indicado el libro no es una introducción a cómo proyectar, se


supone en los lectores el conocimiento básico de como hacerlo. Ni pretende tampoco ser
una metodología. Sólo es la exposición comentada de unos aspectos de los proyectos de
ingeniería que tal vez puedan facilitar al lector un mejor enfoque en la resolución del
proyecto para el caso particular por el que se interesa.

Barcelona, Marzo 2001


Jaime Blasco
Departament de Projectes d’Enginyeria
Universitat Politecnica de Catalunya
Acciones y resultados 1

PARTE 1ª: ACCIONES Y RESULTADOS


El proyecto y sus características.
El tiempo y los sucesos.
La realidad exterior.
La modificación del presente.
La intencionalidad teleológica de la acción humana.
La particularización de la idea.
Los percances en el transcurrir de las cosas.
La corporificación del artefacto.
Acciones y resultados 2

PARTE 1ª: ACCIONES Y RESULTADOS 1

1. EL PROYECTO Y SUS CARACTERÍSTICAS. 6


1.1. La operación de ingeniería denominada proyecto. 6
1.1.1. De los deseos a los logros: actuar con empeño. 7
1.1.2. El tiempo y la Realidad Exterior. 7
1.1.3. Los recursos de ingeniería. 8

1.2. Puntos clave en un proyecto 8


1.2.1. El artefacto a conseguir. 9
1.2.2. Las personas involucradas. 9
1.2.3. Los alrededores del lugar. 10
1.2.4. La utilidad a lograr. 10

1.3. Morfología de un proyecto. 11


1.3.1. Las formas de comunicación: los documentos 12

1.4. Consideraciones para los proyectistas 13

2. EL TIEMPO Y LOS SUCESOS. 14


2.1. Las secuencias de sucesos. 14
2.1.1. Las intervenciones humanas sobre la realidad exterior. 15
2.1.2. Prevención versus improvisación. 15

2.2. Las puertas del devenir. 16


2.2.1. Los sucesos espontáneos. 17

2.3. La incertidumbre del futuro. 17


2.3.1. El caos y la ordenación del futuro 18
2.3.2. La evolución del medio. 19

2.4. Tiempos reales e imaginados. 21


2.4.1. La ayuda y el valor del tiempo. 22
2.4.2. Acopio y expansión del tiempo. 23

3. LA REALIDAD EXTERIOR. 24
3.1. La eficacia de un proyecto de ingeniería. 24
3.1.1. La veracidad de las representaciones de la Realidad. 25
3.1.2. El mundo material y el mundo social. 25

3.2. Las cosas y las unidades culturales. 26


3.2.1. La realidad de los artefactos. 27
3.2.2. La artificiosidad de los artefactos. 28
Acciones y resultados 3

3.3. La contingencia y necesidad de los sucesos. 28


3.3.1. Las previsiones y los hechos. 29
3.3.2. Las promesas y los hechos. 31
3.3.3. El valor de las teorías. 31

3.4. El éxito en la consecución final. 32


3.4.1. Prevención, fiabilidad y redundancia. 32

4. LA MODIFICACIÓN DEL PRESENTE. 34


4.1. El estado presente. 34
4.1.1. El devenir local de un estado de cosas. 35
4.1.2. El valor del aquí y el ahora. 35

4.2. La intervención humana sobre el devenir. 36


4.2.1. La coyuntura de lugar y momento. 37
4.2.2. El impacto de las acciones humanas sobre la Realidad. 38

4.3. Las acciones de corporificación y el tiempo. 38


4.3.1. Comentarios al momento de actuar. 40
4.3.2. El rol de los operadores directos. 41

4.4. Las emergencias. 42

5. LA INTENCIONALIDAD TELEOLÓGICA DE LA ACCIÓN HUMANA. 44


5.1. Las acciones para la manipulación humana de la evolución. 44
5.1.1. las expectativas motivadoras de la acción 45

5.2. Pluralidad de intenciones en la acción. 45


5.2.1. Fuerza o vigor de las preferencias en las decisiones de actuar. 46
5.2.2. Las molestias e inconvenientes disuasorios. 47
5.2.3. Imprecisión y mudanza en las evaluaciones de ganancias y pérdidas. 48

5.3. Las motivaciones de la decisión personal de actuar. 49


5.3.1. Consideraciones sobre el éxito del artefacto. 49
5.3.2. El compromiso teleológico con el artefacto 50

5.4. La comprobación final y a posteriori del éxito en el logro. 51


5.4.1. Provecho particular y provecho general. 52

5.5. La acción humana en cuanto una actividad económica. 53

6. LA PARTICULARIZACIÓN DE LA IDEA. 54
6.1. La idea, el objetivo y la cosa. 54
6.1.1. La marcha de particularización hacia lo material y singular. 54
6.1.2. La preparación de las ocasiones para actuar 55
Acciones y resultados 4

6.2. La cosificación de los deseos. 56


6.2.1. La adición de más y nuevas propiedades. 57

6.3. Las variantes de la particularización. 58


6.3.1. Las decisiones en base a un futuro hipotético 59

6.4. Pensar, decidir, hacer. 59


6.4.1. Elegir y escoger. 60
6.4.2. Constricciones en la decisión. 62

6.5. La finalización del proceso 63

7. LOS PERCANCES EN EL TRANSCURRIR DE LAS COSAS. 65


7.1. El decurso de las cosas. 65
7.1.1. Opiniones y predicciones sobre el devenir 66
7.1.2. Trascendencia de los sucesos actuales sobre el devenir de las cosas. 67
7.1.3. Consideraciones sobre responsabilidad y culpa. 67

7.2. El azar y otras fuentes de contratiempos. 68


7.2.1. Las limitaciones del proyectista 70
7.2.2. La desidia, mala fe, incompetencia o ignorancia 70
7.2.3. La fe personal en la propia suerte. 71
7.2.4. La ganancia personal 72

7.3. Las protecciones frente a lo inesperado o fortuito. 73


7.3.1. Comentarios al riesgo: probabilidad y daños. 74
7.3.2. Teoría y praxis, los coeficientes de seguridad. 75
7.3.3. La prevención de las equivocaciones. 76
7.3.4. La desconfianza ante la innovación. 77

7.4. La imprevisibilidad del comportamiento humano. 77


7.4.1. Consideraciones sobre la credibilidad de las Empresas. 78

8. LA CORPORIFICACIÓN DEL ARTEFACTO. 79


8.1. Comentarios a la fabricación o construcción del cuerpo material. 79
8.1.1. Concatenación de las acciones puntuales. 80
8.1.2. La ocasión y oportunidad en las actuaciones. 80
8.1.3. Conflictos entre los recursos a utilizar. 81

8.2. Los medios o recursos para una corporificación 82


8.2.1. La división del trabajo: conocimientos, capacidades y habilidades. 82
8.2.2. El marco de tiempo y lugar. 83
8.2.3. La energía, la tecnología y las herramientas. 84
8.2.4. El dinero asignado. 85

8.3. Las condiciones de una corporificación 85


8.3.1. Constricciones propias de los recursos. 86
Acciones y resultados 5

8.3.2. El objeto - artefacto, un compromiso entre lo conveniente y lo factible. 87


8.3.3. La adecuación de los medios a los fines. 88

8.4. Los fallos en el proyecto. 89


Acciones y resultados 6

1. EL PROYECTO Y SUS CARACTERÍSTICAS.

1.1. La operación de ingeniería denominada proyecto.


Con la operación de ingeniaría denominada “proyecto” conseguiremos un ob-
jetivo material predeterminado, por modificación de la Realidad Exterior mediante unas
acciones humanas que hemos seleccionado y ordenado atendiendo a criterios de:
- confianza en el logro,
- seguridad de los participantes, y
- economía en la utilización de los recursos.
El proyecto abarca no sólo el declarar y el preparar sino el hacer y el conseguir,
y forma parte del mismo:
- la determinación del objetivo material en el que plasmamos los
deseos,
- la determinación del proceso a seguir para la consecución,
- la consecución misma con la corporificación del objetivo,
- la ulterior comprobación del éxito en el logro del objetivo mate-
rial y en el cumplimiento de los deseos que lo sustentaron.
El proyecto es por lo tanto el transitorio que ha de llevar a un nuevo estado de
cosas que, según nos hemos imaginado, se ajustará mejor que el actual a nuestros de-
seos. Si mediante una adecuada manipulación de la Naturaleza lo conseguimos, el pro-
yecto fue correcto; de lo contrario, como un proyecto no puede llevar al fracaso, no hu-
bo tal proyecto.
Tanto si se prepara un crucero de placer como una puesta en riego, tanto si se
prepara un nuevo tipo de bolígrafo como un espectáculo musical, el desarrollo está su-
peditado a la confianza en el logro y acaba en cuanto aquella se pierde. Si nuestro es-
fuerzo no nos ha de llevar a donde deseamos, ¿por qué continuarlo?; y si no nos entera-
mos de ello hasta el final, algo no va.
Acciones y resultados 7

La acepción de proyecto aquí expuesta se ajusta a los criterios anglosajones.


En España la acepción es con frecuencia más restringida, y también se denomina Pro-
yecto a:
- La determinación y descripción pormenorizada del objetivo.
- Una parte importante y consistente de la determinación, o de la
descripción del proceso de consecución.
- La corporificación y el logro del objetivo

1.1.1. De los deseos a los logros: actuar con empeño.


Cuando nosotros hacemos algo, no somos nosotros sino las fuerzas de la Natu-
raleza quienes harán aparecer las cosas. Con nuestras manipulaciones sólo logramos que
la Naturaleza evolucione, hasta cierto punto, en el sentido y forma que a nuestro parecer
más nos conviene.
Manipular es intervenir, pues no se trata de una operación contemplativa sino
activa. Hay que aplicar la energía personal, mental y física. Hay que hacer, hay que ac-
tuar.
La acción humana es indispensable para llevar a cabo el Proyecto. Para ini-
ciarlo, continuarlo y consumarlo. Un “proyecto” es la adición de muchas pequeñas ac-
ciones humanas organizadas racionalmente según una intención y para decidirse a ac-
tuar, a vencer trabas, hace falta una motivación.
El incentivo en el caso del proyecto es nuestro interés por un estado de cosas
que consideramos más deseable que el actual. Este logro satisfará el deseo y compensa-
rá de las penas y molestias de la acción emprendida: el espectáculo nos compensará las
molestias de la reserva y el pago de las localidades; el esquiar, las molestias de llegar a
la estación de esquí; el vivir en nuestra propia casa, los contratiempos de diseñarla y
construirla. Pero no siempre es así, la película puede resultar un latazo; esquiando nos
podemos romper una pierna; y adiós familia si nos divorciamos.
El disponer del nuevo estado de cosas no siempre y necesariamente nos satisfa-
rá según nos habíamos imaginado. Y de ahí proviene una de las mayores dificultades
del proyectar.

1.1.2. El tiempo y la Realidad Exterior.


La seguridad de que se verán con el tiempo confirmadas las expectativas de
ahora, depende en mucho de la demora. Y si las cosas del futuro ya no se ven claras, to-
davía es menos seguro que nos lleguen según imaginamos, ni que cuando lleguen las si-
gamos deseando.
Acciones y resultados 8

Las leyes de la Realidad Exterior son unas, y las de nuestra Imaginación,


otras; y Realidad e Imaginación evolucionan independientes mientras se prepara el pro-
yecto. El helado que deseábamos, puede que nos llegue medio derretido; o puede que ni
siquiera llegue, si nuestro recadero partió con poco dinero.
No cabe esperar la colaboración activa de la Realidad Exterior en una evolu-
ción según nuestras conveniencias, más bien encontraremos resistencias. No podemos
confiar en que el olmo acabe dándonos peras. Si queremos peras deberemos arrancar el
olmo, plantar un peral, y esperar, y estar preparados para enfrentarnos a sequías, plaga...
o a ladrones.
Y todo a su tiempo, en una sucesión de cambios, más o menos molestos de lle-
var a cabo, programados para que cada uno de ellos nos lleve de acuerdo con las leyes
de la evolución de la Naturaleza, paso a paso y de presente en presente, (todos ellos di-
ferentes, inestables, efímeros), al deseado final de nuestras peras...
Y, al poner en ello nuestra voluntad y empeño, ha de estar previsto todo lo que
será pertinente para asegurar el éxito. Y también han de estar previstas las condiciones
de abandono.

1.1.3. Los recursos de ingeniería.


Sabemos algunas cosas del mundo de la Realidad Exterior y de sus leyes de
evolución. De algunas, sabemos además cómo pueden ser explotadas a nuestra conve-
niencia. Y las explotamos para que la Naturaleza nos proporcione unas cosas que no
estaba en su programa el darnos: por ejemplo las tazas y los grifos de los lavabos. Cosas
que, si bien son de alguna manera obra nuestra, sólo lo son hasta cierto punto. No es
obra nuestra ni la cerámica ni el esmalte, ni el metal ... sólo la forma y el lugar en que
aparecen.
Los recursos de la ingeniería nos permiten unas ligeras manipulaciones de la
Realidad Exterior y nos permiten conseguir que, bajo ciertas circunstancias, unas cosas
determinadas aparezcan o no aparezcan en un determinado lugar, momento y forma.
Los recursos de ingeniería son clave para la corporificación de lo imaginado. Y
altamente específicos, llaves de unas cerraduras, cada caso requiere acudir a unos recur-
sos determinados.

1.2. Puntos clave en un proyecto


Para resolver con éxito un proyecto hay que tener en cuenta: el artefacto a con-
seguir, las personas directa o indirectamente involucradas, los alrededores y circunstan-
Acciones y resultados 9

cias del lugar sobre el que se va a actuar, y la utilidad final a lograr. Estos temas que a
continuación se comentan, se expondrán con mas detalle en otros capítulos junto con
sus derivaciones.

1.2.1. El artefacto a conseguir.


Con el buen fin de que se entiendan quienes van a participar en la empresa, ha-
ce falta exponer claramente cuál es el estado de cosas que intentaremos conseguir. La
determinación del objetivo es, por lo general, el resultado de un proceso largo y com-
plejo.
Nuestro artefacto es una unidad fáctica singular.
- Es un Todo formado por unas partes bien diferenciadas (y que
hasta cierto punto son independientes), es una organización que
manejamos como unidad.
- Y es una unidad de función que tratamos y resolvemos por par-
tes.
Y no puede quedar vacío o lo que es lo mismo, lleno de cualquier cosa. El “v i-
no blanco cualquiera” que pedimos, acabará siendo el particular peleón de la casa con
sus gustos y regustos, o en el de una marca especial,… o no beberemos vino en la comi-
da.

1.2.2. Las personas involucradas.


Las organizaciones están formadas por personas, las máquinas están condicio-
nadas a las personas. Unas personas que a veces aciertan y a veces se equivocan. En un
momento dado, ¿qué harán?, ¿hasta qué punto permitirán funcionar o lograrán que fun-
cionen las máquinas?.
El hombre es pieza clave y fundamental en el proyecto, no sólo porque el “ob-
jetivo” de la empresa, el artefacto, está encaminado al servicio del hombre, sino porque
son también unos hombres quienes llevarán a cabo el planteamiento y luego la ejecu-
ción. Y por unos y otras causas el proyecto está supeditado al interés, capacidades y li-
mitaciones de los hombres.
Las pequeñas cosas las puede hacer un hombre sólo, mas cuando aumentan en
complejidad o tamaño, cuando crece el tiempo a emplear en obtenerlas... entra en esce-
na la sociedad organizada.
Y cuando los individuos piden la ayuda de otros individuos; y los colectivos, la
de otros colectivos; y cuando las responsabilidades están compartidas y difuminadas:
inventores, usuarios, fabricantes, vendedores... con distribución de los conocimientos y
de los desconocimiento, con proliferación de los especialista... en estos casos, el buen
Acciones y resultados 10

conocimiento previo de las posibilidades y limitaciones de quiénes serán los que lle-
varán a cabo las cosas, es muy conveniente para poderlas plantear con esperanzas de
éxito.
Por otro lado, el “hacer para uso propio” no es lo mismo que el “hacer para
otro”. Y con ello aparecen las normas, reglamentos.

1.2.3. Los alrededores del lugar.


El nuevo estado de cosas que se pretende alcanzar, debe estar forzosamente en
el mundo en que vivimos y formar parte de este. Y si por un lado nuestro artefacto es
una modificación de lo que antes había, también modifica lo que hay y lo que luego ha-
brá.
En el mundo de la Realidad Exterior no hay partes. El que nosotros las diferen-
ciemos o distingamos, no cambia el asunto. Introducimos el artefacto en un mundo físi-
co y social que es un todo global, con sus interrelaciones y sus múltiples lazos. Y el ar-
tefacto se incorpora a su evolución.
Por lo general, nosotros pretendemos que el nuevo estado de cosas perdure (no
se trata por lo común de castillos de fuegos artificiales). Pretendemos que el artefacto
nos preste un servicio durante un tiempo, y para ello no debe ser rechazado por sus alre-
dedores.
Por otro lado, nosotros queremos alcanzar un nuevo estado de cosas bien de-
terminado en tiempo y lugar. No se trata de revolucionar el mundo sino de modificar a
nuestra conveniencia una pequeña parte. Nuestro artefacto no tiene que alterar aquellos
alrededores con los que ya estamos conformes ni enfrentarse innecesariamente a ellos.
Queremos comer una paella, no incendiar el bosque. El análisis y estudio de
las relaciones entre los artefactos y sus alrededores importa y mucho.

1.2.4. La utilidad a lograr.


Satisfacer unos deseos es nuestra finalidad, pero en el toma y daca,en el juego
de contrapartidas, chalaneo y compromiso a que nos lleva el modificar la Realidad Exte-
rior (una Realidad que se resiste), no todo serán ventajas. Hay y habrá inconvenientes
aunque no los tomemos en consideración ni los tengamos presentes.
Así las cosas, nuestras evaluaciones del servicio del artefacto variarán según
sean los aspecto que contemplemos. Y como difícilmente los podremos explorar todos,
entre otras cosas porque desconocemos muchos de ellos, nos resulta difícil averiguar (y
toma su tiempo) si el artefacto del que ya disponemos, por ejemplo las autopistas, están
resultando rentables.
Acciones y resultados 11

El artefacto - función forma parte del mundo económico de la civilización


occidental, y le comunican sentido los criterios económicos. Si estos se deforman, se
convierte en producto de venta y hace dejación de su finalidad primordial: el evitar pe-
nalidades y proporcionar satisfacciones auténticas y reales, no dinero. Y, molesto de ha-
cer y molesto de usar queda reducido a instrumento de tortura.
Según la cultura del progreso que se basa en el desarrollo tecnológico y lo
fomenta; el artefacto a lo largo de su vida útil debe proporcionar al usuario unos benefi-
cios materiales (ganancias menos pérdidas) suficientes para permitir, como mínimo, su
sustitución por otro equivalente. De lo contrario no habrá progreso, sino retroceso.
Cambiando de tema, siempre es posible imaginar un artefacto nuevo que haga
mejor uso, simplifique el servicio, se adapte más a ... y siempre será posible su mejora.
Y este aumento constante en la utilidad, a través de la innovación y mejora, les confiere
caducidad y obliga a sustituir unos por otros en cadena ininterrumpible. El Progreso de-
vora a sus creaciones.

1.3. Morfología de un proyecto.


El desarrollo de lo que nosotros denominamos “proyecto”, atraviesa unas eta-
pas claramente diferenciables. Cada una constituye de alguna manera una unidad y tiene
por base las anteriores. El éxito final depende del acierto en todas, y errar en sólo una ya
conduce al fracaso.
El planteamiento es similar en todos los proyectos, pero la resolución práctica,
como resultado de un prescindir de unas cosas y de un tener en cuenta otras, es propio y
particular del caso de cada uno.
1. En su primera fase, el proyecto consiste en preparar una declaración de ob-
jetivos, la aclaración y determinación de cuáles son nuestros auténticos deseos, y la es-
pecificación de cuál es el estado de cosas que los satisfará. Es una actividad creativa en
la que se delimitan y fijan las grandes líneas de un objeto material para que satisfaga las
condiciones de nuestra Imaginación... Y, atención, si aquí cometemos error nos será im-
posible corregirlo en las etapas posteriores.
2. Conocidos los objetivos, se entra en un proceso de pormenorización que
irá fijando los detalles de un artefacto en particular, sobre escritos, dibujos, modelos...
Actividad laboriosa y lenta. En su mayor parte labor de despacho y oficina. Para mu-
chos, esta tarea y su resultado en planos y documentos es el auténtico “proyecto”. Para
nosotros es una etapa ni más ni menos importante que las otras, con una amplia varie-
dad de formas específicas según las tecnologías: mecánica, eléctrica,...
Acciones y resultados 12

3. Cuando se dispone ya de un documento que lo describa, se entra en la eje-


cución del artefacto en el taller o tajo. Paulatina e independientemente se convierten los
modelos de cada parte en cosas, en piezas materiales que después, pieza a pieza y pieza
tras pieza, se irán uniendo físicamente para dar el artefacto.
4. Una vez acabado, el artefacto entra en funcionamiento y se mantiene en
funcionamiento. Hecho para prestar un servicio, ha de prestarlo. La evaluación de la
utilidad real que obtiene la Sociedad del funcionamiento, (incluyendo la eliminación fi-
nal) permite conocer cuál ha sido el beneficio global. Demasiadas veces se prescinde de
esta última etapa, y, pese a que el artefacto funcione y funcione bien, no se sabe si ha
representado un enriquecimiento o un empobrecimiento social.
Cada una de las etapas mencionadas presentan unas características propias bien
diferenciadas. Para llevarlas a cabo hace falta personal con cualidades y capacidades
bien diferentes. Un inventor no es necesariamente un buen calculista ni un gran mecáni-
co.

1.3.1. Las formas de comunicación: los documentos


En un proyecto participan a la vez o sucesivamente unas tras otras múltiples
personas que, por lo general, ni se conocen ni saben unas de otras. Forman una red de
cadenas en la que cada eslabón utiliza una información que recibe de los anteriores, y
que traslada, con las modificaciones y adiciones que él introduce, a los que le siguen.
Disponer y preparar una instrucciones correctas, adecuadas y en número sufi-
ciente, lograr que lleguen integras y sin alteraciones a su destino... en definitiva, dispo-
ner de una buena información y de unas buenas formas de comunicación son requisitos
indispensables para el éxito del proyecto.
Y resulta imprescindible conocer la capacidad de los diversos modos de comu-
nicación humana, su fiabilidad y potencial; y conocer asimismo las ventajas e inconve-
nientes junto con las oportunidades y limitaciones que presentan. Y también es preciso
conocer los tipos de instrucciones a preparar, para qué hay que prepararlas, y en qué
forma hay que hacerlo a fin de lograr que se apliquen bien, y que se alcancen, superando
contratiempos, los resultados previstos
Los conocimientos, que son menestres no necesariamente profundos, pueden
limitarse a exposiciones que se confirmen con el éxito de la aplicación al caso particu-
lar, y que den sentido a las diversas partes que integran el programa de información y
comunicaciones del proyecto.
Acciones y resultados 13

1.4. Consideraciones para los proyectistas


Para tener éxito en el proyectar, hace falta:
- poseer una visión a la vez del presente y del futuro, del ser y del
devenir, y
- poseer una visión que facilite la aproximación pragmática al caso,
al momento y al lugar,
y solo, si se dispone de ambas visiones, serán posibles las pertinentes simplificaciones
en el estudio y en las acciones.
Por otro lado para decidir con acierto en cada caso particular, conviene ser
conscientes de:
- los límites propios y de quiénes nos ayudarán,
- los recursos de que disponemos...
- de qué cosas y aspectos debemos considerar, y de cuáles pode-
mos pasarnos.
Y es preciso conocer a fondo tanto el hacer y sus consecuencias sobre la evolu-
ción, como la importancia que estas puedan alcanzar y debe dárseles en el caso particu-
lar... Caso particular que, acuciados por la prisa, raras veces podremos analizar en su
totalidad, y en el que nos limitaremos a considerar sólo algunos aspectos, confiando en
que la costumbre y nuestra formación nos hagan detectar los verdaderamente pertinen-
tes.
Ahora bien, si la reducción del campo del proyecto a “lo que importa” depende
del caso, el hacerlo con acierto depende del proyectista. Y, salvo casos de rutina, sólo
quien esté entrenado en ver las cosas de forma general, podrá llevarla a cabo sin gran
riesgo. Procede pues estudiar a fondo, cuando hay la oportunidad y se dispone de tiem-
po, la multitud de circunstancias que pueden tener repercusión sobre el logro, para estar
en condiciones de acertar cuando se haya prescindir de algunas de ellas.
Desde todo punto de vista, un proyecto es una acción humana. Y es evidente
que las limitaciones y capacidades del hombre, tanto en el hacer como en el errar, mar-
can una perspectiva particular en el estudio y análisis de las circunstancias reseñadas en
este capítulo, de las que vamos a tratar separadamente en los que le siguen.
Acciones y resultados 14

2. EL TIEMPO Y LOS SUCESOS.

2.1. Las secuencias de sucesos.


El mundo de las cosas, el mundo de la realidad exterior, está inmerso en un
cambio multidireccional. Está sometido a una continua y variada transformación de di-
versas con contingencia y velocidad diversa.
El Tiempo proporciona el sostén de los cambios. Relaciona y entrelaza los su-
cesos físicos o sociales que aparecen en su trama. Y para nosotros somete el Futuro a la
Historia, al Pasado pues el principio de la causalidad “no se da el hecho sin causa” es el
fundamento de nuestra Cultura Técnica1.
Al no aceptar que los sucesos sociales o físicos acaecen de modo fortuito, las
cosas de ahora tienen sus raíces en el pasado, y lo que ya ha sucedido, forma cadena con
lo que está sucediendo y con lo que sucederá.
Y cuando los sucesos forman parte de una estructura en evolución, como esta
evolución es modificable por la actuación del hombre, ha de ser posible, y nos es posi-
ble, conseguir con una debida preparación que acaezcan unas cosas en vez de otras. Y
tienen sentido los Proyectos de Ingeniería.
La actividad del Ingeniero se basa en la certeza del sí y del no: “Después de
esto sucede, siempre o nunca, esto otro”. En la ingeniería no hay lugar ni para la igno-
rancia ni para el error. Tampoco se admite el Hado, ni en las estimaciones figura la Pro-
videncia como factor favorable o desfavorable. No se actúa si no se conocen todas las
variantes y se está en posición de dominarlas. En ingeniería sólo deben presentarse los
sucesos considerados convenientes, y hay que impedir totalmente la aparición de los
que no lo son. Prevención es previsión.

1
Ello no es óbice para que un mismo suceso pueda tener varias causas diferentes o ser el resultado de se-
cuencias convergentes totalmente diferentes.
Acciones y resultados 15

2.1.1. Las intervenciones humanas sobre la realidad exterior.


Puede que haya varios mundos, físicos o no físicos, con sus leyes propias. La
Ingeniería sólo conoce y se interesa por aquellos en los que puede actuar, que sabe ma-
nipular, e ignora los demás. La Ingeniería requiere:
- fenómenos verificables y repetitivos a voluntad, y
- escena y escenario modificables voluntariamente por la acción
humana.
El hombre vive en la Tierra, es capaz de alterar el medio físico en que se mue-
ve, y conoce suficientes Leyes físicas con las que obtener resultados, por ejemplo cam-
biando el sentido o el lugar de aplicación. No es de extrañar pues que en su más fre-
cuente acepción, la Ingeniería sea el Arte de actuar sobre una Realidad Exterior, dada
por existente e indiscutible, para lograr un estado de cosas diferente que se supone más
ventajoso.
La Ingeniería, para alcanzar sus objetivos, se sirve de la acción directa y física
del Hombre a lo largo de estudiados procesos. En todo momento es preciso saber para
prever, y prever para proveer; pero saber como se hace no es lo mismo que saber ha-
cerlo (por ejemplo jugar a tenis o al billar).
El resultado final de una acción no es ni final ni definitivo, sino un eslabón más
de una cadena. Ahora bien, la Ingeniería considera a algunos como resultado final y
como tales los tendremos siempre que nos convenga.

2.1.2. Prevención versus improvisación.


La vida del Hombre transcurre en el Tiempo. En todo instante dispone de un
pasado, de un presente y de un futuro con valores diferentes en cada cultura.
En la Cultura Técnica se cree que el Hombre vive en el Presente con el objeto
de preparar un Futuro a su conveniencia. Esta creencia da lugar a la Prevención (centrar
la Vida en el Futuro), y a las obras de Ingeniería (un Futuro con cargo al Presente). Se-
gún la Ingeniería, vivir mejor mañana compensará el vivir peor hoy.
Pero también se puede vivir solo en el Presente y es seguramente una forma de
vivir más agradable: sólo hay que preocuparse por las adversidades que se encuentran y
no por todas las que se pueden presentar. En contrapartida, el hombre que vive en Pre-
sente necesita una mayor adaptabilidad, a fin de hacer frente, a bote pronto, a las diver-
sas circunstancias que se le vayan presentando.
La Improvisación es un enfoque racional del vivir cuando el medio físico o so-
cial no es hostil; y la Prevención es imprescindible cuando se ve amenazada la supervi-
vencia.
Acciones y resultados 16

Algunas mentalidades toman en su sentido literal que el Hombre es el Rey


de la Creación, creen que las cosas están hechas para servirles y deben cumplir y plegar-
se a sus deseos. Y, según ellos, la Naturaleza está obligada a corregir los efectos de su
ignorancia personal, suposición que no está ratificada por la experiencia. Los técnicos
serían innecesarios si la Suerte estuviera obligada a velar por el bien de los hombres.

2.2. Las puertas del devenir.


Son pocas las cosas que pueden acontecer ahora mismo, son más las que pue-
den acontecer mañana, y son incontables las que podrían presentarse en un futuro leja-
no. Mas, si el tiempo abre las puertas de lo posible en un amplio abanico de futuros, el
mismo los cierra al transcurrir, pues si bien todo acontecimiento ofrece oportunidad pa-
ra nuevos acontecimientos, las oportunidades solo se mantienen si tiene lugar, aquí y
ahora, todo lo que debe dar la entrada a su acontecer.
La acción humana, al incidir (aquí pongo, aquí quito), heurística o premedita-
damente, en el instante preciso, sobre un punto clave del conjunto en evolución, puede
transformar la contingencia en necesidad. Y como el clavo bien colocado que revienta la
rueda, puede lograr que necesariamente acaezca lo que tal vez no hubiera acaecido.
Así las cosas, como
- la unidireccionalidad del tiempo hace desaparecer, rápidamente,
las oportunidades no utilizadas, y
- lo que en su momento no se hizo, quedó por hacer, y
- los eventos que van sucediendo, restringen la gama de las opcio-
nes, y
- modificar el pasado no está dentro de las posibilidades del hom-
bre,
y paso tras paso, cada vez se hace más evidente hacia donde transcurrirán las cosas.
Al cumplir el tiempo, si se olvida lo que se pudo haber hecho y no se hizo, es
fácil explicar cómo y por qué, necesariamente, el suceso es el resultado forzoso del es-
tado inicial con unas razones y excusas que no son disculpa, y que a posteriori carecen
de utilidad práctica. La corporificación de hechos no convenientes pondrán de mani-
fiesto el fracaso de la previsión: al analizar los resultados, los hechos cantan y las expli-
caciones sobran.

2.2.1. Los sucesos espontáneos.


Según se ha indicado, la Ingeniería de hoy no admite hechos sin causa. La
gestación del suceso espontáneo, manifestación política, incendio, accidente, … habrá
Acciones y resultados 17

sido larga, lenta y prácticamente invisible para quien no haya prestado atención, pero
lo súbito e inesperado del estallido final no debe hacernos olvidar que ha habido una
preparación voluntaria o involuntaria, activa (acción) o pasiva (omisión).
La ignorancia o el olvido de unos sucesos por las personas que son oficial-
mente responsables de ellos, no transforman las situaciones reales en inexistentes. Con
total independencia y absoluta desconsideración de cual sea la voluntad humana, las le-
yes físicas o sociales siguen rigiendo y producen sus resultados.

2.3. La incertidumbre del futuro.


Eventos posibles y sucesos reales forman una red que fluye desde el futuro ha-
cia el pasado, una red que en burda aproximación se puede asimilar a unos caminos que
parten de puntos diferentes, con diversos destinos, cambiando con frecuencia de direc-
ción, cruzándose y entrecruzándose entre ellos. Como es de suponer, si no se dispone de
Planos y no hay una señalización, cada cruce abre un abanico de posibles aciertos y fa-
llos. En la elección segura si se conoce el camino, cabe el errar, si se basa en estimacio-
nes de orientación,o se limita a una apuesta de Azar. Y aunque abunden los caminos pa-
ra cada destino, es poco probable llegar a donde se deseaba.
Ahora bien, para quien pueda observar el conjunto, si bien le será imposible
adivinar de antemano dónde ira a parar un caminante que se introduzca en la maraña, si
que podrá afirmar con toda seguridad a donde llegará el que tome una secuencia de de-
cisiones determinadas.
De forma similar, no podemos saber lo que va a acaecer antes de que acaezca.
Pero en muchos casos nuestra incertidumbre sólo corresponde a la entrada, a las condi-
ciones iniciales: y sí estas se presentan, sabemos que el proceso se irá desarrollando
inexorablemente y de una forma ordenada según una clara línea. En estos casos

∑ ni nuestra incertidumbre sobre una proposición quita fuerza al razona-


miento que la toma por base de partida,

∑ ni la bondad del razonamiento aumenta la probabilidad objetiva de la


ocurrencia de aquella.
La ocurrencia de un suceso depende de leyes físicas, sociales, o biológicas que
se aplican2 sobre un estado de cosas, y nosotros tendremos su acontecer como seguro,

2
Las probabilidades históricas, las objetivas y las subjetivas son cosas muy diferentes. La sensación per-
sonal de seguridad no tiene siempre y necesariamente una base objetiva y comprobable. La confianza y la
credibilidad, fundamento de las apuestas, no influyen en el curso de las cosas.
Acciones y resultados 18

probable o incierto según sean nuestros conocimientos sobre las leyes y sobre el es-
tado de cosas.
Y así sabemos de forma segura que todos los hombres mueren y que el agua se
evapora, sabemos también que los accidentes de tráfico son probables, y podemos cono-
cer su número aproximado.
Nuestra incertidumbre es total sobre si un terremoto tendrá lugar en una fecha
o lugar preciso, o si enfermará una persona determinada en una fecha establecida, o
simplemente sobre lo que sucederá de especial mañana. En cambio, nos es posible de-
terminar, con certeza, cuál será el nuevo cauce de un río en el caso de que modifique su
curso a resultas de una inundación, sin que ello aumente la probabilidad de que ocurra la
inundación, ni por lo tanto el cambio de cauce.

2.3.1. El caos y la ordenación del futuro


Los eventos imaginarios (pasado o futuro) están organizados en familias dentro
de “Planos de Acción” que se diferencian en los condicionales “si...”. Planos y fenóme-
nos entran en el menudo real del Tiempo Verdad al corporificarse en la Realidad.
Se trata de un caos ordenado y ordenable, donde cada línea de hechos posibles
(variantes) es una secuencia temporal cuyo tiempo forma parte de un grupo de múltiples
componentes (+1, +i, +j, +k...,-1,-i,-j,-k...). Algunos de los elementos de la secuencia
tienen todos sus componentes nulos salvo:
- el (+1), sucesos reales del presente
- el (-1), sucesos ahora en el pasado pero que fueron reales.
Cada uno de los Planos contiene sus propias cadenas de eventos que forman
árboles y redes con las de otros planos. El Tiempo los preside todos con diferentes in-
tensidades: en algunos sólo impone el orden del antes y el después, y en otros aplica con
todo rigor la dictadura del tiempo objetivo. ¡Sólo algunas de las cadenas de eventos han
sido o serán Realidad!.
Así las cosas, la preparación del evento que va a acontecer, de alguna forma se
podría asimilar a la narración realista de una historia ya pasada, pero contada a partir de
hoy y lanzada, proyectada, hacia el futuro. Con un cierto parecido, pero no exactamente
igual a la verdadera y detallada crónica de un suceso aunque descrita de forma profética
En la Ingeniería para que la (crónica con vida en Mundo y Tiempo imaginados)
se plasme en el Mundo real y en el Tiempo presente, es indispensable que en el mo-
mento preciso haya una aportación de suficiente esfuerzo humano que asegure la apari-
ción en el Tiempo Verdad de todos los hitos y pasos previos. Aportación que proviene
Acciones y resultados 19

de una calculada decisión intencionada. Las cosas, dejadas a sí mismas, hubieran ido
por otros derroteros.
El transcurso del tiempo objetivo es monótono, pero no en lo referente a las
ocasiones que presenta para modificar el Futuro. En los momentos cruciales corre apa-
rentemente rápido y luego se calma.

2.3.2. La evolución del medio.


El trabajo en tiempo real que nosotros llevamos a cabo en el plano de los tiem-
pos y sucesos imaginados, el trabajo de preparación no implica una traslación de toda la
actividad del Mundo Real físico y social. Y al margen de lo que nosotros estemos ha-
ciendo, el tiempo real sigue provocando cambios en la Realidad de la que hemos partido
y a la que deseamos regresar. Tanto el mundo físico como el social están en continua y
constante transformación, una evolución continua aunque a veces nos parezca discreta.
Y puede que el medio físico o social reinante cuando le llegue el turno al artefacto, no
coincida con el de ahora.
Así las cosas como el tiempo que empleamos en una preparación, transcurre
para todos y para todo, al proyectar se trata en cierta forma de acertar sobre un blanco
móvil. Y al deshacer la traslación del futuro al hoy, al entrar nuestra obra de ayer en el
sitio que según nosotros le pertenecía, a veces el medio previsto ya no está o es dife-
rente.

∑ Los ríos cambian de curso. Y el agua puede pasar de pura y cristalina a


negra y putrefacta, con graves repercusiones para una destilería de whisky o
una instalación de galvanización, etc.. O el restaurante turístico, con vista
panorámica, puede quedar pegado al muro de una central térmica, etc.

∑ La innovación tecnológica tiene unas repercusiones (la calefacción en


locales y coches ha hecho desaparecer los recios tejidos de invierno), y los
cambios sociales otras (el caso de las puertas, porteros y porterías de los
edificios urbanos), cuando ambos coinciden el cambio se potencia de forma
imprevisible.
Si cada baile necesita su música, es de tontos proyectar hoy un sombrero de
mujer para el año 2010, carece de sentido diseñar, con técnicas de hoy, el transporte in-
dividual del año 2030.

La prevención, rotura de la contingencia.


Con nuestras acciones podemos intervenir sobre la evolución do la Naturaleza
y transformar la contingencia en necesidad. Mediante una acción humana oportuna y
eficaz podemos convertir un evento improbable en probable, y hasta en seguro. Al mo-
dificar el presente tanto podemos provocar como prevenir un suceso futuro.
Acciones y resultados 20

Sólo se puede prevenir lo que realmente puede acaecer. Y sólo si se sabe


cómo hacerlo. No tiene sentido programar lo que no habrá posibilidad de llevar a cabo
por falta de recursos, falta de conocimientos...
El objetivo de la prevención es claro y definido (que suceda esto o que no su-
ceda aquello), y encuentra éxito tanto en el caso singular (no he tenido incidentes en
este viaje), como en la serie de sucesos (he tenido menos incidentes en mis últimos via-
jes).
La prevención no es un trabajar por el gusto de lo innecesario. Cosa de profe-
sionales, no es un juego o un entretenimiento intelectual como un crucigrama o una
Utopía; sólo se aplica cuando hay auténtico interés en que unos eventos verdaderamente
contingentes sucedan o no sucedan.

∑ La previsión de probabilidad de un acaecer sólo es una fracción de la


unidad, mientras que el suceso que acaece, acaece en su totalidad. La pre-
vención sólo tiene sentido cuando creemos que el riesgo de que se nos des-
barate un estado de cosas, nos compensa del esfuerzo actual de impedirlo.
(Valor del esfuerzo de evitarlo) * (Probabilidad de acaecer) < (Valor asignación al éxi-
to).
Tanto la valoración del esfuerzo actual como la del éxito futuro tienen una gran
componente de cultura social y personal. Y lo mismo sucede con la estimación de la
probabilidad subjetiva de un acaecer. (¿Por qué aquí, ahora y a mi?). Cada tempera-
mento posee su propia curva provecho - esfuerzo, la cantidad de motivación que a cada
uno le hace falta, varia con el esfuerzo a llevar a cabo. Y la relación por lo general no es
lineal.
Por lo general vemos clara la conveniencia de prevenirnos del caso singular
cuya probabilidad es elevada o cuyas consecuencias no se pueden afrontar, por impor-
tantes o insuperables (ruleta rusa). Mas cuando el riesgo es poco, bien porque la proba-
bilidad sea baja o el perjuicio pequeño, caso de los actos rutinarios de la vida, el benefi-
cio de la prevención es el balance contable de los múltiples y muy diversos casos pun-
tuales (siempre y cuando sean aditivas), y el balance se deforma y no habrá prevención
si:
- se consideran despreciables los posibles sumandos parciales
(“esto es una miseria”),
- se asignan a la suerte las consecuencias de la acción previsora,
- se sobrevaloran los esfuerzos actuales,

∑ La Prevención debe considerar la posibilidad de que la previsión incluya errores y,


en consecuencia, debe contemplar medios para corregirlos. La adecuada aplicación de
correcciones, al igual que la transformación del plan preparado en la realidad final pre-
Acciones y resultados 21

vista, no forma parte del campo de la Estrategia, sino de la Táctica. Y corresponde a


los tácticos evaluar las discrepancias entre los Programas y los hechos en desarrollo pa-
ra actuar en consecuencia.

2.4. Tiempos reales e imaginados.


La Previsión y la Acción permiten influir en el desarrollo de los hechos. Es
factible preparar todos y cada uno de las eslabones:
- si hay voluntad de hacerlo,
- si se tiene una visión anticipada de las etapas de la cadena suce-
sos,
- si, condición indispensable, se conoce bien lo que es el Tiempo.
Pero hay varios tiempos, por ejemplo podemos distinguir:
- un momento objetivo (al salir el sol), y,
- un momento subjetivo (dentro de un rato),
- un tiempo de duración de todo lo otro (en el que las cosas están
sucediendo), y un tiempo de cada individuo humano (el de vida),
- un tiempo impersonal, matemático o físico (el t de las fórmulas),
y un tiempo del sentimiento (se me está haciendo muy largo).
De estos distintos tiempos que a veces son diferentes y a veces coincidentes, la
Ingeniería sólo conoce el Tiempo del mundo físico y el del colectivo social (ambos im-
personales y objetivos, universales), con cualidades parecidas aunque no iguales.
Además al margen y con independencia de los tiempos reales, el hombre puede
desplazarse mentalmente, en su imaginación, a unos tiempos de su creación que no son
reales, y también a unos momentos que quizas hayan sido o llegue a ser reales pero que
no son el Presente objetivo.
La facultad de adelantar o retrasar a voluntad el sujeto personal a la posición
imaginaria en la que situamos el Presente, nos permite recorrer con la imaginación un
Mundo de los Proyectos que arbitrariamente suponemos cierto. El desplazamiento en
el sentido del fluir del tiempo permite analizar las fases del desarrollo; y en el sentido
inverso, en cuenta atrás, permite determinar cuáles habrán de ser las etapas del Progra-
ma.

2.4.1. La ayuda y el valor del tiempo.


Como se ha dicho, el hombre conoce unas leyes físicas y sociales y puede ha-
cer uso de ellas. Si el momento y lugar están bien elegidos, la acción inicial puede de-
sencadenar fenómenos que, si las circunstancias son favorables, se mantendrán y se
Acciones y resultados 22

propagarán por sí solos. Tanto corresponde al Tiempo extender una revolución como
propagar un incendio.
La espera que completa el proceso, y que constituye una fase activa de la ope-
ración, es una de las ayudas que ofrece el Tiempo. Otro servicio es el hacer aparecer las
oportunidades para la acción, el instante en que es posible hacer lo que:
- ni era posible antes
- ni lo será después.
El reconocimiento de la oportunidad y la sabia espera de la ocasión son esen-
ciales en la Ingeniería, y ambas conceden valor al Tiempo objetivo físico o social. Em-
bridarlo con nuestras decisiones podemos conseguir el dominio sobre el curso de las co-
sas que llevarán a cristalizar el Futuro deseado.
El que necesitemos la ayuda de otras personas, y el que cada individuo tenga
tasado su Tiempo biológico, (tiempo de vida que tenemos en gran aprecio y del que
somos avaros),

∑ Nos obliga a conceder valor al tiempo de los otros hombres que pueden
aceptar o rechazar el papel que les ofrecemos y decidir emplear su tiempo
de otra manera.

∑ Y una misma proposición puede sernos de interés en un momento deter-


minado y dejar de serlo en otros, pues con el transcurso del Tiempo cambia
nuestra apreciación de la ocasión que se nos presenta.
Las repercusiones del tiempo biológico pueden alcanzar gran importancia eco-
nómico y social, (los descuentos e intereses por ejemplo ponen de manifiesto que se
aprecia más el dinero en ahora que el dinero en futuro), más en la Ingenieria por lo ge-
neral no se le concede importancia.

2.4.2. Acopio y expansión del tiempo.


El Tiempo impersonal y objetivo es unidireccional. La acción es irreversible:
eliminar los efectos de una acción requiere otra posterior. De ambas quedará constancia
en la película de los sucesos.
La preparación de la Acción (actividad básica de la Ingeniería) persigue conse-
guir el éxito con una economía en los recursos y con aumento en la seguridad. Para ello
es primordial disponer de tiempo, pues sólo la suficiencia de tiempo permite:
- estudiar los sucesos que aún no se han presentado,
- preparar un programa que evite errar en las decisiones,
- analizar las repercusiones de cada variante... y
Acciones y resultados 23

- enmendar los errores y los fallos con nuevas elucubraciones y goma de


borrar.
Según sabemos, podemos desplazar un ahora nuestro y personal desde el
Tiempo Verdad, a Tiempo y Planos de sucesos imaginados: y si ello da lugar a los sue-
ños, también permite adelantarse al transcurrir real del tiempo objetivo y prever.

∑ Con este adelanto conseguimos tener de alguna forma un acopio de tiem-


po a nuestra disposición.

∑ Trasladado a un momento anticipado, la porción del Tiempo Futuro en


cierta manera se expande y se dilata.
El subsiguiente aumento en capacidad de actuación, "a quién madruga Dios le
ayuda", posibilita llevar a cabo los Proyectos de Ingeniería.
Acciones y resultados 24

3. LA REALIDAD EXTERIOR.

3.1. La eficacia de un proyecto de ingeniería.


Cubrir las etapas del plantear, llevar a cabo, y consumar una operación de in-
geniería toma su tiempo. Ahora bien la operación de ingeniería, adición ordenada de
unas acciones humanas y consecuencia de ellas es teleológica, y, pese a la diacronía,
sólo en el éxito final se fundamenta la empresa.
La veracidad en proyectos tiene dos vertientes:
- por un lado, la realidad que nos estamos imaginando desde el
plano de tiempo de hoy,
- por otro lado, la realidad efectiva del plano de tiempo del mañana
que nos llegará,
ambas debieran coincidir pero no coincidirán necesariamente, y no nos es fácil distin-
guir entre lo imaginado hoy y cual será la auténtica realidad del mañana. Y, mientras
dura el proyecto, se presta a confundirlas.
Ahora bien en la confusión, el paso o transcurso del tiempo va introduciendo
sus contundentes distinciones, y el hoy va mostrando cuál es el auténtico valor de las
hipótesis de ayer. Al pasar el tiempo, el diseñador con sus prejuicios deja de ser el juez
árbitro, y es sustituido por el usuario y los hechos.

∑ El artefacto a construir tiene su origen en el mundo de las hipótesis


asentadas sobre estimaciones, suposiciones ... y en el que las opiniones y
creencias de los diseñadores son ley. Y de este mundo saca su primera justi-
ficación la operación de ingeniería.

∑ El artefacto, objeto final, una vez acabado pasa a formar parte del mundo
de las realidades donde ya no hay sueños, sino cosas mensurables y com-
probables.
Acciones y resultados 25

El paso de las expectativas levantadas por lo imaginado (mudables, más o


menos inciertas, más o menos aproximadas, más o menos parciales), a la realidad mate-
rializada, incontrovertible y fija, tiene lugar a lo largo del proceso de particularización y
corporificación al proyecto.

3.1.1. La veracidad de las representaciones de la Realidad.


Si nos resulta difícil captar la Realidad Exterior en su totalidad, conocer a la
Naturaleza en su plenitud y su complejidad, nos resulta también imposible manipular a
la vez y ordenadamente todas las facetas que presenta. Y, consecuencia de ambas limi-
taciones, recurrimos:
- a sustituirla por modelos simplificados, con unas fórmulas de
predicción cuyo uso sólo está justificado por el éxito sistemático
que se sigue de su aplicación,
- y al empleo de unas pocas acciones.
Trabajamos con un parecido de la Realidad, un sucedáneo que en parte es vo-
luntario (sólo tendré en cuenta esto), y en parte involuntario (desconozco cuanto igno-
ro).Y así,en una operación de ingeniería, se sustituye:
- a la cosa real, por el artefacto que nos hemos imaginado,
- a los datos mensurables y comprobables, por unas suposiciones y
estimaciones,
- al estado real de cosas, por una composición artificial falta de re-
lleno y de vida, y simplificada en calidad, cantidad y alcance,
- a la evolución natural, por el guión de una escena,
Y como nuestras leyes no son la Naturaleza, nuestra manipulación se sobrepone y
aplasta con rudeza una evolución a la que deforma sin llegar a dominar.
Así las cosas, como el proceso de particularización y corporificación forzosa-
mente toma su tiempo, y como la mutabilidad de la Naturaleza es independiente de la
voluntad del diseñador, es de esperar que la realidad final sólo en parte sea lo que de-
seábamos alcanzar. Y en parte sea otra cosa.

3.1.2. El mundo material y el mundo social.


Nuestra vida transcurre en un mundo material y estamos sometidos a las cosas,
pero nuestra vida posee también una vertiente social con sus convenciones y leyes. Nos
movemos en:

∑ un mundo material formado por las cosas, acaecimientos, eventos.. (in-


discutibles, incontrovertibles, inexcusables...) ligados por unos fenómenos y
leyes que son independientes de nosotros,
Acciones y resultados 26

∑ un mundo social cuyas unidades culturales son creación humana, y cuyas


reglas y costumbres de alguna forma se autodefinen, se autocomprueban y
se autovalidan en nosotros.
Ambos mundos forman una Realidad Exterior indiscutible, insoslayable, inso-
bornable e incontrovertible, que no admite dudas ni excusas ni disputa. No podemos
prescindir de ella ni dejarla de lado. Hay que contar con ella y conformarse con ella. Es
lo que hay. No admite el "si fuera ...". Es así, y así está.
Ambos mundos corren a la vez, separados y en paralelo. Son compatibles e in-
terdependientes. Ambos, aunque en diferente grado y forma son creación cultural nues-
tra y en nosotros tienen enlace. Frente a nosotros son igualmente potentes; mas, pese a
que lo material puede prescindir de lo social, y a que lo social no puede prescindir de lo
material, algunas veces la Realidad Exterior social adquiere tal fuerza que llega a ocul-
tar la Realidad física a los hombres.
Y, por ejemplo los burócratas, han creado su mundo propio con desprecio de
los hechos; la Historia guarda órdenes cuyo fondo y contenido son pruebas de que, para
los legisladores, el mundo social ha anulado la Realidad física; es difícil hacerse cargo
de cómo una Armada Invencible tenía que luchar contra los ingleses e ignorar a los
elementos, es difícil comprender cómo el ejército alemán debía conquistar Rusia y pres-
cindir del Invierno ruso, etc.

3.2. Las cosas y las unidades culturales.


Hay Unidades Culturales cuyos referentes son, de alguna forma cosas en el
mundo material con lo cual los signos y significados que sustentan poseen alguna rela-
ción con la Realidad física. Otras sólo se refieren a creaciones nuestras, son puramente
sociales; y algunas veces, meros eufemismos (paro, pobreza,...).
La mezcla indiscriminada de unas y otras, deformadas o sin deformar, no faci-
lita la visión de la auténtica realidad. Y aprovechándose de ello, con la ayuda de una
intoxicación propagandística cultural o comercial, a veces, se pretende inducir a la cre-
encia en la realidad de lo que no existe, en un intento de modificar el referente sin cam-
biar el significado.
Ahora bien, si en los días de niebla los icebergs no son visibles, no por ello los
choques dejan de ser menos peligrosos. Los sueños, producto de la imaginación del
hombre, sólo son sueños: incluso para quienes los creen realidades. Y la Muerte es un
hecho real, y no una unidad cultural semiótica.
Cuando en base a unas expectativas nos decidimos por un más deseable estado
de cosas descrito con palabras, estamos haciendo uso de una composición con un fuerte
Acciones y resultados 27

contenido social y cultural que no abarca en su integridad todos los aspectos del
mundo social y material al que hacen referencia. En algún momento aparecerán con-
flictos entre ambos y cuando los haya, este último se impondrá con fuerza y rudeza.

3.2.1. La realidad de los artefactos.


Los artefactos son creaciones culturales que tienen una realidad física y social.
Siguiendo a Pierce, son:

∑ signos de ellos mismos, (el lápiz es símbolo de un lápiz), y de las funcio-


nes que desempeñan, (escribir),

∑ significados de todo lo que sobre ellos sabemos y entendemos, (la cultu-


ra del lápiz),

∑ y unos referentes materiales (cada lápiz en particular), con todas sus


funciones y propiedades particulares.
En cuanto a signos y significados son unidades culturales propias de cada cul-
tura. Y en su aspecto de referentes son realidad física independiente de ella. Con origen
en la realidad exterior, ellos mismos son realidad exterior a la que transforman con su
funcionamiento:

∑ objetos materiales, representan la superación de lo contingente a lo lar-


go de su proceso de obtención en el sentido preestablecido por nosotros. Son
el resultado de someter las fuerzas de la Naturaleza a nuestras razones,

∑ funciones lógicas corporeizadas, el servicio a cumplir les lleva a prever


y a provocar unos fenómenos para conseguir que algo acaezca o no acaezca
dentro de una línea marcada por nosotros. El funcionamiento del artefacto
transforma la contingencia en necesidad, la posibilidad en certeza.

∑ En la cultura técnica no cuentan intenciones sino resultados, los artefactos no son


promesas sino entregas. No se admiten los trastos, ni el automóvil que no marcha, ni las
luces de un edificio que no alumbran. Por las tuberías debe correr el agua; un teléfono
sin línea sirve tanto para comunicar como para freír patatas; lo que funciona mal, o a su
aire... no nos sirve, no nos vale. Y debemos deshacernos de ello.
Las razones del hundimiento de un puente pueden ser múltiples y muy com-
prensibles; pero un puente hundido ya no es puente y los camiones no circulan sobre
explicaciones, informes, ni garantías de documentos.
La apariencia de función puede durante algún tiempo sustituir a la verdadera
utilidad del servicio, y puede ser motivo suficiente, por ejemplo, para lograr un impor-
Acciones y resultados 28

tante contrato de armamentos. Pero luego, resaltan las diferencias en el campo de ba-
talla.

3.2.2. La artificiosidad de los artefactos.


Dentro de la realidad, los artefactos constituyen en cierta manera una artificio-
sidad y como tal son frágiles. Obtenerlos y conservarlos requiere la acción humana
oportuna y con esfuerzo, diligencia, cuidado y eficacia.
Para que funcionen hace falta la intervención adecuada y en el momento opor-
tuno del hombre. Aun en el sofisticado programa Apolo, para iniciar el viaje a la Luna
se necesitó que alguien en algún momento diera una orden, y que algunos otros fueran
apretando botones o girando llaves en una secuencia y orden determinados.
Sólo una decisión humana permite convertir a las intenciones en acción:
abandonadas a sí mismas, las mejores instrucciones no llegan ni a la papelera. El Pro-
grama, perfectamente preparado, debe salir del archivo; el plano, perfecto, debe aban-
donar la mesa de dibujo para entrar en taller; debe darse un giro a la llave del encendido
del automóvil.
El prever ha de ir acompañado del prevenir, y este del procurar.
Ahora bien las acciones que se precisan para convertir los planes en realidad y
que paulatina y oportunamente:
- transformarán a unos eventos en sucesos reales,
- evitarán la aparición de otros,
provienen de unas decisiones que se tomaron en base a unos juicios anticipados y con
referencia a un medio (escena y escenario) prefijado, que era a su vez composición de
más suposiciones, opiniones, etc. Y tanto la diferenciación como la valoración de las va-
riantes en el escenario, la escena y el guión fueron consecuencia de unas decisiones pre-
vias, basadas en otras y otras anteriores...
La Realidad como vemos queda muy lejana, y el acierto en la preparación sólo
es verificable a posteriori cuando todo ha sucedido.

3.3. La contingencia y necesidad de los sucesos.


Los sucesos de ahora que son los resultados de unas leyes, fuerzan la contin-
gencia desde el presente y condicionan el futuro en un determinado sentido, y a partir de
ellos aunque se mantengan las mismas leyes, los nuevos sucesos podrán ser otros. El
hombre no es parte en lo que va a ocurrir, que es un resultado inevitable de las cosas y
Acciones y resultados 29

de las leyes del presente aunque para nosotros sea seguro, probable, o incierto según
nuestro conocimiento de aquellas. Y los automóviles frenan y patinan.

∑ Dentro de lo contingente hay acaeceres precisos y determinados que


pueden presentarse o no presentarse en fechas o lugares preestablecidos: el
viernes lloverá o no lloverá; este esquiador se romperá o no la pierna; podrá
declararse o no el incendio en el edificio; etc.
Algunos de ellos agrupados por tiempo y géneros, tienen una conocida pro-
babilidad de presentarse. Por año se produce: una explosión de gas en una
de cada... viviendas; un choque de automóviles cada... vehículos., en un año
...habrá días de sol, etc. Estamos en el campo de lo posible y probable.

∑ Por otro lado, hay eventos que son independientes del Azar y que necesa-
riamente acaecerán, o se evitarán, en un lugar y momento determinado. Hay
certeza de choque si se lanza un automóvil contra un camión. Es el campo
de lo seguro.
En las operaciones de ingeniería debemos conseguir que un determinado evento se pre-
sente o se evite con certeza, y para lograrlo estamos dispuestos a apoyar por nuestra
parte las predicciones con un esfuerzo anticipado, y a transformar la contingencia en ne-
cesidad.
De todas formas, antes de que acontezca no siempre es fácil separar lo previs i-
ble, campo de la Ingeniería, de lo imprevisible y reservado a los Profetas. Pero la Incer-
tidumbre a veces sólo es ignorancia, por lo cual la cuidadosa observación de los detalles
permite a unas personas ver la evolución lógica, ¿genial?, de un estado actual de las co-
sas, mientras que otras son incapaces de ello.
P(yk/ si) = P(yk /si ) * P(si) / Sj j=n = 1 P(yk/ si) * P (sj)

Y si conocemos las probabilidades a priori P(si) de una serie de alternativas si ,


con i desde 1 a n, en el transcurrir de las cosas, conocer que ya ha tenido lugar el suceso,
de la serie o series colectivamente exhaustivas de elementos mutuamente excluyentes,
aumenta la confianza P(si/yk) de que acabará ocurriendo la alternativa si

3.3.1. Las previsiones y los hechos.


El escenario a preparar con nuestras acciones en el que, más tarde, se deberán
llevar a cabo nuevas acciones, contiene:

∑ unas simplificaciones en la inclusión, admitidas:


- abierta y conscientemente: el horario de ferrocarriles, o,
Acciones y resultados 30

- encubierta o inconscientemente: el sentido del deber de los operarios de


ferrocarriles.
∑ unas simplificaciones de omisión debidas a:
- ignorancia: la necesidad de reservar mesa en un determinado
restaurante,
- olvido: poner sal en la sopa, o
- desconocimiento de su importancia: presentarse sin corbata en
una recepción.
Por lo general el escenario que nos dan por válido, no va acompañado de una
relación con exposición completa y rigurosa de los componentes y de su análisis crítico.
E incluye, incuestionados e indiscutibles, unas proposiciones de verdad dudosa.

∑ Y llegamos a aceptar sin auténtico control crítico que unos eventos de


importancia básica tendrán o no lugar, por ejemplo vientos de hasta ...
km./h. en el cálculo de un edificio o que un chofer borracho no lanzará su
camión contra una columna.

∑ Hace unos años, por ejemplo, se creía firmemente que el petróleo seria
siempre abundante y barato; hoy se admite, igualmente sin discusión, que
las grandes fábricas dispondrán de obreros competentes que aceptarán el
trabajo en turnos y en días festivos, etc.
Mas, las omisiones, las lagunas del pensar o las elecciones pasivas de algunos
aspectos del futuro lejano no son la única ni, pese a su frecuencia, la principal causa de
la discrepancia entre la previsión anticipada y la realidad final. La falta de confirmación
por la realidad de alguna de las elecciones activas, singulares, precisas, sobre puntos
bien determinados: unas sobrecargas máximas en los edificios, un determinado com-
portamiento del suelo en las cementaciones, llover en un especial momento, etc. , se
bastan para hacer abortar nuestra ordenación del Futuro.
Por mucho que se ahonde, las presunciones, suposiciones y estimaciones pre-
vias:
- no limitan la libertad de los hombres en el uso de los artefactos,
- ni cambian el correr de las cosas,
y por consiguiente no es seguro:
- ni que las cosas se desarrollen de la forma prevista,
- ni que las disposiciones tomadas. tengan el efecto deseado,
Y cuando llegue el momento, la Realidad validará lo que valide, y el compor-
tamiento del sistema tal vez no se ajuste al programa. Suficientes errores de estima, cál-
culo o montaje habrán permitido que las leyes físicas y sociales, olvidadas pero vigen-
tes, provoquen unos resultados distintos a los previstos. Y un motor, infringiendo la se-
mántica pero en cumplimiento de las leyes físicas, puede pararse o no arrancar.
Acciones y resultados 31

En un momento y lugar determinado, habrá un particular estado de cosas


material y social, inmodificable pese a todos los datos que figuren en anteriores planes,
programas, disposiciones, formularios, órdenes y reglamentos. Y las causas de la dis-
crepancia con la realidad presumida pueden ser muchas: errores de estimación, sumi-
nistros no conformes con los pedidos, entregas fuera de los plazos estipulados, fórmulas
o coeficientes inadecuados, enemistades personales, oposiciones, sabotajes, desidia, etc.
Conocerlas a posteriori no disminuye su gravedad.
Cuando un edificio en construcción alcanza las quince plantas, es de gran inte-
rés enterarse de que un delineante introdujo un error al copiar las dimensiones de una
columna. Pero ”a lo hecho, pecho”.
Las leyes de Murphy resaltan, con claridad, la independencia de la Naturaleza
frente a la voluntad y la organización de los Hombres.

3.3.2. Las promesas y los hechos.


En el lenguaje natural se utilizan unas expresiones: "no se preocupe”..., “yo le
garantizo”..., "déjelo de ni cuenta"..., "confíe en mi"..., con fuerte carga emotiva pero sin
valor efectivo.
En otros tiempos y culturas la promesa o la palabra eran fe de un ahora seguro
pero a plazo. Actualmente, sólo son manifestación de un sentir, una declaración de in-
tenciones: si mañana fuera hoy y ahora se cumplirían, pero el mañana cuando llegue ya
no encontrará las circunstancias actuales del hoy y ahora.
¡Las promesas no son hechos!.
En la Ingeniaría, las garantías y las seguridades de palabra dadas y aceptadas
en su día carecen de utilidad cuando las cosas ruedan por otro camino, y sólo ponen en
evidencia la irresponsabilidad o ligereza de quién las dio y las admitió. Es imposible
actuar sobre el pasado las disculpas o el arrepentimiento no cambian el presente: "a bu-
rro muerto, la cebada al rabo", y el llanto de Boabdil.

3.3.3. El valor de las teorías.


Debido a la simplicidad y elegancia del trabajo en el despacho, la Sociedad de
Salón concede un gran prestigio al cálculo, al mundo inexistente e imaginario del papel.
Y crea técnicos que confunden el discurso científico (el papel lo soporta todo) con la
auténtica Naturaleza.
Según estos partidarios de la Ciencia Teórica, el Gran Dios de los Cálculos
obligará a los eventos a ajustarse a sus consideraciones; mas ¡son los cálculos los que se
deben ajustar a las múltiples facetas de lo contingente!. La Realidad Exterior se confir-
Acciones y resultados 32

ma a si misma, y ante un puente que se hunde, la elegancia y la precisión del sistema


de cálculo pasan a segundo término.
Por su lado, los vicios y errores en los datos y supuestos de partida pueden aca-
bar con las teorías más perfecta. Y debido a ello lo que oficialmente no debía suceder,
en la práctica sucede hasta con frecuencia.

3.4. El éxito en la consecución final.


Ordenar, determinar, mandar, decidir … proporcionan una agradable y embo-
rrachadora sensación de dominio sobre el curso de los hechos que hace olvidar que no
hay necesariamente tal dominio. Si el organizador sólo mira sus disposiciones, y no ve a
lo que llevará el interpretarlas y cumplirlas más o menos bien, el desenlace es de figu-
rar.

∑ Los centros de Gobierno de las grandes organizaciones humanas, Ejérci-


to, Empresas industriales, Bancos o Administración Pública, por lo general
no verifican el cumplimiento de las disposiciones, (la retroalimentación es
para subalternos), y creen que se llevarán, sin más, a la práctica según y
conforme lo por ellos dispuesto.

∑ No siempre es así. Y de discordancia en discordancia llegan a operar en


un mundo de su creación en el que: ya está lo que todavía no está, o no está
lo que todavía está. Y un edificio debe construirse sobre un río, o un convoy
de camiones circular por una carretera que sólo figura en los mapas.
La preparación no es un fin sino un medio: se prepara para conseguir pero la
consecución material no es la consumación de la operación. Sólo el servicio final, no el
artefacto creado, justifica la preparación. Y llegar a cumplir la función objetivo no
siempre equivale conseguir el éxito que se perseguía.

3.4.1. Prevención, fiabilidad y redundancia.


Los errores, los desgastes, los fallos de montaje, las situaciones imprevistas, las
carencias, las sustituciones anómalas, las cosas fortuitas, etc., son inevitables; y no es
posible garantizar que el objeto a obtener cumplirá las especificaciones previstas.
La fiabilidad de la consecución depende entre otras cosas de la complejidad de
lo que se lleva a cabo, y de la tecnología que se emplea.
La fiabilidad del Proyecto aumenta con las redundancias en la comprobación
del diseño, del cálculo, de la construcción, etc., de los aspectos parciales y del conjunto
Acciones y resultados 33

total. Y (la Quality Assurance nuclear exige la repetición del cálculo de los elementos
críticos por equipos de personas diferentes).
De forma parecida, la instalación en serie o en paralelo de conjuntos funciona-
les redundantes, capaces de asegurar cada uno al funcionamiento correcto del conjunto,
aumenta la confianza en el funcionamiento.
Mas si bien se pueden utilizar cinturón y tirantes, cuando la seguridad representa un
aumento de la complejidad, esta misma complejidad puede ser a su vez la causa de otros
fallos. El tamaño de un artefacto, el número de sus piezas, la complejidad de la estructu-
ra, aumentan los fallos de funcionamiento al alcanzar cierto número la organización del
artefacto entra en crisis y se autobloquea.
Acciones y resultados 34

4. LA MODIFICACIÓN DEL PRESENTE.

4.1. El estado presente.


La vida es cambio y movimiento. En el mundo sublunar de Aristóteles todo
bulle, todo evoluciona. Naturaleza y Sociedad están en constante devenir.
Nada es, todo cambia. Un flujo ininterrumpido de sucesos efímeros prepara la
llegada de otros nuevos. El presente forma parte de un devenir del que es solo un mo-
mento.
El presente es el contacto entre el futuro y el pasado, es un estado transitorio
sin duración, y aunque fugaz es de realidad indubitable. Puerta del Futuro y sin exten-
sión, es el campo de aparición de la Causalidad y del Azar. Alimenta y separa al Futuro
y al Pasado.
Nosotros vivimos del presente y en el presente. El Presente nos importa.
El enlace de las cosas actuales con las futuras se articula y tiene en el presente
un cierto juego, una brecha que permite modificaciones y cambios en el mundo real. Y
estos aunque locales y puntuales pueden dar lugar, si son elegidos con arte, a variacio-
nes sustanciales en el programa de lo que va a acontecer.
El presente de las cosas no es rígido, sino de alguna forma deformable, y la co-
yuntura permite al hombre un cierto margen de maniobra. Y si el presente físico es el
pequeño alrededor de una frontera, el presente del individuo y de la sociedad ya es algo
más amplio. De alguna forma está relacionado con nuestra capacidad de maniobra en la
modificación del Mundo Exterior, y también guarda relación con el sentir personal.
Respecto a la acción humana, las fronteras de la brecha del presente son asi-
métricas. El futuro, de alguna forma deformable y blando, se endurece progresiva y ca-
da vez más rápidamente a medida que se acerca el presente físico, hasta alcanzar la in-
mutable rigidez de lo archivado en el pasado.
Acciones y resultados 35

4.1.1. El devenir local de un estado de cosas.


El estado local y actual de cosas Sn de la serie de los estados de cosas en evo-
lución, es, debido a las interrelaciones de la Naturaleza, una función:
- del estado de cosas anterior Sn-1,
- del lugar e y momento t en el espacio y en el tiempo
- del estado general todo de la Naturaleza
de alguna manera Sn = F(e, t, Sn-1, todo)
con d F/ d t > 0 debido a lo imparable de la evolución.

Bajo otros aspectos, las leyes de causalidad obligan a que el estado local de co-
sas en un momento dependa en cierta forma de cómo estaban en el momento anterior y
de cómo estarán en el momento siguiente:
Sn = F(Sn-1, Sn+1)
Por lo general, las fuerzas de interacción entre puntos de la Naturaleza dismi-
nuyen al aumentar la distancia (espacio o tiempo). Y por consiguiente el estado de cosas
en Sn estará altamente determinado por Sn o sea por la proximidad de sus alrededores:
- en la inmediatez del espacio (dónde),
- en la inmediatez del tiempo (cuándo), y
- en la inmediatez del medio y su densidad (el cómo y las circuns-
tancias),
cuyos espesores con influencia dependen de la velocidad del cambio. Cuando mayor,
más importancia adquiere la proximidad.

4.1.2. El valor del aquí y el ahora.


Los niños sólo viven el ahora, desconocen el mañana; algunos adultos, incapa-
ces de autodominio, quieren, necesitan ahora, pero ya, inmediatamente, lo que en el
mismo momento les apetece; en ambos casos se trata de un ahora subjetivo. Por otro
lado, las cosas que estarán hechas mañana, no se pueden utilizar hoy y ahora, aunque
ahora si se pueda beber agua en un vaso que quizás después se romperá. Se trata de otro
ahora.Y en la Realidad Exterior nos encontramos con:

∑ un ahora del mundo físico de la evolución natural que carece de medida


e introduce la irreversibilidad (muerte, rotura). Y el suceder actual es de al-
guna forma una cadena ininterrumpida, un fluir de ahoras que sólo son el
paso de unos a otros.

∑ un ahora de la acción humana, punto clave de la evolución artificial por


ser el momento en el que las cosas se hacen, y a la vez la brecha que al ce-
rrarse condiciona al futuro imponiendo un orden.
Acciones y resultados 36

Nosotros cada uno de nosotros, sólo ocupa una pequeña parte del espacio y
concedemos mayor importancia al que tenemos fácil acceso. Al espacio en que desa-
rrollamos nuestra vida, y en el que acaecen los sucesos con repercusión sobre ella.
De la amplia disponibilidad de espacio nos importa un lugar determinado: aquí,
allí, bien preciso, con sus alrededores. Y en el que las cosas suceden en un ahora. Por
sentencia, el condenado será guillotinado, pero sólo en el momento cuando en un "aquí
y ahora" cae la guillotina el condenado pierde físicamente, irreversiblemente su cabeza.
Aquí y ahora es el Presente, el entronque de la realidad actual a la vez con el
Futuro y con la Historia: aquí y ahora se abre una zanja o se rompe un cristal; aquí y
ahora se descarga un camión o muere una persona; aquí y ahora sucede lo que ya no
admite remedio.
El ahora carece de duración, y no es mucho lo que permite sin entrar en un
después. Y el aquí tampoco ofrece una mayor extensión.

4.2. La intervención humana sobre el devenir.


El natural transcurrir de las cosas no nos llevará sin más a donde deseamos. Es
menester iniciar unas y encauzar otras. Conservarlas en marcha o detenerlas o desviar-
las. Nuestro cambio necesita quien lo dirija. Y son nuestras acciones (o inacciones) cor-
porales, directas, voluntarias o involuntarias quienes lo conducen3: No frenar en el mo-
mento adecuado es atropellar.
La acción corre a lo largo del tiempo, y lo consume. Los errores son incorregi-
bles y sus consecuencias sin remedio. No hay lugar para arrepentimientos. Procede ac-
tuar, y actuar acertadamente.
La preparación de la acción es pausada y lenta, permite la reflexión... y en ella
el tiempo depende del hombre. Mas preparar no es hacer. En la actuación directa sobre
el mundo exterior, la realidad marca un ritmo propio: las oportunidades aparecen y de-
saparecen, coinciden hombres y máquinas, el cambio acelera el cambio y genera más
cambio. En el hacer, sólo existe lo inmediato. Las decisiones se toman de inmediato y
se aplican de inmediato.
El hacer es movimiento agitado y con múltiples escenas simultáneas. Y, en to-
das, los cambios se suceden unos a otros rápida y constantemente: mañana se construirá
sobre lo ya viejo de hoy; los actores entrantes empujan a los salientes a finalizar a tiem-
po su papel. Ni se dan ni se admiten demoras. La organización al tasar el tiempo urge el

3
Inhibirse, equivale a decidir y actuar por mantener la continuidad
Acciones y resultados 37

cumplimiento: al llegar los operarios con las tejas, la cubierta debe estar terminada; el
hotel, vendido antes de acabado, recibirá los turistas en...

4.2.1. La coyuntura de lugar y momento.


De alguna forma el presente es la escena en la pantalla de una película de cine,
o es el paisaje fugaz a través de una ventanilla de tren o de autobús. La cadena de suce-
sos enlazados por la causalidad aflora y se nos hace visible en el presente. Y a veces, en
este afloramiento a la realidad, según sean el momento, el lugar y las circunstancias, nos
será posible intervenir para alterar el transcurrir de las cosas.
El Presente es en cierto sentido una brecha en el continuo del devenir, una
ventana sobre la evolución. A su través, el Hombre puede, no siempre, trastornar el cur-
so de las cosas y hacer que ocurran unas en vez de otras. Espectadores activos nos es
dado modificar ligeramente lo que estamos viendo, y con ello lo que veremos después.
Cuando en la ventana del presente aparece la ocasión de intervenir, y mientras
dure la oportunidad, nos es posible introducirun nuevo orden en lo que todavía es el ca-
os de lo por venir. Estamos en disposición de romper la contingencia según nuestros de-
seos. Podemos impulsar unos fenómenos y frenar otros. Con nuestras acciones podemos
lograr que unos eventos sucedan y que otros no aparezcan. Podemos en cierta forma or-
denar el Futuro a nuestro gusto.
Podemos, así mismo, ir preparando una parcela del Futuro (un momento y un
lugar) con un aporte o retirada material para que presente luego, una ocasión para nues-
tro actuar que no estaría sin aquella anticipada preparación.
Mas nuestro margen de maniobra es reducido, y corto el tiempo de que dispo-
nemos para llevarlo a cabo. La brecha incluye también el tiempo de las cosas haciéndo-
se, un tiempo de inevitable espera (fraguado del hormigón, o cocción de la paella) que
nos reduce el disponible para nuestra maniobras. Y el presente que siempre es corto, rá-
pidamente se nos acaba.
Por otro lado, si siempre hay un ahora, no siempre viene acompañado de la
ocasión para actuar. Una ocasión que está ligada a nuestro saber y a nuestros recursos, y
ambos son limitados.
Así cosas, para modificar la evolución acertadamente y según nuestra inten-
ción, nos es indispensable:
- conocer qué coyunturas podemos y sabemos utilizar, y
- saber cuándo, cómo y dónde se presentarán,
y además:
- reconocer la oportunidad,
- aprovechar la ocasión,
Acciones y resultados 38

y sólo así podremos encararnos con la preparación de unos programas

4.2.2. El impacto de las acciones humanas sobre la Realidad.


La Naturaleza es suficientemente vasta para que nuestras acciones sean forzo-
samente puntuales. Frente a la Naturaleza el hombre individual no está a escala, no da la
talla. De todas formas nosotros sólo estamos realmente interesados en nuestros alrede-
dores inmediatos, y sobre ellos sí que podemos causar y causamos impactos capaces de
provocar deformaciones sustanciales4.
Las acciones humanas son de alguna manera excluyentes. No podemos hacer y
dejar de hacer una misma cosa al mismo tiempo. Tampoco es fácil hacer, ni se hacen
muchas y diversas cosas a la vez, pues el hombre está limitado:
- si actúa solo, por su fisiología,
- y si opera en grupo, por la organización.
Por otro lado la Naturaleza nos sobrepasa, la causalidad presenta muchas y
fuertes interrelaciones, y si intentamos actuar sobre varios puntos a la vez, es fácil que
perdamos el control final de las consecuencias.
Así que, por lo general, nuestras intervenciones sobre la evolución se llevan a
cabo de forma secuencial. Una cosa tras otra, en procesos largos y lentos que pueden
tomar y toman años. De alguna forma la intervención humana sobre la Realidad Exte-
rior no ha cesado desde aparición del hombre sobre la Tierra.

4.3. Las acciones de corporificación y el tiempo.


Con nuestro actuar teleológico, tras de un fin, pretendemos conseguir un obje-
tivo material, dar cuerpo a nuestras ideas.
Actuamos pendientes del tiempo.

∑ Ya que la misma acción nos marca un ritmo,


- las leyes naturales tienen su velocidad,
- las etapas enlazan unas con otras y las posteriores presionan a las
anteriores, y
- frenar el movimiento representa un esfuerzo,
∑ Por su lado el hombre psicológicamente tiene prisa por conseguir aquello
en que está empeñado.

4
que pueden tener consecuencias graves para nosotros mismos por la acumulación repetida de dislates.
Acciones y resultados 39

Y actuamos de acuerdo con nuestra intención, en el marco del devenir del


estado actual de las cosas, y dentro de las limitaciones de nuestros conocimientos y
nuestros recursos, por medio de una sustitución de parte del devenir natural por un cam-
bio artificial. Ahora bien, nuestra acción es local y puntual, la realidad que nosotros ve-
mos no es toda la que hay,

∑ La sustitución que llevamos a cabo no es perfecta ni está bien dirigida


bajo todos los aspectos,

∑ Manejamos opiniones como si se tratara de realidades,


y para disminuir los fallos en la programación, nos conviene llegar con rapidez al
final.
Por lo demás, al ser breve el lapso de tiempo en que nuestra acción resulta efi-
caz, aparecen más prisas pues lo que se hace fuera de la oportunidad sino inconveniente,
resulta inútil.

Comentarios a la fabricación en proceso continuo.


Cambiando de tema, con las acciones de ingeniería pretendemos conseguir a
veces una única cosa singular, una iglesia; otras, un flujo ininterrumpido y continuo de
cosas iguales: fluidos (líquido o gases), sólidos (discretos o a granel)... En el primer ca-
so a la operación para conseguirlo la denominamos construcción o montaje, en el se-
gundo, proceso.
Si el montaje es una larga operación con breves esperas entre acciones , el pro-
ceso son largas esperas entre breves intervenciones. En el proceso, una vez conseguido
el régimen - una vez logrado el equilibrio entre variables - mantener la fabricación con-
siste en asegurar la alimentación, y conservar los inestables equilibrios locales.

∑ Un proceso es un cambio permanente al que se le mantiene agarrotado: el


líquido de la caldera continuamente se renueva y continuamente se le ca-
lienta para mantener unas temperaturas. En el torno nunca está la misma
pieza.

∑ Un proceso es violencia: los taladros no ocuparán la posición del diseño;


los materiales no llegarán, no se mantendrán las temperaturas, etc.
En el proceso se obliga a la Naturaleza a mantenerse de forma continua y
constante siguiendo una línea. Cualquier eventualidad, cualquier alteración del medio
humano y físico repercute nocivamente.
Los procesos industriales a diferencia de los biológicos no son homeostáticos,
no disponen de recursos para adaptarse a las fluctuaciones del medio. Sabiéndolo, el
Acciones y resultados 40

hombre persigue mantener el fenómeno entre unos valores predeterminados mediante


unas acciones personales que evitarán las apariciones indeseables.
En un proceso se está obligado a actuar con rapidez para esquivar alteraciones
en la dinámica del devenir. Nos aplicamos a conservar el statu quo. La aparente inac-
ción es la espera entre urgencia, la calma entre salidas del retén de bomberos.

4.3.1. Comentarios al momento de actuar.


Desde el punto de vista objetivo, la acción directa sea una batalla o el montaje
de una fábrica, está presidida por la oportunidad de la ocasión y por la brevedad del
tiempo. Sólo cuenta lo que está próximo en el tiempo y en el espacio, al alcance inme-
diato del instante. Y muy bien puede suceder que lo próximo anule lo lejano, pues el
medio del contorno, el medio puntual y local el que más influye no siempre coincide
con el medio de las cercanías (ejemplos: los microclimas, las capas frontera,...etc.)
Aquí la disponibilidad lo es todo, y disponibilidad no sólo significa estar pre-
sente sino presente y listo para ser utilizado de inmediato. La acción directa al estar su-
peditada a las limitaciones de tiempo y a las prisas del aprovechamiento de la coyuntu-
ra, requiere:
- decisiones inmediatas, sin posibilidad de ampliar una informa-
ción, o de reflexionar pausada y lentamente;
- recursos, personas y cosas a mano, disponibles para el uso de in-
mediato y sin demoras;
- intervenciones breves con actos cada vez más elementales a me-
dida que se acerca el ahora físico (Hora H).
∑ Y el éxito en la acción directa y teleológica depende:
- del estado de las cosas en el momento y lugar, y de su historia;
- de la persona o el equipo que la lleva a cabo, sus criterios, escalas
de valores, competencia, formación, información, experiencia...;
- del repertorio de recursos y de la facilidad en el acceso;
- de la oportunidad en la ocasión;
∑ Y como el Mundo de las cosas no está sometido a los acuerdos de ningún
Comité, para eliminar sorpresas, la acción teleológica debe también incluir:
- la comprobación del punto de partida,
- la verificación de lo que se va obteniendo,
- la corrección de los errores
y la conformidad no sólo de los actos respecto al programa, sino de los resultados frente
nuestras intenciones.
Acciones y resultados 41

∑ Es el momento de los oportunistas: se superarán las circunstancias con ingenio y


tacto.
La acción directa requiere reconocer la ocasión, ver la oportunidad, saber espe-
rar y saber actuar; conocer los programas y, como no, utilizar en el momento adecuado
las reservas para enmendar los fallos con improvisaciones. La acción no acata teorías, es
el reino de la práctica.
Las batallas son un buen ejemplo de la acción directa: ganar o perder depende
de la buena y oportuna explotación de las ocasiones. Sólo intervienen las armas y los
soldados presentes, no los prometidos aunque estén en camino. No se puede suspender
un combate para meditar una decisión ni para esperar unas municiones. La acción es ex-
cluyente y elimina a sus variantes,- o se mata o se es muerto,- y se come el tiempo.
Saber y saber actuar son cosas bien diferentes. Si bien todos los generales co-
nocen la teoría bélica, no todos ellos ganan las batallas, pues no todos valoran correcta-
mente las diferencias entre el ahora y el después, ni gozan del sentido de la oportunidad.

4.3.2. El rol de los operadores directos.


Según se ha indicado, la manipulación intencionada del presente está sometida
a una constricción del tiempo (el tiempo aprieta) que directamente repercute, en:
- el imponerse del estado actual de las cosas, reflexionar sobre lo
más procedente y decidirse a actuar,
- el acceder a los recursos (personas o cosas) disponibles para la
actuación,
- los actos compuestos y elementales que se pueden llevar a cabo.
Y el agente ha de hacer uso de la ocasión de intervenir acertadamente, lo cual represen-
ta:
- a veces prepararla (las carambolas de Fernando VII),
- siempre reconocerla, darse cuenta,
- y, también siempre, saberla aprovechar.
Evidentemente, la manipulación acertada del presente depende de la capacidad
de quien lo manipula:
- intelectual: saber reconocer, aprovechar o preparar la ocasión,
- física: calidad, potencia y variedad en los acciones corporales,
- psicológica: frialdad, responsabilidad, prudencia y oportunismo
en las decisiones,
y en consecuencia no todos los hombres se enfrentan a todas las situaciones con igual-
dad de éxito. Los hay más y menos aptos.
Acciones y resultados 42

La experiencia personal.
No es fácil manipular el presente con el fin de conseguir un objetivo sin come-
ter errores bajo la presión de las prisas. Hace falta seguridad y acierto en la decisión, y
precisión y habilidad en los actos. No admite el nerviosismo.
Hace falta entrenamiento no sólo para aprender y adquirir precisión y habilidad
en el hacer, sino para disminuir la presión psicológica de la novedad.
- Para adquirir confianza en la propia capacidad de resolver lo des-
conocido.
- Para aprender a verlo bajo forma de cosas ya conocidas.
- Para perderle el miedo a conceptos abstractos que sólo son una
nueva adición de unas cosas y sucesos habituales que ya sabemos
cómo superar.
El éxito precisa de una prudencia y frialdad en el actuar que la habituación fa-
cilita. No basta con la motivación, hay que tener disciplina y estar bien entrenado (y por
ejemplo los terroristas de izquierdas tienen más accidentes que los de derechas).
Y la experiencia es más necesaria a medida que aumenta la complejidad o el
peligro de los estados de cosas con los que hay que enfrentarse: una salida dominguera
en automóvil no es lo mismo que las mil millas de Indianápolis.
Para dominar la Realidad Exterior hace falta experiencia. Tanto para llevar a
cabo las operaciones de ingeniería que darán lugar a los artefactos como para el manejo
de estos nuevos artefactos. O para conocer cual es el límite en las dificultades supera-
bles sin excesivo riesgo, caso de los números de circo. O para ejercer de político y pre-
sentar como dominiopersonal del cambio lo que solo es adaptación personal a otro esta-
do de cosas.

4.4. Las emergencias.


Algunas veces las cosas, en su transcurrir, hacen aparecer nuevos valores. Hay
una quiebra en los planteamientos iniciales de la finalidad y de la motivación. Procede
llevar a cabo un cambio inmediato de objetivo; y ni la decisión, ni la acción consecutiva
se pueden detener ni aplazar. No hay tiempo ni capacidad de maniobra. Hay que salir
rápidamente de la trayectoria: coche sin frenos, vía de agua, anomalías en el tren de ate-
rrizaje.
Las emergencias tienen sus leyes propias; la lógica exige superar el trance,
aunque sea utilizando lo impensable para lo insospechado. Y los militares - buenos ex-
ponentes de la acción de emergencia - tienen el celo por cualidad indispensable. Dili-
gencia y celo.
Acciones y resultados 43

Contratiempo, incidencias,... las emergencias son inevitables, pero no im-


previsibles. La credibilidad que nos merece un acontecer inesperado que será más fá-
cilmente superable si se dispone de personal entrenado, da lugar a: las escuelas y ma-
nuales de entrenamiento; reglamentos e instrucciones de actuación; botiquines, retenes
de guardia, etc. ... y a ¡las reservas!.
Acciones y resultados 44

5. LA INTENCIONALIDAD TELEOLÓGICA DE LA ACCIÓN


HUMANA.

5.1. Las acciones para la manipulación humana de la evolu-


ción.
Nosotros pretendemos que la Naturaleza en su devenir llegue a un estado de
cosas que corresponda a nuestros deseos. Y estamos dispuestos a intervenir con accio-
nes corporales que fuercen la contingencia por aportaciones:
- de materia y energía en el caso de intervención sobre el Mundo
físico;
- de información, si se trata del Mundo social.
∑ La manipulación implica el adecuado aprovechamiento de las leyes natu-
rales por medio de una integración de nuestras acciones:
- elementales en otras compuestas,
- individuales en las colectivas,
- puntuales en otras continuadas,
∑ Y las acciones directas que habremos de llevar a cabo, representan:
- un esfuerzo físico y desgaste fisiológico, una disciplina y orden
en el movimiento muscular;
- una preocupación psíquica, por la atención a la evolución, a la
selección y coordinación de las acciones; por el cuidado en el ha-
cer y por estar pendientes de la oportunidad;
- y un consumo de tiempo.
Tanto el esfuerzo físico como la preocupación psíquica son una molestia per-
sonal, y no los afrontaremos sin una recompensa suficiente. Por lo demás no haremos
gasto de nuestro limitado tiempo si le encontramos un mejor empleo.
Acciones y resultados 45

Cambiando de tema, a efectos de interferencia en la evolución natural, no


hay distinción entre las acciones voluntarias y las involuntarias: la colilla abandonada
también incendia el bosque.

5.1.1. las expectativas motivadoras de la acción


Raras veces el disfrute que proporciona la acción en si misma compensa por si
solo las molestias de llevarla a cabo. Es de la modificación de la Realidad Exterior de
donde nosotros pretendemos sacar beneficios.
En la Ingeniería no se da la acción por la acción. Por la natural demora entre el
inicio y el logro del actuar, las molestias son actuales y las gratificaciones futuras; en la
motivación, la esperanza toma el lugar de la auténtica satisfacción. Las expectativas de
lo que se va a conseguir, son el auténtico motor de la acción; y la desconfianza en verlas
confirmadas, su freno. Si no se va a construir, ¿para qué esmerarnos en proyectarlo?.
El Hombre no puede hacer todo lo que desea. Nuestras acciones consumen un
tiempo que tenemos limitado. Y ni podemos llevar a cabo varias de ellas en simultáneo
ni siempre las podemos posponer. Nos vemos obligados a elegir, y, antes de escoger,
debemos valorar. De las muchas cosas, sólo haremos las que mas nos motiven.
La evaluación no es única, ofrece variantes en grados y aspectos, y, de resultas,
la motivación contempla a la vez y de alguna forma:
- la finalidad de la acción,
- la gratificación que nos puede proporcionar,
- las molestias de llevarla a cabo,
- el tiempo invertido,
- los riesgos y peligros,
y compara el valor actualizado de una gratificación imaginada correspondiente a la anti-
cipada situación futura, y el valor actual y real de los inconvenientes.
Por lo demás tanto las palabras finalidad como motivación ofrecen diversas
acepciones.

5.2. Pluralidad de intenciones en la acción.


Todos los seres vivos tienen unas necesidades propias, básicas e imprescindi-
bles para conservar la vida y reproducirse. Se conocen desde antiguo según nos mues-
tran las jaulas, corrales, piscifactorías, granjas, zoos, etc. Unas leyes biológicas simila-
res determinan las necesidades primarias del Hombre; también se conocen de antiguo y
encontramos sus mínimos en cárceles, chabolas, mazmorras, monasterios, manicomios,
campos de refugiados, viviendas sociales, etc.
Acciones y resultados 46

Mas los Hombres no nos limitamos a la busca de seguridad, alimento, sexo y


abrigo para seguir con vida y perpetuarnos. Deseamos el reconocimiento y la aceptación
por la Sociedad de nuestros iguales, e integrarnos en el desarrollo de los hechos de for-
ma que podamos sentirnos protagonistas de nuestra propia vida. Y transformamos estos
deseos en una interminable y continua búsqueda que a veces es de clara interpretación,
ganar dinero, perseguir honores, seguir la moda..., a veces, de interpretación algo más
imprecisa, el deber...; y a veces es sutil, elegancia, belleza, progreso .… Y cualquiera de
ellos puede incitarnos a actuar.
Y en consecuencia, en la finalidad de nuestros actos hay una mezcla de dife-
rentes deseos. Por ejemplo, en los jugadores de golf y tenis, en las bandas de pistoleros,
en los grupos contestatarios, etc.

5.2.1. Fuerza o vigor de las preferencias en las decisiones de actuar.


Al analizar la fuerza que nos mueve a actuar, algunas veces se trata de una im-
posición ineludible y actuamos forzados por una presión exterior con amenaza directa
de graves daños. A lo biológicamente inevitable lo denominamos necesidad; si la im-
posición nos viene del mundo físico, un menester; si viene del mundo social, una obli-
gación. Otras veces disponemos de libertad y hablamos sobre conveniencias, gustos o
deseos.
Mas no es clara la gradación, siempre más o menos personal y subjetiva, entre:
- indispensabilidad (necesidad biológica, obligación moral o me-
nester físico)
- y deseo (gusto, provecho, interés, conveniencia...).
Sentarse en un banco a tomar el sol, rascarse o apagar la sed ¿cuándo son nece-
sidades y cuándo deseos?, ¿cuál es la utilidad de la escalada invernal de una pared cu-
bierta por el hielo?. La cima es a veces de fácil acceso por otro camino y en mejores
condiciones climatológicas.
Y entre la imposición y la libertad, el paso es gradual. Y en cada caso la fuerza
emocional de gustar, desear, querer, precisar... está modificada por el objeto: "quiero
unas tijeras” no es lo mismo que "quiero comer".
¿Qué significa preciso o indispensable? No todo lo indispensable es objetiva-
mente necesario; algunas veces ni tan siquiera tiene realidad física. Y si a lo largo de la
Historia las necesidades y menesteres de alguna forma se conservan, las obligaciones
aparecen y desaparecen. La "Defensa de la Fe” fue obligación ineludible hace unos si-
glos; la “búsqueda del Progreso” fue meta de todos los hombres cultos del siglo pasado;
la “Higiene” plantea hoy unas exigencias impensables hace unos siglos.
Y cuando se trata de deseos la mudanza es aún mayor. Así por ejemplo, dentro
de una misma época histórica, varia de individuo a individuo el aprecio en que se tiene
Acciones y resultados 47

la temperatura del ambiente, la finura de las sábanas, la comodidad de un ascensor, el


punto de cocción de una comida, etc.; o entre Esaú y Jacob, un plato de lentejas.
Sean lo que fueren, las necesidades y deseos se traducen al final en unas prefe-
rencias que de alguna forma varían según el individuo, la clase social o la formación
moral, la saciedad y el cansancio... Con lo cual, llamar valor a las relaciones de prefe-
rencia comprobadas experimentalmente, no nos facilita la resolución de ningún proble-
ma práctico.

5.2.2. Las molestias e inconvenientes disuasorios.


En el llevar a cabo la acción, no solo hay satisfacciones sino también inconve-
nientes. Entre estos:
Pérdida de libertad: Conseguir el logro precisa de un tiempo nuestro, y nos
ocupa una parte de nuestra vida. Si la acción representa lograr algo, también nos repre-
senta perder algo. Hacer ahora una cosa nos impide el hacer otra. La acción en cierta
forma nos secuestra y aparta de lo demás; nos compromete a centrarnos en lo que esta-
mos haciendo, nos obliga a prescindir de las otras muchas cosas que en el mundo suce-
den. Cada inversión de un tiempo que tenemos tasado, mengua y nos quita libertad para
disponer del que nos resta.
Cansancio fisiológico: La acción corporal representa llevar a cabo unos mo-
vimientos, mantener una posición con una molestias física y un gasto de energía mus-
cular, y en resumen un cansancio fisiológico .
Cansancio psicológico: Los actos elementales no pueden hacerse en cualquier
orden y en cualquier momento. Desencadenarlos precisa de una atención y cuidado a lo
que sucede en el mundo exterior. Para llevarlos a cabo es menester prestar atención,
cuidado y diligencia. Todo ello representa el seguir una disciplina, una preocupación,
un estar pendiente de unas reglas que se traducen en una tensión o presión sobre nuestra
persona, con una coacción, opresión ... que dan lugar a un cansancio psicológico.
Ambiente desagradable: Hay casos en que la actividad genera un ambiente
molesto o repulsivo para los mismos ejecutores, bien en su aspecto físico: fundiciones,
minas, etc., social: basureros, barrenderos, etc., o moral: cadenas de montaje, trabajos en
turnos, etc.
Riesgos: Los sucesos del mundo exterior son una amenaza constante y latente
para nuestra integridad física o moral. Por lo general la acción, nuestra intervención ac-
tiva, potencia los riesgos. No es lo mismo estar sentado que subir a un árbol. Conectar
un enchufe presenta sus riesgos.
Acciones y resultados 48

5.2.3. Imprecisión y mudanza en las evaluaciones de ganancias y pér-


didas.
La evaluación del objetivo, la función y la utilidad del logro, así como del es-
fuerzo a aplicar para alcanzarlo presenta unas componentes socioculturales que vienen
marcados por factores personales
- de educación y formación,
- de época histórica,
- de medio social, y
- de oportunidad del momento,
factores que a su vez están influidos por la posesión o la privación de la cosa que se va-
lora. El miedo a la carencia, al igual que el miedo al dolor, por ejemplo, puede provocar
ilógicas sobrevaloraciones.
Por otro lado, la escala de valores de una cultura forma, de alguna manera, un
sólo bloque. Y como las posiciones relativas de las partidas o conceptos solo cambian
con lentitud, la escala queda distorsionada y con contradicciones cuando temporalmente
escasea alguna de las partidas.
Pero además no todos los miembros de una sociedad consideran válidos los
valores y las escalas socialmente aceptados. Los prejuicios personales son una fuente de
arbitrariedad. Los vicios corresponden a una sobrevaloración, personal y fuera de medi-
da según lo socialmente aceptado, de algo admisible y admitido.
Y siempre hay casos y excepciones:
- En muchos casos la gratificación se reduce a una retribución eco-
nómica sin relación con lo que se acomete. ¡Y se llega a valorar
las cosas por la envidia que producen a los otros!.
- Una persona activa no valora igual que una perezosa las molestias
del movimiento físico.
- Los límites de la exposición al peligro no son los mismos para un
aventurero que para un timorato.
- La carga emocional ante la novedad no es la misma en la persona
audaz que en la indecisa...
Por lo demás, la acción toma largo tiempo y, al ser nuestro ánimo mudable, ni
terminamos todo lo que hemos iniciado, ni lo desarrollamos según lo habíamos pensa-
do. A veces, hasta somos contrarios al resultado lógico de lo que emprendemos, y de-
seamos ignorar su previsible resultado final.
Pese a lo expuesto, la Ingeniería da por supuesto que los hombres se comportan
y se comportarán de forma consecuente y racional durante todo el tiempo que dure un
proyecto.
Acciones y resultados 49

5.3. Las motivaciones de la decisión personal de actuar.


Nuestro actuar consecuente se basa en la motivación racional (balance de ga-
nancias y pérdidas). En parte es objetiva ya que se refiere a aspectos y cosas de la reali-
dad exterior física o social, pero los factores de la valoración son subjetivos. Y no es ra-
ro que dependa del individuo, y, para un mismo individuo, del momento.
La justificación está basada en prejuicios.5 Concedemos un valor actual a la
expectativa del logro, y procedemos a comparar luego entre sí unas cosas tan dispares
como el poseer una mansión lujosa, el abrigarnos del frío, el ir más rápido para llegar
antes, o el ganar dinero... cuando todas ellas todavía están sólo en nuestra imaginación.
Nos mueven más las expectativas que las realidades, y el valor que se concede
a la mejora futura respecto al estado presente, no es el mismo para un jugador que para
un espíritu horaciano.
Por otro lado, llevar a cabo una acción presenta unas satisfacciones y unas
molestias, unas ventajas y unos inconvenientes, unos componentes favorables y otros
contrarios sobre unos aspectos muy dispares que además unos son ahora y otros en ex-
pectativa. Es difícil encontrarles unidad de medida común.

∑ La moneda ampliamente usada por falta de cosa mejor, sólo cubre un


pequeño campo y lo que es peor, obliga a no tomar en consideración aspec-
tos importantes.

∑ El útil sólo tiene aplicación en el planteamiento abstracto.


Las dificultades de una evaluación son muchas, mas pese a ellas la vida coti-
diana nos ha enseñado como superarlas, y de alguna forma valoramos y comparamos
balances.
Pero, atención, para actuar no nos basta que este balance sea positivo, ha de
superar unos valores mínimos que son diferentes para cada individuo, y que varían
además con las molestias que requiere el llevar la acción a cabo (curvas en S).

5.3.1. Consideraciones sobre el éxito del artefacto.


Los artefactos para llegar a ser y para conseguir el éxito debieran a la vez
- cumplir con las varias finalidades de diferente o igual categoría,
concordantes o contrapuestas de los autores
5
Y visto el valor factual que en nuestra Sociedad se concede a ciertas actividades colectivas, no es de ex-
trañar que abunden más los candidatos a presidentes de Club de Fútbol que a presidente de Centros Cultu-
rales para el Desarrollo de la Técnica por ejemplo. Y que muchos cargos de gestión pública no estén ocu-
pados por personas suficientemente competentes.
Acciones y resultados 50

- ser objetivamente adecuado para sus usuarios en la función y el servicio


que le asigne el medio sociocultural,
y ambas constricciones no necesariamente concuerdan ni tienen por qué concordar.
Las intenciones del autor, los componentes positivos y negativo de la motiva-
ción así como sus valores personales se reflejan en el objeto y le marcan. Pero cuando
los artefactos deben dar gratificación, prestar un servicio y ser de utilidad a unos usua-
rios que aunque no los fabrican los adquieren, el autor ya no es juez único. Y hay
- artefactos con una apariencia, forma y colorido y una sensación
de utilidad que halagan al público aunque no sirvan;
- obras de arte que sólo persiguen gustar a su autor.
Mas por lo general se alcanza un compromiso, un acuerdo entre deseos y conveniencia
de los usuarios, de los autores y del servicio objetivo de la función,
Y así por ejemplo, un vaso permite beber agua, pero también colocar una flor;
puede ser irrompible, bonito o de poco peso, pero debe carecer de agujeros y ser fácil de
limpiar; objeto de lujo o de uso común, se construirá en oro, cristal, barro, papel, etc.; su
forma propia no es un resultado forzoso de la función "permitir el acto de beber" pues
para lo mismo sirven la copa, la taza, el cuenco, el botijo, el porrón, etc. Aunque quizás
el autor al darle cuerpo sólo pretendía demostrar su genialidad o modernismo, y haya
aumentado los inconvenientes de uso.

∑ Cuando el autor desea prioritariamente fabricar objetos vendibles apare-


cen los adornos, colores y formas superfluos o hasta contrarios a un buen
servicio.

∑ Cuando con un sillón que fundamentalmente debe procurar un descanso


agradable, se desea dar sensación de lujo, majestad, prestancia, etc., se le
transforma en instrumento de tortura.

∑ Y las formas modernas de máquinas de escribir, estufas, lámparas, telé-


fonos interiores, etc., son concesiones a una moda en interés de las ventas.

5.3.2. El compromiso teleológico con el artefacto


Según se ha indicado, el hombre reduce a la consecución de un objetivo mate-
rial la finalidad directa de las acciones, y la motivación para emprenderlas proviene de
las expectativas del beneficio que sacará de aquel (a confirmar por la realidad).
Hay que conseguir el objetivo, más la finalidad es por lo general ambigua y di-
fusa, mientras que el desencadenamiento de las acciones requiere concreción. Aclararla,
reducirla, concentrarla... es la parte inicial de un proceso de particularización que arran-
cando de un propósito, acabará en el objetivo final, artefacto u objeto material.
Acciones y resultados 51

La acción es teleológica, se emprende con la intención de lograr y conseguir


algo. “¿Yo qué saco de ello?". El artefacto es la consecuencia de unas intenciones:
- que dan sentido al plan
- que dan un sentido a las acciones
y tanto llevar a cabo el plan como las acciones aportan su propia y diferente intenciona-
lidad con muchas y dispares intenciones que son reflejos de las dudas, deseos y com-
pleja personalidad de los diversos actores.
El compromiso a que se haya llegado entre las varias (y de alguna forma con-
trapuestas) finalidades y expectativas, de alguna manera quedarán reflejadas en unos
detalles presentes en el artefacto, que no siempre concuerdan con la finalidad declarada
para el mismo. Y aunque la intención se mantenga y la operación sea siempre teleológi-
ca, el objetivo no siempre se conserva inalterado a lo largo de la consecución, especial-
mente cuando se trata de operaciones continuadas y colectivas. Son prueba de ello los
cambios en las Catedrales.

5.4. La comprobación final y a posteriori del éxito en el logro.


El beneficio esperado es una cosa y el que luego se consiga, otra. Hay una dia-
cronía entre el iniciar y el acabar, y no todo es tan rápido como hacer una tortilla. Puede
que no todas las expectativas se confirmen:
- bien porque la situación no llegue a ser la imaginada,
- bien porque la utilidad de la función haya desaparecido,
- bien porque la función esté cubierta por otro artefacto.
Y el mundo actual, por ejemplo, no ha confirmado las expectativas que en su día levan-
taron: la guillotina, el polizón, la radio galena o el zeppelin.
Hoy y ahora, en el momento de iniciar la acción:
- la escena,
- el escenario y
- el guión
son una extrapolación hacia el Futuro de los Mundos físico y social actuales, una previ-
sión que nosotros hemos elaborado a partir de unas tendencias o costumbres admitidas.
Ahora bien, la Sociedad Humana tiene mucho de arbitraria. El cambio social
no siempre es previsible. No resulta fácil distinguir lo esencial de lo accesorio. Ni son
fáciles de detectar todas las tensiones.

∑ Y si los cambios profundos son lentos, (por ejemplo, la supresión de la


pena de muerte), los intrascendentes pueden ser rápidos (las trivialidades se
aceptan y se olvidan con facilidad).
Acciones y resultados 52

∑ Y al transcurrir el Tiempo, pueden cambiar las costumbres sociales y con los


cambios desaparecer una infraestructura de servicio que se consideraba bá-
sica e imprescindible, por ejemplo, los remeros y las galeras.
Por otro lado, el medio creación artificial de los hombres al que debe integrarse
el artefacto, no siempre se ajusta a las promesas. Y así por ejemplo, las redes de teléfo-
nos, transportes, carreteras, electricidad, etc., puede que no estén terminadas o ni lle-
guen a funcionar.
Y en algunos casos el mismo objeto resultante, listo terminado y en servicio,
repercute negativamente sobre la función objetivo: los malecones de un puerto facilitan
que se llenen de arena; y en otros, por el contrario, el objeto presenta unas cualidades
inicialmente no valoradas que le permiten unas funciones no previstas: las botellas, para
cocktails Molotov; los sacos de tela, para camisas de negro, etc.

∑ Y como no es necesariamente cierto que los gustos del Hombre de Mañana sean pa-
recidos a los del Hombre de Hoy, ni que desee disponer de cuanto le preparamos hoy...
y como son asimismo de esperar algunas disparidades entre el objetivo fijado y el arte-
facto conseguido, ... no es seguro que el beneficio real conseguido coincida con el espe-
rado.

5.4.1. Provecho particular y provecho general.


No hay acción sin provecho personal. Es difícil que se lleven cabo empresas de
interés general si no hay unas expectativas de beneficio particular para quienes las em-
prendan. Y no siempre los servicios de beneficio público significan que haya un público
que saque algún provecho de aquellos.

∑ Así a menudo, por ejemplo, el acto de aparecer da lugar a distorsiones


no siempre pequeñas y transitorias: la construcción de un edificio molesta al
vecindario, la descarga de un camión de mercaderías altera la circulación, al
conectar una estufa oscilan las luces.

∑ A veces las presiones del ambiente, el aprecio al Dinero, persecución de


un inmediato provecho económico, etc., fuerzan al lanzamiento de produc-
tos no probados (talidomida), o peligrosos frente una inadecuada utilización,
(coches demasiado potentes para carreteras demasiado estrechas, pestici-
das), que irán a manos de inconscientes.
En estos casos, y cuando hay abuso social: desprecio, opresión o engaño, las
funciones que desempeñan lo artefactos, no son las originalmente previstas: la droga no
cura, las armas no defienden, el coche no simplifica la vida. Y las valoraciones para la
motivación también son otras.
Acciones y resultados 53

5.5. La acción humana en cuanto una actividad económica.


Según la filosofía capitalista, una acción es conveniente para la Sociedad cuan-
do produce beneficios económicos legales, con lo cual la rentabilidad es la medida del
interés social.
Pero esta teoría tiene grandes visos de no ser cierta. Las continuas manipula-
ciones de los Gobiernos en el valor de la moneda, sus intervenciones a través de primas,
aduanas, impuestos, subvenciones, etc.…, generan situaciones económicamente muy
rentables pero sin interés social; mientras que por el contrario, carecen de rentabilidad
económica unos servicios clave para la sociedad, tales como Sanidad, Enseñanza, etc.
En todo caso, hoy está ampliamente admitido
- que la gratificación del actuar es fundamentalmente económica6,
- que el actuar debe tener una contraprestación monetaria no forzo-
samente relacionada con el resultado de la acción.
Bajo este aspecto los profesionales son gente que actúa por un paga, arquitec-
tos, soldados mercenarios, asesinos a sueldo, pintores, vendedores de enciclopedia, mé-
dicos, etc. y no es fácil fijar cuál es la adecuada y justa contraprestación por sus servi-
cios.
Y cuando los profesionales se transforman en vendedores de su actividad y sus
actos tienen por principal finalidad el ser vendibles, la ética profesional viene determi-
nada por el mercado.

6
Si bien los deportistas y las buenas personas ponen de manifiesto que el hombre puede llevar a cabo una
acción sólo por el gusto de hacerlo-
Acciones y resultados 54

6. LA PARTICULARIZACIÓN DE LA IDEA.

6.1. La idea, el objetivo y la cosa.


La idea inicial abstracta, vaga y confusa, pura imaginación del pensamiento ha
de acabar en una cosa singular, efectiva y precisa del mundo material. Llegar a lo sin-
gular a partir de lo general requiere un proceso de particularización mediante el cual la
idea pasa primero a objetivo, y éste después a cosa.
El objetivo es el resultado de una primera elaboración. Y está individuado, de
forma incompleta y tentativamente aproximada, por unas características que nosotros le
hemos asignado de acuerdo con unas presunciones, hipótesis y opiniones. Aunque con-
serve vaguedad, ya es una notable concreción de la idea.
La individuación del objetivo es paso imprescindible y previo para la corporifi-
cación en un objeto, en una cosa. Una corporificación que, en cuanto a tal, forzará la
aparición de lo singular, obligando a un aumento en la precisión de lugar, tiempo, for-
mas, medidas y materiales hasta alcanzar la que corresponde a los cuerpos materiales.
La fiesta que pensábamos organizar pasa a ser:
- primero, lista de invitados y menú,
- y luego, comensales y platos sobre la mesa, el martes a las nueve,
en el comedor de nuestra casa.

6.1.1. La marcha de particularización hacia lo material y singular.


Para entrar en acción, antes hay que individuar el objetivo. Determinarlo y es-
tablecerlo en todos sus puntos, detalles, marcas... pues sólo a partir de ellos es posible
esclarecer las acciones a emprender para conseguirlo materialmente: comprar el cham-
pán de la marca elegida y encargar los postres, por ejemplo.
Individuar: diferenciar, distinguir, procurar, ejecutar … es dar una respuesta
completa, a través de un proceso pensar - decidir - hacer, a las preguntas:
- ¿Qué queremos conseguir?
Acciones y resultados 55

- ¿Cómo lo vamos a lograr?


La primera parte del proceso de singularización tiene lugar en la imaginación.
Es una ideación creativa, un proceso de invención con base en signos. Después, la parti-
cularización, por el cumplir del tiempo y por la acción humana directa con aplicación de
conocimientos, opiniones, reglamentos...., se va encarando cada vez más con la reali-
dad.
En el paso de la confusión a la distinción hay regateo, concertación, ajuste
chalanesco entre contrapuestos (más invitados, más diversión, más gastos, menos espa-
cio, más ruido... ) con decisiones que eliminan unas variantes y hacen aparecer otras.
La particularización es un proceso dinámico, lanzado hacia un final impreciso
que inevitablemente dejará de serlo. De continuo lo aclaramos con decisiones cons-
cientes o inconscientes:

∑ Tomar una decisión es una exclusión, es quedarse voluntariamente con


una de las variantes.

∑ No tomarla es aceptar, también de forma activa, que unas leyes físicas y


sociales se sigan y continúen aplicando sin alteraciones.
Y en todo caso, fatalmente, se llegará a una cosa, a algo singular que es único, preciso
en calidad y medidas, y excluyente de todo lo demás que pudiera haber sido, (y el asado
de cordero servido en la mesa no es un filete de ternera).

6.1.2. La preparación de las ocasiones para actuar


Las acciones que nos llevarán a la cosa singular, las acciones que ahora em-
prendemos o dejamos de emprender, al introducir diferencias y al eliminar contingen-
cias, permiten, aclaran y despejan la marcha hacia el éxito. Más si bien nos abren y des-
pejan el camino con una ordenación del futuro, la posibilidad misma de llevar a cabo
estas acciones ya depende de una ordenación anterior.
Nosotros conseguimos la transformación de la contingencia en necesidad con
unas oportunas explotaciones de la coyuntura de tiempo, lugar y circunstancias, me-
diante unas acciones eficaces que darán lugar a la aparición de más y nuevas ocasiones.
En ningún momento podemos admitir que se nos rompa la cadena. Y necesitamos ver
con claridad el Futuro para:
- resolver los problemas ahora y con detalle,
- ordenar las acciones que han de llevar a que acaezcan los sucesos
deseados.
Preparar la acción exige: ver para prever y prever para proveer. Reunimos los
planos, preparamos las ofertas y concertamos las entrevistas que nos han de proporcio-
Acciones y resultados 56

nar el pedido. Llegar a una predeterminada cosa en particular es el resultado de forzar


al transcurrir de las cosas a seguir una línea.
Pero, aunque lo parezca, la actuación del proyectista no es libre. No está en su
mano el crear un mundo demasiado diferente. Debe moverse dentro de lo contingente y
dentro de lo que él sabe cómo convertir en necesario. El mañana no se pliega a cual-
quier elucubración, y la imagen que acepta el proyectista para lo que será, debe atenerse
a las leyes del Mundo Real Físico y Social.

Las decisiones proactivas


Ante la contundencia de lo real, las suposiciones erróneas no alcanzan el nivel
de fabulación. Las estimaciones y previsiones ni son predicciones científicas, ni obligan
a las cosas. Son nuestras acciones proactivas las que mantienen el correr de las cosas en
el camino deseado.
Y si las decisiones no acertadas no son graves mientras se puedan corregir, co-
rregirlas no siempre es posible. Y si las hay que solo por el momento, eliminan varian-
tes más convenientes o suprimen interesantes opciones futuras, también las hay que
condenan unos eventos más favorables a no tener jamás lugar. En estos casos la acción
no sólo es desacertada sino que es nefasta. Y conviene evitarla.
Siempre hay y habrá sorpresas, mas si se hace sólo lo justo y conveniente, si se
llevan a cabo sólo las acciones pertinentes, en el momento oportuno y en la forma ade-
cuada, serán menos los contratiempos que se irán presentando. Pues si bien es verdad
que con hacer de menos no se llega al final, el decidir cuando no toca o el hacer de más
aumenta la posibilidad de no acertar.
Y para evitar sorpresas, cuando es posible lograr cosas funcionalmente pareci-
das siguiendo caminos diferentes, procede elegir los más seguros, los mejor conocidos,
los menos sensibles a contingencias indomables.

6.2. La cosificación de los deseos.


Según hemos dicho, queremos que nuestras acciones nos lleven a un estado de
cosas diferente del actual, del que esperamos que satisfaga mejor nuestros deseos. Aho-
ra bien, los deseos y las cosas están en mundos diferentes: el deseo de beber no es el
agua, y el deseo de disfrutar no es una tonadilla musical.
Es difícil el paso del deseo aspiración a la idea de cómo lo podremos cumpli-
mentar, y también lo es convertir esta idea en cosa material. Y si unas veces habrá con-
secución, en muchas otras habrá malogro.
Acciones y resultados 57

Los deseos no se ajustan a cantidades y a medidas, pero si las cosas. Y ello,


unido a las imposiciones, obligaciones y acompañamientos inevitables: "si eso..., tam-
bién aquello... y de esto nada..." contrapuestos entre sí, obligan a un ajuste de chalaneo:
"cambio, pongo y quito..." en el que es primordial
- mantener presente el orden de prioridades, y
- saber de qué se puede prescindir, y
- saber qué se debe conservar para que el artefacto final nos satis-
faga.
La asignación de formas y detalles a un cómo cumplimentar un deseo para
transformarlo en objetivo se presta a unas primeras equivocaciones. Luego con el au-
mento de las formas y detalles de la pormenorización, siguen aumentando las posibili-
dades de distorsión. Y es fácil que consigamos lo que nos habíamos propuesto, sin lo-
grar por ello lo que queríamos.

6.2.1. La adición de más y nuevas propiedades.


En el fondo de las cosas hay siempre coincidencia y parecido, pero al proyectar
no trata de llegar al fondo sino a una individuación singular y concreta.

∑ Y el objetivo se va cargando voluntaria o involuntariamente de propieda-


des, detalles, … en opciones excluyentes (elásticos, botones o cordones para
ceñirnos los zapatos).

∑ Y con la elección de unas u otras, la idea inicial puede acabar en cosas:


- similares (el caso de las manecillas de las puertas), o
- dispares (botas de esquí o zapatillas de felpa, cocina de gas o
eléctrica).
La visión anticipada de lo conveniente
Hoy, cuando aún no está, hemos de ver y estudiar el artefacto para conocer los
detalles de su uso y para dotarle de las propiedades adecuadas. Y para ello se precisa
una traslación mental desde el momento actual al futuro en el que la idea será una cosa
material, en una traslación que exige imaginación.
El proyectista no inventa. En el presente suyo, de un tiempo que todavía no ha
llegado,
- ve y estudia un algo cumpliendo una función,
- un algo que para los demás todavía no está,
- y bajo unas circunstancias que todavía no se dan,...
y traslada sus anticipadas razones sobre un papel del ahora. Es objetivo pero en base a
criterios y suposiciones personales, y sobre unas personales probabilidades subjetivas.
Acciones y resultados 58

∑ Es un hacer paradójico en el que fundamenta las decisiones de hoy en el


mundo incierto del mañana.

∑ Es una actuación absurda e ilógica, propia de alienados, que solo adquie-


re sentido si el transcurso de las cosas se ajusta a la trama elegida.
Y aunque sólo el Tiempo haga evidentes la razón y el error, nosotros no pode-
mos dudar de que el Futuro avalará nuestras decisiones de hoy, de lo contrario no actua-
ríamos. Pero a veces el Futuro falla en contra, ya que:

∑ Los sucesos dan la razón a quien la tenía, no a quien se había creído en su


posesión, o a quien la había pregonado con voz más alta y más fuerte7.

∑ En el mundo de la imaginación, mundo de hipótesis, los errores no se ha-


cen manifiestos ni patentes de inmediato.

∑ Las elucubraciones basadas en irrealidades quizás sean una novela, pero


nunca un Proyecto de Ingeniería.
Ahora bien, pese a las dificultades, quien sabe por lo general acierta, y quien sabe más
acierta más. Procede esforzarse en contrastar los detalles y pasos. Y no tomar por bue-
nas unas decisiones cuya inadecuación es evidente para todo el mundo.

6.3. Las variantes de la particularización.


Pormenorizar representa concretar aspectos, detalles, propiedades … y cada
uno de ellos se abre en un abanico de posibilidades. Y al encontrarnos ante variantes
aparece la duda y con ella la vacilación que interrumpe la acción.
Romper la duda representa tomar una decisión y emprender una acción que
acabará con la ambigüedad y la confusión. Sólo una de entre todas las cosas posibles se
transformará en realidad, las otras desaparecen... y no es prudente tomar más decisiones
que las estrictamente indispensables.
La acción que sigue a la decisión es definitiva y brutal, y al acusado, declarado
culpable o inocente, se le ahorca o se le perdona. Y si hay aciertos también hay fallos.
Cada opción es de alguna manera una lotería con muchos números y pocos premios: no
acertar es lo más fácil. Y alcanzar el éxito requiere una sucesión continuada de aciertos
(obvios a posteriori) mientras que basta un sólo error para impedirlo.

7
Y por muy convencido que esté el apostante, el caballo que gana una carrera no es necesariamente aquél
por el que ha apostado.
Acciones y resultados 59

En los casos simples y sencillos, la elección a tomar se desprende de las co-


sas. Mas al analizar nuestras máquinas de hoy, evolución de otras anteriores, es fácil
comprobar la gran complejidad en las dependencias entre piezas. Y por lo que hemos
visto,un mero tornillo de ahora puede convertirse en un factor determinante en una pró-
xima ocasión.

6.3.1. Las decisiones en base a un futuro hipotético


Cuando las cosas se complican, cuando todo repercute y abundan los sí..., es
difícil valorar las poco claras consecuencias de unas variantes imprecisas. O aun llegar a
reconocer la totalidad de estas. Y así por ejemplo, ante la ligazón entre las costumbres y
los objetos, ¿cómo serán las viviendas, el mobiliario, las ciudades del futuro...?
En la ingeniería racional y consciente, las decisiones deben basarse en una in-
formación sobre las incidencias de todas y cada una de las variantes respecto al logro (o
al malogro). Mas en la ingeniería, el informarse, valorar, elegir y decidir ni son ni pue-
den ser operaciones exactas: se llevan a cabo sobre estimaciones, previsiones, pronósti-
cos o profecías referentes a un Futuro hipotético, antes de disponer de la comprobación
fáctica de su verdad. Y saldremos de casa con paraguas sin saber con certeza si va a llo-
ver.
Y para complicar la situación, la identificación del responsable de haber toma-
do la variante errónea (en vez de la acertada, descartada en un pasado) no corrige los
hechos de hoy: la discusión de las causas puede interesar a los politices, pero no modifi-
ca la situación. En la Ingeniería, la búsqueda del culpable y la detención del asesino ca-
recen de interés.

6.4. Pensar, decidir, hacer.


La visión del objetivo a conseguir no siempre es clara. El mañana a menudo re-
sulta borroso. Algunas veces se aprecian todos los detalles; otras veces sólo se distin-
guen contornos y con frecuencia sólo hay intuición. El avance desde lo general hacia lo
particular muchas veces se lleva a cabo en la oscuridad, bajo el supuesto de que hay una
salida.
En la marcha hacia lo particular, el aumento en distinción es inevitable e irre-
versible. Y, sean buenas, escasas o nulas las referencias, primero hay que pensar, des-
pués decidir y finalmente hacer. Por etapas y a su debido tiempo. Y si la exactitud es
una coacción para el pensar, pues entre otras cosas dificulta el ver las opciones, la ac-
ción en la que culmina la decisión, requiere precisión y claridad.
Acciones y resultados 60

El campo del pensar es abierto. En él se debe prescindir del miedo, las ruti-
nas, los prejuicios. etc. que introducen limitaciones subjetivas. Para asegurar el éxito no
conviene de antemano despreciar caminos ni descartar salidas. Y son obligados:
- la duda sistemática,
- el planteamiento de la suposición improbable,
- la imprecisión en el detalle y en la medida...
Por su lado el hacer es precisión, y la misma acción acaba con lo aproximado y
lo indeterminado. Desaparece el gesto pero sus auténticos resultados son Realidad: se
hace o no se hace un agujero; se pinta de verde, gris o azul, pero de un color.
La acción al dar cuerpo, individualiza: y con ella se obtiene un número de
ejemplares fijo, exacto, con unas medidas y una calidad propias, mensurables y com-
probables; un pozo de 4 a 5 metros de profundidad resultará ser exactamente de 4,32 m.;
los 20 a 30 tornillos que se han pedido pasan a ser exactamente 22; las 5 ó 6 sillas o si-
llones solicitados, las 3 sillas y 2 sillones recibidos.
Las tolerancias en el hacer, en apariencia una falta de exactitud, son una con-
firmación de la potencia de la realidad frente a la artificialidad de lo numérico. Los nú-
meros no se bastan para describir a unos objetos que son como son. Válidos para una
utilización real y no para una utilización matemática.

6.4.1. Elegir y escoger.


En la ingeniería no se apuesta. No se corre por una carretera confiando en que
será la de Valencia, se comprueba una y otra vez que se trata efectivamente de la de
Valencia. Cada cruce, cada opción nos plantea la duda. Nos enfrenta con una dificultad
a la que debemos dar solución definitiva. Y dejarla atrás.
Con la decisión nos comprometemos a seguir, a actuar en un determinado sen-
tido. Y la presión del tiempo nos obliga a decidirnos. Pero antes debemos proceder a la
elección.
Entendemos por elegir a preferir una cosa para un fin, sin necesidad de justifi-
cación racional; mientras que escoger es hacerlo con discernimiento, racionalmente,
como resultado de unas operaciones cognoscitivas inambiguas e identificables.
Y nuestras elecciones serán de preferencia si hacemos caso a nuestro gusto:
por ejemplo, el color de la camisa; y de indiferencia cuando no nos sentimos inclinados
por ninguna de las variantes, aunque debamos decidirnos por una: por ejemplo un nú-
mero de la lotería.
En cualquier de los casos mencionados, una elección será lógica si el encade-
namiento de los sucesos y la certeza en las conclusiones lleva a la seguridad. Y será
probabilística si la evaluación toma en cuenta la probabilidad del acaecer.
Acciones y resultados 61

Las decisiones en los proyectos


Proyectar no es apostar, las decisiones se toman teniendo en cuenta que, por
pocas que sean las probabilidades de acontecer de un evento, si acontece será en su to-
talidad. Quizás sea 1/n la probabilidad de que dentro de un año arda un edificio, pero si
el incendio tiene lugar, nos enfrentaremos a un auténtico incendio y no con una parte
alicuota de un incendio.
Y, pese a las precauciones que se toman para enfrentarnos como si fuera seguro
lo que sólo es probable, si llega el caso basta una variación en los salarios, los costes de
la energía o las materias primas, … para dar al traste con nuestra previsión inicial.
Y pese a la aparente racionalidad y rigor, en la ingeniería abundan las eleccio-
nes de indiferencia y de preferencia.

Problemas de la elección.
Con nuestro particularizar, al ir superando con decisiones, tras chalaneo o sin
chalaneo, las sucesivas opciones vamos hacia una de las muchas cosas posibles. El pro-
blema primario de toda opción es reconocer todas las variantes. Y reconocerlas no es
fácil cuando están semiocultas, son ambiguas o sólo son excluyentes en parte. Y cuando
el tomarlas o no en cuenta depende del valor que previamente les hayamos asignado.

∑ Por lo general nos vemos obligados a unas simplificaciónes que potencian los pro-
blemas secundarios de la opción, en:
- los datos que vamos a tomar en cuenta,
- los métodos que vamos a seguir en el análisis y medida,
- los criterios de enjuiciamiento de unos y otros,
- las condiciones de rechazo y sustitución de los métodos de análi-
sis y medida.

∑ Por lo general las variantes y consecuencias llevan acompañantes, contrapuestos entre


ellos y opuestos a nuestra finalidad. Y en las evaluaciones actúan factores incontrolados
tanto sobre los componentes objetivos como subjetivos, y se aplican los axiomas a unas
incertidumbres, a unos valores o criterios, y a unos conocimientos que son personales.

Por lo que, para disminuir las posibilidades de errar, es fundamental establecer


un claro orden de prioridades: y conservarlo presente a lo largo de la particularización.

Los métodos y criterios de decisión


Con cada decisión (trátese de elegir o escoger) adquirimos un compromiso
frente al mundo de lo desconocido a sabiendas de la dificultad en acertar. Nos resulta
penoso decidir, y es humano vacilar ante la decisión. Para allanar dificultades, la Inge-
Acciones y resultados 62

niería utiliza la decisión por números, la cuantificación en la decisión y la decisión


automática por ordenador que despersonalizan la responsabilidad.

∑ Ahora bien, la seguridad de unos resultados numéricos proviene de la


bondad de los datos iniciales y de su tratamiento, no del valor total ni de sus
cifras decimales.

∑ Y en muchos casos, la cualificación se reduce a camuflar la ignorancia y


a desplazar la aporía a los valores numéricos, a los criterios de cuantifica-
ción y a los aspectos a cuantificar, sin esclarecer nada.

∑ Criterios universales tales como la Ciencia, Realismo, Economía, Simpli-


cidad, etc., son parciales y apuntan soluciones incompletas.
Utilizados sin discriminación, todos los métodos de evaluación son erróneos,
mientras que cualquiera de ellos es bueno para una persona formada. Y si en general,
los argumentos y razonamientos previos tienen mucho de charlatanería, la intuición
acertada resulta difícil de aceptar por terceros cuando la sola enunciación no les con-
vence de su bondad.
En todo caso, la comprobación de que la opinión sustentada es la acertada, sólo
es demostrable, de verdad, a posteriori.

6.4.2. Constricciones en la decisión.


Los ingenieros conocen hasta cierto punto las Leyes del Mundo Físico, pero se
olvidan con frecuencia de las Leyes culturales, fisiológicas o psicológicas del compor-
tamiento humano. Y si casi siempre tienen presente que no disponemos de 3 manos (y
hasta tienen en cuenta también la necesidad de dormir), deberían tener presente que el
hombre se excita, se cansa, se aburre, etc.
El mundo social es en gran parte artificial y de origen arbitrario, y no resulta
fácil distinguir lo necesario de lo innecesario, lo vigente siempre de lo vigente ahora. Y
hay organizaciones sociales, entre ellas la burocracia, que prescinden de la necesidad
del distinguir, y sus reglamentos y disposiciones, necesarios o no, hacen referencia a un
mundo que les es propio. Ahora bien, los Reglamentos, al igual que los sueños de la Ra-
zón, producen monstruos.
Por su lado, las convenciones colectivas y las presiones sociales pueden llevar
a soluciones contrarias a las que adoptaría un autor con verdadera independencia, y so-
bre las que repercuten
- las ideologías: la Economía, el Progreso, el Desarrollo Nacional o
Regional, la Autarquía, la Globalización, etc.;
Acciones y resultados 63

- las decisiones previas de otros: las primas a determinados productos, los


incentivos para determinadas localizaciones, las leyes de empleo;
- las modas y verdades aceptadas sobre estética, servicio, utilidad,
etc.
Así las cosas, los detalles y particularidades de una decisión poseen una gran
parte de artificialidad, y es frecuentemente el linchamiento de una solución correcta.

6.5. La finalización del proceso


Proyectar es largo. De forma continua y constante se resuelven detalles, y,
aunque aparecen nuevos problemas y se modifican las soluciones ya admitidas... inexo-
rablemente se debiera llegar a una conclusión. Y las cosas por lo general se acaban aun-
que se pueden acabar bien y mal.
Acabar, aunque las cosas vayan bien, no es sencillo. En nuestra sociedad las
organizaciones se perpetúan y para acabar se necesita una decisión externa: ¡Basta y
fuera!.
Y en cuanto a acabar mal, se puede acabar mal de varias formas. A medida que
se nos aproxima el Mundo Real, si las decisiones no fueron adecuadas, se va haciendo
evidente que no se va donde se debía, y que es aconsejable reconocer el fracaso.

La continuación por el camino equivocado


Es humano encariñarse a un trabajo; ofrece dificultades el salirse de la rutina
para analizar el conjunto; y como en el mundo de lo imaginado no hay facilidades para
la verificación, no es demasiado probable que por si mismo el autor responsable aban-
done las cosas por inútiles.
A veces, las inversiones en tiempo y dinero son ya hechos determinantes para
la continuación de un proyecto a todas luces absurdo, con la esperanza de que el Tiempo
ofrezca una salida al cada vez más sombrío estado de cosas. Pero la Fe en que la Provi-
dencia, actuando a través del Futuro, compensará las decisiones mal tomadas, carece de
base científica. Y usualmente el retraso sólo aumenta la gravedad.
En otros casos, el promotor considera que admitir el error disminuiría su pres-
tigio social y político; pero el prestigio no tiene gran influencia sobre la Realidad, ni
modifica sustancialmente las leyes físicas y del "antes muerto que enmendallo" sólo hay
una salida.
Acciones y resultados 64

7. LOS PERCANCES EN EL TRANSCURRIR DE LAS COSAS.

7.1. El decurso de las cosas.


Nuestro objetivo, un local y peculiar estado de cosas, modifica por su estar - o
ha modificado al conseguirlo - una evolución que allí había y que pasará a ir por otros
derroteros. En cierta forma es un injerto, y si bien el transcurrir del tiempo algunas ve-
ces anula las perturbaciones, otras muchas las potencia.
Por lo general nos desinteresamos de las consecuencias aunque puedan, a la
corta o a la larga, dar lugar a cosas muy diferentes de las que deseábamos: Arrastre y
desaparición de las tierras de cultivo, desertización por pastoreo abusivo, asbestosis,
efecto invernadero por emisiones de CO2, difusión de esporogenesis a través de piensos
....
Ahora bien en Proyectos no basta con conseguir el objetivo, sino que hay que
evitar que venga acompañado de secuelas desagradables. Y al resultar difícil averiguar-
las todas debido a lo abigarrado del Futuro, deberemos individuar las más desagradables
para, como mínimo, protegernos durante el tiempo socialmente bajo nuestra responsa-
bilidad.
La Memoria y la Previsión nos ponen en contacto con el Pasado y el Futuro.
Entre ambas abarcan el tiempo de interés social cuya extensión es diferente según las
Culturas y los individuos. Y el contraste de los planes con los recuerdos, nos permiten
comparar expectativas y resultados.
Hay civilizaciones que recuerdan las más raras manifestaciones de la Naturale-
za, y a partir de ellas proyectan su Futuro. La nuestra por el contrario, reduce el tiempo
de conciencia social a unos pocos años, y en una confusión de lo improbable con lo im-
posible sólo toma en consideración los fenómenos de ciclo corto. Ahora bien la Natu-
raleza con independencia de consideraciones sociales, mantiene sus plazos, y estos ven-
cerán en algún momento.
Acciones y resultados 65

Por otro lado la Sociedad Humana no es una armoniosa y homogénea Uto-


pía. La Historia nos muestra que a la calma social siguen periodos de generalizadas
convulsiones; y la experiencia enseña que, durante los periodos de calma, también hay
desórdenes, así como criminales, borrachos, subnormales, niños y viejos, etc. ...

7.1.1. Opiniones y predicciones sobre el devenir


La Ciencia permite pronosticar el Futuro, pero el hombre individual no posee
la Ciencia Universal y además es pasible al desinterés, a la ignorancia, al olvido, al
error... Con lo cual su predicción del devenir no coincidirá, ni en amplitud ni en profun-
didad, con la mas acertada de las posibles.
Hay también una gradación objetiva en la incertidumbre. Mañana saldrá el sol
y quizás mañana aparezca un nuevo cometa. No todos los eventos del Futuro nos mere-
cen igual confianza, ni tenemos igual esperanza en su acontecer. Pero cuidado, nuestra
esperanza de que algo acaezca y la probabilidad física de que acaezca son cosas muy di-
ferentes. Y ni coinciden ni tienen por qué coincidir.
Nuestras previsiones personales, o sea las cosas:
- que creemos que van a suceder,
- que esperamos que sucedan, y
- por las que apostamos de alguna forma en nuestra actuar,
(el modelo de los zapatos que ahora voy a comprar todavía estará en la tienda), no tie-
nen porqué incluir todas las conjeturas de lo que puede suceder.

∑ Nuestra esperanza en un acontecer no tiene siempre una base lógica, ni


cubre todos los aspectos de un caso.

∑ Ni nuestras previsiones, ni menos aún nuestros previsiones personales


agotan la variabilidad de la Naturaleza.
Y esperados, inesperados o inopinados acaecen los sucesos que acaecen. Querer ignorar
la realidad diaria es de necios. Y de alienados presumir que, por no tenerlos en cuenta,
no van a acontecer los disturbios, incendios, explosiones y otros siniestros.
¡Ignorar o prescindir de las cosas puede crear confianza, pero no proporciona
ninguna seguridad!. Y no obstante, son muchos los eventos de aparición improbable pe-
ro de consecuencias graves que no se tienen en cuenta ni aparecen en los cálculos, y que
se desprecian en la rutina del actuar cuando no se debiera.
Así por ejemplo, no se estima que los depósitos deban resistir a una explosión
interna, no se comprueba si el cierre de puertas y ventanas coadyuvará al enviciamiento
del aire de una vivienda, no se espera que las farolas deban detener un vehículo con los
frenos rotos, etc.
Acciones y resultados 66

7.1.2. Trascendencia de los sucesos actuales sobre el devenir de las co-


sas.
Según hemos dicho, unos sucesos arrastran a otros, y nosotros queremos que
este arrastrar nos lleve a un muy particular estado de cosas predeterminado y bien preci-
so. Y al ser los sucesos de ahora quienes ordenan las nuevas apariciones, la trascen-
dencia no proviene tanto del suceso en si mismo cuanto de las consecuencias que deri-
van de su acaecer. Si no hemos comprado huevos no podemos preparar una tortilla, y si
el pago del alquiler nos ha dejado sin dinero...
Las cosas que acaecen ahora:
- facilitan, dificultan o impiden a corto plazo la consecución de
nuestro objetivo,
- son indiferentes, conformes, propicias o contrarias a las acciones
posteriores que contiene nuestro plan;
- son beneficiosas, perjudiciales o nefastas respecto a nuestras in-
tenciones.
Y al no ser nuestras decisiones acertadas siempre en todos sus puntos, ni lo oportunas o
cuidadas que debieran, tal vez nosotros mismos nos estemos creando contratiempos.
Los daños, las desgracias y siniestros, calamidades y desastres, catástrofes y
hecatombes... pueden tener orígenes nimios. Y algunas veces no sólo no nos esforzamos
en evitar su aparición, sino que en algunos casos nosotros mismos, por ignorancia, des-
cuido o inatención, los estamos preparando. (Nuestra solicitud para un empleo mal pre-
sentada, mal redactada, con errores evidentes ... o la urbanización en zona de avalan-
chas).

7.1.3. Consideraciones sobre responsabilidad y culpa.


Puede darse el caso, y de hecho se da con frecuencia, que suceda lo que ofi-
cialmente no podía suceder: cosa que acostumbra a dar lugar a una investigación y a un
informe.
Pero las explicaciones ni cambian las cosas ni resucitan a los muertos; aunque
se encuentre la causa, el túnel permanece hundido, la presa rota, la casa derrumbada... y
sólo se salva la Fe en la Técnica y el Progreso.
Individualizado o no el responsable, con arrepentimiento o sin él, originado por
causas importantes o nimias, lo que ya ha sucedido no se cambia ni con informes ni con
expedientes.
Responsabilidad y culpa son cosas diferentes. La responsabilidad es el cargo u
obligación moral que resulta para uno del posible yerro en el hacer o en el no hacer en
Acciones y resultados 67

cosa o asunto determinado; mientras la culpa corresponde a una falta más o menos
grave cometida a sabiendas y voluntariamente.
La responsabilidad fáctica de un real estado de cosas que no siempre coincide
con la legal, se trasmite, elevándose, por la línea de jerarquía. Y el Jefe es el respon-
sable no de los yerros, pero si de los resultados de los yerros del último empleado. (Y de
los errores se pueden derivar desastres).
Con independencia de cual sea la responsabilidad legal, se es moralmente res-
ponsable de las desgracias y calamidades que puedan seguirse de unos acontecimientos
por no haber tomado en su momento las disposiciones adecuadas para evitarlos:
- al no haberlos tomado en consideración, o
- por ignorancia, descuido o economía
en los casos en que el acaecer de aquellos sea normal aunque infrecuente.

∑ Es interesante destacar la aceptación social de las desgracias cuando son productos de


algún fallo humano, y el interés colectivo de olvidarse de ellos y no aclarar las verda-
deras causas de estos de fallos. Después del incendio, al comprobar que no funcionaron
los mecanismos de las puertas de emergencia por falta de engrase, se achacará el sinies-
tro a inevitable fallo humano. ¿Pero, lo fue?.

7.2. El azar y otras fuentes de contratiempos.


Aunque parezcan pequeños y objetivamente lo sean,
- los errores en la decisión, las equivocaciones en la ejecución,
- los fallos (¿por qué no?) de los Servicios Básicos, (suministro
eléctrico, presión de agua, ascensores, policía, recogida de basu-
ras, etc. ...) sin alternativa adecuada...
- los cambios en la vida social (la ausencia por muerte, boda, tras-
lado, vacaciones, etc.),
bastan para alterar un programa. Y como durante la consecución del artefacto no todo
rodará a nuestro gusto. Irán apareciendo contratiempos consecuencias de unas
- actuaciones previas,
- lagunas en el conocimiento o
- causas fortuitas del Azar,
por lo que, en el momento y lugar preciso y oportuno, no todo el acaecer se ajustará a la
ordenada aparición de las ocasiones que necesitamos.
Los pronósticos son falibles. Si nos es posible predecir las veces que un suceso
acaecerá en un lugar y tiempo predeterminado, por ejemplo el número de accidentes de
Acciones y resultados 68

circulación en un fin de semana, la certidumbre del enunciado general no es de posi-


ble traslado al caso concreto: todos los ríos producen inundaciones pero de ahí a asegu-
rar que un particular río inundará una parte de su cauce en una fecha determinada...

∑ Está sujeta a duda cualquier decisión sobre los eventos independientes


que se van a presentar en coincidencia simultánea, por ejemplo: un golpe en
una columna, una acumulación de nieve, un huracán, un terremoto, una reu-
nión de personas en una habitación, etc.

∑ Y también la actuación física humana se presta a equivocaciones. Puede


ser pequeña la probabilidad de cometer una, pero a la corta o a la larga si
tanto va el cántaro a la fuente … alguna con toda seguridad escapará sin co-
rregir.
Pero no siempre queremos protegernos de forma efectiva de las desagradables
sorpresas que depara el Azar, y por eufemismo denominamos Acto de Dios a una mani-
festación de la Naturaleza fuera de lo habitual por su potencia y consecuencias. Aunque
sepamos que puede tener y que tendrá lugar, por ejemplo el Big One en San Francisco,
no todos los Actos de Dios son producto del Azar.
A veces son el resultado de una acumulación de pequeñas actuaciones estúpi-
das (construcción de edificios en el cauce de un río), o provienen de accidentes en los
que las circunstancias ofrecen un gran efecto multiplicador (explosiones en polvorines,
nubes de gases tóxicos...). Y las víctimas de un terremoto pueden serlo de los defectos
de construcción de los edificios.

∑ Por otro lado la Naturaleza tiene un ritmo y programa propio. Se presenta cambiante
y diversa. Y esencialmente imprevisible. Y no procede calificar, alegremente, de inevi-
tables por fortuitas las desgracias que resultant de unos fenómenos olvidados, ignorados
o mal interpretados.
Los incendios son posibles, y se deben tomar las disposiciones para disminuir
su alcance y consecuencias: Los grandes titulares sobre el número de muertos en los in-
cendios de almacenes, edificios singulares, etc., más ponen de manifiesto la ignorancia
del proyectista o el desinterés criminal de los promotores, que la inevitabilidad del he-
cho.
Hoy es más probable la destrucción de una ciudad a consecuencia de un error
humano que por el impacto de un asteroide.

7.2.1. Las limitaciones del proyectista


Al entrar en el caso particular, el autor está obligado a tomar decisiones sobre
unos eventos de los que no siempre conoce las probabilidades y las consecuencias.
Acciones y resultados 69

A cada artefacto se le asigna, por ejemplo, un tiempo de servicio y vida, y en


función de éstos se decide - consciente o inconscientemente -, en base a conjeturas qué
fenómenos tendrán lugar y cuáles no tendrán lugar o carecerán de importancia: la corro-
sión de unas vigas será despreciable, el desgaste del pavimento inapreciable; nulo el
asentamiento de unas columnas, etc. ... pero,¿ será así?
Previsiones, conjeturas, juicios anticipados... la persona humana es clave:

∑ Cada uno de nosotros nos informamos, valoramos, meditamos, decidimos


y actuamos dentro de nuestras capacidades y limitaciones personales físicas,
psíquicas e intelectuales,

∑ La diligencia y cuidado en nuestro actuar está supeditado a la potencia de


nuestras motivaciones y a nuestro interés por los resultados.

∑ Entre los técnicos hay diferencias de calidad, y abundan los profesionales


incompetentes.

7.2.2. La desidia, mala fe, incompetencia o ignorancia


El cumplimiento del deber ha sido el cimiento de la sociedad industrial: por
propia dignidad todo hombre cumplirá los compromisos que ha contraído, aún cuando
las contraprestaciones que reciba sólo le compensen parte de las molestias. Y anque así
fue antes, hoy no procede creer sin más:
- que unos hombres van a cumplir una obligación no respaldada
por un castigo,
- que el cumplimiento de una orden no se va a sustituir por la apa-
riencia de cumplirla,
- y que la tónica general será la de esforzarse en el cumplir.
Y además de la desgana y desidia, también se da la mala fe. Y el incumpli-
miento voluntario y estudiado para que pase inadvertido, sólo es detectable por sus
efectos. La detección de la mala fe necesita suerte, o de un especial sentido para ver lo
que no hay y para encontrar en falta lo que nunca ha estado.
También es posible y frecuente que el titular de un puesto de trabajo sea un in-
competente que:
- no sabe leer escritos,
- no sabe escuchar conversaciones,
- no sabe ver las cosas,
- no sabe interpretar varios hechos simultáneamente.
Por otro lado, los inmigrantes poseen sus propias culturas, vocabulario y escala
de valores, y, con su llegada, unas instrucciones antes válidas pueden ser inadecuadas.
Situación difícil de detectar cuando está encubierta por el "donde fueres haz lo que vie-
Acciones y resultados 70

res", y así por ejemplo, a la jubilación, el ferroviario que golpeaba las ruedas, todavía
ignoraba la finalidad de aquel martillazo infinidad de veces repetido.

La ignorancia
Y si todas las desgracias sea cual sea su causa son lamentables, son además ri-
dículas las debidas al desconocimiento de cosas bien conocidas, a la ignorancia de unos
hechos de dominio público, o al uso de unas soluciones hace tiempo abandonadas por
peligrosas, etc.8
Pero el conocimiento no se divulga por sí solo, ni abundan quienes se conside-
ren obligados a divulgarlo. Y en asuntos que no son de la propia, directa y personal in-
cumbencia, no es costumbre ofrecer al prójimo - con el sano fin de facilitar su traspiés -
toda la información de que se dispone.
Así las cosas, es bueno suponer que alguien, en algún lugar, posee buenos co-
nocimientos sobre cualquier tema por raro que nos parezca. Mas hay que tener en
cuenta que el valor de una respuesta depende:
- no sólo de quien responde,
- sino de quien pregunta,
y conviene saber preguntar, pues la respuesta corresponderá a una interpretación de la
pregunta, y el preguntado desconoce el problema e ignora qué cosas de las que el sabe
son pertinentes para el caso.
En cualquier caso, el desconocimiento de las nuevas técnicas, por recientes que
sean, sólo es imputable a la ignorancia propia.

7.2.3. La fe personal en la propia suerte.


Los sucesos estadísticos son seguros cuando se aplican a toda la población y
cuando se les brindan suficientes ocasiones, mas no lo son tanto para cada individuo en
particular. Las preguntas: ¿Por qué precisamente a mí?, ¿Por qué precisamente ahora? y
¿Por que precisamente aquí? transforman la certeza de un acaecer en la confianza per-
sonal de que no tendrá lugar.

∑ Algunas culturas abonan la creencia en la suerte personal: “las desgracias


para los otros y a mí la lotería”, “los Hados están obligados a protegernos",
"sólo sucede lo que debe suceder y Dios está con nosotros".

8
Es curioso el que la comodidad, unida o la ignorancia, obligue a llevar a cabo esfuerzos que hubieran si-
do fáciles de evitar de aplicarse mínimamente a la búsqueda de información.
Acciones y resultados 71

∑ Con desconocimiento de que "vinieron los sarracenos y nos molieron a pa-


los'”.. hay quienes consideran que la Fe y la Voluntad de Triunfar son sufi-
cientes para culminar con éxito cualquier empresa.

∑ Y abundan quienes, confiando en la Suerte omiten las previsiones com-


probaciones... destinadas a protegernos de las consecuencias desagradables
de los eventos poco frecuentes.

∑ Y abundan las alegres decisiones de inconscientes irresponsables que al


creer que los edificios tienden por ley natural a no caerse, por ejemplo, re-
cortan los márgenes de seguridad.
Juicio aparte merecen los riesgos aceptados en base a un cálculo económico
con apuestas sobre si se presentará o no un evento, para ahorrar el gasto seguro de miti-
gar los presumibles efectos. Actuación inadmisible cuando puede derivar en pérdidas de
vidas humanas.

7.2.4. La ganancia personal


En la actuación técnica, abundan las decisiones que no por atenerse a criterios
aceptados dejan de ser arriesgadas y peligrosas. Y que son aptas para una cosmética a
corto plazo. Y abundan, como es de esperar, las decisiones cuyo objetivo se reduce a la
ganancia personal de quien las toma.
El deseo de un posible ascenso o el hacer méritos modifica el planteamiento y
la ejecución de un trabajo. Con el fin de lograr de inmediato lo más aparatoso, se utili-
zan recursos que no eran precisamente los convenientes... y el tinglado quizá sólo alcan-
ce la duración suficiente para facilitar el desaparecer con honores antes del fiasco.
Así las cosas, considerando pues que los aciertos en el actuar de una sociedad
son, como todo el mundo sabe, debidos a los mandos de ahora, y que los errores actua-
les por el contrario provienen de los fallos de los subalternos y de las decisiones que en
su día tomaron los mandos que ya no están, es prudente en vistas a posibles conflictos:
- dominar el arte de estar cubierto, y guardar constancia de todas
las órdenes,
- no confiar en la justicia de la Historia ya que no siempre se la
admitirá a juicio,

7.3. Las protecciones frente a lo inesperado o fortuito.


Con la operación de proyectar pretendemos:
Acciones y resultados 72

- conseguir el objetivo,
- evitar o como mínimo disminuir los percances del camino,
- impedir que de la consecución se deriven más inconvenientes de
los inicialmente aceptados.
Mas no todo el devenir está sujeto a lógica, también hay Azar. Y además por
insuficiencia nuestra no todo el devenir lógico es previsible. Ineludiblemente se presen-
tará el suceso inesperado (previsible o imprevisible, aquí no importa) y el suceso for-
tuito. Y es imprudencia no tenerlos en cuenta.
Hay que acotar los infortunios que puedan tener origen en lo incierto. Y bara-
jando la Lógica con el Azar, lo conocido con lo desconocido, investigar cuáles son las
más graves consecuencias que se pueden seguir de lo desconocido. Y evitar por todos
los medios que acaezca lo funesto.

∑ Debemos estudiar los movimientos voluntarios e involuntarios y sus con-


secuencias; así como las consecuencias de los errores, de las equivocacio-
nes, de las omisiones... en busca de lo absolutamente seguro para todos y en
todas las condiciones.

∑ Debemos aplicar la Prevención a la hipótesis de que puede acaecer lo que


no deseamos que acaezca, bien sea conocido e individualizado, o bien sea
desconocido y abstracto, en todas y cada una de las etapas del sistema
- el proyecto, planteamiento y métodos, formas y medidas;
- la consecución,
- la utilización,
∑ Y, si es conveniente, debemos proceder a la introducción de medidas
complementarias y correctoras, en vistas a eliminar o a evitar que aparezcan
las situaciones de peligro, y, si llega el caso, a disminuir los daños.
Los arboles de errores, job security, análisis de fallos y aciertos... son metodo-
logías que facilitan el rehuir los accidentes.
La fuerza de la Tecnología de hoy da trascendencia a la nimiedad. El solo ac-
tuar sin prudencia y discernimiento es una imprudencia temeraria. Y si en tiempos pasa-
dos:
- no conceder importancia a las consecuencias de lo desconocido,
- confiar en los arreglos de la Madre Naturaleza,
- esperar de los otros una vigilancia atenta...
quizás sólo fueron pequeñas faltas, hoy son graves. Con la Tecnología actual, al igual
que en la Guerra, cualquier descuido puede resultar fatal.
Acciones y resultados 73

7.3.1. Comentarios al riesgo: probabilidad y daños.


Con referencia tanto a quienes participan, como a los usuarios finales o a terce-
ros espectadores involuntarios, el proyecto operación de ingeniería presenta diversos
riesgos:

∑ riesgo de no lograr la función objetivo. Si bien eliminar el riesgo de fra-


caso técnico es precisamente la finalidad directa del proyecto.

∑ riesgo de que la función objetivo no dé la satisfacción esperada, de que


los beneficios no compensen los esfuerzos... Se trata de alguna forma, un
riesgo económico.

∑ riesgo para la integridad física de quienes participan en la operación:


muerte, mutilación, o penalidades que acorten la vida biológica.

∑ riesgo de embrutecimiento, atontamiento... y en general de peligros para


la salud mental o la personalidad de las personas.
Algunas veces estos riesgos son de probabilidad conocida y sabemos dar un
valor máximo al siniestro. Otras veces sólo tenemos de ellos una vaga noción, y a me-
nudo desconocemos tanto la probabilidad como los daños. En todos los casos nosotros
pretendemos disminuir los daños y al tiempo rebajar la probabilidad.

La percepción del riesgo


La tecnología y los artefactos de la cultura industrial son fuentes inagotables de
riesgos para la vida, que las personas no sabemos ni detectar ni evaluar adecuadamente.
El automóvil máquina indomable, aborto de funcionalismo y de eficiencia, es mortífero
aunque no lo consideren así ni los jóvenes ni los conductores domingueros. Y cosa pa-
recida sucede con el alcohol.
El grupo y el individuo valoran la seguridad de forma diferente, la valoración
que el conjunto suma de individuos se hace de un peligro, varía con la familiaridad del
trato entre ellos. A más familiaridad menos aceptación de riesgo. En consecuencia la
opinión de un conjunto de individuos no siempre coincide con la del resto de la Socie-
dad.
Por lo general, el valor que aceptamos tanto social como individualmente para
la probabilidad de un acaecer varía en sentido inverso a la expectativa del daño que
puede provocar. Y para el peligro de muerte por causa artificial se acepta sin protestas
sociales, un valor similar al de las causas naturales individualizadas.

∑ La frecuencia transforma el peligro posible en probable, y refuerza el de-


seo de otras soluciones. El trato continuado o repetido de una persona con
Acciones y resultados 74

una misma fuente de peligro, aumenta la repugnancia en aceptarla. ¡El soldado


profesional es muy prudente, no desea morir en esta batalla!

∑ Por lo común no se aceptan aumentos innecesarios en el riesgo, gustamos


de actividades arriesgadas. La ruleta rusa es un juego puntual, no un actuar
habitual.
La atención que ponemos en una actuación, depende en cierta medida del ries-
go conocido por nosotros que presenta; y por ejemplo, los mineros, artificieros, escala-
dores,... prestan una especial atención a su hacer ordinario. Mas hoy son muchas las ac-
ciones que el común de la gente lleva a cabo de forma rutinaria, que son altamente peli-
grosas para ellos y para quienes les rodean (apagar, por ejemplo, una cocina de gas) sin
que lo sepan. Y no se les presta la atención que se merecen.
Si bien por mucho prever tampoco se va a alcanzar la seguridad total, si se ac-
túa racionalmente el riesgo y el daño se pueden reducir a valores tolerables. Y en este
sentido, cuando el peligro sea resultado de pequeñas desviaciones que al crecer pueden
llegar a graves, conviene disponer de sistemas de corrección rápidos y eficaces.

∑ Mas no basta con establecer unos Servicios de Seguridad. La inacción aburre y,


cuando las emergencias no son frecuentes, probablemente encontraremos al vigilante
dormido o jugando al dominó, al personal de enfermería desayunando, etc. Y, en gene-
ral, ¡ni el material, ni los retenes estarán disponibles o no serán funcionales pues la
misma falta de uso los habrá convertido en inoperantes!

7.3.2. Teoría y praxis, los coeficientes de seguridad.


Sabemos que mientras en Proyectos manejamos un escenario, una escena, unos
personajes y un guión, en la Realidad Exterior hay unos estados de cosas, unos fenóme-
nos y unas leyes de estos fenómenos. Pero además:

∑ el Mundo de la Realidad Exterior es cambiante, complejo, singular y dis-


tinto en cada lugar. Y sólo la abstracción distingue las causas de los efectos,
y sus confusas leyes;

∑ el Mundo de la Ingeniería es universal, inmutable, racional, sencillo,


abstracto y ordenado. Y se rige con unas claras leyes matemáticas;
Y los artefactos del proyecto que entrarán en servicio en la vida cotidiana, se-
rán las aplicaciones de unas leyes, de unas fórmulas que desprecian los fenómenos se-
cundarios, y que solo son aplicables para casos simplificados. Pero esta simplificación
no puede hacerse a la ligera pues la seguridad en la aproximación se basa en un buen
conocimiento del caso.
Acciones y resultados 75

Así las cosas, para dar amplitud al campo de aplicación de las fórmulas, co-
mo:
- las cosas de la Realidad Exterior no son tan iguales como sus
nombres,
- las situaciones no se repiten con el parecido que se supone en las
Ciencias,
- los fenómenos no se ajustan con exactitud a su abstracción mate-
mática,
se emplean valores medios (garantizados por la Historia) y se cubre la dispersión co-
rrespondiente mediante unos coeficientes de seguridad que, de hecho, son una declara-
ción de ignorancia. Y si bien para su adecuada elección procede conocer el origen, la
importancia y las repercusiones de las discrepancias entre la teoría y los hechos, resultan
eficaces aunque:

∑ Sólo aseguran de lo ya conocido y no se bastan para cubrir todas las con-


tingencias.

∑ Solo engloban los fenómenos imprecisos de normal aparición: envejeci-


miento, oxidación, sobrecargas, etc.,

∑ No tienen en cuenta las apariciones infrecuentes de los fenómenos im-


previsibles (oxidación por exposición al clorhídrico, sobrepresión en las tu-
berías por congelación interior, etc.), ni cubren de los eventos improbables.

7.3.3. La prevención de las equivocaciones.


En un momento u otro, por uno u otro motivo, y de forma totalmente involun-
taria toda la persona acaba equivocándose.
Una de las funciones de la Ergonomía consiste precisamente en reconocer los
movimientos, gestos, percepciones que son más susceptibles de equivocación, para evi-
tarlos. Y estudiar los tipos ylas disposiciones de mandos y tableros menos propensos a
los errores de manejo o de interpretación. Mientras que la Etología estudia, por su parte,
la interacción de los estados anímicos en su relación con unas actuaciones preprograma-
das, los tiempos de respuesta, etc. ... en vistas a evitar situaciones de compromiso.
Ergonomía y Etología estudian no sólo cómo pueden hacerse y plantearse los
actos humanos y en qué condiciones, sino cuales y qué cosas deben evitarse por pre-
sentar riesgos excesivos.
Y en los proyectos, por aplicación de la Ergonomía y la Etología se plantean
las actuaciones en vistas a evitar errores. Y, ejemplo: la Quality Assurance de la Inge-
niería Nuclear persigue la seguridad a base de complejas disposiciones sobre la repeti-
ción de controles y el control de los controladores.
Acciones y resultados 76

7.3.4. La desconfianza ante la innovación.


Y, cambiando de tema, no hay por qué creer que las innovaciones, siempre y
de por sí, aseguran el éxito inmediato. Por el contrario, mientras la experiencia no haya
generado el conocimiento de los detalles prácticos (Know-how),es más que probable la
aparición de molestos contratiempos.
Aun cuando las innovaciones aparenten una total y completa seguridad, se pre-
sentarán pegas.
En caso de duda, y si las consecuencias no se ven fáciles de corregir, es pru-
dente no salirse de las cosas conocidas, en un repetir lo que ya se ha hecho. La expe-
riencia acumulada garantiza la ausencia de sorpresas.

7.4. La imprevisibilidad del comportamiento humano.


Los artefactos están hechos por hombres, permanecen entre hombres, son usa-
dos por hombres. Y por lo tanto se deben ajustar a las formas de comportamiento de las
que tengamos constancia, llámense vicios o virtudes y sean frecuentes o infrecuentes.
Junto a hombres medio, la Sociedad proporciona supergenios, subnormales,
alienados permanentes o temporales, borrachos, drogados, etc. ... y dentro de los hom-
bres normales abundan los casos especiales.
En todo lugar y en cualquier momento podremos encontrar una gran variedad
de iniciativas, pues es de esperar que algún hombre, normal o anormal, llegue a cual-
quier sitio y tome cualquier decisión por rara que nos pueda parecer, y por catastróficas
que sean sus consecuencias.
Finalmente, no cabe ignorar el comportamiento voluntariamente antisocial de
algunos individuos o grupos: robos, atentados, sabotajes o simplemente gamberradas. Y
las Universidades españolas sin puertas, con grandes cristaleras, carentes de verjas, etc.
se construyeron para una situación anormal por su tranquilidad.
En otro orden de cosas, es sabido que bajo determinadas situaciones: histeria,
miedo, excitación, etc., las muchedumbres tienen unas reacciones que les son propias, y
hay que tener en cuenta cuando:
- trabajan reunidas muchas personas,
- se congrega mucho público a la vez: estadios, salas de espectá-
culos, transportes públicos, etc.
- o puedan producirse aglomeraciones como en los bancos, grandes
almacenes, edificios públicos, etc.
Acciones y resultados 77

7.4.1. Consideraciones sobre la credibilidad de las Empresas.


Es de esperar que en las entidades operativas complejas se presenten fallos en
la transmisión y en la interpretación de información. Ninguna Ley Natural obliga al fun-
cionamiento correcto y sin fallos de una organización formada por hombres. Y se debe
considerar aleatorio que las cartas lleguen a su destino, y de admirar que los papeles no
se traspapelen.
No es seguro que una orden, instrucción o informe, llegue en el momento
oportuno al lugar que hace falta; ni que sea interpretado sin error. No es seguro que el
equipo recibido sea el solicitado, ni esté en correcto estado. No es seguro que se hayan
llevado a cabo las comprobaciones establecidas, ni que los resultados estén en manos de
los responsables pertinentes, etc.
- Las vacaciones, enfermedades, muertes, ascensos, traslados, re-
organizaciones, etc., mantienen a las Empresas en constate desa-
juste.
- Carecen de memoria,
- Hay personas o hasta secciones completas que no conocen todas
las funciones que debieran cumplir.
- Por lo demás, no por entrar a formar parte de una Empresa,
mejoran las personas.
Si bien toda entidad operativa es, por acuerdo social, responsable de las conse-
cuencias de los actos que llevan a cabo sus miembros, a veces se da el caso que ¡nadie
dentro de la entidad se considera responsable de las derivaciones de la acción colectiva!,
con el resultado de que el responsable de solventar unos inconvenientes es con frecuen-
cia alguien otro, que en la mayor parte de los casos es imposible de hallar.
Acciones y resultados 78

8. LA CORPORIFICACIÓN DEL ARTEFACTO.

8.1. Comentarios a la fabricación o construcción del cuerpo


material.
El artefacto, una composición de partes materiales, da soporte a una función en
cuanto unidad de funcionamiento. Sin él no hay ni función ni servicio. Conseguir una
función es dotarla de un cuerpo adecuado.
Durante la corporificación, los planos y especificaciones procedentes de la in-
geniería de detalle pasan a ser cosas por medio de la ingeniería de construcción o ejecu-
ción. Y el proyecto acaba en un cuerpo material y por lo tanto singular, total y comple-
tamente individuado, en una operación teleológica que es adición, en secuencia acumu-
lativa y ordenada de unas acciones del hombre sobre la realidad exterior con unos claros
objetivos parciales.

∑ Ahora bien cada una de nuestras intervenciones altera varias líneas de


evolución. Los fenómenos que desencadenan, no acaban en un sólo y único
resultado, y el fuego que calienta el agua también da humo y cenizas. Y la
corporificación de cualquier cosa, a la vez da cuerpo a otras muchas cosas; y
el estudio de todas merece detenida atención.

∑ Menospreciarlas por subproductos es reductivo y peligroso, pues visibles


o invisibles, con valor económico positivo o sin él, deseados o no deseados
comparten el mismo origen.

∑ Y si algunos son inofensivos y molestos otros, también los hay nocivos:


- abrir un pozo o excavar un sótano representa amontonar tierra;
- fabricar cemento, genera nubes de polvo y hace desaparecer
montañas;
- la extracción de gravas del lecho de un río hunde el cauce, des-
calza los puentes y modifica el litoral marítimo, etc.
Acciones y resultados 79

∑ En otro orden de cosas, si bien el artefacto es de alguna forma la suma de sus com-
ponentes, su objetivo final no es la suma de los objetivos parciales. La lógica de la cor-
porificación es de un orden superior y las sobrepasa. (La intención protocolaria del ban-
quete no se corresponde con la de los cocineros y camareros).

8.1.1. Concatenación de las acciones puntuales.


Con nuestra intervención personal en el Presente, si la coyuntura es la apropia-
da, introducimos en el Futuro el orden necesario para que aparezcan unos cuerpos mate-
riales con formas, medidas y propiedades determinadas, en lugares predeterminados.
Por ejemplo los aros, émbolos, camisas, pistones de un motor a lo largo de la cadena de
montaje. Y plantearlo, resolverlo y conseguirlo forma parte del amplio campo de la In-
geniería de fabricación y construcción.
De hecho, la mayor parte de la infraestructura industrial está dedicada a la
construcción o fabricación de materiales y piezas genéricas o específicas, para uso pro-
pio o para terceros en todos los materiales metales, plásticos, fibras o bajo todas sus
formas papeles, tejidos, piezas,…. La ejecución material:
- se aprovecha de la ocasión, y
- prepara las nuevas ocasiones que serán menester para continuar la
ejecución,
y, como la potencia de nuestras acciones elementales es mas bien escasa, para aumentar
la eficacia es preciso aprovechar las ocasiones que se prestan para los buenos multipli-
cadores directos, y para el uso de sistemas tecnológicos. Y con su ayuda tallamos en-
granajes o fundimos vidrio para botellas.
Nuestro conocimiento de las leyes del Mundo Físico nos permite:
- prever sucesos con seguridad y acierto, y
- desencadenar procesos acrecentadores
Y mediante la apropiada tecnología, con el sencillo gesto de apretar un botón ponemos
en marcha una central de bombeo o provocamos una explosión.
El Mundo Físico es por antonomasia el campo de trabajo del ingeniero y la
Tecnología su indispensable fuente de ayudas.

8.1.2. La ocasión y oportunidad en las actuaciones.


La piedra de toque de la corporificación está en los logros materiales
- precisamente los que se pretendían, y no otros,
- en unas condiciones preestablecidas,
- a conseguir sin sobresaltos, por la aplicación de unos determina-
dos recursos.
Acciones y resultados 80

Disponer de Hombres, Tiempo, Espacio, Energía, Tecnología y Herramien-


tas facilita el éxito, pero igualmente facilitan los errores. Hay que saber emplearlas. Las
formas de aportación de energía para forzar a las leyes naturales, el reconocimiento de
la ocasión y el aprovechamiento de la oportunidad son puntos clave del éxito:

∑ Las circunstancias ofrece las ocasiones para utilizar las leyes naturales, y
hay que saber detectarlas, distinguir los síndromes,

∑ La oportunidad de aprovecharlas depende del interés que en el momento


del programa ofrezcan las consecuencias. Nos indica una brecha o ventana
en el tiempo del correr de las cosas,

∑ Las leyes fisiológicas dan a conocer el tipo, potencia y número de actos


elementales que las personas podemos llevar a cabo.
A partir de esta información la Ergonomía pone de manifiesto cuales son las
coyunturas que somos capaces de aprovechar, y cual es el diseño adecuado de las he-
rramientas manuales o de la interfaces con el multiplicador que son menester para un
caso.
Los objetivos a conseguir son determinantes en la selección de las herramientas
y de la tecnología de posible empleo, dentro de las constricciones que conlleva, el cómo
usarlas, la ocasión, y el cuándo de la oportunidad. De todo ello se sigue a su vez, en
consecuencia anticipada por la inversión del tiempo, cuales deben ser las ocasiones del
lugar y momento que procede a procurar.

8.1.3. Conflictos entre los recursos a utilizar.


El tiempo de corporificación es caro, y, además, disponer del artefacto acabado
siempre corre prisa. Obtener las distintas partes requiere hacer uso de recursos diversos.
El programade consecución ha de contemplar las ventajas e inconvenientes de acometer
el proceso con mayor o menor simultaneidad, dentro de las condiciones de secuencia
temporal propias del proceso y de una distribución física acorde.
Y hay que tener presente que especialmente en los montajes o en el tajo de
construcción pueden presentarse interferencias:
- entre iguales por el espacio físico. Y por ejemplo los montadores
se molestan unos a otros;
- en la uso compartido de determinados servicios tales como trans-
portes, energías, …
- en las condiciones del ambiente de trabajo, polvo, humedad o se-
quedad, por ejemplo..
y si algunas de ellas, según sean los casos, solo son molestias tolerables, otras pueden
resultar inadmisibles.
Acciones y resultados 81

8.2. Los medios o recursos para una corporificación


Para transformar papeles en cosas hacen falta medios. En cierta medida todas
las tecnologías han desarrollado con aquella finalidad, tanto los materiales como a las
maneras de darles forma a voluntad.
Aquí, a efectos de exposición y de revisión, entre los medios diferenciaremos
conocimientos, capacidades y habilidades de los hombres, el tiempo y lugar disponibles
para actuar, la energía así como la tecnología y herramientas para aplicarla. Y el dinero
al que consideramos un comodín.

8.2.1. La división del trabajo: conocimientos, capacidades y habilidades.


La mayor parte del hacer del hombre se reduce a mover y trasladar físicamente
de lugar ordenadamente las cosas en vistas a juntarlas o repartirlas, acercarlas o alejar-
las, cortarlas o unirlas, mezclarlas o separarlas, y ponerlas o quitarlas. Y a aportar o
quitar energía con la finalidad de desencadenar y embridar unos fenómenos naturales, y
aprovecharlos en beneficio de una intención. En todo ello, además de un perfecto domi-
nio del qué, se requiere un exacto conocimiento del cuándo y cómo hacer y no hacer, y
una aportación nunca nula de energía personal
La corporificación es la actividad laboral más extendida, abarca tanto la indus-
tria como los servicios. Yen ella unos pocos hombres con iniciativa y conocimientos
proponen a otros mucho más numerosos, lo que deben hacer con su fuerza física y con
su habilidad en el uso de herramientas. Por ejemplo con las piezas en el torno, los ladri-
llos en una obra, el lápiz sobre un papel, el sofrito en la sartén.
De hecho esta dualidad en la actividad ha dado origen a la división de trabajo y
de los conocimientos, y a la jerarquía de mando. Unos imparten órdenes e instrucciones
mientras que otros muchos más numerosos, las ejecutan siguiendo protocolos de opera-
ción bien definidos, con mayor dominio de la práctica y más acciones corporales. Y ello
contribuye, potencia y mantiene una división que resulta indispensable.
Son menester personas con diferentes conocimientos, capacidades y habilid a-
des en campos y tecnologías diversos, y que respondan a una amplia gama de motiva-
ciones, desde el sueldo al poder. Y aparecen por un lado los presidentes, consejeros,
vendedores, mandos... en cuya actividad predomina la acción verbal. Y por otro los su-
ministradores de fuerza física en acción directa: el peón de la cadena de montaje, el ar-
tesano, el programador, el calculista...
La ingeniería acepta sin discusión el que abundan los hombres capaces (empre-
sarios, cuadros técnicos, mandos y obreros) y con deseos de cubrir los papeles. Si dedi-
ca alguna atención a los incentivos monetarios para el actuar, se desentiende de los me-
Acciones y resultados 82

dios coactivos morales o físicos, hambre, palos, ideologías, religiones, etc., pese a
que se utilicen con frecuencia.9
El papel de los hombre es clave en la corporificación, y, a través de ella en toda
la ingeniería. Las diferentes disponibilidades de hombres con iniciativa empresarial, con
saber y mando, y con fuerza física y habilidad dio origen en su día a la diferenciación en
países desarrollados y subdesarrollados, en colonizadores y colonizados. Y sigue hoy
manteniendo diferencias entre países ricos y pobres.

8.2.2. El marco de tiempo y lugar.


El tiempo y el espacio bajo unos aspectos ponen límites de alcance a nuestras
acciones, y bajo otros nos ofrecen la ocasión con su acompañamiento de ayudas y obs-
táculos ¿De qué sirve un quitanieves en el Sahara?.
El tiempo es, por un lado, la duración de las actividades y por otro la ordenada
secuencia de los momentos de llevarlas a cabo. Y
- con la duración, aparece el plazo, sea cual sea el motivo: yo
prometí que estaría en tres días;
- con el momento, la oportunidad de la ocasión;
y suma de las duraciones parciales nos marcan el tiempo mínimo que se precisa para la
corporificación.
De forma parecida, el espacio es extensión y lugar. Extensión (el campo de
fútbol), nos fija el ámbito en el que se pueden desarrollar las operaciones intermedias. Y
de alguna forma, un tamaño físico máximo para el contorno del artefacto, o para los
confines de su influencia. Y, (estadio del Club de Fútbol Barcelona), es también lugar
de actuación y lugar de ubicación de los componentes parciales dentro de la composi-
ción total.
Espacio y Tiempo nos presentan las ocasiones y determinan las oportunidades
que se tratará de aprovechar para la corporificación. Por sí solos se bastan para impedir
una operación. Si el tiempo o el espacio no son suficientes, aquella no puede tener éxito:
- si no habrá tiempo para terminar, ¿para qué empezar?. ¿De qué
nos va a servir un paraguas inacabado o un botijo a medio hacer?,
- si mi amigo ha salido de viaje, ¿como puedo contar con él antes
de que vuelva?
- si la máquina ya no cabe en el taller …

9
De hecho la ingeniería si bien persigue el Bien de la Humanidad se desinteresa de la felicidad actual de
las personas que emplea, y de los métodos utilizados para convencerlas.
Acciones y resultados 83

Por otro lado el tiempo es dinero, y el de ejecución es caro por cuanto con-
tiene hombres y máquinas, y mantiene inactiva la parte de inversión ya realizada; redu-
cir el tiempo es reducir el coste. Y el espacio es escaso, y no abusar de él es una ventaja.

8.2.3. La energía, la tecnología y las herramientas.


En cierta forma, nuestra manipulación de la Naturaleza se reduce a mover o a
trasladar cosas de sitio con la finalidad de acercar-alejar, cortar-unir, mezclar-separar,
poner o quitar por medio de una modificación puntual de energía. Y con ello logramos
lo que no se sigue del normal desarrollo de la Naturaleza: subir agua a un depósito, sa-
car carbón de la mina.
Necesitamos energía. Para empezar contamos con nuestra energía física perso-
nal que luego complementamos con energías naturales externas, transformadas o brutas
(electricidad o carbón).
Mas la energía por si sola no nos basta. Y bajo el nombre de Tecnología englo-
bamos los métodos, los procedimientos y los útiles unidos al conocimiento de cómo
usarlos que nos permiten
- concentrar o dispersar la energía en los lugares y momentos
oportunos.
- emplear a conveniencia propia las leyes naturales.
Y por ejemplo, los motores nos transforman la gasolina en potencia mecánica; con los
tornos fabricamos formas cilíndricas; la forja y estampación nos procuran unos cuerpos
de formas y cualidades especificas, etc. ...
En tecnología, y también como recurso de corporificación, incluimos además
de los procesos, no sólo a las máquinas herramientas y los materiales semielaborados,
sino a la amplia multitud de artefactos que permiten o favorecen nuestro actuar, tales
como el automóvil, el teléfono, etc..
Y son así mismo recursos de tecnología: las Herramientas, dispositivos y arti-
mañas que permiten la aplicación directa de la energía humana sobre el mundo exterior,
que abarcan desde un martillo, unas tenazas, un pico, etc. hasta un lápiz o un pulsador.
El estudio de las Herramientas y de la Tecnología, con inclusión de la Ergono-
mía, forma parte de la Ingeniería de Proyectos.

∑ La aplicación de la tecnología y de las herramientas a la corporificación de un caso,


está supeditada a nuestros conocimientos. Pero presenta una componente sociocultural
que se manifiesta en el permiso o prohibición del uso: utilizar o no la energía nuclear,
por ejemplo. Y lo que llamamos subdesarrollo es una falta colectiva de interés por el
buen uso de la Tecnología.
Acciones y resultados 84

8.2.4. El dinero asignado.


El Dinero no es un medio directo de acción, pero permite disponer de ellos. De
por sí no sirve para nada, pero permite su trueque por algo útil. Necesario, él sólo no se
basta pues ni siempre ni todas las cosas están en venta. El Tiempo, por ejemplo, no es
un producto de mercado; como tampoco acostumbran a serlo la Salud, la Lealtad, la Sa-
biduría o la Amistad. Y lo que no hay, no lo hay.
Si el Dinero según muestra la experiencia permite conseguir muchas veces los
medios de acción que se buscan, al confundir a estos con los fines, se le ha atribuido
más poder del que efectivamente posee. La asistencia del médico de más fama no signi-
fica recobrar la salud
La abundancia del dinero sólo garantiza que se llevará a cabo algo monstruoso.
Al paralizar y embotar el pensamiento sólo permite ahorros en el pensar, y las obras del
nuevo rico son siempre detectables. El calificativo de nuevo rico es de aplicación a in-
dividuos, empresas y a países.
No siempre lo más económico es lo más racional. Y es el gasto suficiente, no la
riqueza o la tacañería, quien comunica elegancia.

8.3. Las condiciones de una corporificación


Si bien la imaginación es libre, la Realidad tiene sus reglas. Imaginar es una
cosa, llevarlo a cabo otra muy diferente, y si luego hay que darle un cuerpo material los
problemas que se presentan ya son de otra índole. En este campo lo que sabemos y po-
demos hacer es muy limitado,
El proyectista tiene a su abasto el amplio arsenal de recursos de la infraestruc-
tura industrial de servicios. Pero no puede salirse de ella ni de sus condiciones. Y debe
tenerlo presente desde el inicio del proyecto en vistas a enfocar una solución factible.
Con este objetivo, a continuación se comentan las constricciones que acompa-
ñan a los medios o recursos utilizables, y se presentan al artefacto - objeto como un
compromiso entre lo conveniente y lo factible, por adecuación entre fines y medios

8.3.1. Constricciones propias de los recursos.


La gran diversidad en la oferta de servicios y de técnicas del mundo industrial
es más apariencia que realidad. Disponemos de pocas tecnologías y de no muchas he-
rramientas. No podemos dar cuerpo material a todo lo que se nos ocurre, estamos supe-
ditados a los recursos disponibles.
- Hay una clara diferencia entre nuestro querer y nuestro poder.
Acciones y resultados 85

- No es la voluntad de los pilotos ni de los constructores lo que limita las


velocidades.
Por lo demás no todo el mundo sabe aprovechar adecuadamente los recursos en las oca-
siones que se le ofrecen.
Algunas veces para dar cuerpo a lo que pretendemos, es menester la previa
preparación y puesta a punto de unos medios de actuar que todavía no hay. Mas por lo
general, es el conocimiento anticipado de cómo lo podremos hacer lo que determina el
objetivo a lograr ya que el procedimiento:
- repercute en las medidas, pesos y formas, etc. del artefacto;
- condiciona los materiales con qué se hará, "... No puede ser así
…", "… si acaso, de esta manera, con estos materiales dentro de
estos tamaños y formas..."
- fija unos límites a las propiedades, aspecto, características y pa-
rámetros que les podemos conceder...
y, al limitar nuestro campo de actuación, pone límites a nuestras aspiraciones.
El procedimiento de obtención puede impedir que algo se lleve a cabo: con
sólo picos y palas no se puede construir un avión. Y los recursos no son ilimitados ni en
calidad ni en cantidad, y esta limitación es el punto clave de la corporificación. Hay lo
que hay, pero haberlo no es tenerlo. Por lo demás tener conocimiento de la existencia de
unos recursos, tener acceso a ellos o disponer de ellos en el momento preciso, son cosas
muy diferentes. Querer no es poder

∑ El espacio y el tiempo, duración y extensión, restringen las ocasiones,


con lo cual una carencia aunque sea temporal y accidental, difícilmente es
remediable.

∑ A efectos prácticos no hay diferencia entre el imposible conceptual y el


imposible factual.

∑ La ignorancia equivale a la no existencia. Y el campo de actuación de los


ignorantes es más reducido que el de los sabios.
Así las cosas, las disponibilidades de hecho en energía, herramientas y tecno-
logía condicionan lo que es posible en el momento. Mas, dentro de lo no es posible y
hay cosas que no se podrán hacer nunca, y son muchas más las que simplemente no se
pueden hacer aquí y ahora por:
- no disponer de medios apropiados para la ocasión,
- no detectarla ni saber cómo aprovecharla,
- no haber ocasión para ello.
Y muchas veces son unas desacertadas decisiones anteriores quienes impiden llevar a
cabo algo que de por sí es perfectamente factible.
Acciones y resultados 86

- Si antes no se ha aprendido, ahora no se sabe;


- el cazador que ha olvidado sus cartuchos, no puede disparar a las
perdices, etc.
Por otro lado ni el Pasado es ahora, ni el Hoy y aquí son el Futuro: Icaro no
pudo volar, los Faraones no pudieron abrir el Canal de Suez. El progreso tecnológico de
la Humanidad, unido al desarrollo cultural e industrial local dan acceso a más y nuevos
recursos. Y con ellos, a mejoras e innovaciones en los procesos de corporificación.

8.3.2. El objeto - artefacto, un compromiso entre lo conveniente y lo fac-


tible.
En el proceso de corporificación, adquieren formas y medidas los materiales
que llegarán a ser las piezas componentes de un artefacto. Y estas piezas a consecuencia
de los aciertos y errores, de las propiedades genéricas y particulares del material, y de
los procedimientos para darles forma
- son en cierta grado inadecuados para el uso a que están destina-
dos,
- poseen unas características no buscadas que modifican las aplica-
ciones del artefacto.
Y el cromado que evita la oxidación, también proporciona adorno; el cobre de los útiles
de cocina permitirá una buena transmisión de calor y es a la vez antifermento. Algunos
lacados permiten al mobiliario de madera aguantar a la intemperie, y los revestimientos
de las cubas cisternas, permiten el transporte de productos diversos, etc.
En todo caso, las propiedades de los artefactos deben ser adecuadas a la fun-
ción y a las condiciones de servicio,y cada artefacto acaba siendo un compromiso entre
nuestras aspiraciones, conveniencias, menesteres y los materiales y procedimientos de
que disponemos para construirlo. Así por ejemplo,

∑ Las hachas son un compromiso entre las propiedades de la madera de los


troncos y de los mangos, los brazos y fuerza del hombre, y de disponer de
una tecnología que permite la forja y el temple.

∑ La forma del cuerpo de las botellas de vidrio proviene del soplado segui-
do en su fabricación, y de la intención de facilitar su manejo por el usuario;
y el gollete tanto puede ser una conveniencia para el tapón como para la bo-
quilla de soplado.

∑ Las piezas del vestir actual son un ajuste entre las propiedades de los te-
jidos, los métodos de costura y las exigencias de recubrimiento de unos
hombres ante una determinada actividad física o social (tejanos o trajes de
noche).
Acciones y resultados 87

∑ Las formas y dimensiones de los muebles son un ajuste entre unos materiales
(maderas, herrajes, tejidos, esmaltes, etc.), unos procesos de fabricación
(colas, sierras, garlopas, etc.), y unas funciones a cumplir (guardar ropa,
sostener un servicio de comida, proporcionar asiento, etc.), dentro de un
ambiente determinado (un piso de lujo, un casa de payes, etc.).

∑ Y cosas parecidas acontecen en la cerámica doméstica, los automóviles...


Los materiales y las tecnologías de transformación son los principales aportadores de
constricciones para el proyecto, y factores limitantes de la factibilidad de una idea.

8.3.3. La adecuación de los medios a los fines.


En toda aplicación racional de los recursos, siempre limitados, la utilidad de lo
logrado debe guardar proporción con los recursos empleados para conseguirlo.
Repugna al sentido común utilizar cañones para la caza de pájaros, abrir latas
de sardinas con hachas o utilizar camiones para distribuir telegramas. La economía en
los recursos está presente en todas las formas biológicas. El ahorro está anclado en la
personalidad humana y no se limita a criterios económico-monetarios.
Ahora bien, la cultura actual sobrevalora el éxito, lo considera exponente del
mérito, y estima que justifica todos los medios. Principio que en algunos casos lleva a
resultados inhumanos o antieconómicos: el empleado que persiga un éxito personal
puede emprender actuaciones éticamente incorrectas y económicamente arriesgadas pa-
ra la Empresa; el raticida muy potente, gran éxito de venta, y mérito de ahora para el Je-
fe de Marketing, puede acabar en fuente de pleitos, etc. Y llevado a su extremo, la per-
secución del éxito por todos los medios puede aconsejar el asesinato del rival.

8.4. Los fallos en el proyecto.


En el dar cuerpo está el meollo de la solución al problema. Y no es fácil ni sen-
cillo vencer la resistencia que el mundo físico presenta a someterse a la voluntad del
hombre. Y al coger cuerpo, los errores de ahora y de antes se van haciendo evidentes.
En cualquier caso, manipular el presente de la realidad exterior, ejecutar, no es
una operación exacta. Y si depende de la habilidad de quién actúa, también esta supedi-
tada a condicionantes externos. Por otro lado, con nuestras intervenciones alteramos a la
vez diversas facetas de la Realidad, sin que todo lo que de ellas se deriva sea compatible
con lo que deseamos. Y en consecuencia debemos dedicar gran parte de nuestros es-
fuerzos a reducir las derivaciones desagradables que provocan nuestras mismas inter-
venciones. Y a protegernos de ellas.
Acciones y resultados 88

Así las cosas:

∑ Nos vemos obligados a utilizar unos recursos para conseguir unas cosas;
y a aplicar a la vez otros recursos para corregir los inconvenientes que se si-
guen del uso de los primeros:
- bien porque se interfieren sus derivaciones,
- bien porque su conjunción no es perfecta.
∑ Y puede también darse el caso que la corporificación no lleve a donde
debiera:
- por insuficiencia de recursos,
- por errores en su utilización,
- por fallos en las consideraciones del planteamiento,
Y en consecuencia lo que se obtiene, no es lo que correspondería10, confirmando las fre-
cuentes declaraciones de jugadores y entrenadores de fútbol.
Y si bien manipular el presente es difícil y peligroso, ya que se trata de un jue-
go en el que la Naturaleza es nuestro contrincante, hay otras muchas razones por las
que, lo teóricamente bueno no siempre llega a un final feliz:
- el diseñador ignorante, farsante o incompetente, puede ser inca-
paz de resolver en buenos detalles una buena idea;
- el operario sin necesidad de que sea un borracho, un inútil o un
desconocedor de su oficio, puede introducir suficientes errores
para que algunas partes del artefacto no cumplan lo que debieran;
- las circunstancias del Azar puede transformar en fiasco lo que
fuera razonable expectativa.

∑ En la previsión de errores hay que tener en cuenta que:


∑ la energía que se maneja, potencia las consecuencias. Y en una excava-
ción con pico y pala, estas son menores que en el cuadro de mandos de una
central,

∑ el número de errores aumenta con la diversidad y la cantidad de los re-


cursos empleados, y la complejidad y el tamaño del artefacto.
Por lo general y considerando las cosas objetivamente, las repercusiones sobre
el mundo físico y social de un error en la decisión o ejecución, no guardan relación de
escala con el error cometido.

10
Aunque a veces sean las finalidades de nuestras acciones las que ya se contradicen...
Acciones y resultados 89

∑ En otro orden de cosas, la ignorancia (técnica o económica) del comprador le lleva


a no a distinguir entre sus ilusiones y las realidades. Y, consecuentemente, la necesidad
de vender aboga por artefactos con acabados insuficientes o excesivos y que sólo tienen
bien resuelto lo que menos importa, tales como la pintura, parachoques, embellecedores,
tapacubos de los coches, etc. ¿Pero qué se le va a hacer?
Acciones y resultados 90
El artefacto 1

Parte 2ª: el artefacto.


El todo y las partes.
Los artefactos y los hombres.
El artefacto y sus alrededores.
Los productos industriales.
La intencionalidad teleológica de la acción humana.
El artefacto 2

Parte 2ª: el artefacto. 1

1. El todo y las partes. 5


1.1. La confusión del mundo exterior. 5
1.1.1. Las distinciones entre cosas. 6
1.1.2. El todo físico y el todo conceptual. 8
1.1.3. El todo de las cosas naturales y el todo de las cosas artificiales. 8

1.2. Las diversas acepciones de unidad 9


1.2.1. La composición de las cosas artificiales. 10
1.2.2. El artefacto como un todo. 11
1.2.3. El artefacto como sistema. 12

1.3. El artefacto, unidad de función y de funcionamiento 13


1.3.1. Supeditación del todo a la partes. 15
1.3.2. El montaje y la ejecución. 16

1.4. El artefacto, unidad de servicio. 17


1.4.1. El tiempo de vida 17

1.5. La adaptación y evolución de los artefactos. 18

2. Los artefactos y los hombres. 20


2.1. El medio o ambiente artificial. 20
2.1.1. La persecución del bienestar. 21
2.1.2. La interpretación cognitiva de nuestros alrededores 22
2.1.3. Los artefactos mensajeros de la intencionalidad. 23

2.2. Los artefactos de la vida cotidiana. 24


2.2.1. Los artefactos funciones y objetos 25
2.2.2. El contenido semiótico y de desafío de los artefactos. 26
2.2.3. Los artefactos promotores y gestores del cambio. 27
2.2.4. La libertad en el uso y el abuso 28
2.2.5. La diversión en el ejercicio y actividad corporal. 29
2.2.6. Los artefactos como espectáculo. 30

2.3. Consideraciones sobre la aceptación 31


2.3.1. Mentalidad, actitud y cultura. 31
2.3.2. Las valoraciones a priori de los artefactos. 32
2.3.3. Disponibilidad y vida útil. 33

3. El artefacto y sus alrededores. 36


3.1. El artefacto: ámbito, contorno y campo. 36
El artefacto 3

3.1.1. El artefacto inclusión artificial. 37


3.1.2. Las fronteras con los alrededores 37
3.1.3. Las interacciones con los alrededores. 38

3.2. La trascendencia del lugar y sus alrededores. 39


3.2.1. Medios naturales y artificiales. 40
3.2.2. Variabilidad y evolución del medio. 41

3.3. El medio, la función y el artefacto. 42


3.3.1. La agresión del medio: vida del artefacto. 42
3.3.2. La adecuación del artefacto al medio. 44
3.3.3. Las interferencias entre artefactos. 44
3.3.4. La regeneración y recuperación del medio. 46

3.4. El artefacto creador de ambiente. 47

4. El aspecto economico de los artefactos. 48


4.1. El precio de las cosas, medida de la utilidad. 48
4.1.1. El valor del dinero. 49
4.1.2. El dinero, factor limitante de un proyecto. 50

4.2. La técnica y la economía. 51


4.2.1. Rentabilidad económica del artefacto. 52
4.2.2. La bondad económica. 52

4.3. Comentarios al precio de las cosas. 53


4.3.1. Consideraciones sobre los sueldos. 55
4.3.2. Las modas sociales. 55

4.4. Los precios en los estudios de rentabilidad. 56


4.4.1. Las estimaciones de los costes. 57
4.4.2. Los presupuestos para una oferta. 58
4.4.3. Los costos reales. 59

4.5. Comentarios a las licencias y royalties. 59

5. LOS PRODUCTOS INDUSTRIALES. 61


5.1. La producción industrial. 61
5.1.1. El producto obtenido y el proceso de fabricación. 62
5.1.2. Comentarios a la productividad. 63

5.2. Artefactos para compradores. 64


5.2.1. Los criterios para la selección de un artefacto. 65
5.2.2. Las variantes: clases y grados de artefactos 66
5.2.3. Las series de producción. 67

5.3. Las constricciones del mercado. 68


El artefacto 4

5.3.1. las constricciones para la innovación. 68


5.3.2. el mercado, creador y supresor de diversidad. 69
5.3.3. Las constricciones del transporte, envasado y almacenamiento. 70
5.3.4. Los códigos y reglamentos de calidad. 71

5.4. Los catálogos y la propaganda. 73


El artefacto 5

1. El todo y las partes.

1.1. La confusión del mundo exterior.


Las palabras, unidades semióticas, son a la vez unidades culturales. Con ellas
introducimos distinción y diversidad en una Realidad exterior que se nos presenta con-
tinua, confusa e indiferenciada. Mas, definir y ajustar el código para la comunicación
social presenta dificultades.1
Por hábito e interés la creencia que las unidades culturales tienen un ref erente
en la realidad exterior y que guardan una correspondencia con un soporte físico, a partir
de ellas, diferenciamos individuos en la realidad exterior. Los distinguimos y los inter-
pretamos. La misma presión de los nombres nos lleva a distinguir, a diferenciar, a diver-
sificar las cosas. A verlas distintas e independientes unas de otras formando unidades y
todos. Ponemos orden y clasificamos según nuestra visión del mundo. Ello nos obliga a
llevar a cabo unas abstracciones, a prescindir de unos detalles, o a aceptar diferencia-
ciones en las percepciones que recibimos de los sentidos.
Mas, al aplicarles nombres y etiquetarlas, como las cosas no son nombres, de
forma arbitraria fijamos los límites de donde terminan o empiezan, prescindimos de las
transiciones y de las interrelaciones, y establecemos clases y grados.
- colocamos los mismos nombres sobre cosas que sólo son pareci-
das, despreciando los detalles que las hacen diferentes;
- colocamos nombres diversos a los diferentes aspectos de una
misma cosa.
Y poblamos el continuo de seres discretos.

1
algunos conceptos son comunes a varias culturas, otras son privativos de algunas de ellas. Y no todas las
palabras tienen siempre traducción.
El artefacto 6

Por su lado, dentro de lo uniforme (el espacio, el mar, la tierra, etc.), Los con-
ceptos de cantidad y de unidad de medida, junto con la definición de medir y de igual-
dad, unidos a la utilización de los números nos lleva a nuevas diferenciaciones y a más
individualizaciones: el pedido de 3 m3 de grava, el suministro de 150 litros de aceite, la
entrega de 80 Tm. de cemento.
Y, pese a lo impreciso de esta forma de actuar, la relación que hay entre nom-
bres y cosas es suficientemente fuerte, y las cosas se nos presentan como suficiente-
mente precisas para que, en nuestra vida diaria, nos movamos sin contratiempos entre
ambos (mientras aceptemos que no hay pegalotodos).

1.1.1. Las distinciones entre cosas.


Los nombres, definiciones o descripciones que nos permiten ver el mundo y
que utilizamos para entendernos, no agotan la Realidad exterior. Ni la representan ni la
cubren en su totalidad.
La complejidad nos sobrepasa. Para interpretarla con palabras, introducimos
simplificaciones y divisiones mentales. Con cada definición incluimos unas cosas en el
grupo de las de un mismo nombre, y excluimos a otras. La exclusión no es oposición.
Afirmar que una corriente de aire no es una gallina, no es lo mismo que afirmar que una
corriente de aire es lo opuesto a una gallina.
Utilizando los nombres, separamos lo que es a la vez y sin transición, llanura,
valle, montaña, orilla y cauce de un río. Y marcamos unas partes que,

∑ si algunas veces conservan clara cual es la totalidad original: el bien y el


mal; más, suficiente y menos; niño, joven, adulto, viejo, etc.

∑ en otras, nos la ocultan, y nos llevan a considerar la silla como si fuera


unidad completa, cuando sólo es una subunidad, una parte que sólo alcanza
sentido dentro del mobiliario de una cultura.

Las fronteras de división.


Al separar mentalmente, con nuestras fronteras diferenciamos unos individuos
en el continuo difuso: esto de aquello, el bosque y el desierto. Y con frecuencia, enten-
demos estas fronteras del distinguir mental como si representaran una completa separa-
ción. Ahora bien al quitar de su fondo las unidades así concebidas, al cortar su relación
con el resto rompemos el equilibrio que nos facilitó individuarlas, y puesto que la divi-
sión mental que nos permite distinguir los todos no es necesariamente real.
No hay un todo completo en lo que nosotros hemos recortado (el bosque, el de-
sierto) de un fondo más amplio. La silla en medio del desierto, al igual que el pulpo en
el garaje, nos muestran la poca fuerza que posee tal unidad.
El artefacto 7

Las equiparaciones.
Por su lado, la introducción de fronteras entre los diversos aspectos y facetas
nos puede llevar a tantas cosas diferentes que el pragmatismo nos obliga a reducir su
número. Con lo cual, del separar pasamos al reunir, con un distinguir e igualar (recono-
cer, comparar, ordenar y valorar) basado en restar importancia a las diferencias:

∑ Y vemos un único todo mental: niño, bajo los diversos todos físicos: los
muchos niños, reconociendo que si de alguna forma son distintos (éste no es
aquél... unos son rusos, otros japoneses), también son bajo ciertos aspectos
altamente parecidos.

∑ Y consideramos iguales a unos todos que vemos separados, distintos e


independientes. Y aunque ningún perro coincida con otro perro, igualamos
(salvo sus dueños) a todos los individuos de la especie perruna, y les damos
el mismo nombre aunque sigan siendo individuos con unas características
peculiares.
La misma cultura que por un lado nos lleva a diversificar y a individuar, nos
lleva por otro a reunir prescindiendo de las diferencias que van ligadas a lo particular y
a la suspensión de detalles, nos lleva a considerar y a manejar como iguales unas cosas
diversas y físicamente diferentes. Y, al no hacer mención clara de si en la semejanza:
- tomamos sólo en cuenta un parecido,
- nos atenemos a una conformidad o correspondencia,
- consideramos la identidad en sustancia y accidentes,
no siempre todas las características del modelo o significado abstracto estaran presentes
en un particular referente2.

∑ Por otro lado en la ingeniería, prescindimos de la mayoría de aspectos e interacciones


de la realidad, y nos interesamos sólo de los pocos que repercuten sobre una conformi-
dad:
- en cuanto a nuestra estimación,
- en cuanto a la eficacia, (entendida a nuestra manera),
En consecuencia consideramos iguales, y las utilizamos como tales, unas cosas que a lo
sumo sólo son equivalentes, (los distintos clavos de una docena). Y consideramos unos
todos independientes a lo que sólo son unas partes, (por ejemplo cada clavo).

2
En otras palabras, el caso particular no muestra todos los síntomas del síndrome
El artefacto 8

1.1.2. El todo físico y el todo conceptual.


Un todo es la cosa que consideramos íntegra, y decimos que es una unidad
cuando no puede ser dividido sin dejar de ser lo mismo. Será el todo y la unidad por lo
que antes hemos dicho, son relativos, pues, pese a la evidente unidad que presentan los
entes que no se pueden dividir físicamente sin destrozarlos, al tener en cuenta las inte-
rrelaciones tanto los seres vivos como los artefactos resultan trozos incompletos. Y un
traje no es más ni menos unidad que un botón, y un pino ni más ni menos que un bos-
que.
Pero vayamos por partes. La unidad que presenta el concepto, una creación
cultural nuestra, nos ofrece pocas dudas. Y asignamos un nombre común, por ejemplo:
silla al todo mental de su significado.
Mas la unidad física de la cosa, es evidentemente de otra índole; por un lado
es resultado de nuestra ordenación del mundo exterior que nos permite individuarla, y
para ello toma en cuenta unos aspectos3 y prescinde de otros. Y por otro, en cuanto a re-
ferente de un significado, la hemos entresacado de su medio con violencia y con rotura
de las relaciones y funciones de intercambio.
A esta unidad considerada referente, le asignamos el mismo nombre común
sustantivo que al significado. Mas precedido esta vez del articulo el o este si se trata de
un objeto en particular: esta silla, o del indeterminado uno o un si se trata de uno cual-
quiera de entre todos ellos: una silla.
En nuestro quehacer cotidiano manejamos a la vez significados y referentes, y
repetida e indiscriminadamente estamos utilizando y mezclando de forma pragmática
las unidades físicas y las mentales. Mas, la equiparación no es la misma para el paso de
cosas a nombres que para el de nombres a cosas. Y resulta fácil olvidarlo al manejar los
símbolos (los nombres) en vez de los significados y de los referentes.

1.1.3. El todo de las cosas naturales y el todo de las cosas artificiales.


El todo de los seres artificiales no tiene el mismo significado que el todo de los
seres naturales. E igual sucede con sus partes.
Por lo que sabemos, el todo individualizado del mundo natural: montaña, bos-
que, árbol... Proviene de una complicada operación mental4, pues el espacio o el tiempo

3
Unos aspectos que en su momento también los diferenciamos con: nombres adjetivo. Y a los que damos
mayor o menor importancia y que por grado decreciente de amplitud en la distribución, calificamos: en
generales, específicas o individuales, y en comunes, propios, peculiares o privativos.
4
Más fácil cuando hay movimiento: nubes o seres vivos
El artefacto 9

del mundo natural no presentan discontinuidades. Reconocer en ellos fronteras es un


logro cultural.
El árbol, el río, el cabo, el pájaro en la rama, etc., No tienen los nítidos contor-
nos que nosotros les vemos. Hay transición continua en el agua - tierra - aire, o en el pa-
so del ayer al mañana. Mas, la transición de unos artefactos a otros no es homologable
a la que hay entre las cosas naturales.
Por otro lado, mientras que los seres vivos son el resultado de una evolución
interna, global y unitaria, los artefactos por su parte provienen de una composición des-
de fuera de unas partes, manipuladas por separado, que antes ya eran bien diferenciadas
e independientes, y que por lo general continuarán reconocibles.
Las piezas de un reloj no tienen su equiparables en las vísceras de un animal.
Los ligámenes tienen en aquel menos fuerza. Las fronteras entre el tronco, la copa y las
raíces de un árbol no son similares a las que hay entre las ventanas, vigas... de una casa.
Y nos es más fácil mantener un coche en un garage que un pájaro en una jaula.
Por otro lado en el paso de este gato a este otro gato, o de esta piedra a esta otra
piedra, hay una abstracción por reducción en los detalles, mientras que el paso de este
R8 a este otro R8 es el reconocimiento de una reproducción mimética de la ingeniería.
Y si la Naturaleza persigue la máxima diversidad entre gato y gato; nosotros
perseguimos la igualdad, o si pudiéramos la identidad entre todos los R8. No hay un
único referente de gato sino muchos mientras que en la ingeniería, en cierta forma hay
un único modelo de Platon para los R8 (los planos y especificaciones del proyecto ori-
ginal)
No es de extrañar que aparezcan errores al reunir sin distinción cosas naturales
y cosas artificiales.

1.2. Las diversas acepciones de unidad


Si bien en el todo completo hay unidad, y si bien el todo completo es unidad,
en la mayoría de los casos el Todo sólo es relativamente completo, y la Unidad que pre-
senta dependerá del punto de vista y del campo en consideración.
En ingeniería empleamos unidades culturales que son a la par unidades fácticas
artificiales, manifestaciones y consecuencias de la comunión final entre unos compo-
nentes que comparten una información, y unidades de descripción que guardan una cla-
ra correspondencia con el mundo físico exterior.

Y entre las unidades culturales podemos diferenciar:


El artefacto 10

∑ Unidad de función: la reunión de todo lo necesario para lograr algo. Por lo


general es una subunidad dentro de un orden superior, por ejemplo el en-
cendido de un coche;

∑ Unidad de trabajo: reunión de las actividades a llevar a cabo bajo una


misma intención, por ejemplo la reparación de un motor;

∑ Unidad de funcionamiento: contiene todo lo de menester para asegurar


el funcionamiento correcto y estable, por ejemplo una central eléctrica;

∑ Unidad de acción: con capacidad de actuar con éxito en el sentido desea-


do en un campo determinado, por ejemplo la jauría de perros;

∑ Unidad de servicio: conjunto para prestar un servicio frente a una incer-


tidumbre que depende de nuestros deseos, por ejemplo el servicio de té;

∑ Unidad de medida: referencia de cantidad para los elementos continuos y


homogéneos: el metro, el litro;

∑ Unidad de cuenta: término de comparación del individuo frente a los


demás de su especie: el hombre, la gallina.

1.2.1. La composición de las cosas artificiales.


El Todo íntegro y completo de ingeniería es una ordenación de piezas que con-
serva las junturas. Es una composición física y mental; una reunión, unión o acopla-
miento que transforma unas cosas diversas en una sola, con unas fuerzas de interacción
que son diferentes según los casos y nunca nulas, y que se estructuran según una inten-
ción.
El artefacto es una composición de piezas diferenciables y diferenciadas pro-
ductos de la actual tecnología, (por ejemplo botones del traje o engranajes del reloj). Sus
interacciones proporcionan las funciones intermedias indispensables para el logro de la
función global: un coche queda inútil si pincha una de las cuatro ruedas; el tocadiscos
no arranca sin fusibles; y para hervir las patatas es indispensable el fuego.
La operación de composición que nos proporciona el Todo, tiene su opuesta en
la operación de división, también mental o física, que le descompone en partes. Y según
proceda, distinguimos:
- Pieza: parte con características propias, pieza de reloj;
- Pedazo: parte separada con violencia, roto en cien pedazos;
- Porción: cantidad segregada de otra mayor y que conserva las
propiedades, porción de queso;
El artefacto 11

- Trozo: pedazo que se considera parte del resto: este trozo de carne;
- Sección: cada una de las partes en que mental o físicamente se
divide de forma natural o se considera dividido un todo.
La unidad de los seres vivos (y de la mayoría de los entes corpóreos naturales:
ríos, montañas, islas...) no soporta la división fáctica sin su desaparición, (y el corazón,
trozo de hombre, se estudia y analiza como un pedazo que es del hombre). En cambio el
artefacto es una unidad con junturas, con piezas bien distintas, fáciles de distinguir, unir
y separar. Y cuyo grado de conectividad es de alguna forma una medida de la fuerza de
la unidad, y nos indica la posibilidad de sustituir, suprimir o modificar una pieza en
particular sin que repercuta en el todo.
A veces los artefactos no son una sola sino varias reuniones de piezas o de
otros artefactos, ahora piezas. Las radios y cassettes de los relojes despertadores; los
remolques caravanas de los automóviles... Son ejemplos de unidades que entran, en
simbiosis, a formar parte de una nueva composición.

1.2.2. El artefacto como un todo.


El artefacto real, ordenación superior que goza de estabilidad, y con una es-
tructura interna jerarquizada, es unidad fáctica de función y a la vez unidad cultural de
funcionamiento:
- de acuerdo con la intención de quien lo creó,
- con peculiaridades privativas resultantes de la historia, su ejecu-
ción, y el uso,
- que incluye información sobre la amplia variedad de circunstan-
cias que pueden presentarse durante su particular vida útil.
Y el ordenamiento en los servicios y en las funciones internas al que se ajustan
las partes, piezas y combinaciones de piezas, presenta unos niveles jerárquicos que si-
guen a la vez dos lógicas diferentes:

∑ Una razón y una lógica externas al artefacto que corresponden a la fun-


ción y, de alguna forma, al cumplimiento en el servicio;

∑ Y una lógica interna con origen en las mismas piezas, en sus funciones y
en las leyes naturales, que asegura un funcionar estable.
Ambas lógicas hacen uso de una información, ajena al artefacto y a sus piezas,
sobre las expectativas circunstanciales de:
- condiciones de lugar y temperatura de trabajo,
- conocimientos de los usuarios,
- accidentes...
El artefacto 12

A fin de dotar al artefacto y a las piezas, previsivamente, de los recursos internos que
les permitirán enfrentarse con las circunstancias previstas si llegaran a presentarse.

Organización de piezas
La ordenación de las interacciones internas que en cierta forma constituye el
esquema director de un artefacto:
- Contempla el buen acoplamiento y la conformidad entre todas las
partes;
- Prevé la participación, continua o eventual, en el funcionamiento
de todos y cada uno de los componentes;
- Huye de lo innecesario como posible fuente de contratiempos.
La entidad del artefacto no es la de la función. Toda función admite plantea-
mientos diversos y cada uno de estos a su vez diversas composiciones. Y una misma
función puede acabar en:

∑ Unos artefactos material y funcionalmente bien diferentes. Y para una


misma función encontramos grifos o válvulas;

∑ O unas variantes parecidas de un mismo modelo y diferente complejidad.


En una multiplicidad de llaves y cerraduras.
El número, tamaño y variedad de piezas son una manifestación de la compleji-
dad, de la diversidad interna del artefacto, de su grado de evolución y de su novedad.
Según Shannon, de alguna forma la entropía de información ha de medir la
complejidad de un artefacto, y para un artefacto formado por n piezas (o mejor subfun-
ciones diferentes) ordenadas espacialmente y pertenecientes a n modelos diferentes la
entropía es5:
i =n
I= pi log 2 pi
i =0

En la que pi es la probabilidad de que la pieza i pertenezca al tipo n. Al parecer


el valor de i no debe sobrepasar de un determinado valor.

1.2.3. El artefacto como sistema.


El artefacto es un sistema con una estabilidad, complejidad, adaptabilidad, d i-
versidad y con unos parámetros internos diferentes según el lugar y momento. Desde un
punto de vista termodinámico, el artefacto en funcionamiento es un sistema abierto que,
5
Shannon, Claude E. (1963). The mathematical theory of communication. University of Illinois Press.
125 pp.
El artefacto 13

en primera aproximación, se mantiene estacionario al verter al ambiente la entropía


de sus procesos irreversibles. Decimos en primera aproximación porque en el funcio-
namiento real, no en el ilusorio, aparecen fenómenos de desgaste y envejecimiento que
degradan la organización con pérdida de orden (calidad de material, juegos de ajuste...)
El estado estacionario representa:
- la mínima producción de entropía compatible con las ligaduras
del sistema,
- unos parámetros microscópicos, temperatura, presión, entropía, o
composición... independientes del tiempo.
El artefacto sólo esta parcial y artificialmente separado del medio. La difusión
de información es inevitable. Si:
- El artefacto admite una diversidad potencial de comportamiento:
complejidad de comportamiento del artefacto,
- El medio presenta una riqueza de posibles comportamientos: in-
certidumbre del medio,
Y si además:
- El artefacto es capaz de responder sin cambios en el comporta-
miento, adaptándose a los cambios del ambiente: capacidad de
adaptación del artefacto,
- El medio reacciona sin cambios de comportamiento ajustándose a
los cambios de comportamiento del artefacto: sensibilidad del
medio,
En estos casos, la información permite el ajuste del sistema artefacto - ambiente a los
cambios de uno y otro.
Cuando un artefacto está bien adaptado al medio, la información de la que el
comportamiento del medio provee al comportamiento del artefacto (o sea la compleji-
dad menos la capacidad de adaptación del artefacto), ha de ser igual a la información de
la que el comportamiento del artefacto provee al comportamiento del medio (o sea la in-
certidumbre menos la sensibilidad del medio).

1.3. El artefacto, unidad de función y de funcionamiento


Por lo general, la conveniencia de la función y por ende la utilidad del artefacto
para el usuario está al margen de las pequeñas fluctuaciones del medio. La calidad del
servicio ha de ser estable, y esta estabilidad de funcionamiento (constancia en los pará-
metros con independencia de las fluctuaciones del medio), tanto puede lograrse:
- por simplicidad: independencia por insensibilidad,
El artefacto 14

- por complejidad de la ordenación, mediante una compensación interna


con aparición de una diversidad barroca.
En los casos de independencia por complejidad, la razón y lógica interna en
vistas a cubrir futuras demandas, necesarias o contingentes, proveen al artefacto de: cir-
cuitos de lubricación, refrigeración, limitadores de par, discos de rotura, fusibles, filtros,
cierres estancos, blindajes de protección, refuerzos, ganchos de maniobra... Que no
siempre están todos en servicio.
En los casos de independencia por insensibilidad, se prescinde de si llueve o
hace sol, y se cubren las fluctuaciones del medio por exceso para evitar adaptarse a
ellas. La adaptabilidad a los cambios de tiempo de los edificios de vivienda se limita a
pequeños detalles: variar luces, calefacción y refrigeración, abrir y cerrar puertas y
ventanas... Los tejados y paredes están hechos para aguantar las tormentas cuando las
haya.
En estos casos, y en la mayoría de los casos, hay más de insensibilidad que
respuesta adaptativa. El artefacto dispone de una coraza de protección frente al medio.
El funcionamiento interno se mantiene invariable, y salvo las gradaciones previstas en
la ordenación inicial para los volúmenes, velocidades, producción... Toda modificación
de comportamiento en el artefacto repercute en un empeoramiento del servicio, y lleva a
la rotura, o paro.

Constricciones en las propiedades


En otro orden de cosas, debemos tener presente que el artefacto es unidad de
función, y en cuanto tal debe presentar necesariamente unas cualidades:

∑ De presencia: una cama debe ser horizontal, la tela de los impermeables


debe ser impermeable al agua, etc.,

∑ De ausencia: una cama no debe colapsar, la tela de los impermeables no


se debe disolver en el agua, etc. ...
Que son tan imprescindibles que sin ellas ya no hay función.
Pero el artefacto es a su vez unidad de funcionamiento con unas cualidades que
facilitan la calidad del servicio al disminuir los inconvenientes: neveras silenciosas en
los pisos, paraguas y bañadores que se sequen fácilmente, etc. ...
Y el artefacto que es a la vez unidad de función y de funcionamiento, ha de re-
unir las propiedades que uno y otro requieren.

∑ Por su lado, la función y las condiciones de servicio globales condicionan las funcio-
nes y las condiciones correspondientes a las partes. Y obligan a una conformidad entre
las demandas y prestaciones internas que ha de tomar en cuenta:
El artefacto 15

∑ El uso: por ejemplo si es continuo o eventual, si es presente y actual, o futu-


rible y contingente, ( ejemplos: el carburador, la rueda de recambio, la trac-
ción en las cuatro ruedas);

∑ La forma de funcionamiento propia de cada pieza, (ejemplos: el cigüeñal,


la biela, el bulón);

∑ La seguridad y estabilidad frente a las eventualidades y a las fluctuacio-


nes del medio: temperaturas, humedad ...

1.3.1. Supeditación del todo a la partes.


Un artefacto es una composición completa de las partes que son menester para
dar un bien determinado servicio frente a una variabilidad en las circunstancias (incerti-
dumbre del medio).
Una casa es algo más que un tejado; una escopeta, algo más que un cañón; un
tocadiscos, algo más que un amplificador, etc. Y ni el tejado, ni el cañón, ni el amplifi-
cador pueden ser cualesquiera.
De alguna forma, el todo es las partes, y si no hay conformidad adecuada y co-
rrecta entre ellas, no hay todo. Todas y cada una deben poseer la calidad adecuada para
construir un bloque homogéneo de servicio que necesariamente quedará supeditado al
componente más endeble, la primera pieza que falle descompone el todo. Sólo si cada
una cumple, cumplirá el conjunto.
Todas y cada una de las partes deben estar bien resueltas respecto al conjunto y
frente a las interacciones mutuas, teniendo en cuenta las fuertes limitaciones en:
- los materiales de las piezas,
- las formas y dimensiones que les puede proporcionar la tecnolo-
gía, y
- la ordenación general de aquellas.
Piezas, obtención y montaje dependen de una ordenación. A la que a su vez
condicionan por unas interrelaciones que:
- admiten unas ordenaciones y rechazan otras,
- repercuten en el número, tamaño y forma de las piezas.
Los componentes internos
Todas y cada una de las piezas importan para algo en algún momento. Y la silla
de madera requiere barrotes, aunque estos en algún momento no hagan falta. En el todo
de la ingeniería ha de haber cuanto es menester sin que haya lugar para lo inútil, o para
las piezas que nunca harán falta. Y tampoco hay prioridades: la llave no es superior a la
cerradura.
El artefacto 16

Con la selección de las diversas partes, una elección en la que sólo podemos
hacer uso de lo que conocemos, intentamos conseguir una composición bien resuelta en
sus escalones estructurales:

∑ Las piezas, materiales (cerámicas, cementos, aceros...) unidos a los pro-


cedimientos de darles forma (torno, fundición, prensa...);

∑ Las subfunciones combinación de piezas elementales: (ojal - botón, biela


- manivela, carbón - parrilla...), grupos polivalentes (caso de los motores
eléctricos de serie), o grupos con amplia gama de aplicaciones, (equipos
comunes a varias marcas y modelos de automóviles);

∑ Los ordenamientos generales con interacción de las subfunciones ante-


riores,
Prestando especial atención a las repercusiones de los acoplamientos dentro de cada es-
calón, y entre los diferentes escalones6.
El reloj que atrasa por aprietes indebidos, no mide el tiempo y no es reloj; un
motor que por difícil de ajustar siempre ratee, es un mal motor. Una silla está hecha para
sentarse y no para que presuma el diseñador o manifieste su arte el ebanista, etc. ...
El buen servicio actual del motor de explosión proviene de una larga y conti-
nua adecuación entre las piezas, sin grandes cambios en el planteamiento inicial.

1.3.2. El montaje y la ejecución.


El cuerpo del artefacto es una ordenación en el espacio que se consigue por
etapas a partir de unas piezas que se montan desde fuera. Y cada etapa ha de ser factible
a partir de las anteriores. Algunos aparatos darían buen resultado si pudieran completar-
se y podrían funcionar si llegaran a conseguirse. Mas irrealizables, las soluciones impo-
sibles de montar no puede llevarse a la práctica y nunca llegarán a ser unidad fáctica.
La ejecución de las piezas y su montaje pueden llevarse a cabo mejor o peor. Si
mal llevados, un todo teóricamente bueno puede resultar mediocre o inútil; y si bien,
una solución mediocre puede llegar a ser aceptable.
Y en el montaje, conviene incluir el desmontaje, pues por lo general es ventaja
poder deshacer lo que se ha hecho, y corregir un error o una pieza. La no posibilidad de
reparación como medida para reducir el coste, no siempre resulta rentable económica-
mente.

6
Las fronteras y acoplamientos de unión son los puntos más débiles de un artefacto
El artefacto 17

Y es montaje y desmontaje: la colocación o extracción de un cojinete en su


asiento, o de un tornillo en su agujero; la introducción del mobiliario en una vivienda y
de un alternador en una sala de máquinas; o el transporte de un reactor nuclear desde el
taller a la central, etc. ...

1.4. El artefacto, unidad de servicio.


La calidad del servicio es una consecuencia de las características del artefacto,
con origen en los mínimos marcados en la declaración de objetivos inicial y condicio-
nadas por las piezas y su ordenamiento.
Así por ejemplo, para el tipo y grado de mantenimiento que se desea conse-
guir, la accesibilidad en las piezas derivada de la ordenación fija las frecuencias admisi-
bles en las sustituciones, y a su través determina la concordancia entre formas y mate-
riales. Y cosa similar acontece con respecto a la:

∑ Duración: la capacidad del artefacto para aguantar un tiempo funcionan-


do sin romperse ni estropearse;

∑ Confianza: la estimación de la capacidad del artefacto para llevar a cabo


con éxito el servicio;

∑ Disponibilidad: la situación de poder ser utilizado de inmediato, o la


medida de esta situación;
Datos que caracterizan una calidad de servicio, y que, fijados por la lógica externa, los
asume la lógica interna como objetivos a conseguir.

1.4.1. El tiempo de vida


Pese a nuestros esfuerzos y deseos, los artefactos no siempre funcionarán. Con
el tiempo se presentan deficiencias que:

∑ Bien darán lugar al colapso total, (un cortocircuito deja sin corriente a to-
da una fabrica), o

∑ Bien desencadenarán nuevos fallos, (una rotura de la bomba de engrase


provoca el agarrotamiento de un cojinete y el paro de una maquina; un fallo
de aislamiento, un incendio, etc.).
Para asegurarle una vida útil y económica pueden seguirse dos planteamientos
estratégicos:
El artefacto 18

∑ Todas las piezas tienen una duración parecida. El primer fallo anuncia la
próxima aparición de muchos otros y el agotamiento del conjunto: y el arte-
facto se elimina.

∑ Las piezas se pueden sustituir unas por otras cuando convenga, la avería
se repara: y el artefacto si no eterno, es perenne.
Por su lado, las diversas piezas y conjuntos de piezas poseen una vida media y
una fiabilidad de servicio estadísticos, conocidos, calculables y previsibles de antema-
no, que son propias del género, del diseño, de los materiales y de la utilización. Y es po-
sible estimar de antemano la vida media de una determinada composición de piezas.
Pero en cualquier caso, al margen de los errores introducidos en la fabricación,
transporte, almacenamiento, etc., es el trato del usuario y las auténticas condiciones de
utilización quienes influyen decisivamente en la duración. Con lo cual la vida de servi-
cio de un determinado automóvil no coincidirá (como resultado de accidentes) con la
vida teórica de unos automóviles en manos de conductores ideales y en ideales condi-
ciones de circulación. Ni con la vida media que corresponda a valores medios.

1.5. La adaptación y evolución de los artefactos.


Cada artefacto en particular supera las fluctuaciones del medio que están pre-
vistas en la ordenación original, con una insensibilidad que pasa a ser fragilidad frente
al cambio imprevisto. Y salvo casos especiales no es capaz de adoptar diferentes situa-
ciones de equilibrio para hacer frente a los cambios del medio.
Mas vistos globalmente, los artefactos se esfuerzan en superar sus limitaciones,
en corregir los fallos. Evolucionan, se adaptan, y adoptan nuevas formas y utilizaciones.
Luchan en contra de su desaparición. Y si bien es baja la adaptación de cada uno a los
cambios en el medio, considerados en su conjunto evolucionan para conseguir y conser-
var su nicho. Se especializan y adquieren unas nuevas ordenaciones cuyo funciona-
miento no necesita respuestas internas.
Los primitivos senderos y después sendas de herraduras, pasaron a ser vías ro-
manas, luego caminos y carretera... Y hoy son autopistas. Las viejas casas de los pue-
blos cambian y crecen; se adaptan a sus habitantes, a las nuevas formas de comodidad, a
la desaparición de los animales de tiro, a la introducción de los coches, etc. Y cada nue-
va versión de un motor de explosión mejora a los anteriores con sus pequeñas variacio-
nes
El artefacto 19

En el mundo vivo, cada hallazgo biológico se presenta en numerosas va-


riantes, y da origen a animales totalmente diferentes. A la Naturaleza al parecer le re-
sulta difícil el disponer de una base constructiva, por ejemplo del esqueleto, mas le es
fácil modificarla: los cinco dedos se convierten en pezuñas de cabra, patas de loro...;
Los huesos de las extremidades dan lugar a las patas de caballo, cola de delfín, alas...;
La cola del caimán, la del canguro o la de los monos trepadores es la misma que la de
los cerdos... Y la naturaleza, al parecer, persigue con ahínco conseguir todas las aplica-
ciones de cada hallazgo, el murciélago es, al igual que la gacela, el resultado de una
adecuación de corazón, pulmones y piel a unas condiciones ambientales muy particula-
res.
Por su lado, con las innovaciones tecnológicas acontece algo similar. La histo-
ria nos muestra artefactos que al parecer la única motivación de su inicio fue ser facti-
bles. Y que luego se perfeccionan y manifiestan bajo todas las formas posibles en una
diversificación que aumenta su campo de aplicación.
Los primitivos aviones con prestaciones casi inútiles eran peligrosos, pero im-
pulsaron al hombre a volar. Luego los motores admitieron más velamen, este al mejo-
rarse admitió mayores motores; las alas, cuerpo y motores han ido aumentando de ta-
maño, desaparecieron las hélices, aparecieron los reactores, etc. ... Y los aviones ya ae-
ronaves siguen progresando pese a las crisis y las quiebras que provocan, y a los acci-
dentes
El artefacto 20

2. Los artefactos y los hombres.

2.1. El medio o ambiente artificial.


El cuerpo y la apariencia material de nuestros artefactos nos conforman un am-
biente artificial. A lo largo del día vemos y tocamos multitud de artefactos, algunos para
nuestro uso, mayoritariamente para el de otros. De algunos somos autores; de otros,
usuarios y de la mayoría, espectadores.
De muchos, no sabemos ni quienes ni para qué los hicieron. Ahí están sin que
podamos librarnos de ellos. De unos pocos conocemos, aunque no del todo, la función
que nuestra sociedad les tiene asignada, y de los menos sabemos cómo usarlos aunque
no siempre sepamos por qué funcionan.
Sus autores los crearon con una intención, mas, una vez con cuerpo, se inde-
pendizaron. Cuando ya están entre nosotros, aquella intención se pierde y los nuevos
criterios y conveniencias no coinciden necesariamente con los del autor.
El hombre, al encontrarse con un artefacto que es como es, lo examina. Ve en
él un objeto que reúne ventajas e inconvenientes, sin neutros indiferentes, valora las
propiedades que le convienen de acuerdo con su formación y su criterio. Y al asignarle
una función lo utiliza en un servicio.

∑ La función es una capacidad en cuanto al uso que nosotros le asignamos


(o les reconocemos) en base a
- una voluntad cultural, y
- unos requisitos físicos y fisiológicos.
∑ El servicio depende de las circunstancias del caso, lugar y momento,
(puede haber función sin que haya servicio). Y la utilidad es el reconoci-
miento y valoración, por parte del usuario, de la oportunidad del servicio.
Definida la función, el servicio es objetivo aunque la función sólo lo sea en parte.
El artefacto 21

La función que nos ofrece un artefacto, tiene poca relación con su cuerpo
material: el vaso no es el vino; ni el automóvil, el desplazamiento. El aspecto que pre-
senta el soporte de la función, es la consecuencia de unas leyes y de unos materiales, no
lo es de la función, la cinta de cassette no es una canción.
Con respecto a nuestros gustos y conveniencias, la función y el cuerpo pueden
estar en contradicción,

2.1.1. La persecución del bienestar.


Los artefactos que nos rodean, los aceptados por nuestra cultura, son los arte-
factos de ahora para unas funciones y servicios de ahora. No son ni los del pasado ni los
del futuro. Ni quinqués ni trajes de astronauta. En nuestra vida cotidiana sólo nos im-
porta lo de ahora.
Con el Progreso perseguimos gozar de bienestar y encontrar satisfacción en el
vivir. Cada artefacto en particular se ha pensado y llevado a cabo para cumplir una fun-
ción que, de alguna forma, ha de representar una mejora en nuestras vidas a través de
emociones o de conveniencias materiales. Y el total de artefactos, el mundo artificial
que hoy nos rodea, nos debe proporcionar un mayor bienestar que el que ya teníamos.
De lo contrario, ¿por qué el cambio?.
Conseguir bienestar justifica el actuar, los animales se procuran cubiles con-
fortables. En el caso del hombre, la confusión entre bienestar y comodidad ha dado ori-
gen a cosas claramente beneficiosas: el agua corriente, el mullido de las almohadas o la
calefacción de las viviendas... Y a otras más discutibles: los embragues automáticos, las
alfombras o los chalecos - americana.
El goce de la función que brinda el artefacto, no tiene por qué ir acompañado
de una manera de conseguirlo (o sea de un funcionamiento) molesto o aburrido. Al su-
primir el gesto inútil que divierte y sirve de distracción y descanso, quizás se está co-
metiendo un error. Las personas no encuentran satisfacción:
- en el uso de un artefacto uniforme y sin detalles,
- en un hacer sin acción física,
- en el permanecer solo y atento (¿atento a qué?) delante de unos
botones.
El bienestar moral o psicológico quizás tiene más importancia que el físico, y
se manifiesta en la felicidad que proporcionan:
- la despreocupación y el descuido, y
- la compañía.
El estar solo, el sentirse solo, en atención constante y vigilante, es una gran incomodi-
dad.
El artefacto 22

Cuando intervienen emociones, resulta difícil encontrar explicaciones racio-


nales a las funciones de nuestros artefactos. Los embellecedores de los coches, y otros
artificios similares, quizás cubren deseos, sin lógica, del subconsciente. Y la atracción
de los negros por los abalorios, y de los más o menos negros por los colores brillantes,
pueden tener una causa parecida y tan irresistible como la que se da en las urracas. Hay
países donde los gigantescos estadios de fútbol tienen prioridad frente a hospitales y es-
cuelas.

2.1.2. La interpretación cognitiva de nuestros alrededores


Nuestros sentidos sólo captan apariencias externas, y entre las apariencias
transcurre nuestra vida. Las cualidades sensibles de los artefactos forman nuestro entor-
no. Las formas, colores, sonidos, calor (frío, templado), tersura, (áspero, fino...) dure-
za... Despiertan las percepciones de nuestros sentidos.
A través de ellas los conocemos, los reconocemos, los diferenciamos. Con in-
dependencia de su función, los encontramos agradables o desagradables, y, por la im-
presión sensorial, los aceptamos o rechazamos.
Durante miles de millones de años la supervivencia de los hombres en un me-
dio, a veces amigo a veces hostil, ha dependido de las interpretaciones de las percepcio-
nes de los sentidos. Y están afinados para ello. Las sensaciones de bienestar o de mo-
lestia fueron el logro trascendental de un compromiso entre el medio, los estímulos, los
sentidos y la urgencia de una reacción de ataque o fuga.
Pero los artefactos que ahora nos rodean no son ni las cosas, ni los vegetales ni
los animales de antaño. Hay novedad en nuestro medio, la relación "apariencia exterior -
comportamiento nuestro" no tiene por qué seguir siendo la misma. Las respuestas ins-
tintivas a nuestros sentidos pueden ser erróneas ahora. Y las gratificaciones que nos dan
los colores, calor, sonidos... (ampliamente utilizadas por las técnicas de venta, propa-
ganda y embalaje), pueden resultarnos física o psicológicamente perjudiciales.

Comentarios a la apariencia externa


Hoy, dejando de lado la función, debido a una sabia elección que otros han he-
cho del colorido, rumor, líneas....no nos es dable confiar en que la presencia y compañía
de unos artefactos nos es beneficiosa sólo porque nos agraden (discotecas).
La experiencia nos muestra por ejemplo que los artefactos en cuyo estudio y
cuidado se ha dedicado tiempo y esfuerzo ilimitado y son frutos de un cuidadoso estu-
dio y de una realización esmerada,
- son sobrios y sin concesiones a la galería,
- presentan un acabado y una elegancia propia,
El artefacto 23

- con unas aparentes nimiedades de detalle que, en algún momento, re-


sultan trascendentes
y todos: armas, objetos de deporte, piezas de minería, aparatos de investigación, auto-
móviles de carreras, etc., son estrictamente funcionales y... ¡con adornos similares!
Mas, como resultado del aumento en conocimientos de los vendedores, la pre-
sencia de este tipo de adornos en un artefacto cualquiera ya no es garantía de un profun-
do estudio y cuidado en la resolución.
También encontramos por ejemplo que los artefactos difíciles por su tamaño o
concepción y en los límites de la técnica huyen del barroquismo, carecen de detalles su-
perfluos y reducen sus líneas a las imprescindibles. Al parecer, la simplicidad y senci-
llez dan pie a nuestra confianza. Pero si aquellas sólo son apariencia, la sensación que
despiertan ya no asegura la calidad.

∑ Y en otro orden de cosas, debido a la asimilación inconsciente entre apariencia y fun-


ción, los artefactos de la realidad exterior son, a la par de unidades culturales, los sig-
nos, significados y referentes de las funciones que sustentan y a las que dan soporte.
Y en cuanto a signos y significados de funciones son unidades semióticas de
uso habitual en la comunicación social. Las apariencias nos hablan, y mediante ellas nos
expresamos.

2.1.3. Los artefactos mensajeros de la intencionalidad.


Los cuerpos materiales de los artefactos son la corporificación de las funciones
de un proceso, presentan una composición de piezas y un acabado, con un servicio y
una calidad por aplicación específica de unos recursos que son fruto de meditadas deci-
siones. Por lo tanto

∑ El conjunto y las partes del artefacto son los signos7 y significados de una
intención de los autores, de unos conocimientos y de unas disponibilidades.

∑ Forman un lenguaje estructurado con unos códigos que varían con la


formación técnica y son diferentes para usuarios y autores.
Y un artefacto admite muchas lecturas.
También para los no expertos los artefactos son signos de una función aunque
la desconozcamos, ya que aceptamos que nadie hace nada por nada. Si están es por algo,

7
Objeto, fenómeno o acción material usado para representar o sustituir algo, sea de forma natural, con-
vencional o intencionada; o, coloquialmente lo que se considera visible, pudiendo ser, entre otras cosas,
palabras escritas, imágenes, textos, artefactos, gestos, posturas físicas.
El artefacto 24

y sea un menhir o una horca deben servir para algo. En algunos casos lo vemos muy
claro: pan, armas, casas; no tanto en otras: cárceles, barcos; y a veces, nos resultan difí-
ciles de interpretar: templos, dioses.
Por otro lado y según ya sabemos, en un mismo artefacto pueden concurrir
motivaciones diversas. Y de ignorarlas, la interpretación de la función más aparente
puede resultar paradójica. También puede suceder que la función sea la propia ejecu-
ción. ¿y si la función de las catedrales estaba en proporcionar el trabajo de construirlas?.
En un partido de tenis pueden no importar los números finales, sino el jugarlo.
Por lo que vemos, al usar artefactos - signos en la comunicación social, el sig-
nificado será uno u otro, según
- el conocimiento que se tenga de la función del artefacto,
- la importancia que se le conceda,
- el empleo efectivo que haga de aquella, quien los está usando.

2.2. Los artefactos de la vida cotidiana.


Vivimos rodeados de artefactos y entre todos con sus funciones o con su mera
presencia nos crean el ambiente artificial en el que vivimos. A lo largo del día estamos
entre unos artefactos de los que a la vez somos dueños y esclavos, de los que nos servi-
mos y a los que tenemos de servir.
Entre todos ellos condicionan, crean, y fomentan una forma de vivir
- como funciones de las que nos servimos y estamos forzados a
usar,
- y como formas que son a la vez componentes de nuestro espacio,
y signos siempre presentes que nos recuerdan una función y
nuestra dependencia y rol
De alguna forma este ambiente de vida y de trabajo es una creación artificial y
nuestra. Es una adición de artefactos, cada uno de ellos resuelto por separado para pro-
porcionar una particular función pero sin prestar gran atención a las molestias secunda-
rias por sinergia y acumulación de todos los otros.
El resultado hasta ahora no es muy satisfactorio, estamos consiguiendo un am-
biente artificial mas bien triste, monótono, aburrido, molesto, opresivo … cuando no
había por qué serlo. Podríamos conseguir un ambiente placentero, atractivo, agradable...
El artefacto 25

si estudiamos los aspectos externos de formas y de contenido semiótico, y se resol-


vemos cada uno prestando atención al conjunto de todos ellos8.
Con esta finalidad, en los párrafos sucesivos pasaremos a comentar los arte-
factos en su conjunto tanto en cuanto funciones como en cuanto objetos; las repercusio-
nes del incremento del número y diversidad de las funciones sobre la forma de vivir lo
cotidiano; y las ventajas y molestias que los artefactos reportan.

2.2.1. Los artefactos funciones y objetos


El hombre actual vive rodeado de artefactos algunas veces los considera fun-
ciones, otras objetos y otras trastos. De alguna forma los considera bienes y, como tales,
sujetos a explotación y trueque.
Personalmente, a lo largo de su vida
- fabrica muy pocos,
- adquiere, eligiéndolos, algunos;
- encuentra, se encuentra, con muchos, muchísimos;
- utiliza algunos de ellos de forma frecuente o infrecuente,
- y en su gran mayoría simplemente están y conforman sus alrede-
dores.
Cada generación dispone de su propio contingente de artefactos, heredados
unos, inventados otros, que trasladará depurados por el uso a las generaciones que le si-
guen.

Comentarios a las funciones razón de ser.


Todo artefacto es el molesto soporte de una función, y ésta es su inicial razón
de ser. Para que la humanidad lo incluya y lo mantenga en su activo, la función - arte-
facto debe ser de utilidad.

∑ Algunos objetos: puertas, vestidos, armas, etc., se encuentran entre no-


sotros desde siempre. Probablemente forman y son el hombre mismo, el
homo faber.

∑ A lo largo de la historia aparecen los hallazgos que abren nuevas posibi-


lidades al hacer: la rueda, el arco, el fuego, el transistor etc. Nos marcan el
Progreso.

8
Si el proyecto minimiza una serie de aspectos para proveer una solución satisfactoria, y de por sí mini-
mizar conduce a lo monótono de lo simple, porque no buscar que lo simple refleje la belleza de lo diario y
que a su vez lo simple sea bello (Bauhaus).
El artefacto 26

∑ Hay cachivaches anecdóticos para funciones eventuales o interinas. Algunos


son sustituidos por otros (quinqués), en otros desaparece su función (coro-
nas de los reyes, sombreros de copa).

∑ Y son muy numerosos los que están al servicio de otros artefactos, o que
nos sirven para fabricarlos, desde la aguja de coser a la fábrica de automó-
viles.
La Historia nos muestra que de una función se siguen otras funciones, que un
invento genera nuevos inventos. Los colorantes crearon la química del carbón, ésta dio
lugar a más colorantes y los nuevos colorantes a su vez promovieron una nueva quími-
ca. El vapor dio origen al ferrocarril que ya no es de vapor; el motor eléctrico, a los
electrodomésticos; los microordenadores a...?.
Al aumentar en número y calidad, las funciones de los artefactos transforman
la Humanidad. Las herramientas, creadas para dominar a la Naturaleza, han dado origen
a una cultura técnica que nos independiza de aquella. Y de aplicaciones exosomáticas
que potenciaban la capacidad de acción del hombre, ahora han pasado a ser los directo-
res de su actividad..

2.2.2. El contenido semiótico y de desafío de los artefactos.


En la vida cotidiana y en el trabajo o descanso, nos encontramos rodeados de
unos artefactos que no podemos ignorar,
- los reconocemos como obras de otros hombres,
- sabemos que son una función corporificada, con un servicio y una
utilidad, y
- podemos utilizarlos si descubrimos su función .
Son a la vez una molestia, una promesa y un desafío. Vencer en la prueba nos gratifica;
fracasar, nos agravia.
No hay artefactos indiferentes, si no nos sirven son como mínimo un engorro
físico. Si nos sirven, son nuestros amigos, mas no por ello dejan de molestarnos en
cuanto coartan nuestra libertad de actuación con la ordenación que imponen en nuestros
movimientos:
- en el uso, o
- en el mantenimiento.
Para reconocerlos se precisa una educación, para usarlos hace falta un aprendi-
zaje. Exigentes, son muy sensibles al mal uso y al abuso. Maltratados son peligrosos.
Los artefactos no perdonan la actuación desacertada. ¡y nosotros lo sabemos!. Y nos
abruman
El artefacto 27

Así las cosas, para hacer más tolerables sus exigencias, para evitar que se les
pueda considerar fuentes de desagradables sorpresas, para no potenciar la general des-
gana de los usuarios en averiguar las instrucciones de uso, los artefactos han de infor-
mar de forma intuitiva, rápida y sencilla de todos los puntos que puedan ser de interés
para las personas que se les acerquen.

2.2.3. Los artefactos promotores y gestores del cambio.


El hombre crea un ambiente y a la vez es un producto de este ambiente. Como
resultado de unos deseos ha inventado la Tecnología. Y luego, las innovaciones que esta
introduce le están modificando los deseos. La redistribución de su personal tiempo bio-
lógico como resultado de un consumo por parte de los artefactos, le lleva a una nueva
forma de vivir lo cotidiano con fuertes repercusiones sobre la cultura.
Abandona unas costumbres y adopta otras nuevas ni mejores ni peores, sim-
plemente diferentes que repercuten en los artilugios. Y a través de éstos crea un nuevo
ambiente social.

∑ Al abandonar los pueblos, las casas se convirtieron en pisos con notable


repercusión sobre la familia.

∑ La TV suprimió la vida social que crearon los cines de los barrios. Las
hileras de coches aparcados rompió el contacto entre vecinos. De los pue-
blos se pasó a las ciudades que ahora se abandonan en pos de los suburbios

∑ ¿Cuál será la repercusión de la incomodidad de los desplazamientos en


horas punta?.

∑ Las limitaciones de espacio unidas a las dificultades de desplazamiento


¿transformarán los pisos que ahora son fondas familiares, en albergues co-
lectivos para dormir?.
Por otro lado, la multitud y diversidad de artefactos, al forzarnos a conocer:
- Para qué sirven, qué nos pueden ofrecer y qué debemos nosotros
aportar,
- Cómo usarlos, qué gestos y en qué secuencia debemos llevarlos a
cabo,
- Cómo conservarlos, la atención y cuidados qué debemos propor-
cionarles,
- Cómo fabricarlos, sus técnicas, oportunidades, materiales,
Nos educan en la cultura tecnológica. Y estos conocimientos a su vez no sólo la divul-
gan sino que la extienden y amplían. Y así los estudios de ingeniería de hoy son el re-
sultado de los artefactos de ayer y fundamentarán los de mañana.
El artefacto 28

Además al integrarnos en la civilización, los artefactos son propagandistas:

∑ de la mentalidad técnica que los ha creado. La función, servicio y utilidad


que procuran divulga la cultura industrial.

∑ de los nuevos artefactos que la cultura industrial hará aparecer, y en cuyo


fomento tienen parte: radio, cassette, televisión, vídeo.

2.2.4. La libertad en el uso y el abuso


Los artefactos son objetivamente pasivos, ahora bien, fabricarlos, usarlos, con-
servarlos,... o simplemente estar con ellos requiere una atención y cuidado particulares
por nuestra parte. Y en todo caso la utilización depende de:

∑ una decisión por nuestra parte supeditada a un apropiado saber para qué
sirven y un saber cómo utilizarlos que va seguida de

∑ una peculiar acción física por nuestra parte, con un abrocharse los boto-
nes del chaleco o abrir el paraguas, o de lo contrario el artefacto no nos ser-
virá.
Pero el usuario no siempre se comporta de forma racional, educada o cuidado-
sa. Hay personas que no sólo desconocen la forma correcta de utilizar un artefacto sino
que ni aplican la conocida expresión: "cuando todo lo demás haya fracasado, lea las
instrucciones". Y abundan quienes se consideran con derecho a emplear a su aire lo que
tienen más a mano, para lo que en aquel momento les interesa.
Por lo demás, ¡no todos los objetos permanecerán en el sitio previsto, ni serán
utilizados por manos expertas!. Y por unas u otras causas, los artefactos llegan a unos
usos increíbles en situaciones impensadas, pues además de gente normal se encuentran
con críos, viejos, estúpidos, borrachos, imbéciles, etc. Y habrá situaciones en las que se
convierten en nocivos y hasta en peligrosos. Los enchufes domésticos son atractivas
tentaciones para los dedos de los críos; las herramientas pueden no ser utilizadas en
forma adecuada, etc.
Así las cosas, para evitar desagradables sorpresas, vista la general y manifiesta
desgana en averiguar y seguir la forma de uso correcta, los artefactos deben rehuir las
complicaciones innecesarias y estar resueltos a prueba de estúpidos9.
Y en ningún caso, ni la ignorancia ni la estupidez de la persona humana son
motivo suficiente para condenarle a una pérdida de la integridad física.

9
Si bien hay personas que, a los más, sólo llevarán a cabo correctamente el acto de apretar un único botón
o el de conectar un único enchufe.
El artefacto 29

Las homologaciones.
Ante la imposibilidad de prever todas las situaciones de peligro con origen en
el uso indebido o a la evolución inesperada del medio, la sociedad industrial ha elabora-
do unos códigos (para juguetes o para puentes) que dan protección legal a los proyec-
tistas y a constructores.
Pero las normas y reglamentos son los resúmenes de casos pasados y sólo con-
tienen rutina. No son aplicables a la innovación, ni tienen por lo general en cuenta las
derivaciones que provienen no tanto del producto como del proceso de su fabricación, o
que son el resultado de unas largas cadenas de sucesos, aparentemente sin importancia.
¡cancerígenos!.

2.2.5. La diversión en el ejercicio y actividad corporal.


Cambiando de tema, los artefactos están hechos para el hombre, y el mismo
hacerlos funcionar (al margen de la función) debiera proporcionarle gratificación. El
movimiento es una manifestación de vida que proporciona placer. Goce grande en la in-
fancia, disminuye con los años: los cachorros (hombres o gatos) no paran de jugar, los
jóvenes organizan fiestas y bailes, los viejos (hombres y gatos) sólo toman el sol.
En la vida animal, la inmovilidad total no se prodiga, el gato en acecho mueve
la cola; el hombre adulto fuma, se mesa la barba, y da patadas a los botes de hojalata; el
hombre blanco pasea mientras espera, etc. .... La inmovilidad produce aburrimiento y
sueño. Y cansa. Los gestos aparentemente inútiles quizás sean indispensables para la
estabilidad nerviosa .
Si al hombre le gusta jugar, ¿por qué no darle ocasión?. El manejo de artefactos
debiera incluir su parte de diversión, tales como los sonidos cantarines del encaje de
bolillos, las notas musicales de los afiladores, los juguetes de los niños para las personas
mayores. Y hay cosas oficialmente serias que casi son infantiles, (cintas magnetofóni-
cas, coches, homenajes).
En las acciones que llevamos a cabo de forma natural, no hay nada parecido a
la eficiencia industrial. El rascarse, charlar, estar en Babia,... Así como el bailar o el
comer, incluyen aspectos contrarios a la eficiencia. Igual sucede en el añadir hielo a las
bebidas en época de frío, en el fumar...
No es fácil determinar que cosas incluye la eficiencia al evaluar en la acción
humana , ¿sólo los gestos precisos?. Un procedimiento muy reglamentado, dirigido,
10

estudiado y muy eficiente puede terminar en roturas, desórdenes, huelgas e incendios.

10
El hombre no es una máquina, las máquinas no fuman
El artefacto 30

2.2.6. Los artefactos como espectáculo.


Las personas disfrutan ante el espectáculo del mundo exterior. Y están dis-
puestas a participar en el montaje de un escenario que preparan prioritariamente:
- Para ellas mismas, con los artefactos en el centro del escenario.
Es el caso del coleccionista y sus colecciones, del artesano y sus
obras.
- Para los otros hombres, y ellas junto con sus artefactos forman
parte del escenario.
Se trata en este ultimo caso de un espectáculo con finalidad social, en vistas a:
- mostrar lo que nosotros deseamos y creemos, o deseamos que los
otros vean y crean,
- ocultar lo que deseamos ignorar, o deseamos que los otros igno-
ren, y
- presumir delante de nosotros mismos o de quienes nos rodean, de
nuestra cultura (o ignorancia), y status social.
Los libros son signos de cultura, y los políticos, aparecen delante de su biblio-
teca en las entrevistas de TV. El acabado de las cocinas, cuartos de baño, y quirófanos
son expresiones de un mismo respeto social por la higiene.

El diseño externo.
Reconociendo lo expuesto, el diseño persigue dotar a los artefactos de las for-
mas externas que más nos satisfagan.
Y al margen de otras consideraciones, en el intento de fomentar la personali-
dad, introducir diferenciación, mostrar pertenencia al grupo, introducir nove-
dad…aparecen los estilos y las modas que informan las formas externas de unos tipos
particulares de artefactos, o a los de todos de una misma época.

∑ La concesión a la apariencia alcanza su máximo en el styling, el cambio


y retoque de la imagen como aportación de novedad en sustitución de un
cambio sustancial.

∑ Mas sólo el roce continuado con la Humanidad a través de la permanen-


cia en el uso, depura y reconoce las formas como clásicas, simples y ele-
gantes, sean automóviles, vasos, copas, platos.

∑ Y la comparación entre las formas clásicas y el diseño pasado de moda


pone de manifiesto a la vez la importancia y la poca importancia de éste úl-
timo.
El carenado, el envoltorio exterior es otra manifestación de la importancia del
aspecto. Es la búsqueda de una apariencia que nos facilite olvidarnos del contenido, que
El artefacto 31

cosifique la función en la nimiedad de un volumen. En otras palabras que nos facilite


vivir despreocupadamente.

∑ Muchas veces, los proyectistas para satisfacer al público buscan las apariencias que
más se adapten a los prejuicios de aquél. Sin querer reconocer un fuerte fondo objetivo
en el gusto y en la calidad, afirman "sobre gustos no hay nada escrito" pero la Historia
conserva el bueno y olvida el malo.

2.3. Consideraciones sobre la aceptación


La cultura de la civilización industrial predispone favorablemente a una acep-
tación de los artefactos. Pero aunque la sociedad en principio los acepte a todos, es una
decisión individual y personal adoptar o rechazar cada uno de ellos. El balance real de
los beneficios que se sacan del uso, es de fácil hacer a posteriori. Ahora bien, la iniciati-
va para usarlos depende de un juicio previo en el que influyen la actitud y mentalidad
personal y los criterios anticipados de evaluación.

2.3.1. Mentalidad, actitud y cultura.


Ha habido y hay en coexistencia muchas y diferentes culturas, unas abiertas
otras cerradas, con sus correspondientes civilizaciones. Y es característico de cada una
de ellas:
- el disponer de unos determinados artefactos,
- el saber cómo usarlos, y
- la voluntad social de utilizarlos y de reponerlos.
Ya que los artefactos tienen su origen y razón de ser en las costumbres y los conoci-
mientos propios de la cultura, y con ambos guardan relación.
Las Culturas no son mejores ni peores unas que otras pero tienen diferentes
conceptos del bienestar, rendimiento, eficiencia. Y con ellos cambia en unas y otras el
significado de los artefactos, y, con el significado el trato que se les da.
Hoy en día la rápida difusión de los artefactos de la civilización industrial, po-
ne de manifiesto a través de las formas de uso y, mejor aún, de abuso que de ellos se ha-
ce, que civilización, cultura, mentalidad y actitud... no están siempre en concordancia.

∑ Los artefactos son más fáciles de adquirir que la civilización de la que


forman parte, y que la cultura y mentalidad que les dio origen. Y no es segu-
ro que reciban el trato racional para el que fueron creados.
El artefacto 32

∑ Y tampoco es seguro que la valoración de la Realidad exterior, el plantea-


miento de los problemas y las soluciones que son aceptadas y válidas en un
particular grupo social, correspondan aunque lo parezcan, a la civilización y
cultura oficialmente reconocidas.
Si bien el Progreso cultural y el Progreso técnico van de alguna forma unidos,
el explosivo aumento en el número, calidad y complejidad de los artefactos no ha repre-
sentado hasta ahora un aumento significativo del progreso cultural11.

2.3.2. Las valoraciones a priori de los artefactos.


Estamos rodeados de artefactos y nos vemos obligados a decidir sobre adquisi-
ciones, sustituciones y cambios sin conocerlos a fondo. En la valoración de las funcio-
nes características o de los aspectos, usamos por lo común unos algoritmos simplifica-
dos, trátese de un reloj de pulsera, un automóvil o una caldera de vapor. Pero algunas de
las grandes palabras de la cultura industrial, funcionalidad, eficiencia, seguridad, no
son lo bastante precisas12.

∑ La persecución de la eficiencia en personas y cosas, sin determinar as-


pecto o plazo, carece de sentido; el funcionalismo, en su acepción habitual,
lleva a empotrar tuberías y conducciones en las paredes, y a carenar las estu-
fas de butano.

∑ ¡la apariencia de funcionalidad y la eficacia en la operación son cosas


completamente distintas!. El funcionalismo de uso para el que entiende, no
coincide con el funcionalismo del fabricante ni con el del vendedor.
Hoy los artefactos se conciben para ser vendidos y se adaptan a los criterios de
selección del comprador. Y cuando éste no conoce las propiedades y limitaciones de lo
que adquiere, ni el modo correcto de utilizarlo, transfiere su juicio de bondad desde el
conjunto a unos detalles, tal vez irrelevantes, con lo cual la apariencia pasa de acceso-
ria a fundamental.
Y son muchas las personas que compran los zapatos por su forma y colorido,
aunque les resulten incómodos o estén mal confeccionados; los pisos por la situación,
aunque les sean inadecuados o estén mal construidos... Y en la industria no se actúa de
forma muy diferente.

11
No van a la par en un desarrollo que, ni para uno ni para el otro es lineal ni acumulativo. Hicieron falta
milenios para recuperar el nivel que el Antiguo Egipto había alcanzado y perdió en ambos.
12 12
En los estudios de Latour, los artefactos se valorizan y son vistos en razón de su posición relativa
dentro del conjunto de elementos que compone las exterioridades de una persona. Latour, Bruno. (2000).
Crisis of Nature or Crisis of Objectivity? The Role of Science Studies in the Ecological Crisis.
El artefacto 33

∑ Y el usuario inculto, erigido en juez por derecho de propiedad, al desconocer


la diferencia entre posible e imposible, al forzar el uso en condiciones ina-
propiadas, y al introducir criterios personales sin base, es enemigo de los
artefactos correctamente resueltos.

∑ Algunas veces la novedad es la cualidad más atrayente. Ahora bien, si


bien lo nuevo puede despertar esperanza, el ser nuevo no significa mejor si-
no no probado.

Comentarios a la comodidad.
La vida animal es una superación por el movimiento de la quietud vegetal, y el
hombre que esta vivo, está forzado a moverse.

∑ Si confundimos la comodidad con la inacción, difícilmente la satisfac-


ción que esta nos proporciona, nos pueda compensar las molestias de las ac-
ciones corporales que nos la procurarán.

∑ Por lo general, la facilidad en el hacer sólo nos influye en la elección


cuando estamos obligados a actuar en contra de nuestros deseos.
Y la comodidad que la publicidad emplea como argumento de venta, al acabar
con un llevar a cabo, al suprimir una supervisión, al eliminar una intervención, etc. pue-
de muy bien representar un aumento en la monotonía y una disminución en el interés.
Y el aburrimiento no agrada.

2.3.3. Disponibilidad y vida útil.


La primera condición para un servicio es el estar disponible. Y la disponibili-
dad en el momento y lugar oportunos es cosa independiente de la conveniencia de la
función y de la lógica de la resolución.

∑ Si disponibilidad es presencia, la nevera deberá ser liviana y de poco en-


combro o resultará difícil que llegue a los pisos; los paraguas, casi siempre
fuera de uso y del que se ignora dónde y cuándo será necesario emplearlos,
se cierran y pliegan para facilitar la espera; quizás el reducido tamaño de los
bikinis, tangas, etc. ... provenga de facilitar el transporte, etc.

∑ Pero disponibilidad es asimismo estar presto para el servicio cuando se


requiere. Y la frecuencia de fallos, el tiempo medio entre averías, la dura-
ción media de las reparaciones, etc., son, en cierta forma, las medidas de
una falta de calidad.
El artefacto 34

Por otro lado, la vida física del artefacto es una cosa, y la utilidad para los
hombres, otra. Por lo general, la vida de servicio, la vida útil, es más corta que la vida
física. Los artefactos pierden capacidades, unos lentamente como los edificios, otros rá-
pido como los puentes metálicos. Y el envejecimiento que acaba por inutilizarlos inclu-
ye los varios tipos de agresión del medio sobre las formas y materiales: desgaste, corro-
sión, así como la utilización abusiva, accidentes y contingencias varias. En otros casos
son las circunstancias quienes cambian y con ellas la utilidad: hachas del neolítico o
castillos de la edad media.
En una ingeniería perfecta, la duración del cuerpo material de un artefacto de-
biera corresponder a la utilidad de la función, reincorporándose en las materias primas
al acabarla.
- Si la vida útil no cubre la demanda, habrá que encontrarle susti-
tuto13.
- Si la demanda desaparece antes que el artefacto, sea bueno o
malo su estado, habrá que deshacerse de el.
Si la vida media de un tanque en combate no alcanza las 10 horas, ¿por qué dimensionar
el motor para más largo tiempo?.

∑ Pero no hay tal ingeniería perfecta. Usualmente la vida física del cuerpo material o no
basta para cubrir (vasos, velas, carbón) la demanda, o la supera bien en la vida del ser-
vicio útil (coches, centrales nucleares), bien en la época de utilidad (molinos de viento,
monasterios, etc.).
En algunos casos, hay un reciclado de los artefactos y
- Se les reacondiciona y renueva, por ejemplo las viviendas anti-
cuadas,
- Se les asigna otra función, en un nuevo uso que es prueba de
adaptabilidad y demostración de ingenio.
- Se les da un nuevo tratamiento y vuelven a entrar en el ciclo de
las cosas útiles: los papeles vuelven a ser papel, la chatarra vuelve
a ser lingote, las cubiertas usadas, recauchutadas,...
Ahora bien, en muchos casos, tanto los artefactos fuera de servicio como sus
residuos entran a formar parte importante de nuestro ambiente artificial, pueden conser-
var largo tiempo su individualidad: colillas de los cigarrillos, envases rotos, cubiertas
usadas, etc., ruinas, carcasas,... Y generar unos inconvenientes que quizás no sean com-
pensados por la utilidad que en su día ofrecieron.

13
Aunque a veces la causa del desgaste proceda de la decisión de reducir la inversión inicial.
El artefacto 35

3. El artefacto y sus alrededores.

3.1. El artefacto: ámbito, contorno y campo.


La transición entre los cuerpos materiales de la realidad exterior es paulatina y
gradual con unas fronteras, si es que las hay, que no son tan claras y nítidas como nos
sugieren los contornos físicos.
Un artefacto a la vez que función, es funcionamiento y soporte. Y el soporte,
por ejemplo un submarino, no sólo es un cuerpo material sino una zona de influencia. Y
debemos considerarlo bajo ambos aspectos al estudiar su capacidad para deformar otros
cuerpos y campos preexistentes, y de interaccionar con ellos.

∑ El artefacto, a la vez cuerpo y campo, invade a los alrededores y se ex-


tiende más allá de lo que nos sugiere el contorno visible.
Los confines del campo de acción, de la luz, de los olores, del calor ... de un
artefacto determinado pueden ser difíciles de precisar. Las lluvias ácidas
tienen su origen a miles de km. de distancia, el impacto térmico de una cen-
tral alcanza ... , y el aullar de una sirena llega a ...

∑ Y recíprocamente, en el ámbito que delimita el contorno del artefacto ri-


gen no sólo las leyes propias de éste, sino también las del exterior.
El grado de impenetrabilidad y exclusividad no es la misma en lo sólidos
que en los líquidos y gases (fenómeno de difusión y mezcla). O que en los
campos de fuerzas.
Estas repercusiones más allá de la frontera corpórea que son consecuencia de
unos agentes resultantes del artefacto sin que lo sean directamente de la función, reciben
el nombre de externalidades. Por ejemplo, la contaminación por efluentes gaseosos o
líquidos, o las sobrecargas en la red viaria a que dan lugar las mercancías de una fábrica.
El artefacto 36

3.1.1. El artefacto inclusión artificial.


El artefacto es un añadido a lo que ya había, un injerto, una inclusión artificial
que interfiere una evolución anterior con su aparecer, su estar y su funcionar. Y es de
esperar una oposición y rechazo a su permanencia cuando el tiempo aporte dificultades,
ya que no guarda relación con el medio ni en tamaño ni en potencia.
La Humanidad y la Naturaleza no cuentan en años; son refractarios a los atrac-
tivos de la novedad, a las presiones de la propaganda, y a las recomendaciones: sólo el
tiempo, juez inapelable, homologa los aciertos y fracasos en la integración de los arte-
factos en el medio. Los actuales acueductos y puentes romanos parecen anclados en la
tierra. La silla de montar forma parte del mundo de los caballos. Nadie se admira de que
las puertas dispongan de las simples y seguras aldabas.
El artefacto representa una modificación puntual sobre un preexistente estado
de cosas que caminaba hacia un equilibrio. Y, mientras aquello no desaparezca, la mar-
cha hacia el equilibrio pasa a ser otra.
Por lo general, el injerto sólo es relevante en los alrededores de un punto sin-
gular (el cilindro de un motor de explosión) dentro de un medio que es ilimitado. Y las
repercusiones disminuyen al ampliar la zona en consideración (un único motor en toda
la ciudad). Con la distancia disminuye gradualmente la amplitud de las consecuencias,
sean:
- agradables o ventajosas: olor de una panadería o pastelería, o
- desagradables o inconvenientes: vertido de basura, interferencias
de la radio.
La frontera entre lo que sigue igual y lo que ha cambiado está más o menos le-
jana del injerto según la fuerza que éste presente. El artefacto, por lo general, va per-
diendo fuerza con el tiempo, la frontera se le acerca y ambos acaban desapareciendo
dejando poca huella. Mas, en algunos casos la nueva evolución puede seguir definiti-
vamente otros derroteros en persecución de otra situación de equilibrio. Con consecuen-
cias a veces catastróficas sobre la biosfera, por ejemplo, con la deforestación y la deser-
tización.

3.1.2. Las fronteras con los alrededores


La mayor parte de los artefactos nos presentan unas claras fronteras físicas que
separan el espacio exterior libre y sin límites, del espacio interior tasado.

∑ Claras o difusas, simétricas o asimétricas, las fronteras no son impasables


y casi siempre son penetrables.

∑ La zona próxima a la frontera puede constituir una parte importante del


artefacto, y por lo general es una parte pequeña del medio.
El artefacto 37

Debido a las propiedades de la materia, la frontera contorno es una barrera


frente a los otros cuerpos: carrocería del coche, tejados de las casas. En muchos casos la
protección que brinda la frontera, es parte fundamental en la función del artefacto: cora-
za de los tanques, parabrisas de las motos, paraguas, alambradas y cercas. En otros la
impenetrabilidad es una molestia ineludible: limitaciones de coser en los tejidos.
Si en el ámbito interno del artefacto rigen los fenómenos que aseguran el fun-
cionamiento, estos por lo general ultrapasan además las fronteras: sonidos de un alta-
voz, luz de una lámpara. Y, las torres de refrigeración pueden aumentar la humedad re-
lativa de una localidad; el movimiento de materias primas y de mercancías, colapsar una
red de carreteras; y una nueva fábrica, acabar tanto con los recursos hidráulicos de una
zona como con sus disponibilidades de teléfonos y colegios,.. .. O llenarlo todo de pol-
vo, fábrica de cemento; o de ruido, autopista.

3.1.3. Las interacciones con los alrededores.


Al hablar de artefactos, con la palabra medio nos referimos no sólo a los deta-
lles característicos del lugar en que se encuentra que nos permiten distinguir un taller de
una vivienda, o a un local abierto de un local cerrado ... Sino a la Realidad exterior de
unos alrededores próximos o remotos con todas sus interacciones relevantes ... El medio
viene a ser el contenido del espacio que nos importa.
Para nosotros, la acepción de medio es muy amplia. El medio de la rueda de un
automóvil es el firme de las carreteras, la unión con la carrocería, los esfuerzos transmi-
tidos, etc., el de un engranaje, los dientes de los otros engranajes, las condiciones de lu-
bricación, temperatura, etc. Y el medio de los empalmes de unos cables eléctricos será
diferente si se trata de una zanja, o de los bornes de un motor o de una caseta, etc.
El medio físico y social con sus interrelaciones conocidas o desconocidas, visi-
bles e invisibles, no es homogéneo. Contiene unos puntos singulares con especial reper-
cusión en el conjunto, o que le están especialmente obligados, por lo que las respuestas
a un cambio no son siempre las mismas. Así las cosas, de no ajustarse exactamente a
las reglas del lugar y los precisos alrededores del medio en que se instala, el artefacto
puede desencadenar una crisis.
Las nuevas casas de las ciudades se deben adaptar a unas calles y a unas plazas.
Plazas y calles condicionan las comunicaciones, y éstas dependen del tamaño de las
ciudades, y de la forma de vivir de los hombres que las habitan. Un nuevo edificio mal
resuelto, al modificar el equilibrio del transporte, puede romper la habitabilidad de una
amplia zona.

∑ La entrada del artefacto en la realidad está supeditada a lo que ya estaba. Y el arte-


facto es un intruso que se ha comprometido en lograr un equilibrio y estabilidad bajo
constricciones contradictorias: piezas de aviones ligeras, seguras y baratas.
El artefacto 38

∑ Aparentemente todo lo que ya hay, está atado y no ofrece resquicios para in-
troducirse, pero no es aconsejable romper el nudo gordiano con la espada.
Un cambio de aceite de engrase basta para destrozar una máquina; una es-
tructura de hormigón no acepta cambios en la localización de cargas; un
gesto tan nimio como el tirar una colilla provoca un incendio.

∑ Hay que prestar atención a todos los detalles. Y si bien el tiempo puede
ayudar al hallazgo de buenos compromisos no hay problema que pueda
permanecer sin solucionar por mucho tiempo.
Muchas instalaciones de agua, gas, electricidad, etc. De nuestras viviendas
son un buen muestrario de los problemas a que puede dar lugar el no atender
a detalles sin importancia.

3.2. La trascendencia del lugar y sus alrededores.


Todo artefacto se encuentra en un lugar en el espacio que puede ser fijo y de-
terminado, en el caso de un puente, o cambiante en el caso del avión. Con unos alrede-
dores cuyo espesor de relevancia en las repercusiones variará según las circunstancias.
- Cuanto más sutiles son unas cualidades tanto más lejos pueden
detectarse, y el olor de un incendio llega más lejos que el humo y
este más que el calor;
- Lo contrario sucede con la potencia.
Y el efecto corrosivo del mar llega mucho más allá que la fuerza de las olas.
Por lo general, manteniéndose igual el resto de las cosas, la fuerza de las inte-
racciones entre cuerpos disminuye al aumentar la distancia. Y no es de extrañar pues
que, para un artefacto, el medio del alrededor contiguo tenga mayor importancia que el
próximo, y éste más que el remoto. Por esta misma razón, en los casos en que la fun-
ción del artefacto debe llegar lejos, cuando se trata de mantener a distancia los confines
de un campo, es de esperar que los subproductos del funcionamiento puedan tener una
fuerte repercusión sobre las vecindades próximas: pantalla de radar, antenas de radio...
Para las personas, el artefacto y sus alrededores van unidos no sólo en cuanto a
cuerpo material, si no en las ventajas e inconvenientes que nos ofrecen. El mejor estado
de cosas que debemos conseguir, incluye, como no, los alrededores que el artefacto alte-
ra: goteo del agua condensada en el aparato de aire acondicionado, o salidas del aire de
la refrigeración.
El estado de los alrededores contiguos, próximos y remotos pueden ser deter-
minantes para la aceptación final y el éxito o fracaso.
El artefacto 39

3.2.1. Medios naturales y artificiales.


En lo referente a las interacciones entre medios y artefactos no hay diferencia-
ción de si aquellos son naturales o artificiales, en ambos casos rigen las mismas leyes de
la Naturaleza. Y aunque ambos presenten unas mismas formas de respuesta, los grados
de adaptabilidad para unos y otros son diferentes. Y los naturales superan en mucho a
los artificiales en incertidumbre y en complejidad.
En todo caso, conviene distinguir entre el medio físico material muerto y el
medio biológico con seres vivos, pues en este último:
- la estabilidad ante el cambio es baja,
- los valores punta y los choques tienen mayores repercusiones que
los valores medios,
Y por ejemplo un choque o impacto térmico, o una descarga puntual de veneno, pueden
resultar fatales para la vida del río...
Una a una, las intervenciones humanas no son capaces de alterar sustancial-
mente y por largo tiempo las peculiaridades del medio natural en los alrededores del
punto de intervención. Y la Naturaleza asimila la alteración sin grandes cambios. Pero
nuestras intervenciones no son únicas sino en tropel, y las consecuencias se potencien.
Y si bien el desierto del Sahara no es la Pza. de Cataluña, la adición de unos artefactos
con otros ya importa. Y cada vez de mayor grosor, el impacto sobre una vecindad, en
las ciudades por ejemplo, puede ser brutal aunque no lo percibamos al ser cualitativo y
gradual.
La repercusión de las externalidades sobre los medios artificiales se nos hace
por lo general más evidente:

∑ Quizás porque el medio artificial es más endeble, está menos ocupado,


presenta poca diversificación, y nuestro consumo o aporte representa una
parte importante de lo que hay, o

∑ Quizás porque se incide en aspectos que valoramos más personalmente:


los aparcamientos, en las aceras; el estadio de fútbol, en la circulación; o

∑ Quizás porque el espacio de que disponemos es más limitado

3.2.2. Variabilidad y evolución del medio.


En la mayoría de los casos, el servicio que deseamos no ha de depender de la
variabilidad del medio. Queremos comer o dormir o ir en coche, llueva o haga sol. Y
nuestros artefactos deben ser capaces de enfrentarse con las fluctuaciones de aquel:
- prescindiendo de ellas,
- adaptándose a ellas.
El artefacto 40

Consecuentemente, las ordenaciones de los artefactos incluyen una información sobre


los fenómenos que pueden acaecer pero que no siempre acaecerán, y los artefactos dis-
ponen de recursos sino para compensar todas las fluctuaciones, si para superar algunas14
de ellas.
Ahora bien ni el cambio en el mundo físico y social ni mucho menos su veloci-
dad coinciden con nuestras previsiones. Y el agua de un río pasa a sucia y putrefacta
con daño para la destilería de whisky, etc. y el restaurante turístico, con vista panorámi-
ca queda pegado al muro de una central, etc... sin cambar de lugar. Pero el nuevo medio
no estaba previsto, y el artefacto no es adaptable.
Por su lado, la estructura de los servicios que nos dan los otros artefactos, no
será siempre la de hoy. Ni tiene porqué estar siempre completa. Y por motivos normales
o anormales, puede desaparecer momentáneamente (huelgas) o para siempre (caos so-
cial) como han desaparecido otras que en su día se consideraron imprescindibles.
Catástrofes, cataclismos y hecatombes... Son a voces la consecuencia de una
decisión desafortunada:

∑ Aunque transcurran l0, 20 o más años sin aludes, no se puede afirmar


que no ocurran. El espacio de tiempo es demasiado corto, los viejos de la
localidad poseen memoria más larga.

∑ Las ramblas españolas con lustros de poco agua, cada cierto tiempo ocu-
pan todo su cauce geológico, prescindiendo de las opiniones de quienes han
invadido su lecho.

∑ No se debe culpar a las termitas del derrumbe de una estructura, sino a la


ignorancia del proyectista o al descuido del cuidador.

3.3. El medio, la función y el artefacto.


La buena calidad de un artefacto, el resolver problemas, no el crearlos, depende
de la adecuación a los alrededores, puesto que el medio en el que se prestará el servicio:
- determina la calidad y potencia de los fenómenos que se pueden
aprovechar,
- impone unas condiciones para el servicio, y
- delimita, con su agresión, la duración del artefacto.
El polo es diferente de la selva. Las minas o el mar no son el interior de un horno.
14
La segmentación del mercado, con la aparición de las embarcaciones para mares en calma por ejemplo,
es una concesión al coste.
El artefacto 41

Mas si no es posible proporcionar un cuerpo material a una función sin co-


nocer el medio del lugar y de los alrededores (cercano, próximo y remoto) donde el arte-
facto deberá prestar servicio, también resulta que las externalidades y subproductos del
funcionamiento alteran los alrededores.
Y el medio que ya no es el mismo, es en cierta forma una consecuencia de
aquel. El medio y el bien o mal resuelto artefacto constituyen una nueva configuración,
quizás inestable, caso de una fábrica en llamas, pero no menos real.

∑ Las diferencias entre medios con su gran diversidad de exigencias, son el origen de
muchas de las peculiaridades que presentan los artefactos.
Y por ejemplo un teléfono de sobremesa toma en cuenta como son las mesas,
su utilización (despacho u obras), el polvo, la situación (a cubierto o a intemperie), etc.
Y de resultas un teléfono de mesa de despacho es diferente de uno de minería; pero
también en consecuencia también son diferentes las mesas de trabajo de un despacho y
de una mina.
Cuando un artefacto puede cambiar de ubicación dentro de un mismo medio
con movilidad sistemática o eventual, debe estar adaptado a las más amplias de las
fluctuaciones con las que se puede llegar a encontrar: un modelo de coche gran turismo
puede circular por Moscú y por el Cairo, pero pese a ello es muy diferente de un todo
terreno.
Y en el caso de artefacto multimedia con previsión de medios varios y dife-
rentes, ha de estar preparado para todos ellos: y un coche anfibio no es un todo terreno.

3.3.1. La agresión del medio: vida del artefacto.


Un artefacto bien conseguido se enfrenta con la evolución de su medio en un
compromiso calculado, y, salvo accidentes, tiene la permanencia asegurada durante un
razonable lapso de tiempo. El aumento de la duración del servicio por reducción de las
consecuencias de la agresión mutua es uno de los objetivos de un buen proyecto
Para que un artefacto perdure en el medio, debe carecer de estorbos que au-
menten el factor de rechazo. Fuerte o floja siempre tendrán oposición. Y si no conse-
guimos que el artefacto esté bien acoplado con el medio, si nuestra solución es equivo-
cada, será una continua fuente de problemas.
Ahora bien, algunas de las interacciones entre el medio y el artefacto (función,
funcionamiento o cuerpo) son unas agresiones tan fuertes y directas que le limitan la vi-
da física y de servicio al no disponer la tecnología de soluciones o materiales adecua-
dos. Y a veces llegan a ser tan violentas que ni por corto periodo es fácil conservar el
El artefacto 42

desequilibrio mínimamente estable. Los hornos de fusión, malecones, discos de fre-


nado … son unos eventuales en pruebas continuas de desgaste.
Y si ya es difícil conseguir la compatibilidad en los casos en que sólo se trata
de conservar sin cambios la evolución anterior, cuando se pretende por el contrario li-
mitar o evitar la evolución que ya había con diques, embalses, canalizaciones, etc., es
todavía más difícil introducir el nuevo sistema con un nuevo y diferente equilibrio esta-
cionario frente a los alrededores inalterados.
La cimentación que cede, las canalizaciones que se obstruyen, el grifo que se
agarrota etc. Muestran que la Naturaleza no es clemente con los errores. Y, mientras los
nuevos taludes de carreteras, explanaciones, etc., se estabilizan rápidamente cuando,
bien resueltos, aceptan la vida vegetal, ¡ni los años arreglan los incorrectos!.
Por lo general es imposible lograr la compatibilidad total entre el artefacto y
sus alrededores. Y el medio de los alrededores, de forma continua y con la ayuda del
uso, le agrede y le degrada las piezas y/o la organización:
- rápidamente: helados, cerillas, explosivos,
- lentamente: pirámides, casas, coches,
Y consecuentemente todo artefacto es perecedero y sólo mantiene las prestaciones du-
rante una limitada vida útil.
Para conservar el desequilibrio que las leyes naturales se esfuerzan en igualar,
para que el artefacto mantenga integro el cuerpo y siga en funcionamiento, son menester
unos aportes complementarios, y continuados de materia o de energía conformes a unas
reglas de mantenimiento (pintura, combustibles, nuevas piezas, reparaciones) diferentes
en cada caso.
Finalmente, cuando el artefacto acaba la vida útil inicia una más larga vida fí-
sica inútil: ruinas, chatarras, residuos... En la que sus restos siguen interfiriendo con los
alrededores: minas abandonadas, barcos naufragados, almacenes nucleares. Y sólo
cuando el tiempo es suficiente, la Naturaleza termina digiriéndoles, y el artefacto se re-
integra en ella cerrando un ciclo.

3.3.2. La adecuación del artefacto al medio.


Las relaciones de fuerza, la mutua agresión entre el cuerpo del artefacto y el
medio exterior son difíciles de mantener en equilibrio dinámico. Normalmente acabará
decantándose, por cuestión de cantidad, por cuestión de renovación, a favor del medio.
La arena desgasta a la esfinge, el agua corroe los cascos de los buques... Y raras veces
es el artefacto: minas a cielo abierto... quien acaba con el medio.
El rechazo agresivo del cuerpo del artefacto por corrosión, desgaste, envejeci-
miento... o simplemente la invasión de su interior por el polvo, es por lo general lento y
El artefacto 43

paulatino. Va acompañado de una minoración de las propiedades útiles, de una de-


gradación del servicio... que lleva a la inutilización. Y el artefacto aunque conserve el
aspecto ya acabó su vida de servicio.
- La presa sigue estando, pero el embalse aterrado ya no sirve para
regular las crecidas.
- El autobús continua con su apariencia de autobús, pero si los fre-
nos, motor, transmisión, no merecen confianza...
Son muchos los artefactos que no cumplen todos los requisitos que el medio
reclama. Por error o incompetencia, gozan de unas propiedades y carecen de otras, y,
aunque no mal resueltos, pueden ser inútiles desde su inicio o antes de tiempo.
- El envase del producto no debe molestar a quienes lo usan ni a
los barrenderos.
- Las puertas de incendios, las salidas de emergencia no deben ser
propensas a los atascos.
- Si no hay filtros de polvo adecuados en el motor, si las rótulas,
cojinetes... no están protegidos, es corta la vida de servicio de un
camión en el desierto.
- Los puentes de los ríos también deben dejar paso a las cañas du-
rante las avenidas.
- Los semáforos urbanos también deben funcionar los días de llu-
via, etc.

3.3.3. Las interferencias entre artefactos.


La mayor parte de los artefactos no se toleran unos a otros, entre ellos hay in-
terferencias o incompatibilidad física o de servicio. Se enfrentan al medio artificial que
es de nuestra y de su misma creación … y entran en competencia por la atención de los
hombres
Física y materialmente no por ser creaciones de los hombres son siempre com-
patibles. Con gran frecuencia se estorban y se interfieren unos a otros (caso de las plata-
formas de los ordenadores, por ejemplo).
La introducción de reglamentos para la normalización encuentra fuertes oposi-
ciones. La reingeniería del producto para lograr la compatibilidad representa unos in-
convenientes y contratiempos técnicos y económicos que por lo general no se aceptan
sin fuertes presiones por parte del mercado
En otro orden de cosas, debido a la especificidad de las soluciones de ingenie-
ría puede que sea muy elevada la sensibilidad del funcionamiento o del cuerpo de un
artefacto frente a las variaciones en el medio artificial que provocan los otros.
- La temperatura, en los transistores;
- Las vibraciones, en los discos de ordenador;
El artefacto 44

- El voltaje, en los fluorescentes;


- Las cargas, en las vigas de hormigón...
En un artefacto, ajustar cada pieza al medio interno y lograr la cohesión armó-
nica entre ellas representa tiempo y esfuerzo. Y el medio interno varia en cierta medida
con el externo. De ahí las contratiempos que se presentan en los nuevos modelos por
ejemplo, de automóviles, programas de ordenador, etc.

∑ A corto plazo, la agresión mutua no representa una lucha entre ellos, una forma de
autoselección, un darwinismo que presida la evolución y la adaptación al medio, sino
que sólo representa un aumento de molestias para los usuarios. Y un artefacto en parti-
cular mantiene el servicio actual por el empeño de un usuario sobre el cual no influye, a
corto plazo, el comportamiento de los otros artefactos por:
- la lentitud en la transmisión de información,
- lo paulatino y gradual de los cambios de las mejoras de servicio
- lo paulatino y gradual de los cambios de rentabilidad,
- el coste de una nueva adquisición,
Y en consecuencia, la gran mayoría de los artefactos agotan su vida útil.
Pero a más largo plazo, si nuestros recursos son limitados, la abundancia de
artefactos abre una real competencia entre ellos, o mas bien entre la utilidad de sus fun-
ciones. Por ejemplo,
- La potencia eléctrica contratada puede ser inferior a la suma de la
de nuestros electrodomésticos;
- El tiempo de que disponemos, quizás no nos alcance para la lec-
tura de todos nuestros libros; y
- Nuestro dinero quizás no nos baste para adquirir cuanto desea-
mos.

3.3.4. La regeneración y recuperación del medio.


Para no crear luego problemas innecesarios, al proyectar algo nuevo nos con-
viene conocer dónde podrán ir sus restos, nos conviene saber qué se podrá hacer con él
cuando viejo.
Seria interesante que nuestras cosas obsoletas fueran adaptables a otros usos,
hasta conseguir el agotamiento de su vida física, con un retorno final a materias primas
(los sacos textiles son un ejemplo de buena reutilización y beneficiosa desaparición fi-
nal). Pero en la cultura occidental la recuperación organizada, trátese de adaptación,
rehuso o reciclado es la excepción y no la regla.
El artefacto 45

∑ Hoy, la gran mayoría de las cosas terminan abandonadas. Si por un lado ello
representa un cierto despilfarro, por otro, y quizás más grave, dan lugar a
una alteración no forzosamente beneficiosa del medio que nos rodea.

∑ Amplias zonas de la tierra han quedado inútiles como resultado de cante-


ras y minas, centrales nucleares, ferrocarriles, plantas químicas, etc.
Aunque por lo general la Naturaleza se autodepura, y acaba liquidando por di-
gestión las consecuencias del funcionamiento o del estar de nuestros artefactos, no
siempre es así. Se presentan fenómenos de saturación y de sinergesis.

∑ En la saturación, hay una creciente insensibilización frente al aumento


de estímulos que va seguida de un bloqueo en las respuestas.

∑ En la sinergesis, una simultaneidad de cosas dispares potencia los efec-


tos, disparándolos.
Cuando la agresión sobre el medio es excesiva por: frecuencia (incendios),
cantidad (basura) o calidad (veneno), la recuperación natural se hace inviable. La Natu-
raleza sólo es homeostática entre unos limites, y los demasiados nutrientes también pro-
vocan la muerte biológica de un río. Las presiones tanto en los suministros como en las
evacuaciones de los núcleos de población están provocando la degeneración progresiva
de sus alrededores.

∑ Si bien la Naturaleza puede llegar a corregir nuestros pequeños desaciertos, la regene-


ración natural requiere tiempo y no siempre es capaz de compensar:
- las actuaciones continuadas15,
- las acciones de efectos irreversibles, difusión de venenos inde-
gradables, acumulativos o no acumulativos,
- los cambios bruscos en la composición, temperatura (choque tér-
mico) de los fluentes, etc. y
- en general las situaciones mortales para la vida, etc.
Y no es prudente interferir el equilibrio, físico y biológico de la Naturaleza. No hay ba-
ses para admitir que las cosas se arreglarán por si solas, no hay fundamento para creer
que todas las acciones humanas son beneficiosas para la humanidad.
Los problemas ecológicos provienen de un error en la estimación de las rela-
ciones entre el artefacto y los alrededores. Las soluciones imperfectas pueden dar lugar,
ahora o luego, a efectos no imaginados. Y con la aparición de otros problemas, lo nuevo
no es una mejora.

15
También a nosotros nos resulta personalmente molesto la excesiva cantidad de cosas por si inocuas e
inofensivas: las colillas y los frascos de crema solar, en las playas; los coches en los caos circulatorio, etc.
El artefacto 46

3.4. El artefacto creador de ambiente.


A veces, resulta primordial no modificar o modificar mínimamente algunos de
los aspectos y propiedades del medio: lo prueban las normativas sobre los motores
eléctricos en zonas con peligro de explosión o incendio; las regulaciones sobre el vacia-
do de lastre de los petroleros; las disposiciones sobre evacuación de humos de las cen-
trales térmicas, etc. Y dedicamos nuestros esfuerzos a que los artefactos lo consigan.
Otras veces por el contrario, en la modificación del medio radica la función:
paraguas o presas. Pues con la interacción directa entre artefacto y medio pretendemos
conseguir un ambiente más favorable: hacer aparecer unas condiciones determinadas en
un ámbito: conventos, catedrales, salas de espectáculos, cavas de maduración,... O en
sus alrededores: canales de riego, ... O debajo de ellos: paraguas. Y el enfoque en la re-
solución será otro.
En muchos casos se acepta y se persigue la interacción reciproca: en un jardín,
el medio impone unas condiciones al mobiliario respecto a agua, intemperie, etc. Y le
exige unas contrapartidas de sensación de reposo y comodidad.
En todo caso, cuando entra en consideración el hombre, los artefactos generan,
forzosamente y siempre, otro ambiente como resultado de sus cualidades sensibles, de
las funciones que prestan, de los movimientos que obligan a ejecutar,... Y de las precau-
ciones a tomar.
Y la suma de todos los artefactos que nos rodean, con la adición de sus espa-
cios, volúmenes, formas, colores, campos... de cada uno puede crear un ambiente artifi-
cial, francamente diferente del natural y para el que no siempre estamos preparados.
El artefacto 47

4. El aspecto economico de los artefactos.

4.1. El precio de las cosas, medida de la utilidad.


En el sistema capitalista todo, ventajas e inconvenientes, se mide en dinero. Y
se toman en consideración los precios, no las cosas. Se reconoce lo que tiene un precio y
se ignora lo que carece de él. El beneficio económico lo es todo, y el artefacto, función
y servicio pasan a confundirse con el precio, y el funcionamiento con los costes. Los
precios del artefacto y del servicio se convierten en las cualidades clave.
Según la cultura económica, el precio de un objeto o servicio resume la compa-
ración de las variantes de las diversas opciones que se le ofrecen a cada miembro de la
sociedad, extendida a la totalidad de ellos. Y de alguna forma representa la utilidad so-
cial del objeto o servicio.
La afirmación parece osada. A lo más, y con más o menos acierto, podría co-
rresponder a la media de las estimaciones que unos miembros de la sociedad hacen de lo
que opinan que son las valoraciones de los otros. Un valor intersubjetivo que quizás na-
die esté dispuesto a aceptar para si, por ejemplo los (bajos) baremos de compensación
por mutilación por accidente laboral.
Por otro lado, se recurre a la misma unidad (la moneda), para medir cosas dis-
pares en uso, calidad y tamaño, por ejemplo panes y puentes, y se usan en mezcolanza
los valores obtenidos aunque estén en escalas muy diferentes, por ejemplo los precios
de un pan y de un puente. Por lo demás el valor mismo de la unidad (la moneda), cam-
bia según el lugar y el momento, y depende del tasador, propiedad pública frente a la
particular, o la empresa frente a los empleados, etc.
La moneda, resulta una unidad universal de medida un tanto original. Y los
precios que indican las medidas, a lo más podrían considerarse unos números ordinales
aunque, en alguna forma, se utilicen como si fueran cardinales.
El artefacto 48

Ahora bien, las intervenciones administrativas en energía, comestibles,


transportes, sanidad, urbanismo etc., dan lugar a unos precios tan arbitrarios que los
precios16 de los productos que los tienen por base, difícilmente pueden ser representati-
vos de algún orden. Y, en consecuencia, los "precios - etiqueta" de unos servicios y ob-
jetos quizás sean en gran parte manifestaciones de poder social y político de las perso-
nas interesadas en mantenerlas.
De todas formas, con explicación o sin ella, por convenio económico social-
mente aceptado, se utilizan unidades del mismo nombre, (el dinero), para la medida de
variables de muy diversa índole, calidad y valor. Y se manejan los resultados de estas
mediciones, los precios, de acuerdo con unos criterios y normas arbitrarios aunque fijos
y rigurosos, y de amplia aceptación fáctica. El sistema contable opera con los números
como si se tratara de cantidades homogéneas aunque no lo sean.

4.1.1. El valor del dinero.


El concepto actual de dinero, resultado de la historia, engloba aspectos dispa-
res. Hay buenas e interesantes teorías. Pero por lo que a nosotros respecta podríamos
aceptar lo siguiente

∑ El primitivo dinero sin valor objetivo y sin múltiplos definidos, agradable


objeto de trueque: conchas, mariposas, etc., era en cierta forma un comodín
que permitía y favorecía el intercambio de otro objetos.

∑ Luego pasó a valor acumulado y a la consideración de trabajo concentra-


do, y las monedas unieron agrado y valor: el brillo y la belleza proporciona-
ba placer y el peso un valor intrínseco. El cuño garantizaba el peso y la
composición.

∑ Los reyes, al degradarlo, iniciaron el paso del valor real a la representa-


ción de valor que nos ha llevado al dinero papel.

∑ El dinero actual cuyo uso es una necesidad heredada, es el dinero núme-


ro, una abstracción que como máximo corresponde a un flujo o a una lectura
del balance en un momento determinado, el resultado de unas operaciones
aritméticas.
Analizando las cosas bajo otro aspecto, el dinero es cualitativamente diferente
según:
- El poseedor, obrero, empresario o estado,

16
sumas de unos conceptos dispares a los que se les han asignado un número, un porcentaje, etc. ...,
El artefacto 49

- La cantidad y de si está distribuido o concentrado, un millón no es


siempre mil veces mil,
- El sentido del flujo, pago y cobro,
- La forma de disponer de él, créditos, letras, etc.,
Y reconociéndolo, la economía fija para todos ellos diferentes tipos de interés y des-
cuento.

La estabilidad
El dinero hoy es un valor relativo, y unidad sólo para las comparaciones "aquí,
ahora y para esto".

∑ A la lenta degradación cultural a que esta sometido desde antiguo, hoy se


le sobrepone una acelerada disminución de su aprecio social resultado de la
sobreabundancia en bienes y servicios.

∑ Las clásicas tasas de interés que se mantienen en las contabilidades, de


poco sirven en vistas al futuro.

∑ Las tasas o valores de actualización basados en el pasado dan una seguri-


dad ficticia por cuanto el futuro no tiene por qué repetir el pasado.

∑ La inflación, las disposiciones fiscales, comerciales, la euforia social, las


expectativas... modifican su valor a nivel mundial, nacional, regional y lo-
cal.

4.1.2. El dinero, factor limitante de un proyecto.


Usualmente se resumen los recursos disponibles para una empresa bajo la for-
ma de una cantidad de dinero. Que pasa a ser un factor limitante cuya efectividad de-
pende de quien lo maneje, y a gestionar de acuerdo con los criterios vigentes y las cir-
cunstancias del momento y caso. Los costos medidos en dinero facilitan las compara-
ciones entre las diversas variantes.
Ahora bien, el inversor, el proyectista y el ejecutor difieren en los puntos de
vista sobre el dinero:
- Para el inversor, es algo que entrega, y que debe recuperar au-
mentado;
- Para el proyectista, es en cierta forma una limitación en el hacer,
otra ley a tener en cuenta al igual de la corrosión o de la grave-
dad;
- Y para el ejecutor es la recompensa de unas molestias.
Y difícilmente podrán llegar a un completo acuerdo entre ellos.
El artefacto 50

El conocimiento de cuál es la disponibilidad de dinero, es determinante para


el planteamiento de un problema y para el enfoque de su resolución.

∑ El aprovechamiento no es una función lineal sino escalonada de la dispo-


nibilidad.

∑ Las buenas soluciones exigen dinero en cantidad suficiente, aunque se-


gún Parkinson, la abundancia de dinero sólo facilite ahorros en el pensar.
La escasez puede imponer una solución impropia, y aun antieconómica para la sociedad
en su conjunto, aunque sea la más adecuada a los medios de que se disponga. Y con fre-
cuencia, de la obligada repetición de soluciones de pobre se mantiene o aun se aumenta
la pobreza.

4.2. La técnica y la economía.


Tradicionalmente, con técnica se hace referencia a las reglas del arte de ejecu-
tar y realizar que son de aplicación en un campo cualquiera: pintura, teatro o demago-
gia...; pero hoy, casi siempre, la Técnica sólo se refiere a las realizaciones materiales:
máquinas, casas, objetos, etc. ...
En su acepción genérica, la economía estudia la optimización en cualquier
campo: biología, guerra..., de unos medios limitados en busca de un máximo de produc-
ción o de un mínimo de consumo; pero hoy, en su acepción usual, se limita casi exclu-
sivamente a la rentabilidad del capital monetario que hace falta para conseguir un arte-
facto.
La Técnica y la Economía aunque usualmente compatibles, son fundamental-
mente diferentes: el empresario busca ganar dinero, el técnico persigue llevar a cabo un
artefacto. La Economía obliga al promotor a apoyarse en la Técnica; el proyectista se
ajusta, no persigue la Economía. La Técnica acepta las bases económicas, aunque sean
arbitrarias, al igual de las otras leyes humanas, físicas, etc. ... a las que debe atenerse.
Y la convivencia entre ambas no siempre es fácil. Por ejemplo el riesgo técnico
y el riesgo económico no son comparables. Con palabras similares expresamos con-
ceptos diferentes:
- Un error técnico puede repercutir sobre la integridad física de
unas personas ajenas a la toma de decisión;
- Un error económico, sólo repercute sobre el nivel de vida de
quienes participan en la operación.
La Técnica y la Economía estiman de forma diferente: el tiempo, los servicios,
las cualidades de los productos, etc. La primera valora los artefactos por sí mismos, no
El artefacto 51

por su aceptación en el mercado, con un criterio atemporal. Por el contrario, el valor


comercial, y por lo tanto la estimación del artefacto en la Economía, depende de aquí,
hoy y ahora. Los automóviles antiguos durante un tiempo chatarra, vuelven a tener valor
comercial; igual sucede con aparatos de teléfono, piezas de fundición, casas de los pue-
blos, etc. ...
Si los técnicos se supeditan en exceso a "quien paga manda", pueden hacer
concesiones indebidas a la economía. Y el técnico con espíritu de asalariado admite ob-
jetivos absurdos, acepta trabajar sin gente y sin medios, y tolera el desprecio de las con-
diciones mínimas de seguridad. Y el artefacto que se consiga, si se consigue, se resenti-
rá de ello.

4.2.1. Rentabilidad económica del artefacto.


El beneficio que conseguimos de un artefacto, es el balance de las pérdidas y
ganancias que se derivan del servicio en la función que le hemos asignado: vender las
cafeteras puede ser una, y bebernos el café otra.
El objetivo último de una operación industrial es ganar dinero, recuperando
más de lo invertido, con prioridad total a la rentabilidad. Y el artefacto en que se apoya,
"tan bueno como exijan, tan malo como toleren", es tan sólo un estorbo generador de
problemas.
Mas la rentabilidad de una operación, además de a quién deba ser rentable, de-
pende del lapso de tiempo que se considere. Atracar bancos puede ser rentable por un
tiempo para los atracadores.
Si bien la rentabilidad monetaria sólo tiene sentido, objetiva y propiamente, en
las operaciones repetitivas con base a unos recursos inagotables, la ideología comercial
la subjetiviza y la extiende a todo tipo de operaciones.
Por su lado, la Propaganda introduce unos factores psicológicos que dificultan
el centrar la rentabilidad en la utilidad objetiva de un servicio. Al aumentar la importan-
cia de la apariencia, el ruido pasa a mensaje, y las cosas mal realizadas, inútiles, mal di-
señadas, e incluso socialmente nocivas, etc., pueden ofrecer rentabilidad positiva.

4.2.2. La bondad económica.


La bondad económica que la contabilidad pone de manifiesto, está en los nú-
meros finales para el plazo de tiempo que consideremos. La perfección económica, ob-
jetivo inalcanzable, consistiría en unos ingresos de números infinitos para unos gastos
de números nulos.
Ahora bien, la vida económica es una transacción dinámica sobre un desequili-
brio que nunca es el mismo, y cuya medición directa resulta difícil. La determinación de
El artefacto 52

cuál es la posición económica en un momento dado, se lleva a cabo por métodos indi-
rectos a partir de una congelación de la situación sobre el papel, mediante unos balances
y unos cálculos contables, rigurosos, perfectos y precisos, aunque falseados, incomple-
tos y parciales.
Así por ejemplo, la imputación arbitraria de los gastos entre las secciones de
una empresa, puede convertir en rentable una fabricación que de hecho la arruina. Lo
mismo que:
- Un cambio de nombre con efectos contables o fiscales.
- Una orden de cerrar y terminar ahora, con desprecio de los com-
promisos adquiridos.
Aunque aparentemente la economía valore con suma atención y cuidado todas
las partidas imaginables, sólo individúa, pormenoriza y concede importancia, de verdad
y con rigor, a las que tienen o pueden tener un precio.

∑ El signo numérico denota ya una aceptación, y con su aumento, aumenta


de rebote la atención que se presta a la partida contable.

∑ El contenido de las partidas no siempre es claro, y el valor que se conce-


de a un apunte puede depender no tanto de a lo que objetivamente corres-
ponda, cuanto del lugar donde se le asienta.

∑ Y sólo se acepta que figuren entre las partidas:


- lo que es social y ampliamente bien conocido, y
- bajo la forma precisa en que usualmente se le reconoce.
Las tomas de decisiones sobre un proyecto se basan en la rentabilidad econó-
mica de la inversión mediante un análisis de los beneficios, por la aceptación del pro-
ducto por el mercado, apoyado si es preciso por la propaganda. Sólo marginalmente se
tiene en cuenta artefacto y su función, y raras veces se considera la satisfacción social
mediante análisis de valor, estudios de utilidad, etc. de la operación.

4.3. Comentarios al precio de las cosas.


Desde cierto punto de vista, la utilidad de los artefactos es cuestión de precio.
Y sus exigencias y relaciones con las personas y otros artefactos son también precios:
sueldos y costes.
Mas, precios hay muchos. Y es mucha su variabilidad y muchas sus interpreta-
ciones. Un análisis elemental nos permite distinguir precios de: obtención, rentabilidad
de servicio, venta, apariencia, etc. Que son variables y no necesariamente coincidentes.
El artefacto 53

Con un precio de mercado que es función del lugar y el momento, y componenda de


todos ellos.
Pese al deseo popular, no hay un verdadero precio de las cosas.
Por otra parte, no todas las cosas tienen siempre precio. No se vende tanto la
cosa como la idea que de ella se hace el comprador. Y la propaganda, al modificar el
valor concedido a muchos productos, contribuye a la desorientación.
Por otro lado, el que lo inútil e inservible tenga un precio y el que se acepte su
compra y venta, se debe a que también la fe y la sensación subjetiva cuentan: las bulas
en su día tuvieron un precio, y lo tienen hoy las entradas de los clubes de moda. En mu-
chos casos, el mismo signo numérico puede ser, por alto o por bajo, el factor decisivo en
la aceptabilidad social.
En la sociedad de consumo, creada por los vendedores e intermediarios, el pre-
cio de coste llega a ser un factor determinante en la fijación de las características de un
artefacto. Y abundan los que sólo han sido proyectados para ser vendibles a un precio
prefijado.

El precio de mercado.
Para nosotros, en proyectos, el precio de mercado indica que hoy y aquí se
puede conseguir un artefacto y el servicio de la función,:
- en unas condiciones determinadas, y
- por medio de un formulismo de trueque conocido.
¿cuáles son los mecanismos de fijación de los precios de mercado, actuales o futuros?.
Difícil responder. En la mayoría de los casos, los precios de mercado de aquí y ahora
derivan de otros precios anteriores que a su vez provienen de unos cálculos contables
sobre otros precios.
Y si las curvas de utilidad sólo dan información de tipo indicativo, tampoco la
mano invisible merece mucha confianza.

∑ La mayor parte de las transacciones comerciales las llevan a cabo perso-


nas sin un gran interés personal en el asunto, y con un dinero que no es el
suyo propio.

∑ Y por falta de auténtica competencia, no siempre es posible hallar valores


de comparación fidedignos.
Dentro del mundo fantasmagórico de los precios, son notables por su irrealidad
los correspondientes al complejo laboratorio sanitario y al complejo industrial militar.
El artefacto 54

4.3.1. Consideraciones sobre los sueldos.


Los sueldos repercuten fuertemente sobre la utilidad de los artefactos. Pese a la
abundancia de tratados políticos, no es posible fijar la contraprestación monetaria del
trabajo humano sin acudir al mercado económico o político. El precio de abrir la puerta
de un coche, quitarse el sombrero, limpiar un par de zapatos, servir una cerveza, llenar
un depósito de gasolina,... depende de la educación, la librea o el uniforme o la fuerza
social de quienes lo cumplen. El precio de las entradas de un partido de fútbol depende
de lo que cobran los futbolistas, que a su vez depende del precio de las entradas: la cali-
dad del juego no depende de ninguna de las dos cosas.
Hay casos claros en que el sueldo esta relacionado con los beneficios extraor-
dinarios que pueden proporcionar los servicios de una determinada persona, el pistolero
en el oeste u hombre público con relaciones sociales; en otros casos se trata de evitar
problemas con propinas, comisiones, sobres, etc.. Pero en muchos casos, los criterios de
valoración son tan arbitrarios como los de los negros en el aprecio de las diferentes pie-
zas de sus abalorios: ¿cuánto debe cobrar una cantante en comparación con una bailari-
na?
Por otro lado, las 24 horas del día transcurren fatalmente y con total indepen-
dencia de lo que uno cobre. Y bien pagado o mal pagado, se haga una cosa u otra, igual
pasará el día, lo cual elimina el auténtico escoger. Y, aunque a muchos les parezca raro,
también hay quién trabaja por nada.
Con frecuencia, el salario de un grupo social, es una manifestación de su poder
frente a los otros, trátese de colegios de arquitectos, o de sindicatos de fontaneros. Y
quedan menospreciados los que carecen de fuerza para imponerse por cuestión de con-
ciencia, enfermeras, o aquellos cuya inacción no provoca contratiempos a corto plazo,
maestros.
Y para terminar, hoy, debido a las fórmulas colectivas de contratación, el suel-
do individual guarda poca relación con la calidad o la cantidad de trabajo que cada uno
lleva a cabo.

4.3.2. Las modas sociales.


Hay quién siente imperiosa necesidad de seguir la moda, aun en contra de sus
intereses económicos, y como resultado hay objetos que no se reducen a dijes y otros
cachivaches femeninos, cuyo precio depende exclusivamente de las modas sociales.
Las personalidades políticas y sociales en los consejos de administración, y los
empleados sin más función que ostentar sus títulos académicos, nos muestran que en el
mundo de los negocios se aprecia la respetabilidad social.
El artefacto 55

También el bluff y la apariencia tienen importancia. De lo contrario ¿por qué


se adquieren equipos y servicios innecesarios o inútiles, tales como: las mesas, sillones
y moquetas de los despachos de muchos directivos; la decoración de los locales de
venta; las eficientes y llamativas secretarias, etc. ...?.
Algunas campañas de propaganda, asistencias a ferias y congresos, etc., no tie-
nen otra finalidad que seguir la moda o dar prestigio a los directivos. Los gastos de re-
presentación no tienen defensa en la Economía: fumar puros de buena marca no mejora
las ideas, y la primera clase de un avión no llega a destino antes que la turista...
Estas y otras situaciones muestran que la sociedad, inconscientemente, no es-
tima únicos ni seguros los criterios de valor de la Economía.

4.4. Los precios en los estudios de rentabilidad.


Los precios de mercado de hoy no nos bastan para determinar la rentabilidad a
lo largo del tiempo. Hace falta disponer de los precios pasados y futuros. El cálculo de
costos proporciona los primeros; los presupuestos y estimaciones, los segundos.
Los precios de mercado de hoy son una realidad incontrovertible; los precios
del pasado, o sea de lo ya realizado, son datos de archivo con seguridad histórica. Los
precios del futuro, por el contrario, son especulaciones sobre unos supuestos básica-
mente inseguros: tensiones comerciales y monetarias, irrupción de nuevas tecnologías,
variaciones en la aceptación social, modas, etc. ... Que la política puede modificar sus-
tancialmente y de forma imprevisible. Aunque tengan un mucho de entelequia, ¡su co-
nocimiento es indispensable tanto para preparar, como para adquirir los artefactos, con-
servarlos o mantenerlos en funcionamiento!.
Los precios de mercado son manifestación de una oferta, y permiten, según se
ha dicho, la comparación actual entre los servicios de unos artefactos con funciones si-
milares:
- más o menos acertada según sean los conocimientos de quien las
hace,
- válida aquí y ahora.
Y aunque no es seguro que las relaciones entre costos y utilidades se manten-
gan en el tiempo, por extrapolación se les da también por válidas para el futuro. Mas si
en las comparaciones de hoy hay seguridad, en las de mañana habrá a lo más confianza.

∑ Por otro lado, el precio de adquisición en el mercado no incluye toda la complejidad


de un artefacto en funcionamiento, con las exigencias de atenciones, reparaciones y ser-
El artefacto 56

vicio a lo largo de su vida, ni la de eliminación final. Es de mayor interés el coste to-


tal del ciclo de vida útil que el precio de compra.

4.4.1. Las estimaciones de los costes.


Llegar a la certeza en la rentabilidad de un artefacto comporta unos estudios
completos y detallados que presuponen conocidos, y ciertos, los valores numéricos de:
función y aceptación por el mercado, exigencias de servicio, capital inmovilizado y cir-
culante, producciones, precios de costo, precios y volumen de ventas, vida de la opera-
ción, etc. .. Datos que es difícil, lento y caro reunir, y que siempre conllevan una parte
importante de incertidumbre.
Reducir la horquilla de error representa más datos, más tiempo para reunirlas, y
más coste de elaboración. En muchos casos, para reducir estos últimos se sustituye un
largo y prolijo proceso de cálculo por unas rápidas estimaciones que proporcionen:
- Para la viabilidad de una implantación fabril, una aproximación
de ±30% en el capital inmovilizado;
- En las decisiones de inversión, una aproximación de ±15%;
Precisiones que se pueden obtener con fórmulas empíricas y números índices, Nichols,
Lang, Nelson, etc., cuando los maneja un experto.

∑ Las estimaciones de rentabilidad, por métodos tales como flujo de caja actualizado,
tasa de rentabilidad interna, etc., permiten las comparaciones entre unas variantes valo-
radas hoy, y unos ratios. Se asientan en la presunción de que el futuro afectará a todas
las evaluaciones por igual. Pero hoy es hoy, y mañana será otro día.
El flujo de caja actualizado y el índice de rentabilidad, acompañados o no de
un análisis de sensibilidad y de unas hojas de ordenador, permiten interpretar datos fia-
bles con apariencia convincente. Mas, considerando que el lanzamiento de un producto
industrial requiere de 3 a 8 años, salta a la vista lo aleatorio de las previsiones económi-
cas. Los cambios en la tecnología, mentalidad laboral, situación de mercado, política
económica, fluctuaciones monetarias, etc. ... las convierten en adivinanzas.
Por otro lado, en las estimaciones económicas no se pueden incluir todas las
alternativas y eventualidades, ¡la horquilla de error las hará inutilizables! Y en conse-
cuencia, pese a lo objetivo de su apariencia, el autor de una estimación:
- al diferenciar e individualizar las opciones a estudiar, y
- al establecer su valoración relativa,
influye consciente o inconscientemente y de una manera decisiva en los resultados que
se van a obtener. Unos resultados que con excesiva frecuencia sólo confirman, con el
apoyo de una jerga, la opinión del jefe.
El artefacto 57

Pese a todo, las estimaciones resultan imprescindibles en la toma de decisio-


nes. Ahora bien, debido a su arbitrariedad, la interpretación tiene tanta o mayor impor-
tancia que los valores numéricos.

4.4.2. Los presupuestos para una oferta.


Un presupuesto es una promesa, que obliga contractualmente, del costo que
tendrá un artefacto a suministrar en un momento predeterminado. Prepararlo requiere
disponer:
- de una buena descripción,
- del conocimiento de cómo se llevará a cabo.
Como raramente se dispone de una lista bien definida de los materiales con sus
precios y tiempos de montaje exactos, usualmente se recurre a números índices y a pre-
cios unitarios promedios de otros casos cuya validez es siempre problemática: ¡los índi-
ces de actualización sólo son seguros en manos de un experto!.
Los artefactos sencillos, máxime cuando se dispone de experiencia sobre otros
similares, permiten presupuestos seguros y ajustados. En los artefactos complejos, o
cuando se entra en contingencias, las cosas se complican, mas pese a las dificultades los
técnicos expertos logran aproximaciones de ± 10%..17

La elaboración de presupuestos, con la estimación de tiempos, precios, contra-


tiempos y riesgos, es clave en la ingeniería económica. Tiene una base empírica y esta-
dística cuya utilización requiere unos calculistas capaces de detectar analogías, efectuar
análisis, realizar comparaciones entre hechos dispares, etc. Y que al tiempo posean un
buen conocimiento de los métodos de producción.
Confeccionar un presupuesto ajustado y acertado es caro. Pero son imprescin-
dibles en la actual organización comercial, si bien:

∑ Encarecen los productos al tener que repartir los costos de preparación de


todos los presupuestos, aceptados o no aceptados.

∑ A veces, incluyen puntos tales como las primas a repartir entre una cama-
rilla influyente; los pagos de unos anteriores servicios, personales o políti-
cos, con un dinero ajeno; el conocimiento de unos apuros del cliente; el in-
centivo para emprender una nueva actividad, etc. ... Cuyo camuflado requie-
re saber mentir con elegancia.

17
Como es natural, si no hay suficiente experiencia previa, las ofertas llave en mano incluyen todos los
posibles contratiempos y percances, con la esperanza de que, suceda lo que suceda, el coste real no supe-
rará al presupuestado.
El artefacto 58

∑ Y en otro orden de cosas, la comparación entre los presupuestos de artefactos dis-


tintos con una misma función, requiere una laboriosa preparación y una abundante in-
formación sobre la capacidad real de las empresas, las características de los productos
ofertados, los servicios realmente requeridos, etc. Con sus especificaciones, garantías
técnicas y económicas, formas de pago, transportes, entrega, seguros, etc.. O sea, re-
quiere haber hecho correctamente la solicitud de oferta.
El presupuesto correcto del artefacto ha de permitir lograr un buen servicio en
la función para unas circunstancias objetivamente dadas. Un pedido mal redactado o
mal adjudicado puede dar lugar a que los detalles de ejecución del artefacto contratado
no tengan más finalidad que la de ajustarse al presupuesto. Con lo cual si bien puede
que haya artefacto, difícilmente habrá una buena prestación de servicio.

4.4.3. Los costos reales.


Se puede calcular, y de hecho se calcula, el costo contable final de un servicio
prestado. Es un precio histórico que requiere la utilización de partes, albaranes, hojas de
cargo, etc. Y cuya representatividad depende de la idoneidad de estos documentos y de
la fiabilidad y veracidad de quienes los cumplimentaron.
Mas, el valor contable de los recursos utilizados, por ejemplo las máquinas
empleadas en la ejecución, raramente coincide con su valor efectivo, con lo cual nor-
malmente el costo contable no coincide con el real. La discrepancia aumenta con la in-
flación, las modificaciones salariales, la intervención del fisco, etc. ... acaecidas durante
el tiempo de ejecución. Y puede llegar a ser total por la imputación arbitraria de unos
costos indirectos.
En todo caso saber lo que costó, no significa necesariamente ni saber lo que
vale, ni saber lo que puede costar realizarlo de nuevo.

4.5. Comentarios a las licencias y royalties.


La inversión industrial persigue beneficios económicos. Ahora bien, el diseño y
construcción de una fábrica, la puesta a punto de un producto, la comprobación de su
bondad y de su aceptación por el mercado, etc., necesita tiempo y puede que, al transcu-
rrir aparezcan situaciones que den lugar a pérdidas en la inversión. Conviene acortar el
tiempo entre la decisión de invertir y el lanzamiento del producto.
El acogerse a productos ya probados, a sistemas de fabricación ya conocidos, y
a empresas con garantía económica y técnica... Evita aventuras y disminuye los riesgos.
El conocimiento práctico de lo que ya se hace, permite disponer de datos fiables sobre
materias primas, mano de obra, reparaciones, rendimientos, etc. Y calcular la rentabili-
El artefacto 59

dad con visos de verosimilitud. Las inversiones, tal vez de menor rentabilidad, serán
de menor riesgo.
Consecuencia de lo expuesto es práctica habitual el adquirir licencias de pro-
ductos cuyos procesos y planos ya están bien resueltos en todos los puntos, y que ofre-
cen seguridad en el cumplimiento del plazo y condiciones de fabricación. Se adquieren
a veces por una cantidad global, más usualmente incluyen royalties en forma de un tanto
unitario por pieza fabricada con un mínimo anual preestablecido, una duración máxima
y un baremo decreciente con los años.
La compra de licencias es consecuencia:
- del alto coste en dinero y en tiempo de la investigación,
- de la inseguridad del éxito,
- de la falta de confianza en el inventor,
- del desarrollo acelerado de la tecnología, etc.
Y en contra de lo que se dice, más ponen de manifiesto la incapacidad de los técnicos
para vender sus ideas, que la falta de visión de los empresarios que compran las licen-
cias en condiciones suficientemente ventajosas para ellos.
El artefacto 60

5. LOS PRODUCTOS INDUSTRIALES.

5.1. La producción industrial.


La producción industrial con aumento de la productividad y reducción de cos-
tos por repartición de la tarea entre varias personas, si bien viene de antiguo (talleres de
cerámica de los griegos o de pintura en el renacimiento), sólo con la divulgación de las
máquinas se ha extendido y ha revolucionado el sistema económico. Y con las máqui-
nas se ha modificado los planteamientos del hacer cosas y se ha generalizado el trabajo
obligatorio y forzoso.
La mentalidad de producción introduce un cambio en la finalidad del hacer. Ya
no se trata de disfrutar de una función mediante el artefacto que se construye, sino de
obtener un artefacto bien determinado, definido por unos condicionantes económicos y
unas especificaciones de composición, todo ello números.
En la producción industrial se trata de conseguir al mínimo coste unos cuerpos
materiales bien determinados, con independencia de cuales sean las funciones que de-
ban soportar. Y fabricarlos es un proceso con unión forzada de hombres y máquinas en
el que:
- La consecución final es el resultado de una organización,
- El logro material es una adición de tareas con origen en una des-
composición inicial y previa de la globalidad en partes,
- Los hombres actúan, en su gran mayoría, sobre unas máquinas si-
guiendo unas instrucciones de las mismas máquinas.
Así las cosas:

∑ La distribución (el reparto) de la labor es una realidad física. Y las diver-


sas tareas de ejecución material empiezan y/o acaban:
- en piezas (tecnología del producto), y
- en operaciones (tecnología del proceso),
El artefacto 61

que son reales e independientes unas de otras, y que llevarán a cabo diferentes
personas en diferentes máquinas.

∑ Los hombres que participan son muchos pero cada uno solo en una pe-
queña parte. Y si conocen el inmediato qué de lo que están haciendo, por lo
general no conocen su final.
La amplia divulgación y aceptación del hacer con división y reparto de una ta-
rea global en otras elementales, sencillas y fáciles, ha facilitado la difusión de la máqui-
na, intermediaria entre la mano y la herramienta. Y a través de ellas, ha permitido un
notable aumento en el volumen, rapidez y precisión de las intervenciones humanas so-
bre el mundo exterior.

∑ La máquina ya no se limita a sustituir a la mano en el manejo de la he-


rramienta sino que, al incorporar también una parte del plan de cómo utili-
zarla, (sólo usa la herramienta de una forma determinada), al condicionar las
elecciones del hombre, también absorbe parte de su autoridad sobre el hacer.

∑ La introducción del robot, nuevo intermediario entre la mano y la máqui-


na que utiliza la herramienta, marca otra disminución tanto en las demandas
de habilidad como en la libertad del hombre ejecutor.
Y con la aparición de la máquina, lo repetitivo goza de ventajas frente a lo sin-
gular. Y aparecen los productos intermedios de serie: tornillos, chapas, chips... Que
permiten una disminución del plazo y del costo de los artefactos en los que entran a
forman parte.
Por su lado, la evolución interactiva y reiterativa de la organización industrial
del trabajo, de las máquinas, y de los productos intermedios están forzando la aparición
de:
- más y nuevas máquinas para producir, y
- más y nuevos artefactos,
Que se caracterizan por la simplicidad de uso, la especificidad de sus demandas y pres-
taciones, y por lo elevado de su complejidad interna.

5.1.1. El producto obtenido y el proceso de fabricación.


Con la producción industrial, el producto deja de ser ejemplar único y pasa a
ser repetición de sí mismo. Nos encontramos con ejemplares idénticos a todos los efec-
tos, todos ellos originales y ninguno de ellos una reproducción. En la medida en que la
fabricación lo permite, son fieles y exactas réplicas de un mismo modelo con una igual-
dad de composición que garantiza la equivalencia funcional.
El artefacto 62

Y con la producción industrial, adquieren importancia los procesos de fabri-


cación que permiten un buen volumen de producción:
- con una reducción en los costos de fabricación, y
- con una garantía de homogeneidad en las medidas y propiedades.
Ahora bien, la similitud entre productos (y/o sus componentes) nunca será
completa debido a la variabilidad propia de la ejecución. Y las tolerancias que podremos
aceptar en las características, derivan de las tolerancias que admite el mercado para la
calidad del servicio del artefacto, en cuanto a:
- la homogeneidad en el comportamiento entre unidades de una
misma serie, y
- la estabilidad de cada ejemplar de la serie ante el envejecimiento
y ante las fluctuaciones del medio.

∑ La metodología del proceso industrial presenta una doble vertiente:


- por un lado, la composición y descomposición física del artefacto
en piezas y grupos de piezas,
- por otro, la composición y descomposición de la tarea de cada
pieza en operaciones humanas tipificadas,
Y ambos se resuelven simultáneamente en el proyecto para la fabricación, en vistas a
conseguir una optimización del costo - calidad de servicio del artefacto.

∑ Los continuados avances en la descomposición de las tareas globales dan


lugar a que se disponga de un abundante repertorio de conocimientos que
facilita el llevar a cabo nuevas y muy diversas combinaciones.

∑ Se amplia el campo de aplicación de las piezas y con ellas se facilita la


producción de casi cualquier cosa, lo cual unido al aumento de inteligencia
de las máquinas y organizaciones lleva a que:
- la máquina y la organización adquieran más y más protagonismo
- disminuya la cualificación que ha menester el operador.

5.1.2. Comentarios a la productividad.


El comercio fomenta la competencia entre las formas de obtener los artefactos.
Y con ella adquiere importancia la productividad: más y más producción con reducción
de costos. Ahora bien, podemos diferenciar:
- la productividad de la organización,
- la productividad de las máquinas, y
- la productividad de los hombres.
La productividad de la organización mide, de alguna manera, la eficiencia en
la utilización de los recursos humanos y no humanos. No es una mera adición de las
El artefacto 63

productividades particulares ya que es un resultado directo del comportamiento, las


costumbres, la filosofía, la forma de hacer, la actitud... del colectivo. Persigue la desapa-
rición de lo innecesario en búsqueda de la simplificación. Y va acompañada de una pre-
sión sobre los individuos para conseguir un puntual y correcto actuar, en forma de pre-
mios o castigos, claros u ocultos.
La productividad de la máquina, depende, por su lado de su estado funcional,
y por lo tanto guarda relación con la eficacia de la organización. Pero, y en mucha ma-
yor medida, depende también de la tecnología. Y, por hoy y por ahora, la productividad
de las máquinas parece no tener límites.
La productividad del hombre está relacionada con la cantidad, la calidad y la
oportunidad de sus intervenciones sobre las máquinas. La cantidad tiene que ver con la
rapidez de acción, cualidad física; mientras que la calidad y la oportunidad representan
atención y cuidado, y están ligadas a la formación del hombre y a las ganas que éste
ponga en su trabajo. Unas ganas que en cierta manera y forma están influidas por la or-
ganización, o como mínimo por sus medios de coacción.

∑ Hoy por hoy, es mas fácil aumentar la producción con cambios en las máquinas que
en los hombres, pues si bien la productividad de éstos determina la de aquellas, los lí-
mites en las máquinas son mucho mas elevados.

5.2. Artefactos para compradores.


Como resultado de la producción industrial, nuestro mundo se ha llenado de
artefactos diversos que de alguna manera compiten entre ellos para entrar en servicio. Y
por lo tanto deberán:
- Darse a conocer, diferenciándose entre sí,
- Convencer a los compradores y presuntos usuarios de su bondad
y utilidad;
- Prestar servicio a los usuarios en las circunstancias que estos de-
terminen,
Lo cual representa una oferta de:
- Adecuación al momento y lugar, y
- Estar disponibles.
Al comprador, ante la diversidad de funciones para muchas más ocasiones de
las que podrá aprovechar, corresponde elegir primero una función y después un arte-
facto entre la variedad de los que la ofrecen. Y:
El artefacto 64

∑ Queda al arbitrio del usuario - comprador qué comprar y cómo usarlo. Y de-
cidir si:
- Beberá el ron sólo, en carajillo o en cuba libre… o lo utilizará en
un flameado;
- Beberá champaña en un vaso o en copa;
- Se limpiará los zapatos con cepillo de zapatos, cepillos de ropa o
cepillos de dientes...
∑ Pero civilización industrial por su parte, con independencia de los crite-
rios particulares de cada usuario, exige que los artefactos se usen según unos
criterios de racionalidad económica. De lo contrario, como todo servicio
tiene un coste, el uso empobrece y no hay progreso.

∑ La disminución del coste del servicio para el usuario es un objetivo siempre presente
en nuestra cultura, que se intenta conseguir

∑ por aumento en la complejidad del artefacto y una especialización que


minimice los coste añadidos para el caso particular, o bien

∑ a través de una especialización con simplificación interna y una mayor


sencillez en el uso.
Ya que resulta difícil y molesto para muchas personas:
- enterarse de como usar económica y técnicamente los artefactos,
- adquirir todo el complemento de herramientas que amplia la utili-
zación de unas máquinas,
En la decisión simplicidad versus complejidad del funcionamiento o proceso de
obtención, importa la garantía de homogeneidad del producto resultante, si bien para el
usuario medio el coste del producto prima por lo general sobre la calidad y finura.

5.2.1. Los criterios para la selección de un artefacto.


Los artefactos son esto o aquello, coches o lavadoras. No hay confusión posible
aunque abunden los muy diferentes pero con unas funciones similares (calentadores a
gas o eléctricos), y unas calidades de servicio muy parecidas, (los diversos tipos de ca-
feteras).
Clasificamos los artefactos por funciones, y por lo general no hacemos compa-
raciones entre estas. El usuario se ajusta a unas pautas y no es normal que dude entre
una sandía y un grifo para el agua. Los distingos empiezan en:
- las apariencias externas,
- las diferentes calidades de servicio, y
El artefacto 65

- los precios
de los artefactos con una misma función. El cómo están hechos, raras veces representa
un atractivo, mientras que el coste de adquisición es factor determinante (segmentación
del mercado), muy por delante de las prestaciones.

5.2.2. Las variantes: clases y grados de artefactos


Las diferencias de cualidad: color, tamaño, antigüedad, forma ... Por lo general
no son saltos sino que forman un continuo. Nuestra distinción en clases y grados es ar-
bitraria. Y usualmente distinguimos:
- grados, cuando hay gran artificiosidad en las fronteras, por ejem-
plo en el tono del verde o en la comodidad, y
- clases, cuando la artificiosidad que introducimos es menor, las
clases de peras o de manzanas.
Los grados en una misma cualidad son de alguna manera el resultado de una compara-
ción e incorporan el orden de más a menos.

∑ El artista crea cosas singulares a partir de las características peculiares


del particular material que va a utilizar en el caso. Y está obligado a conocer
a fondo este tronco o este bloque de piedra.

∑ El técnico, para fabricar en serie utiliza unos materiales de una determi-


nada clase y grado. Y considera iguales los que son equivalentes en efecti-
vidad frente a un determinado uso, con olvido de otras muchas propiedades.
Homogeneiza por desprecio de las diferencias.
Cosa parecida sucede con los artefactos, reducimos la amplia diversidad de los
que cumplen una misma función, a una clasificación por clases (vajillas de loza, porce-
lana, duralex...) Y grados (más o menos lujosas).
- Pasamos de lo diferente a lo parecido, a las clases sean de equi-
pos o de materiales: ladrillos, aceros, cementos, motores... Y lue-
go:
- Agrupamos en tipos dentro de aquellas:
La tipificación con todo lo que tenga de arbitraria, ayuda a los usuarios cuyos
limitados conocimientos no les permita hacer buen uso de las diferencias en las propie-
dades. Los productos tipo, (agrupados en clases y grados con unas propiedades mínimas
fijadas por unas normas), permiten sustituir el saber sobre "cómo y cuándo utilizar", por
unas instrucciones “esto se usa en estos casos" al alcance de la medianías. Con la apari-
ción de los materiales tipo, la rutina sustituye a la creación.
En la reducción a tipos no todo son ventajas. Los productos standard que trans-
forman en discreta la diversidad gradual y continua, representan:
El artefacto 66

- un despilfarro, las garantías son valores límites y no se tienen en cuenta


las mayoraciones que presenta la realidad,
- y un desprecio de las otras propiedades
en cada aplicación a un caso particular. Y por ello, el tipo universal, sea un pegamento,
pintura, refractario,... no siempre compite ventajosamente con lo específicamente parti-
cular para el caso.

5.2.3. Las series de producción.


Las piezas y artefactos de serie son ejemplares repetidos de un mismo modelo,
Con unas diferencias, debidas a los accidentes históricos, la variabilidad del proceso de
producción, el desgaste, … dentro de unas tolerancias para las propiedades que son re-
levantes en:
- la intercambiabilidad física entre ellos,
- las prestaciones de servicio que ofrecen, y
- la fiabilidad, estabilidad y garantía de las prestaciones.
Cosa que proporciona homogeneidad a la serie y asegura la equiparación de todos los
ejemplares.

∑ La intercambiabilidad requiere aceptar y someterse a unas tolerancias


en formas y materiales independientes de lotes y de fabricantes. La tecnolo-
gía de fabricación en serie de piezas tipo con sus tolerancias: tornillos, coji-
netes, cubiertas, resistencias, etc., siguen unas normas internacionales de
calidad.

∑ La tipificación no se reduce a las piezas sino que se extiende también a


los artefactos que admiten una ordenación en las prestaciones. Y los moto-
res eléctricos por ejemplo, se nos presentan agrupados en modelos, tipos y
clases, tamaños y grados.

∑ Las máquinas de serie son ensamblajes18 de unas piezas de formas, me-


didas y calidades bien determinadas, y que al ser equivalentes dan lugar a
artefactos funcionalmente equiparables.
La elección entre los diversos modelos de piezas y artefactos para el uso en un
caso particular, tendrá en cuenta las propiedades que inciden en la colocación, inter-
cambiabilidad o sustitución física cuando proceda, aseguren conseguir o mantener la
calidad de servicio deseado, garanticen la duración o estabilidad del sistema en que se
integran por

18
En las cadenas de montaje no hay cabida para los ajustes
El artefacto 67

- la tecnología de fabricación (torno, estampado, fundición...) de las pie-


zas, así como
- las tolerancias de formas, medidas y materiales...
Pero sin olvidar que sobre la estabilidad global del artefacto influye tanto o más el orde-
namiento elegido que la calidad y acabado de las piezas.

∑ Para cada tipo de piezas y artefactos, la fiabilidad y la homogeneidad en las presta-


ciones son objeto de normas.

5.3. Las constricciones del mercado.


Los innumerables bienes y servicios de la civilización industrial forman un
acervo vivo de productos equiparables y en uso activo. Abundan las relaciones de con-
dicionamiento y dependencia no sólo en el aspecto de las demandas y ofertas de servi-
cio, sino también en lo referente al cuerpo material y la misma presencia física de los
artefactos.
El mercado constituye el lugar de encuentro de todos ellos. Y las leyes del
mercado fuerzan un compromiso entre los deseos y conveniencias contrapuestos de las
personas que intervienen en la fabricación y en el uso de los artefactos.
Especialmente para los productos de serie, el mercado es un intermediario im-
personal que, en cierta medida, deforma las relaciones de la producción industrial.

5.3.1. las constricciones para la innovación.


La construcción por piezas si bien facilita la innovación mediante unos nuevos
ensambles de las piezas ya disponibles, al mismo tiempo la supedita a lo que ya hay. Y
las normas que describen las propiedades características de los productos y piezas, con
la misma tipificación las congelan.

∑ Las reparaciones, por ejemplo, mantienen en el mercado las piezas del


modelo original.

∑ Las piezas y las máquinas en uso constriñen al nuevo producto. Por


ejemplo, un nuevo modelo de cubierta para ruedas debe adaptarse a las
llantas actuales; un nuevo modelo de destornillador debe adaptarse a la infi-
nidad de tornillos que ya están colocados; una nueva clavija debe tener en
cuenta los innumerables enchufes, etc.
El artefacto 68

Así las cosas la complejidad de las costumbres, cosas y técnicas en uso, im-
pone a las innovaciones un fuerte respeto a la historia, en forma de normas, privativas
unas de un lugar y sector, mientras que otras superan su origen local y pasan a ser nor-
mas de una administración: conexiones a redes de agua, eléctricas, etc., o de ámbito in-
ternacional.

∑ Las interrelaciones entre piezas y herramientas (no sólo martillos, sierras,


etc., sino también fresadoras, lápices o tractores, etc.), y de ambas con los
artefactos en que se van a utilizar, da origen a unas normas propias.
Y las herramientas creadas para un determinado menester, serán utilizadas
de nuevo cuando de nuevo se presente la ocasión. Si los tornillos Allen die-
ron origen a unas llaves, ésta a su vez han impuesto las formas y medidas de
los nuevos tornillos.

∑ Y debido a la complejidad de los procesos de producción es difícil en-


contrar una máquina o pieza que por una u otra causa no deba sujetarse a
ninguna norma.
Por su lado, la inversión en esfuerzo y tiempo que cada uno de nosotros en
particular ha llevado a cabo para dominar una técnica, genera una oposición encubierta
a la innovación que se aparte de los conocimientos que cada uno de nosotros posee. Y
tanto si se trata de usar como de diseñar. Por ejemplo, el teclado de máquinas de escri-
bir, los electrodomésticos, etc. ...

5.3.2. El mercado, creador y supresor de diversidad.


Las reglas, presiones y costumbres del mercado, junto con el Fisco y las Adua-
nas, a través de la finalidad económica de la producción industrial, dan lugar a que el
continuo de propiedades y apariencias de los materiales, piezas y artefactos se convierta
en discreto, con un bien determinado escalonado.
El mercado fomenta la igualación y, a la par, una diversificación por familias
con ordenaciones de piezas similares, pero en temas y para aplicaciones diferentes.
- Un mismo avión se presenta con diversidad de motores y fusela-
jes.
- Unas mismas soluciones mecánicas en un escalonado de motores
eléctricos.
- Cada forma de tornillos se presenta en un amplio repertorio de
medidas y calidades.
Si la diversidad de la oferta amplia las aplicaciones, y por lo tanto el consumo;
este exige presencia en el mercado, y esta, unas dificultades que aumentan con la varie-
dad. Y cuanto más larga sea una serie en fabricación discontinua más tiempo requiere el
El artefacto 69

vender todos los ejemplares19. De resultas, si bien los artefactos se diversifican para
mejor atender al caso particular, cada tipo por cuestiones de comercialización solo se
presenta en unos determinados tamaños cuyas prestaciones básicas curiosamente siguen
la serie de Fibonacci20.
Así las cosas, en la sociedad de compra - venta, donde se pide y se da, donde
se solicitan unas cosas y se ofrecen otras, se exigen y al tiempo se conceden, la tipifica-
ción permite al fabricante mejorar las condiciones de producción y reducir los costes. Al
plantearse lo que va a fabricar, se ajusta a lo que los otros ya hacen.

∑ Y aparecen las piezas o grupos de piezas polivalentes que se pueden ven-


der para que se utilicen en productos bien diferentes. La construcción de
automóviles por ejemplo, utiliza bloques iguales en modelos distintos.

∑ El comprador para hacer buen uso de las variantes que se le ofrecen, pre-
cisa de una declaración de las cualidades comunes a todas y de las diferen-
cias entre ellas.
Las normas sobre productos, modos de construcción, condiciones de servicio,
etc., facilitan las relaciones entre los fabricantes y los compradores al proporcionarles
un marco de referencia, unas especificaciones y un vocabulario comunes21. Es un código
que simplifica pero unifica.
El orden que introducen las normas conviene a casi todos, pero no agrada ni a
los vendedores ni a la propaganda comercial, tan interesados en distinguirse que sus di-
ferencias a veces sólo consisten en la presentación y en los nombres.

5.3.3. Las constricciones del transporte, envasado y almacenamiento.


Los trenes y los camiones circulan sobre vías y carreteras con túneles, puentes,
etc. Los hechos han convertido las características de la infraestructura en normas a aca-
tar por los usuarios actuales. Cosa parecida sucede con barcos, puentes, canales, grúas
de carga y descarga, vagones, camiones, etc. Y los objetos a transportar se deben some-
ter a sus condiciones.
- Las redes y equipos de transporte marcan unas dimensiones y pe-
sos en los objetos a transportar.

19
Los ejemplares de una serie se compran y se venden de pocos en pocos, y hasta por goteo de unidades.
20
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, .... el siguiente término se consigue por la suma de los dos anteriores.
21
Los video-tapes y los ordenadores personales, ponen en evidencia los inconvenientes de la falta de
Normas.
El artefacto 70

- Las sociedades que lo llevan a cabo, (correos por ejemplo) introducen


otras, como resultado de los hombres que lo llevan a cabo, de las
máquinas de que disponen, etc.
Y muchas de estas condiciones tienen vigencia internacional.
El peso de los sacos viene limitado por la fuerza física del hombres, las medi-
das de los contenedores por el aprovechamiento de los barcos y de los equipos de carga
y descarga, las medidas de los sobres por el estampillado mecánico,...
Por su lado, las circunstancias del transporte y las del almacenamiento, unidas
a las características del producto y a las conveniencias del mercado, dan lugar a unos
embalajes cuyas peculiaridades repercuten normativamente sobre el transporte y el al-
macenamiento, tal es el caso de las cajas: con recubrimiento impermeable, con ganchos
de amarre en puntos predeterminados, a mantener en una posición fija; de las ristras de
ajos, de las cajas de cerveza; de los alimentos congelados, etc.
Considerados bajo otro aspecto, las formas, características y materiales de los
embalajes tampoco gozan de mucha libertad. Si tuvieron su origen en unas exigencias
de protección o en unas formas de uso, algunos ya son costumbre. Las formas de bote-
llas, barriles, etc., Que en su día fueron una consecuencia de los materiales, se mantie-
nen debido al espíritu conservador y al riesgo comercial de modificar la presentación
habitual. Y lo mismo acaece con los tubos de pasta de dientes o con las latas de sardina.
En otro orden de cosas, cada medio de transporte: ferrocarril, camión, etc., Pre-
senta unos percances propios, característicos, ... ¡pero inevitables y seguros!, de los que
sólo se ignora dónde, cuándo y cómo tendrán lugar. Y con la intención de disminuir los
daños:
- sobre las vías de comunicación, los otros usuarios, o los vecinos;
- sobre el equipo de transporte o
- sobre el producto a transportar,
se han creado unos códigos generales sobre mercancías, propios para cada medio de
transporte, de ámbito nacional y/o internacional, que se completan con los particulares
del producto: carnes congeladas o refrigeradas, líquidos inflamables y peligrosos, ex-
plosivos, etc.

5.3.4. Los códigos y reglamentos de calidad.


El actual ordenamiento social favorece al producto mal hecho. El consumidor,
por lo general, es incapaz no sólo de valorar la calidad sino de reconocerla, y no actúa
con fuerza bastante como policía de mercado.

∑ Para evitar consecuencias desagradables al conjunto social, la adminis-


tración pública interviene legislando.
El artefacto 71

El código alimentario defiende la salud pública. El código de la construcción


protege a los ingenuos, el reglamento de baja tensión... Unas veces se refie-
ren a materiales, otras a la ejecución y bondad del trabajo: soldadura, com-
pactación de un terreno, curado de un embutido, etc. En algunos casos la re-
glamentación se limita al producto final.

∑ También hay reglamentaciones sobre productos o servicios cuya calidad


es fácilmente discernible para el más inepto. Se aplican a aquellas situacio-
nes donde por incomodidad o urgencia, la protesta es difícil. Por ejemplo en
las habitaciones de los hoteles, para evitar el que "al ave de paso, garrotazo".
O por cuestiones de fisco.
Las normas sirven de protección a los fabricantes al liberarlos de la responsa-
bilidad sobre materiales, métodos de construcción o fórmulas de cálculo. Y además, al
cuantificar lo imprevisible, dan valores oficiales a los sucesos inciertos trátese de vien-
tos, nevadas o terremotos.
Y sea cual sea su origen, los códigos, reglamentos, normas sobre materiales o
sobre ejecución facilitan la confección de los pliegos de condiciones, y resultan impres-
cindibles en la redacción de los contratos.
Mas no siempre la normativa22 tiene una intencion constructiva. Hay disposi-
ciones sin otra finalidad que dar a conocer la existencia de un organismo, o dar impor-
tancia a un cargo o a una situación. Hay normas creadas por el afán de normalizar, por
gente que confunde causa y efecto.

∑ Mas, si bien las normas provienen de un desarrollo industrial, imponerlas


no crea desarrollo. La industria provoca polución, lo cual engendra normati-
va, pero ésta no crea industria.

∑ En los países subdesarrollados, las disposiciones oficiales que crean unas


situaciones de monopolio en las homologaciones, ensayos, inspecciones,
etc. son, en la mayor parte de los casos, un impuesto social que se paga a
una categoría profesional políticamente activa.

∑ Y en los países industrializados, la norma nacional, al dificultar o impedir


las importaciones, es una forma de protección encubierta.
Las normas preparadas sin intervención de los usuarios, por personas con for-
mación sólo teórica, desconocedoras de la realidad industrial, son por lo general inapli-
cables pese a todos los cuidados tomados en la preparación.

22
En todo caso, una normativa burocrática sin correspondencia con unas reales necesidades de mercado y
sin el apoyo del medio social correspondiente, resulta tan fácil de promulgar como de incumplir para los
grupos de presión.
El artefacto 72

La normativa inadecuada o excesiva encarece los productos. Si se une a la


picaresca, produce una situación social de imposible arreglo.
Ahora bien, no todas las personas que ocupan un puesto de trabajo saben o
quieren desarrollarlo adecuadamente (ignorancia, desidia, mala fe y equivocación), y el
resultado es que los productos del mercado no siguen siempre las normas que han de
cumplir.
Y si el mercado carece de seriedad, si nadie piensa en cumplirlas, las normas
resultan inútiles ya que la Administración pública por si sola no logrará asegurar su
cumplimiento.

5.4. Los catálogos y la propaganda.


Aparentemente, el Mercado ofrece de todo. Los catálogos facilitan información
sobre lo que hay y sus propiedades. Mas están encarados a la venta, no a la compra y
sus mensajes evitan con frecuencia la función referencial demostrativa para incrementar
las otras funciones. Y si a menudo son verídicos, no siempre son completos. Y a veces,
sin garantías ni más razones que la mera propaganda citan cualidades que el producto no
presenta ni puede presentar.
Al utilizarlos como información de compra, es conveniente observar y valorar
no sólo lo que contienen, sino lo que les falta. El saber comprar es una forma del saber.
No basta con reunir información, hay que interpretarla adecuadamente23. El disponer de
una buena red de amigos competentes permite contrastar las afirmaciones comerciales y
da seguridad a la elección.
No hay una autoridad que tenga la obligación de velar por los ingenuos o in-
cautos. El sistema comercial estima que cada uno es el responsable de lo que le haga
hacer su personal ignorancia. La normativa poco incide en el tema.

23
Como los actuales portales web de venta, en muchos casos con grandes listas, pero con poca informa-
ción de detalle ... si bien hay casos y casos.
El artefacto 73
Las personas 1

PARTE 3ª: LAS PERSONAS


El hombre ante la máquina.
Las entidades operativas de la ingeniería.
Las mejoras.
Las instrucciones sobre como proceder.
Las personas 2

PARTE 3ª: LAS PERSONAS 1

1. EL HOMBRE ANTE LA MÁQUINA. 4


1.1. Las motivaciones de la acción. 4
1.1.1. El trabajo obligatorio. 4
1.1.2. El hombre ante la máquina. 5

1.2. El hombre en el sistema productivo. 6


1.2.1. Los operadores directos 7
1.2.2. La organización industrial del trabajo. 7
1.2.3. Los roles y su evaluación. 8

1.3. Las molestias y satisfacciones de un puesto trabajo. 9


1.3.1. La evaluación del bienestar 10
1.3.2. El esfuerzo físico y psíquico de un puesto de trabajo. 10
1.3.3. El estrés en el trabajo. 12

1.4. El malestar 13
1.4.1. La satisfacción por el trabajo. 13
1.4.2. Las responsabilidades del hombre ante la máquina. 14

2. LAS ENTIDADES OPERATIVAS DE LA INGENIERÍA. 16


2.1. De la actuación individual a la colectiva. 16

2.2. Los grupos humanos. 17


2.2.1. El jefe, el individuo y el grupo. 18

2.3. Las entidades operativas. 18


2.3.1. La organización interna. 20
2.3.2. La productividad y racionalidad de una entidad operativa. 21
2.3.3. Coordinación de plazos, calidad, costos. 22

2.4. La integración de los puestos de trabajo en las entidades operativas. 23


2.4.1. Las reticencias de los operadores. 24
2.4.2. Unas limitaciones de la organización. 25

2.5. La diversificación de las empresas 26


2.5.1. Las oficinas internas de ingeniería. 27
2.5.2. Las empresas de ingeniería. 27
2.5.3. Las empresas constructoras y de montaje. 28
2.5.4. Oficinas de ingeniería especializadas. 28

2.6. Las relaciones entre empresas: contratos y subcontratos. 29


Las personas 3

3. LAS MEJORAS. 31
3.1. Un punto básico: las personas 31
3.1.1. Intenciones y deseos frente a voluntad y ganas. 31
3.1.2. La calidad en el actuar, sello personal. 32
3.1.3. La mejora en el hacer personal: experiencia y dedicación. 33

3.2. Los artefactos, una función y un soporte. 33


3.2.1. Comentarios al cuerpo material, intermediario obligado de la función. 34
3.2.2. La calidad del servicio del artefacto. 35
3.2.3. La apariencia del artefacto. 36
3.2.4. El precio de mercado 36

3.3. El perfeccionamiento 37
3.3.1. El artefacto de ahora, compromiso perfectible. 37
3.3.2. Las presiones para las mejoras. 38
3.3.3. Los derroteros equivocados. 39

3.4. Comentarios para los proyectistas: la bondad suficiente. 39


3.4.1. La bondad económica. 40
3.4.2. La perfección tecnocrática. 40
3.4.3. La productividad según el manifiesto de Oslo. 41

3.5. La normativa legal. 42

4. LAS INSTRUCCIONES SOBRE COMO PROCEDER. 43

4.1. Los conocimientos sobre un caso. 43


4.1.1. Las verdades y las creencias. 45
4.1.2. Acción y operación. 45

4.2. La preparación de las instrucciones de cómo proceder. 46

4.3. Las instrucciones para la consecución. 46


4.3.1. Saber lo que sucede. 47
4.3.2. Instrucciones técnicas para proceder a actuar: la adecuación al ejecutor. 48
4.3.3. Exactitud y claridad en el contenido de las instrucciones. 49

4.4. Las instrucciones en la entidad operativa. 50


4.4.1. Diversidad en los flujos de noticias. 52
4.4.2. Las actividades de trabajo y las actividades sociales cotidianas 53
4.4.3. Los canales de información: oficiales y paralelos. 54

4.5. Comentarios al caso específico de proyectos. 54


4.5.1. El uso y abuso de una normativa. 55
Las personas 4

1. EL HOMBRE ANTE LA MÁQUINA.

1.1. Las motivaciones de la acción.


Nuestra organización social mediatiza fuertemente nuestra libertad de elección
en nuestro hacer con la imposición de:
- una obligación de trabajar, y
- unos determinados comportamientos en la vida cotidiana,
En la vida cotidiana, nuestra libertad está muy restringida y nuestras motivaciones para
la acción no corresponden a las del auténtico hombre libre.
Por otro lado, las máquinas superan al hombre en todos los aspectos que eco-
nómicamente importan, extienden su protagonismo a todos los campos, y con máquinas
todo se hace mejor. Y con su continuado uso en el tiempo laboral y en las vacaciones,
en las fábricas y en las casas, en el trabajo y en el ocio, … con la irrupción en nuestra
vida diaria de su autoridad y disciplina en el para qué y el cómo usarlas, están haciendo
desaparecer la poca libertad que nos queda.
Hoy el hombre está ante una máquina en un no siempre retribuido puesto de
trabajo : es el conductor del propio automóvil, ascensorista del propio ascensor, abre-
puertas del propio domicilio, telefonista de las propias llamadas... El vivir cotidiano se
está convirtiendo en un proceso industrial de vivir en el que, al igual que durante el tra-
bajo, nos pasamos el día atendiendo a una u otra máquina.
Y las máquinas no toleran errores, los castigan. Las máquinas se hacen obede-
cer.

1.1.1. El trabajo obligatorio.


La dedicación a unas actividades ineludibles, sean laborales o no laborales,
ocupa en la mayoría de los hombres la mayor parte de su tiempo de vigilia.
Las personas 5

En las sociedades industrializadas, la libertad efectiva en la decisión que ac-


tualmente presenta un trabajo, es cualitativamente muy reducida y difícilmente permite
continuar creyendo:
- que aquel facilita la plenitud de la realización personal, y
- que para cada persona es de interés fundamental la participación
en la organización y el contenido
y por el contrario, cada vez se considera más al trabajo como la imposición externa y el
mal necesario que nos permite:
- vivir y ganarnos la vida
- llevar a cabo cosas más interesantes en nuestro tiempo libre.
En esta opinión, el trabajo en general (pagado o no pagado) y la jornada laboral
en particular podría considerarse tiempo no vivido, un tiempo de nuestra vida que no-
sotros alquilamos a la sociedad, y de cuya utilización hasta cierto punto nos desenten-
demos. El trabajo sería pues una interrupción del tiempo libre del individuo:
- a reducir al mínimo, desde su punto de vista, y
- a utilizar socialmente de la forma más eficiente posible.
Y las cuestiones referentes a la satisfacción en el trabajo tendrían más relación con
nuestros objetivos en la vida que con la tarea o el trabajo en sí.

1.1.2. El hombre ante la máquina.


El hombre, la máquina y el medio en que ambos se encuentran, forman un sis-
tema que tiene:
- una finalidad: la producción dentro de
- una racionalidad: la económica.
La producción pasa a ser la razón última y piedra de toque de las decisiones
que se toman, y de las acciones que se emprenden. Y la racionalidad económica conce-
de autoridad definitiva a la productividad y a la rentabilidad.
De los tres componentes del sistema: hombre, máquina y ambiente el hombre
es el más endeble. Las tensiones de las interacciones le descomponen mental o física-
mente antes que a los otros componentes. El medio que forma parte del sistema y que
repercute sobre el hombre, incluye factores:

∑ físicos: fuerzas y movimientos (aceleraciones, vibraciones, ruidos, explo-


siones); condiciones térmicas (frío, calor, humedad); agentes químicos (pro-
ductos tóxicos y nocivos); energías (radiaciones, luz, campos electromagné-
ticos); situación barométrica y meteorológica, etc.

∑ psicosociales ocupacionales: Horarios de trabajo, turnos y períodos de


descanso; exigencias de la tarea y de los procedimientos con sus requisitos
Las personas 6

de destreza; situación de riesgo y seguridad; relaciones con los supervisores,


mandos y colaterales y las

∑ psicosociales, tales como: la procedencia étnica; el hábitat rural, urbano


o inmigrante; el estilo de vida; las relaciones domésticas y con los iguales,
etc.

Las máquinas
Las máquinas son las protagonistas del sistema. El funcionamiento de cada una
conlleva una asistencia, unos puestos de trabajo y un modo propio de hacer las cosas.
Las máquinas concentran en ellas mismas la iniciativa y habilidad, y el hombre
- usuario está abandonando las actividades de elección y de conducción de aquellas para
pasar a servirlas, atenderlas... Las máquinas ya no son unos órganos exosomáticos que
nos permiten llevar a cabo unas cosas no posibles sin ellas; ahora son unos agentes que
nos obligan a actuar de una determinada manera. No son ya una ayuda, sino un mando.
En la civilización industrial, el sistema hombre-máquina-ambiente está en
evolución. La persecución de un amplio mercado requiere unas máquinas que estén al
alcance de las capacidades efectivas del mayor número posible de hombres, al alcance
de los hombres masa. Y van apareciendo máquinas cada vez más especializadas que co-
nocen mejor que el usuario lo que se debe hacer en el caso y momento: Se corta la ce-
bolla con esto, se pelan las patatas con esto otro, se parte la carne con aquello...

1.2. El hombre en el sistema productivo.


Un sistema productivo esta diseñado por unos hombres, y está formado y con-
ducido por otros hombres, en papeles diferentes:
Los diseñadores conocen y entienden la globalidad. Autores y organizadores
desde fuera, con una lógica externa que dará sentido a las actuaciones puntuales, eligen
y montan las organizaciones, y generan las instrucciones que las harán funcionar.
Los cuadros y los operadores directos en unión con las máquinas forman un
sistema de producción. Los primeros lo conducen, resuelven los conflictos, adaptan las
instrucciones; llegan a tener una visión amplia, aunque limitada al dentro. La visión de
los operadores es parcial y local; al ignorar la finalidad difícilmente pueden asumir las
instrucciones que les obligan; y al desconocer la organización de la que forman parte,
difícilmente puede interesarles. Y ese ni ser ni entender les causa alienación.
Las personas 7

1.2.1. Los operadores directos


Los operadores directos abundan en el mercado. Son polivalentes y fácilmente
susceptibles de entrenamiento. Y ello, unido a las conveniencias de la producción en
masa, lleva a una tipificación de los puestos de trabajo con aparición de hombres esta-
dísticos.
La adaptabilidad del obrero al puesto y su movilidad funcional son la base de la
organización industrial:
- permiten la aparición de nuevos sistemas de producción,
- facilitan los cambios y ajustes en los ya existentes.
La Sociedad supone que, con su libre decisión de estar presente frente a la de
no estar, el operario (sea obrero de fábrica o ama de casa) acepta al mismo tiempo todas
las obligaciones del sistema. Mas no es forzosamente así, pues no tiene auténtica liber-
tad en la elección, y en todo caso el planteamiento y la resolución del sistema producti-
vo desde la racionalidad sustantiva de quienes forman parte de él, difiere del que se lle-
va a cabo desde el punto de vista funcional de la producción económica.

1.2.2. La organización industrial del trabajo.


Definir la palabra trabajo es difícil. Nosotros llamaremos trabajo al esfuerzo,
atención y cuidado que pone el hombre en modificar la realidad exterior. Y al no distin-
guir entre actividades humanas:
- gratuitas, por ejemplo pasear al perro; y
- retribuidas, inspeccionar los billetes de Metro,
no hay diferencia entre el deporte amateur y el profesional, ni hay distinción entre el
quehacer del ama de casa y el de la empleada de hogar.
A todos los tipos de actividades que acepten la definición anterior, se les puede
aplicar una organización industrial, con una metodología para la selección y coordina-
ción de las acciones humanas elementales:

∑ bajo una racionalidad económica que nos obliga a servirnos de las má-
quinas de una forma racionalmente económica;

∑ con una división del trabajo en tareas para las que ya no hacen falta ni
iniciativa ni creatividad.
Y pierden importancia la habilidad y la destreza, y disminuye la necesidad de aprendi-
zaje previo, cualidades escasas las primeras, factor lento y caro el último.
Las personas 8

La mecanización de la vida cotidiana


De hecho, la difusión de las máquinas está extendiendo la lógica productiva
desde la vida laboral a la vida cotidiana. Y al hablar de obrero en el resto del capítulo no
nos referimos necesariamente al tradicional obrero que, por un sueldo, atiende una má-
quina en una fábrica, si no también a quienes, pagando de su bolsillo, hacen uso de las
máquinas expendedoras de cigarrillos.
Vida laboral o vida cotidiana, el hombre que está en un sistema ha de hacer
siempre lo más conveniente para el sistema. En este caso, este destornillador; en este
otro, esta llave; o estos alicates y no otros,… le guste o no le guste, y sepa o no sepa en
qué consiste lo que debe hacer. Las máquinas ya se encargarán de informarle. (Para ce-
rrar con llave, dos vueltas a la derecha)1.
Mas, ni la racionalidad económica, ni los números de producción o los de ren-
tabilidad son valores directamente humanos; resulta difícil el internalizarlos como cosa
propia. (¿Y si a mi me gusta limpiar los zapatos con un cepillo de dientes?). Y, conse-
cuencia de las contradicciones, el sistema que empobrece a quienes no siguen sus ins-
trucciones, aplasta a aquéllos que las siguen.

1.2.3. Los roles y su evaluación.


El papel que se reserva al operario en la organización productiva, es un papel
por lo general simplemente mecánico, en el que se esquiva la creación, se evita la es-
pontaneidad y no se admite la interpretación personal. No contiene emoción. El papel
mecánico del obrero en el sistema de producción no guarda parecido con el papel plásti-
co del actor.
El obrero industrial en particular (y el hombre de la civilización industrial en
general), que de alguna forma está supeditado a la máquina se siente un servidor de la
máquina. Su horizonte es el de la máquina, sin que por ello le interesen (por superarle
en complejidad) los detalles del funcionamiento. La importancia que conceden al puesto
de trabajo, es de alguna manera el reconocimiento de que importa más el lugar ante la
lavadora, torno, televisión, bomba, centrífuga... que la tarea y el objetivo final a llevar a
cabo.
El hombre se somete a la producción a través de la máquina: cadena de auto-
móviles o doméstica plancha eléctrica. Tiene que cumplir unas funciones (poner aceite
o... lavarse los dientes) en un lugar, tiempo y circunstancias bien determinadas... no por
él sino por la producción, por el programa y por la máquina. Debe atender, conducir,
cuidar, coordinar... unas máquinas que llevan su propia marcha y emiten sus propias se-
1
Al analizar el rol del diseño en la construcción de sistemas técnicos, la Teoría de la Actividad intenta
romper este cierre. Engeström, Yrjö; Miettinen, Reijo; y, Punamäki, Raija-Leena. (1999). Perspectives on
activity theory. Cambridge-UK:Cambridge University Press. 463 pp.
Las personas 9

ñales y órdenes. Y debe intervenir sólo cuando pertoca, de acuerdo con unas ordenanzas
que son unas tablas completas y muy estrictas de todo cuanto debe hacer y no hacer.
Mas la producción objetiva del sistema: botellas/hora o Tm/año, se traduce con
dificultad en un objetivo social o en una emoción. Y al resultar difícil asumirla como
cosa propia, (toneladas brutas botadas o coches producidos), se tiende a segregar la jor-
nada laboral en un aparte del tiempo de vida y carente de sentido.
Con la no integración, aparece el desentenderse. Y en el puesto de trabajo, del
estar y soñar se pasa al estar y hacer otra cosa. Al estar y leer. Y del llegar después y
marchar antes, al desaparecer, y al chismorreo y vida social,... o a la actividad sindical.
En el caso especifico del obrero industrial, la conciencia de su fácil adaptabili-
dad al sistema productivo y de su movilidad dentro de éste le fomentan además:
- la inseguridad, y
- la falta de confianza en sí mismo,
al llevarle al convencimiento de su no importancia como individuo ya que un otro cual-
quiera puede cubrir su puesto con tal que este dispuesto a aceptarlo.

1.3. Las molestias y satisfacciones de un puesto trabajo.


Las satisfacciones y molestias que puede proporcionar el trabajo ante la má-
quina, están relacionadas con el contenido, el contexto y las necesidades de quien lo lle-
va a cabo.
El contenido del trabajo, determina las cualidades de destreza, percepción y
coordinación motora necesarias para la acción física, así como la educación e inteligen-
cia que son menester en las respuestas que requieran creación o flexibilidad .
El contexto está formado por las contraprestaciones económicas, el lugar donde
se lleva a cabo, la naturaleza de la tarea, la bondad y adecuación del equipo, etc.
Las necesidades de quien ocupa el puesto, se corresponden de alguna manera
con los impulsos para actuar que en su momento se comentaron, y que se ajustan a los
tres niveles descritos por Maslow2:
1er. nivel: deseos heredados relacionados con las necesidades fisiológicas y
orientados hacia la supervivencia. Cubren los apetitos básicos: hambre, sed,
sexo... con formas de satisfacerlos innatas o aprendidas.

2 Maslow, Abraham. (1991). Motivación y personalidad. Madrid-España:Diaz de Santos. 436 pp.


Las personas 10

2º. nivel: deseos no heredados y, hasta cierto punto,. aprendidos y determi-


nados culturalmente. Cubren la apetencia de seguridad que se manifiesta:
por un lado en el deseo de protección y de vivir libres de miedo, lo que lleva
a una organizada estructura social de ley y orden; por otro, a la búsqueda de
amor, afecto, sentimiento de identidad de grupo y pertenencia al mismo.
3er. nivel: deseos relacionados con la autoestimación. Persiguen conseguir
la seguridad en uno mismo, la confianza y el dominio de las circunstancias,
se manifiesta en la satisfacción por los éxitos, y llevan a la apetencia de re-
putación y prestigio. Este nivel incluye también los deseos de desarrollo o
progreso personal, y de ver convertidos en realidad los ideales propios.

1.3.1. La evaluación del bienestar


Como puede verse, la mayor parte de satisfacciones o insatisfacciones tienen
un origen social y corresponden a los niveles 2 y 3 antes mencionados, por lo demás
guardan poca relación con las máquinas o con lo que en ellas se hace. Y el trabajo que
se lleva a cabo por obligación o coacción social, cubre hasta cierto punto el primer ni-
vel, una parte del segundo y sólo algunos aspectos del tercero.
Y en consecuencia, un determinado trabajo en particular presentará:

∑ Unos componentes positivos productores de satisfacción en: las posibili-


dades de progreso y promoción, el reconocimiento del propio valor, la res-
ponsabilidad, el crecimiento de la personalidad,... y en la naturaleza del tra-
bajo en sí mismo.

∑ Unos componentes negativos productores de insatisfacción: en las condi-


ciones y amenidades del trabajo, las disposiciones administrativas, las rela-
ciones con los superiores, la competencia de los supervisores, la paga, la se-
guridad en el empleo, las relaciones con los iguales...

1.3.2. El esfuerzo físico y psíquico de un puesto de trabajo.


El obrero industrial ante la máquina, cualquier máquina, está sometido a y pen-
diente de:
- la marcha y señales de la máquina,
- las ordenanzas, y
- sus propias intervenciones,
estas últimas a su vez vienen marcadas por las ordenanzas y por la marcha y señales de
la máquina.
Las personas 11

Las órdenes, señales y ritmos no son los propios de las personas humanas. La
obligación de adaptarse a ellos fija de alguna forma las cualidades mínimas de los ope-
radores, y con estas se introduce una tipificación de los puestos de trabajo.
La frecuencia, tipo y volumen de las señales (indicadores, medidores, alarmas
luminosa o sonoras), determinan unas capacidades físicas o fisiológicas; la prontitud,
precisión, fuerza... en las acciones humanas (pedal de freno, movimiento del volante),
fijan otras; la interpretación de las ordenanzas, el que éstas sean simples o complejas,
abiertas o cerradas, precisas... determinan los mínimos psicológicos de atención, capa-
cidad y habilidad intelectual.
Y la obligación de acertar, unida al conocimiento de la posibilidad de yerro,
dan lugar a la carga de responsabilidad.

Las características de un puesto de trabajo


El puesto de trabajo es la conjunción de:

∑ un lugar físico, un espacio bien determinado, una luz, color, calor... bien
precisos,

∑ un tiempo de permanencia que marcará la duración y la presencia con


inexcusabilidad en las ausencias,

∑ una obligación de prestar atención a unas señales: luminosas, acústicas,...


más o menos claras, más o menos tipificadas... que unas veces deberá perci-
bir, diferenciar y reconocer, y otras ignorar,

∑ una obligación de actividad en parte mental - el conocer e interpretar las


ordenanzas - y en parte física: apretar un pulsador o echar carbón a una cal-
dera,

∑ una relación social con quienes ocupan los otros puestos de trabajo,
∑ una responsabilidad personal sobre el cumplimiento de las ordenanzas,
sobre las intervenciones y sobre las consecuencias de las equivocaciones,

∑ una retribución económica o de prestigio resultante del desempeño del


puesto,

∑ un bienestar o unas molestias resultantes bien del estar en el puesto,


(guarda forestal), o bien de lo agradable de lo que allí se elabora, (guardería
infantil),
Las personas 12

∑ unas molestias e inconvenientes personales físicos o fisiológicos ,


∑ una angustia u opresión psíquica producto de la obligación y de las res-
ponsabilidades.

1.3.3. El estrés en el trabajo.


Las señales que el hombre recibe del ambiente, le despiertan, le excitan y le
preparan para actuar. Aparece tensión cuando se presenta una desviación en el ambiente
que no es fácil de corregir, y hay una descompensación entre las demandas del exterior
y la capacidad personal para hacerles frente. La tensión está relacionada con la amenaza
de daño, y viene potenciada por el sentimiento de miedo, ansiedad, culpa, rabia, pena,
depresión, disgusto.
La evolución natural nos ha equipado de unos mecanismos físicos o psíquicos
que nos hacen reaccionar de forma adecuada frente a los cambios externos. Y cuando
son insuficientes, por ejemplo el miedo, los gritos... proporcionan como mínimo una
descarga emocional que nos ayuda a conservar la sanidad personal.
Mas, la aparición de un ambiente artificial cambia en cierta manera las cosas:
seguimos percibiendo las amenazas y el aumento de inseguridad, pero las acciones co-
rrectivas tradicionales ya no les dan alivio.
Está comprobado experimentalmente que hay unos componentes de la tensión
con origen en el ambiente social, físico y psíquico donde se desarrolla el trabajo, mien-
tras que otros están relacionados con la destreza y fuerza que requiere el trabajo en sí
mismo. En ninguno de ambos casos puede incidir el operador
Hoy en día, una apreciable proporción de los operadores directos, a todos los
niveles, llevan a cabo tareas despersonalizadas e inherentemente productoras de tensio-
nes, en unos ambientes restrictivos y socialmente opresivos que derivan
- en malestar personal (o aun enfermedades),
- en desajustes sociales y distorsiones económicas.
La presencia en el puesto de trabajo de cualidades indeseables aumenta la ten-
sión, mientras que la presencia de las deseables la disminuye. Y por lo general hay una
correlación negativa entre las patologías a que las tensiones dan lugar, y el nivel de mo-
tivación en el trabajo.
Pero, en otro orden de cosas, la curva productividad - estrés tiene forma de U
invertida.
Las personas 13

1.4. El malestar
La persecución de la rentabilidad al eliminar lo innecesario, al tipificar y redu-
cir los movimientos desarrolla la monotonía. La estabilidad y constancia del ambiente al
eliminar estímulos externos facilita la inhibición del sistema reticular cerebral con re-
ducción del estado de atención, alerta y vigilancia, y con fomento del aburrimiento y la
fatiga.
De resultas de la organización, las horas de trabajo por lo general se hacen lar-
gas y pesadas. Y no debiera ser así, pues la jornada laboral representa demasiadas horas
de la vida para que el ocupar un puesto de trabajo no sea, en sí mismo, una fuente de
bienestar.

∑ Hay una tendencia errónea a confundir el esfuerzo físico con la molestia


laboral. Pero no es seguro que el bienestar se halle en el no hacer.

∑ Se da por sentado que al disminuir la dificultad y el esfuerzo que requie-


re una acción, al disminuir su llamémosle incomodidad desaparecerá la re-
sistencia a llevarla a cabo. Mas la comodidad no radica tanto en la acción en
sí misma cuanto en la libertad personal sobre la decisión en el tiempo y
modo de llevarla a cabo.
La molestia del cocinar, el lavar la ropa, el trabajar en una cadena de montaje,
etc., más proviene de la forzada imposición de las circunstancias que de la cosa en sí.
Los pescadores de caña, cazadores, excursionistas, choferes domingueros, asistentes a
bailes, turistas de vacaciones, etc., llevan a cabo, - voluntariamente y por gusto -, accio-
nes duras, pesadas, agotadoras y esencialmente incómodas... mientras que la mayoría de
quienes trabajan por un sueldo no lo hacen a gusto.

1.4.1. La satisfacción por el trabajo.


En este orden de ideas, llamaremos satisfacción por el trabajo a la sensación
personal y subjetiva que siente el operador ante una situación que considera a su favor
debido a que los beneficios que le reporta, superan a los inconvenientes por un margen
suficiente.
Vida laboral o cotidiana, todos somos operarios. Y el planteamiento y resolu-
ción de los sistemas hombres - máquina han de perseguir proporcionarnos esta satisfac-
ción por cuanto es parte importante de nuestra vida.
Y si mediante la aplicación de la ergonomía, sociología, etología y semiótica
se pueden disminuir, sin llegar a anular, los aspectos negativos del trabajo minimizando
las molestias, ello no basta. El puesto de trabajo ante cualquier máquina (televisión, ba-
Las personas 14

rredora, martillo picador), debiera ser una fuente de estímulos agradables y de satisfac-
ciones positivas.
Así las cosas, procede conseguir la humanización del trabajo a través de:
- la ampliación del empleo,
- el enriquecimiento de la tarea,
- la rotación de funciones, etc.
con disciplinas tales como: Estudio del puesto de trabajo, Diseño para el uso, Factores
humanos, Ingeniería humana, Gestión de ambiente.
La tarea no es imposible, las duras condiciones que voluntariamente se eligen
para muchos deportes: vela, escalada, marcha... ponen de manifiesto que el disfrute que
proporciona una situación, no está supeditada a la ausencia total de molestias.
A tenor de lo expuesto, el trabajo ideal sería el que fomentara la cualificación,
desarrollara la habilidad, requiriera creatividad y mantuviera una situación de cambio
continúo que, sin amenazar la homeostasis de la persona, mantuviera despierto su inte-
rés.

1.4.2. Las responsabilidades del hombre ante la máquina.


El obrero industrial tiene una visión parcial de su pequeña parcela de hacer, y
una responsabilidad total, asumida o no asumida, sobre la consecuencia final de sus
aciertos y errores. El guardagujas que mueve las palancas de su cuadro manda los trenes
a un destino que desconoce.
La responsabilidad inmediata de quien ocupa un puesto ante una máquina, se
limita al cumplimiento de las ordenanzas propias del puesto que, por lo general, sólo
exigen el llevar a cabo unas acciones simples: apretar una tuerca, rellenar un caldero,
girar un mando, desplazar una palanca... Ahora bien, del apretar o no apretar el botón a
su debido tiempo pueden seguirse consecuencias (voladura del edificio) cuya gravedad
no guarda relación con la del yerro. Caso de las torres de control de los aeropuertos, del
transporte de explosivos, de las cocinas de gas...
Por lo demás, el hombre normal no es capaz de prestar - a lo largo de toda una
jornada laboral - una atención absoluta, continuada y constante a detalles sin atractivo
humano: los estímulos monótonos le aburren y no es seguro que le despierten la reac-
ción prevista. Y, ¡No son fallo de operador humano los accidentes resultantes de situa-
ciones carentes de atractivo, o que requieren un observador constantemente en alerta!.
El dicho, "los choferes de París no están dotados de tres ojos, luego no existe un Dios
infinitamente previsor", más bien indica que la estupidez de los urbanistas y de los
constructores de automóviles no tiene límites.
Las personas 15

Las personas adecuadas


En nuestra civilización no está claro si la formación a exigir para cubrir un
puesto ha de ser la correspondiente a la dificultad directa y real en el hacer (caso del
chofer de autobús), o al de la magnitud de las consecuencias de los errores (caso del pi-
loto de avión). La sociedad industrial, al no exigir una compensación por los desastres,
lleva a clasificar los puestos de trabajo más por las dificultades que por las consecuen-
cias.
Y cambiando de enfoque, la civilización industrial confía en la buena disposi-
ción hacia la organización y en el interés en cumplir por parte de sus empleados.

∑ Da por válido que, al margen de premios y de castigos, los empleados


cumplirán si no más por presiones socioculturales o por ética personal.

∑ Mas, los rápidos cambios en los valores sociales y personales no dan base
para confiar que hoy, y menos aun en el futuro, se seguirán voluntaria y ma-
yoritariamente las instrucciones que correspondan a un puesto de trabajo.
Así las cosas, hay que prever, ya desde el diseño, la forma de detectar de inmediato los
incumplimientos, antes de que unas tal vez graves consecuencias lo pongan de mani-
fiesto.
Por otro lado, sea cual sea su origen, es seguro que al transcurrir el tiempo se
cometerán errores en el trabajo. Voluntarios o no, no importa. Pero en ningún caso de-
ben repercutir gravemente en la integridad física del operario, o de la instalación, o de
los circundantes.
Y errores, omisiones o …. voluntarios o no voluntarios, para reducir el número
de accidentes y la gravedad de las consecuencias conviene aplicar. Seguridad en el tra-
bajo, Análisis de riesgo, Evaluación de consecuencias... al diseño de los puestos de tra-
bajo. De todos los puestos de trabajo, estén en las fábricas y en las líneas de producción,
o estén en los domicilios particulares y correspondan al ocio.
Las personas 16

2. LAS ENTIDADES OPERATIVAS DE LA INGENIERÍA.

2.1. De la actuación individual a la colectiva.


Conseguir un objetivo no puede tomar demasiado tiempo de nuestra Vida, mas
por otro lado, es difícil encontrar ayuda en los otros al no abundar los hombres bien do-
tados para el pensar y actuar con un dominio simultáneo de la Ciencia y la Técnica,
¿Cómo enfrentarse pues a proyectos de buen tamaño y complejidad?. La Ingeniería que
encuentra su eficiencia en lo grandioso y complejo, ha logrado superar estos inconve-
nientes.

∑ En las obras y montajes de los grandes centros industriales, aeropuertos,


etc. .., en los que el hombre, por pequeño y por falto de diversidad, ya no es
unidad de uso y en los que tan sólo la cobertura de las desviaciones en las
estimaciones en hombres/día de trabajo se harían inacabables para un hom-
bre de verdad, hacen aparición los especialistas, tipificados, agrupados y or-
ganizados en entidades operativas.

∑ Y en el proyecto, el empeño individual se transforma en empresa colec-


tiva, y la autoría pasa:
- del individuo, a la cuadrilla o equipo formado para llevar a cabo
una determinada tarea,
- del equipo, al grupo y
- del grupo, a la sociedad organizada para actuar.
∑ Los pasos del individuo al equipo, y de éste a un grupo y a una sociedad,
representan un aumento de la capacidad de actuación. Y van acompañados
de un incremento en la complejidad de una organización que no hace desa-
parecer ni a los equipos ni a los individuos.
La organización transforma al hombre individuo en una fuerza de trabajo ver-
sátil y aditiva que permite llevar a cabo obras fuera de medida humana. Y en aquella,
los hombres son:
Las personas 17

- promotores,
- diseñadores de la organización y de sus procesos,
- directores o supervisores,
- cuadros conductores en sus diversos niveles,
- suministradores de fuerza física y de sensores elementales: em-
pleados de base, monos azules o batas blancas.
La organización lo es todo. Al facilitar la repartición de un trabajo global, po-
tencia la especialización y lleva a una división y distribución de los conocimientos. Y
con la especialización, permite el empleo eficiente del hombre mediocre.

2.2. Los grupos humanos.


Los animales sociales que se defienden o cazan en manada, aceptan indivi-
dualmente unos riesgos que sólo son comprensibles si el grupo es unidad que supera al
individuo. Algo parecido sucede con el hombre, que tampoco actúa por igual en solita-
rio o cuando forma parte de un grupo. Las estimaciones en uno y otro caso de las situa-
ciones, las exigencias de seguridad, la valoración del mérito, etc., así como la motiva-
ción, el interés... son diferentes.
El hombre es social; si solitario, se encuentra incompleto y se siente inseguro.
Busca en el grupo una protección física y psicológica con unos lazos fundados no tanto
en la racionalidad cuanto en la emoción y el sentimiento. Dan cohesión al grupo: la
formación común, los lazos de amistad, la confianza mutua, la fidelidad personal, la fa-
miliaridad que nace de la relación personal directa, etc.3... Y la cohesión del grupo será
diferente según sea la fuerza de estos lazos y según sean los premios y castigos que los
apoyan.
Aunque la motivación del individuo para ingresar en el grupo sean las ventajas
personales, el objetivo del colectivo no se centra tanto en dar una protección, seguri-
dad... directa a sus miembros, sino en conseguir una mayor capacidad de acción que de
forma indirecta proporcione la seguridad deseada. Y la racionalidad de la acción colec-
tiva no se corresponde con la particular de cada miembro. Es de otro orden, entre otras
cosas, por ejemplo, el grupo debe mantenerse como tal, autoconservarse.
Mas, si el individuo con su ingreso se compromete de alguna manera a cumplir
las reglas, a perseguir los fines y a actuar según los intereses del grupo, no siempre los
asume como propios. Y, especialmente en los grupos artificiales, conserva muchas ve-
ces unas finalidades y motivaciones particulares creadoras de potenciales conflictos.

3
'Al parecer, en las culturas latinas la relación directa (adicto personal al Jefe) pierden fuerza cuando se
alcanzan las 100 personas.
Las personas 18

2.2.1. El jefe, el individuo y el grupo.


El grupo bien constituido es una unidad completa. Y el grupo de trabajo en
cuanto unidad de acción - coral de canto o banda de ladrones - necesita de un jefe para
tomar como mínimo las decisiones estratégicas. En los grupos de trabajo mas o menos
artificiales el fundamento del mando está en el éxito final de un actuar que esta basado
en predicciones, y, como la Verdad técnica no depende del número de adeptos, no hay
caso para la democracia, el Jefe impone su decisión personal.
Ahora bien el Jefe no dispone de más autoridad que la que estén dispuestos a
reconocerle quienes libre y voluntariamente componen el grupo. Y, si no sabe mandar,
no será obedecido4. La relación natural y humana de dependencia se asienta en el caris-
ma y calidad personal, espíritu de iniciativa, capacidad de convencer... del jefe, cualida-
des sin relación con los conocimientos técnicos. Y el cuadro que sólo se apoye en éstos
últimos, difícilmente será un auténtico Jefe.
El jefe se debe al grupo y a sus miembros. Nada ni nadie le obligan al mando y
no se puede excusar en nada ni en nadie. Ni la delegación disminuye su responsabilidad.
Obligado a velar por el éxito del grupo, no puede olvidar las necesidades de su gente y
debe darles ocasión de mejorar aunque para el grupo represente el peligro de perderlos,
etc.
El grupo no está a su servicio, sino que él está al servicio del grupo. Y, así por
ejemplo, para no acabar con el grupo deberá;
- retirarse si los resultados que obtiene, no son satisfactorios para
todos,
- evitar que una mafia de adictos opriman a los otros miembros
componentes.

2.3. Las entidades operativas.


Desde siempre ha habido unas funciones sociales cubiertas por unas sociedades
organizadas específicas: Policía, Ejército, Clero, Grandes Obras Públicas (canales de
riego, pirámides, murallas, etc.)5. Unas unidades funcionales que son verdaderas entida-
des sociales y cuyos miembros tienen a orgullo el pertenecer a ellas.

4
Los premios y los castigos ayudan, mas con el abuso, los primero. pierden fuerza; y los segundos degra-
dan la organización y pueden llevar a resultados no buscados (las huelgas). EL despido carece de sentido
cuando el reemplazante se va a comportar como el despedido.

5
Perrow, Charles. (1991). Sociología de las organizaciones . McGraw-Hill. 369 pp.
Las personas 19

Hasta hace poco, sólo un fuerte y común adoctrinamiento garantizaba la con-


cordancia de criterios entre los miembros, superando distancias y dificultades de comu-
nicación. Hoy, la coordinación interna es más fácil. La información viaja rápido, llega a
todas partes y se recibe de todos los lados. Las cadenas de transmisión (órdenes o in-
formación) se acortan. La supervisión se hace más próxima y directa, y puede ir seguida
de una inmediata detección y corrección de los desvíos.
Hoy, la capacidad de actuación de un grupo depende más de la organización, y
menos de su cohesión interna. Y con ello se han multiplicado las entidades dedicadas a
la explotación de situaciones comerciales e industriales.
Pasando a otra cosa, la cohesión de los grupos puede ser muy diversa: manada
de borregos o de lobos; asociación de vecinos o socios de un club de fútbol. Aquí nos
interesamos por las empresas comerciales e industriales en sistemas organizados de
puestos de trabajo cuya finalidad inmediata es un hacer físico (fabricar, entregar, reci-
bir... mercaderías), y cuya cohesión es fundamentalmente de base económica. Con el in-
conveniente de que ésta además de vínculo de unión, puede ser estímulo para el paso de
una entidad a otra. Y facilita sustituir el estar en una, por estar en otra.

Comentarios al aspecto lucrativo


Las sociedades humanas cuyos objetivos y vínculos que sean prioritariamente
económicos, raras veces llegan a ser auténticas unidades sociales. Y presentan unos
subgrupos internos con unos lazos y criterios propios y diferentes.
La finalidad en estas sociedades no presenta la generosa amplitud propia de un
Servicio Social que estaba presente en las primitivas sociedades antes mencionadas, y
sus fuerzas de cohesión son por lo general más débiles. Pero la intención que motiva a
la sociedad ,la construcción de un edificio por ejemplo, continúa superando en calidad a
la de los miembros: el sueldo o la comisión.
Y la contradicción, fuente perpetua de conflictos, de las lógicas del grupo y del
individuo en el aspecto económico puede resumirse en:

∑ la lógica del grupo lleva a obtener unos beneficios para el grupo que le
permitan sobrevivir y desarrollarse dentro del campo de la economía de
mercado,

∑ la lógica del individuo persigue la seguridad en el empleo, la mejora de


sus condiciones de trabajo y la obtención de una justa remuneración,
El compromiso entre ambas lógicas es siempre difícil. En algunos casos, al be-
neficio de los miembros se le concede aberrante prioridad sobre lo que había de ser la
finalidad del grupo. Y éste ya no es lo que parece, se dedica a defenderse, a perpetuar-
se... y de socialmente útil pasa a parasitario. Buena muestra son la burocracia estatal, los
Las personas 20

partidos políticos, el Ejército, la Iglesia, la Universidad y algunas organizaciones indus-


triales...

2.3.1. La organización interna.


La organización que sustenta estructura a una entidad se basa en:
- la división del conocimiento, con las limitaciones en la amplitud
y con el aumento del detalle puntual,
- la división y la distribución de las tareas,
- el reparto de incumbencias, en mando y responsabilidades,
Esta montada en pirámide, con unos organigramas claros, detallados y completos, un
escalonado de niveles de decisión y mando, unos flujos de información (partes y órde-
nes) ascendentes, descendentes y horizontales, y
- unas costumbres, normas, instrucciones... propias de cada enti-
dad, para
- unas acciones que se complementan y no dependen de un querer,
- con un ser humano que dirige la aplicación de las instrucciones
que es muchas veces una persona cualquiera, y a veces hasta un
don nadie.
Y la entidad operativa si la persona solo es jurídica, es más frágil y endeble de
lo que aparenta6. Dispone de conocimientos y capacidades, y, a su manera, hasta adquie-
re experiencia y se mejora. Pero:

∑ en la entidad operativa no son aditivas todas las cualidades individuales


de las personas componentes. En unos pocos casos se potencian, en los más
se mantienen y en algunos se reducen.

∑ Si bien les a asignaremos y reconoceremos: juicio, memoria, sentimien-


tos, conciencia, criterios, responsabilidad, motivaciones... únicas, se trata de
cualidades de la personas que no son ni trasladables, ni aditivas, ni distribu-
tivas.
Y la decisión que una entidad adopte, dependerá de quiénes sean las perso-
nas presentes y ausentes en un momento dado.
Por otro lado, para su actuar, la entidad institucional divide la tarea global en
unas partes con sus responsabilidades, unas partes de las que se van separando más y

6
Si los jefes no poseen personalidad y carisma sino únicamente conocimientos sobre las cosas a hacer y
el cómo hacerlas, la cohesión de la entidad puede ser sólo aparente. O tal vez la razón social solo sea la
envoltura del aire de un globo.
Las personas 21

más partes y responsabilidades hasta llegar a una pormenorización: cortar las maderas,
clavar los clavos, pintar... con unas instrucciones para el personal de base:
- adecuadas a sus capacidades reconocidas
- que en pocos casos está autorizado a modificar,
- para las que sólo tiene conocimientos y sabe aplicarlos en el
campo de su incumbencia,
- que debe cumplir por coacción de la tradición social y de un có-
digo de penas y castigos.
Y para las que no basta con una predisposición a no rehuirlas, sino que es menester un
cierto interés en conocerlas y seguirlas.

2.3.2. La productividad y racionalidad de una entidad operativa.


La productividad en una entidad y en un individuo son cosas diferentes. La
primera ni tiene origen ni se fundamenta en la productividad particular del individuo,
una cualidad que por si misma no es aditiva. La eficacia productiva de una entidad ope-
rativa proviene de:
- una racionalidad en la organización, unida a
- una generalizada disciplina en el puntual y correcto cumplimiento
de las instrucciones.
La productividad y eficacia de la entidad dependen de la bondad de las instruc-
ciones a cumplir y de los conocimientos, de las ganas y diligencia de quienes deban
cumplirlas.

Las deficiencias más habituales


Ahora bien, la jerarquía que concentra la autoridad formal, ni siempre sabe
como ordenar las cosas en vistas a la eficacia productiva ni siempre dispone de la auto-
ridad real suficiente para asegurar el seguimiento de sus órdenes.
Por otro lado, la jerarquía difícilmente concentra toda la información ni logra
distribuirla competente y adecuadamente. Las instrucciones para actuar de que disponen
los miembros, son en muchos casos insuficiente o incompleta. Y si bien las noticias de
información de la vida cotidiana van unidas a una persona portadora que las transmite y
confirma, por el contrario en una entidad operativa:

∑ La información es impersonal. No es de nadie. Se encuentran en infor-


mes, escritos, reglamentos... que, al igual de los peces de un río, no se hacen
presentes de por sí. Y si no puedo desconocer que me duele un pié, o ignorar
las vacaciones de mi vecino, sí que puedo no saber que no funcionan los te-
léfonos de expediciones, pese a los muchos partes que me hayan cursado.
Las personas 22

∑ La memoria y conocimientos de los hechos y cosas son papeles que, si


bien pueden llegar a dossier, difícilmente habrá quien los guarde en la cabe-
za.

∑ Nadie lleva a cabo la síntesis de los conocimientos y desconocimientos


de todas las personas componentes del grupo.

∑ En cuanto agregado de especialistas tiene una especial dificultad en ave-


riguar cuales son sus lagunas de ignorancia.
Por otro lado, la distribución de las responsabilidades en la acción colectiva
es una fuente de problemas. Por ejemplo:
- Personas distintas pueden tener información no concordante so-
bre el contenido de sus funciones.
- A menudo, las repercusiones de unas actuaciones trascienden a
quienes las llevan a cabo, y no se encuentra quien las considera
como cosa propia.
- Cuando hay cambios en el organigrama, como el informarse re-
quiere tiempo, de hecho no hay responsable sobre lo que se está
haciendo.
Finalmente, no hay motivo para creer que, en su actuar, las entidades operati-
vas prescinden de los vicios y las virtudes personales de quienes las forman. No hay por
qué esperar que actúen razonablemente de acuerdo con los intereses colectivos, o en
contra de los individuales7. Sólo en la empresa racional es válido el principio de Peter.
En todas abundan los aprovechados, los fantasmas y los trepadores.
También hay quienes no admiten una responsabilidad por más tiempo que el de
su contrato. Y como, además, la previsión político - social queda reducida escasamente
a un lustro, cada día son más las cosas que se hacen sin sentido.

2.3.3. Coordinación de plazos, calidad, costos.


Para acabar la tarea encomendada a la entidad operativa:
- en la fecha prevista,
- con la calidad adecuada, y
- sin sobrepasar los presupuestos,
todos los participantes deben disponer de una información apropiada y concordante de
cómo y cuándo llevar a cabo las respectivas tareas parciales.

7
Los cuadros son hombres que cooptan a otros cuadros.
Las personas 23

Las técnicas de Programación, tales como Pert y Gantt y similares8, facilitan la


coordinación para el cumplimiento de los plazos. Las estimaciones y los presupuestos
facilitan hasta cierto punto una coordinación con una adecuada distribución de los cos-
tes parciales.
En lo referente a calidad, el problema es mas complejo. En un grupo se inte-
gran hombres con diferentes conocimientos, en un desequilibrio que es causa de fraca-
sos. Para reconocer y eliminar las exigencias innecesarias, las entidades operativas ela-
boran sus propias especificaciones, resumen acumulado de sus experiencias, que facili-
tan la concordancia al proporcionar criterios únicos de valoración.
Resumiendo lo hasta aquí expuesto, la buena marcha de una operación requiere
que quienes intervienen dispongan de la información adecuada en tiempo oportuno, y
que sigan las instrucciones. Ante la inseguridad de que estas lleguen a su destino, y ante
la incertidumbre de si se actuará según corresponde, toda entidad necesita de unos ser-
vicios de supervisión, inspección, policía, etc., encargados de verificar el recibo, la in-
terpretación correcta y el cumplimiento de aquéllas.
Ahora bien ni los inspectores ni el organigramas sirven de mucho, y el colecti-
vo no funciona:

∑ si no hay bastantes personas (mínimo 10%) que, con independencia de su


posición (portero, secretaria...), sientan como cosa propia la actuación co-
lectiva,

∑ si cada una de las personas se responsabiliza solo de un bien determinado


campo, sin interesarse por lo que sucede más allá de sus limites,

∑ si al frente de la operación no hay un Director de suficiente categoría...

2.4. La integración de los puestos de trabajo en las entidades


operativas.
Los conocimientos sobre las tareas que corresponden a un puesto tendrán for-
ma de ordenanzas, instrucciones, normas ...unas veces escritas, explícitas, completas,
conocidas de todos; y, en muchos casos, incompletas, orales, apoyadas en la tradición y
las costumbres, y sólo bien conocidas por algunos.

8
Robertson, Bruce. (1988). How to Draw Charts & Diagrams. Cincinnati-USA:North Light Books. 192
pp.
Las personas 24

En cualquier caso si la información que se recibe no es clara y completa, como


desde un puesto de trabajo:
- no es visible la organización general,
- no hay visión de conjunto sino de parte,
- no es posible descubrir la finalidad,
si se ignora cual es la intención, no tiene sentido lo que se lleva a cabo y con facilidad se
le asigna otro. Y se potencian los errores.
Pero también puede suceder que la responsabilidad que acepta quien está en un
puesto, no coincida con la que corresponda a este puesto en cuyo caso habrá ordenan-
zas, instrucciones, normas que quedarán sin efecto.
Y finalmente hay que considerar que las relaciones personales de jerarquía en-
tre los miembros de una entidad no siempre coinciden con las que fija el organigrama
para los correspondientes puestos de trabajo. En estos casos y si las normas referente al
mando o subordinación no son muy claras, al no ser formalmente susceptibles de modi-
ficación por un cualquiera... fácilmente aparecen conflictos.

∑ En el montaje social actual, las satisfacciones del trabajo se refieren más al disfrute
del empleo (nómina, posición social...) que a la actividad laboral en si misma. ¿Qué se
saca de un trabajo?. Primero y principalmente un salario, después el saberse en cierta
forma protegido como miembro de la sociedad organizada, con posibilidades de ascenso
social en el grupo y en el mundo exterior.

2.4.1. Las reticencias de los operadores.


El punto de vista del empleado de base es forzosamente parcial. Le resulta difí-
cil identificarse con un programa que no conoce, y con una organización que no le tiene
en consideración; y ambos están muy por fuera de su campo. Difícil mente puede parti-
cipar en algo que ya encuentra rígidamente determinado y ordenado. Y siente un notable
desinterés por el cambio, al estar convencido de que nunca le favorecerá. Por demás, la
participación directa y activa en la empresa sólo interesa, a los pocos que gustan de
formar parte de los comités.
Se sabe individuo, pero al exigírsele una movilidad y una adaptabilidad a unas
situaciones cuya razón ignora, se siente colectivo indiferenciado. Por lo general se le
exigen unas cualidades con poco valor social y que no conceden prestigio ante los com-
pañeros. Ya no hace falta habilidad, ya no hace falta iniciativa, ya no hace falta tomar
decisiones ... sino cumplir, cumplir y cumplir, automática y mecánicamente.
No es de extrañar que verdaderamente sólo le importe lo que pueda hacer de
menos, y lo que pueda sacar de más. Y que el resto le tenga sin cuidado. Este intento de
desentenderse de una situación le lleva a la alienación y a la protesta. Y no contra el tra-
Las personas 25

bajo en sí mismo - nadie se atreve a oponerse al progreso -, sino contra el marco en el


que se desarrolla: los cuadros, las condiciones ... por motivos a veces nimios .
El trabajo industrial mayoritariamente se lleva a cabo a disgusto (al parecer,
según encuestas, el 30% esta en contra del suyo), por una coacción social que ya no es
tanto la obligación social de trabajar que todo el mundo predica, como la ineludible
obligación de disponer de dinero. Y no hay motivos para creer que las personas en la
nómina tengan otro interés que el de continuar en ella.
Y así, hoy, la mayoría de las reivindicaciones laborales:
- Una menor dedicación de tiempo; confusión entre el estar pre-
sente y el hacer activo, menos horas a la semana, más vacaciones al
año, adelanto de la jubilación...
- Una reducción de la disciplina: mayor tolerancia con las ausen-
cias y los retrasos; pausas y reuniones... durante la jornada laboral:
Por un lado ponen de manifiesto el descontento frente a la organización del trabajo en
general. Por otro, persiguen la seguridad psíquica que lleva el disponer del empleo co-
mo cosa propia.

2.4.2. Unas limitaciones de la organización.


Según la organización, todo operador debiera actuar de acuerdo y conforme
con la forma y condiciones preestablecidas para cada lugar y función, al margen de sus
gustos y sin posibilidad de cambios idiosincrásicos. Y el mero ocupar el puesto implica-
ría aceptar unas reglas de participación y un orden que no son discutibles caso por caso.
El sentirse parte de una empresa debiera proporcionar la satisfacción suficiente,
al igual que sucede con los socios de un club de fútbol o con los miembros de un partido
político, para cumplir satisfactoriamente los deberes y obligaciones que aquella impone.
Que en nuestro caso pueden resumirse en que la retribución económica ha de la contra-
prestación por parte del operador de un buen y adecuado quehacer de las tareas enco-
mendadas.
Ahora bien, las cosas no son exactamente así en la realidad:

∑ El vínculo económico monetario no tiene magia y rebaja la unión al fi-


jarle un precio. Y en consecuencia, la compensación económica no es de
fuerza suficiente para lograr una unidad auténtica y capaz de asegurar por si
misma el buen cumplimiento del quehacer personal de los componentes.

∑ Cuando las necesidades básicas están cubiertas, el dinero no es una com-


pensación efectiva del aumento de las preocupaciones y de la pérdida de li-
bertad para el operador que se siguen de cualquier actividad laboral. Y la
productividad pasa a segundo termino
Las personas 26

∑ Y en una organización de no contar con más fuentes de satisfacción que


las monetarias, hay que adaptar el contenido y forma de desarrollo de las
actividades, a las condiciones de modo, tiempo, lugar que desean los ejecu-
tores. O será difícil encontrar quien las lleve bien a cabo: por ejemplo las
porterías, los servicios asistenciales de los domingos ...

2.5. La diversificación de las empresas


En respuesta a unas nuevas situaciones y condiciones externas se constituyen
nuevos grupos o entidades operativas para enfrentarse y aprovecharse de aquellas. Y se
adoptan nuevas formas, y se adaptan o desaparecen las antiguas.
En el campo de proyectos es posible diferenciar entre las actividades de ge s-
tión, consulta y auditoria,… con resultados en informes, autorizaciones, … etc. , y hay
entidades dedicadas al planteamiento y resolución, a la construcción o ejecución de pro-
yectos y a la prestación de servicios complementarios. De ellas hablaremos a continua-
ción.

Los promotores
Un promotor no es un gestor. Un emprendedor no siempre es un gerente. Los
grupos solo se forman alrededor de la iniciativa de una persona. Y sin promotor, tal vez
intelectual o técnicamente menos dotado que quienes le rodean, no hay empresa.
Las cualidades personales de los directivos no son las mismas si se trata de
conservar una empresa, que si se trata de introducir en ella cambios e innovaciones. Y
aún menos si se trata de crearla o de ponerla en marcha.

Los consultores.
Las entidades operativas son Unidades artificiales que persiguen el beneficio,
abiertas, y cuya composición y tamaño son resultado de decisiones internas ligada a la
racionalidad de producción y a la rentabilidad económica. Cuando precisan de unos co-
nocimientos que no poseen, en primera instancia y como alternativa válida de la amplia-
ción, pueden acudir9 a unos Consultores externos para que, sin autoridad ejecutiva, les
propongan soluciones10.

9
Para que sea útil no basta con que sepa algo más que quienes le consultan. Procede consultar al más
competente, pero distinguir entre grados no es fácil para quien no sabe.
10
El jefe acepta o no las propuestas bajo su responsabilidad.
Las personas 27

Los consultores usualmente no ofrecen otras garantías que sus palabras y su


fama. Mas, cuando ésta es tan sólo fruto de la propaganda, puede que sus consejos no
por bien recomendados, sean menos erróneos.
En algunos casos se utilizan a los Consultores como Adivinos o Gurús para
deslumbrar a Consejeros o Accionistas; o como fontaneros, para poner arreglo a situa-
ciones a las que no debiera haberse llegado, si las cualidades de los responsables de la
gestión fueran las correspondientes al cargo.

2.5.1. Las oficinas internas de ingeniería.


Cuando hay complejidad en el proceso de producción, cuando los cambios en
la instalación son frecuentes, cuando se utilizan tecnologías variadas... y la colaboración
de especialistas externos es habitual, puede ser rentable incluirlos en la nómina. Y apa-
recen las Oficinas Técnicas de Empresa.
Su conveniencia es discutible y discutida. La rentabilidad es difícil de determi-
nar. No son fáciles de valorar ni los costes ni, a corto plazo, las ventajas que presentan
en cuanto a:
- la rapidez de adaptación al mercado,
- el mantenimiento en las líneas de la evolución,
- la flexibilidad ante la incertidumbre,
Y no es de extrañar que la rentabilidad de una Oficina Técnica esté totalmente
supeditada a la calidad de los componentes puesto que:
- el sentir la Empresa da mayor profundidad a la responsabilidad,
pero no aumenta la capacitación,
- la ausencia de interés en el engaño no garantiza la bondad de un
consejo,
- la práctica diaria perfecciona a los técnicos, pero sin ella pasan a
obsoletos,
- el campo de experiencia que ofrece una particular industria es
restringido,
- el buen conocimiento de la fabricación desaparece cuando se
pierde el contacto directo con las fábricas.

2.5.2. Las empresas de ingeniería.


La instalación de nuevas fabricas presenta unas etapas de proceso, diseño,
evaluaciones, compras, ventas, seguimiento, inspección, montaje, puesta en marcha,
etc., que son operaciones bien diferenciadas y en cierta forma independientes del pro-
ducto a fabricar. La repetitividad bajo metodología similares permite adquirir experien-
cia en cada una de ellas, y ello da lugar a nuevas empresas que al responsabilizarse de
Las personas 28

todas o de algunas de las operaciones mencionadas, facilitan las nuevas innovaciones e


implantaciones.

∑ Algunas de las grandes Empresas de Ingeniería provienen de campos in-


dustriales donde los detalles del procedimiento tienen gran repercusión en la
calidad o el precio del producto final. La Química o el Automóvil por ejem-
plo.

∑ Otras provienen de las grandes obras civiles cuya ingeniería de detalle ha


sido tradicionalmente cosa del constructor.
Hoy, las Ingeniarías dominan el campo de las nuevas instalaciones y son una
valiosa ayuda para las empresas en las que una nueva fábrica (en su mas amplio sentido)
es cosa infrecuente. Y es típico en ellas, la utilización de Normas y Standard internos...
comprobados en anteriores experiencias. Su aplicación asegura resultados como mínimo
aceptables desde un punto de vista estadístico.

2.5.3. Las empresas constructoras y de montaje.


De antiguo se encuentran contratistas dedicados a construir, viviendas por
ejemplo, que disponen de equipos completos de oficios varios: carpinteros, yeseros,
electricistas, fontaneros, etc. La multiplicación de los Centros de producción que reúnen
obra civil, instalaciones auxiliares, redes y acometidas, maquinaria... ha ampliado su
campo de acción. Y hoy en día construir, montar y conservar es una importante activi-
dad industrial.
Superando al constructor y su equipo, aparece la razón social. Y al tiempo una
diversificación en las especialidades: control, iluminación, pintura, tuberías, transportes,
estructuras, etc., que se apartan de las tradicionales y son garantía de bondad.
Las Empresas de Montaje reducen los tiempos, problemas y costes del monta-
je. Ahora bien, los montadores no tienen una visión del funcionamiento de lo que hacen,
y la resolución que proponen puede no ser la que hace falta. Precisa pues disponer tam-
bién de unos supervisores con conocimientos más completos de la totalidad.

2.5.4. Oficinas de ingeniería especializadas.


Cuando las instalaciones de nuevas plantas y las renovaciones de las antiguas
es cosa frecuente, en el mercado aparecen empresas dedicadas a :

∑ La gestión de operaciones puntuales: transportes, despacho de aduanas,


maquinaria de elevación, estudios de mercado, localización de centros,
gestorías, cantinas, etc.
Las personas 29

∑ El suministro de equipos no de serie adecuados a un caso particular: re-


des, climatización, calderas, cementaciones, pintura, iluminación, etc.

∑ La prestación de servicios en tecnologías avanzadas: diseño, comunica-


ciones
Por lo general en un país industrializado hay suministradores de cualquier ser-
vicio: fotografía aérea, pararrayos, enfermerías, protección frente atentados... etc. La
abundancia depende de la amplitud del mercado; y la calidad, de la tradición industrial y
cultural.
Y considerando que el sustituir un servicio por una apariencia es habitual en las
culturas no tecnológicas, es de esperar que en los países pseudoindustrializados abunden
los suministradores con la audacia de la propia ignorancia o la creencia en la ajena. Para
detectarlos no bastan las listas de referencias, y es preciso acudir a los amigos.

2.6. Las relaciones entre empresas: contratos y subcontratos.


Según lo hasta aquí expuesto, la idea de un promotor puede adquirir cuerpo a
través de mercenarios. Le bastará contratar: el planteamiento, la ejecución... bajo unas
fórmulas que, en líneas generales, se reducen a Administración o a Contrata:

∑ La Administración cubre los casos de alquiler de personal (cuadros técni-


cos, oficinistas, operarios...), o de equipo material (grúas, tornos o coches...)
por unidades de tiempo.

∑ La Contrata se basa en el compromiso de abonar


- unas unidades de obra de calidad bien definida, a un precio uni-
tario preestablecido, en las cantidades que resulten de los hechos.
- o unas fábricas, edificios, instalaciones, … completos y acabados
por un tanto alzado.
Como puede suponerse, todo contrato puede dar lugar a otros subcontratos con
la intervención de varias empresas y con la subsiguiente traslado de responsabilidades y
de garantías. Aunque solo será posible trasladar las garantías asumidas por penalizacio-
nes por incumplimiento que sean congruas con el importe del subcontrato.
Los contratos son documentos clave. Enlazan las diversas organizaciones. De-
tallan los servicios que se ofrecen y reciben. Las obligaciones y las garantías. Y la ac-
ción tiene lugar en el marco del contrato11. La letra describe lo que se va a obtener, lo
11
Si bien se dan situaciones en las que el contratado es el dueño del contratante, y el contrato
será infringido, reformado o modificado tantas veces cuantas convenga al primero.
Las personas 30

cristaliza y lo inmoviliza aun antes de su ejecución. Y disminuye la maniobrabilidad.


Aunque quien paga manda, sólo el Contrato es Ley. Sólo tiene importancia el texto fir-
mado, no la idea del promotor.
Los contratos son documentos clave. Deben enumerar y definir con claridad,
sin contradicciones internas:
- la acción,
- sus objetivos y
- los medios que se ofrecen o pueden utilizarse,
- el coste y las formas de pago,
- el plazo
- las garantías
con especificación de los datos de obligado cumplimiento referentes a operación, pro-
ducción, pesos, medidas, condiciones de trabajo... etc. Y es conveniente que también in-
cluyan los criterios sobre: flexibilidad de adaptación, previsión de ampliaciones, intro-
ducción de modificaciones, etc.
En el contrato deben figurar y estar previstas;
- la calidad,
- las eventualidades,
- la responsabilidad sobre los materiales,
- el contenido de la documentación a generar durante la obra,
- las fechas límites para los compromisos finales, parciales, etc.,
- el seguimiento del programa.
En todo caso y para que sea completo, el contrato debe contener disposiciones
sobre:
- las garantías de penalización e incentivos que respaldan el cum-
plir,
- los métodos a utilizar en la medida y la verificación de los pará-
metros garantizados.
Un contrato mal redactado es una fuente de problemas, y para evitárlos es conveniente
consultar a expertos y utilizar contratos tipo ya probados.
Cambiando de tema, como la ética profesional es la ética profesional, diga lo
que diga el contrato, se debe mantener informado a quien paga, de los hallazgos y nove-
dades que vayan apareciendo y que,
- bien permiten mejorar las prestaciones iniciales,
- bien pueden aconsejar la modificación del programa inicial.
Las personas 31

3. LAS MEJORAS.

3.1. Un punto básico: las personas


Al tratar de artefactos, tenemos siempre que tener presente a las personas. Y
nunca debemos marginarlas, pues son personas quienes los aceptan y los usan o los re-
chazan y los abandonan, son personas quienes los proyectan, los fabrican, los mantie-
nen, los desguazan …

3.1.1. Intenciones y deseos frente a voluntad y ganas.


Intentar no es conseguir, ni querer es poder. Para consumar la actuación, para
cumplir hasta el final un programa hacen falta una disciplina y una paciencia, siempre
molestas.
Modificar el mundo exterior nos representa:
- atender a la evolución, o sea aplicarnos en su conocimiento y a
tener en cuenta lo que está acaeciendo; y
- cuidar la ejecución, o sea poner en ella diligencia, atención y so-
licitud.
Y ambas cosas, aunque siempre cansan no siempre bastan. A veces, para que las cosas
salgan bien, habremos de poner sumo cuidado (esmerarnos). Y puede suceder que ni
con todo el cuidado y la habilidad de que somos capaces, con extremarnos en el cum-
plir, consigamos acabar bien el programa.
A veces, la determinación de nuestra voluntad para dominar la Naturaleza no
es suficientemente fuerte para decidirnos al enérgico empleo de nuestra fuerza física, de
nuestro entendimiento y de nuestra misma voluntad. Pero la intención no siempre está
apoyada por:
- las ganas: inclinación o propensión natural, o
- el empeño: exigencia moral o deseo vehemente,
Las personas 32

y por ello los resultados de las actuaciones humanas no siempre alcanzan le bondad que
pudieran.
Y si dominar el mundo exterior siempre requiere un esfuerzo, todo aumento en
la calidad nos representará además un aumento en las molestias. Y los efectivos y fina-
les de las cosas serán un compromiso entre la dificultad objetiva y la verdadera voluntad
o el afán que ponemos en ellas.
Así pues la diligencia que pone un autor en la ejecución de una cosa, el cuidado
para hacerla bien, la solicitud en procurarla y la aplicación en llevarla a cabo marcan
unos límites a la perfección que aquella podrá alcanzar.
De hecho y en la práctica, la actividad laboral sólo está respaldada por una
obligación o exigencia moral que inicialmente ya es de poca fuerza y que la misma ruti-
na va debilitando. Fácilmente lleva a la indiferencia. Y en consecuencia el acabar las
cosas bien no es frecuente. "Pudiendo hacer las cosas mal, ¿por qué hacerlas bien?".

3.1.2. La calidad en el actuar, sello personal.


El hombre se reconoce y se encuentra en el hacer. En los acabados pone de
manifiesto su destreza y su habilidad. Y desea y procura que "lo que el hace" alcance
una bondad.
Ahora bien tanto en lo que se refiere a aspectos como a grado, la bondad míni-
ma que consideramos una necesidad evidente, es diferente, propia y particular para cada
uno de nosotros. Y esta exigencia personal de bondad mínima se mantiene sin grandes
cambios a lo largo de la vida, y se manifiesta objetivamente en los resultados de todas
las actuaciones, - sean voluntarias o productos de la obligación, el miedo, el hambre o el
castigo -, como un sello o impronta del autor.
Consecuencia de los diferentes criterios personales de exigencia, serán dife-
rentes las calidades que conseguirán autores diferentes al hacer la misma cosa a partir de
lo mismo. Y las calidades serán reflejo de sus propios compromisos con respecto a unas
variables que, aun ante el mismo caso, pueden ser diferentes para cada uno de ellos:

∑ Algunas chapuzas reducen al mínimo los desplazamientos físicos de un


autor que utiliza sin limitaciones su tiempo, su ingenio y los recursos que se
hallan en su alrededor inmediato. Otras chapuzas tienen su fundamento en el
"ya basta" o "ya está bien" y minimizan unas veces el esfuerzo moral, otras
el tiempo empleado, pero sin escatimar en materiales,

∑ La Productividad demostración de una interpretación de la eficacia en el


dominio de la Naturaleza, lleva a conseguir la mayor cantidad posible de
objetos dentro de una economía en el uso de los recursos. Mientras que, una
Las personas 33

mentalidad no tecnológica lleva a funciones objetivo en las que tienen pri-


mordial importancia la estética, la sensibilidad, la apariencia...

3.1.3. La mejora en el hacer personal: experiencia y dedicación.


El cuidado en el hacer, la diligencia en ejecutar, la solicitud para obtener... son
unas cualidades propias del individuo con base psicológica. Van ligadas a la cultura, a la
mentalidad y a la actitud frente a la realidad exterior, y por lo tanto son difícilmente
modificables. Y si el saber hacer cosas y los conocimientos sobre la eficiencia de los re-
cursos para lograr efectos determinados, también están ligados al individuo, aumentan
en cambio con la experiencia de éxitos y fracasos. Y este aumento en la habilidad y
destreza que resultan de la práctica, se puede seguir en las obras a lo largo de la vida del
autor.
Considerando las cosas bajo otro aspecto, a igualdad de otras circunstancias, la
bondad que conseguirá el autor para el artefacto también dependerá de los conocimien-
tos que tenga sobre el caso, y, por lo tanto, del tiempo y esfuerzo que dedique a su estu-
dio.
Ahora bien, con el aumento en el saber aumenta también el interés por lo que
se lleva a cabo - sólo los buenos jugadores de ajedrez aprecian una bueno jugada -, y el
afán de perfeccionar lleva a dedicar más tiempo y más esfuerzo para llegar a saber más.
Y este saber más, lleva a un mayor esmero... y a una mayor perfección.
El interés por el trabajo, despierta la crítica de lo que se está consiguiendo, con
ella se depuran los criterios del autor y aparecen el descontento y el inconformismo: Lo
mejor es enemigo de lo bueno. Y es difícil que, una vez acabadas, quede satisfecho de
unas obras que ya sabe como hacerlas mejor.

3.2. Los artefactos, una función y un soporte.


De resultar bien, los artefactos debieran ser la modificación de la Realidad ex-
terior que diera satisfacción a nuestros deseos. Mas los artefactos, más que funciones
son el soporte corpóreo de éstas12 ¡con un precio!, cosas diferentes aunque vayan unidas.
La pura función, solución ideal sólo nos ofrecería ventajas pero el cuerpo que le acom-
paña:
- de difícil conseguir,
- factor limitante de las prestaciones,
- fuente de inconvenientes en el uso,

12
un cuerpo que es la unión de la materia y forma aristotélica.
Las personas 34

es causa de discrepancias entre los deseos y realidades.


El servicio que nos acaba ofreciendo el artefacto real, proviene de unos com-
promisos de ventajas y molestias, tanto en los aspectos de fabricación como en los de
utilización, derivados de las propiedades contrapuestas de la materia.
Con las calidades, expresión del grado de bondad, aceptamos implícitamente la
presencia de imperfecciones, carencias e incumplimientos: "Tiene un agujero pero era el
único que había". La calidad es una evaluación de las condiciones, limitaciones, venta-
jas, molestias e inconvenientes del servicio factual. No de lo función, pues no hay gra-
dos de bondad en la función. Todos los vasos son vasos, y todos los coches, coches.
La evaluación comprende aspectos:

∑ subjetivos, por influencia de las expectativas que el artefacto hubiera le-


vantado, y que acaban en alegre sorpresa o amarga desilusion, (la corbata
que nos regalan),

∑ y objetivos, las prestaciones en más o en menos que ofrece para el caso


con respecto a otros, (esta corbata es más nueva o menos llamativa que las
otras).
Por su lado, tanto las expectativas como las prestaciones tienen unas bases culturales
propias de cada sociedad y de cada individuo: "pero a mí no me gustan las corbatas".

3.2.1. Comentarios al cuerpo material, intermediario obligado de la fun-


ción.
Según se ha indicado, deseamos la función pero nos encontramos con la "cosa
que le da cuerpo" que, por lo general, ha menester de una diligencia, un cuidado, una
solicitud y una aplicación por nuestra parte, específicos y sin relación directa con la
función que deseamos13.
Por ejemplo, el trato a dar al automóvil artefacto: el aire, agua, gasolina... poco
tiene que ver con le función transporte. El acelerar, frenar, guiar.. poco tienen que ver
con los movimientos del pie sobre los pedales o de las manos sobre el volante. Y cuan-
do está aparcado no transporta.
De alguna forma, el cuerpo es un engorro para el cumplimiento de la función.
Si bien nuestra cultura está basada en haber hallado, y en seguir hallando unos
cuerpos cada vez más idóneos para las funciones, nosotros estamos cada vez más intere-

13
Deseamos acceder a información pero nos topamos con los portales de Internet y con las infraestructu-
ras de comunicación, ambos que no van tan bien para permitir el servicio de consulta.
Las personas 35

sados por las funciones y menos en sus cuerpos. Pese al materialismo, preferimos acep-
tar la caja mágica a tener constantemente ante los ojos la complejidad de un funciona-
miento que estamos deseosos de no ver para olvidarlo. Y mientras no lleguemos al "apa-
recer y desaparecer" nos conformamos con el "usar y tirar".
Carenados, hinchables, desmontables... queremos disponer de una función lim-
pia y a mano sólo cuando nos haga falta, aunque sepamos que no hay tal.
El Progreso simplifica el exterior del artefacto a costa de complicar el interior,
simplifica le forma de uso por aumento de la complicación interna, se inclina ante los
tontos.

3.2.2. La calidad del servicio del artefacto.


El servicio que proporciona un artefacto, precisa de un previo conocer por
parte del usuario de la particular forma y manera del cómo, cuándo y para qué usarlo o
no usarlo. Y por consiguiente serán perfeccionamientos del artefacto:

∑ Todo cuanto represente facilidad o comodidad en el actuar físico o mo-


ral de los operadores:
- aplicar menos fuerza o mover menos peso,
- requerir menos atención,
- prescindir de instrucciones.
- disminuir el tiempo de aprendizaje,
∑ Y todo lo que sea simplificar los mandos y evitar errores que pueden
representar un peligro:
- para la operación que se lleve a cabo (quemar la tostada).
- para el artefacto (quemar el motor), o
- para el usuario, (explosión de gas)
Y bajo otros aspectos también lo serán:

∑ El aumento de versatilidad, de forma que una misma cosa sea el soporte


de varios funciones (reloj despertador o utilitario cinco puertas).

∑ El aumento de la disponibilidad, sea por la mayor facilidad en el alma-


cenamiento o en el transporte, o por la reducción en el tiempo de prepara-
ción para la puesta en marcha (tan válido para los paraguas como para las
fotocopiadoras).

∑ Consecuencia de las leyes naturales que se obligan a un deshacer, los artefactos son
perecederos, su duración depende de la idoneidad del soporte de la función para el caso.
Afinándola se logra disminuir la importancia y frecuencia de averías, alargar el tiempo
Las personas 36

medio entre percances, aumentar la vida útil, etc. Que representan también un aumento
de la confianza en el servicio.
Como puede verse, las posibilidades de mejorar el servicio son ilimitadas

3.2.3. La apariencia del artefacto.


Conocemos a los artefactos a través de las cualidades sensibles de su aspecto
exterior.
La apariencia, una composición de las cualidades de la superficie con tal vez
poca o nula relación con la función, incide, - en mayor o menor grado según la cultura -,
en la aceptación o rechazo del artefacto. Y puede ser determinante para la aceptación o
el rechazo de le función misma.
Nosotros apreciamos diversamente las diferentes combinaciones de aspecto,
color, forma, tamaño, olor, textura, … que se nos presentan. En algunos casos tal vez no
se trate de un gusto, sino del reconocimiento inconsciente de unas ventajas o unos in-
convenientes. En todo caso, representa una mejora el potenciar las cualidades externas
que aumentan nuestro bienestar.
El hombre, según nos muestra la historia, pone adornos en sus objetos de uso.
A veces se trata de aplicaciones superficiales, de unos añadidos que son funcionalmente
inútiles. Mas su presencia, si no más, pone de manifiesto un suplemento de cuidado por
parte de quien los hizo; y tal vez esta manifestación de voluntad de cumplir con creces,
de superar los mínimos, de quedar bien, etc. … sea el origen de su atractivo.
Desde el neolítico, la civilización, sigue una marcha ininterrumpida de lo tosco
hacia lo pulido, y aumenta constante y persistentemente el grado de los acabados.

3.2.4. El precio de mercado


El precio entre otras cosas es un reflejo de las dificultades de la fabricación y
montaje de unas piezas hechas con unos materiales.
El precio despareja a los artefactos que en las otras cosas sean iguales. Para el
usuario que los adquiere, el precio es una de sus características más importantes. Es una
medida del sacrificio que deberá hacer para conseguir las ventajas que apetece, su dis-
ponibilidad de fondos marca el límite máximo de sus aspiraciones. Disminuir el precio
y conservar las restantes características es una mejora.
Y las mejoras en los métodos de fabricación, las simplificaciones en el monta-
je... permiten llevarla a cabo.
Se pueden introducir cambios en las calidades, formas, dimensiones y mate-
riales de les piezas con rebajas en el coste. De hecho, la reducción de precios de los au-
Las personas 37

tomóviles, electrodomésticos, aparatos electrónicos... ha ido acompañado de un au-


mento en las prestaciones a través de innovaciones en las piezas.
El estudio detallado de las formas, medidas y materiales de todas y de cada una
de las piezas, en vistas a introducir cambios en ellas y en sus tolerancias para reducir
costos conservando las prestaciones, es de gran importancia en el proyecto.

3.3. El perfeccionamiento
Todo artefacto será a lo más una buena solución para ahora, pero por unas u
otras causas siempre es perfectible.
Por otro lado, con el progreso técnico y económico, las conveniencias de los
usuarios y del hacer industrial pueden encontrar un nuevo compromiso. Y es de esperar
una evolución de mejora en las prestaciones, en la calidad del servicio o en el precio de
los artefactos. Aunque continuar perfeccionádolos tal vez no sea un quehacer objetiva-
mente bueno desde un punto de vista social.

3.3.1. El artefacto de ahora, compromiso perfectible.


Los artefactos de ahora son las soluciones convenientes ahora, para un parti-
cular estado de cosas de ahora, según criterios de quien los construyó o los utiliza.
El colectivo humano va consiguiendo nuevos y mejores artefactos en una supe-
ración de prestaciones que convierte en obsoletos a los anteriores. Cada avance hace
desmerecer lo que ya teníamos. A una mejora en el hormigón le siguen otras en la ce-
rámica. Una mejora en la pintura de las paredes dará lugar a la aparición de nuevos em-
papelados, etc. en una competición que es cuestión de pequeños detalles. El automóvil
de hoy no es el de primeros de siglo: hay otras carreteras, otros combustibles, otros pre-
cios... cada modelo supera el anterior y es superado por el que le seguirá.
La confianza en que el progreso continuará y que va a permitir llevar a cabo de
inmediato lo que ahora todavía no es posible, es un freno para el apuro de las tecnolo-
gías conocidas. Por su lado, las conveniencias de darse a conocer o de disponer de un
nuevo producto en la lucha comercial, fuerzan las prisas. Y, si no por otra cosa, por las
prisas será imperfecto el artefacto actual con el que nosotros nos encontramos.
En la Ingeniería no hay óptimos absolutos, a lo más son circunstanciales, y son
mejorables como mínimo por aplicación de una nueva tecnología que ya nos hace re-
chazar por cortas lo que eran ilusionarias expectativas. Ahora bien, la tecnología tanto
puede resultar inapropiada por escasa como por excesiva, hacer de más es tan malo co-
mo hacer de menos (al igual que en el siete y medio).
Las personas 38

Por otro lado, si el error y la omisión se traducen en una desmejora, su correc-


ción es un perfeccionamiento; y errores y omisiones se cometen muchos. Y todo arte-
facto se puede perfeccionar tanto en el planteamiento como en los detalles:
- de manipulación del mundo material por parte de quienes le darán
cuerpo,
- de la lógica interna que preside el funcionamiento,
- de le lógica externa de la función y servicio,
siguiendo puntos de vista del autor, del constructor o del usuario.
De hecho, los procesos industriales se comportan como si aprendieran, con el
tiempo van mejorando, aumenta la productividad y disminuyen las averías.

3.3.2. Las presiones para las mejoras.


Por lo que vemos, todo artefacto es perfectibles y el que ahora estamos pro-
yectando también lo es. Con toda seguridad, a la corta o a la larga, aparecerá una nueva
y mejor versión debido a:

∑ los técnicos cuya inventiva y sentido crítico les lleva, según hemos visto,
a encontrar nuevas y mejores prestaciones,

∑ la iniciativa empresarial que con los perfeccionamientos se procura nue-


vos triunfos para la competencia comercial,

∑ los compradores en el mercado libre, al decidir que artefactos mantienen


y de cuáles prescinden.
La presión perfeccionadora de la vida industrial es altamente eficaz. Se extien-
de a todos los aspectos antes citados:
- el cuerpo material,
- la calidad del servicio,
- la apariencia del artefacto,
- el precio de coste.
con unas líneas principales de avance que en otros capítulos se tratarán con
más detalle.
Todo aumento de la información y de la cultura de los compradores aumente la
eficiencia de la presión perfeccionadora. Y, de paso, potencia el Desarrollo. El mejora-
miento e innovación es mucho más fuerte en los países desarrollados, donde hay de to-
do, que en los no desarrollados, donde no hay nada.
Las personas 39

3.3.3. Los derroteros equivocados.


En algunos casos, el Progreso industrial se reduce a transformar unos estados
de cosas que representan una pequeña incomodidad y son de acontecer frecuente, en
otras de acontecer más espaciado pero con molestias de mayor envergadura. Las cortas
y frecuentes faltas de agua de una pequeña población, pasarán a ser la fuerte carencia en
una más amplia región.
Así pues, no todas las consecuciones son mejoras, y continuar perfeccionán-
dolas tal vez no sea un quehacer objetivamente bueno.
Por otro lado con el Proyectar se va aprendiendo. Mañana sabremos como ha-
cer mejor las mismas cosas. Y puede suceder que el aumento de los conocimientos pon-
ga de manifiesto lo innecesario de lo que llevábamos a cabo, y, rectificar es de sabios,
que aconseje:
- prescindir de lo ya hecho, y
- continuar por otros derroteros.
Ahora bien el proyectista no es un eremita ni es independiente sino que está
sometido por el dinero, honores o presiones, debilidades. Su criterio aunque quizás sea
el más correcto no es el único. A corto plazo, la Sociedad es juez y árbitro. Por ejemplo,
hay declaraciones de personas y opiniones colectivas y verdades admitidas que no son
criticables, así como unos generales de salón, médicos de pebetero, economistas de pe-
riódico, etc. con autoridad y prestigio reconocidos cuyas frecuentes derrotas, muertes o
fracasos no logran disuadir a sus admiradores.
La Humanidad toma tiempo pera depurar sus juicios, y, mientras no los rectifi-
ca, puede aceptar y acepta absurdos. Mas, la arbitrariedad de los criterios no modifica la
Realidad Exterior, y la calificación no cambia las características de un sucesos. La sen-
tencia equivocada del juez no obliga a cometer el delito.

3.4. Comentarios para los proyectistas: la bondad suficiente.


El aumento de los conocimientos que trae el tiempo, quizás nos permita dar
con una solución mejor. Mas la curva perfeccionamiento - tiempo es asindótica: el per-
feccionamiento adicional es grande al principio y luego disminuye rápido.
La rentabilidad del trabajo invertido en un proyecto de alguna manera cuantifi-
ca unos límites para la bondad suficiente. Se alcanza cuando los nuevos resultados que
se van obteniendo no compensan (según criterio de los que deciden) el aumento de los
recursos empleados en obtenerlos, cosa que de alguna forma queda reflejado en los pre-
cios sombra.
Las personas 40

Usualmente se acepta como idónea un solución que cumpla con suficiencia.


Mas la calificación oficial no se corresponde forzosamente con la idoneidad objetiva. El
juicio de suficiencia es discutible, variable y subjetivo, pero repercute - objetivamente -,
en el artefacto a conseguir.
En la decisión de finalizar se valoran:
- los beneficios que se seguirán del mayor conocimiento, frente a:
- los inconvenientes de mantenerse en la ignorancia,
con unas estimaciones de la incertidumbre y del riesgo basadas en unos criterios subje-
tivos cuyos márgenes de error son muy elevados, y sólo tolerables por ser socialmente
aceptados.
El trabajo para terceros. - con motivación básicamente monetaria -. incluye
unas cláusulas con incentivos y penalizaciones que obligan a dar por terminado el tra-
bajo en cuanto, prescindiendo de cualquier otro criterio, se vea que será aceptado por el
cliente. Se trata de la imperfección aceptable.

3.4.1. La bondad económica.


La finalidad económica monetaria se centra en alcanzar el mayor rendimiento
del dinero (en porcentaje o cantidad), compatible con un riesgo (comercial o penal). La
solución económicamente perfecta es el timo: algo a cambio de nada con sólo un riesgo
penal, pero la moral comercial de la Sociedad Occidental no lo admite.
Según sabemos, los criterios usados en el sistema capitalista para la evaluación
económica están faltos de definición y son poco objetivos. Y una misma solución re-
sulta económicamente buena o mala según el lapso de tiempo que se tome en considera-
ción.
Por su lado, los puntos de vista del promotor ejecutor, proyectista. vendedor o
usuario, no acaban en juicios concordantes ... En el caso del proyectista a sueldo, la so-
lución mejor será por ejemplo la que le proporcione un más rápido ascenso.

3.4.2. La perfección tecnocrática.


La Técnica es un conjunto de procedimientos, no una finalidad. Con ella no se
trata de mandar en la Sociedad, sino de servirla. Y no es un objetivo sino un medio. Mas
los tecnócratas transforman la Técnica en objetivo y la aprovechan para mandar
Los técnicos no son tecnócratas, técnico es un calificativo - como alto, valiente
o sordo- que precisa de una aclaración: en electrónica, pintura, cría de jilgueros, no es
cuestión de saber. El tecnócrata confunde la función con la utilidad del servicio, y sus
obras, al no tener en cuenta las conveniencias, son inhumanas, de un mundo de Ciencia
Ficción, y son inservibles por inutilizables o peligrosas, es cuestión de criterio.
Las personas 41

La perfección tecnocrática extrema los detalles y la ejecución, y en la construc-


ción y en la operación esclaviza al hombre ante la máquina. A veces requiere unos ma-
teriales raros, escasos y de difícil manipulación; otras, ha menester de operarios de tal
capacidad y calidad que son inencontrables; a menudo precisa de un acabado de difícil
consecución. O quizás su manejo es peligroso y de elevado riesgo, etc.. Y frecuente-
mente los recursos invertidos no guardan relación con la utilidad.
La perfección tecnocrática no representa una superación de la bondad técnica
sino otro enfoque. Así por ejemplo, muchas de las armas de guerra: tanques, cohetes,
aviones, etc. de ahora son inutilizables por falta de un objetivo de suficiente precio y
potencia. No se construyen para ser usadas.
Pese a lo obvio de su inutilidad, la mera divulgación de algunos proyectos de
Perfección Tecnocrática lleva muchas veces a su indiscutida aprobación, - principal-
mente si es con cargo a fondos públicos -, ya que su consideración de hitos marcadores
del Progreso les proporciona atractivo político.

3.4.3. La productividad según el manifiesto de Oslo.


Para mantener el Progreso industrial es menester que. si no la mayoría, sí por lo
menos una amplia minoría de los miembros de la sociedad vivan la productividad, y en
base a ella desarrollen su quehacer diario: laboral o no laboral.
Hay una productividad individual y una productividad social. Ambas llevan a
organizar las acciones en un caso las personales y en otro las colectivas, así como los
recursos de que se dispone a fin de hacer cada vez más cosas con menos esfuerzo y con
menores consumos. Mas si bien no hay productividad social si no la hay individual, la
presencia de esta no garantiza aquella.
La productividad según el manifiesto de Oslo es una construcción ideológica
que aspira a proporcionar más y más bienes y servicios para un mayor número de per-
sonas, con un cada vez menor consumo de recursos reales. Es una actitud mental colec-
tiva que proporciona motivaciones para luchar por constantes mejoras en la calidad de
vida material.
Su práctica lleva a la mejora de la productividad total de la empresa por la apli-
cación integrada de habilidades y esfuerzos humanos, capital, tecnología, dirección, in-
formación, energía y otros recursos a fin de mantener aumentos sostenidos en el nivel
de vida de todos.
Las personas 42

3.5. La normativa legal.


Entre los hombres predomina la ignorancia. Ni sabemos lo que deseamos, ni
buscamos lo que nos conviene. Y mientras que para cubrir una ilusión basta un instante,
prestar efectivamente un servicio requiere permanencia. Y así las cosas, suministrar
apariencia es más fácil y económico que producir el objeto idóneo.
No es de extrañar pues que haya y haya habido embaucadores. Los timadores
técnicos ya se daban en la antigüedad (alquimistas) y hoy se han generalizado; el com-
prador difícilmente puede entender en todo lo que compra; y el campo del timo ya sólo
está limitado por la ética del proyectista, fabricante o vendedor.
Por otro lado, puede también darse el caso contrario, y haya quien juzgue téc-
nicamente inapropiados y económicamente inadmisibles, y rechace unos artefactos que
tienen en cuenta muy correctamente unos acaeceres infrecuentes.
Así las cosas, desde siempre han ido apareciendo unas Normas y Reglamentos
con el triple objetivo de: defender al usuario, ayudar al proyectista y dar seguridad a ter-
ceros. Para ello fijan:

∑ unas exigencias de servicio que garantizan el mínimo de funcionamiento


o utilización, y

∑ unas condiciones o unas fórmulas de cálculo que al fijar un tope superior


a los incidentes, marcan los límites de la responsabilidad del proyectista.
Y si las cosas ya fueron de siempre así, las normativas de la Comunidad Euro-
pea están extendiendo los campos de aplicación y están transformando en responsabili-
dades legales sobre las repercusiones sociales del uso de la tecnología, unas responsabi-
lidades que hasta ahora solo fueron éticas. Hoy en día, las muy numerosas disposiciones
sobre lo que está permitido hacer y no hacer y bajo qué circunstancias, forman un cuer-
po de Ingeniería Legal que condiciona cualquier resolución.
Desafortunadamente, pese a las buenas intenciones que les dieron origen, las
Normas, Reglamentos presentan una simplificación formal de la Realidad, recopilan ca-
sos de historia, y son en cierta forma anticuados. Y en algunos casos, llegan a crear un
mundo irreal que se demuestra y confirma en su propia existencia, y que se perpetúa,
separándose cada vez más de le realidad
Por unas u otras causas las Normas, Reglamentos … no siempre pueden se-
guirse ciegamente. El artefacto cuyo criterio central y obsesivo consista en cumplir lo
dispuesto, es muy probable que:
- esté mal resuelto,
- esté en un mundo irreal.
Las personas 43

4. LAS INSTRUCCIONES SOBRE COMO PROCEDER.

4.1. Los conocimientos sobre un caso.


Comprender el caso en su globalidad es una cosa, y es otra muy diferente re-
solverlo bajo un aspecto predeterminado. Acertar con la acción depende de lo que se-
pamos sobre uno y sobre el otro, con unos conocimientos de composición será diferente
según la finalidad, y cuya adecuación más depende de nuestra capacidad de discernir y
de enjuiciar las noticias que de su número.
Saber lo pertinente a un caso no se nos da de natural. Alcanzarlo es una labor
activa que admite método y preparación. Si no hay suerte, toma tiempo y paciencia. Y,
aun con la ayuda de los otros, se nos resiste. El interés de un libro puede radicar en el
único capítulo que no se leyó. Del no saber acerca de una cosa, no nos es dable concluir
que no la hay.
Llegar a tener los conocimientos pertinentes sobre un caso requiere aptitudes y
esfuerzo. Informarse es una actividad personal indelegable, es buscar un no se sabe qué
ni dónde, que se oculta en las limitaciones de quien lo busca. Y es un buen punto de
partida preguntar a quienes pueden saberlo, y consultar revistas y catálogos para for-
mularse luego, con mentalidad abierta, unas preguntas sin respuestas y unas respuestas
sin pregunta.
Buscar los conocimientos que convienen al caso, puede equipararse al despla-
zamiento a oscuras por un lugar desconocido; a seguir la pista del culpable de un crimen
que quizás no se haya cometido, y del que se ignora quien es y si hay un asesinado.
Evidentemente, el saber que uno ya posee, facilita el reconocer lo que verdaderamente
importa, y el cazador detecta la pieza en base a sus conocimientos de la zona, los hábitos
del animal, sus huellas, etc.

Averiguar lo necesario y pertinente


Es difícil averiguar lo que es pertinente. Si lo que importa está en la Realidad
exterior, está mezclado y confundido con otras cosas. Los detalles tanto lo ponen en
Las personas 44

evidencia como lo ocultan, y las sombras tanto descubren como encubren. Si los cacho-
rros de algunos animales y los huevos de algunos pájaros se aprovechan de lo que
muestran para no ser visibles. Lo que figura en muchos catálogos comerciales y en de-
claraciones al Fisco tiene parecida finalidad.
Averiguar y enterarse representa:

∑ Buscar y reunir noticias que tengan sentido;


∑ Seleccionar separando lo esencial de lo accesorio, lo útil de lo inútil:
- y distinguir lo cierto de lo verosímil, lo explícito de lo implícito
y de lo omitido;
- y detectar lo que debiere figurar, y no figura;
∑ E interpretar lo reunido:14 el medio, el mensaje, el fondo, la forma,... pa-
ra transformarlo en conocimiento.

∑ Y, quedarnos con lo pertinente.


Y de forma más o menos amplio y profunda, según merezca el caso, corregi-
mos, extrapolamos, despreciemos o completamos los datos que vamos reuniendo. Los
generalizamos y estructuramos en forma sintetizada y útil: en unos juicios en base de
los cuales actuamos, - ahora ya se cómo abrir esta lata de sardinas o ya estoy en condi-
ciones de dictar sentencia -.
Mas, los juicios, sean de creación nuestra o apropiados, debido a su fondo
subjetivo nunca son del todo verdaderos, y se prestan a confusión y a generalizaciones
abusivas. Y por su lado, las noticias que hemos reunido, por muy verdaderas, válidas y
vigentes, son incompletas. Así las cosas,

∑ La ignorancia de que es lo que desconocemos, quita valor a las conclu-


siones a que nos puedan llevar. Los precios del restaurante ¿Incluyen el pan,
bebidas, postres y servicio?.

∑ Y cuando nuestras noticias son falsas, con ellas lo son los juicios a que
dan lugar.
Por otro lado, el exceso de información no nos deja ver lo evidente.

14
Teniendo presente que la seguridad del mensajero no da valor al mensaje. El aire protector o la aparente
sabiduría del presunto médico con bata blanca, de aire y suficiencia doctoral, no aumenta la calidad del
biolavante que recomienda la T.V.
Las personas 45

4.1.1. Las verdades y las creencias.


Nuestra interpretación de la Realidad exterior no es la Realidad exterior, por un
lado están las cosas y por otro las opiniones o juicios. En la acción entran en contacto, y
con ella aparecen las disparidades.
En lo que puedan tener de contenido objetivo, denominamos verdad a la con-
cordancia de los juicios con la realidad, y falsedad a la no concordancia. Y, desde el
punto de vista de nuestras creencias, los calificamos de ciertos, verosímiles, conjetura-
bles, dudosos y equivocados, si los tenemos por tales.
La Verdad debiera ser evidente, mas debido a distorsiones las noticias que la
trasladan aunque ciertas pueden no ser claras. De todas formas, es difícil que sean del
todo verdad ya que están supeditadas a la humanidad del informador y del informado. Y
por ejemplo, en las historias de fantasmas y de OVNIS, la falsedad radica por lo general
en la interpretación.
No es pues seguro que toda opinión ampliamente extendida sea Verdad, que
unos datos sean verdaderos porque están publicados, o que un producto o servicio tenga
las características que indica el catálogo. Y no hay Autoridad a la que reclamar respon-
sabilidades.
Así las cosas, actuar representará un rudo contraste para nuestros conocimien-
tos. Para acertar hay que saber, y si bien conocer bien y a fondo las cosas es lento y no
está al alcance de todos, por lo general no estamos conformes en aceptar que sea exclu-
sivamente el Azar quien decida lo que vamos a conseguir con nuestro actuar personal.

4.1.2. Acción y operación.


Procede distinguir entre la acción puntual y la acción encuadrada con otras ac-
ciones en una operación de más envergadura y con su propia finalidad. Si bien, llegado
el caso, las diferencias entre ambas pueden quedar reducidas a una inclusión teleológi-
camente forzada del lugar y momento, con declinación de las responsabilidades sobre la
pertinencia.

∑ Para hacerse con los conocimientos para la acción puntual, no siempre


hay que partir de cero. Muchas cosas vienen preparadas y con instrucciones
para un actuar simplificado: calcular un intercambiador, o partir un ladrillo.
Y tampoco hay que saberlo todo a fondo, basta con disponer y saber aplicar
unas recetas de cocina con las formas de cómo proceder que unos sabios han
puesto a punto y las han traducido a acciones corporales.

∑ Y por su lado, para encuadrar la acción en la operación basta con atender


las instrucciones, órdenes,… que de allí dimanan, sobre el dónde y cuándo
aplicar las recetas.
Las personas 46

El campo de las instrucciones previamente preparadas referentes a cómo pro-


ceder es muy amplio. Abarca , en una jerarquía de amplitud decreciente y de detalle
creciente, desde las directivas, recomendaciones e instrucciones genéricas hasta las
órdenes concretas y específicas de un puesto de trabajo en particular para un caso en
particular. Por ejemplo, "estos patrones" para cortar "la tela de este traje".
Pero en todo caso, pese a la división del trabajo, se mantiene la dificultad ini-
cial de encontrar un planteamiento de la operación que sea el adecuado y de tornar una
decisión que incluirá necesariamente las responsabilidades de las consecuencias de to-
das las acciones integrantes de la operación.

4.2. La preparación de las instrucciones de cómo proceder.


La labor es compleja, hay que conocer el caso, dar con una forma de resolverlo
y preparar su resolución. Trátese de poner un enchufe o de arrancar un coche; de matar
marcianos en el vídeo, o de construir un embalse.

∑ Las dificultades se obvian con la sustitución del planteamiento general


del caso por una simplificación del mismo.

∑ Y la aplicación de unas metodologías, equivalentes a unas recetas, que


describen la división de una operación en unas acciones.
La preparación, bajo la autoridad y la responsabilidad de la Jerarquía, de unas
instrucciones para que luego en otro momento se lleven a cabo las actuaciones y prede-
terminadas, es una parte fundamental de un proyecto.
Con la división del Trabajo, los conocimientos que hacen falta para la prepara-
ción de las instrucciones, tienen una extensión y contenido diferentes de los que hacen
falta para aplicarlas con éxito.

4.3. Las instrucciones para la consecución.


La operación de conseguir, el proceso de consecución tiene la causa en su fin, y
la racionalidad en la eficacia. La actuación de un grupo es el resultado de la adición,
más o menos ordenada, de unas acciones individuales a las que concede sentido la in-
tención que preside la ordenación de la consecución.
Y la ordenación es precisamente quien determina y la estructura de cual es el
particular cada quien y el cada qué en cada momento y caso, que permitirá, por ejemplo,
Las personas 47

disponer en el momento conveniente del material para fabricar un tornillo o del dinero
en Caja para pagar las nóminas.

∑ Las actuaciones han de estar definidas y coordinadas.


∑ La autoridad en las actuaciones, sea un alcalde o sea un jefe de taller, so-
bre las instrucciones en el caso, -cumplimentar recetas o impartir órdenes,-
proviene de la organización y tiene su fundamento en la eficacia que refren-
da la práctica.

∑ La coordinación interna pone unos límites a la libertad y a la iniciativa


individuales.
Y la organización de la consecución para el caso requiere una distribución de
los conocimientos conformes al papel de la persona: cumplir unas instrucciones y/o
prepararlas, (el memorándum para el Director General o el decálogo del perfecto ven-
dedor). Y que al tiempo les permitan fijarse unos objetivos (con errores acotados) para
las acciones que ellos mismos habrán de emprender o para las instrucciones que deberán
preparar para otros

4.3.1. Saber lo que sucede.


Las instrucciones a suministrar a los otros deben facilitarles en todo momento:
- reconocer cual es el estado de las cosas que importa,
- qué cosas son las significativas,
- quienes participan en la operación,
- y cómo se van a coordinar.
Y al tener en cuenta que el éxito es el resultado de la ausencia de errores, quienes deben
actuar también han de conocer cuando les haga falta:
- hasta donde pueden personalmente llegar,
- y que cosas les limitan.
Como sabemos, el éxito del logro depende de la bondad de las instrucciones
preparadas por los otros y de la oportunidad en su aplicación. Y si prepararlas requiere
conocer el lugar y momento de la aplicación, aplicarlas representa reconocer el lugar y
momento previstos... pero de forma diferente.
Las descripciones del lugar y el momento del caso son claves y si, en este as-
pecto, las instrucciones no son todo lo objetivas, completas, válidas, adecuadas y vi-
gentes que precisan, serán recusadas. El maestro cocinero que escribe el libro, no es el
ama de casa ante la cocina. Y si bien basta con lo que basta, sólo la verdad de lo que
está sucediendo, la temperatura real del horno o dónde está oculto el atracador, garanti-
za la oportunidad de la acción.
Las personas 48

Y ampliando lo dicho desde el hacer personal al actuar del colectivo, los com-
ponentes de un grupo no sólo deben de saber cómo van las cosas que les corresponden a
cada uno, sino:
- cómo van las de los otros,
- y el estado funcional en cada momento de la organización de la
que forman parte.
Y para conseguirlo, todos están obligados a informar para superar las distancias
que introduce la organización piramidal.

4.3.2. Instrucciones técnicas para proceder a actuar: la adecuación al eje-


cutor.
Las instrucciones de cómo actuar ante un caso son un sucedáneo de los auténti-
cos conocimientos, son un saber parcial válido local y temporalmente. Se trata de unos
conocimientos teleológicamente simplificados, condicionados a un caso y un ejecutor.
Unas instrucciones que han de ser las adecuadas para que unas personas determinadas
lleven a cabo con oportunidad y sin error unas determinadas acciones que han de con-
ducir, también sin error, a unos objetivos predeterminados.
Así las cosas, las instrucciones están supeditadas no tanto a quien las dicta,
cuanto a quienes las han de cumplir. Serán unas para el niño y otras para el abuelo, aun-
que ambos vayan a por el periódico. Y siempre claras y concisas, de fácil interpretación
y cómoda consulta, pues no es de esperar que quien las recibe disponga de tiempo o ga-
nas para su estudio.
Y si las instrucciones han de estar adecuadas al destinatario, parece que resulta-
ría ventajoso, que gozaran de plena libertad en la preparación quienes las han de prepa-
rar. Mas la experiencia muestra que esta libertad es nefasta. Y en consecuencia las orga-
nizaciones contienen sus normas de preparación de instrucciones:
- que aseguran una calidad,
- que, al uniformizarlas, facilitan su lectura y archivo,
- que disminuyen los riesgos de olvido en los datos que deben in-
cluir.
Por otra lado si el destinatario está habituado a recibir una información bajo
una presentación, y a encontrar lo que precisa en un determinado epígrafe, el Docu-
mento que no se ajuste a ella, arrastra un handicap.

Las normas de disciplina


En el actuar mecánico con respuestas programadas para unos estímulos de unos
determinados sensores y nada más, las instrucciones podrían reducirse a:
Las personas 49

- instrucciones para el reconocimiento de unas oportunidades de


tiempo y lugar, o sea el calibrado de sensores,
- instrucciones de llevar a cabo unas determinadas acciones ele-
mentales, o sea puesta en marcha del autómata correspondiente.
Mas los hombres no son máquinas, y su variabilidad es tal que el comporta-
miento de la entidad de la que forman parte, sólo es en cierta manera y hasta cierto
punto predecible si aquellos están bien encuadrados por más instrucciones de otros
hombres.
Y en todo caso, en un sistema hombres - máquinas el comportamiento de éstas
es más fiable que el de aquellos, y cuantos más hombres haya, más inseguro es el fun-
cionamiento.

4.3.3. Exactitud y claridad en el contenido de las instrucciones.


En el actuar preestablecido por otros, centraremos nuestra atención en la acción
que nosotros debemos llevar personalmente a cabo. Y estamos a la espera, atentos, pen-
dientes y al acecho del momento oportuno para:
- hacer las acciones elementales que debemos,
- no hacer las que no debemos,
Golpear el bombo en la orquesta, gritar "al asesino" en lo obra de teatro, o pul-
sar los botones de un teléfono o de un torno... y nada más, y sólo cuando toca.
Las instrucciones, preparadas atendiendo a su finalidad, (una orden difiere
sustancialmente de un sermón), que recibimos nos deberán detallar:
- el qué, el cómo de lo que hay que hacer, y el cuándo y dónde,
- cómo reconocer la oportunidad de momento y lugar,
- la libertad residual de decisión en el actuar,
- y debe quedar igualmente claro lo que no debemos hacer.
Comentarios para la preparación de instrucciones.
Las exposiciones y aclaraciones habrán de ser más o menos prolijas según sea
la experiencia previa y los conocimientos de quien las reciba. "¡Apunten, fuego!" por lo
general no necesita de muchos aclaraciones. Evitar el fallo humano, conseguir la exac-
titud y seguridad en la actuación... no está tanto en la prolijidad como en la selección de
las instrucciones.
Cuantas menos sean y más clara la redacción menos son las posibilidades de
equivocarlas. Y en todo caso:

∑ Las mínimas a fin de no recargar la memoria de los operadores, de redu-


cir el tiempo de aprenderlas y las molestias de recordarlas, si bien comple-
Las personas 50

tas para la situación de referencia pues lo que no se cite con gran seguridad
no se tendrá en cuenta.

∑ Sin ambigüedades que, si no detectadas, permitan interpretaciones erró-


neas, y si detectadas introducen la duda.

∑ Y concisas y breves que por lo general es una ventaja, aunque, si el có-


digo no es bien conocido, una escasez de contexto puede dar pie a la inter-
pretación errónea.
Es difícil preparar las instrucciones pertinentes, suficientes y adecuadas al caso.
Facilita el trabajo disponer de unas buenas instrucciones sobre cuáles hay que preparar y
de cómo prepararlas.
Y un comentario final, hay instrucciones, contratos, especificaciones … muy
elaborados que si bien permiten convencer a los jefes de la sabiduría de quien los ha
preparado, dificultan y encarecen innecesariamente las tareas.

4.4. Las instrucciones en la entidad operativa.


Por lo que ya sabemos, una entidad operativa está formada por una red de
puestos de trabajo ocupados por personas con unos roles. Para todos ellos, la entidad
debiera disponer de instrucciones formales sobre lo que en ellos se debe hacer y no ha-
cer en dos campos de finalidades diferentes:

∑ La constitución y conservación de la entidad social, y la posición relativa


de la persona respecto a las otras, para asegurar :
- la estructuración en cuanto entidad social,
- el mantenimiento de la continuidad y estabilidad de la entidad
∑ La participación del individuo en la acción conjunta con asignación de ta-
reas y responsabilidades, con un contenido de índole técnica a fin de
- articular y asegurar la consecución,
- dar homogeneidad a la actuación conjunta,
Para todos los casos las haya o no las haya o haya libertad en aplicarlas. Mas
normalmente no es así, y en cierta manera, la carencia de instrucciones formalizadas y
escritas se suple por transmisiones verbales con aprendizaje in situ y que la iniciativa
personal complementa en más o en menos.
Pero no por contar con buenas instrucciones formales se sigue que se vayan a
cumplir.
Las personas 51

∑ Y por lo general, las relaciones de tipo social y las costumbres propias de


la entidad que se dan por sabidas, forman un código aparte en su mayor
parte no escrito.

∑ Por otro lado si son demasiado numerosas son difíciles de conocer e im-
posibles de seguir.
Ahora bien, el buen y claro conocimiento del particular papel y puesto social
en la entidad y de las relaciones con los ocupantes de los otros puestos, es otro factor
clave para el éxito de la actuación.

Las relaciones internas de constricción y de coacción


Las exigencias de las instrucciones de consecución representan unas constric-
ciones, apoyadas por la coacción del grupo, sobre las personas que deberán cumplirlas.
Pero la fuerza coactiva por lo general no basta para asegurar un buen actuar en la con-
secución.

∑ La voluntad de seguir las instrucciones poco tiene que ver con su bon-
dad material y objetiva. "Yo soy un mandado", y conviene pues que estén
preparadas para no forzar en demasía a quienes deben cumplirlas;

∑ El esfuerzo de interpretarlas o de llevarlas a cabo no tiene mayor im-


portancia si están en la línea que gustan desarrollar; y si no es así, no es se-
guro que las sigan.
Por otro lado, las instrucciones del puesto de trabajo de un hombre sólo hacen
referencia a una parte pequeña de sus capacidades:

∑ lo no utilizado queda vacante en un disponible activo sin posibilidad de


inactivación;

∑ la fuerza de aquellas no es suficiente para eliminar el ruido que introduce


lo no usado (y el operario está distraído, soñando...);

∑ y la inocupación representa una carga fisiológica y psíquica... Y quizás


con la instrucción aparentemente inútil se pueda cubrir una necesidad psí-
quica.
El funcionamiento de una entidad operativa formada por hombres no guarda
parecido (ni en el ejército más disciplinado) con el funcionamiento de las máquinas.

∑ Las respuestas de los hombres individuales ante unas solicitudes simila-


res presentan un amplio margen de variabilidad.
Las personas 52

∑ No es seguro que quienes deben, dispongan de todas las instrucciones


que debieran en el momento oportuno, ni que las interpretan y cumplen ade-
cuadamente.

∑ Por otro lado, la relación instrucciones - voluntad de cumplirlas está su-


jeta a la incertidumbre.
Y puede suceder que el esfuerzo de los afectados para adaptarse a las nor-
mas históricas sea muy elevado, y un nuevo detalle de nimia apariencia
puede provocar el rechazo de lo que hasta momento parecía bien aceptado
Y al no haber en el grupo humano artificial fuerzas internas suficientemente
fuertes para que aseguren el cumplimiento, las instrucciones que organizan la vigilancia,
permitirán quizás detectar algunos errores. Pero aunque quizás logren mitigar la corrup-
ción, la desgana o la desidia no las erradicarán.
Lograr que una entidad funcione moderadamente bien, siguiendo una línea de-
terminada, y que alcance el objetivo, no está al alcance de todos los directores por mu-
chas que sean las órdenes que den y las instrucciones que dicten.

4.4.1. Diversidad en los flujos de noticias.


En una entidad operativa hay un constante flujo de noticias. En vistas a la con-
secución, todos los involucrados han de conocer y de informar a los otros dentro de su
nivel de incumbencia sobre:
- las cosas que constituyen la finalidad inmediata de una actuación,
- los autores que los llevarán a cabo y sus circunstancias,
- el estado de la organización interna de la entidad,
Así como las relaciones con.
- lo que hace la entidad,
- lo que debe hacer y no hacer un individuo determinado,
- lo que están haciendo los otros individuos.

Todo ello en el marco de una señal del tiempo colectivo que permita la sincronización
de los puntos anteriores entre sí y con la realidad física y social en que la entidad desa-
rrolla su actividad:
Por otro lado, según ya indicamos, la organización jerárquica que da autori-
dad a las instrucciones, introduce distancias entre quienes las preparan y la Realidad, y
entre quienes las aplican y la finalidad. Y para disminuir riesgos de la actuación inapro-
piada son menester además unos flujos ascendentes, descendentes y horizontales con
noticias útiles que faciliten la visión real de la situación y complementen la información
estricta y necesaria para la consecución
Las personas 53

Además, los conocimientos que hacen falta para actuar no se reducen a los me-
ramente técnicos sino que incluyen los equivalentes a los que todo individuo posee so-
bre sí mismo, sobre si tiene sueño o le duele un pie, y que toma en cuenta (días nefas-
tos) en sus decisiones. Estas informaciones corren por la entidad pero, por lo general, no
están formalizadas las referentes, por ejemplo:

∑ a la capacidad de acción y de respuesta de los equipos humanos que de-


ben trabajar conjuntamente,

∑ a los aspectos de carácter subjetivo - objetivo de quienes intervienen etc.


tales como el miedo, la salud, etc. ..
Ahora bien, aunque los fallos funcionales sólo se descubran oficialmente por
sus efectos cuando ya es tarde, aquellos generan una información o ruido que se difun-
de. Y lo que tal vez acabe en fracasos y huelgas, puede ser detectado en sus inicios por
quienes estén atentos al parche.

4.4.2. Las actividades de trabajo y las actividades sociales cotidianas


A las personas aunque lo intenten, no les es posible separar la vida laboral - las
muchas horas en que debe actuar bajo instrucciones - de su vida civil y social cotidiana.
Hoy, la entidad operativa en que trabajan se ha convertido, a la vez y en mu-
chos casos, en centro de su vida social. La parcial, rígida y estrecha organización laboral
fundada en la obediencia a las instrucciones y bajo la autoridad de la legislación laboral,
coexiste con otra más flexible, amplia y completa de relaciones sociales, cimentada en
la socialización. Y si la organización laboral es, de alguna forma, externa e impuesta; la
social es hasta cierto punto interna y propia.

∑ La primera se limita a unos pocos y preestablecidos estímulos y formas


de respuesta que los individuos deben de tener en cuenta forzosamente. La
segunda abarca la totalidad del individuo, con una gran variedad de estímu-
los a los que es libre de atender, y a los que puede responder a su gusto.

∑ En la primera hay instrucciones; en la segunda, normas de convivencia.


Ambas rigen la vida cotidiana de las personas, y a veces están en contradicción
o se interfieren. Y aunque unidad social y entidad operativa aparentemente coexistan y
estén constituidos por casi las mismas personas, los criterios de valor, líneas de mando,
jueces y árbitros, objetivos (llegar a fin de mes, las vacaciones), rivalidades y envidias,
posición ante las innovaciones y cambios... de la entidad unidad social, no tienen por
que coincidir con las que reconoce como suyos propios la entidad operativa y laboral.
Las personas 54

4.4.3. Los canales de información: oficiales y paralelos.


La información laboral y social circula por canales: oficiales unos, oficiosos
otros. Los primeros tienen una normativa publicada, los segundos siguen esquemas no
escritos. Las velocidades de difusión son variables y de difícil predicción pues cambian
con el momento y caso.
La organización prevé unos canales de circulación para la información institu-
cional: tablones de anuncios, boletines, circulares, correo interno... que inician y termi-
nan en los diversos puestos de trabajo (mando o ejecución). Su eficiencia es en gran
parte aparente: mandar no es recibir, recibir no es enterarse, y enterarse no es cumplir.
El traspapelo y la tergiversación son frecuentes, abundan las instrucciones leídas sólo en
parte y complementadas con el "yo creía", etc.,
Debido a errores y a retenciones no es seguro que el mensaje llegue a su desti-
no en tiempo oportuno (aviso de un incendio). No hay por que suponer que la informa-
ción recibida coincida con la mandada, y es norma de prudencia acompañar cada envío
con la relación de todo lo que forma parte del mismo.
La cháchara, rumores, chismes. historias... que circulen por canales paralelos
son a la vez la trama de la vida social y sus consecuencias. Las noticias no instituciona-
les corren en el bar, los pasillos, los despachos y dan a conocer cuáles son los verdade-
ros criterios de los individuos, y hasta que punto les importa lo que llevan a cabo en le
empresa.

4.5. Comentarios al caso específico de proyectos.


La actividad de Proyectar consiste, precisamente en determinar y preparar a
partir de unas instrucciones genéricas, las instrucciones para un caso y momento en
vistas al logro final; y luego, en seguirlas y aplicarlas, oportunamente y sin error.
Y quienes deben prepararlas y quienes deben cumplirlas:
- son personas diversas, distintas y diferentes,
- en unos lugares y momentos distintos y distantes,
- y con unas responsabilidades que no son equiparables.
La buena organización de los contenidos y flujos de información es clave
para el éxito del proyecto. Todos cuantos intervienen comparten la finalidad de una
misma consecución, pero el Estado Mayor no es el soldado en campaña:
- y si unos tratan, ahora, de modificar la Realidad exterior, por me-
dio de sus actuaciones corporales directas,
- otros, habrán estado preparando, antes, las condiciones para que
las actuaciones de aquellos sean eficaces,
Las personas 55

- y otras personas diferentes habrán puesto a punto, previamente


con acciones en su mayor parte mentales, las instrucciones de cómo
actuar unos y otros.
Pero, hay que conservar presente que objetivos, acciones e instrucciones for-
man parte de mundos distintos. Saber, no es saber cómo se hace; ni saber cómo se hace
es saber hacerlo. Preparar una actuación es una cosa, y actuar es otra. Y la finalidad y el
sentido en ambos son diferentes.

∑ Todos quienes deben intervenir en el proyecto, han de disponer en el


momento oportuno de unas instrucciones especialmente ajustadas a ellos y
al caso, que son portadoras de una información válida y vigente, suficiente
para actuar con acierto, seguridad y economía.

∑ Al ser muy diferentes las actividades, serán muy diferentes las caracte-
rísticas y tipos de instrucciones que son menester para asegurar la coordina-
ción y concordancia desde el inicio hasta el final previsto, en unos campos
tan diversos como diseñar procesos, construir las piezas, montar los arte-
factos, ponerlos en funcionamiento.
Así las cosas, debido a los cambios en las entidades y en las personas durante
las etapas del proyecto, las instrucciones son los únicos garantes de la continuidad y
éxito de la consecución. Y en ciertos casos se denomina Proyecto a la sola recopilación
de sus formas y contenidos finales.

4.5.1. El uso y abuso de una normativa.


Es habitual en las empresas de ingeniería aprovechar la experiencia de unos ca-
sos pasados para trasladarla a otros, tipificándola y clasificándola en unas Normas, Có-
digos y Reglamentos internos que facilitarán luego el desarrollo de labor creativa con
menores riesgos.

∑ Mas si bien el seguimiento garantiza la bondad estadística de una solu-


ción, por lo general no proporcionan la mejor solución para un caso.

∑ Por otro lado, la utilización de unas normas muy detalladas, facilita la


promoción de personas sin capacidad creativa que dominan el aspecto for-
mal en detrimento del contenido.

∑ Y hay personas creativas que se sienten molestas y oprimidas cuando de-


ben ajustarse a un excesivo formulismo.
Pese a las incontestables ventajas que reporta su uso, las normativas, tablas y
disposiciones se basan en un mundo artificial con interpretaciones simplistas de las si-
Las personas 56

tuaciones reales. Contienen lo establecido por la costumbre, pero llevan retrasen en in-
corporar las correcciones que requiere la evolución de las cosas.
Morfología del proyecto 1

PARTE 4ª: MORFOLOGÍA DEL PROYECTO

El proyecto: declaración de objetivos


La pormenorización del objetivo de un proyecto
La corporificación del proyecto
El artefacto en servicio
Comentarios al beneficio conseguido
Morfología del proyecto 2

PARTE 4ª: MORFOLOGÍA DEL PROYECTO 1

1. EL PROYECTO: DECLARACION DE OBJETIVOS. 5


1.1. El proceso de consecución. 5
1.1.1. El inicio de la concreción de un proyecto. 6

1.2. Contenido y alcance de la declaración de objetivos. 7


1.2.1. Correspondencia entre deseos y estados de cosas. 8
1.2.2. El objetivo: función y restricciones. 9
1.2.3. Las variables y valores del servicio. 10

1.3. Condicionantes de la consecución. 11


1.3.1. Política de superación de fallos: duración. 11
1.3.2. Las constricciones del medio físico y social. 12
1.3.3. Las constricciones de los operadores. 12
1.3.4. Las constricciones del mercado. 13
1.3.5. Las constricciones para la consecución. 14
1.3.6. Las constricciones de plazos y precios 14

1.4. Utilización de la declaración de objetivos. 15

2. LA PORMENORIZACION DEL OBJETIVO DE UN PROYECTO. 16


2.1. La marcha hacia lo singular. 16
2.1.1. Criterios de autoridad y eficacia. 17
2.1.2. Robustez, estabilidad, homogeneidad. 17
2.1.3. Otras constricciones a considerar 17

2.2. El artefacto, función lógica corporificada. 18

2.3. Metodología de la resolución, de símbolos a piezas. 18


2.3.1. El ajuste chalanesco en la resolución material. 20
2.3.2. Las piezas e instrucciones de la ingeniería de detalle. 21
2.3.3. Las comprobaciones y verificaciones. 21
2.3.4. Programas, seguimiento y archivos. 22

2.4. La pormenorización, trabajo de personas en equipo. 23


2.4.1. Menester de oficio y de creatividad. 24

3. LA CORPORIFICACION DEL PROYECTO. 25


3.1. Del modelo al individuo: la acción corporificadora. 25
3.1.1. La resistencia de la realidad frente a las intervenciones. 26
Morfología del proyecto 3

3.1.2. Capacitaciones de los ejecutores. 27


3.1.3. La presión y opresión del "aquí y ahora". 29

3.2. El programa de ejecución 30


3.2.1. Rigidez y libertad en las instrucciones. 30
3.2.2. El éxito en los objetivos inmediatos y finales. 31
3.2.3. Las comprobaciones en la marcha hacia el éxito 31

3.3. La ejecución material 32


3.3.1. La introducción de modificaciones y mejoramientos. 33
3.3.2. El replanteo y verificación inicial. 34
3.3.3. Los puntos a resolver en obra. 35

3.4. Los aprovisionamientos. 36

4. EL ARTEFACTO EN SERVICIO. 37
4.1. La entrada en servicio 37

4.2. El artefacto como proceso y como producto. 37


4.2.1. El funcionamiento. Servicio y utilidad. 38
4.2.2. La idoneidad del cuerpo material. 39
4.2.3. Arranque, régimen y paro. 40

4.3. Las pruebas y ensayos de marcha. 41


4.3.1. La liquidación del proyecto. 42
4.3.2. Critica final. 43

4.4. La explotación del sistema hombres - artefacto - medio. 43


4.4.1. Formación y entrenamiento del personal. 45

4.5. Las anomalías y disfunciones del artefacto 45


4.5.1. Los deterioros del cuerpo material. 45
4.5.2. Los accidentes y emergencias de funcionamiento. 46
4.5.3. Los servicios de seguridad: instrucciones y entrenamiento. 47
4.5.4. El servicio de mantenimiento. 47

5. COMENTARIOS AL BENEFICIO CONSEGUIDO. 49


5.1. La evaluación del éxito de la operación proyecto. 49

5.2. Bases para el enjuiciamiento. 49


5.2.1. Extensión de la evaluación 50
5.2.2. Criterios de valoración 50
5.2.3. Los Valores 51

5.3. Las distorsiones y apropiaciones del medio. 52

5.4. Las personas involucradas. 52


Morfología del proyecto 4

5.5. El caso especial de los terceros. 54

5.6. Las consecuencias de la función y del funcionamiento. 54


5.6.1. Comentarios a las ventajas e inconvenientes de las condiciones de servicio. 55
5.6.2. Comentarios a los puestos de trabajo. 56

5.7. Consecuencias del cuerpo material 57


5.7.1. Comentarios al estar presente del artefacto. 57
5.7.2. Comentarios a la obtención del artefacto. 58
5.7.3. Comentarios a la eliminación final. 59

5.8. Consideraciones sobre la recuperación de las inversiones. 60

5.9. Valoración final de los resultados. 61


Morfología del proyecto 5

1. EL PROYECTO: DECLARACION DE OBJETIVOS.

1.1. El proceso de consecución.


Si entendemos por proyecto la consecución de un estado de cosas modificación
del actual que dará satisfacción a nuestros deseos, todos los proyectos atraviesan unas
etapas parecidas. Se inicia con una primera concepción abstracta que se elabora deta-
llándola para llegar a unos números y símbolos con una correspondencia conocida con
unas partes y piezas materiales; luego se procede a la reunión (por adquisición o fabri-
cación) de estas partes; después, a su montaje en un artefacto y finalmente a la puesta en
marcha. Analizaremos por separado en éste y en los próximos capítulos, las etapas que
ahora reseñamos:
Declaración de objetivos, con exposición de cuales son nuestros deseos, cua-
les son los estados de cosas que les darán satisfacción, y las condiciones que mantienen
la validez del paso de unos a otros: "Mi felicidad en la vida... la centro en disponer de
otra casa... para esquiar los fines de semana... "
Pormenorización que convertirá la declaración anterior en un objetivo parti-
cular y singular a colocar en el mundo material, y que, al tiempo, precisará la forma de
llevarlo a cabo: "un chalet... tres habitaciones... según estos planos...en Baqueira …"
Ejecución o puesta en práctica de un plan que, al dar cuerpo al objetivo o mo-
delo definido en la etapa anterior, lo transformará en objeto o en artefacto. "Adquisición
del terreno, construcción de la casa..."
Funcionamiento normal, con ensayos, pruebas y entrada en servicio en las
condiciones previstas "Y... yo ya estoy utilizando la vivienda los fines de semana...."
Comprobación de que el estado de cosas satisface los deseos inicialmente de-
clarados por nosotros... y recepción de los beneficios que se siguen de aquel... "el es-
quiar no me gusta tanto como yo creía".
El proyecto es un proceso enactuado, proactivo, evolutivo y acumulativo. Cada
etapa se basa en la anterior. Los errores se arrastran y son de difícil corrección. La pri-
Morfología del proyecto 6

mera etapa, la declaración de objetivos es la puerta inicial que marca el destino. La úl-
tima no añade nada nuevo, pero la comprobación final del beneficio permite conocer si
la operación proyecto alcanzó el éxito.
Cuando la complejidad y dificultad no son grandes, no se sigue del todo el or-
den citado. Se pueden superponer (proyecto integrado) y aun adelantar algunas etapa y
disminuir el tiempo total. Se preparan especificaciones de detalle antes de que el con-
junto esté definido en su totalidad, y si es posible adelantar algunas compras,... a veces
se puede iniciar el montaje antes de finalizar el trabajo de oficina, etc.
Y si bien el Proyecto es una unidad, usualmente son personas distintas con
cualidades y habilidades muy diferentes quienes llevan a cabo las diferentes etapas. De-
linear por ejemplo no es montar.

1.1.1. El inicio de la concreción de un proyecto.


La finalidad que preside nuestra empresa es amplia, abierta.... y al tiempo con-
fusa, mientras que las acciones que debemos llevar a cabo para alcanzarla, son precisas
y concretas. Y las estrictamente adecuadas para conseguir el nuevo estado de cosas.
Ahora bien, con gran frecuencia :
- ni nuestros deseos son claros,
- ni es clara la correspondencia entre los estados de cosas de la
Realidad exterior y la satisfacción que nos proporcionan.
Así pues, el paso de la ambigüedad en la finalidad inicial a la precisión que re-
quiere el actuar final, con paso que puede distorsionar toda la operación, resulta com-
prometido. Y las propiedades de la materia y nuestras capacidades en cuanto a corpori-
ficación lo transforman en un ejercicio de ajuste chalanesco.
Nosotros somos conscientes de nuestras limitaciones. Sabemos que no vamos a
conseguir del todo nuestra finalidad, que la dura realidad la empobrecerá. Y, al iniciar el
paso de lo ilusorio a lo real, no sólo estamos dispuestos a aceptar recortes, sino que no-
sotros mismos los vamos a introducir.
∑ Y paso a paso, bajo la presidencia de la finalidad, nos fijamos un propó-
sito con una aclaración del campo y aspecto.
∑ A continuación, tras más estudios y análisis, y con una mayor modera-
ción en nuestras ambiciones, nos determinaremos por un alcance con expre-
sión de lo que tomamos en consideración y de lo que vamos a prescindir.
∑ Y luego, tras más concesiones y nuevos compromisos, llegamos a un ob-
jetivo, declarado, claro y bien determinado que nos esforzaremos en conse-
guir.
Morfología del proyecto 7

Barriendo la ambigüedad, vamos aclarando y al paso reduciendo la finalidad


inicial, a la que acabamos marcándole unos límites, y asimilándola a la consecución de
un objetivo en particular, que ¿satisfará nuestros deseos?. Nosotros así lo creemos, pero
sólo el tiempo nos lo confirmará.
La finalidad inicial ordena y domina con autoridad el proceso que nos lleva a la
declaración de objetivos, a la manifestación clara y explícita de lo que pretendemos
conseguir. Una exposición que sustituirá la finalidad y que presidirá nuestras acciones
posteriores. Y les dará sentido.

1.2. Contenido y alcance de la declaración de objetivos.


Si antes de entrar en detalles es primordial aclarar cuales son los objetivos,
también es cierto que la misma introducción de detalles los aclara. La aclaración de ob-
jetivos es un proceso dialéctico que lleva a reconocer, individuar y determinar las ca-
racterísticas, cualidades y situaciones más relevantes, por su presencia o ausencia sobre
el caso, de acuerdo con la lógica de la finalidad.
A unas tablas incompletas con valores numéricos de unos pocos parámetros y
unas imprecisas condiciones de servicio, se les añaden algunos aspectos de procedi-
mientos significativos del Hacer. Y luego al profundizar, se introducen expectativas de
nuevos valores, con sus horquillas. Para terminar en una relación de parámetros, tole-
rancias o garantías en forma de palabras y números que ya será una buena aunque in-
completa presentación de cual va a ser nuestro objetivo, de la función y de la calidad del
servicio a alcanzar por el artefacto.
La presentación no se limita a cuestiones técnicas pues las prestaciones reales
tal vez sólo estén comprendidas en la horquilla si se dan unas determinadas circunstan-
cias del medio real, y si es adecuado el comportamiento de quienes intervienen. Cosas
que como ni siempre son conocidas ni estarán disponibles y presentes si no se reclaman,
y hay, por lo tanto, que hacerlas constar.
Pese a que sea indispensable disponer de una buena declaración de objetivos
antes de iniciar la etapa de individualización y pormenorización, con frecuencia pre-
sentará lagunas debido a:
∑ desconocimiento de las repercusiones sobre los materiales, las conexio-
nes, el modo de funcionamiento, etc. de las decisiones intermedias que hará
falta tomar...
∑ sobreentendidos que erróneamente se suponen incluidos en los usos y
costumbres de dominio público,
Morfología del proyecto 8

∑ admisión no explícita de un particular y desconocido pero ya existente esta-


do de cosas. Por ejemplo, pesos y medidas del equipo a instalar en un avión,
ampliación de una fábrica en un solar del que ya se dispone, etc.
Y el artefacto proyectado puede resultar inadmisible por demasiado caro, cuando en la
declaración no hay ninguna referencia al precio.
Así las cosas, en la declaración procede recalcar cuales son los cambios en las
prestaciones que, al modificar la calidad del servicio, costo o plazo de obtención del ar-
tefacto inciden:
- en la aceptación del artefacto por el público.
- en las tolerancias de uso y de fabricación,
- en las curva de costos sociales de la calidad.
Y repercuten económica o socialmente sobre la venta o la producción
A la vista de la complejidad que presenta preparar la declaración de objetivos,
y si tenemos en cuenta además que lo declarado no siempre es lo deseado, no es de ex-
trañar que lo que se obtiene no coincida exactamente con el deseo inicial. En cierta ma-
nera será siempre otra cosa.

1.2.1. Correspondencia entre deseos y estados de cosas.


Pocas veces nuestras expectativas están basadas en el crudo realismo. Tienen
un mucho de componenda sociocultural, personal y pasajera. Por lo demás la corres-
pondencia entre las expectativas y la satisfacción por su cumplimiento no sigue unas le-
yes bien conocidas, ni claras, ni constantes. Tiene mucho de un depende y de un a ve-
ces1. Lo que nos prometen, lo que sugiere la publicidad, ni siempre se cumple ni tiene
por que satisfacernos.
Podemos creernos que un estado de cosas diferente del actual satisfará mejor
nuestros deseos, y que el vivir en una nueva casa resolverá nuestros problemas familia-
res... Y tal vez sea cierto. Mas, si ya nos resulta difícil exponer cuales son en verdad
nuestros deseos, mucho más difícil es determinar con certeza, exactitud y precisión cual
va a ser el nuevo estado de cosas (viaje de crucero, adquisición de un vídeo...) que los
satisfará.
Por otro lado, no por tener claro lo que nos gustaría conseguir, o sea la función
que deseamos: ver u oír a quien no está presente, no tener frío, desplazarnos por el espa-
cio rápidamente y a voluntad... queda más clara la combinación de cosas que nos la va a
proporcionar.

1
Como ha quedado reflejado en la crisis del software, ni tan resuelta ni tan comprendida, pero claramente
ahora una crisis del usuario.
Morfología del proyecto 9

Y por lo demás resulta difícil valorar, cuantificándolas, las repercusiones so-


bre le satisfacción de los deseos de:
∑ la presencia o ausencia de uno o varios algo dentro de parecidos estados
generales de las cosas, (por ejemplo, de los componentes de la paella).
∑ la fuerza con que están presentes, (el caso de la sal...) sus efectos siner-
géticos, y compensadores.
Para comunicar racionalidad a las operaciones de prescindir de.... o de in-
cluir.... en los compromisos personales que nos llevan a la declaración de objetivos, de-
beríamos disponer de una relación completa de:
- nuestros deseos,
- los factores que van a incidir positiva o negativamente sobre
ellos,
- las repercusiones cuantificadas de unos sobre otros y sobre ellos
mismos.
teniendo presente que, debido a la complejidad de la Naturaleza, nuestra manipulación
sólo nos permitirá conseguir algunos aspectos del modelo. Y que el asado difícilmente
conseguirá el punto que ahora le fijemos.

1.2.2. El objetivo: función y restricciones.


Queremos una función, mas sólo la obtendremos a través de un soporte mate-
rial, y no habrá tal función sin en este soporte. Queramos o no queramos, habremos de
aceptar y construir un cuerpo que aporte un sostén, con unas propiedades, apariencia,
condiciones y molestias (fidelidad de reproducción, parásitos, etc.).
Y tanto la función como el cuerpo han de ser social y culturalmente aceptados.
El usuario, por su parte, nos marca el medio en que piensa utilizar la función, y
al tiempo, unas cualidades del soporte que de no alcanzarse, le será como mínimo de
utilidad dudosa por cuestiones.
- anatómicas: zurdos, daltónicos, sordos... o
- de gusto y conveniencia
- de convivencia y/o de legalidad.
Así pues, junto a la función formarán parte ineludible de la declaración de o b-
jetivos: el usuario, el medio físico y social, el servicio, y los criterios para considerar y
despreciar variables en cada caso. Y el caso particular pone de manifiesto toda la rique-
za, variedad e importancia de las interconexiones entre la función y/o el soporte mate-
rial.
En un automóvil, por ejemplo, son variables relacionadas con:
Morfología del proyecto 10

- la función, y en cierta forma positivas, son: volumen del maletero, nú-


mero de plazas, número de puertas, velocidad, distancia de frena-
do...
- el soporte, con inconvenientes para el usuario y de características
negativas: el consumo, ruido, vibraciones, aceite, cubiertas...
- la reglamentación para las homologaciones legales que hagan al
caso.
La declaración explícita de todas ellas dejará claro nuestro objetivo: y un automóvil uti-
litario no es un familiar. Y si las prestaciones que nos ofrece, no superan unos mínimos
prefijados y diferentes para cada uno, duración en Km. para las cubiertas o tamaño del
depósito de combustible, o incumple la legislación vigente, el automóvil ya no serán de
nuestro interés..
En la declaración de objetivos, los valores mínimos de las variables indican los
límites de la utilidad, y los máximos la mejor de las expectativas.

1.2.3. Las variables y valores del servicio.


El servicio esta ligado a la solución efectiva del caso particular. Si algunos de
los inconvenientes que esta forzosamente presenta, provienen de imperfecciones o li-
mitaciones en el hacer que quizás pueden llegar a ser suprimidos; otros los que tienen su
origen en las propiedades básicas de la materia, sólo los podemos atenuar con la técnica,
no evitar.
Sería largo, tedioso, e inútil por lo prolijo el reseñar la amplia gama de las va-
riables que pueden llegar a ser de importancia. Y cuantificarlas, imposible. Ahora bien,
el estudio de las incidencias, aunque muy amplio, es dominable ya que en gran parte son
parecidos:
- las limitaciones por desgaste, volumen, peso,... que introduce el
soporte, y que están relacionadas con las propiedades generales
de la materia,
- los gustos y conveniencias genéricos de los usuarios que en todo
caso son personas humanas.
Pero además, un artefacto complejo es, de alguna forma, un proceso de fabri-
cación con unas prestaciones de servicio que nos proporciona un producto (o función)
dentro de unas tolerancias. Y la inestabilidad tanto de estas tolerancias como de las
prestaciones que:
- empeoran por los efectos del envejecimiento y del desgaste, y
- fluctúan con las variaciones del medio,
representa un encarecimiento, (al perder producción con los menos, o al no hacer uso
del algo más que se ofrece), que desmerece y debe ser conocida.
Morfología del proyecto 11

Por otro lado, en la mayoría de los casos, la calidad del servicio está relacio-
nada con la:
∑ confianza en disponer de la función durante el lapso de tiempo de nues-
tro interés, con superación de los contratiempos,
∑ disponibilidad o demora en iniciar el servicio, tiempo de espera para la
preparación (tostadora eléctrica o fotocopiadora), paros por averías (coefi-
cientes de tiempo medio de averías, frecuencia, importancia...),
∑ duración o tiempo total de vida útil del artefacto (cubiertas 40.000 Km.),
y el artefacto deberá ajustarse a unos valores numéricos y a unas tolerancias en estos pa-
rámetros. Caso de no alcanzarlos, no interesa, y la superación es una mejora.

1.3. Condicionantes de la consecución.


Punto previo a la resolución hay que conocer las condiciones no implícitas en
la finalidad que limitan la libertad tanto de la operación de resolver como del resultado
mismo,vexigencias tales como: de duración, constricciones del medio físico y social, de
los operadores, del mercado, de la consecución, de plazos y precios y de alguna manera
han de quedar reseñados en la declaración de objetivos.

1.3.1. Política de superación de fallos: duración.


No es de esperar que un artefacto funcione siempre bien. Con el tiempo, al ir,
acumulando desorden habrá un momento en que ya no podrá responder a las demandas.
La vida útil es forzosamente limitada. La estrategia para enfrentarse con ello se ajusta a
dos planteamientos:
- todas las partes tienen una duración similar, y el primer fallo
anuncia el próximo fin de todas ellas,
- es posible ir sustituyendo unas piezas por otras, y el artefacto si
no eterno es en cierta manera perdurable.
En el primer caso, al acabarse el gas, el mechero se tira; en el segundo, se recarga.
Las decisiones acerca de la duración y sobre la mantenibilidad condicionan la
resolución material del soporte. Consideradas globalmente las diferentes soluciones ge-
néricas en el diseño y material de las piezas o de las agrupaciones elementales que pue-
den utilizarse en la resolución del caso, poseen una vida media y una fiabilidad de servi-
cio hasta cierto punto conocidas. Y según sea la exigencia del servicio y la estrategia
elegida nos decidiremos por unas u otras de aquellas, o introduciremos redundancias.
Morfología del proyecto 12

1.3.2. Las constricciones del medio físico y social.


El medio tanto facilita como imposibilita un proyecto.
El medio social publico o colectivo puede prohibirlo explícitamente, o impo-
nerle condiciones restrictivas, o fomentarlo con incentivos y ayudas. No esta formado
exclusivamente por las declaraciones expresas de la Ingeniería legal, sino que también
abarca las costumbres y tradiciones con repercusión en la aceptación o rechazo por sus
usuarios operadores o por el colectivo en general.
Por su parte el medio físico puede potenciar, alterar o suprimir prestaciones de
funcionamiento. Y repercute fuertemente sobre el desgaste, las averías... Las caracterís-
ticas del medio que presenta el caso, determinan las leyes naturales y los materiales que
podrán utilizarse en la resolución.
Así, por ejemplo, con la densidad cambia la velocidad de propagación de les
vibraciones; con la viscosidad, la resistencia al movimiento. Y el sonido del reloj des-
pertador depende de si está en la bañera y dentro del agua, o sobre la mesilla de noche.
Y la agresión que sufre el motor, difiere si el aire es seco o húmedo, si hay arena, etc.
En la mayor parte de los casos, no nos interesan tanto los valores medios de las
propiedades como la variabilidad en amplitud y la frecuencia de:
- las heladas en las tuberías de agua,
- las emisiones punta de gases nocivos, etc.
o más simplemente, las veces que el cántaro se golpeará en su camino hacia la fuente.
La clara exposición de cual es el medio, y de su variabilidad es parte integrante
de la declaración de objetivos. Las propiedades que importan, cuales se aprovechan y
cuales molestan, no son siempre las mismas.
- Varían según sea el medio y varían con la solución elegida para
cada artefacto.
- No son fáciles de averiguar ni siempre de medir: horas de sol,
traqueteo, oscilaciones de voltaje...
Y en consecuencia, según cual sea nuestro caso particular, y el número, la duración y
frecuencia de los cortes en el suministro eléctrico por ejemplo, nos aguantaremos, ins-
talaremos un generador si la legislación lo permite, o cambiaremos de plan.

1.3.3. Las constricciones de los operadores.


La atención que el artefacto va a recibir, depende de la formación que posea su
usuario habitual, y del estado anímico cuando se lo encuentre. Y las condiciones del
momento y lugar de uso aconsejan unas soluciones y no otras (cierres antipánico en las
salidas de emergencia, sillas y sillones de los europeos...).
Morfología del proyecto 13

Entendemos aquí por operador habitual tanto a la persona encargada del


funcionamiento (el chófer del automóvil), como al responsable del mantenimiento (el
mecánico del taller). Y no sólo a quien utiliza la función global, sino a quienes forman
parte del mismo sistema ocupando puestos de trabajo. El artefacto tiene trato directo con
todos, y sufrirá las consecuencias de este trato y en consecuencia: el número, capacidad,
limitaciones y atribuciones de quienes ocuparán los puestos de trabajo son conocimiento
imprescindible para enfocar la resolución.
La fácil adaptabilidad del hombre permite preparar las máquinas en vistas a un
hombre medio genérico prescindiendo de les peculiaridades del hombre individual. De
todas formas en la declaración de objetivos
∑ conviene exponer cuáles deben ser los valores previstos de las cualidades
físicas, fisiológicas y culturales de los operadores;
∑ y conviene también indicar las protecciones a incluir frente a un mal uso
de los artefactos por parte de los incompetentes.

1.3.4. Las constricciones del mercado.


Los análisis nos muestran que hay segmentaciones en el mercado, unas dife-
renciaciones fácticas por tipos de artefactos que pasan a ser cosas diferentes a criterio de
los compradores, aunque realmente cumplan una misma función. Cada segmento tiene
su propio público y resulta difícil que se desplace de uno a otro.
El mercado del automóvil por ejemplo está segmentado en todo terreno, depor-
tivos, utilitarios, berlinas... con compradores bien diferenciados, y con sus propios jui-
cios sobre apariencia, calidad de servicio y coste.
En nuestro sistema económico, al vender el producto es un requisito indispen-
sable de la producción. El comprador con sus criterios pasa de alguna forma a ser el
juez final. Y si bien quien entiende puede valorar la calidad para el servicio, el com-
prador medio por lo general no entiende, y evalúa en base a una apariencia que lo hace
más o menos atrayente. Y de alguna manera el proyecto de aparatos de consumo para el
mercado se reduce a proporcionar una apariencia agradable y convincente al soporte de
una función, mediante por adición:
∑ a unas cualidades no indispensables, que son propias y peculiares de cada
modelo pero que no tienen mayor incidencia.
∑ de unas cualidades ligadas a la función y al servicio que por lo general
son comunes a todos los artefactos de un mismo tipo o clase,
Importa pues conocer el público a que van destinados los artefactos, y a través
de ellos, por medio de estudios de mercado, cuales son sus criterios de evaluación, y de
Morfología del proyecto 14

ahí, los aspectos que facilitarán la venta. La información de cual será el público a que
nos dirigimos forma parte de la declaración de objetivos.

1.3.5. Las constricciones para la consecución.


Según sabemos, no hay total libertad en la elección de los procesos de fabri-
cación. En la declaración de objetivos procede pues especificar cuáles son los condicio-
nantes con incidencia sobre aquellos, trátese de costos, recursos o plazos.
Por lo general el destino final del artefacto no es el lugar de su fabricación, y
hará falta conocer las posibilidades y limitaciones del transporte: urgencia, pesos, me-
didas... características generales y específicas: explosivos, géneros perecederos .. con
que vamos a encontrarnos. Y lo mismo sucede con el almacenamiento: volumen, hu-
medad, luz, ...
El lugar y momento del montaje tanto representan posibilidades como limita-
ciones. No es lo mismo montar una fábrica en Arabia Saudita o en Tejas. Las personas y
los recursos disponibles serán unos u otros.
En consecuencia las constricciones para la fabricación, almacenamiento, trans-
porte, montaje son parte fundamental de la declaración de objetivos.

1.3.6. Las constricciones de plazos y precios


Nuestro interés en disponer de un artefacto está condicionado, en gran parte, al
coste de adquisición (y de funcionamiento), y al plazo en que podremos disponer de él.
Y, por su lado, la resolución que se podrá dar al artefacto depende igualmente de uno y
otro.
Conocer estos límites es imprescindible para la elaboración de un proyecto. No
se trato tanto de determinar cuál es el precio de la mejor solución al problema, y su pla-
zo de consecución como de conseguir una buena solución compatible con un precio
aceptable dentro de un plazo prefijado.
Una primera orientación sobre coste y plazo debe figurar en la declaración de
objetivos. Esta información se utiliza en los análisis de viabilidad en posteriores etapas
del proyecto, con unos estudios simplificados que aclararán las opciones en la búsqueda
de una solución, y facilitan las decisiones sobre si procede continuar con el proyecto o
abandonarlo.
Morfología del proyecto 15

1.4. Utilización de la declaración de objetivos.


A través de un proceso de aclaración, reducción, ampliación, eliminación y
sustitución pasamos de la ambigua finalidad inicial a una exposición de explícito y claro
contenido que:
- sustituye a la finalidad, y
- sirve de marco a la ulterior elaboración del proyecto.
Esta declaración de objetivos, punto inicial y clave del proyecto, constituye la parte ini-
cial del Libro Maestro del proyecto,
- documento básico de referencia y consulta para toda acción pos-
terior,
- que forma parte del contrato en los casos de subrogación,
- y que al poner de manifiesto los parámetros de importancia, faci-
lita también fijar cuáles van a ser las pruebas y ensayos de garantía.
A partir de la declaración de objetivos, la operación de proyectar se centra pri-
mero a determinar y luego a construir el soporte material que más conviene a una fun-
ción,
- dentro de las posibilidades, condicionantes y limitaciones que se
citan en aquélla,
- y en las condiciones de plazo y precio que allí se establecen.
Morfología del proyecto 16

2. LA PORMENORIZACION DEL OBJETIVO DE UN


PROYECTO.

2.1. La marcha hacia lo singular.


Finalizada la primera etapa de un Proyecto dispondremos de una declaración
de objetivos con:
- las líneas generales de lo que queremos conseguir,
- el alcance de los que queremos emprender, y
- el campo dentro del cual consideramos que un artefacto será útil
para nuestros propósitos.
todo ello en forma de unas palabras y números que contienen vaguedad y son modifica-
bles, mientras que nosotros perseguimos una realidad corpórea y por lo tanto precisa y
fija.
La declaración de intenciones no nos basta por falta de detalle. Antes de darle
un cuerpo, habrá que aclarar unos puntos e introducir otros, pormenorizarla en el objeti-
vo que queremos transformar en un artefacto:
- con la seguridad de que funcione, y sea útil,
- bajo unas condiciones de plazo, precio y calidad.
La pormenorización hacia lo singular nos llevará a elaborar unos modelos ca-
da vez más realistas, y con aumento de detalle por la aplicación de conocimientos pro-
venientes:
- de modelos anteriores: explosión de partes....
- de estudios experimentales: pruebas y ensayos..., y
- de investigación no experimental: fórmulas y cálculos....
hasta llegar a través de esquemas, diagramas, descripciones, condiciones, etc. cada vez
más específicos, a un modelo sobre papel, formado por unos símbolos, planos e instruc-
ciones que sabemos como transformar en cuerpo material.
Morfología del proyecto 17

2.1.1. Criterios de autoridad y eficacia.


Según sabemos, tanto la función como el funcionamiento se ajustan a varias
lógicas:
∑ Unas internas y con origen en las piezas, montaje y funcionamiento:
engrases, articulaciones, engranajes
∑ Otras externas y propias de la función y servicio a cumplir: forma, ma-
teriales y calidad de las baterías de cocina...
∑ Y las hay, ajenas a la función y servicio, relacionadas con la obtención
(racionamientos y cupos de materias primas), los costos o los plazos (plicas
de las subastas).
Es imprescindible conocerlas. Presiden y condicionan con rigor la continua
aportación de novedad que constituye la pormenorización, mas no se bastan para decidir
todos los detalles del soporte (el colorido por ejemplo). Y la libertad residual en las
elecciones depende de las repercusiones que puedan tener sobre el planteamiento, la
ejecución, o la calidad del servicio del artefacto, los detalles de los materiales, recursos
de ejecución, suposiciones de servicio, tolerancias de fabricación, etc. ...
Los enunciados de autoridad junto con sus reglas de compromiso forman parte
del Libro Maestro que preside la pormenorización. La búsqueda y recopilación de los
enunciados y reglas son parte importante de esta.

2.1.2. Robustez, estabilidad, homogeneidad.


Según sabemos, las variaciones del medio repercuten en la función y en el ser-
vicio de un artefacto; también sabemos que el uso y el envejecimiento son causa de de-
terioros. Y que no todos los artefacto de una misma serie son iguales entre sí.
Mas, nosotros deseamos que las prestaciones sean independientes del medio,
del ejemplar y de su vejez. Queremos una robustez que de estabilidad al artefacto
frente a las variaciones internas o externas, y que proporcione homogeneidad a la serie.
Y la robustez elegida que por lo general representa un aumento de dificultades
y de coste, es determinante en la elección de las soluciones internas. Los criterios de ro-
bustez, parte obligada del Libro Maestro y del proceso de pormenorización, acabarán en
los detalles de las especificaciones técnicas.

2.1.3. Otras constricciones a considerar


A lo largo del proceso, a veces en contra o a veces en apoyo de una determina-
da pormenorización, nos encontramos con presiones, obligaciones, supeditaciones, re-
Morfología del proyecto 18

comendaciones, etc., sin aparente relación directa con la función o el producto. Y así
por ejemplo, influyen:
- los costes de mantenimiento, número de piezas diferentes, mate-
riales y acabados del artefacto…. tolerados;
- el tiempo disponible para el montaje, se ha de estar listo cuando
se precise;
- las circunstancias del medio, del lugar y del momento: frecuencia
de cortes en el suministro eléctrico;
- la cualificación del personal disponible para mantenerlos en con-
diciones de servicio;
Y los hay también basados en la arbitrariedad. Así, por ejemplo, la política
de Empresa puede imponer unos suministradores; la fuerza de la costumbre, unas solu-
ciones; los compromisos sindicales, las cualificaciones y el tamaño de las plantillas; etc.
Las comisiones a distribuir en los contratos pueden ser determinantes en la adopción de
unos recursos; las disposiciones políticas, recomendar una fábrica en Las Hurdes, o im-
poner unos materiales fabricados en España... Y a veces, se trata del gusto personal del
propietario.
Y todos ellos, argumentos para las lógicas extranjeras, debieran figurar claras y
explícitas en el Libro Maestro.

2.2. El artefacto, función lógica corporificada.


El artefacto es un sistema formado por una ordenación espacial de piezas, el
funcionamiento es a la vez consecuencia de las interrelaciones y causa de la ordenación.
Las piedras del arco no son el arco de piedra, pero no hay arco sin ellas en su sitio.
El proceso de pormenorización ha de llevar a una ordenación detallada de unas
piezas, ajustada al planteamiento abstracto de quien de forma racional y desde fuera or-
ganiza el sistema, con unas prestaciones dentro de los limites de la declaración de obje-
tivos, y que al tiempo corresponda a un proceso lógico que incluya todas las lógicas in-
ternas y externas.
En el artefacto real se corporifican todas las lógicas hasta aquí reseñadas.

2.3. Metodología de la resolución, de símbolos a piezas.


El ataque metodológico de la pormenorización es simple. Sin salirnos de un
plano conceptual, dividimos el problema en un primer escalón de secciones, ordenadas
Morfología del proyecto 19

de manera tal que las interrelaciones nos proporcionen la función total. Luego proce-
deremos, con igual criterio, a subdividir cada sección de este escalón en otros escalones
con otras secciones. Y así sucesivamente2.
- Análisis global de cada función parcial,
- Planteamiento de variantes en la descomposición por explosión
en diferentes subfunciones,
- Selección de la más prometedora de las descomposiciones,
- Comprobación de que todos los componentes de la descomposi-
ción elegida cumplen con las lógicas que presiden el sistema,
y de no hallar salida a la línea elegida, repetiremos la operación retornando a otra de las
descomposiciones antes descartadas.
Ahora bien, conocer el método es una cosa, y aplicarlo bien, otra. Un mismo
problema admite diferentes árboles de soluciones.
∑ Cada variante presenta ventajas e inconvenientes propios y de difícil
comparación, ¿cuáles son las ventajas de una forma esférica frente a un peso
de 80 Kg.?
∑ La elección ha de estar presidida por el buen tino, con partes que no pre-
senten solicitaciones abusivas unas sobre las otras.
O el problema inicial puede no tener solución,
- quizás no es posible encontrar la persona con conocimientos para
resolverlo,
- no son suficientes quienes dominen unos determinados oficios,
- no todos los que intervienen en la resolución saben hacer las co-
sas que se les encargan, etc.
Para estos casos y otros parecidos, no hay método que garantice una buena pormenori-
zación.

2
Por ejemplo, esto ha sido estudiado en:
Blasco, Jaume. (1990). El Proceso de Invención (Ponencia N 4). En Actas VI Congreso Nacional de Pro-
yectos de Ingeniería. Almagro-España, 26-29 Junio. 700 pp. pp. 283-295.
Hubka, Vladimir; y, Eder, W. Ernst. (1992). Engineering Design. General Procedural Model of En-
gineering Design, Edición Eurista, 133 pp.
Willemse, Michael A. (1997). Interactive product design tools for flexible automated assembly. PhD
Thesis. Departamento de Ingeniería Mecánica y Tecnología Marina. Delft University of Technology.
Septiembre 19. ISBN 90-370-0162-9.
Morfología del proyecto 20

2.3.1. El ajuste chalanesco en la resolución material.


En el mundo de las cosas no hay lugar para las abstracciones, y un artefacto es
una idea abstracta que ha sido individuada con unas particulares peculiaridades. No se
trata de una concepción teórica sino de una resolución material que es un acuerdo entre
lo que se quiere hacer, lo que se puede hacer y lo que se sabe hacer. Y discutir sobre la
importancia relativa de la idea frente a su particularización, es discutir de si las alas de
una perdiz son más importantes que las plumas.
Mientras la Teoría maneja entes genéricos, casos generales y prescinde del in-
dividuo, la Práctica por su parte se limita a los individuos y a los casos particulares. Y
pues los nombres no describen completamente las cosas, al pasarlos a realidad, a cosa
singular, se transforman en una excepción. El "adorno de una pared" es genérico; colgar
los cuadros requiere una particular forma de sujeción de los marcos, un tamaño de los
clavos, y un lugar y forma de clavarlos. Y lo mismo sucede con un puente en un río.

∑ Las dificultadesy errores del charlamos no provienen por lo general del método sino
del discutir sobre:
- la determinación y planteamiento de las variantes pertinentes.
- la evaluación relativa y
- la correspondencia con la realidad.

∑ Por su lado las mejores técnicas matemáticas: Minimax, maximax, regret, etc., no
transforman en buenos unos datos que pueden ser parciales, incompletos, ambiguos, in-
seguros, inciertos, falsos o erróneos.

La determinación de las propiedades, formas y tolerancias.


Una vez elegido el esquema de funcionamiento que dará lugar a un motor de
explosión y no a una turbina de gas, la selección de grupos internos nos llevará a un
motor alternativo en vez de rotativo, y la introducción de tamaños y calidades nos lleva-
rá a la ingeniería básica de un determinado "motor de gas de 250 CV", por ejemplo.
A partir de aquí entraremos en la ingeniería de detalle, en la que nuestro inte-
rés por la robustez nos llevará a prestar atención a las repercusiones de:
- la variabilidad en la fabricación,
- las variaciones del medio,
- los deterioros de uso y envejecimiento,
en vistas a aprovechar las zonas más planas de los Curvas de respuesta no lineales, para
las variables que son más susceptibles a los cambios en las dimensiones, a las calidades
o al medio.
La introducción de valores numéricos correspondientes a nuestra utilización,
nos dará a conocer los parámetros que tienen mayor incidencia sobre el funcionamiento.
Morfología del proyecto 21

- Podremos proceder a un ajuste de compromiso entre variables e interac-


ciones.
- Y llegar por un aumento en las tolerancias de las formes y pro-
piedades de escasa incidencia, a una disminución de los costos de
fabricación: sin pérdida en la estabilidad del servicio, o en la ho-
mogeneidad de la serie.

∑ Al fijar los valores de diseño, para aumentar la duración procede tener en cuenta el
desgaste o deterioro que se acumulan en el tiempo, ya que el valor nominal de diseño no
tiene por que ser el óptimo de servicio.

2.3.2. Las piezas e instrucciones de la ingeniería de detalle.


La pormenorización nos tiene que llevar a un artefacto en particular, acabado
en todas sus partes, lo cual representa una ingeniería de detalle con:
∑ una descripción física de formas, tolerancias y materiales de todas y cada
una de las piezas.
∑ la preparación de todas las instrucciones de ejecución y de montaje,
∑ una información que permita preparar las instrucciones conformes con
las lógicas de funcionamiento, sobre el uso y la reparación del artefacto.
El artefacto - soporte nos viene determinado por unos detalles, y, de por si, fija
también otros. La particularización debe ser completa respecto a todos ellos y no se
puede confiar en las aportaciones correctoras de otras personas en las etapas siguientes
del proyecto, pues quizás no sepan del tema.
La Sociedad da por sentado que los Técnicos conocen todo lo que debieran. Y
la presentación de disculpas alegando ignorancia, no hace más aceptable un automóvil
sin depósito de combustibles.

2.3.3. Las comprobaciones y verificaciones.


Según se indicó, el proyecto se elabora dentro de un tiempo artificialmente ex-
pansionado como resultas de la anticipación. Recordemos que la finalidad de la expan-
sión es facilitar el desarrollo secuencial, progresivo y acumulativo de un proceso de or-
denada creación que abarca desde el croquis inicial hasta la puesta en servicio final.
Mas, aun siguiendo las reglas del Arte, resulta difícil conseguir lo esperado. La mayor
parte del tiempo sólo manejamos papeles, y nos movemos entre unos símbolos cuyos
referentes incluyen unas expectativas que tal vez sólo fueran ilusiones …
Por lo demás, los hechos no siempre se ajustan a las previsiones; las decisi o-
nes pueden no ser las acertadas, ni las acciones las idóneas. Se dan las omisiones, im-
Morfología del proyecto 22

provisaciones, etc.. Y en la marcha hacia el final pueden aparecer unas derivaciones


que no nos son favorables...3
Para evitar inconvenientes y disminuir riesgos, conviene contrastar metódica-
mente a lo largo del proceso de particularización :
∑ Las decisiones que se van tomando, y los resultados que se van obtenien-
do, frente a: el qué, el por qué, el para qué, el cómo, el cuándo y el para
quién se está realizando lo que se intenta realizar
∑ En una comprobación: hacia el Futuro para asegurar que se ve a obtener
lo que se pretende, y frente al pasado, para verificar que realmente se está
obteniendo lo que se había previsto.
La acción que ha resultado inútil, el esfuerzo de quienes la han llevado a cabo,
o los motivos del desbarajuste … a lo más tienen interés histórico. La causa de la omi-
sión de una escalera, puede que tan sólo fuera la prisa del delineante en ir a ver a su no-
via, pero, ¿ahora qué?.

2.3.4. Programas, seguimiento y archivos.


En paralelo y en secuencia intervienen en un Proyecto personas diversas en
actuación coordinada.
Con la pormenorización, obra de muchos y para el uso de muchos otros, vamos
a conseguir el cuerpo principal de los documentos e instrucciones de un Proyecto, que
entre otras cosas debe contener un Libro Maestro con las normas de su propia prepara-
ción así como la programación de las etapas posteriores.
La pormenorización debe ajustarse obligadamente a unos plazos. Cuando cum-
ple el Tiempo no cuenta lo que quedó a medio hacer. Carecen de interés: los trabajos
muy buenos, pero incompletos; las realizaciones perfectas, pero fuera de plazo, etc.
El plan Maestro contiene:
- la definición de la documentación a crear,
- la forma de presentación,
- las normas a seguir
- en le distribución y
- en el archivo de documentos e informes; así como
- en la revisión de recopilaciones parciales e intermedia, etc.
3
y aunque no siempre las derivaciones sean nefastas, y aunque puede darse que de los errores se sigan
resultados más interesantes, al no ser fácil aprovechar unas facilidades no previstas las mismas y nuevas
circunstancias favorables pueden contribuir a los descalabros.
Morfología del proyecto 23

en un conjunto completo y congruente. Y debido a su complejidad tolera pocos cam-


bios una vez en aplicación.
Prepararlo requiere:
- el conocimiento de los problemas que van a aparecer.
- las soluciones de las actividades a llevar a cabo,
- las relaciones interna y externas del sistema...
que son resultados de una predicción anticipada, y que si bien fueron correctos, las inci-
dencias que van apareciendo en la marcha del Proyecto, sobre todo cuando hay creación
e innovación, pueden reducir a meras entelequias. En cuyo caso, ni las más avanzadas
técnicas de seguimiento darán a conocer otra cosa fuera de que el programa no se va a
cumplir.
Proyectar es una aventura de éxito inseguro. Puede suceder que metidos ya en
harina, se compruebe que no tiene salida el camino elegido. Y la prudencia recomienda
conservar, de forma ordenada, todos los documentos, esquemas, croquis, soluciones,
etc., que en algún momento se esbocen. Pues no por descartados, pueden ser menos
útiles si procede cambiar de camino.
La metódica utilización de unos Cuadernos de proyecto han resuelto muchas
situaciones comprometidas.

2.4. La pormenorización, trabajo de personas en equipo.


En las numerosas tareas de hacer y de descripción que contiene la pormenori-
zación se requiere aunar pensamiento y acción, reunir oficio e inventiva, tiempo y es-
fuerzo. El Hombre es pieza clave. El equipo humano es determinante en la bondad de lo
que se va a conseguir. Y, así por ejemplo, pese a los Archivos hay problemas cuando
desaparecen las personas que recuerdan unos determinados asuntos.
Cada participante resuelve unos punto. Y complica otros, y ha de estar di s-
puesto a aclarar los problemas que introduce en el quehacer de los otros, y a solventar
los que los otros le introducen en su hacer propio.
∑ No basta con saber lo que hay que hacer, es necesario saberlo hacer se-
gún una metodología. Sólo pueden trabajar quienes ya saben hacerlo.
∑ La pormenorización es labor de muchas horas, si hay un constante hacer
y deshacer y su número puede no tener fin,.
Y no es de esperar que las cosas ya hechas por otros, así como las Normas, Re-
glamentos, Catálogos, Manuales, etc. se hagan presentes por sí solas. No nos queda otro
remedio que buscar. No podemos utilizar lo que desconocemos. Lo que ignoramos tam-
Morfología del proyecto 24

bién existe y no debe ser despreciado, quizás allí este la solución o allí se oculte un
peligro.
Conviene utilizar al máximo el "Arte de preguntar y de enterarse", pero atención, las in-
formaciones nos llegan inmersas en ruido.

2.4.1. Menester de oficio y de creatividad.


Disponer de datos y poseer conocimientos es imprescindible, pero no basta.
Los cálculos comprueban y los análisis confirman lo adecuado de unas soluciones que
ni unos ni otros hallan. Si hace falta copiar, ampliar, modificar, perfeccionar, completar
o poner al día las cosas ya conocidas, también hace falta innovar.
Oficio y Creatividad son imprescindibles y se complementan. No acostumbran
a darse en las mismas personas.
El trabajo de Oficio, es ordenado y de resultados previsibles. Se puede pr o-
gramar, acelerar o retrasar. Y es posible estimar, con cierta exactitud y antes de llevarlo
a cabo, el tiempo para traducir en Documentos útiles una Invención ya conocida.
Morfología del proyecto 25

3. LA CORPORIFICACION DEL PROYECTO.

3.1. Del modelo al individuo: la acción corporificadora.


Terminado el proceso de particularización, disponemos de un objetivo definido
en su funcionamiento, forma, medidas y materiales por un modelo de palabras, dibujos,
números... y bastará construir el cuerpo descrito para conseguir el objeto material que
debe cumplimentar nuestros deseos:
- un prototipo funcional de cuerpo material que muchas veces
coincide con el objetivo mismo: estadio de fútbol, fábrica de urea,
o
- unas reproducciones en número indefinido de un modelo de serie:
R 5, AMX, etc.
Y es fundamental disponer de un buen proyecto de ejecución o de obra con to-
dos los detalles de lo que hay que hacer y de cómo hacerlo,
- forma y modo de construir las piezas,
- instrucciones de montaje,
- recursos disponibles y normas de utilización,
- organización, capacidad y disponibilidad de personal,
junto con los programas de tiempos y estimaciones de costes.
La preparación del proyecto de ejecución se inicia cuando se dispone de un
modelo de datos suficientemente detallado, y no se acaba antes de haber completado la
pormenorización.
Las instrucciones de ejecución, preparadas a partir del modelo, incorporan las
indicaciones del Libro Maestro sobre calidad, plazo y costo. Y así, por ejemplo, las
prestaciones del artefacto respaldadas por unas garantías y penalizaciones, aunque ya se
hayan tenido en cuenta en la particularización, deben presidir también la corporifica-
ción.
La ejecución es en si misma una fuente de potenciales errores. Un programa
incompleto o unas instrucciones inadecuadas pueden llevarnos a resultados que no son
Morfología del proyecto 26

los deseados. Conseguir el cuerpo representa modificar la evolución de la Naturaleza


mediante las acciones de unos sistemas hombres - máquinas conformes a unas prede-
terminadas instrucciones. Unas instrucciones que habrán de ser claras, precisas, com-
pletas y de calidad uniforme, pues el éxito está supeditado a la peor de entre ellas.
∑ Si se trata de series, procesos repetitivos (fabricación y envasado de
cientos de miles de botellas/hora de cerveza), la corporificación comprende
la resolución previa de un nuevo artefacto cuyas salidas sean los productos
de la serie.
∑ Cuando el artefacto es singular y el proceso de corporificación largo y
lento (construcción de una fábrica de cerveza), la incertidumbre del Futuro y
la infiabilidad de la acción humana obligan a unos planteamientos especia-
les a los que nos referiremos en este capítulo.
Al avanzar en la corporificación se hacen más evidentes la desviación en el
objetivo que puede provenir tanto de equivocaciones puntuales en el hacer material co-
mo de anteriores fallos en el diseño. Mediante instrucciones claras y precisas hay que
intentar reducir al mínimo las primeras y corregir en lo posible las desviaciones de los
últimos.

3.1.1. La resistencia de la realidad frente a las intervenciones.


El Futuro es incertidumbre. El Futuro predictivo de lo que puede pasar a partir
del estado de cosas de ahora, forma un amplio abanico abierto a todos los acaeceres: ne-
cesarios, previsibles y más o menos probables, e imprevisibles
Pero según sabemos, el acaecer de algunos eventos depende de la voluntad
humana, son futuribles que se pueden manipular desde el presente actual para preparar
el Futuro procurado. Y con la acción humana4, llave de la entrada desde el mundo de
papel al mundo de las cosas, frenamos o aceleramos unos fenómenos naturales en la
confianza de que ellos transformarán en sucesos las contingencias que describe la do-
cumentación.
Cuando las instrucciones son adecuadas, el proceso de corporificación es gra-
dual y sin contratiempos, es una sustitución paulatina y conforme, según un programa,
de unas cosas imaginadas por otras reales.
Ahora bien, no siempre es así, de una forma u otra la Realidad exterior se re-
siste a nuestras tentativas de cambio. Debido a nuestros errores, ignorancia o a lo burdo
de nuestros recursos,

4
Controlar y programar no son acciones constructivas. Si evitan errores, no hacen avanzar. Con sólo vi-
gilancia no suben las paredes.
Morfología del proyecto 27

∑ y a la ligazón entre fenómenos, no desencadenaremos uno sólo sino varios a


la vez.
∑ o la ocasión para la acción no siempre es la favorable, ni está presente la
oportunidad.
Y en consecuencia ni del sentido, ni la fuerza, ni la velocidad,... del fenómeno serán los
que deseábamos.

Por su lado la Naturaleza conserva y potencia nuestros errores, los acumula ya


partir de ella introduce sus propias ordenaciones del Futuro. Y los resultados que aca-
bamos consiguiendo, modificación dialéctica de lo que se nos va concediendo, a lo más
se aproximan, pero nunca son del todo los que pretendíamos.

3.1.2. Capacitaciones de los ejecutores.


Cuando todo está decidido y sólo resta el hacerlo, no basta con un plan para
transformar la documentación en realidades. Ni los más perfectos se autorrealizan. Ha-
cen falta hombres, y el logro depende del número y de la capacidad. Pero, ¡atención!,
las capacidades y habilidades que requiere la corporificación, son diferentes de las que
requiere la particularización.
Coordinar hombres y máquinas, documentación y ejecución, requiere un Di-
rector de proyecto cuya influencia sobre la consecución o el malogro será decisivo. Un
mal general puede perder en una ocasión favorable, y un buen general salir con bien de
un presumible desastre.
Y no basta con un buen jefe, hacen falta buenos operarios con buenos mandos.
∑ Las actividades no repetitivas y con cambios frecuentes de ritmo, de cua-
dro o de acción, trátese de hacer la guerra, abrir una zanja, tender una línea
de teléfonos, etc., requieren unos actores capaces de resolver las dificultades
a medida que se presenten.
∑ La frecuencia de las decisiones, al acumular aciertos y errores, ponen en
evidencia tanto la ineficacia como la iniciativa y maña. En todo caso sólo se
hará lo que los operadores hagan, y de la forma en que sepan hacerlo.
∑ El trabajo, medio de ganarse la vida, no debe incluir el peligro de estro-
pearla. La probabilidad del accidente aumenta con la exposición; y los
montadores, en cierta forma profesionales del riesgo, deben extremar la se-
guridad.
Morfología del proyecto 28

Responsabilidades del director


Un director de Obra no es un asesor técnico, y menos aún un espectador no in-
volucrado. Está obligado a saber más, responde de las condiciones en que se cumple el
trabajo, es responsable de los actos del grupo frente a su gente, la Empresa, el cliente y
la Sociedad en general:
∑ Frente a la Empresa, responde de éxitos y fracasos, y está obligado a ter-
minar la operación con beneficio y sin contratiempos económicos o legales;
∑ Frente al cliente debe cumplir, y si es posible mejorar, el plazo, calidad y
precio;
∑ Frente a la Sociedad, aunque no de forma explícita, responde de la caren-
cia de peligrosidad para terceros, ausencia de destrucciones innecesarias,
molestias, etc. Y de la mesura en la utilización de los recursos privados o
públicos.
∑ Frente a su personal, sólo puede admitir la ejecución de los actos adecua-
dos y sin riesgo, y sin excusas en encuestas, votaciones, etc.
Así las cosas, un director de Obra a la vista de quienes dispone, y del montaje
que de llevar a cabo, antes de iniciarlo debiera comprobar:
- si le será posible cumplir las especificaciones de calidad,
- si lo podrá terminar en el plazo pedido,
- si le será posible ajustarse al presupuesto,
pues puede suceder, y a veces así sucede, que quienes intervienen en la ejecución no po-
sean todos los conocimientos que debieran. En tal caso no se estará llevando a cabo lo
que se supone que se está haciendo, y si quienes llevan el control, tampoco son compe-
tentes, quizás nadie lo detecte de inmediato.5
Considerando las cosas bajo otro aspecto, el Jefe debe cubrirse de las trampas
que la hagan o la puedan hacer los otros. Y tomará disposiciones para defenderse y de-
fender a su gente y a su empresa.
Así, en las obras para terceros, por ejemplo, es bueno estar preparado para de-
mostrar que como ocurre con frecuencia, el cliente no ha cumplido sus compromisos
sobre entrega de datos, aprobaciones, etc. o ha introducido modificaciones importantes.
Y demostrar, si es preciso, cuando llegue el caso,

5
La conformidad de los incapaces aunque tengan mando, no asegura el éxito. Si hay falta de capacitación
en quienes ejercen el "control de calidad" procede desarticularlo. Si bien conviene corregir lo que está
mal hecho, es estúpido deshacer para hacer de nuevo lo que estaba bien desde un principio.
Morfología del proyecto 29

- que el cliente es el auténtico y principal responsable de los retrasos. Y


- que no sólo no puede exigir penalizaciones sino que debe abonar
mayoraciones.
En otro orden de cosas, aunque el director de obra no responde de la idoneidad
del artefacto para una función sino de su correcta ejecución, tiene autoridad y obligación
moral para dar a conocer las deficiencias y fallos de la función que puedan ser repercu-
siones de la modalidad seguida en la construcción.

3.1.3. La presión y opresión del "aquí y ahora".


El cambio que el hombre genera, cabalga en el presente actual sobre la evolu-
ción natural de las cosas. Vive del instante y quema el tiempo. Los resultados de la ac-
ción directa son irreversibles: se arranca un árbol, se dinamita una piedra, se dispara un
cañón, se alza una chimenea, etc. ... sucesos que entran en la Realidad. El borrado para
hacerlos desaparecer, requiere nuevas acciones, será superficial y dejará huella.
No hay auténtico ensayo. Una repetición se sobrepone y no anula la actuación
anterior. La marcha no se detiene, acciones e inacciones empalman unas con otras. Sin
solución de continuidad finalizan y empiezan. No hay altos ni esperas. Lo que dejamos
a medio hacer, a medio hacer lo encontrarán. Y con los plazos aparecen las prisas. Aquí
y en el simultáneo de los otros lados, lo que se está haciendo tira de lo que falta por ha-
cer, y empuja lo que se está llevando a cabo.
Tengamos presente que la consecución de objetivos mediante acciones institu-
cionales depende de las decisiones de unas personas que ni conocen a fondo los objeti-
vos, ni disponen de tiempo para el estudio. Para no errar, la experiencia y el entrena-
miento no les bastan. De una forma ágil y, fiable, han de tener:
- constancia de cuales son las eventualidades previamente analiza-
das,
- acceso a lo que es de aplicación en cada caso,
en forma de unas instrucciones pertinentes, claras, precisas y completas. Y si llegado el
momento no se encuentran a mano y disponibles, los mejores estudios resultan inútiles,
y no importe saber que el caso ya se estudió y resolvió.
La Acción teleológica está sometida a la ocasión y a la oportunidad de tiempo
y lugar. Poca cosa la aborta, un: "ahora llueve", "está demasiado caliente", "no está se-
co", "Ya partió el tren", etc. se bastan. Hay que estar atentos o las cosas rodarán por
otros caminos. Sólo podemos actuar en el ámbito y el alcance del instante, con lo cual la
autoridad del "aquí y ahora" lo supedita todo al presente accesible, de acuerdo con las
reglas de la Táctica, en una improvisación prevista que no se interfiera con la previsión
preparada y recibida
Morfología del proyecto 30

3.2. El programa de ejecución


La construcción, ejecución. … es la etapa más espectacular de un proyecto. Y
es también la más cara. Lo que hasta el momento sólo fueron signos sobre papeles, coge
cuerpo material. Los materiales, cualquier material es siempre más caro que el papel.
Los errores ya no se borran, van a desechos, escombros, en definitiva a pérdidas. Hay
muchos hombres y máquinas involucrados. Las esperas son caras, muy caras y sólo
producen gastos. El dinero huye rápido.
La operación merece estar bien planificada. Y la ejecución es en si misma un
nuevo proyecto preparado a partir del Proyecto técnico de la Ingeniería de detalle. Pero
en este caso, si bien la programación de la ejecución también está hecha en despacho
y también sobre papel, maneja unos objetivos y tareas que son bien conocidos. No hay
lugar para la inventiva tan sólo es organización, en un intento de hacerlo todo a la vez,
sin otras restricciones que las tecnológicas de los materiales y de las piezas, las disponi-
bilidades de hombres y máquinas y la ocupación de espacio físico

3.2.1. Rigidez y libertad en las instrucciones.


Las plantillas de montadores estarán formadas - aunque luego no siempre sea
así - por gente de oficio, experta: Jefes de Sección, Taller, Capataces, Operarios... en
número suficiente. Aunque la realidad acabe mostrando que, casi siempre la plantilla es
inestable, incompleta durante muchos periodos, de composición desequilibrada, forma-
ción insuficiente y comportamiento poco fiable.
El proceso de ejecución contempla:ses
∑ una buena y adecuada estructura jerárquica de mando, de responsabilidad
y de conocimientos sobre el hacer y sobre los recursos.
∑ y unas instrucciones que deberán ser pertinentes, precisas, completas y
claras, ya que no se dispondrá de tiempo para dilucidar ambigüedades ni re-
solver crucigramas. Y ni más ni menos de las indispensables. Y aunque no
siempre convenga detallar la forma de coger la brocha, puede que haya
pintores que ni entiendan de pintura, ni tengan a quién consultar.
Pero no hay auténtica delegación de responsabilidad si no hay asignación de
recursos suficientes: y no sólo para cumplir, sino para cumplir con éxito. En consecuen-
cia, la tarea que se asigna a una persona debe ser consecuente con los recursos (mate-
riales y humanos) que se la conceden. Actuar de otra forma es Teatro.
Por otro lado, en toda operación habrá unas cosas prohibidos, otras obligadas, y
muchas indiferentes que admiten variaciones.
Morfología del proyecto 31

Para que la obra se adapte a las incertidumbres del medio, es bueno que los
actores dispongan de libertad sobre el cómo y el cuándo de sus acciones. Libertad que
además de romper el aburrimiento, si el ejecutor está capacitado aumentará la comodi-
dad, la calidad y la economía.
Una libertad que en todo caso será restringida. Si bien no parece lógico usar
unos recursos porque "así está previsto" cuando las circunstancias ofrecen otros mejo-
res, el mantener compatibles unas operaciones independientes con sus propios recursos,
incentivos y penalizaciones pone fuertes trabas a los cambios. Y el riesgo del galimatías
a que se puede llegar, casi siempre aconseja continuar con lo originalmente dispuesto.
En todo caso para evitar el caos, tanto el campo como los límites y condiciones
de esta libertad deben figurar claramente en las instrucciones.

3.2.2. El éxito en los objetivos inmediatos y finales.


No siempre es evidente por qué se hacen las cosas. A veces, en obras para ter-
ceros, las especificaciones y garantías del contrato son los únicos factores que importan.
A veces, en los timos o estafas, un rigor extremo en la forma sólo persigue que el enga-
ño no se descubra antes de tiempo. Y no se debe matar a la persona a salvar, por mucho
que ello facilite la Operación de rescate.
En un proyecto, la auténtica finalidad está en el beneficio último que resultará
de la operación. Y es conveniente que todos los participantes la conozcan, pues no se
trata tanto de cumplir las instrucciones como de llevar a cabo la acción acertada.
∑ Hay que prestar atención a los indicios de divergencia entre los objetivos
inmediatos y los de calidad, plazo y costo últimos. Pues sólo una vigilancia
constante permite corregir las consecuencias de un desajuste puntual o de
los despropósitos habituales en la actuación colectiva.
∑ Por otro lado, carece de sentido preparar una operación sobre la que no
haya dominio. Y el programa de la corporificación debe contemplar los
tiempos y recursos necesarios para la elaboración de un programa para el
seguimiento y las correcciones del primero.

3.2.3. Las comprobaciones en la marcha hacia el éxito


Un programa de ejecución debe incluir el detalle de las verificaciones a efec-
tuar como una parte activa e importante de la ejecución.
El tiempo destinado a las verificaciones intermedias puede parecer muerto o de
espera. Y un inepto considerarlo tiempo perdido. Pero si se le acorta, más que acelerar
la consecución se potencia el fracaso. La obra sin verificación suficiente acabará proba-
Morfología del proyecto 32

blemente en la chatarra. Que en España se admitan los arreglos a posteriori con cha-
puzas es prueba de compadreo no de lo innecesario de las comprobaciones.
En vistas a detectar las divergencias entre lo que se pretende conseguir y lo que
se está consiguiendo, para luego proceder a corregirlas, hace falta conocer en todo mo-
mento la cantidad y la calidad de:
- lo que se ha hecho,
- se está haciendo, o
- falta por hacer,
mediante controles, comprobaciones, supervisiones, etc., y el uso sistemático de partes,
estadillos, actas, etc., a fin de:
- asegurar que se sigue y se podrá continuar con el programa,
- comprobar que se está obteniendo lo que se quería, y
- verificar que se va a conseguir lo que se desea.
Por otro lado, en los montajes rige el "vísteme despacio que tengo prisa", y
como la rapidez aumenta la frecuencia y gravedad de los errores, en los programas
Crash hace falta incrementar la atención y ¡las comprobaciones!.
Cuando no hay que sobrepasar unos presupuestos, la vigilancia de los pagos, de
los recargos financieros, de las penalizaciones, de los compromisos contraídos, etc.,
constituyen aspectos importantes de la supervisión.
En todo caso, hay que tener en cuenta que la acción que remedia las discrepan-
cias, no es de efectos inmediatos. Una orden requiere:
- tiempo para llegar a su destino,
- tiempo para su cumplimentación, y
- tiempo para que cumpla efectos,
ignorarlo, provoca sobrecorrecciones inconvenientes.

3.3. La ejecución material


Compras, recepciones, descargas, almacenamiento, … transportes de materia-
les o de piezas a sus puntos de destino en la obra, el tajo, el taller o lugar de montaje, de
unos productos de mercado o fabricados en talleres propios o por subcontrataciones a
terceros, conllevan poca actividad sobre papel. La ejecución material es el momento de
los mecánicos, electricistas, albañiles operarios en general, concentrados en la obra o
desperdigados en sus talleres en una actividad contra reloj, ante plazos y compromisos
ineludibles por aceptados. Es un correr, unas prisas,… empujados por lo que va a llegar
y está llegando según el programa.
Morfología del proyecto 33

Requiere organización y disciplina. Hay riesgos y hay que prestar especial


atención a la seguridad

3.3.1. La introducción de modificaciones y mejoramientos.


Durante la ejecución, la capacidad para cambiar la acción está muy disminuida.
Al igual que en el tenis, el saque condiciona las restantes jugadas y recuperar la iniciati-
va es cada vez más difícil. Si bien es posible corregir algunos errores es más fácil que,
con las prisas, se introduzcan otros nuevos. En el campo y sobre el caso, hay menos
tranquilidad que en la mesa de un despacho
Ahora bien, al avanzar en la ejecución y al ir adquiriendo cuerpo el objetivo, si
quien lo construye vive lo que hace y sabe para que sirve, puede hallar variantes que
mejoren lo descrito en los papeles.
Mas según viejas consejas, un clavo de la herradura de un caballo fue sufi-
ciente para la pérdida de un Reino, toda variación que se introduce hoy y ahora en el
programa, interferirá de alguna manera con las consecuencias de las anteriores acciones.
Y las nuevas secuencias del futuro pueden no coincidir con las previstas primitivamen-
te. Y ante las dificultades en profundizar sobre las repercusiones:
- en otras etapas del montaje,
- en el servicio final,
por pequeño que parezca un cambio, conviene tener la aprobación de todos los respon-
sables.
Así las cosas, es difícil pronosticar con seguridad y rapidez cuáles serán las re-
percusiones de una modificación (pequeña o grande) de un programa complejo. No es
prudente introducir durante la ejecución más cambios y modificaciones que los estric-
tamente indispensables. Y en todo caso deben estar precedidos de una composición de
futuro con las repercusiones que pueda tener sobre la parte del programa que falta por
completar.
Aunque parezca raro, son notables por lo frecuentes y sus desagradables conse-
cuencias, las modificaciones de las cotas de un plano no contrastadas en los otros pla-
nos. El corregir con prisas es malo. Si bien "hoy es hoy, y mañana será otro día", en
ningún caso lo que se hace ahora debe involuntaria e inconscientemente destrozar el
Futuro preparado.
Por otro lado, merecen atención especial las innovaciones que, con fuerte re-
percusión sobre el programa, aparentemente representan una mejora sustancial. Y sope-
sar cuidadosamente las ventajas frente a los inconvenientes, puesto que un cambio:
- representa quitar una parte de lo ya hecho,
- genera nuevas situaciones que anulan parte de la programación,
Morfología del proyecto 34

- requiere preparar nuevas instrucciones o adquirir nuevos materiales, e


- incrementa el costo, como mínimo con unos gastos de espera.
En caso de duda la Prudencia es buena consejera, más a veces no es la Pruden-
cia sino la Ignorancia quien aboga por mantener unos fallos evidentes.

3.3.2. El replanteo y verificación inicial.


No todo se puede hacer en cualquier momento, en cualquier sitio, ni de cual-
quier forma. Las cosas son como son. El momento, el lugar y los recursos marcan unos
límites, y con ellos la acción queda supeditada:
- al momento que da rigidez al escenario,
- al lugar, marco incontrovertible del desarrollo,
- a lo que allí ya había y
- a los suministros que la Intendencia haya hecho llegar,
puesto aunque sean resultado de decisiones arbitrarias, forman una realidad insoslaya-
ble.
El estado de cosas que halla el ejecutor, no siempre coincide con las anuncia-
das, y sus instrucciones no siempre corresponden a la situación. Si hay discrepancias, al
ejecutor no le queda más remedio que apechugar con ellas y resolverlas.
∑ Unas veces las discrepancias son producto de la ignorancia y de la in-
competencia. Y el terreno, en contra de lo anunciado puede ser una laguna;
la acción ordenada una necedad, y los datos, incorrectos.
∑ O provienen de los ordenadores, máquinas sin juicio en manos de quie-
nes no salen de sus despachos y que manipulan pero no entienden unos da-
tos proporcionados por otros.
∑ Pero también podemos hallarnos ante unos informes para el mando en los
que el autor conscientemente, para evitarse problemas, confirma las opinio-
nes de la Organización a costa de la Realidad.
∑ En algunos casos, la divergencia previsión - realidad proviene de que se
ha adelantado una parte del Futuro sin dar tiempo al resto para acudir a la
cita. Y si las obras ya han acabado, todavía no cumple el plazo de los teléfo-
nos.
Por unas u otras causas no es seguro que en el escenario de la acción encon-
tremos todo lo que debiéramos. Y puede darse que la concordancia sea sólo formal: y el
camión que figura en las relaciones de ítems esté falto de piezas; o los caminos, intran-
sitables. Mas cuando la Realidad no concuerda con los papeles, los lamentos no arreglan
la situación, y los "si .." no sirven ni para remiendos.
Morfología del proyecto 35

Así las cosas, para no contar con lo que no habrá, procede cuanto antes una
comprobación:
- de todo lo que se dispone, y
- de todo lo que se va a disponer,
pues los recursos utilizables incluyen tanto las existencias en almacenes, como las parti-
das del Programa de acopios cuando este es de fiar.

3.3.3. Los puntos a resolver en obra.


Según hemos dicho:
∑ Las características del momento de hacer requieren disponer de una or-
ganización ajustada a las cosas y personas del caso.
∑ Las precisiones incompletas, innecesarias o excesivas repercuten desfa-
vorablemente sobre el coste, rapidez y calidad;
∑ En la mayor parte de los casos las condiciones efectivas en que tendrá lu-
gar la ejecución final sólo se conocen, por adelantado, de una forma incom-
pleta, superficial y ambigua.
En consecuencia corresponden a pie de obra las decisiones relacionadas con el
lugar y el momento, tales como:
- servicios auxiliares provisionales,
- accesos y distribución de entradas y salidas,
- satisfacción de las necesidades de los montadores: (vestuarios o
lugar para el bocadillo),
- redes de servicios auxiliares, etc.
sin que por ello deban dejar de figurar relacionados y descritos en el Libro General de
Instrucciones.
Ahora bien:
∑ Resolución a pie de obra no significa improvisación, ni descuido de la
calidad. No porque las pantallas, revestimientos, muros, rellenos, etc. ocul-
ten las tuberías, desagües, redes eléctricas o de teléfonos, etc., van a desapa-
recer las consecuencias de una ejecución inadecuada.
∑ No es procedente la frecuente falta de instrucciones sobre montaje, des-
montaje o movimiento de equipo. Si bien las Brigadas de Transporte acaban
llevando las cosas a su sitio, no es seguro que lo hagan bien, de la forma
más económica y sin riesgo para hombres y equipos.
Morfología del proyecto 36

3.4. Los aprovisionamientos.


Antes de iniciar una obra, no hay trazas de ella; y para que puede terminarse
tiene que haber llegado todo lo necesario: materiales, hombres, herramientas, instruc-
ciones, etc. Compras y acopios condicionan el desarrollo. Toda espera, sean instruccio-
nes, materiales o acontecimientos, supone un paro en la actividad laboral con unos cos-
tos.
La Intendencia manda.
Los suministros han de encontrarse disponibles y en condiciones cuando son
menester. Y para ello no basta con un buen programa de acopio y de almacenes, sino
que es preciso seguirlo bien y verificar las recepciones.
La improvisación puede suplir algunos fallos. Mas, cualquier desvío por cam-
bio o sustitución que repercuta sobre el futuro, puede ser un alivio sólo momentáneo y
de más graves consecuencias, si por ejemplo se ha utilizado un material ya en almacén
con un destino bien determinado, altamente específico y de lenta reposición para subsa-
nar la falta de disponibilidad del material pertinente.
Por un lado, la normativa industrial sobre cómo deben ser, como se deben
comprobar, cómo se deben transportar, etc. las cosas no es tan extensa ni completa co-
mo aparenta. Ni el Mercado la cumple. Y puede que:
- las piezas recibidas no sean las solicitadas,
- los albaranes no coincidan con las entregas,
- el contenido de una caja no sea el que indica la etiqueta, etc.
Procede verificar el material que se recibe, antes de darle entrada y para ello
disponer de un control de recepción rápido y eficiente con Normas sobre presentación,
tomas de muestras, materiales, etc.: ¡sólo se pueden examinar los productos para los que
hay preparado un examen!
Por otro lado, los productos deberán atenerse a unas Normas de colocación,
movimiento, etiquetaje, dimensiones, etc. marcados en parte por los recursos de que se
dispone para el almacenamiento. E importa seguirlas, pues no basta con recibir y alma-
cenar, los materiales se deben utilizar y para ello es menester conocer:
- su existencia en Almacén,
- las posibilidades de sustituir a unos por otros,
- las formas de dar con ellos, etc.
El documento imposible de archivar o la pieza difícil de almacenar no sólo es
una molestia sino que con facilidad se extravía.
Morfología del proyecto 37

4. EL ARTEFACTO EN SERVICIO.

4.1. La entrada en servicio


Si se prescinde de la función, no hay sentido en los artefactos. Terminarlos, no
nos basta ni conforma, y pocas veces nos satisface la sola contraprestación monetaria:
trátese de partir un tronco o de partirle a uno la cara. Ni aun cobrando estamos dispues-
tos a trabajar para el diablo durante largo tiempo.
Si no hay funcionamiento, hay frustración. Lo prueba la animadversión frente a
las labores, más inútiles que penosas, de los campamentos militares, prisiones, centros
de enseñanza, etc.; lo prueba el aumento en el esmero en los encargos si se sabe dónde y
cuando van a utilizarse; y lo prueban los cambios de comportamiento en los empleados
cuyo papel fundamental es el de títere, cuando se dan cuenta de ello.
El conseguir un soporte para la función no es el final sino el principio, y habrá
fracaso si el artefacto no entra en servicio. Y con la entrada en servicio el artefacto ini-
cia una vida útil que finalizará con la obsolescencia suya o del producto que proporcio-
na.

4.2. El artefacto como proceso y como producto.


Y los beneficios del funcionamiento han de compensar a quienes han interve-
nido en lo obtención, a quienes lo hacen funcionar, a quienes usan su producción. Por lo
tanto el artefacto debe ser soporte material adecuado tanto para el proceso de fabrica-
ción como para el objeto suministrador de la función. La función de un fusil es disparar
balas, y también el matar corzos.
Pero en última instancia, será el servicio que proporciona quien confirme las
ventajas de poseer o de carecer de unos detalles, al margen de cuales puedan ser sus ex-
plicaciones teoréticas. Si la prueba del puding está en el comerlo, su razón es el ser co-
mido.
Morfología del proyecto 38

Como soporte al proceso de obtención, el cuerpo material:


∑ Mantiene la ordenación espacial de los fenómenos físicos y químicos,
proporciona los canales de interrelación preferentes, ordena las secuencias
internas y posibilita los intercambios externos. Aquí el café, aquí el agua,
aquí un filtro, aquí una resistencia... Y si se enchufa saldrá café. De alguna
forma actúa de corsé.
∑ Está formado por partes altamente específicas en vistas a adecuar las
formas y los materiales (resistencia, interruptor o cazo de agua) a las solici-
taciones de cada componente.
∑ Esta misma especialización que le comunica robustez frente a las varia-
ciones previstas, es causa de fragilidad frente a los imprevistos (Agua más
o menos potable, si; sosa, no).
Por otro lado, el artefacto soporte material pasa a ser objeto a utilizar en el
momento en que nosotros queremos el producto que se obtiene del proceso, un buen ca-
fé en el caso de la cafetera, y no nos importa su funcionamiento.

4.2.1. El funcionamiento. Servicio y utilidad.


Denominamos funcionamiento al desencadenamiento factual y ordenado según
unas leyes causales, de los diversos fenómenos internos previstos en la estructura del
artefacto.
Los fenómenos internos irán variando hasta llegar a unos ciclos estables o a
unos valores constantes.
- En un proceso en desequilibrio termodinámico que se mantiene
estacionario por intercambio de materia y energía con el exterior.
- En una predeterminada combinación, de por sí inestable, bajo la
férula del cuerpo material y de los mecanismos de respuesta pre-
vistos en la ordenación.
El funcionamiento abarca arranque, régimen y paro. Alcanzar el régimen, al
igual que salirse de él, implica unos cambios en los fenómenos que generan unas soli-
citudes diferentes sobre las piezas - soporte. Los problemas del arranque son distintos
de los del paro, y distintos de los de la marcha a régimen. Las tensiones de un horno du-
rante el calentamiento son diferentes de las del enfriamiento. Los condiciones de com-
bustión de la mezcla con motor frío son otras que con motor caliente.
Y si bien es cierto que el artefacto debe funcionar, no basta con que funcione
para que sea útil, debe funcionar cuando lo desea el usuario y no a su antojo cuando se
Morfología del proyecto 39

le ofrece, tanto si se trata de un motor como de un espantapájaros. Y funcionar repre-


senta no sólo que se cumple el proceso y que se obtiene el producto, sino seguridad:
- en el uso para las personas,
- en la calidad y volumen de la producción,
- en la calidad del servicio del funcionamiento,
sin que el soporte se deteriore en demasía por vejez o por uso.
Pero la homogeneidad y estabilidad en la producción son altamente sensibles a
las pérdidas de orden por vejez o desgaste, y a los cambios desde el exterior: aceites lu-
bricantes, o temperatura ambiente.
Por su parte, el funcionamiento genera unos productos (y subproductos) con
una utilidad que depende
- de la naturaleza (de si son palomas, castañas o huevos),
- de las condiciones en que se nos ofrecen, (lunes de luna llena de
20 a 21 h.),
- de la oportunidad (pero ahora yo no tengo hambre),
- de la variabilidad que presentan (unos, huevos de perdiz; otros, de
pavo).
- del esfuerzo en conseguirlos.
Y el funcionamiento implica también una calidad de servicio, qie repercute en la utili-
dad. Mantener el servicio requiere operarios fiables.
Y el mejor o peor aprovechamiento de un artefacto en el aspecto de la utilidad
depende en gran manera, y como es de suponer, del buen hacer de las personas.

4.2.2. La idoneidad del cuerpo material.


El artefacto cuerpo material debiera durante un tiempo predeterminado de fun-
cionamiento a régimen y con transitorios de arranques y paros:
- proporcionar soporte al proceso,
- resistir la agresión interna del proceso,
- acomodarse a los alrededores.
Pero no es seguro que el objeto conseguido con el proyecto cumpla con todos los requi-
sitos, y es prudente:
- asegurarse de que la manipulación no presentará riesgos, antes de
- comprobar que sirve efectivamente para lo que queríamos.
Las pruebas y ensayos que deben estar incluidas en las instrucciones de la
pormenorización, se llevan a cabo sobre unos puntos clave elegidos bien por la especial
dificultad que presentan, bien porque allí se acumularán los posibles errores, etc. Re-
sultan eficaces, aunque las pruebas:
Morfología del proyecto 40

∑ destructivas, informan de algo que ya no existe ante una condición límite


que no se desea alcanzar;
∑ no destructivas, nos informan de un comportamiento bajo unas condi-
ciones que no cubren todas las contingencias;
- blandas, no garantizan los casos extremos, etc.
- duras, provocan un deterioro y no es seguro que el artefacto pue-
da sobrepasarlas de nuevo;
En cualquier caso, las pruebas de un arma por complejas que sean, nunca equi-
valdrán a un auténtico combate. Ni las de canal o de túnel serán representativas de todas
las situaciones reales de mar o de vuelo. Y ni el envejecimiento ni el desgaste de efecto
lento tienen difícil equivalente en ensayos acelerados...
Mas, con estas pruebas no pretendemos validar los métodos de cálculo o de
construcción, sino:
- confirmar que estamos ante lo que debiéramos estar,
- verificar indirectamente que se han seguido las instrucciones de
construcción,
Y asegurarnos si es preciso mediante un chequeo exhaustivo:
- que todo está en orden (listas de chequeo y cuadros de instru-
mentos),
- que no hay razones para dudar de la bondad, y
- que podemos continuar con los ensayos de marcha, escalonán-
dolos de menor a mayor dureza, desde los ensayos en vacío a los en
carga.
Aquí y ahora, al referirnos a la conveniencia de comprobar los artefactos no
nos referimos sólo a máquinas complicadas. Las pruebas de una copa de vidrio podrían
ser por ejemplo:
- estado funcional: roturas, imperfecciones de molde, errores de re-
cocido
- diseño: estabilidad en la posición vertical, facilidad de llenado y
limpieza; manejo por el pie, copa o cuello, forma de los bordes...
- materiales: color del vidrio, resistencia a los choques mecánicos y
térmicos, transparencia, ausencia de burbujas...

4.2.3. Arranque, régimen y paro.


El artefacto debe funcionar bien: ponerse en marcha, conservar el régimen en
los condiciones preestablecidas y mientras interese, y parar cuando haga falta.
Mantener el régimen presenta unas dificultades. Arrancar y parar, otras. Para
superarlas hay que saber hacer las cosas que deben hacerse, y cuándo es menester ha-
Morfología del proyecto 41

cerlas. Según unas normas bien determinadas, fundadas en el proceso y en el arte-


facto, que han sido preparadas con anterioridad: ¡Y que también deben ser comproba-
das!.
Los libros de operación tanto para el régimen como para el arranque y el paro,
así como los libros de mantenimiento, son en cierta forma parte integrante del artefacto.
Poner en marcha y parar son unas etapas transitorias bajo unas condiciones con
frecuencia más duras que las de régimen. Provocan gastos improductivos que hay que
reducir en lo posible, pero son inevitables. Y el artefacto las deberá superar con éxito el
número de veces previsto: una sola vez, si se trata de un cohete; 100.000, si de un inte-
rruptor doméstico.
En otro orden de cosas, si la habilidad en el uso de una herramienta sencilla ya
no es fácil de adquirir, llegar a la compenetración entre todos los hombres de una fabri-
ca de coches por ejemplos, para mantenerla en marcha presenta muy serias dificultades.
Y son aun mayores en las operaciones de arranque y paro, pues, en estas todo sucede y
se debe ajustar a la vez al contrario del proceso en régimen.

4.3. Las pruebas y ensayos de marcha.


La declaración de objetivos contemplaba unas especificaciones que durante la
particularización se ampliaron y concretaron en los protocolos de unas pruebas, a sa-
biendas que:
- el comportamiento real del artefacto no siempre se corresponde
del todo con el de las pruebas,
- los resultados en cierta forma dependerán de como se lleven a ca-
bo.
Así las cosas, a efectos de garantías para la entrega y recepción se aceptan
como suficientes los ensayos acordados, y se comprueban las prestaciones del artefacto
bajo las condiciones pactadas.
Ahora bien, todo artefacto posee unas características particulares y propias, no
siempre todas ellas contempladas en la declaración de objetivos y que en algunos as-
pectos pueden superar y ampliar las previstas; por otro lado, es en cierta forma solo es
un prototipo a poner a punto en el rodaje. Y en consecuencia para aprovechar la capaci-
dad real es preciso determinar: las capacidades de producción, los puntos críticos, las
condiciones de funcionamiento, las prestaciones máximas, etc. reales, no los supuestos
teóricos que figuran en los papeles.
Morfología del proyecto 42

Y para ello hacen falta muchas horas de ensayos en marcha, y son de gran
utilidad los métodos estadísticos: Simplex, Lagrange, etc. que permiten afinar el rendi-
miento.
Bajo estos aspectos, las series merecen una especial atención. Todo ejemplar
en uso es una fuente de experiencias. Y, si las series se mantienen durante años, correc-
ción tras corrección, acaban lográndose ejemplares muy bien resueltos.

4.3.1. La liquidación del proyecto.


Las cosas por lo general se acaban.6 Y los proyectos no son una excepción.
Terminada la obra, empiezan una serie de operaciones: desmontar la organiza-
ción creada, deshacer el equipo humano, retornar las herramientas y el equipo de mon-
taje, entregar en almacenes las piezas de recambio, etc., para acabar con la anomalía
temporal que representa el Proyecto, y organizar el nuevo orden.
Un proyecto es un sistema transitorio.
Estos toques en la administración final: recopilar costes, reunir y archivar los
diferentes documentos con finalidad histórica o de nuevo uso, etc., aunque de apariencia
burocrática y no constructiva, merecen una muy especial atención: proporcionan expe-
riencia a los constructores, facilitan a los nuevos usuarios el mejor conocimiento de su
instalación, etc., y a la par que memoria, aseguran el cobro.
Para el artefacto la finalización del proyecto representa un cambio formal de
estado y de escenario. Tras superar las pruebas de "cumple y sirve", se le da por termi-
nado, abandona al Constructor y pasa al Usuario7. La entrega puede consistir en un rigu-
roso examen de recepción o en la firma de un albarán, pero con ella finaliza la opera-
ción Proyecto.
∑ La entrega representa por lo general un cambio en la titularidad del arte-
facto, y siempre de responsabilidad sobre el mismo. Y con la conformidad
escrita del recipiendario se evitan futuras reclamaciones.
∑ Pero a veces el Constructor traspasa algo cuando sabe que realmente esta
sin acabar, procura no entrar en análisis, y para lograr la firma que le des-

6
Los procesos inacabables, continuación indefinida de sí mismos y que no llevan al parecer a ninguna
parte, por lo general resultan imprescindibles para la conservación de la organización. Y mantenerla es su
auténtico objetivo: el proceso metabólico de los seres vivos, muchas disposiciones burocráticas, determi-
nadas actuaciones de empresas nacionalizadas, etc.
7
Quizás a través de una larga cadena de intermediarios si se trata de un aparato de televisión.
Morfología del proyecto 43

vincula y libera de compromisos, hará las concesiones cosméticas que sean me-
nester8.

4.3.2. Critica final.


Con la entrega formal o informal del artefacto, precedida o no de exámenes,
comprobaciones y verificaciones de rendimientos, liquidaciones de pagos, y quizás con
la intervención de los Tribunales de Justicia, etc., el equipo proyectista pierde contacto
con lo que ha realizado, y el artefacto inicia su propia vida en manos de otros y dirigida
por ellos.
El artefacto acabado y en marcha, con un cuerpo e individualidad propia, pasa
al examen y crítica de los autores, empresarios y sociedad respecto a:
- la adecuación a la función,
- la utilidad del servicio,
- las repercusiones inconvenientes,
que al poner de manifiesto los errores permiten introducir mejoras y facilitan el progre-
so.
El conocer las causas de unos fracasos no los remedia pero permite evitar otros
nuevos. La critica sistemática de las soluciones, los materiales, los métodos, etc., debe
abarcar:
- lo que se hizo, y lo que no se hizo,
- la realidad lograda, y la que se podría haber conseguido,
- la acción y la omisión.
Y no se debe limitar a lo que uno ha hecho, sino que se debe extender a la totalidad de
lo que se hizo.
El resultado, un memorándum de documentada crítica (que por otro lado
muestra el poco interés del: "yo ya lo dije", "a mí ya me lo parecía, etc.), es el colofón
obligado (aunque a veces no se lleve a cabo) de todo proyecto.

4.4. La explotación del sistema hombres - artefacto - medio.


El artefacto una vez recibido pasa a explotación formando parte de un sistema
en el que también hay hombres. Y aunque su comportamiento no será siempre el ade-
cuado ni predecible, son insustituibles. Su papel más o menos brillante es siempre fun-
damental: alimentar la máquina, recoger la producción, limpiar los contactos, impedir la
entrada de intrusos, etc. Sus intervenciones, pocas o muchas, deben ser oportunas y efi-
8
Y a veces ni hay entrega, el autor desaparece con un rápido ascenso o un brusco cambio de panorama.
Morfología del proyecto 44

caces, o el sistema se descompensará. Todas ellas deben estar contenidas en el Libro


de operaciones.
Para conseguir un buen funcionamiento no basta con disponer de artefactos
bien probados. La utilización de: automóvil, lavadora, torno o central eléctrica, etc., re-
quiere operadores con apropiada formación, sin ella el fracaso es seguro.
En algún momento de la particularización, alguien definió los diferentes pues-
tos de trabajo con:
- las actividades a llevar a cabo, y
- las decisiones a tomar
para el régimen, arranque y paro que figuran en las instrucciones; y equivalen a los fo-
lletos de una máquina de lavar, el libro de operaciones de un ordenador o el de un pro-
ceso de fabricación. Y hay que conocerlas y seguirlas.

Y si por un lado la rigidez que presenta un artefacto determinado, pone techo


teórico al rendimiento del sistema, difícilmente el funcionamiento de aquel será el per-
fecto, y posiblemente se pueden mejorar por la mejora en la utilización por la actuación
de los hombres el estudio inicial no basta.
- Con la práctica van disminuyendo los errores.
- Con el tiempo, los complejos sistemas de hombres y máquinas
aprenden a funcionar.
Son cada vez menos los paros, las averías, las piezas defectuosas...y los trucos que en-
seña el oficio9, sirven para quitar gravedad a lo que fueron notables contratiempos. Y
aumenta la producción.
Mediante una buena organización, se puede lograr unos rendimientos reales
próximos de los teóricos. Y pese a lo evidente de las limitaciones, importa en gran ma-
nera prestar atención a la productividad del hombre. La estrategia para aumentarla
puede seguir dos enfoques:
- llevar a cabo todas las acciones de forma correcta,
- evitar el llevar a cabo acciones inadecuadas,
ambos enfoques llevan al mismo sitio, pues ganar es no perder y no perder nada es ga-
nar. Pero mientras el primero centra la atención en lo que se va consiguiendo, el segun-
do por el contrario la centra en lo que se iba perdiendo.
Cuando la organización es buena, el segundo enfoque, evitar las pérdidas o
mermas resulta más fácil por cuanto basta concentrarse en lo que todavía se hace mal. Y
dar importancia a las averías, los accidentes, los paros, las mermas, etc.
9
Es de recalcar el poco o nulo interés de disponer de un artefacto apto para unas determinadas prestacio-
nes, si luego no hay personas capacitadas para conseguir que las dé.
Morfología del proyecto 45

4.4.1. Formación y entrenamiento del personal.


El artefacto - sistema inicia su andadura de una vez, al ponerse en marcha. Y
en aquel mismo momento todos los operarios del sistema deben conocer cuales han de
ser sus intervenciones, sin errores.
La necesaria formación se adquiere mediante unos cursos y prácticas tuteladas
previas, caso de la conducción de un automóvil; mediante los libros de instrucciones,
caso del ordenador personal; o con simples folletos de cómo se utiliza una cola o se in-
giere una medicina.
También se puede conseguir por aprendizaje en puestos de trabajo similares en
otras fábricas del mismo producto, o mediante el uso de simuladores, maquetas, mode-
los cuando se trata de procesos muy complejos (astronautas).
Trátese de arranque, régimen o paro, en el teatro de operaciones hay prisas y
riesgos, y el personal debe estar bien entrenado. Un aprendizaje por tanteo y error re-
sulta caro y arriesgado, y sólo es admisible en casos muy sencillos, por ejemplo, para
los molinillos de café.
La selección, formación y entrenamiento de personal toma tiempo. Las instruc-
ciones y el programa de enseñanza forman parte del proyecto. Y no es prudente descui-
darlas.

4.5. Las anomalías y disfunciones del artefacto


Por desgaste, envejecimiento o fallos de diseño o construcción el estado actual
no siempre es el que debiera. Y el soporte que proporciona al proceso, no es el conve-
niente. Y el artefacto puede dejar de funcionar o desencadenar otra línea de fenómenos.
Algunas anomalías se detectan y corrigen en los ensayos y pruebas de marcha.
Otras se crecen y las hay que se generan con el mismo funcionamiento. Un buen pro-
yecto ha de tener en cuenta los accidentes y las emergencias de funcionamiento tanto si
pueden provenir de los deterioros del cuerpo material del artefacto como los proceden-
tes de los errores de los operadores. Para prever las correspondientes correcciones y ser-
vicios de mantenimiento y de seguridad.

4.5.1. Los deterioros del cuerpo material.


El artefacto acabado es cómo es, con unas garantías y seguridades que valen lo
que valen. El funcionamiento será el que será, con accidentes previsibles y de esperar.
Aunque nos creamos lo contrario, no hay motivo para que los artefactos continúen en
funcionamiento y funcionen constantemente bien.
Morfología del proyecto 46

No es seguro que en un momento determinado continúe en servicio lo que


un momento antes lo estaba. Lo más natural del aparato de televisión, la nevera, la ce-
rradura del coche, el grifo del agua, el contador, etc., es el no funciona. Y arreglarlos
representa un gasto importante en la explotación.
El funcionar deteriora, el tiempo envejece, el óxido corroe, los aceites se secan,
las cubiertas y las zapatas se desgastan, el maltrato resiente... Y las averías no siempre
se reparan en su totalidad. Con el transcurso del tiempo, por unas cosas u otras, pierden
fuerza las constricciones que el artefacto impone a los fenómenos de su interior, y, con
la pérdida de rigor, las interrelaciones pueden llegar a ser otras en calidad y valor. Y por
deterioro o caso fortuito tienen lugar los accidentes.
Las averías siguen leyes naturales y son predecibles. Prescindiendo de acci-
dentes, la duración de una pieza está limitada por los fenómenos de envejecimientos,
desgaste, rotura y es vaticinable por criterios estadísticos, bajo forma de tiempo crono-
lógico o de número de operaciones.
Los puntos críticos de una máquina se conocen a priori con apreciable seguri-
dad, y es posible pronosticar dónde y cuándo se presentarán los primeros fallos.

4.5.2. Los accidentes y emergencias de funcionamiento.


El buen funcionamiento de un artefacto no es cosa regular ni segura. Los hom-
bres no son fiables, y es difícil averiguar todos los errores cometidos en el diseño y
construcción, y es difícil prever lo que ya han hecho, hacen o harán y no debieran du-
rante la Explotación.
Tanto las personas que fabrican las máquinas como las que las utilizan: se
enamoran, tienen descuidos, sufren despistes, se emborrachan, les entra sueño o sufren
ataques cardíacos, etc. ... Fallos humanos de ahora o de antes, o fallos de máquina: relé
que no dispara, leva que no actúa, motor que no arranca, señal que no se conecta, etc. ...
no procede calificar alegremente los accidentes en graves o leves por sus efectos a pos-
teriori. Todos son graves en cuanto manifestaciones de ignorancia, error, equivocación,
descuido o mala voluntad por parte de alguien.
Y cuando las cosas por una u otra causa no están como debieran, aparecen si-
tuaciones de emergencia.
La experiencia nos permite pronosticar la ocurrencia, frecuencia y consecuen-
cias de algunos, digamoslos, accidentes. Mediante árboles de errores, relaciones de cau-
sas y efectos de fallos, etc. la Ingeniería de Seguridad analiza los acaeceres contingentes
para detectar los que pueden representar un peligro y evitar su ocurrencia o prevenir los
efectos. Cuando la probabilidad de que ocurran es muy pequeña, se les califica de ini-
maginables, mas no por estadísticamente imposibles dejarán de presentarse, a la corta o
Morfología del proyecto 47

a la larga, en algún lugar. Y, si llega el caso, los cuidadosos análisis de fiabilidad o de


redundancia, etc., no servirán de consuelo a los inocentes afectados.

∑ Así las cosas conviene disponer de instrucciones de actuación para las emergencias.
Y conviene instruir convenientemente a los usuarios en cómo enfrentarlas. Ambas cosas
forman parte del proyecto

4.5.3. Los servicios de seguridad: instrucciones y entrenamiento.


Según se ha indicado, con el tiempo y a consecuencia de algún fallo del mate-
rial, de los errores, en la actuación, del uso indebido del equipo, etc., los accidentes
pueden tener lugar y tendrán lugar.
Y no es correcto:
∑ Calificar y considerar sólo riesgos económicos los que pueden repercutir
en la integridad física de las personas;
∑ El llevar a terceros en nombre del progreso y manteniéndoles en la igno-
rancia, a situaciones peligrosas de las que muchas veces sólo reciben mo-
lestias.
Envenenamientos, asfixias, electrocuciones, explosiones, incendios, golpes,
caídas, etc., están en el programa. No es posible eliminar los siniestros, pero se pueden
tomar disposiciones para que no se propaguen, y para aminorar las consecuencias.
Y si no se han tomado durante la particularización en el inicio del proyecto,
deberán introducirse al entrar el artefacto en servicio con unas modificaciones que ni
todas se pueden llevar a cabo siempre, ni siempre todas se pueden esquivar.
Por su lado la Ingeniería de seguridad y protección ha desarrollado pantallas
protectoras, equipos detectores, apagafuegos, caretas, equipos médico - sanitarios, am-
bulancias, etc., fáciles de utilizar que sin suprimir las causas, amortiguan los efectos.
Mas, atención: no basta con que el material de seguridad esté, debe estar en si-
tuación de funcionamiento, trátese de ambulancias, helicópteros, botiquines o alarmas.
¡Y presente el personal instruido y entrenado en cómo y cuándo utilizarlo!10.

4.5.4. El servicio de mantenimiento.


Todo artefacto esta destinado a una historia de contratiempos, reparaciones,
intervenciones, sustituciones, etc., los datos síntomas indicativos de un servicio normal
10
El servicio de incendios puede fracasar por: falta de mangueras, hidrantes agarrotadas, presión de agua
insuficiente, motobombas imposibles de arrancar, etc., o ausencia momentánea de los bomberos.
Morfología del proyecto 48

o anormal deben figurar en los correspondientes Libros de Servicio. Junto con las
puestas en marcha, paros, engrases, cargas, velocidades, temperaturas. revoluciones, etc.
y de otros datos de interés para el diagnóstico de fiabilidad o la detección de averías
antes de que empeoren.
Por lo demás, las especialidades de Ingeniería (Mecánica, Electricidad, Organi-
zación, etc.) disponen de un depurado cuerpo de doctrina sobre el Mantenimiento o
arte de mantener las cosas en funcionamiento correcto: con planteamientos de manteni-
miento preventivo o de rotura, casos en que deben aplicarse, resoluciones por áreas, etc.
El Mantenimiento es parte de la Logística, requiere de personas capacitadas y
que dispongan de las instrucciones, las piezas y las herramientas precisas.
∑ Todas las máquinas, aun aquellas con pocas y fáciles reparaciones, han
de ir acompañadas de la documentación referente a sus potenciales fallos y a
la forma de solucionarlos, así como de los elementos que faciliten el mante-
nerlas en funcionamiento: piezas de recambio, herramientas, equipos de en-
sayo, etc. a preparar por el suministrador (o el proyectista).
El servicio de pos - venta viene a ser un Servicio de Mantenimiento para faci-
litar la vida de los usuarios inexpertos o despreocupados.
Morfología del proyecto 49

5. COMENTARIOS AL BENEFICIO CONSEGUIDO.

5.1. La evaluación del éxito de la operación proyecto.


Una vez llegado el final de la operación, el tiempo transcurrido es suficiente
para que se puedan haber alterado las estimaciones y las suposiciones iniciales. Por lo
general no se habían presentado todas las cosas que habíamos previsto, y en cambio han
aparecido otras que no se tuvieron en cuenta.
Cuando las expectativas son ya historia, ni el estado final alcanzado coincide
totalmente con el previsto, ni las ventajas e inconvenientes resultantes son los estima-
dos. Y sólo con una revisión y análisis con visión imparcial de lo que antes había, lo que
se hizo, y lo que ahora hay, se puede conocer el balance real y juzgar el verdadero éxito
o fracaso de la operación, pero manejando ahora sucesos y mediciones en vez de pre-
dicciones y estimaciones. El estudio debiera extenderse desde el inicio del artefacto a su
retiro por obsolescencia o por hastío o desinterés de los usuarios. Usualmente este análi-
sis no se lleva a cabo con amplitud, y por la falta de amplitud pierde su sentido. La ope-
ración construcción de ferrocarriles del siglo XIX, ¿fue un éxito en todos los países?. Y
la investigación avanzada que se lleva a cabo en los países en vías de desarrollo, ¿les re-
sulta auténticamente rentable?.

5.2. Bases para el enjuiciamiento.


El estudio debe ser global. Y abarcar todo el ciclo de vida desde la obtención a
la eliminación final, con las diversas funciones y la forma de disponer de ellas. Y tener
en cuenta la amplia variedad de satisfacciones y de molestias e inconvenientes que se
provocan.
Si el enjuiciamiento se refiere a sólo unos pocos aspectos, a la construcción o
al funcionamiento por ejemplo, o a un reducido lapso de tiempo, o a unos pocos usua-
rios (balances económicos de muchas sociedades), el resultado puede ser engañoso.
Morfología del proyecto 50

5.2.1. Extensión de la evaluación


No se debe desdeñar nada, y debe abarcar en su más amplia acepción:
- el transitorio improductivo de la obtención,
- el tiempo productivo de su funcionamiento,
- el retorno del artefacto y de sus alrededores a las condiciones de
origen,
- y a todas las consecuencias directas e indirectas a que han dado
lugar en estas etapas.
Y simplifica el trabajo efectuar por separado el análisis de las ventajas e incon-
venientes correspondientes a:
- el proceso de obtención del artefacto (fabricación del automóvil),
- la presencia o estar, funcione o no funcione, (el automóvil en la
calle o en el garaje),
- el funcionamiento, (el automóvil en uso y en marcha), y
- la desaparición final, (cementerio de coches o recuperación),
con independencia de cual sea la utilidad que reporte al usuario (en este caso, el trans-
porte).

5.2.2. Criterios de valoración


Las ventajas e inconvenientes que se derivan del artefacto se engloban en dos
tipos:
- los materiales, que por lo general son cuantificables,
- los culturales, sociales, psicológicos … con repercusión en el
bienestar individual, y que por lo general son cualitativos y no
cuantificables.
Los primeros son fáciles de reconocer y usualmente se tienen en cuenta, no así los últi-
mos. Pero tanto unos como otros deben incluirse en el balance, tengan o no un valor
económico monetario.
Y cambiando de tema, los artefactos son cosas de hombres que aprovechan a
los hombres. Disfrutarlos es cosa personal del individuo. Y una misma persona, con ro-
les diferentes, pueda formar parte de diversos sistemas que compartan el mismo arte-
facto, y la satisfacción le provendrá de los roles
El colectivo ni aprovecha ni utiliza; y con uso colectivo sólo queremos decir
que el artefacto estará disponible para ser utilizado por diferentes personas indetermina-
das, en secuencia o en simultáneo, de forma no exclusiva.
Por otro lado, las satisfacciones y molestias se refieren sólo a las personas que
los disfrutan o sufren, no a instituciones o personas sociales o jurídicas o a accidentes
Morfología del proyecto 51

geográficos. Y la desaparición de las ballenas, por ejemplo, será tal vez una lamenta-
ble pérdida:
- para quienes hoy se sienten responsables de la diversidad de Vi-
da,
- para los hombre del futuro aquejados de nostalgia, y
- para los hombres del futuro enfrentados a un ecosistema sin gran-
des cetáceos.
Pero carece de sentido postular consecuencias favorables o desfavorables para los
Océanos en general, y sobre el Casquete Polar Antártico en particular.
Las interferencias en la Evolución, nosotros sólo las podemos evaluar en
cuanto repercuten o pueden repercutir, directa o indirectamente, a la corta o a la larga,
sobre las vidas de otros hombres.

5.2.3. Los Valores


La auténtica valoración de las cosas corresponde a las personas involucradas y
sólo en la medida en que les afectan, si bien aquella proviene o está influenciada por el
colectivo del que forman parte. La valoración social debiera representar la suma de va-
loraciones de los componentes de la Sociedad, y, de alguna manera indicar el aumento o
disminución del bienestar o mejoría de los individuos, sin que quede clara la com-
pensación que reciben los negativamente afectados.
Por otro lado, la valoración por el individuo toma en cuenta unos deseos, nece-
sidades, gustos, comodidades... siempre subjetivos y personales sobre aspectos sólo
hasta cierto punto objetivos: materiales, pesos, medidas, colores... y la fuerza y vehe-
mencia de los primeros incide notablemente en el reconocimiento cualitativo y cuanti-
tativo de ventajas e inconvenientes de los segundos. Las peculiaridades personales ad-
quieren mayor importancia en todo cuanto haga referencia a la propia felicidad, un as-
pecto que por lo general los otros ignoran.
Pero además, el reconocimiento y valoración de las presencias o carencias vie-
ne influida por la habituación a lo que ya se tiene o de lo que se carece, extremando, a
veces en más a veces en menos, su importancia. Y la Publicidad por su lado es una con-
tinua fuente de irracional confusión.
Finalmente hay que tener presente que el hombre se acostumbra a todo, le son
difíciles de concienciar los cambios graduales, y sólo echa en falta y reconoce el valor
de lo perdido cuando la pérdida es ya irremediable: seguridad, salud, sosiego, espacio...
Morfología del proyecto 52

5.3. Las distorsiones y apropiaciones del medio.


Al margen de cual sea la función, con la mera introducción de un nuevo arte-
facto las cosas ya no son como eran antes y difícilmente volverán a serlo. En todas las
etapas de su ciclo de vida un artefacto coayuda de alguna forma a la degradación y de-
saparición de bienes que antes eran comunes o de otros. Contamina el agua, aporta rui-
dos, introduce preocupaciones e inquietudes …. o simplemente estorba, molesta o
constriñe.
La distorsión y apropiación de los bienes comunes es a veces temporal y transi-
toria: carga y descarga de mercaderías por las aceras; terrazas de los bares; movimiento
de personal, camiones, etc., durante la construcción de un edificio. Otras, es rápida y de-
finitiva: inundación de una valle por una presa. Y a menudo es lenta e inevitable como
resultado de un aumento en lo que ya había, con potenciación de sus inconvenientes:
más personas en los accesos al campo de fútbol, más coches en la calle, más colillas en
la playa … más tráfico de aviones en el aeropuerto … aumento del ruido en las proxi-
midades de las carreteras y aeropuertos, de polvo en el ambiente ... y de pérdida general
de libertad.
Y aunque no se conceda importancia al deterioro y apropiación del medio si se
lleva a cabo de forma gradual, paulatina y casi insensiblemente: la desaparición de es-
pacios para los niños y viejos, la pérdida de libertad por aparición de horarios para hacer
las cosas… este deterioro y apropiación repercute fuertemente sobre el bienestar de las
personas.
Por lo general no hay una relación oficial y completa de los bienes comunes de
los que disponemos. A muchos de ellos, debido a la abundancia y a la libertad de su uso
ni les reconocemos como bienes ni les damos valor. Y esta misma falta de valor nos los
hace difíciles de apreciar antes de perderlos.
Por ejemplo, la potabilidad de las aguas de las fuentes naturales, la libertad de
cruzar una calle sin semáforos ni coches, de atravesar un campo sin las barreras de las
autopistas. .. de entrar y salir de cualquier local sin cortapisas, … o la libertad de lanzar
cosas por la ventana.

5.4. Las personas involucradas.


La unidad en la sociedad humana obliga a extender el balance a todos sus com-
ponentes, y lo que vamos a decir es válido para cualquier sistema tanto si se trata de la
fábrica de coches como si se trata de uno de los coches que salen de la fábrica.
Morfología del proyecto 53

Al hablar de usuarios de un sistema nos referiremos a quienes de alguna


manera se sirven o se aprovechan de las salidas, por ejemplo a los gerentes de las So-
ciedades propietarias de las fábricas y a los viajeros de los coches; y cuando hablamos
de los puestos de trabajo, nos referiremos en particular a los operadores internos, a las
personas que forman parte de unos sistemas por ejemplo los operarios de las fabricas o
los conductores empleados.
Y denominaremos terceros a las personas involucradas:
- por las consecuencias de unos procesos, productos o subproduc-
tos que no les van destinados, o
- por las relaciones con los usuarios y los ocupantes de los puestos
de trabajo, sin que ellas mismas sean ni lo uno ni lo otro.
El análisis de las ganancias y pérdidas debe incluir tanto a los usuarios, al au-
tor, al constructor,... y a los operadores como a los terceros próximos que de alguna ma-
nera quedan dentro del campo directo de las repercusiones. Y a los terceros remotos que
sufren y gozan de sus efectos indirectos.
Y hay que tener muy en cuenta, que:
∑ el artefacto - función favorece a los pocos personas (usuarios)…. que se
someten a unas determinadas condiciones de servicio. Y el restaurante hace
entrega de unas raciones de alimentos, a elegir entre los que figuran en una
carta, a unos clientes que aceptan un lugar, horas, contraprestaciones...
∑ el artefacto - proceso requiere que unas personas ocupen los puestos de
trabajo directos del sistema camareros, cocineros, ... y los de otros sistemas
relacionados: limpiabotas, vendedores de lotería,... recogedores de basura...
∑ el artefacto - modificador del medio repercute sobre otras muchas per-
sonas que, sin relación directa con el artefacto, están afectados por sus se-
cuelas: olores, roedores, falta de aparcamientos en el vecindario.
Y las repercusiones tienen también por su lado unas repercusiones pues
- el usuario no está aislado ni física ni socialmente; y
- el artefacto comparte el medio con otros sistemas.
Una nueva casa quita el sol a un vecino, y sus inquilinos aumentan la clientela
de otro. Y, más pasajeros en el autobús, más demanda de diversiones... su influencia se
extiende a toda la ciudad.
Morfología del proyecto 54

5.5. El caso especial de los terceros.


Las ganancias y pérdidas deben tener en cuenta a los terceros próximos y a los
terceros remotos. Los terceros son, por el volumen de molestias y por el número de in-
dividuos, los más afectados por los artefactos. Y no por uno en particular sino por la
suma de ellos. El hombre de la ciudad es un buen ejemplo de persona sometida a todo.
Un aeropuerto representa ventajas para los usuarios directos, y hasta para los
empleados, pero es un grave inconveniente para los vecinos. Sólo una apropiada lejanía
comunica indiferencia frente a la ubicación. Y lo mismo sucede con las grandes centra-
les eléctricas, hospitales, estadios, carreteras, comisarías de policía. etc.
En la civilización industrial, los terceros más bien sufren que gozan las conse-
cuencias del progreso.
∑ Son consumidores obligados de subproductos: directamente como el hu-
mo de los cigarrillos de los otros o los gases de escape de los automóviles; o
indirectamente, circuitos de alimentación, trafico.

∑ Sufren los efectos de las campañas de ventas de TV, el mal gusto de unos
vecinos...

5.6. Las consecuencias de la función y del funcionamiento.


El artefacto es una cosa, y la función que soporta, otra; y hay usuarios y hay
terceros: caso de la trompeta, la sonata, el trompetista y quien oye los ensayos. Facilita
la individualización y la valoración de las ventajas e inconvenientes de cada uno de
ellos, al diferenciar:
∑ la función que nos ofrece el artefacto: conservación de la comida en el
caso de las neveras,
∑ las condiciones y limitaciones de la prestación del servicio o sea del fun-
cionamiento: consumo de energía, limitaciones de temperatura, ruido de
motores...
Le función es algo objetivo que se puede observar, verificar y comprobar inde-
pendientemente de cuáles son nuestros deseos. Y la utilidad de disponer o no disponer
de ella hasta cierto punto se puede analizar por separado y con independencia de las li-
mitaciones e inconvenientes que aportan las condiciones de servicio.
La capacidad potencial y actual de la función proporciona al usuario unas
prestaciones materiales y psicológicas. Así por ejemplo con la nevera:
Morfología del proyecto 55

∑ el disponer de una reserva de alimentos en casa, proporciona confianza al


usuario,
∑ la pérdida de frescor y de naturalidad, le crea preocupaciones y miedo de
que se estropeen,
Y las ventajas e inconvenientes de estas prestaciones para el usuario no siempre coinci-
den con las que estas o sus consecuencias causan a los terceros: al agricultor, al tendero
de la esquina que vende los alimentos, o a los obligados a comer del contenido de la ne-
vera
Bajo otro aspecto, el disponer de la función difícilmente puede representar un
inconveniente. No hay obligación de hacer uso (ni bueno ni malo) de aquella. La vo-
luntad individual y social de cómo y para qué utilizarla (explosivos, fármacos...) no tie-
ne que ver con su auténtico valor.
No hay por qué achacar a la función el mal uso que se haga de ella, si bien en
la valoración social haya que considerar las dificultades de su control a la vez que las
consecuencias negativas de no disponer de aquella.

5.6.1. Comentarios a las ventajas e inconvenientes de las condiciones de


servicio.
Sin un usuario no hay servicio, ni medida de su calidad. No hay un servicio pa-
ra un público indeterminado y general, sino adición de servicios a personas individuales
El servicio se presta a un persona en particular y para un caso. La calidad indi-
ca los inconvenientes y ventajas para ésta, con independencia de lo que saque de la fun-
ción, el trabajo de hervir las verduras poco varía si se trata de una acelga o de una col.
El funcionar de un sistema es, como sabemos, un estado forzado en contra de
la natura. Y el aprecio de la bondad del servicio es el reconocimiento y aceptación, por
nuestra parte, de una necesaria limitación en nuestras exigencias, de lo normal de la ne-
gatividad, de lo excepcional del funcionar frente al estar parado. Conformarnos con las
limitaciones del servicio representa reconocer y aceptar que lo habitual es:
- la carencia: no lo hay;
- la inseguridad: ahora sí, después veremos;
- la arbitrariedad: bajo estas condiciones.
La mayoría de los inconvenientes y molestias del artefacto provienen de las
preocupaciones que nos procuran las exigencias de:
- unas entradas en unas condiciones: contraprestaciones económi-
cas, suministro de energía, materias primas y gas, aceite y un filete
en el caso de la sartén …
Morfología del proyecto 56

- las secuelas y acompañantes: olores, manchas de aceite o quemaduras



- disciplina del momento por limitación en la disponibilidad, y
- la demora en la obtención: hay unos horarios, freír un huevo toma
unos minutos …
- imposición de un lugar y de unas condiciones de espacio: WC
públicos …
- reducción en la elección por falta de diversidad en la oferta: Co-
midas rápidas en Mac Donald …
Preocupaciones y esperas son los principales molestias. Queremos vivir tran-
quilos y no nos gusta esperar. Consideramos una molestia cualquier imposición externa
que represente un retardo, una dificultad … o condicione a la satisfacción de nuestros
deseos (precalentamiento, averías ).

∑ Con el concepto calidad de servicio reconocemos la imposibilidad de adaptar el me-


dio externo a nuestros deseos, y la obligatoriedad por nuestra parte de contentarnos con
soluciones imperfectas.
Se centra en los aspectos negativos, en las carencias y en las limitaciones mo-
lestas; y considera ventajas la eliminación de algunos de los inconvenientes que antes
había. Por ejemplo es una mejora el disponer de soluciones de recambio: rueda de re-
puesto, pedales en las mobiletes, pilas recargables

5.6.2. Comentarios a los puestos de trabajo.


La relación entre las personas y las organizaciones son complejas. Los puestos
de trabajo integran al individuo en la Sociedad y a la vez le oprimen.
Y si las personas por un lado hacen factibles a las Organizaciones de las que
pasan a forman parte, por otra por sus peculiaridades idiosincrásicas son también fuen-
tes de conflictos.
A las personas, desempeñar un puesto de trabajo como operadores de un siste-
ma nos representa una carga física y psíquica. Como ya sabemos, las acciones que en
ellos debemos llevar a cabo, pocas veces y por sí mismas generan satisfacciones. Y es
de lamentar que no sea así, pues nuestra vida cotidiana tendría mayor interés.
En las valoraciones de los puestos de trabajo, hay que tener en cuenta la felici-
dad individual y el bienestar social, y tanto a la persona que lo ocupa, como a la Socie-
dad de la que forma parte. Y para aquella, la retribución económica sólo es uno de los
cosas que saca del desempeño del rol, día tras día y hora tras hora.
Morfología del proyecto 57

Y si en el contexto social actual, se considera que todo puesto de trabajo es


beneficioso, ni es ni tiene por que ser así. Los hay mejores y peores desde un punto de
vista personal o social.
∑ Hay puestos que embrutecen y atontan, y los hay que despiertan y avi-
van. Unos facilitan el desarrollo de la personalidad, mientras que otros este-
rilizan.
∑ Y algunos son nefastos con independencia de cual sea su retribución eco-
nómica (camellos de tráfico de droga, vendedores de armas, parásitos y ex-
plotadores sociales.
∑ El disfrute de un empleo que pueda llevar a un cáncer, tal vez no sea
mejor que el desempleo. Ahora bien cuando las necesidades primarias no
están cubiertas, se hace difícil no aceptar los inconvenientes de los empleos
que permiten subsistir.
En la valoración se debe prescindir de eufemismos sociales. La toxicidad y la
peligrosidad, por ejemplo, no pueden quedar compensadas por un plus en la retribución
económica.
En otro orden de cosas, cercanos al pleno empleo un aumento en la oferto de
puestos de trabajo llevará al abandono de otros. No es seguro que los nuevos sean de
más interés social. Y puede que, a nosotros en particular, el malestar como terceros por
las funciones que otros abandonan, no nos compense del beneficio que sacamos del otro
nuevo puesto que se nos ofrece y pasamos a ocupar.

5.7. Consecuencias del cuerpo material


El artefacto soporte de la función es en si mismo un objeto o cuerpo material, y
como tal posee unas propiedades físicas y químicas que afectan a los alrededores. Y
además ha sido fabricado y habrá que eliminarlo. Y todo ello representa ventajas e in-
convenientes.

5.7.1. Comentarios al estar presente del artefacto.


Es evidente que la mera presencia de unos artefactos que antes ni había, nos
puede proporcionar unas satisfacciones con base psicológica y sociocultural:
∑ el disfrute de contemplar artefactos que de alguna forma son arte; el es-
pectáculo que ofrece un aeropuerto, una fábrica de cerveza, unas cavas de
champan,...
Morfología del proyecto 58

∑ el gusto de poseer algo aunque no lo utilicemos, como un yate o una segunda


residencia...
∑ el orgullo colectivo puesto en una fábrica, un edificio o un estadio de fút-
bol, etc. porque están en mi pueblo; ..
Pero por otro lado, el artefacto siempre nos somete a una disciplina, y de algu-
na manera coarta nuestra libertad y nos causa preocupaciones.
- al ocupar un espacio, como mínimo nos impide el paso,
- la conservación requiere unas atenciones y cuidados.
Y el mobiliario que ahora no usamos es un engorro, como lo es el coche en el parking o
en el garaje... Y la rueda de repuesto en el maletero. …Y la habitación dormitorio du-
rante la mayoría de la horas,...
Para bien o para mal, las presencias de los artefactos siempre son relevantes
dentro de los estado de cosas. A veces se trata tan sólo de que si hay una cosa no habrá
otra, tan anodina tal vez como la primera; o de si hay casas, no hay fábricas... Pero otras
veces, los cambios que conllevan son sustanciales, caso de las urbanizaciones, de las
vallas... frente a situaciones anteriores de no haber nada, que no son necesariamente
peores. Y
- los edificios singulares cambian la dirección y fuerza de los
vientos en las calles y plazas,
- los espigones cambian la ubicación de los bancos de arena,
- la presa de Assuán ha creado un lago y está modificando un delta.
Hay, por otro lado, ocupaciones de espacio que si inicialmente, como es el caso
de las primeras vías de ferrocarril y carreteras, eran parciales, no excluyentes y estaban
compartidas con perros, gallinas o viandantes,… con el tiempo han pasado a ser exclu-
sivas, totales y absolutas. Pero además, según sabemos un artefacto llega más allá que
su cuerpo físico. Y hay creaciones de campos eléctricos, magnéticos, olorosos o sonoros
que invaden lo. alrededores...
Como puede verse, las ventajas e inconvenientes de la presencia del artefacto
dependen, en su mayor parte, del caso particular considerado.

5.7.2. Comentarios a la obtención del artefacto.


La obtención a efectos de este análisis abarca:
∑ el montaje de un ente en particular: casa, edificio, fábrica... una etapa
transitoria con grúas, hormigoneras, camiones. albañiles....
∑ el funcionamiento propio del proceso que soporta el artefacto, la fábrica
en marcha..., con la aparición de nuevos campos, manipulaciones de ener-
Morfología del proyecto 59

gía, movimiento de materiales...; la casa ya habitada... entradas y salidas de per-


sonas, movimiento, compañía.
∑ la fabricación y reunión de las materias primas que son de menester tanto
para el montaje como para el funcionamiento: desde el cemento para el edi-
ficio, a los árboles para la pasta de papel.
Y en cada caso son distintas las personas que resultan beneficiadas o perju-
dicadas, y también son diferentes por ejemplo en el cado de autobús:
- el lugar de uso: las calles de una ciudad,
- el de fabricación: la fábrica en otra ciudad;
- el de obtención de las materias primas: la chapa en las acerarías,
y las minas de hierro y de carbón.
En otro orden de cosas, y cambiando de tema:
∑ el producir que sostiene a la obtención, está supeditado al lugar y mo-
mento, es una actividad económica y como tal con unas ventajas específicas
para la sociedad y para sus componentes. Y, entre otras cosas, fomenta y
potencia el Desarrollo. Ahora bien no hay seguridad de que siempre sea
bueno el ir repitiendo más de lo mismo.
∑ El proceso de fabricación toma un tiempo y aparece una demora entre
las primeras molestias e inversiones de capital y el logro de las ventajas. La
demora es corta en la fabricación del pan y más larga en el de la cerveza; se
dilata cuando incluye el montaje de la fábrica (puede sobrepasar la década);
y es muy largo en las puestas en cultivo de nuevas zonas agrícolas.
∑ La obtención va acompañada de una aparición de productos: (deseados,
indiferentes o perjudiciales, controlados o descontrolados) y de unas formas
de disponer de ellos. Todos ellos presentarán ventajas e inconvenientes que
no siempre se reflejan en el precio del producto final (pesticidas de Dhorpal)
∑ Por otro lado producir también representa un mantenimiento.
Por lo demás los comentarios antes hechos sobre usuarios, terceros, bienes co-
munes... son extensivos y válidos para todas las fases de la obtención: materias primas,
montaje y funcionamiento.

5.7.3. Comentarios a la eliminación final.


Acabada la vida útil de un artefacto:
- algunas veces queda allí, abandonado: carreteras, vías de ferro-
carril, galerías de minas, cascos de cerveza
- otras veces se le retira del lugar y es sustituido: lavadora, torno
Morfología del proyecto 60

con unas repercusiones negativas o positivas que debe recoger el análisis final
La sustitución que en si ya es fuente de molestias, a veces termina en abando-
no (coches en las cunetas, parques de chatarra, montones de basuras...). Y otras va
acompañada de una cuidadosa reconversión con desguace, recuperación … y vuelta a
empezar que llega a constituir otros procesos: reciclado del agua, arenas de fundición,
disolventes... La recuperación se extiende algunas veces al aprovechamiento de lo que
fue abandonado por otros: basuras, trapos, papeles...
La reconversión no siempre es gravosa ni representa sólo inconvenientes. La
eliminación final, por ejemplo, de estaciones de ferrocarril, cuarteles, barrios de casas
viejas o fábricas en zonas urbanas … es con frecuencia una fuente de ingresos económi-
cos sustanciales debido a la revalorización de unos solares. Y puede además representar
la supresión de unas molestias para el vecindario.

5.8. Consideraciones sobre la recuperación de las inversiones.


Conseguir el artefacto, hacerlo funcionar, mantenerlo en funcionamiento y, al
final, desguazarlo representa la utilización de unos recursos. Que debieran y no siempre
se recuperan en calidad y en cantidad para permitir como mínimo un retorno a la situa-
ción inicial en condiciones de repetir la operación si así se desea. La debida valoración
no simplemente en términos económicos de todos los recursos invertidos - entre ellos el
tiempo, - es un punto fundamental en el juicio del éxito efectivo de la operación pro-
yecto.
Con el transcurso del tiempo pueden variar los valores de los recursos ya in-
vertidos, cosa que puede modificar la rentabilidad efectiva. Y cuando el cambio es de
importancia y los recursos recuperables, su conocimiento anticipado puede llevar a
abrogar la operación. Por ejemplo, en el caso de los solares que antes mencionábamos,
el nuevo valor quizás modifique sustancialmente la rentabilidad estimada para un nuevo
edificio, y quizás no valga la pena continuar la construcción.
Si hay posibilidad de reposición de los recursos invertidos, en la evaluación a
posteriori los precios son los nuevos del mercado. Pero como lo que ya no se encuentra
no tiene precio, cuando los recursos no son renovables, por ejemplo: momias egipcias,
ni es posible valorar lo desaparecido, ni es posible volver a las condiciones iniciales, y
el balance resulta de difícil cierre.
La recuperación o no recuperación, la renovabilidad, las pérdidas de calidad y
cantidad de los recursos invertidos, las demoras en la recuperación,… son ventajas e in-
convenientes propios de cada caso a tener en cuenta en el balance del éxito. Mas, cuan-
Morfología del proyecto 61

do se trata de escapar de un peligro ya no hay caso para las condiciones iniciales y el


balance se centra sólo en las pérdidas.

5.9. Valoración final de los resultados.


En la cultura tecnológica ha de ser posible rehacer, igual o mejor, una nueva
inversión a partir de los solos beneficios materiales de la misma. De lo contrario no hay
Progreso. Por consiguiente, conocer la rentabilidad de un proyecto importa:
- a priori para decidir sobre él, y
- a posteriori para pedir responsabilidades y aumentar los conoci-
mientos.
Una vez terminada la operación, aspecto que tratamos en este capitulo, la reco-
pilación de las ventajas e inconvenientes para un caso ya comentados en los apartados
anteriores junto al desfase entre molestias y satisfacciones, el balance de las opciones
alternativas... nos daría la Tabla General del caso en cuestión. Confeccionarla es labo-
rioso debido a la cantidad y complejidad de las consecuencias. Y valorarlas representa
una mayor dificultad, asignar valores, al margen del dinero y del mercado, válidos para
la Sociedad y el individuo es prácticamente imposible.
Pese a lo expuesto, sólo con un balance completo y total de las pérdidas y ga-
nancias podemos conocer cuál ha sido la auténtica rentabilidad de la operación, y el
verdadero enriquecimiento o empobrecimiento de los particulares y del colectivo
Como puede suponerse, no abundan los análisis completos sobre la rentabili-
dad de las operaciones ya acabadas, y menos aun de los grandes proyectos, trasvases,
exposiciones universales, redes de carreteras … Pero es a todas luces evidente que, se-
gún cuales sean las variables que se consideren o se desprecien, la rentabilidad será una
u otra. Y diferente según las personas o grupos.
Por otro lado, en su momento cuando se tomó la decisión de construir el arte-
facto ahora finalizado había la oportunidad de invertir los recursos en otras variantes. Y
las cosas de ahora serian diferentes de haber elegido otra de entre aquellas.
Así las cosas y pese a todos las consideraciones hasta aquí expuestas, es normal
y frecuente que con total ligereza y por carencia de una correcta evaluación final se
acepten, y se repitan una y otra vez, unas inversiones en proyectos de rentabilidad social
más que dudosa.
La formas de comunicación 1

PARTE 5ª: LAS FORMAS DE COMUNICACIÓN.

La comunicación entre los hombres.


Los lenguajes superiores.
La comunicación por imágenes.
La documentación en la ingeniería.
La formas de comunicación 2

PARTE 5ª: LAS FORMAS DE COMUNICACIÓN. 1

1. LA COMUNICACIÓN ENTRE LOS HOMBRES. 5


1.1. Comunicación social. 5
1.1.1. Diagrama de la comunicación 6

1.2. Las limitaciones en la emisión y recepción. 7


1.2.1. La barrera de los sentidos 8
1.2.2. La producción de señales 9
1.2.3. El código de señales 9
1.2.4. Las distorsiones en el mensaje. 10

1.3. La intencionalidad del mensaje. 11


1.3.1. La eficacia en la comunicación. 11
1.3.2. El mensaje una composición de signos, 12
1.3.3. Preparación e interpretación del mensaje. 13

1.4. Los sistemas de comunicación social. 15

1.5. La comunicación en ingeniería. 16

2. LOS LENGUAJES SUPERIORES. 17


2.1. La comunicación primaria. 17

2.2. La civilización humana. 18

2.3. Características del lenguaje hablado. 18


2.3.1. Las sensaciones y descripciones 19
2.3.2. La información sobre calidad y cantidad. 20
2.3.3. Comentarios a los números 21
2.3.4. Comentarios al mensajero 21

2.4. La conexión entre receptor y emisor. 22


2.4.1. Ajuste de los códigos y verificación de las interpretaciones, 22
2.4.2. La preparación y el acompañamiento psicológico 23

2.5. Las aportaciones de un soporte material. 24


2.5.1. La superación de la sincronía. 24
2.5.2. La conversión del mensaje en objeto material. 25
2.5.3. La credibilidad y confianza psicológica 25

2.6. Comentarios generales al lenguaje escrito. 26


La formas de comunicación 3

2.7. Comentarios generales a los libros y documentos escritos. 27

3. LA COMUNICACION POR IMÁGENES. 29

3.1. Los dibujos: trazos y colores. 29


Los soportes 30
3.1.2. La comunicación de descripciones y de impresiones 30
Códigos de palabras, conceptos e imágenes mentales 31

Comentarios a las imágenes y otras composiciones pictóricas. 33


3.2.1. La imagen que vemos. 33
3.2.2. Las interpretaciones de lo que vemos. 34

3.3. La utilización de signos abstractos. 35


3.3.1. Los dibujos en la ingeniería. 35
3.3.2. Los planos esquemáticos de información. 37

3.4. Los planos de ingeniería. 37


3.4.1. La utilización de los planos en el proyecto. 38
Comentarios a la representación de cualidades y de cantidades. 39

Las fotografías. 40

4. LA DOCUMENTACION EN LA INGENIERIA. 41
4.1. Los documentos. 41
4.1.1. La utilidad de los documentos. 41
4.1.2. La credibilidad de un documento. 42
4.1.3. Los documentos en la ingeniería. 43

4.2. Los documentos de una operación Proyecto. 44


4.2.1. El contenido de las instrucciones para una tarea. 45
4.2.2. Comentarios a la claridad y precisión del contenido 46
4.2.3. Requisitos generales de un documento. 47
4.2.4. La autoridad otorgada por el documento 48

4.3. Denominaciones genéricas. 49


4.3.1. Tipos de documentos en la ingeniería 49
4.3.2. Las instrucciones para la acción directa 50
4.3.3. Los documentos del programa de acopios 51
4.3.4. Las instrucciones y los reglamentos 52

4.4. La adecuación al destinatario. 52


4.4.1. La preparación de los documentos en atención a la eficacia. 53
4.4.2. Utilización y preparación de formularios 54

4.5. Los archivos para la documentación. 55


La formas de comunicación 4

5. EL PROYECTO, RECOPILACION DE DOCUMENTOS. 56


5.1. Las acepciones de proyecto. 56
5.1.1. La función del proyecto de ingeniería, finalidad de los usuarios y de los autores. 57
5.1.2. Adecuación de los documentos a sus objetivos, 58
5.1.3. El proyecto, contrato de suministro. 59

5.2. El proyecto, en cuanto objeto de uso y consulta. 60


5.2.1. Consideraciones sobre el soporte material de los documentos 60
5.2.2. Consideraciones sobre el contenido. 61
5.2.3. Consideraciones acerca la facilidad y comodidad en el uso. 61

5.3. Los proyectos como mercaderías y objetos de trueque. 62


5.3.1. El contraste por la Realidad. 63
5.3.2. Los permisos oficiales y los proyectos administrativos. 64
5.3.3. Los proyectos para exposición. 65

5.4. La responsabilidad de quien firma. 66


La formas de comunicación 5

1. LA COMUNICACIÓN ENTRE LOS HOMBRES.

1.1. Comunicación social.


En sociedad de trato con otros hombres, participamos en sus vidas y ellos en la
nuestra. Los otros, sus formas de hacer y sus cosas forman parte de nuestro mundo. Y al
proporcionar y recibir mensajes establecemos una comunicación con la que persegui-
mos1:
- confirmar que nosotros formamos parte del grupo social,
- manifestar a los otros que los admitimos en nuestro grupo,
- solicitar de los otros una ayuda que nos permita el dominio del
mundo físico,
- colaborar en el dominio por los otros de este mismo mundo físi-
co,
con mensajes que tanto son expresiones verbales de noticias, conocimientos, experien-
cias, saber, etc. como objetos materiales (¿regalos?).
La comunicación es bidireccional, requiere como mínimo la participación de
dos personas, se establece entre individuos y aprovecha el medio físico que les separa y
les es común.
La información que se proporciona aunque a veces lo parezca, no va destinada
al colectivo en general, (no hay "Opinión pública"2). Quien la pone en circulación pre-

1
Teoría del Acto Comunicativo de Searle. John Langshaw Austin estudia ciertas expresiones que no son
estados del mundo sino que constituyen actos como prometer, amenazar o nombrar.
John Rogers Searle, alumno de Austin, formaliza tales actos en promesa y petición, clasificándoles en
cinco categorías del punto de ilocución (notas tomadas de Flores y Winograd, 1989). Flores, Fernando; y,
Winograd, Terry. (1989). Hacia la Comprensión de la Informática y la Cognición. Colección ESADE.
Barcelona, España: Editorial Hispano Americana. 266 pp.
2
Y no corresponde tanto a un amplio colectivo, como a un grupo de presión que encubre sus particulares
intereses.
La formas de comunicación 6

tende conseguir3 que una o varias personas bien determinadas, (el mozo que entra en
quintas, el pasajero del autobús, el vendedor de la tienda), se enteren de una cosa en
particular y actúen conforme a sus deseos.
El éxito o fracaso de la comunicación, o sea la eficacia del mensaje, se mide
por los resultados, no por la belleza, la elegancia y la originalidad del medio o del men-
sajero. El lloro del niño puede resultar desagradable pero es eficaz en cuanto logra cui-
dados, alimentos y mimos.

1.1.1. Diagrama de la comunicación


En la comunicación hay un informante y un informado que se alternan en los
papeles de emisor y receptor, y una transmisión de mensajes a través de un canal. La
comunicación es una operación compleja en parte material, en parte fisiológica y en
parte cultural. Mandar y captar un mensaje aunque todo el mundo lo haga, no es fácil ni
sencillo, requiere una gran preparación.
El enlace entre los comunicantes tiene lugar por medio de una señal, un so-
porte de la señal y un medio que permita este soporte. Usualmente denominamos signo
a la señal unida al soporte con valor significativo, y mensajero a la unión del soporte y
del medio. La bandera es el soporte que permite las señales, y una determinada posición
es un signo, el mensajero elegido es la retransmisión por banderas entre los barcos.
Señal, soporte y medio, y en consecuencia el signo y el mensajero, son cosas
materiales, físicas, independientes de las personas emisora y receptora.
La emisión y recepción son operaciones diferentes que se llevan a cabo en lu-
gares y tiempos diferentes por unas personas diferentes que comparten una misma base
cultural. La preparación del mensaje bajo la forma de una combinación de signos es una
codificación. La búsqueda del significado, la interpretación del único o varios signos, es
una descodificación. Y tanto preparar el mensaje o sea codificarlo, como emitirlo o sea
mandarlo, y tanto captarlo o sea recibirlo, como interpretarlo o descodificarlo son actos
humanos sujetos a limitaciones físicas, fisiológicas y mentales.
En la vida cotidiana utilizamos diversidad de códigos y signos, y de canales:
cartas y correos, gestos de salutación.

3
Muy poca veces la declaración es testimonial; una actividad que al parecer sólo radica en haberla lleva-
do a cabo: "yo ya lo dije", prepara por lo general una maniobra a más largo plazo.
La formas de comunicación 7

1.2. Las limitaciones en la emisión y recepción.


Un mensaje esta formado por unas señales que se pueden:
- captar a través de los sentidos,
- propagar por un canal del mundo físico, y
- cifrar,
de una forma acorde a los recursos del hombre.
Para crearlas hace falta provocar una alteración del medio físico que:
- pueda ser considerada señal,
- tenga la potencia suficiente para que se propague, y
- tal que el receptor la pueda captar y reconocer como señal.
Así las cosas, en la capacidad de generar alteraciones con nuestras acciones y
de percibir las provocadas por los otros a través de nuestros sentidos ponen unas prime-
ras condiciones a la comunicación.
Procede recordar que nuestra imagen de la Realidad exterior se basa en las per-
cepciones primarias de nuestros sentidos y que nosotros no somos conscientes de todas
ellas, sino sólo de las que además de superar un umbral atraviesan unos filtros cultura-
les, (y así sólo diferencia entre letras quien sabe leer; y entre rastros, el cazador). Las
demás no despiertan nuestra atención; y si las captamos, al desconocerlas no las distin-
guimos.
La interpretación consciente de la Realidad es una etapa posterior que resulta
de aplicar nuestra experiencia cultural a las percepciones primarias. A partir de las se-
ñales detectadas y de nuestros datos, creencias, experiencias, etc. anteriores elaboramos
conclusiones. Y afirmamos que el ruido corresponde a: un plato que se ha roto, o al
salto de un gato, o al fallo de las válvulas del motor. Y del mismo modo articulamos la
diversidad de los sonidos de voces humanas para llegar a unas palabras o frases conoci-
das.
La información que nos dan los sentidos es por lo general segura, mas las con-
clusiones a que nos lleva, ya dependen de la cultura. Y lo visto, aunque así nos lo afir-
men y lo aseguren, quizá no sea un fantasma.
Si tenemos en cuenta las tres barreras que se ofrecen a la recepción de señales:
- la percepción por los sentidos,
- el filtrado de las percepciones, y
- la interpretación cultural de estas últimas,
y si tenemos en cuenta además que la generación de las señales ha seguido un proceso
similar pero a la inversa, no es de extrañar que algunos filósofos afirmen:
- la imposibilidad de conocer la Realidad exterior;
La formas de comunicación 8

- la imposibilidad de comunicarla a los otros, si llegáramos a conocerla;


- la imposibilidad de comprender lo que otros intentan comunicar-
nos, si es que lo intentan.
Afortunadamente, el informado sabe que el informante quiere darle a conocer
alguna cosa, y por lo general está predispuesto y preparado, cultural y fisiológicamente,
a facilitárselo.

1.2.1. La barrera de los sentidos


Los sentidos: gusto, olfato, oído, vista y tacto de la persona humana inmersa en
el medio físico reciben estímulos continuamente. Mas si bien son puertas, no siempre
están en servicio ni facilitan el paso indiscriminado, y no todas las señales tienen siem-
pre la fuerza suficiente pare abrirse paso, ni su signo se encuentra siempre con la indis-
pensable atención.
Cuanto más dispuestos y atentos estemos a la espera de una determinada señal,
más fácil nos será captarla. Pues si los umbrales de percepción son unos, son otros más
altos los que además despiertan la atención. Difieren según los sentidos, y dependen
también de las situaciones de sueño o de vigilia. Y si por ejemplo es difícil despertar a
un hombre dormido con señales luminosas, es fácil hacerlo con canciones, voces o rui-
dos, y muy fácil por medio de olores.
∑ La credibilidad que nos merece una percepción, y en consecuencia la se-
guridad de que una señal representa sin lugar a dudas algún fenómeno del
exterior, es relativamente alta para el gusto y el olfato, (sabemos que sucede
algo aunque no podamos dilucidar el qué); es baja para el oído (estamos
dispuestos a dudar de si hemos oído el ruido); es alta para la vista y muy alta
para el tacto: "Yo lo he visto y lo he tocado" es la máxima comprobación de
lo real y verdadero. Y precisamente la pidió el apóstol Sto. Tomás.
∑ Y nuestras respuestas a los sentidos también son diferentes, el olor que
nos cuenta una historia, despierta lentamente la atención y nos pone sobre
aviso, mientras que el ruido brusco, ahora pasa algo, nos excita o asusta. Y
el "tener la vista en las manos" por ejemplo es una necesidad de comproba-
ción, el resultado de una fe unida a una incredulidad en las cosas reales.
La capacidad para detectar diferencias en calidad y grado, viene condicionada
por la experiencia y por los dotes naturales de cada uno. El gusto, olfato, oído y vista,
con notable ventaja a favor de los dos primeros, permiten distinciones de alta precisión
y seguridad; pero no todo el mundo es capaz de distinguir olores, gustos, o notas musi-
cales, ni de clasificar y ordenar colores.
La formas de comunicación 9

La capacidad de distinguir señales va muy unida a la de reconocerlas. Asig-


narles nombre facilita ambas cosas, y guardar en memoria un bueno y ordenado reperto-
rio, represento un grado elevado de educación.
Por otro lado, de lo efímero de una señal, de su duración o brevedad, de su
constancia, depende la probabilidad de detectarla, Y, una vez detectada, la posibilidad
de confirmarla, si podemos saborear repetidas veces la misma agua, si al frotarnos los
ojos continuamos viendo lo mismo... tanto más confiamos en la veracidad y credibilidad
de lo que percibimos.
Mas, no siempre es así aunque lo efímero fomente las dudas, y si bien resulta
fácil haber visto visiones y oído músicas celestiales, es difícil poner en duda el pinchazo
o el golpe recibido.

1.2.2. La producción de señales


Según hemos dicho, dejando de lado la telepatía, para mandar un mensaje de-
bemos provocar unas alteraciones del medio físico exterior tales que:
- el receptor las detecte,
- las reconozca, y
- las interprete como formando parte de un mensaje.
La capacidad del receptor esta limitada por los sentidos y la del emisor por la
fisiología de su cuerpo. Los olores corporales (ferónomas); los gritos y voces, las mue-
cas, guiños y gestos; las caricias y los golpes ... constituyen el repertorio de señales y
signos básicos.
Mas con la transformación mediante tecnología de nuestras acciones elementales
en fenómenos físicos, y estos a su vez en estímulos adecuados a nuestros sentidos, han
ido apareciendo nuevos, más mensajeros y signos:
∑ Derivados de los objetos mismos: el tacto, acabado y colores de los teji-
dos, los perfumes de los guisos, las formas de las lamparas, etc.
∑ Producto directo de la tecnología: los cuadrantes de lectura, el teléfono,
la trompeta, los dibujos ...

1.2.3. El código de señales


El hombre dispone de diferentes códigos de comunicación, instintivos unos,
aprendidos otros, que usa voluntariamente y mezcla involuntariamente (rubor, fallos de
voz, lapsus, etc.).
Y si unas señales son expresiones al parecer universales y de interpretación in-
natas, como las que manifiestan: hambre, cansancio, sueño, miedo, etc...; hay otras, muy
La formas de comunicación 10

extendidas, tales como las manifestaciones de burla, amistad, locura, etc., cuya inter-
pretación depende de la época y de la educación; y en la gran mayoría de los casos, la
interpretación de las palabras del lenguaje por ejemplo, requiere un preciso, difícil y
particular aprendizaje.
Si los sonidos onomatopéyicos, al igual de algunas estatuas y dibujos, son de
fácil interpretación, no sucede lo mismo con las banderas blancas, la pipa de la paz, y
las señales de banderas que son totalmente arbitrarios, y que no son interpretables sin el
conocimiento del código4.
Por otro lado conocer un código no implica que se sepa utilizar bien y con des-
treza. Y para algunos de ellos, el aprendizaje que lleva a dominarlo con soltura, es largo,
pesado y no está al alcance de todos, según nos muestra la escasez de buenos oradores y
escritores.
Los códigos de cifrado y descifrado son una parte fundamental en la comunica-
ción, ahora bien:
- no hay posibilidad de contrastarlos directamente,
- no hay una piedra de toque que sirva de referencia común,
y la concordancia entre los códigos de los diferentes usuarios sólo se lleva a cabo con
ajustes de tanteo que el mismo uso proporciona.

1.2.4. Las distorsiones en el mensaje.


La comunicación no es un proceso de resultados seguros, el mensaje recibido
no siempre coincide con el mandado, ni siempre el mensaje que se manda es el que se
desea mandar, ni siempre el que se recibe se interpreta correctamente.
Tanto el emisor como el receptor son humanos y pueden cometer errores en la
codificación y descodificación de los signos y señales; la corta duración de muchas de
ellas dificulta su captación y facilita su mezcla; las percepciones de los sentidos se fil-
tran, analizan y transforman de forma consciente o inconsciente. Las señales, a su vez
pueden sufrir alteraciones durante la transmisión por el canal. Y en consecuencia el
mensaje acaba acompañado de ruidos: humanos o físicos.
Los ruidos humanos tienen un origen:
∑ Psicológico, y están provocados, por ejemplo, por la desgana, la envidia,
el miedo, etc. que perturban la interpretación de la percepción;

4
Algunos son literales, otros arbitrarios (se necesita info adicional) y unos terceros analógico
/metafóricos (por convención). Blackwell, Alan; y, Engelhardt, Yuri. (2000). A meta-Taxonomy for Dia-
gram Research. En Anderson, Michael; Meyer, Bernd; y, Oliver, Patrick (eds.) (2000). Diagrammatic
Representation and Reasoning. Springer-Verlag. 600 pp.
La formas de comunicación 11

∑ Fisiológico, y provocados por el hambre, el sueño, el cansancio ... que em-


botan los sentidos;
∑ Mental, como la ignorancia de cual es el signo de un significado.
Y las distorsiones dan lugar a los lapsus de lenguaje o de escritura, la confusión en el
botón, la conexión incorrecta...
El canal por su parte introduce otras alteraciones al amortiguar, ampliar, intro-
ducir o eliminar las señales en todo o parte... Los cruces de líneas de teléfonos, pérdidas
de unas cartas, confusión en las direcciones son ruidos de canal o del mensajero y como
resultado los signos finales no se ajusten a las señales iniciales.
Finalmente al ser distintas las personas que llevan a cabo la codificación y la
decodificación, y al ser improbable que coincidan del todo sus códigos, hay y habrá dis-
crepancias en los significados de los signos (ruidos semánticos), por ejemplo, cuando
una misma palabra admite varias acepciones.
La eliminación de las interferencias y de los ruidos, la confirmación de los sig-
nos, el ajuste de códigos con la comprobación de los significados... necesitan de una su-
ficiente redundancia en el mensaje y de un diálogo entre el emisor y el receptor.

1.3. La intencionalidad del mensaje.


La comunicación presupone en el mensaje una intención del emisor y una di-
rección, supeditadas al fin común de que unas personas lo reciban, interpreten y actúen
de una forma preconcebida por el emisor.
La eficacia del mensaje va unida a su capacidad de persuasión. Y como las
reacciones de los hombres difieren, la eficacia aconseja prepararlo de acuerdo con la
idiosincrasia de la persona a quien va destinado.
Los mensajes deben prestarse a una única interpretación (la que nosotros de-
seamos), y, para que transmitan confianza, deben ser verificabais en su forma y fondo.
Bajo el punto de vista de la eficacia, la información más apropiada no tiene por
que ser ni verídica ni completa. La mentira y el engaño también pueden ser mensajes
adecuados.

1.3.1. La eficacia en la comunicación.


La intención del emisor preside el proceso de comunicación y supedita el men-
saje a la eficacia. Y por consiguiente, ha de prever la preparación psicológica del re-
La formas de comunicación 12

ceptor con unos acompañamientos con referencias a sus experiencias previa. que le
predispongan a aceptarlo, que le persuadan y motiven.
El emisor goza de cierta libertad en la elección del contenido del mensaje, del
código y de la señal, del soporte y el medio, y puede jugar con todos ellos para lograr,
teniendo en cuenta la idiosincrasia del receptor, el par "mensaje - mensajero" más eficaz
para sus intenciones.
Y la persona sabia en vistas a la eficacia, selecciona el aspecto formal del men-
saje y del mensajero, según sean la finalidad que pretende conseguir y a quien vaya
destinado, por la connotación con otras experiencias del receptor así como por las pre-
disposiciones o prejuicios de este ... sabiendo además que la verdad no siempre resulta
convincente.
Que el receptor sepa de la intencionalidad manipuladora de la información que
recibe, y que sepa también que el emisor está enterado de que lo sabe, complica la rela-
ción entre la veracidad y la eficacia.

Las emociones y los conocimientos


El mensaje no puede considerarse al margen de mensajero. La precisa finalidad
y el destinatario propio del mensaje condicionan la elección del contenido, el canal o
medio de transmisión y el estilo de acompañamiento psicológico. El contenido a su vez
está supeditado al código y este al canal
El lenguaje verbal o escrito es la forma de comunicación universal propia del
hombre. La música, las imágenes pictóricas, el cine, el baile, el gran ceremonial, comu-
nican sentimientos y emociones, etc..
Aunque nosotros al hablar aquí de comunicación tanto hacemos referencia a las
emociones como a los conocimientos, por lo general concedemos más importancia a la
comunicación de estos que a la de aquellas. De todas formas no se pueden separar total
ni fácilmente pues los conocimientos no tendrán buena recepción sin el debido acompa-
ñamiento emocional.

1.3.2. El mensaje una composición de signos,


En el caso del mensaje proposición, se pretende trasladar unos conocimientos o
ideas a otras personas. Primeramente hay que depurarlas para reducirlas y representarlas
en unos signos que luego, posteriormente, otra persona habrá de interpretar.
El mensaje pasa a ser un signo composición, según unas reglas de los signos de
unos códigos. Y podrá ser mejor portador de la idea cuanto mayor sea la variedad de se-
ñales y signos disponibles. En el caso del lenguaje, el número de palabras excede las
capacidades de los hombres mas cultos.
La formas de comunicación 13

∑ Mas, la complejidad de la composición y el número de signos no son garan-


tía por sí solos de la fidelidad de la transcripción.
∑ En todos los casos un mensaje ha de contener, pocas o muchas, unas refe-
rencias al código que utiliza y a las formas que permitirán su ajuste.5
∑ Si el emisor y receptor comparten una misma formación pueden utilizar
unos pocos símbolos muy elaborados y de alto contenido significativo. Y
los mensajes entre personas que se conocen a fondo sobre temas que domi-
nan pueden ser cortos y de redundancia mínima.
∑ Y cuando no hay suficiente base cultural común, el mensaje ha de ser
largo y prolijo, ya que ha de incluir las instrucciones de interpretación.
Cambiando de tema, procede recordar que el dominio del hombre sobre el pro-
ceso de preparación y de emisión de un mensaje no es total, y que el mensaje final in-
cluye señales producto de omisiones, errores, y añadidos involuntarios.

1.3.3. Preparación e interpretación del mensaje.


Es difícil separar la verdad del contenido del mensaje, de los añadidos corres-
pondientes a quien lo manda (o recibe). Y nos hablarán con igual convicción y con de-
talles de igual precisión sobre el OVNI que encontraron en el campo o sobre la vaca que
se les cruzó en el camino.
En otro orden de cosas, el receptor sabe de la intención manipuladora del emi-
sor, y del cuidado que este ha puesto en la elección del mensaje y del mensajero, y tam-
bién sabe que ambos conocen sus cualidades y defectos. En consecuencia para la inter-
pretación tendrá gran valor significativo:
∑ ante todo y en primer lugar, la existencia misma del mensaje: si ha llega-
do es porque alguien quería que lo recibiéramos;
∑ luego el contenido, y tanto en su aspecto específico como en el de las
omisiones, lagunas... de cosas y aspectos que podrían contener y no contie-
ne, así como la relación y coherencia entre fondo, forma y estilo;
∑ finalmente la señal. el soporte y el medio. El signo y el mensajero. No es
lo mismo recibir la noticia por teléfono, correo o telegrama. 0 que vengan a
comunicarlo personalmente.
En cualquier caso un "no", no permite muchas interpretaciones.
5
Y si el receptor desconoce el código, con las comprobaciones y verificaciones solo comprobará y re-
comprobará que el mensaje le es indescifrable, como es el caso de los dibujos, construcciones, etc. de in-
cas, mayas o tuaregs.
La formas de comunicación 14

La interpretación del mensaje y mensajero


El contenido interpretativo de un mensaje abarca la composición con sus inclu-
siones, omisiones, aspecto, forma y estilo etc., y el medio o soporte de los signos. Cada
mensajero posee sus propios ruidos semánticos, umbrales de captación etc. por lo que es
de suponer que el emisor lo haya seleccionado, al igual que la forma y el estilo del men-
saje, para crear los ruidos psicológicos que más le interesen. Aunque ambos sean prueba
de enemistad no es lo mismo un desplante que un puñetazo. Y normalmente las declara-
ciones de amor no se hacen llegar por medio de parejas de la Guardia Civil.
El mensaje táctil o el visual táctil, por ejemplo, aprovecha de la experiencia
personal del usuario sobre la contundencia y fuerza de los hechos, y una patada o un
puñetazo son más convincentes que un dibujo o un escrito. Los desfiles y cañonazos, al
igual de los Monumentos, las pirámides, y los Arcos de Triunfo, difícilmente se pueden
ignorar.
Y las grandes ceremonias sociales, religiosas, militares ponen claramente de
manifiesto la intención de quien las ha organizado.
Entre la información que se autoconfirma, cabe distinguir los prototipos de
aparatos, especialmente si funcionan.

Análisis del contenido del mensaje


Por su lado, las omisiones de aspectos que el mensaje lógicamente debiera in-
cluir, así como las redundancias innecesarias pueden poner de manifiesto la valoración
consciente e inconsciente que los emisores (y la cadena de transmisión) conceden al te-
ma, y la oposición en que tienen al receptor final, o de su interés por una decisión de-
terminada.
Todos sabemos también que lo que no ocurre no genera información ni da lu-
gar a mensajes. Y si ello es cierto en el caso de desgracias ("la falta de noticias son bue-
nas noticias"), no lo es menos para aquello que de ocurrir, sería un mérito para quien
debiera contarlo.
∑ Pero, a su vez, la misma presencia o ausencia de unos datos nos puede in-
formar también sobre el estado de la organización que cursa el mensaje, y
de las personas que han intervenido en su preparación.
∑ Dada la facilidad del lenguaje para crear expresiones con varias inter-
pretaciones, la información oficial puede incluir pistas para dar a conocer
una actuación con la que no se está conforme, pero que el emisor no se atre-
ve abiertamente a denunciar.
Así las cosas, una sabia interpretación de los detalles permite conjeturar qué
persiguen quienes mandan el mensaje, cuales son sus auténticos intereses, y lo que en
La formas de comunicación 15

realidad sucede y no sucede. Y en base a estas conjeturas se debe iniciar el proceso de


confirmación.

1.4. Los sistemas de comunicación social.


Los sistemas de comunicación de que dispone la sociedad son muchos y con
unas reglas, ventajas y limitaciones diferentes.
La comunicación con fuertes repercusiones sobre la supervivencia de la especie
usa formas de transmisión elementales, innatas, muy seguras, trátese de la guerra, del
celo o de la comunicación de una madre con sus niños, etc. Y también son elementales y
seguras las que dan cohesión al grupo (familia o manada).
La riqueza del código amplía el campo de comunicación, pero el aumento de le
artificialidad de las señales facilita la discordancia entre la narración y los sentimientos
del narrador, (es más fácil mentir con palabras que mentir con gestos).
Los códigos más ricos y completos están basados en los sentidos del oído y la
vista. El primero da lugar al canto, la música y sobre todo al lenguaje cuyo código de
palabras y subcódigos de tono, estilo, y entonación son al tiempo, rígidos y flexibles, y
de uso cómodo y agradable.
Los mensajes orales presentan el inconveniente de que son perecederos, y que
sólo se conservan en la memoria. Por ello no se prestan a contratos sociales, con abun-
dantes detalles que precise de repetidos estudios y consultas.
Disponer de un mensajero que admita la introducción de añadidos y correccio-
nes voluntarias, permite confeccionar mensajes muy elaborados. Y si ofrece un cuerpo
material estable y permanente permitirá conservar los mensajes que pasan a ser verifi-
cables y coleccionables (Archivos, Museos), y transmisibles sin alteraciones notables a
lo largo del espacio o del tiempo.
∑ Los sistemas con lectura visual comprenden representaciones icónicas,
diagramáticas y matemáticas. Entre las primeras son de destacar la escritura
y los ideogramas. Y si en la escritura damos visibilidad a las palabras con
los ideogramas se la damos a las ideas.
∑ Con la excepción si acaso de los dibujos y carteles, unen una gran rigidez
en el código a una amplia tolerancia en la señal, por ejemplo la variabilidad
en el tipo y forma de cada letra frente a la constancia de las letras que com-
ponen una palabra.
La comunicación social, a la vez que lenguajes orales y escritos, usa de otras
fórmulas más restringidas con una información muy particular que se resume: a veces
La formas de comunicación 16

en un símbolo, el cetro del Rey; a veces en el tono de mando o en la ropa desgastada.


Y hay gente dotada de un buen olfato para detectarlos.

1.5. La comunicación en ingeniería.


La comunicación entre los hombres es un resultado de las exigencias sociales
del individuo, y por lo tanto es de esperar que sólo convenga a los temas objetivos en
los casos que estos sean de autentica necesidad para conservar la Vida. La Ingeniería,
por el contrario, se refiere básicamente a una Realidad objetiva con desprecio de lo per-
sonal subjetivo. Y en este caso las comunicaciones precisan de una seguridad en la in-
terpretación que es superior a la habitual en las simplemente sociales.
La Ingeniería al adoptar los sistemas de comunicación social, los utiliza para
una finalidad diferente a la que les dio origen, y aunque los adapte, siguen sin ajustarse
a sus necesidades. No es de extrañar pues que la comunicación sea la causa de muchos
errores. Para disminuirlos, y para compensar la ausencia de redundancia y de diálogo
que requieren un tiempo del que no se dispone y una simultaneidad emisor - receptor
que no hay, la Ingeniería refuerza el rigor en el código, método y orden6.

6
Deforge, Yves. (1981). Le Graphique Technique.Son histoire et son enseignement. Collection lilieux.
Paris-Francia:Champ Vallon. 225 pp.
La formas de comunicación 17

2. LOS LENGUAJES SUPERIORES.

2.1. La comunicación primaria.


La vida de los animales es movimiento, se pueden reunir o evitar a su conve-
niencia. Y les interesa darse a conocer.
∑ A veces quieren comunicar su presencia y su fuerza a los otros para ahu-
yentares o atraerles, indicando que poseen un territorio y que están dis-
puestos a defenderlo o a compartirlo.
∑ A veces tratan de informar a fin de protegerse. Y por ejemplo despliegan
el color amarillo (o rojo) y negro las arañas, avispas, serpientes o tigres ...
para avisar que pueden proporcionar sorpresas desagradables a sus even-
tuales agresores.
∑ Y con la sociabilidad aumentan los temas a comunicar,
- reconocer a los miembros de le familia, o de la manada;
- indicar dónde hay comida, quién necesita ayuda, cuándo se apro-
xima un peligro, etc.
Y en estos casos la comunicación es muy simple y versa sobre cosas del presente.
Los signos son instintivos en algunos casos, en otros, aprendidos (imprinting),
y siempre propios de la especie. Consisten en olores, feronomas; o en colores, como en
el mandril o el plumaje de los pájaros; o en sonidos, desde el canto y el rugido hasta las
llamadas de los animales sociales; o en gestos, muy expresivos en los animales sociales,
perros, pájaros ... Las combinaciones de signos son por lo general pocas, de gran sim-
plicidad y de interpretación unívoca y directa; su código es fijo, invariable y muy rígido.
La comunicación elemental es fiable, segura y deja poco lugar al engaño o al
error.
La formas de comunicación 18

2.2. La civilización humana.


La complejidad de la sociedad humana con su diversidad de relaciones, la apa-
rición de jerarquías y la separación entre campos individuales y colectivos ... ha dado
origen a un lenguaje hablado potente y evolucionado que permite el intercambio de no-
ticias sobre las experiencias y sensaciones personales, y sobre descripciones de la Rea-
lidad exterior física o social.
El lenguaje facilita:
- enterar a los otros de algo,
- convencerles de su veracidad o de la conveniencia de actuar de
una determinada manera,
- moverles a actuar; y si es preciso,
- emocionarles para hacerles sentir como propios unos problemas
de los otros, o
- comunicarles que una acción es de su interés aún en los casos en
que ni aquella ni su resultado les sean trascendentales.
Permite también ir mas allá de la información sobre lo singular de las cosas concretas, y
superar las limitaciones del momento y lugar presente, al aceptar abstracciones y con-
ceptos universales. Y podemos hablar tanto de lo que nunca hemos visto, como de lo
que no tiene cuerpo.
Y este lenguaje, una creación colectiva que sólo se mantiene y conserva con es-
fuerzo, es a su vez el vehículo de transmisión de la misma cultura de la que es parte y
facilita las socializaciones primaria de los niños y secundaria de formación de adultos.
Con un aprendizaje de los roles que acaba convirtiendo la cultura de los otros en propia.

2.3. Características del lenguaje hablado.


El lenguaje hablado supera a efectos prácticos la mayor parte de los problemas
de una comunicación entre hombres. Su sistema de señales visuales y auditivos, flexible
y adaptable se presta al diálogo. Aprovecha nuestra gran capacidad para modular la voz
y distinguir los matices sonoros (fonemas, tonos y música), para combinar los sonidos
en palabras y frases, (con importancia para las pausas).
La gran abundancia de palabras nos permite:
- distinguir con nombres los diferentes fenómenos del mundo Físi-
co y Social,
- convertir las sensaciones personales en descripciones de validez
general,
La formas de comunicación 19

- y sustituir la Realidad por los nombres arbitrarios de unas etiquetas7.


Un rico y flexible código semántico nos permite dar nombres a las cosas mate-
riales o de razón que nos interesen, con una circularidad que permite las denotaciones y
las connotaciones. Los diccionarios, al definir en un intento rayano en lo imposible los
aspectos del Mundo exterior que tenemos en consideración, son el repertorio de todo lo
que importa en una cultura.
A partir de las palabras, un segundo código más preciso y rígido, el código
sintáctico, nos limita los tipos de frases significativas.

2.3.1. Las sensaciones y descripciones


Nosotros, al establecer comunicación con los otros deseamos predisponerlos
para una acción. Y si para ello no nos basta con informar debemos hacerles sentir, y si
"sólo se dispone de 3'3 litros por persona", dice poco, el añadido "la muerte por sed es
inminente" le da una mayor fuerza.
Y en la comunicación hacemos amplio uso de:
- descripciones de cosas que corresponden al comportamiento ex-
terno de la realidad exterior,
- sensaciones personales subjetivas de nuestro comportamiento in-
terno,
que hemos individuado al separarlas y concentrado en abstracciones de objetividad
cuestionable.
Para los aspectos difícilmente cosificables, hacemos uso de adverbios y adjeti-
vos, tales como considerable, suficiente, aceptable, bueno, blanco, tarde, etc. cuya base
de la escala o el matiz se aclara en el diálogo, pues no depende tanto del consenso social
cuanto de las personales experiencias. Si no hay base, los calificativos carecen de senti-
do y los comparativos resultan absurdos.
Mas pese a su carácter subjetivo, adverbios y adjetivos transmiten una infor-
mación real comprobable: El grado de madurez del fruto del que hablamos, lo declare-
mos suficiente o insuficiente, es uno bien preciso; y también es uno y bien preciso el
color verde indefinible de la pared, etc.
Y si estas limitaciones no plantean serias dificultades en el lenguaje oral ya que
en el diálogo se aclaran las dudas y ambigüedades, resultan poco apropiadas para el len-
guaje escrito, y menos aun en la ingeniería.

7
y el aumento de artificialidad facilita la discordancia entre la narración y los sentimientos del narrador
(es más fácil mentir con palabras que con gestos).
La formas de comunicación 20

2.3.2. La información sobre calidad y cantidad.


Cosas con un mismo nombre pueden diferir en aspectos de importancia. Y si
las limitación de nuestros sentidos ya nos crean dificultades en la apreciación de la cali-
dad y sus matices, las dificultades se incrementan al intentar transmitir nuestra aprecia-
ción a los otros.
Para ello reconocemos primero las diferencias de calidad en las propiedades
mediante adjetivos y adverbios, y luego por medio de una cuantificación introducimos
el matiz por acumulación de unidades de medida natural o artificial. ( gallinas, o kg. de
gallina), o por comparación con unas escalas. Y con la ayuda de los números, ya pode-
mos informar del tamaño, duración, repetición, color, temperatura ...
La información de cantidad se basa en la comparación con una unidad definida
con carácter general, en base a unos previos acuerdos sobre igualdad y tolerancias, o
sea, sobre el desprecio de unas diferencias. Y con este prescindir, podemos:
- igualar unidades físicas, y contar gallinas, días o guijarros; o divi-
siones (físicas o conceptuales), los gajos de una naranja, o las par-
tes de un buey. Y
- agruparlas para contar,
aunque las diferencias de las que prescindimos sean a veces importantes. Y no haya dos
arboles iguales entre los 300.000 del bosque, ni dos personas iguales entre las 80.000 de
una ciudad.
∑ Pese a los abusos en el medir y contar, (concursos de belleza o puntos de
boxeo), y pese a la utilización de variables definidas por escalas de compa-
ración cromáticas, olores, sísmicas, etc. de difícil interpretación, aún son
muchos los aspectos de la Realidad que no admiten descripción numérica. Y
así por ejemplo, ¿Cómo se mide la comodidad?
∑ Por otro lado, la aplicación de números cuantificadores puede llevar a
conclusiones poco significativas para el Hombre normal que no entiende ni
lo muy grande ni lo muy pequeño de los 10 +/-n. Y si sabe lo que es un litro
de aceite, no ve el Km3 de mar océano.
∑ Mención especial merece el tiempo cronológico, básico en el Ingeniería,
perfectamente mensurable por medios físicos e incomprensible para muchos
hombres. ¿Que significa saber que un hecho sucederá dentro de 150 años?,
¿Quienes seguirán vivos?
En Ingeniería para las propiedades aditivas (que no abundan), se utilizan uni-
dades o escalas invariantes que recoge el S.I.
La formas de comunicación 21

2.3.3. Comentarios a los números


En ingeniería manipulamos primordialmente dimensiones o variables que
acepten un tratamiento matemático. Para conseguirlas concedemos gran valor a los as-
pectos mensurables, y, en una simplificación del mundo real, sintetizamos los hechos
reduciéndolos a datos numéricos con lo cual las cosas se transforman en tablas.
Pero si los números resuelven unos problemas, son a su vez fuente de errores al
utilizarlos a la vez y de forma indiscriminada como expresión de:
∑ identificación, en sustitución de un nombre adecuado, como es el caso
de los jugadores de los equipos de fútbol;
∑ un orden, como las fechas de un mes, el turno de atención de un dentista
etc.;
∑ un escalado de comparación, como las temperaturas del termómetro
(centígrado, Fahrenheit), la altura sobre el nivel del mar, o las medidas fi-
siológicas de las mujeres;
∑ una proporción de cantidad, tales como los pesos, volúmenes, etc.
pues sólo en este último caso las cualidades que se miden con los números, gozan real-
mente de las propiedades de asociación, distribución, suma, etc.; y el ampliarlas a otros
casos, concursos de belleza, campeonatos de boxeo, o calificaciones escolares por
ejemplo, conlleva un desprecio de la veracidad.

2.3.4. Comentarios al mensajero


El mensaje oral es una composición de unas palabras semánticamente correctas
articuladas en frases válidas según una sintaxis. Sigue las reglas de un código de com-
posición y de un código de significados, y las de unos subcódigos de tono, timbre y es-
tilo que:
- facilitan la interpretación,
- captan y mantienen la atención del oyente. Y
- ponen de manifiesto la intención y los sentimientos del emisor
con una entonación más difícil de falsear que el contenido semánti-
co.
Preparado para que sea debidamente recibido e interpretado, incluye para ase-
gurar su eficacia unas señales que permiten la identificación de los códigos, y presenta
la redundancia necesaria para ajustar estos últimos. Y permite y promueve el diálogo.
Mas, además de palabras el discurso incluye otros signos, por ejemplo tics y
gestos, voluntarios o involuntarios. Y a través de ellos y de otros detalles se transmiten:
La formas de comunicación 22

- las sensaciones de seguridad, inseguridad, satisfacción, confianza,


- el papel y jerarquía social, chulo, rico, conquistador; o
- el estado personal fisiológico miedo, malestar, osadía,..
que si bien pueden reforzar el contenido, también pueden estar en discordancia con el
mensaje formal.

2.4. La conexión entre receptor y emisor.


La comunicación es un acaecer bidireccional. Se establece por medio de un
mensaje muy sensible a los ruidos, a través de un medio entre personas diferentes de
una misma cultura, (los niños hablan de sus cosas y los viejos de las suyas), separadas
aun en el diálogo, en el espacio y a veces por el tiempo. Y hace falta establecer cone-
xión entre ambas, igualar códigos, circular el mensaje.
El emisor estará emocionalmente interesado en la actividad, mas para el re-
ceptor el mensaje presenta la frialdad de lo objetivo (es una de entre tantas cosas), y la
persona receptora, sino desinteresada será pasiva. Ahora bien, tanto para captar los sig-
nos, como para interpretar los signos y la sintaxis hace falta que esté física y mental-
mente atento y alerta. Y, para que asuma el contenido del mensaje, debe además:
- ser receptiva a la forma,
- estar predispuesta a favor del contenido,
pues las solas palabras no convencen, como nos muestran las interminables discusiones
sobre fútbol o política.
∑ El discurso, oración, pregón o clase magistral requiere, todavía más que
el diálogo, un auditorio preparado y predispuesto a escuchar. Permite afian-
zar a los creyentes en sus creencias y enseñar a los especialmente recepti-
vos. Es adecuado para mensajes simples basados en la emoción, y, si el me-
dio acompaña, es ideal para la propaganda.
∑ Los soliloquios o monólogos para uno mismo, no son comunicación sino
sustitutos del razonamiento o ensayos del valor retórico de un discurso.

2.4.1. Ajuste de los códigos y verificación de las interpretaciones,


En la mecánica de la transmisión aparecen cambios, inclusiones o pérdidas de
signos. Ni todos los papeles llegan a su destino ni todos los documentos siguen en el ar-
chivo, y el mensaje final que se recibe puede diferir del que se mandó.
Por su lado,
La formas de comunicación 23

- Los inevitables lapsus de atención en el receptor, dan lugar a una incer-


tidumbre sobre si se le captará completo.
- La artificialidad de los códigos introduce dudas sobre la igualdad
en la interpretación.
Así las cosas, el mensaje debe incluir una suficiente redundancia que permita
superar los lapsus de inatención, corregir los accidentes, omisiones y errores y ajustar
los códigos.
Y el diálogo lleva a la comprobación de conformidad y acuerdo. Su necesidad
queda demostrada por lo manifiestamente absurdo de los diálogos entre sordos.

2.4.2. La preparación y el acompañamiento psicológico


El buen uso de un lenguaje no se limita a la corrección en el uso de los códigos
sino que se extiende al manejo del mismo lenguaje como parte integrante del mensaje.
En el lenguaje hablado, el imprescindible contacto entre emisor y receptor es a
la vez aural y visual. No basta con captar la atención del receptor mediante una prepara-
ción, hay que mantenerle despierta la atención con acompañamientos: el redoble del
tambor, o el toque de la corneta, o los cambios de voces, o de ritmo, o el brusco cambio
de tema.
El buen orador se hace. Conocer y dominar las técnicas requiere estudio y
aprendizaje. Pero importa en gran manera conocerlas y dominarlas, pues si bien no es
seguro que una persona aunque atenta sea capaz de entender lo que oye o ve, si se abu-
rre ni ve ni oye.
∑ Los grandes oradores logran hacer vibrar al público con el tono y el soni-
do de su voz, y el encadenamiento y la magia de las palabras que emborra-
chan. El contenido de su mensaje estriba en gran parte en el ambiente que
crean. Y crearlo es difícil.
∑ Los buenos vendedores mandan los mensajes adecuados, en el momento
preciso. Para despertar ilusiones, hacer sentir al interlocutor la importancia
que conceden a su valía (dar coba), etc., pues saben que es fácil convencer a
través del inconsciente.
La Retórica enseña como llamar la atención y crear ambiente para hacerse con
el auditorio, transmitir las emociones, hacer sentir y vibrar, y conseguir que el mensaje
recibido se asuma como algo propio. La Didáctica es la rama de la retórica especializa-
da en la enseñanza.
La formas de comunicación 24

2.5. Las aportaciones de un soporte material.


El cuerpo material del mensajero que proporciona estabilidad a los signos,
permite superar las limitaciones para la comunicación por la necesaria sincronía en el
contacto emisor - receptor. Por otro lado, la conversión del mensaje en objeto material
le individua e independiza espacial y temporalmente, y aumenta la credibilidad y con-
fianza psicológica del mensaje

2.5.1. La superación de la sincronía.


Los sonidos se emiten, y se reciben, en secuencia. Las palabras, señales de du-
ración efímera que no dejan huella, y que son difíciles de aprehender, forman una cade-
na que la memoria esta obligada a almacenar antes de proceder a su interpretación. Y no
es posible comprobar las que han sido efectivamente pronunciadas. Sin grabación mag-
netofónica no hay forma de verificar lo que se ha oído.
Las palabras vuelan, y donde antes dije digo, ahora digo Diego. La Memoria no
resulta segura, los datos propios no están al alcance de los otros, y tampoco nos es posi-
ble comprobar la veracidad de los recuerdos ajenos. La retransmisión con sucesivas co-
dificaciones y descodificaciones especialmente cuando no se domina el tema, potencia
los errores8…Y el mensaje que se recibe oralmente resulta de poco fiar.
La fijación del discurso oral puede conseguirse por medio:
- de memorialistas, como en algunos pueblos primitivos que si bien
resulta eficiente no presenta credibilidad objetiva
- de grabaciones directas de los sonidos en cintas, discos, … y si se
hubieran inventado antes quizás ...
- de grabaciones de los símbolos del lenguaje por una transforma-
ción icónica de los conceptos en ideogramas o una conversión de
las palabras en signos escritos9.
La lengua escrita tiene por base la hablada. Mediante símbolos de elaboración
manual y lectura visual, se fija y se da permanencia sobre un cuerpo material a las pala-
bras, no a los significados. Un primer código transforma el texto en sonidos o viceversa;
con el segundo, el propio del lenguaje hablado, se interpretan estos últimos. Y se puede
leer en voz alta un discurso en una lengua que no se habla, pues leer no es entender.

8
Es un buen ejemplo los cambios que va sufriendo la orden verbal, en el ya clásico caso de los soldados
del Regimiento que deberían prepararse para observar un elipse de sol.
9
y se han creado también otros sistemas de conceptos y símbolos: Algebra, Matemáticas, etc.. indepen-
dientes del código de la lengua hablada.
La formas de comunicación 25

Con la escritura, los mensajes ganan en estabilidad pero, salvo en originales


manuscritos, pierden la información adicional sobre autor que ya no está presente. Y los
escritos, al admitir preparación eliminan espontaneidad, y facilitan el engaño.
El aumento de la distancia entre autor y el lector, no permite el diálogo.

2.5.2. La conversión del mensaje en objeto material.


El soporte, objeto material, es parte importante del mensaje escrito, y a veces lo
sustituye. Es un mensajero corpóreo que puede despertar atención e interés por su sola
apariencia. Y este soporte10:
- mantiene invariable el mensaje a lo largo de un cierto tiempo;
- permite guardar y disponer del mensaje a voluntad para consul-
tarlo en el momento y lugar conveniente;
- facilita la interpretación y lectura por partes, sin orden, a diferen-
tes velocidades para la localización y la verificación, con interrup-
ciones y relecturas.
Ya no se está obligado a recordar el exacto contenido de un escrito, basta con conocer
su existencia y ubicación para hallarlo y releerlo.
Más si la recepción visual es segura y rápida, es aburrida pues la paucidad de
gestos mas provoca el sueño que despierta el interés (Para romper la monotonía, los
textos se acompañan de figuras).
Por otro lado, la elaboración manual de los signos es lenta, cansada y aburrida,
física y mentalmente. Permite añadir, modificar, corregir y pulir con lo cual disminuyen
las señales involuntarias. El contenido escrito, salvo por los raros lapsus calami, sólo
contiene lo que se desea que contenga.

2.5.3. La credibilidad y confianza psicológica


Los mensajes recibidos a través de la vista incorporan, por lo general, un ruido
emocional que proporciona credibilidad psicológica.
Para el hombre inculto, un escrito tiene algo de mágico; al poderse ver y tocar,
es forzosamente verdadero; y cómo por antigua tradición el hombre que sabe escribir, es
un sabio y no puede mentir... , de ahí, la Fe en la imprenta y en lo impreso.
Ahora bien, un escrito, por más que pueda leerse y releerse, puede ser falso o
estar equivocado. Las interpolaciones y adiciones así como las citas fuera de contexto,

10
El soporte evoluciona a lo largo de los siglos. Con los años, de la piedra se pasa al barro, al pergamino,
al papel, materiales que permiten cada vez mas fácilmente la confección del mensaje por el propio autor,
y la introducción de enmiendas y correcciones
La formas de comunicación 26

pueden modificar el sentido original. Y cabe la posibilidad de que contenga erratas y


que presente omisiones.
No es la presentación quien concede credibilidad al escrito sino el autor. La ga-
rantía procede de la firma del Notario, no del amanuense. Las noticias de los periódicos
no son mas ciertas porque estén impresas. Y no hay motivo para que sean ciertas las
afirmaciones de la Publicidad. Y alambicando las cosas, las alabanzas y comentarios de
terceros, escritas y publicada de forma aparentemente imparcial, puede que tan sólo se-
an el producto de una Sociedad de Bombos Mutuos.
Pese a todo, el hombre normal continúa con su fe en la letra impresa, aunque se
trate de periódicos, como pone de manifiesto el timo del número de lotería premiado.
Puesto que el mensajero repercute en la interpretación del texto, se cuida la presentación
tipografía, papel, combinaciones de colores y tamaños, etc. en pasquines políticos o
culturales, folletos comerciales, primeras páginas de periódicos, etc. ,
La Publicidad se aprovecha de la credibilidad que acompaña a la escritura, para
presentar bajo un aspecto favorable unos hechos que ni tienen por que haberse produci-
do. Comportamiento antiguo pues, según dicen, ya Ramses modificó las inscripciones
de los monumentos para aumentar su prestigio personal.

2.6. Comentarios generales al lenguaje escrito.


Al escribir transformamos algo tan inmaterial como una idea en una realidad
corpórea que se puede estudiar, analizar, modificar, trasladar, etc, con facilidad. La
memoria instantánea unida a la visión de párrafos completos, nos permite relacionar las
partes y verificar la concordancia interna, cosa que facilita tanto la preparación como la
comprensión del texto.
Y si bien la elaboración del escrito (preparación y escritura) requiere tiempo y
esfuerzo, leerlo por el contrario es rápido aunque siga siendo monótono y cansado. Por
otro lado se puede leer por partes y en desorden, y no es menester atenerse a una se-
cuencia, pues el cambio de orden de la lectura no cambia el texto. Resulta fácil encon-
trar un punto determinado y no es menester recordarlo pues bastará releerlo cuando
convenga.
El lenguaje escrito no se presta a la redundancia ni admite el diálogo, y lo cual
obliga al uso de unos códigos semánticos y sintácticos más depurados y precisos que di-
ficulten las tergiversaciones. Y su uso requiere mayor cultura. Aunque sea una adapta-
ción del hablado, no es exactamente el hablado.
La Ingeniería aprovecha las propiedades del lenguaje escrito para elaborar unas
instrucciones de operación muy detalladas. Utiliza el lenguaje técnico pero aunque mu-
La formas de comunicación 27

chas palabras aparentemente coincidan con los del lenguaje cotidiano natural, los có-
digos de interpretación poseen una mayor definición restrictiva, y su dominio requiere
estudio y práctica.
Y la Ingeniería también ha puesto a punto unas formas de representación en
cuadros o tablas de números, en las que sólo se utilizan las palabras en los encabeza-
mientos de las filas o columnas.

2.7. Comentarios generales a los libros y documentos escritos.


Los escritos, la gran mayoría de los escritos, son el resumen meditado de unos
conocimientos del autor. De alguna manera son una exposición en monólogo para unos
lectores determinados. Y la Sociedad informa a sus miembros, el sabio escribe para el
sabio; el deportista de café, para los deportistas de café y TV; y el técnico para el técni-
co, etc. Y abundan, según nos muestran las Bibliotecas, los tratados ininteligibles para
los no iniciados aunque sean claros para quienes ya conocen el tema.
La importancia no se mide por la extensión ni por la rimbombancia del título,
sino por la trascendencia a través de un lector al que va especialmente destinado. Aun-
que tal vez este lector:
- no esté individuado,
- no sea conocido por el autor,
- no exista.
Prepararlo e interpretarlo requiere educación y tiempo. Al no haber contacto
humano ni diálogo, los códigos requieren precisión y rigidez. Debido a la lentitud de la
preparación y a lo aburrido de la lectura, los textos exigen concisión, no abundan en ex-
plicaciones y dan gran importancia a la adecuación de los conceptos por medio de pala-
bras cabales en composiciones claras, precisas e inambiguas.
El contenido será objetivo y realista a criterio del Autor, pero no lo es para el
Lector por cuanto recibe un producto manipulado y transformado. Y si bien puede con-
tener opiniones, descripciones de sucesos, metodologías, cálculos, relaciones de mate-
riales, etc., o consistir en el análisis e interpretación personal de un mundo real o social,
en un resumen de unos hechos actuales o históricos, etc.. De hecho, sólo son unas pala-
bras que tal vez no coincidan con la realidad:
- si el autor tiene interés en engañar,
- si el texto contiene erratas tipográficas o errores de mecanografía.
Y la fotografía puede estar movida, velada, incompleta, desenfocado, etc. o
quizás tan sólo sea un montaje, y ¿qué seguridad nos ofrece un trabajo que muestra no
haber sido releído después de mecanografiado?
La formas de comunicación 28

Por otro lado, el mensajero es un objeto material que se puede preparar con
esmero y procurarle unos detalles de presentación, de colorido .. que agraden y hala-
guen. Y este cuidado que engaña a la vista y despierta emociones inconscientes, permite
la confusión entre la calidad del mensajero y la del contenido.

∑ En resumen, no hay escrito preparado sin motivo. Contienen un mensaje con una in-
formación que alguien ha elaborado para que otros lo reciban e interpreten. Y por lo ge-
neral, sólo se reciben los escritos en los que hay alguien interesado en que sean recibi-
dos.
La formas de comunicación 29

3. LA COMUNICACION POR IMÁGENES.

3.1. Los dibujos: trazos y colores.


El campo de los mensajes visuales es amplio: los colores de las tuberías, piezas
electrónicas o brocas de los barrenos; las señales de circulación, avisos de peligro de in-
cendios o de alta tensión; los carteles de propaganda; los planos, esquemas y diagramas;
los dibujos, croquis, perspectivas; las tablas ... y la escritura.
Líneas, trazos, colores ... nos sirven bien para distinguir unas
cosas de otras, bien para recordarlas o bien para representarlas. Y
permiten hacer referencia al pasado, al presente o al futuro del mundo
material, por ejemplo al número de vacas
que nos tienen que entregar, o al subjetivo
de nuestras sensaciones y emociones ante
el radiante sol de un día de verano.
Las pinturas rupestres son prueba de la antigüedad
de una forma de expresión cuya utilidad es evidente. Lo
primero que se nos ocurre para entendernos con los otros es
mostrarles algo que se parezca o esté relacionado con lo que
pretendemos: un pedazo de pan o un plato vacío si tenemos
hambre. Y como nuestra imaginación nos permite recrear
una anterior percepción tridimensional a partir de unos tra-
zos y unos colores en dos dimensiones, a efectos de comuni-
cación semiótica el objeto se puede sustituir por un dibujo.
Y al aumentar la cultura colectiva con su acompa-
ñamiento de aprendizaje, los primitivos dibujos han dado paso a los diferentes sistemas
de expresión gráfica: el hiperrealismo, con reproducción casi fotográfica; las combina-
ciones fuera del tiempo y el espacio; la composiciones de formas y colores que trans-
miten sensaciones anímicas, ... Unas veces sobre grandes murales cerámicos, o, como
La formas de comunicación 30

las señales de tráfico, sobre los pavimentos; otras bajo forma de cuadros carteles, fo-
tografías, videos, etc.

3.1.1. Los soportes


El soporte material, según ya sabemos, da permanencia
al signo con lo cual aumentan:
- la facilidad para la interpretación,
- la confianza en el mensaje, y
- la fiabilidad.
- y además permite colocarlo en el lugar donde más
falta haga ("empujen").
La evolución y desarrollo de la expresión gráfica ha ido
unida a una evolución y desarrollo de los soportes: paredes de las
cuevas, frisos de los Asirios, paredes en-
caladas del románico,... que a su vez han
hecho evolucionar la forma de rellenarlos
con signos, así como los mismos signos.
Mas, si bien los grafitti y los di-
bujos sobre los muros y las cavernas son
de gran interés para la Sociedad y los so-
ciólogos, no son fáciles de ejecutar ni de
gran utilidad en la vida cotidiana. La ac-
tual gran expansión de las imágenes es
una consecuencia de las telas, el papel,…
de la reproducción ilimitada por medio de
imprenta, offset, fotografía …; de disocia-
ción entre los soportes: transparencias,
películas, diapositivas, cintas, CD, … con
reproducción fotográfica, electrónica … y
los visores: pantallas de proyección, TV, ordenadores... con soportes de más fácil mar-
car o grabar, transportar, almacenar … Y de la posibilidad de la conexión a distancia
entre soportes y visores..

3.1.2. La comunicación de descripciones y de impresiones


La capacidad psicológica de transformar la visión de unas representaciones bi-
dimensionales en objetos mentales tridimensionales ha dado origen a unos tipos de di-
bujos. Por caminos independientes, el que los trazos y colores, con vida y fuerza varia-
bles lleven unidas unas fuerzas de atracción o repulsa que nos recuerdan y renuevan las
La formas de comunicación 31

sensaciones ya sentidas, ha dado origen a otro tipo de dibujos. Y la evolución de unos


y otros nos lleva a sistemas de expresión que principalmente:
∑ pretenden describir la realidad exterior a fin de que los otros puedan ver
lo que nosotros vemos;
∑ persiguen la plasmación de las sensaciones personales, en la confianza
que despertarán una sensación similar en los otros.
Y si en las descripciones objetivas perseguimos la frialdad impersonal de la
concordancia entre la realidad y la imagen, con las sensaciones buscamos por el contra-
rio el calor de la participación humana. De todas formas la diferen-
ciación no es muy clara pues no es fácil ver sin sentir. Tanto las
Meninas como el Guernica persiguen provocar una emoción en el
espectador. Contraponer la representación del objeto a la del am-
biente, y los soldados españoles dibujados pare Moctezuma, a los
pueblos de los primitivos flamencos es cuestión de doctrinas. Y
con el enfrentamiento cambian las Escuelas y los Códigos.
El descubrimiento de la perspectiva fue un gran avance en la representación de
formas y figuras espaciales. Y ha desembocado en unos dibujos bidimensionales (o fi-
guras) que proporcionan una información tridimensional objetiva, mensurable, invaria-
ble del mundo material, como es el caso de la perspectiva ortogonal, el dibujo de taller
en planta, alzado y cortes, etc.

3.1.3. Códigos de palabras, conceptos e imágenes mentales


Por otro lado, con un solo símbolo por ejemplo: Proyectar, se pue-
de representar una imagen mental de una operación completa
bien conocida por el emisor y el receptor, por ejemplo: Pro-
yectar, con un contenido mas amplio y diferente del las pala-
bras que la definen11.
En semiótica, los iconos, dibujos, imágenes, … son
signos y símbolos y como tales se vienen utilizando desde
siempre. Por conveniencia, distinguimos entre ellos por lo ar-
tificioso del código de interpretación y así denominamos sim-
plemente signos (o símbolos) a las notaciones de la alquimia,
las señales de circulación, ... y denominamos imágenes a las
figuras hasta cierto punto realistas, más o menos recargadas y
elaboradas, por ejemplo, los Pantrocrator y los dibujos animados.

11
Los símbolos de la Alquimia, aunque conocidos, nos resultan hoy imposibles de interpretar al no cono-
cer el contenido del significado.
La formas de comunicación 32

∑ Y son signos tanto las figuras muy simples y estilizadas de las pinturas ru-
pestres de Tahull, como las muy realistas de las cuevas de Altamira.
Y en cuanto a interpretaciones, si hay dibujos que parecen formas de expresión

innata, por ejemplo los infantiles, hay otros que son altamente convencionales, como los
chinos.
∑ Algunos grafos provienen de un largo proceso de estilizado, fácil de adi-
vinar y por lo tanto de interpretar, como los clásicos de un hombre, una
mujer, o un perro. Otros son del todo artificiales, como: + ó -, PIA, R.I.P.,
… e incomprensibles si no se dispone de la clave
Por lo demás, todos ellos se utilizan a la vez, por ejemplo en el Código de se-
ñales de circulación con los niños, las vacas y el "Prohibido aparcar".
El forzado y condensado aumento de la información en las representaciones
gráficas mediante composición de unos signos
componentes específicos, da lugar a pérdidas de
ingenuidad. Tal cosa sucede por ejemplo en los
planos topográficos, los atlas de colores, las repre-
sentaciones de vectores y esfuerzos, los planos de
situación en planta de ciudades o fábricas, etc.
Y con símbolos con signos sin correspon-
dencia evidente con la realidad, se pueden repre-
sentan: las relaciones entre variables, los repartos
proporcionales, las distribuciones en el espacio etc.
Y la representación de las reservas monetarias de
un país por medio de rectángulos, no proviene ni
de que el oro esté en lingotes ni de que los billetes se reúnan en paquetes.
La formas de comunicación 33

Mas si nos es fácil representar situaciones fijas y estables, no


lo es el representar cambios en el tiempo, o los procesos en evolución.

3.2. Comentarios a las imágenes y otras composi-


ciones pictóricas.
El mensaje pictórico se centra en el efecto sobre el observador de la combina-
ción de unos símbolos con sentido propio en un código, que se articulan en un nuevo
código para despertar emociones o provocar sensaciones más complejas. Es frecuente la
utilización simultánea de varios códigos en cuyo caso el mensaje permite varias lecturas
e interpretaciones del contenido gráfico. Permite evocar sensaciones abstractas, tales
como comodidad, seguridad, felicidad, majestad.
El mensaje no es una adición de símbolos sino una composición en la que tie-
nen relevancia los detalles de las imágenes, las relaciones y colores (un bodegón,), y los
códigos específicos de aquellas (la Justicia y la Prudencia), por lo cuál el contenido del
mensaje no corresponde a lo que se representa, y, la pérdida o el olvido de alguno de los
subcódigos lo hace difícilmente comprensible. Y, aunque figure, ningún dibujo propor-
ciona más información de la que sabe extraer el observador.
Algunos códigos aparecen por reacción y rechazo de los anteriores: realismo,
impresionismo, cubismo,... y resultan incomprensibles sin su conocimiento previo. La
aparición de un código nuevo no significa que desaparezcan y se abandonen los anti-
guos. Ni sus signos y señales, si bien algunos de estos cambian de significado.

3.2.1. La imagen que vemos.


La capacidad de formar, reconocer, recordar, interpretar... imágenes es una de
las más primitivas y evolucionadas del hombre. Incluye operaciones de elevada com-
plejidad con ayuda de mecanismos innatos preformados del in-
consciente cuya fisiología nos es desconocida. Por ejemplo, las
imágenes que vemos se inician en unas irritaciones puntuales
del nervio óptico que se completan con muy complejas opera-
ciones mentales. La Gestalt ha puesto en evidencia la subjetivi-
dad de nuestra visión.
La imagen que vemos ya es un montaje que corres-
ponde a una interpretación inconsciente y altamente elaborada
de lo que percibimos con nuestros ojos
Y resultado de operaciones psicológicas inconscientes,
las sensaciones de atracción o repulsión, bienestar o molestia,
La formas de comunicación 34

que el dibujo despierta en el observador, se pueden transferir al objeto que elija el ar-
tista. Y es posible por ejemplo, utilizar unas imágenes para despertar unas emociones
(amor, odio, desprecio), y trasladar la carga emotiva a otras. La publicidad hace uso
constante de ello.
Y así, por ejemplo, las campañas de propaganda fomentan las ventas de unos
productos sin relación con la imagen. Y un hombre fumando, sentado en un sillón junto
a una chimenea con un perro, un libro y una copa, incrementará las ventas de un
whisky. Pero quien lo compre, cuando se lo beba, probablemente no tendrá perro, ni si-
llón, ni chimenea, ni sabrá fumar en pipa, ni leer un libro ni apreciar el sabor del
whisky.

3.2.2. Las interpretaciones de lo que vemos.


La aparente objetividad de nuestra visión no debe hacernos olvidar la gran arti-
ficialidad en la interpretación de lo que vemos, aunque su traducción nos parezca, por
directa, evidente.

La interpretación inconsciente, de las imágenes percibidas en la realidad coti-


diana es una operación cognitiva12 de evolución filogenética, y no es necesariamente la
que conviene a las imágenes de los mensajes. Y por el contrario, la interpretación de
12
Aguirre, Ángel; Álvarez A., José Ma., y, Escorza, José. (1986). Conceptos fundamentales de
Psicología. PPU. 229 pp.
La formas de comunicación 35

una Realidad que es evidente para nosotros, puede no ser la


acertada bajo otros códigos.
∑ En la mayoría de los casos el contenido que
cada uno de nosotros atribuye a una imagen, depende de
la tradición cultural. Y las sensaciones que provocan
unas mismas escenas del Oeste no serán las mismas en
los descendientes de los colonos yanquis o en los de los
pieles roja.
∑ Y hay quienes trasladan a los signos: la Paz, la
Cruz Roja, etc. la elevada carga sentimental muy personal que han puesto en
los referentes abstractos.

3.3. La utilización de signos abstractos.


Los signos abstractos y grafos simples, totalmente artificiales, se apoyan en un
código de interpretación claro e inambiguo con unos referentes finales bien conocidos
del emisor y del receptor.
Mediante iconos abstractos por si solos se pueden re-
presentar conceptos o imágenes mentales de situaciones o ope-
raciones complejas. Y si se combinan en diagramas permiten
la representación indirecta de los sistemas y funciones con las
interconexiones y relaciones, las secuencias de sucesos, los
árboles de encadenamiento de decisiones o fenómenos, etc.
Ahora bien, la visión global que ofrecen, no debe ha-
cernos olvidar que los signos representan unas abstracciones
que no necesariamente se pueden concretar en actos prácticos o en referentes reales.

∑ De la presentación gráfica y visual de los pasos lógicos para resolver un problema, no


se sigue que esté resuelto, que se sepa resolver, o ni tan sólo que admita solución.

3.3.1. Los dibujos en la ingeniería.


Los dibujos de Ingeniería, esbozos y croquis a mano alzada, isométricas... so-
bre láminas físicas, inalterables, plegables, fácilmente transportables y que permiten la
fácil introducción y corrección de signos, contienen información sobre cosas determina-
das y concretas, físicas o mentales, presentes, futuras y pasadas. Son unas descripciones
en las que se prescinde de la emoción, y que se pretende sean de universal interpreta-
ción.
La formas de comunicación 36

Con símbolos definidos por Normas, se representa tanto el planteamiento de


una acción o un caso en el tiempo, como las soluciones a este planteamiento. Desde el
concepto genérico al detalle específico, desde una abstracción, el transporte, a una pie-
za, el tornillo.
Con diagramas y con la ayuda de
más códigos, es posible representar las rela-
ciones entre piezas, o los flujos de sucesos
en el tiempo, o las cadenas de operaciones
en el espacio, etc.. Algo similar a la esencia
aristotélica de una organización o sistema en
los aspectos de:
∑ interrelaciones entre operaciones o
funciones,...mediante esquemas de funcionamiento, unifilares, tuberías....
esquemas de bloques etc..
∑ operaciones a lo largo del tiempo y sus secuencias, como los diagramas
de flujo en química o de las piezas en el taller; o bien su distribución en el
calendario, como en los plannings.
∑ relaciones de dependencia jerárquica en los organigramas de autoridad o
mando.
∑ proporciones puntuales o en evolución, entre variables mediante los grá-
ficos de cantidad.
∑ distribución de cantidades y lugar, como los planes de producción o los
puntos de venta.
Los códigos usados para estos casos son específicos de cada rama de la Inge-
niería: Eléctrica, Química, Mecánica, Organización, etc. en las actividades que le son
propias. Y cuando los símbolos resultan insuficientes, se completan con palabras y nú-
meros, también definidos por códigos: las escalas de medida y comparación, el acabado
de las operaciones, las frecuencias y los flujos etc.
Y los dibujos presentan además otras cualidades. Al dibujar las cosas que toda-
vía no tienen cuerpo, las representaciones gráficas son en si mismas y en cierta forma
unos objetos visuales atemporales, invariables aunque virtuales que permiten el estudio
y análisis. En ellas las personas entrenadas pueden detectar las carencias, imprecisiones,
fallos, lo cual en el proyecto facilita
- el proceso de aumento de definición desde la idea al objeto, y
- la introducción de modificaciones para corregir los errores,
La formas de comunicación 37

3.3.2. Los planos esquemáticos de información.


Los esquemas orientativos de representación de la superficie externa, de la dis-
tribución de componentes internos, de la situación en el espacio de un sistema se lleva a
cabo utilizando algunos de los códigos de los planos ingeniería. Pero se trata solo de es-
quemas de plano, ni tienen ni buscan una correspondencia directa y exacta con la Rea-
lidad. Y los datos no son ni precisos ni exactos, y en ningún caso tienen finalidad cons-
tructiva. Son esquemas bajo el aspecto de planos reales. En algunos casos son auténticos
planos de pega en los que se aprovecha la confianza que inspiran los planos técnicos.
Así,
∑ Los planos - esquema para los Consejos, los compradores etc. poseen una
clara y directa finalidad de venta, y presentan bajo su mejor aspecto todos
los detalles que puedan ser valorados favorablemente.
∑ Los planos de las Enciclopedias y de los Catálogos, por su parte intentan
mostrar el conjunto, sin entrar en detalles, son representaciones del concepto
de una solución.
∑ Los planos de Arquitecto siguen unos criterios de correspondencia y con-
cordancia con la realidad que no siempre incluyen una intención constructi-
va.
Antes de la planimetría aérea, los planos municipales no eran ni completos ni
reales. Por lo especial de su funcionalidad son de destacar los planos de ordenación ur-
bana.

3.4. Los planos de ingeniería.


Caso particular de los dibujos, el contenido del plano de ingeniería es una calca
simbólica, de conformidad con unos estrictos códigos, de un referente que es o será real,
o ya lo fue. Los planos son dibujos sobre láminas, de acuerdo con unas normas que ase-
guran una interpretación única y una correspondencia directa y biunívoca con la reali-
dad material en cuanto a ubicaciones, formas y medidas.
Las normas de representación o códigos cambian con las especialidades de In-
geniería.
∑ Sólo muestran el contorno, la superficie proporcionan los detalles exter-
nos de aspecto y forma, y con la ayuda de los números dan a conocer con
precisión todas las medidas.
La formas de comunicación 38

∑ Los acabados superficiales, los materiales, los tratamientos, etc. así como los
detalles constructivos, (desde los ajustes a las soldaduras, etc.) requieren una
simbología adicional con sus Normas y Códigos propios.
Los planos de conjunto muestran las conexiones y relaciones espaciales entre
las piezas y permiten llevar a cabo el montaje. Por deducción muestran el por qué de las
soluciones parciales, sus funciones, relaciones y limitaciones.
Deben individuar todas las piezas con los nombres, las cantidades y referencias
de los planos respectivos, y contener indicaciones de los medios y útiles para los mon-
tajes, el orden a seguir, etc.
Los planos de despiece están destinados al Taller o al Tajo, y deben definir
cada una de las piezas con el detalle necesario y suficiente para la ejecución, trátese de
una zanja de tierra o de un piñón mecánico.

3.4.1. La utilización de los planos en el proyecto.


Los planos no son fantasías, sino las calcas bidimensionales de una realidad
precisa y concreta a la que obligan y se obligan en calidad de documentos de mando o
de representaciones de sustitución.
Objetos con vida propia:
∑ Producto final de la ingeniería de detalle, son piezas clave de la misma a
estudiar, comprobar, corregir, sustituir o anular y aprobar. Y sirven de base
para preparar otros planos.
∑ Entradas de la ingeniería de construcción en cuanto a modelos tecnológi-
cos de los referentes reales a fabricar en el Taller o la obra.
∑ Memoria de pasadas realizaciones en archivo de papel.
Un plano de ingeniería es una descripción de una realidad material y unas po-
tenciales instrucciones de ejecución. La eficacia en el uso requiere evitar las consultas a
otros Documentos, y ser:
∑ diferenciables y diferenciados con nombre y referencias de números y
letras, del sistema del que forman parte.
∑ completos, han de incluir todas las especificaciones, materiales, toleran-
cias y procesos de realización, etc. necesarias para que el ejecutor final, ten-
ga a la vista la totalidad de su tarea
∑ con la historia, fecha y lugar de procedencia, autor, versión, modifica-
ciones que ha sufrido. etc. los planos que ha anulado o que le han sustituido.
La formas de comunicación 39

∑ con una clara constancia de las disposiciones internas o externas a las que se
ajusta.

∑ La comprobación de la vigencia del plano que se va a utilizar, no es fácil pues al ini-

cial de diseño le sustituye, casi de inmediato otro salido de su descendencia. Y si no hay


un riguroso seguimiento de las repercusiones sobre los otros planos o sobre la realidad
que representan, se produce la confusión de los tiempos con mezcla de lo desaparecido
y de lo presente.
Cuando se desconoce la situación de vigencia es prudente darlo por obsoleto.

3.4.2. Comentarios a la representación de cualidades y de cantidades.


En los planos, la descripción de la cualidad y la cantidad es difícil sin la ayuda
de simbologías complementarias. Y así por
ejemplo, los diseños a escala no son fiables
para las medidas de precisión, y se deben
acompañar de cotas y tolerancias; la defini-
ción del acabado superficial, requiere unos
símbolos propios, etc.
Los símbolos complementarios
pueden solventar muchos casos pero no
permiten todas las aclaraciones que son
menester para la construcción o los ensa-
yos. Y trátese de controles de soldadura,
La formas de comunicación 40

análisis de laboratorio o pruebas, es preciso hacer referencia a los capítulos de los


Códigos de la Ingeniería y de los Reglamentos, o a los párrafos concretos de los pliegos
de Condiciones.
Por otra parte, como no es lógico que si una máquina
contiene 10 piezas iguales, se diseñen 10 planos de despiece
iguales, las cantidades se incluyen en las listas de piezas de los
planos.

3.5. Las fotografías.


La Fotografía proporciona unas imágenes realistas de
las cosas que ya hay o que están sucediendo, en todo similares
a las que percibimos con nuestros ojos. Y las fija sobre un pa-
pel.

∑ Las fotografías proporcionan unas representaciones en perspectiva del mundo físico


muy exactas y precisas.

∑ Al fijar gráficamente un instante de una evolución permiten el análisis de la deforma-


ción de la pieza, o la identificación de los atracadores.

∑ Amplían nuestra capacidad visual. Las películas sensibles a las radiaciones infrarrojas
y ultravioletas no visibles permiten analizar aspectos de la Naturaleza con la que no es-
tábamos habituados. Y en el caso de las placas de Rayos X por ejemplo, ver en profun-
didad a través de lo opaco.
Por otro lado las fotografías de los objetos que ya existen, sean máquinas, edi-
ficios o piezas son unas imágenes que pueden sustituir a veces con ventaja a los nom-
bres o a las descripciones verbales o a los planos de despiece o de montaje. Por ejemplo,
- En las instrucciones de uso o en los libros de mantenimiento de
aparatos mecánicos.
- En los inventarios de las maquinas o herramientas de un taller, de
los muebles de una oficina.
La formas de comunicación 41

4. LA DOCUMENTACION EN LA INGENIERIA.

4.1. Los documentos.


Por lo general llamamos documento al cuerpo material portador de un mensaje
que cumple unas condiciones de permanencia e inalterabilidad, y, a la par que mensaje-
ro inmodificable:
∑ es individuable por una denominación, por ejemplo, "prueba nº 3";
∑ tiene un autor que puede muy bien ser "anónimo", o un responsable "en-
contrado por Justo Pérez";
∑ tiene una procedencia de tiempo y lugar, "en el Vertedero de basuras de
Garraf, el siete de Junio de 1986 a las 13 h";
∑ además ha de estar localizable para ser consultado, aunque su localiza-
ción no sea fácil.
Una vez reconocida su calidad de documento, no admite ni tolera cambios, ni
en los signos ni en la presentación, (Lo escrito, escrito queda,) y mantiene el mensaje
independiente del tiempo y lugar. La partida de bautizo, por ejemplo, cuenta sobre el
pergamino, con todo detalle, que un lejano rey se bautizó el 12 de Febrero de 1104, se-
gún unos determinados ritos ...
De no cumplirse las condiciones antes mencionadas, no se trata de documentos
sino a lo más de basura, desperdicios, trastos o papeles viejos.

4.1.1. La utilidad de los documentos.


Todo documento presenta:
- una realidad corpórea, con un cuerpo físico que admite análisis y
estudio,
- un contenido interpretativo,
La formas de comunicación 42

y si el primero es indubitable, (un ente corpóreo no admite duda), el segundo ya pue-


de ser discutible, por ejemplo: la prueba del fiscal "pistola con la que disparó la bala
propiedad del acusado"; de la "pistola" nadie duda, del resto ¿quién sabe?.
La combinación cuerpo - contenido permite trasladar un mensaje sea un suceso
físico, un acuerdo o compromiso social,... desde el pasado al presente, y desde éste ha-
cia el futuro; y saltarse las distancias. Y los hace de interés para coleccionistas, historia-
dores y Jueces.
Hay muchos tipos de documentos. Los que contienen un mensaje escrito indi-
vidualizan y describen sucesos, compromisos, órdenes... Y son la base de la organiza-
ción social y económica, pues al liberar del presente a los pactos y compromisos, per-
miten el funcionamiento de una organización con distribución de autoridad y de respon-
sabilidades.
Los documentos escritos son de amplia y continua utilización en la Ingeniería.
Y sin ellos no la hay.
Como veremos luego, proporcionan una estructura a las organizaciones socia-
les que les da unidad, y en cierta medida les supedita el comportamiento futuro a las de-
cisiones tomadas en el pasado. Y de alguna manera debieran servirles también de me-
moria, sentimientos, conciencia y ética, más no siempre es así.
∑ Si bien la memoria de la organización son los archivos que guardan
constancia de los actos, decisiones y compromisos, aquellos, a diferencia de
la memoria humana, no son conscientes de lo que contienen. Y los docu-
mentos sólo se hacen presentes y se activan o sea si una persona los recuer-
da y voluntariamente los busca.
∑ Por otro lado, principio de Condorcet, los membretes no tiene fuerza su-
ficiente para asegurar la permanencia de la decisión de un escalón de mando
cuando los miembros presentes pasan a ser otros diferentes de quienes la
tomaron.

4.1.2. La credibilidad de un documento.


En la comunicación por documentos, el mensajero (el producto) sustituye al
emisor; y se interroga y cuestiona a aquel, y no a un autor que no está a mano.
Al someter un documento a análisis, encontraremos que no siempre es lo que
aparenta. Un documento puede ser verdadero o falso por su origen, y con total indepen-
dencia su contenido puede ser cierto o erróneo.
La formas de comunicación 43

∑ La parte corpórea no admite dudas, podemos tenerlas de si es o no es oro de


ley, pero si el oro es falso es oro falso. Mas la veracidad de la forma de pre-
sentación no asegura la veracidad de la información que contiene.
∑ Hay apócrifos, montajes fotográficos, falsos Picassos, y verdaderas falsas
antigüedades,... que siguen siendo reales y verdaderos documentos, y que tal
vez como tales permitan algún día castigar a los falsarios.
∑ Y un estúpido puede escribir un verdadero libro, equivocado en todos sus
párrafos.
De la veracidad del contenido, por lo general discutible ya que en la mayor
parte de los casos incorpora la opinión del autor del mensaje y la intención de quien lo
pone en circulación, se responsabiliza el autor, no el documento.
La fecha y firma de quien lo elaboró son una primera garantía, si es que son
auténticas, al dar a conocer la procedencia del mensaje. (Los anónimos y los apócrifos
no inspiran excesiva confianza).
Ahora bien, ni el contenido, ni el autor, origen o fecha que formalmente expre-
sa el documento, son forzosamente verídicos. Lo más aparente no siempre es lo más
cierto. Procede contrastar la desconocida veracidad de su origen con lo que figura en el
contenido, y llevar a cabo una interpretación con ayuda de unas suposiciones, de lo que
hay y de lo que falta en el documento, tanto en el cuerpo como en el contenido. Y el do-
cumento merecerá tanta más credibilidad cuanto menor sea el número de las suposicio-
nes que se deban aceptar (ley de mínimos).
Y quizás lleguemos a la conclusión que el estadillo de un almacén merece la
misma confianza que las relaciones de bajas de la Iliada.

4.1.3. Los documentos en la ingeniería.


Las operaciones de ingeniería sólo son posibles mediante unos documentos
que, con una autoridad que no es discutible y que no proviene tanto de quien sea el au-
tor sino de quien los pone en circulación, al:
- recorrer el proceso desde el inicio al final,
- llegar a todas las personas que intervienen en ellas,
les dan unidad, mantienen la jerarquía y conservan la común intención.
Incluyen un contenido de mando que pone en marcha la actuación de varias
secciones y genera a su vez nuevas órdenes. En el recorrido, la autoridad de la persona
que los puso en circulación, es sustituida por la autoridad de su sola referencia. Y aun-
que estén preparados para una persona determinada de un Servicio determinado y estén
firmados por otra de otro Servicio, son en realidad impersonales, pues el autor es la
Empresa y quien los recibe y los ejecuta es la Empresa.
La formas de comunicación 44

En la Ingeniería, llamamos Documentación al total de los documentos sobre


un caso destinados:
- a integrar las acciones y los conocimientos de gente diversa,
- para que concuerden y coinciden en los lugares y en los tiempos
adecuados y acordados,
- en vistas a conseguir entre todos un mismo objetivo.
Más si bien la apariencia de objetiva frialdad de una documentación bien pre-
sentada, con aspecto de completa y bien preparada despierta una sensación de confianza
en el éxito de la operación de ingeniería:
∑ Un papel por muchos sellos, números y firmas que contenga es sólo un
papel.
∑ Las mejores instrucciones carecen de valor si faltan las personas con ga-
nas de cumplirlas.

4.2. Los documentos de una operación Proyecto.


El orden es de por si molesto y aburrido, y muy caro de implantar y de mante-
ner. Mas si algunas veces sólo es conveniente, y mucha otra es indispensable, casi
siempre representa además una economía.
El orden a aplicar en una operación de ingeniería se caracteriza por:
∑ Una organización piramidal de hombres que se les supone suficiente-
mente capacitados con unas responsabilidades y conocimientos sobre la
operación decrecientes desde la cúspide,.
∑ La dualidad preparación - actuación, con una buscada y real separación
entre ambas que permite llevar a cabo la preparación en tiempo anticipado,
y actuar en el tiempo real;
∑ La consecución de un objetivo final mediante etapas y objetivos parcia-
les, intermedios, preestablecidos y ordenados;
∑ Un proceso de corporificación rápido, seguro y económico, con logro de
la calidad adecuada dentro del tiempo oportuno.
Y los documentos que recorren la organización harán referencia:
- a un relato histórico, por ejemplo la narración de un accidente o
las existencias de un almacén.
La formas de comunicación 45

- a opiniones sobre situaciones hipotéticas, como la estimación de


los riesgos e inseguridades que puede presentar una situación.
- a órdenes y precisiones para una acción con las relaciones de me-
dios y necesidades,
- a los pactos entre personas y organizaciones, etc.
En cierta forma, dentro de la organización la labor de los proyectistas se reduce
a la preparación, a partir de unas órdenes y directivas anteriores, de unos documentos
para un propósito o sea de las instrucciones formalizadas para una tarea junto con las de
acompañamiento que sean menester para completarlas y asegurar su cumplimiento.
Parte importante de la documentación de ingeniería consiste en normas para
evitar fallos en la preparación y errores en la interpretación.
Por otro lado como, las decisiones a tomar son, muchas veces, una consecuen-
cia de otras anteriores y de lo que llevaron a cabo unas personas que quizás ya no están,
pues no terminan una operación todos quienes la empezaron, la amplia variedad de for-
mas y aspectos, los Libros de Actas de las reuniones, Libros de Proyecto y Libros de
Cálculos en los estudios, Libros de Obras en la ejecución, Libros de Servicio en el
mantenimiento, Libros de Reclamaciones en el servicio, etc., que se escriben al ritmo de
las cosas, facilitan la visión de la evolución general y la toma de nuevas decisiones al
dar constancia de los acuerdos ya tomados, de las órdenes cursadas y de los sucedidos
de importancia,.
Algunos de estos libros tienen carácter oficial, y son obligatorios por disposi-
ción de la Administración; en otros casos sólo son unos imprescindibles documentos
internos.

4.2.1. El contenido de las instrucciones para una tarea.


Según ya sabemos, las instrucciones que se harán llegar a un individuo para
que lleve a cabo la acción que le corresponde según la ordenación, se limitarán, en aten-
ción a la eficacia, a:
- lo pertinente para la actuación inmediata
- lo que pueda tener repercusión relevante en el éxito final,
con clara expresión de cual es el alcance y de cuales son la ocasión y oportunidad para
una utilización válida
Usualmente los documentos persiguen provocar una situación predeterminada
para conseguir con ella un objetivo preciso, y contienen información para:
- actuar en un determinado sentido, por ejemplo: estudiar unas al-
ternativas, reunir unos datos o llevar a cabo unos cálculos;
- aprobar o confirmar una propuesta, por ejemplo: la autorización
de una compra, o un permiso oficial de un Ayuntamiento;
La formas de comunicación 46

- construir mediante unas acciones bien determinadas, por ejemplo unas


piezas de un motor
Y la información que contienen las instrucciones para cumplir el encargo, será
según sabemos:
∑ Completa, aunque reducida a lo indispensable, sin más de lo pertinente y
con una flexibilidad que permita ajustarla al caso
∑ Objetiva, pero si bien ha de llevar a donde debe, es fruto de los conoci-
mientos intenciones y atribuciones de un autor. En este aspecto son intere-
santes las instrucciones que provienen de un indeciso o de quien no deben.
∑ Verdadera, coherente, y no discutible por quienes la reciben. Con una
verdad y coherencia que se les supone como una consecuencia de la autori-
dad del documento respaldada por su procedencia.
Se la considera sin intención de engaño13, y la validación por parte de quien
la recibe se reduce a la confirmación de la procedencia y del canal de recep-
ción del documento, a la revisión de erratas, y a la comprobación de cohe-
rencia con otras anteriores.
∑ Utilizable por quien la recibe, y debe abarcar:
- el qué del objetivo inmediato,
- el quién deberá obtenerlo,
- el dónde con los límites de la situación, y
- el cómo con los plazos, calidad, costo de los medios a utilizar.
de forma clara, completa, precisa, inambigua y sin que contenga o se preste
a errores.

4.2.2. Comentarios a la claridad y precisión del contenido


El documento ha de estar preparado de conformidad con la acciones a ejecutar
por unas determinadas personas que aquí y ahora no están presentes. Y al no ser posible
añadir aclaraciones según la expresión facial o las preguntas de aquellas, la exposición -
siempre congruente con su finalidad -, ha de permitir la fácil comprensión, ha de ser de
interpretación única y carecer de puntos que requieran consulta,
∑ No es recomendable, por ejemplo, el uso de expresiones de alcance im-
preciso, tales como "a conveniencia", "según proceda", etc., que, al mante-

13
Si bien las órdenes escritas de quienes conceden gran importancia al formalismo, no siempre coinciden
con sus sugerencias verbales.
La formas de comunicación 47

ner abierto el campo de decisión, transfieren las responsabilidades a un ejecutor


que merecería un ascenso si estuviera capacitado para tomarla.
∑ Por su lado, la ambigüedad posibilita las interpretaciones no conformes
a la intención: "una puerta de tamaño suficiente" no significa lo mismo para
un enano que para un gigante, y una "comida de calidad convincente" no
significa lo mismo para un tragalotodo que para un gourmet. Urgencia y
prisa no significan lo mismo para quien sufre un ataque cardiaco, o para
quien persigue un cartera de Ministro.
La claridad y precisión del mensaje facilitan la interpretación única y correcta,
y la concisión disminuye el tiempo pera captarlo. Más si ésta aconseja evitar las narra-
ciones históricas colaterales y las disquisiciones marginales sin relación directa con el
tema, no representa suprimir unos datos necesarios, ni ha de llevar a continuas consultas
del archivo.

4.2.3. Requisitos generales de un documento.


El cuerpo y la presentación de un documento de ingeniería han de ser tales que
faciliten la consulta, verificación, conservación y reproducción del mensaje en los mo-
mentos y circunstancias que convengan. Son de gran ayuda:
- una ordenación lógica en el enfoque del contenido,
- una disposición ordenada que facilite la consulta,
- una presentación física que la permita, y son de amplia utilización
los escritos, dibujos, fotografías, cintas magnetofónicas, videos,
etc. ..
El documento de ingeniería ha de ser individualizable, y para ello disponer de
un título y/o en su caso una referencia.
∑ El título, para evitar errores, ha de expresar de forma clara e inambigua la
finalidad propia de aquel documento: de si se trata de una autorización de
salida, por ejemplo, o de una orden de cobro, o de las condiciones de un se-
guro.
∑ La procedencia que le comunica autoridad, está definida por la persona
y su cargo, ratificada por el sello si procede. El nombre del autor sólo figura
cuando es conveniente.
∑ La fecha es imprescindible. Las instrucciones que contiene un documento
son de validez condicionada, conocer la fecha de lanzamiento nos permite
estimar su vigencia.
Por otro lado, los documentos han de presentar:
- el aspecto externo,
La formas de comunicación 48

- el vocabulario o jerga específica,


al que estén habituadas las personas a las que van destinados, y que cambiarán si se trata
de un vendedor o de un Juez

4.2.4. La autoridad otorgada por el documento


En su aspecto de orden, el documento de forma implícita en las instrucciones
que contiene otorga a quien va destinado, una autoridad y una responsabilidad sobre
unas acciones a emprender. Y en el documento debe figurar clara y explícitamente cua-
les son las condiciones y los límites de aquellas si implican modificaciones a las pre-
viamente definidas para el rol.
Así las cosas, la preparación por parte de quien manda el documento y la inter-
pretación por parte de quien lo reciba, será una u otra según se presuponga o este con-
venido que:
- se debe de hacer tan solo lo ordenado,
- se pueden hacer otras cosas además de lo ordenado;
y también de si:
- está permitido todo lo que no está prohibido,
- o está prohibido todo lo que no esté ordenado.
Y las restricciones en lo que se debe hacer o evitar y en la libertad de hacerlo o
no hacerlo, que transmiten los documentos, tendrán la presentación y extensión que el
caso merezca según el criterio de la autoridad jerárquica. Y dependerán como ya sabe-
mos:
- de cual es el acto a llevar a cabo,
- del ajuste de las instrucciones a las circunstancias que se presen-
ten (carguen, apunten, fuego),
- de quienes sean los ejecutantes, y de los conocimientos y la con-
fianza que ellos le merezcan,
- del ordenamiento general, y de las necesidades de coordinación
con las actividades que otros llevan a cabo.
En otro orden de cosas, los documentos son unos mensajeros a los que la "ofi-
cialidad" concede autoridad sin darles responsabilidad sobre el contenido. Y son fáciles
de hallar las órdenes firmadas por quienes no deben, como también abundan los infor-
mes de quienes no saben, así como los dictámenes de expertos, las reflexiones de sa-
bios..., cuya fuerza ejecutiva no concuerda con la opinión que nos merecen los firman-
tes.
La formas de comunicación 49

4.3. Denominaciones genéricas.


Por lo general, a veces la finalidad del contenido o su presentación o la opera-
ción genérica que le ha dado origen a veces, algunos detalles de la forma o propiedades
del cuerpo material, y otras veces el proceso de distribución son quienes dan nombre
genérico al documento correspondiente. Y nos encontramos con: albarán, análisis, cir-
cular, dictamen, estadillo, estudio, impreso, informe, instancia, factura, formularlo, hoja
de ruta, oferta, oficio, orden, memoria, parte, pedido, plan, plano, pliego de condiciones,
presupuesto, programa, prototipo, proyecto, recibo, saludo, tesis, trabajo, volante...
Hay documentos que son a su vez una recopilación de otros documentos, pre-
parados bajo unos mismos criterios de forma y contenido. Cada uno de ellos correspon-
de a una representación puntual y pertinente de un caso en evolución dinámica, y entre
todos dan a conocer el proceso de la evolución día a día. Reciben el nombre de:
- libros de proyecto,
- libros de obra,
- libros de mantenimiento,
- libros de reclamaciones,
- libros de actas, etc.
Por su aparatosidad, es de destacar el conjunto de la documentación referente a
las instalaciones de nueva planta con la ingeniería básica y de detalle, que a veces recibe
el nombre de proyecto técnico o simplemente proyecto.

4.3.1. Tipos de documentos en la ingeniería


En una operación de ingeniería, con intervenciones diversas de personas dife-
rentes y objetivos parciales, son menester una gran variedad de documentos que difieren
en intenciones y planteamientos. Así por ejemplo:
∑ Los hay que son unas descripciones de objetos del mundo físico, por
ejemplo, los planos de taller, de instalación, de montaje; o de actividades,
con el lugar, forma y manera de llevarlas a cabo, por ejemplo, la forma de
hacer un taladro o de cursar un pedido.
∑ Otros corresponden a las formas de coordinación entre los participantes:
con indicación de los repartos de mando y de sus organigramas; o con In-
formes, circulares ... sobre el método y las etapas a seguir; o con los gráficos
de secuencia de los actos, etc. ..
∑ Y los hay con programas de plazos según el calendario, con las medidas
a tomar en su seguimiento, o para introducir correcciones, se trate de los
Pert, Gantt...
La formas de comunicación 50

∑ Por su lado, la definición y medida de la calidad con: las prestaciones del


artefacto y sus garantías; el qué, el cómo y el cuándo de las comprobacio-
nes; las disposiciones a tomar para conseguir aquellas, o con las atribucio-
nes para modificarlas,... también generan documentos.
∑ Y también los generan los costes, con los presupuestos, su seguimiento y
comprobaciones y modificación,... Así como la seguridad, tanto en lo refe-
rente a personas como a cosas.
En líneas generales, con independencia de temas y contenidos específicos, los
documentos de ingeniería contemplan:
∑ decisiones: y según la Jerarquía de mando de quien los pone en circula-
ción se denominan directivas, disposiciones, órdenes, peticiones o solici-
tudes.
∑ descripciones con la finalidad de poner en conocimiento de otros unas
situaciones sociales o físicas pasadas, de ahora o futuras. Y reciben el nom-
bre de: actas, memorias, informes, evaluaciones, estados ...
∑ aplicaciones de unos conocimientos a un caso y sus interpretaciones. Y
se llaman instrucciones, dictámenes, ..
∑ obligaciones en las relaciones internas y externas entre grupos sociales y
entre sus componentes ante situaciones específicas. Y se denominan nor-
mas, reglas de conducta, etc.
∑ Programas y planificaciones de actuación con distribución y coordina-
ción de las tareas y tiempos.
∑ Organigramas jerárquicos de autoridad, funciones y responsabilidades
personas o actos

4.3.2. Las instrucciones para la acción directa


Llevar a cabo un proyecto representa solventar multitud de detalles físicos del
montaje o corporificación. Y la gran mayoría de los documentos de ingeniería contienen
instrucciones sobre las situaciones supeditadas a lo inmediato y con restricciones de
tiempo que se presentarán en la corporificación. Por lo general hacen referencia a:
∑ El acopio de recursos materiales, personas y equipos en lugares y mo-
mentos predeterminados, junto con unos servicios debidamente definidos.
Por ejemplo, hombres, con sus menesteres de traductores, viviendas, vestua-
rios; los equipos, sean excavadoras, edificios; las herramientas, aceite o aire
comprimido...,
La formas de comunicación 51

∑ La utilización, dentro de la ordenación general, de unos materiales, herra-


mientas: y las instrucciones de uso y manejo con el modo y manera de
usarlos en forma de folletos, catálogos, libros de instrucciones...
∑ El montaje y desmontaje de unos componentes y partes en unas unidades
más complejas: máquinas, fábricas u organizaciones, junto a las cuestiones
referentes al orden (no empezar la casa por el tejado), la forma y manera de
llevarlo a cabo, (como coger y transportar las piezas), la colocación y la
cohesión entre partes (por ejemplo: el grado de apriete).
∑ La verificación de si cada operación conserva su sentido en la intención
común; de si se cumplen las instrucciones, de si se hace lo que se debe en la
forma y cómo se debe... Y los pliegos de condiciones harán referencia tanto
a los componentes, (tolerancias de las piezas, o composición de las pintu-
ras), como al funcionamiento del artefacto.
∑ La puesta en marcha, el funcionamiento y el servicio de las máquinas o
las instalaciones, con aclaración de los aspectos referentes a orden, mo-
mento, forma y manera de proceder.

4.3.3. Los documentos del programa de acopios


Lo especial de su complejidad, las dificultades en la coordinación y las reper-
cusiones sobre un proyecto, aconsejan prestar especial atención a los documentos del
programa de acopios.
Forman la interfaces entre las organizaciones, y sirven de enlace entre unas
personas que, sometidas a disciplinas e intereses diferentes, colaboran en unas opera-
ciones que siguen sus propios tiempos. Se refieren a adquirir, transportar y almacenar
los materiales, equipos y productos y toman formas de expresión y presentación pro-
pias.
∑ Adquisición: Su finalidad está en conseguir una coincidencia en los mo-
dos, lugares y tiempos de las entregas; en aclarar fechas, cantidades, cuali-
dades, garantías y precios;
∑ Transporte: con las respuestas al cómo cargar y descargar; los plazos; el
lugar y momento; los costes en demoras y accidentes;
∑ Almacenamiento: con sus requerimientos de espacio, de existencias, de
disponibilidad, y de control de entradas y salidas.
Las relaciones de disponibilidad de materiales son un punto clave. Las repercu-
siones de la carencia momentánea de un ítem puede que no guarden relación con su va-
lor. Y en consecuencia, todas las relaciones de la composición de una remesa, las des-
La formas de comunicación 52

cripciones del equipo, las listas de materiales, etc. deben ser de fácil consulta, revi-
sión y comprobación para no aumentar ni las molestias ni los errores de llevarlas a cabo.

4.3.4. Las instrucciones y los reglamentos


La Humanidad (y cualquier organización de ingeniería) posee una experiencia
acumulada sobre casos ya resueltos, historias de errores cometidos, procedimientos que
proporcionan una mayor seguridad, etc., que se resume en unas Instrucciones y Regla-
mentos de ámbito mundial, nacional, local, o particular.
En algunos casos se trata de Recomendaciones que el proyectista avisado to-
mará en consideración. En otros casos son Normas de obligado seguimiento y está pe-
nalizado infringirlas.
De forma general las Instrucciones, los Reglamentos, las Recomendaciones
etc., uniformizan los fenómenos, simplificándolos y prescindiendo de detalles. Y si la
solución que se basa en aquellos no es la mejor, ofrece en cambio al usuario la confian-
za de que no será una mala solución14
Instrucciones, Reglamentos... también proporcionan seguridad al proyectista
pues cubren con su autoridad los detalles de difícil previsión que se pueden presentar al
transcurrir las cosas.

4.4. La adecuación al destinatario.


Por nada, nadie hace nada. Y todo documento tanto si contiene una profecía
como si se trata de una carta anónima, Bando Municipal, demostración matemática, etc.
tiene un objetivo y un destinatario para su mensaje.
Destinatario y objetivo están relacionados. No se piden peras al olmo, ni se
busca empleo bien remunerado en una comuna de hippies. Quien lo manda sabe lo que
quiere, y a quién y por qué se lo manda, aunque tal vez le sea personalmente desconoci-
do.
Y en vistas a conseguir el resultado que se pretende, teniendo en cuenta que el
recipiendario:
- difícilmente podrá solicitar aclaraciones,
- quizás desconozca la importancia del documento, y

14
Al tiempo que para verificar la bondad de lo que recibe, le bastará con comprobar que se adapta a un
Reglamento universalmente aceptado.
La formas de comunicación 53

- probablemente preferiría hacer cualquier otra cosa en vez de prestarle


atención,
se debe dar al documento la presentación más adecuada para su objetivo, y que a la vez
sea más del agrado de quien lo va a recibir. Y los presupuestos no se presentan en verso,
ni con expresiones o dibujos surrealistas.
El informe más importante no es el más grueso, ni el más extenso el más efi-
caz. Impersonal y centrado en el objeto, lo que interesa es el tema y no la personalidad
de un autor que no debe ponerse en evidencia, pues ha dejado de ser parte en el asunto.

4.4.1. La preparación de los documentos en atención a la eficacia.


El documento es de por sí correcto o incorrecto por la eficacia en la finalidad y
por la facilidad en la utilización.
Si tiene unos claros destinatarios, ha de mencionarlos e individualizarlos por
sus nombres, funciones, departamentos... para que pueda llegar a sus manos.
Y es conveniente que los papeles escritos despierten curiosidad, pues para lle-
gar a ser leídos de entre otros muy parecidos, deben captar antes la atención de unas
personas que, al ignorar el contenido, no pueden saber del interés en leerlos.
En atención a la credibilidad que debe despertar y mantener, el documento ha
de contener una clara indicación de quién lo manda y para qué lo manda, con la fecha y
la procedencia definida por la persona y cargo, y con la autenticidad confirmada por el
sello y la firma. El documento de procedencia desconocida no ofrece más seguridad que
un cuento de Hadas.
Por otro lado un mismo documento puede tener varios y diferentes utilizadores.
Para algunos, los puntos de interés son sólo unos pocos y no es correcto escondérselos
entre los demás.
Así las cosas, tanto por conveniencia funcional como por lógica, un documento
escrito ha de estar formado por una introducción, una exposición y un final. Con un
contenido estructurado en forma aditiva y con aumento de la información para quien la
requiera.
∑ El tema y la finalidad se presentan al principio, en un breve resumen,
papel que cumplen a veces el título y la referencia, que va seguido por una
primera exposición general que luego se detalle y si conviene se comple-
menta con otros apartados. Y si es el caso con otros documentos (anexos...)
cuya lectura no siempre es de interés para todos los destinatarios.
La formas de comunicación 54

∑ Siguiendo este criterio, los antecedentes completos, así como los detalles
operatorios de la ejecución y cualquier otra información complementaria,
deben ir en un aparte, fáciles de consultar pero separados.15
∑ Los Indices alfabéticos de citas, autores, temas, etc. facilitan el estudio y
consulta. La relación de cuantos documentos se han utilizado en la elabora-
ción, bibliografía o tablas de datos meteorológicos, si por un lado aumentan
la confianza del lector, facilitan también la continuación del trabajo.
∑ Y cuando los documentos son complejos: recopilación de otros docu-
mentos, requieren una detallada tabla de materias, (¡Y páginas numera-
das!).
En la preparación de los documentos es aconsejable seguir unas normas y or-
denaciones que:
- aseguren la inclusión de los puntos pertinentes,
- aseguren la ausencia de omisiones,
- los hagan de cómoda y fácil interpretación,
y sirvan de recordatorio sobre lo que debe y no debe figurar en ellos.

4.4.2. Utilización y preparación de formularios


En la preparación y en la ejecución de una operación de ingeniería, hay unas
actividades, procesos ...que se repiten con frecuencia con variantes muy similares pero
ajustadas al caso y momento: cálculos, especificaciones, relaciones de materiales o de
existencias, cuadros de medidas, etc. En estos y en otros casos, el seguimiento de un
método en la toma y manipulación de datos, aumenta la fiabilidad y facilita las compro-
baciones al dificultar los olvidos y las omisiones.
Y como es de esperar, abundan los planteamientos y las disposiciones de cál-
culo... normalizados por la práctica. Y la Ingeniería Química, por ejemplo, dispone de
unos formularios, especificaciones y hojas de cálculo que ordenan el trabajo y al mis-
mo tiempo constituyen un memorándum.
Por otro lado, hay también un flujo rutinario de información, aparentemente
repetitiva, con los datos para el desarrollo de las acciones actuales, y con los de com-
probación de la concordancia entre previsión y realidad. Para estos casos, son de ayuda
los impresos a rellenar cuya misma disposición pone de manifiesto las normas para
cumplimentarlos. Atendiendo a su función reciben el nombre de Hojas de ruta, alba-
ranes, partes, estadillos, etc.
15
Atención! El interés del método seguido en un trabajo sólo está en las repercusiones sobre la confianza
que merecerá el resultado, y por lo general no tiene la importancia que le asignan quienes lo han llevado a
cabo.
La formas de comunicación 55

En los formularios, y en especial en los impresos, sólo deben figurar unas


variables que sean fácilmente observables y mensurable, con especificación de todas las
eventualidades pues como hemos dicho, también son un memorándum de lo que hay
que observar. Y han de llevar le firma del quién los cumplimenta, con la fecha y el lu-
gar.
∑ A los formularios acompaña una sensación de control impersonal y des-
conocido, que genera un enfrentamiento psicológico con el papel. Y cual-
quier fallo de presentación o forma puede aumentarlo.
∑ Nunca conviene pedir más de lo indispensable.
∑ En muchos casos, los datos de un impreso no son verificables de hecho
por el destinatario final, y si los cambios en los valores son pocos y de poca
frecuencia, acaban rellenándose de forma rutinaria sin la debida atención. Y
transforman la realidad en ficción.
La utilización de modelos e impresos, bien estudiados, facilita llevar a cabo y
disminuir los errores en las actividades monótonas y repetitivas. Al confeccionarlos, se
debe prestar atención a la formación y capacidad de quién deberá rellenarlos, pues care-
ce de interés la recopilación de números sin garantía de veracidad.

4.5. Los archivos para la documentación.


Lanzarse a una empresa representa una primera etapa de búsqueda y acumula-
ción de la información que luego permitirá la elaboración, reposada y lenta de la docu-
mentación pertinente.
Los documentos se irán utilizando en momentos de oportunidad futura, y,
mientras, hace falta un lugar y forma apropiada para su almacenamiento en espera de
uso.
Formato papel, formato electrónico, … es ineludible disponer de un Archivo
con una organización función del caso, que en todo caso debe asegurar:
- que los documentos se harán disponibles sin demoras ni pérdidas
de tiempo, y
- que no se alterarán, ni sufrirán mutilaciones.
Hay algunos Archivos que no son tanto de trabajo como de reposo, sirven de
almacén de los documentos que al haber cumplido una función permitirán recrear la
Historia. En los casos que sean fáciles de encontrar, brindan protección a quienes hayan
tomado las debidas precauciones. Mas si se trata del Archivo de Simancas, dar con la
Verdad Histórica requerirá muchos años
La formas de comunicación 56

5. EL PROYECTO, RECOPILACION DE DOCUMENTOS.

5.1. Las acepciones de proyecto.


Según se indicó en el primer capítulo, y en la acepción mantenida a lo largo del
libro, nosotros denominamos proyecto a la operación de ingeniería que nos lleva a con-
seguir un objetivo material predeterminado por modificación de la Realidad exterior
mediante unas acciones humanas que hemos seleccionado y ordenado atendiendo a cri-
terios de:
- confianza en el logro,
- seguridad de los participantes, y
- economía en la utilización de los recursos.
El proyecto abarca, no sólo el declarar y el preparar, sino el hacer y el conse-
guir. Y forman parte del mismo:
- la determinación del objetivo material en el que plasmamos los
deseos,
- la determinación del proceso a seguir para la consecución,
- la consecución misma con la corporificación del objetivo,
- la ulterior comprobación del éxito en el logro del objetivo mate-
rial y en el cumplimiento de los deseos que lo sustentaron.
Pero allí indicamos que en Ingeniería también se llama proyecto a una colec-
ción de documentos sobre papel, en número y complejidad según el caso, con las des-
cripciones de:
- un artefacto inexistente pero que se puede conseguir por aplica-
ción de la tecnología,
- la forma de uso, con las normas de funcionamiento y manteni-
miento, y el servicio o bienestar que proporcionará,
de acuerdo con unos códigos. Documentos que además contienen, determinan y descri-
ben:
La formas de comunicación 57

- los plazos, precios y calidades de las formas, medidas y materiales de


cada pieza, y de la manera de conseguirlas así como de la tecnolo-
gía que deberá aplicarse,
- la manera de llevar a cabo toda la operación.
Se trata, de la recopilación de las descripciones sobre papel descritas en capí-
tulos anteriores, que se precisan para llevar a cabo la corporificación y la puesta en mar-
cha del artefacto. Y en muchos casos no llega nunca a estar acabada ni reunida física-
mente.
Si bien las partes poseen diferentes finalidades inmediatas, autores y destinos,
la recopilación constituye de hecho y realmente una unidad. En este capítulo vamos a
referirnos a ella, y la analizaremos desde el punto de vista de un objeto artificial o arte-
facto con un cuerpo material con una función y con una apariencia, al servicio de un
usuario.
Ahora bien, no siempre la documentación que en la vida social e industrial se
presenta con el aspecto y bajo el nombre de Proyecto, corresponde a la descripción an-
tes citada, ya que no siempre la finalidad que con ella se persigue, coincide con la que
en la documentación se declara.
Y hay "proyectos" cuyo objetivo es superar un examen, acatar una orden, con-
seguir un éxito político, proporcionar una diversión, preparar un engaño o timo, etc. con
independencia de lo que en ellos se afirme que se va a conseguir. Y también en este ca-
pítulo hablaremos de estos tipos de proyectos.

5.1.1. La función del proyecto de ingeniería, finalidad de los usuarios y de


los autores.
El proyecto en cuanto a recopilación de documentos, tiene una función, pro-
viene de unos autores y va dirigido a unos usuarios. Si se trata de la documentación de
un auténtico Proyecto de ingeniería, la función principal que le da sentido, y que se co-
rresponde con las intenciones de los autores y usuarios, está descrita en los documentos
mismos. Que:
- recogen y contienen todos lo necesario para conseguir el objetivo
predeterminado por adición de unas actividades parciales.
- han sido elaborados y preparados por unas personas para que
otras consigan el objetivo al hacer uso de ellos,
en el bien entendido que estas últimas conocen los códigos de comunicación de ingenie-
ría y los oficios que se habrán de menester en la operación.
El Proyecto es una recopilación de documentos, unos son la base de otros, y
estos a su vez sustentan otros más. Los diferentes autores pueden perseguir a la vez di-
versas finalidades personales inmediatas, por ejemplo:
La formas de comunicación 58

- que no les despidan,


- demostrar su creatividad,
- preparar unos pedido para unos amigos
Pero sean cuales sean las finalidades de los autores, cada documento tiene como finali-
dad propia y directa superar un punto del camino hacia un objetivo final, común a la
operación: la aprobación para construir el edificio, la pieza que formará parte de la má-
quina, la oferta que permitirá conseguir el pedido, etc.

5.1.2. Adecuación de los documentos a sus objetivos,


Cada documento será estudiado y analizado por unas personas con diferentes
puntos de interés prioritario que sólo son competentes en unos muy determinados as-
pectos, y que sólo están directamente interesados en llevar a buen término la parte que
les corresponde:
- intervenir y participar directamente en el proceso de consecución,
o
- conseguir los servicios directos del logro, o
- sacar provecho del transitorio de la consecución.
Como es de esperar, unos mismos documentos serán sometidos a diversos aná-
lisis de conformidad a los diferentes usos. Y ante un proyecto de Juegos Olímpicos, son
unas las opiniones de los deportistas; otras las de las empresas de construcción; y otras
bien diferentes las de los políticos, banqueros y hombres de la calle.
En los pasos intermedios de una operación proyecto interesan exclusivamente
los datos intermedios, y a partir de estos y sólo con estos, y sin que la idea global entre a
juicio, las personas que forman el escalón pertinente, deciden sobre la conveniencia y
adecuación de una solución, etc. Y luego, resulta prácticamente imposible demostrar a
posteriori que la denegación de la solicitud era, por ejemplo, improcedente. Y las recla-
maciones, al Maestro Armero.
Así las cosas, en la preparación de cada documento en particular procede pres-
tar atención a quienes van a usarlo. Y a veces, por razones de eficacia se prescinde de
unos datos objetivamente necesarios para sustituirlos por otros más convincentes.
Y, según iremos viendo, son muchos los casos de proyectos que presentan una
fuerte discrepancia entre las descripciones que contienen, y la realidad a que se refieren.

La ética y moral de los autores.


Dejando de lado las consideraciones técnicas, las decisiones que se reflejan en
los documentos, no siempre son las que debieran según las normas públicamente admi-
tidas.
La formas de comunicación 59

La actividad industrial se desarrolla a la vez en un mundo real y en uno de


ficción social que se mezclan y combinan sin contradicción directa. Por un lado están
los hechos y por otro las disposiciones, por un lado las formas de actuación admitidas y
por otro las legales, o lo que se debiera hacer y lo que se hace, etc. ... Y por en medio,
los cargos con responsabilidad ocupados por técnicos fantoches que si cubren la plaza
no cubren la función.
La especial ética de las corporaciones, la laxitud de la moral social, la abun-
dancia de normas no ajustadas a la vida real, etc. y lo insuficiente e inadecuado de la vi-
gilancia, convierten el cubrir el expediente en comportamiento aceptable en la vida la-
boral, aun para quienes no la admitan en su conducta privada.
Hay Proyectos - documentos que reflejan en todo o en parte esta ambivalencia,
y si bien mantienen el aspecto de auténticos y verídicos, deforman suficientemente la
realidad para que se ajusten a lo especial de la ética que los motiva. Y con ayuda de una
picaresca de contratos y especificaciones, facilitan conceder permisos, o apoyar a los
amigos, evitando, por ejemplo, la introducción de un nuevo suministrador, etc.16. Ahora
bien, no hay organización industrial que tolere sin degradarse una competencia comer-
cial basada en la picaresca en los contratos y al margen de calidad, el precio o el plazo.

5.1.3. El proyecto, contrato de suministro.


En los casos que lo que importa es conseguir lo que en el Proyecto se define,
de la forma que en él se expresa, y para la finalidad última que aquél consigna, el pro-
yecto - documentación es de alguna forma equivalente a un Contrato comercial de su-
ministro.
∑ Describe de forma real y completa a una corporificación con las etapas
previas de preparación y las posteriores de funcionamiento,
∑ Y junto a las instrucciones para actuar, incluye las condiciones verídicas
de plazo, calidad o coste de llevar a cabo las acciones.
Es de destacar que para la Administración española los proyectos son auténti-
cos contratos, con una presentación formal (especialmente los de obras públicas) según
unos cánones clásicos: Memoria, Presupuesto, Planos y Pliegos de Condiciones, que
admiten pocas variaciones.
Y es bueno recordar que la Administración presta gran atención a las disposi-
ciones sobre trámites, formas y registros de entrada, presentación externa de los Docu-
mentos, etc. con detalles que van desde una póliza en una instancia, a la firma de los
policopiados
16
Para un experto, resulta fácil deducir de la lectura de unas especificaciones cuales son las que sólo se
van a exigir si es preciso defender los intereses de algún amigo.
La formas de comunicación 60

El Proyecto para la Administración española es un todo, acabado en sus de-


talles, y a la espera de emprender la corporificación. Y como es de esperar, la operación
de llevarlos a la práctica acaba por lo general con Anejos, Reformados, etc. que com-
pletan y reforman las soluciones propuestas en el proyecto - documentación inicial.

5.2. El proyecto, en cuanto objeto de uso y consulta.


La razón de ser de cada uno de los documentos de un proyecto está en ser utili-
zado. La documentación de Ingeniería da a conocer a los miembros de una organización
la información y responsabilidad que han menester para llevar a cabo las acciones que
se les asigna en los mismos u otros documentos. Y ha de ser fácil y sencillo consultar-
los.

5.2.1. Consideraciones sobre el soporte material de los documentos


Los documentos son un objeto de uso continuado y constante para personas
distintas y en lugares diferentes. Una sola vez y por una sola persona, o con frecuencia y
por personas diferentes, en busca de un punto, un dato, una fecha, o para iniciar el estu-
dio de nuevos temas... Han de ser prácticos de usar, carentes de papeles inútiles y datos
absurdos, manejables, y de uso fácil y cómodo,... aunque conseguirlo represente una la-
boriosa preparación previa.
Y para disminuir los riesgos de pérdida y mutilación han de ser fácilmente ar-
chivables y reproducibles.
Por otro lado, si bien en la Documentación preparada con finalidad de ejecu-
ción prima el contenido sobre la forma de presentarlo, como ya sabemos, el aspecto ex-
terior puede tener sus repercusiones. Y hay que tener en cuenta el embalaje.
Y en ningún caso se deben menospreciar, como detalles de poca importancia,
las normas de presentación y condiciones de recepción que fija el destinatario, desde la
encuadernación hasta la estructuración interna, el idioma a utilizar, disposición de me-
canografiado, firmas, fechas y visados, pólizas, etc. Y en especial las especificaciones
de fechas, horas y lugar de entrega que por ejemplo en los concursos y subastas, pueden
tener carácter excluyente.
Mas según hemos dicho, no todo lo que aparenta ser un proyecto de ingeniería
realmente lo es. Los hay que son también objetos de uso pero que, al contrario de los
auténticos proyectos, su función y finalidad no son las que declaran, sino otras muy di-
ferentes. Y procuran presentar los detalles que al darles apariencia de reales proyectos
de ingeniería, las oculten pues de alguna manera pretenden sacar partido de la confu-
sión.
La formas de comunicación 61

5.2.2. Consideraciones sobre el contenido.


Según hemos indicado, con los documentos del Proyectos se ha de hacer llegar
a quien corresponda, la información que ha menester para que actúe de una forma pre-
determinada, y de manera que al hacerlo consiga un objetivo inmediato que es previo y
necesario para una finalidad común última.
Documentos de acción que llevan implícita una orden de realización o docu-
mentos de información que trasladan la opinión y los conocimientos de una parte de la
organización, todos están interrelacionados, versan sobre cosas, dinero, personas, socie-
dades,... a través de especificaciones, pliegos de condiciones, presupuestos órdenes e
instrucciones, consultas, etc.
Y en ningún caso han de llevar a cometer errores ni dar lugar a sorpresas, tanto
si tratan de la aprobación de un presupuesto, de un aumento de plantilla, de un permiso
de la Administración local o Central; y tanto si versan sobre la conveniencia de un segu-
ro, o de la definición de un transporte, como de dar a conocer a un obrero del taller la
denominación de la pieza a montar, etc.
En los casos de Proyectos que no son exactamente de ingeniería, para mantener
el mimetismo están obligados a parecérseles, y ajustarse en cuanto a forma, a las líneas
arriba reseñadas. Mas al ser otra su función auténtica han de incluir en el planteamiento
y en la presentación los aspectos propios y específicos que la refuercen.
Y dirigido a un político fantoche que no leerá el Documento, se dará valor al
grueso cuando por el contrario si es un técnico entendido quien deba estudiarlo, se dará
a la concisión. Y si el primero apreciará el brillo de la encuadernación; el segundo se
fijará en si facilita la lectura, conservación y consulta, etc.

5.2.3. Consideraciones acerca la facilidad y comodidad en el uso.


Un documento si no interesar, debe por lo menos no indisponer lo cual concede
importancia a la presentación y al lenguaje.
Y ha de ser fácil de guardar y de consultar tantas veces cuantas los usuarios lo
precisen, y donde les vaya bien o les haga falta. Y bajo condiciones muy diferentes: un
taller, un local de exposiciones artísticas o de ventas inmobiliarias, una oficina de banco
o de ingeniería comercial.
Quienes harán uso de los documentos del proyecto son personas diversas, con
unos propios intereses y unas finalidades diferentes. Y si algunas están forzados a utili-
zarlos sin posibilidad de rehusarlos, como es caso del personal de taller y de los planos
que recibe, otras en cambio pueden elegir, como los Consejeros de una Sociedad, los di-
rectores de Banco, o los Jurados de concursos.
La formas de comunicación 62

La experiencia aconseja que se les ajuste a formas y normas que faciliten la


correcta interpretación de la finalidad inmediata. Y el que un mismo proyecto deba ser
consultado por personas diversas con diferentes intereses y formaciones, obliga a tomar
en consideración la especificidad de las demandas de cada una, y:
- al uso de tablas de datos, de conclusiones, de medidas ... clara-
mente diferenciadas,
- a un doble tratamiento: presentaciones resumidas, acompañadas
de exposiciones en profundidad
con las tablas de contenidos, los índices y las relaciones y referencias que ayuden a lo-
calizar los aspectos y puntos que se desee consultar. Y que entre en la intención de los
autores la conveniencia de que los localicen. Por ejemplo, las instrucciones de uso, el
mercado, los materiales a emplear, el coste, la forma de construirlo.
La presentación, por su lado, también ha de garantizar o asegurar la autentici-
dad, y facilitar o permitir la credibilidad. Y, cómo es obvio, deberá contener referencia,
fecha, firma y procedencia.
Debido a la necesaria brevedad de los documentos base, las aclaraciones cuya
lectura es innecesaria para unos recipiendarios pero es imprescindible para otros, se in-
cluyen en los Anexos.

5.3. Los proyectos como mercaderías y objetos de trueque.


El soporte del Proyecto documentación o sea la recopilación ordenada de unos
documentos es, en cada caso, un singular objeto físico con sus propias características de
cuerpo y contenido.
El proyecto objeto físico es apto para el trueque, cosa que incide en la valora-
ción total y relativa del aspecto y del contenido. Y, en cuanto objeto de trueque, compra
y venta o promesa la apariencia de perfección adquiere gran importancia. Pasaremos a
describir algunos casos.
∑ No siempre la finalidad lógica y directa de la adquisición es conseguir el
resultado de las acciones que se describen en el contenido, y puede que con
el proyecto se esté jugando al billar a varias bandas.
∑ En algunos casos, se persigue conseguir una aprobación, un permiso, un
concurso, una oferta, etc., etapas y pasos previos de un objetivo mas amplio.
La formas de comunicación 63

En vistas a la eficacia, se concederá relevancia a lo que puede ser del agrado de


los presuntos jueces.17
∑ Abundan los Proyectos - documentación desarrollados en base a un Con-
trato que define con una precisión variable según la calidad de este:
- los detalles del objetivo a conseguir con el proyecto,
- los datos que debe programar,
- la estructura de organización a adoptar para desarrollarlo
- y los documentos de que debe constar, etc.
∑ Y el proyecto pasa a ser un trabajo a llevar a cabo, al igual que otras co-
sas, según unas instrucciones. Se adaptará al Contrato en contenido y forma;
y su adecuabilidad al mundo de lo real dependerá de la bondad del mismo.
∑ En algunos casos, con el proyecto objeto sólo se trata de cumplir con las
normas mínimas, por ejemplo, los trabajos de una Escuela presididos por la
idea de llegar a un número de páginas o de dibujos.
∑ En otros casos, solo importa la transacción económica que representa el
encargo, y la presentación y el contenido pasan a ser un aditivo sin especial
importancia.

5.3.1. El contraste por la Realidad.


El autor de un Proyecto sabe que la corporificación y el funcionamiento son
inexcusable piedra de toque de sus decisiones y prejuicios, y en consecuencia, si trabaja
convencido de que el proyecto se llevará realmente a cabo, conformará con atención to-
dos los detalles.
Ahora bien no siempre está presente la intención de construir. La palabra pro-
yecto contiene una carga psicológica de avance del futuro que refuerza las esperanzas
en su cumplimiento, y, aprovechándola, se aplica este nombre a una colección de pape-
les cuyo parecido con un proyecto auténtico servirá de pantalla para encubrir una ma-
niobra.
∑ A veces se trata de huir del presente para refugiarse en el mañana; o qui-
zás de un adorno, una esperanza, unos deseos de presumir; o de un intento
de elevar la moral, de despertar a un grupo aletargado; o quizás se trate de
mantener las cosas como están, de asustar a unos, o de ganar tiempo ...Y en
estos casos, de la veracidad como coincidencia con la realidad, sólo importa
la apariencia.

17
y se diluirá lo que, debiendo figurar para enjuiciarlo con imparcialidad, va en contra del interés de
quien solicita las aprobaciones
La formas de comunicación 64

∑ Cuando más que describir una realidad objetiva a llevar a cabo, se trata de
mantener despiertas las ilusiones de unos accionistas por ejemplo, o cuando,
dirigidos al público en general, se trata de crear una opinión favorable a una
determinada actuación, o de fomentar o defender una imagen ... el contenido
sólo es verídico en la parte en que no ha sido posible manipularlo. Y, el
resto habrá sufrido la máxima deformación que permitan los conocimientos
de aquellos a quiénes va destinado.
∑ En algunos casos, la auténtica finalidad del Proyecto es la de ser suspen-
dido por una autoridad superior antes de llegar a su final; para disponer así,
si llega el caso, de una prueba obtenida con poco esfuerzo sobre la clarivi-
dencia propia y la incompetencia de los otros, etc. ... Y solo contendrá las
partes que más rápidamente lleven a la suspensión.
En todo caso, si los autores saben consciente o inconscientemente que un pro-
yecto no se llevará a cabo, no habrá quien se moleste en comprobar los detalles, y ni
completo ni acabado será imposible de llevar a la práctica. Y por otro lado si el objetivo
del proyecto radica en el propio proceso de preparación, no habrá interés en terminarlo.
Y en otro orden de cosas, es bueno tener presente que los grandes proyectos de
planificación, especialmente los de actividades públicas, son casi siempre una conse-
cuencia muy directa de la ideología de los promotores, por lo general muy reacios a
aceptar las intromisiones de la Realidad. Por lo demás la poca fiabilidad de los datos de
que se parte, la incertidumbre en la evolución de muchos fenómenos … da lugar a que
si bien el poder ejecutivo sobre unas actividades de los hombres (imponerlas o evitarlas)
sea muy fuerte, sea en cambio muy baja la seguridad de que las consecuencias de aque-
llas sean las previstas, y de que se consiga efectivamente lo que se pretende. Cosa que
poco importa a los promotores pues los desaciertos serán difíciles de enjuiciar

5.3.2. Los permisos oficiales y los proyectos administrativos.


La sociedad moderna prohibe unas actividades, tolera otras, ignora bastantes y
para algunas exige una autorización especial de la Administración pública.
Las autorizaciones y prohibiciones vigentes cambian según los pueblos, las
ciudades y las naciones. Y con la época. Y hoy no están autorizadas ni prohibidas en un
lugar cualquiera las mismos actividades que lo estaban hace 20 años.
Ante esta situación, antes de iniciar una empresa es imprescindible conocer y
conseguir las autorizaciones y permisos que serán menester, y ha que tener en cuenta
que una misma actividad puede ser de la incumbencia, a la vez y con disposiciones dis-
pares y no siempre coordinadas ni concordantes, de
- varias Administraciones diferentes: comunitaria, nacional, auto-
nómica, local
La formas de comunicación 65

- varios organismos diferentes: RENFE, Aviación, Carreteras, Ejército,


Confederaciones Hidrográficas, Minas, Industria, Sanidad, Marina,
etc.,
El documento que debe acompañar a la solicitud de algunos permisos, al que
muchas veces también se aplica el nombre de Proyecto, deberá ir firmado por un técnico
competente según definen las Leyes españolas, y estar visado por el Colegio adecuado18.
Es de destacar la tendencia a exigir a estos documentos, una presentación for-
mal similar a la de los Proyectos contratos del Estado, normativa que si ya es poco
apropiada para las realizaciones industriales complejas, es del todo inadecuada en los
trámites previos que aquellas requieren: no hay proyecto completo y verdadero de una
instalación si antes no se consigue el permiso para llevarla a cabo.
Por otro lado, muchos Organismos oficiales no disponen de tiempo y medios
para analizar a fondo los documentos cuya presentación exigen, ni para vigilar el cum-
plimiento de lo que disponen.
Así las cosas en los Proyectos sucedáneo, por cuestiones de tiempo y economía
se deforma el contenido representativo con unos datos y descripciones que son meras
figuraciones. En consecuencia la realidad y los papeles llegan a ser altamente discor-
dantes. Y las realizaciones ilegales y clandestinas, abiertamente a la vista del público,
superan quizás el número de las que están conformes con lo oficialmente dispuesto.

5.3.3. Los proyectos para exposición.


A veces con los Proyectos, se pretende convencer a un público sin especiales
conocimientos técnicos, que está en avanzada fase de preparación, y que en breve será
una realidad algo muy conveniente para la Sociedad de la que forman parte.
Y con ellos se logra aumentar el prestigio de una organización o de una perso-
na, crear una corriente de opinión favorable para anular una oposición, aparentar que
han sido consultadas unas personas, etc. Y así:
- la Administración pública, central o municipal, preparan proyec-
tos con finalidad exclusivamente política,
- las inmobiliarias los utilicen para aumentar el valor de unas urba-
nizaciones,
- los Consejos de Administración, para mantener las esperanzas de
los accionistas.
La preparación de los proyectos de exposición puede requerir:

18
En la práctica la decisión sobre la competencia del Técnico y Colegio depende del Organismo que con-
cederá el permiso.
La formas de comunicación 66

- simplificar los hechos, aún a costa de falsearlos, para que resulten más
comprensibles;
- usar unas demostraciones incompletas o hasta falsas, pero con-
vincentes, para llegar a unos resultados obtenidos por otros cami-
nos;
- resaltar los puntos de interés para el público a que van destinados,
suprimiendo los aspectos que se presten a malentendidos o incom-
prensiones, y no mencionando los litigiosos, y
- proporcionar abundante información técnica que, aunque irrele-
vante, parezca el resultado de un largo y profundo estudio, etc.
Los Proyectos para concurso son en si mismo unos objetos de exhibición.
En los casos de los proyectos a someter reglamentariamente a la información
pública, se atiende al espíritu de las disposiciones en la medida en que la autoridad
competente y el ambiente social exigen su cumplimiento.

5.4. La responsabilidad de quien firma.


Los Proyectos que precisan una aprobación oficial, deben estar firmados por
una sola persona. Y ésta se convierte en su responsable legal con desprecio de si le es
posible planearlos o aún revisarlos. Y con desprecio también de lo que harán después
los técnicos que los llevarán a cabo.
La Ley define con precisión, el cuadro de competencias de las diferentes profe-
siones, y los porcentajes, que según sean los presupuestos, se deben percibir por la firma
de los proyectos.
En la Reglamentación Española no está claro el significado de los Visados de
los Colegios profesionales, ni el de la Aprobación por los Organismos de la Administra-
ción. Y no es seguro que obtenerlos disminuya la responsabilidad del firmante sobre las
repercusiones, por muy evidentes y previsibles que fueran.
Tampoco es clara la responsabilidad que comporta una firma. El firmante de un
proyecto no es dueño del futuro, sólo sugiere o indica que el contenido del mismo se
podría llevar a cabo bajo unas determinadas condiciones, pero sin garantizar que ello se
consiga siguiendo exactamente la forma reseñada, y mucho menos el que funcione el
producto definido en el proyecto.
Cómo además la reglamentación española carece de normativa referente al
control del proyectista sobre la corporificación del proyecto, las responsabilidades aca-
ban recayendo sobre el empresario. Y el responsable es más la persona jurídica que
promueve, decide y paga la realización, que el técnico que la proyecta o dirige.

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