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Connolly, Priscilla (1982) “Un Hogar para cada Trabajador”, Revista

A, Vol. III, Nos. 6-7, Universidad Autónoma Metropolitana, División


de Ciencias Sociales y Humanidades de Azcapotzalco, pp. 149-192.
ISSN-0185-3546

Digitalización con correcciones tipográficas.

Las ilustraciones originales se han sustituido con imágenes más relaciona-


das con el contenido del texto.

148
"Un hogar para cada trabajador"
notas sobre la conformación del
espacio habitacional en
Azcapotzalco1
Priscilla Connolly

¿Qué clase de ciudad y de ciudadano se va construyendo a raíz


de la sobreposición repentina de una producción industrial "de
punta" en un espacio organizado en torno a la hacienda, el co-
mercio y la pequeña parcela?

En torno a esta interrogante, las líneas siguientes se dirigen a


ciertos aspectos de carácter histórico que determinan la existencia
del proletariado urbano, fuera de la relación fundamental de la
explotación capitalista en su lugar de trabajo. Los aspectos trata-
dos se refieren fundamentalmente a los fenómenos subyacentes a
la configuración física-social del lugar donde vive dicho proletaria-
do, en este caso, el que constituye la población mayoritaria de la
Delegación Azcapotzalco. Debe aclararse, en este sentido, que el
objeto central del análisis no es, ni puede ser, la historia urbana
de esta delegación en sí, ni como una determinada extensión te-
rritorial, ni en su calidad de unidad política administrativa. Res-
pecto a lo primero, es evidente que unos cuantos kilómetros cua-
drados arrancados de una gran ciudad difícilmente constituyen un
objeto de estudio sociológico, sobre todo cuando los criterios para
su delimitación se remontan a la historia remota y, además, se
alteran en el tiempo. Por otra parte, una unidad administrativa só-
lo puede estudiarse como tal en la medida en que el análisis se
centre en procesos de origen poiítico que le son específicos a esta

1
Los argumentos presentados en este ensayo se inspiran y, en parte, se fun-
damentan, en una serie de trabajos elaborados por alumnos de la carrera de
Sociologia de la UAM-Azcapotzalco, en cumplimiento con el requisito del trabajo
terminal y/o como proyecto de Servicio Social.
A este acervo de tesinas y monografías, se agrega, por otra parte, un análisis
propio basado en materiales censales, cartográficas y aerofotogramétricas, así
como otras fuentes documentales.

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unidad. Si bien, procesos de este espacios construídos permiten
tipo los debe haber para cada de- apreciar todavía la intensa sobre-
legación, municipio, etc., el estado posición de relaciones productivas
actual de la investigación no per- y estructuras sociales: las calles de
mite identificar políticas que sur- los antiguos pueblos que inmovili-
gen propiamente de esta instan- zan el camión de 20 toneladas
cia. 2 En otras palabras, los fenó- mientras 20 vacas son arriadas a
menos analizados no son necesa- su establo por un minúsculo jinete
riamente peculiares a Azcapotzal- descalzo; o mientras se maniobra
co, sino que más bien ejemplifican un autobús “delfín” humeante que
procesos que caracterizan la urba- no pudo dar vuelta, o que nunca
nización metropolitana en general. va a pasar porque el contenedor
del "trailmobile" estacionado sobre
Lo anterior no le quita a Azca- la banqueta no le da cabida. Algu-
potzalco la cualidad de laboratorio nas de estas calles han quedado
bien surtido para la investigación totalmente troncadas por la barda
sociológica, sobre todo cuando és- de algún predio industrial; otras se
ta se dirige al tipo de interrogantes convierten en pasillos angostos
planteado arriba. Porque esta de- que dan acceso a una “ciudad per-
legación no sólo aloja a una de las dida”. Por el contrario, existen ca-
más grandes concentraciones de llejones que se convierten en ejes
población obrera en el Area Metro- viales o que se abren en avenidas
politana, sino también sus variados monumentales flanqueadas por fa-
chadas "coloniales" recién estrena-
das, que no alcanzan a tapar de la
2
Esta limitación podría ser motivo de crí- vista las vecindades amontonadas
tica en el sentido de que el poder poiítico en su interior. (Las auténticas
ejercido al nivel delegacional juega un pa-
pel importante en el territorio correspon-
construcciones coloniales se en-
diente y, por lo tanto, debería analizarse cuentran tapizadas de propaganda
como tal. No obstante, debido a la extre- poiítica y sirven de bodegas de fer-
ma concentración de las facultades en las tilizantes o de plantas químicas).
oficinas centrales de D.D.F., hasta fechas
recientes por lo menos, no sería exagera-
do afirmar que las delegaciones han
Si las vías públicas cumplen di-
desempeñado un rol secundario y subor- fícilmente con las necesidades del
dinado dentro de la práctica estatal urba- transporte productivo durante la
na, especialmente por lo que se refiere a semana, los domingos son reivin-
la intervención económica. Esta situación dicados por el comercio. Todas las
ha cambiado lígeramente a partir de la
nueva Ley Orgánica del D.D.F. de 1970, y
tiendas se abren. Al lado de Cona-
el aumento en los presupuestos autoriza- supo o de Zapatos Canadá se ins-
dos a las delegaciones en años recientes, talan los vendedores de alfalfa, al-
lo que permite identificar una polltica de- piste y hierbas medicinales. Los
legacional propiamente. Esta cuestión es compradores, familias enteras con
tema, justamente, para el caso de Azca-
potzalco, de dos trabajos terminales en
bolsas de mandado repletas, hacen
proceso de realización por parte de alum- cola para los camiones que las lle-
nos de la carrera de Sociología. varán a El Rosario, a la Reynosa

150
Tamaulipas, a Las Trancas o a Til- económica que se impone al fenó-
huaca. meno social, tarea que puede rea-
lizarse mediante la identificación
Desde estas colonias, cuando la de los nexos e intercambios entre
noche apaga las imágenes visua- los diversos sistemas de produc-
les, se deja escuchar el inexorable ción, 3 el puro análisis económico
chacachaca de las máquinas, inte- no basta por sí solo para explicar
rrumpido repentinamente por los el origen o surgimiento del abiga-
sonidos de un burro o por los rrado "collage" de relaciones socia-
cohetes que celebran la fiesta pa- les que caracterizan la existencia
tronal de uno de los numerosos de la población de Azcapotzalco.
pueblos cercanos. Asaltan el olfato
las toneladas de amoniaco, pro- Para suplir los enfoques eco-
pano y estanol arrojadas al aire nomicistas, se ofrecen dos tipos de
junto con los restos de pollo que- consideraciones que han orientado
mados, el olor a pan horneado, a nuestro estudio de la historia ur-
estiércol y al sistema de drenaje bana. La primera de ellas es el in-
que no sirve. tento de rescatar para el estudio
empírico la noción de la autonomía
Entre las herramientas teóricas relativa de la instancia poiítica.
que se ofrecen para despejar esta Consiste esencialmente en el reco-
maraña de estímulos empíricos fi- nocimiento del papel determinante
guran aquellas que giran en torno de fuerzas politicas exógenas o
a conceptos, tales como, "la articu- ajenas a las relaciones económicas
lación de modos de producción en en las cuales inciden. Esta auto-
la reproducción ampliada del capi- nomía puede surgir por el distan-
tal"(Luxemburgo), o del "desarrollo ciamiento histórico (sobrevivencia
desigual de las fuerzas producti- de prácticas políticas de épocas
vas"(Emmanuel). Estos esquemas, anteriores), o por la separación en
sin lugar a dudas, permitirían de- el espacio o esfera de actividad (la
mostrar cómo la organización so- presencia de fuerzas políticas deri-
cial en Azcapotzalco resulta neta- vadas de intereses económicos en
mente favorable, si no le es indis- otro lado).
pensable, a la acumulación capita-
lista a escala mundial. Pero esto no El análisis presentado aquí in-
es el objeto de este trabajo, como tenta ilustrar algo de esto con re-
tampoco lo es, por el momento, ferencia a diversas "fuerzas políti-
entrar en una discusión de si se cas exógenas" que, a nuestro jui-
trata de modos de producción resi-
duales en vías de disolución, o si 3
Un buen ejemplo de este tipo de análisis
son formas de organización pro- se presenta en el estudio publicado sobre
ductiva nuevas o reestructuradas, los pequeños establecimientos comercia-
les y productivos en la Colonia Ajusco
con potencial de desarrollo propio. (Alonso, 19801 y en varios trabajos sobre
De hecho, aunque se reconoce la la "autoconstrucción" (Pradilla 1977; Con-
necesidad de buscar la racionalidad nolly 1980 y 1982).

151
cio, han jugado un papel determi-
nante en la conformación del espa- Por otra parte, el espacio, mo-
cio social de Azcapotzalco. Entre dificado por el hombre, es también
ellas se destaca, primero, la pre- un objeto de la producción en sí. Y
sencia de la Reforma Agraria, tanto esta producción obedece a una ló-
como sector político como régimen gica singular; su organización no
jurídico; en segundo término, está es necesariamente coherente con
la actuación de PEMEX, o más bien las relaciones de producción domi-
del sindicato de esta empresa; y, nantes. Así, la conformación del
por último, las diferentes etapas de medioambiente genera intereses
la política habitacional del Estado, específicos y contradictorios que, a
entendida ésta como tal, y no sólo la vez, pueden incidir sobre las
como intervención económica. otras relaciones de producción. Por
tratarse de objetos arraigados en
El segundo aspecto que se la tierra, intervienen aquí de ma-
quiere resaltar es el referente pre- nera decisiva los mecanismos a
cisamente a la noción de "espacio través de los cuales se generan y
social". Agregar el calificativo "so- se apropian las rentas del suelo.
cial" a un término que designa la Esto último permite identificar la
calidad física y cuantitativa del categoría "propiedad de la tierra",
suelo lo eleva a una categoría ana- una relación jurídica-política, como
lítica que necesariamente debe es- determinante económico importan-
tar presente en la explicación de te de las relaciones sociales urba-
los hechos sociales. Es decir, se nas, aunque también hay que re-
reconoce la capacidad del medio, conocer que la misma categoría no
en este caso el espacio construido, siempre se rige por la lógica eco-
para influir en la determinación de nómica: la propiedad o posesión
las relaciones sociales. Si bien, al del suelo encierra una serie de va-
nivel del análisis puntual y a- lores y comportamientos que mu-
histórico, la conformación del es- chas veces resultan inexplicables
pacio puede interpretarse como desde el punto de vista de la ma-
efecto o producto de las relaciones ximizaciión de la ganancia (Massey
económicas que caracterizan una 1978).
formación social (el espacio como
reflejo de las relaciones sociales), Estas reflexiones en torno al es-
al introducir la dimensión tempo- pacio social evidentemente no son
ral, el espacio adquiere cierta au- independientes de las considera-
tonomía. Al igual que las estructu- ciones anteriores sobre las instan-
ras políticas, el medio perdura a cias políticas, ni del concepto de
través del tiempo: las construccio- articulación de modos de produc-
nes y las vías de comunicación tie- ción4. En las páginas siguientes, se
nen una larga vida y, con ellas,
también perdura la ubicación de 4
Para una ampliación de la relación entre
las cosas y la relativa proximidad o estos conceptos, véase Lipietz (1979);
distancia entre ellas. especialmente, pp. 26-27 y 31.

152
espera poner en evidencia por lo Por otra parte, como punto de
menos algunas de las relaciones a referencia básica para el análisis
través de las cuales se sintetizan posterior, es preciso establecer
estos tres elementos: espacio, una periodización respecto a la
poiítica y modo de producción. evolución y crecimiento histórico
de esta fuerza de trabajo, es decir,
¿Quién vive en Azcapotzalco? el aspecto demográfico de la urba-
El carácter proletarizante de su nización.
urbanización.
Respecto al primer punto, el
Dado el objeto central de este en- Cuadro 1, permite apreciar que,
sayo ─las determinaciones históri- efectivamente, Azcapotzalco aloja
cas de las condiciones de vida que a una cantidad desproporcional de
Azcapotzalco ofrece a la clase trabajadores productivos (en el
obrera─ conviene, antes que nada, sentido común del término). Den-
establecer ciertas características tro de una ciudad donde la pobla-
de la población residente, en su ción económicamente activa
calidad de fuerza de trabajo. A pe- (P.E.A.) "industrial" tiene, en todo
sar de que otros trabajos reunidos caso, un peso considerable (39%),
en este volúmen abordan este te- Azcapotzalco se distingue por tener
ma con mayor profundidad, se casi el 50% de su población activa
considera necesario insistir sobre en actividades secundarias, a ex-
el carácter primordialmente prole- pensas, principalmente, del sector
tario de dicha población ya que, al de " servicios " y "gobierno", los
parecer, todavía persiste la idea, que constituyen en el 29% de la
inspirada en las teorías de la P.E.A. de Azcapotzalco, comparado
"marginalidad", en el sentido de con el 39%, en el Distrito Federal
que los residentes de los "barrios (D.F.) en total. La otra gran fuente
pobres" de Azcapotzalco estén de de trabajo, el comercio, ocupa una
algun a manera desligados de los proporción de la P.E.A. en Azca-
procesos productivos dominantes, potzalco (13%) similar a la del
mientras que el proletariado ur- D.F. Por lo anterior (y también por
bano viva en "otro lado".5 otras razones), se puede descartar
la asociación que se hace entre la
5
Véase, por ejemplo., el análisis plantea- "terciarización" de la economía ur-
do por el Seccional Vallejo-Azcapotzalco bana (Castells 1973, Treja 1973,
del P.S.U.M. (Partido Socialista Unificado 160-163, etc.) y la "pobreza" ur-
de México): "Las condiciones de vida de
los habitantes contrastan fuertemente con
la magnitud de la riqueza que se crea en mayoría de los obreros industriales tienen
la zona Vallejo-Azcapotzalco. Por ejemplo, mayores salarios, pero estos no viven en
en relación con los problemas habitacio- la zona." (Revista Dí, No. 71, mayo 11,
nales, hay un promedio de 6 personas por 1982, p. 43). Claro que los ingresos de
vivienda, un 20% de ellas carece de dre- los obreros industriales son mayores que
naje ... etc ... y un 66% de los hogares los que la gente declara en el censo, pero
percibían menos de $2.500.00 mens uales ¿dónde se puede vivir con el salario in-
(en 1973) ... Debería aclararse que la dustrial medio?

153
bana del tipo que se manifiesta en de Trabajo, etc.) corresponde a ac-
Azcapotzalco6. Por el contrario, tal tividades manufactureras.
como se explicará en mayor detalle Segundo, el grado de concen-
en páginas posteriores, en el inte- tración de la P.E.A. industrial resi-
rior de la Delegación Azcapotzalco, dente en Azcapotzalco (10 % en
al igual que en casi toda la zona relación con la total del D.F.) es
metropolitana con la excepción de considerablemente menor que el
la zona central y la periferia rural, correspondiente a la fuerza de tra-
los sectores censales con mayores bajo en las industrias localizadas
porcentajes de P.E.A. industrial in- aquí. Si bien los números absolu-
variablemente son las áreas más tos no son comparables 7 , las
"pobres" en cuanto a carencias ha- 84,560 y 91,452 personas ocupa-
bitacionales, falta de servicios, etc. das en los establecimientos regis-
Estas observaciones sobre la trados en Azcapotzalco en los cen-
P.E.A. evidentemente no acaban sos económicos de 1970 y 1975,
con la discusión sobre el carácter respectivament, representan apro-
de clase de esta población, ni tam- ximadamente el 19% del total en
poco permiten afirmar que la mis- el D.F.
ma necesariamente constituye una Tercero, de ninguna manera
parte significativa de la fuerza de toda la industria en Azcapotzalco
trabajo en las industrias "de pun- es del gran capital, sino que tam-
ta" ubicadas en Azcapotzalco. So- bién proliferan los pequeños y me-
bre esto no hay datos contunden- dianos establecimientos.
tes, aunque las consideraciones si- Cuarto, en Azcapotzalco y en
guientes arrojan ciertos indicado- otros lados, muchos trabajadores
res al respecto. en la gran industria y en el sector
Primero, es necesario recono- paraestatal laboran bajo condicio-
cer que gran parte de la P.E.A. in- nes precarias, ya sea porque son
dustrial no pertenece al "sector "eventuales" o porque operan me-
competitivo", es decir, la pequeña canismos como el de la maquila,
industria, el quasi artesanado y el que permiten una sobre explota-
trabajo "independiente". Encuestas ción de esta fuerza de trabajo
recientes (S.P.P. 1979; CENVI (Coeto s/f, Huarte y Rodríguez
1981) demuestran que aproxima- 1981).
damente el 35% del llamado “sec- Quinto, estudios y monografías
tor informal” del empleo (trabaja-
dores eventuales, independientes, 7
Los censos de población y los económi-
no amparados por la Ley Federal cos resultan totalmente incompatibles en
lo que se refiere a fuerza de trabajo, tanto
al nivel nacional como para entidad admi-
6
En otra ocasión hemos planteado una nistrativa. Por lo general el "total de per-
crítica más elaborada a los esquemas, sonal ocupado" registrado en los censos
ampliamente difundidas, que atribuyen la económicos es considerablemente menor
pobreza urbana (o marginalidad) al que P.E.A., lo que refleja, justamente las
subempleo, sector informal, terciarización vastas áreas de actividad económica no
(etc.) (Connolly, 1981). captada por la estadística nacional.

154
recientes permiten apreciar que, gar en estrecha vinculación con la
en los barrios populares precarios intensa implantación industrial en
en Azcapotzalco y en otras zonas esta delegación, así como Naucal-
de la ciudad, una parte sustancial pan, Tlalnepantla y otras zonas
de la población obrera trabaja en cercanas.
la gran industria (Maldonado 1982, En relación con la evolución
Moctezuma y Navarrete 1980, No- hstórica de este proceso de urba-
riega y Rodríguez 1980, entre nización-proletarización, los cua-
otros). dros demográficos indican que la
Con la salvedad de que en este preponderancia de trabajadores
terreno es evidente la necesidad industriales entre la población de
de investigaciones de campo de Azcapotzalco se remonta, en tér-
mayor alcance, tanto en las fábri- minos relativos, a los años de 1930
cas como en las colonias, las ano- a 1940 y, en números absolutos, a
taciones anteriores permiten inferir la década siguiente, en la cual se
que la población residente de Az- cuadruplica el número de P.E.A. en
capotzalco la constituyen mayori- industrias. Este incremento coinci-
tariamente amplios sectores del de con un acelerado aumento de-
proletariado que incluyen desde los mográfico general en la delega-
obreros de la gran industria, locali- ción, a la vez que también coincide
zada dentro y fuera de la delega- con el primer brote de implanta-
ción, hasta las sobreexplotadas en ción industrial importante (refine-
la maquila y los productores apa- ría y Vallejo-Azcapotzalco). La ten-
rentemente independientes. Empe- dencia de la multiplicación demo-
ro, no hay indicios de una marcada gráfica, en la que juega un papel
segregación habitacional corres- importante pero decreciente la in-
pondiente a estos sectores diferen- migración desde el interior de la
ciados del proletariado, sino que, república, continúa durante las dé-
más bien se trata de una convi- cadas subsecuentes. Mientras tan-
vencia o coincidencia de las distin- to, también el porcentaje de la
tas situaciones laborales, dentro de P.E.A. industrial aumenta de ma-
la colonia, dentro del seno familiar, nera constante, a la vez que Azca-
y en muchos casos, en el mismo potzalco aloja a proporciones cre-
sujeto. 8 De ahí, nos atrevemos a cientes de la P.E.A. industrial total
partir del supuesto de que la urba- del D.F.
nización de Azcapotzalco haya si- Lo anterior permite afirmar
do, en esencia, una urbanización que, en términos demográficos,
proletarizante y que esta toma lu- Azcapotzalco no se urbaniza de
manera significativa sino hasta
después de 1940. Existe la tenta-
8
Respecto a este punto, se presentan
argumentos más substanciados en ción, entonces, de abordar el tema
nuestro trabajo reciente sobre la es- de la misma manera que suele
tructura ocupacional y familiaren co- adoptarse en los tratados sobre la
lonias populares; véase CENVI urbanización mexicana en general,
(1981). a saber: que ''todo" empieza a

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partir del primer auge industrial formación igualmente profunda de
moderno de los años 40. Aparte de la estructura urbana de la Ciudad
las críticas que se le puede hacer a de México. Las nuevas relaciones
este recorte por otros motivos, 9 de producción ─las industrias, las
para los fines de este análisis, que oficinas de exportación e importa-
son precisamente de indagar sobre ción, la administración pública en
los fenómenos sociales no deriva- expansión─ y las clases sociales
dos de las relaciones de producción que dominan estas actividades, re-
fundamentales sino del ámbito es- quieren nuevos espacios. También
pacial-político, es necesario remi- los necesita la naciente clase asa-
tirse a épocas anteriores a la gran lariada urbana, producto de la
implantación industrial. Para cono- desamortización de los bienes co-
cer algunas de las estructuras, so- munales y del clero, así como la
bre todo del orden espacial, que implantación industrial. Estos re-
van a influir fuertemente en la or- querimientos, en combinación con
ganización social actual de Azca- las innovaciones tecnológicas ─el
potzalco, un punto de partida con- ferrocarril, la pavimentación, el
veniente lo ofrecen los últimos tranvía, la energía eléctrica, las
años del Porfiriato. Con ello, no se obras de drenaje y alcantarillado─
quiere sugerir que las determina- dan lugar a una expansión territo-
ciones históricas empiecen en ese rial de la Ciudad de México sin pre-
momento, sino que, para el Porfi- cedente. Esta expansión, a su vez,
riato, ya quedan establecidos los se logra a través de nuevas formas
principales patrones urbanísticos de producción del espacio, impul-
que rigen la conformación territo- sadas por un emergente capital
rial posterior. inmobiliario, también producto de
la Ley de Desamortización, y apo-
yado por una creciente interven-
ción estatal en materia de obras
públicas.10

El espacio social heredado: La A pesar de su relativa cercanía


Azcapotzalco Porfiriana a la Ciudad, sobre todo a esta Ciu-
dad crecida hacia Tacuba y las Co-
Las transformaciones sociales ocu- lonias San Rafael y Peralvillo, Az-
rridas después de la Reforma y, capotzalco se mantiene relativa-
sobre todo, durante la "Paz Porfi- mente al margen de esta eferves-
riana" se plasman en una trans- cencia urbanizadora, salvo en tres

9 10
Concretamente, la Ciudad de México ex- Sobre el desarrollo urbano de la Ciudad
perimenta un crecimiento demográfico y de México en este período, se dispone de
territonal inusitado durante los años de un buen número de estudios excelentes.
1920 a 1940, fenómeno que, aparente- Véanse, entre otros: Morales (1977 y
mente, poco se debe a la implantación de 1978), Vidrio (1978) Suárez Pareyón
relaciones de producción industriales. (1978), Berra (1980).

156
puntos medulares. Estos son, pri- tos tres nuevos fraccionamientos
mero, la construcciónde tres líneas oficialmente se hicieron "para
de ferrocarril, el Nacional, el Cen- obreros" (Berra, 1980), aunque en
tral y el Montealto, que atraviesan realidad, solamente la Colonia Al-
la delegación en el sentido norte- dama cumplió este fin.
sur. El que se hubiera pensado des-
En segundo término, se inau- tinar estas colonias a la habitación
gura, en 1882, el servicio del tran- obrera probablemente se debe a la
vía que comunica Azcapotzalco con relativa cercanía de las industrias
Tlalnepantla y con Tacuba, y así en Tacuba y en Atlampa, así como
con elcentro de la ciudad (Vidrio a la concentración de termínales
1978, 215). La línea de Ferrocarri- de ferrocarriles un poco más al
les Nacionales también permite sureste.
viajar desde el centro de Azcapot- Con la excepción de estos focos
zalco a Buenavista en 20 minutos de desarrollo urbano surgidos en el
(¡!) (Terry 1910). La introducción Porfiríato, el patrón de asenta-
de estos medios de transporte no miento humano de Azcapotzalco se
sólo estimula el crecimiento de la rige por la lógica de una estructura
Villa de Azcapotzalco, sino también rural: la cabecera municipal y cen-
fortalece uno de los ejes a través tro comercial administrativo, con
de los cuales la Ciudad de México sus barrios circundantes, de la cual
va a penetrar la delegación. De dependían los numerosos pueblos
hecho, el proceso de conurbación y rancherías, algunos de ellos de
da sus inicios con el establecimien- origen prehispánico. Porque, como
to de la colonia "El Imparcial", re- escribe De Icaza "todo ese rumbo
gularizado en 1906, que se sitúa al era esencialmente ranchero, y en-
costado oriental de la Avenida Az- tre ranchos y haciendas que cono-
capotzalco, entre Tacuba y la Av. 5 cí, recuerdo 'El Rosario', de don
de Mayo (actualmente parte de la Pepe Portillo, 'Careaga', 'Echega-
Colonia Angel Zimbrón) (Berra, ray', 'El Prieto' y 'El Cristo', que
1980). Por otra parte, también en después perteneció a familiares
1906, se autorizan dos otras colo- míos a quienes despojaron los
nias nuevas en Azcapotzalco, cuya agraristas". (De Icaza 1957, 74).
ubicación obedece más bien a la Efectivamente, la vida económica
presión "hacia fuera" de la expan- de Azcapotzalco quedaba domina-
sión concéntrica de la Ciudad de da por las dos haciendas principa-
México mediante nuevos fraccio- les ubicadas dentro de la Delega-
namientos, también beneficiados ción –Careaga y Ahuehuetes─ así
por los medios de transporte im- como por otras más grandes, El
plantados. Se trata de la Colonia Cristo y El Prieto, ubicadas mayori-
San Alvaro, situada al norte de la tariamente en el Estado de México.
Avenida México-Tacuba, y de la co- No obstante, la relativa alta densi-
lonia Aldama, colindante con el dad de población y de poblados
F.C. Central al norte del Río Consu- deja entrever que su dependencia
lado. Es interesante notar que es- de la producción agrícola, ya sea

157
del peonaje en las haciendas o de xico avanzan en oleadas concéntri-
la explotación de los reducidos te- cas a través del fraccionamiento de
rrenos comunales, no era absolu- las tierras situadas al sureste de la
ta. 11 De alguna manera la econo- delegación. Esta forma de desarro-
mía local debía haber incluido acti- llo, intencional y "planificado",
vidades productivas y comerciales aunque no necesariamente dentro
cuyo mercado era la Ciudad de de un marco legal y reglamentado,
México. Por lo menos, Azcapotzal- se deriva del negocio inmobiliario
co contaba con un centro de atrac- tras de la demanda de vivienda y,
ción para el turismo capitalino: el en una primera etapa, va a consti-
parque de los Ahuehuetes en San tuirse en el hábitat principal del
Juan Tilhuaca. lugar de paseo, proletariado que se arraiga en Az-
"picnics" y carreras de caballo. capotzalco.

A partir de esta visión escueta Tercero, los numerosos pobla-


de la situación porfiriana, se em- dos y rancherías se densifican y se
piezan a perfilar cuatro patrones extienden de manera irregular so-
físicos-espaciales, a través de los bre sus tierras circundantes. La
cuales Azcapotzalco, como buen urbanización derivada de estos nú-
muestrario de libro de texto sobre cleos de población, así como las
el urbanismo, se va a incorporar a formas de propiedad y organiza-
la Gran Ciudad. ción social propias a ellos, van a
jugar un papel importante en el
Primero, la expansión paulati- aprovisionamiento de vivienda pa-
na, desordenada e imprevista de la ra obreros, sobre todo en los mo-
Villa de Azcapotzalco, mediante la mentos posteriores de la urbaniza-
conurbaclón de sus barrios y, so- ción de la delegación.
bre todo, la extensión hacia y a
partir de Tacuba, a lo largo de las Por último, en los intersticios
vías que comunicaban estas dos entre los focos de urbanización an-
"cabeceras municipales". La lógica teriores, quedan espacios abiertos
que rige este tipo de crecimiento destinados a la agricultura. Estos
lineal entre núcleos jerarquizados posteriormente serán aprovecha-
es el acceso, en función del cual se dos para usos urbanos específicos
ubica el comercio, la habitación de que requieran amplias extensiones
alta densidad y/o de alto costo. de tierra —parques industriales,
instalaciones educativas, unidades
En segundo lugar, las zonas habitacionales─ cuya implantación
habítacionales de la Ciudad de Mé- se lograría mayoritaríamente a
través de la intervención estatal.
11
Los pobladores que contaban con cier- Si estos cuatro patrones de ur-
tas extensiones limitadas de terrenos te-
rrenos comunales de cultivó eran Tilhua-
banización territorial, aunados al
ca, Xochinahuac, Sta. Barbara y Sta. Ca- tendido de las líneas férreas, van a
tarina (Carta Ejidal de 1939). dar forma al espacio construido en

158
Azcapotzalco, a partir del Porfiriato linde sur que sufre algunas ligeras
se establece otro parámetro terri- modificaciones en 1970.14
torial que cabe resaltar. Se refiere
a la delimitación de la propia dele-
gación. Esta, en esencia corres- 1910 a 1940. Determinaciones
ponde a la municipalidad del mis- políticas de la urbanización:
mo nombre que, con otras doce Reforma Agraria, Petróleo y
más el municipio de la Ciudad de Política Habitacional.
México, integraban el territorio del
Distrito Federal apartir de marzo Por las meras apariencias, el de-
de 1903. 12 La división política es- senvolvimiento de los patrones fí-
tablecida en esta fecha se mantuvo sicos de la urbanización descritos
hasta la promulgación de la Ley anteriormente no se produce ple-
Orgánica del Distrito y de los Terri- namente en Azcapotzalco sino has-
torios Federales en diciembre de ta después de 1940. Al igual que
1928, en la cual la Ciudad de Méxi- en el plano demográfico, durante
co se convierte en Departamento los años de la Revolución, el Ma-
Central y los municipios restantes ximato y el Cardenismo, la exten-
en trece delegaciones. Esta delimi- sión física de usos urbanos es mí-
tación, le confiere a la Delegación nima en comparación con el desa-
Azcapotzalco sus dimensiones ac- rrollo posterior. Los planos urbanos
tuales,13 con la excepción del des- de 1929 y 1938 conservan esen-
cialmente los mismos contornos
12
La delimitación del D.F. así como sus que se vieron en 1910, con la ex-
divisiones internas, es objeto de múltiples cepción de la mayor consolidación
visicitudes desde la constitución de la de la cabecera y algunos otros po-
"Residencia de los Supremos Poderes de blados, y la completa conurbación
la Federación", como un "territorio circular
trazado dentro de una circunferencia de 2
de San Fco. Xocotitla por la apari-
leguas de radio, teniendo como centro la ción de tres colonias en el cua-
Playa Mayor'' (Ley de 10 de nov. De drante sureste de la delegación.
1824), hasta la determinación citada de Empero, en relación con la extensa
1903. urbanización que toma lugar en el
13
Estas dimensiones no son. sin embargo,
espacio correspondiente a las ac-
las que rigen en el censo de 1930, el cual, tuales delegaciones Miguel Hidal-
apegándose a modificaciones introducidas go, Benito Juárez, Venustiano Ca-
a la Ley Orgánica el 18 de agosto, define rranza y partes de la Gustavo A.
Azcapotzalco con una superficie conside-
rablemente mayor que la actual, ya que
aborda una parte sustancial de la actual dos los censos posteriores y que corres-
Delegación Gustavo A. Madero (zona rela- ponde a la división actual. En la misma
tivamente despoblada en aquel entonces). fecha quedan establecidas las 12 delega-
Al parecer, 6 días después (el 24 de agos- ciones que, junto con la Ciudad de Méxi-
to de 1931) se rectifica el decreto ante- co, constituyen el D.F. hasta 1970.
rior, con lo que se reestablece la línea di-
visoria entre Azcapotzalco y Gustavo A. 14
Cuando la zona correspondiente a la
Madero (Villa Guadalupe) sobre la Calzada refinería 18 de marzo se integra a la re-
Vallejo, demarcación que se utiliza en to- cién creada Delegación Miguel Hidalgo.

159
Madero y Alvaro Obregón, el desa- a) La Constitución de Pequeñas Pro-
rrollo de Azcapotzalco durante este piedades Privadas: Especulación
período resulta insignificante. Inmobiliaria y Colonias Proletarias.

Sin restarle importancia a lo Uno de los principales mecanismos


anterior, es la intención aquí des- de defensa de los hacendados
mostrar que, precisamente en es- frente a la implementactón del re-
tos años, se establecen mecanis- parto agrario fue la subdivisión de
mos, sobre todo del orden político, sus propiedades en fracciones que
que van a jugar un papel decisivo no excedieran las 150 hectáreas
en la configuración socio-espacial inafectables (Cruz 1981, 28). Asi,
posterior. en Azcapotzalco a partir de 1918
hasta principios de los años 30 se
En primer lugar, es necesario produce un intenso proceso de
reconocer el impacto de la Refor- fraccionamiento, no sólo de las ha-
ma Agraria como una fuerza políti- ciendas de mayor extensión (Ca-
ca claramente externa a los proce- reaga-Rosario de 568 ha., Ahue-
sos económicos y sociales propios huetes de 257 y San Antonio de
de la zona de Azcapotzalco. Si 189) sino también de los ranchos
bien, durante el período considera- menores.15 No obstante, este sub-
do, la mayor parte del territorio terfugio no les salvó a todos los
comprendido dentro de esta dele- hacendados y propietarios de los
gación se mantiene verde, dedica- agraristas, ya sea porque no frac-
da a la agricultura, las relaciones cionaron a tiempo, porque las frac-
de propiedad cambian y, con ellas, ciones eran todavía demasiado
su organización social y política. grandes o bien, porque la subdivi-
Efectivamente, entre 1921 y 1936, sión de las propiedades no logró
años en los cuales se propugna y convencer a la Comisión Agraria
se lleva a cabo el Reparto Agrario frente a las presiones por parte de
en esta zona, las grandes hacien- los solicitantes de tierras. Con to-
das quedan fragmentadas en 1760 do, de las 1700 hectáreas corres-
parcelas ejidales y un sinnúmero pondientes a haciendas y ranchos
de pequeñas propiedades. Porque localizados íntegramente dentro de
la Reforma Agraria no sólo da lu- la delegación solamente 400 (el
gar a la constitución de ejidos, con 23%) fueron afectadas para la
todo lo que esto conlleva, sino
también tiene el efecto de fraccio- 15
Además de las tres haciendas mencio-
nar las grandes y medianas pro- nadas, se tiene información raspecto a las
piedades existentes. afectaciones y fraccionamientos de otras
9 propiedades en Azcapotzalco, corres-
pondientes a los ranchos de Guadalupe y
San Andrés, San Pablo Amelco. Renaci-
miento, Acalotenco. Camarones y Azpeitia
Sta Cecilia, San Marcos, San Antonio Tula
y San Isidro, con un total de 766 hectá-
reas.

160
constitución de ejidos. Las 1,305 los mismos sujetos que antes,
has. restantes, es decir el 40% del mismos que, en cierta medida lo-
área total de la delegación, fueron gran una reconcentración mediante
fraccionados con éxito en más de la adquisición de nuevos terrenos.
300 pequeñas propiedades, cuyas Lo que sí cambia este proceso de
superficies varían entre 5 y 99.9 multiplicación de títulos, es la lógi-
has. ca subyacente a la propiedad. Ya
no se trata principalmente del po-
Si bien este proceso produjo der político derivado de la apropia-
cierta dispersión en la propiedad ción paulatina, pero constante, de
de la tierra en la medida en que se la renta agrícola. El hecho de que
vendieron fracciones a nuevos pe- los terrenos son de extensión rela-
queños propietarios, en muchos tivamente reducida facilita su in-
casos se distribuyeron las mismas tercambio comercial. La ganancia
entre familiares de los propietarios económica reside ahora en la dife-
originales. 16 Inclusive, se detecta rencia entre el precio de compra
cierto acaparamiento de terrenos (si lo hubo) y el precio de venta:
provenientes de diversas hacien- siendo este último la renta del sue-
das y ranchos, por parte de las lo anticipada, capitalizada en un
familias propietarias de las grandes solo pago. Y, frente a la inminente
haciendas originales.17 (Cruz 1981, urbanización de la zona, esta renta
29). potencial del suelo ya se calcula
con miras a la "productividad" por
Lo cierto es que el fracciona- hectárea de las actividades urba-
miento de la propiedad no necesa- nas. Ciertamente, antes de 1940,
riamente implica una multiplicación la mayoría de las pequeñas pro-
del número de agentes que contro- piedades en Azcapotzalco se man-
la la misma. Por el contrario, tal tienen bajo una explotación agríco-
como se puede inferir en el caso la, para el cultivo de hortalizas y
del fraccionamiento de las Hacien- alfalfa, o como granjas pecuarias
das en Azcapotzalco, la propiedad (tal es el caso de la fracción mayo-
queda esencialmente en manos de ritaria de El Rosario que se con-
vierte en cooperativa lechera). Sin
16 Un ejemplo típico: las 100 has. afecta- embargo, aunque todavía de ma-
das de la Hacienda San Antonio Cuaua- nera incipiente, se empieza la sus-
tongo quedan integramente en manos de titución de fincas por plantas in-
los propietarios originales que titulan las dustriales o fraccionamientos.
fracciones a nombre de sus esposas.

17
La familia Mora y Velez, hacendados de Respecto a los incipientes usos
San Pablo Enmedio en el Edo. de México, industriales, en adición a la Cía.
adquieren el rancho de Guadalupe y San Fundidora de Hierro y Acero de
Andrés, de 67 has. en Azcapotzalco; fami- México, localizada en el Rosario
liares de los propietarios originales del
Rancho San Pablo Amealco (Cervantes
desde 1904, entre los años 20 y 50
Spada) compran 85 hectáreas de las frac- se crea el Fraccionamiento Indus-
ciones de Careaga-Rosario. trial de Naucalpan y se instalan va-

161
rias plantas hacia el sureste de sexenio de Cárdenas permiten
Naucalpan y varias plantas hacia el plantear algunas consideraciones
sureste de Azcapotzalco, entre respecto a esta modalidad novedo-
otras, la refinería de la Compañía sa del habitante proletario (Perló
El Aguila. La presencia de esta úl- 1979).
tima evidentemente va a incidir
fuertemente en la decisión de PE- Es posible que se trate de un
MEX de construir su refinería en antecedente importante de lo que
Azcapotzalco, sobre todo porque, va a constituir, sin lugar a dudas,
ya en vísperas de la expropiación la principal "política habitacional"
petrolera, El Aguila tendió el pri- del Estado Mexicano, si bien dicha
mer oleoducto que traía el crudo política nunca se declaró explícita-
desde Papantla hasta la Ciudad de mente como tal. En esencia, esto
México. ha consistido en permitir el acceso
a lotes urbanos a la demanda habi-
En el plano habitacional, duran- tacional que no constituye un mer-
te el período que ahora considera- cado solvente para la producción
mos se presentan dos anteceden- capitalista de viviendas, es decir, a
tes interesantes en relación con el la mayoría de la población asala-
tipo de colonias que se van a pro- riada. Los mecanismos de este
ducir sobre terrenos particulares "acceso" son sumamente variados,
en los años posteriores. Se refiere y que van desde la invasión tolera-
a las colonias "Pro Hogar" y "Hierro da de predios, que luego son regu-
y Acero", ambas promovidas por larizados, los fraccionamientos rea-
asociaciones de usuarios que se lizados dentro de distintos matices
formaron expresamente con el fin de ¡legalidad, o bien la venta ilegal
de establecer una zona habitacio- de terrenos comerciales y ejidales.
nal para sus socios. En el primer El denominador común es la au-
caso, la sociedad de la colonia ad- sencia inicial de infraestructura y
quirió una fracción de 41 has. de la servicios, y el hecho de que al
hacienda San Antonio Tula en 1932 usuario le corresponde la tarea de
y, en el segundo, la Cooperativa financiar, gestionar y, en muchos
Mixta Trabajadores del Hierro casos, autoconstruir la vivienda.
S.C.L. compró 15 has. del rancho Se ha planteado que esta modali-
Sta. Cecilia en 1933. Las dos colo- dad habitacional empieza a surgir
nias son colindantes y se ubican al con el Cardenismo, sobre todo con
sur de la actual zona industrial Az- invasiones y fraccionamientos
capotzalco-Vallejo. clandestinos tolerados y que es,
sobre todo, a partir de 1938,
No se han estudiado los proce- cuando al Estado toma como ban-
dimientos que caracterizan la for- dera suya la noción del terreno
mación y consolidación de estas propio para la "gente pobre" (Perló
dos colonias, pero trabajos realiza- 1979, 83). Hay que recordar que
dos sobre fraccionamientos simila- en aquel entonces casi la única al-
res que tuvieron lugar durante el ternativa habitacional para las cla-

162
ses asalariadas urbanas la consti- Respecto a esta última, llama
tuía el arrendamiento y la forma la atención la ubicación de las dos
de lucha tradicional en este terreno colonias proletarias establecidas en
había sido el movimiento inquilina- Azcapotzalco en este periodo: no
rio. Entonces, cuando las organiza- ocupan los terrenos más próximos
ciones obreras populares, recien- a la zona ya urbanizada al sur de
temente integradas al sistema polí- Azcapotzalco, sino que se sitúan
tico mexicano, reinvindican el de- más al norte, lo que deja en medio
recho de acceder a terrenos, se da una franja de pequeñas propieda-
origen a uno de los mecanismos des -otras fracciones de las ha-
más exitosos de control social ciendas originales- que, sin lugar a
ejercido por el Estado: la afiliación dudas, lograron un incremento no-
política a cambio de lotes, y poste- table en su valor comercial a raíz
riormente, para garantizar la segu- del establecimiento de estas colo-
ridad de posesión, introducción de nias. De hecho, este sistema de
servicios, etc.18 dejar espacios abiertos en medio
de desarrollos urbanos, lo que au-
Los dos casos que se presenta- menta considerablemente la ga-
non Azcapotzalco anteceden al au- nancia sobre la venta de terrenos,
ge de invasiones y fraccionamien- es característico de la forma de ur-
tos para colonias proletarias, ca- banización de las propiedades pri-
racterístico del cardenismo. Tam- vadas de Azcapotzalco en general.
poco hay evidencias de que se tra-
ta de procesos ilegales. Más que Por último, respecta a las im-
nada, aparentemente son los mis- plicaciones del proceso de fraccio-
mos usuarios organizados quienes namiento de las propiedades agra-
gestionan el establecimiento de la rias que tuvo lugar en este perío-
colonia. Sin embargo, la idea de la do, es necesario señalar que los
casa propia para el obrero eviden- complicados procedimientos de
temente está presente como posi- subdivisión y re-escrituración no
bilidad y como objetivo social. Esta siempre produjeron buenos resul-
ideología de vivienda posterior- tados para los propietarios. Mu-
mente se coopta y en cierta medi- chos predios quedaron intestados o
da se institucionaliza, aunque no en litigio, lo que posibilitaría, entre
de manera formal, mediante la otras cosas, la proliferación de
"política" de colonias proletarias, "ciudades perdidas", tales como
en la que se combina felizmente el Sta. María Malinalco, Las Trancas,
control político con la ganancia in- Coltongo, etc., mismas que consti-
mobiliaria. tuyen el habitat más precario,
aunque más barato, de todas las
modalidades que Azcapotzalco
ofrece a sus moradores.
18
Sobre esto hay varios trabajos elabora-
dos. Véase, por ejemplo: Moctezuma y
Navarro 1980 y Alonso 1978.

163
En segundo término, la Refor-
b) La constitución de los Ejidos en ma Agraria constituye al ej¡datarlo
Azcapotzalco. en sujeto económico con derecho
de propiedad. Este, por lo tanto,
El otro efecto de mayor trascen- va a actuar como tal, independien-
dencia de la Reforma Agraria en temente de las otras relaciones
Azcapotzalco es, evidentemente, la económicas que caracterizan su
constitución de los ejidos. Entre existencia (del salario, por ejem-
1929 y 1936 se decreta la dotación plo).
a nueve poblados de aproximada-
mente 900 hectáreas, de las cuales Tercero, a los poblados afecta-
400 son afectaciones a las hacien- dos se les imprime el formato de
das y ranchos de Azcapotzalco, ya organización social y representati-
analizados, y las restantes corres- vida política estipulado en el Códi-
ponden a partes de grandes ha- go Agrario. Este formato y la afilia-
ciendas ubicadas mayoritariamente ción sectorial correspondiente re-
en el Estado de México: El Prieto y sultan efectivos ya que, sólo por
Anexas, Echegaray, El Cristo y este medio, el ejidatarío puede
Anexas y San Pablo Enmedio contar con el respaldo político ge-
(véase Cuadro 2). Las hectáreas neral que le garantiza sus derechos
ejidales representan apenas el económicos de la propiedad.
13% de la superficie total de la de-
legación, por lo que la importancia Cuarto, y en estrecha relación
de esta medida no reside prime- con los puntos anteriores, dado
ramente en el destino de estas tie- que el derecho de la propiedad
rras, sino en sus implicaciones del ejidal está fundamentado y respal-
orden político y económico para la dado por una relación política, el
organización social de los pueblos. ejercicio efectivo de este derecho
está sujeto a los vaivenes de la ba-
A este respecto, es conve- lanza de poder entre el sector
niente distinguir cuatro niveles en agrario y otros componentes del
los que se puede analizar el impac- sistema mexicano. Esto implica, en
to de la Reforma Agraria en una algunas ocasiones, la subordina-
situación como la de Azcapotzalco. ción de la propiedad ejidal frente a
otros "derechos" que adquieren
En primer lugar, introduce al mayor fuerza: el poder de expro-
sector agrarista, inicialmente como piación del propio estado para des-
fuerza política relativamente aleja- tinar las tierras a su proyecto de-
da de los asuntos internos de la promoción industrial en los años
delegación, pero que va adquirien- 40, o la regularización actual a fa-
do consistencia económica en la vor de colonos, por ejemplo.
medida en que el proceso de urba-
nización eleve la rentabilidad de la Para evaluar los efectos de la
propiedad del suelo. presencia agrarista en el proceso
de urbanización, cabe reflexionar

164
brevemente sobre la forma como forma de propiedad colectiva ni so-
este sector aparece en este espa- cial, lo que hubiera implicado de
cio a punto de urbanizarse que es alguna manera una transformación
el Azcapotzalco de los años 20 Y de las relaciones de producción. La
30. razón de ser del ejido, entonces,
respondía esencialmente a la nece-
Según las evidencias disponi- sidad política de los regímenes
bles, una cosa está clara: el moti- posrevolucionarios de redistribuir
vo por el cual se realizó el reparto las grandes propiedades agrícolas
agrario en Azcapotzalco y en otras a favor de los campesinos.
delegaciones similares en el Distri-
to Federal, poco o nada tenía que Si es así, surge la interrogante
ver con la producción agrícola y la sobre el por qué del reparto agra-
lucha campesina. Esta afirmación rio precoz en Azcapotzalco y en
se basa en las consideraciones si- otros lugares del D.F. ¿Cómo se
guientes, derivadas de diversos es- articula esta necesidad política en
tudios y monografías sobre los eji- esla región? La respuesta no es fá-
dos en Azcapotzalco. cil. Por un lado, no hay indicios de
una tradición de lucha entre los
En primer término, tal como campesinos de la zona, si bien es
señala Cruz (1981, 21. y slg.) el cierto que, una vez iniciadas las
reparto agrario dentro del Distrito afectaciones, todos los poblados
Federal se lleva a cabo de manera presentaron solicitudes de tierras a
precoz, es decir, la mayor parte de través de los canales burocráticos
los terrenos ejidales se habían do- correspondientes, 19 ejerciendo en
tado antes del auge nacional de la algunas ocasiones presiones del
Reforma Agraria con el cardenis- tipo extralegal tales como "la ame-
mo. Esto implica, entre otras co- naza de iinvadir" para acelerar los
sas, que la concepción dominante trámites (Ahuixotla: Mortero 1981,
respecto a la función social del eji- 12). Por otra parte, se ha maneja-
do todavía no daba cabida al pro-
yecto de producción agrícola ejidal 19 Al parecer, la movilización de un pue-
que orienta la política de Cárdenas. blo para pedir tierras no sólo obedeció a
En efecto, el papel económico atri- los "efectos de demostración' de procedi-
buido al ejido no rebasaba el de un mientos similares de otros poblados, sino
medio de complementar el salario también jugó un papel un cierto revan-
del jornalero (Cruz 1981, 14). chismo entra ios pueblos; "Cuando varios
habitantes de San Juan Tilhuaca intenta-
Asimismo, el concepto de propie- ron penetrar la zona que actualmente
dad ejidal que parece dominar la conforma la Tabla de Mecates, los pobla-
política agraria en los primeros dores de San Martín Xochinahuac, ante la
momentos del reparto era la pose- amenaza da perderla, vieron la necesidad
sión individual, que se distingue de de pedir que se les diera la posesión de
esta tierra. Fue entonces cuando solicita-
la propiedad privada civil solamen- ron, por primera vez la dotación" (Alme-
te por su carácter inalienable. No nara y otros 1978.56)
se trataba, por lo tanto, de una

165
do la hipótesis en el sentido de que los ejidos situados más al norte, el
el reparto agrario "precoz" llevado campesinado tuviera mayor repre-
a cabo en el Distrito Federal cons- sentación entre los beneficiados
tituyera un mecanismo para des- del reparto. En San Martin Xochi-
baratar el poder económico y polí- nahuac, por ejemplo, todavía en
tico de la "aristocracia porfiriana". 1978 la gran mayoría de los ejida-
Dicha hipótesis se sostenía en el tarios cultivaban o parcialmente
hecho de que esta clase se en- cultivaban sus parcelas (Almenara
cuentra ampliamente representada y otros 1978, 70). No obstante, si
entre los principales hacendados se compara la cifra de los 1760
afectados en la zona (Cruz 1981, ejidatarios habilidatos para 1938
27). Aparte de que, como se ha en Azcapotzalco (y sus familias)
visto, la afectación ejidal no nece- con los 2000 que en 1940 se regis-
sariamente acabó con el poder tran como P.E.A. agrícola, y de los
económico de los hacendados sino cuales todos menos 208 son em-
que solamenteles motivó un cam- pleados o jornaleros, se puede
bio de giro, esta hipótesis es in- afirmar que la lógica del ejido en
teresante, ya que implicaría que la Azcapotzalco nunca fue mayorita-
implementación de la Reforma riamente la explotación agrícola
Agraria en Azcapotzalco y en algu- por sus titulares. De hecho, aun en
nas otras delegaciones del Distrito el caso de que los habilitados estu-
Federal se debiera a motivos políti- vieran dispuestos a cultivar sus
cos totalmente ajenos a las condi- parcelas, difícilmente podían vivir
ciones agrícolas locales. de ello, ya que su superficie pro-
medio por ejidetario en Azcapot-
Cierta evidencia para apoyar zalco no rebasa de media hectá-
esa idea es el descubrimiento, un rea.
tanto sorpresivo, de que los solici-
tantes de tierra en por lo menos Las consideraciones anteriores
uno de los ejidos de la delegación, conllevan a la pregunta ¿qué ha-
Santiago Ahuixotla, no eran agri- cían los ejidatarios con sus parce-
cultores ni tenían ningún interés en las? Es decir, se plantea la cues-
cultivar latierra, sino que... "eran tión del significado jurídico, eco-
personas con actividades económi- nómico y social, del ejidatario en
cas definidas —artesanos, comer- una situación como la de Azcapot-
ciantes, etc."—residentes del fundo zalco. Primeramente, como ya se
legal del pueblo (Mortero 1981, ha señalado, la constitución del
241. Por otra parte, los que sí tra- ejido en este medio le otorga al
bajaban la tierra —los peones y ejidatario ciertos derechos de pro-
jornaleros en la hacienda afecta- piedad privada, derechos que se
ble— tomaron el lado del hacenda- legitiman bajo el régimen agrario.
do en el pleito de la dotación, ya Este no sólo establece las condi-
que, para ellos, la constitución del ciones que limitan estos derechos
ejido no representaba beneficio al- —que los terrenos son inalienables
guno. Es posible que en el caso de y que deberán ser cultivados por

166
sus titulares— sino también se en- contrario, posiblemente es el más
carga de ratificarlos o cancelarlos "rural", no sólo por su relativa le-
en caso de que las condiciones janía de las zonas urbanas sino
sean violadas. Así, el derecho de también porque allí las tierras eran
propiedad del ejidatario está de riego por gravedad. En este eji-
subordinado siempre a una lucha do, durante las primaras décadas
política: la propia, es decir la fuer- de su existencia, por lo menos, los
za que el mismo ejidatario pueda titulares de las parcelas cultivaron
movilizar para hacer efectivo sus las mismas en forma directa e in-
derechos, y la del sector agrario a dividual y, al parecer, de esta acti-
todos niveles de su organización; vidad derivaron la mayor parte de
mas aún, cuando las condiciones sus medios de vida. (Almenara y
estipuladas en el Código Agrario otros 1978, 58 66).
son sistemáticamente violadas,
como es el caso en Azcapotzalco y Es probable que los demás ejid
en muchos otros lugares. os de Azcatpotzalco se situen entre
los dos extremos en cuanto a la
Aunque no se deben generalizar forma de aprovechamiento de las
los resultados arrojados de un es- tierras por parte de los ejidatarios.
tudio de caso para todos los ejidos
de la delegación, es indicativo lo En este sentido, se ofrece como
que hicieron los ejidatarios de San- tema de investigación intereante
tiago Ahuixotla con sus parcelas, indagar sobre los efectos de las di-
ya que, a todas luces, se compor- ferentes relaciones de producción
taron justamente como pequeños propios de cada núcleo ejidal res-
propietarios: pecto a la forma de organización y
estructura de poder al interior del
Eran muy pocas las personas que mismo. Al nivel formal, indepen-
vivían en el ejido. La gran mayoría dientemente del modo de aprove-
prefirió seguir viviendo en el pue- chamiento de la propiedad de las
blo (es decir, ya poseía un solar en parcelas, todos los ejidos debían
el fundo legal). …(A)l ser artesanos
ser administrados de acuerdo con
o comperciantes, no quisieron ale-
lo estipulado en la legislación agra-
jarse de sus fuentes de trabajo y
optaron por contratar a peones ria. La ley del Patrimonio Ejidal de
─personas de su famila o campesi- 1925 confirió un poder extraordi-
nos sin tierra— o alquilaron sus nario al comisario ejidal, ya que
nuevas propiedades a los mismos" éste ejercía el control exclusivo
(Mortero 1981. 16). sobre la titulación de las parcelas,
además de vigilar el cultivo y arre-
Si por su ubicación, Ahuixotla glar los conflictos internos del ejido
puede considerarse como uno de (Mortero 1981. 20). Hay que re-
los ejidos más "urbanos" en Azca- cordar que, durante la época en
potzalco, que además apenas duró que se creó la mayor parte de los
17 años como tal, otro ejemplo, ejidos en Azcapotzalco, solamente
San Martín Xochinahuac, por el se dotaron tierras a pueblos consti-

167
tuidos.20 De ahí es factible suponer riado Ejidal (ibid. 26). De acuerdo
que el comisariado ejidal se inte- con el mismo estudio de Santiago
grara con los líderes existentes de Ahuixotla, estos nuevos niveles or-
estos poblados, lo que da una idea ganizativos, en algunas ocasiones,
de cómo la implementación de la efectivamente se convirtirían en
Reforma Agraria en estos casos instrumentos para oponerse al po-
vino a fortalecer la estructura y der centralizado del Comisariado
mecanismos del poder local tradi- Ejidal. En tales momentos de en-
cional.21 Al mismo tiempo, dada la frentamiento, la Asamblea General
importancia económica de las par- o el Comité de Vigilancia estable-
celas para la vida de los pueblos, cerán vínculos y alianzas con otras
es probable que la jerarquía ejidal instancias estatales —el Departa-
local, vinculada con los organismos mento Central del D.D.F., o el De-
políticos del sector agrario, tales legado— mientras que el Comisa-
como la CNC y la Liga de Comuni- riado siempre se apoyaría en el
dades Agrarias, y con la burocracia Departamento Agrario.
ejidal correspondiente, se convir-
tiera en al principal órgano de con- Aunque este tema requiere de
trol y organización política de las mayor estudio para poder plantear
comunidades dotadas de ejidos. hipótesis más sustanciadas, las
consideraciones anteriores permi-
A partir del Código Agrario de ten apreciar el tipo de mecanismo-
1942, el control de los asuntos de organización social y control po-
ejidales se disipaba ligeramente, al lítico que ha dominado el proceso
instaurar otras dos instancias de de urbanización de una parte con-
organización interna: la Asamblea siderable de la Delegación Azca-
General de Ejidatarios y el Consejo potzalco, la que corresponde a los
de Vigilancia, cuya función era de nueve poblados con ejidos. En
controlar la actuación del Comisa- efecto, se trata de una estructura
formal de la sociedad cicil estable-
20
Nos es sino hasta la promulgación del cida por el Código Agrarioy sobre-
primer Código Agrario en 1934 cuando se puesta en los tradicionales siste-
contempla la posibilidad de dotar tierras a
peones, acasillados y arrendatarios.
mas caciquiles. Con los intereses
económicos en la propiedad del
21
En Santiago Ahuixotla se comenta, por suelo (o posesión ejidal) por me-
ejemplo, que los cargos ejidales se tranfe- dio, el interlocutor principal de esta
rían por herencia (Mortero 1981, 18). En organización es el Departamento
San Martín Xochinahuac un solo comisa-
riado ejidal se mantuvo en le poder du-
Agrario, relegando a un segundo
rante un período de 18 años. Con respec- lugar los niveles gubernamentales
to a esta cuestión de la transformación de encargados de los asuntos locales
las estrcturas de poder tradicionales y del y propiamente "urbanos". Y esta
neo-caciquismo, sería interesante estudiar situación contradictoria permanece
los casos de las comunidades exrurales
urbanizadas, con el mimso tipo de enfo-
mientras se mantenga en vigor la
que y métodos que se han aplicado al ca- propiedad agraria en la localidad,
so rural (Barta y otros 1975).

168
169
independientemente del uso que c) Los solares en el fondo legal y
se les de a los terrenos. terrenos comunales de los pueblos,
tanto los que posean ejidos como
Porque, como es de conocimien- los que no recibieron dotación. La
to común, los terrenos ejidales se propiedad en el fundo legal no se
urbanizan, muchos de ellos dentro rige por el régimen agrario y en
de muy corto plazo después de ser Azcapotzalco no había terrenos co-
dotados. Para esclarecer un poco munales extensos para el cultivo.25
las implicaciones de la persistencia Sin embargo, en el caso de los eji-
de la propiedad ejidal para las dos, dado que muchos ejidatarios
formas de urbanización que toman también son poseedores de sola-
lugar en ellas, conviene repasar res, el destino de los mismos se
brevemente las diferentes modali- verá inmiscuido con los asuntos
dades de esta propiedad, así como ejidales.
los mecanismos respectivos que
permitan su integración al régimen Se puede apreciar que, por el
civil, (véase también el cuadro 3). carácter político de la propiedad
ejidal, el Estado tiene acceso rela-
a) Las parcelas ejidales en sí, tivamente directo a estas tierras,
cuya urbanización y enajenación siempre y cuando no estén ocupa-
del régimen agrario se va a dar de dos por otra fuerza política oposi-
la manera siguiente: su expropia- tora (como sería el caso de pobla-
ción o permuta a favor del Estado dores organizados). En efecto, en
para la implantación de usos espe- el caso de Azcapotzalco este acce-
cíficos; 22 su fraccionamiento ilegal so a los terrenos ejidales le va a
a través de ventas ilegales o del facilitar al Estado la realización de
arrendamiento para el uso habita- los tres proyectos fundamentales
cional, con su regularizaron poste- de desarrollo económico, mismos
rior a través de la expropiación.23 que, a partir de la década 1940 a
1950, se constituirán en las de-
b) Los predios de las zonas ur- terminantes principales del carác-
banas ejidales que en algunos eji- ter industrializador de la urbaniza-
dos se constituyen. 24 Bajo el régi- ción experimentada en esta dele-
men agrario, éstas puedes ser gación.
enajenadas a favor de avecinda-
dos, pero como el estatus legal de Se refiere, desde luego, a la
las transacciones es "nebuloso", construcción de la refinería, la cen-
casi siempre requieren regulariza- tral de carga ferroviaria Pantaco y
ción a posteriori. la Zona Industrial Vallejo-
Azcapotzalco. Aproximadamente el
45% de la superficie ocupada por
la refinería corresponde al ex-ejido
22
Ahuixotla, Salinas, Sta. Barbara, Ferre-
rría, Sta. Catarina, Tilhuaca.
25
Solamente San Martín Xochinahuac,
23
Cahuaxtongo, San Pedro Xalpa, Xochina San Juan Tilhuaca, Santiago Ahuixotla y
huac. San Miguel Amantla contaban con terre-
nos totales de superficies entre 40 y 90
24
Ahuixotla v Tilhuaca hectáreas aproximadamente.

170
de Santiago Ahuixotla, que fue ex- El poblamiento de Azcapotzalco
propiado para este fin en 1946. Por 1940-1970
las mismas fechas (principalmente
1945 y 1946) y por motivo de la Los años de los 1940 no sólo son
central de carga Pantaco y la Zona decisivos para la implantación de
Industrial Vallejo-Azcapotzalco, el los principales centros industriales
D.D.F. expropió 166.3 has. de los en Azcapotzalco. También es en
ejidos de Sta. Catarina, Ferrería, esta década cuando la delegación
Las Salinas y Sta. Barbara, que- inicia su auge demográfico y, con
dando ellos prácticamente sin tie- éste, una notable expansión de
rras. Los ejidatarios recibieron in- áreas habitacionales. De hecho,
demnización y, en el caso de después de tres decenios con un
Ahuixotla, se les permutaron tie- contorno urbano prácticamente es-
rras en Guanajuato. Estas expro- tático, entre 1940 y 1950 se traza-
piaciones y permutas, juntas con ron casi todas las principales colo-
otras que realizaron diversas enti- nias donde vivía la población de
dades gubernamentales, termina- Azcapotzalco en 1970. Evidente-
ron con aproximadamente el 60% mente éstas no se poblaron de in-
de las dotaciones ejidales localiza- mediato; siguió un proceso de "re-
das en Azcapotzalco.26 lleno" y densificación en las déca-
das posteriores. Además, dichos
fraccionamientos todavía no alcan-
zaron a urbanizar la totalidad de la
26
A los ejidos de Azcapotzalco también se delegación, ya que quedaron sus-
les expropian sus terrenos localizados en
el Edo. de México, pero éstos tienen un
tanciales áreas libres que no se
destino algo diferente. Por ejemplo, la utilizan para fines no agrícolas has-
Srfa, de Defensa le expropia 37.3 has, a ta los años recientes.
Tilhuaca en 1941; en 1949 dichos terre-
nos están ocupados mayoritariamente por Retomando los antecedentes es-
la Asociación Metropolitana de Polo S.C, el
resto siendo utilizado para ejercicios mili-
tablecidos en las páginas anterio-
tares. res, en esta parte del ensayo se
examinan brevemente las diferen-
En 1961, la Sría. de Recursos expropia tes formas de urbanización y po-
otras 50 has. con motivo de la construc- blamiento que tuvieron lugar a
ción del Vaso Regulador del Cristo. En la
actualidad todos estos terrenos (la totali-
partir de 1940. (véase el
dad de la dotación a Tilhuaca en el Estado cuadro 3).
de México) están ocupados por las colo-
nias Rincón Echegaray, Echegaray y Flori-
da, la ex-ciudad perdida "10 de abril", así a) El Centro de Azcapotzalco: Den-
como por el Club Hípico del Estado de Mé-
xico. Sólo una pequeña fracción de los
sificación y Arrendamiento.
terrenos expropiados es ocupada por el
Vaso del Cristo, ya que éste se sitúa prin- Como ya se ha señalado, la conurba-
cipalmente sobre el ex rancho San Agus- ción con Tacuba de la Villa de Azca
tín. También al ejido de San Bartolo potzalco y de sus barrios circun-
Cahuantongo le permutan 48.5 has. a dantes, había ocurrido antes de
cambio de tierras en Otumba, Edo. de
México, propiedad del militar Gilberto R.
1940. Posteriormente no se regis-
Limón. Estos terrenos actualmente consti- tran cambios significativos en lo
tuyen la colonia los Pastores.

171
que se refiere al perímetro de este principales formas de oferta habi-
"centro urbano". En su interior, sin tacional para el recién llegado pro-
embargo, su estrucura se trans- letariado urbano. Aun así, el por-
forma con la apertura y ampliación centaje de vivienda arrendada en
de numerosas calles, con lo que, esta zona en 1970 es relativamen-
para 1950, queda trazada una retí- te baja (entre el 60 y el 70%) en
cula urbana continua desde la Co- comparación con otras áreas del
lonia San Alvaro hasta el Barrio D.F., lo que refleja, justamente la
San Marcos. Al mismo tiempo, se heterogeneidad de tipos de cons-
multiplican las construcciones, lo trucción habitacional y formas de
que da cabida a un incremento tenencia.
considerable en la población. Si
bien, entre 1940 y 1950 este in-
cremento no es despreciable (au-
menta de 31,496 a 49,617 habi-
tantes), no es sino hasta alrededor b) Fraccionamientos
de 1960 cuando el centro de Azca-
potzalco alcanza su densidad má-
xima: de más de 500 habitantes La totalidad de los propietarios de
por hectárea en los barrios al norte los terrenos particulares localiza-
(COPEVI, 1978). Después de esta dos en el cuadrante sureste de Az-
fecha, la densidad disminuye en capotzalco lotificó los mismos en-
casi toda la zona, probablemente tre 1940 y 1950; esto, claro está,
debido a la expansión de activida- con la excepción de aquellos que
des comerciales e industriales y a fueron obligados a vender al
la apertura de algunas avenidas. D.D.F. para la construcción de la
Zona Industrial y Pantaco. Esta se-
Como casi todos los antiguos gunda ronda de fraccionamiento, la
centros urbanos, el de Azcapotzal- que, por cierto, da el sentido eco-
co es sumamente heterogéneo, nómico de las subdivisiones reali-
tanto en lo que se refiere a las ac- zadas en los años 20, produce, en
tividades que en el se alojan, como una primera instancia, dos tipos de
por el tipo de construcción y pobla- colonias, a los que había que agre-
ción correspondiente. No obstante, gar una tercera modalidad que
las densidades del orden mencio- empieza a tener importancia a par-
nado sólo se logran mediante la tir de 1950.
reducción del número de metros
cuadrados construidos por habitan- El primer tipo es evidentemente
te, frente a la ausencia de siste- minoritario dentro del panorama
mas de producción de vivienda en habitacional de Azcapotzalco. Se
altura. Efectivamente, en la zona refiere a la colonia Nueva Sta. Ma-
central de Azcapotzalco, entre al- ría, misma que, junto con Clavería
gunas casas solas y edificios multi- y algunos islotes de fachadas de
familiares, vive hacinada una gran mármol, constituye casi la única
cantidad de población en vecinda- oferta de vivienda "para los secto-
des, forma de habitat que, sin du- res medios". En realidad, se trata
da alguna, constituía una de las de una oferta de terrenos, comple-

172
tamente urbanizados (con calles Sería de sumo interés estudiar
pavimentadas y servicios), cuyo los procesos que caracterizaron la-
precio y obligación de conformar creación y consolidación de estas
con los reglamentos deconstruc- colonias: la relación entre el pro-
ción excluye el acceso de las clases pietario original y el fraccionador;
populares. Para el caso de la Nue- los términos de la venta; la inter-
va Sta. María, esta oferta se puso vención de organizaciones políticas
en el mercado entre 1940 y 1950. y gremiales, afiliadas o no al PRI;
Para esta última fecha tenía una- los mecanismos de control y orga-
población de 6,500, cifra que au- nización posterior de los colonos
menta a 24,200 en 1970. para la obtención de servicios, etc.
En relación con las colonias en Az-
El segundo tipo de fracciona- capotzalco, de todo esto se sabe
miento es de mucho mayor interés prácticamente nada. Lo que sí se
para el propósito de este ensayo. puede afirmar es que se trata de
Se trata de las numerosas "colo- una población mayoritariamente
nias proletarias" que ocupan casi la constituida por obreros industriales
totalidad de zona sureste de Azca- y sus familias, por lo menos duran-
potzalco. Con la excepción de las te las primeras décadas después
pocas colonias "pioneras" que se del fraccionamiento. Posteriormen-
mencionaron en relación con la dé- te, las colonias se consolidan, se
cada anterior, todos estos fraccio- densifican y se diversifica el tipo de
namientos se produjeron entre construcción. Por lo mismo, au-
1940 y 1950. Sobre el destinatario menta la rentabilidad del suelo, y
de esta oferta repentina de loteci- con ello, el precio de acceso a la
tos no cabe duda. En este sentido, oferta habitacional.27
es altamente significativa la no en-
clatura de las colonias: "Victoria de Así, para 1970 la proporción de
las Democracias", "Un Hogar para la P.E.A. industrial residente en las
Cada Trabajador", "Emancipación colonias referidas es menor que en
Proletaria", "Liberación", "Patrimo- otras zonas de Azcapotzalco (en
nio", "El Porvenir", "Recuperación los ex-ejidos, por ejemplo), en la
Nacional", y "Plenitud". Todo esto medida en que se incorpora una
es lo que ofrecen estas colonias al mayor cantidad de población ocu-
proletariado que se viene a instalar pada en actividades comerciales,
en Azcapotzalco. Pero ¿qué es lo gubernamentales y de servicios en
que le ofrecen? En realidad, no es general.
mucho: un lote de entre 150 y 200
m2, sin servicios y sin pavimenta- 27
Normalmente la consolidación de una
ción. Si bien el terreno se compra colonia implica una diversificacíón hacia
en abonos, la construcción de la los dos extremos del mercado habitacio-
vivienda está a cargo del colono, nal. Por un lado, se empieza a producir
como lo es también la gestión de la cuartos y vecindades en alquiler, habitat
instalación de infraestructura y considerablemente inferior a la casa auto-
construída en lote propio y, por otro lado,
servicios. se construyen casas y departamentos de
buena y mediana calidad en propiedad o
arrendamiento de familias de medianos
niveles adquisitivos.

173
Con todo, el ritmo de densifica- en 1942, se establece la prestación
ción de estas colonias es especta- habitacional. Esta se implementa
cular durante los primeros veinte no sólo a través del suplemento
años de su existencia. Para 1950, salarial para "ayuda de renta de
el conjunto de colonias de este tipo casa" sino también mediante el fi-
de asentamientos en Azcapotzalco nanciamiento, por parte de la em-
alojaba a una población de apro- presa, de terrenos y casas adquiri-
ximadamente 77,000 personas. En dos por sus trabajadores sindical
la década subsecuente, cuando se izados (Huarte y Rodríguez 1981,
da el proceso de consolidación más 20). En términos generales, el me-
intenso, la densidad se incrementó canismo aplicado consistió en que
en 100 a 200 habitantes por hectá- el sindicato negociaba la compra
rea, ritmo de densificación que se del terreno, su fraccionamiento y
reduce a 20 ó 50 habitantes por la venta de lotes, con el financia-
hectárea en los años de 1960 a miento proporcionado por PEMEX.
1970. Para esta última fecha, las De esta manera entre 1950 y 1960
"colonias proletarias" de Azcapot- se formaron las colonias 18 de
zalco tenían una población de Marzo, San Antonio, La Preciosa,
203,800. La Petrolera y Ampliación La Petro-
lera.28
El tercer tipo de fraccionamiento
que ha jugado un papel importante Aunque no se han estudiado los
en la determinación de la oferta mecanismos precisos que caracte-
habítacional de Azcapotzalco lo rizaron la gestión de estas colo-
constituyen las colonias de organi- nias, un estudio de caso de un
zaciones gremiales específicas, en conjunto habitacional recientemen-
este caso, el Sindicato de Trabaja- te construido por PEMEX (Huarte y
dores Petroleros y el Sindicato de Rodríguez 1981), así como cierto
la Compañía de Luz y Fuerza del conocimiento de la composición ac-
Centro. De hecho, la gestión sindi- tual de la población de las colonias
cal de la formación de colonias y "petroleras", permiten entrever al-
de la asignación de lotes entre sus gunos hechos significativos.
afiliados no era novedoso en Azca-
potzalco: ya se hizo mención de la En primer lugar, es evidente
colonia "Trabajadores del Hierro" que el reparto de lotes con finan-
establecida en los 20. No obstante, camientos blandos para su adquisi-
el antecedente más importante pa- ción constituye un medio por exce-
ra la creación de este tipo de colo- lencia de control y co-optación sin-
nia es el artículo 123 constitucional dical. El asunto de la prestación
en su versión original, que estipula habitacional está manejado de
la obligación patronal de propor- manera oscura y arbitraria por la
cionar alojamiento a sus trabaja-
dores. 28
Para la constitución de parte de esta
última colonia, el sindicato petrolero "in-
vadió" el predio escolar, originalmente de
Asi, en el caso de Pemex, en el propiedad particular, que había sido do-
primer contrato colectivo firmado nado al pueblo de San Bartolo Cahuan-
entre esta empresa y el sindicato tongo (expediente de la Reforma Agraria
de San Bartolo Cahuantongo).

174
dirección del Sindicato, y sólo los
afiliados con "buenas relaciones" c) Los Pueblos y Ejidos.
pueden tener acceso a ella (Huarte
y Rodríguez 1981).
Si bien, hasta 1960 la mayor parte
En segundo término, el control del crecimiento demográfico de Az-
de la asignación de terrenos inelu- capotzalco es absorbida por los
diblemente se convierte en negocio nuevos fraccionamientos en terre-
inmobiliario para los líderes sindi- nos particulares y a través de la
cales, no sólo por los "enganches" densificación del área central, los
recibidos de los beneficiarios para pueblos y barrios no dejan de au-
la obtención de la prestación, sino mentar su población de manera
también por el proceso de acapa- inuscitada. De hecho, el número de
ramiento y venta de lotes, una vez habitantes del conjunto de los an-
que la colonia se establece. De he- tiguos poblados en la delegación se
cho, aun en el caso del conjunto cuadruplica entre 1940 y 1960.
habitacional posterior, la vivienda Empero, es en las últimas décadas
y los lotes financiados por PEMEX cuando se intensifican los diversos
han sido vendidos y/o arrendados procesos de poblamiento de estas
a personas ajenas a la empresa. localidades, sobre todo de aquellas
que habían sido dotadas de ejidos,
En el caso de la Colonia de los lo que las convierten en una de las
Electricistas, establecida hacia fi- más importantes formas de oferta
nales de la década 1950 a 1960 habitacional accesibles a las nue-
sobre los terrenos del rancho Az- vas familias proletariadas.
peitia, se trata de procesos pareci-
dos, aunque los beneficiarios en
este caso corresponden a los tra- Para analizar cabalmente el sig-
bajadores y empleados de los altos nificado económico y político de
rangos salariales de la empresa. estos "diversos procesos de po-
blamiento", se necesitaría multipli-
Para 1970, las colonias del sin- car los esfuerzos en la investiga-
dicato petrolero alojaban una po- ción de campo, ya que cada pobla-
blación de 17,300 29 y la de los do sigue su propia trayectoria his-
Electricistas, 4000. tórica. No obstante, algunos estu-
dios realizados hasta la fecha per-
miten plantear algunas observa-
ciones generales que pueden es-
clarecer en algo la compleja diná-
mica social que caracteriza la ur-
banización de este tipo de locali-
dad.

29
Pemex también financiaba la adquisi-
En relación con los ejidos, con-
ción de lotes en otras zonas de Azcapot- viene profundizar sobre los efectos
zalco, por ejemplo, en Ahuixotla y la Zona económicos y políticos de la oleada
Urbana Ejidal de Tilhuaca.

175
de expropiaciones y permutas que no posee ni el capital necesario pa-
tuvo lugar en la dácada de 1940 a ra urbaniza sus tierras ni el dere-
1950. Cuando se trataba de per- cho legal de venderlas ─factores
mutas (Ahuixotla, Cahualtongo, ambos que son indispensables pa-
Sta. Barbara), la organización ra generar una renta del suelo ma-
ejidal sufrió una división tajante ya yor─ al ejidatario le convenía per-
que, de golpe, se crearon dos gru- mutar las parcelas agrícolas a
pos de ejidatarios: los que se fue- cambio de la autorización de una
ron (o que se intentaron ir) a culti- zona urbana ejidal, misma que sí
var las tierras permutadas y los le ofrecía posibilidades de negóciar
que se quedaron en el poblado con a escala reducida (Caso Tilhuaca,
lo que le restaba al ejido original. por ejemplo). En efecto, bajo la
Estos últimos, ocupados principal- éjida legal del "avecinamiento"
mente en actividades no-agrícolas permitido por el Código Agrario,
y con intereses más bien en torno los lotes en las zonas urbanas no
a la renta urbana, generalmente tardaron en comercializarse, ya
incluían al comisariado ejidal (Mor- sea mediante su fraccionamiento y
tero 1981, 36). venta, en muchas ocasiones repe-
tidas veces, o bien, a través del al-
quiler de pequeños lotes o habita-
La división entre los ejidatarios ciones (¡bid). De esta manera se
se profundiza en los casos donde, establecieron pirámides de apro-
a manera de "recompensa" por la piación de rentas urbanas genera-
expropiación o la permuta, se au- das, en la primera instancia, en el
torizó la constitución de una zona pago efectuado por los usuarios de
urbana ejidal (ZUE). Con ello, se la vivienda y acaparadas, en la úl-
les otorgaron a algunos ejidatarios tima, por los ejidatarios, o más
títulos de propiedad de lotes de bien, por cualquiera de los órganos
entre 500 y 2,000 m2, urbaniza- ejidales que dominara la cúspide
bles y enajenables. Así, los titula- de los derechos originariosde la
res de los predios pudieron conver- propiedad: comisariado ejidal o
tirse en pequeños especuladores Consejo de Vigilancia.
inmobiliarios a raíz de la ¡nexora-
ble demanda habitacional. De he-
cho, se puede argumentar que, al

176
Fuente: Atlas Del Distrito Federal, 1930. Talleres Gráficos de la Nación, México D.F.

Unidad Habitacional Tlatilco, 1957. Instituto Mexicano del Seguro Social

Fuente: Sociedad de Arquitectos Mexicanos/Colegio Nacional de Arquitecto,


La Vivienda Popular en México, México D.F. 1960. p. 69.

177
Por lo anterior, a diferencia de los inicial, sino a los procedimientos ile-
otros ejidatarios, los titulares de los gales posteriores de compraventa,
solares en las Zonas Urbanas Ejida- sucesión y alquiler. Al parecer, la
les, junto con los demás integrantes "actualización” de la legalidad de la
de la pirámide de beneficiarios de la propiedad de la tierra", en Santiago
renta del suelo, empezaban a tener Ahuixotla por lo menos, se llevó a
mayores intereses en el mejora- cabo repetidas veces entre 1950 y
miento ambiental de sus posesio- 1960, es decir, mucho antes de la
nes. Dado que dicho mejoramiento política regularzadora explicitada en
se logra fundamentalmente a través los últimos dos sexenios.30 En el ca-
de inversiones públicas, este grupo so referido, el gestor principal de
debía acudir ante las autoridades estas "regularizaciones", el que re-
competentes, esta vez el Delegado y sultaba más beneficiado por la ratifi-
el Departamento Central del D.D.F. cación de su propiedad legal de te-
Estas entidades y sus grupos políti- rrenos ya vendidos o traspasados,
cos aliados tendían entonces a con- correspondía al Consejo de Vigilan-
vertirse en los interlocutores princi- cia y su grupo seguidor, respaldados
pales de los ejidatarios con tierras por las autoridades del D.D.F. (Ibid.
urbanas, en contraposición con la 44 y sig.).
afiliación básica con el sector agra-
rio. Como en la mayoría de los ca- El caso de las zonas urbanas
sos, las demandas de obras de ur- ejidales es especialmente significati-
banización, pavimentación e intro- vo porque se trata, a fin de cuentas,
ducción de servicios no recibieron de terrenos ejidales que se convier-
respuestas más allá de las promesas ten en fraccionamientos privados
y buenas intenciones, los ejidatarios con una rentabilidad del suelo bas-
interesados se organizaron a sí tante elevado, a juzgar por la densi-
mismos, pero sobre todo a los habi- dad de población que se asienta en
tantes de sus predios, para la reali- ellas. Para 1970 el número de habi-
zación de las obras, muchas veces tantes de las zonas urbanas ejidales
con el apoyo, o ayuda material, del comprendidas en Azcapotzalco as-
Delegado o el D.D.F.(ibid). En este ciende a 42,000 y la de Ahuixotla,
renglón, se sumaron los intereses en el Edo. De México, a 22,244.
de los arrendatarios-usuarios, "pro-
pietarios usuarios", casatenientes y
ejidatarios-titulares, ya que a todos
les convenían las inversiones en 30
De hecho, análisis históricos de casos de
obras. este tipo ponen en tela de juicio el concepto
de "acabar con el problema de la irregulari-
dad en la tenencia del suelo", manejado
Donde había menos coincidencia actualmente en el discurso de la política
entre las diversas partes era la urbana. Al parecer, el problema de la "irre-
cuestión de la regularización de la gularidad" surge más bien a raíz de meca-
tenencia: una necesidad continua, nismos de intercambio extralegales, irres-
pectivamente de la existencia o no de títu-
debido no al régimen de propiedad
los de propiedad originales.

178
Evidentemente, este proceso de teriores indican de alguna manera el
densificación a través de la venta importante papel que ha jugado y
múltiple y arrendamiento de los sigue jugando la institución del Ejido
predios, la construcción de vecinda en la urbanización de Azcapotzalco.
des y la ocupación múltiple de los
lotes no es exclusiva a las zonas ur- Los otros poblados empezaron a
banas ejidales. Lo mismo sucedió conurbarse con el centro de Azca-
con los predios comprendidos dentro potzalco, o bien quedaron totalmen-
de todos los antiguos pueblos y te absorbidos por la Zona Industrial,
brrios a los que les sobrevino la ur- a partir de 1940. En lo que se refie-
banización. Es interesante notar que re a los procesos económicos y es-
los pueblos que habían sido dotados paciales, se trata de procesos simi-
de ejidos experimentaron su creci- lares a los registrados en los pue-
miento demográfico más intenso y blos ejidales, si bien se da una ma-
acelerado aproximadamente una yor incidencia de lotificaciones irre-
década después de los otros pobla- gulares de predios mayores e "inva-
dos y barrios. De hecho, la pobla- siones" de terrenos de procedencia
ción conjunta de los primeros au- dudosa (San Miguel Amantla, Tran-
mentó de 16,000 a 60,000 entre cas). Empero, en el plano sociopolí-
1960 y 1970 (sin contar las Z.U.E.) tico se producen fenómenos distin-
mientras que los poblados y barrios tos, ya que se trata exclusivamente
no ejidales aumentaron sólo de de relaciones de propiedad privada.
43,500 a 60,000. Con ello, se puede Por lo tanto, los mecanismos de or-
inferir que los poblados sin injeren- ganización y control ligados al acce-
cia ejidal se saturaron primero. En so a lotes, a la seguridad de tenen-
cambio, los pueblos con ejidos tar- cia y a la obtención de servicios pú-
daron más en urbanizarse, posible- blicos, se rigen más bien por el sis-
mente porque los originarios de es- tema tradicional de "líderes" afilia-
tos últimos sufrían menos presión dos a una u otra sección del PRl, a
económica para densificar sus po- su vez aliada con las diversas auto-
blados, ya que contaban con otras ridades del D.D.F., (véase el caso de
fuentes económicas derivadas, jus- San Miguel Amantla: Maldonado
tamente, de sus dotaciones ejidales, 1981). Lo sustancial de esta dife-
zonas urbanas ejidales, indemniza- rencia es, sin embargo, tema toda-
ciones, tierras permutadas, etc. No vía poco analizado.
obstante, para la década de los 60,
la presión de la demanda habitacio- En cualquiera de los casos, se
nal y el agotamiento de sus otras plantea a título de hipótesis para in-
fuentes de ingreso los obliga a ace- vestigaciones posteriores que las
lerar la subdivisión, venta y/o formas específicas de producción del
arrendamiento de sus propiedades. medio construido que han surgido
En todo caso, y a pesar de lo relati- en los distintos pueblos y barrios de
vamente reducido de las superficies Azcapotzalco, así como los intereses
ejidales en sí, las observaciones an- creados en tomo a ellas, tengan un

179
peso extraordinario en la conforma- cios abiertos en el cuadrante noroc-
ción de las relaciones sociales que cidental de la Delegación Azcapot-
caracterizan a la población corres- zalco, área que contrasta fuerte-
pondiente. Tanto para los ejidatarios mente con las zonas en proceso de
como para los otros poseedores de urbanización a su arededor. Llama
solares en los antiguos centros, la todavía más la atención la persis-
inusitada demanda de suelo habita- tencia de esta "mancha verde" diez
ble genera una fuente de ingresos años después, enclavada dentro de
igualmente inusitada, sobre todo zonas, ahora sí, totalmente urbani-
cuando se empieza a agotar la ofer- zadas: al oeste, los fraccionamien-
ta alternativa de lotes urbanos en tos residenciales de Naucalpan, al
las colonias proletariadas, hacia la norte y este, las zonas industruales
década de los 1960. Es necesario de Tlalnepantla y Vallejo y al sur, el
recordar que estos pequeños propie- área central de Azcapotzalco. Al pa-
tarios-rentistas y vendedores no recer, el proceso de urbanización se
constituyen un sector social separa- congeló en esta parte de la Delega-
do del resto de la población, ni viven ción. Al analizar en más detalle las
exclusivamente de la renta del sue- aerofotos de 1967 a 1974 resulta
lo. Ellos y sus familiares también que este oasis corresponde, casi en
son obreros, profesionistas, vende- su totalidad, a las "pequeñas" pro-
dores y militantes políticos. Cabría piedades que resultaron del fraccio-
indagar más, entonces, sobre los namiento de la Hacienda Rosario-
efectos de estos pequeños intereses Careaga, mismas que siguen funcio-
en el negocio del suelo, junto con nando como ranchos y granjas
sus respectivas condicionantes polí- agropecuarias. Por el contrario, para
ticas, en relación con dos cuestiones 1970, lo que queda de las tierras
fundamentales, e interrelacionadas: ejidales, aun las de Xochinahuac, así
por un lado, los mecanismos de so- como tierras alrededor de los pobla-
brevivencia y nivel de vida de la po- dos, se encuentran completamente
blación trabajadora, a pesar de los cubiertas de edificios, casas e indus-
bajos niveles salariales y, por el trias. Como ya se ha señalado, la
otro, el grado de militancia de esta propiedad ejidal o la pequeñísima
población como clase obrera. propiedad en los pueblos ofrece es-
casa resistencia a la lógica urbani-
zadora, mientras que, en este caso,
d) La Especulación Frustrada: Los es la propiedad privada civil la que
Espacios Abiertos en medio de la se opone a ser fraccionada y desti-
Ciudad y la Acción del Estado. nada a usos urbanos, a pesar de las
grandes inversiones a su alrededor.
Al examinar cualquier representa-
ción cartográfica o aerofotogramé- Un primer nivel de explicación de
trica de la Ciudad de México hacia esta aparente anomalía sería que los
finales de la década de los 50, llama propietarios de estos terrenos fue-
la atención la abundancia de espa- ron víctimas de la prohibición, du-

180
rante la regencia de Uruchurtu, de bastaba para impedir que las tierras
nuevos fraccionamientos dentro del se convirtieran en colonias popula-
Distrito Federal, medida que, por res a través de fraccionamientos,
cierto, impulsó el desarrollo tempra- invasiones o cualquier otro meca-
nero de zonas residenciales en las nismo de corte irregular.
áreas circunvecinas en el Estado de
México. Posteriormente, al levantar Sea como sea, resulta que, para
la prohibición hacia finales de los los principios de la década pasada,
1960, es posible que la caracteriza- Azcapotzalco contaba con casi las
ción general de Azcapotzalco como mejores reservas territoriales que
área industrial y de las clases bajas aún quedaban dentro de la Zona
ya influía negativamente sobre el Urbana de la Ciudad de México. En
potencial de esta área para "resi- virtud de este hecho, no es sorpren-
denciales" a diferencia con la zona dente encontrar que esta delegación
de Echegaray, al otro lado de Vaso ejemplifique, por excelencia, los
de Cristo.31 nuevos criterios que orientan la polí-
tica estatal en materia de inversio-
También es probable, aunque su- nes en el medio urbano a partir de
jeto a comprobación, que el Estado la presidencia de Luis Echeverría. Ya
ya preveía la utilidad de tantos me- no se trata de obres públicas tan es-
tros cuadrados libres, y obstaculiza- trechamente ligadas a las necesida-
ba su urbanización mediante la ne- des de la producción, sino de la
gación de permisos de fraccionar.32 construcción de instalaciones para el
consumo: centros de educación me-
Por último, no hay que descartar dia y superior, conjuntos habitacio-
el afán especulador de los propieta- nales y hasta parques recreativos.
rios, coincidente con el patrón gene- Así, desde finales de la década de
ralizado en Azcapotzalco de dejar 1960 a 1970 hasta la fecha, el Esta-
espacios no urbanizados en espera do ha comprado casi la totalidad de
de mayores ganancias. Mientras los terrenos libres que quedaban en
tanto, la relativamente alta produc- Azcapotzalco, con la excepción de
tividad agropecuaria, ejemplificada algunos que son ocupados en su
por la granja lechera El Rosario, mayoría por bodegas eindustrias.

31
Para sustanciar esta hipótesis, compáre- Dentro de estas acciones del Es-
se la velocidad de ventas en la relativamen- tado, cabe resaltar los conjuntos
te recién constituida colonia "Prados del Ro- habitacionales, que vienen a com-
sario'' (en Azcapotzalco) con la de la vecina plementar los otros tipos de oferta
Echegaray o de Ciudad Satélite, por ejem-
habitacional para la clase obrera en
plo.
Azcapotzalco.
32
Aunque no se ha estudiado el caso de
estas tierras específicamente, se sabe que, Entre la primera generación de
en general, los permisos para nuevos frac- "Vivienda de Interés Social", se
cionamientos privados son prácticamente
construye la Unidad Tlatilco como
imposibles de obtener en Azcapotzalco.

181
vivienda en renta para los afiliados promovió las unidades Francisco I.
al Instituto Mexican de Seguridad Madero y Francisco Villa, cuyos be-
Social en 1957. Una década des- neficiarios son, en su mayoría, fami-
púes, las 2,500 viviendas de la Uni- lias que habían sido desalojadas de
dad Cuitlahuac estrenan el recién sus viviendas a causa de las obras
creado Programa Financiero de Vi- viales o por el programa de erradi-
vienda. Esta unidad, financiada por cación de ciudades perdidas y ve-
la banca privada con subsidios del cindades.
Banco de México, originalmente se
destinaban a los sectores asalaria- En términos cuantitativos, estas
dos medios (2 a 3 veces salario mí- unidades habitacionales construidas
nimo en aquel entonces) correspon- entre 1965 y 1975, sin duda alguna,
dientes a obreros industriales califi- son las que mayor impacto habrán
cados, empleados públicos, oficinis- tenido sobre el crecimiento demo-
tas, etc. Hoy día, es probable que se gráfico de la delegación y, por lo
haya dado un cambio hacia arriba tanto, en la implantación de un nue-
en la composición social de estos vo modo de vida de la clase traba-
habitantes, ya que los precios de jadora residente en la misma. Sin
venta y de los traspasos, así como embargo, aún para este sexenio
los niveles del alquiler exceden la (1976-1982), quedaban espacios
capacidad de pago de los supuestos apropiados para las promociones
beneficiarios originales. habitacionales del Estado. Esta vez,
de acuerdo con el nuevo viraje a la
De naturaleza más proletaria, política de vivienda, no son unida-
más masiva y cabalmente inscrita des masivas, de relativamente bajo
dentro de la ambiciosa ideología de costo y accesibles a amplios estra-
la "Vivienda Digna" característica de tos de la población. El Departamen-
la política echeverrista, la unidad de to del Distrito Federal ya no les re-
El Rosario, aloja a casi 30,000 fami- compensa a los desalojados con
lias de derechohabientes del INFO- créditos para la adquisición de vi-
NAVIT, instaurado en 1972. Según vienda nueva. El INFONAVIT ya no
encuestas realizadas en 1976, promueve directamente grandiosos
cuando las casas y departamentos proyectos de habitación obrera, sino
tenían menos de un año de ocupar- que se limita a financiar las iniciati-
se, gran parte de los habitantes de vas de los sindicatos y de los pro-
este conjunto son obreros en la gran motores inmobiliarios, modus ope-
industria de Azcapotzalco y Tlalne- randi adoptado desde el principio del
pantla, afiliados en su mayoría a la sexenio actual (1976-82) por el IN-
CTM (Equisur 1977). FONAVIT. Así, los conjuntos habita-
cionales construidos en Azcapotzalco
También dentro del auge en la después de 1976 son más peque-
construcción habitacional del sexe- ños, más exclusivos, mejor cons-
nio de Echeverría (1971-1976), el truidos y de mayor precio. Sus des-
Departamento del Distrito Federal tinatarios corresponden a sectores

182
gremiales específicos, lo que fortale- tigaciones que se dirijan a los pro-
ce la tradición de la "Vivienda Sindi- cesos urbanos actuales tendrán que
cal" ─con todo lo que ello significa─ enfocarse más en las transformacio-
que desde tiempo atrás ha caracte- nes sufridas por las zonas ya urba-
rizado una parte importante de la nizadas: los efectos sobre el merca-
oferta habitacional de esta delega- do inmobiliario y sobre las condicio-
ción. Los ejemplos más destacados nes habitacionales de la población
de esta nueva modalidad de "Vi- que engendran las inversiones pú-
vienda para los Trabajadores" con la blicas en vialidad y transporte públi-
que se termina de urbanizar el terri- co; el significado de la nueva moda-
torio de Azcapotzalco, son: de PE- lidad de "política urbana" instrumen-
MEX, el conjunto Prados del Rosa- tada por el Delegado; el impacto
rio; de la Cía. de Luz y Fuerza, la real de las "regularizaciones", de los
unidad "Sindicato Mexicano de los desalojos, de los proyectos "piloto"
Electricistas"; del INFONAVIT, varios de autoconstrucción. Si bien, con
bloques de multifamiliares, inclu- todo esto, se puede prever una cier-
yendo uno para el Sindicato de Ac- ta modernización de la Delegación
tores; del FOVISSSTE, dos unidades Azcapotzaco, es decir, la penetra-
asignadas a sus derechohabientes ción del gran capital comercial e in-
afiliados a diversas agrupaciones mobiliario ─ya la presenciamos con
sindicales específicas. "Sanborn's y "Suburbia"— no hay
Con todo, las casas y (mayorita- que sobreestimar los alcances de
riamente) los departamentos son esta penetración en cuanto a los
muy pocos en relación con las nece- cambios de la fisonomía urbana de
sidades de los derechohabientes y ni esta zona. No hay capital disponible
siquiera alcanzan a satisfacer la para llenar Azcapotzalco de centros
nueva demanda habitacional. De comerciales, ni hay demanda efecti-
ninguna manera puede pensarse va de ellos. Lo que sí es previsible, y
que el conjunto habitacional finan- lo que constituye un objeto de in-
ciado por el Estado viene a sustituir vestigación necesaria a corto plazo,
las otras formas de producción de es la generación de nuevos meca-
vivienda proletaria que han consti- nismos de articuación entre lo nuevo
tuido la lógica subyacente a la urba- y lo viejo: entre la lógica de la acu-
nización de la mayor parte de Azca- mulación a gran escala y la del pe-
potzalco. Las colonias proletarias, queño negocio; entre la promoción
las Zonas Urbanas Ejidales, las ve- inmobiliaria del capital financiero y
cindades en el centro y en los pue- la especulación con metros cuadra-
blos seguirán alojando a la mayor dos de habitación barata; entre el
parte de la población de la Delega- proyecto estatal de "Ciudad Planifi-
ción dentro de un futuro previsible. cada" y la organización territorial
Hoy día, casi no queda espacio socio-política que los procesos des-
sin urbanizar en Azcapotzalco, con critos en este ensayo han construido
lo que se agota también la temática a lo largo del tiempo.
principal de este ensayo. Las inves-

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