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Unesco Barroco PDF
Unesco Barroco PDF
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Es sólito hablar del barroco, a veces con intención peyorativa, otras exaltándolo,
Una cultura entre el pesimismo y
como si se tratara sólo de una forma o estilo de arte. Pero el arte barroco,
la exuberancia
histórica y geográficamente situado, es parte de un todo, manifestación de un por Peter Skrine
contexto general de la vida del hombre europeo occidental. Hay, en efecto, un
hombre y una cultura barrocos que surgen a la historia aproximadamente en el Las tres cúpulas y el poder 10
año 1600 y se extinguen más o menos a mediados del siglo XVIII. Su área de por Giulio Cario Argan
desarrollo la forman principalmente los países de la mitad occidental de Europa,
Ciento cincuenta años que 11
en especial los latinos, con prolongaciones hacia la mitad oriental y, sobre todo, revolucionaron la música
con una implantación masiva en las colonias iberoamericanas donde va a surgir por Alberto Basso
un avatar mestizo del barroco de gran importancia para la historia del arte y la
cultura. España: Entre lo clásico y lo 14
Esta cultura del barroco nace de una situación histórica caracterizada por una churrigueresco
por Julián Gallego
profunda crisis económica y social en la que el fasto triunfalista de las
monarquías absolutas y de la iglesia de la Contrarreforma no logran ocultar las Breve filosofía del barroco mundial 18
manifestaciones evidentes de la depresión existencial por la que pasaba el por Edouard Glissant
europeo de la época, sacudido en sus creencias religiosas por la marejada de la
La escultura, una magia teatral de lo 20
Reforma luterana y por las primeras audaces empresas del racionalismo y la
sublime
ciencia modernos.
por François Souchal
De esa arraigada conciencia de crisis que va a durar siglo y medio y que se
extinguirá con el humanismo optimista de las Luces derivan muchos de los Portugal: El arte de la talla y del azulejo 27
rasgos esenciales del arte y la literatura barrocos: desencanto, visión de lo real por José-Augusto Franca
como apariencia e ilusión, teatralización del mundo y de la vida, conciencia
Italia: Una pintura de la ilusión total 30
aguda del tiempo que pasa y de la muerte como finitud absoluta, gusto por el
por Arnauld Brejon de Lavergnée
artificio y la pompa, exasperación "expresionista" de las formas... Pero de esas
tendencias depresivas del alma europea nace, por paradoja, una explosión Hispanoamérica: Nacimiento de una 34
incomparable de sensualidad, de ganas de vivir y de gozar que explica esa cultura mestiza
exuberante proliferación artística que aun nos deslumhra y ese prodigioso por Leopoldo Zea
universo sonoro que es la música barroca.
El Angel del Arcabuz o el barroco 36
Arte y cultura de la Europa del Seiscientos y del Setecientos, el barroco se americano
implanta y desarrolla en las colonias españolas y portuguesas de América con por Miguel Rojas Mix
caracteres muy peculiares que van a coronarlo transformándolo. Los modelos
peninsulares se aclimatan poco a poco culturalmente a la nueva realidad mestiza Brasil: De la iglesia dorada 39
americana, que a menudo se introduce en las obras mediante pequeñas pero alAleijadinho
sutiles modificaciones de aquellos. Lo iberoamericano termina así por por Augusto C. da Silva Telles
manifestarse plenamente en soberbias creaciones populares como la iglesia Europa central: La decoración como 42
mexicana de Santa María Tonantzintla, esa "capilla sixtina" del arte colonial. obra de arte total
Pero ¿es el barroco solamente un fenómeno europeo e iberoamericano? Hay por Christian Norberg-Schulz
críticos que consideran lo barroco como una constante cultural que se repite a lo
Mundo eslavo: Una síntesis de Oriente 46
largo de la historia del arte. Y es cierto que fuera de Europa y América, en
y Occidente
regiones de cultura muy distinta como Persia, China, Japón o Camboya, se han
por Gueorgui D. Gachev
dado fenómenos estrechamente emparentados con la sensibilidad y la expresión
barrocas. Por otro lado, resulta significativo que un siglo como el nuestro,
época también de crisis, mutaciones y creencias vacilantes, sienta una marcada
intimidad con ciertas formas culturales y artísticas del siglo XVII. Quizá quepa
pues considerar lo barroco como una categoría de la sensibilidad estética, lo que
abriría una ancha perspectiva hacia su mundialización. Nuestra portada: Alabanza de Urbano VIII
(1633-1639) por Pietro da Cortona, fresco del
techo del gran salón del Palacio Barberini en
Roma (ver el art. de lapág. 30y los techos pintados
'de las págs, en color). Foto © SCALA, Florencia
Portada posterior: detalle de las yeserías (moldu¬
ras de yeso) de la bóveda de la iglesia de Santa
María Tonantzintla (hacia 1700), cerca de Puebla,
en México, a la que se ha calificado a veces de
Jefe de redacción: Edouard Glissant "capilla sixtina" del barroco colonial (ver el art.
de la pág. 34). Foto Kai Müller © CEDRI. París
y la exuberancia
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co? A decir verdad existen
deseo de producir una sensación de movi¬ Iglesia Católica. La pretensión de ésta de barroco es la columna salomónica o entorchada,
miento y la complacencia en los detalles ejercer una autoridad espiritual universal y es decir aquella cuyo fuste está contorneado en
ornamentales. En los países donde el barroco su notable sentido de la oportunidad hicie¬ espiral. Si, frente al estatismo de lo clásico, la
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terra y los Estados Unidos, tienden a consi¬ teatro municipal de la próspera ciudad por¬ tapicería. El teatral monumento alcanza los 34
derar el barroco como un fenómeno típica tuaria de Amsterdam, en su frontispicio metros de altura.
SIGUE EN LA PAG. 7
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El mundo como teatro
podía leerse este pareado del gran poeta el triunfo y la desesperación, está conseguido toda la arquitectura, la literatura y el arte
holandés de la época, Vondel: "El mundo es de un modo tan sutil que el deseo de los barrocos. El reconocimiento de unas leyes
un teatro; cada cual interpreta su papel y artistas barrocos de enaltecer a los grandes fundamentales y de un orden trascendental
recibe la recompensa que merece". hombres y de cantar sus proezas puede permitió a los artistas y escritores de la época
Por aquellos mismos años en España, país impresionarnos como una demostración aceptar que nuestra breve y frágil existencia,
que rivalizaba política y comercialmente con heroica de desafío y un audaz intento de este valle de lágrimas, sea una mera ilusión, si
Holanda, Calderón de la Barca, contempo¬ sofocar su sentimiento de inseguridad. bien no les impedía sumirse en una sombría
ráneo de Vondel, escribía su famosa obra Desde el principio hubo siempre en el desesperación ante la inevitabilidad de la
maestra El Gran Teatro del Mundo, suprema barroco una nota de desencanto. Su afición a muerte, nunca totalmente ausente, ni
interpretación barroca de la imagen del las representaciones teatrales y a la metáfora siquiera en el mundo pastoril, encantador e
mundo como escenario. En ella Dios Todo¬ del teatro revela su arraigado convenci¬ inocente de Arcadia, poblado por hermosas
poderoso es el propio autor de la obra que se miento de que las apariencias son mera ilu¬ ninfas y pastores enamorados, que los escri¬
representa en el escenario del mundo tras sión. Los aparatosos elogios de los grandes tores barrocos no se cansaban de evocar.
haberse levantado el telón del caos. Interpre¬ hombres y los héroes, por ejemplo, en las Pero no era tal vez la muerte el motivo
tan la obra improvisadamente hombres y obras del francés Pierre Corneille, del inglés principal de las lamentaciones de los escrito¬
mujeres a los que son adjudicados sus respec¬ John Dryden y del alemán Andreas Gry- res barrocos, sino el Tiempo, a la sombra
tivos papeles: el rey ambicioso y la mujer phius, pueden no haber sido sino un intento fatídica de cuyas alas todas las cosas se mar¬
hermosa, el campesino abrumado de trabajo de aplazar el olvido en que acabará por chitan y corrompen. El siglo que inventó el
y el mendigo amedrentado, el devoto pru¬ sumirse cuanto existe, incluso lo más noble y reloj de péndulo y el mecanismo de la cuerda
dente y el rico satisfecho de sí mismo. Todos elevado. En medio del color, el centelleo y la de los relojes iba cobrando una conciencia
ellos pueden ser estereotipos, pero han sido bulliciosa alegría de vivir tan característicos creciente del paso del tiempo, no ya medido
captados con tanto realismo en sus acciones del barroco, la literatura presenta una faceta en estaciones, meses y días sino en horas,
que parecen cobrar vida ante nuestros ojos. más sombría e inquisitiva. "Chaqué instant minutos e incluso segundos. La premura que
Ciertamente su actuación resulta menos
de la vie est un pas vers la mort" (Cada todo hombre moderno experimenta fue una
satisfactoria de lo que Dios esperaba, y la instante de la vida es un paso hacia la especie de conmoción para el siglo XVII.
Gracia divina, que hace las veces de apunta¬ muerte), afirma el emperador romano Tito Tener una clepsidra o un reloj de bolsillo era
dor, tiene una muy ardua labor con esos en el acto final de la última tragedia de Cor¬ el primer paso hacia una punzante percep¬
actores humanos, demasiado humanos. neille, Tito y Berenice (1670). ción de la evanescencia del tiempo, que
Pero, por fortuna, el Todopoderoso es tam¬ Pero ¿qué sucede una vez terminada la pronto iba a convertirse en una de las preo¬
bién un autor y un espectador indulgente. El función? Las gentes que vivían en el mundo cupaciones fundamentales de la época, tema
climax de la obra calderoniana enfrenta a los barroco nunca podían olvidar por completo frecuente de los poetas que, en algunos escri¬
espectadores, al igual que los impresionantes la precariedad y la brevedad de la vida frente tores más dados a la meditación, originaría
retablos españoles de la época, con el men- a la seguridad y la irrevocabilidad de la un sentimiento de terror metafísico.
§ saje eterno que es el núcleo mismo de la fe muerte: "La muerte en sí no es nada; pero Pero esa clara percepción de la voracidad
n cristiana: el sacrificio de Cristo y la reden- nos asusta no saber qué será de nosotros, no del tiempo eternamente fugitivo que nos
I ción de la humanidad vistos con los ojos de saber donde iremos a parar", confiesa el arrebata cuanto más amamos y apreciamos,
© un poeta católico español posterior a la héroe indio del drama épico de John Dryden la sensación cósmica de la vanidad de todas
B Reforma, dotado de una imaginación autén¬ Aureng-Zebe (1675). las cosas terrenas que tanto los poetas como
ticamente barroca. La guerra, el hambre y la peste eran cosa los predicadores repetían hasta la saciedad en
Los hombres y las mujeres de la época corriente en las sociedades de entonces. La
tenían conciencia permanente de que los ojos Guerra de los Treinta Años, por ejemplo,
de Dios y los del mundo estaban pendientes devastó los países de habla alemana de
de ellos, pero esas miradas no les hacían sen¬ Europa entre 1618 y 1648, yen 1665 la peste
tirse incómodos sino que, por el contrario, asoló Londres y otras muchas ciudades.
favorecían la autoestimación y el sentimiento Unos años más tarde, un soldado alemán que
había combatido en esa guerra, H.J.C. von Aunque inclinada a la pompa y alo teatral, o
de lo importante que era proyectar en el
quizá por ello mismo, la religiosidad barroca es
mundo una imagen tan relevante y expresiva Grimmeishausen, escribía una de las obras
frecuentemente patética. Ello es ostensible en las
como las que ofrecían la pintura, la escultura maestras de la literatura barroca en prosa,
obras dramáticas, como lo es en la pintura y,
y el teatro barrocos. Es posible que a los una novela titulada Simplicissimus, que ha particularmente, en la escultura. Destaca en este
contemporáneos no les parecieran tan arti¬ sido traducida a numerosas lenguas, en la punto la imaginería religiosa del barroco espa¬
ficiosos como pueden parecérnoslo hoy a que el autor relata sus experiencias persona¬ ñol en la que las figuras de Cristo, la Virgen y
nosotros los retratos pictóricos de la época, les de la prosperidad y el infortunio en una otros personajes de la Pasión alcanzan un grado
lo mismo que las representaciones teatrales y fascinante amalgama de formas y estilos de patetismo difícilmente sostenible, con sus
los pasajes descriptivos de las innumerables narrativos que fluctúan entre la tradición aspectos paroxísticos y aun macabros, como en
esta cabeza cortada de San Juan Bautista (hacia
fábulas pastoriles y cortesanas. picaresca de la novela satírica española de los
1625) del imaginero cordobés Juan de Mesa que
Al igual que los retratos, los palacios bajos fondos y el romance cortesano de
se conserva en la catedral de Sevilla.
barrocos expresan el concepto que sus cons¬ moda en el que las aventuras del héroe aca¬
tructores tenían de sí mismos. Son panegíri¬ ban por tener una intención y un objetivo
cos de piedra, edificados para exaltar las vir¬ encubiertos.
tudes y las victorias de sus moradores. Los En diversos lugares de Europa los hom¬
príncipes de la época, para ensalzar su nom¬ bres volvían la vista hacia los cielos tratando
escritores generalmente dispuestos a poner cada día más dilatado como consecuencia de
miantes. A veces el equilibrio entre la inten¬ perpetuo, las formas elípticas y los modelos
ción o sentido y la ampulosidad huera, entre convencionales que sirven de fundamento a
Dos grandes figuras literarias del siglo XVII en El lector y el espectador actuales pueden
cuyas obras se manifiestan espléndidamente estimar que hay un exceso de artificio y expe¬
algunos de los rasgos esenciales del barroco: rimentar cierta frialdad ante las rebuscadas
William Shakespeare (arriba), que, aun no
metáforas y los pomposos sentimientos de
propiamente un barroco, ilustra a
los poetas amorosos de la edad barroca o ante
nenudo con su obra el espíritu de la época (vio-
las afectadas posturas de las tallas policroma¬
1encia explosiva, juego de las apariencias, teatro
en el teatro...), y el español Luis de Góngora (en das; pero a veces es posible emocionarse aun
el centro), maestro sumo de lo que después se con un soneto amoroso o una oda fúnebre,
llamaría "gongorismo", es decir el gusto exacer¬ con una tragedia heroica o una comedia inge¬
bado por la ornamentación literaria, un estilo niosamente pergeñada, y maravillarse de la
hecho, como frecuentemente ¡aplástica barroca, audacia con que esos artistas reflejaban hace
de volutas, espirales y laberintos y que tiene su tres siglos un mundo que no había perdido
equivalencia italiana en el "marinismo" (de todavía el sentido del prodigio y del hechizo,
Giambattista Marino). En la otra foto, un gra¬
dando fe de la última visión cabal que hubo
bado que ilustra el frontispicio de una edición
en Europa de un universo aun no despro¬
del siglo XVII de Simplicissimus del alemán
visto de su carácter divino. D
Grimmelshausen, obra maestra de la prosa
barroca.
PETER SKRINE, británico, es profesor de lengua
y literatura alemana de la Universidad de Man¬
chester (R. U.) y especialista de la poesía y el teatro
en el siglo XVII. Ha escrito numerosos artículos
sobre estos y otros temas y es autor de un libro sobre
todas las lenguas cultas de Europa, la tumba
la literatura y la cultura europeas del citado siglo
siempre abierta a la vuelta de la esquina como titulado The Baroque (El Barroco, Londres y
recordatorio de que toda carne es mortal y el Nueva York, 1978).
hombre no es sino polvo suscitaron, paradó¬
jicamente, una extraordinaria capacidad de
vivir y de gozar. Esta paradoja constituye la
esencia misma de innumerables poemas
barrocos en los que sus autores incitaban a
hombres y mujeres a cosechar las rosas antes
de que terminara el verano, a amarse y ena¬
morarse y a disfrutar de la polícroma masca¬
rada de la vida. El hecho de saber que con¬
cluiría como un sueño les permitía verla con
perspectiva y resaltar su valor para todos
aquellos a los que sonreía la fortuna. En
todas las literaturas europeas hay ejemplos
famosos: John Donne y Herrick en Inglate¬
rra, Hooft y Opitz, admiradores del poeta
francés Ronsard, en los Países Bajos y Ale¬
mania, los intrincados y alambicados versos
de Marino en Italia y de Góngora en
España.
Pese a su insistencia en el carácter efímero
8
Las tres cúpulas y el poder
POR GIULIO CARLO ARGAN
Uno de los inventos musicales más característi¬ nico, un discurso musical de varias voces,
EL concepto de barroco ha sido objeto
cos del barroco es la ópera, o melodrama (drama de debate y de discusión ideológica todas de igual importancia.
musical), como se la llamaba en un principio.
hasta el punto de que ha perdido esos El comienzo de la nueva época suele
Nacida en Italia con Claudio Monteverdi
perfiles que permiten observar los fenóme¬ situarse en el año 1600 (fecha del "naci¬
(Orfeo, La coronación de Popea), se implanta
nos con claridad y coherencia. En el ámbito miento" del melodrama), considerándose en
y desarrolla en Francia conJean-Baptiste Lully,
músico de origen italiano que va a crear la ópera de la música se ha utilizado la palabra no sólo general que concluye con la muerte de Juan
a la francesa y tener una inmensa influencia en para designar un determinado comporta¬ Sebastián Bach (1750). En ese siglo y medio
toda Europa. Arriba, "El traspié de Faetón", miento artístico, una "manera" estilística, la historia de la música conoció transforma¬
decorado para la tragedia lírica de Lully Phae¬ sino también para indicar un proceso cons¬ ciones extraordinarias, inventando formas
ton, maqueta según Bérain. tructivo fundado en un elemento estructural, que iban a durar siglos y organizando el len¬
el bajo continuo, sobre cuya base la compo¬ guaje armónico sobre bases destinadas a
sición musical queda formada por una parte mantenerse mucho más allá de la época en
melódica, cantable, y por una parte de acom¬ que nacieron.
pañamiento, de apoyo constante y estereoti¬ El gran acontecimiento que, al final del
pado. Se trata de un principio constructivo Renacimiento, domina el mundo musical e
muy distinto del aplicado en la época ante¬ influirá después profundamente en el desa¬
rior, que realzaba el modo de hacer polifó- rrollo de los estilos literarios, pictóricos,
11
arquitectónicos e incluso sociales, es el naci¬ como una composición seria, la ópera será Heinrich Schütz y después las de Georg
miento del melodrama, transformación también más tarde una obra cómica, bien Friedrich Händel (que fue un maestro del
razonada de la renovación teatral promovida como producto teatral autónomo, bien género del oratorio) y las de Georg Philip
en las cortes italianas y fruto del comporta¬ como espectáculo de farsa añadido (este será Telemann.
miento cultural adoptado por el Renaci¬ el caso de los intermezzi en que fue consu¬ Un melodrama en miniatura es la cantata
miento en su intento de recuperar y reactua- mado maestro Giovanni Battista Pergolesi), da camera, expresión típica de la música
lizar el legado de la civilización greco-latina. dando vida en otros países a expresiones vocal italiana que se honra con miles de ejem¬
El melodrama nació en Florencia pero evolu¬ mixtas de recitado y de canto (el masque plos, testimonio de un consumo que supera
cionó con connotaciones estilísticas y expre¬ inglés, la zarzuela española, la opéra comique incluso el del madrigal del siglo XVI, tan
sivas diversas en Roma, Venecia y Ñapóles; francesa, el Singspiel alemán) que suplantan abundantísimo. Uno o dos recitativos y una
fue así el vehículo más convincente de la el tradicional esquema italiano de recitativo y o dos arias son suficientes para construir una
nueva cultura musical italiana y se impuso aria. cantata, que, además, en el plano instrumen¬
también pronto en el extranjero, conser¬ Este esquema es el que domina también en tal suele exigir únicamente la participación
vando casi intactos sus caracteres originales los demás campos de la música vocal. En de un clavicémbalo para el acompañamiento.
en todas partes salvo en Francia donde se primer lugar el oratorio, expresión genuina De Carissimi a Rossi, de Cesti a Stradella, de
desarrolló de modo autónomo, como tragé¬ del espíritu devoto de la Contrarreforma, Pasquini a Scarlatti y a Handel, el género se
die lyrique. que tiene todos los caracteres de un melo¬ propagó por toda la época barroca como una
Claudio Monteverdi, Luigi Rossi y Pier drama espiritual desprovisto de todo aparato manifestación de moda, contagiando incluso
Francesco Cavalli son los músicos que mejor escénico. Esto al menos en lo que atañe a su el ambiente francés habitualmente reacio al
representan el género en la primera parte del expresión más típica, en lengua vulgar, exal¬ estilo italiano y en lucha perenne con él,
siglo XVII, mientras que en la segunda se tada en las composiciones de Stradella y de hasta el punto de que la oposición entre el
impondrán Jean-Baptiste Lully (un floren¬ Scarlatti, mientras es esencialmente eclesiás¬ estilo italiano y el gusto francés fue uno de
tino creador de la ópera francesa) y Alessan- tica su manifestación en lengua latina, ligada los más tenaces y omnipresentes motivos
dro Scarlatti, fundadores de dos géneros dis¬ al nombre de Giacomo Carissimi. Distinta conductores de la música barroca.
tintos de teatro musical que se mantendrán del oratorio (que narra principalmente epi¬ En el ámbito de la música sacra, destinada
todavía durante todo el siglo XVIII. Debe sodios bíblicos y vidas de santos) es la propiamente a menesteres litúrgicos, conti¬
señalarse, de todos modos, que fue el estilo Pasión, centrada en la muerte de Cristo y núa insistente, aunque un poco ociosamente,
operístico de Scarlatti el que prevaleció, basada a menudo en los textos mismos de la la producción de misas y motetes, primero
hasta el punto de que lo tomaron como narración evangélica. Ejemplos supremos con los grandes maestros de las escuelas
modelo incluso maestros alemanes como son las Pasiones de Juan Sebastián Bach, con
Handel o Hasse. Concebida inicialmente las que se codean dignamente primero las de
12
De Monteverdi a Bach
13
Entre lo clásico y lo churrigueresco
POR JULIAN GALLEGO
A veces el barroco pone su impronta propia en DIGAMOS de entrada que en el brio renacentista, en busca de una expresivi¬
edificios de estilos y épocas distintos. Un caso desarrollo del barroco español dad patética (cuyo resultado más famoso
relevante es el de la catedral de Santiago de sería el Juicio Final de Miguel Angel en la
desempeña un papel fundamental
Compostela, conjunto de estilo románico,
lo religioso. No se trata de examinar aquí el Capilla Sixtina). Algunos investigadores
gótico y plateresco al que en el siglo XVIII se
sentido exacto de la palabra barroco ni menos estiman que es éste el verdadero arte de la
añadió una monumentalfachada de estilo pura¬
mente barroco, el llamado Obradoiro de considerar a éste, según proponía el crí¬ Contrarreforma, y el critico español José
(arriba). tico español Eugenio d'Ors, como una cons¬ Camón Aznar propuso sustituir la expresión
tante, un eón cultural, que aparece a lo largo "manierista" por la de "estilo trentino" (por
de la historia del arte en diversas épocas y el Concilio de Trento, codificador de la
manifestaciones, en alternancia con lo clᬠContrarreforma).
sico. El libro de Heinrich Wölfflin Kunstges¬ A este estilo pertenece un monumento
chichtliche Grundbegriffe (publicado en excepcional de la arquitectura española, el
español en 1924 con el título de Conceptos Monasterio de San Lorenzo del Escorial,
fundamentales de la historia del arte) define edificado en las cercanías de Madrid por
en general "clasicismo" y "barroco" como orden de Felipe II y cuyos arquitectos fueron
formas estáticas y formas que vuelan. Otro Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera,
libro de gran éxito, El Barroco, arte de la de quien deriva la expresión "estilo herre-
Contrarreforma de Werner Weisbach, con¬ riano". Estilo éste caracterizado por su aus¬
sidera al Barroco como una reacción exaltada teridad, su claridad de líneas y volúmenes y
contra el Renacimiento paganizante. su afición a las formas geométricas regulares,
Más recientemente se ha impuesto en los que había de influir en el desarrollo de la
libros especializados la idea de que existe un arquitectura española durante la mayor parte
estilo intermedio, el llamado Manierismo, del siglo XVII, mucho después de cons¬
que, sin llegar a los excesos decorativos y truido el Monasterio (1563-1584). Este para¬
rítmicos del Barroco, rompe con el equili digma arquitectónico va a pesar en el arte
14
español, en especial en los edificios madrile¬
ños (Plaza Mayor, Cárcel de Corte, Ayunta¬
miento), hasta que el siglo XVIII lleve la
ornamentación a un desarrollo exagerado: lo
que en España se llama estilo "churrigue¬
resco" por ser el propio de toda una familia
de arquitectos, los Churriguera. Ejemplos
del estilo herreriano fuera de Madrid nos los
i
ofrecen Toledo (Ayuntamiento), Valladolid
(la Catedral) y numerosos conventos e igle¬
sias de pueblos castellanos construidos a lo
m
:U
largo del siglo XVII.
El barroco español presenta, en la mayoría > Sc
de sus edificios eclesiásticos, plantas rectilí¬
neas hasta bien entrado el siglo XVIII.
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Abunda el tipo de iglesias derivadas de la de
Jesús de Roma, sede de la Compañía de Jesús
fundada por el español Ignacio de Loyola:
un plano en forma de cruz, con cúpula
cubriendo el crucero y capillas a lo largo de la
nave principal. En otros casos el templo es
del tipo que Kubier llama de "iglesia cajón",
un espacio rectangular, sin grandes noveda¬
des constructivas. Pero esa sequedad con¬
trasta con una decoración abundante y efec¬
tista, en madera y escayola, a veces en piedra
y metal, siendo la rejería rica y abundante.
y
La decoración del tipo llamado "de gruta"
consiste en estalactitas y relieves de la parte
alta de las iglesias, en ocasiones residuos de
un estilo "mudejar" surgido por influencia
de la España musulmana (al-Andalus) que
i.
subsistió desde el siglo VIH hasta fines del
XV.
nada con Alonso Cano (1601-1667), Pedro de Zurbarán (1598-1664) pinta cuadros de
de Mena (1628-1688) y José de Mora (1642- altar y de claustro, majestuosos en su arcaica
1724), de un patetismo cada vez más acu¬ sobriedad, en su aspecto táctil y casi arqui¬
sado. Los temas favoritos son los de la infan¬ tectónico, en su gravedad devota.
cia y la pasión de Cristo y los de la materni¬ La influencia italiana se advierte en los
16
que, aunque emigra a Ñapóles, donde
muere, es un ejemplo poderoso de realismo
expresivo y de belleza colorista para los pin¬
tores de toda España, a donde envía sus cua¬
dros de santos y mártires, de vigor poco
común. Su ejemplo actúa en la generación
siguiente, la de Diego Velázquez (1599-
1660), alumno de Pacheco, pintor del rey
Felipe IV, autor de retratos y de escenas (Las
Meninas, Las Hilanderas) de una soltura téc¬
nica y de un concepto de la atmósfera y de la
luz totalmente nuevos y difícilmente imita¬
bles, aunque sus seguidores, Mazo,
Carreño, Rizi, Claudio Coello, sean dignos
representantes de esa Escuela de Madrid por
él fundada. Quien más se le acerca es su
amigo el escultor Alonso Cano, también
excelente pintor y arquitecto. En uno y otro
lo barroco rehuye la gesticulación y el dina¬
mismo, creando un ámbito sereno, de clásica
perfección pero cuya savia corre a través de la
luz y de las pinceladas sueltas y libres.
Andalucía cierra el gran barroco pictórico
español con dos geniales artistas: el sevillano
Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) y el
cordobés Juan de Valdés Leal (1622-1690),
contemporáneos y antitéticos. Lo que en
Murillo es gracia natural y popular, en un
deseo de "aggiornamento" de lo sagrado que
acompaña una técnica de rara perfección,
bajo apariencias sencillas, es en Valdés Leal
crispación, gesticulación, dinamismo exa¬
cerbado, que logra algunos cuadros geniales
como El Carro de Elias de la iglesia del Car¬
men Calzado de Córdoba, ya casi tan
romántico como Delacroix. D
17
Breve filosofía POR EDOUARD GLISSANT
raleza, que ahora se concibe como algo Ahora "comprende" ese movimiento del
homogéneo, armonioso y cognoscible. El mundo y ya no se contenta con ser reacción
racionalismo viene a acendrar esa concep¬ contra una filosofía o una estética. Es el
ción, en consonancia con su ambición de resultado de todas las estéticas, de todas las
domeñar la realidad. Y, consiguientemente, filosofías. En resumidas cuentas, ya no es un
se concebirá la Naturaleza como algo que arte ni un estilo sino una manera de ser-
apariencia de las cosas y en ella entrañada, cia sostiene que lo real no es definible por su reconcilia profundidad y extensión sino que
hay una "profundidad", una verdad indubi¬ apariencia, que hay que penetrar en, sus ella misma es objeto de una extensión funda¬
table, a la que las representaciones artísticas "profundidades", pero también afirma que mental que, gracias a una reproducción cada
se acercan a medida que sistematizan su imi¬ su conocimiento queda incesantemente apla¬ vez más perfecta, amplía hasta el infinito su
tación de lo real y manifiestan sus reglas. zado, que no hay razón para que nadie pueda significación. D
Contra esa tendencia se yergue lo que considerarse detentador de lo esencial de esa
podríamos llamar la "desviación" o el realidad de un solo golpe. La ciencia ha EDOUARD GLISSANT, escritor martiniqueño,
entrado en la era de las incertidumbres fun¬ es autor de varios libros de poesía, novelas y ensa¬
"rapto" barroco. El arte barroco es una reac¬
yos, como La lézarde, L'intention poétique y Le
ción contra la pretensión racionalista de dadoras, sin abandonar por ello un raciona¬
discours antillais. Ha publicado también una obra
penetrar de manera uniforme y decisiva los lismo que ahora renuncia a los dogmas o de teatro, Monsieur Toussaint. En 1967 fundó en
arcanos de lo desconocido. De ese modo, el axiomas definitivos. Quiere decirse que las Fort-de-France el Instituto Martiniqueño de Estu¬
estremecimiento, el temblor barroco tiende a concepciones de la Naturaleza se han vuelto dios. Desde 1981 es redactorjefe de El Correo de la
insinuar que el conocimiento es algo eterna¬ problemáticas, "extendiéndose" y relativi- Unesco.
mente por venir y que eso es precisamente lo zándose. Lo que constituye la esencia misma
que le da valor. De ahí que las técnicas del del talante barroco.
barroco favorezcan la "extensión" en detri¬ De manera similar, el conocimiento Sí, el barroco es toda una época histórico-cültu-
mento de la "profundidad". moderno ya no concibe la naturaleza ral del Occidente cristiano: los siglos XVII y
Ese rapto o desviación, históricamente humana a partir de un modelo transparente, XVIII. Pero ¿es sólo eso? ¡no sería más cierto
universalmente realizable. El ser-en-el- decir que es un soplo poderoso de la vitalidad
situado, supone pues un nuevo heroísmo del
mundo entraña la totalidad cuantificadora de
humana que de cuando en cuando exalta las
conocimiento, una decidida renuncia a la
formas artísticas en una explosión de movi¬
ambición de resumir la materia del mundo en todas las formas de ser-en-la-sociedad. No
miento y de expresividad? Así, el barroco sería
series de armonías representativas (o imitati¬ hay un modelo reconocido como infalible. un espíritu que vuelve periódicamente en la
vas). Por el contrario, el arte o estilo barroco Todas las culturas humanas han conocido un
historia del mundo: una forma básica de la inte¬
va a recurrir al contraste, al rodeo, a la proli¬ clasicismo, una época de certidumbre dog¬ ligencia y déla sensibilidad. Sólo así sé explica
feración, a todo lo que se mofa de la preten¬ mática, que después han de superar. En ese queen tiempos y en países muy alejados entre sí
dida unicidad de lo conocido y del sujeto sentido, las "profundidades" que la ciencia, nazcan formas y expresiones artísticas que pre¬
cognoscente, a todo lo que exalta la cantidad la psicología y la sociología ponen de mani¬ sentan un manifiesto aire de familia con el
barroco histórico occidental. Es esa forma de
repetida hasta el infinito. fiesto contradicen victoriosamente la "pro¬
sensibilidad, de ser-en-el-mundo, la que insufla
Así, el barroco "histórico" es una reacción fundidad" que sólo el clasicismo occidental
movilidadprodigiosa e imaginación debordada
contra un orden natural, presentado natural¬ subraya metafísicamente. Lo que es la base
a esta Puerta de la Victoria en Angkor-Thom,
mente como si fuera una evidencia. Cuando misma de la mundialización del barroco.
Camboya, obra del siglo XIII (foto 1), la que
la concepción de la Naturaleza evoluciona, a La conclusión a la que podríamos llegar es : levanta hacia el cielo en un remolino de intrin¬
la par que el mundo se abre ante el hombre hay pues una "naturalización" del barroco, cadas formas vegetales y animales, nieves fun¬
occidental y que la ciencia pone en tela de no ya sólo como arte y como estilo sino diéndose, nubes y estrellas la Sagrada Familia de
juicio el bello ordenamiento anterior, la pul¬ como manera de vivir la diversidad-unidad Antonio Gaudí en Barcelona, iniciada en 1883 y
sión barroca se generaliza también, dejando del mundo; en virtud de esa naturalización el nunca acabada, quizá por lo extremosamente
barroco del intento (foto 2, fachada del Naci¬
de ser pura reacción. El barroco, arte de la barroco se sale del ámbito resplandeciente y
miento) y la que impulsó al inefable "facteur
extensión, va a extenderse concretamente. único de la "Contrarreforma", para generali¬ Cheval" a construir con sus manos en Hautes
La primera manifestación de ello es, sin zarse como forma diversificada de la Rela¬
Rives, Francia, de 1879 a 1912 ese "monumento
lugar a dudas, el arte latinoamericano, tan ción, de la civilización universal en que todas de lo imposible ", de fabuloso onirismo, que es su
cercano al barroco ibérico pero en el que se las culturas se penetran y se influyen. En ese "Palacio Ideal" (foto 3: tumba del autor) . Ysi en
mezclan tan íntimamente toda una serie de sentido, el barroco "histórico" prefiguró de América Latina brilló con esplendor el barroco
elementos autóctonos, audazmente introdu¬ manera profética las profundas transforma¬ histórico, ese universal espíritu sigue suscitando
cidos en el concierto barroco. Elementos que ciones de nuestro mundo actual. allíformas culturales y artísticas, desde las fies¬
no intervienen como deformaciones revolu¬ Hay un punto más en el que se manifiesta tas populares (¿hay algo más "naturalmente"
cionarias de lo real, sino como informacio¬ barroco que un Carnaval en Trinidad y
ese movimiento: es ese rasgo del arte
Tobago?: foto 4) hasta la literatura: son muchos
nes de una nueva naturaleza. moderno que Walter Benjamin define como
los escritores del continente que se siguen consi¬
El factor decisivo de esa evolución es el "arte técnicamente reproducible". La copia
derando barrocos (foto 5: el poeta y novelista
mestizaje. La voluntad barroca se inserta en exacta, que la técnica hace hoy posible, cubano José Lezama Lima (1910-1976) que con
. el vértigo de esa mezcla de culturas, de esti¬ transforma la evolución de las artes. Ya no es
tanto ardor reivindicó el magisterio poético de
los, de lenguas. Con la generalización del sólo la concepción de la naturaleza la que se un Góngora y de otros artistas barrocos). El
mestizaje el barroco termina de obtener relativiza sino la unicidad metafísica de la barroco, ciertamente, es algo que no cesa...
18
El barroco que no cesa...
19
\La escultura, una magia teatral
de lo sublime POR FRANÇOIS SOUCHAL
Gian Lorenzo Bemini (1598-1680) es por anto¬ LA escultura barroca que proyecta y arte occidental una vez más va a recoger este
nomasia el artista del catolicismo barroco, el recorta la materia en el espacio es un reto y resurgirá con renovados bríos convir¬
hombre que hizo de San Pedro del Vaticano el arte de desafío y de símbolo. Vive tiéndose en la expresión más acabada de una
centro prestigioso del papado. Arquitecto, pin¬ ante todo de una tensión constante con la civilización nacida de los grandes conflictos
tor y decorador, es sobre todo en su obra de
arquitectura que le sirve de marco y de del siglo XVI, una civilización que sin duda
escultor donde su genio se expresa con la
máxima intensidad y patetismo. Así, en este
apoyo; debe afirmar su identidad frente a su no busca la facilidad y que sólo logra un
Éxtasis de Santa Teresa (1644-1652) (arriba) entorno y esta necesidad le confiere parte de equilibrio precario, pero que dura sin
de la capilla Cornaro en Santa Maria della Vit- su dinamismo y de su dignidad. Acto esen¬ embargo dos siglos.
toria de Roma, teatralización plástica del trance cial y primordial de la creación artística, la Sería absurdo establecer una jerarquía ilu¬
místico de la santa de Avila. Bernini se afana en escultura contiene más de un mensaje: la soria entre los modos de expresión artística
expresar a toda costa el movimiento, impri¬ imagen de la divinidad, del soberano o sim¬ de esta civilización barroca; no obstante, es
miéndole un impulso ascensional que le inspi¬ plemente del hombre nunca es por entero forzoso concluir que el gran maestro por
raba su fervor religioso, incluso en las obras de
gratuita. antonomasia del barroco es un escultor, ¡y
tema mitológico, como este Apolo y Dafne
Pero el viaje del escultor, su combate sin qué escultor! Es probable que jamás artista
(1622-1625) de la Galería Borghese de Roma (a
la derecha).
tregua contra la naturaleza, acaba a fines del alguno haya infundido una vida tan palpi¬
siglo XVI en un callejón sin salida. Miguel tante a una obra creada con semejante capaci¬
Angel, víctima de sus tormentos, no termina dad de ilusión. La personalidad del autor del
sus estatuas. La obra manierista gira sobre sí Éxtasis de Santa Teresa es tan fuerte y tan
misma siguiendo una línea serpentina y la fascinante que resulta difícil no caer en la
serpiente~se muerde la cola. La obra se encie¬ tentación de resumir en él esa gran magia
rra en su meditación. Había que salir bajo barroca que va a deslumhrar a toda Europa
pena de asfixia de este diálogo exclusivo. El durante dos generaciones. Ahora bien, no
20
hay que perder de vista, por un lado, la Villa Borghese de Roma, también de Ber¬ escultores barrocos estamos en los domi¬
contradicciones del propio Bernini, hombr nini, la transformación que presenciamos del nios del estuco y del estuco polícromo
apasionado y vehemente, pero que siguí hermoso cuerpo de una joven en planta debe revelan la sinceridad auténtica y la intensidad
obsesionado por el gran sueño de la armonía causar estupor y estremecer y por tal motivo de una fe y de una piedad que se manifiestan
clásica y de la referencia a la antigüedad, y, alcanza su plenitud tanto en el milagro cris¬ no en un repliegue sobre sí mismo, sino en la
por otra parte, las fuerzas adversas que tiano como en la metamorfosis de Ovidio, apertura calurosa, el vivo deseo de comuni¬
representan las personalidades rivales como dos versiones de una misma necesidad de lo cación, el impulso caritativo, la confianza en
los Algarde y los Duquesnoy que nuestro maravilloso.
la bondad infinita de Dios y la efusión, y
afán simplificador asimila a una corriente La afición por lo sobrenatural se despliega volvemos al vocabulario del misticismo.
antibarroca, por consiguiente clásica; pero, con singular fuerza explosiva en el mundo La escultura barroca no se limita a esos
como suele suceder, la simplificación engen¬ germánico en el que Bernini encuentra sus grandes actos magistralmente representados
dra, si no un error, por lo menos cierta des¬ dscípulos más fieles y que ya ha practicado del teatro sagrado. Ha nacido del fervor reli¬
viación restrictiva. en el pasado ese tipo de violencias contra la gioso y es el último arte sagrado digno de ese
De ninguna manera es equivocado soste¬ naturaleza y la realidad. En Rohr los herma¬ nombre en el Occidente cristiano. Pero la
ner que una de las riquezas de la escultura de nos Asam, uno pintor y el otro escultor, sociedad barroca corresponde también a un
esa época reside en la relación dialéctica entre tienen audacia suficiente para poner en sistema de gobierno, la monarquía más o
el barroco y el clasicismo, como tampoco escena seguimos empleando el lenguaje del menos absoluta según las tradiciones y la
cabe duda de que el arte barroco es un arte teatro uno de los misterios de la religión evolución de cada estado. Y, a la vez que
complejo que obtiene incluso de sus "com¬ cristiana, la Asunción de la Virgen: la madre sirve a la Iglesia, la escultura barroca apoya a
plejos" un enriquecimiento inobjetable. Y de Cristo está suspendida en los aires, desa¬ esa sociedad monárquica y aristocrática y
tal vez, como ocurre a menudo, este arte fiando las leyes de la gravedad, mientras que brinda un decorado indispensable para el
barroco llevaba en sí mismo, con la concien¬ en torno a la tumba vacía los Apóstoles
cia de sus propios límites, las razones pro¬ muestran con sus gestos y sus expresiones las
fundas de su degeneración y de su muerte. diversas reacciones que les inspira este nuevo
En primer lugar, porque es un arte de lo desafío a la razón. Indudablemente se trata La Fuente de los Cuatro Ríos (1647-1670), de
Bernini, adorna el centro de la famosa plaza
instantáneo, de la aprehensión del movi¬ de actores, pero de actores de una tragedia, y
Navona, en Roma, obra de Borromini, que con
miento, detenido en su cúspide, en su apo¬ que representan su papel con fogosa convic¬ el mismo Bernini y con Guarini forma él trío
geo, y además un arte del espectáculo, un ción. Y se advierte, al igual que ante las obras clave de los arquitectos barrocos italianos. La
arte que se contempla a sí mismo, de ahí su de Bernini, hasta qué punto esos grandes figura central de la foto corresponde al Ganges.
carga a veces casi insoportable de emoción y
no de emoción suave, sino patética.
Contemplemos la famosa santa Teresa que
hacía reír burlonamente al presidente de
Brosses, arquetipo del libertino francés
siempre al acecho del escarnio. El escultor
suspende la flecha de oro en el cuarto de
segundo en que va a penetrar en el corazón
de la mística y capta, en el mismo cuarto de
segundo, la expresión de éxtasis que ilumina
los rasgos de la santa. Y mientras se repre¬
senta este acto supremo de la espiritualidad
cristiana que ha recobrado su dignidad, en
unos palcos que recuerdan extrañamente los
palcos de la ópera los miembros de la familia
Cornaro, propietaria de la capilla, parlotean
entre sí con una supina indiferencia ante la
visión beatífica a la que empero asisten.
Contraste, ambigüedad, ilusión e incluso
ilusionismo: nos encontramos sin duda ante
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PAGINAS EN COLOR
Página de la derecha
Arriba a la izquierda: estatua de un ladrón
(detalle) realizada en madera policromada en
1796-1799 por Antonio Francisco Lisboa El
Aleijadinho para el Viacrucis de la Iglesia del
Buen Jesús de Matosinhos en Congonhas do
Campo, Brasil. (Ver el art. y fotos de laspágs 39
a 41).
Foto © SCALA, Florencia
22
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Páginas centrales
Arriba a la izquierda: el llamado Transparente
del deambulatorio de la catedral de Toledo,
España, obra realizada entre 1721 y 1732 por
Narciso Tomé, monumento notable por su gran
dinamismo y riqueza de materiales. Como el
Obradoiro de la catedral de Santiago de Com-
postela, es un caso más de decoración barroca
superpuesta a una estructura de iglesia gótica.
(Ver el art. de la pág. 14).
Foto © Mas, Barcelona
Página de la izquierda TRAS algunas tentativas más o menos Suma gracia y ligereza alcanza la arquitectura
logradas, para que el barroco portu¬ civil dieciochesca de Portugal con sus "solares "
Arriba: interior de la iglesia de los Terciarios de
gués se impusiera plenamente fue (casas solariegas o palacios), como este de
San Francisco en Salvador, Brasil (principios
Mateus en Vila Real. (Ver también el azulejo
del siglo XVIII), la "iglesia dorada" tan típica necesario que el joven monarca Juan V,
reproducido en la página de la izquierda).
de la arquitectura portuguesa y brasileña, con envalentonado por las riquezas descubiertas
sus tallas y sus molduras de oro. (Ver el art. de la recientemente en Brasil, se atreviera a desa¬
pág. 39) rrollar y a afirmar simbólicamente su poder
Foto Moisnard © Explorer, París en el ambicioso proyecto del convento-pala¬ iniciadas las obras, Juan V hizo venir a Lis¬
Abajo a la izquierda: Angel del Arcabuz cio-iglesia de Mafra cuyas obras de construc¬ boa al piamontés F. Juvara y le encargó pla¬
(Perú), personaje típico del barroco andino, ción polarizarían, a partir de 1717, todas las nos monumentales para un palacio real y una
aquí en una pintura anónima de la escuela cuz- energías del reino. Un orfebre-arquitecto iglesia patriarcal. Contrariado en sus deseos
queña del siglo XVIII. (Ver el art. de la pág. suabo, J. F. Ludwig (o Ludovice, en Portu¬ por el tiempo necesario para llevar a cabo tal
36)
gal), que había pasado por Italia, se inspiró empresa, el rey prefirió dedicarse a agrandar
Foto © Roías Mix, Paris. Col. Manuel Mu|ica Crallo en la basílica de San Pedro del Vaticano y en y a embellecer el palacio que Felipe II de
Abajo a la derecha: azulejo de la escalinata de la la arquitectura romana de los discípulos de España, rey de Portugal, había hecho cons¬
iglesia de la Peregrinación de Nuestra Señora de Montana para trazar los planos, que sucesi¬ truir después de 1580, a orillas del Tajo.
los Remedios en Lamego, Portugal (1750-1760). vamente se fueron agrandando, de ese El arquitecto romano A. Canevari y el
El azulejo es un elemento decorativo esencial de húngaro C. Mardel trabajaron también en la
monumento que se consideraba "el más
la arquitectura portuguesa y, en parte, de la
grande del reino" y que constituye, sin duda, capital del reino "joanino" para la cual Mar¬
española y la brasileña. (Ver el art. de la pág.
uno de los conjuntos más importantes del del propuso proyectos de elegantes fuentes
27).,
ciclo germano-italiano de los conventos- monumentales, mientras un arquitecto
Foto S. Marmounier © CEDRI, Paris
palacios barrocos en Portugal. nacional formado ya en Mafra, Mateus
Pero al cabo de dos años solamente de Vicente, comenzaba en 1747 a levantar cerca
27
de Lisboa, en Queluz, para el hermano La iglesia de los Clérigos (1731-1749), cuya El barroco portugués florece especialmente en el
menor del rey, un palacio de recreo cuyo esbelta torre será el emblema de la ciudad, y siglo XVIII, durante el reinado de Juan V. Su
frontis, tocado ya por la gracia del estilo los palacetes de Freixo y de Säo-Joao-Novo monumento más característico es el palacio-
"grutesco", constituye el segundo ejemplo son obras que definen el estilo barroco tardío monasterio de Mafra (a la derecha, peristilo),
importante del barroco del sur del país. especie de Escorial portugués que el monarca
de esta región del país, que por sus elementos
Ya en vísperas de su muerte, en 1749, Juan erigió cerca de Lisboa para rivalizar con Felipe
"grutescos" tiene reminiscencias del de
II. El tipo de la iglesia barroca portuguesa
V alcanzó a instalar en la iglesia de los Jesui- Europa central.
(arriba, fachada de la Santa Casa de la Miseri¬
tas, en San Roque, la soberbia ornamenta¬ No lejos de Oporto, en Braga, hacia cordia en Viseu) tiene una réplica a menudo
ción de la capilla de San Juan Bautista dise¬ mediados del siglo, A. Soares erigió tres muy fiel en las de Brasil, colonia portuguesa
ñada por Vanvitelli y realizada en Roma en monumentos importantes: la iglesia de Fal- hasta principios del siglo XIX.
un estilo que anunciaba el retorno a las nor¬ perra, el ayuntamiento y el palacete del Raio
mas clásicas. A esta obra vino a añadirse un que ofrece el frontis más labrado de toda la
verdadero museo de orfebrería religiosa pro¬ arquitectura civil portuguesa de ese periodo.
cedente de los talleres romanos, como ocu¬ Es, por otra parte, en los castillos y casas barroco portugués. Esta talla se armonizaba
rrió también con la Iglesia Patriarcal. En solariegas ("solares") de la región donde el bien con los azulejos monocromos sobre
efecto, Juan V dividía sus gustos y sus encar¬ barroco tardío de aspecto escultural halló su fondo blanco que tapizaban los muros de los
gos entre Roma y París, ya que la Ciudad terreno predilecto. Las mansiones de los claustros, las escaleras y los salones, incluso
Eterna le daba satisfacción en el plano de lo Lobo-Machado (Guimarâes), de los Ma- las bóvedas de las iglesias, sustituyendo los
sagrado y la capital de Luis XV en el de lo Iheiro (Viana do Castelo) y de los Mateus cuadros y las tapicerías. Sus temas, escenas
profano. En ésta los Germain fueron los pro¬ (Vila Real) constituyen un conjunto con una religiosas o costumbristas, estaban copiados
veedores habituales de la corona portuguesa, tipología diversificada en que el arte portu¬ de estampas importadas y los bordeaban
al igual que los Mariette, que colmaron los gués de los años 1730 a 1770 encuentra su marcos pintados en trompe-l'oeil que simu¬
deseos del rey-mecenas proporcionándole más original expresión. laban ricas molduras arquitectónicas.
una vasta colección de estampas, perdida, En todas partes, en las islas Azores y en la El barroco portugués, erigido a la gloria de
por desgracia, en el terremoto de 1755 que, de Madera, como en la India y en Macao y, Juan V, cumplía así su proyecto de fiesta a la
cinco años después de la muerte del muy especialmente, en Brasil, la arquitectura vez sagrada y sensual, entre la realidad colo¬
monarca, destruyera la capital "joanina" y portuguesa echó raíces o dejó su impronta. sal de la piedra tallada de Mafra y la ficción
todas sus riquezas. La ciudad, que renacerá Aunque la pintura y la escultura portugue¬ efímera de los espacios modulados por los
rápidamente de la catástrofe gracias a la polí¬ sas de ese período ofrecen escaso interés, destellos dorados de la madera esculpida y
tica "ilustrada" del Marqués de Pombal, situación apenas compensada por la impor¬ los mil reflejos de los azulejos pintados.
opondrá su gusto por lo racional y lo bur¬ tación, con destino a Mafra, de cuadros y
gués al barroco de la generación anterior. estatuas de los mejores maestros romanos,
Sin embargo, en el norte del país, donde se dos creaciones decorativas imprimen sin
había radicado la vieja nobleza agraria lejos embargo al barroco de este país un carácter JOSÉ-AUGUSTO FRANCA, historiador y crí¬
tico de arte portugués, es profesor de la Universi¬
de la corte, se desarrolló un gusto barroco original: el azulejo y la talla en madera
dad Nueva de Lisboa y profesor asociado de la de
diferente, valiéndose de un material de gran dorada.
París III. Es presidente de la Asociación Interna¬
potencia plástica: el granito. El toscano N. La talla de los altares, que desbordaba cional de Críticos de Arte y miembro del Comité
Nasoni, seguido por su discípulo Figueiredo sobre las paredes, creaba entonces el deco¬ Internacional de Historia del Arte. Entre sus obras
de Seixas, fue el arquitecto más importante rado ideal de la iglesia "toda de oro", propo¬ puede citarse Une Ville des Lumières: la Lisbonne
de Oporto, lugar en que se instaló en 1725. sición formal y semántica fundamental del de Pombal (en francés), París, 1965.
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Una pintura de la ilusión total
POR ARNAULD BREJON DE LAVERGNEE
LOS calificativos para caracterizar el las artes : la pintura, la escultura y la arquitec¬ el espectador y el aspecto inacabado de la
barroco son particularmente nume¬ tura se ponen de acuerdo para crear una pintura.
rosos: arte de la Contrarreforma, nueva ordenación del espacio. Nace así en Acercar los personajes pintados al espacio
estilo jesuita... Tras un periodo de austeri¬ Roma un estilo espectacular, difundido por del espectador mediante la ilusión de la con¬
dad que coincidió con el final del manie¬ los jesuítas y apoyado por la Iglesia, que tinuación del espacio real es la intención del
rismo, cambia la mentalidad, la actitud de la preconiza la enseñanza por medio de la ima¬ pintor bolones Annibale Carracci; sacralizar
Iglesia para con los artistas se flexibiliza y se gen. Los techos pintados de las iglesias lo cotidiano es la revolución de Caravaggio.
produce una explosión generalizada de todas romanas son obras maestras de este arte ilu¬
Unos años más tarde corresponde a Bernini
sionista en el que triunfan lo maravilloso y la completar esta conquista; con él queda defi¬
embriaguez decorativa. nitivamente violada la frontera que separa el
El siglo XVI es la época de una nueva arte de la vida. Pero ¿cuáles fueron las etapas
pintura. Un crítico italiano, Luigi Salerno, de esta revolución artística que contribuye al
La crucifixión de San Pedro (1600-1610), óleo ha expresado así esta idea: "La forma deja de auge del estilo barroco? Todo sucedió en
sobre lienzo de Caravaggio que se conserva en la
ser un dibujo abstracto; el artista quiere Roma, en el espacio de tres generaciones.
iglesia de Santa Maria del Popólo, en Roma.
sugerir algo que vaya más allá de las líneas, de
Pese a la brevedad de su vida (1573-1610) Cara¬
vaggio fue un artista clave que abrió el camino a los colores, de la perspectiva, y que perturbe Annibale Carracci y el nacimiento de un
la pintura barroca gracias a la violencia plástica los sentidos o la imaginación del especta¬ nuevo estilo. En 1595 Annibale Carracci
de sus cuadros, a su dominio del contraste entre dor". Para estimular la imaginación los ar¬ (1560-1609) llegaba a Roma llamado por el
luces y sombras y a su esfuerzo por cotidianizar tistas recurrían a dos procedimientos: la cardenal Odoardo Farnesio. Autor de
lo maravilloso y sobrenatural. supresión de la barrera entre la obra de arte y numerosos cuadros, pintó también una de
las grandes obras maestras de la pintura ita¬
liana del siglo XVII, la bóveda de la galería
del palacio Farnesio (1597-1604) sobre el
tema del triunfo del Amor (Amor Omnia
Vincit). En medio de una falsa arquitectura
de gran complejidad (imitación en la bóveda
del marco de madera que habitualmente ciñe
el cuadro, imitación de estatuas de bronce o
mármol sobre las que incide una luz dorada y
movediza), Carracci despliega una serie de
escenas mitológicas, inventivas, risueñas y
dinámicas según los criterios de la "belleza
ideal". El sistema de decoración del techo de
30
que las fechas del barroco varían de un país a prolongó durante seis pontificados) y del Con el veneciano Giambattista Tiepolo (1696-
otro, suele situarse entre comienzos del siglo absolutismo. El francés Le Brun parece ser 1770) se cierra el ciclo de la gran pintura
uno de los herederos de su pintura, pero barroca italiana. La obra de Tiepolo, llena de
XVII y la primera mitad del XVIII.
júbilo vital y de ligereza artística, marcó con su
Uno de los primeros adeptos del nuevo quienes mejor comprendieron su estética
huella la pintura del siglo XVIII, en particular
estilo se llamaba Giovanni Lanfranco (1582- fueron los italianos Luca Giordano y Tie-
en España donde el pintor vivió largo tiempo y
1 647). Fascinado por la luminosidad difusa y polo. Los grandiosos planes de Urbano VIII murió. El fresco aquí reproducido, El encuen¬
el audaz sentido del espacio de los frescos de Barberini hacer de Roma una capital tro de Antonio y Cleopatra (1747-1750), per¬
Correggio (1489?-1534), procede en sus fueron ejecutados por diversos artistas de tenece al palacio Labia de Venecia.
frescos a nuevas búsquedas: medios expresi¬ primer orden, entre ellos Bernini y Pietro da
vos conseguidos mediante contrastes de luz Cortona. En una de sus obras principales,
y sombra, afición a las composiciones atrevi¬ los techos del palacio Barberini (1633-1639) orgiástico despliegue de colores y de formas
das y dinámicas, efectos de ilusionismo y en Roma, las falsas arquitecturas y esculturas liberadas en el espacio, nos habla un lenguaje
fausto espectacular. Uno de los primeros se funden en un efecto de pintura total, y las muy próximo al de Bernini. Dentro de
grandes encargos que recibe del clero complejas alegorías se unifican en el movi¬ arquitecturas en trompe-l'oeil (ilusión
romano es el fresco de colosales dimensiones miento. En el compartimiento central, la óptica) se abren inmensos cielos a cuyo azul
de la cúpula de San Andrea della Valle, sobre Divina Providencia, triunfante sobre las se lanzan una multitud de personajes simbó¬
el tema de la Asunción de la Virgen (1625). nubes por encima de Cronos y de la Parca, licos con un continuo flamear de ropajes
recibe una corona de estrellas de mano de la ondulantes y de rubios rizos. Blasones herál¬
Pompa e irrealidad. El barroco en su Inmortalidad y exhibe el escudo de armas de dicos, guirnaldas de flores y corros de queru¬
madurez. Pietro da Cortona (1596-1669) los Barberini. bines animan la representación de un mundo
fue el primer pintor italiano plenamente Tras las profesiones de fe de Carracci y ideal en el que las glorias terrenas encuentran
barroco. Cual un Bernini que se hubiera Caravaggio, surge la tercera de las corrientes su máxima celebración en una libre y gozosa
dedicado a la pintura, Pietro da Cortona fue fundamentales de la pintura romana del siglo proximidad con los símbolos del catolicismo
el artista de la Iglesia triunfante (su carrera se XVII: el estilo, irreal y fastuoso, en un triunfante y los de la mitología clásica.
31
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Llama la atención el hecho de que también característica de los frescos del barroco tar¬
las formas continúen sin que las interrumpa dío, en los que la yuxtaposición de las zonas
el marco oculto por los atlantes de falso oscuras cobra mayor importancia que la dis¬
estuco, desbordados por los personajes que posición de las figuras. Al estar pintados
se encuentran por encima de las nubes. El parte de los estucos y haber figuras pintadas
marco forma así parte integrante del cuadro en el lugar de éstos, no es posible distinguir
y la totalidad del espacio está profundamente ya la pintura de la escultura; la búsqueda -
unificada. Los colores venecianos son cáli¬ total de la ilusión se realiza en el virtuosismo.
En los techos pintados de iglesias y palacios
romanos del siglo XVII alcanza su más consu¬
dos y acentúan la unidad de la obra. La nove¬ El artista procede a un vigoroso modelado,
mado virtuosismo un arte espectacularmente dad, gracias a las formas que parecen engen¬ influido por la escultura de Bernini, y a una
ilusionista en el que triunfan el gusto por lo drarse unas a otras, es total y completa. recia distribución de las luces y las sombras,
maravilloso y la embriaguez decorativa: la pin¬ Treinta años más tarde, el pintor crea en la que dan legibilidad a composiciones tan
tura barroca en su más exaltado dinamismo. En última gran obra decorativa, la bóveda de la grandiosas y abigarradas como los frescos de
la portada y en las páginas primera y centrales nave de la Chiesa Nova, un nuevo ilusio- Il Gesù. La luz divina, al mismo tiempo que
en color de este número puede ver el lector tres nismo (Visión de San Felipe Neri durante la tiene un valor místico, construye y organiza
muestras espléndidas de este estilo por excelen¬
construcción de la iglesia, 1664-1665). Si toda la composición. Como ha dicho el crí¬
cia romano. He aquí otra más: El triunfo del
insistimos en esta obra es porque influyó en tico español Muñoz, "Gaulli es Bernini pin¬
nombre de Jesús (1662-1683), fresco de Gio¬
la mayoría de las decoraciones de las naves de tor".
vanni Battista Gaulli, llamado El Baciccia, en
la bóveda de la iglesia de II Gesù, también en las iglesias de Roma y sus alrededores Se ha dicho con frecuencia que los grandes
Roma; aquípintura, escultura y arquitectura se durante todo el siglo XVIII. Sus audaces artistas barrocos que trabajaron en Roma
confunden en un formidable trompe-Voeil para escorzos, sus "di sotto in su" (de abajo procedían del norte de Italia. Andrea Pozzo
crear un espacio prodigioso que exalta y orga¬ arriba) sin precedentes y, sobre todo, la coti- (1642-1709), nacido en Trento, no es una
niza la luz celeste.
dianización de lo maravilloso y de lo divino excepción. La bóveda de la iglesia de San
confieren a este fresco un sello inigualable. Ignacio, iniciada por el padre jesuita Andrea
El nuevo afán de los artistas de mediados Pozzo en 1668, es un homenaje a la gloria de
del siglo es dar verosimilitud a lo fantástico. San Ignacio de Loyola, fundador de la
Ñapóles es tal vez el segundo gran centro orden. Por encima de las auténticas estructu¬
artístico del siglo XVII en Italia. Experien¬ ras de la iglesia, el artista pinta al fresco, con
cias múltiples se mezclan y se combinan, de un extraordinario efecto de trompe-l'oeil, los
modo original muchas veces, de Caravaggio muros y los arcos de otro gran templo que se
a Luca Giordano; en medio de las creaciones abre a los cielos infinitos, poblados por gru¬
barrocas, la libre invención, profusa e impe¬ pos de ángeles, bienaventurados y persona¬
tuosa, de Luca Giordano sentaba las bases de jes alegóricos. De toda la producción
la pintura europea del siglo XVIII. Una afor¬ barroca del siglo XVII tal vez se? ésta, junto
tunada vena poética, una tierna humanidad con la bóveda de II Gesù, pintada por Gaulli,
desprovista de todo efecto enfático lo distin¬ la celebración más solemne y enfática de las
gue siempre del resto de los grandes decora¬ pompas de la Iglesia.
dores italianos. De experiencias múltiples (el La ilusión óptica, el trompe-l'oeil a que
arte veneciano, el de Pietro da Cortona...) aspiran Gaulli y Pozzo se manifiesta en una
nace esa gran fábula luminosa que es la deco¬ fusión del espacio pictórico con el espacio
ración en frescos de la galería y la biblioteca real. En Gaulli parte de los personajes están
del palacio Medici Riccardi de Florencia proyectados al espacio en que se encuentra el
(1682-1683). Sobre los temas de la Apoteosis espectador; Pozzo duplica el espacio real de
de la vida humana y de la vida del pensa¬ la iglesia mediante la creación de un espacio
miento, Giordano plasma un programa ale¬ pintado. A la fusión de elementos arquitec¬
górico, simbólico y mitológico rígidamente tónicos reales y falsos, de espacio real y de
establecido, dando pruebas de una absoluta espacio ficticio, Pozzo agrega en su fresco un
libertad de invención en una composición centro de perspectiva situado en el medio, a
unitaria, audaz y equilibrada al mismo partir del cual organiza todo el techo. Gra¬
tiempo. cias a esta innovación se mezclan los efectos
ricas revolucionarias. La ilusión, que siem¬ tico e historiador del arte francés, es conservador
del Museo del Louvre de París, donde trabaja en el
pre buscaron los artistas barrocos, obedece
departamento de pintura. Ha organizado exposi¬
al aspecto plástico de las figuras pintadas,
ciones sobre pintores barrocos y escrito varios catá¬
mezcladas a los estucos, y a su paso por el
logos de pinturas del Louvre y otros museos de
artesonado de la bóveda, más allá del marco Francia. Es autor del libro La Peinture italienne du
arquitectónico, al espacio real de la iglesia. 1 7' siècle (Ginebra, 1979) y de numerosos artículos
Aparece por vez primera la composición sobre pintores antiguos y modernos.
33
Nacimiento de una cultura mestiza
POR LEOPOLDO ZEA
CON el barroco se ha querido desig¬ que empezar de cero como si nada hubiese expresiones y el retorcimiento de las formas
nar un conjunto de expresiones cul¬ sido hecho. El hombre tenía que ser el arqui¬ se manifestaron en el arte barroco como
turales que tienen su origen en una tecto de su propia existencia, el hacedor de la expresión de algo más que un fenómeno esté¬
actitud vital cuya raíz está en la conciencia misma, tal como lo pediría Renato Descartes tico, como una actitud vital coincidente con
que de su propia humanidad van tomando en sus Meditaciones. el racionalismo convencional del jesuitismo
los hombres. El Renacimiento, apoyándose El barroco en Europa aparece así ligado a y la dialéctica del espinocismo. Fenómeno
en el ya lejano pasado griego y queriendo ese racionalismo que no define sino asimila, artístico, éste del barroco, que en Europa da
saltar por encima de la concepción cristiana como el espinocismo y el propio de la Con¬ origen a diversas y no siempre semejantes
del hombre, había elaborado un nuevo ideal trarreforma. Spinoza e Ignacio de Loyola. El expresiones, entre ellas el barroco español,
e idea de lo humano. La idea de un hombre espinocismo que corroe el racionalismo car¬ del cual parece nacer el barroco en general.
que, al no querer verse comprometido con el tesiano, como la Contrarreforma que busca Allá, al otro lado del mar, está la América
pasado inmediato del hombre medieval anular el racionalismo de los Lutero, Cal- que fue objeto o instrumento del sueño
(criatura y servidor de Dios), pretende cortar vino y tantos otros. imperial ibero... En la polémica del siglo
de raíz toda relación con ese pasado. Había El abigarramiento, la multiplicidad de XVI entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé
de Las Casas triunfó el primero al lograr que
los hombres nacidos en este continente fue¬
34
Un bello ejemplo del barroco colonial mexi¬ Pese a su carácter represivo, la Iglesia, de imponderables acabará poniendo en crisis
cano: la iglesia de los ColegiosJesuítas de Tepot- única posibilidad cultural en la región, se el sistema que se supone debía sostener.
zotlán, construida de 1760 a 1762, en un periodo lanza a la búsqueda de peculiaridades del Desde su destierro en Italia un grupo de
en que la decoración se vuelve proliferante, aun
hombre y de la realidad de América. Al igual jesuitas mexicanos se esforzará en el conoci¬
conservando un lirismo ingenuo propio del ar¬
que los franciscanos en el siglo XVI, los miento de la realidad mexicana y americana.
tista mestizo. (Ver también la decoración de la
jesuitas se interesan a partir del XVII por Lejos de ser visto como algo negativo, lo
iglesia de San María Tonantzintla, en la portada
posterior). Esta imagen de la Virgen (derecha), destacar las expresiones características del peculiar va a aparecer como el punto de par¬
del Museo del Virreinato de Tepotzotlán, con el hombre iberoamericano y de su medio. En el tida de una nueva expresión de humanidad y,
motivo típicamente hispánico de los cuernos del siglo XVIII esta preocupación conciliadora, con ella, del derecho de unos pueblos a reali¬
diablo bajo sus pies como signo de victoria sobre consciente o inconsciente, del barroco ibe¬ zarse, a no seguir siendo simplemente hábi¬
el Malo, tiene toda la gracia poética de los ima¬ roamericano se va a transformar en un nuevo les copistas de expresiones y de culturas que
gineros coloniales hispanoamericanos. enfoque racionalista. Surge un racionalismo les eran extrañas. De ahí a la subversión no
fielmente al original, por resultar distintas XVIII pretende ser ilustrado y que había de
del modelo, pese a los esfuerzos hechos por conducir, aunque despóticamente, a sus LEOPOLDO ZEA, ensayista y filósofo mexicano,
aplicados imitadores. El modelo pese a todo encomendados de América por el camino es profesor de filosofía de la historia y de historia de
las ideas de América en la Universidad Autónoma
es retorcido y deformado en la copia; la pala¬ que siguen ya las nuevas naciones, el camino
de México. Gran parte de su obra de escritor gira
bra es mal dicha y, por mal dicha, maldita. del progreso al alcance de todos los pueblos,
en torno al análisis y a la historia de América
Con el tiempo esta maldición, este expresar chocará con la Compañía de Jesús. El despo¬
Latina como cultura. Entre sus libros, algunos de
mal los modelos, acabará por hacer de sus tismo ilustrado resultará opuesto a la actitud ellos traducidos a varios idiomas, figuran América
autores hombres igualmente malditos, es ecléctica, conciliadora, de ésta, que ha hecho en la historia, Dependencia y liberación en Amé¬
decir hombres fuera del sistema impuesto, ya posible el orden teocrático en regiones rica Latina, El pensamiento latinoamericano y
subversivos, inclusive, del mismo. como el Paraguay. La barroca conciliación Latinoamérica, tercer mundo.
35
El Angel del Arcabuz o el barroco
americano POR MIGUEL ROJAS MIX
UN ángel boquirrubio de alas de el barroco: un arte magnífico y teatral pero referencia indeleble. Todavía hoy numero¬
cisne, sombrero alón pluma al también un estilo destinado a hacer aceptar al sos son los escritores de Iberoamérica que se
viento, suntuosamente vestido con indio el poder de Dios y del rey, destinado a siguen considerando barrocos. En realidad,
faralaes de encaje, casacón estofado de oro y incorporarlo, por la religión y por las armas, el barroco es el arte del Nuevo Mundo. La
plata y que lleva pesado arcabuz, es uno de a la sociedad colonial. Uno de sus temas mezcla de lo ibérico (que ya tenía lo árabe
los personajes más característicos del favoritos fue la serie del mestizaje, que orde¬ atravesado) con lo indio y lo negro le prestó
barroco americano. naba a los hombres en castas según su origen modalidades particulares, creando un estilo
Pese a que sólo se encuentra en la pintura y el color de su piel. propio que algunos han llemado "indo-his¬
andina, el "Angel del Arcabuz" es quien En América el barroco se hace identidad y pano", otros "criollo", otros "mestizo" o
mejor representa lo que fue en Iberoamérica marca al individuo y a la historia con una que, designado según sus características
36
cejas de verdad, con ojos de vidrio, vestidos
con reales telas, más que iconos parecen per¬
sonajes de un Museo de Cera. El "Cristo del
Dolor", el tema más repetido en América,
muestra el dolor dramatizado, llevado al
paroxismo, profusamente regado con sangre
hecha de rojo cochinilla y humo de pez
para que duelan las llagas, y con el rostro y el
cuerpo deformados y retorcidos por un
dolor infinito. El realismo convincente de
describir las sensaciones místicas se apro¬ pura modificación, pura amplificación reali¬
xima a lo cotidiano, busca sus ejemplos en lo zada en los resquicios del estilo. Si eso fue el
real. Sus Cristos son los actores sagrados de ultrabarroco, el churrigueresco, que nunca
una tragedia humana. Tallados en madera, alcanzó una dimensión ni un boato mayores
pintados de carne, con cabellos, pestañas y que en América, en particular en México,
37
otro fue el caso de otra cantidad de motivos
creados en el Nuevo Mundo: formas decora¬
cepción en Cuenca, Ecuador, que es obra de ras. Ya con la tradición española llega el
Gaspar de Sangurima; representa a Cristo ya legado árabe en el mudejar. Y si, como dicen,
muerto con un chorro de sangre fresca que le el indio manifiesta su aporte en la preferencia
brota del costado, según el modo hiperrealista de de una gama de colores puros y en la intro¬
los imagineros españoles. A la derecha, figura
ducción de la abstracción en las figuras, el
peruana del Niño Jesús vestido como un indito,
negro se reconoce tanto en el retinto de los
con su chullo (gorro) y su poncho. (Véase tam¬
ángeles y las vírgenes como en la mezcla
bién el "Angel delArcabuz" en h página cuarta
sincretista de sus dioses con el santoral tradi¬
en color).
cional. De todas estas influencias resultó un
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LA arquitectura y, en general, las artes Las primeras edificaciones realizadas en el de Olinda y de Igarassú, en el estado de
que se practicaron en Brasil durante país, como la iglesia parroquial, después Pernambuco, y con la iglesia del Colegio de
los siglos XVI y XVII, o que aquí catedral, de Olinda en Pernambuco y, en la los Jesuitas, hoy catedral, de Salvador de
fueron traídas desde Europa, representaron misma ciudad, la iglesia de la Gracia, que Bahía.
una transposición al continente brasileño de perteneció a los jesuitas, así como una serie Pero es en el arte de la talla esculturas de
lo que por entonces se hacía en Portugal. de casas, capillas, iglesias, colegios y conven¬ madera revestidas de hojas de oro y policro¬
tos que esta orden y las de los franciscanos, madas donde el barroco se manifiesta con
39
Ouro Preto, la vieja ciudad de Minas Gerais
(hoy incluida en la Lista del Patrimonio Mun¬
dial de la Unesco), atesora el arte barroco brasi¬
leño más original. Entre sus iglesias destaca la de
San Francisco, obra casi enteramente de la mano
del escultor, arquitecto y decorador mulato
Antonio Francisco Lisboa, El Aleijadinho
(1730-1814), nacido precisamente en la ciudad,
que es la figura más universal de la plástica
barroca iberoamericana. A la derecha, detalle
del interior de la nave. En la página de la dere¬
cha, la escalinata, la terraza y la fachada de la
iglesia del Buen Jesús deMatosinhos en Congo-
nhas do Campo, Minas Gérais, donde el genio
plástico del Aleijadinho se desplegó en toda su
plenitud; para esta iglesia realizó entre 1796 y
1799 la serie de esculturas de la Cena y de otros
"pasos" del Viacrucis, en madera policromada
(ver también el Ladrón reproducido en la pri¬
mera página en color) y, en esteatita, las doce
estatuas de profetas de la escalinata, que forman
uno de los más hermosos conjuntos escultóricos
del arte mundial.
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dorada en la que florece un estilo ornamental micos, esculpidos en esteatita la pedra-
particular. Citemos, por ejemplo, las escul¬ sabäo que constituyen el centro de su
turas de la nave de la iglesia de los Carmelitas composición, de donde parten y donde con¬
Terciarios de la Cachoeira y de la sacristía del vergen todas las líneas de construcción.
Convento del Carmen en Salvador y, en Río En el interior de la iglesia franciscana de
de Janeiro, las de las capillas del Santísimo Ouro Preto el crucero, en el que se insertan
Sacramento y de las Reliquias del Monaste¬ los pulpitos esculpidos en esteatita, da paso a
rio Benedictino y de la capilla aneja de la la capilla mayor, donde el retablo, de madera
Orden Terciaria del Carmen, ésta última policromada y dorada, se organiza según una
obra del Maestro Valentín, la principal figura dinámica semejante a la de la fachada de la
carioca de arquitecto, tallador y escultor de iglesia, aunándose con la bóveda y con los
la época. laterales para formar una unidad.
En el Nordeste, con su centro en Recife/ Punto álgido del barroco brasileño es el
Olinda, la propia estructura de las fachadas conjunto arquitectónico, escultórico y pai¬
comienza a animarse bajo la influencia del sajístico del santuario del Señor Buen Jesús
gusto barroco y rococó. La gola se curva, de Matosinhos en Congonhas do Campo,
realzándose, mientras el luneto desciende también en Minas Gérais, obra mayor del
hacia el cuerpo del edificio y el frontón es Aleijadinho y hoy incluido en la Lista del
rematado con molduras de curvas y contra¬ Patrimonio Mundial de la Unesco. En lo alto
curvas, en serie, que a veces adoptan formas de una colina que domina extensos valles se
caprichosas. Ejemplos importantes de este yergue este santuario donde las esculturas de
periodo son la iglesia del monasterio de San esteatita de los doce Profetas del Antiguo
Benito en Olinda y la basílica del Carmen en Testamento se levantan a lo largo de los para¬
Recife. petos del atrio de la iglesia y de su escalinata
Pero es en Minas Gérais y, especialmente, de acceso. El conjunto del atrio y de las
en la obra del gran arquitecto y escultor esculturas forman una excepcional unidad
Antonio Francisco Lisboa, el Aleijadinho, plástica, al mismo tiempo rítmica y diná¬
donde el movimiento barroco y rococó de mica, obra de un arquitecto-escultor que es
Brasil va a extenderse plenamente a la arqui¬ una de las cumbres del barroco latinoameri¬
tectura: las fachadas, los planos, los volúme¬ cano. En el talud frente al atrio y a la iglesia,
nes, los espacios internos y las tallas de las dentro de varias capillas más recientes, se
iglesias. La situación geográfica de Minas guardan las esculturas de madera policro¬
Gérais y la inexistencia en la región de con¬ mada de los Pasos del Calvario, obra tam¬
ventos y monasterios de órdenes regulares bién del Aleijadinho, entre las que destacan
permitió a la arquitectura de las iglesias las siete figuras de Cristo. D
parroquiales y de las de cofradías y órdenes
terciarias laicas liberarse de la influencia AUGUSTO C. DA SILVA TELLES, arquitecto
directa de la metrópoli, Portugal, recreando e historiador brasileño, es profesor de la Facultad
así formas arquitectónicas, escultóricas y de Arquitectura de la Universidad Federal de Río
decorativas hasta cierto punto propias. de Janeiro y consultor técnico de la Secretaría del
Patrimonio Histórico y Artístico Nacional. Es vice¬
Muestras excepcionales del periodo son las
presidente del Consejo Internacional de Monu¬
iglesias franciscanas de Ouro Preto y de Sao
mentos y Sitios y miembro del Consejo Delibera¬
Joáo del Rei y la del Carmen de Ouro Preto. tivo del Centro Internacional de Estudios de
Elementos comunes de ellas son los planos Conservación y Restauración de los Bienes Cultu¬
compuestos de curvas y rectas, no en serie rales. Ha escrito N. Senhora da Gloria do Outeiro
sino formando líneas y puntos de tensión, y y Atlas dos monumentos históricos e artísticos do
la inclusión en sus fachadas de pórticos dina- Brasil, así como numerosos artículos en revistas.
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DURANTE el siglo XVIII el paisaje que el mundo es explicable en su totalidad a pios que el Concilio de Trento dejó bien
de la Europa central católica quedó partir de un puñado de dogmas apriorísticos sentados, el arte y la arquitectura barrocos
constelado de monumentos religio¬ inmutables. Según la política contrarrefor- nacieron en Roma, sede de la Iglesia Cató¬
sos: crucifijos al borde de los caminos, esta¬ mista, esos dogmas debían presentarse de la lica. Por lo que respecta a la arquitectura,
tuas de San Juan Nepomuceno el "santo manera más gráfica posible. En el Concilio cabe distinguir dos corrientes: la genuina-
de los puentes" , humilladeros (casi siem¬ de Trento (1545-1563) se decidió que "los mente teatral, forjada por Bernini, en la que
pre con un Vía Crucis), ermitas y un sinnú¬ obispos se cuiden de enseñar que a través de la arquitectura no es sino el trasfondo,
mero de nuevos monasterios. Se establecía los relatos de los misterios de la Redención, espléndido pero convencionalmente dis¬
así una estrecha relación entre la arquitectura expuestos por medio de pinturas y otras puesto, de los "relatos" narrados por una
de la época y el entorno, con objeto de trans¬ representaciones, se instruye y confirma a las pintura y una escultura ilusionistas, y la
formarlo en un "espacio sagrado" que recor¬ gentes en la práctica de recordar y meditar "arquitectónica", creación de Borromini, en
dara por doquier al hombre la "fe verda¬ constantemente los artículos de la fe". Así, la la que el propio espacio cobra movimiento y
dera". Para alcanzar esa finalidad las obras de persuasión se convirtió en el medio principal se convierte en un medio de expresión emo¬
arte y la arquitectura son sugestivas y exube¬ de conseguir la participación que el sistema cional. Este planteamiento más original de
rantes. El ostensible éxtasis religioso de las precisaba. El ejemplo más palpable de ello Borromini tuvo su continuación en Guarini,
figuras encuentra su correspondencia en las son los ejercicios espirituales de San Ignacio quien en sus numerosos proyectos de iglesias
torres flamígeras de las iglesias y, dentro de de Loyola, cuyo objetivo era la imitación de para los teatinos definió el espacio como un
éstas, el cielo se torna visible en las pinturas Jesucristo a través de la imaginación y la conjunto de cavidades interdependientes que
ilusionistas de las bóvedas. Algo similar empatia. Y, efectivamente, los jesuitas con¬ parecen estar sometidas a un ritmo de pulsa¬
sucede en los palacios de la nobleza, puesto tribuyeron sobremanera a difundir el arte ción. Para Guarini, el movimiento pulsátil y
que, como los príncipes gobernaban "por la barroco. ondulante era una característica propia de la
gracia de Dios", debían también exponer y El recurso a la imaginación supone trans¬ naturaleza.
realzar los axiomas fundamentales de la fe. formar el mundo en un "teatro" y considerar El barroco centroeuropeo, como manifes¬
En términos generales, cabe afirmar que el la iglesia como un teatrum sacrum en el que tación de la Contrarreforma, tiene una doble
arte y la arquitectura barrocos son fruto de la se representan los artículos de la fe. A ello vertiente. Su objetivo primordial era persua¬
Contrarreforma, cuya base era el esprit de obedece el carácter expresivo e ilusionista del dir a las masas y, en consecuencia, hizo suyas
système del siglo XVII, esto es, la creencia en arte barroco. En consonancia con los princi desde el principio las tradiciones y creencias
42
A la izquierda, interior y bóveda de la iglesia de locales para integrarse en la vida cotidiana. de un arte arraigado en el terruño, al alcance
San Nicolás (Niklaskirche) del barrio de Mala En segundo lugar, debía ser también la de todos. Así, aparecen enseguida en el len¬
Strana, en Praga, Checoslovaquia, que, según el expresión del poder de los celadores de la fe, guaje básicamente clásico del barroco moti¬
historiador francés Victor L. Tapié, "es una de
el obispo y el príncipe, que en Europa central vos y estructuras medievales, sobre todo, el
las más bellas iglesias de Europa". Iniciada su
eran frecuentemente la misma persona. Así muro-pilar, especie de contrafuerte, propio
construcción en 1703 por Christoph Dientzen-
hofer, la concluyó su hijo Kilian Ignaz en 1753. pues, el barroco centroeuropeo es a la vez del gótico tardío, situado en el interior de la
popular y grandioso y trata de establecer iglesia.
comunicación con "todo el mundo". Debido a la posición política dominante
Los jesuitas introdujeron la arquitectura del país tras haber derrotado a los turcos en
de la Contrarreforma en Europa central ya las proximidades de Viena en 1683, Austria
antes de finales del siglo XVI. Pero la cons¬ desempeñó un papel de primer orden en el
trucción no alcanzó su pleno apogeo hasta auge del barroco centroeuropeo. Las dos
después de la Guerra de los Treinta Años tendencias italianas principales estaban
(1616-1648), y las obras más importante del representadas: la de Bernini, por Johann
barroco centroeuropeo son todas del siglo Bernhard Fischer von Erlach (1656-1723),
XVIII. Los viajes al extranjero de los arqui¬ que ha pasado a la historia como creador de
tectos y artesanos italianos influyeron decisi¬ la imponente Karlskirche (iglesia de San Car¬
vamente en sus comienzos, y los nombres de los Borromeo) de Viena (1715-173 7), síntesis
Lurago, Caratti, Carlone, Martinelli, Zuca- de las eras de Salomón, Augusto, Cristo y el
lli, Alliprandi, Broggio y Santini ocupan un emperador austríaco expresada a través de
lugar destacado en la historia de la arquitec¬ referencias históricas; arquitectura, pues,
tura. Pronto fueron relevados, sin embargo, auténticamente "teatral", con un gran conte¬
Abajo, la imponente y teatral iglesia de San
por los arquitectos locales, como los artistas nido simbólico. El introductor del estilo de
Carlos Borromeo (Karlskirche) en Viena, Aus¬
del Vorarlberg (región de Austria), que pre¬ Borromini fue el rival de Fischer, Johann
tria, obra construida por el arquitecto J.B. Fis¬
tendían realizar una síntesis de las caracterís¬ Lucas von Hildebrandt (1668-1745), que
cher von Erlach entre 1715 y 1737. De Austria
vino el impulso esencial para el florecimiento y ticas italianas y las regionales con el respaldo utilizó en varias iglesias el método de Gua¬
la expansión del barroco centroeuropeo. del movimiento contrarreformista, deseoso rini de reagrupar espacios, si bien su obra
Foto © Ch. Norberg-Schulz, Oslo
más importante es el encantador y pinto¬ también un continuador, al que suele consi¬ Dos ejemplos de arquitectura barroca alemana:
resco palacio del Belvedere de Viena (1714- derarse como el arquitecto más destacado del interior de la iglesia de la Peregrinación de Wies
1722), edificado para el príncipe Eugenio de barroco centroeuropeo: Johann Balthasar (arriba), obra de Dominicus Zimmermann, una
Saboya, vencedor de los turcos. de las cumbres de este arte en Europa central; y
Neumann (1687-1753). En su obra, de una
el árbol de vida del altar mayor de la iglesia del
Christoph y Kilian Ignaz Dientzenhofer riqueza y una diversidad excepcionales, hay
monasterio de Stams, de 1613 (derecha). (Ver
desarrollaron en Bohemia (en la actual Che¬ muestras de arquitectura religiosa, secular y
también, en las páginas centrales en color, una
coslovaquia) una arquitectura barroca más militar. En sus grandes iglesias de Vierzehn¬ de las iglesias de Munich).
popular, dedicándose principalmente a los heiligen (1742 y sgts.) y Neresheim (1747 y
edificios religiosos. Christoph (1655-1722) sgts.) combina los grupos espaciales "abier¬
emigró de Baviera a Praga en 1686 y llevó a tos" de la tradición de Guarini y Dientzen¬
cabo en su nuevo país una síntesis suma¬ hofer con una rotonda central dominante, !o
mente ingeniosa de la organización del espa¬ que indica que hacia 1750 el dinamismo
cio de Guarini y del sistema centroeuropeo barroco empezaba a dejar paso a una concep¬
del muro-pilar. Por la estilización de éste, las ción más clásica y estática del espacio. Lo
iglesias de Christoph pueden calificarse de mismo puede decirse de las obras de otros
composiciones "abiertas", que expresan con dos importantes maestros del barroco tar¬
una extraordinaria fascinación el dinamismo dío, Johann Michael Fischer (1691-11766) y
y la grandeza del arte barroco. Kilian Ignaz Dominicus Zimmermann (1685-1766). En el
(1689-1751), hijo de Christoph, llevó aun santuario de peregrinación de Wies (1744-
emparentada con algunos aspectos del
más lejos las ideas de su padre y realizó en 1754), en Alemania, construido por Zim¬
numerosas obras su ars combinatoria de
mundo contemporáneo. Pese a que los obje¬
mermann, el barroco centroeuropeo alcanza
tivos que perseguía, así como el contexto
cavidades espaciales interdependientes, lle¬ su cumbre en una Gesamtkunstwerk (obra
social, eran distintos, podemos obtener del
vando así a su conclusión lógica las intencio¬ de arte total) de insólita belleza, que consi¬
barroco múltiples enseñanzas, y las obras de
nes de Borromini y de Guarini. Como ejem¬ gue una expresión exuberante de alborozo y
la escuela de Borromini, concretamente, han
plo de la maestría de los Dientzenhofer cabe plenitud.
ejercido una influencia liberadora en muchos
citar la grandiosa iglesia de San Nicolás del A la vigorosa manifestación de fe que
arquitectos actuales. D
barrio de Mala Strana de Praga, empezada supuso el barroco centroeuropeo siguió la
por Christoph en 1703 y terminada por Ilustración, abriéndose una nueva época de
Kilian (1737-1753). la historia de Europa, mucho más centrada CHRISTIAN NORBERG-SCHULZ, arqui¬
Otro miembro de la familia Dientzenho¬ tecto noruego, es decano de la Escuela de Arquitec¬
en un entendimiento analítico que en la ver¬
tura de Oslo. Es miembro de asociaciones académi¬
fer, Johann (1673-1726), hermano de Chris¬ dad sintética. Sin embargo, resurge en nues¬
cas de varios países y ha obtenido premios
toph, llevó los principios del barroco bohe¬ tros días un vivo interés por el barroco. Sus internacionales. Entres sus obras cabe destacar
mio a Franconia (Alemania), donde se formas "abiertas" y dinámicas tienen una Kilian Ignaz Dientzenhofer e il barrocco boemo
encuentra una de las obras más logradas de notable afinidad con el arte moderno, y su (Roma, 1969), Baroque Architecture (Milán-
ese periodo, la iglesia monástica de Banz preferencia por lo expresivo y lo espectacular Nueva York, 1971) y Architecture : Meaning and
(1710-1719). Johann Dientzenhofer tuvo en vez de un orden ideal está indudablemente Place (Nueva York, 1987).
44
o
>
Lfotf síntesis de Oriente y Occidente
<
POR GUEORGUI D. GACHEV
S/1
sometidos a la dominación otomana (ser¬ tico e historiador soviético, es investigador del Ins¬
más arraigados entre la nobleza polaca fue el
bios, búlgaros). tituto de Estudios Eslavos y Balcánicos de la Aca¬
sarmatismo, que encontró eco en Hungría, demia de Ciencias de la URSS. Entre sus
El aporte creador de estos pueblos al Rumania y Ucrania. Esta síntesis bastante
numerosas obras pueden señalarse Contenido de
barroco europeo se manifestó con menor singular de elementos occidentales y orienta¬ las formas artísticas. Epos. Poesía lírica. Teatro,
intensidad en las bellas artes que en el arte del les (no hay que olvidar que las guerras y el La imagen en la cultura artística rusa y La crea¬
verbo. Ya en el siglo XVI el poeta polaco comercio habían puesto a los polacos en con- ción, la vida, el arte.
NOTICIAS E INFORMACIONES
Vol. XXI, n° 1 1987
Asociación Literaria y Artística Internacional (ALAI) :
Congreso, Berna, Suiza, 8-12 de septiembre de 1986
Ante la proliferación de nuevas técnicas de comunicación Confederación Internacional de Sociedades de Autores y
y la necesidad de tener acceso a las obras literarias y Compositores (CISAC) : XXXV Congreso, Madrid,
artísticas producidas en otros paises, el derecho de autor España, 6-11 de octubre de 1986
constituye un elemento esencial del desarrollo del saber y Seminario de Derecho de Autor con motivo del Centenario
de la cultura. Tiene por misión proteger la creación y del convenio de Berna, Brioni, Yugoslavia, 13-15 de
armonizar los sistemas internacionales que la reglamentan. noviembre de 1986
la naturaleza
Crónica internacional e información sobre los programas
de la Unesco rela-tivos al medio ambiente, la investi¬
y sus recursos gación sobre los recursos naturales y la conservación.
de 9 a 12 y de 2 a 6.
Se enviará folleto informativo a todos aquellos que lo soliciten.
EXPOSICIÓN
El Correo de la Unesco
40 años de acción cultural
vure, Paris, 1757). P. Portoghesi, Roma barocca, Roma- La ornamentación más recargada : el
. Bari, 1978 Transparente de la catedral de Toledo en
J. Burckhardt en Cicerone (1855) : « La Grimschitz, Feuchtmüller y Mrazek, España o la fachada de San Francisco Aca-
arquitectura barroca habla el mismo len¬ Barock in Österreich (El barroco en Aus¬ tépec en México. En el interior : la iglesia
guaje que el Renacimiento pero a la manera tria), Viena, 1960. de San Juan Nepomuceno de Munich y la
de un dialecto salvaje ». O. Blazicek, L'art baroque en Bohème, de Santo Domingo en Salvador, Brasil.
V. Tapié (Baroque et classicisme, 1957) : Praga, 1941
La escultura barroca más gestual y
un arte noble con base rural, producido por G. Kubier y M. Soria, Art and architec¬ Wm
« escénica » : las figuras del Viacrucis del
las sociedades señoriales y terratenientes, ture in Spain and Portugal and their Ameri¬
Aleijadinho en la iglesia del Buen Jesús de
en oposición a un arte clásico ligado a la can Colonies (Arte y arquitectura en
Matosinhos, en Congonhas do Campo,
burguesía. España y Portugal y sus colonias america¬ Brasil.
G. Bazin (Destins du baroque, 1970) ; un nas), 1959
arte palatino y urbano, producto de una J. Gómez Moreno, Escultura del La decoración esculpida más delirante : la
sociedad católica y monárquica que es a la siglo xvii, Madrid, 1958 del grupo escultórico de La Asunción de
vez aristocrática y burguesa. B. Croce, Storia dell'età barocca in Ita¬ E.Q. Asam en el monasterio de Rohr,
E. d'Ors (Lo barroco, Madrid, 1936) : el lia, Bari, 1929 RFA, y el techo de la iglesia de Santa María
Tonantzintla en México.
barroco es un « eón », un elemento perma¬ Más los libros ya señalados en los artí-
nente de la sensibilidad que renueva cons¬ 1 culos o notas biográficas. m Los palacios o castillos más fastuosos : en
tantemente sus apariencias a través de la Baviera, RFA, Nymphenburg y Würzburg
historia del arte. B
y en Piamonte, Italia, Stupinigi.
mentos en libertad, « formas que vuelan » Saint-Gervais, en París, erigido para recibir ?
(Eugenio d'Ors), estallido del espacio, a la Reina María Teresa, esposa de Luis
desequilibrio, disimetría, dinamismo dia¬ XIV, el 26 de agosto de 1690. Obra ésta
gonal, efecto de profundidad, evanescen- que, por definición, nadie puede contem¬
cia, juego de apariencias, ilusión óptica, plar hoy (salvo los grabados de la época),
trompe-l'oeil, profusión decorativa, arte del pues, como todas las obras de la prodigiosa
movimiento, arte recargado... arquitectura efímera del barroco, debía
desaparecer. Y, sin embargo, nunco quizá
ibo una obra tan barroca... Ä^4
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