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INTRODUCCION

Las losas tienen su principio cuando los romanos construyeron las primeras estructuras
de hormigón en masa. Como el hormigón en masa no puede absorber grandes
esfuerzos de tracción, estas primeras estructuras fueron arcos, bóvedas y cúpulas, que
funcionan solamente a compresión. La estructura de hormigón más notable de esta
etapa es la cúpula del Panteón de Roma.

Desde las primeras cabañas, uno de los procedimientos más sencillos para construir
tejados, consistía en utilizar vigas de madera, colocadas en paralelo, cuyos extremos se
apoyaban en los muros; sobre ellas se apoyaban tablas de madera que completaban
una superficie plana que protegía de la lluvia.

Los techos de las antiguas haciendas, iglesias, conventos, casonas, etcétera, utilizaban
el sistema de terrados, que consistía en un entrepiso formado por viguería de
madera, loseta de barro tipo cuarterón hecho a mano y una capa de tierra limpia
compactada que lograba un peralte aproximado de 40 a 80 centímetros, dependiendo
del área de cada techo, finalmente se aplicaba una capa de ladrillo rojo recocido hecho
a mano en forma de petatillo y finalmente se aplicaba una solución de alumbre que
permitía lograr una superficie impermeable.

Cabe señalar que este tipo de techos no contaban con bajadas de agua pluvial y el
desagüe generalmente se lograba basándose en gárgolas localizadas en el
perímetro del techo y que por lo general vaciaban el agua de manera rápida para
evitar el encharcamiento.

Es importante señalar que este sistema de protección para las losas, fue utilizado
durante muchos años, más de 300 para ser precisos y que solo gracias a la revolución
industrial y con el descubrimiento del petróleo se empiezan a inventar materiales
hechos a base de este crudo y que van a revolucionar el mercado.

A principios del siglo XX, empiezan a aparecer sistemas de prefabricación de hormigón


armado, que van sustituyendo las viguetas metálicas con bóvedas cerámicas hechas in
situ, surgidas en la revolución industrial. Así, en la revista Le Beton Armé, 1902, se
encuentra una tabla comparativa de patentes de hormigón armado, en la que
aparecen incipientes modelos de placas nervadas, prelosas y placas aligeradas
alveolares, conjuntamente con diferentes tipos de viguetas y semiviguetas, armadas y
pretensadas.

En 1957, el arquitecto Orestes Depetris, construyó las primeras vigas postensadas de


20 metros de luz con el sistema Freyssinet, combinadas con losas prefabricadas con
bovedilla cerámicas.
En los años 60, hubo un marcado desarrollo en el área de obras públicas, industriales,
con la prefabricación de pilares estructurales, vigas postensadas por secciones, losas
pretensadas de sección TT, cerchas de hormigón postensado, con cargas de losa, y
luces hasta de 36 metros.

A principios de los años 70, se comenzaron a construir estructuras formadas por muros
y losas macizas de hormigón armado, gracias a la combinación del uso de grandes
encofrados con la utilización de técnicas de curado acelerado del hormigón, en un
intento de disminuir la incidencia de la mano de obra en la construcción.

El concreto y la teoría que describe su comportamiento fueron desarrollados casi a la


par que el acero, y ya desde los últimos años del siglo XIX se había observado su
aplicación potencial para su empleo en sistemas de piso. La construcción de la primera
losa plana es atribuida a C. A. P. Turner quien experimentó con la construcción de un
edificio en Minneapolis, Minnesota en 1906. Dado que era una forma de construcción
completamente nueva y no existía un método para su análisis, se realizaron pruebas
de carga al edificio construido por Turner antes de que el cliente aceptara el sistema.
Las losas planas fueron un éxito comercial y más de 1000 estructuras fueron
construidas en los Estados Unidos en los 7 años posteriores.

El tipo de losas planas aligeradas se popularizó mucho debido a la facilidad de


construcción a pesar de que su costo es mayor que el sistema de losa apoyada en
vigas, pues requiere una cantidad mayor de refuerzo. Se utilizó en edificios de hasta 20
niveles.

El comportamiento que estas estructuras tuvieron con el sismo de 1985 no fue en


general satisfactorio. En algunos casos los daños se debieron a defectos constructivos,
pues se presentaron casos donde fallaron las columnas antes que la losa, aunque
también hubo fallas por punzonamiento. La reducción en el peralte del sistema de piso
deriva en una menor rigidez lateral, ocasionando que los edificios construidos con este
sistema tuvieran periodos más largos que los del sistema de vigas, sufriendo así
desplazamientos mayores. Además, la poca ductilidad en el rango de comportamiento
inelástico de este sistema lo hace más vulnerables ante los sismos como había
quedado demostrado desde el sismo de 1979. Por otra parte y derivado de la poca
rigidez lateral, también se observaron problemas de golpes con los edificios vecinos, lo
cual generó esfuerzos concentrados mayores, dañando ambas estructuras.

Las losas tradicionales se han venido utilizando desde hace mucho tiempo atrás, a
pesar de que hoy en día se han implementado nuevos sistemas elaboración y
fundición de losas, los métodos tradicionales se siguen manteniendo, dependiendo de
criterios, presupuestos y gustos personales.

Pero en el ámbito de la ingeniería, el propósito es conseguir buenos resultados,


disminuyendo costos, pero manteniendo la misma calidad y eficiencia de nuestras
estructuras, se ha implementado en el año 2011, un nuevo modelo de losa que de
acuerdo a estudios realizados en otros países ha dado buenos resultados.

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