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Ficha 6 y 7

Braudel, Fernand.

Sánchez Mendoza Jorge Alberto

La piratería, forma complementaria de la gran


guerra.

Después de 1574, la guerra de las armadas, de los cuerpos expedicionarios y


de los grandes asedios está terminada. No terminas las guerras en sí, surgen ,
prosperan y se expanden otras formas de guerra.
La suspensión de la guerra mediterranea, después de 1574, ha sido una de
las razones de la serie de perturbaciones políticas y sociales que ahora se producen
casi todas partes, incluido el bandolerismo.
El fin de la lucha entre los grandes Estados hace que pase a primer plano, en
la hsitoria del mar, la piratería, en el mediterráneo, es una industria tan vieja como la
historia. El Atlántico se ve frecuentado, en el siglo XVI, por piratas más crueles que
los del Mediterráneo. En el mediterráneo apenas se usan las palabras piratería y
piratas, por lo menos antes de los comienza del siglo XVII, corso y corsarios son las
expresados habitualmente usadas. Resulta muy clara a nivel jurídico, y tiene su
importancia. El corso es una forma lícita de Guerra, legalizado bien por una
declaración de guerra formal, o bien por patente de corso, salvoconductos,
misiones, órdenes. El corso tenía sus leyes , sus reglas y su eficaces costumbre y
tradiciones. El corso no es una actividad privativa de un solo grupo, no conoce un
solo responsable o culpable . Es endémico.
La piratería nada tiene que ver con las personas, ni con la
nacionalidad, ni con el credo religioso es típico bandolerismo. los corsarios, sean
cristianos o musulmanes, se devoran también entre sí.
Piratear es hacer la guerra, la inevitable guerra contra los hombres, las
embarcaciones, las aldeas y los rebaños, es comerse los bienes del enemigo,
nutrirse de ellos para esta más fuerte.
La piratería casi siempre es obra de una gran ciudad que actúa por su
cuenta o por lo menos, al margen de una gran estado. La piratería exige
necesariamente un circuito de intercambio; es inseparable del comercio, una ciudad
poderosa libre de trabas; no hay terreno más propicio para las gentes de la piratería.
En el siglo XVI todo Estado se halla profundamente obligado en el derecho de
gentes y se le considera, al menos en teoría, obligado a respetarlo.
No hay piratería sin botín , sea grande o pequeño, sin navíos, ricos o
pobres que apresar, sin litorales que saquear.
El mismo éxito de la piratería reduce los botines , lo que hace que para
vivir , tenga que atacar hasta a sus amigos.
El mediterráneo conoció siempre una activa piratería cristiana, más o menos
fructífera y que no permanece ociosa nunca.
Me parece, como comentario personal, que el capítulo de piratas , está
más inclinado a los corsos argelinos, pues establece en sus conclusiones un
balance sobre la importancia de estos en el mediterráneo.

Braudel, Fernand, ​El Mediterráneo en la época de Felipe II​, Tomo II, México, F.C.E.,
1976

La larga duración
Empieza el autor diciendo que hay una crisis general de las ciencias del
hombre; todas ellas se encuentra abrumadas por sus propios progresos, aunque
solo sea debido a la acumulación de nuevos conocimientos.
El problema está en saber cómo superarán las ciencias del hombre
estas dificultades. En todo caso se preocupan hoy mas que ayer de definir sus
objetivos, métodos y superioridades. Se encuentran comprometidas, en embrollados
pleitos respecto de las fronteras que pueda o no existir entre ellas. Cada una sueña
con quedarse en sus dominios o con volver a ellos.
Las ciencias sociales se imponen las unas a las otras: cada una de
ellas intenta captar lo social en su totalidad, cada una de ellas se entromete el
terreno de sus vecinas con la creencia de permanecer en el propio.
Todo trabajo histórico descompone el tiempo pasado y escoge entre sus
realidades cronológicas según preferencias y exclusivas más o menos conscientes.
Existe un tiempo corto de todas las formas de la vida: económico, social,
literario, institucional e incluso geográfico tanto como político.
El pasado está constituido por esta masa de hechos menudos : Pero esta
masa no constituye toda la realidad.
La historia inconsciente es la historia de las formas inconsciente de lo social.
Con la prospección de que la historia no está sola, han sido construidos
nuevos instrumentos de conocimientos y de investigación tales como los modelos.
Los modelos son hipótesis, sistemas de explicación sólidamente vinculados.
Según la forma de la ecuación o de la función.
Braudel, clasifica el tiempo histórico, el cual posee multiplicidad, en tres tipos
de duración social (es decir, los tiempos múltiples y contradictorios de la vida de los
hombres que no son únicamente la sustancia del pasado, sino también la materia de
la vida social actual): larga duración, coyuntura y acontecimiento o corta duración.
El tiempo corto está hecho a la medida de los individuos, de la vida cotidiana,
de las rápidas tomas de conciencia; es el tiempo por excelencia del cronista o el
periodista. Está relacionado con el acontecimiento y a la historia tradicional, que es
la que según el autor, atenta al tiempo breve, al individuo y a lo episódico. Este
tiempo corto, que existe en todos los aspectos de la vida, es la más engañosa de las
duraciones, y por eso es rechazada por las ciencias sociales y los historiadores, que
sienten fuerte desconfianza hacia la historia de los acontecimientos y por eso mismo
a la historia tradicional, que centrada en su conjunto sobre el drama de los grandes
acontecimientos, trabajó en y sobre el tiempo corto durante el siglo XIX y parte del
XX.
La coyuntura es el nivel del tiempo histórico intermedio entre la larga duración
y los acontecimientos, que es empleado principalmente por la nueva historia
económica y social, que coloca en primer plano la oscilación cíclica y apuesta por su
duración, estudiando, por ejemplo, ciclos económicos, revoluciones y crisis que no
necesariamente tienen una breve duración. Así, este segundo recitativo de la
coyuntura para estudiar al pasado lo divide en amplias secciones como decenas,
veintenas o cincuentenas de años.
La larga duración es una historia de amplitud secular que se sitúa por encima
de este segundo recitativo coyuntural. Corresponde a las estructuras, que cambian
lentamente y tienen, por lo tanto, una estabilidad grande en el tiempo que puede
abarcar varios siglos y resulta muy útil para la observación y la reflexión comunes a
las ciencias sociales.

Braudel, Fernand,​ La historia y la ciencia social​,Alianza, Madrid,1970

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