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Voces: UNIFICACION CIVIL Y COMERCIAL ~ CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION ~

SOCIEDAD COMERCIAL ~ DENOMINACION SOCIAL ~ MARCAS ~ NOMBRE ~ PERSONA JURIDICA


~ DESIGNACION MARCARIA
Título: Requisitos del nombre de una persona jurídica en el Código Civil y Comercial Caos en la aprobación de
nombres sociales
Autor: Otamendi, Jorge
Publicado en: LA LEY 07/05/2015, 07/05/2015, 1
Cita Online: AR/DOC/1338/2015
Abstract: En el art. 151 se ve una gran confusión del legislador entre los requisitos para que un signo sea
registrable como marca y los que debe reunir el nombre de una persona jurídica. El "nombre" al que se refiere
dicho artículo no tiene nada que ver con una marca o con la designación de una actividad. La marca es un
derecho que se adquiere luego de un trámite, es un derecho de propiedad y confiere a su titular el derecho
exclusivo de uso para distinguir productos y servicios para los que fue registrada. El derecho a una designación
nace con su efectiva utilización y la exclusividad se restringe a la actividad distinguida. Por ende requiere
necesariamente de su uso, es decir, del desarrollo de una actividad. El nombre de una persona jurídica no
requiere de realización de actividad alguna.
El Código Civil y Comercial de la Nación en el art. 151 establece los requisitos que debe reunir el nombre
de una persona jurídica. Como veremos, lo nuevo está en el párrafo segundo, que es el que requiere una urgente
revisión.
El artículo en cuestión lleva como título "Nombre", lo cual ya introduce en la cuestión un primer conducto a
la confusión. Hasta hoy se llamaba denominación social, razón social y hasta nombre social. Ahora, al ser
nombre de la persona jurídica, se simplificara y será simplemente nombre (tal como dice el título del artículo)
creando una confusión con el nombre comercial. Son institutos diferentes, y esta sinonimia puede causar alguna
confusión.
Vayamos al párrafo segundo que dice así: "El nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y
aptitud distintiva, tanto respecto de otros nombres como de marcas, nombres de fantasía u otras formas de
referencia a bienes o servicios, se relacionen o no con el objeto de la persona jurídica".
Se ve aquí la gran confusión del legislador entre los requisitos para que un signo sea registrable como marca
y los que debe reunir el nombre de una persona jurídica, que son y deben ser completamente diferentes.
Para facilitar la tarea del lector, recuerdo que la marca es el signo que distingue productos o servicios. La
designación de actividades distingue, como su nombre lo indica, actividades. Para entenderlo mejor, distinguen
una empresa, un negocio, un local comercial como ser una farmacia o un supermercado. La ley 3975 sólo
protegía los nombres comerciales, es decir, las designaciones de actividades con fines de lucro. La ley 22.362
amplió la protección a las designaciones de actividades sin fines de lucro. De allí "designación de actividades".
La designación distingue quién de quién. La marca distingue qué de qué.
Durante más de cien años estos institutos han coexistido sin que haya aparecido necesidad alguna de una
modificación legal. Los tribunales se han encargado de resolver los conflictos entre estos institutos.
El "nombre" al que se refiere el Art. 151 no tiene nada que ver con una marca o con la designación de una
actividad. Y ello es muy fácil de explicar. La marca es un derecho que se adquiere luego de un trámite, es un
derecho de propiedad y confiere a su titular el derecho exclusivo de uso para distinguir productos y servicios
para los que fue registrada. Esto último también puede derivar de un intenso uso, en ausencia de registro.
El derecho a una designación nace con su efectiva utilización y la exclusividad se restringe a la actividad
distinguida. Por ende requiere necesariamente de su uso, es decir del desarrollo de una actividad.
El nombre de una persona jurídica no requiere de realización de actividad alguna. Es más, cantidad de
personas jurídicas no tienen actividad alguna. Muchas de ellas son sólo titulares de propiedades o de acciones.
Es por esta razón que no hay, ni puede haber, un conflicto entre la razón social o nombre comercial y una marca
o una designación. De la misma manera que no podría haberlo con el nombre civil de una persona. Para que se
entienda mejor, una persona bien puede llamarse Philip Morris, ser titular de propiedades y de acciones y
distinguirse de esa manera como ser humano. Es imposible que tenga por ello conflicto con titulares de marcas
o de designaciones.
Ahora bien, si este señor quisiera usar su nombre civil como marca o como designación, debería someterse a
las reglas de estos institutos y si se afectan algunos de esos derechos, entonces simplemente, ese nombre civil no
se podrá usar como signo distintivo en esos ámbitos. Lo mismo sucede con los nombres de las personas
jurídicas. Como bien dice Roitman: El nombre social tiene un carácter distintivo de la sociedad, es lo que la
identifica y diferencia de otros sujetos de derecho, por lo que puede tener solo uno; pero sin embargo, una
sociedad puede tener tantos nombres comerciales como actividades realice (1). Y muchas veces el nombre
comercial no coincide con el nombre social. Los ámbitos de las designaciones y las marcas no se cruzan, que no
se mezclan.

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Tal como cito más arriba, el art. 151 en su segundo párrafo establece:
"El nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto respecto de otros
nombres como de marcas, nombres de fantasía u otras formas de referencia a bienes o servicios, se relacionen o
no con el objeto de la persona jurídica".
Esto modifica completamente lo que hasta ahora sucedía con las marcas.
Veamos primero cuáles son los recaudos que se exigen: Veracidad, novedad y aptitud distintiva.
El recaudo de la veracidad está atado a lo establecido en el tercer párrafo del Art. 151 en cuanto a que el
nombre social no puede contener términos que puedan "inducir a error sobre la clase y objeto de la persona
jurídica", o bien a que no lleve el nombre de una persona física sin su autorización.
En lo referente a la novedad y a la aptitud distintiva, veamos por qué estos conceptos no son aplicables al
nombre de una persona jurídica, pero si se aplicaran tendríamos caos en la aprobación de personas jurídicas.
¿Qué es la novedad? Concepto que se ha desarrollado en materia marcaria desde antiguo. La novedad puede
ser intrínseca o extrínseca. La novedad intrínseca es con relación a los productos o servicios que va a distinguir
la marca y la extrínseca con relación con otras marcas registradas. No tiene novedad intrínseca la palabra PAN
para distinguir pan. Y no tiene novedad extrínseca si la marca es confundible con una marca anterior. Cuando se
habla de confundibilidad, es con relación a marcas que van a distinguir los mismos productos o servicios que la
anterior o distintos que por diferentes situaciones de hecho pueden dar lugar a la confusión. La confusión, o
posibilidad de confusión para ser más exactos, se da cuando el consumidor puede creer que los signos tienen un
origen común. Las marcas otorgan a su titular un derecho de propiedad y el consiguiente derecho exclusivo de
uso sólo con relación a los productos o servicios para los cuales la marca esté registrada, o con relación, con
carácter excepcional, a productos o marcas de otras clases no amparadas por la marca anterior, cuando hay
posibilidad de confusión.
La aptitud distintiva es como su nombre lo indica, la capacidad de distinguir. ¿Cuándo tiene una marca
aptitud distintiva? Básicamente, cuando tiene novedad intrínseca y extrínseca. En otras palabras, novedad y
aptitud distintiva es lo mismo.
No veo cómo se puede hablar de la aptitud distintiva de un nombre social toda vez que ese nombre social no
distingue actividad alguna. Es más, nadie sabe si ese nombre social jamás habrá de distinguir actividad alguna.
Veamos ahora con respecto a qué deben cumplirse esos requisitos, y que allí también hay algunas "perlas".
Otros nombres
Se entiende que se trata de otros nombres sociales ya que la norma habla sobre ellos. Es lógico que una
razón social o un nombre social sea diferente de otros anteriores.
Marcas
Incluir a las marcas es sin duda un error mayúsculo, máxime cuando la "novedad" debe existir con relación a
marcas, "se relacionen o no con el objeto de la persona jurídica".
Esto significa que si el nombre social PIRETTI aparece en una sociedad que va a comercializar productos
farmacéuticos, la preexistencia de la marca LIRETI para distinguir clavos y tornillos lo va a impedir. Ello
porque PIRETTI no tiene "novedad" con relación a LIRETI.
¿Sabrá el legislador que hay alrededor de 810.000 marcas en trámite o concedidas? Con lo cual, cada
nombre social deberá ser comparado con cada una de esas marcas antes de ser aprobado. Me atrevo a decir que
serán contados con los dedos de una mano los que se aprueben de acuerdo a lo establecido en el flamante Art.
151. Cabe agregar que esta norma además modifica la ley de marcas. La norma propuesta protege a las marcas,
protección que en casi 120 años desde la vigencia de la anterior ley de marcas, jamás les fue otorgada.
Protección por cierto, que no podría otorgarse ni en la actual ley ni en la anterior por más intrépida
interpretación que se les hubiera dado a esas leyes.
Desde luego que también esto se da con relación a marcas que amparen productos o servicios relacionados
con el objeto social de la persona jurídica.
Nombres de fantasía
Es imposible entender a qué se refiere esto. ¿Nombres de qué? Con gran esfuerzo podemos,
sostener, admitiendo una defectuosa técnica legislativa, sostener que se trata de nombres sociales de fantasía. Lo
cual nos llevaría a que "otros nombres" serían los que no son de fantasía, pero esto contradice lo establecido en
el tercer párrafo, que sólo prohíbe el nombre comercial cuando no tiene relación con el objeto social, para
cumplir con la veracidad. Automotores S.R.L. o Panadería Modelo S.A. carecen de fantasía porque tendrían
relación con el objeto. Pero serian aprobados si el objeto social tiene relación con el objeto social.
Otras formas de referencia a bienes o servicios.
Otra imprecisión llamativa. ¿Qué es esto? Referencias a bienes o servicios se hacen en infinidad de lugares o

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circunstancias, en artículos periodísticos, en discursos políticos o académicos, en programas de televisión, en
charlas de café, es habitual también que se realicen en publicidad.
No veo cómo puede hacerse una comparación entre un nombre social y estas referencias.
Las designaciones de actividades
Un conflicto que se ha planteado con el correr de los años es entre nombres sociales y los nombres
comerciales hoy designaciones de actividades.
Como vimos, el nombre social y la designación no se tocan. Están en planos diferentes, no puede haber
confusión entre ellas porque no hay uso en el mercado del nombre social. El público consumidor sólo puede
tener a la vista la designación y no la razón social (2).
Es cierto que ha habido casos en los que se ha ordenado la modificación del nombre social sobre la base del
uso potencial (3).
He sostenido antes que en caso de designaciones y marcas contra nombres sociales en los que hubiese mala
fe, las acciones de modificación debían ser declaradas procedentes, y desde luego que debía prohibirse su uso
futuro como designación (4).
Pero claro, una cosa es que la justicia trate unos pocos casos cuando se presenten y otra cosa es prohibir un
nombre social si es confundible con las designaciones de actividades existentes. Debe haber millones de ellas en
nuestro país.
Conclusión
La norma en comentario felizmente no lo hace, por lo que tal cuestión seguirá en manos de la justicia, como
hasta ahora. Es increíble que no haya pasado lo mismo con las marcas, que como vimos, están incluidas en la
norma.
No se entiende cuál es la razón para haber introducido los cambios analizados.
La resolución general 7/2005 de la Inspección General de Justicia en sus arts. 58 y 59 trata correctamente
estas cuestiones y obviamente no incluye ni a las marcas ni a las designaciones en el control de los nombres
sociales. Incluye sí, la protección de nombres comerciales (curiosamente no menciona las designaciones de
actividades sin fines de lucro) y marcas, cuando éstos sean notorios. Aunque no lo diga la resolución, esto se
hace para castigar actos de mala fe y evitar el aprovechamiento del prestigio ajeno. Se trata de casos
excepcionales que no han de alterar el ritmo ágil que requiere la aprobación de una persona jurídica.
La mencionada resolución que reglamenta el Art. 11 de la Ley de Sociedades, no debió ser modificada. El
afán modificatorio ha llevado al legislador a la creación de un problema de tal magnitud que no deja más que
una de dos alternativas, o se viola la norma y no se consideran las marcas o se consideran las marcas y se traba
in aeternum la aprobación de las personas jurídicas. Urge una modificación para evitar esto.
(1) ROITMAN, Horacio, "Ley de Sociedades Comerciales, Comentada y Anotada", La Ley 2006, p. 192.
(2) En la causa 4364 "Dismedic SACIFI v. Dismed SA", Sala I, del 16/12/1986 se dijo que "...a fin de
decidir los conflictos que se plantean entre nombres comerciales que se consideren confundibles se debe
prescindir de lo previsto en los estatutos sociales para atender en su lugar a la realidad de los hechos, esto es, al
ramo o ramos efectivamente explotados, criterio robustecido por la circunstancia de que el uso potencial del
nombre con respecto a determinadas actividades que figuren incluidas dentro del objeto social ni siquiera
acuerda la propiedad aludida en el art. 28 de la ley 22.362 (conf. Causas 5861 del 17.11.78; 8368 del 22.11.79 y
7719 del 18.6.1980, entre otras."
(3) Ver causa 789 "Morris Neremberg Ltda. SACI e I v. Frigorífico Americano SACIFI y A" Sala 2, del
5/11/71, en la que se sostuvo que "la mera posibilidad de que la demandada utilice su nombre comercial
confundible con el de la actora en actividades entre las cuales se produzca interferencia justifica —aunque con
dificultad, y con cierto matiz preventivo— la admisión de la demanda..." Aplicando le teoría del uso potencial
se ha ordenado la modificación de la denominación social en la causa 1657 "Unifa SAQ e I v. Tradema SAC I e
I", Sala II, del 22/8/1972; causa 2008 "Científica Argentina SRL v. Droguería Electromecánica Científica
Argentina SA", Sala 1, del 16/8/1983; causa 3205 "Sumampa SA v. Sumampa SRL", Sala 2, del 14/12/1984;
causa 2428 "Club Mediterranee v. Club Privado Mediterráneo", Sala 1, del 10/8/1993; causa 6427 "Ledesma
SAAIC v. Alejo Ledesma SA", Sala 3, del 9/3/1994; causa 339 "Camea SA v. Cameco SRL", Sala 2, del
4/3/1994 y causa 6425 "Benetton Group SPA c Surbenetton SRL", Sala 2, del 12/4/1994; causa 239/98 "Ga
Modefine v. Armari SA", Sala III, del 24/2/2000. Me he referido a esta cuestión en "La acción de cesación de
uso de una designación", en La Ley T1994-D, pag 395.
(4) "Código de Comercio y normas complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial" - Propiedad
Industrial. Raúl A. Etcheverry, dirección; Héctor O. Chomer, coordinación. Capítulo II, De las designaciones,
Artículos 27, 28, 29 y 30, Hammurabi, Buenos Aires, 2006.

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