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Concepto.
La terapia VAC. Es un sistema de cicatrización no invasivo y activo que utiliza
una presión negativa localizada y controlada para estimular la curación de
heridas agudas y crónicas. Se emplea en úlceras de etiología y características
variadas, consiguiendo la formación de tejido de granulación a los 4-5 días del
inicio del tratamiento.
La técnica consiste en colocar sobre la úlcera un apósito de esponja de
poliuretano o alcohol polivinílico que actúa como interfaz entre la superficie de
la herida y la fuente de vacío, en la que se coloca un tubo de drenaje
fenestrado no colapsable conectado a una bomba regulable de vacío, que crea
una presión negativa que puede variar entre 50 y 125 mmHg. La presión
negativa se puede aplicar de forma intermitente durante 5 min y se descansa 2
min, o aplicarse de forma continua.
La Terapia VAC está indicada en pacientes con heridas agudas, crónicas,
traumáticas, vasculares, quemaduras de espesor parcial, diabéticas, por
radiodermitis, por presión, o como alternativa a la cirugía (dehiscencias de
suturas, úlceras de muñones, colgajos fallidos, incluso cuando hay exposición
de hueso o tendón).
Objetivo.
1. Favorecer la cicatrización y disminuir el volumen de la herida o preparar
el lecho de la lesión para la posterior reparación quirúrgica (Cierre
primario o injertos).
2. Disminuir el riesgo de infección relacionado con la manipulación de las
heridas
3. Detectar la aparición de complicaciones.
Material
Batas estériles
Gasas
Guantes estériles
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Apósitos de poliuretano adhesivo transparente
Apósitos de silicona no adherente
Solución salina para lavado
Solución y jabón yodados
Hoja de bisturí
Bolsa roja para residuos
Esponja de poliuretano (negra) y esponja de polivinilo, (blanca o suave)
Cánister (colector de 350 ml, 500 ml o 1000 ml específico de la bomba,
que recoge el exudado producido por la herida)
Bomba de vacío.
Ventajas
Contraindicaciones
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En fístulas no enterocutáneas o inexploradas.
En heridas con tejido neoplásico.
En pacientes que presenten sensibilidad a la plata
Procedimiento
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de la herida queda alguna zona sin rellenar, introduzca trozos de
esponja más pequeños, que al sellar la herida actuarán como si fuera
una sola esponja
15. Observar con especial atención la posición del tubo, evitando colocarlo
sobre prominencias óseas o sobre pliegues de tejido.
16. Conectar el tubo de drenaje al contenedor que va acoplado a la bomba
́ , dotado de un sistema antiespumante y antiolores.
de vacio
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17. Encender la bomba de succión, que se programa inicialmente en terapia
continua a 125 mmHg, terapia de presión que se modifica de acuerdo a
las características de la herida.
18. Verificar que la esponja se colapse y que no se activen las alarmas, lo
que indicará la correcta hermeticidad del sistema.
19. Realizar cambio de esponja cada 48 a 72 horas y del sistema de
drenaje, cuando sea necesario
20. Registrar en la historia clínica las características de la herida y la terapia
programada.
Cuidados de Enfermería
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Se puede utilizar como terapia continua o intermitente, de acuerdo con
el criterio médico y la sugerencia de la enfermera
El rango de las presiones se aumenta o disminuye de 25 en 25 mm Hg,
iniciando en 50 mm Hg hasta 200 mm Hg y la intensidad, comenzando
de 10 en 10 y aumentando de 5 en 5 hasta 50, en las primeras 48
horas, lo ideal es que la terapia sea continua y con una presión de 125
mm Hg, después de estas 48 horas use la terapia intermitente con la
misma presión.
Informar y educar al paciente de los movimientos que pueda realizar.
Informar al paciente de los beneficios que se obtendrán en la evolución
de la herida.
Identificar las actividades que la persona puede hacer de forma
autónoma, y aquellas en las que necesita ayuda.
Explicar el procedimiento del cuidado de la herida, antes y durante la
realización del mismo, solicitando su colaboración.
Preparar psicológicamente al paciente para reducir el miedo, la
angustia, la ansiedad, etc.
Recomendarle que informe cualquier anomalía que detecte (dolor, mal
funcionamiento del sistema, etc.)
Valoración de la escala de dolor (EVA)
Registrar eventos en la hoja de Enfermería
Constante de signos vitales
Vigilar si existe presencia de fiebre
Bibliografía
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ESCALA DE GLASGOW
La escala de Glasgow, una de las más utilizadas, fue elaborada por Teasdale
en 1974 para proporcionar un método simple y fiable de registro y
monitorización del nivel de conciencia en pacientes con traumatismo
craneoencefálico. Originalmente, se desarrolló como una serie de
descripciones de la capacidad de apertura ocular y de repuesta motora y verbal
2. En 1977, Jennett y Teadsle asignaron un valor numérico a cada aspecto de
estos tres componentes y sugirieron sumarlos para obtener una única medida
global 3.
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función del troncoencéfalo y profundidad del coma, como son los reflejos
pupilares y movimientos oculares.
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También existen una serie de escalas evolutivas del coma o del traumatismo
craneoencefálico. La más utilizada por su sencillez es la escala de
repercusiones de Glasgow. Divide el estado del paciente en cuatro estados y el
fallecimiento. Cada grado está marcado por un grado de integración social y
laboral distinto.
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ESCALA DE RAMSAY
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BIBLIOGRAFIA
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