La retroactividad de las condiciones suspensivas y resolutorias
constituye principio general consagrado por la ley. Cuando la obligación es suspensiva y se cumple, el pago que se haya hecho con anterioridad se hace firme, lo que equivale a suponer que la obligación existía antes de cumplirse la condición. Art. 1542 inc. 2º. Cuando la condición es resolutoria y se cumple, el pago verificado queda sujeto a las mismas reglas que el pago de lo no debido; el deudor puede repetir lo dado o pagado y esto equivale a suponer que la obligación condicional no ha existido. Art. 1544. También constituyen aplicaciones de la retroactividad de las condiciones: a.- La caducidad de las enajenaciones y gravámenes por el que ha recibido una cosa bajo condición suspensiva o resolutoria, antes de cumplirse esta. Arts. 1547 y 1548. b.- La Determinación de que los aumentos o mejoras de la cosa y sus deterioros o disminuciones correspondan al que haya de recibirla al cumplirse la condición. Art. 1543 inc. 2º. La retroactividad de las condiciones deja de aplicarse, excepcionalmente, en los casos en que la ley inspirada en motivos de justicia o de simple conveniencia, así lo disponga. Ejemplo: Los frutos percibidos mientras pende la condición resolutoria, no deben ser restituidos. Art., 1545. No sucede lo mismo con los frutos percibidos mientras está pendiente la condición suspensiva, porque a falta de disposición expresa, estos pertenecen al poseedor de buena fe, y deben ser restituidos por el poseedor de mala fe. Tampoco caducan por excepción, las enajenaciones hechas a terceros de buena fe, ni los gravámenes constituidos a favor de ellos, entendiendo que son terceros de buena fe los que no han tenido conocimiento de la condición resolutoria. Arts. 1547 y 1548.