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Desafío:
2. ¿Qué importancia tiene la lengua vasca, euskera o eúscaro en la formación del castellano?
5.Nombra sobre las otras invasiones llegadas a la Península Ibérica después de los romanos
6. Expresa con tus palabras que son lenguas romances Y cómo se formaron
Lenguas paleohispánicas
Las lenguas paleohispánicas de acuerdo con los límites inferidos de los hallazgos de inscripciones.
Muy probablemente, la mayoría de las lenguas paleohispánicas desaparecieron sin dejar rastro,
pero afortunadamente de algunas se han conservado inscripciones en escrituras paleohispánicas y
en alfabeto latino que se datan desde como mínimo el siglo V a.C., quizás desde el siglo VII a. C.,
hasta finales del siglo I a.C. o principios del siglo I d. C. Estas lenguas se denominan lenguas en
ruinas o residuales (en alemán Restsprachen o Trümmersprachen) como el etrusco, el paleosardo,
el ligur y el rético entre otras.
Lenguas documentadas
La lengua ibera, probablemente la lengua vernácula de los pueblos que habitaban el territorio
ibérico de acuerdo con la opinión de la mayor parte de los investigadores, aunque para otros sería
una lingua franca del área ibera.
La lengua tartésica (también conocida como sudlusitana suroccidental o del sudoeste), de difícil
clasificación, no pudiéndose establecer con certeza si se trataba de una lengua indoeuropea o
preindoeuropea.
El castellano es una lengua romance del grupo ibérico, cuyo origen es popularmente asociado con
el condado de Castilla, en las actuales provincias de Burgos, Vizcaya y Álava1 y con el reino
medieval de Castilla, que incluía aproximadamente la actual provincia de Burgos y las
comunidades autónomas del País Vasco, La Rioja y Cantabria, en España; el centro del antiguo
reino es la zona de La Bureba, donde se halla el corredor de la Bureba, paso obligado para entrar a
la meseta ibérica desde el norte peninsular, es decir, desde Europa. En esta área se supone que se
hablaba euskera habitualmente en el siglo V, cuando se empezó a considerar un "habla" bárbara y
el latín como lengua culta y escrita propia de la cristiandad. Según la tesis de Ramón Menéndez
Pidal, el habla romance de toda esta zona tuvo una gran influencia, especialmente en fonética, en
el romance hablado en la ciudad de Toledo, a partir del cual se creó el primer estándar escrito del
español en el siglo XIII. Sin embargo, otros autores, como Manuel Criado de Val, consideran que el
mozárabe hablado en Toledo antes de la conquista castellana, mal conocido, ha sido más
importante en la formación del español.
Se supone que en esta época el latín era hablado y escrito por las clases cultas, como lengua de
Estado transmisora de cultura escrita, mientras que el euskera lo mantenían popularmente en
zonas rurales - era solamente un "habla", pues no se manifestaba por escrito - y se reforzaba por
las repoblaciones con "navarros" durante la Reconquista. Por ello no es extraño que los textos más
antiguos en lengua romance del centro-norte de la península Ibérica que se conocen, las Glosas
Emilianenses, de finales del siglo X o principios del siglo XI, que se conservan en el Monasterio de
Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), incluyan nombres personales y frases en euskera.
Romanización
Se llama romanización al proceso de asimilación cultural que tuvo lugar en la mayor parte de
Europa occidental y los Balcanes en la Antigüedad, por el cual numerosas regiones bajo el poder
político de Roma adoptaron sus instituciones, costumbres, organización social y su lengua. El
proceso tuvo lugar en el imperio de Trajano que lo aplicó después de haber conquistado nuevas
tierras, entre los años 98 a 117 y en diferentes regiones se dio en momentos diferentes.
Además de la lengua las élites adoptaron frecuentemente las formas exteriores distintivas de los
romanos: vestido, estilo, religión, costumbres formales, etc. Esa adopción de elementos materiales
romanos requiere frecuentemente el uso la importación o elaboración de productos típicamente
romanos, lo cual frecuentemente implica también la importación de la tecnología para producirlo
localmente.
En las diversas regiones donde se dio una romanización intensa se ha comprobado, que aunque
con diferencias regionales, la romanización se dio en diferentes fases progresivas:
1. Adopción del latín, primero en la administración y por parte de las élites. Frecuentemente
los hijos de las élites eran enviados a Roma para conocer la capital y aprender bien la lengua, así
como para relacionarse con personas influyentes.
3. Penetración de las religiones existentes en Roma, tanto la propia como las orientales:
cultos a Cibeles, Mitra y a partir del siglo III Jesús.
5. Adopción progresiva del latín por parte de los estratos populares y las áreas rurales.
b) La situación estratégica de Hispania. Es normal que las provincias más extremas del Imperio (las
que formaron con el paso del tiempo Rumanía, España y Portugal) compartan un cierto
conservadurismo léxico, debido a su lejanía geográfica con respecto a Roma, núcleo de la
metrópoli y fuente de innovaciones léxicas. Este fenómeno está relacionado con la mayor o menor
facilidad para llegar a las distintas provincias; cuanto más aislado estuviera un asentamiento,
menos dinamismo habría en el caudal léxico de la variante del latín de esa zona, y a la inversa, con
todas las repercusiones que ello conlleva.
c) El nivel social y cultural de los hablantes. Los factores diastráticos también pudieron tener su
importancia en la evolución del latín y en su fragmentación.
d) Influencia del sustrato. Finalmente, debe tenerse en cuenta la influencia que pudieron ejercer
en el latín las lenguas prerrománicas que se hablaban en los distintos lugares que fueron
conquistados; aunque estas lenguas fueron, generalmente, sustituidas por la lengua del invasor,
no cabe duda de que ejercieron cierta influencia en ella en forma de sustrato latente. Sin
embargo, nuestro desconocimiento científico de dichas lenguas impide calibrar en su justa medida
cómo fue esa influencia sustratística.
Sea como fuere, el latín, la poderosa lengua del imperio más grande de la Historia de la
Humanidad terminó por extinguirse definitivamente como lengua viva, dejando como herencia
diversas lenguas hijas que, pasados los siglos, habían de ser tan relevantes para la ciencia y la
cultura universales como lo fue su lengua madre.
Distribución de la península entre suevos, vándalos y alanos entre 409 y 429. La autoridad imperial
únicamente se ejerce en la provincia Tarraconense, y los visigodos se concentran en Galia. Amplias
zonas de la cordillera Cantábrica quedan fuera de todo control, precisamente donde la presencia
de pueblos prerromanos había tenido mayor continuidad (principalmente vascones y cántabros).
Distribución de la península entre suevos y visigodos hacia mediados del siglo VI. Se reflejan los
asentamientos bizantinos en el sur y los pueblos prerromanos de la cordillera cantábrica.
Lenguas Romances.
Las lenguas latinas o romances también se conocen como lenguas románicas. Son las lenguas
modernas que se desarrollaron a partir de latín hablado alrededor del siglo séptimo d.C en Europa
meridional y occidental.
Las lenguas latinas o romances incluyen el español, francés, italiano, portugués y rumano.
Actualmente hay alrededor de 330 millones de hispanohablantes nativos en el mundo, 76 millones
de hablantes de francés nativos, 64 millones de hablantes de italiano nativos, 200 millones de
hablantes de portugués nativos y 25 millones de hablantes de rumano nativos.