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Autoridad Cuerpo Nacion Batallas Culturales en Nicaragua
Autoridad Cuerpo Nacion Batallas Culturales en Nicaragua
Introducción
Capítulo 6. Masculino/Femenino
Bibliografía
Introducción
Este libro surgió del interés por comprender los lazos sociales es-
tablecidos entre sociedad y dictadura durante los primeros años del
proceso que conocemos como dictadura somocista (1936-1979).
Quería realizar una investigación que aportara a comprender cómo
fue posible la consolidación de un régimen dictatorial y familiar
que estuvo en el poder casi medio siglo, hasta ser derrocado por una
revolución popular liderada por el Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) en julio de 1979. La dictadura de la familia Somo-
za y la revolución sandinista son dos procesos políticos y culturales
significativos del siglo veinte nicaragüense.
El regreso al poder del Frente Sandinista a partir del año 2007
hasta el día de hoy, es prueba de cómo un gobierno autoconsiderado
de izquierda y revolucionario se sirve de un patrón de autoridad
centrado en la figura del hombre gobernante y su núcleo familiar, y
recurre a la religión y la familia heterosexual como soportes de la
autoridad política y elementos cohesionadores de la cultura nacio-
nal. Los ejemplos de mi afirmación son abundantes. Es suficiente
señalar que en la conmemoración del aniversario de la revolución
sandinista, el 19 de julio del 2014, el presidente y líder sandinista,
Daniel Ortega—ateo confeso durante los años ochenta—dijo en los
primeros minutos de su discurso que solamente le había sido posible
llegar al pensamiento de Marx y Lenin a través de dios1.
La capitalización política del cristianismo—católico o evan-
gélico—y de la familia como núcleos sostenedores de la sociedad,
entre otros aspectos, me sugiere que la revolución de 1979, si bien
derrocó a la familia Somoza del poder, no logró hacer lo mismo con
un patrón de autoridad profundamente sedimentado en la sociedad
nicaragüense y, más aún, con las ciudadanías configuradas por tal
1 La cita del discurso presidencial es la siguiente: “Para llegar a Sandino, primero llegué a Cristo. Para
llegar a la Revolución Cubana, primero llegué a Cristo. Para llegar a Marx, a Lenin, a Engels, primero
llegué a Cristo. Para llegar al pueblo, primero llegué a Cristo. Ahí reside la principal fortaleza de este
pueblo, que es profundamente Cristiano, Católico o Evangélico; Cristianos. ¿Quién más Poderoso
que Cristo? Dios. Solo Dios”. El diario oficial del gobierno, llamado El 19 Digital, publicó extractos
de este discurso en un artículo firmado por Edwin Sánchez y titulado, “La confesión de Daniel: cristo
como guía”. Al respecto de la ‘confesión de Daniel’, el periodista afirma lo siguiente: “Solo el hecho
de haber escogido la mayor de las efemérides del calendario patrio, después del 15 de septiembre,
para reconocer a Jesucristo como su principal guía, el presidente constitucional de Nicaragua, Daniel
Ortega, honró desde esa magna posición de honor, al hijo del Dios que todo lo puede”. Tomado
de: http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:20947-la-confesion-de-daniel-cristo-como-guia-
(visita realizada el 29 de julio de 2015).
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2 Al respecto puede verse la investigación en curso de Antonio Monte sobre el ‘placer de impunidad’
de las elites empresariales durante la administración de Luis Somoza Debayle. En particular: “Viejas/
nuevas formas de poder: Luis Somoza Debayle y la transición de la dictadura”. En: Revista de Histo-
ria # 30, segundo semestre de 2013. Managua: IHNCA-UCA. Pp. 67-86.
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Introducción
deriva nuestro patrón de autoridad. Analizo los usos del pasado del
Movimiento Reaccionario como una ruta específica para trabajar la
hipótesis relacionada a sus aportes a la configuración de patrones
de cultura-como-poder, y de cómo los usos del pasado estuvieron al
servicio de su legitimación como sujeto cultural dominante.
Las operaciones intelectuales de los Reaccionarios pueden
ser consideradas como un momento específico de elaboración de un
mito fundacional de la nación. Consecuentemente, permiten cono-
cer el patrón de autoridad que está anudado a dicha narrativa fun-
dacional. Todo proyecto de nación está sentado sobre un principio
de autoridad, pero el estudio detallado de su narrativa nos informa
sobre la naturaleza autoritaria o democrática de la misma. En mi
caso de estudio, logré marcar dos rutas genealógicas decidoras de
un patrón de autoridad y, en consecuencia, del modelo de nación: la
colonialidad y la masculinidad. En la primera encontramos la vigen-
cia del patrón de autoridad producido por la expansión colonial. Este
sujeto cultural elaboró una representación de España como identi-
dad geo-cultural proveedora de una posición específica de género
que fue la dominancia masculina. Los Reaccionarios encadenaron
la masculinidad con la producción de la historia, la identidad y la
transmisión transatlántica de la cultura.
Este principio de autoridad no se transformó con la entrada a
un tiempo y sujeto nacional. Las luchas culturales nacionales fueron
comprendidas como labor de reconquista que preserva la posición
dominante de género. El discurso Reaccionario se formó en una si-
tuación en la que sus miembros consideraron que la cultura ‘verdade-
ramente nacional’ estaba amenazada y el porvenir de la nación era in-
cierto y nada alentador. Como veremos, este panorama desencadenó
procesos de reforzamiento de masculinidades dominantes ancladas
en el hispanismo y catolicismo como proyecto de cultura nacional.
Autoridad y cultura sirven como ejes analíticos para entender
cómo las prácticas escriturarias refuerzan privilegios culturales de
género y sedimentan pactos patriarcales. El patrón de autoridad fue
diseñado a partir de una determinada configuración de género que
puso a un tipo particular de hombres en situación de dominación
sobre otros hombres y sobre las mujeres. Al acreditarse como here-
deros y continuadores del pasado de conquista, sus prácticas escri-
turarias operaron como lugar de encadenamiento y compromiso con
esa misma posición de autoridad epistémica y de género, aportando
a su sedimentación en el tiempo. Pablo Antonio Cuadra fue uno de
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