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Cuentosorelatosparareflexionar 7 Y8
Cuentosorelatosparareflexionar 7 Y8
2. Dios lo sabe
3. Huellas en la arena
4. La silla
6. En el andén de la vida
14. Jesús…
RELIGION NB5-NB6
Otra voz gritó con enojo: "¡No venimos por ésta pintura!
Venimos a ver los Van Goghs, los Rembrants. ¡Vamos a las
ofertas de verdad!" Pero aun así el subastador continuaba su
labor: "¡El Hijo!, ¡El Hijo! ¡¿Quién se lleva "El Hijo"?!
Finalmente, una voz se oyó desde muy atrás del cuarto: "¡Yo
doy diez dólares por la pintura!" Era el viejo jardinero que por
muchos años había servido en la casa con el padre y el hijo.
Siendo muy pobre, no podía ofrecer más.
Reflexión:
Dios nos ha entregado a su Hijo Jesús que murió para
salvarnos. Así, como el subastador, su mensaje hoy es: "¡EL
HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE LLEVA EL HIJO?" Quien ama al Hijo
lo tiene todo.
2. Dios lo sabe
Dios te ha bendecido.
4. La silla
Autor desconocido.
6. En el andén de la vida
Hay un viejo cuento que nos habla de una mujer, cuyo único
hijo había muerto. En su dolor, fue a consultar a un hombre
sabio, a quien preguntó:
-¿Qué oraciones, o qué encantamiento mágico tiene usted
para traer a mi hijo de nuevo a la vida y quitar así mi
tristeza?
Le respondieron:
9. LA VASIJA AGRIETADA
Cuando el otro hace las cosas con calma, es una tortuga; pero
cuando tú lo haces despacio es porque te gusta pensar las
cosas.
Cuando el otro gasta mucho, es un despilfarro; pero cuando
tú lo haces, eres generoso.
14.Jesús…
No fue a la universidad.
Jorge Bucay
La bronca,
el desprecio,
la agresión,
el abandono,
la soledad.
la del resentimiento,
la del dolor,
la de la soledad,
la del desamor,
la del miedo,
la del menosprecio.
Había ciertas cosas indecibles e impensables...
EPÍLOGO:
-¡Olvidaste algo! Extrañado por aquella llamada, miró hacia atrás y vio
al diablo muy comedido, que se acercaba sonriente con el hacha en la
mano para entregársela.
Después de todo había sido una suerte contar con aquel instrumento
que le permitía el trabajo sobre su cruz.
-¿Qué le ha pasado?
-Menos mal que has venido, amigo. Fui a tu casa para decirte
una cosa, pero no te encontré. Mira, en tu campo hay
enterrado un tesoro. Por favor, encuéntralo y repártelo entre
todos los que lo necesiten.
Había una vez una jaula muy grande que estaba llena de
jilgueros. Todas las mañanas, cuando salía el sol, todos
comenzaban a cantar. En pocos lugares se escuchaban unos
cantos tan bonitos como aquellos. Pero había un jilguero que
destacaba por lo bien que lo hacía. Nunca se había oído
cantar a un pájaro de esa manera.
Y la mariposa le respondió:
Hasta que un día llegó una batuta a vivir con ellos. Al ver lo
que ocurría, les dijo que ella podría ayudarles si querían. Pero
los tres instrumentos estaban convencidos de que nadie podía
ayudarles. La mejor solución era separarse y que cada uno se
marchara a vivir a otra parte. Así podrían tocar a gusto, sin
tener que soportar lo mal que tocaban los demás.