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Fernando : Un perro de verdad, la infinita capacidad de amar

La huella de estos fieles amigos está grabada en la historia universal


Texto: Renny Marrero/ Foto: Adianez Gutiérrez/ Prensa IABNSB 09/07/2017
''Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los
otros no pasar jamás. Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser. Libre
como el viento era nuestro perro. Nuestro y de la calle que lo vio nacer.''
Callejero
Alberto Cortez
Hay libros llenos de magia, esos que te hacen sonreír y llorar, escritos desde la ternura y la inocencia de
una edad en que nos reconocemos como los niños que fuimos y que tal vez nunca debimos dejar de ser,
Fernando un perro de verdad (Ediciones Lumiere 1997) del escritor argentino Hugo Ditaranto es sin
duda uno de esos libros, sus páginas relatan los avatares de un perrito callejero amigo de niños,
músicos y de gitanos, atendido por un odontólogo, invitado cada mañana a desayunar por un gerente
de banco, asiduo asistente a eventos sociales de categoría, querido y protegido por todo el pueblo que le
vio llegar un día para quedarse en sus corazones, aún después de que se bebiera de golpe todas las
estrellas al quedarse dormido y ya no despertar …

Lo anterior podría interpretarse como una hermosa fantasía surgida de la creatividad del autor, pero
Fernando el callejero existió, y representa uno de los muchos casos de caninos que han pasado a
formar parte de la memoria de nuestros pueblos, su nombre se une a lo que podríamos llamar ''el
panteón perruno de la historia'', conozcamos un poco a este peludo personaje.

Ladridos y andanzas
En la década de 1950 la ciudad llamada Resistencia ubicada en la provincia del Chaco, Argentina,
recibió en sus calles la visita de un viajero que llegó para quedarse y transformarse en icono de dicha
población, un cachorro callejero que se acercó al cantante de boleros Fernando Ortiz durante su
presentación en un local de la entidad, desde entonces el cachorrito no se separó del músico y de a poco
comenzó a ganarse la simpatía de los lugareños, hasta que no hubo en Resistencia fiesta, concierto,
mitin político ni otra ocasión que congregara a las masas en las que no estuviera presente ''Fernando''
pues así fue bautizado el canino en honor al que aparentemente era su dueño, aunque como lo narran
los testimonios recogidos por Hugo Ditaranto, ''Fernando tuvo mil amigos y ningún amo''.

Las aventuras de Fernando fueron muchas, llegó a ser recibido por el propio presidente Aramburu
quien realizó una visita honorífica a Resistencia y ante la aparición del famoso personaje no dudó en
otorgarle una silla en su propia mesa, (la del gobernador de la ciudad para mayores señas).

Alguna vez fue atrapado por la perrera municipal y un famoso boxeador hizo que lo liberarán ipso
facto, sólo una vez fue víctima de la crueldad humana por parte de la dueña de una perrita con que
coqueteaba y en una ocasión se subió al escenario durante una obra de teatro y lamió el rostro de una
actriz que se lamentaba en medio de un llanto incontenible, lejos de arruinar el final de la obra la
escena fue aplaudida por el público que en las nuevas funciones reclamaba la participación del
histriónico canino. Muy pronto se creó fama de ''perro culto'' pues como ya hemos señalado asistía a
cuanto concierto, recital y obra teatral se estrenara y cuando se retiraba de la misma sin que esta
culminara los presentes tomaban el gesto como una clara sentencia de la baja calidad de la obra en
cuestión...
La prensa de la época reseñó en múltiples ocasiones las andanzas de este particular can, son esas notas
de prensa las que atestiguan la veracidad de los hechos relatados por Ditaranto en su libro, si bien éste
utiliza un lenguaje poético y una narración en primera persona mediante la que el propio perro
Fernando nos narra sus vivencias los hechos recogidos por los periódicos La razón, El territorio y la
revista Agro Nuestro, ya son de por sí mismos la mayor evidencia de la increíble y conmovedora
historia que se vivió en Resistencia teniendo como protagonista a Fernando.

La estrella que brilló en Fernando se apagó el 28 de mayo de 1963 al ser atropellado por un automóvil
frente a la Casa de Gobierno, fue enterrado con honores, a su sepelio asistió toda la población de
Resistencia, entre ellos importantes personajes como el propio director de cultura el Dr. Rivero Sosa
quien pronunció un emotivo discurso de despedida y agradecimiento ''al amigo de todos'', la prensa
acudió al sepelio y reseñó en sendos reportajes los detalles de lo que hasta la fecha se recuerda como el
entierro más concurrido en la historia de dicha ciudad.

Sus restos descansan en el jardín de ''El fogón de los arrieros'', un espacio cultural que ha pasado de
cantina a centro artístico y finalmente a museo de la ciudad, allí se lee una placa con un epitafio
dedicado al callejero más querido de aquellas avenidas : ''A Fernando, un perrito blanco que errando
por las calles de esta ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento''.

La anécdotas recogidas en Fernando un perro de verdad (Ediciones Lumiere 1997) representan un


testimonio de la solidaridad y amistad que un pequeño animalito fue capaz de despertar en toda una
comunidad, varios portales web están dedicados a la recolección de esas historias y en Resistencia se
mantiene aún su nombre como un símbolo local, tanto que en uno de los accesos a la ciudad se lee un
cartel de saludo que reza : ''Bienvenido a Resistencia, ciudad de Fernando'', también cuenta con dos
estatuas, una sobre su tumba y otra frente a la casa de gobierno, fue además el inspirador de la famosa
canción ''callejero'' interpretada por el músico Alberto Cortez y popularizada por Facundo Cabral.

Otros peludos famosos


''Estaba tendido el pobre perro todo lleno de garrapatas y, al advertir que Ulises se aproximaba,
removió alegremente la cola y humilló las orejas, más no pudo salir al encuentro de su amo. Ulises al
verle, no pudo contener una lágrima'' así describe Homero en La Odisea como Argos, fiel mascota de
Odiseo es el único en reconocer al héroe a su regreso. También el poeta Aquiles Nazoa le honra en su
credo al señalar ''Creo en el perro de Ulises'', y es que la fidelidad de estos amigos está grabada en la
historia universal.

Otra historia conmovedora es la de Hachiko, el perro japonés que solía esperar a su amo en la estación
de tren del poblado de Shibuya, y que cada mañana durante una década después de la muerte de su
amigo humano siguió esperándolo... conmovidos por tamaña lealtad, los vecinos de Shibuya levantaron
una estatua del perro en la estación y en 1935 cuando murió su cuerpo fue disecado y hasta hoy se
exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Tokio.

En nuestro caso el nombre de Nevado forma parte de la gesta independentista venezolana, se trató de
un perro de raza Mucuchíes que acompañó al Libertador Simón Bolívar durante la campaña Admirable,
Nevado murió lanceado en plena batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821. En la plaza Bolívar de
Mucuchíes, Mérida le erigieron un monumento, también se bautizó con este nombre el programa social
dedicado al rescate de animales en situación de calle, la Misión Nevado fue creada el 30 de diciembre
de 2013 por el presidente Nicolás Maduro bajo el lema ''La capacidad de amar es infinita'' con la que el
Comandante Chávez señalara el carácter animalista y proteccionista que debía tener la Revolución
Bolivariana.
Invitamos pues a leer Fernando un perro de verdad como un gesto de amor y reencuentro con esos
fieles amigos que sin duda alguna son ángeles de cuatro patas, no olvidemos las palabras de Mahatma
Gandhi : Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales...

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