Está en la página 1de 3

Beneficios y dificultades de la educación superior en Colombia yendo

desde lo micro a lo macro

En este ensayo hablaremos sobre los beneficios y dificultades del acceso a la


educación superior desde Santa Marta hasta toda Colombia. Como muchos
saben la educación es un elemento fundamental para el óptimo desarrollo tanto
para un individuo como para las comunidades y los países.
La educación superior cumple un papel estratégico en el proyecto de desarrollo
económico, social y político en el que está comprometido el país. En el cual se
necesita una universidad que tenga la capacidad de formar nuevas
generaciones, para asumir de manera competente y responsable los
compromisos y demandas para la construcción de una nueva sociedad. Al
mismo tiempo, existen graves dificultades en la educación superior en
Colombia, relacionados con una cobertura insuficiente, una calidad muy
desigual de las instituciones y de los programas, y una escasa racionalidad de
la oferta que, en esas condiciones, se orienta más por la rentabilidad de las
formaciones ofrecidas que por las necesidades sociales.
Para nadie es un secreto que la educación es uno de los pilares más
importantes del desarrollo en cualquier país. Cada año miles de jóvenes
próximos a su grado en educación media comienzan una ardua búsqueda de la
institución adecuada para realizar sus estudios superiores y aun así en
Colombia sólo el 34% de jóvenes logran acceder a una institución de educación
superior. Esta problemática dificulta más a los jóvenes de escasos recursos, de
comunidades pobres y olvidadas por el estado en donde estas personas
apenas salen del colegio solo buscan en emplearse rápido en lo que les salga
por ahí, muy pocos buscan la posibilidad de estudiar para salir adelante, lo cual
muchos de ellos no pueden ni pensar en algunas universidades costosas que
se hacen llamar de alta calidad, con altísimos costos que desilusiona a
cualquiera.

Nuestra ciudad, Santa Marta enfrenta retos importantes dentro de los que
destaca la ampliación de los niveles de cobertura y el mejoramiento de la
calidad de las instituciones que ofrecen servicios educativos. Durante las dos
últimas décadas el número de estudiantes matriculados ha crecido de manera
importante, especialmente en la formación técnica y tecnológica. Lo que uno ve
es un sector en marcha, tanto en el Magdalena, como en el Distrito de Santa
Marta, los cuales a pesar de presentar restricciones presupuéstales, se ve un
gran esfuerzo de las administraciones locales tanto en la ampliación de
cobertura como en la búsqueda de la calidad.
En Santa Marta como en toda Colombia, un joven con visión de estudiante
echado para adelante tiene 4 opciones: Estudiar en una universidad pública,
Estudiar en un instituto, corporación o fundación de educación superior,
Estudiar en el Sena o Buscar trabajo en lo que salga.
En la costa Caribe, las universidades públicas se han caracterizado por ser
instituciones de alta calidad con la investigación como motor de calidad y
desarrollo. Sin embargo, estas universidades cuentan con un número limitado
de cupos lo cual hace que sólo los más aptos en cualidades intelectuales sean
seleccionados para estudiar allí.
Pero ¿Cuántos jóvenes calificados con grandes capacidades quedan por fuera
de esta opción tan deseada y limitada por el estado? ¿Sera que el gobierno
cree que es más importante invertir en una guerra que en la educación de sus
ciudadanos?
Entre tanto, paralela a la problemática surgen las universidades de garaje (que
hacen hasta lo imposible por obtener una licencia de funcionamiento y exhibirla
en un lugar estratégico de su fachada) esta se muestra como única opción
viable para estos jóvenes. Todo esto se debe al bajo control del estado en
cuanto a los requisitos mínimos de calidad para estas instituciones hace el
trabajo más fácil para las mismas los cuales son un parasito para la sociedad
colombiana. Si el estado quiere una juventud sana, debe garantizarle la mejor
calidad posible, los mejores maestros, laboratorios y bibliotecas, no facilitar el
surgimiento de esas instituciones que la calidad es muy precaria con el falso
deseo de educación para todos y a bajo costo.

En nuestra capital, Bogotá también se encuentran pocas oportunidades de


ingresar a la educación superior, ya que cada vez sacan más bachilleres con
una mejor formación básica, que les sirve para la vida y tener elementos de
juicio para vivir en paz, con una mejor formación básica, que les sirve para la
vida y tener elementos de juicio para vivir en paz, pero si no tienen una
capacidad económica porque no logran una capacitación laboral y no logran
estudiar algo que les sirva para ser productivos, van a terminar condenados a
la pobreza aunque tengan más estudios. La situación es crítica. Aunque
algunos declinan, la mayoría debe trabajar porque no encuentran
oportunidades. Entre eso se quiere consolidar a Bogotá un Subsistema Distrital
de Educación Superior cohesionado, dedicado a generar nuevas oportunidades
de acceso, permanencia, pertinencia y al fortalecimiento de la calidad de los
programas virtuales y presenciales de las Instituciones de Educación Superior y
de Formación para el Trabajo y el Desarrollo Humano con asiento en el Distrito.
Traería como beneficios promover más cupos para el acceso a la educación
superior, Crear un subsistema de educación superior que se enfoque en el
avance, innovación, la ciencia y la tecnología, puesta en marcha de esquema
para aseguramientos de instituciones de formación para el trabajo y el
desarrollo humano.

Es necesario implementar en Colombia políticas para el acceso y permanencia


en la educación superior. El vínculo temprano entre la educación media y la
educación superior es prioritario para incentivar el paso automático de los
jóvenes hacia su formación profesional y su desempeño laboral en la sociedad.
Según el Observatorio Laboral de la Educación del MEN, está demostrado que
quienes acceden a la Educación Superior tienen mayores oportunidades e
ingresos, mejorando su calidad de vida.

En los últimos años Colombia ha tenido un avance significativo para que los
jóvenes puedan acceder a la educación superior con estrategias orientadas a
mejorar la oferta educativa en las regiones y promover la permanencia en el
sistema educativo. Se trazaron metas para alcanzar la mayor cobertura con
diferentes objetivos como: promover la excelencia en la educación superior, el
cierre de brechas regionales en acceso y calidad, fortalecimiento de la
sostenibilidad financiera del sistema, fomento de la calidad y valoración la
educación técnica y tecnológica, y mejoramiento de la eficiencia del sistema de
aseguramiento de la calidad.
Los beneficios que trae acceder a una educación superior es prender sobre
una variedad de materias, frecuentemente expandiendo lo que aprendieron en
la preparatoria, ampliar sus horizontes y potenciales, obteniendo más
oportunidades de empleo, tener mayores ganancias para tener una vida más
estable, trabajar en un ámbito deseado, tener habilidades cognitivas y de
comunicación, experiencias sociales.
Garantizar el derecho a la educación sigue siendo un reto enorme para el país,
y una muestra de ello es que la mayor apuesta del actual gobierno se
concentra en este campo.
En las últimas décadas, Colombia hizo extraordinarios avances para facilitar el
acceso a la educación superior. Actualmente hay cerca de dos millones de
colombianos matriculados en el sistema y, a diferencia de lo que sucedía en el
pasado, no todos tienen un nivel socioeconómico alto. establecer que se debe
garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las
condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.
Es necesario reformar el sistema de aseguramiento de la calidad, evaluando a
las instituciones no sólo en base a los criterios tradicionales sino también según
el desempeño laboral de sus egresados. Esta medida no estaría exenta de
controversia. Para muchos, contemplar la formación para el trabajo como uno
de los objetivos al que deben apuntar las instituciones educativas constituye
una comercialización de la educación y el conocimiento. Sin embargo, este
argumento desconoce que, si bien los colombianos merecen un sistema
educativo que fomente el pensamiento crítico, la reflexión y la creatividad,
también son merecedores de un sistema que no frustre sus aspiraciones
económicas. Hoy las universidades tienen el compromiso de dinamizar el
desarrollo de sus regiones con profesionales preparados. En el caso de la
Región Caribe, los acuerdos comerciales y portuarios, son solo algunos de los
retos que enfrentan las nuevas generaciones.

Ya, por último, la educación superior se ha convertido a nivel nacional e


internacional en un tema de discusión. El gobierno debería intervenir estas
instituciones y frenar de una vez por todas este circo de corporaciones y
fundaciones que, afanados por obtener muchos más ingresos, expanden sus
sedes a lo largo y ancho del país dando una falsa impresión de popularidad-
calidad en vez de centrar sus esfuerzos económicos en fortalecer una única
sede que sea competitiva, que genere resultados en investigación útiles para
nuestro país. Luchar contra la deserción, porque un joven que abandona sus
estudios de educación superior es una pérdida muy grande para el país, para
su familia y para él mismo como persona. Soñamos con una ciudad que crea
en los jóvenes, en su educación formal y su desarrollo a lo largo de la vida. Una
ciudad que apueste por la innovación, la generación de conocimiento como
resultado del fomento a la investigación y de procesos de apropiación social de
ciencia, tecnología y cultura.

También podría gustarte