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Compra legal de campeonatos

Por Alfonso Miño.

Así, a secas, suena un sinsentido que en los tiempos en que vivimos el fútbol pueda permitir
irregularidades groseras con olor a delito. Tenemos el VAR para hacer justicia, árbitros
parados detrás de los arcos en competencias internacionales y expulsiones a días de llevarse
a cabo un encuentro mediante la revisión de repeticiones. Todo muy en orden.

Pero también son los tiempos del libre mercado, y de esa desagradable intromisión del
empresariado en el negocio del fútbol, apareciendo reales tiburones cada vez más
hambrientos en las profundidades del deporte rey… profundidades en las que resuena una
pregunta: ¿No están comprando campeonatos de forma grosera, mucho más que antes, los
“empresarios del fútbol”?

La respuesta la tiene los números. Los equipos que más invierten en fichajes son los que
salen campeones. Los equipos que más capital tienen, compran a los mejores jugadores de
los equipos “chicos” desmantelándolos inevitablemente. Algunos ejemplos rápidos: el
Barcelona es el que más gastó en España, y ya marcha a 8 puntos del Atlético de Madrid,
“curiosamente” segundo equipo que más invirtió en el país Ibérico.
En Inglaterra, los dos equipos que más dinero inyectaron en refuerzos fueron el Manchester
City y el Liverpool… el City ya está a 16 puntos de su más cercano competidor.
En Francia la situación es más evidente, pues el Paris Saint Germain invirtió cerca de 418
millones de euros en fichajes, siendo por lejos el que más capital desembolsó en el país
galo…y ya le lleva 14 puntos de ventaja a su más cercano perseguidor, el Mónaco.

A raíz del traspaso de Neymar al PSG por una cifra record de 222 millones de euros, la UEFA
invocó la Ley del Fair Play financiero, que básicamente apunta a que los clubes no gasten
más de lo que les retornará… ¿pero es suficiente? El club francés además compró a la joya
francesa, Kylian Mbappè bajo un curioso acuerdo: pagar durante el año los casi 188 millones
de euros que habría costado la operación; con esto, señalan alguno, se “burla” la ley de Fair
Play.

Y entonces surgen dudas: si en el mundo del fútbol se limita la utilización de fuegos de


artificio, uso de bombos, ingreso de banderas de cierto tamaño para “resguardar el
espectáculo” ¿no es necesario también poner un límite en los montos de compra o en la
cantidad de jugadores que se fichan? ¿no se pone también en riesgo el espectáculo cuando
la cancha parte cargada siempre hacía el lado del que menos invierte?
Esperemos sea un debate que se de en las altas esferas del fútbol, y que se cree medidas
que limiten la prepotencia del dinero, pues para un buen espectáculo deportivo resulta
indispensable que ambos tengan la misma oportunidad de ganar, de otro modo, qué
sentido tiene el fútbol, ¿no?

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