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Significado
Según el investigador del idioma quechua, fray Diego Gonzáles Holguín, ichma significaba “color de
fruto que nace en capullo".
Ichma (o Ychsma, que según Maria Rostworowski es la forma correcta de su pronunciación) era
el nombre original de la divinidad adorada en Pachacámac, en el idioma de la gente de la costa
peruana o yunga; Pachacámac es un vocablo compuesto de origen quechua, que fue impuesto
por los incas, y que significa el hacedor del mundo.
Según una interpretación, la palabra Ichma designaba también al colorante extraído
del achiote (Bixa orellana), el cual da una tonalidad rojiza.
Según Antonio de la Calancha, Ichma era sinónimo de llimpi, nombre aplicado al azogue y a su
color bermellón, utilizado como maquillaje en diversos rituales que el cronista califica de
hechicerías.
En cualquiera de los casos, es evidente que dicho color tenía un especial significado
religioso para los ichmas. Las paredes de los templos de Pachacámac estaban pintadas de
ese color.
HISTORIA Y ORIGEN
Hacia el 900 d.C. el Imperio Huari entró en franca decadencia.
En su lugar surgieron expresiones culturales regionales, que inauguraron una nueva etapa en la
historia andina. En los valles de Lurín y el Rímac, en el actual departamento de Lima, surge el
llamado Señorío Ichma o Ichimay. Los grandes poblados de la época anterior, situados en zonas
alejadas de la costa (como Cajamarquilla), fueron abandonados para dar preeminencia a nuevos
asentamientos más vinculados al litoral, como Pachacámac y Armatambo. También Maranga, la
otrora capital de la cultura lima, volvió a tener importancia, elevándose un complejo de pirámides
al sur del antiguo asentamiento.
Al norte del señorío Ichma se extendía el señorío de Collique, que dominaba el valle del Chillón y
la zona de Carabayllo y llegaba hasta Quivi (Quives actual). Es posible que se haya forjado una
alianza entre ambos señoríos para contener las constantes invasiones de etnias de la sierra, como
la de los yauyos y chacllas.
Lo cierto es que hacia 1440 d.C. se produjo la irrupción de los incas, quienes anexarón toda esa
región a la órbita del Tahuantinsuyo. Sin embargo, las autoridades locales se mantuvieron, previo
juramento de obediencia al Inca del Cuzco, y el santuario de Pachacámac mantuvo su prestigio
e importancia, siendo ampliado por los mismos incas, aunque estos impusieron su propio estilo
arquitectónico, elevando un templo del Sol y un Acllahuasi.
Ubicación
Se asentó en lo que en el pasado fue el territorio de la sociedad Lima del Intermedio Temprano
Religión
En el Señorio Ichma era gobernado por una casta sacerdotal que residía en el templo
de Pachacámac, el dios de los terremotos. Esta deidad era muy famosa y temida, recibía
ofrendas, sacrificios humanos y peregrinos que llegaban desde los confines del mundo
andino.
El ídolo del dios estaba tallado en madera y resguardado en una pequeña cámara. Su
prestigio habría de mantenerse a lo largo del periodo Inca, prolongándose hasta la
conquista española.
SANTUARIO DE PACHACAMAC
Este santuario era sede de una divinidad muy venerada por su oráculo, cuyo prestigio
desbordaba los límites del Señorío Ichma. Hacia allí acudían en romería los habitantes
de los valles costeños e incluso los de las serranías, para hacer consultas al dios.
Organización
Organización social
Al igual que otros señoríos de la costa central peruana, la masa de la población estaría dividida
de acuerdo a su especialización: pescadores, agricultores, comerciantes, artesanos. En la
cúspide de la pirámide social estaban, obviamente, los señores o nobles que conformaban la
clase dirigente.
La población del Señorío de Ichma debió ser muy grande; sólo en el valle bajo del Rímac
debieron vivir más de 150 000 personas, pues según las crónicas, los incas organizaron la
región en tres hunos; cadahuno abarcaba a diez mil familias, según la meticulosa organización
decimal inca.
Organización económica
Las principales actividades económicas eran la agricultura, la pesca y el comercio de los
productos excedentes. Aprovecharon y mejoraron la excelente red de canales o acequias
heredada de la cultura Lima, con la que ganaron extensas áreas para el cultivo. El valle de Lima
era muy fértil y daba las subsistencias a una crecida población. Los grandes recintos
ceremoniales, además de su función religiosa, servían como grandes almacenes de productos
alimenticios y como centros de fabricación de productos suntuarios.
Organización política
El Señorío de Ichma dominaba a diversos curacazgos ubicados en los valles de Lurín y Rímac.
Dichos curacazgos eran los de Sulco (Surco), Guatca, Lima, Maranca (Maranga) y Callao.
Formarían una especie de confederación, aunque sobre ello no se tiene información suficiente.
Principales centros
En el valle de Lurín: Pachacámac, principal centro ceremonial. Otros poblados: Maracuyá, Pampa de Flores, Jacinto
Grande, Mal Paso, Molle, Manchay Alto, Huaycán, Chontay y Avillay.
En el valle del Rímac: Armatambo; Maranga (en el sector llamado la ciudadela de tapia, donde destacan las huacas de
Tres Palos, Cruz Blanca, San Miguel, La Cruz, La Palma); Mateo Salado; Mangomarca; Fortaleza de Campoy; Huaca
Huantille; Huaca San Borja, entre otros.
ARQUITECTURA
Importantes expresiones arquitectónicas de los ichmas son sus pirámides truncas construidas con
adobes, aunque algunas están sostenidas por una base de piedra. En todas ellas se distingue
un común patrón religioso. Estos monumentos tienen básicamente dos características:
El uso masivo del tapial, es decir de grandes adobes o adobones de barro apisonado, dejándose de
lado la anterior técnica de los pequeños adobes o adobitos típicos de la cultura lima.
La presencia de grandes rampas de acceso.
En el sitio de Pachacámac se han identificado 15 templos con rampas.
En Maranga, situado en el valle de Lima, destacan las pirámides o huacas de La Palma y Tres Palos.
La pirámide con rampa de Huaquerones parece también seguir el mismo patrón.
Dichas construcciones no solo cumplían funciones ceremoniales o religiosas, sino que también
servían como almacén de productos alimenticios (maíz, ají, etc.) y como alojamiento de los
artesanos que producían piezas de cerámica y tallas de madera, actividades realizadas en los
sectores adyacentes a las pirámides. Tras la conquista inca las pirámides truncas con rampa
cayeron en desuso y se impuso el estilo constructivo de los conquistadores.
Cerámica
Cerámica de pasta marrón rojizo, gruesa, pesada, asociada con la de los sitios serranos del valle
del Rímac. Esta cerámica a menudo exhibe una decoración pintada; la variedad ha sido lograda por
la experimentación con las formas, principalmente con las de los cuellos y golletes. Cuando
aparece la decoración pintada es muy cruda, consiste en simples rayas blancas generalmente
aplicadas en forma burda. Las ofrendas de cerámica en las tumbas casi siempre consisten en
vasijas utilitarias, usadas,
«La cerámica ichma típica es de pasta gruesa y de color rojo claro, decorada algunas veces con
combinaciones negro-blanco y blanco-rojo, con un ornamento escultórico llamado "cara gollete",
es decir, un rostro estilizado decorando el cuello o gollete de la vasija. Se incluyen motivos con
figuras antropomorfas, ornitomorfas, ictiomorfas y zoomorfas.» (Denise Pozzi-Escot B)
ESTUDIOS
Louis Stumer (1954) plantea que la cultura local característica de la Comarca es la que él,
apoyándose en Villar Córdoba (1935), llama Huancho, Maria Rostworowski (1978) prefiere llamar
Yauyo y Lumbreras (1969), tratando de cubrir toda la complejidad de su poco estudiado desarrollo
y la presencia en ella de las influencias Chancay e Ica-Chincha, sugiere que se denomine Rímac.
Stumer (1954b: 231-232) sostiene que en esta cultura se dan permanentemente ciertos elementos
diagnósticos que permiten identificarla y que son:
1) Arquitectura de tapia masiva, sin uso de bloques o interrupciones planeados y el uso de la piedra
sin cortar y sin trabajar para edificaciones subsidiarias;
4) Cuerpos de adultos con las manos envueltas con hilos de lana de varios colores y no envueltos en
tejidos como en las Necrópolis de Ancón (Reiss y Stubel 1887), tatuaje en los dedos antes que en la
mano o en el brazo;
5) Las espadas para tejer en hueso de venado o de llama, muy pulidas, bien hechas y cortas se
encuentran en cantidad en los envoltorios de las momias y se hacen más conspicuas por la
ausencia completa de las usuales espadas para tejer en madera;
6) Topos para sostener las mantas, en cobre, inmensos y pesados o bien madera