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Es probable que algunos de nosotros robáramos o engañáramos por error, pero ¿Lo haríamos en
situaciones rutinarias de negocios que involucran decisiones éticas? Como líder, es necesario tener
un entendimiento claro de los principios éticos y establecerse como una figura de ejemplo para tu
equipo.
3. Comprendiendo la ética.
La ética tiene qué ver con las reglas o principios que definen un actuar correcto o incorrecto. En el
lugar de trabajo, actuar de manera ética no es solamente una idea abstracta, es un suceso
cotidiano. Considere este dilema: Un empleado después de haber recibido algo de presión de tu
parte, ha encontrado un nuevo trabajo. Tú te sientes aliviado porque no querías despedirlo, a
pesar de que tu trabajo ha sido deficiente en ocasiones. Pero tu alivio se convierte en duda cuando
él te pide una carta de recomendación. ¿Corres el riesgo de decir no, y que el empleado se quede?
O ¿haces la carta sabiendo que estás recomendándole a alguien más que lo contrate?
4. Ser responsable
5. Desarrollando ética
Los fundadores de una empresa crean cultura en tres aspectos: primero dirigir e ilustrar a
sus empleados a seguir los parámetros empresariales. Segundo, culturizar y sensibilizar a
los empleados a adoptar una manera específica de pensar. Tercero, actuar como modelos,
como ejemplos de conducta y cultura empresarial.
Debe tratar de abordar de manera adecuada a los empleados, para ello debe establecer el
lenguaje adecuado, sin abandonar su estilo, dadas todas las características de su equipo.
9. Fortaleciendo la cultura
Los líderes son los responsables de fortalecer la cultura organizacional, ayudando a sus
empleados a aprender y adaptarse a ella. Un trabajador nuevo por ejemplo, debe saber
qué comportamientos son resaltados o censurados por la organización, para que de
manera paulatina adopte el sistema y asuma los comportamientos apropiados de su rol.
a. Identificación. Ser conscientes de todas las variables relacionadas con una situación
ayuda a identificar problemas.
b. Definir. Hacer un análisis cuidadoso del problema a resolver, de la forma más clara
posible.
c. Tomar una decisión. Evaluar las alternativas, y opciones a tomar puede mejorar
significativamente las condiciones del problema.
d. Ejecución. Establecer tu plan de acción para crear un cronograma y asignar
responsabilidades.
e. Seguimiento. Monitorear el progreso o el efecto de la solución.
Reunir tanta información como sea posible, tratar de entender las metas de todas las
partes involucradas y aclarar todos los aspectos del problema que no hayan sido
aclarados.
Una vez se tenga un panorama claro de la situación, se debe desarrollar una ruta de acción
que proporcione la solución del problema, así que se pueden considerar varias soluciones
para llegar a la mejor.
Las posiciones ejecutivas implican autoridad y autonomía para premiar o castigar, como
por ejemplo en las asignaciones de trabajos favorables o desfavorables, realizar revisiones
de desempeño laboral y hacer ajustes salariales. Sin embargo, el poder también se puede
basar en otros aspectos.
Los individuos, los gerentes, los equipos y las organizaciones que no aceptan cambios
están condenados a naufragar en el turbulento mundo empresarial. Los gerentes
dispuestos al cambio, al aprendizaje y a la adaptación serán más exitosos.
Ayudar a los empleados a ser más competentes se convierte en una parte importante del
trabajo de cualquier gerente. Ello contribuye a generar ganancias indirectas a la
organización, la gerencia, y los empleados. Para ayudar a otros a resolver problemas
personales y a desarrollar competencias para mejorar su desempeño, hay que motivarlos
a lograr mejores resultados para ellos mismos y para la empresa.
Antes de decirle a un empleado que su rendimiento debe mejorar, el gerente debe estar
seguro de todas las variables que rodean dicho desempeño. Hay que tomar tiempo para
pensar sobre qué tipo de ayuda conviene más al empleado, y así ayudarlo de la forma más
eficaz. Para ello, debe comenzar diciendo claramente cuál es el propósito de la sesión,
tratar que la persona se sienta cómoda y no reprochada, establecer un clima de confianza
y no de confrontación, nombrar aspectos positivos del empleado, antes de nombrar lo que
debe mejorar, definir mutuamente el problema o actuación negativa.
Lograr que una persona reconozca que tiene un problema es frecuentemente el primer
paso para ayudar a tratarlo. Se pueden abordar muchas estrategias y estímulos para
conseguirlo. A veces las personas solamente necesitan un ambiente de confianza y
distensión.
27. Orientación y tutoría.
Como mentor, uno de los trabajos de un gerente es ayudar a los miembros de su equipo a
desarrollar habilidades y mejorar. Esto involucra capacitación, acompañamiento, consejos
y motivación. Los mentores efectivos primero establecen un clima de respaldo y apoyo
que promueva el desarrollo. Para tal fin es importante no sugerir una idea de juez o
calificador, sino de líder y guía.
Esto implica conocer a las personas a las que se lidera. Para saber cómo solucionar
eficazmente sus propios problemas en el futuro, hay que tratar de determinar las causas y
recursos, y establecer una reciprocidad significativa.
Actualmente el panorama de los negocios cambia vertiginosamente. Por ello los directivos
necesitan liderar activamente los procesos de mejoramiento de todas las carreras que se
encuentran a su cargo, así como ofrecer constante guía y acompañamiento.
Con el fin de contribuir identificar en dónde y cómo presentamos un mejor rendimiento,
hay que estar atentos a los cambios y la forma como se presentan en nuestro ámbito
laboral y profesional.
El primer paso para una gestión directiva, es la planeación. Tomar las fortalezas, las
limitaciones, y los principios en cuenta, comenzar a investigar sobre el entorno parar
aprovechar las oportunidades. Usar esta información para establecer metas ajustadas a la
realidad y desarrollar estrategias para lograrlas. Hacer un seguimiento de estas variables
evita que las metas se desvíen en el camino.
El elemento más importante que podemos hacer para contribuir al desarrollo profesional
de otros, es generar en ellos la necesidad de asumir responsabilidades para dirigir sus
propias trayectorias. Por lo tanto, se puede ofrecer apoyo a aquellos a los que dirigimos,
con el fin de que aporten sus habilidades.