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vu GPERFIL =o COLUMNISTAS > PETULANCIAS oaea7 El ignorante maestro Martin Kohan Hay personas que consideran que los docentes ganan muy poco, y deberian ganar mas; hay personas que consideran que los docentes ganan muy poco, y deberian jorobarse o inmolarse. Hay personas que consideran que los docentes llevan a cabo una labor indispensable, y que eso habria que reconocerlo pagandoles salarios dignos; hay personas que consideran que los docentes llevan a cabo una labor indispensable, y que en razon de eso hay que despojarlos del derecho a hacer huelga (aunque sea constitucional). Hay personas que inquieren, con espiritu patronal, por la carga horaria efectivamente dictada frente a cursos; hay personas que se interesan, en cambio, por la preparaci6n de las clases y la planificacion de los cursos, por la coordinacion y la actualizacion, por los formatos y los tiempos de evaluaci6n (todo eso que, fuera del aula, mejora lo que pasa en el aula). Hay personas que consideran que los ditigentes gremiales reclaman de manera justa, hay personas que consideran que van demasiado lejos, hay personas que consideran que se quedan demasiado cortos. Existe este espectro diverso de enfoques y de ideologias. Pero tal vez nunca habiamos caido tan bajo como sociedad, en lo que a la educacion se refiere, como con la premisa, recientemente lanzada y debatida, de que cualquiera puede enseitar. La figura del maestro ignorante, esgrimida por Jacques Ranciere, sirve a un propésito emancipatorio, pues desactiva el mecanismo de poder que funda todo un paradigm didactico. Me temo que aqui tenemos una penosa inversi6n, la figura del ignorante maestro. No el que ensefia lo que no sabe, porque quiebra las subestimaciones y revela a los alumnos su propia potencia de aprendizaje, sino mas bien lo opuesto: el soberbio que cree que sabe, o que sabrd enseftar lo que sabe, subestimando petulantemente a todos. A los que quieren estudiar, no menos que a los que estudiaron y estudian.

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