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| Su legado 3 de liccrazgo | =n | TES 3 =. — sh eee ee » salma 3 qt fi Wien éste, el segundo libro de la Serie Blan- chard, Marta Brooks, Julie Stark y Sarah ‘Picevertin describen con gran claridad los ingredientes que conforman un legado sitivo de liderazgo. Primero, segin las — ~ Bi gutoras, el legado de liderazgo no depende del cargo 0 de la posicidn que una persona | ie cn be copes sino de lo que ella és como persona. Segundo, hay que man- | en contacto con las personas s0- bre quienes se quiere influir, pues de ellas depende que las cosas se hagan, Y terce- ro, hay que hacer que el suetio se vuelva realidad. “Una meta es un suefio con una Fh seote limite” ll Su legado de liderazgo $i) LEGAMO OF LIDERAZGO eta y los miembros de la junta directiva, que abandonen la oficina. Aguardé a que salieran de la oficina los parientes de Doug, que apenas si miraron a éste de reoja. Cuando finalmente se cerrd la puerta, Doug se inclind hacia adelante en su astento. —Muy bien, ¢qué cs lo que sucede? Tommy le entregé una caja rectangular poco pro- funda. —Su tia me pidid que le entregara esto. En el interior de la caja habia un libro con tapas de cucro. No tenia titulo, sdlo el dibujo repujado de un helecho en el extremo superior derecho. Doug sacé el libro de la caja. Dentro del libro se encontraba una car- ta doblada, y en el anverso de la cubierta habia una ins- cripcién de pufio y letra de Nan, en la caligrafia que ¢l conocia tan bien: ii muy querida Doug: / Amedida que tu viaje revele la verdad, escribela. am A medida que la verdad revele tu legado, vivelo. | Com amor, Nan i Doug sintié una opresién en el pecho. Sin mirar a nadie, desdobl la carta. _ LA LECTURA GFL TESTAMENTO Mi queridisimo Doug: Mientras escribo estas iineas, no puedo evitar pen- sar en cudnto te quiero. Me siento muy orguilosa de ti, del hombre maravilloso en que te has conver- tido. El resto de mis haberes personales serdn tu- yos; puedes hacer con ellos lo que desees. Adermds, te dejo todos fos Bienes que no se mencionan especificamente en el testamento. Tommy se eri- cargard de los detalles. a Mooseland Stoneware, mi legado mds precia- 4 | i ee do, es, desde luego, tuyo por derecho propio. Serdas jel director ejecutive y presidente de la empresa den- tro de seis meses contados a partir de esta fecha, con una condicidn; la junta deberd votar undnime- mente tu nombramiento, wna vez confirmen que has descubierto los imperatives personales que te breparardn para vivir conforme a tu legado de liderazgo. Doug, ti y Mooseland significan muchi- simo para mi. Aunque sospéecho que esta carta te sorprenderd bastante, no podria nunca deséar otra ‘cosa que no fuera lo mejor para tiy para la compe: file. Por consiguiente, mi decisidn es gue empren- das un viaje; viaje que te revelard legados inexplo- rados que quizds no sepas que posees. Ten la segu- =e ee ae Nad (a- -. .——e e e (SU LEGADS DE DDERAZOO ¢ vidad, mi adorada Doug, de que cada vez que en- | cuentres nuevas verdades sobre tu legado, yo esta- \ ré aplaudiendo tu descubrimiento, Todo viaje comienza con un paso. Esta tarjeta te aywdard a iniciarlo. Que Dios te bendiga en tu viaje. ‘ | fe quiere, Nan nr bee En la parte inferior de la hoja, sujeta con un clip, habia una tarjeta de presentacion con la imagen de un helecho repujado en el extremo superior derecho, y el nombre y la direccidn de un vivero local. Doug mird a lommy. —Usted estaba al tanto de esto? —Si. Nan y yo fuimos colegas y amigos durante muchos afios. Solfamos conversar mucho sobre sus pla- nes, aunque debo decir que esto est4 ocurriendo mucho mas pronto de lo que ella imagind. A los miembros de la junta directiva se les entregaron copias de esta carta, y también otra carta con instrucciones de su tia. La se- gunda carta se refiere a la responsabilidad que tienen de decidir, dentro de seis meses, si usted esta capacitado para asumir la direccién de Mooseland. ——- ¢A qué se referia Nan? cAcaso estaba destinado a soportar ) bara siempre la carga de las ideas que abrigaba su tia acerca del ee LECTURA CEL TESTAMENT O e " liderazua? Cualguier duda sobre sus logros y su idoneidad para dirigir Mooseland se disiparian con sdélo echar un vistazo a su cu- rriculum vitae. ¢Y qué se suponta que debia bacer con esa tarjeta de Dreséentacidn? —Tiene que haber algun error, ¢Cual es mi lega- do de liderazgo? —No, Doug, no hay ningtin error: Doug se quedd mirando fijamente a Tommy, a la espera de que le diera alpuna explicacidn. —Construir un legado de liderazgo no es lo mis- mo que construir un curriculum vitae —le dijo el abo- gado—. E] curriculum de una persona quizds incluya paginas enteras de experiencias y logros. Sin embargo, nada de eso indica su capacidad para ser un buen lider. Nan crefa que el legado que uno vive es el legado que uno deja. ¢Usted sabe cual es sw legado de liderazgo? Lo que ella queria decir es que si usted va a ser el director de Mooseland, debe descubrir primero qué se requiere para vivir su legado de liderazgo. Nan sabia muy bien de qué estaba hablando. Confie en ella. Doug le eché otro vistazo a la carta y enseguida miré a Tommy. —Esto es absurdo. Todos ustedes estan comple- tamente locos! Dicho esto, se puso de pie y se marché. & SU LEGADO DE LIDERADOC) See we ee oe Luego de la intempestiva salida de Doug, Tommy | Sere BOs / volvié a dirigirse a los miembros de la junta directiva. | \ —EFs importante que entiendan la tarea que les \ impuso Nan. El suefio de Nan es que Doug domine TODO VIAJE ) tres imperativos cruciales del liderazgo eficaz y que COMIENZA CON UN PASO empiece a vivir su legado de liderazgo. Dentro de seis = iw . meses, deben estar convencidos de que él esta dispucsto See a atreverse a ser una persona, no Un Cargo; atreverse a conectarse con los demas; y atreverse a dar impulso a —_— Mientras conducia su automévil luego de abandonar la oficina de Tommy, Doug se sentia confuso. (Qué babia sucedido? :Por qué Nan, en quien confiaba y a duien habia querido mids que a nadie en el mundo, le habla hecho esta? eCdma se suportia que debia descubrir su legado su suefio. ae a —w3.. de liderazgo? — Voy a renunciar, eso es lo que haré, Me encan- ta Mooseland, pero no tengo que trabajar alli. Sin embargo, sabia que sus palabras no eran sin- eeras. Le importaba mucho Mooseland y queria cum- , plir la voluntad de Nan, pero :qué era lo que le estaba . pidiendo que hiciera? ones A medida que su auto dejaba ripidamente atrds las ordenadas calles, Doug se fue tranquilizando al re- cordar dias mas felices. om 9 ot Su LEGADD BE RIDERAZC AD SN “Caramba, qué engreido te has vuelto —solia de- cirle Nan en broma—. Pero asi y todo te amo". Otras veces él se quejaba del error que tal perso- na habia cometido o de la absurda idea que tal otro habia propuesto, y su tia se limitaba a acariciarle amorosamente la mejilla. En circunstancias mas serias, como la que se habia presentado hacia unas semanas, ella habia respon- dido a una de sus peroratas con un tono de voz que sic¢mpre lo desarmaba. “Te quiero —le habia dicho quedamente—, no slo por la persona que eres sino por la persona en la cual sé que te convertiras’. Volviendo al presente, eché un vistazo al diario én blanco que habia arrojado descuidadamente sobre el asiento del pasajero, Record la carta y el viaje que Nan habia planeado para ¢l. —Nan —dijo en voz alta—, emi legado de liderazgo? ¢De qué se trata todo esto? Vivero Buscadores de la Verdad A Doug le gustaba solucionar los problemas actuando de inmediato. Si eso cra lo que Nan queria, pues pon- dria manos a la obra. Era viernes. Podria ocuparse de unos cuantos asuntos pendientes en la oficina, recoger OS BSG SEAT Taam Cee eee ee i su ropa én la lavanderia y pasar por el vivero de camino a Casa. El sol ya se estaba poniendo cuando se dirigié al vivero, Lo encontré facilmente y se detuvo a una dis- tancia prudencial de otros vehiculos estacionados. Doug no tenfa ninguna intencién de someter el impecable exterior de su auto al asalto de puertas que se abrian con descuido o de carritos de mercado empujados sin pres- tar atencion., Fl vivero Buscadores de la Verdad bullia de acti- vidad, con paisajistas veteranos y jardineros novatos que llenaban canastos y carritos, empefiados en embellecer algtin rincdn del mundo. Las hileras de plantas peren- nes, anuales y canastas colgantes listas para la venta re- flejaban todos los colores del arco iris. Mientras Doug caminaba por los jardines exte- nores, percibid cl penetrante olor de la tierra, el aserrin de cedro y las flores. Se dio vuelta y observd el panora- ma que rodeaba al vivero. La magnificencia del lugar le habia pasado inadvertida cuando entré en el estaciona- miento, A Nan le encantaba la belleza de esta regidn, y con frecuencia decia que cuando la vio por primera vez, supo que habia encontrado su nuevo hogar. :Seria éste el mismo panorama que le habia dado la bienvenida hacia tantos afios? Al darse cuenta de que ya nunca mds SU LEGADO Gf UDERALCAD SR ce BP es cm mmm a A mR a SR eo escucharia las historias de Nan, Doug sintid que lo in- vadia la tristeza. Se abrié paso entre la gente y finalmente encon- tré la entrada al editicio principal, que se encontraba detras de unos arcos de ladrillo de estilo victoriano. (uando se aproximaba al centro del vivero, escuché a uina joven pareja que hablaba de sus planes para el futu- ro. ¢Y yo qué? ¢Qhué tiene que ver este lugar conmigo y con mi futuro coma lider y director ejecutivo? Cuando llegé al mostra- dor principal, sacé la tarjeta de presentacién del bolsi- llo y leyé el nombre que aparecia impresa; “Adoi, jardi- nera maestra . —/Le puedo ayudar? Doug vio frente a si una mujer de tez color cho- colate que sostenia un helecho de gran tamafio, pareci- do al dibujo del helecho impreso en la tarjeta. —Busco a Adoi —dijo Doug. La mujer sonrid. — Yo soy Adoi. Lo estaba esperando, Doug. La boca de Doug se abriéd pero, como cosa in- usual en él, no le salieron palabras. Adoi siguid sonriendo pero no dijo nada. —:Cdmo sabia...? —pregunté Doug lentamen- te. —Siento como si lo conociera. TOD WARE COMPENZA COM LN PASO Doug sintiéd que la cabeza le daba vueltas. Que- ria dar media vuelta y salir corrienda, De qué? ¢De Adoi? Del vivero Buscadores dela Verdad? ¢Qué clase de nombre era &e para un pipero? | —Sigame, por favor —dijo Adai, El la siguidé mientras la mujer caminaba sin pre- mura por el sendero, internandose cada vez mas cn lo que a Doug se le antojé como un paraiso misterioso. Adoi no musité palabra mientras dirigia la mar- cha. ¢Por qué estoy siguiendo a esta mujer? (Qué tiene que ver cor el viaje que me impuso Nan como tarea? cEs algiin tipo de guia que me conducird en una dira relacionada con el legado de liderazgo? Como si le hubiera leido los pensamientos, Adoi se detuvo y se volvic hacia él. —Yo conocia asu tia Nan. Era una mujer maravi- llosa —dijo quedamente—, Siento mucho la pérdida que acaba de sufrir. Es muy dificil decirle adids a alguien que fue tan importante para uno. Doug creyé notar un dejo de tristeza en la yor de Adoi. Sus siguientes palabras lo dejaron sorprendido. —Dejé un legado tan positivo, tan admirable, a todos los que la conocieron... Doug estuvo a punto de contestar, pero Adoi ya habia dado media vuelta y volvia a dirigir la marcha. Da la impresidn de due Adoi tuvo una relacién bastante estrecha con 13 -, ae nmMmt He SS a ee = ows oe i ? SU LEGAGD DE UIDERAZIO Nan, y sin embargo yo no estaba enterado de su existencia ni dela de este vivero. Es una locura, La mujer pasé junto a una exhibicién de plantas silvestres y enseguida atravesd una verja de hierro farja- do, parcialmente oculta por unas enredaderas verdes. Cuando Doug Ilegdé a la verja, observ que habia una placa grabada sobre el hierro ornamental. En el extre- mo superior de la placa habia un helecho grabade y mas abajo se leian las palabras “Bienvenido a Buscadores de la Verdad”. Pero lo que dejé mudo a Doug fue la frase de Nan, que figuraba debajo de la leyenda: “Todo viaje co- mMienza Con uN paso”, Adoi lo condujo hasta un pabellén situado en un claro en donde convergian varios caminos. En el centro del pabellén habia una mesa de hierro forjado y dos asientos. Adoi se senté y le indicé a Doug que hiciera lo mismo. Doug iba a sentarse pero de repente se detuvo. Vio la jarra de té helado que se encontraba sobre la mesa. Un hermoso logo con un alce, el legendario logo de Mooseland Stoneware, adornaba la familiar jarra y las tazas de cerdmica que esperaban ser Ilenadas. Se dio cuenta de que Adoi lo estaba observando. —No entienda. ———— ee TOOD Vi4lE COMIENZA COA CUM Paso a ag Send ye pg" Incluso antes de terminar la frase, vio que tam- bién habia otras piezas de ceramica de Mooseland. Va- rios alimentadores para pajaros adornaban las ramas del vicjo roble, ¥ de los enrejados y las columnas, cubiertos de rosas trepadoras y hiedra, colgaban caprichosas cria- turas de jardin, éPor qué no conocia yo este lugar? Se ve que el vivero es ue cliente importante de la empresa. : —Siéntese, por favor —dijo Adoi, indicdndole de nuevo el asiento vacio. Doug asintid y se senté, mientras Adoi vertia té helade en las tazas. —Hace un rato usted dijo que conocfa a Nan ¥ que me habia estado esperando. s(Cdmo es eso posible? —Su tia era una jardinera talentosa. Pasaba por aqui casi todas las semanas para cuidar este jardin, En el curso de los dltimos afios, nos hicimos buenas amigas. Doug miré a su alrededor. — Este jardin? No lo sabia. —Pero sabia que a Nan le encantaba la jardine- ria, Oo mo? Asintié con un movimiento de cabeza. Desde luego que lo sabia, Cada vez que ella tenia un rato libre, salia a su jardin a trabajar. El jardin y las oficinas de SU LEGACS DE UDERAPGCA 2 ee ee oe Teles ieee Mooseland eran evidencia de la buena mano que tenfa Nan para las plantas. —Lo he estado esperando por la carta de su tfa. —Sabia sobre la carta? Primero Tommy y ahora usted. ¢Acaso todo el mundo sabfa sobre la carta, ex- cepto yo? —Quienes queriamos a su tia sabfamos sobre la carta. Pero no porque ella haya traicionado la confianza de nadie. Su tfa nunea hubiera hecho algo semejante, —Lo sé —dijo Doug con precaucidn. —No hubiéramos podido conocer a Nan sin co- nocerlo a usted, aunque usted no nos conociera a noso- tres. Usted era una parte muy importante de su vida. —Bueno, pero eso no explica mucho —contestd Doug—. ¢Qué es lo que Nan quiere de mf? :Descubriré mi legado de liderazgo a través de usted? A eso se debe mi presencia aqui? —Quizas es lo que su tia queria para usted — sugiri6 Adoi con delicadeza—. Nan vivid su legado de liderazgo. Siempre tuvo la esperanza de que usted hi- ciera lo mismo. — Por qué razén habria de preocuparme por vi- vir mi legado de liderazgo si no tenfa un cargo de liderazgo? La lider era Nan. Mi campo eran las finanzas. —Tal vez su definicién de liderazgo es un poco estrecha, Doug se sintid un poco molesto con el comenta- rio de Adoi, ¢Qué derecho tiene de darme consejos? Nos conoce- mos desde hace menos de una bora. ¢Cudntos aiios tiene? ¢De pronto unos diez mds que yo? Es una jardinera. eQué la califica come autoridad sobre Nan o sobre mi ledado de | iderazgo? —Oiga, yo pensé que cl deseo de Nan era que yo tuviera €xito. Creia que queria que yo asumiera la direccién de Mooseland. Si conoce la carta, sabra que hay una pequefa dificultad, Tengo seis meses para curm- plir la misidn, que me encomendé Nan, de construir un legado de liderazgo. ¢Para qué necesito un legado de liderazgo? »Acaso los legados no son para los ancianns? No tengo idea de qué se supone que deba hacer. Su tar- jeta de presentacién venfa con la carta de Nan. Por eso di “un paso en mi supuesto viaje” y aqui estoy. Ambos guardaron silencio durante alunos ins- tantes. Finalmente, Doug dijo: —iNo existe una farmula secreta para el legado de liderazgo? ¢No hay una verdad? —(Una verdad —repitiéd Adoi, imitando el tono de voz de Doug: pero. a diferencia de él ella sonaba tranquila—. Sabe, la verdad ¢s que Nan tenia habilida- des excepcionales. Todos estos Arboles y plantas que ve 1 = Pe (Cc == a SL LEADS OF LIDERAZGO aqui fueron beneficiarios suyos. Ella les prestaba aten- cron y aprendia cual era la mejor manera de nutrir a cada uno de ellos. Doug asintid. —Estoy de acuerdo en que Nan era una excelen- te jardinera. ¢¥ eso qué tiene que ver? — Los seres vivientes no son copias cn papel car- bdn unos de otros —prosiguidé Adoi—. Un mismo régi- men de cuidados no beneficia a todas las plantas por igual; la tierra, la luz, la humedad y la temperatura se tienen que ajustar a las necesidades especificas de cada planta, Algunos seres vives sobreviven en circunstan- cias extraordinarias, pero si nuestra meta es crecer como personas € instar a quienes nos rodean a que también crezcan, tenemos que tener en cuenta sus necesidades individuales. ¢Trataria de la misma manera a un roble Que a Una rosa? —Estoy seguro de que tiene la buena intencién de ayudarme. Pero... —Su tia sentia un afecto especial por este roble —dijo Adoi, poniéndose de pic y sefialando un arbol de gran tamafio a la izquierda de Doug—. A ella le parecia que era majestuoso y humilde al mismo tiempo porque daba abrigo a algunas de las creaciones mas fragiles de la naturaleza, y les permitia que maduraran ¥ crecieran. TODO VIAJE COMIEHZA CON UN PASO Nan cra fuerte y poderosa, y sin embargo siempre en- contraba la manera de ayudarles a quienes la rodeaban, para que ellos también pudieran crecer como personas. »{_reo que ¢sa comprensidn que tenia de la natu- raleza era su modelo para enfocar la vida. Por ejemplo, quizas usted pueda darse cuenta de la buena fortuna de un nifio huérfano que conté con la bendicién de una pariente que lo amaba, que le dio refugio y dedicé su vida a nutrir la de él. —Sé lo que mi tia hizo por mf —replicé Doug con impaciencia—. Pero, ¢qué tienen que ver la buena mano de Nan para las plantas y su afecto por un roble con mi legado de liderazgo y con el hecho de ser nom- brado director ejecutivo de Mooseland? —Creo que a Nan le gustaria esa pregunta. De hecho, equé tienen en comtin un director ejecutivo y un jardinero maestro? — Se supone que debo dedicarme a la jardineria para descubrirlo? Adoi le sefialé un helecho cercano. —No le parece hermosa esta planta? —pregun- té—. Es saludable y se desarrolla muy bien. —Si, es una planta muy bonita —contesté Doug en tono condescendicnte—. Pero fuera de darme cuen- ta de eso, me temo que no soy experto en horticultura. 3 LEGADO DE LIDERALOS 7 em ee ee ee nae es a ee le ee Como usted misma dijo, Nan era la amante de las plan- tas en nuestra familia. Adoi insistid. —Acérquese un poco y digame qué ve. Doug pensé que lo mejor para poner fin a la re- unidn raépidamente era hacer lo que Adoi le pedia. Se levantd y, acercandose a la planta, dijo: —Pues es verde y me parece que cs alguna clase de helecho. —Fs un buen comienzo. Es una Microlepia strigosa —dijo Adoi mientras rociaba ligeramente la fronda con un aspersor de botella—. Esta es sélo una de las miles de especies de helechos que existen en el mundo. :Qué mas observa? —WNo sé a qué se refiere —contesté Doug. —Las distintas plantas requieren entornos dife- rentes para desarrollarse. Hableme del entorno de esta planta. ¢Qué observa sobre la tierra y la luz? Adelante, téquela. Le aseguro que no cs venenosa, —Esta bien, participaré en el juego —comenzo Doug, moviendo la cabeza—. La tierra es htiimeda y se desmorona con facilidad —dijo, y mirando el entorno afiadid—-: Casi todo el helecho esta a la sombra. Alla afuera hay mucho viento —dijo indicando el exterior del pabellén—, pero aqui esta protegido. + TODO VIAJE COMPENIRA COA UN PASO Satisfecho consigo mismo, Doug le pregunté a Adoi: — Es eso lo que queria? —No esta mal para ser la primera vez. Es posible que le gusten las plantas mds de lo que cree —lo elogid Adoi con una sonrisa amistasa—. Usted hizo una pausa en su agitade cronograma y se detuvo a observar con sus cinco sentidos el crecimiento de otro ser viviente. Doug no estaba preparado para lo que sucedid enseguida: Adoi sacé la gran matera con el helecho del sitio donde se encontraba protegido y la puso en las manos de Doug. Sin darle la oportunidad de rechazar el obsequio, le dijo: —Cuide de esta planta y ella seguird creciendo porque usted sabe qué necesita para prosperar. Mirando a Adoi por entre la fronda que le tapaba parcialmente la cara, Doug protestd. —Adoi, usted debe de estar bromeando. No pue- do llevarme esta planta. Nunca me han interesado las matas y no sé nada acerea de ellas. Créame, esta planta és mas importante para usted que para mi. ;No pensard seriamente que puedo mantener viva esta cosa! Adoi se acercdé a otro helecho y comenzé a ro- ciarlo como habia hecho con el que Doug tenia en las manos. 21 ate [= oo meek ll elUCUr El a Ui ri a SERRE “ise Fa — oa ‘ennetH ar: I I aa SU LEGADO DE LIDERAZGO —lTiene razon en cuanto a que desde hace mu- chos afios he disfrutado viendo cémo crecia ese hele- cho. Pero ahora él va a vivir con usted. —Adoi, en seria.,., Doug se esforzaba por mantener en equilibrio la pesada matera y seguir a Adoi. —Doug, a veces nos toca cuidar de otros seres inesperadamente. Ciertas circunstancias imprevistas nos obligan a hacernos responsables de personas y cosas que alguien mas cuidaba antes con esmero, Adoi se dio vuelta, miré a Doug directamente a las ojos y explicé las condiciones de su arreglo. —Declinar o evadir esta responsabilidad no es una opcion. Mas bien, nuestro deber es proporcionar un medio que garantice el crecimiento continuo de lo que s¢ nos ha confiado. Tiene seis meses antes de que se retina la junta directiva, Mooseland Stoneware prospe- rara bajo el liderazgo de alguien que entienda esto: En jardineria es muy importante decidir qué es lo que uno quiere sembrar y luego hacer lo necesario para crear un medio que permita el crecimiento. »A veces tenemos que observar qué han hecho los demas para alcanzar metas parecidas a las nuestras. Hay alguien a quien deberia conocer. __TODO VIAJE COMIENZA CON UN PASC Diciendo esto, Adoi sacd una tarjeta de presen- tacién de su bolsillo y se la entregé a Doug. Adoi se dio vuelta y comenz6 a alejarse, pero antes hizo una pausa y lanzé un reto- —El siguiente director ejecutivo de Mooseland Stoneware se convertira en su lider y en el custodio de su futuro... un cargo envidiable que sin embargo entra- fia una enorme responsabilidad. Espero que una perso- na asi no se deje vencer por un helecho en una matera. Doug observé de inmediato que en el extremo superior derecho de la tarjeta habfa un dibujo de un helecho. Mientras lefa la tarjeta, Adoi abrid una puerta mosquitera y se marché. La reunidn habia terminado. aa SERIE KEN BLANCHARD Verdades sencillas que exaltan el valor de las personas en las organizaciones & Referencias para toda una vida Lin sistema Dara forjar relactones, due produce resullados positives... ladies las dias Su legado de liderazgo La inflwmeia que usted ejerce em la vida de los dents, formal ¢ informalmente, directa o imdirectamente Su legado us liderazgo Nee er ie ee La influencia que usted ejerce en la vida de los demas, formal e informalmente, directa o indirectamente Marta Brooks, Julie Stark, Sarah Caverhill Traduccidn Angela Garcia GRUPO OT oORIAL Togedd. Barcelona, Buenos Aires, Carocas, Guatemala, Lima, Méxieo, Panamd, Quito, San José, San juan, Santiago de Chile. Sante Domingo Sa = rot an a Cs CAPITULO TRES EL HELECHO ESTA PRACTICAMENTE MUERTO Doug segufa enojado cuando Elliott Stein, sll amigo yY Vecino, pasd por su casa esa tarde despues del trabajo. Se habian co- nocido varios afios antes cuando ambos s¢ mudaron a casas contiguas en un conjunto residen- cial. Tenian mas o menos la misma edad, y a los das les gustaban los deportes, Cuando Doug no estaba muy ocu- pado con los negocios de Mooseland y Elliott sacaba algo de tiempo libre de su carga laboral como contador publico, pasaban horas enteras gritando frente a la enor- me pantalla del televisor de Doug, presas de la emocidn que les producian los tantas anotados, los intentos falli- dos y las malas jugadas. —No tengo mucho tiempo, pero quise pasar un ‘ ae at Be: i. 4 a See: = 7 = =. . a : 7 1 — a I I | I 26 oY) LEGADO [ME LDERAZGO momento para ver si ya habjas destapado la champafa, senor director ejecutivo. Doug se habia dado cuenta de que, desde el fa- lecimiento de Nan, Elliott habia pasado varias veces a saludario y a preguntarle si necesitaba algo. En una de esas visitas, Doug habia mencionado la reunion pendien- te en la oficina de Tommy, "Es sdlo una formalidad —Ic habia confiado a Elliott—. No pensé que iba a ser direc- tor ejecutivo tan pronto, pero estoy preparado . Pero resulta que no habia sido sdlo una formali- dad. —No vas a creer lo que sucedié —le dijo Doug, sacando de la nevera un par de cervezas que luego llevd al jardin de atras. Elliott escuchd mientras su amigo relataba, con cierta amargura, los sucesos del dia. —Primero, mis parientes. No puedo creer todo la que Nan les dejd, Y mira esto —dijo Doug, mostran- do el diario en el que habia comenzado a escribir. — (Qué es? —pregunté Elliott. —Es un diario que me dejo Nan. Quiere que re- gistre las verdades que aprenda durante mi viaje por e! legado de liderazgo, Esta carta lo explica —dijo, entre- gandole a Elliott el diario y la carta de Nan—. La junta decidira si poseo lo que se requiere. :Por qué haria esto? ar Ei HELECHO ESTA PRACTICAMENTE MUERTOS Elliott leyé la inseripcidn en el diario y eché un vistazo a la carta. —Siento mucho que las cosas no hayan salido come pensabas, Fiablé bastante con Nan ese fin de se- mana en que nos mudamos. No me cabe la menor duda de que se sentia orgullosa de ti. Creo que era tu mas entusiasta admiradora. | —Pues ¢s una curiosa manera de demostrarlo. Nan siempre abrigd ideas extrafas sobre enviarme a hacer cosas para que aprendiera algo mientras lo hacia. Montar en un yac. Canotaje en rios... — Te mand6 a montar en un yac? —preguntd Elliott riendo. —No, pero facilmente podria haberlo hecho —masculléd Doug—. No lo entiendo. —Tal parece que ella queria que tuvieras lo me- jor que ofrece este mundo. Déjame preguntarte, ste su- mergiste én las experiencias que Nan prepard, o consi- deraste esas aventuras como tareas que debias cumplir para irlas tachando en una lista de verificacidn? —Tii sabes bien cémo son las cosas. Un negocio exitoso no puede ser construido por alguien que no esta fisicamente en la oficina. Pensé que ella queria que me tomara unos pequefios descansos de vez en cuando para que volviera lleno de energia y listo para seguir adelante. a? SU LEGAGO GE LDP RAr CO ee Ls —Conociendo a Nan, sospecho que tenia algo mas que el descanso y la recuperacidn en mente para ti. Tal vez tus aventuras fueron pensadas con otra idea en mente. ¢Quizds algiin tipo de crecimiento personal o profesional? :Alguna vez has pensado en las diferencias que existen entre un viaje y unas vacaciones? —No, creo que no —contestd Doug. —(Cuando uno se toma unas vacaciones, sabe cuando comienzan y cudndo terminan., La idea ¢s dejar _ensuspenso la vida cotidiana y olvidarse de ella durante un tiempo, pero la intencién es retomarla en el punto donde la habfamos dejado. En el caso de un viaje, no existe un destino predeterminado ni un marco tempo- ral, y la vida cotidiana es parte del viaje. Lo importante es qué se hace en el trayecto. ¢Podria ser que con esas Nan estuviera tratando de hacerte iniciar un viaje? Doug miré a Elliott. Posiblemente estaba en lo cierto. —Parece como $i tu futuro, y el de Mooseland, de paso, dependieran de tu voluntad de acatar su deseo de que emprendas ese viaje. —;Cémo sabra la junta directiva lo que he he- cho para cumplir su deseo? ¢Se turnaran para seguirme durante los préximos seis meses? Me parece un poco éxagerado. EL MELECHO ESTA PRACTICAMENTE Minbar —Nan evidentemente pensé que esto cra lo bas- tante importante como para apostar en grande. No creo que lo hubiera hecho si no confiara en ti y en la junta. Doug se encogié de hombros. —El diario parece una buena idea —agregd Elliott. —Por qué? —Quién sabe? Tal vez despues distrutes leyén- dolo y recordando “los viejos tiempos” —dijo sonrien- do. Enseguida, mas en serio, agregd—: La inscripcidn de Nan dice que tienes que escribir “la verdad". —Si, mira la pagina 1 y verds la verdad. Elliott leyé las palabras que habia garabateado Doug. Becher ee ee ee No sé qué escribir, excepto que me parece que la idea de llevar este diario es tonta. No tengo idea de qué es un legado de liderazgo, no tengo idea de cOmo me recordarian las personas si de- | ee ee ee eee jara este mundo hoy, y no me importa. - fi Sm aa as MD SRST RS De a eel og, Cae ms com a oe on ee eS 2. a brea are El diario de Doug ee Pea erarllCUcraEtlUCUrTCUThlUlUlU TU UlUlUCChrhUCUrlUMrCU tanita = —_ — = ce SU LEGAGD DE UOERAZOO A Elliott parecieron divertirle las palabras de Doug. —Bueno, es un comienzo —dijo. Cuando Elliott se puso de pie para marcharse, miré el helecho que se encontraba precariamente colo- cado sobre un estante en la oscura despensa, desprovis- ta de ventanas, -—Vi ese helecho cuando entré y me pregunté de dénde lo habrias sacado. Crefa que odiabas ese tipo de oosas, —Delinitivamente no fue idea mia —contestd Doug enfurrufiado. —Pues si decides perdonarle la vida, valdria la pena que lo pusieras en un lugar en donde reciba un poco de luz. Es sélo una sugerencia. —La tendré en cuenta —dijo Doug abstraido. Cuando Elliott se marché, Doug tomé el diario ¥ repasé las imagenes del dia por centésima vez, con la esperanza de que se le ocurriera algo que le permitiecra entender la situacién. Nan. Tommy. Adoi. La junta di- rectiva. Sus parientes, "No seas tan duro con ellos —le habia dicho Nan clerta vez que él habia criticado a sus primos—. La gen- te tiende a hacer lo mejor que puede con lo que tiene. Son personas decentes y se eshierzan’. EL HELECHD ESTA PRACTICAMENTE MLAEATS “2Se esfuerzan? Son horribles, Nan —habjia con- testado’. ; “Tal vez no sean tan horribles, sino que ti no te has tomado el tiempo necesario para entenderlos de verdad —le habia dicho sonriendo”. “¢Por qué cada vez que critico a alguien terminas criticdndome a mi? —le habia preguntado’. “Sélo sé el hombre que eres capaz de ser. Sabes a qué me retiero’, Doug queria ser el hombre que ella creia que podia ser. Sin embargo, la verdad era que muchas veces no sabia qué habia querido decir su tia con eso. El he- cho es que creia estarse convirtiendo en el hombre que ella consideraba que debia ser, ¢-Acaso no habia dedica- do todo su tiempo a aprender? Habia hecho de todo: barrer el suelo del taller. trabajar en el horno, entregar correspondencia, digitar textos y archivar. Cuando expresaba su frustracidn o su impaciencia mientras realizaba estas labores corrientes, sul tia lo silenciaba de inmediato, recordandole: “Quiero que entiendas qué significa trabajar, Doug. Quiero que entiendas lo que este lugar significa para las personas que dedican su tiempo y su energia para que su funcionamiento sea dptima, no sélo quiero que sepas lo que significa para ti y para mi, que somos EL HLS Etta PRACTECAMENTE MUERTE a 34 quienes mas nos beneficiamos con los buenos resulta- dos financieros y con ¢] buen nombre de [a empresa’. Nan habia sido inflexible cuando queris asepu- rarse de que €l aprendiera “lecciones de vida" ‘Doug, algtin dia te hards cargo de Mooseland. Tu éxito y el éxito de Mooseland dependerdn de que entiendas lo que intento ensefiarte. Tienes que tomar- me en serio”, El habia puesto los ojos en blanco. "Otro sermén —habia dicho de buen humor Ademéas, soy el mejor de mi clase en la universidad. Es- taré preparada’”. “Querido, necesitas aprender mucho me que lo que te ensefian en la universidad, Uno de estos dias tal vez decida retirarme y Mooseland necesitar4 un nuevo lider. Tu educacién y tu experiencia no garantizan tu capacidad de liderazgo", ‘Esta bien, est4 bien —habia exclamado, al ver su insistencia. Pero sdlo lo habia dicho para tranquili- Zaria’, Doug siempre recordaria a Nan como una mujer muy sensata. La gente tenfa que afrontar todo tipo de dificultades, pero ella estaba decidida a enfrentar la vida con Caracter, sin importar las circunstancias. En opinidn de su tia, para desarrollar el car4cter se necesitaban re- tos y aventuras. Mientras sus amigos viajaban por Euro- pa durante el verano después de haberse graduado de la secundaria, ella lo habia enviado a trabajar en un ran- cho en Montana. Cualquier fantasia que hubiera abri- gado sobre los atractivos del Viejo Oeste pronto fue reemplazada por la realidad de las madrugadas a Jas cin- co de la mafiana y las dolorosas ampollas en los dedas. Pronto decidié que cavar huecos para postes y construir cercas no era lo que queria hacer en su vida, y regresd feliz a casa cuando finalizé el verano. “Mira mis manos —se le habia quejado a su tia cuando volvié—. Tengo unos callos enormes". Ella habia sonreido. “Apuesto a que cavas los huecos para postes mas derechos de todo Montana —fue su respuesta’. Doug se mird las manos. Esas ampollas y esos ca- llos,.. slo eran el comienzo de los planes que tenfas para mi, eno es ererto? CAPITULO CUATRO ATREVERSE A SER UNA PERSONA, NO UN CARGO Algunas semanas mas tarde, Doug estaba escribiendo apresuradamente una nota para dejarle a su empleada doméstica cuando sond el teléfono. ——p Ald? —Scfor Roman, habla Jennifer. Lamento tener que molestarla —se disculp6 su secreta- Tia. —;Qué sucede? —Necesitamos su aprobacién para los cambios realizados en el presupuesto que debemos presentarle al banco. — Puede esperar hasta que llegue a la oficina? Estoy un poco retrasado y todavia tengo que... pues... equé fue lo que dijo que tengo que hacer? Era usual en Doug prestar sélo atencidén parcial a lo que le decfa su secretaria, ee ee wm mm es a5 os 5 36 SU LEGADO GE uinérarco —WNecesitamos su aprobacién para los cambios en el presupuesto. Se supone que debemos enviar los cambios por fax antes de las cuatro, »Estard aqui a tiem- po? Doug tardé unos segundos antes de mascullar. —BHueno, dije que iria mas tarde, :no es cierto? —4i, seftor Roman. —Aprobacién del presupuesto, :verdad? —S/i, sefior Roman. —Estaré alla a las dos, Por favor, déjeme todos los documentos sobre el escritorio. —i, sehor Roman. Cuando colgé, pensé en Jennifer. Habfa ingresa- do en Mooseland apenas s¢ gradud de la universidad. Era hija de una amiga de su tia y estaba buscando em- pleo. Doug nunca entendié por qué Nan la habia con- tratado. Sin embargo, su tia se habia sentido muy con- fiada cuando lo hizo, “Ya veras —le habfa dicho—, Jennifer se conver- tird en parte de la familia’. “Nan, no somos una familia, Somos un negocio —habia respondida Doug". - Su tia se habia limitado-a sonretr. Doug pensaba que Jenny se desempefaba bien, pero le parecia que deb/a limitarse a realizar su trabajo y ATREVERSE & SER UNA PERSCINA, HHO LIM CAP dejar de preocuparse tanto por los detalles. Pensd que 4i Jennifer fuera una planta, probablemente seria una orti- ga. Con frecuencia, el menor contacto con ella le pro- ducia escozor. {Vaya jardin con el que tenia que tratar! Una ortiga y un estipide helecho que esparcia sus es- poras sobre su tapete persa. Bueno, por lo menos habia sacado el helecho de la oscura despensa y lo habia pues- to debajo de la marquesina en el hall de entrada. Elliott ya no lo podria acusar de negligencia cuando se muriera la planta. Doug terminé de escribir las instrucciones para su empleada, regé el helecho, que se veia un poco apa- co, ¢ imprimié el correo electronico que lc habia envia- do Anthony Ferrano. Doug: Me alegré recibir noticias suyas y me complacerd mucho conocerlo. Sé que es un poco apresurado, pero spodria acomodar en su cronograma una re- unién a las 9:00 a.m. el lunes? Ese dia salgo por la tarde de la ciudad y estaré fuera el resto de la se- mana, Por favor, aviseme. Un cordial saludo, Anthony Ferrano = = = om —_ eZ me i a a a ee, ee ee ee ee ee ee 4 38 SU LEGADS? DE LIDERAZ . oe Mi la tarjeta de presentacidn que le habia dado Adoi ni el mensaje electrénico del sefior Ferrano le per- mitian adivinar la razén por la cual 4 habria de acomo- | dar en sv horario una reunién con un extrafio de nom- bre Doug. De hecho, Doug ni siquiera estaba seguro de por qué iba él a programar una reunidn con el sefor Ferrano. ¢Cudl es la conexisn entre Anthony Ferrano yy Nan? Pese a su recelo, Doug Ilegé a la recepcidn del edificio de Anthony Ferrano unos minutos antes de las nueve. No puedo perder tiempo en esta tonterfa. Debo ocuparme del negocio. En vez de eso, ando persiguiendo extraitos con la esbe- ranza de encontrar mi legado de liderazgo. Este via je no ayudard a concretar la presentacién del presupuesto al banco, —(Buenos dias! —lo saludé la recepcionista con calidez. —Buenos dias —contesté Doug en un tono de voz estrictamente empresarial—. Soy el sefior Roman. tengo una cita con el sefor Ferrano. —Le avisaré de inmediato a su asistente que us- ted esta aqui. Si desea un café o un jugo o algo, por favor sirvase —dijo, indicandole con un gesto una mesa cercana en la que habia diversas bebidas y panecillos. —(Gracias —dijo Doug cortésmente, pero no quiso aceptar la invitacion. La primera imagen que tendrd ef sefior Ferrano de Doug Roman no incluird una camisa llena de boronas. 5 a9 - volvié hacia uno de los grabados enmarce clos que adornaban el lugar y se cercioréd de su buena apa- riencia en el reflejo del vidrio. Detras suyo, personas que supuso cram emplea- dos atravesaban el vestfbulo, saludando a otros mientras caminaban. A veces dos o tres individuos se detenian para conversar unos instantes, ¥ s¢ retan tanto que esta- ba seguro de que el tema tenia mas que ver con cucstio- nes personales que con el trabajo. Doug mened la cabeza y pensd que se compor- taban como los empleados de Mooseland cuando Nan todavia vivia. El le habia dicho en mas de una ocasion que los empleados que desperdiciaban tiempo en con- versaciones ociosas le costaban dinero. “Copsidéralo una inversién —le decia ella siem- pre, encogiéndose de hombros’. "sUna inversién? zEn qué? —preguntaba él, pero ella no contestaba’. Ahora, mientras observaba a estos empleados, recordd esas conversaciones inconclusas. En ese momento, un hombre apuesto de cabello oscuro atravesé el vestibulo en direccian suya. Doug le calculé unos cincuenta y tantos anos. — Buenos dias, Tiphani —bramo—. Camo va sul terraza? SW! LEGADO DEF LIPeRAZOO —Buenos dias, Tony —contestd la aludida—. Creo que finalmente quedard terminada este fin de se- mana. Tendrd que asistir a la inauguracidn. —)/Sdélo diganos cuando y alld estaremos! Debe de ser algsin tipo de relaciones priblicas, pensé Doug desdefiosamente. ¢Acaso no tiene trabajo de verdad due hacer? El hombre siguid avanzando hacia donde se en- contraba Doug y se detuvo frente a él. —;Cémo esta? Usted debe de ser el sefior Roman —dijo extendiéndole la mano—. Soy Tony Ferrano. — yo averiguaria de quidn se trata, pensd Doug. Pero en lugar de reaccionar con ira, lo que hizo Tony fue formular algunas pregun- tas en busca de la informacidn pertinente. —Estoy seguro de que esa noticia los hizo afa- narse —dijo Tony con amabilidad. —Demorar el lanzamiento del producto no es una opcidn, de modo que asumieron una actitud més flexible. T. J. y Juanita y algunos voluntarios del equipo 45 — fe it Pe — ia 46 _—— Pe Datel mo oe, i a ee mh BECO GE LIDERADGOH de Burke dedicaron el sdbado y el domingo a efectuar los cambios. Les presentaremos las revisiones mafiana — —Seguf tu consejo y lo puse enel vestibulo para que recibiera algo de luz por la marquesina, Lo he esta- do regando todas las mafianas. o por lo menos cuando mé acuerdo de hacerlo. Me parece que est4 mudando de hojas, y éstas se ven mds mustias que cuando lo llevé d Casa, —INo es demasiado tarde, Doug. Procura vapo- rizarlo un par de veces al dia, Mejor atin, si tienes espa- cio cerca de la ducha, esa humedad cdlida le conven- dria. _ Es muy tipico de Elliott entender las necesidades de cual- Guier ser piviente. 65 ee ee ee Se SU LEGAGO DE LIDERASOO —Hien. sabemos cémo anda el helecho. Y ti, ecomo has estado? La muerte de Nan seguramente te afecté muchisimo. Y el hecho de que no te hubieran nombrade director ejecutivo debid de haber sido otro golpe, E] talante agradable de Elliott hizo que Doug se relajara. —Algunos dias son mejores que otros. Sé que Nan queria lo mejor para Mooseland y para mi. El dia en que se leyd su testamento, Tommy dijo que constmiir un curriculum vitae no era lo mismo que construir un legado de liderazgo. Cuando conocia Tony, me di cuenta de que los antecedentes profesionales no son lo que hacen que un lider sea extraordinario. He hecho todo lo posible para tratar de entender qué fue lo que Nan quiso que descubriera. Tal vez algin dia le encuentre sentido a toda esto. Elliott le pidiéd al mesero otra porcidn de papas y mas salsa. —El diario es una excelente idea. En alguin lugar lef que dedicar diez minutos al dia a escribir un diario reduce el riesgo de sulrir enfermedades ocasionadas por el estrés. Yo les digo a los chicos en el colegio que lle- ven un diario. No se me ocurre nada mas estresante que ser un adolescente. ATREVERSE A COMECTARSE CON LOS DFAS —Elliott, pareces joven pero no tan joven, -Qué haces en un colegio? —Tienes ante ti a un auténtico voluntario del programa dé Mentores de Carrera en la Secundaria Winton. —;Cudnto tiempo llevas en eso? —Varios afios. Creo que comencé muy poco des- pués de que nos mudamos a nuestras respectivas casas. Los adolescentes pasan por un momento dificil. La idea de op- tar por un determinado curriculo que puede llegar a con- vertirse en su eleccidn de carrera produce bastante temor. Los consejeros del colegio establecieron un programa que relaciona a estudiantes interesados en determinado campo con un mentor de carrera que trabaja en esa area. »(Cada dos meses organizan una Feria de Mentores de Carrera y un grupo de nosotros asiste a una asamblea por la tarde. Cada uno hace una breve presentacidn so- bre su campo de trabajo y luego los chicos y chicas que quieren saber mas sobre las distintas opciones pueden hablar personalmente con nosotros, Esos muchachos son fabulosos. —No es dificil comunicarse con los adolescentes? —Bueno, a veces hay que escuchar con un poco mas de atencidn, pero uno aprende a hacerlo. Con fre- cuencia, los chicos quieren hablar con alguicn que sabe ov Ea Hae hlUcTlULTClUrLhhlhCU — UF, —=— = =e oe 70 fu LEGADO OF LIDERAZGO mas que sus padres sobre un campo en particular. Pre- guntan cosas como “:Queé siente un superhéroe el dia en que se vencen los plazos para presentar la declaracién de renta?" Doug sonrié al imaginarse a Elliott disfrazado de superhéroe y con las palabras Contador Publica cosidas en la parte de adelante, —Me impresiona eso que me cuentas. ¢Pero de dénde sacas el tiempo necesario para ser un mentor de carrera? Trabajas mas que de tiempo completo en Aberscher and Hutchins. —Me las arreglo para sacar algo de tiempo. La mayoria de los chicos son inteligentes y quieren hacer - las cosas bien. Me sirve de inspiracién dedicar unas cuan- tas horas a ayudarles. Si no estés muy ocupado mafiana por la tarde, ve al colegio alrededor de la una. Te mos- traré a qué me refiero, Doug se sintid intrigado. —A lo mejor paso por alld. Serd divertido ver a un superhéroe en accidn, El colegio Winton Hacia afios que Doug no ponia los pies en su alma mater. Habia ingresado en la universidad y jamas se le habia ocurrido volver a visitar el colegio, No le entusiasmaba ATREVERSE A COMECTARSE COM LOS DEMAS Se A mantencrse en contacto con sus antigues compafieros de secundaria. Era un tipo que siempre miraba hacia el futuro. ¢Qué beneficio le podria reportar fingir interés en relaciones con personas del pasado con quienes no tenia nada en comin? —Orye, Doug, ven por aqui —dijo la voz de Elliott, interrumpiendo los pensamientos de Doug: "ZEs cosa mia, o los corredores del colegio parecen mds es- trechos que cuando éramos nifos?" —Hola, Elliott. Tengo que decir que todo el colegio parece mds pequefio que cuando yo estudié aqui. éFuiste alumno de Winton? |Felicitaciones: — exclamé Elliot, entusiasta como siempre, mientras se dirigian al auditorio—, La asamblea va a comenzar pron- fo y €$ mejor que entremos ya. Unos minutos después, Doug se vio radeado de ruidosos estudiantes de secundaria. Le dio un codazo a Elliott. —¢ lambién nosotros nos veiamos asi de jdvenes cuando teniamos esa edad? Elliott asintid. —No séJo nos veiamos asi de jdvenes. sino que creo que sondbamos mucho mds jdvenes de lo que creia- mos. En un momento verds a qué me reficro. ei SU) LEGADHO OF LIDERASE Un consejero guia puso orden en el recinto, les dio la bienvenida a los mentores de carrera y expuso el plan para la tarde. (Como habia dicho Elliott el dia ante- rior, los mentores de carrera harian una breve presenta- cion, participarian en una sesidn grupal de preguntas y respuestas, y luego estarian disponibles para charlar con los chicos en mesas instaladas por todo el atditorio. Elliott lo Hamaba un “buffet de carreras”. —...demos entonces la bienvenida a nuestro pri- mer invitado, Elliott Stein. En medio de hurras, silbidos y aplausos, un Elliott sonriente subid al escenario. —Gracias, damas y caballeros. |Hoy les vengo a hablar sobre el fascinante mundo de la contadurfa priblica! Doug escuchd a Elliott explicar brevemente los pormenores de su carrera profesional. Les cayé muy bien a los estudiantes, que escucharon con gran atencidn lo que les decia. Cuando terminé y preguntdé si habfa pre- guntas, Varias manos se alzaron en el auditorio. Elliott contesté cada pregunta con paciencia. —Si soy malo para el algebra y esas cosas, saun asi puedo ser contador? —Y gsi me vuelvo contador, tendria que poner- me traje todos los dias? —Los contadores ganan mucho dinero? Mis ATREVERSE A CONECTARSE CON LOS DEMAS padres me dicen que si quiero un auto, yo mismo me lo VOY a fener que comprar. — Puede uno conseguir un puesto incluso si no saca las mejores calificaciones en la universidad> Doug observd que en cada caso Elliott repetia la pregunta antes de contestarla, para cerciorarse de que habia entendido bien. Cuando el estudiante asentia, Elliott procedia con la respuesta. Hizo gala de una vita- lidad que Doug no le conocia: gesticulaba con manos y brazos, caminaba por el escenario y contaba anécdotas sobre la universidad y sobre sus primeros dias de trabajo para ilustrar sus respuestas. Algunas de las preguntas Ie parecieron divertidas a Doug. pero su amigo las toms todas muy en serio. Antes de terminar su parte, Elliott mostra en alto fotos ampliadas de egresados que habian estudiado Con- tabilidad y mencioné sus logras. Concluyé con pala- bras de aliento y una invitacién a visitar Aberscher ¥ Hutchins. —Eso estuvo muy bien —le susurré Doug a su amigo cuando éste s¢ senté a su lado—. Hasta me die- ron deseos de convertirme en contador. —Nada de eso, amigo mio, no tan rapido. Tii ya tienes un empleo. —Sdlo si la junta asi lo decide, ra mS lUctllCC, ae ee Lee ee ee le mL ra Pore __ SU LEGADG DE LEDERAZOO —Lo vas a lograr, Doug —lo tranquilizé Elliott. Mas tarde, cuando ya se marchaban, Doug le volvid a préguntar a Elliott por qué habia decidido con- vertirse en mentor de carrera. —He conocido a varios jévenes estupendos, y para mi es muy satistactorio poder ayudarle a alguien a hacer algo que de lo contrario quizés no habria hecho. Probablemente sabes a qué me refiero. —Si—contesté Doug, aunque a decir verdad no recordaba haber tenido una experiencia similar. —La muerte inesperada de tu tia debidé de afec- tar bastante al personal de Mooseland —dijo Elliort—. éHas notado algtin cambio en tu gente? Doug contesté con cierta vacilacidn: —Estamos tan ocupados que creo que nadie ha tenido ticmpo de pensar en eso. Después de haberlo dicho, incluso a €l mismo le parecio que no era correcto pensar que los empleados de Mooseland estaban demasiado embebidos en el tra- bajo como para darse cuenta de que Nan ya no estaba. Le parecié que estaba siendo injusto con los empleados y también con la memoria de su tia. Elliott no dijo nada. —Sefior Stein? —grité una voz joven sin alien- to detras de ellos—. ¢Sefor Stein? —repitid la voz, sdlo que esta vez mds cerca y con mas fuerza. —— ooo Seem Elliott se dio vuelta y se encontré frente a frente con un estudiante atribulado. — — Si? ¢Puedo ayudarte en algo? —Hola, me llamo Luis ¥ queria saber si podria, eh, quizds, ch, ira visitarlo en algtin momento. E| pro- blema es que, tengo automdvil y eso, pero trabajo des- pués del colegio. : —Luis, sé lo que es un horario de trabajo pesa- do. No le queda a uno mucho tiempo libre, :verdad? —Asi es, sefior Stein, tiene razdn. —Queé te parece si nos encontramos una noche de éstas o un sibado? ¢Te lo permitiria tu horaria? —le pregunté Elliott al tiempo que sacaba una tarjeta de pre- sentacion del bolsillo de su chaqueta—. Ll4mame cuan- do quieras y arreglamos algo. Cuando Elliott le entregé la tarjeta a Luis, Doug vio el ya familiar emblema del helecho. Caramba, equé tal e502 He debido adivinarlo. Unos instantes después, Luis y Elliott termina- ron la charla y el chico regresé al colegio. Elliott prosi- guid la conversacién con Doug como si no hubiera ha- bido ninguna interrupcidn. —Uno de nuestros vicepresidentes se retird hace cerca de un afio. Era de esas personas que se atreven a conectarse con los demas. Sabfa algo de cada uno de los 7a

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