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i —_ NODA y el mirifacue uién dijo que moda no incomoda? Es conocida la f alo des vestimenta y argo de los sig us invenciones En goneral, se piensa que,en|a Antiglie- dad, las Gnicas que sufrian por lo que “debian* llevar eran las mujeres. Sin duda, ellas siempre se llevaron la peor parte, pero los hombres tam: bign segufan los dictados de la moda y, a menu- do, se sentian incémodos con un accesorio. Es el caso, por ejemplo, de las alisimas pelucas y de los taquitos que lucian tanto ellas como ellos. tra creencia instalada en la sociedad supone que cn la actualidad, las afirmaciones anteriores ya no son validas. Segundo error. En los afios setenta, las mujeres eran capaces de pasar todo el dia ¢ incluso dormir con la “toca” en la cabeza, La “toca’ era un método econémico, aunque trabajoso, de alisarse el pelo, que debia enro- llarse sobre un enorme rulero. Si alisarse la cabellera no ocasionaba mds que molestias y pérdida de tiempo, en telacién con otras modas las cosas se agravaron. Las estadisticas médicas indi- can un aumento de consultas vinculadas alinfecciones urinarias en los momentos en que se popularizaron la minifalda y los pantalones siiper ajustados, y de fisuras y fracturas de tobillo cuando se impusie- ton las plataformas. | | Los ejemplos anteriores resultan insignificantes al lado de lo que, durante muchos siglos, fue casi un co- tidiano elemento de tortura: el corsé. Este accesorio se usaba para dar forma o para atinar el torso, Podia usarse como ropa interior 0 como decoracién exterior, Su rigidez se lograba gracias a unas varilas verticales de madera o metal ‘Su origen data del afio 2000 antes de Cristo; en ese entonces lo llevaban tanto los hombres como las mu- jeres de la civiizacién minoica, como adomo exterior realizado en bronce. La primera forma de corsé de nuestra era se remonta ala Edad Media; lo usaban las mujeres para realzar su figura. Con el tiempo, ya no se trat6 de realzar sino de forzar el cuerpo para que adquiriera la figura ideal im- perante. Durante el Renacimiento, el corsé era largo y rigido. Entre 1850 y 1660, achats el pecho de la mu= jet. Pero, como la moda es cambiante, no tardé en im- ponerse el corsé que lo levantaba. ? Al son de La Marsellesa, las mujeres francesas de la época de la Revolucion se liberaron del castigo del corsé. Las prendas, algo més holgadas y confecciona- das con telas més suaves, pasaron a imitar el estilo

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