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MINISTRO
La palabra latina ministerium equivale a servicio. Ministro es una persona que realiza un
servicio, que asiste o ayuda a otro. En el AT se utiliza la palabra ministro para traducir mesharet,
refiriéndose a alguien que está al servicio de una persona importante, generalmente un
gobernante o rey. Josué era “servidor” (mesharet) de Moisés (Exo_24:13). “Zabud, hijo de
Natán, era ministro [mesharet] principal y amigo del rey” Salomón (1Re_4:5). •Giezi era el
“sirviente” (mesharet) de Eliseo (2Re_4:43). “Servir en el santuario”, que era lo que hacían los
sacerdotes (Exo_28:43; Exo_39:1), era un ministerio.
En las epístolas paulinas aparecen tres listas de las diferentes formas que puede adoptar este
ministerio, y es notable que cada lista incluye funciones administrativas al lado de otras más
evidentemente espirituales (* Iglesia, Gobierno de la). En Ro. 12.6–8 tenemos profecía, servicio
(diakonia), enseñanza, exhortación, reparto (limosnas), el presidir (°ba°ba La Biblia de las
Américas (NT), 1963 mgmg margen “prestar auxilios”) y la realización de actos de misericordia
(visitar los pobres y los enfermos [?]). En 1 Co. 12.28 encontramos apóstoles, profetas, y
maestros junto a los dotados con poder para obrar milagros, curar enfermos, ayudar,
administrar, o hablar en lenguas. El catálogo más oficial de Ef. 4.11 menciona apóstoles,
profetas, evangelistas, y pastores combinados con maestros, todos los cuales trabajan para
perfecccionar a los santos en su servicio cristiano, de modo que toda la iglesia pueda crecer en
relación orgánica con su divina Cabeza. Aquí vemos que se pone el acento en el ministerio de la
palabra, pero el fruto de tal ministerio es el servicio mutuo en amor. Los diferentes dones que
aparecen en los pasajes mencionados son más bien funciones o maneras de servir, antes que
cargos regulares y estereotipados; una misma persona podía actuar en diferentes capacidades,
pero su posibilidad de cumplir cualquiera de ellas dependía de la guía del Espíritu. En realidad,
todos los cristianos han sido llamados a ministrar, en sus diversas capacidades (Ro. 15.27; Fil.
2.17; Flm. 13; 1 P. 2.16), y es para dicho ministerio que los preparan los ministros de la palabra
(Ef. 4.11s).