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Beneficios y Dificultades de La Educación Superior en Colombia Yendo Desde Lo Micro A Lo Macro
Beneficios y Dificultades de La Educación Superior en Colombia Yendo Desde Lo Micro A Lo Macro
Nuestra ciudad, Santa Marta enfrenta retos importantes dentro de los que
destaca la ampliación de los niveles de cobertura y el mejoramiento de la
calidad de las instituciones que ofrecen servicios educativos. Durante las dos
últimas décadas el número de estudiantes matriculados ha crecido de manera
importante, especialmente en la formación técnica y tecnológica. Lo que uno ve
es un sector en marcha, tanto en el Magdalena, como en el Distrito de Santa
Marta, los cuales a pesar de presentar restricciones presupuéstales, se ve un
gran esfuerzo de las administraciones locales tanto en la ampliación de
cobertura como en la búsqueda de la calidad.
En Santa Marta como en toda Colombia, un joven con visión de estudiante
echado para adelante tiene 4 opciones: Estudiar en una universidad pública,
Estudiar en un instituto, corporación o fundación de educación superior,
Estudiar en el Sena o Buscar trabajo en lo que salga.
En la costa Caribe, las universidades públicas se han caracterizado por ser
instituciones de alta calidad con la investigación como motor de calidad y
desarrollo. Sin embargo, estas universidades cuentan con un número limitado
de cupos lo cual hace que sólo los más aptos en cualidades intelectuales sean
seleccionados para estudiar allí.
Pero ¿Cuántos jóvenes calificados con grandes capacidades quedan por fuera
de esta opción tan deseada y limitada por el estado? ¿Sera que el gobierno
cree que es más importante invertir en una guerra que en la educación de sus
ciudadanos?
Entre tanto, paralela a la problemática surgen las universidades de garaje (que
hacen hasta lo imposible por obtener una licencia de funcionamiento y exhibirla
en un lugar estratégico de su fachada) esta se muestra como única opción
viable para estos jóvenes. Todo esto se debe al bajo control del estado en
cuanto a los requisitos mínimos de calidad para estas instituciones hace el
trabajo más fácil para las mismas los cuales son un parasito para la sociedad
colombiana. Si el estado quiere una juventud sana, debe garantizarle la mejor
calidad posible, los mejores maestros, laboratorios y bibliotecas, no facilitar el
surgimiento de esas instituciones que la calidad es muy precaria con el falso
deseo de educación para todos y a bajo costo.
En los últimos años Colombia ha tenido un avance significativo para que los
jóvenes puedan acceder a la educación superior con estrategias orientadas a
mejorar la oferta educativa en las regiones y promover la permanencia en el
sistema educativo. Se trazaron metas para alcanzar la mayor cobertura con
diferentes objetivos como: promover la excelencia en la educación superior, el
cierre de brechas regionales en acceso y calidad, fortalecimiento de la
sostenibilidad financiera del sistema, fomento de la calidad y valoración la
educación técnica y tecnológica, y mejoramiento de la eficiencia del sistema de
aseguramiento de la calidad.
Los beneficios que trae acceder a una educación superior es prender sobre
una variedad de materias, frecuentemente expandiendo lo que aprendieron en
la preparatoria, ampliar sus horizontes y potenciales, obteniendo más
oportunidades de empleo, tener mayores ganancias para tener una vida más
estable, trabajar en un ámbito deseado, tener habilidades cognitivas y de
comunicación, experiencias sociales.
Garantizar el derecho a la educación sigue siendo un reto enorme para el país,
y una muestra de ello es que la mayor apuesta del actual gobierno se
concentra en este campo.
En las últimas décadas, Colombia hizo extraordinarios avances para facilitar el
acceso a la educación superior. Actualmente hay cerca de dos millones de
colombianos matriculados en el sistema y, a diferencia de lo que sucedía en el
pasado, no todos tienen un nivel socioeconómico alto. establecer que se debe
garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las
condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.
Es necesario reformar el sistema de aseguramiento de la calidad, evaluando a
las instituciones no sólo en base a los criterios tradicionales sino también según
el desempeño laboral de sus egresados. Esta medida no estaría exenta de
controversia. Para muchos, contemplar la formación para el trabajo como uno
de los objetivos al que deben apuntar las instituciones educativas constituye
una comercialización de la educación y el conocimiento. Sin embargo, este
argumento desconoce que, si bien los colombianos merecen un sistema
educativo que fomente el pensamiento crítico, la reflexión y la creatividad,
también son merecedores de un sistema que no frustre sus aspiraciones
económicas. Hoy las universidades tienen el compromiso de dinamizar el
desarrollo de sus regiones con profesionales preparados. En el caso de la
Región Caribe, los acuerdos comerciales y portuarios, son solo algunos de los
retos que enfrentan las nuevas generaciones.