2153013660 Cómo defino a la IA desde el punto de vista de la Lingüística.
El lenguaje está inmerso en todo, desde nuestra cotidianidad de interacción inconsciente de
persona a persona hasta la programación de códigos simples (como una calculadora) o más complejos (una computadora). La inteligencia Artificial, visto desde un punto de vista lingüístico, es el resultado de un grupo de reglas, restricciones e inputs y, siendo este el caso, el lenguaje resultante a dichos códigos puede estudiarse, estructurarse e incluso reproducirse. Es interesante preguntarse, antes que buscar las implicaciones de la IA desarrolladas en la lingüística y los beneficios y avances gracias a ella, y antes que definir a la IA desde un punto de vista de la lingüística, si realmente hay una IA que funcione de la misma manera que un sistema lingüístico humano. Un usuario de la lengua (humano) tiene en su inventario mental una serie de elementos con los que puede relacionar para hacer producciones que otro usuario pueda recibir, descifrar y replicar. Hasta este momento, hay similitudes con respecto a un humano y una máquina en cuestión de funcionamiento básico. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que una persona elija, por ejemplo, una palabra con respecto a otra?, ¿Qué piense de una manera aparentemente aleatoria pese a tener bien cimentados gustos e ideas? O, ¿Qué es lo que hace que genere emisiones no permitidas en la lengua y que, pese a todo, siga el paradigma de la misma y que otro usuario (incluso el mismo emisor) pueda entenderlo y adoptarlo? A diferencia de los humanos, las máquinas respetan el paradigma impuesto y siempre realizan operaciones que fueron establecidas y permitidas en su programación y, de no hacerlo, el resultado de salir de estándar es relacionado como un “mal funcionamiento” que debe repararse. Sin embargo, para llegar a que la IA piense como un humano, estamos un poco lejos ya que, como lo ha demostrado la ciencia, no sabemos realmente cómo es que un cerebro piensa. También tenemos que tomar en cuenta implicaciones como los sentimientos y las emociones. ¿Acaso la IA realmente tiene la capacidad de “sentir” cosas y, posteriormente, poder expresarlas a modo de lenguaje? Y, no sólo intentar explicarlo con palabras, sino con otro tipo de manifestaciones que también son lenguajes como el arte, la música, etc. Entonces el tratar de definir a la IA desde el punto de vista de la lingüística sería más bien el ver cómo es que interactúa un sistema de códigos y cómo es que dicho sistema puede aprender, usar y ordenar las formas existentes establecidas en el código. Lo que la hace inteligente es la misma capacidad para producir formaciones infinitas a partir de ítems finitos, y el reto sería que, dados los parámetros establecidos, hagan concordancia de categorías, sentido y relevancia los inputs con los outputs con el contexto.