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J Michael Chejov
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AL ACTOR
Sobre la

La Idea de una obra representada en el escenario es su


espíritu; el ambiente es su alma; y todo aquello que tiene
Técnica de Actuación
de visible y de audible, forma su cuerpo.
SI un actor se reduce simplemente a decir las frases es-
critas por el autor y ejecutar los movimientos ordenados
por el director, sin buscar la oportunidad de Improvisar
Independientemente, se hace a sí mismo el esclavo de
las creaciones ajenas y su p,·ofeslón se convierte en cosa
prestada. Piensa erróneamente que tanto el director co-
mo el autor han Improvisado ya por él y que se le deja
muy poco margen para la libre expresión rl~ su propia
tndlvldualldad creadora. Esta actitud, lamentablemente,
prevalece entre demasiados actores 'de la actualidad.
Sin embargo, todo papel brinda al actor la oportunidad de
Improvisar, de colaborar y de cocrear con el autor y el
director. Esta sugerencia no Implica, desde luego, el Im-
provisar nuevas frases o hacer cosas que no sean las or-
de.,adas.por el director. Al contrario. En las lfneas de su
papel y en los movimientos sefialados·se hallan las ba-
ses firmes sobre las cuales el actor debe y puede desarro-
llar sus Improvisaciones. Cómo dice sus parlamentos y
cómo se mueve en escena son grandes puertas abiertas
a un vasto campo de Improvisación. Los "cómos" de sus
parlamentos y los movimientos son lol medios para ex-
presarse libremente.
-..... _
Ediwrial Quetzal
a GEORGE SHDANOFF
que compartió conmigo el agotad-Or
trabqjo, la excitación y las alegrias del
' TEATRO CHEJOV. Su habilidad como
director y los experimentos pedagógicos
;
realizados con los principios del método

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que presento en este libro, fueron
influencias estimulantes.

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Michael Chejov e: . -· i· ,

Versión Castellana

Osear Ferrigno y Andrés Lizarraga

AL ACTOR
Sobre/a

Técnica de Actuación

EOITO~AL ~a/
La técnica de cualquier arte parece al-
gunas veces extinguirse, como si fuera
la chispa de la inspiración en cualquier
artista mediocre. Pero la misma técni-
ca en manos de un maestro, puede hacer
que la chlspa se convierta en 11ama
inextinguible
JOSEPJASSER

........ ~ ·~ ..... ,--- . ~ . . . . . • ¡ i,;. • •. ••• .


Colección LAFARANDULA
Dirigida por
Domingo Corti zo
NOTA PlillLIM]NAl{

Este libro es el resultado de mis obseroaciones, tras el


telón, del Proceso Creador, las cuales inicié hace muchos
C:l
afros en Rusia en el Teatro de Arte de Moscú, del que fonné
nmuo..,.r",
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parte durartie dieciséis a;ios. En ese tiempo trabajé con
Stanislauski, Nemirovich-Danchenko, Vajtangov y Suler-
J;;; .
jitsky. En mi capacidad como actor, maestro y, principal-
mente, director del Segundo Teatro de Arte de Moscú, me fue
posible desarrollar mis métodos de representar y dirigir
hasta concretarlos en una técnica definida, de la cual este
libro viene a ser consecuencia.
Después de vivir en Rusúz, trabajé algunos años en
teatros de Letonia, Lituania, Austria, Francia, Inglaterra y,
enAlenwnia, con Ma.x &inhardt.
Han. constitu(do también mi mejor fortuna y privilegio
el conocrr y obseruar a renombrados actores y directores de
todos los tipos y tmdinones, ent re los cuales se cuentan per-
sonalidades !an mrmorables como Chaliapin, Meyerlwld,
Moissi, Jou uet, Gielgud y otros.
Me fue posible, además, adquirir muchos conocimien-
tos útiles mientras dirig( La Noche Duodécima para el teatro
h ebreo "Ha bíma", en Europa; las óperas Parsifal, en Riga, y
La Feria de Sorochinsk, en Nueva York. Durante mi trabajo
en esta última, una f;erie de discusiones que sostuve con el
difunto Sergio Rachmaninoff me inspiró muchas contribu-
ciones adicionales a esta ttcnica.
© Copyryght by Editorial Quetzal En 1936 el matrimonio L. K Elmhirst y la señorita
Casilla de Corno 2280 Beatriz Straigh abrieron una escuela dramática en.
Correo Central Darlington Hall, De uonshire, Inglaterra, con la intención
Buenos Aires, Argentina
I SBN 950-590-012-0
d e implantar allí el Teatro Chejov. Como directivo de aque-
lla escuela, tuue oportunidad de realizar un número consi-
derable de P.xperimentos relacionados con mi técnica. Estos
Queda hecho el depósito que marca la ley 1 l. 72:J experimentos continuaron después que la escuela fue tras-
Todos los derechos reservados, 1987. ladada a los Estados Unidos, al iniciarse la Segunda Gue-
11

IMPRESO EN LA ARGENTINA ·- PRINTED IN ARGENTINA

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rra Mundial y, más adelante, durante la evolución de la
escuela hastd co11uerU:rse e11 un teat ro profesional conocido
por los "Chekhov Players" (Actores Chejov).
Este teatro pudo haber continuado ave_nturándose en
algunos principios nuevos del arte dramál,co durante ~l
curso de su gira como compañúi de repertorw clás,co; sin
embargo, su actividad se vio truncada cuando muchos de su_s
componentes fueron llamados al servicio de las armas. Mis
experimentos lucharon mucho tiempo, y recibiuon ayuda de
los actores de Broadway, pero se tuvieron que posponer
definitivamente, por tiempo indefinido, cuando muchos de RECOIWATOIUOALLECTOR
los miembros de esta otra compañía tambiin fueron llama-
dos a filas. Necesito su ayuda.
Hoy en d(a, después de todos estos años de pruebas expe-
rimentales y comprobaciones, siento que ha llegado el mo- La abstrusa naturaleza del tema,
mento de estampar mis ideas en el papel para ofrecerlas, requiere no solamente concentración en
como la obra de mi vida, al juicio de mis colegas Y del la lectura y clara comprensión, sino la
público en general. . . cooperación con el autor. Para que el
Haciéndolo as{, deseo expresar ante todo mi gratitud al texto pueda ser fácilmente comprensi-
señor Paul Marshall Allen, por su generosa ayuda en cuan- ble, por el contacto personal y la demos-
to a la formación del texto; a Betty Raskin Appleton,. al ~oc- tración, debe necesariamente depender
tor Sergio Bertensson, a Leónidas Dudarew-Ossetins~,, . a de algo más que los meros vocablos y
Hurd llat(ield _y, en particular, a Deirdre du Frey, mi dis- conceptos intelectuales.
c(pulo más antiguo .Y maest ro calificado del método, por sus Muchas de las preguntas que pue-
contribuciones respectivas. dan surgir en su mente, durante o des-
Una n ota especial de uprecio la reservo a Charles Leo- pués de lti. lectura de cada capítulo, po-
nard, compositor --productw-- director, cuyos perfectos corw- dran ser contestadas mejor a través de la
cimientos del método y comp rensión de sus aplicaciones a aplicación práctica de los ejercicios pres-
las distintas ramificaciones de la escena, pantalla, radio Y critos más adelante. Por desgracia, no
televisión me per.madieron de que debía imponerle . el tr?· existe otro medio de cooperación ; la téc-
bajo editorial Je estu 1•trs ú511 final del manuscrito. Su nica del actor no podrá ser comprendida
incalculable pericia ha hecho rle mi un gran deudor suyo. nunca exactamente sin practicarla.
MICHAEL CHEJOV M C.
Bcverlyllitls, Cnlifomin, 1952.

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"....
CUERPO Y PSICOLOGIA DEL ACTOR
Nuutro c~rpo, pUHÚ ~ r nuutro -jor
ami¡Jo o nru-atro peor crvmigo.

Es un hecho conocido que el cuerpo humano y su psi-


cología se influyen el uno al otro y se hallan en constante
acción concentrada. De esta manera un cuerpo poco desarro-
llado o musculannente superdesarrollado puede fácilmente
ofuscar la actividad de la mente, embotando los sentimien-
tos o debilitando la voluntad. Porque cada campo o profesión
es propicio a los hábitos característicos ocupacionales, moles-
tias y azares que inevitablemente afectan a quienes lo prac-
tican o trabajan en ello. Es muy raro que hallemos equili-
brio o armonía entre el cuerpo y la psicología.
Pero el actor, que debe considerar su cuerpo como un
instrumento con el cual expresar las ideas creadoras en el
escenario, debe esforzarse r,or obtener la completa armonía
entre ambos: cuerpo y psicología.
Hay ciertos actores que pueden sentir sus papeles
profundamente y comprenderlos con diafanidad, pero que
no aciertan a expresar ni a transmitir al público estas rique-
zas que llevan dentro. Aquellos maravillosos pensamien-
tos y emociones se ven encadenados de algún modo en el
interior de sus cuerpos no desarrollados. El proceso de
ensayar y representar constituye para ellos una lucha doloro-
sa contra su propio too, too solid{Zesshl, como decía Hamlet.
Pero no tienen por qué desanimarse. Todo actor, en un
grado mayor o menor, sufre alguna vez de estas resistencias
de su cuerpo.
Para dominar aquéllas, son necesarios los ejercicios
físicos, pero deben ser cimentados sobre principios di-
ferentes de los que se emplean en la mayor parte de las
escuelas dramáticas. La gimnasia, la esgrima, los ejer-
1 Demasiad.e. carne eólida.

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c1c10s acrobáticos, calisténicos y de lucha, son indudable- Ademá s, bajo el pod er hipnótico del materialismo mo-
mente buenos y útiles de por sí, pero el cuerpo de un actor d ern o, los actores se sien ten más bien inclinados a descui-
debe someterse a un género especial de desarrollo de acuerdo dar los lími tes que deben separar la vida diaria de la del
con las exigencias particulares de su profesión. e~cenario. Se esfu erzan por e l contrario en ofrecem os la
¿Cuáles son estas exigencias? v1da tal como es, y con tal de hacerlo así se tra nsforman en
En primer lugar y con carácter preferente figura _la vulga res fo tógrafo s má s bien que en artis tas. Propenden
extrema sensibilidad del c11,erpo ante los unpu lsos psico- peli grosam ente a olV1<lar que la verdadera tarea del art ista
lógicos creadores. Esto no puede obtenerse med iante un creado r n o est rdJEl e_n copiar meramente la s apari en cias
ejercicio estrictamente físico. La psicología misma debe e xtern as de la vida, sino en interpretar la vida en todas sus
tomar parte en semejante desarrollo. El cuerpo de u n a ctor facetas y profu ndida des; en e nseñar lo que se oculta tras el
debe absorber cualidades psicológica s, debe s er poseído Y fe n ómen o llamudo vi da, h asta permitir al espectador ver
colmado por ellas hasta que los trasmuten gradualmente en más al lá de las supe rfi cies y aparien cias de la vida.
una membrana sensitiva una especie d e receptor o conduc- . P orq ue, ¿n o es el artista, el actor en el verda dero sen-
tor de las imágenes sutiles, se11limie11lvs, emoci0nrs t=> im- tido. un ser que se h a ll a dotado de la habilidad de ver y expe-
pulsos volitivos. rimenta r cosas q ue se mantiene n ocultas para el promed io
A partir del último ter cio del siglo diecinueve una pers- ?e )as pe rsonas? ¿ Y no radica su misión real, su gozoso
pectiva materialista mundial ha venido reinando, con po- mstmU?, en tra nsmitir_al espectador, como en una especie de
derío siempre creciente, en la esfera del arte, tanto c~mo en revelac!ón, ; u pro prn impresión de las cosas, corno él las ve
la de la ciencia y en la vida diaria. En consecuen cia, tan y las siente . S in embarg? ¿cómo poder hacerlo, si su cuerpo
sólo las cosas que son tangibles , tan sólo aquello que es se halla encaden~do y lii:nitado, en sus medios expresivos,
palpable y únicamente cuanto tiene ia aparien~ia externa de por la fuerz.a de influencias antiartísticas, y no creadoras?
los fenómenos de la vida , parece poseer validez bastante Dado que su cue rpo y su voz son únicamente los instrumen-
para atraer la atención del arti sta. . . t os físicos sobre los cuales debe basar su actuaci ón, ¿no debe
Bajo la influencia de los conc eptos ma tenahstas, el p rotegerlos contra restricc iones que son hostiles y dele té-
actor contemporáneo se ve constantemente corrompido, sin r eas para su arte?
necesidad, por la peligrosa práctica de elimin~r l_os el~men- F,J pensamien t o m a t e riali sta, frío y analítico, tiende a
tos psicológicos de su arte y sobr eestimar la s1gmticac1ón de coartar el vu ,~lo d e la imagina ción . Para con t rariar esta
lo físico . Así, tanto má s profundamente se hunde en est~ mort.nl intrus ión , el a ctor debe oponerle sistemáticamente la
medio antiartístico, su cu erpo se hace cada vez me nos ar:11 - tarea de a li menta r s u cuerpo con otros impulsos distintos a
mado, más y más som brío, dr nso, pnreci <lo u una m ano- nquellos que lo impelen a un modo estrechame nte m ateria-
neta, y en casos extremos ll ega inc lus ive a evocar . ~ un lista de v_ivi r .Y f 1( ·1is11r El cu erpo del actor puede revest ir un
autómata de su ednd mecán ica. La venalida d le su mini stra va lor óptimo pum t'I, t.n n sólo cuando lo mueva un a in cesan-
un substitutivo con ven irnte de hi on gina lidad. El actor tP corrienLe <le impu lso art ístico: solamente en tonces, podrá
comienza por recurr ir n toda cln !--1' de t rucos y viPJOS mol_d es se r ílexihl(' , l'xpr rsivo y, lo más vital de t odo, se ns itivo y
teatrales, con lo que muy pron to ucu m u lu nunwrosos h ábitos capaz de res¡x,nckr H las sutilezas que con sti t uyen la vi da
peculiares de nctuar y amanrra mif•nlos corporales. Pero sm creadorn interior de l artista . Porqu e el cu erpo del actor debe
que nada importe cuán bue nos o mulos sPa n o ¡.¡arez.can ser, moldenrsc y reh ar~·rsr des<le adent ro.
constituyen en suma un r eemplazo parn sus rea les emo- Tan pron lo como usted comie n ce a practicar su
ciones o sentimientos orlísl icos, p,nn una creación autén - volw1 tad quedara atónito a l ver cuanto y cuan á vidam ente
ti ca en el escenario. el cuerpo h uman o. especial me n te si es el de un acto r, puede

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se grabar án por su propio pe~o, gradualmente, en el cuerpo
allanarse y r esponder a toda especie de valores psic?ló~c?s. d~. usted Y le harán más sensible; n oble y fle xible. y su h a -
Por tal motivo, para e l desarrollo de un actor, los e~erc~c~os bilidad par_a penetra~ l~ vida interior de los caracteres que
psicoffsicos deben busc arse y aplicar s e . Los nueve eJer c1c1os está estudiando protes1onalmente, se agudizará en grado
primeros se encaminan a cumplir esla necesidad. . . sun:i o. E~pe:z:a~á por descubrir e l inagotabl e cauda l de o rigi -
Esto nos lleva al lineamiento de la segunda ex1genc1a, n.ahdad , mventiva e ingenio que es usted capaz de desplegar
la cual no es otra que la riqueza de la psicolog(a en s( mis- siendo un a c.tor. Se le hará posible atisbar en su carácter
ma. Un cuerpo sensible y una psicología rica, colorida! se aquellos ma t ices bellos pero fugitivos q ue nadie sino usted
comple menlan hasta crear aquella armonía tan necesana a el _ actor, puede ver y, como consecuencia, revelar a ~
los fines d e un nctor profesional publico.
Usted puede llegar a ello mediante Wl con stante c.reci- Y si, com o ele m e n to ~dicional a las sugerencias q ue
miento d e su inter és. Trate de experimentar o asumir la preceden, . adquiere el hábito de suprimir tod o criticismo
psicología de per sona s de otros tiempos, mediante la lectura rnnecesano, ya sea en la vida o en s u trabajo p rofe s ional
periódica de piezas teutrales, n ovelas hi s tórica s e inclusive usted acelerará considerablemente su desarrollo. '
la historia m isma . A la vez que realizar esto, trate de pene- El tercer requisito estriba en la completa obediencia de
trar sus pensamientos sin imponerles sus m odernos punt.o s umbos. <:_ uffpu ·:' psicolo[?fa, al actor . El Retor qu¡, Jle1.,1Use 8
de visla, concep tos dl' nwrn l, princip ios sociales, o cualqu ie - ;:er duen o" <lt s1 mismo y de su arte eliminará e l elemento
ra otra cosa que se co11 lru1ga u s u naturaleza u opinión per- _a cc 1denle de s u profesión, creando con e ll o un terreno
sonal. Trate de comprenderlos a través de su modo de vivir firme parn su talento. Solamente un incontestab le do m inio
y la s circunstancias que rodearon sus vidas. ~chac~ el sohre su cue rp? y su psicología le darán la in dispensable
dogmatismo de lo errón e!l noción de que la pe r sonalidad c~11fia n za en s i mismo, así como la independen cia y armo-
humana nw1ca cnmbiu , sino que s igue siendo la misma por nrn necesa_nas P.ª~ª su actividad creadora. Porque en la
encima de todos los tiempos y edades. (U na vez oí decir a un m ode rna v ida cot idiana no hacemos Wl u so s uficiente o ade-
a ctor prominente : "¡ Haml e t fue precisamen te un tipo pare- cuado d.e l cue rpo, y e l resullado es que la mayoría de nues-
cido a mí!" En un inst ante acababa de traicion a r s u pereza tros . musculos se true.can en cosas fatigadas , inílexibles y
interna que le impedía ~nlrar a fon do en la person alidad ~e reanas a toda sen~ación . P or ello, debemos reactivarl os y
Hamlcl, y su folln dP inwrés an t e los límite s d e su propia hacerlos elásticos. E l m étodo completo que sugiere este libro
psicología). nos conduce a l cu mplimiento de ese tercer requi sito.
De modo anólogo, inlente penetrar la p sicología de las . Ah ora, permítasen os descender al terreno de la prác-
diferentes nacion es; vea de definir sus características tica y empezar a expone r nuestros ejercicios. Evi te reali1.ar-
específicas , sus rasgos psicológkos, sus intereses, su arte. los mecánicamente, sino que siempre d ebe tratar de retener
Pon ga en cla ro las llifer en cú1s esencial es que distinguen e n la m ente la finalidad de cada uno.
unas nacion es de las ot rns.
Lu ego, haga lo posib le por p enetrar la psicología de . las
persona s que le rodean y por las cuales siente usted antipa- EJERCICIO 1
tía. Busque en ellas Algo bueno, cualidade s positivas de que
quizá no se dio cuent.H unles . Intente de experimentar lo que Haga una serie de movimientos amplio1,, abiertos, pero
e llas exper imenlnn , prq;:ún te se a sí m ism o por qué s ie n ten o senc1llos, de_1a ndo el máximo de espacw abi.erto a su al-
actúan en la fo rm u qut' lo hacen . red edor Implique y utilice tocio su cuerpo compfrto. HaRa los
Manlén ga~l' oliJl'I 1\0 , con Jo cual ampliHrá much ísim o moi:1m1en tos ron el uigor suficiente pero s 111 1·sforzar
su prop ia µsico login T odas l'stas ex p e ri encias substitutivas
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innecesariamente los músculos. Los movimientos pueden
sujetarse a la pauta siguiente: &JERCICIO 2
Ábrase por completo, extendiendo a todo lo ancho sus
brazos, manos y piernas, hasta donde le sea posible. Perma - Desp_ués _q_ue se haya aleccionado a s{ mismo, por medio
nezca en esta posición durante unos pocos segundos. lmag(- de e~te e¡ercicw preparatorio, a efectuar estos movimientos
nese que usted se va ensanchando más y más. Retroceda sencillos, amP_líos y libres, continúe haciéndolos por otro
luego a s u posición anterior. Repita el mismo movimiento sistema_. Imagine que dentro de su pecho existe un centro del
varias veces. Grabe en su mente la finalidad del ejercicio cual dimanan los actuales impulsos para todos . sus movi-
diciéndose a s( mismo: "Estoy despertando mis músculos de mi.e_n~os. P_iense que este centro imaginario es una fuente de
su sueño. Voy a revi virlos y servirme de ellos". actividad interna y de poder dentro de su cuerpo. Mande este
Ahora, ciérrese cruzando los brazos sobre el pecho, poder a su ca~eza, brazos, manos, torso, piernas y pies. Deje
colocando las manos sobre los hombros. H!ru¡uese sobre una qu.e ?a sensación de fu erza , armonía y bienestar penetre la
rodilla, o las dos, inclinando la cabeza. Imag(nese que se tota!idad del cuerpo. Procure que ni sus hombros, codos
está volviendo pequeño, muy pequeño. Enrósquese y contrái - munecas, caderas ni rodillas intercepten el {7.úido de ene/
gase, como si deseara que su cuerpo desapareciese dentro de g(a del cent'.o imG:ginario, sino que le den libre curso. Cuide
usted mismo, y pensara que el espacio que le rodea se que sus articulacto7:es no mantengan su cuerpo rtgido, sino
reduce. Otro de los juegos de sus músculos se despertará que, por el contrario, le permitan usar sus miembros con la
mediante este movimiento de contracción. mayor desenvoltura y flexibilidad.
Recupere su posición de espera, luego impulse el cuerpo Imagine que sus brazos y piernas parten de este centro
hacia adelante, sobre una pierna y extienda un brazo o los que lleva dentro del pecho y no de los hombros ni de las
dos. Repita el mismo movimiento, ya hacia la derecha, ya caderas . Intente una serie de movimientos naturales:
ha cia la izquierda, ocupando todo el espacio que pueda a su le_v an te los bruzos y déjelos caer, extiérulalos en diferentes
alrededor. Haga un movimiento parecido al de un herrero direcciones , camine, siéntese, levántese, túmbese; mueva
que martillea sobre el yunque. distin tos objetos; póngase el abriJ?O, los gua ntes, póngase los
llaga diferentes movimientos amplios, bien configu- Y v uelva a quitárselos; CU/de que sus movimien tos sean en
rados, plenos, como si se hallase en disposición de arrojar todo . momento in stigados por este poder que fluye del
un objeto en distintas direcciones, le vantarlo d.el suelo, unagmano centro de su pecho.
blarulirlo p or encima de su cabeza o bien arras trarlo, ~l tiempo de practicar este ejercicio fije en su mente
empujarlo o sacudirlo. Haga sus movimientos completos, otro importante principio: Deje que el poder que dimana del
con el vigor suficiente y ritmo moderado. Evite todo movi- consabido centro imaginario q'!e reside dentro de su pecho y
miento de danza . No retenga la respiración mientra,<; se lo conduce a tra vés del espacw preceda al movimiento mis-
mueve . No se apresure. Haga una pausa despu és de cada mo; esto es, _m ande primero el impulso para el movimiento,
movimiento. Y luego, un instante después, haga el movimiento requerido.
Este ejercicio le conferirá gradualmente un vislumbre Entre ta~to, camine hacia adelante, a los lados y hacia
de las sensaciones de independencia y acrecentamiento de atrás_. Dé¡ese no obstante que el cen tro mismo se proyecte al
la uida . Veje que estas sensaciones se adentren en su cuerpo exter~or c?mo a unas cu.antas pulgadas delante de usted en
y sean las primeras cualidades psicológicas que deben ser la direccí.ón de su movimiento. Deje que su cuerpo siga al
absorbidas. cent,:o. . Esto hará su auance tan liso y llarw en cada
movimiento, tan gracioso y arUstico, como agradable y
logrado a la vista. ·
Después que se ha cumplido el movimiento, ,w corte
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usted en seco la corriente de poder que genera el centro, sino forma está aM". ,Junto con esto, piense y sienta que su propio
que debe dejarla /Zuir y radiar un rato, más allá de los cue~po es una forma mutable. Repftalo a cada m omento
lindes de su cuerpo y del espacio que le rodea . Este poder no van.as vec~s hasta que llegue a ser libre y esté más plena-
debe solamente preceder cadü urw de sus movimientos sino m_e nte satisfecho. Su esfuerzo recuerda el trabajo de un
también seguirlos, d e modo que la sensación de libertad sea dtbu1ante que, una y otra vez, tra:za la misma Unea apli-
mantenida por la de poder, colocando as{ otro avance cándose a dar/~ forma mejor, más limpia y expresiva. Pero
psicof(sico en el haber de usted. Gradualmente, experimen - en lo que concierne a no perder la cualidad moldeadora de
tará más y más la fuerza de este sentimiento que puede su n:iovimiento, imagine que el aire que le envuelve es un
evocar la presencia de un actor en el escenario. Mientras se medi_o _que ofrece resistencia. Intente también los mismos
enfrente al público nunca se sentirá cohibido, jamás Le aco- movimientos con ritmos diferentes.
meterán temores de ninguna clase, ni le fallará la con- Despues, trate de reproducir estos movimientos median-
fwru.a en s( mismo como artista. te el emple~ exclusivo de diferentes partes de su cuerpo.
EL centro imaginario dentro de su pecho, le dará Moldee el aire que le rodea tan sólo con los hombros y el
también la sensación de que su cuerpo entero se aproxima extremo de los mismos; luego con los codos, la espalda, rodi-
((sicamente hasta llegar a ser un tipo "ideal" de cuerpo hu- llas, frente , manos, dedos, etc. En todos los movimientos
marw. A semejanza de un músico que tan sólo puede tocar m_antenga la sensación de fuerza y de poder interior que
un instrumento bien templado, de igual manera su cuerpo dima,:ui a través y fuera de su cuerpo. E vite la tensión inne-
"ideal" le hará posible usarlo en grande dándole toda la cesaria de los músculos. En consideración a la sencillez
gama de matices exigida por el papel que esté u.sted d esempe- ha~a SU:s movimientos de moldeo sin imaginar primero la
ñando. Por ello debe contuiuar estos ej¡,cicios hasta que existencia de un centro situado en su pecho, y después de un
sienta que el poderoso ct'ni ro contenido en su pecho con sti- rato con el centro imaginado.
tuye una parte natural de su ser y 110 requiere prolongar . Ahora, como Pn los ejercicios previos, restitúyase a los
mucho su especi.al atenci<in o rnnn'n t rn.ión. mouim1entos sunp/¡,s y naturales, y en sus ocupaciones de
Este centro imagin onc> sirH' tomh1 c n paro otros pro- todos los d la s use rl CPntro y preserve, hasta donde le sea
¡;()sitos d.e los cuales nos rx·uparemos m ri s odelante. posible. la sensacrnn de fuerza, y del poder de moldear
f<>n 1111s
Cua ndo S (_' ¡>on¡¿u en contacto con diferentes objetos, pro-
EJERCICIO J cure transmitir/ps su fue rza, colmarlos con su poder. Esto
desarrollará su apt1t ud para manejar aquéllos, en el esce-
Como se ha indicado anteriormente. huga mm•imien- nario. con hab i/1dnd v destreza. De igual manera, aprenda
tos fuertes y dilatados con todo el cuerpo. Pero ahora, d(gase a . extl'nder fu ¡.u>tcn c1a a todos sus compañeros, inclusive a
a sí mismo: "Igual que urz escultor, esto_;; moldeando el d istancia : ae 1'ste modo conseguirá uno de los medios más
espacio que me rodea . En rl aire que me rodea voy dejando simples d e establece r contactos verdaderos y firmes con
formas que parecen haber sido ci n celadas por los movi- aquéllos al estrJ:· en escena, lo cual es una parte importante
mientos de mi cuerpo". de la técnica que se le hará fácil más adelanu.. Emplee su
Cree contornos fuert es y definidos Para que ello le sea poder profusament e: se trata de algo inextinguible y por
posible, piénselo desde el principio hasta t>l fin de cada mucho que usted de . más le quedará acumulado en s[
movimiento que va realizando. Dlgase otra uez a sf mismo: mismo.
''Ahora, doy principio a mi mopimien to para crear una Termine este ejercicio (a l ígual que Los números.
forma". Después, complételo: "Ahora , lo he terminado. La 4, 5 Y 6) en un intento de adiestrar sus m anos y sus dedos por

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separado. Haga una serie de movunientos naturales_: Tome, sarta , mas, por otra paHe, no perm ita que los m ovimientos
mueva, levante, derribe, toque y trasponga diferentes adolezcan d e fat iga, vaguedad, desdibuj am ien to o imper-
objetos, grandes o chicos. Vea que sus manos y sus dedos se ( eccum.
hallen saturados del mismo poder moldeador y que, En este ejercicio imagine al aire que le rodea como una
además, creen formas a cada movimiento. No es necesario s uperficie de agua que le soporta y sobre ella sus mo-
exagerarlos, ni tiene por qué desanimarse cuando al v imientos se deslizan con suavidad.
principie le puedan parecer ligera mente toscos y exceswos. Cambie de ritmos. Pausa de vez en cuando. Con sidere
Las marws y los ded08 de un actor pueden resultar de lo más sus movimientos como pequeñas piezas artística s, como con
expresivo sobre ÍGJf tablas si han sido adiestradas Y se todos los ejercicios sugeridos en este capítulo. Una sensa -
utilizan prudentemente. ción de calma, equilibrio y calor psicológicos serán su re-
Habiendo adquirido la técnica suficiente en cuanto a compen sa. Retenga estas sensaciones y déjelas que llenen
ejecutar estos movimientos de moldeo, y experimentado pla- su cuerpo por entero.
cer en hacerlos, a continuación debe decirse a s( mismo:
"Cada movimiento que hago es una pequeña obra de arte, Lo
estoy haciendo como artista. Mi cuerpo es un bello instru- EJERCICIO 5
mento para producir movimientos de moldeo y crear for -
mas. Gracias a mi cuerpo puedo llevar hasta el espectador , Sf ha observado_ alguna vez el vuelo de los pájaros, le
mi poder y mi fuerza interiores". llaga que estos pensa- sera facil captar la idea que contiene este nuevo movimien-
mientos penetren profundamente en su cuerpo. to. lmag!nese que todo su cuerpo vuela cruzando el espacie.
Este ejercicio hará que pueda crear constantemente Como en los otros ejercicios sus mouimientos dehen sumer-
formas para cualquier acto que deba representar en escena. g irse uno en otro sin que lleguen a ser desproporcionados.
Con ello desarrollará el gusto de la forma y se sentirá r:n éste, la fuerza física de sw; m ouimientos pu ed e aumentar
art{sticame11te insatisf<!cho ante los movimientos vagos I! '\ :l is rrwiuir según sus deseos, pero nun ca debe desa pa recer.
imperfectos, o frente ~ gestos, ideas o sentimi.entos amorfos, l~n el orden p su:ológico debe mantener su / uerza constan -
que rechazará cuando los compruebe en sí mismo o en los tem ente. Usted hahrá de adoptar u na p osición exter iorm ente
otros durante su trabajo profesional . Comprenderá que la est á t ica , p ero en lo mterwr debera p roseguir esa sen sación
vaguedad )' la imperfección no ti enen cabida en el arte. de que va remontándose. lma,?ine el aire que le rodea como
un m edw para instigar sus m ovim~ntus de vuelo. S u deseo
debe ser triunfar sobre el peso de su cuerpo, en la lucha con
E.JERC ICIO 4 la s leyes de la gravedad. Mientras se mueva cambie de
ritmo. Una sensación de alegre ligereza y agilid.ad impreg -
Repítanse los movimientos amplios y abiertos de los nará su cuerpo entero.
ejercicios anteriores, utilizando todo el cuerpo; luego des- Comience este ejercicio, tambi.én con los m ovimientos
víense a las actitudes sencillas y, finalmente, ejerc(tese con amplios y abiertos. Luego proceda a' moverse con natura-
dedos y manos tan sólo. _ lidad. Mientras lleve a cabo los movimientos cotidianos
Pero ahora , despierte todavía otro pensamiento dentro a segúrese de conservar su realismo y simplicidad. '
de sf: MMis m ovimientos están flotando en el espacio, sumer-
giéndose con gentileza y hermosura, urw en otro". Como en
el ejercicio anterior, todos los movimientos deben ser sen -
cillos y perfectos. Déjelos fluir y refluir a manera ~e olas
gigante scas. Com o antes, evite la tensión muscular mnece-
24 25
EJERCICIO {j haga visiblemente fá.ciles de d istinguir). Imag ine que el
aire que le rodea se halla uiundado de luz.
Empiicese este ejercicio, como siempre, con la a mpli- No d eben asaltarle dudas acerca de si está de veras
tud y apertura de movimientos de los anteriores, para entrar irradiando o si tan sólo se imagina que lo está. Si usted ima-
luego en los gestos y actitudes naturales que a conti~uación gina sinceram en te y se halla convencido d e estar esparcien-
son sugeridos. Levante los brazos, bá1elos, extiéndalos d o sus rayos, la imaginación le conducirá gradual y (,.e/-
hacia adelante, a un lado y a otro. Pasee alrededor de la mente al proceso real y actual de irradiación.
habitación, recuéstese , siéntese, póngase de pie, etc.,: pero, de . El_ ~esu~tado de este ejercicio será sentir la existencia y
continuo, emita los rayos de su cuerpo al espacw que le la significación d e su poder mterior. Con cierta frecuencia
rodea, en dirección del m ovimiento que hace, y después de hay actores q ue desconocen o pasan por alto este tesoro que
haberlo hecho. llevan d~ntrn de s{, y m ien tras representan conf(an más de
Acaso se pregunte usted cómo puede continuar, por ejem - lo necesario en sus m ed ws d e expresión externa. El uso de
plo, sentado después de haberlo estado en realidad. La res- estas expresiones, por sí solas, nos da una clara evidencia
puesta es simple si u sted recuerda haber permanecido sen - 1e cómo algunos actores oluidan o ignoran que los persona-
tado, lleno de cansancio y de agotamiento. En verdad, su Jes que están representando, p oseen almas vivas, y que éstas
cuerpo f(sico ha tomado esta posición final, pero P~ict?ló- pueden ser mamfestadas de modo con vincente mediante
gicamente usted sigue todau(a "senta~" po_r la irradiac_ión u~ irradiación poderosa. En efecto, nada contiene nuestra
de que aun lo está. Experimente esta irradiación al sentir el psicolog(a que no pu.eda ser irradiado de este modo.
goce de su relajamiento. Lo mismo al imaginarse que se Otras sensaciones que u sted experimentará serán las
halla can sado y agotado: su cuerpo lo resiste, y mucho antes de libertad, d icha y confortación interna. Todos estos sen-
de que usted, realmente, se levante, está irradiar. do "Leuan - timientos llena rán s_u cuerpo por completo, impregnándolo
témonos" y sigue de pie cuando se encuentra ya se ntado. por completo y haciéndolo más y más v(vido, sensitivo y
Desde luego, con esto no se sugiere que d eba ~cH·t uar ·: preten - responsable. (Al fin de este cap(tu lo se encuentran comen-
diendo que se siente can sado durante este e; rm pln. ,c:;e trota , tarios adiciona les. relat iuos a la irradiación).
meramente, de una ilustración acerca d e lo qu e pued e
suc(•der en una circunstancia cualquiera d e la 1·Hía reo !. En
es te ejercicio ello debe r(a hacerse con todos los mm• zm len tos 1-:.J EJ{CJCIO 7
que en tran en una posióón f[sica m ente estót1ca La irra-
d i.ación debe p receder y seguir a sus movimientos act un /es. Cuando se lw_ya (am 1hari:w.do por entero con estas
Mientras se esfuerza en irradiar, en rm 81'nt1 dn. salrzo cuat ro cla ses de m o11lm1entos (m old eo, flote, vuelo e irradia -
más allá de los llmites d.e su cuerpo. M ande su!> ray< 8 en d i-
1 ción ) y le sea posible ( Jecutar los (ác zlmente, trate de repetir-
fe rente s direcciones de su cuerpo entero d e una 11ez y desp ués los en su imag1.naci6n solamente. H ágalo hasta que pueda
a través de sus varias partes, como son bra.zos. manos, repetir sin esfue rzo las m 1smas se nsaciones f(sicas y psi-
de dos, palmas, frente, pecho y espalda. Puede o . no usa r el cológicas q ue expen menló mzentras a.ctú.a en m ovim iento.
centro d el pecho como resorte principal de su 1rradwc16n .
Lll!ne todo el espacio que le rodea con estas rrradiacwnes.
(E n realidad es el m ismo proceso de expeler su p<xier, pero E n lúda ve rdndera , gran ob ra de arte, hallará siempre
tiene cualidades mucho más luminosas. Tam bién, esté aler - cuatro cuahclades qu e el art1st.a puso e n su cr eación . Facili-
ta contra las sutiles diferencias existentes entre los m ovi - dad, Forma , Bellez a e Integridad . Est.as cuatro cualidades
mientos aéreos e irradiantes, hasta que la práctica se los deben ser tambi én d esarroll adas por el actor; s u cu erpo y su

26 27
palabra deben estar dotados de ella s porque son los únicos De similar importancia es el sentido de la Forma .
instrumentos de que d ispone cua ndo está en escena. Su cu er- Pu_ede ver se llamado a u:terpretar en las tablas un per so-
po debe convertirse en una obra de arte dentro de sí mismo, naJe qu.e el auto r h a descn to como u n tipo vago o negligente ;
debe adquirir estas cua t ro cualidades, debe experimentarlas o tam b~én puede ver se en el cas0 de encarar un individuo
interionnen te. descarna do o ca ótico, sin ningú n sentido de la fonna con
Séanos pennitido t ra tar en primer términ o de la cuali- u n lenguaje confuso e incl usive tartamudo. Claro qu~ un
dad de Facilidad. Mientras se hall e actuando, los movi- pe rso naJe sem eJante debe ser considerado t an sólo como
mientos pesados y los pa rl amen tos duros, pueden ser capa- oigo temático, co rno lo que está representando. El modo de
ces de causar la depresión y aun la r epulsa de un público. La ha ce rl o usted, e l_ a:f,ista, depende de lo completo y perfecto
pesadez en un artista constituye una fue rza anticreadora. Só- que sea su se ntimiento de la forma . La te nd encia hacia la
bre las tahlas sólo puede existir como tenw, pero nunca como cla ridad de la forma se h ace aparen te a u n en los vocabl os y
manera de actuar. "Es la ligere2.a en el toque lo que más que di scu rsos inacabados de los grandes m aestros Crear for-
otra cosa cualquiera hace al artista", ha dicho Edward mas con una claridad corta nte equival e a un a hab ili dAd
Eggleston. En otras palabras, su personaje en el escenario que los a rti stas en todos los pa peles pueden y deben desa -
puede ser pesado, za fio en los movimientos e inarticulado en rroll a r h asta el más alto grado.
el hablar; pero usted, como artista, debe valerse siempre de . Lo~ ejercicios del. moldeo de m ovimien tos pueden
ligereza y facilidad en cuanto a medios de expresión. Inclu- servirle meJor cuando adqwera la cualidad de la Forma.
sive la propia pesadez debe ser interpretada con ligereza y
facilidad. No debe nunca confundir las cualidades del ¿Qué diremos acerca de la BeUeza? Se ha asegurado
personaje y las de sí mismo como artista si es que quiere con_frecuencia que la belleza es el resultado de una aglome-
aprender a disti nguir en tre lo que interpreta (tema, perso- ración de muchos elementos psicofisicos. Esta es, induda -
naje) y cómo lo hace usted (el modo, la manera de actuar). blemente, la verdad. Pero el actor que lleva a ca bo ejer cicios
Le será fácil relajar su cuerpo y su espíritu; por lo tan to, de bell eza n o debe proponerse expe ri mentarla analíti-
hay much o de a nálogo en cua11lo al humor. Algunos come- camente o como substituto si no más bien de un modo
diantes recurren a pesados ITl(!d ios de expresión humorís- insta ntán eo e intui tivo. Para el actor, interpr etar la belleza
tica, tales como pin ta rse de rojo la cara, hacer muecas, co mo . sólo ut1u c.o nfluencia de muchos elementos pued e
contorsion a r su cuer po y cast igar sus cuerdas vocales, a 1nduc1rle a confusiones de las que se der ivan errores en el
pesar de lo cua l las ri sa s se res isten a estallar. Otros come- entrenam ien to.
diantes se val en de la s mi sma s tretas, pero con mayor An tes de que aquél comience a ejercitar sobre la belle-
acierto y fin urn , lo cua l hace que obtengan mayor éxito que rn , debe pensa r que tien e sus lados buen os y ma los, sus
aq ué llos. Un <'j (~mpl o Pxce1Pn 1f· f'S f'l dP un buen "clown" qur acuerdos Y sus errores, s us propor cion es y sus despropor -
se deja cuer upesadamPnle" S(lhre e l su elo; pero lo hace con l' IOJH:s. Porqu e la belleza, como sucede con locln cosa pos 1.
tal b'Tncejo artístico y tun ln fa cilidad, que usted no puede tiva , tie ne su la do sombrío. S i la osadía es wia virt ud en-
menos de soltar la cnrcnjada De mostraci on es incompa tonces el atolondr a miento, In bravata sin sentido son su 'lado
rabi es de estos últimos , In dest>11vollu ra con qu e realiza n las negati vo; s i lu ca utela es una cuali dad pos iliva , en tonc(•s e l
más grotesca s paya sada s, las hallamos en Charlie Chaplin m ied o in superable es s u lado nega tivo. Lo mismo debemos
y en un "clown" de la talla de Grock. deci r de la belleza . La verdadera belleza tiene sus raíces
La cualidad de Facil idad se a dquiere mejor a través de dPn tro del ser human o, mien tras que la fa lsa belleza se
los ejercicios sobre movi mientos aéreos y de irradiación que hulla . tan sólo fuera de él. El "exhibi cioni smo" es lu parte
ahora ya son familiares a usted. negativa de la belleza, y lo mismo la sensiblería, la blan -

29

l
dura, el amor de sí mismo y otras v~nidades pareci<l~s. El EJERCICI08
actor en quien se desarrolla un sen~1do de belle~a simple-
mente para disfrutarla só lo él, adquiere un barniz superfi - Empiécese con observaciones de todo género en cuanto
cial, de una capa delgada de ese sentido. Su fina l~dad debe a la belleza de los seres humanos (dejando de lado la sen -
ser adquirir este sentido solamen_te para su arte. 81 le es po- sualidad como negativa), en el arte y en la naturaleza, con
sible extraer el aguijón del egotismo clavado en su sen t ido todo pueden ser obscuras e insignifu:antes en sus rasgos
de la belleza, se halla_rá fuera de peli~?· . distintivos. Entonces pregúntese as( mismo. ¿Qué es lo q ue
Pero usted qm zás pregunte : ¿Cómo_pu_edo mterpretar debe impresionarme com o bello? ¿La causa reside en la For-
situaciones feas y caracter es repulsivos s1 m1 creac~ ón tie ne ma? ¿En la Armonfa? ¿En la Sinceridad 7 ¿En la Simpli -
que ser bella? ¿Podría esta belleza restar1:1e expresión?" La cidad? ¿En el Color? ¿En el valor M oral? ¿En la Fuerza?
resp ues u 1 , en principio , sigue siendo la misma que eswblece ¿En la Gentileza? ¿En la Significación ? ¿En la Origi-
una distinción en t re el qué y el cómo , entre el Lema y el modo nalidad? ¿En la Ingenuidad ? ¿li;n el ldPalismo? ¿En la
de interp rewrlo, e ntre el personaje o situación y el arti sta Maestrfa? Etc ...
con un sentido bien desar rollado de belleza y buen gusto. La Como resultado de largos y pacientes procesos de
feal dad expresado en el esce nario por m edios anties_téticos observación, se dará usted cuenta cómo un sentido de la
irrita los n ervios del público. El efecto de una actua ción se- verdadera belleza y del gusto art(stico responde gradual-
mejante es más bien fisiológico que p~icológico. La influen - mente d.e.ntro de s(. Sentirá que su mente y su cuerpo han
cia enaltecedora del arte queda paralizada en tales casos. acumulado belleza y que usted ha aguwdo su habilidad de
Pero si se realiza estéticamente un tema desagradable, W1a detectarla en cualquier parte. Llegará a ser una especie de
situación o personaje retiene el poder de elevaci_ón, ~ inspira hábito en usted. Ahora ya se halla Listo para proceder el
al auditorio, la belleza con la cual un tema a si_es interpre- siguiente ejercicio:
tado transforma la fealdad particular en su idea ; tras lo Empiece, cor.,io antes, con movimientos amplios
µarticulnr , entone s, asoma el a rqu etipo, e inmediatamente y sencillos, tratando de hacerlos con la belleza que fluye de
se apodera de la menle y del espíri tu del espectador en lugar d entro de usted mismo, hasta q ue su cuerpo entero se sature
de exci wrle los nervios. de aquélla, y empiece a sen tir una satisfacción estética. N o
Un ejemplo apropiado de lo que decimos nos lo dan__ los haga sus ejercicios frente a un espejo; esto podr{a restringir
parlam enlo s en que "El Rey Lear" impreca a sus h1Jas '. la belleza a solamente ca lidad de una superficie cuando rk
acu mulando una maldició n sobr e otra. Tomada s po_r . s1 lo que se trata es de penetrar profu ndamente dentro de s(
solas se ven que , cie rtam ente, no pertenecen a los do ~mni os mismo. Evite los movimientos de danza . Después de esto,
de la belleza , pero el contexto de todas ell as cr ~a lo impre- mueva su centro imaginario de su pecho. Atraviese las cua-
sión dr un o de los fragm entos más bellamente eJe_c utados de tro clases de movimientos: Moldeo, vuelo, flo te y radiación.
la obrn. Aqu í vemos al genio de Shakespeare aplicando me - Hable unas poca s palabras . Luegu haga lus movimientos de
dios bellos (cómo) para tratar un tema a ltamente_ desagra- todos los d(as y sus simples quehaceres . E inclusive en la
dnbll:' (qué). Este ejem plo cl ásico, por sí solo, nos _dice, meJor vida diaria evite cuidadosam ente los gestos y palab ras feas .
d,, lo que p()d rínn lrncrrlo muc has palabras, el sigrnficad o .Y Resista la tentación de par cer bello
¡,,~ llN ' ~ ,J,, l,1 1-...,!lt'nl h1o'Crii111ir:1 .
l 'on t'SWS l'xp li rnc1011es tij as
en 111 mente , St' pueden Ocupémonos ahoro de la úl Lirna de lns cuatro cunlida-
co menzar los siguie ntes y sencill os eje rcicios que a la <les inherentes al arte del actor. lnt r!{rid.wl.
Be lleza se refie ren. El actor que inte rpreta su pnpel rn mo a lgo muy di stante
y si n relación entre cada entrnda y salida a escena, sin

30 31
tomar en cuenta lo que h izo en las escenas anteriores ni lo ojos (plantas, animales, formas arquitectónicas, paisajes,
que hará en las siguientes, no interpretará nunca su parte etcétera), mirándolos como formas completas en s( mismas.
completa ni en su integridad . La omi sión o inhabilidad en Luego busque dentro de ellos partes separadas que puedan
cuanto a relacionar una parte de su integridad, puede hacer- ofrecer completas pinturas o cuadros. Imag(nelos como
la inannónica e incomprensible para el espectador. puestos dentro de un marco, de modo parecido a instantá -
Bajo otro aspecto, si desde el pr in cip io, o s ea a conta r de neas (otográf1.ea s o secciones d.e una peUcula.
la primera entrada usted ya posee una visión de sí mi smo Usted puede hace r también esto con un sentido auditivo.
desempeñando o recitando sus últimn s esci>nns, le será mu- E scuchando una composición y tratando de percibir sus
cho má s factible ver su parte completa en todo s sus detalles, fra ses separado mente com o unidades más o menos inde-
como si la estuviera miran do en perspectiva desde un punto pendiente s. El encadena miento de la variación dentro de
elevado. La habilidad en cuanto a evaluar los detalles den- cada tema del conju nto, como el régimen de las diversas
tro de la part e, como un bien integrado conjunto, se rá lo que escenas de una obra, se le harán visibl.es de una vez.
más adelante le posibilitará interpretar ca da uno de ta les Concluya sus ejercicios como sigue: Divida en dos
detalles como pequeñas entidades que se mezclan en el sectores la habitacwn en la cual hace sus prácticas. Pase de
brazo total que llamamos integridad . una parte, la cu al representa los bastidores, a la otra que
¿Qué cualidades nuevas ganará su actuación con este quiere ser la esce na en s( misma. Trate de establecer el mo-
sentimiento de integridad? Usted sujetará instintivamente mento d.e su . aparición_ a~t~ la concurrencia imaginaria
las esencias de su carácter y seguirá la línea principal de como~ un significado prznczpw. Permanezca ante su "audi-
los acontecimientos, manteniendo así con finneza la aten - torio Y pron!:nc1e una o dos sentencias, pretendiendo que
ción del auditorio. Su actuación se volverá más poderosa. está desempenando un papel, luego deje la "escena" como si
Igualmente le ayudará desde el principi o a dominar su su desaparición fuese un final definitivo. Ensaye el proceso
carácter sin mucho revuelo. en!ero de aparecer y desaparecer como una integridad en s(
mismo.
Un agud o sentido de lo que es principio y fin constituye
F..JERC ICJO ~ sola_mente uno de los medios de desarrolla r sus sen -
timientos de totahdad. Otro medio estriba en concebir su
Pase revista en su mente a los acontf>cimientos del dia carácter como rnmutahlr en su corazón, a despecho de todas
que acaba de pasar, lraland.o de recoger aquellos perlados las transforma ciones que puedan surgir en la obra. Este
que sean completos por s( mismos. Pret enda que son escenas aspecto del ejercu:io será examinado en capUulos posteriores
separadas dentro de una ohm. Defina sus principios y fines. que tratarán de los Gestos Psicológicos, la Composici.6n y la
Una y otra twz uuelua sobre ellos t'll s1, lt1 (' 111onu husta que lntrrpretacián .
cada uno permanezca aislado com o Ull(I ent,dnd v no obs -
tante se adapte a los otros como una 1ntvf{r11fnd ·
llágase lo mismo con dilatud os ¡wnodos de su r:u fa pa - A qu 1 se hn ll,rn eri su punto unas pocas observaciones
sada y, finalmente, trate de p reuer el futuro en rela ción con a cr rca de la radwnon.
sus planes, ideales y fines. Radi ar sobrr el escenario, equivale a dar, expeler. Su
Ejecute lo propio en relación con la s uidas de los per - contrapa rtida es recibir . La verdadera actuación es un cons-
sonajes históricos y sus destin os. E idéntica cosa con la s tante inwrcambio de lns do s cosas. No hay momentos en la
comedias. escena en qu e rl actor pueda permitirse a sí mismo --0
Ahora ded(quese a cosas y objetos desplegados ante sus mejor dich o a su ca rácter- permanecer pasivo en este sen-

3'.2 33

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tid o sin correr el ri esgo de fatiga r la atención de la concu-
rrencia y crear la se nsación de vacío psico lógico. IMAGINACION E INCORPORACION
Sabe mos que el actor radia y por qué; per? ~qué debe (el
carácter) recibi r , y cuándo y cómo? Puede r ecibir la J?re.s en-
DEIMAGENES
cia de su s colegas, sus acciones y palabras, o su proxrn11dad Lo creación ,w está inspiroaa por lo que ES, Bino
por lo que PUEDE SER; no lo actual, Bino lo
específica o en gen eral lo req ueri do por la obra. Puede_ la~ - pot;ible.
bi én recibir la atmósfera e n la cual se encue ntra a s1 mi s-
mo, o cosa s y a con t cci mitinl os. Re sumie nd o, rec_ibe todas las
cosas que deberían producir f'n é l un a 1mpres1ón co mo ca -
rácter según el ánimo de l m omen t o An ochece. Después de un largo día, desp ués de mucho
Cuénd o el nctor drhC' rec ib ir o rad iar depend e del con - t rabajo y mú ltip les imp resiones, e xperimentos, a cciones y
ten ido de la esce n a, de la s s ugesti ones del direclo r , de l libre pa labras, deja usted que re posen s us nervi os fa tigad os. Se
albedrío del acto r o qu izás de una combinación de estos sienta quietamente, co n los ojos cerrados. ¿Qué es lo que
factores. aparece fuera de las t in ieblas, ante los ojos de su men te?
En cuanto a cónw In recepción debe se r ejecu tada Y Uste d vuelve a ver los r ostros de la s ge ntes con quien se ha
sentida el actor debe llevar en su mente que ell o es algo más encon trado durante el día, oye sus voces, mira sus movi-
que un'a si mple materia de mirar o escuchar sobre l~ es- mientos, sus rasgos característicos o de hum or . Usted vu elve
cen a . De hecho el r ecibir significa at raer hacia uno mismo, a correr otra ve7. a través de las calles, pasa por las casas que
con el m ayor poder intern o las cosas, las personas, los acon - le son familiares, lee los rótu los. Pasivamente, si gue las
tecimientos de la s itua ció n. In clusive aun cuando sus co- abigarrad.as imágenes que se hallan en su memoria.
legas puedan no conoce r esa técnica, n o debe usted 1;un ca, Sin enterar se por sí mismo, usted retroced e ha sta los
por el bi en de su propia inte rpre tación , parar la _r ece pción de lím ites del día de hoy, y en su imaginación evoca s uave-
ellos, siempre que drcida ha ce rlo así. Descubrirá cómo sus mente visiones de su vida pasada. U sted olvida y r ecuerda
esfuen.o s per so na les de sperta rán intuitivamente a otros co- sólo a m edias, deseos, il usiones, fin es de la vida, éxitos y
media ntes e insp irarán su colaboración. . fra casos, aparecen ante su mente a m an era de cuadros . E n
Así, en n uestros n ueve pri meros ejercicios , h emos d1~- verdad , ello no es tan fácil como la recolección de los hechos
puesto los cimie n tos pa rn la co n secución de los cuatro r~qu 1- de l día qu e acaba de transcurrir. Ahora, lo retrospectivo , se
sitos que so n básicos para la técnica de l actor. Por me~10 de nos ofrec e li geramente cambiado. Pero us ted lo reconoce
los ejercicios psic ológicos sugeridos, el actor pu~de incre- todavía. Co n los ojos de su mente lo sigu e lodo con mayor
mentar su propia fuerza, desa rrollar sus hab1hdades de interés , co n atención más despejada, por el hech o de verlo
radiar y recibir, a<l qumr un fi11 0 se ntido. de la forma, en - ca mbiado, ya que ah ora reviste trazas de im aginación
carecer sus se nti mi entos de libertad, facilidad, calma Y be- Pero ocurre mucho más. Fuera de las vi siones del
lleza, ex peri mcnL'n pi ~ign ificaclo d e su ser interi o_r y pa sado rel ampaguean aquí y allá im ágenes ¡totalmente des-
aprende r a v('r las <:1.ls,1~ :,· los procesos en su 1ntegndad conocidas para u sted' Son productos puros de su Imagi -
comp let.n. Si lo s t ·J t· 1 r1rn 1s su¡~t'.ridos se cumplen pac ien- na ci.nn Creadora . Aparecen , desapa recen, retroceden de nue -
temente, co n toda s est a:a y aquellas h a b~lidades h ~bremos vo, arrastra ndo consigo nuevos visi tantes. A poco entah la n
cubierto e imp regnad o n ues tro cu erpo, hac iénd olo ma s :i no Y relaciones de amistad unas con otra s. Comienzan a cut1U1r,
sensitivo, en1iqu ecicl o su psi co logía y a l m is mo tiempo 1:1 int erpretar ante su vista maravillada. Usted sigue h asta
dá ndole, a un en esta etnpa de desarrollo, un grado de aquí sus vidas desconocidas. Us ted se halla absorto, embe-
dominio sobre si nú smo h,do por extrañas disposici on es de á nim o, atmósfera s, den -

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..- •\ ~ .. - - - .. ... • • ~· • J .. .' ' • .
~" infl~b1ncia de .sus. pre~itas y órdenes, le darán respues-
tro del amor, del odio, de la felicidad o de la desdicha de ., VlSI es a su v1sta mtenor. Permítasenos un ejemplo:
estos huéspedes imaginarios. Su mente está ahora plena- Supongamos que usted desempeña el papel de Malvolio
mente despierta y activa. Sus propias reminiscencias en La duodécima noche . Supongamos que desea estudiar eÍ
crecen en cuan to a palidez; el n uevo m undo imaginario es ;omento en que MaJv_ol!o se acerca a Olivia en el jardín.
más fuerte que ellas. A usted le divierte el hecho de que las espués de haber recibido una carta misteriosa la cuaÍ
nuevas imágenes poseen su propia vida independiente ; le ;upone que procede "de ella". Aquí es don de usted ~mpieza a
deja atónito el que se le aparezcan sin ser invitadas. ~or fi:', .º~mular pre?'1ntas tales como: "Muéstrame, Malvolio :
estos recién llegados le obligan a observarlos con acnmorna ¿con:o entranus por las puertas del jardín con u11n
mayor que los simples cuadros de la memoria cotidiana; ~on_nsa '. te n:ioverias hacia tu "dulce dama"? (~ pregunta
estos fascinadores huéspedes que se nos a parecen sin venir i~~ 1 ~ inmediHtnmcnte la imagen de Ma lvolio en a cc ión .
de ninguna parte, que viven su prop ia vida, llena de emo · b ste lo ve a distancia . ¡Apre s uradamente oculta la mi sivn
<..'iones, despiertan sus sentimientos r es ponsables . Le obli- cªJº su capa, para exhibi rla luego con un 'e fecto triunfanJ
gan a reir o a llorar con ellos. Pare cido s a los magos , provo - A >n el cu~llo_ esti rad o, .Y su semblante mortalmente serio
can dentro de usted un in co ntenible deseo de llegn r a se r uno f"busca a. Olivw ,. ' Aquí . • · ·H
estál 1 us ta que· punto l a sonnsa · '
de ellos. Usted entabla conversaciones con e ll os , se con - H 1se~ _s u r~str,u (..'~o le ha escrito ella : "Tu sonrisa te sienta
templa a sí mismo en medio de ell os, d esen actullr y lo hace ta~ ien · ·· · f ero sus OJOS ¿so n ríen? ¡Oh ! no. Se hallan
así . De un estado pasivo de la mente, los imágenes lo han alarmados , 8Tl S l 0SúS Y vigilantes . ¡Atisban 8 través de la
elevado hastn una mente creadora . Tal es el p0der ele la mndsca ra de un loe º '·, L 0 important..e es s u paso, su manera · de
imagin ación . an ar ta n l1el la Sus medias amarillas, cruzadas por ja-
Actores y directores, como todos \o s artistas cr eado res , rretera1s parecen fascinarle y seducirle. Pero, ¿qué es esto?
se hallan bien dotados de este poder. "Yo estoy siemp re ro - ¡:,1.ana . Esta cnntura rntrusa, esta plaga, está uqui, tam -
deado de imágenes" decía Max Rein h a r dt. Todo la maña- / ~n. ob_s ervá nd ol<> más allá de la comisur a de sus mali -
na escribió Dickens permanecía se ntnd o en !> U estudio, u osos _oJos. La sonns a se borra de su rostro, olvida sus
es~erando que apar;ciese Oliveno Twist. Goethe observó piernas por un m omento y sus rodi ll as se doblan ligera-
que ciertas imágenes de inspirn ción se nos aparecen por su mente, contra su voluntad, y su fih,ura entera traiciona que
propia voluntnd, exclamando: "¡Aquí estamos'" · Rafael vio su cuerpo no es lo que se dice el de un joven . ¡El odio fla m ea
pasar una im agen por su h abitación y ésta fue la Madona ahora e 1_1 su m irada' Pero el tiempo vuela. Su "dulce señora"
Sixtina. Miguel Angel exclamaba con desesperación que 1s~era. 1_Pruebas de amor, de apasionado deseo la deben ser
ero perseguid o por imágenes que le forzaban a escu \p ir en e~ as . sin dernorn . Ter ciada la capa, apr esur~ el paso en
pit:-drn sus retratos . chrecc ión a ella . Su avemente, furtiva m ente, un minúsculo
Pero aunque las Imágenes Cr~ac.lorus su11 rn c.lepen - ~~tremo de h:i carw uparece, sa liendo de debajo de la capa
dientes y cambiables en sí m isma s, aunque estén llenas d e l ca.so no lo H el la? ¡No 1 Ell a le mira a la cara .. 1·Oh 1~
emociones y deseos, ust.cd, mi entras trabaje sus d,1/rs per- so nn sa ·1 La h u t11u , ,i 1'_'J J u< ¡o y vuelve a sonreir , cuand
· o ella
'
.:;unales, no debe pensar que aqu él lo s f\cudan a usled desa- 1e saluda en estos tt' nninos :
rrolladas y cumplidas . No lo hncP n. Completarlas II ella s, -~¿q uf• qwere decir eso, Mulvolio ?
buscar el grado de energfo qui' debería sn t isfacede , re qu iere - t¿,1 ciulcf' ,;e11orn. ho, h o ...
su activo colaboración . ¿QuE> ddw hac<'r 11st.ed pnrn perfec - -¡, I e sur1 r 11·s· 1
cio narla s? Debe hacerles pr eg un tas. lo mismo quP se las .:,Q ue lw s1du ,..... u, IJl'I.JUeiio "papel" de Ma lvolio ofrecido
haría a un amigo. Alguna s veces, lllc lu:-. ivt·, dt>tw dinles a usted?· · F ' 1 t • ,1 , t•r 1111l· ru res puest¡¡ a s u pregunta. Pe' ro usted
t,rdenes es tricta s Camb iando v romp ldand olns a 1,ll ns, bajo

r
puede quedar insati sfech o. No le parece correcto; la "inter- puesta correcw1 no siem pre podrá serl e dada en el acto.
pretaci ón" le hn deja do frío. Usted plantea nu eva s pregun - Algunas veces. horas y aun día s, se requieren antes de que
tas: ¿No debiern Mal voli o en e s.te momenl? mostrarse. más u sted "vea" su ca rá cte r den tro de estas diferentes co -
digno? ¿No hnbrá teni do dem1:1siado .d ~ cancatura _su mt.e r- nexione s.
pretación? ¿N o se vi o demasiado vieJo? ¿No hubiera sido
mejo r "ve rl e" más bien patético? O podría ser que e~ e l Cuanlo más trabaje con la imaginación, estimulán -
momento en qu e rree haber consegu ido el fin de toda su vida , dola a ba se de ejer cicios, se rá má s pronta la sensación
bordea el punto en que su mente se ve en los lindes de la dentro de uste d que puede desc ribir en término8 parecidos a
locura. Puede revestirse con la apariencia de un paya,so . és tos: "Las imáge nes que veo con los ojos de la men te poseen
¿Debería, inclusive, vé rse le más viejo. e !ndigno? ¿D~benan s u psi cología propia, a modo de la gen te que me r odea en la
sus lujuriosos de s~os, er má s r estringidos? O q~uzá s su vida diaria . Si n embargo, existe una diferencia : En la vida
aparien cia se agravaría si la daba una 1mp:es1ón mas cotidiana, viendo a las gentes a través de sus manifes -
hum orística. ¿Qué tal si se manifestara se meJante a un taciones ex ternas tan solamente y no apreciando nada de-
cándido y má s bien inocente niñ o? ¿Se h alla enteramente trás de sus expresiones faciale s , movimientos, a ctitudes,
desorientad o o conserva todavía el control de sus sentidos? . vo ces y en tonacio nes, puedo juzgar mal su vida in terior.
M ultitud de preguntns parecidas a éstas pueden s urgir P e ro no cu rr e así con mis imágenes creativas . Su vida
en su me nte mit> ntras es ui us ted interpretando un pa_pel inte r ior se hn lla completa m ente abierta o mi contem-
Aqu í empiern su co labora ció n co11 la imagen . Usted gu, a Y p lac ión . Tod,;s sus e moci one s, se ntimi entos, pa s iones,
con struye su rarácwr nwdia nte nuevas pregun~as. que le rensami<'nlos, sus fin es y sus más ocultos deseos m ~ son
h acr, ord eni\ndt\le quP le muestr e diferentes vanuc 1ones Pll n ·v1' lndos . .'\ t ravés de I~ ;, rnrn , if'p~t..,1nu,ws 1nten1as d(' m i
el m odo de rep r esentar, de ac uer do con su gu st_o (o In in ter· image n --t's rlt-ci r, del ta rád1!r 1¡ue so brr <-1 (:s toy trnbaja nd o
pr etH ció n ch,] <l in·rto r) L.11 ima ge n cambia baJo la mirada por medio de m, im agi na ción-, vt-o su v1d n ,nu,rio r .
interrognt.ivu de ust.1•d, st• transforma en s í m1 sm n un a .v Cuant0 111üs a rnpnudo y re,:) nrnyor inw nsidnd se m ire
otra v e1., ya sen gradunl o súbitamente,_ ha sta qu e se sient a dentro de su imagen, tanto ant.r~ s d1: spe rtarn en u swd es to s
sa ti sfecho co n e ll n. ¡Como co nsecuencia usted e nco ntrnr (I se ntimi entos , emociones e im pulsos de la vo luntad tan nece -
despier tas su s cmoc1011es y el deseo de uctunr llamean\ en su s nri os para la interp n itoción d i' u r1 n nn c!R r E sto de "mirar"
ánimo! _ y "ve r" n o es nada sino una re¡wtie ión po r med io de su bien
Con el trab ajo en este se ntido Je será posi~le estudiar Y desarrollada y flexib le im aginación Miguel Angel, al
cr ea r su cu rl'i cler más p rofu n damente, y también má s . ráp.1- crear su "Moi sés" no solamente "vio" los músculos, los rizos
domPntR : n u ro nfi nr ó tnn sólo en el pensamient.o or~.mano de la barba, los pliegue s de su atavío, sino qu e, indu -
en lugar d(' uver" esta s pcq ueñ n_s "ir:ter~retacione s . Los dabl em en te , también "vio" el poderío intcriur de Moisés que
razon a m ientos n secos matan su 1maginac16n. Cuanto más había crea do sus mú scul os, venn s, barba, veslidurns y loda
in dague ustnl rnn designio a n alítico, má s flaqueará su vo- la co mposición rítmica. Leonardo de Vínci fue awrmentado
luntad y llegar on u se r más p ob res su s posibilidades de por la ard iente vida interior de las im áge n s que veía. Esta
in spiración . es una de la s más imp ortante s y va li osas funci ones de la
o hnv 11in~nu pregunta que n o pueda ser co n testada imaginación, si empre y cu ando va lga la pe na de desa rro-
por esu:· mt: d, o. Desde luego, no todas la s pregunl_as 1~ ser ón llarlns en a lto gra do. Empeza r á por npreciarlo t.nn pronto
con l estadns inm edi atam en te ; unas so n más mtrm cad as co mo se percnte de que n o necesita "estruja r" sus sen ti -
que la s otrns . Donde u sted pregunta , por ejempl o, qué con e- mientos fuera de usted , que és to s emerge rán por sí mismos,
xión hny pnt.rP su carácter y los de más de la obra, la r es- y co n fac ilidad, tan lu ego como ha,vn apre nd ido a "ve rn la

r . .~~..,...,._-.,...., .. ,:-.:...:.:...:..._.,........
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psicología, la vida inteno~, . d"e sus imágenes. Y del mi s mo La . ¿ lJónde esta s u intlepenc..lt•11c1¡¡ 'I <,C:omo pu ede usar sus do-
m odo que Miguel Angel vio el poder interno que creó la t es creadoras y ~u ori ginalidad'' J'or qué deb e siempre apa-
apariencia exterior de Moi sés, así su "vist.n" y. expcn c nc1n recer_ ante los publicas _como un m a niquí compelido a hacer
de la vida interior de su carácter le aprontará siem pre nue - la ?mi sma clas e de movunienlos cuando Je tiran de la cuer-
vos, más originales, más correctos y convenientes medios da . El hecho d_e que los m is m os hay an llegado a habituarse a
de exteriorizarla sobre la escena. esta degr~da c1ón del actor-artista no le resta veracidad al
Tanto más desarrolle su imaginaci ón a través d e ejer- reproch e ni ha ce lo dañoso menos execrable.
cicios sistemáticos, más fl ex ibl e y repentina se irá hacien - U no de los más (lesagradab les resultad os que dima-
do . Las imágenes seguirán a las imágenes co~ rapidez nan de este acostumbrado tratamiento del actor ha sido
creciente, se formarán y se desvanecerán . ráp1damente. hac~r de él un se r humano menos interesante en e l esce-
Esto puede redunda r en perjuicio suyo si la s pierde antes de nano de I? que suele serlo en su vida privada. Sería infinita -
que puedan enardecer sus sentimienlos . Debe poseer la ~ente_meJ~r para el teatro que prevaleciera lo contrari o. Sus
suficiente fuerza de voluntad, mayor de la que expende en cre~c1ones no lo merecen a él. Usando tan sólo sus amane-
las normales actividades d iaria s, para guardar aquéllas ramientos , el act or se vuelve anti-imaginativo; todos los ca-
ante los ojos de su mente el tiempo bastante para que afecten racteres vienen a se r lo mi s mo para él.
y desvelen sus propios sentimienlos. Crear, e n su verdadero senti d o, conduce a descubrir y
¿Y cuál es este poder adiciono.! de la volunta<!? Es el mostrar cosas nuevas. Pero, ¿qué novedad hay en la
poder de la concentración . engre1da rutina, o los cl ichés del acto r encadenado? El deseo
Me anticipo a su pregunta : ¿Por qué debo toma rm e pro_fundamente ocu lto, y en nu estros días casi del todo
tanta pena en desarrollar mi inrn.gi n aciún y apli carla al olvidarl o, de un v rdudero acto r es exp resarse a sí mismo
trabajo en las obras m odernns y m1tural istas cua ndo Lodos afirniar su pgo , il . r:1vús d el instrumento que es su parte . y '
los caracteres son t11n obv10s y focil,·;, dP eo mpre ndrr . cu an - ,,r onw ptH ·de h:, · ·110 si l'S C'iti mulado , y m üs a mpnud¿
1

do las lineas, situa ciones v 11su11t ,,:s ¡,r,· vi~ to:s p<, 1 t·l nutor rt ·•111 ,·• 1<1 11 ; i 1 ·11, ¡ · . ,, ·-th ;,11,u11<· r,1 ,,1 1t•nLos en lugar, e11 Yl!Z
t ienen cuidado de todo'>" S1 Lnl t·s ~l l p1i,gunt11, p,· 1:11 1t aSt:lllE:.' clt· ,.u 1111,;~:11 :i .. ·. '.' .- 1('i1du r11 ·1 No ¡¡uc:de ha cerlo porqtH' Ju
snli rle ni paso . Lo que el au or le llll d,1d,, l,11ju 111 fornw de un 111 wg111c1u011 <:1 t ·,><h1u <'!> u11v dt> lDs piincip1:des ca u ces 11
drama escrito es s u creac1ó? 1, no In d~ usted : ha nplica<lo s u [rH\ P~ cfrl l'l l/Ji ,•J il l'll :- (a l 'I\ S l t-'.l1Cue ntra e J camino para
talento . Pero, ¿cua l es la cun tri bucHlll dl'l üd,0 1 ,d üabnj o ~xpresar su prc1p1a. rnJ1 v1 du a l (y por lo mismo siempre
escri to? A mi m odo de ver . es, o debe i;er , el desrubnm1ento um ca ), m~<'r p rf'lnció n de los ca racteres que retrata . ·Y
de las profundidades p sicologirns th, los ca ractere s ofr eci dos có m o le sera dud o expresa r s u indi vidualidad creadora si ~10
en \a obra. No hay ser humn110 nlgun o ni cua l se u obvio ni pen e tra rn puNll-' pt,netrar pro fundnmen te en la vida interior
fáci l comp render. El vndad1·1 o nct"r n(1 deht:' cle~hzarse de lo~ caro cL Pr t·, 1 11 sr rrnsmos por me dio de su i magina ción
sobre la superficie de los c1:1rnctcre~; que int.krprela rn i mpo- cr eadora?
nerles sus amn n ernmicnt~.is invnrinbles Sé perfeclflmente Me h a l lu d, ·l,idu m f• r1te pn, parado para algunas di s-
bien que ello es lo amplianwnt..e n'.convcHlv y uceptu<lo hoy _en cr epanc ias con esws puntos de vista; es un signo este de que
nuestra profesión . Pero, cun lqui e ra quE· se a la 1mpres1_ó n el actor está dl,dirn nd o alguna reflexión a l problema. Con
que haga en usted, concédame la liberlnd ele mostrarme rn - todo, en h1 en d el argumPn t o, séa nos permitido encontrar el
transigente en este punto. meJ?r orbitro . Para el ~caso, recom iendo el poder de la im agi -
Es un crimen encad enar y poner pre so u un actor 11ac1ón en s1 m ismo Emp1écese por hacer los ejercicios que
dentro de los límites de lo que· se liorna s u ~personalida d" sugerimos a conti nua ción y ustedes podrán cambiar su
haciend o as í de él un trabujador f'sclavo m ej or que un artis- m odo de pen sar ni v(•r y e xperimentar cuánta penetración

'11

~.:
.....

. ,:-ii.,i \~t··
desarrollon rment.rn s se hallan trobajand o s u pa rte ; cuán tas o bum dá ndole órdenes.· "¿ (; u/eres enseria rm e cóm o le
· te s ontes e intr in cad os se les apa rece n sus cn ra cteres, sien tas? "¿Cómo Le leva nta s?" "¿Có m o ca m i na sr "¿ Có m o
in r e d. · 11
que hasta ah ora le s parecier~n tan or man os , a n os y subes o bajas una escalera ?" "¿Cóm o te reúnes con ot ra s
obvios ; cuántos ra sgos ps1cológ1cos n uevos, humanos _e im - personas?". Y así sucesivament e. S i la vida independiente
previs tos le s serán revelado s; y có mo, en con secuen cia , s u de la imagen se pone de mas ido fuerte y la imagen se resiste
actua ción ll egan~ a se r cada vez menos monótona . con obstinación (como sucede a m enudo) transforme sus
requerimientos en órdenes.
Debe procederse mediante órdenes de naturaleza m ás
EJERCICIO 10 bien psicológica: "¿Cómo apareces con desconruznza?"
"¿Cómo bajo un aspecto feliz?" "Dale una cordial bien -
Dé principio a su ejercicio con una recapitulación _d e venida a tu amigo" "Ve al encuentro de tu enem igo". "Ex -
sucesos senc illos e impersonales, que no _sean sus propuis presa sospecha, preocupación . Rtete. Grita ". Y otras pre -
emociones O experiencias internas de la vida real. Trate de g untas y órdenes similares. Formule la misma pregunta
recordar el mayor número posible de elementos. Concént re - tantas veces como lo crea preciso, hasta que la imagen
se en ellos, procurando no interrumpir el fruto de su concen - muestre a usted lo que desea "ve r". Repita el mis mo proce -
tración . . . . . . dimiento por tanto tiempo como desee continuar el ejerci -
Simultáneamente con este eJercz.cw, comience a . eJer· cio. Mientras se interfiera con la vida independiente de su
citarse O s( mism o en la captación de la realmente primera imagen, puede también ponerla en diferentes situaciones.
imagen al momento en que aparece ante ~os OJOS de su Ordenarla que cambie su apariencia externa o marque otras
mente. Hágalo de esta manera: Tome un libro, ab~a una tareas para ella. Altémelo dejándola a sus anchas uaria s
página a La ti entura , lea una palabra de ella y vea la ima¡?en veces y luego haga sus preguntas otra vez .
q ue e1toca a nte u sted . Esto le enseñ.flrá a ,maginar cosas De una obra cualquiera escoja una escena corta que
más /ll,' II que co11 /1narse u sted mismo en lo a bs tracto d f ln., cont enga pocos caracteres . A ctúe f uPra de la escena con
e<)fJCfpcw 11 es escrita s carentes de vida. Las a b st ra cc11111es todos sus carocteres varias veces en su im<1!{inación . A con -
so 11 de mu y poca utilidad para un artista creador. V espu es de tinuación plantee ante los caracteres un a serie de preguntas
In .
¡;na / ¡~('!'(; J)TUCl l Cll SI' cfa::(Í c u,,e nt::i .de _GU.e (~ad~ JJ(!(,/1/Jra, y d éles cierto número de sugeren cia s, tale s com o: uDe qué
clu(das palabras co m o pero , Y, si , po ,que .Y ot ,as modo actuar(a usted si la atmósfera de la escena fuese
parec uias, euocarán en u sted ciertas imágenes, (llgu na s di:' diferente?" Y sugiérales varia s atm ósferas distintas. Ob -
ellas ac<Ulo extranas y fantást icas . Fve su atenczón sobre serve sus reacciones , y órden eles: "Ah ora cambien el ritmo
rsto s 111 ,ági•nes po r espacio de un m oment o, lu ego con t 111 w · d e la escena". lnstrúyale s en c11r1nto a in terpretar la escena
su eJerczrio por el m t.S m o expediente, con palabra s nuevas. con más reserva, o con mayor aba n don o. Indú.zcales a que
])esp1ds de un rato proeédase al_paso sig uiente dentro expresen unos sentimientos má s fue rtes y otros más débiles,
del t'JNflC1o · Ji ab iendo captado. una imagen , mfrela husl~ y viceversa . Interpole alguna.<; n ueua s pau s as o d escarte las
que co 111 ien ce a m overse, a cambuir, a ha.b lar, a actuar P'". s1 anterwres. Ca mbie su presentación escénica, as unto o
mism a . comprenda que cada imagen tiene su p ropia vida cualquiera otra cosa que tienda a modificar la interpre -
indep endi ente. No se interfiera en esta uuia, pero s (gal a por tación.
lo menos alg unos minutos. . . De esta m anera, aprenderá a colaborar con sus imá -
Próxim o pa so : Cree de nuevo otra imagen y dé;ela de - genes creadoras mientras se halle trabajando su parte . Por
s arrolla r su uida independien te. Después, pasado un rato, un lado, usted aceptará, para u sarla s, Las sugerencias que su
empiece a mterferirse con ella, ya sea formulando pregun - carácter (como una imagen.) le haga, mientras por otro,

42 ,¡ ;¡
mediante sus preguntas y órdenes, elaborará y _conducirá llaga de un castillo encantado, una pobre caba,1a y vice-
todo a la perfección según su propw gusto y deseo /y el de su versa; de una vieja bruja, una hermosa princesita y de un
director). . . . lobo,. un atractivo prlncipe. Empiece, más tarde, a trabaja r
Ahora, como próximo paso de su e1ercicw, trate de con imágenes movibles, tales como un torneo de caballeros
aprender a penetrar a travé s de l_as manifestaciones ex - el incendio creciente de un bosque, una multitud excitada'.
ternas de una imagen dentro de su inda interwr. un _salón de baile con muchas pare1as o una fábrica en plena
En nuestra existencia de todos los dlas no es cosa inu - actividad . Tratl! de oir los parlamentos y sonidos de sus
sitada observar de cerca gentes de las que nos rodean, con la imágenes. No permita que su atención se distraiga o brin .
mayor atención. Y no obstante, no poder penetrar sus vidas que de una escena a otra y desfigure as( las escenas transi -
interiores con bastante profundidad . Algunas zonas de su torias. La transformación de las imágenes debe operarse en
psicolog(a permanecerán siempre obscuras para el observa- una suave y continua corrí.ente, como en un film.
dor. Existirán siempre algunos secretos que no le será po- A continuación, cree usted un carácter exclusiva-
sible descubrir. Pero no será as( con sus imágenes; ellas no mente para usted. Empiece por desarrollarlo elaborándolo
pueden tener secretos para usted ¿Por qué? Porque aun en detalle . Trabaje en ello, por espacio de ~uchos d(as 0
cuando sus imógenes sean nuevas e inesperad<:s, ~on, . des- quizá semanas haciendo preguntas y escuchando respuestas
pués de todo, sus propias creaciones ; sus experiencias inter- visibles. Plantee situaciones diferentes, distintos alrede -
nas son las suyas propias. Es verdad que algunas veces le dores.. Y. observe sus reacciones, desarrolle sus aspectos y
revelan sentimientos, emociones y deseos que no se hablan peculiaridades caracter(sticas. Entonces invftelas a hablar
despertado antes de que usted comenzara a usar su . imagi- y siga sus emociones, deseos, sentimientos, pensamientos;
nación creadora, pero que pudieron haber emergido, d.e abrácese .ª ellas hasta que la vida interior de sus imógenes
cualquier modo, de los niveles pro(undos de su vida subcons- llegue a influenciar su propia vida. Coopere con ellas, acep -
ciente a pesar suyo. Por tal motwo, adiéstrese a s( mismo en tando sus sugerencias, si éstas son de su agrado. Créense
el arte de observar las imágenes tan to tiempo como sea también, caracteres dramáticos y humorfsticos.
necesario para sentirse a/ectadn por s1M, emc:ciones , deseos,
sentimientos y todo lo demás que puedan ofrecerle; esto es, Siguie nd o esLa sen da de trabajo, el tiempo puede llegar
hasta que usted mismo empiece a sentir o desear lo que la a cada mome nto en que su imagen se vuelva tan poderosa
imagen siente y d esea. Es te es uno de los caminos d_e des - que le sea imposible resistir el deseo de incorporársela ,
pertar y enardecer sus se ntim ien tos s1~ urw laborwsa _Y actuar con ell a, aunque se trate solamente de un bocadillo o
acongojan te presión suyo sobre usted . /<,s c(ya en pnncipw un a breve esce na. Cu ando un deseo semejante se apodere de
los simples m ovi mientos p.<;ico/óf!1cos usled, no lo re si-; ta . sin o que debe actua r libremente tanto
De inmediato procecw al ('JO n oo e nea nwwdo a de sa - Liem ¡HJ como punia
rrollar la flexibilidad de su 1mag1n(l.ci6n . Tome alguna Este deseo profundo de mcorpora r su imagen puede ser
imagen y exam(nela detnlladf1nzentc L u.ego hágala trans- cu lti vado sistendi t il'ame nte media nte un ejercicio especial
formarse pausadamente en otro rrn age n. Por e1e mplo: Un el cual les dará la térnica de la incorporación .
joven que gradualmente se uuelue viejo y vicever,<;a; un
brote tempranero de unn planta <llff len tamente se desa- EJERCICIO 11
rrolla hasta convertirse en un grnn drhol frondoso ; un pai-
saje de invierno que suavemente se transforma en prima- l mag(Msl! a usted mismo haciendo, primeramente,
vera, verano u otario. algunos movimientos simples: levantando los brazos, po-
Haga el mismo ejercicw con imágenes de fantasúi . niéndose en PU!, sen tándose o tomando un objeto cual-
,j,j 45

r
quiera. Estudie estos movimientos suyos en su imagi.n a - voz y caracterización psicológica entera no se hallan siem-
ción, y luego, ejecútelos del todo. Imítelos, como han sido, pre dispuestos a ajustarse a su visión en un término breve.
con La mayor fidelidad posible. Si, cuando al. hacerlo, se d.a Estudiando su imagen poquito a poco, evitará esta dificul -
cuenta de que su movimiento presente no se a1usta al que vio tad. Así es como se faculta a los medi os de expresión a
en su imaginación, estúdielo otra vez en ella y repaalo .de desenvolverse tranquilamente caminando hacia la necesa-
nue vo hasta que quede convencido de que lo reprodujo fiel- ria transformación y hallarse dispuestos a plegarse a los
mente. Repita el ejercicio hasta que esté seguro de que su diversos trabajos que hayan de desempeñar. Usted se halla-
cuerpo obedece aún el más pequeño detalle que Le pasó por fo rá en mejores condiciones para incorpora rse íntegramente
mente al imaginar su movimiento. Continúe el ejercicio el personaje sobre el cual está trabajand o, si lo hace en
con movimientos cada vez más complicados. forma gradual. Suele ocurrir algunas veces que luego de
Aplique el mismo en imaginar el personaje de . una unos pocos intentos para materializar todos sus rasgos por
obra teatral o de una novela, comenzando por movimientos se parado, el personaje, inopinadamente se nos incorpora
simples pero que tengan contenido psicológico. Deje que s~a totalmente.
su imagen misma la que hable algunas pocas palabras. En Mientras trabaja en la incorporación de su personaje,
su imaginación estudie el carácter con la . más profunda bien sea ejercitándose o en tanto que actúa profesional-
atención y tantos detalles como le sean posibles, hasta que mente, vaya agregando a su imaginación todas aquellas
los sentimientos del personaje imagirwdo provoquen los cosas que no vio anteriormente y sólo ahora encuentra en la
sentimientos de usted. Enseguida trate de incorporar su realidad. Nuevos giros, el modo de actuar de sus .c ompa-
nueva visión con toda la fidelidad que pueda. fleros, movimientos sugeridos por su director, y otras con-
Cuando le haya dado forma material, advertirá que en tingencias semejantes. Con estas nuevas adiciones, "reha-
algunas ocasiones se ha desviado de aquello que entrevió Y ga" la escena que estudia imaginativamente, luego materia-
estudió en detalle . Si esta desviación es el resultado de una lícela otra vez en el escenario o en tanto que lleva a cabo los
inspiración súbita mientras efectuaba la materialización, ejercicios.
acéptela conw hecho positivo y deseable. Estos ejercicios para tratar de materializar sus imá-
genes no tardarán en demostrar los medios más efectivos de
Este ejercicio establecerá gradualmente esas sutiles desarrollar asimismo su cuerpo. Tenga presente que en ese
relaciones tan necesarias al enlace de su vívida imagina- proceso de incorporarse imágenes fuertes, bien definidas,
ción con su cuerpo, voz y psicología. Sus m~d~o.s de expre- va moldeando su cuerpo con arreglo al de aquéllas, y per-
sión llegarán, por ende , a tener mayor flex1b1hdad Y obe- meándolo con sentimientos artísti cos, emociones e impulsos
dien cia a las órdenes que reciban. de la voluntad . De este modo es com o el cuerpo va convir-
Cuando trabaje de este modo con el personaje que va a t iéndose más y más en aquella "membrana sensible" ante-
repre se ntar en el escenario, puede, para empezar, escoger riormente descrita.
sólo un rasgo de entre todos los que se hallan ante su visión Cuanto más tiempo y esfuerzo ded ique us ted al trabajo
int..erior. Hacié ndolo así, jamás experimentará el choqu e consciente para desarrollar la fuerla de su imaginación, y
(demasiado bien co nocido de los actores) que sobrevi ene al a la técnica de materializar sus imágenes, tanto más pronto
in ten tar dar forma a la imagen entera inmediatam ente, de esa imaginación suya le servirá subconscie ntemente, sin
un solo golpe apasionado. A este choque agarrotador se debe que lo advierta mientras actúa . Sus personajes crecerán y se
el tener muchas veces que abandonar los esfuerzos imagi - desarrollarán por si mism os en tanlo que usted, al parecer,
nativos y reincidi r en los moldes establecidos y en los YJeJOS ni siquiera piensa en ellos, o en ta nto duerme durante la
hábit os teatrales ya en desuso. Ahora ya sabe que su cuerpo. noche, o bien cuando sueña dorm ido · Advertirá también

46 47
cómo le van surgiendo Táfagas de inspiTación con mayoT IMPROVISACION Y CONJUNTO
frecuencia y exactitud. Solamente los artistas unidos por verdadera
Resumiendo, los ejeTCicios de la Imaginación con- simpat!a en u n Coajunto Improvisador pueden
sisten en: conocer 111 sati Rfaoción de la creación rom\ln,
de11intereHada .
Apoderarse de la imagen primern.
Aprender a seguir su vida independiente.
Colaborar con ~lla, haciéndole pTeguntas y
dándole 6Tdenes. Confonne ya se puntualizó en el capítulo precedente, el
AdentTarse en la vida interior de la imagen. propósito más elevado y final en todo artista sincero, cual-
Desarrollar la flex.ibilidad de la propia quiera que sea la rama artística a que se dedique, puede
imaginación. . , . definirse como el deseo de expresarse libre y enteramente.
Intentar crear persona3es por st rmsmo. Cada uno de n osotros posee sus propias convicciones, su
Estudiar la técnica de materializar caracteres o propia visión del mundo e ideales y actitud ética propia
personajes imaginados. tambié n ha cia la vida. Estas creencias profundamente en -
raiz adas y a men udo inconscientes, constituyen parte de la
individualidad del hombre y su mayor vehemen cia por la
libre expresión.
Los pensadores profundos al expresarse crearon sus
propios sistemas filosóficos. En forma similaT, un artista
que procm a expresar sus íntimas convicciones lo hace im-
provisa ndo con sus medios propios, su particular forma de
arte . Lo mismo, sin excepción, debe decirse en cuanto al arte
del actor: Su deseo compulsor y sus más elevados designios,
también pueden realizarse únicamente por medio de la libre
improvisación.
Si un actor se reduce simplemente a decir las frases
escritas por el autor y ejecutar los movimientos ordenados
por el director, sin buscar la oportunidad de improvisar in-
dependientemente, se hace a sí mismo el esclavo de las crea-
ciones ajenas y su profesión se convierte en cosa prestada.
Piensa erróneamente que tanto el director como el autor han
improvisado ya por él y que se le deja muy poco margen para
la libr e expresión de su propia individualidad creador a .
Esta actitud, la mentablemente, prevalece entre demasiados
actores de la actualidad .
Sin embargo, todo papel brinda al actor la oportun idad
de improvisar, de colaborar y de cocrear con el autor y el
director. Esta sugerencia no implica, desde luego, el impro -

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visar nue vas fra ses o hocer cosas que no sean las ord ena das gesto, decir, -si·, mientras que en el momento final puede
por el d irecto r. Al co n t rnrio. En las líneas de su papel y en usted arrellanarse, abrir un libro y come11wr a leer tran -
los movimientos señalados se hallan las bases finnes sobre quilo y reposado. O puede también empezar poniéndose el
las cuales el actor debe y puede desarrollar sus improvi- abrigo con alegria y premura, hacer lo propio con el
saciones. Cómo dice sus parlamentos y cómo se mueve en sombrero y los guantes, como si trotara de salir, y terminar
escena son grandes puertas abiertas a un vasto campo de por sentarse con el ánimo deprimido e, incluso, echarse a
improvisación Los "cómos" de sus parlamentos y los movi - llorar. O puede, igualmente, empezar mirando a través de
mien tos son los medios para expresarse libremente. la ventana con temor o gran inquietud, tratando de oeultaru
Todavía más, hay otros iQnumerables momentos entre tras los vi.qillos y enuguida, exclamar, -¡Ya está aqu{ otra
los parlame ntos y lci indicado por el director, en que el actor vez!" al retirarse de la ventana; y en el monumto de
puede crear maravillosas transiciones psicológicas y dar le concluir puede tocar el piano (real o imaginario) en actitud
sello personal a su actuación, desplegando su verdadera in- feliz e incluso alegre. Y as{ por el estilo. Cuanto mayor sea
geniosidad artística . Su interpretación del personaje hasta el contraste entre el principio y el final, será mucho mejor.
los detalles más nimios, le ofrece un campo muy amplio No trate de anticipar lo que piensa hacer entre esos dos
para sus improvisa ciones . Sólo necesita comenzar por rehu- momentos. No trate de encontrar ninguna ju.sti(icación ló-
sarse a representar simplemente o a recurrir a los viejos gica o motivación para esos momentos, el inicial y el final .
moldes desechados. Si no se pone a considerar que el papel Escójalos al azar. Escoja aquellas dos primeras cosas que se
que se le ha confiad o es "perfecto" en todas sus partes y trata le vengan a la cabeza, y no porque le sugi.eran o apoyen una
de ha llar parn cada una , la caral'lerización mejor, eso, tam - buena improvisación. Simplemente que haya contraste en-
bién, será un gra n paso ha cia la improvisa ción . El actor que tre el comienzo y el final.
no ha se n tido la enorme $8t1sfocción de tran sformarse en No trate de definir el tema o la trama. Defina solamen-
cada nuevo pape l, apena :' conoce el verdader o significado te la disposición de ánimo o los sen timientos de ese principio
cread or de la improvisac ión y fin. Luego, rn trég uese a cua lr¡uier sugere ncia momen -
Es mas, tan pronto corno en un oclor se dPsarr-ol l11 111 l<'ineo que se le ocurro por puro 1ntu1.c1on. A si, cua ndo se
lwb ilidod para im provisar, y descubre dentro de si ese 11111 - leuanto y dice, "S('' -- --si es qne est' es su comienzo--- con
gota.ble ma nantial que brota co n cada nueva improvisa ción , plena confianza en s( mismo, y lrbremen te , empiece a
disfn.i tará un sentimj en to de libertad hasta aquí descono- "actuar", _sobre todo siguiendo los propiDs sentimientos,
cido para él, y se sentirá mucho más rico interiormente. emociones y estado de ánimo.
Los ejercicios siguientes van encaminados a desa- Y la parte central, toda la transición entre los mo-
rrollar ln hnb il idnd pnra la improvisación. Procure hacer mentos del principio y el final, es lo que usted improvisará.
que sean tn.n sen cillos como aquí se indjcan. Deje que cada momento suce sivo de su improvisación
sea un resultado psicológico (no lógico) del momento pre-
cedente.
F,JERCICIO 12 De este modo, sin ningún tema premeditado, usted se
(para trabajo individual): moverá desde que comienza has ta que acaba, improvisando
todo el tiempo. Al hacerlo as( usted pasará por tocia una
Ante todo es necesario fijar los momentos en que co - gama de diferentes sensaciones, emociones, estados de áni-
mienza y concluye su improvisación. Deben ser actos bie11 mo, deseos, impulsos interiores _y movimien tos, todos los
definul os. Al principio, por ejemplo, puede usted levantarse cuales hallará usted espontáneam ente, sobre la marcha.
rápidamente de una silla y, con firmeza en el tono o en el Quizá llegue a indignarse o a mostrarse pensativo, irri-

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ta.do po.~iblemente; qwiá pase por la indiferencia. el humor, el actor. La trama , los parlamentos, el ritmo, las s ugeren-
la alegría; 0 es posible . .también, 1¡1ie escnba una carla en cias de autor y direc tor, la actuación de los demás, todo ese
medio de una gran agitación , o s~ acerque al teléfon o y conjunto de cosas que determina las necesidades y los
llame a determinada persona, o cualquier otra_cosa. diversos espacios entre unos y otros a los cuales es preciso
Se le abren a usted todas las pos ibtlida~es de acuerdo acomodarse . Por lo tanto, para que usted se prepare a esas
con su estado de ánimo en ese momento preciso, o conforme condiciones profe sionales y para estar en condiciones de
a las cosas accidentales que pueda encontrar durunte la adaptarse a ellas. realizará usted su ejercicio estableciendo
improvisación. Todo _lo que tiene que . hace r es . prestar aten- necesidades o limitaciones similares.
ción a la voz interior que _le apremie a realizar todos los Al principio, además del comienzo y final exactos,
ca mbios sugeridos por su psicología y cuanto se le oc1~rra. El tendrá usted que definir como una de esas necesidades, la
subconsciente le sugerirá cosas que no . han podido ser duración aproximada de cada ejercicio. Para trabajar a
previstas por nadie incluyéndole .ª u ~ted, si es que ~e entre{Ja solas, cinco minutos aproximadamente son bastantes para
libre y completamente a la inspiración de su propio esp~ntu cada improvisación .
improvisador. Con el momento final presente en su i_ma- A continuación, a esos mismos puntos inicial y final,
ginación, usted no irá dando tumbos carentes _de propósito y agréguele un nuevo punto (necesidad) donde le plazca en
de finalidad, sino que constante e inexplicablemente . se medio de la improvisación. Este nuevo punto ha de ser una
encaminará a él. Brillará ante usted como luz magnétu:a acción tan definida, con sentimiento, modales o emoción
que le guiase. . · · d asimi.smo definidos, como el comienzo y el fin .
Siga ejercitándose de este _ modo, pnncipwn o y aca - Ahora vaya desde el principio hasta el punto medio, y
bando cada vez de un modo di sltnt o, ha sta que posea con - dP. aquí al final, de igual manera que cruzó ambos puntos a
fíanza en s( mismo, hasta que ya no tenga que detene_rs: a solas, pero tratando de no gastar en ellos más tiempo que
pensar en las cosas que ha de hacer entre el prmcipio y antes.
el fin . . ¡ · · · l r- d Un rato después agréguele un punto más allí donde
Usted puede pregunta rs e por,¡ué e . pnnupw y e ,rn e prefiera , y lleve a cabo su improvisación desarrollando ú.Js
este ejercicio. sean Los qu.e f11.ere11. han de se r cln ramente de - cuatro puntos en el mismo tiempo aproximadamente que
finidos al comienzo . ¿Por qué han de quedar (vados de ante - emplen en lo s otros d.os.
e usted está hanendu y la pvs1cw11 de su cuerpo y Co ntin úe ari.adiendo más y más puntos semejantes
man º lo qu l · · · l
modales, cuancio la improvisación ent re e , principio y e entre el comi.enzo y el final . Escójalos al azar y sin inten -
final se permite que fluya de manera espon tanea? Porque la tar una coherencia o selecc ión lógica; deje que esto lo haga
libertad real y verdadera en la im provisación debe siempre su psicologla improvisadora . Pero en esta variación del ejer-
estar basada en [a necesidad ; de otro manera no ta rda rfo en cicio, no comience y tennine de un modo diferente cada vez.
degene rar convirtiéndose bien . en arb1traned~d o en z_nde- He aqul que ahora se cuenta con diversos puntos acu -
cisión. Sin un comienzo defwulo que 1.rnpulse sus acciones mulados los cuales ha sa bido usted salvar satisfactoria -
y sin un fin definido también para con~pletarlas, u sted s_ e mente y llega el momento en que debe empezar a imponerse
estraviar{a sin sa ber dónde tr a parar. S u sen tido _d e la l_i- nuevas necesidades d e modo distinto: trate de representar la
hertad carecerla de significado sm un punt o de partida o sin primera parte a ritmo lento, y la última en forma contraria,
dirección o destino. es decir con ritmo rápido; o intente crear alrededor de usted
C uando se ensaya ww obra teatr?-l, se ,, encuent'.~n una cierta atmósfera y manténgala durante toda su impro-
naturalmente un gran núm ero de "necesidades que extJen visación.
la habilidad y [a fá cil act iuidad que para improvi sar posee

53

r ~ -
A continuación puede acumular otras necesidades '! su ello podrá afirmarse en la creenda de que el arte dro.má.tico
improvisación usando dife~entes e~e~entos caracter(stu:os, ,w es otra cosa q!U! una improvisación constante, y que en
tales como moldear o irradiar movimientos, separadamente escena no existen momentos en los cuales pueda privarse al
0 en todas las combinaciones q.ue 9uiera usted_ hacer; in- octor de su derecho a improvisar. Estard usted en condi-
cluso pW!de intentar la improvisoci6n con varias caracte- ciones de cumplir fudmente todo a,¡uello que se le imponga y
rizaciones. · d fí ·c1a al mismo ti~mpo de conseroar su esp(ritu de actor impro-
P,osteriormente puede imaginar una . acci~n e mi visador. Un.a sensación nueva y agradable de entera con-
en la QIU! haya usted de improvisar; a contmuac~ó~ .el l~gar fianza en usted, junto a la sen8aCión de libertad y de riquew
que ocupa el público; mds tarde, habrá. de dicidir si su interior, serán la recompensa que obtengan todos los esfuer-
improvisación es tragedia, d~ma, ~omedui o farsa . Deberá zos llevad.os a cabo.
intentar improvisar cual s, estuviera repres~nt_a ndo. u~
obra de época, y en este caso v(stase con un t_ra¡e imagm.ano Los ejercicios, al tiempo que desarrollan la habilidad
del periodo escogido. Todas estas cosas servirá.n como n~ce- para improvisar, pueden también, y deben ser, empleados
sidades adicionales sobre l.as cuales desarrollar su libre para conjuntos de dos, tres y más personas. Y aunque, en
improvisación. principio, son lo mismo que para un solo actor, hay sin
Es de esperar que, a desl?echo de todas las n11;ev~s _Y embargo una diferencia esencial que debe ser considerada.
diversas necesidades introducidas por usted, se t~sinue El arte dramático es un arte colectivo y por tanto, sin
inevitablemente una chrta norma en la trama de la impro- que importe el talento que pueda tener el actor, éste no podrá
visación. Con objeto de evitarla durante sus ejercicios, hacer pleno uso de su habilidad para improvisar si se aisla
puede, tran scurrido cierto tiempo, tratar de .transpo~r el del conjunto, de sus compai\eros.
principio y el final; posteriormente cabe cambiar ta~bién el Desde luego, hay muchos impulsos unificadores en la
orden de los puntos introducidos en lo que pudiéramos escena, tales como la at.mósfera de la obra, su estilo, una
llamar "parte media o central". . . . actuación bien realizada. Y todavía un verdadero conjunto
Cuando haya agotado tod_a ~s~a serie de combi'!a~w- escénico precisa de algo más que estas conjunciones o con-
nes, comience otra vez todo el e;ercicw con nll-'!vo J?nncipw Y solidaciones ordinarias. El actor debe desarrollar dentro de
fin y toda clase de eso que hen:os <}ad? en denominar nece- sí una sensibilidad a los inípülsos creadores de los otros.
sidades"; e, igual que antes, sm ningun argumento o trama Un conjunto improvisador vive en un constante pro-
premeditado. ceso de dar y tomar. Una leve insinuación de un compaftero,
El resultado de este ejercicio es que se desarrolle en un gesto, una pausa, una entonación nueva e inesperada, un
u sted la ·psicologfo de un actor improvisado:, psicolog(a que movimiento, u n suspiro, o incluso wi cambio apenas percep-
conservará imponiéndose a tod_as l~ n~cesidades esc~gida s tible en el ritmo, pueden llegar a ser un impulso creador,
por usted para su improvisación, sin i_mportar el numero. una invitación al otro para que se lance a improvisar.
Posteriormente, cuando ensaye y actue en ~L escenan~, Por lo tanto, antes de dar comienzo a los ejercicios de
advertirá que los parlamentos que de~a decir, ~os m ovi - improvisación en grupo se recomienda que los componen-
mientos que haya de hacer y todas las cir~unstanc'?s que le tes del mismo se concentren por un momento en un ejerci-
sean impuestas bien por el autor o por ~l directo:, e t~cluso el cio preparatorio para desarrollar lo que podemos designar
argumento de la obra, vendrán a servirle de dirección c.om_o como sentimiento conjunto.
sucedió con aquellas necesidades de que_ usted s~ sirv~ó
durante los ejercicios. No echard de ver ~unguna .diferencia
substancial entre el ejercicio y su traba;o profeswnal. Con
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. -r.··,. ·' ·, . . . . = - .. ., '·::·., , .... ::.,;··:·· :--.-. •• - -:. ·.; ·•·-e,. "7' •
EJERCICIO 13 siguiente del ejercicw. Bosquejan una sucesión de actos
(para un grupo): sencillos según sus preferencias. Estos pueden consistir en
camiMr tranquilamente alrededor de la habitación, correr,
Cada integrante d el grupo comienza por hacer u,~ es- permanecer inmóviles, cambiar de sitio, adoptar posturas
fuerzo para abrirse interiormente, con la mayor sinceridad apoyados en la pared o caminar en grupo hasta el centro de
posible, a todos los demá s. Trata de sentir la presencta uzdl - la sala. Con tres o cuatro de tales actos definidos habrá
uidual de cada uno. JJace un e:;lu erzu, por decirlo así, "para su{LCiente.
abrir su corazón" y suponer a todos los presentes c~r~o si Cuando el ejercicio da principio no debe decirse cual de
fueran sus más queridos amigos. Este proceso es casi igual estos movimientos será la acción espec({ica del grupo. Cada
que el descrito en el Ca pítulo Primero como recibiendo .. Al uno d.e los participantes debe adivinar, atenido a su "clari-
principio del ejecicio cada miembro del g rupo debe decirse dad" recién desarrollada, cual de los actos es el que va a
para sus adentros: realizar el grupo como deseo del conjunto y, as(, proceder a
"El conjunto creador está formado por vario.e; _indivi- llevarlo a cabo. Es posible que algunos equivoquen la salida
duos y nunca debo considerarlo como una masa. Advierto la o comienzo, pero la acción común llegará a ser un todo coor-
existencia individual de cada uno de los presentes en esta dinado.
habitación y no deben perder su identidad en 7!1i mente. De Inherente asimismo a este adivinar es la observación
ah( que, estando aqul entre mis compañeros, niego rotunda- constante de los demás por cada integrante del grupo. Cuan-
mente ese concepto genérico de "Ellusn o "Nosotros", para to más completa y aguda sea la obseroación, tanto mejor
decir en su lugar: "El y Ella, y Ella y Yo". Estoy dispuesto a será la recepción. Tien.e por objeto que todos los miembros
hacerme eco de todas las impresiones incluso las más su- seleccionen y lleven a cabo la misma acción simultánea-
tiles, procedentes de cada uno de Los que me acompañan en mente, sin previa concertación o acuerdo. Que tengan éxito o
este ejercicio .Y estoy dispuesto a reaccionar armónicamente no carece de consecuencias, ya que el valor real del ejercicio
ante estas imprrsüm es". radica en el esfuerzo para abrirse a los otros e intensificar
Se ayudará inco11mensurableme11te a s{ mismo igno- la habilidad del actor que le capacite para observar a sus
rando todos los d efectos o ra sgos antipáticos de los compo- compañeros en todo momento, y de ah( se refuerce la sen-
nentes del grupo, e int entando, en su lugar, hallar el lado sibilidad para con el conjunto (ntegro.
atractivo y las m ejores cualidades de su persona. Para evi- Al cabo de un rato, cuando todos ellos sientan vercia -
tar molestias inneceso ria s y art i[ícialidad, no exagere su dera mente la sensación de hallarse íntimamente unidos
actuación mirando fijom ente a los ojos de sus compaii.eros por el ejercicio, pueden comenzar a ejercitar la improvi-
prolongadamente _v con se ntimiento excesivo, as{ como lo s sación d e grupo. Este ejercicio es diferente al individual.
sonrisas dema siado caruiosas u otras cosas innecesarias. En esta ocasión, el tema también debe defi.nirse, pero
Es completam ente ,wt11.ro l qu.e usted pueda demostrar únicam ente en su forma o rasgos generales. En el grupo se
una actitud amistoso para con s11.s compañeros, pero ésta no hocen sólo algunas pequeñas sugerencias, tales como que la
debe ser mal in terpretada com o una in vitación para rondar actuación o representación se va a desarrollar en una fábri -
todo el grupo o perderse en sentimientos ambiguos. El ejerci- ca de cualquier (ndole, qu.e se va a tratar- de una reunión en
cio tiene como fina lidad, m ás que nada, la de dar a usted los un elegante salón de baile o de una reuni.ón hogareña, o
medios psicológicos para que establezca un firme contacto posiblemente del momento de la llegada o salida en una es-
profesional con sus colegas. tación del ferrocarril o, quizás, en un aeropuerto_ Pudiera
Cuando entre ellos ha quedado establecido sólidamente tratarse tambi.én de la llegada de la polic(a a un garito, o d.e
el contacto interior, los miembros del grupo pasan a la parte una cena en un restaurante, o de divertirse en un baile. Sea

56 57

r
cual fuere el tema escogido, el grupo habrá de ponerse de palabras, movimi.entos y situaciones en uno y otro lado,
acuerdo respecto al escenario o instalación. Aqu( están las cada uno de los miembros deberá man tener la psicolo[[fa de
puertas, las mesas, los bancos de trabajo, la orquesta, todo un actor improvisador.
aquello que se requi.era de acuerdo con el tema escogido. No trate de repetirse usted mismo si le es posible, sino,
Entonces, el grupo habrá llegado al momento de "dis- al ,c ontrano, trate de hallar un modo nuevo de represen tar la
tribuir . las partes o papeles". No debe permitirse que en esto misma situación. Aun cuando en usted habrá una inclina -
haya premeditación. Na debe haber sino los mom ent os del ción natural a retener y repetir las mejores actuaciones de
arranque y de la conclusión, únicos permisibles con sus mo- las improvisaciones anteriores, no vacile en alterarlas o
vimientos iniciales y caprichos correspondientes, igual que descartarlas si su "voz interior" le a premia a intentar movi-
si se tratase de movi miento individual. Asimismo el grupo mientos más expresivos o una interpretación más artfstica
habrá de acordar lo que vaya a prolongarse la improvi - del momento, o inclusa una II u.eua w:t it ud para con los de -
sación. más participantes. Su gusto, su tacto, lo que debe ser alterado
No se usen demasiadas palabras, ni se monopolice el Y cuándo, y tamb ién aquello que dPbe conservarse por consi-
diálogo. Háblese tan sólo cuando sea natural y necesario deración al conjunto y al argumento qu e se halla en pleno
hacerlo. Es más, la habilidad para mejorar o extender el desarro~lo. P_ronto aprenderá a ser des interesado por una
diálogo no es la función del actor, por lo tanto usted no debe parte, sin de1ar de seguir persiguien do ~u libertad artlstica y
distraer su atención de la improvisación con esfuerzos que deseos por la otra.
tiendan a crear un parlamento perfecto. El significado del . Sin. importar cuántas veces quiera el grupo repetir la
ejercicio no variará sí las palabras de usted no poseen valor misma improvisación, su comienzo y su final deberán per-
literario e incluso parecen torpes. manecer clara y exactamente definidos .
Con toda probabilidad el primer intento de impro- La improvisación en grupo, bueno serd recordarlo, no
visación en grupo resultará caótico a pesar de la aguzada necesita. estahlecer puntos adicionales entre el principio y el
sensibilidad de todos, de la sinceridad y del sentido uni- ftn . Se hallarán gradualmente y cristalizarán a medida
tario. Todos recibirán un cierto número de impresiones de que la improvisación va en progreso. el tema se establece por
sus compañeros. Cada uno reconocerá las intenciones de los s( mismo y la trama crece y se desarrolla .
demás para crear y desarrollar la situación señalada, para _ Tan pronto como la unprovisación asume la aparien -
sentir su disposición de ánimo y presumir su concepto sobre cia de una escena bien ensayada, los integrantes del grupo
la escena imaginada. Conocerá también las propias inten- pueden acordar que aqu élla sea más interesante mediante
ciones irrealizadas, su omisión no plegándose a la trama , a la adici.ón de nuevas necesidades tales como atmósfera,
sus compañeros, y as( por el estilo. Toda s estas cosas, sin caracteruaciories, ritm os dife rentes. todo lo cual puede en -
em bargo, no deben ser discutidas, sino qu.e los . miembros del trar en.juego al propio tiempo.
grupo debe n intentar inmediatamente la nnsma unprovr - Cuando un tema se haya agotado; el grupo puede esco-
sación, volver a confiar en su se ntido de unida d y e n el ger otro y empeza r a eJcrcilar con el . parti.endo nuevamente
contacto que han establecido entre ellos. . de los m ismos ¡mntos desáif.os ul principio de este ejercicio,
La segunda vez, la imp rovisación asum irá indudab le - es decir del estu blecim lento de cnn ta cto y de la unidad en el
mente una forma más definida, y muchas mtennones d.eJá - conju nto.
das de lado lograrán su realización . El grupo tend rá que
repetir sus esfuerzos una vez y otra hasta que la improv isa- Ahora el grupo ya se halla en disposición de pasar al
ción alcance el punto en que parezca una escena bien ensa - experimento siguiente: Escójase una escena de alguna obra
yada . Entretando, a pesar de las inevitables repeticiones de que ninguno de los miem bros haya uisto en el escenario o en

58 S9

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la pantalla, ni actuado tampoco en ella. Distribúyanse los Antes de dar por concluído este capítulo es necesa ri o :J
papeles. La dirección puede asu mirla uno, cualquiera de us- agregar algunas. palab~as a modo de advertencia . Si, mien - 1
tedes, pero cuidando d e escenificar exactamente el prin.cipio tras. está usted 1mprov1sando, comienza a sentir que se está
y el fin de la. escena seleccionada. Entonces, conociendo el !I
volVJendo falso o falto de naturalidad, puede tener la certeza
conten ido de la escena, comiéncese a improvisar por la parte ~~ ~u~ e llo ~s la resultante bien de la interferencia de su ·1
central. Procúrese no desviarse demasiado de La psicolog(a _logi ca , ~ bien por estar empleando demasiadas palabras
de los perspnajes que se están representando. No hay que in necesa ria s. Debe usted tener el valor suficiente de confiar !//
,,
memorizar 'el papel, a excepción quizás del comienzo y el por e n tero en su_ e~píritu improvisador. Aténgase a Ja suce-
fin.al. Déjese que los movimientos y la mise en scen e surjan sión de _acontecimientos psicológicos interiores (se ntimien-
de la. iniciati va improvisadora, como en los ejercicios pre- tos, em oc10n:s, deseos y otros impu lsos ) que hablen a usted
'i /i
vios. Puede usted decir algunos parlamentos una y otra vez "1,
de sd~ lo mas profundo de su personalidad creadora y no '
para aproximarse a los que escribió el autor, pero, si por ~abr_a de _t"!,rda r mucho en hallarse convencido d e que esta ,,:¡
a.zar, hubiese usted reten i.do algunos en la memoria no debe - voz 1nte n or que posee. j amás le engaña. ;: :
rá alterarlos deliberadamente con uhjeco de que parezcan S im u ltánea me nte a los ejercicios del grupo, es fr an-
cosa "improvisadatt.
cn me nte . aconseJable que no deje de seguir sus ot ros ejerci-
No inten te desarrollar La caracterización, ya que, de n _os ind1v1du al es, porque ambos se co;.1plement.an pe ro
otro modo, su atención se distraerá de esa "voz interior" que n 111 gun o de el los es capaz de sustituir al ot ro. '
guía su acti vidad impro visadora. No obstante, si los rasgos
caracter(sticos del papel que está de:oempeñando "insisten tt

en sobresalir y ser incorporados, tampoco los suprima. .


Hab iendo llegado de este modo al término de la escena,
solicite a "su director" que vuelva a escenificar para usted,
exactamente de nuevo, un.a parte de la escena sea la que
fuere, pero en el centro de la. misma. Entonces comience su
improvisación un a vez más, desde el principio hasta el
punto medio "señalado", y continúe desde ah( hasta el /ín.
De este modo, rellenando los huecos paso a paso, pronto
estará en condici.ones de representar toda la escena tal como
fue escrita por el autor, sin dejar de mantener durante toda
ella la psicología del conj unto improvisador . Cada vez irá
convenciéndose más y más de que a pesar de todas las
sugerencias (necesidades) del director y del autor, sigue
teniendo libertad para impro visar creadoramente, y muy
pronto esta convicción llegará a ser una nueva habili.dad en
usted, algo así como si dijéramos su segunda naturaleza
i
Inmediatament e después, el grupo puede comenzar a
,/
/ /

...
~ ~
desarrollar las caracterizaciones.
Este ejercicio, corno indudableme nte p uede ver por > . . ._)
¡. usted mismo, ti.ene por ob;eto el de famil iarizarse con la
¡' .~

riqueza de su propio. alma de actor.

t,, 60 61

i'

r
son los que conocen perfectamente bien el fuerte vínculo que
LAATMOSFERA Y LOS SENTIMIENTOS se establece entre ellos y el espectador. Envuelto por ella,
INDIVIDUALES también el espectador empieza a "actuar" junto con los acto-
La .de de una obra repreeentadJ,. en el eeoenario res. De esa acci.ón rec(proca entre actor y espectador surge
es ~ :ep{ritu; el ambiente e11 eu _alma; Y todo forzosamente una representación teatral excelente. Si los ac-
aquello que tiene de visible y de audible, forma IIU tores, el director, el autor, el escenógrafo y, con frecuencia,
cuerpo. los músicos han creado verdaderamente la atmósfera que re-
qufore la obra, el espectador no podrá permanecer alejado de
ella sino que responderá con ondas inspiradoras saturadas
, rróneo decir que existen dos diferent~s de cariño y de confianza.
No creo que sea e en lo ue concierne al escenano
conceptos edntre .1¡: a~~~:ssus esp~ranzas y donde quisieran Es también significativo el hecho de que la atmósfera
ahonde la percepción del espectador. Pregúntese a sí mismo,
en e) cual ep_os1 n r arte de su vida. Para algunos
como espectador, de qué modo percibe una misma escena al
no es)l otrade
cosa que un
que transcumera la ma;~ci~ vacío que de tiempo en tiempo
e P -. tas mobiliarios y decorac10-
actores tramoyis , . . te
ser representada de dos maneras distintas, una sin atmósfe-
ra y otra con ella. En el primer caso, indudablemente tendrá
se . ena o')o ue el escenario posee es umcamen
lo. V1s1ble
ctr:i
nes'. J?Sra éls tos,
y o ismo
E~ cambio, para otros, el pequeño espa-
au escenano
e. . es todo un mundo saturado de
usted que captar la esencia de la escena usando del intelecto,
pero no estará en condiciones de penetrar sus aspectos psico-
d lógi_cos tan hondamente como podría hacerlo si la atmósfera
c10 e ese m fuerte, de tal magnetismo q~e apenas 5:e de la escena le ayudara a hacerlo. En el segundo caso, con el
una atmóefera
deciden a aban dtan
onarlo luego que la representación ha tenm- escenario dominado por la atmósfera, los sentimientos de us-
ted (y no sólo su intelecto) se avivarán y entrarán en juego.
nado. d c~do sobre nuestra profesión ~e Sentirá el contenido y la verdadera esencia de la escena. Su
En épocas pas~~· los actores solían con frecuenc1a comprensión se ampliará con estos sentimientos. El conte-
cernía un am:a roro ca, noches en su cuarto vacío, o entre nido de la escena tendrá percepción y riqueza mayores para
pasarse entus1asma~os las or el escenario en semipenumbra
Jos bastidores, o son!l°do 1kz
Canto del Cisne de Anton Che- la comprensión de usted. ¿Qué sería del contenido de esa
primera escena vitalmente importante que tiene la obra El
a semejanza d~l tr~gico e~uchos años les re~nían en un es- Inspector General, de Gogol, si no se percibiera toda su at-
jov. Sus expenenc1as d~ alabras Necesitaban de esta
mósfera? Dicho en pocas palabras, la escena consiste en
cenario pleLeno
atmósfera. ddebm~capi;a~ón
s a a y alientos para futuras ac- unos funcionarios públicos que se dejaron sobornar y que se
haJlan absortos discutiendo la manera de escapar al castigo
tuaciones. · las atmósferas no tieneri límite y que se les viene encima con la llegada del Inspector de San
Pero es el caso que rtes. En el paisaje, en una ca· Petersburgo. Dote la escena de su atmósfera apropiada, y us-
pueden se: halladas en toda!iia habitación; una bíblioteca,
lle cualqmera, en )~;sr,un restaurante lleno de ruidos, un
un hos~ital, una ca.e. ratJimbién· la mañana, la tarde, la ho-
ted la verá y reaccionará de modo muy distinto; a través de
su atmósfera precisa, usted percibirá todo el contenido de
aquélla con su catástrofe inmi nente, con toda su depresión y
museo tienen atmós,era la ri~avera, el verano, el otoño Y casi "místico" horror. A través de la atmósfera de esa prime-
ra de anochecer,
el invierno ... todo)~,en
nocóme.
he,no yptodo acontecimiento posee a s1-
ra escena no sólo se le reve lará a usted toda la psicológica as-
mismo sus atmósferas part~~ulare~e tiempo recientemente lo tucia del alma de un pecador, no sólo el humor con que Gogol
O fustiga a sus personajes ("No culpes al espejo, puesto que el
~Jo los actores que
adqwneron, un amor y un ie;~~mprensión' por esa atmósfera
malvado es quien te está besando"), sino que todos aquellos
62 63
funcionarios adquirirán una nueva y mayor significación,
1
. án en s(mL-
se convert1r -- serán el retrato de pecadores
UUC-Ulf, l de
· ¿De dónde viene ese apremio, de dónde brota? Figurada-
todas clases, de todos los tiempos, y de to~s .P~S Y, a mis- mente hablando, de la voluntad, de la fuerza dinámica o con-
mo tiempo, no dejarán de ser caracteres md1V1duales ~~n to- ductora (llámele conforme prefiera) que vive dentro de esa
dos sus rasgos peculiares. Imaginémonos a ~meo d1c1endo misma atmósfera. Moviéndose, por ejemplo, en una atmós-
a Julieta sus hermosas palabras de amor sm la atmósfera fera de felicidad, advertirá que su voluntad despierta dentro
que debe rodear a estos dos seres enamorados. Podrá usted de usted el deseo de extenderse, de ensancha~, de ganar
gozar la incomparable poesía de Shakespeare,. pero. no~rá espacio, de abrirse. Ahora, cambie por una atmósfera de
una carencia absoluta de ese algo que es real, Vltal e msp1ra- depresión o de dolor ¿No será la voluntad de esta atmósfera
dor. ¿Qué? ¿No es eso amor en sí, la atmósfera del amor? precisamente todo lo contrario? ¿No se sentirá usted ahora
¿Ha experimentado usted alguna vez_, como" espectador, apremiado a contraerse, a cerrarse, incluso a disminuirse?
esa peculiar sensación qu~ pa~ece decirnos ..~swr con- Pero supongamos que recusáramos eso, por un ins-
te plando un espacio psicol.ógicamente vac(o , mientras tante, con la argumentación de: "En las atmósferas fuertes
co:templa la escena que en ese instante se representa e!l el d_in~micas, tales como una catástrofe, el pánico, el ahorre~
escenario? Ello era debido a que la escena es~ba falta de at- cimiento, el triunfo o el heroísmo, su voluntad, su fuerza
mósfera. La mayoría de nosotros ¿no ha ~xpenmentado tam- apremiante es lo suficientemente clara. ¿Y qué sucede con
bién semejantes desagradables sensaCiones cuando una esa poderosa fuerza entre atmósferas de calma, pacíficas, ta-
atmdsfera escénica equivocada alteraba el verdadero . conte- les como un cementerio abandonado, la tranquilidad de una
nido de la escena? Quiero recordar una representación de mañana de verano, o el silencioso misterio de un bosque cen-
Haml.et, la escena de la locura de Ofelia, en la cual lo~ acto- tenario?". La explicación es senciJla: En esws casos la vo-
res acci'det1talmente , crearon una atmósfera más bien dde luntad de la atmósfera es en apariencia menos fuerte porque
te~or que de profunda tragedia y ~olor ~orno correspon e. no se marúfiesta de modo tan violento. No obstante, se halla
¡Causaba asombro ver el humor no mtenc1onado qu~ esa at- presente e influenciará a usted con tanta fuerza como otra
ósfera errónea provocaba en todas las palabras, miradas y cua lquier atmósfera. Uno que no sea actor o una persona pri-
:ovimientos de la pobre Ofelia! . . vada de sensibiJidad artística probablemente pennaneceria
La atmósfera ejerce una mfluenc1a extremadamente en actitud pasiva ante la atm ósfera de una tranquila noche
poderosa en la actuación del artista. 4H~ observado usted. có- de luna ; pero un actor, entregándose a ella por entero, pronto
sin quererlo cambia de moV1mientos, conversación, sentirá una especie de actividad creadora que se engendra-
:~ducta pensamientos y sentimiento tan pronto corno crea ba en el fondo de su ser: Las imágenes, una tras otra, se le
usted un~ atmósfera fuerte, contagiosa,_y cómo ésta aumenta aparecerían e irían gradualmente arrastrándole a su propia
su m· fl uencia =
· so bre us•-d si la acepta y sucumbe d a elJa
tariamente? Cada noche mientras esté actuan o, ce ~en o a
d' volun
d - esfera. La voluntad de una noche tranquila como esa no tar-
daría en transformarse en seres vivos, hechos, palabras y
la atmósfera de la obra o de la escen~,. puede usted d1s7tar movimienws. ¿No fue la atmósfera de bienestar encanto y
observando su propia entrega o sum1s1~n a _los nuevos e!,8- amor que rodeaba la chimenea de la casita de John Piribin-
lles y matices de su misma caractenzac1ón. No n~ces1ta gle (El Grillo del Hogar) la que dio vida en la imaginación
usted someterse cobardemente al molde de su actuaCión del de Dickens a la tetera obstinada, al ingenuo John 's Little
día anterior. El espacio, el aire que le rodea, está saturado de Dot con su eterno compañero, Tilly Slowboy, e incluso al mis-
atmósfera que siempre le apoyará provocando en usted nue- mo John Piribingle? No hay atmósfera carente de voluntad
os sentimienws e impulsos creadores. La atmósfera le apre- Y de vida interior dinámica. Todo lo que se necesita para
~iará para que actúe armónicamente con ella. obtener inspiración de ella es, simplemente, abrfrsele y un
poco de práctica le enseñará a usted el modo de hacerlo.
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65
" rto" u ,,
Ahora, con miras prácticas hemos de establecer. d?s ~e- mue Y vacío con su viejo espíritu que refiere histo-
chos: Primero, tenemos que hacer una clara d1stmc16n rias sin palabras. '
entre los sentimientos inruviduales de los personajes y las Es_tos a 7ontecimientos psicológicos, al producirse en el
atmósferas de las escenas. Aunque ambos pertenecen igual- ~sce?ano, deJan en suspenso el ánimo del público porque to-
mente al reino de los sentimientos, son enteramente inde- os ?S contrastes, colisiones, combates, derrotas y triunfos
pendientes entre sí y pueden existir simultáneamente aun qµe /'·enen luga~ en la esce na deben ser agregados a los fuer-
cuando se hallen en completo contraste. Un numeroso grupo ~es .ósi no los mas fuertes ) efectos dramáticos de la represen-
de gente rodea el lugar. Todos sienten la atmósfera fuerte , aci n . Los . .con~rastes en el escenario crean en el público
deprimente, torturante, espantosa de la escena. El grupo ente- cierta tension_ mqwsidora, mientras la victoria o derrota
ro se halla envuelto por ella y, sin embargo, usted no hallará iue .~on~ tédmmo a la lucha da a ese mismo público una satis-
sentimientos idénticos siqwera en dos, de aquellos indivi- r:~c1onl on amente estética que muy bien puede ser compa-
duos que componen la multitud. Uno permanece frío e incon- a a a que brota de un acorde musical resuelto.
movible frente al hecho, otro experimenta una honda satis- Es mucho 1~ que puede ha cer se en beneficio de una obra
facción egoísta por no ser él la victima; el tercero (policía
quizás) es un tipo activo que actúa en su elemento, y el cuarto
~ es:: reJpecto, mcluso aun cuando las atmósferas sólo sean
oca as e pasada por el autor. Hay muchos medíos pura-
está lleno de compasión. ~ente teatrales a los ~ue apelar para crear atmósferas escé-
Un ateo puede mantener su escepticismo en una atmós- nicas que no hayan sido señaladas por el autor: Luces con
fera de reverente religiosidad, o un hombre bajo el peso de la sus
fi t sombras. y colo res,. d ecorac1ones
· d e 1ormas
e •
especiales·

desgracia puede seguir llevando la pena en su alma aunque e ec os mus1cale.s Y sonoros; agrupamiento de los actores po; ,,1:
,:

penetre en una atmósfera de alegria y felicidad. Por lo f::an- ~us ".'ºces ~e timbres variados, sus movimientos, pausas,
to haciendo una distinción entre aquéllos, debemos cons1de- ambio de : 1t7:10, toda clase de efectos rítmicos y maneras de ,¡
ri:.r a las atmósferas sentimi.entos objetivos en oposicién a actuar . . Practicarnente todo lo que el público percibe en el ·,! •
los individuales sentimientos subjetivos. Acto seguido, debe- escenario pu_ede servir al objeto de dar mayor fuerza a las .1

mos admitir el principio de que dos atmósferas diferentes atmósferas o incluso crearlas de nuevo.
(sentimientos objetivos) no pueden coexistir. Inevitablemen-
te la atmósfera más fuerte acaba con la más débil. Veamos
ot~o nuevo ejemplo.
Imaginemos un viejo castillo desierto en el que el Es bien sabido que el r eino del arte es por encima de
mismo tiempo parece haberse detenido hace ya muchos todo, el r emo de lo.s sentimientos . Una definición buena y
siglos y conservando en gloria invisible y fan~sm al los verdadera hubiera sido que la atmósfera de toda obra de arte
pensamientos y las hazañas, las penas y las alegnas de sus es su c~razón, su sentimiento anímico, Consecuentemen te
habitantes olvidados largo tiempo ha. Una atmósfera es tambien el alma, el corazón de toda representación escéni -
tranquila y misteriosa inunda aquellas estancias vacías, ca. Esto que se comprende bien cla ramente nos permite ha -
los corredores sótanos y torres. Un grupo de gente entra en c~ r una comparación. Sabemos que todo ser humano normal
el castillo, ll;vando consigo una atmósfera ruidosa, alegre ~J~rce tres funcion~s psi col ógicas principa les: Los pensa-
e hilarante incluso. ¿Qué sucede ahora? Ambas atmósferas ~ruentos, los sent1m1entos y los imp ulsos vol itivos. Ahora,
se enzarzan inmediatamente en un duelo a muerte y sin
pasar mucho tiempo, una de ellas queda victoriosa. O
}:~f
.,
ndmos un . se r humano a bsolutamente privado de la
ta de sentLr, un se r humano a quien pueda llamarse
bien el grupo de gente alegre, con su atmósfera, somete .ª la carente. de cor"~o
. =- -n ". I mag¡· nemos a contmuacion
· . , que sus
estática atmósfera del V1ejo castillo, o éste continúa pensamien tos, ideas y concepciones intelectuales abstractas

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~- -'i::·~:,··.
.:-::·
por una parte, y por la otra, sus impulsos. volitiv?s y accio- mismo adquirir una cierta técnica para crearla a voluntad,
nes se ponen en contacto, se encuentran sm que mtervenga he aquí los ejercicios que sugiero:
ningún enlace, sin sentimientos entre ellos. ¿Qué,. ~lase de
impresión produciría en usted W1a persona así, sm cora-
zón"? ¿No la tomaría usted por. una. "máqui~a extremad~- EJERCICIO 14
-mente complicada, refinada e mteh!fen«:? ¿~o parecena
que esa "máquina" se hallaba en un mv~l mfenor a~ d.el ser Comience por observar la vida que le rodea. Contemple
humano cuyas tres funciones (pensamientos, sentimientos sistemáticamente las diferentes atmósferas que pueda
y voluntad) deben obi:ar de acuerdo, en plena armonía unos encontrar. 'Irate de no pasar por alto o dejar a un lado algu-
con otros? . . nas atmósferas porqW! le parezcan débiles, sutiles o apenas
Nuestros sentimientos armonizan nuestras ideas e im- dignas de atención. Concédale especial atención al hecho de
pulsos volitivos. No sólo eso, sino que los modifican, los con- que cada atmósfera qW! usted observe impregna el aire, en-
trolan y los perfeccionan, haciéndolos "humanos". .La ten - vuelve a las personas y a los acontecimientos, llena las habi-
dencia a la destrucción brota en todo ser humano pnvado de taciones, fl.ota en todos los paisajes, es una parte de la vida
ellos o que desprec ia los sentimientos de los ~tros. Si s~ qu!e- misma.
ren ejemplos, no hay que hacer más que hoJear la H1stona. Observe a la gente en · ta.nto se halla rodeada por una
¿A cuántas ideas políticas o diplomáticas qu~ fueron puest:,as cierta atmósfera. Vea si se mueve y habla en annoni.a con
en práctica sin haber sido controladas, modificadas Y punfi- ella, si se entrega a ella, o la combate y hasta qui punto se
cadas por la influencia de los sentimientos, podemos lla~ar muestra sensible o indiferente a ella tambi.én.
humanas benévolas o constructivas? En el orden artístico, Luego de un periodo dedicado a la observación., cuando
los efecto's son los mismos. Cualquier representación teat~l su habilidad para percibir las atmósferas se halle bastante
privada de sus atmósferas da la impresión de cosa mecá?-i- entrada y agudizada, comience a experimentar consigo mis-
ca. Aun en el caso de que el público aprecie la buena técruca mo. Consciente y deliberadamente trate de someterse a cier-
y la habilidad de 1os actores, así como el val~r de la obra, pue- tas atmósferas, "oyén.dalas• lo mismo que oye Za música, y
de, no obstante, permanecer frío y sin emoción ante la rep:e- deje que ellas le inf7.uencien a usted. Permita que hagan me-
sent.ación en general. La vida emocional de l~s person8JeS lla en sus propios sentimientos individuales. Empiece a mo-
en escena es, con raras excepciones, sólo un sustituto de la at- verse y hablar en armon(a con las diversas atmósferas que
mósfera. En esta época fria, seca e intelectual, ~n _que nos vaya encontrando. Después busque algunos casos en los que
sentimos atemorizados de nuestros propios sentimientos Y pueda luchar contra un.a atmósfera específica, haciendo lo
de los ajenos, ello resulta particularmente cie~. No olvide- posible por desarrollar y conservar los sentimientos que
mos que en el orden artístico, en el teatro, no existe excusa pa- sea n contrarios a aquélla.
ra eliminar las atmósferas. Un individuo, si lo desea, pu~de Después de haber trabajado algún tiempo con esas at-
prescindir de sus sentimientos por cierto tiempo en su ":1da mósferas que vaya hallarido en la vida real, comience a
privada, pero las artes, y particularmente el _teatro, e.aroma- imaginar acontecimientos y circunstancias con sus respecti-
rían lentamente a la muerte si en sus creaciones deJar.a .de vas atmósferas. Tómelos de la literatura, de la historia, de
sentirse la presencia de esas atmósferas. La ~an m1~1ón las obras teatrales, o inuéntelos usted mismo. Visualice, por
del actor e igualment e las del director y compositor consiste ejemplo, la lucha por apoderarse de la Bastilla. Imagine el
en salvar el a lma del teat ro y con ella el futuro de nu estra m omento en que el pueblo de París llega ante una de las cel-
profesión. das de la prisi.ón aquella. Obseroe atentamente las figuras,
Si se desea aumentar el sentido de la atmósfera Y asi- los rostros de las mujeres y de los hombres. Haga que esta es-

68 69

.'i:i:
•'

...
cena, creada por su imaginación, desfile por los ojos de su dor, que van llenando el aire. Haga este ejercicio con un.a ~ -
imaginación con mayor claridad, y enseguida, d(gase para rie de atmósferas diferentes.
sus adentros: "Esta multitud está inspirada por una atmósfe - . Avance un ~o más. Escoja una atmósfera definida,
.ra de extrema agitación, intoxicada por la fuerza y el poder imag_(nela extendié_ndose a su alrededor en el aire, y acto
sin limitaciones. Todo se halla envuelto por esta atmósfe- seguido haga un ligero movimiento con el brozo y la mano.
ra". Enseguida obseroe los rostros, los movimientos, las fi- Compruebe que el movimiento está en armonía con la atmós-
guras apartadas y los grupos que componen el populacho. fera que le rodea: SJ ha escogicro una atmósfera tranquila y
Observe el ritmo del acontecimiento. Escuche los gritos, el pacífica, su movimiento será también pac(fico y tranquilo.
timbre de las voces. Penétrese bien de todos los detalles de Una atmós(e!Y:f de cautela harán que el brazo y la man.o se
/.a escena y vea cómo /.a atmósfera se graba profundamente ~~van asim,s~ cautelosamente. Repita este sencillo ejer-
en todo y en todos durante tan agitado acontecimiento. cicio hasta se ntir la sensación de que brazo y mano se
Cambie ligeramente la atmósfera y, de nuevo, observe hallan impregnados de la atmósfera escogida. Esta satura-
la ·Actua.ci.ón de usted·. En esta ocasi.ón deje que la atmósfe- rá e~ b~azo de U:Sted y se expresará precisamente a través del
ra asuma el carácter de crueldad endiablada y vengat iva movimiento realizado.
Fíjese con qué fuerza y autoridad esta atmósfera alterada Evite dos errores posibles. No se impaciente por "repre-
vendrá a cambiar todo lo que está sucediendo en la celda de sent~r· o "actuar" la atmósferq. con su movimiento. No se de-
la prisión. Las caras, los movimientos, las voces, los gru- cepcw~; t~nga confw.nza en· el poder de la atmósfera e ima-
pos... todo será diferente ahora, todo expresará el deseo de g(nela incitándola todo el tiempo preciso (¡que no habrá de
venganza de la multitud. Será una "actuación" diferente ser mucho!), y entonces mueva el brazo y la mano dentro de
aun cuando el tema sea el mismo. ella. Otro error posible en el que pu.eck usted caer, es tratar
Una vez más cambie la atmósfera. Deje que ahora sea de esforzarse por sentir la atmósfera. Trate de evitar un es-
orgullosa, digna, majestuosa. Ha tenido lugar una nueva fuerzo semejante. La senúrtf alre&edor y dentro de usted tan
transformación. pronto como haya concentrado adecuadamente su atención
Alwra aprenda a crear las atm ósferas sin imagina r en el?a. In citará por s( los movimientos de usted, sin ningu-
ningún acontecimiento o circunstancia en absoluto. Puede na violencia d~ su parte, cosa innecesaria y molesta. Acudi·
hacer/,o imaginando que el espacio, el az re de que usted se ha- rá a usted de i.gu.al modo que su.cede en la vida: Cuando en-
lla rodeado está lleno de una cierta atmósfera, com o si pu- cuentra la atmósfera de un desastre callejero, usted no hace
diera llenarse de luz, de fragan cia, de calor, de frlo, de nada por sentirla.
polvo o de humo. Imagine primero, una atmósfera sencilla ComÍ'!nce otros movimientos más complicados. Le-
y tranquila , como de paz hogareña., de pa vor, de soledad, de vántese, siéntese, to,:ne u n objeto cualquiera y trasládelo a
presentimientos, etc. No se pregunte cómo es posible imagi - otro lugar, abra y cierre la puerta, arregle los objetos que se
nar un sentimiento de pavor, o cualquiera otro, impregnan - encuentran sobre la mesa. Procure conseguir los mismos
do el ambiente que le rodea, antes de haberlo inte ntado, sin resultados que antes.
practicarlo. Dos o tres esfuerzos Le conueru:erán de que n.o só- Ha llega.do el momento de que hable unas cuantas pa-
lo es posible, sino fácil en extremo. En este ejercicio apew a labras, primero sin acompañarlas de gesto alguno y luego
su imaginaci.ón, no a su razón fr(a y analttica. ¿Qué es todo s(. Tanto las palabras como los gestos deberán ser sumamen-
nuestro arte sino una hermosa "fzcción" basada en nuestra te sencillos al principio. Hágalos como si se tratase del diálo-
imaginaci.ón creadora? Tome este ejercicio con la misma go habitual: ~¡Siéntese, por favor!" (gesto de invitacú5n) ·
sencillez que se lo estoy explicando. No haga más que imagi- '!ª no lo necesito" (gesto de rasgar un papel); "Déme e~
nar unos sentimientos que se van extendiendo a su a1rede- libro, se lo ruego" (gesto de indicaci.ón). Igual que antes

70 71

··
-.-. ...... -

r
·: ;'~':.;~·. 7,~,,!.;
·-· !l!!illl
.

.
cuide de que estén en armon(a. Haga este ejercicio en dife- Los sentimientos individuales de un actor son, o pue-
rentes atmósferas. de~ llegar a serlo en cualquier momento, muy caprichosos y
Ll.eve este ejercicio un poco más lejos. Cree una .at- activos. Usted no puede ordenarse a sí mismo sentir verdade-
mósfera a su alrededor. Déjela aumentar has.t a que se s~n- ramente tristeza o alegria, amar u odiar. Frecuentemente
ta familiarizado e intimado con ella. Realice una ~ción los actores se ven obligados a pretender determinados senti-
-sencilla nacida al amparo de la atmósfera escogida, Y mientos en escena y reali.z.an riumerosfsimos e inútiles in-
luego, poco a poco, realice ese sencillo movimiento, dejándo- tentos para echar fuera ta1es sentimientos. ¿No es esto, en la
se guiar por la atmósfera de que está usted rodeado, hasta mayoría de los casos, simplemente un "afortunado acci-
que : gradualmente el ejercicio se conviert~ en una escena dente" sino un triunfo de habilidad técnica el que un actor es-
corta. Haga este ejercicio en atmósferas ~iversas, c~mo J>:>r té en condic!ones de despertar sus sentimientos según su de-
ejemplo aquellas que tengan caracterlstu:as de vwlencia: seo o necesidad? Los verdaderos sentimientos artísticos, si
Extasis, desesperación, pánico, odio o herotsmo. se rehusan a presentarse por sí, deben ser suscitados por al-
Vuelva a crear una cierta atmósfera alrededor suyo y, gún procedimiento técnico que haga del actor el dueño de
habiéndola vivido un rato, haga lo posibie por imaginar cir- aquéllos.
cunstancias que armonicen con ella. . ~ parecer existen medios diversos para despertar los
Lea obras teatrales y trate de definir las atmósferas de sentimientos creadores. Una imaginación bien adiestrada
aqrdllas imaginando las escenas una y otra vez (sin apelar y que viva en una atmósfera apropiada son cosas ya anterior-
paro ello a su razonamiento). Para cada obro es conveniente mente m.encionadas. Consideremos ahora todavía algunos
imaginar una especie de "termómetro: QlU; va1a marcando otros medios, paso a paso, y pongámoslos en práctica.
las atmósferas sucesivas. Al crear ima.ginativament~ . e~te Alce su brazo. Bájelo. ¿Qué ha hecho usted? Ha reali-
•termómetro" no necesita usted tomar en cuenta la división zado wia simple acción fisica. Ha hecho usted un gesto. Y lo
de actos o escenas citadas por el autor, ya que la propia at- ha hecho sin ninguna dificultad. ¿Por qué? Porque, como
mósfera puede acompasar muchas escenas o cambiar varias toda acción, se halla dentro de su voluntad. Ahora realice el
veces en una sola. mismo gesto, pero en esta ocasión adómelo con cierta cua-
Asimismo, no pase por alto la atmósfera general de la lidad. Permita que esta cualidad sea la precaución. Habrá
obra en su conjunto. Cada un.a de aquéllas posee un.a atm~s- de hacer ese gesto, ese movimiento cautelosamente. ¿No lo
fera general de acuerdo con su clasificación, sea traged~a, ha ejecutado con idéntica facilidad? Repít.alo una y otra vez
drama, comedia o farsa; y, además, tiene una atmósfera in - y observe lo que ocurre. Su movimiento hecho cautelosa-
dividual y particular. mente ya no de una simple acción fisica ; ahora ha adqui-
Estos ejercicws sobre atmósfera pueden hacerse con rido cierto matiz psicológico. ¿Cuál es este matiz?
mayor é:rito si se realizan en grupo. Así la at~ó_sfera demos- Es una Sensación de cautela la que ahora llena e
trará su poder unifu:ador sobre todos los participantes. Ade- impregna su brazo. Es una sensación psicofisica . Simi-
más, el esfuerzo común para crearla imaginando '{Ue_ el larmente, si mueve todo su cuerpo con esa cualidad de pre-
aire o el espacio está saturado de un determinado sentimien - rnuci6n , entonces todo él estará naturalmente saturado de
to, produce invariablemente un efecto más fuerte que cuando aquella sensación .
se realiza por una sola persona. La sensación es el recipie nte al que sus genu.inos senti-
mien tos artísticos van a desembocar; es una especie de punto
ma gnético qu e a.trae sentimientos y emociones apareándose
Henos ahora de regreso a la cuestión de los sentimien - co n cualqu.ier cualidad escogida por usted para su movi -
tos individuales y el modo de manejarlos profesionfilmente. miento.
Pregúntese ahora si forzó sus sentimientos. ¿Se ordenó narlas todas inmediatamente. Supongamos que toma usted
a sí mismo "sentir cautela? No. ~an sólo llev~ a cabo un mo- la cualidad de abat imiento y al propio tiempo las de desespe-
vimiento con ckterminada cualidad, es decir, creando una ración, meditación o enfado. No importa cuantas cualida-
sensación ck cautela a través de . la cual usted pr~vocó su_s des acopladas pueda usted seleccionar y combinar, siempre
sentimientos. Repita este movimiento con otras vanas cuah- se confundirán en una sensación para usted, igual que un
. d.ades y el sentimiento, el deseo de usted, crecerá con más y · acorde dominante en la música
más fuerza. ·11 Tan pronto como sus sentimientos estén avivados, le
En esto consisten los medios técnicos más sen~1 os llevarán lejos consigo, y su ejercicio, ensayo o actuación ha-
para avivar sus sentimientos en el caso de que_se volvieran brá hallado inspiración verdadera.
obstinados, caprichosos y se rehusaran a func1on~r exacta-
mente cuando usted los necesita para su trabaJo profe~ional.
Luego de alguna práctica observará que habi endo esco-
gido una cierta cualidad, y habiéndola transformado en sen- EJERCICIO 15
sación consigue más de lo que esperaba de sus esfuerzos. La
cualid~d de cautela, por ejemplo, puede d:spertar ~~ usted no Ejecute un acto sencillo y natural. Tome un objeto de la
solamente un sentimiento de cautela, sino tamb1en toda _la mesa, ab_ra o cierre una ventana o una puerta, sitntese,
gama de sentimientos análogos a ése, de acuerdo con las ci r - levántese, camine o corra por la habitación. Hágalo varias
cun stancias mencionadas en la obra. Como ~ pr~d~cto ac- veces hasta qu.e le sea posible ejecutarlo con facilidad. Lue-
cesorio de aquella cualidad puede usted se ntir se _1rr1~do o go, compltquela con ciertas cualidades, ejecutando el acto
alerta cual si se enfrentase al peligro; puede sentirse tiern o calmosamente, con seguridad, irritado, penosamenre, en-
y efus'ivo, corno cuando se proteje a un niño; _fri~ Y reserva- tristecido, a hurtadillas o con ternura. A continuación prue-
do igual que en el momento de protegerse a s1 mismo ; e .algo be de hacer ese mismo acto con cua/id4..ules ck torpeza, fl.uc-
así como asombrado y curioso, cosa que sucede cuando ~o tuantes, aéreas e irradi.antes. Enseguida déle a su acto las
se pone en guardia. Todos estos matices_ sentimentales, sin cualidades de staccato, legato, alivio, forma, etc. Repita el
embargo de su variedad, se hallan relacionad os co n la sen - ejercicio hasta que la sen sación llene todo su cuerpo por
sación de cautela. entero y sus sentimientos respondan fácilmente . Tenga
Pero ¿cómo, quizás piense usted, se apli can cuando el cuidado en no forzar los sentimientos para que huyan en vez
cuerpo se halla en posición estática? . de seguir y confuir en la técnica sugerida. No apresure el
Cualquier postura corporal puede estar: 1i:1pregnada de resultado.
cualidades exactamente igual que todo moY1m1ento. Todo lo Haga el mismo ejercicio con movimientos amplios, an-
que se nec.esita es decirse para sí mi smo: "Voy a pe_rm ane- chos, igual que en el Ejercicio J.
cer de pie, sentado o acostado con esta º. aquel)a cualidad en De nuevo tome una cualida d de movimiento o acción y
mi cuerpo", y la reacción sobrevendrá 10med1atarn_ente h~- agréguele dos o tres palabras. Diga estas palabras también
cie ndo brotar en el interior de su alma todo un cale1doscop10 con la sensación que brote en usted.
de sentimientos. . Si practica el ejercicio con algúr1. compañero, haga im -
Puede fácilmente ocurrir que mientras e5t.á trabaJand o provisaciones sencillas y utilice palabras. Puede improvi-
en una escena tenga dudas de la cualidad, o sensación; ~e- sar un vendedor y un comprador en ciernes; un anfitrión y
ne que escoger. En un dilema así 1:1º vacile en tomar dos o in - su invitado; un sastre o un peluquero y su cliente. Antes de
cluso tres cualidades para au acción . Puede usted . probarla_s comenzar póngase de acuerdo respecto a las cualidades que
rma tras otra en busca de la mejor, o puede también cornbi- usted y sus compañeros van a emplear en cada ejemplo.

74 75

1~~~;;:~··~~~·
.~ :l::,.·

ltii .
• , : ·:,# :;~:
No use demasiadas palabras innecesarias mientras es- LA GESTICULACION PSICOLOGICA
tá ~ercüc1ndose con su., compañeros. . .
Los discursos superfluos con frecuencia le conducirán El olmo " " - vwir oo,1 • o.rrpo :,o q- "" loa
mitmbros <Ú tsú no podrla ni actuo.r, n i untir.
por caminos extraviados dando la impresión de que está. lle-
vando a cabo su ejercicio de modo activo, cuando en ~eal~ LEONARDO DA VINCI
sdlo paralizan la accidn y la sustituyen con el contenido inte -
lectual de uu, palabras. De aht que un ej~rcicio ~bre~argado
de palabras degenere en una conversación ordinaria Y ca·
rente de inspiracú,n. · . En el capítulo anterior dije que no podemos ordenar di-
Estos sencillos ejercicios desarr~llar~n t_ambién una rectamente a nuestros sentimientos, pero que sí podemos ha-
fuerte sensación de armon(a entre su vida interior Y sus ma- lagarlos, provocarlos y engañarlos empleando ciertos me-
nifestaciones externas. dios indirectos. Lo mismo podría decirse respecto a nuestros
deseos, anhelos, pretensiones, antojos, inclinaciones, insa-
Quizás lo mejor sea resumir este ~apítulo que versó ciabilidad o sed de algo, todos los cuales, aunque siempre
acerca de Atmósferas y Sentimientos IndiVIduales, en estas van mezclados con sentimientos, se generan dentro de la es-
pocas líneas: fera de nuestro poder volitivo.
En las cualidades y sensaciones encontramos la llave
La Atmósfera inspira al actor. del tesoro que son nuestros sentimientos. Pero ¿hay también
Aproxima el público al actor así corno a los actores una llave para nuestro poder volitivo? Sí, y la hallaremos en
entre sí. el movimiento (acción, gesticulación). Fácilmente puede
Agudiza la percepción del espectador. . . probárselo a sí mismo tratando de ejecutar un gesto fuerte,
Dos atmósferas contrastantes no puede~ coeJOstlr, pero bien formado, pero sencillo al propio tiempo. Repítalo varias
los sentimientos individuales de los personaJeS, aun c~n~o veces y comprobará que después de W1 rato, su poder volitivo
se hallen en contraste con la atmósfera, sí pueden coexistir se hace más fuerte cada vez bajo la influencia de ese gesto o
con ella . movi miento expresivo.
La atmósfera es el alma de la representación . Más adelante, usted descubrirá que la clase de movi -
Observe las atmósferas de la vida . . miento ejecutado va dando a su poder volitivo una cierta di -
Imagine la misma escena con atmósfe:as d~stmtas. . rección o inclinación; o sea, que animará y provocará en us-
Cree atmósferas a su alrededor sm mnguna circuns- ted un deseo definitivo, W1 anhelo, o sed de algo.
tancia dada. · t ó ~ a Así pues podemos decir que , la potencia del movimiento
Muévase y hable en armonía con cua1qwer a m s er remueve nuestro poder volitivo en general; la clase de moví- I

que usted haya creado . miento despierta en nosotros Wl deseo definido correspon- 1

Imagine circunstancias adecuadas a la atmósfera que diente, y la cualidad del mismo movimiento evoca nuestros
haya creado. ~ sentimient~.J
Marque y retenga un "termómetro" de las atmós1eras Antes de ver cómo estos simples principios pueden ser
creadas. aplicados a nuestra p¡-ofesión, examinemos algunos aspec-
Ejecute movimientos que posean cualidades, sensa- tos de la gesticulación en sí con objeto de lograr una idea
ciones, sentimientos. más amplia de sus connotaciones.
Suponga usted que va a representar un personaje que,
según su primera impresión general, tiene una voluntad
fiurte e inflexible, que est.á poseído por deseos dominantes,
despóticos, y lleno de odi.os y malestar.
Usted busca gesticulaciones apropiadas para expresar
todo eso en el personaje, y quizás luego de algunos intentos,
lo consigue. (Véase Figura l).
Es fuerte y bien formado. Cuando lo haya repetido va-
1 :
rias veces tenderá a reforzar su voluntad de usted. La direc-
ción de cada miembro, la posición final del cuerpo entero así
como la inclinación de la cabeza son de tal clase que van
encaminadas e despertar un deseo definido de conducirse
dominante y despóticamente. · Las cualidades que llenan y
penetran en cada músculo del cuerpo entero, provocarán den -
tro de us~ sentimientos ¡de odio y disgusto. Por lo tanto, a
través del gesto, usted penetrará y estimulará lo · que haya de
profundo en.su propia psicología.
Un ejemplo más:
En ésta ocasión usted define al personaje como un tipo
agresivo, quizás inclusive fanático, con una voluntad más
bien colérica.
El personaje se halla completamente abierto a las 'i n~
t1uencias que vienen de "arriba" y absesionado por el deseo
de recibir e incluso forzar "inspiraciones" que procedan de
tales influencias. Está lleno de cualidades místicas, pero al .
mismo tiempo tiene los pies afirmados en tierra y recibe in-
fluencias Ígué. ~~ente fuertes del mundo terrenal. En conse-
cuencia, es ur. ;:,ersonaje dentro del cual se concilian ambas
influencias, la de arriba y la de abajo. (véase la Figura 2).
Para el siguiente ejemplo escogeremos un personaje
que, en cierto modo, contraste con el segundo. Es enteramen-
te introspectivo, sin n ingún deseo de entrar en contacto ni
con el mundo de arriba ni con el de abajo, pero sin mostrar
debilidad . Su deseo de permanecer aislado puede ser muy
fuerte. Una cualidad de persona pensativa impregna todo su
ser. Disfruta con su soledad (véase Figura 3).
Para el ejemplo siguiente, vamos a imaginarnos un
personaje absolutamente apegado a una clase de vida te-
rrenal. Su voluntad poderosa y egoísta no se eleva a las altu-
FIG U RA 1 ras, sino que está abajo, en la tierra. Todos sus deseos apasio-
nados y sus incli naciones llevan el sello de las cualidades
79
bajas y despreciables. No tiene simpatía por nada, ni nadie.
Toda su vida interior introvertida está llena de desconfian-
zas, sospechas y reprobaciones. El personaje se niega a un
modo de vivir recto y honesto, escor· endo siempre los cami-
nos complicados y extraviados. Es e tipo de penona egocén-
trica y a veces agresiva. (véase Figura 4).
Un ejemplo más todavía. Usted puede apreciar la fuer-
za de este personaje particular en su voluntad negativa, de
protesta. Su principal cualidad puede parecerle a usted la del
sufrimiento con el matiz, quizás, de odio o indignación. Por
otra parte, una cierta debilidad le satura por entero (véase Fi-
gura 5).
El último ejemplo. En esta ocasión nuestro personaje es
de nuevo un tipo débil, incapaz de protestar y luchar por abrir-
se paso en la vida: extraordinariamente sensible, inclinado
al sufrimiento y a compadecerse a sí mismo, con un acusado
deseo de lamentarse (véase Figura 6).
Aquí también, como en los casos anteriores, estudiando
y ejercitando el gesto y su posición final, usted experimenta-
rá su influencia triple sobre su propiapsicolog(a.
Ahora ya sabe que debe tener muy presente que todos Jos
gestos y sus interpretaciones, conforme ha quedado probado,
son únicamente ejemplos de posibles casos y por ningún con-
cepto son obligatorios para usted cuando se halle buscando
gesticulaciones a todo trance.
Llamémosles Gesticulación Psicol.ógica (de ahora en
adelante nos referiremos a ella con las iniciales GP), por- ,,
que su propósitoJ ~s influenciar, avivar, moldear y poner a · -
tono la vida interior de usted con sus anhelos y propósitos
artísticos .
...__. _,.

l Estudiemos ahora el problema de aplicar 1a GP al traba-


jo profesional.
Tenemos una obra teatral frente a usted y en ella va a
tomar parte. Sólo es todavía una obra literaria inanimada.
Corresponde a usted y a sus compañeros transformarla en
f1G URA 2 una obra teatral viva y .escénica. ¿Qué va usted a hacer para
realizar esta labor?

81

~,.:::~::.•;I.J.--··
Para empezar, habrá de hacer un prim er intento con ob-
jeto de investigar el personaje que va a representar, para
adentrarse en él ya que habrá de representarle en escena. Es-
to puede hacerl o apelando a su poder analítico o mediante la
apli cación de la GP. En el primer caso habrá usted escogido
un procedimiento largo y laborioso porque el entendimiento
razo nador, generalmente hablando, no es lo bastante ima-
1
ginativo, sino demasiado frío y abstracto para estar en condi-
ciones de llevar a cabo un trabajo artístico: Usted puede
1 haber observad o que cuanto más "sabe" su entendimiento
! acerca del personaje, menos se halla usted en condiciones
de representarlo. Esta es un a ley psicológica. Usted puede sa-
ber perfectamente bien cuales son los deseos y los sentimien-
'I tos de su personaje, peTO ese solo conocimiento no le pone a
usted en condiciones de poner en ejecución los deseos con la
' 1
fidelidad requerida, o experimentar sus sentimientos since-
ramente en escena. Viene a ser lo mismo que saberlo todo
acerca de una ciencia o un arte e ignorar el hecho de que esta
inteligencia per se está muy lejos de hallarse versada en
aquello. Desde luego que su mente le será muy útil para va-
luar, corregir, comprobar, hacer adiciones y ofrecer sugeren-
·- cias, pero no podrá hacer nada de todo eso antes de que su
intuición creadora se haya afirmado y hablado ampliamen-
te. Esto no quiere decir de modo alguno que la razón o el inte-
lecto deban descartarse al preparar el papel, sino que es una
advertencia para que no descanse sus esperanzas en eso, y
i sepa que es prec iso que al principio permanezca al margen
para no impedir y compli car sus esfuerzos creadores. / -
1 Pero si usted se dec ide por otro procedimiento más pro-
1 ! ductivo, si ap lica la GP con objeto de estudiar a su personaje,
entonces habrá ape lado a sus fuerzas creadoras directamen-
te y no se convertirá en un actor "teórico" o rutinario.
Más de un actor ha preguntado: "¿Cómo puedo hallar la
GP sin conocer primero el personaje al cual debo aplicar esa
GP, si seme recomie nda que no use el intelecto?".
Por los resultados de los ejercicios anteriores habrá us-
ted de admitir que su fi rm e intuición, su imaginación crea-
dora y su visión artística le dan siempre cuando menos algu-
FlGURA' na idea sobre el personaje, incluso cuando lo mira por vez
primera) Puede tratarse tan sólo de una ojeada, pero puede

83
confiar en ella y utilizarla a moclo de trampqlín en su pri-
mer intento para basar la GP. \Pregúntese a sí mismo cual
puede ser el principal deseo del personaje, y di.ando haya ob-
tenido una contestación, incluso tratándose de una mera
insinuación, comience a construir la GP paso a PIU!O, sir-
Vléndose al principio sólo de su mano y de su brozo.!' Puede
tenderlos hacia adelante en forma agresiva. cerrando el pu-
"'º·si el deseo impele a usted a sujetar o agarrar algo (avari-
cia, codicia, deseo de posesión); o puede, también, tenderlos
lenta y cuidadosamente, con reserva y cautela, si el persona-
je quiere tentar o buscar a ciegas de modo dificultoso e inde-
ciso; o puede hacerlo clara y sencillamente, sirviéndose de
ambas manos y brazos extendidos al frente, con las palmas
abiertas, en caso de que su intuición le indique que el perso-
naje trata de recibir, de implorar, de rogar con temor; o qui-
zás quiera usted dirigirlos hacia abajo en forma ruda, con
las palmas vueltas al suelo, y los dedos enclavijados, si es
que el personaje se inclina al poder excesivo, a la posesión.
Una vez adoptado el método, ya no encontrará dífícil (de he-
cho se producirá espontáneamente) el extender y ajustar su
gesticulación particular a los hombros, al cuello, a la posi-
ción de su cabeza y torso, piernas y pies, hasta que todo su
cuerpo se halle ocupado por entero. Trabajando de esta mane-
ra, pronto descubrirá si su primera conjetura respecto al
principal deseo del personaje, estaba en lo cierto. La misma
GP le llevará a este descubrimiento, sin que en ello haya de
tomar parte el razonamiento. En algunos casos es posible
que usted sienta la necesidad de comenzar su GP partiendo
no de una postura neutral, sino de aquella que el personaje
le sugiera. Tome en consideración nuestra segunda GP
(véase la figura 2), que expresa una franqueza y una expan-
sión completa. Su personaje puede ser introspectivo o intro- ,
vertido y su deseo principal puede definirse como un deseo
urgente de abrirse para recibir las influencias que le lle -
guen de arriba. En tal caso, puede usted comenzar por una
postura más o menos cerrada, en lugar de una neutral. Al
escoger la post ura inicial usted goza, por supuesto, de tan ta
FJ<.;L'RA ~
libertad como al crear cualquier GP.
Continúe desarrollando esa GP, corrigiéndola y mejo-
rándola, agregándole todas aquella's cualidades que vaya

85
pn ·()ntrando en el personaje, llevándola despacio al grado
de perfección. Luego de una corta experiencia usted se encon-
trará en condiciones de hallar la correcta GP prácticamente
en seguida y sólo tendrá que mejorarla de acuerdo con el
propio gusto o el de su director, respecto a la versión final.
Sirviéndose de la GP como medio para explotar al perso-
naj e, hace usted más que eso. Se p1_e para a sí mismo para
represen tarlo. Estudiando, mejorando, perfeccionando y
ejercitando la GP, usted va, cada vez más, convirtiéndose en
el verdadero personaje. Cuanto más progrese en este trabajo,
más le revelará a usted la GP al per sonaje y por entero en for-
ma condensada , convirtiéndole en dueño y señor de su fon-
do inmutable (conform e se alude al final del Capítulo 1).
Arrogarse una GP significa , pues, preparar todo el
papel en su esencia, des pués de lo cual será W1a tarea fáci!
hall a r los detalles en los ensayos que se lleven a cabo en el
escenario. No tiene que ir dando tumbos, ni caminar a cie-
gas, corno sucede a m enudo cuando se empieza a darle vida
a un papel cubriéndolo de carne, sangre y nervios sin haber-
le hall ado primero la espina dorsal. La GP pone en manos de
ust ed esa espina dorsal precisamente. Es el modo más corto,
más sen cillo y más artístico de transformar una creación li-

l
¡

l
1
ternria en una obra de arte teatral.

Hasta ahora me he referido a la GP como cosa aplicable


al personaje entero. Pero asimi smo puede servirse de ella pa-
ra usarla en cualquier trozo del papel que ha de representar
usted, para escenas solas o di scursos si así lo desea, o inclu-
1¡ so párrafos independ ientes. El modo de hallarla y aplicarla
es, en estos casos rn er10 res, exactamente el mism o que parn
el personaje completo.
Si usted tiene alguna duda acer ca de cómo conciliar to,
da la GP preparada para el papel entero , con la particular y
más r educida GP correspond iente a escenas independiente~
o separadas, los siguientes detalles le servirán para aclarat
el punto:
Imagine tres personajes difer entes: Ha ml et, Falstaff y
Malvolio. Cada uno de los lres puede enfu recerse, sentirse
meditabundo o ech ar se a reir. Pero no har án ninguna de es-
p,7
FIC llRA 5
tas cosas de la misma manera porque son t ipos diferen tes .
Esa di feren cia influirá en su enfurecimiento, su medi-
tació n y su risa. Lo propio ocurre con las d ife rentes GP.
Siendo la esencia del personaje entero, esa G P dom inante
concederá voluntariamente su influencia a la G P más pe -
queña y particular. La sensibil idad d e u sted bien de sarrolla
da a n te la GP (véase el Ejerci cio s iguiente) le d emostrará
intuitivamen te aquel los mati ces que en la GP menor deben
cu idarse para equ ipararlos con la G P mayor. Cuanto má s
trabaje en esa Gesticulación Psicológi ca , más co mprobará
s u fl ex ib ili dad, las ilimitadas posibi lida des que le brinda
ilum inando el cami no que haya usted escogido. Lo que en
apariencia es un prob\ema insoluble para la mente seca y
calculadora , es resuelto d el modo más si mp le por la intui-
ción creadora y la imaginación, de las que brota la GP.
Por ot ra parte, u sted puede utiliza r esa GP menor tan só-
lo mientra s la necesite para estudiarse la escena , el parla-
mento que ha de decir, etc. y luego elimíne la. Claro está qu e
todo lo demás de la GP, lo que se r efiere al personaje, perma -
1
1
necerá con ~sted para siempre.
F °C)tra de las interrogante s que pueden surgir en su men-
te es: "¿Quién me va a decir sí la GP que h alle para mi pe rso-
naj e es la correcta?". La respuesta es: Nadie más que usted
mismo. Es la p ropia creación libre de usted mismo, median -
te la cual se exp resa su propia personalidad . E s correcta Sl le
satisface a w;ted en su calidad de artista . No obstante , el di -
rector está capacitado para sugerir alteracio ne s o ca mbi os
en la GP ha ll ada por usted.
La única pregu nta que usted puede perm itir se en este or-
d<'n es si está ejecuta nd o correctamen t e la GP; es decir , si ob-
se rva todas la s condicio nes necesar ias para la mencionada
gestic u lac ión . Investiguemos esas condiciones pa ra saber
f• n qué cons isltn :
Hay dos cl ases de gesticu lacion es. Una es h-1 q 1JC• em-
plearnos lo m ismo en el mo mento de actuar en escena que en
la vida diaria, o sea la gesticu lación habi tual. La otra cla se
es la que puede ser ll amada la gesticula ción arquetipo, la
que si rve de modelo or iginal para todas las gesticulaciones
posi bles de igual clase. La GP pertenece a l segundo t ipo. Los
ge st os d e todos los días no sirven pa ra excita r nue stra volun-
FIGliRA fi 89
1
1
1

1 tad porque son demasiado limitados, excesivamente débiles


i y particularizados. No ocupan todo nuestro cuerpo, psicolo-
gía y alma, en tanto que la GP, como arquetipo, toma pose-
sión de ellos por enre.r.o/ (Usted puede considerarse prepara-
1 do para realizar gestos-arquetipo por medio del Ejercicio 1,
cuando haya aprendido a ejecutar movimientos amplios,
1
1 grandes, utilizando el máximo espacio de que está rodeado).

1 1 La GP debe ser fuerte al objeto de poder excitar e in-


crementar nuestro poder volitivo, pero nunca deberá ser pro-
ducida por medio de tensión muscular innecesaria (la cual
! 1
debilita el movimiento más que aumentar su fuerza). Desde
luego, si su GP es violenta como la que escogimos en nuestro
pri mer ejemplo (véase la Figura 1 ), entonces no podrá usted
evitar el hacer uso de su fuerza muscular; pero incluso en.
ese caso,1 la fuerza real del gesto es más psicológica que físi-
ca. Piénsese en una madre que amorosa estrecha a su hijo
contra su seno con la mayor fuena de su amor maternal, y
sin embargo con los m úsculos completamente sueltos./pi us-
ted ha ejercitado adecuada y suficientemente los rnoVImien-
tos volantes, irradiantes, fluctuantes y de amoldamiento
(véase el Capítulo 1), sabrá que la fuerza real nada tiene que
ver con el esfuerzo que uno imponga a sus músculos.
En nuestros dos últim os ejemplos (5 y 6) presumimos
que los personajes eran más o me nos débiles. De ahí puede
surgir la pregunta de si,1 al producir un tipo débil, la gesticu-
lación en sí no pierde su fuerza ¡también. La respuesta es, no,
erúióSohito. La GP debe ser siempre fuerte y la debilidad de- !
be ser considerada solamente como una cualidad suya. Por '
tanto -1a fuerza psicológica de su GP sufrirá muy poco si
usted la produce suavemen te, con ternura, con calor, amo-
rosamente, o incluso junto con cualidades tales como Ja pe-
reza o el cansancio combinados con la debilidad. Junto a
esto h em os de tener en cuenta que es el actor y no el perso-
naje quien produce una GP fuerte y es el personaje y no el ac-
tor, obsérvese bien , quien hace gala de pereza, de cansancio
o debilidad.

Además, la GP debe ser tan sencilla como sea posible,


ya que su labor es res umir la intrincada psicología de un per-
fl(;l "RA i Yl
sonaje dándole fonna Jácil m en~ justipreciable, reduciéndo- dentro de la misma GP hallada por usted pura ese papel. Oi:I
la a su esencia . Una GP complicada n o puede hacer eso. ~a problema del ritmo en la escena lo discutiremos en detalle,
verdadera GP se asemeja a los primeros trozos del bosquejo más ade lante).
de u n a rtista en el lienzo antes de comenzar los detalle s. Es, Habiend o llegado a l lími te físico de la GP, cuando su
p or decirlo de otro modo, la armazón sobr e la cual ve ndrá a cuerpo sea in capaz de extenderla mas allá, ust ed deberá con-
erigirse la completa con stn1cción arquitectón ica del per- tinuar todavía probando durante un rato (de diez a quince se-
sonaje. gundos), para ir má s allá de los lími tes corporales al objeto
de irradiar su poder y cualidades en la dirección señalada
La GP debe poseer asimismo una forma muy clara y por la GP. Esta irradiación reforzará grandemente la ve rd a-
definida . Cualquier vaguedad existente en ella, vendrá a dera. ~uerza psicológica de la gesticulación, poniéndola en
demostrar a u sted que aun no es la esencia, el corazón. de la con d1 c1ones de producir una mayor influencia sobr e su vida
p sicología de ese personaje en el que usted está. trab,a~ando. interior.
(El sentido de la forma, recuérdelo, se hallaba imJ?h~ito en La s anteriores son las pocas condiciones que deben ob-
el Ejercicio sobre amoldamiento y otros m ov1m1ento s, servarse con objeto de crear una GP correcta.
Capítul o l ). Ahora su labor consistirá en desarrollar una fina sen -
sibil idad a l gesto que usted haga.
\ Mu cho también depende del ritmo en el cual usted
ejercite la GP una v~z 1~ haya . encontrado. Todo el m~nd_o
di scurre por la vida en ntmos diversos. Ello depende prmc1-
palmente del temperamento y <lel destino de cad!3 persona. EJERCICIO 16
Lo propio pod ría dec irse en cuant:> a los p~rsoi:iaJ es de wia
obra. El ritmo ¡.;enPral en q ue el personaJe VIVe, depende Tómese como ilustración la GP de encerrarse en sí
principalim•nk de In interpretación que usted le dé/-Compá- mismo (véase la Figura 7). Busque una frase que le encaje,
r ense las Figuras 2 _y 3. ¿R~con oce ~st~d ~ aprecia que el por ejemplo: ~Quiero que me dejen solo". En.sczye tanto el
ritmo de vidn l' " murho más rápido en la ultima . gesto como la fra se sim ultáneamente. de modo que las cuali -
. La misma c;p realizada en difere n tes ritmos puede dades de voluntad sofrenada y de calma impregnen su psi-
cambiar tod as la s cu alida d es, su fuerza de voluntad y _su sus- cologta y su voz. A contin uación comience por hacer ligeras
cept ibilidad n una coloraci ón distinta. To:me cualqui era de alteraciones a la GP. Digamos, si la posú:ión de su cabeza
)os ejPmplns de nuestra GP_y re~líceJo en ntmo lento al prin - fue erg1úda, incl(nela le vemente hacia abajo diri[?iendo su
cipio y en rit mo rap1do a con_t.muac1ón. · . . . mirada en esa misma dirección . ¿Cuál cambio se efectuó
Estudie Ju gesticu lación de la pnmera F1_gura'. po~ eJem- curz ello en su psu:olog(a? ¿Advirtió ust<'d que o la cualidad
plo; en ritmo más lento, suscit~ en. nue~tra imagmación un de calma le ha sido ag regado un ligero colorido de insisten -
tipo dictatorial; más bien pensativo, mtehgente, _capaz de pr_?- cia, de terquedad?
yectar y llevar 8 la obra_y, en cierto m odo, pa~iente y d ueno Altere o transforme esta GP varias veces, hasta que se
de sí; el mismo personaJe desempeñado c?n _ntmo de m~y_or halle en condiciones de decir la frase en armon(a plena con
rapidez, nos da u n tipo inmisericorde,. cnmmal de ambi cio- el cambio que se ha producido.
nes sin freno , incapaz de una conducta racional. . . . Haga una alteración más. En esta ocasión doble ligera -
Muchas de las transformaciones que pueden im_pnmir- mente su rodilla derecha y cargue todo el peso del cuerpo so-
se a los personajes durante el curso de la obra, es _po sible_con bre la pierna izquierda. La GP puede adqu irir ahora cierto
frecuencia Pxpresa rlas mediante un simple camb10 de ntmo matiz de renuncia o s umi sión. Levante la,<; manos llevándo-
92

.,, .
las a la barbilla y esa cuahdad de renuncia se acentuará ra . una ,~irección invisible, un amigo o un gufa r¡ue jamás
,¡ con la introducción de nuetJOS y leves matices de soledad y rl:;1a de insptra'.le cuando más necesita de la inspiración.
de fatalidad. Eche atrás la cabeza y cierre los ojos: Sufri- 1 rotege la creación de usted en forma condensada y cristali-
1 miento y di sculpa son las cualidades que pueden aparecer zada para que sea suya únicamente.
ahora . Vuelva las palmas de {(l.s marws hacia afuera: Auto- . Observará asimismo que la acusada y colorida vida
defensa Incline la cabeza a un costa.do: Lástima df' sí mis- mterna, que usted provocó en su interior mediante la GP, le
mo. Doble los tres dedos externos de cado mano: Puede produ - da una mayor expresividad. s in importar lo reservada y mo-
1! cirse una leve ráfaga de humor. A cada alteración qu-" vaya derr:da_QW' pueda ser su. ru:tuación./(Supongo que no es preci-
1 efectuando, no deje de decir la misma frase. so indicar que la GP en sí jamás debe m ostrarse al público,
! Recuerde que estos ejemplos son S()lamente urws cuan- lo mismo r¡ue el arquitecto tampoco enseña a la gente el an-
tos de los posibles experimentos que ust<'d puede llevar a wbo d<¡'.)mia1e <.Ú> su edL{1cw m lug ar de la ?bra terminada. Una
con la GP; su número es ilimitado. Siéntase siempre libre Gl e~, como ~l andamia;e de su actuar.ion y debe conserva, se
en la ir1terpretaci.( m de todas /,as gesticulaciones con sus al- r.orno secreto técnico).
teracione.c; correspondientes. Tanto má s leve sea el cambio
en su gesto, más fina será la sensibilidad que en usted se de- ·- En _;:idición a l_os ejercicios comenzados ,con la Figura 7,
sarrolle. se reconuendan los siguientes :
Prosiga este ejercicio hasta que todo su cuerpo, la posi- Sclecci6nese una frase corta y d ígase, adoptando di-
ción de la cabeza, hombros, cuello, los movimientos de los fe~entes posturas natural es o efectuando diversos movi-
brazos, manos, dedos, codos, torso, piernas, pies, la direc- m ientos cada día (que no sean GP). Estos pueden consistir
ción de su vista . despierten en usted las reacciones psicológi- en sentarse, tu~barsr., perma n ecer de pie, caminar alre-
cas correspondientes. dedor de la l.iab1tac1ón , recostarse en la pared, mirar por la
Tómese un ejercicio cualquiera de GP y hágase duran - ver:tann, nbnr o cnra r u na puerl a, c>ntr ar o salir de la h t1bi
te un rato a ritmo lento para incrementarlo gradualmente tac1ón , alzar y volver a Done r en su sitio a lgún objPto o reli
hasta alcanzar el ritmo más rápido posible. trate de identifi- rarlo, Y así_ por es~ estilo. C a da movimiento o posición corpo-
car cualquier reacción psicológica q ue cada grado provoque ral, que ex13a un cierto esta do psicológico, apremiará a usted
en usted (puede servirse de los ejemplos sugeridos como pun- cómo de<;1r su frase'. con qué intensidad, con qué cual idad y
to de partida). Para cada grado de ritmo busque una frase e? qué ntmo. _Cambie de postura o de movimientos, pero diga
nueva, adecuada y d(gala en tanto lleva a cabo su gesticu- siempre la m isma frase. Ello aumen tará en usted el sentido
lación. de arn: on ía que debe haber entre su cuerpo, su psicología y su
1 Í Este ejercicio sobre la sensibilidad incrementará tam- expresión.
1' bién enormemente el sentido de armonía que ha de haber en- Ahora que ya ha desarrollado suficiente sensibilidad
tre su cuerpo, su psicología _y su parlamento. Al alcanzar su pruebe de crea r un a sPrie d e GP pa ra d iferentes personajes'.
mayor grado, usted estará en condiciones de decir, "Siento obse rvando Lodos los requi sitos a n terio rm en te descritos
mi cuerpo y mi parlamento como una contuwación directa arquetipo, fu erw , SPnci llez, el e. Al p rin ci pio t ome esos perso'.
de mi psi.cologfa. Los siento como partes visibles y audibles naJes de las obras de teatro, de la literatu ra de la histori a· a
de mi alma". continuación busque la GP que, a su juici~, co rrespo nde' a
Pronto se dará cuenta de que mientras actúa o desempe- personas vivas muy conocidas de usted; después, para otras
ña su papel, diciendo sus parlamentos, haciendo gestos sen- personas que ustec.l haya conocido o encontrado accidental y
cillos y naturales, la GP se halla omnipresente en el fondo br~vemen~ en _la misma calle. Por fin, cree a lgunos perso-
de su imaginación. Le ayuda a usted y le conduce cual si fue- naJes en su 1magrnaci ón y busque la GP que mejor les vaya.
94 95
Como siguiente paso de este ejercicio, escoja un pe~so- EJERCICIO 1 7
naje de una obra tea tral en la cual no haya actuado m YJSto
nunca. Busque y adáptele una GP. Absórbala por completo y Haga una serie de improvisaciones en ritmos interior
enseguida, al principio, trate de ensay~r una es~ena muy y exterior en contraste.
corta de la obra sobre la base de la GP. (S1 fuera posible, hága- Por ejemplo: Un gran hotel durante la noche. Los m o.
lo con algun os compañeros). zos con sus movimientos rápi,dos, hábiles y acostumbrados
trasladan el equipaje del ascensor llevándolo a los automó-
Nuestro habitual concepto del ritmo en el escenario no viles que están esperando y que deberán apresurarse para al-
aci erta a di stinguir en tre las variedades interi?r y exterior. canzar el tren nocturno. El ritmo exterior de los mozos es rá-
El ritmo interior puede definirse como un camb10 lento o rá-
pido, pero permanecen indiferentes a la excitación d e los
pido de pensamien tos, imágenes, sentirnien to_s, i_m pulsos vo- huéspedes que lo están observando. El ritmo interw r de los
litivos etc. El ritmo exterior se expresa por si mismo en ac-
mozos es lento. Los viajeros que se van, p or el contrario, tra -
ciones' y expresi on es rápidas o len tas. Los ritm_os ext:erior _e
tan de co_nseruar una calma exterior, pero se hallan excita -
interi or pued en , a pesar del contraste, producirse s1 mul ta-
dos interiormente, temiendo perder el tren; su ritmo exterior
;i neame nt.e en la escena. Por ejemplo, una per sona ~uede es- es lento, pero su ritmo interior es velocísimo.
1 tar esperando con impaciencia la llegada de . alguien o de ~ara posteriores ejercicios sobre ritmos interior y
algo; las imágenes que pas an por su mente se siguen en suce- ex terior, pueden usarse los ejemplos men cionados en el
sión veloz, los pensamientos y los deseos se encienden en su Capítulo 12.
mente, an ul ándose mutuamente, apareciendo Y desa~are- Leán se obras teatrales con objeto de buscar diversos rit-
ciendo; su voluntad es avivada a un alto grado; y todavia, al mos en diferentes combinnciones.
mismo t ie mpo, la persona puede dominarse de mo_do que su
cond ucta externa, sus movimientos y expresión, sigan man- Resumiendo lo dicho acerca de la Gesticulaci ón Psico-
teni endo un n t mo calmado y lento. Un ri tmo lento ex tenor lógica:
puede caminar paralelamente a un ritmo interior r ápido, o
viceversa. El efecto de dos ritmos contrastantes que mar-
La G: excita nuestro poder volitivo, le da una direc-
c10n defimda, despierta los sentimien tos , y nos ofrece una
chan simultán r a mente, de modo infalible, en la escena, pro- ver sión condensada del personaje.
du ci rá una fuerte impresión sobre e} público. . . La GP debe ser arquetípica, fuerte , sencilla y bien for.
No debe confundirse el ritmo lento con la paswuiad o la macla; debe irradiar y ser representada en el ritmo correcto.
falta de e nergía del propio actor. Cualquiera que fuere el rit- Desarróllese la sensibilidad de la GP.
mo lento quP .u sted emplee en el escenario, su personal!dod Distíngase entre los ritmos interior y exterior.
de artista debe s iempre estar activa. Por otra parte, el ntmo
rápido de su actuación no debe convertirse en _un f!presura -
mwnto inútil o unn tensión psicológica y fis1 ca mnecesu-
rius. Uo ruerpo tlexible, bien adiestrado y obediente, así
como unu hu en :1 técnica en la expresión le ayudarán ~ sosla-
yar este er ror y hacer posible la corrección Y empleo si multá-
., neo de los dos ritmos contrastantes.
í
,,.
IJ
'

97
i.
\· in corporarse esos rasgos característi cos que es tablecen un a

l EL PERSONAJE Y SU CARACTERIZACION
Tra ns formación, eso es lo que la natural e1.a del
actor , conscie nte o EJUhconscienlemente, bu sca con
diferencia entre usted y el per sonaje. ¿Cómo emp ren der á
esa labor?
El modo más corto, más artísti co y más divertido es en -
anhelo. contrar un cue rpo im.agiruirio para ese person aje o carácter .
1 Im agine, a man era de ejempl o, que usted debe desempeñar
el pa pel de un a person a cuyo car ácte r pu ede defin irse como
per ezoso, abúlico y tosco (tanto psicológica como físi ca-
mente). E stas cualidades no deben acen tuarse o exp resarse
Ha llega do el mome nto de que discutam os el problema enfáticamente, salvo en la comedia qu.izás. Deben mostr ar -
de crear el Personaje . se corno m eras indicaciones, casi imperceptibles. Y con todo
No existen papeles en los cual es el actor pueda mostrar- so n rasgos típicos del personaje que no deben ser pasados por
se a su públ ico tal com o es en la vi da privada. H_ay mucha s alto.
razones para los desgraciados con ceptos que se b ~men ac~r- Tan pronto como u sted haya subraya do los menciona -
ca del "verd ader o arte dramáti co", per o no necesitamos n ~- dos rasgos y cualidades de su papel, com parán dolos con
sistir aquí sobr e ellos . Es suficiente subrayar el hecho trági- u sted mismo, trate de imaginar q ué clase de cuerpo tendría
co de que el teatr o como tal, jamás crecer~ y se desarrollará una persona perezosa y tosca como esa. Posiblem en te se le
si se permite medrar esta dest ructora actitud , ya profun_da- ocurra que poseer un cuerpo bajo , grueso, rechon ch o, con
mente a rrai gada. T odo ar te sirve al propósito de descubn r Y h ombros incli nados, cuello fuerte , brazos la rgos que penden

¡, r evelar n uevos h orizontes de vida y n uevas facetas en los se-


res human os. Un acto r n o puede brin dar ª. su púb~co m~eva~
revel a cione s si invari ablemente es él qmen se despli ega
negligentes, y cabeza grande, pes2da. Este cuerpo es, por
su pue sto, precisamente lo contrario del suyo propi o. P ero el
caso es que u st ed debe parecerse a él .Y com portar se rn mo se
! . en el escen an o. ¿Cóm o con ce pt uar a u n au~r teatra( qu_e en rnmpo rta rí a él. ¿Cómo p iensa usted arreglár selas p ara con-
t odas su s obras infa liblemente se dra m abz a ra a s1 mismo ~'guir un ve rdadero parecido? Veamos :
como perso naje rent rnl de la obra, o el pintor incapaz de C'omience por imaginar que en el mi:smo c~·poclo que
crear otra cosa quC' nv fücra su autorre trato? ustfd cx:upa con su cuerpo, con el p rop io y real, exis te otro
Así como n u nca se encontr ar án dos persona s e)~acta- cuerpo , ese ot ro im aginario del personaje, que u st ed arn/Ja de
rnente iguales en la vi da , así tamp oco podrán h a ll arse crcor en su imaginación .
j amás dos papeles o partes idén ti cos en las obras de teatro. Usted se vi st.e , com o si dijéra mos, con estf' nut>vo cun ·
Eso que constituye su diferencia es lo que hace a l pc_rso1w.1e. ¡x,. se lo endosa igual que si de una prenda se tratara. (,Cua l
Y será un buen punto de partida para un acto: , s1 quiere Sf'ra el r esultad o de esta "m ascarada"? Poco ti em po después
adu eñ nr se de \a idea in icial respecto al per sona1e que va a {o quizás inm ediatament e) u sted pensa rá y se se n tirá co m o
r epresentar en escena, pregun tarse a sí mis~o: ;.Cu~l es la si fuera otra perso na . E n esto hay un a gran se nH'jan za con
dife r encia , por leve y sutil que pue d ~ ser, ex1ste~te ent r e yo una verdadera mascarada, Y ¿ha observado u sted alguna
mísmo y el per son aJe conforme se describe en la obra . . vez, en la vi da nonnal, lo di stinto que uno se sien te a l pone r-
Al ha cerlo así no solamente per derá el deseo de p intar se p re nd a s diferen tes? ¿No es u sted "otra per son a" ma nd o se
su "a utorret ral.o" re p tid am ente , sino que descubrirá los vist e un t r aje de etiqueta o al cambiar su ropa habi tu a l por
princ ipa les rnsgos o carnclerísticas psi cológícas de su perso- otra nu eva que a caban de traerle de la sastrería ? Pu es bie n,
.., naje. "vest irse con otro cuerpo" es bastante distint o a camb ia r de
1
1
A continuación se en fr enta r á us ted a la necesídad de vestime nta . Est a pr esunción de las imaginarias fo rmas físi-
98 99
usar tan só lo W1a parte de su cuerpo im aginario: Un os bra-
cas del personaje, influirá en la psicología de u sted diez ve-
zos largos, colgando a los costados, por ejmplo, pueden in es-
ces más fuertemente que ningún vestido. peradam ente cambiar toda la psicología de usted y dar a su
Ese cuerpo imaginario se yergue, di gá~osl~ así, en~re cuerpo entero la necesaria estatura. Pero cuide siempre de
el verdadero cuerpo y la p sicol ogía de usted, eJeraendo s~ in - que absolutamente todo su ser se haya transformad o en el
flue nc ia sobre ambos con igual fuerza. Paso a paso, empi eza personaje que debe representar.
usted a moverse, a sentir y habTar de a c~erdo con aquélla; lo
que equivale a d eci r que su personaje vive ahora dentro de
usted (o, si lo prefiere, es usted quien vive dentro de é l).
El efecto del cuerpo imaginario será reforzado y adqui -
La fu erza con que u sted exprese las cualidades de su
ri rá mu chos mat ices nuevos y sorprendentes si le a ña d e e l
cu erpo imagin ari o mientras actúa, dependerá del tipo de centro imaginario (véase Capítu lo 1 ).
obrn y de su propio gusto y deseo. Pero en todo caso, psicol~gi -
En t.anto que ese centro permanezca en medio del pecho
ca y ffsicamente, su ser (ntegro habrá cam biado, no vac1l_a-
de usted (suponga que sólo se halla a nnas pocas pulgadas de
ría incluso en decir que está 'poseído ahora por el personaJe .
profund idad), sentirá que sigu e sien do usted m ismo y en ple-
C uando realmente se ll eva adelante y se ejercita, ese cuerpo
no dom inio de facultades que con mayor armonía y energía
imaginario exci ta la voluntad y los snti_mi entos del acto~;

l los a rmoniza con la expresjón característica y con los movi-


mientos; ¡transforma a l actor en ~a per~ona distinta!
Simplemente discutiendo el personaJe, anahzándolo men-
corporal van acercánd ose al tipo "ideal". Mas tan pronto co-
m o usted trate de trasladar el centro a otro lugar dentro o fue-
ra de su cuerpo, sentirá que toda su actitud psicológica y fisi-
ca ha cambiado, del mismo modo que cambia cuando uste d
talmente, no se puede producir el efecto deseado, porque el_ra- se posesion a de un cuerpo imaginario. Advertirá que el cen-
zonamiento de usted , por muy hábil que pued~ se:, le_deJará tro es capaz de arrastrar y concentrar su ser íntegro en un
frío y pasivo, mientras que el cuerpo imagmano tiene la punto del que emana e irradia la actividad de usted. Si , para
fu erza sufi ciente par a ap elar directamente a su voluntad Y m ayor claridad, hubie r a usted de mover el centro trasladán -
sentimientos. . . dolo de l pech o a la cabeza, se daría cuenta de que el eleme nto
Debe considerarse que el crear y as umir un persona_¡e pen sante había em pezado a j ugar una parte característica en
es algo a sí como un juego r Ápido y senci ll o. ~Juéguese" con su actuación . Desde su lugar en la cabeza de usted, ese cen-
el cuerpo imaginario, • cambiándolo y perfec_c10n~ndolo has- tro im agi n ari o, de repente o gradualmente, coordinará todos
ta hallarse totalmente satisfecho con la e.1ecuc_1ón. ~am~s sus m ovimientos, infl u enciando la actitud corporal ín tegra,
tema fracasar en este juego a menos que su 1mpacienc1a motivando su conducta, acción y expresión, y pondrá a ton o
apr esure el resultado; 1a naturaleza artísti ca d e usted se la psicología de u st.ed en forma tal que experim entará nat u-
dejará llevar a donde sea necesario si usted n~ la tu er ~a ralmente la sensación de que el elemento pensante es a fí n e
ureprese ntando" prema t uramente a su cuerpo 1m agmano . importante para su modo de actuar o de r epresen tar.
Aprenda a t ene r en él toda la confia nza y ya verá como él n o P ero no importa donde usted prefiera coloca r el centro
.1 le trniciona. . .\;ª que producin\ un efecto e nteramente distinUJ wn pronto co-
! No exagere exteriornwnte esforzando, presion ando .Y mo u sted ca rnbif:' su cualidad. No basta con emplazarlo en la
1 exagerando esas sutiles insp iraciones que llega n a usted pro- cabeza, por E'Jem pl o, y dejarlo ah í parn que realice la fun -
1 cedentes de su "nuevo cu erpo". Y tan s ólo cuu n do usted em - ción qu e le es prop ia. Neces ita usted estimu larlo comp letán -
piece a sentirse absolutamente libre, sincero y n atural usá'!- dolo con las vanas cualidades deseadas . Para un hombre in-
dolo, será cuando pueda principiar a en~ayar su personaJe teligente , digam os por ejemplo, usted imagi n aría ese centro
por entero, bien sea en su casa o en el escen ano. de su cabez a como algo grande, brillan te e irradi ante, en tan-
En algun os cas os se encontrará co n qu e es sufi cien te
101
100
to que para un ti po de persona estúpida, fanáti ca o de poca trico y delirnnle, y toma la decisión de colocar un centro pe-
mentalidad, usted imaginaría un centro pequeño, ten so y queño pero poderoso, irra diante y tornad.izo, encima de su ca-
mezquino. Debe usted sentirse libre de toda restricción al beza. Este puede servirle para todo el personaje de Don Quijo-
imaginar el centro de muchas y diversas maneras, en tAnto te; pero llega usted ahora a la escena en que el aventurer o
que las variaciones sean compatibles con el papel que usted man ch ego está combatiendo a sus imaginarios en emigos y
esté representando. encantadores. E l Caballero golpea y acomete el vacío con
Pruebe algunos experimen tos durante un rato. Ponga asombrosa velocidad. S u centro, ahora oscuro y endurecido,
un centro pequeño, mal eable y cálido en su región abdomi- clispara desde las alt uras a su pecho, dificultándole la respi-
nal y psicológicamente se sentirá usted satisfecho, hogare- raci ón . Igual que una pelota sujeta a una tira de goma, el
ño, un poco pesado e incluso festivo. Ponga un centro duro, centro vuela adel ante y atr ás, lanzándose a derech a e iz-
minúscul o, en la punta de su nariz y se convertirá en un tipo qu ierda en busca de enemigos. Una y otra vez el Caballero
curioso, inquisitivo, in di screto y en trometido incluso. Tras- lanza la "pelota" en t odas direcciones, hasta que la contien-
lade el centro a uno de sus ojos y advertirá lo rápidamente da queda term inada . El Caballero se en cuen tra exh a usto, el
que u sted ha pasa do a se r socarrón, ma rrull ero y hasta hipó- centro húndese lentam ente en la tierra y enseguida, con len-
crita posiblemente. Imagine un centro grande, pesado, obtu- ti t ud también, vuelve a elevarse hasta su lugar original ,
so y sucio colocado en la parte exterior de los fondillos de sus irrad iando y movi éndose in cansable de un lugar al otro,
pantalones y ya tendrá u sted un tipo cobarde , poco honesto y igual que antes.
bufonesco. Un centro siluado a unos cuantos pies de distan - E n hono r a la cla ridad se le han dado a usted algunos
cia de sus ojos o de su frente puede provocar la sensación de eje mplos obvios y, quizás, hasta grotescos. Pero el uso del
una mente aguda, penetrru1te y hasta s.agaz. Un centro arre- centro imnrinar io en la mayoría de los casos (especial men -
batado, caliente e incluso fogoso si t uado dentro de su corazón te en las obra!: teatra les modernas) requie re una apli cación
puede despertar en usted sen timi entos h eroicos, am orosos e m ucho mi\~ nfinad a Sin im portar lo fuerte que pueda ser la
intrépidos. sensación que el cen tro produzca en usled, la amplitud o ex-
Puede hasta imagi n ur un crnt ro m ovible. Déj ele incl i- tensión de t·sa sensación mientras esté representando, de-
narse lentamen te a nte su fre nte y que va ya rodeando s u cabe- penderá siempre de usted .
za de vez en cuando parn Pn tonces sentir la psicología de Tanto l:'I rnHpo imaginario como el centro, bien los uti-
una persona descarri ada: o permitale q ue circule irregular· lice en comhinauón o por separado, le ayudarán a crear el
mente alred edor de todo su cuerpo, en ritm os diversos, su· personoje.
biendo ahora pa ra bajar en seguida, e indudablemente el
efecto será el de intoxicación o embriaguez.
An te u sted se abren in n umerables posibilidades si se .l\hora trate mos de distinguir entre el personaje, con-
ej ercita de esta manera , libre y juguelón. Pronto se habitua- siderndo en ron_mnto, y la caracterización, que puede ser
r á a este "juego" y lo aprec iará LB.rit o por lo que le hace disfru- definida rom r.i un rasgo pequeño y peculiar de aquél. l !na
tar como por su gran valor prl'icuro carnrteri~.a r,· ,, , e, ,asgo peculiar puede ser inn ato al perso na·
E l cen t ro imaginar io ]p SITYE' a usted principa lmen te je : Un movrn11ento típico, una mnnera característica de ex -
para el person aje en conjunto. Pero también puede utilizarlo presnrst' , u11 hábitc, rrcu rrente, cierto modo de rei r , de cami-
pura e scenas d ifer entes y mo" imienlos por separa do. Supon- nar o d t usar un traje, una manera extr aila ele coloca r las
gamos que usted está preparandose para representar .ª Don ma nos, o urn:i smgu lar inclin ación de la cabeza, y a sí por
Quijote. Está viendo su cuerpo anciano, fla co y erguido; ve ese orden Estas pequeñas peculiaridades son una especie de
usted también su pen sa mient o noble, entu siasta, pero excén- "toques finales" que el a rti sta le da a su cr eación . El per so-
1 U:.! 103
naje en conjunto parece hacerse más vivo, más humano y Téngase además en cuenta que la habilidad para observar
verdadero, tan pronto como se le adorna con alguno de esos se hace mucho más aguda cuando uno sabe exacta mente lo
pequeños rasgos peculiares. El espectador comienza a que- que está buscando.
rerlo y esperarlo desde el momento en que atrae su atención . . No se ~ace preciso subrayar aquí ningún ejercicio
Pero una tal caracterización aebe quedar al margen del per- especial. Más
sonaje en conjunto, y derivarse de esa parte importante que . bien,
" puede usted inventarlo en. excl us1va
· pa-
ra us ted mismo :epresentando" con cuerpos ima ·narios
es su maquillaje psicológico. con cen:tros. moVIbles, cambiables, además de gipro ecta~
Veamos unos cuantos ejemplos. Un individuo gárrulo, caractenzac1ones apropiadas para aquéllos. Le seTVI.Yá d
inútil, incapaz de realizar trabajo alguno, puede tener una gran a yud a s1,· en a d 1c1ón
· · r
a tales "representaciones" e
caracterización que se exprese en los brazos muy pegados a pone a observar y descubrir dónde Y cuál clase de ce~tr se
los costados, los codos formando ángulo recto, y las manos posee esta o aquella persona en la vida real. os
pendientes sin firmeza. Es un tipo carente de imaginación
que mientras sostiene una conversación con alguien, puede
mostrar un modo característico de parpadear rápidamente,
señalando al propio tiempo con el dedo índice a su interlo-
cutor y haciendo pausas con la boca entreabierta cual si estu-
viera concentrando sus ideas para convertirlas en palabras.
Un personaje obstinado, un pendenciero, en · tanto que esté
escuchando a otras personas, puede tener un hábito incons-
ciente que le haga mover ligeramente la cabeza cual dispo-
niéndose a preparar una respuesta negativa. Una persona
.. ¡·¡: consciente de sí misma se preocupará de su traje, repasando
los botones y procurando hacer desaparecer las arrugas. Un
h ombre pusilánime manlendrá juntos los dedos, tratando de
l'=. ocultar los pulgares. Un personaje pedante irá manosean do
las cosas que se hallan a su alrededor y de modo inconscien-
1 te las arreglará con más o menos simetría, rectificando su
colocación; un misántropo, casi inconscien temente como el
tipo anterior, apartará de sí t odas aquellas cosas que se h a-
llen a su alcance. Una persona que no sea si n cera , o, más
bien, taimada, puede tener el hábito de echar breves ojeada s
al techo en tanto que habla o escucha. Etcétera
En algunas ocasiones la sola caracterizaci ón hace :;ur-
gir de r epente al personaje entero.
Mientras se crea un personaje y una caracterización pa-
ra él, uno puede encontrar verdadera ayuda y quizás hasta
sugerencias in spiradoras si se dedica a observar a la gen te
que le rodea. Pero con objeto de evitar limitarse a copiar co-
sas de la vida, no recomiendo tales observaciones antes de
haber hecho un buen uso de la propia imaginación creadora.
104 105
t'

vidualidad creadora de todo artista se expresa siempre


INDIVIDUALIDAD CREADORA en una idea dominante que, a modo de leit motiv, im.
pregna o satura todas sus creaciones. Lo mismo e::rnctamen-
Paro creor por i>ispiración debe uno ser cautD con
Le puede afirmarse respecto a la individua lidad creadora
la propia indiviruJalidoo.
del artista-actor.
Se ha dicho reiteradamente que Shakespea re creó sola-
men Le un Ham let, pero ¿quién podría decir con la misma
seguridad qué clase de Hamlet fue el que existió en la imagi.
nación de Shakespeare? En realidad hay , o debe haber, tan-
AJ ll egar aquí se ha ce necesaria alguna explicaci?n t-0s Hamlets como actores de talento e in spirados parn poder
acerca del Lérmi n o "la individualid ad creadora de un art1s- llevar a la escena s u propio concepto de aquel personaje. La
La" tal como es empleado en esLe libro. Incluso un breve con ~- indi\'Jduiilidad creadora de cada uno detenni n ará invaria·
cimiento con algunas de s us cualidad es puede ser de utili- bleme nte su propi o y úni co Hamlet. Para el actor que dt>sen
dad para el :lct.or que busrn rl modo de dar libre expansión a " rr un art is la en el escena.río debe, con m odeslia 3s1 rn 111 u
sus fuerzas in Leriores. atrevimiento, co n sis tir en una interpretación inc! ;vi duali s-
Si, por ejemplo, hubiera usted de soli~itar de dos 8:rtis- ta de sus papeles. P ero ¿cómo reconoce su individ ua lid ad
tas cuyo talento fuese equipa r able, que pmtasen el m ism o creadora en mem entos de inspiración?
paisaje con la mayor exactitud, el resultado s~rian dos cua- En la vida cotidiana nos identificamos a n osotr os m is·
dros totalmenLe diferenLes. La razón es obvia: Cada uno mos com o "YO"; somos los protagonistas del "Yo quiero, Yo
pintaría inevitablemente su impresión individual d~l paisa- siento, Yo creo". Este "YO" lo asociamos con nuestro cuerpo,
je. Uno de eHos quizás pr efiriese trasladar a\ h enzo \a costumbres, modo de vivir, familia, relaciones sociales y to·
atmósfera del paisaje, su belleza de líneas, o su forma; a l do lo demás que abarca la existencia n ormal. Pero en los mo-
otro probablemente le pnre c-icsen m ?jor los contrast<:s, los men Los de inspiración el Yo de un artista experimenta u11a
juegos de luz y sombras, o Hlgún otro a s pecto peculiar de cinla melam orfosis. Trate de recordarse en es os m omen-
acuerdo con su propio gusto _y modo de expresarlo. El punto es tos. ¿Qué sucedió con su "YO" de todos los días? ¿No se r eliró
que ese mi smo paisaje, inva riablemen~e, _s~rvirí~ como m e- para da r paso a otro Yo, y no cree que ésLe sea e l ven.lade ro ar -
dio para qu e ambos despl egasen sus mdwidualidades crc:a- lista que hay en usted?
doras, y establecer la diferen cia que en ese aspecto ofrecian Si alguna vez ha conocido usted m om e n tos así, obser·
sus pinturas. vará q ue, con la apari ción de este nuevo YO, lo prime r o q ue
Rudolf Steiner dfnne la indivi dualidad cr ea dora de siente es un inílujo de poder j a m á s experi m entad o en su
Schiller como caraderiznda ¡:,or la tenden cia moral del poe- vida rutinaria. Este p oder impregna lodo su ser, lo irradia
ta: El Bien combatiendo nl Mal. Maet.er lin ck busca místicos u sLed a cuanto le rodea, colma la escena y, pasando sobre las
matices sutiles tras los a co11te~ im ie ntos exteriores. Goethe luces de las candilejas, llega hasta el público. Establ ece una
ve ar quetipos yue unif1cHn \o::- m ú1tip\es fen ómenos. Sumís. urn ón ent re usted y el espectador llevand o ha sta él todas las
lavsk i afirma que <>n Lo~· }it'rmanos Karama2ou, Fcdor D?S· inte ncio nes cread oras d e usted, todos sus pensam ientos , irná-
i. toievski, expre sa su . un siu~ de encon trar a Dios; lo cu a l, m · ge r1c,s y se n wme n tos. Gra cias a es Le poder, se ha I h rá Ein
cidentalmenle, es cwrt o t'íl t odas s u s n ovelas mayor es. La con d 1c1ones de senti r en alto grado aqu ello q u e previ ,Hnc,nte
individualidad de Tolsto1 ~t:' man ifie sta en s u tendencia ha - hernos d en omina do su presencia efecti va en el escenario.
cia la auloperfecci ón , y In de Chejov , en sus p e leas con l~ tr~- Bajo la influencia d e esLe pod eroso otro YO se p roduci-
vialidad de la vida burgutsa En p ocas palabras, que la rndi · ran en la conciencia d e u sted considerab\es camb ios que ni

J 06 l 07
siquiera pensaba. Es un YO de más alto_ nivel; con él se. e':ri- tendón de Aqui les: Se inclina a romper los diques, a sobrepa-
quece y desarrolla la conciencia . Empieza usted a distin - sar los límites necesarios que fueron fijados durante los en-
guir tres seres diferentes, como si se encontrara~ dentro de sayos. Está ansioso de expresarse a sí mismo y a su idea do-
usted mismo. Cada uno posee un carácter defi'.11do, cun:iple minan te; es excesivamente libre, demasiado poderoso, tiene
una funci ón específica y es comparativamente mdepend1en-
ingenio demás, y por lo ta nto se encuentra demasiado próxi-
te. Detengámonos un momento para exam inar estos seres Y mo al precipicio del caos. El poder de la inspiración es siem-
sus funciones particulares. . pre más intenso que los medios de expresión, decía Dos-
Mientras trata de incorporarse el personaJe que ha de toievski . Necesita ser restringido.
representar en escena, usted hace uso de_sus emocJones, _de Esta es la labor que su conciencia ha de realizar diaria-
su voz y de su cuerpo móvil. Estos con stituyen el i:natenal
para el edificio" con ayuda del cual el verdadero artista que mente . ¿Qué es lo que está haciendo durante esos m omentos
inspirados? Controla la tela sobre la cual la individualidad
usted lleva dentro, crea el personaje que presentará en_ el es-
creadora va dibujando sus proyectos. Cumple la misión de
cenario. El ser más elevado toma si mpl emente posesión d_e
un sentido común regulador para su se r elevado con objeto
ese material para edificar. Tan pronto como eso ha suc~di-
1 do usted comienza a sentir que se aparta de él, o más bien
qu'e se coloca por encima del mater ial citado y, en consecuen-
de que la actuaci ón pueda ll evar se correctamente, de que la
mi.se-en-scene adoptada se mantenga invariable y que la co-
municación entre todos los actores se mantenga irrompible.
cia, por encima también de su ser habitual. Ello se debe a
t que ahora usted se identifica con ese YO cread or y más eleva-
Incluso el patrón psicológico del personaje, tal como se fijó
1 durante los ensayos, deberá seguirse fielmente. Por encima
do que ya ha entrado en actividad. Usted se ha dado cuenta del sentido común, de l ser habitual de usted, recae la protec-
ahora de que ese ser desarrollado y también su YO h~bitll:81, ción de las for mas que fuero n halladas y fijadas para la re-
el de todos los días, existen simul!Anea mente en el mtenor presentación. P or eso, mediante la cooperaci ón de ambas
1 suyo, lado a lado, perfectamente . Mientras va creand?, usted conciencias , la mns bnja y la más elevada, se hace posi ble la
posee dos seres, y se halla l'n co nd1 r1o ne s de d1stmgmr clara- representac ión .
mente entre las funcione s di stintas que cumplen . . Pero ¿dónd e es tá esa tercera conciencia a la que antes
Tan pronto como el ser mas elevado dispone de ese hicim os referencia, y a quié n pertenece? El poseedor de esta
material para edificar comienza u mol dear lo . desde aden- terc era concienc ia es el Personaje conforme usted lo creó.
tro; mueve el cuerpo de usted, haciéndolo sens1~il~•. receptor Aun que es un ser ilus ori o, también, sin embargo, posee su
1 de todos los impulsos creadores y dándo_le ne_x1bihdad ; ha- propia VJda inde pen diente y su "YO" propio . La individua-
1 bla con la voz de usted, emplea su imagmac1on y au:ne_nta lida d crea dora dE> usted lo fonna amorosa m ente durante la
1
\ su actividad interior. Lo q11(' es mri ~. le C"onr:ed_e sentim ien- re pre sent.ac1 ón.
tos legítimos, le hace original e inuerztiPo, despierta Y man - En priginas anteriores se han emplead o frecuente -
tiene su habilidad para impro\'Ísar. En pocas palabras, _ que ment..e ln s pa la bras "legítimo", "artístico" y uverdadero" pa-
le pone a usted en estado crrndor. Comienza a actuar baJo su ra desc ribir los sentimientos del actor en escena. Una obser-
inspiración . Todo lo que u st.rd hag a ahora e~ escen a le ~or- vación más cuid adosa, sin embargo, revelará que los senti -
prenderá a usted mi smo tunt.o co m o as~ público; todo ~ara la mient-0s hum an os tienen dos categorías: Aquellos que son
impresión de ser enteramente nuevo e mesperado. Su impre- con oc idos de t ode el mw1do y los que sólo conocen los artistas
sión es que todo está sucedirndu esµontáneamente ):' _que us- en sus momentos de inspiración creadora. El actor debe
ted no hace otra cosa sino serYirle co mo medio de expres1on. aprender a reconocer las importantes distinciones existen -
Pero no obstante aunque su se r elevado sea lo bastante tes entre ambos.
fuerte para ordenar ~do el proceso creador, tiene también su Los sentimi(' nt.os usua les, los de todos los días, no están
108 109
adulterados, pero sí impregnados de egoí~m?, !imitados a más ricas que las de aquellos maestros, pe ro sus obras no me-
las necesidades personales, inhibidos, insignificantes Y recen ser comparadas con la s de Shakespeare y Goethe. Es el
con frecuencia faltos incluso de estética y echados a p_erder grado de actividad interior de ese se r elevado, al produ ci r ta -
por la in sinceridad . No deben ser uti lizados en el medi o ar- les senti mientos purificados, el determinante final de la
tístico. La ind ividualidad creadora los rechaza. Tiene a su cualidad en las creaciones de todos los artistas.
disposición otra clase de se ntimientos, los completamente Además, todos los sentimientos que el personaje derive
impersonales, purificados, libres de egoísmo y esté ti cos por de la perso na lidad de usted no sólo están purificados y son
lo tanto, sign ificativos y sinceros artísticamente ~abl~ndo . imper sonales, sino que t ienen otros dos atributos. No impor-
Este seT m ás e\evado que hay en usted es e\ que le m spnará. ~ lo profun do y persuasivo ya que es tos sentimientos siguen
en tanto esté representando. siendo tan "irreales" como el "a lma " del personnje mism o.
Toda su experienc ia en el curso de su vida, todo ~que(lo Llegan y se van co n la inspira ción. De otro modo le pertene-
que usted observe y piense, todo lo que haga dichoso o _mfehz, ~erían a usted para siempre, quedarían in deleble men te
todo lo que lamente o le satisfaga, todo lo que ame u odie, todo impresos en usted luego de haberse terminad o la r epresenta-
lo que retenga o evite, todas sus realizaciones y fracas os, ció n. Entrarían a formar parte de su vida diaria se envene-
todo lo que trajo consigo al venir a la vida, su t e": peramento, narían con el egoísmo y se convertirían en parte i nsepara -
hnbilidades, in clinaciones, bien se hayan reali zado o no, ble de su existencia no artística ni creadora . Usted ya n o
estén r ealizadas o sin realizar, todo ello forma parte de _la estaría en condiciones de marcar la línea divisori a entre la
región de su llamado subconsciente profundo. Habr~n sido vi da ilusoria de su personaje y \a suya propia . Llega.ria us-
o1vidados por u sted, o jamás conocidos, pero están s1;1Je_tos al te~ a volverse loco sin tardar mucho tiem po. Si los senti-
proceso de ser purificados de todo egoísmo. Son sentlm1entos mientos creadores no fueran "irreales" usted no podría dis-
per se. De ahí que purificados y tr~sfo.n:-ado~, lleguen a fruta r cuando hace el papel de un m alvado o representar
r ser pnrte del material con el cual su md1viduahdad crea la
psirnlogía, t'.1 "alm a" ilusori a del personaje. .
otros personajes indeseables.
. Aq uí es cuando puede obser\'a r la equivocac ión tan pe-
1j Pero ¿,quién pu rifica y transforma estns grandes n - hgrosa como antiartística que cometen nlgun os actores cons-
quezas de nuestra psicología? Ese mismo ser el evado, esa cientes al tratar de aplicar sus se ntimientos reales y habi t ua-

¡'· ll
1 1
ind iv idu alidad que hace artistas de algunos de ~o~otros . les al teatro, irradiéndo los desde sus adentros. Más pronto o
Por tanto, es completamente evidente que esta individuali-
más tarde tales inte ntos conducen a un fenómeno histérico,
dad no deja de existir entre los momentos creadores, aunque malsano; en particular, a los conflictos emocionales y a las
es solamfint cuando se está creando el instante en que uno desmora lizaci ones nerviosas del actor. Los S<'ntimientos
1 aclvint " "U ,•xistencin P0r el contrario, tiene una vida conti · reales excluyen la inspiración y vi cevérsa.
nua pr pia, desconocida para nuestra concienc_ia habitual:
vi'\ haci end o evoluciona r sus propias expen encias de cla sé El. otro abibuto de los sentimientos creadores es que so n
mns eh,,·ud n, 1qm· llas que pródigam ente se ofrecen com o co mpasivos. Su ser elevado adorna al peso n11.1e con senti -
inspirnci ó 1 n nuestra actividad creadora. Apenas pu l:'de rn ient.os creadores : y porque al propio t iempl, ¡.,5 cnp11 2. de ob-
s•, n ·11r su creaci ón, tiene co mpasi ón por sus ca.rnckres y sus
concebirse que Shakespeare, cuya vida diaria, por lo que se
nos ha dich o, fu e tan insigni fic ante, y Goethe, cuyo modo de destmos . De ah í que el verdade ro artista que usted II Pvu den -
vivir era t.an placente ro y agradable, construyer~n todas sus tro sufra con Hamlet, llore con Juliela v ría con los erro res
de Falsta.ff. '·
ideas cr eadoras basándolas tan sólo en expenencias per·
sonn les . En cambio, tenemos que las vidas de muc~as fi~u - La compasión puede se r llamada el fundamento de todo
ras literarias de menor importancia han dado b1ografias bue n arte porque ella sola es capaz ele deci rle a usted lo que
los demás sere s sienten y experimentan . Sólo la rompasión
110 111

----------------· -- · -··· · ---·


formular preguntas_: ¿C~á_l es la reacción de mi público esta
rompe los vínculos de las limitaciones personales y le da a n oche; cuál es su dispos1c1ón de ánimo? ¿Por qué se necesita
uno acceso a lo más profundo de la vida interior del persona-
1 je que se estudia, sin lo cual no se puede prepararlo adecuada-
mente para llevarlo a la escena.
esta obra en _nuestra época? ¿Cómo esta mescolanza de públi-
co se benefic1_a rá con ella? ¿Qué pensamientos despertará es-
ta obra en mis contemporáneos? ¿Hará este tipo de obra que
Al objeto de resumir lo que se acaba de decir a grandes
1:,· rasgos, el verdadero estado creador de un actor-artista está
los. es_p ectadores sean más sensibles y receptivos de los acon-
te~1m1en tos de 11uestra vida? ¿Despertará en ellos los senti-
1 gobernado por un triple fun cionami ento de su conciencia: El m1~ntos ~or~les , o simplemente les proporcionará los más
ser más elevado es el que inspira su actuación y le garantiza baJos sentimientos de los espectadores? Si la obra tiene hu-
legítimos sentimientos creadores; el ser inferior le sirve a mor ¿qué clase ?e hum or será el que evoque? Esas preguntas
modo de sentido común y fuerza restrictiva; el "nlma" iluso- se plantearán siempre , y sólo la Individualidad Creadora se-
ria del personaje se convierte en el punto foca l para los im- rá la que faculte al actor para darles respuesta.
pulsos creadores del ser más elevado. .· Para compr oba r cunnto se h a di cho, el actor sólo nece-
Existe todavía una fun ción mác; ('n lo ncicnt.f:' ada indi- sitar á hacer el siguiente e~periment~: Puede imaginar Ja
vidualidad del actor y de ella debemos hablar aquí: Es s u ubi- casa llena de un tipo especifico de publico tal como única-
cuidad. men te h ombres de cien cia, profesores, estudiantes niños
Hallándose comparativamente libre del ser inferior y agncullores, . médicos, políticos, diplomáticos, gente~ senci~
de la ilusoria existencia del personaje, y poseyendo una con - llas o s?fist1c~das , personas de diversas nacionalidades 0
ciencia inmensamente desa rrollada, la individualidad pa- actores mclusi ve. A continuación, haciéndose 8 sí mismo
rece ser capaz de ponerse 8 horcajadas a ambos lados del es· las pre_g unw.s an ted ichas u otras si milares, deberá tratar de
cenario. No es sólo un creador del personaje, i;ino también sentir m~u1~ivamente cual pueda ser la reacción de cada uno
espectador. Desde la sala sigue las reacciones del público, de esos publi cas.
comparte su entusiasmo, excitación y de s<1gn1do. Va más Un ex peri mento así d esarrolla rá gradualmente en el
lejos todavía, tiene la habi lidad de predecir la reacción de actor una nueYa clase_ de sentido del público, mediante el
los espectadores un instante antes de que aquélla se produz- cual llegará a ser sensible o recept ivo al significado del tea-
ca. Conoce de antemano lo qué va a ser lo que sati sfngn al pú- tro en la sociedad de la época actual y estará en condiciones
blico, lo que le inflame de emoción y qué será lo que 1~ deje de responde~ a él en forma consciente y correcta.
frío . Así pues, para el actor que posee un conocmiento claro Re~um1endo, el actor haría bien experimentando con to-
de su YO m ás elevado, el público es un eslabón viviente que das las ideas que se expre sa ron en este capítulo, trabajando
le conecta a él, como arti st a. con los deseos de s us contempo- con ella s ha sta h all arse seguro de que las tiene a l alcan ce de
ráneos. su man o o que las domina _m~jor. Haciéndolo asf compren -
Mediante esta habilida d de la i11dividualidad creadora derá por q~é este o oque] eJe rc1c10 particular le fue sugerido
el actor aprende a distinguir en tre \a s n eccsidndes reales de como continuac16n al acercamie nto profesional. Finalmen-
la sociedad contemporánea y el mal gusto de \a plebe. te, los pn_n c1p1os de est e libro se hará n más claros y llegarán
Oyendo la ~vo:.:." que le habl a desde la sala dura11te la repre- a co nvert1_rse en un todo bien in tegrado, en el que cada paso
sentación , lentamente em pieza a asociarse a l mundo y sus va en camrnad o a destacar la person a lidad del actor lleván -
hermanos. Adquiere un nuevo óq !:an o que le conecta con 1a dol a a _lo l1 ondo dé su trnbajo y hacer de él en todo momento
vida de fuera del teatro y despierta sus n• c; pon sabilidades un art1st..8 rnsp,rado, y de su profesión un importante instru-
contemporáneas. Comienw a extender su interés p rofe- mento de utilidad humana. Si se comprende y apli ca apropia-
sional llevándolo más · allá de las ca ndil e1as , comienza a

113
11 '.!
..
damente, el método llegará de tal modo a convertirse en .11:1ª
parte del actor que, con el tiempo, éste se hal~ará en cond.ic1~-
nes de hacer libre uso de aquél, a voluntad, e incluso de modi -
COMPOSICION DE LA REPRESENTACION
ficarlo aqui o allá según sus propias necesidades Ydeseos. TEATRAL
La cosa aislada~ hace incomprmsible
RUDOLF 9TI:!NER

Todas las arte1J se esfuerzan constantemente por


asemejarse a la mwica.
W.P ~

Los mismos principios fnndamental es que rigen el uni-


verso y la vida de la tierra y del hombre, y los principios que
dan armonía y ritmo a la música, a la poesía y a la arquitec-
i: tura, abarcan también las Leyes de la Composición que, en
1 grado mayor o menor, pueden ser aplicados a toda realiza-
1: ción dramática. Algunos de los dogmas de mayor relación
¡: con el trabajo del actor se han seleccionado a modo de intro-
ducción de este punto.
. '

1
El trágico Rey Lear de Shakespeare ha sido escogido
1 para demostrar todas las leyes que deben cumplirse, princi-
i' palmente por estar lleno de oportunidades para ilustrar su
aplicación práctica. Y es que se debe tener presente que para
1¡ el teatro moderno todas las obras shakesperianas deben ser
!.
acortadas y las escenas traspuestas incluso para darles su
ritmo adecuado e incrementar su fuerza impetuosa. Mas pa-
ra lo que aquí nos proponemos, no es ne ces aria una descrip-
ción detallada de tales alteraciones.
Este capítulo tratará también de aprox.imar más las di-
ferentes psicologías del actor y director. Es preciso tener en
cuenta que un buen actor precisa adquirir la amplia visión
1
que todo lo abarca en la representación como un todo, si es
11 •
que pretende llevar a cabo la pRrte que le corresponde en ple-
na armonía con él.
La J.lílUH:!11:t i~y de la composición pudiera llamarse ia
ley de la triplicidad. En toda obra bien escrita figura una lu-
cha violenta entre las fuerzas primarias del Bien y del Mal,
114 115
y esta contienda es la que constituye el impul so vital de la la vida, comenzam os por valuar, para comprender y experi-
obra, su fuerza motriz, y es básica en toda trama. Pero la lu- mentar las cosas de modo diferente si las vemos a la luz de
cha en sí cae inevitablem ente en tres secciones: La trama se ]os verdaderos contrastes. Piénsese en casos opuestos tal es
engendra, se desarrolla y concluye. Toda obra, . sin ~ue co~o la vida y la mue rte, el bien y el mal, el espíritu y la ma -
importe Jo complicada y enrevesada que sea su articula ción, tena , lo verdadero y lo falso, la felicidad y la desgracia, la
sigue este proceso y es, por tanto, divisible en estas tres sec- sal1;1d y la enfermedad, la belleza y la fealdad, la luz y la os-
ciones. cundad ; o fenómenos más específicos como corto y largo , al -
Mientras que el reino de Lear se halla todavía intacto y to y bajo , rápido y len to, legato y staccato, grande y pequeño,
las fuerzas del mal permanecen pasivas, nos encontramos y así por ese est1 lo. La verdadera esencia de uno sin el otro
claramente dentro de la primera sección. La transición a la puede fác ilm ente esrn pársenos. El contraste entre el comien-
sección segunda se deja ver con el com ienzo de la actividad zo y el final es ve rdadera mente la qwntaesencia de u na re-
destructora, y encajamos perfectamente dentro de ella ~n presentación bien compuesta.
tanto que la destrucción se lleva a efecto y eleva la tragedia Llevemos este eje mplo un poco más lejos. Imaginemos
hasta la cumbre. Pasamos a la tercera sección cuando se la tragedia del Rey 1...ear una vez más y aun otra con la idea
desarrolla la conclusión y vernos desaparecer a las fuerzas de ver su comienzo y final corno polar uno al otro. Salgamos
del mal luego de haber destruído y arruinado todo cuanto las para que el tiempo sea el medio o sección transformadora.
rodea. Vasto, grandi oso y opulento y, sin embargo, algo oscuro
La ley de la triplicidad está relacionada con otra ley, la y tenebroso, envuelto en la opresiva atmósfera del despotis-
de la polaridad. En toda verdadera obra de arte (en nuestro m o, se nos aparece el legendario reino de Lear. Sus fronte-
caso una representación inspirada), el principio y el fin son, ras producen la impresión de ser ilimitadas, pero aquello
o deben ser, polares en principio. Todas las principal es está aislado y cerrad o, como una enorme fortaleza. Todo con-
cualidades de la primera sección deben trRn sformarse en verge a su centro que no es otro sino el propio monarca. Can -
opuestas a la última sección. Es ohvio, desd e luego, qu_e el sado y sintiénd ose tan viejo co mo su reino. Lear anhela paz
comienzo y el término de una obr~ no pueden ser _de0n.1dos y quietud. Ha bla de la muerte. La tranquilidad y la in m ovi-
simplemente como primera y última e~cenas; pnne1p10 y lidad es todo cuanto lo rodea. El mal, oculto bajo el disfraz de
fin en sí, abarcan usualmente una sene de escenas cada sumisión y obedi encia, escapa a su mente somnolienta. No
uno. conoce la comp asión y no sabe distinguir entre el bien y el
El proceso q.ue transforma el co mi enzo en su polaridad mal. En su grand eza t.errena no tiene enemigos y no busca
al final, tiene lugar en la secc ión media, y esta transfonna- am igos . Es ciego y sord o para los valores espirituales y hu -
ción es la que r epresenta nue stra tJ:rcera ley de la compo- man os. La tierra le ciio todos sus tesoros, forjó su voluntad
sición. férrea y le en~ei\ó a dominar. Es único, no tolera que nadie
El direclor y los actores pu ede n ga nar much o con el co- se le igu al e, el reino es fl.
nocimiento de éSÍ.US leves rel a, iOflfH..ias 8 las que denomin a - Así es com t• puede aparecer ante usted el comienzo de la
mos de tríplz.ci.dad, de polaridad y de tra11sformaciún . Obede- tragedia . Pf'T0 , ,i;:·d "<•u f>0lo opuesto?
1
ciéndolas sus actuuciones adqu1nnu1 mas t,,..1 leza estéti ca Y Todos no so tr os sabemos lo que sucede al despótico mun -
l

armon ía.
La sola polaridad , p or ejemplo, evitará que 1a re pres~n-
do de Lear. Se de~mo ro na, se a rru ina, sus fron teras va n
siendo borrada s En lugar de "umbrías fo re stas y ri cas lla-
i1 tación caiga en la monotonía y Je dará u na mayor expresivi - n uras, con ríos ttlmndantes y grandes praderas", sobrevien e
1
! dad, como ocurre siempre con los con trastes ; ahondará tam- la desolaci ón, la seqwa, el desastre . Rocas desnudas y caba-
¡: bién el significado de ambos extremos. En el arte, como en ñas sustituyen a las cá maras y salones sun tuosos del casti -
1

116 117

1
llo. La lúgubre tranquilidad del principio se ha transfonna- res pueden constituir una buena preparación tendiente a
do ahora en gritos de batalla y choque de aceros. El mal que crear el contraste con el fin de la obra.
se había ocultado bajo el disfraz de amor y lealtad, se ha qui- La atmósfera todavía trágica y la música de naturale-
tado la máscara: Gon eril, fugan, Edmundo y Cornwall, ser- za semejante pueden continuar hasta el fina l. Luces más bri-
viles al principio, muestran ahora su voluntad inflexible, ll~tes, una escenografía que dé la impresión de mucho es-
sin compasión. La vida terrena ha perdido su significado pa- ~ac10 Y v_acío, colores amarillo y naranja, vestimentas más
ra Lear. El dolor, la vergüenza y la desesperación han roto ligeras, ntmo de mayor velocidad y sin pausas movimien-
los límites de su co nciencia; ya ve y oye y sabe distinguir en- tos :nás libres e incluso grupos que se mueven, e~to es lo que
tre el bien y el mal. Su imperfección y su cobardía surgirán el _d irector puede escoger para el fin de la r epresenta ción con
de nuevo como un cariño paternal latente. Otra vez se yer- obJeto de establecer la polaridad con el comienzo.
gue Lear como centro, pero es un Lear nuevo en un nuevo Para hacer incluso más completa la composición el di- 1
mundo. Es único, igual que antes, pero ahora se encuentra rector Y los actores deberán buscar otros contrastes m enores
desesperadamente solo. El gobernante absoluto se ha conver- dentro de ese gran marco.
tido en un cautivo impotente y en un mendigo enfurecido. A modo de ejemplo tomemos los tres parlamentos de
Esa es la composición entre el comienzo y el final. Ca- Lear en el pára mo:
da uno de ellos arroja luz sobre el otro, explicándose y com- ¡Soplad, vientos, y desinflad los carrillos!
plementándose, m ediante la fuerza de sus contrastes. El Pobres seres desnudos e infelices, dondequiera que estéis.
principio de la representación brota de nuevo como una vi- Vamos, pues, estarías mejor en tu tumba.
sión en la mente del espectador en tanto que observa el final ~preséntense imaginativamente estos tres parlamen-
de la obra, y es la ley de la polaridad la que conjura esta tos vanas veces y se verá que psicológicamente tienen su ori-
visión. gen en tres fuentes distintas. El primero, como un a tor men-
ta, es un estallido de la voluntad de Lear al rebelarse contra
Los medio s por los cual es es invocada esta polaridad de- los elementos de la Naturaleza: el segundo nace dentro de la
penderán, claro está, por entero del director y de sus colabora- esfera de sentimientos que hasta entonces le eran t.an poco co-
dores. Para el oscuro y tenebroso comienzo pueden escoger, 11oc1dos; el tercero es la consecuencia de los pensamientos
por ejemplo, una atmósfera o medio ambiente depresivo. La cuando él trata de penetrar la esencia de un ser humano tal
música que acompañe a la representación en determinados como ahora lo entiende. '
momentos acentuará la fuerza de esa atmósfera. Quizás pro- El primero y tercer parlamento se h all an en contraste
yede n la esce nografía a base de formas arquitectónicas ma- uno con el otro, así como lo están la voluntad y el pensam ien -
cizas y pesadas, en colores púrpura y azul, ocuros y grises. to. Entre ellos, como eslabón de transición que los w 1e, figu-
Probablemente se inclinen por las vestimentas sencillas y ra el segundo parlamento nacido de los sentimientos. Por
ser ias en armon ía con la arquitectura escénica y los colo- diferentes medi os de expresión el director y el actor h abrán
r es. Un escenar io en semipenumbra ayudará a completar su <le llevar estos contrastes h1:1.sta el esoect..ador. Las mi.se-en-
propós ito. El director puede escenificar la representación en scenes presentadas por el director serán diferen tes, así como
r itmo 1rn,<lerndo, con movimientos espaciados y bien forma - chferentes también serán los movimientos y pa rlamentos
dos, más bien definidos; con grupos compactos, de poco m ovi- expuest.os1 por el actor. Distintas psicológica~en te serán las
m iento, casi est áticos, semejando esculturas, y voces atenua-
das. La tragedia (según la sugerencia de Rudolf Steiner) 1
E n Lauteurhythmy, por Rudolf Sleiocr, pueden hnJIRrse incLicocio-
puede a l comienzo lleva rse a un ritmo comparativamente
nes acerca de cómo usar un modo de decir artístico pnra exprt!So r , bien sea
lento con pausas. Estos y otros medios de expresión si mil a-
volu ntad, sentimiento~ o pe nsamientos.

11 8 119

--
actitudes que el actor despierte en sí mismo para cada uno de convertirse en un tipo rudo, grosero, de malos modales y vo:
esos parlamentos. brusca.
Un contraste de otra clase será el que se _encue ntre en la . Cuanto más destaque el director esta polaridad por tale:
yuxtaposición de los dos principa~es pers_onaJes de la trage- med10s, más se revela rá una parte de la idea principal de 11
dia, Lear y Edmundo. Desde el mismo ~nnc1p10, Lear se nos tragedia y una de las más profundas: El valor de las cosm
presenta como el posesor de todos los pnv1legi os de un gober- cambia a la luz de lo espiritual o en la oscuridad de lo mate
nante grosern y de spótico . En contraste con é1 tenemos ~ rial.
Edmundo, a quien todos desconoce~, privado ?e cuantos pn-
vilegios pudieran corresponderle, siendo el h1Jo ,?astardo. d,,e
ft Gloucester; comienza la vida con nada, es un ~on nadie .
Ret~oceda~os ahora a las tres unidades principales dE
la traged1a y discutamos la segunda, que sirve de transición
Lear pierde, Edmundo gana. Al final d: la trage?:ª• Edmun- entre los dos polos contrastantes.
do es cubierto de gloria, poderoso, y dueno del cann..o de ~ne- . Imaginándola como un proceso continuo de transfor-
ril y de Regan. Se convierte en "todo" y Lear en nada : -~u mación, se puede percibir cualquier momento de ella si-
1 situación se invierte. Se completa el ge sto c1,e com pos1c10n mul~neam en te a la luz del comienzo y del final. Sólo se

l
del contraste. neces1ta~á preguntarse a sí mismo. ¿En qué extensión y en
Pero el verdadero significado de esta polarización qué sentido, este o aquel momento particular de la parte cen-
existe· en un más alto nivel. La tragedia entera al final tra), se va del comienzo para acercarse al final? En otras pa-
i llega 8 ser un contraste con. ~u comienzo; desde su nivel
r labras, ¿en qué sentido se ha t ransformado ya el comienzo
! material aspira a uno esp1ntual, los valores son reva- en el final?
1 luados. El "todo" y el "nada" adquieren distintos signifi- Según nuestro ejemplo del Rey Lear, en la majestuosa
cados: En su material "nadería", Lear, al final, llega a ª~n:16.sfera del _comie nzo, la acción que tiene lugar incluye la
serlo "todo" en el sentido espiritual, m1entr~s Ed mundo ~v1s1ón del remo, la falsa profesión de cariño por las dos h1-
como un "todo" material se conV1 erte en un cer o espmtual. Jas, la valerosa verdad de Cordel ia, el destierro de Kent, la
De nuevo el director y los actore s ha lbrán fácilmente destrucc ión del remo echando a rodar la corona, etc. ¡La
los medios de expresar este contraste . Al pnncipio Lear pue- transformación ha comen zado' El mundo de la obra tan es-
de usar en sus movimientos y ('>:presión una cualidad fu erte table, tan aparentemente duradero al principio, se' vacia y
y acusada (acusada , pero noble y digna'· en tnnt.o que la a c-
der~mba ahora . Lear grita, pero su voz pennanece inaudi-
tuación y forma de expresarse ~e. Edmundo pue~en adoptar ble : Creo que el mundo está dormido". "Qué poco queda en
una cualidad de ligereza y facilidad (por nmgun concepto
tu cal1;za ca lva --<Jire el Bufón-, cuando te quitas tu corona
cualidad espiritual y elevada, s in o m á_s _b 1(•? 1 con m~ti ce s
de or o . Graves su~ µe chas b rotan en la mente de Lear, y sólo
incl inados a la bellaquería y al latrocmio que crea_ran la
el B':1fón es qmen se atreve a traducirlas en palabras. "¿Hay
impresión de fal sa modestia y de auto -supr es ión \ M1ent1;-as
aii:r11en aqui que me conozca ?", exclama Lear. "¿Puede al-
la obrn está en marcha, Edmundo puede move rse Junto .ª 10.s
paredes y las sombras, sin ocupar ni: 11r:1 h if_'.ci r~s p rominen -
Jrlen decirme quién sc,y?" Y el Bufón vuelve a responder:
La sombra de Lu n- El principio de la tragedia va transfor-
tes en el escenario. Al final , cuando la tragedia entera se
mándose_gradualmente en su parte central. Lear ha perdido
mueve hacia una esfera más elevada , ambos personajes
1· principales pueden intercambiar y , así , Lear .empl eará lige-
ya su remo, pero no lo ha comprendido todavía; Cklneril, Re-
reza y facilidad como cualidades noble s , esp1ntu8:les y ele- gan Y Edmundo han alzado ya una punta de la máscara que
lo~ cubre, pe_ro sin quiLársela del todo; Lear ha recibido ya la
vadas, en tanto que Edmundo reamolda su cualidad para
primera henda, pero sin llegar todavía al momento en que
su corazón comienza a sa ngrar; sus despóticos pensamien-
120
121
tos se han conmovido, pero sin advertirle el menor signo de climax de la primera es una especie de sumario de la trama·
que los nuevos h ayan aun reemplazado a los viejos. el segundo muestra también, en forma condensada, cómo s~
Paso a paso, hasta el mismo final, el director y el actor desa1'.'olla la _tran:ia de la unidad segunda o media, y el ter-
siguen la transformación del rey hasta llegar a ser un men- cer climBJC cnstahza el final de la repetida trama encuadra-
digo; un tirano se con vierte en padre amoroso. Estos "ya" y do en el marco de la última unidad. Por lo tanto esos tres clí-
"todavía no" tejen h ilos vivientes que ligan todos los puntos max son as_imismo regulados por las leyes d'e triplicidad ,
del pasndo (princirio de la obrn) al presente y simultánea- tra_nsformac1ón Y polaridad como ocurre con las mismas
,. mente profetizan el futuro (final). Cada escena y personaje urudades_. Otro ejemplo del Rey Lear puede asimismo servir-
! revela su verdadero significado en todos los momentos de la nos pa ra Ilustrar lo que acaba de decirse.
"
trnnsformnción q11e tiene lugar en la omnipresente parte En la primera unidad de la tragedia amenazan fuer-
central. El Lcar qup renuncia n l magnífico t rono y el que zas negati vas, terrenas, una a t mósfera depri mente y h echos
aparece en el castillo de Goneril son dos Lear diferentes. El e ideas oscu ros. S1 hubiéramos de preguntamos· exacta-
segundo surge del pri mero, corno el tercero surg1rá del se- mente en cua l punto de esta unidad se expresan más clara e
gundo, etc., h usta el térm ino de la obra, en que los "todavía rnLen sam ente sus cUBlidades, fuerzas y sign ifi cado advir-
no" no se presenta n y todos los "ya" preparan el términ o, el tiéndose en s u foi:-ma más concentrada, con toda p;obabili-
majestuoso desenla ce de la tragedia. d:3d nuestra atención se dirigiría a la escena en la cual Lea r
Reteniendo en la mente cómo todas las escenas van v1Lupera 8: Cordelia, arroja la corona en manos de su s en emi-
tansformánd ose unn en la otra bajo las tres leyes de la com- gos Y destierra a Kent, su fiel y devoto servidor (Acto 1 Esce-
¡ posición, el director y los actores pueden distinguir fácil- na 1). Esta escen a comparati_vamente corta podría equ¡'parar-

1: mente lo que tiene importancia y lo que carece de ella, lo se ~ otra en la que una semilla rompiese inopinadamente su
mayor y Jo menor. Estarán en condiciones de seguir la lí- cu_b1erta para comenzar seguidamente el desarrollo y creci-
¡: nea básica de la obra y la lucha que adquiere su máxima ex- m ,ento de la planta. En esta escena se echan de ver las pri-
presión, sin extravi a rse entre los detalles. Las escenas, vis- mer as manifes taciones de las fuerzas del mal que se halla -
tas a la luz de la composici ón , indicarán al director el modo ban ocultas alrededor y dentro del propio Lear. Suri.,riendo
de escalonadas mejor , porque s u significado r especto a la \'JOlen tamen Le del ser de Lear, estas fu erzas desenca-den a n
obra en conjunt0 le es rPvelado en forma inequívoca. a h ora las fue rzas negativas que le rodean. El mund o del
1 Rey Lea: , hasta ese instante tan completo y a rmónico, empi e-
'¡ Las leyes de tripl icidad, polaridad y transformaci ón za a desmte~arse. E~ su egocéntrica ceguera Lear no puede
' nos llevan a la siguirnte ley de composición, que consiste en
hallar los punt.0s n; 1:ninan tPs para las tres grandes partes o
ver a Cordeha. Gonenl y Regan se adueñan del poder que re-
~resenta la corona, la ominosa atmósfera crece v se extien -
unidades. !o
Cle .. dos los resortes principales de la tragedia ~e ponen en
Cada una O(' ('Stas ¡,osee su significado propio, cualida- ~cc10:1 durante esta _corta escena. Este es el climax o pun to
des cnractprísLi cns , fuen.a prevaleciente, tocios los e-un.les < ulrnmante de la pnmera unidad (Acto 1, Escena J, que co-
n o estcin distrilnrn! r,~ µor igual dentro de ello s: aumentan y mienza con _la frase de Lear, "Dejemos que a sí sea", y Lerrni-
disminuyen su podrr . suliei1 y baja n como las olas. S us m o· na con la salida de Kent). l
mentos de ten s ión máxima podríam os denominarlos ,.¡¡. _Antes de _hallar el clima.x de la segunda unid ad es un
max o puntos rul nii nan tes. requ1 s1to pr ev10 esencial que investiguemos el de la Lerrera
En una ohra bien escri ta y bien representada existen um dad
tres clima:r principales, una para cada unidad. Se hallan
1 V~nS<, Grá fico l.
tan ligados el uno al otro como las mismas tres unidades: El
122 123
t'.ono. La muerte d_e Lear c_on~luye el tercer clímax 1. La pola-
ndad de ambos clímax pnnc1pales es la misma como suce-
de con la del principio y final de la obra. '
Ahor~ podemos y~ volver al climax de la segunda uni-
dad, ese cnsol en donde tiene lugar la transformación.
Las fuerzas caóticas, tempestuosas y destructoras que
persiguen incansablemente a Lear 1 marcan esta segunda
unidad. Después cesa la tormenta y se propaga la atmósfera
de vacío y soledad. El anterior conocimiento de Lear se
turba y camina errante por el páramo como un loco. ¿Dónde,
pues, hallamos el cl1max de es~a unidad? ¿Hay alguna esce-
n~ que exprese la transformación del principio de la trage-
dia ~n el final, una escena en la cual se nos señale el pasado
monb1:1ndo y el amanece r futuro a un mismo tiempo? Sí, la
Tl'efl grande• Unidades hay, tiene que haber una escena así. Es la única en la cual
principaJe. Shakespeare ~os muestra dos Lear al propio tiempo: Uno el
A,B,C 1, 2, 3, 4, 5, 6 - Loe Clímax auxiliares que está exp1rando (el pasado), otro que comienza a desa-
L I1. ID - Loe Clímax principales a.b,c,d,e.f,g - Subdivisiones rroll_a rse (el futu ro). Es interesante advertir que la transfor-
mación en este caso encuentra su expresión no tanto en el
conteni_do de las frases o en el significado de palabras especí-
Gráficos I. II , v III ficas, smo más bien en la propia situación, en el hecho de la
locura de Lear. Este climax comienza con la entrada del
loco Lear en el campo cercano a Dover y termina con su mar-
cha (Acto IV, Escena 6 ) .2
Las fuerzas y cualidad pos1t1vas, espirituales, en con- Ahora observemos el significado de esta escena v
traste con el comienzo, son las dominantes en la tercera uni- p_reguntémonos :_ \Es éste el mismo Lear que vimos y con¿-
dad. Una atmósfera iluminada por el sufrimiento de Lear y c1mos al pnnc1p10, y en escenas subsiguientes?" La res-
la desaparición de la maldad, prevalece al final. Aqtú en- pu~sta habrá d~ ser: No, es únicamente su capa exterior, una
contraremos también que todas las fuerzas y cualidades se cancatu~a trágica del anterior y regio Lear. En verdad, la
pierden en el majestuoso final que comprende el significado destrucci ón de su mente y el abatimiento de su apariencia ex-
de la tercera unidad. Es el fruto de la semilla que creci ó y se terna han alcanzado su cima, pero se siente que estos no son
desarrolló durante la tragedia . El clímax comienza en el los pináculos en el destino de Lear. Todo su sufrimiento, lá-
momento de la aparición de L ear llnando a Corclelia muer- grimas, desesperación, remordimientos, apenas puede supo-
ta entre sus brazos (Acto V, Escena 3). El mundo terreno, ma- nerse que hayan cnído sobre la cabeza bla.nca de Lear para
terial, ha desaparecido para él. Uno nuev e, impregnado de producir un loco . Seria injusto y sin objeto. ¿Fue en vano tor-
valores espirituales surge en lugar de aquél. El sufrimiento turar su corazón, su orgullo y su dignidad, o imítil su lucha
que le ha infligido el mal, y con el cual ha tenido que luchar, valiente y orgullosa y también su indoblegable voluntad
le ha transformado en un Lear nuev o y purificado. Ahora ya 1 Vén~c- Grnfi co )Il .
tiene abiertos los ojos y ve a la verdadera Cordelia, la ve co- 2 Vé11g{' Grnfi,0 lI
mo no pudo hacerlo cuando la tenía frente a él delante de su

121 125

..
regia? De ser así ¡qué modo de malga star un per sonaje mag- menzar por la pnmera escena y proseguirse en sucesión
nífico! Pero sabemos y presenti m os que la tragedia de Lear indesv1ab le ; ello es debido a la costumbre y no se in spira e n
no se ha resue llo todavía, y esper amos ver qué es lo que se es- la necesidad creadora . No hay n ecesidad ni razón para co-
conde tras el disfraz de aquel loco. Es peramos un nu evo men~ar d.esde el principio, si toda la obra se halla viva en la
Lear, cuyo futu ro sólo puede ad ivi narse ahora, mas para el 1magmac1ón. Sería n:iejor princi piar con las escenas que
que ha de haber una so luci ón de mayor nobleza. Eso es lo que expresan la substanci a de la obra para con tinuar desp u és
esperamos, y con los ojos d e la m en te ya se ve el Lear del futu - con aquellas otras de importan cia secundaria.
r o. Sabemos que tras su fac hada endeble se encuentra en pro-
ceso la regeneración del nuevo Lear, y que n o tardar~ en
salir a la vista de todos. Le veremos en su nueva m odalidad Cada una de las tres unidades prin cipa les de la obra
cuando, arrodillado en la ti enda de Cordel ia, la su plica que pu ede ser. s ubdivi_di?as en otras m en ores. Estas unidad es
le perdone. Pero precisame n te ahora tenemos dos Le.a~ an ~e m enores t ie:1en as1_m1smo su_s . propios clímax , a los que pode-
nosotros: Uno que es un cuerpo vacío, caren te de esp1ntuah- mos den o~u:iar climax auxiliares al obj eto de distinguirl os
dad el otro se nos presenta com o un espíritu incorpóreo. Lo de los pnnc1pales. El Rey Lear nos facilita las s iguientes
que'ha tenido Jugar ante nosotr os es el proceso de transforma- subdiv1swnes:
ción del pasado en el futuro. La polaridad se hall~ en proce_so La prime~a unidad prin cipal (A) produce otras dos m e-
de formaci ón. Observemos el clím ax de la mudad media, n ores. En la pnmera (a) Lear aparece ante el público en toda
transitoria s u grandeza, rebosando un poder despótico ilim itado . Incu-
rre ~n tres pecados: Condena a Cordelia, rechaza la coron a y
Los tres clímax p r incipales (si se han hallado correcta- destierra a Ken t . En la segunda subdivisión (b) las fue rzas
mente por in tui ci ón artística 1_11á~ que por raz_on a ~iento) negativas deJ mal dan principio a su actividad destroctora.
nos dan la clave de la idea pnnc1pal y de la dmám1ca en ~l prime r cl im a x pri ncipal (I) es también el clímax de
que la obra está basa da . Cada clímax expresa la e~en cia d e la primera su bdivisión (a), pero la segunda subdivis ión (b)
la u nidad que representa. TTe s es~enas comparativa m ente ti ene su _prnp io clímax auxil iar (1 ). Después que el enfure -
cortas traza n toda la co nducta mten or y extenor de Lear, su c.1 do Lear deJa el trono y el Rey de Francia se lleva a Co rd e-
destino enter o: Lear co m ete muchos pecados y deja en liber - lta, oím os las sibi la_nte~ voces de Goneril y d e Regan en una
tad a las potencia s ma lignas y os curas; el caos, e1 ~uf~mien ~ a t m ós fera de con sp1rac1ón y sec reto (Acto 1, Escena 1 ). _AJ ex -
to y la locura despojan a l rey de s u antigua conciencia, a s1 clam ar" C'JiJ n er il: "Hermana, no es poco lo q ue tengo qu e
¡, como tamb ié n de su cu er po a nten or y de su m undo : u:1
conocimi ento nuevo. un Lear nu evo y un nuevo rn wido co-
decir ... , es tán trazand o su co njura , y este es e l com ien zo
l rl e l climax auxiliar rl) E l tern a del Ma l qu e comenzó si n pa -
m ienzn.n a albore ar como r esulU:J do de lodo ell o. La tr aged ia labras (co m e nz ó rnás bien a .sentirse en el a mbi ente de sde
es elev ada de sde u n p lan o t errenal a otr o espiritual, y en él que se al zó el tel ón ) y de r epe n te estalló viole ntamente con la
triu nfan las fu erzas posi tiva s. Si tratamos de ver estos tre s ira de Le ar , entra a h ora en su tercero y más importan te
climax sólo im agin ativ arn e nte , podr íam os expre s ar el conte- mom en to d e de sa rrol lo. Adquiere una fo n n a defi nida d e
nido y el si gn ificado e.le la tragedia entera con tr~s pala~ras: con.1ur a co n sci en te, d eliberada. Este climax abarca también
Pecado, juicio e ilu m inación. Por ello los tres chmax cnsta- el soli loqui o de Ed mun do (Acto I , Escena 2), porque des de e l
lizan una faceta mús de la principal id ea de la obra. pu nto de vista de la composición , las divisi on es d el au to r e n
Al ll egar l:l este punto puede . sugerir~e ~l di rector que a cto s Y escen as, p ueden descuidarse. De ah í que el cl ímax
inicie su s ensa yos con los tres ch m ax pn nc1pa les. Es una acabe con la entrada de Gloucester.
!:
1
impresión erróne l:l que los ensayos de u na obra deben co-
1
126 127
l.
La unidad media (B) puede as1m1sm o subdividirse en la la rga secuencia de las escenas. Tras la cubierta del hom-
dos partes más pequeñas (e y d ). La primera parte es apasio- bre enajenado, anticipamos ya a un Lear nuevo y lumi noso ;
nada, tempestuosa y caótica; las fuerzas elementales alcan - el Mal empieza a destruirse a sí mismo; Glouce ster en cuen-
zan su pun to álgido, penetrando lentamente en lo más hond o tra a su fiel hijo; la breve aparición de C ordelia. Desde el
de la conci encia de Lear para atormentarle y desgarrarle. punto de vista de la composición, todas ellas no son sino una
El cli max auxilia r (2) de esta subdivisión (e) principia con preparación de la tercera parte de la tragedia, espiritual , ele-
el soliloqu io de1 mismo Lear, "¡Soplad, vie_ntos, y desinfl ad vad a . Y con la aparición de Lear en la tienda de campaña de
los carrillos! (Acto III, Escena 2), y tenmna con la frase, Cordeli a el tema de la luz (bueno) resplandece con gran fuer-
" ... T an viejo y blanco como esto. ¡Oh, oh, esto es inmundo!". za . De este modo comienza la tercera unidad (C).
La segunda subdi visión (d) comienza cuando , la tor - El te rna de la luz pasa a través de tres gr ados o pel daiíos
menta cede, cuando el mundo parece hall arse vacio Y ex- suce sivos, lo que da lugar a tres subdi vision es. La primer a
hausto y abandonado Lear cae en un sueñ o profun? º• se me- (e), en la ti en da de Cordelia (Acto rv, Esce na 7), es suave y
jante a la muerte. Aquí, desde luego, me agrad~na Harnar romántica. El nuevo Lear despierta dentro de un mundo n ue-
la atención de usted hacia el h echo de que la unida d mPd1 a vo , rodeado de gente amante. Este es el "segundo Lear" cuya
(B) en sus dos subdivisiones (e y d ) acusa un fuerte co ntraste apa rición habíamos estado aguardando. Desde el momento
l
\.
0 polaridad . En la segunda subdivisión (d ) hallaremos dos
clí max: El princi pal (II) y el auxiliar (3) qu~ le precede. El
de l despertar de Lear hasta su salid.a tenemos el clímax auxi -
liar (4) de esta parte romántica.
¡ clim ax a uxiliar (3) muestra la extrema tensi ón de las fu er- La segunda subdivisión (f), es apasionada y h er oica.
zas oscu ras, su fo rte-fortissimo en la escena más cruel de to- Lear y Cordelia son conducidos a la pri sión (Acto V, Escena
da la tragedia, el enceguecirniento de Gloucester (Acto III , 3). En este punto la nueva conciencia de Lear cr ece y gana
, . Escena 7). El cli max principia con la entrada de Gl oucest er fuerz a. Nuevamente en la voz del monarca brotan los tonos
:! y acaba cuando sale ya h erido. . fuertes del que fuera un poderoso rey, pe ro su voz no ti ene ya
Esta escena feroz, irrumpiendo en la atmósfera gen e- sonori dades despóticas. Se ha hecho más espiri t ua l que te rre-
rnl de desolación , soledad y vacío, solamente la enfatiza con no. El climax auxiliar (5) de esta parte com ienza co n la
sus cualidades contrastantes . Al propio tiempo es u n punto entrada de Lear y Cordelia y acaba cuand o ell os sal en .
dec isivo en el tern a del Mal. Si se siguen los ~esarrollos . de En esta misma parte heroica (f) , en su momen to conclu-
las fue rzas positivas y n egativas, pueden apreciarse las d1_f~- yente, es cuan do tiene lugar el duelo entTe Edmundo y Ed-
r encias esen ciales existente s en tre ellas. Las fuenas positi- gar , Este es otro clima.x aux iliar (6), el ú nico que se refie re
vas v del bi n no tienen punto decisivo. Se desarrollan Y cre- al primero.
cen ·casi en línea recta, ha sta el m ismo fin al, en tant0 que La tercera y última subdivisión (_g ) tiene un u cunlidad
las fuerzas negativas del mal vuelven su actividad destruc - trágica. Este es el acorde fin al, concluyente de _la composi-
¡, t ora sobre sí m ism as luego de haber arruinado todo cua'.1to ción entera. El clima x de esta subdi visión es el tercer clí-
las rodea . Ese es su punto decisivo. De ahí que sea más im - max principal (III) de toda la tragedia.
poru,n te observa r su apa r ición o n acimien to en el p_nm er T vdos los clímax guardan correlación, rn mpl eme11t.á n-
cl ímax mu:i lia r t3), y su ani qu ilación completa. El ulumo dose o contra stando un os con los otros. Conforme ya se h izo
tambi é n tend rá su escena climática en el duel o entre los dos nota r , los tres clima x principales absorben en sí toda la idea
h ermanos (el sexto clima.x auriliar). dt2 la obra y la ex presa n en tres grados sucesivos. Los cli -
max auxil ia res sirven de transició n v establecen la unión
Inclusive antes de comenza r la tercer a unidad grnnd e en tr e ellos . Son las ela boraciones de -la idea princi pal, que
(C), la apa r ic ión de una luz que va en aum ento se ap recia en pu eden expresarse del siguien te modo:
128 129

....... .
1
l
Habiendo incurrido en sus tres faltas decisivas (1), primer clímax_ prin~ipal. Es el acento co ncluyente de aquél
Lear desencadena las fuerzas del Mal (1 ) que le persiguen Y se produce mmed1atamente después de la salida de Kent.
1
1 ntormentándole, y que en la calenturienta im aginación de En él, como en un foco, se concentra el resultado moral de to-
Shakespeare tornan la forma de furiosa tonnenta (2). No ha- do cuanto . ha tenido lugar. La primer pausa-a cento predice
llando resistencia, las fuerzas del Mal incrementan su acti- los acontec1m1entos por venir; la última, los resume.
vidad destructora hasta alcanzar su clímax (3), acto seguido Entre el acento primero y el concluyente acabados de su-
principia su declinación y la propia destrucción. El castigo brayar, Lear condena a Cordelia y la echa de junto a sí, en-
de Lear alcanza asimismo su cumbre climática (la articula- trega la co rona a sus otras hijas y, por fin, destierra a Kent
óón de los dos Lear), cuando se vuelve loco por causa del su- fuer_a d e los lími tes del reino. E l primero de estos errores co-
frimiento y tormentos (II), después de lo cual el proceso de la metidos por Lear tiene un significado puramente espiritual :
trágica iluminación avanza pasan do por tres grados sucesi- Al expulsar a Cordelia, él mis mo se conden a a un futuro de
vos: El romántico (4), el heroico (5) y finalmente , luego que sol:dad; vacía su propio ser. El soliloquio, "Dejemos que a sí
1
1 las fuerzas del Mal se han autodestruído (6), el más espiri- sea , es el segundo acento del clímax.
l
tual y elevado de los grados cunn do el purifi ca do Lear pasa La ,;egund a falta de Lear ti ene un carácter má s exter-
al otro mundo para reun irse con su amada Co rdelia (III) . no: Destruye cuanto lo rodea, su reino. En lugar de implicar
¡ Por tanto el director har ía bien, habiendo comen zado
sus en sayos p~r los clímax principales, en proseguir con los
que está n ob lemente transfiriendo su corona a sus h erederas
!~gales, como con viene a sus majestuosos modales descarta
1
;
auxiliares hasta que gradualmente todos los detalles vayan VIrtua lrnente tal implicación con el odio que se ~anifiesta
l en su protest a contra la verdad que le dicen Cordelia y Kent .
agrupándose alrededor de lo medular.
Esta errónea dádiva de sus regios poderes es el tercer acento
de la esce na, principiando con la frase : "Cornwa11 y Al-
, I· Los clímax princip ales y auxiliares no abarcan todos bany, con mis dos hijas como dote" y ter m inando con :
!
:!' los momentos de conílirto o de tensi ón distribuídos por toda
la obra. Su número no depende de ninguna ley y puede ser li-
"... ('sas troµ,ls cun majesta d".
El destierro de Kent, tercer falta de Lear, tiene un carác -
¡ bremente definid o de acuerdo con el gusto e in terpretación ter enternmente ext.e mo: Destierra a Kent de sus posesiones
. !
i 1
de l director y los 11ctores Pnrn distinguir los m om entos de terr er.n s, nnr·ntras que Cordelia lo fue de su reino espi -
menor tensión los denominarem os acentos. A modo de ejem- nlulll. La ultima frase de Lear: "¡Oyeme, desleal! " es el
1¡ plo para ver cómo los acentos se definen, tom aremos el pri- cuarto a ce nto Je la escena. El quinto acento-pausa concluye
el chmax.
! mer clima.x principal de la tragedia.
Este com ienzn con u na pHu sa significativa y 11ena de Aqu í el di íector, luego de haber ensayado los clímax
tensión que se produce inmediatamente de spués de la decisi- puede prosegui r co n el d e los a centos. De este m odo, él y lo;
va respuesta de Corde! ia: "Nada, mi señor" (Acto l, Escena actorrs se ab rinín paso hasta la lín ea principal de la obra y
1 ). Esta pausa es el primer ac ento dentro de los tres clíma x no se venm distraídos o alejados por sus momentos me nos
principales. En dicha puusa se gennina toda la escena que esenr.iales durnnt.e la escenificación.
sigue, y de est e germen brota el impulso que obliga a Lear a
cometer los tres pecados que n os muestran los negros rasgos Al sigu.it·nle principio de composición le podemos lla-
de su naturaleza . Eso es lo que toma esta primera pausa en m~r ley dr: reptti,iones rítmicas. Esta ley se man ifi esta a si-
un a ce nto y ha ce a éste tan s1gnifi caliv o y fuerte desde el pun- rmsmo de modos diversos en la vida del universo de la
to de vista de la composición. tierra y del hombre. Un ica mente dos de esos modos n ~cesita-
J Otra pausa semejante la encontramos en el final del mos m enci onar por su rel ación con el arte dramático. Pri -

130 131
mero, cuando el fenómeno se repite reguhlrmente en espacio l~s o muteri_ales; aum enta o disminuye el humor, la trage-
o tiempo, o en ambos, y permanece incambi~ble; segun_do, dia o cualqwera otra fa ceta de la situación. El Rey Lear no~
cuando el fenómeno cambia con cada rep€t1c1ón sucesiva. da una oportunidad excelente para demostrar también est.€
Estas dos clases de repetición evocan diferentes reaccion es segundo modo de repe tición
en el espectador.
En el primer caso, el espectador saca la impres ió~ de
"eternidad" si la r epetición tiene lugar en t ierr.ro, o dP "infi- Tres veces d urante el t ran sc urso de la tragedia se hace
J n ito" si ocurre en espacio. Esta clase de repeti ción, a plicada pa_tente el tema d.e la ma1estuosidad con gran fuerza. En la
a la escena, ayuda con frecuencia a crear una detenninada pnmera apa ri ción de Lear en el Salón del Trono, el especta-
atmósfera. Considérese el sonido rítmico de una campana, ~or le acoge como un monarca en toda su gloria terrena. La
el tic-tac de un reloj ; el ruido del oleaje al batir la play~ ,. el imagen de l pomposo_ tirano queda firm emente impresa en
rumor silbante del viento, etc.: o contémplese las repeticio- su mente. La repetición del tema conmueve al público cuan-
1 nes en una escenografia, tales como las h ileras, maten:áti- do el _r~y loco aparece en el páramo (Acto IV, Escena 6). Esta
J camente distribuídas, de vent anas, de columna s, de fu siles, repetición subraya en el espectador la declinación o decreci-
o de figuras humanas que pasar an de manera uniforme por miento de _la grandeza terrena y majestuosa y el auge o in-
el escenario. crementac1ón de lo espi r itual. Por ningún concepto hunde
En El Rey Lear es más ventajoso usar esta clase de repe- Sha~espeare las majestuosas cualidades de su principal per-
tición rítmica al comienzo de la obra con objeto de crear la sonaje. Al contrario, hace incapié en que se trata de un rey y
impresión de un reino legendario "etern_o~ (antiguo) _e "i_nfi- no de ~a persona del típo medio que experimenta la trans-
nito" (inmensamente grande). El rnob1hnno, la d1stnbu- fonnación de una majestad terrena por otra espiritual. No
ción de luces tales como antor chas, faroles y ventanales ilu- sólo palabras, sino el contraste con la situación al comienzo
minados los sonidos y los m ovimientos pueden fácilm ente la apariencia exterior del rey, su mente torturada y distraí:
ser util i~ados para completar este propósito Las apariciones da: fuerzan al espf'ctador a verl e retrospectivamente para se-
rítmicas de los personajes principales y de los co rtesnn os en guir el . cru el de st1n 0 rqjo con mayor compasión . El efecto
escena, su espaciamiento en cu anto n la dis Lan cia, !ns pau- drn~át1co no se dejana sentir con tanta intensidad si se per-
' sas rítmicamente est..ablecidas antes y despu ~s de In entrnda miti era qu e d especta dor olvidase u n instante siq uiera que
de Lear incluso el sonido de los pasos del monnr ca ni a cer- se trata de w1 rey : "Yo soy el rey en persona!... Todo yo un
1j carse, t~dos e stos y otros medios afi n t:s cre~rán lA im presión rey .. ¡Soy u n rey, vosotros, mis dignatarios, lo sabéis!":
' deseada. La misma t.érn ica de la rq>et iciun ntm 1ca put-dé Al ~n al de la tragedia "El Rey " aparece por tercera vez,
se r usada en la s cscenns d u ran te h~ ru;1l1·0 l:, t 11 r mi·n U1 se cuand o J....ear mut·n· ,·,,n ¡,] ,·adrive r de Co rd elia erttre s us bra-
abate con fuerza sobre el pá ramo: La luces d,-i n· la mp11g0, el zos. Entonce;, es e l mome11w en que Lear se yergue, en con-
e st répido del tmeno, el silbid o del viE-n to, us1 rnmo los mo":· t raste mayor a uri. fren tt a l espectad or . El poderoso déspota
mi en tos de los actores se har án más agudos I s1 arntt.o l o mas sobre el tron<> v e l pohrf' desa rn pnrado en el campo de batalla,
suaves (]egat0). El dirPdor podrá hallar sin rlud~ 0tros inn~ - c1e rt.o, rero sigue si1.·1Hl(, n ·y a pes1u de todo. Muere al fina l
¡j
:l merables medios y r ecursos con los cua les da r 1u 1m pres1on d_e la tragedia Pero µreg un tese a sí mismo, como espectador,
de una tonnenta "infinita" y torturan te lR cua l reti ene a s1 el Rey h a mu pr to ren lrn ente para usted, incluso sabiendo
:1
•1 Lear y sus compañeros sujelos en su garra . .. que todo aqu ello no fue si no una representción teatral. Si el
El efecto producido por el segundo t ipo de repet1c1on , papel estuvo bi en rt-'presentado y las repeticiones real izadas
cuando el fenómeno cambia, es d iferente. Bien aumenta con propi edad, la concl usión del espectador será indudable-
o reduce ciertas impresiones, haci éndo las m ns espiritua- mente que sólo murio en el rey su "YO" terreno, despótico, pe-
132 133
to que el otro, el purificado , ganó una inmortalidad bien me - aún _el egotism~,. aún cuando en él se advierten ya ciertas
recida. Después de acabarse la obra continúa viviendo en la cualidades es p1ntuales. Desprecia a los cortesanos estos 1
mente y en el corazón del púb lico. Si ésta es una teoría frívo- "mariposas do_radas", estos "pobres bribones", y este desdén
la, compárese la muerte de Lear con la de Edmun do. ¿Qué es el que reaviva el orgullo que le alienó a Cordelia. Preci s a-
queda en el ánimo del espec tador luego de la muerte de Ed- mente con esta p rue ba vemos que Lear no es todavia merece-
mundo? El vacío, la nada que caracterizó toda su vida. Se bo- dor de e lla. E l espectador siente que aun se nece sita otro en-
rra de la memoria. La muerte de Lear, por el contrari o, es cuentro m ás. Vuelve a verl os j untos de n uevo cuando Lear
una transformació n tran sce ndental: Existe todavia, corno ll e va el cuerpo de Cordelia en sus brazos. Este es su cuarto en -
un ser distinto ; en el curso de la tragedia su regio "YO" acu - cu entro. Ahora el monarca se ha despojado de su orgullo y só-
muló tal ener gía espiritual que pe rm anece inten sa m ente vi - lo de ~ea una cosa , m ostrar el i nexpresabl e cariño que siente
vo para el espectador durnnt.(' mu cho tie mpo después dP su po r C.o rdeha , dar de s í mucho m ás in cluso que di o ella . Pero
muerte físi ca . De aqui que la r e p etición d e l terna "REY" entre el los se mt.erpone el límite de dos mundos . En el mun-
sirva para incrementar el sign ificado espiritual del do donde él penna nece todavía , es e l mismo do nde un a vez
concepto "REY". Esla r ept-tición rítmi ca no s revela de I!UC · la e ch c'í lejos de sí. En su de sespera ción, intenta hacer la vol-
vo uno de los as pectos de la principal idea de la trageilia: ver, _pe r_o ¿por cual m ed io puede conseguir ahora el único fin

l! "EL REY", el ser más elevado co m o hombre, tiene el poder de


viv ir y crecer y transformarse al soplo de un destino inmise -
ricorde, y de transponer los limites de la muerte física .
me7 to: 10 de su existenc ia? "Cordelia, aguarda un poco .
¡Ah. ¿Q ué me res pondes?" (Acto V, Escena 3). De es te modo
avanza ~ paso más , se necesita otr o encuentro, y es el pa s o
del pr op io Lear al mund o de Cordelia. Y Lear mue re. Con su
Ci nco veces encuei1tra Lear a Cordelia. Cada encuen - m en te concluye la repetición rítmica. Aque llos dos que se
tro es nn paso hacia su unión eterna. Lear la encuentra en el buscaron durante tanto ti empo sin encontrarse, se h;..: ;Jan ya
Salón del Trono y la re chaza de su lado. E n el sentido de la unidos más allá de los lími t.es del mund o físico . E ste último
composició:1 est e es un gest.o p repa ratorio, uno espec1P de ('ncue 11t ro , Pl quinto , lo acepta e l espectndor como la formu
t rampol ín para los encuentr os que ven d rán más t arde . más elev2da dé l amor humano, la ú ltima unión de un a dev o-
Cuanta mayor rudeza em plee ai arrojarla, más impresio- ción si nce ra . Ahor a Lear y Cordelia no só lo han dad o lo m is-
nante será su encuentr o final. El segun d o de éstos t iene lu - mo de sí, sino que son iguales el uno al otro esp iritual mente
gar en In t ien da de camraña de Cordelia después de una ~n o solo. De nu e vo, graci as a la composición, se pone de r e-
separación larga, muy larga. E ste tiene u n carácter entera- he\'€ otra fac~ta de la idea principal de la tragedia. S i él
mente di stinto. Los pap elPs se hallan invertidos ahora . La e.iemplo ant.enor de r epetición m ostró al espectad or la inm or-
d ebilidad y desam paro d (' LPar t> S1.án yuxta puest os a su ante - tali dad de l regio YO en el hombre , esta otra le h ará ver la ne-
rior poderío. De rodillas io implorn su perdón . Pero e n el ce~1d.ad de la unión del YO majestuoso, el }'o masculino,
m ás a lto sentido de la t rngedia, todavín no se han en cor1tra- con s11 contraparte, el YO femen ino que su.aui.za w cru deza v
do la una con el olro. En ('S t.B. s,:gu nda reunión Lear se halla agresividad nw sc ulinas . Esta es la unión de Lenr que posé.e
demasiado humill ado, en u n pluno ':'>:ee:siv am en te info ri or . cualidades del nlma, de la s que careció al prin cip io cua nd:,
Cordelia no está en colldic1ones de e levar se hasta su ¡11vel. d~stl' n ó a Cordél ia.
Se n eces ita de un pa ~o que será el que le haga as ce nder , es
preciso otro encue ntro E,;.~ ti e n e luga r en la tercera re peti- E st,e ter ce r ejemp lo de repetici ón se presenta co mo ulln
ción de In figura dtm1 ra . Lca r y Cordelia son conducidos a t:S JJé<' ÍJe paralelismo. El espectador sigue simu ltanea men -
la cárcel. Pero el caso e~; que tBm poco aquí se ha lograd o una 1.k la Lrngedlll. d e Le ar y el drama de G loucester. E l drama re-
igualdad total. En el lll doh legable "YO" ele Lear resplandece pite la tragedia. G louceste r no s ufre men os que Lea r,

135
1
¡ pero los resultados de su sufrimiento son diferentes. Ambos
cometen errores ; ambos pierden a sus h ijos fieles y bienama-
dos; ambos tienen hijos que son unos malvados; ambos pier-
extraordinario destino em pieza a desplegarse lentamente
a_n te el fascinad o espectador. Paso a paso sigue la destruc-
ción del poderoso rey. Lear lucha , sufre y pierde, cediendo
den sus posiciones terrenas; ambos vuelven a encontrar de momentáneamente a la prolongada lucha tan sólo después
nuevo los hijos perdidos; ambos mueren en el destie rro . del "veredicto" de sus hijas, cuando agotado , cae en un sueño
Aquí terminan las similitudes de estos dos destinos, y co- profundo que parece mortal (Acto III , Escen a 6). Pa rece ha-
mienzan las diferencias de contraste. Exami nemos dónde y ber sido derrotado. El destin o ha ganado su primer encuen-
cómo . tro , y por pnmera vez desde su aparición inicial Lear sale a l
En Gloucester se repite el destino de Lear , pero en un ni - mWldo de la tragedia. De nuevo Wla "pausa" larga y signifi-
vel inferior; no traspasa los límites de la razón terrena y no cativa abarca una serie de escenas.
se vuelve loco. Encuentra los mism os poderes elementales, La segund a aparic.ión de Lear es irreal y fantástica. Pa-
pero no amplía su conocimiento, ni despierta ante uno más rece un fantasma s':1rg-ido de cua lquier parte en los campos
elevado; no se convierte en parte integral de esa tormenta, co- cercanos a Dover . Si parer e irreal es debid o a que, como ya
mo lo ha ce Lear. Gloucester se deti ene ahí. dond e em pieza sabemos, es ahora un cuerpo va cío, sin espíritu. Tuvo su pa-
precisamente la ascensión espiritual del otro ; amb os dicen sado y tendrá su futuro, pero carece de presente. Es un erra-
qu e aguardarán pacientem ente, pero para Gl oucester es su lí- bundo en suspe nsi_ón. Igual que un co meta, atraviesa el cielo
mite terreno. Lear va más allá; encuentra de nuevo a Corde- de un mundo trágico y desapare ce de nuevo. En la tienda de
lía, y para él ese es el impulso hacia u na vida nueva y más campaña de Cordelia aparece Lear por tercera vez. Hay nna
elevada, más allá de este mundo. Glou cest.e r h alla nueva- nueva "pausa" que en esta ocas ión es musical y en una at-
mente a Edgar y muere; es únicamente mortal y no puede mósfera de amor y expecta ción, predice su presencia aun -
penetrar los ocultos misterios que están por enci ma de la co n - que inm óvil. Lear desp ierta: uGran daño me causáis ~acán-
ciencia terrena . Su paso por la vida es simi lar, ¡pero so n dome de la tumha" ¿Dó nde esta ría hasta este momento?
l' di fere ntes quienes recorren ese sende ro ' La diferencia en ¿Qué cambio expe ri mentó mi entras rondaba más allá del
Lear co n siste e n que la fuerza de su YO mn_:es tuoso le facul- umbral de este mundo t rág ico'> In vo luntariamente el especta-
ta para crear y moldear su propio destin o; lu cha contra el des - dor compara la prime ra aparic ión de Le ar en el Salón del
1
ti no que le circunscribe y se niega a som etc> r~e a él como lo Trono con esta tercera , y comprende toda la significación
·¡¡ ! hace Gloucester. Esta repetición -parn! elism c, n1vela ta m- del espantoso de stin o del rey , que interionnente se ha trans-
.. bién , primero a través de la similitud , y luego mediante el fonnado en un hombre ex travi ado. Y a l fina l de la obra el pú-
contraste, todavía otra de las facetas de la idea principal lJU e blico se aparta .de Lear por t en('ra y última vez. Lear parte de
¡' tiene la tragedia: El p oder del indot,legabie YO y c¡ ue el :1uevo en med10 . de unn atm ósfera magnificente, como ma-
esfuerzo en pos de u.n ideal ( Cordelia) hace al hombre In - Jestuosa es también la "pau sa" que sigue o su muerte física .
mortal. El espectador obse rva co nmovi do esta marcha lenta hacia el
otro . mun~o . Esta vez la repetic ión nos convence del agigan-
tam1.ento mten or de uar y de los Limites existentes entre
1 Tres veces aparece Lear en un cenega! de tragedia, y ambos mundos, que sólo puede cruza r un L ear y no un Glou -
otras tantas sale de él. Una atmó sfera de ex pectación tensa cester.
1
:1 llena el escenario cuando se levanta el t.elon El diál ogo mu-
j sitado entre Kent y Gloucester, se asemeja mucho a una pau-
sa, predice la aparición del monarca. Sin embargo, la trage-
Inten temos ah ora un desrn~ n uzamie nto similar de la
corta escena en que C:n)ne ril y Regan juran su cariño a Lear
!
1
1
1
dia no d a comienzo hasta producirse la en tra da de Lear. El (Acto 1, Escena 1 ). La forma ext(·ma de esta repetición es
136 ¡:; 7
!
,.
1

¡'
L
l 1
se ncilla: (a ) La pregunta de Lear a (iQneril; (b) la r~spuesta
de GQneril; (c) la indirecta de Cordelia ; (d) la d_ecis1ón de
Lear. La mism a fi gura se repite con la contestación d e Re-
Regan, como siempre, imita a Goneríl. Nuevam ente 11
apesadumb rada Corde lia queda a u n lado ... "¡Entonces,' po
bre Cordel ia 1", puntua li za la hermana en s u parlamento
gan. En la tercera repe tición la fi.g u~a se qmebra con la res - Lear da a conocer s u decis ión y hace la última pr egun ta l
puesta de Corde lia , y la escena siguiente _se desarrolla como Cordelia . La repeti ción inicia su tercera presentación .
resultado de esta triple re petición . Con obJeto de demostrarlo Corde lia se s iente llena de amor por su padre, rebosant~
mejor, represenlém onos imaginativamente tod a la escena. de compas ión hacia él y desean do protestar contra las menti
Lear a parece en el Salón del Tr ono _y todas las m1 radas ras de sus he nnanas . S u r espuesta resuena clara , o rgu ll osa
se vuelven hacia é l. El pavor, la veneraci ón y el temor :espe - Y en co ntraste con la voz de aquélla s: "Nada , mi señor". An -
tuoso que le rodean son tan gr8!1des como ~I desprec io con sía li ~ rar a su padre de las frases con que le han envue lt..c
que mira a sus cortesanos. La mirada extraVJad~ de ~ear no Gonenl y Regan. Enseguida se produce una pausa de t en -
se fija en parte alguna. Está obsesionado con~1go mi sm o Y sión y pesadez . Por vez primera Lear fija su m irada vaga en
sus grand es a nh elos de paz y de descanso. Ab?ica su_t rono Y Cordeha. Es u na contemplación prolongada y oscu ro . Es el
renun cia a s u poder. GQneril, Regan y Cordeha, segu n espe - instante en que se rompe la figura de la r epetición . Co rd el ia
ra, le darán la paz deseada ; le acompañarán amoros~mente ha d~spertado a Lear, pero, igual que el le ón enfurrui'iado y
hasta la h ora en que muera. Y cree que muerto tambi én ha- donmdo al que se molesta, su despertar es un rugido de fu -
llará un amigo que le brinde el reposo. . ro r. Descarga toda la fuerza de su omnipotencia sobre el tier-
Lear dirige s u primera pregunta a Gonenl. Ahora to- no y desemparado cachorrillo que sólo trata de preven irle an -
das las miradas se vuelven a ella, a excepción de la de ~ar te la inmine n ci a del peligro. Adopta u n camino arbitrari o, y
que de antemano conoce la respuesta. Pero ésta es· pehgro- la catástrofe es inevitable. Una tras otra, Lear comete sus
s a y difícil. U na falsa nota en su voz puede hacer b rota: la tres equivocaciones. De nuevo la repe tición descubre una
sospecha en el corazón del monarca y ?es~e rt1~.r su concien - parte de la idea principal de la tragedia : El poder de un YO
ci a dormida . E l m iedo y una oscuru mspirac1ón ayudan n d.espertad.o n.o sign ifu:a que salgan a relucir la bondad. l.a
Goneri l a enco ntrar las palabras y la conducta _ad ecuada . Pr- Perda d y la belleza . Todo depende de la dirección que prefie -
netra en la conciencia dormida de . Lear .sm removerla . ra seguir el YO despertado.
Comienza su parlamento. Su tono, n tm o, ti~bre de voz e
incluso fonna de habla r semejan los del propio Lear cuando
le fomiul ó la pregunta. Son semejantes, sus palabras _sue - Pasemos ahora a la sigui ente ley de la co mpensación .
nan cuul si fuesen las del p ropio Lear q_u e permanece silen - La vida en sus m anifestaciones n o se atie ne si e m pr e a
cioso e irnnc'.wil ! .ns pnh1hrns de Gonenl vnn siendo rnn s v t; rw lrnf·n r<:cl,1, sin o q ue marcha en fo rma ondu lanlí' como
'
1 .
; 1 más susurrunt.es, com ie nzan a lener sorndo de canción de la s ulas . a li enla rítm icamente . EstRs olas rttmicas asun en
'.
cuna que se pulta al rnonn r ca en un sueño m i'is p_rofund '.J toda - vari os carnet.e res con fen ómenos d iversos · fl or ecen v se
vía. \ .Qué hará Cord el ia? i n terroga desprecia_tiva, y 1a_ J?re- mnrch it.an , aparecen y desaparecen, se extienden y se· con-
gunt.n tiC'n e mucho de suspi_ro. Lear pr~nun cia su d <'c1s1on crar:n. S P derraman y se ce ntralizan , ad m(1nitum. E11 su
El primer gesto de esta r epe bc16n ha conclwdo. apl irnción a l arte dramático podemos considerar que estas
Ahora con la conciencia t odavía mó.s envuelta en el olao. expresa n solamente acci ón interior y e.r:teri.or.
sueño, l.Ra; ha ce su pregunta a Regan . El gest.o de la compo - Imaginemos una pausa escenográfica significn tiva,
sición empieza a r e peti r se. La tarea de Regan es más senc1- radinnte de fuerza , interiormente activa , creadora d e u na at-
1la. Goneril le ha p reparado el camino y la ha enseñ ado la mósfera fu e rte y que mantie ne al público con el án im o sus-
manera de conseguir al triunfo que está algo más adelante.

138 139

_: ___________...
sia _!-orturante d~ soledad y quietud mientras Lenr cae en su
penso. No es cosa inusitada hallar una pausa tan embarazo- sueno tan ,sen:ieJante a la. muerte misma. De este modo otra
sa, ya que ésta jamás es un vacío completo, un huec~ o espa~ ~an ola n~m1cu ha tenmnado. Este período de acción inte-
cio psicológicamente vacío. Las pausas vacías no existen, m ~or es segtudo una vez más por una ola fuerte de acción exte-
pueden existir en la escena . Toda pausa debe tener un pr~pó- nor en la d~senfrenada escena en que dejan ciego a Glouces-
sito. Una pausa real bien preparada y perfectamente realiza- ter. _En l~ tienda de campaña de Cordelia, la acción vuelve a
da (sea larga o corta) es lo que podemos denomi~1ar ~ción s_er mtenor nu~vamente. En _la escena en que Lear y Corde-
interior, puesto que su significado lo expresa el ~1lenc10. Su ha son conducidos a la pns1ón, la acción exterior sube de
antítesis es la acción exterior, que podemos defimr como un nuevo a la cumb~e. ~ tragedia tennina, como empezó, con
momento en el cual todos los m edios de expresión visibles y una pausa honda, mtenor, majestuosa.
audibles son utilizados al máximo; aquel en que los parla- Las olas rítmicas menores pueden encontrarse dentro
mentos, las voces, los gestos, los moV1mientos, e inclu so los de las mayores . Deben ~er de0nidas según el gusto del direc-
efectos de luz y sonido, ascienden a su punto climático. En - tor y de los actores, segun su interpretación de toda la obra
tre estos dos extremos hay un espectro de acci ón exterior que de las esc_enas por separado. Las olas rítmicas hacen a la r!-
aumenta o disminuye en diversos grados . Una ncción vela- p~esentac1ón expresiva y hermosa en forma latente; le dan
da muda, casi imperceptible semeja con frecuencia una VJda y matan su monoton ía.
"pausa". El verdadero comienzo de la tragedi1:1, antes de la Algunos directores se inclinan al error de imaginar
entrada de Lear, puede ser descrit..a como una de esas pausas que_la obra, considerada como un todo, debe ir in crescendo
de acción muda y asimi smo ocurre con la que se producl'. lue- hacia el ~na! o alcanzar su clima,: único en determinado
go de su muer~ al fin de la obra. El flujo y re0uj~ de la ac- punto a mitad _de la representación. Este concepto erróneo les
ción interior y exterior , representan las olas ntmicas ,!n la forz?rá a restnngir los medios más fuertes de expre sión has-
composición de una representación teutral. ~ liegar a la mitad o el final, viciando con ello innecesa-
nament.e !.:<>da la repre se ntación . Por otra parte, si toman en
cons1derac1ón que hay va.íos clímax y muchas olas ntmi-
Muchas de esas olas rítmicas pueden encontrarse t~n El cas, verían que no necesitan reservar lo mejor hasta e1
•i ReyLear. . final , cuando sea demasiado tarde, ni trata r de apoyar la
Empiewn con la especie de pausa que tiene lugar en la fuerza de una obra después de producir un clímax artificial-
escena que se desarrolla entre Kent, Gloucester y Edmundo, me~te supercargado a mediados de la misma. Será mucho
mientras una atmósfera de tensa expectación llena todo el es-
..' i cenario, previendo la entrada de Lear y anticip_a ndo los
acontecimi entos que seguirl\n. Al levantarse el telon, la a c-
me1or sacar la mayor ventaja posible de cada uno de los clí-
max, y ha cer uso de todas la s oportunidades que haya entre
ellos; ascender a la c1 ma. d_e _cada ola rítmica con objeto de
ción tiene un cnracter interior. Apare ce Ll!ar. la acci ón co- que l~s obras _por ellos dingidas tengan el máximo atracti-
mienza gradualmente a perder _su "interioridad". 1:'3- pierde vo, relJE>ve y van edad.
aun más a medida que se aproxima la caubtrofe . \ durante
la vehemente furia de Lear la Rcción adquiere un cnrárt.er No es~ría _comr;l ('to este capítulo si dejásemos de consi-
ente ramente exterior . Cuando hu pasado el clJ1nax, la ola de dernr el pnnc1p10 sobre e l cual está basada la composición
acción exterior retrocede. La confabulación de las dos her- de los caracteres o personajes .
manas y los traicioneros pen sa mient.os de Edmundo crean _ Cada uno de ést-0s tiene en la obra sus rasgos psicoló-
de nuevo una acción interior llna nueva y fuerte ola de ac- gicos específicos Esto s rasgos deben aceptarse como base o
ción exterior llega al má ximo en la escena del pnramo, fundam ento de la composición. A este respecto la tarea del
cua ndo Lear lucha contra la tonnenta. Va st·¡,ruida de un an-
1j(J
director y de los a ctores, es doble : Subrayar las diferen cias cio ne~ positivas, debe ser contemplado como un personaje
entre los personajes y asimismo hacer que se complem enten negativo.
lo más posible las unas con las otras. !?-egan puede ser interpretada de cliversos mod os. Puede
La mejor manera de con seguirlo es conjeturar cuál de se r vista como persona que ca rece de iniciativa . En casi todo
los tres rasgos psi co lógicos domina a cada uno de los pe rso- momento aparece en segundo lugar. Cuando jura su cariño
najes , volw1tad, sentimientos o ideas, y la naturaleza de ca- a Lear , h~bla desp ués de haberlo hecho Crtineril , imitando
da rasgo . la s expreswn.es .d~ s u he~ma~a. En la escena en que ambas
S i m ás de un personaje poseyera el mismo rasgo ¿cómo h_e nnanas pnnc1p1an su mtnga, la iniciativa la lleva Gone-
diferenciarlos? , nl , que casi hipnotiza a Regan. En sus escenas con Lear
Algunos de los principales interpretes de EL Rey Lear ve.mos a Regan comportarse y hablar casi exactamente lo
representan el Mal. La necesidad de actuar con una psico~o- 1
; smo que ante~ de ella lo hiciera Goneril. Incluso la ide a
gía mal vada, negntiva, puede darles a todos ellos d emasia-
da similitud; usando lo s mismos medios de expresión todos
& sacarle. 1~s OJOS a Glou~ester parte de Crtineril y no de
gan. As1m1smo e~ Gonenl la que domina a Regan enve-
serán semejantes y monótonos. Por eso vamos a examinar nenándo)a. En todo mstante vemos a Regan incierta pre ocu -
uno por uno esos personajes malvados y tratemos d e hallar
el modo de interpretar cada uno en forma distinta.
k~dll, e mcl1:1so tem~rosa. Como no posee la intelig~ncia de
mundo, nt la pasión de Goneril, ni la voluntad de Com-
Edmundo r epresenta un tipo en el cual prevalece el e le- waal~1 lo consonante ~ la composición sería desemper1ar el
mento pensante. Est.á privado de la habilidad de sentir. Su P P de Regan . cons!derándola un personaje que es conti-
mentalidad ágil, aguda, fonna diversas combinaciones con nUHmente conducido e influenciado.
su voluntad (que no es otra sino el ansia de poder), dando co- l~telecto despiadado (Edmundo), sentim.ientOt! imp uros
mo resultado mentiras, ci nismo, desdén, egoísmo extrem a- (Go,n enl), voluntad_ os~ura (Comwall), moralidad sin fuer-
do, falta de escrú pul os y cmeldad. Es un virtuoso de la i nm o-
ralidad . RPcípr ocn menle, su carencia de sentimientos hace
fª \Albany)_? med1ocndad sin imaginación (Regan i esta es
a ,ornpos1c10n de los personajes. Difi er en entre sí v se cu m -
de él un honilir ,· firn11· y 11trpvid o en todas s u s tnirnadns eon - plP m r>n tan unos _a los .otros, dando por resultado la pir1 111ra de
fabu la,i orws. un cua dro mult1facét1co del Mal encuadrado en el m8rco de
Comwol/ co rn plenw nta a Edmun d o. Es UI\ tipo de la trage dia.
11oiuntnd clnrnmpnlr dcfinido . Su menta lidad es d éb il y pn · , Otro ejemplo pudiera ser el de La Noche Dwxi.Hlma .
mitiva. Tiene Pl corazón lleno de oclio. Su volW1tad superde - lp,en eralme nte, todo s los personajes están llen os de ca riñ o
sarrolJad a y sin frpno, si n dominar por el intelecto y nu bla - ero
. _ uimb 1en
· aqu1· d e b emos h alia r los rasgos específicos de l·
da por el odio, le convie rte en individuo representativo de la ~ar,ino en ca da personaje. Desde el d esinteresodo, arnist-0!-o
fuerza destructora entre todos los demás person ajes del Mal . í uro afecto existente entre Antonio y Sebas tián hasta el
Goneni com plew la trinidad con los dos anteriores. To- am or impuro y egoísta de Malvolio por Olivia se hnllarán
do su ser es un tE:>jido dt- sentimientos, pero todos estos senti- todos los grados posibles con los cual e~ dar s omb ra rn11t iz y
d mient os son pasi ones y Lodas sus pasiones, sensualidad. definici ón a la composición de los p-e rsonaJ·es ele'
Tllf'dla . P SUI Cü -
lí El Duque de Albany ocupa un punto singular en la

¡;
1,
romposición de los personajes. Su debi lidad complementa la
fuerza de Edmundo, Gone ril y Comwall, haciéndole muy
diferente de uqué ll os. Su fun ción es mostrar la inutil idad de . . Resumiendo es te capít ulo, en él se trnt.nron las
J:
las tend encins morn les s i no está n he chas para combatir a ~:~ entes l~yes de la. co.mposició~ : Triplicidad, Polan dnd ,
las fuenas del mal. Por lo tanto, a d e spech o de sus inten - sformac1ón. Subd1V1s10nes, Chmax Pr incipales .v Au-
142 143
xiliares, Acentos, Repeticiones Rítmicas , Olas Rf~i cas Y,
finalmente, la Composición de los Caracteres o Pe~sonaJeS. d D1FERE!\1TES TIPOS DE ACTUACIONES
Desde luego no todas las obras, sean anti~as O dmo el r - Entre los extremos ele la tragedia y la bufonad
.
nas proporcionan ' una ta1 opo rtum·¿ a d de aph car to .os os exis te n nu meros as combinaciones de emocione
8 in em-
principios sugeridos como_ su~ed e con. El R e.Y Lear
' humanas.
uéllo.s dará a
bargo inclusive una aphcac16n parcial de aq. h d á C. L
ª
la re~resentación vida, relieve y belleza estética, Aon ar r
s u contenido y lo hará más expre sivo Y armonioso . pesa
de todas las limitaciones o defectos exi sten tes en
obra es mucho lo que puede hacerse para vencer os ~ 1 e
cta lq~ie~
Habrá pod ido advertirse ya que cada principio y todo!
director los actores los encargados de la esc:enogra:ia Y los ejerci cios a que este libro se refiere, si se aplican adecua-
vestuario y cuantos' en aquélla tienen a lgo que ver, acen da mente, abren una cuando menos de las muchas "cámara~
un esfue~o común para observar Y atender_ cua nd o me n os secretas" existentes en nuestro "castillo interior". En tal ca -
algunos de estos principios por cuantos m('cl1os leatrn les se so, como sucede co n los perso najes de los cuentos de hadas,
W10 ca mina de una ha bit..B cíón a otra en ese castillo, descu-
hallen a su alcance.
b riendo los nuevos tesoros que le aguardan en cada una .de
aquéllas. El talento aume nta, se desarrollan nuevas habili-
dades y el alma se hace más rica y más libre. Esto resu]ta
especialmente cierto si ]os ejercicios se llevan a cabo con sa-
tisfacción y los principios son aplicados con interés en lugar
de realizarlos con esfuerzos. Por eso, con este espíritu de
aventura y ahinco abramos una puerta más y veamos cua1es
son los tesoros con que se nos recompen sa nuestro celo.
Indudablemente estarán todos de a cuerdo conmigo en
que hay muchos tipos difere ntes de obras, en cada uno de los
cuales se requi ere actuar de modo distinto : La tragedia, el
dra ma, el melodra ma, la co med ia, la alta comedia, la far-
sa, e incluso ese género de actuación que pudiéramos ll amar
bufo. Innumerables sombras y ma t ices aumen ta n también
los dive rsos t ipos y clasifirnriones dentro d el m arco de esos
dos E>xtremos conocidos c:om(, ia tragedia y la bufonada.
,1;:
1. Bien sea usted un trágico, un co m edi ante o cualq uier
otro tipo de actor, le será igualmente be n eficioso investigar y
ejercitar los diferentes modos de actuar en las obras básicas
antes mencionadas. No ddA· decirse, USoy un trági co (o un
comediantej y no neces1u., estudi ar la técnica de actua r
requ erida en ningún otro tipo de obras". Pensando de esa
manera se hará usted mismo W)a gran injusticia. Ello equi -
valdría a dec ir, "Como quiero ser paisajista, me rehuso a
estudiar todo otro aspecto de la pintura". Piense sólo en la

144

·--
fuerza de los contras tes : Si usted es un comediante, su senti-
do del humor se reforzará al estar en condiciones . de repre- poderosa Presencia de "Algo" junto a é l antes de que sus
sentar papeles trágicos, y viceversa. Sucede lo propio que con sufrimientos puedan legítimamente ser llamados trági cos.
la ley de la psicología humana la cu~) aumenta nuestro s_e n - Desde este punto de vis ta ¿no están ustedes de acuerdo en q u e
tido de la belleza cuando no es conocida la fealdad, ? despier- Lear prndu ce una impresión verdaderamente t rágica en tan -
ta nuestros anhelos de bondad si no cerramos los OJOS al mal to que la producida por Gloucester es más bien dramática?
y a la ignominia que nos rodean. Incluso p~ra poder apre-
ciar y desear la sabiduría necesitamos sufrir un encuentro Ha ll egado el m omento de que veamos qué valor prác-
con la estupidez. Es preciso padecer ésta para comprender Y tico puede tener para nosotros, como actores, una interpre-
disfrutar la otra. Y, al mism o tiempo, puede estar se~ro _de tación semejante d el humor trágico. La inves tigación es
que toda habilidad nuevamente adqui~da en cualqmer tipo extre ma damente sencilla. Todo lo que tiene que hacer un ac-
de actuaci ón, le revelará muchos caminos y mo1:1entos q?e tor cuando e s tá preparando la interpretación de un papel trá-
ni siquiera había imaginado dentro de su trabaJO profesio- gico es im aginar, durante todo el tiempo q u e permanece en
nal. Por eso, tan pronto como los desarrolle dentro de usted, escena (bien sea ensayando o posteriormente al actuar de-
serán ell os mismos quienes hal len expresión a través de los lante del público), qúe "Algo" o "Alguien" le está siguiendo,
la berínticos pa sill os de su espíri tu creador. . conduc1én dole para que realice su trágica labor Y, diga sus
No necesitamos profundizar en todos los tipos Y. com- t rag icos parla m entos. El actor debe imaginar, o más b ien
binaciones posible s en las diversas obras y . act~ac1ones. sen t ir, que este "Algo" o "Alguien" es mucho, much ísi mo
Nuestro propósito quedará perfectamen_te cumplido si nos ate - más poder oso que su personaje y que él mismo, incluso. ¡De-
nemos a los cuatro tipos m ás s obresalientes y diversos Y los be ser una es pecie de Presencia sobrehumana ! E l actor debe
discutimos siquiera sea brevemente. penniti r que este "Doble-conductor" (literalmente, paseador-
Empecemos por la tragedia. doble ), este e spectro, fantasma o aparición , actúe a tra vés del
personaje que lo in spira. Haciéndolo así, el a cto r pronto des-
·Qué sucede a un ser humano cuando, por alguna ra-
zón, ~asa por experien cias trágicas (o heroicas)? Atendiéndo- cubrirá a lgo muy agradable, y ese algo consiste en que no
n os solnm ente n u n a sp ecto de s u estado m en_tal podre mos de- necf'sita exagerar ni sus movimientos, n i su fo nna de expre-
sa r se. No necesi t a ni engreírse psicológica m ente por me-
rir que se sient e igual que si los límites or?ma1:os dl' _su ego
di os artificiales n i re,urrir a un pathos vacío con oojet<1 de
hubieran sido desbordados; sie nte que psicológica as, como
perfeccionar la grandeza , las verdaderas dimen siones de
físicamen te se h nll a expuesto a ciertas fuerzas mu_cho m ás
fuertes, mucho m ás pode rosas que él mismo. Su trágica expe- una fonna de ser t rági ca . Todo sucederá p or s( m ismo. Su
"Doble conductor", a l estar en posesión de poderes y senti-
riencia ll ega , se apodera de él y s acude tod? ~u ser. Su s~nsa-
ción traducida a pala h ras, pu ede descnbirse como Algo mientos sobr ehumanos , cuidará de todo e so. La actuación
mu; poderoso se h alla a h ora _p resente junto a mí, y E so es del actor segui rá siendo verdad sin llegar a h a cerse tan de-
sng-rndablemente unatural " que pierda su aureola tr ágica, y
independien te de m i en el . nus mo _grado qi~e yo ~oy depen -
srn llega r a ser angustiosa mente artificial debid o a esfuer-
dienLe de Eso". Esta sen sa ción persiste lo mismo si es cau sa-
zos ang-ustiosos para "repr esentar" con ese esti lo especia l
da por un trágico conflicto interior, c~rno en el _caso de los que toda verdadera tragedi~ ex.ige de él.
prin cipales conflictos de H arnlet , que si el golpe V1ene d e fu e-
Cualquiera que sea la Presencia sobrehumana que el
ra y es debido al desti no, cua l s u cede con El Rey Lear. . . actor siente en una determinada circunstancia debe ser dejn-
· Dicho en pocas palabra s, u na person!l ~uede sufnr in-
dn a su imaginación libr e y creadora. P uede ser un genio
ten sam ente, pero la int.en si dad de ese sufrimiento a solas, es
bue no o ma lvado, veng a tivo y h or rendo o h e r oico y herm oso;
drn ma y no trag,·dia. La persona puede sentir tambié n esa
puede ser t ra idor, peligroso, acosador , deprime nte o confor-
146
147
tante. Todo e ll o depende de la obra y del pe r·sonaje En algu -
n as obras esas Presencias incluso son tan¡,ribles gnv 1as a cualidad exigida por el personaje Pero sea la que fuere la
los propios autores, como sucede con las Fu rias en las trage - cualidad sobresali ente que se escoja para el personaje de la
dias griegas, las brujas de Macbeth, el fantasma del padre comedia, debe r epresentarse con la mayor ve racidad inte-
de Hamlet, Mefistófeles en Fausto, y así por ese orden P('ro rior y sin hacer siq uiera el men or intento para resultar "gra-
bien se h allen indicadas por el a utor o no, el actor han)_ bie n cioso" con objeto de lograr grandes carcajadas. Cuando el
creándolas él m ismo con objeto de atemperar su maq,u llaJe humor es sincero, humor de buen gusto, sólo puede conseguir-
psicológico a esa clave que le pondrá en con diciones de se cuando no juega en ello el menor esfuerzo, mediante ra-
representar papeles trágicos. Simplemente t rátese de lleva_r diacion es fuertes y lo más tranquilamente posible. La tran-
a cabo ese experimento y se comprobará cuan pronto _se habi- quilidad y las radiaciones, por tanto, son dos importantes
túa w1 0 a la sensación de tal Presencia . Al cabo de bien poco condiciones para el actor que desea desarrollar una técnica
tiempo ni siquiera habrá necesidad de pensar en ella. {!no especial en la representación de la comedia
solam ente se sentirá capaz de representar papeles tnigic os La tranquilidad se ha discutido ya p lenamente en nues-
con entera libertad y sentido real. Repre sen ten u stedes librt- - t ro primer capítulo, pero en lo concerniente a la radiación
mente con la Presencia que ustedes mismos h aya n inventa- quiero agregar que con objeto de adentrarse en la adecuada
do· dejen que les siga o les anteceda, dejénla caminar junto disposición de án imo que requiere la comedia, lo mejor es
a ~stedes y hasta volar por encima de su ca beza, de arnerdo tratar de irradiar en todas direcciones, llenando más y más
con la misión que deseen llevar a cabo. espacio a nuestro alrededor (todo el escenario e incluso la sa-
la del teatro) con irradiaciones de felicidad y alegría, ¡igual
que lo hace un niñ o en fo rma totalm ente natural cuando
Pero la cuestión es completamente diferente cuando se espera o disfruta de algún acontecimiento dichoso! Incluso
, ,8 a r epresentar un personaje en un simple d ra ma. Fn e st~ antes de penetrar en el escenari o deberán principiarse estas
caso Wl O debe conservarse absolutament e . dentro de los 11- irradiaciones. Cu ando un o se encu entra ya en escena pudie-
miLes de su ego humano. N o se n_ecesita 1mag1n nr ri !i q.':1,·,;: ra ser dema siado tarde debido a que el esfuerzo entonces pue-
clase de uDoble-conductor" o apanc1611 . Todos no~ti · ~ 11 , ,-
de di straer nuestra aLenci ón a lejáll dola de la represen-
hallamos más o menos fam il iarizados con Psta cl ns<: il:' :-ic- tación del pa pel H agan su e11 t 1nd;i t11 t-scen a con esa aura
: ! t tw c ión . Sn bemos perfectamente bie n qu e d u 1a1 ,t, · · .,¡, ··
ampliamente extendida por tud u ~u ft¡,ru ra . Si sus compañe-
tit-mpo q u e ha durado la preparación ~el p er son nJe, .Y 1 •·r11 1.".: r os le ay udasen haciend o lo prop io. uido ell o se encontrará
necido ren l dentro de las circunstancias s e, 1 a l_a du s, ' -1 l'"~ t • 0 ensebruida envuelto en una atmósfera de co media fuerte y
labor de actores para este tipo de obra se ha cumplido acusada que, com binada con lo trnn quili dad y un ritmo rápi-
La comedia , por su parte, plantea al actor AIRUn a s do, a vivará el legíti mo sen tido del humor que haya en usted
condi ciones definidas. En ésta, como en el drama, st- \'Ul'"h e así como el de su público. De esa manera podrá usted dar to-
a ser un o mismo nl representar al personaje, per o con un ras - da su importancia a las situac iories ró mi cas previstas por el
autor, v todo el efecto de su corn t,dia serA perfecto.
go psicológico predominant e según lo requiera el pers~1111_1e
Ese ra sgo puede ser bra vucón para un tipo c_omo Fal !-tatT, u de Véase pues que un ritm o ráp ido ef'. toda vía WJa condi-
:' l una es tupidez extrema en el caso d e Sir Andrew Ague- ción más quP la comedia requi ere, _v aqui, de nuevo, es nece-
sario dilucidar este pun to. El ritmo rápid o, si es rápido
Cheek, o el ra sgo de arrogancia y altaner ía para un pn$ona-
durante todo el ti empo, se hac e inevitnble m ent.e monótono.
je rom o Malvolio o la falsa piedad de un Tartufo. Pu 1·<le se r
de una mente semidespejada, de cobardía, de reserva , clr tn -
La atención del esp ectador se embota por su causa , y al cabo
de un rato comi enza a tener la impresión de que el ritmo de
nura, una alegría o tristeza indeseables o cua lquier n ot ra
la representación se va h aci en do más y más lento, con el re-
148 149
sultado de que el espectador involuntariamente pierde su in- N_o se pierda tampoco de vista la importante diferen cia
terés en los actores y atiende tan sólo al diálogo. Con objeto que ~x1ste entre un com~dia~te y un bufo. En tanto que el per-
de evitar este desagradable efecto, esta disminución del sig- sonaJe de una comedia siempre reacciona naturalmente
nificado del actor en el escenario , el que actúa tiene que dis- po_r deci rl o así, ~i n imporf:ar lo peculiares que puedan ser eÍ
minuir inesperadamente el ritmo , aun cuando sólo sea en mism o personaJe y la situación , se mue stra atemorizad o
una línea de su parlamento o en un m ovimiento, o mediante fJ:'ente _? las c~sas que son espantosas , se indigna cuando la
la introducción ocasional de una pausa breve, pero expresi- s1 t l1:~c1 on reqwere_~sa emoción y obedece siempre a la rnoti-
va. Estos medios de romper la monotonía en una actuación a ~acwn. S us t ransiciones de un estado psicológico al otro se
ritmo rápido obrará instantáneamente sobre la atención de l Justifican en todo momento.
. ' público a semejanza de pequeños choques agradables. El . P ero en la psi~ología d~ u n bufo la cosa es totalmente
espectador, animado así, volve rá a estar en condiciones de diferente . Sus reacc ione s frente a las circun stancias son ab-
gozar del ritmo rápido de la representa ció n y, consiguiente- soluta mente inj ustificadas, "no naturales", e inesperadas:
mente, de apreciar m ejor el talento y la habilidad del actor. Puede_asustarse ante cosas que carecen de razón para provo-
car m:edo; es posible que se eche a llorar cuando se esperaba
Digamos ahora unas cuantas palabras del género bufo que nera, . º. puede despreciar un peligro en el cual parece.
o astracanada S~s tran~1 c10nes ?e un~ emoción a la otra no requieren
En cierto modo, lo bufo es similar a la tragedia y al pro- mnguna JU~t1fi~ac16n psicológica. La pena y la dicha, la
pio tiempo contrasta con ella. Un bufo realmente grande y ex~rema ag:itación y la calma completa, la risa y las lá-
de talento, igual que un trágico, nunca está solo mientras ac- gnm~s, una co~a puede seguir espontáneamente a la otra y
túa. Aquél también experimenta una especie de "posesión" carnb18:rlo todo sm que para ello haya razones visibles.
por ciertos seres fantásticos. Pero son de un tipo diferente. Si S~n ~mbargo, .ºº v~ya a pensarse que al bufo se le permi-
al "Doble-conductor" del trágico le hem os llamado ser sobre- te ser m smcero e interiormente falso. Todo lo contrario. Tie-
humano, consideremos al h umorísti co acompañante del bu- n_e qu~ creer en lo que siente y hace. Tiene que confiar en la
fo como un ser subhumano. Es a éste a quien da a cceso a su smcendad d; todas las "buenas personas" que trabajan den -
cuerpo penet rándose de su p sicología. Junto con sus especta- tro Y a tra ves de él, y h a de amar los juegos peculiares y las
. 1 dores disfruta de las apari encias extrañas, excéntricas y ca- extravagan cias de aquéllas, con todo su corazón.
¡ :11 prichosas de aquél. Les sirve de instrumento para regodjo L~ payasada, por extrema que sea, puede ser un comple-
¡ ' I' propio y de los demás. Puede haber un o o muchos de estos gno-
:i! men to 1i:1d1spensable al actor si desea perfeccionar todos los
mos, duendes, trasgos, hadas, enan ill os, ninfas u otras "bue- demás tipos de actuación. Cuanto más lo practique, más va-
nas personas" de la m isma especie que se apode ren del bufo lor t end rá usted como actor. Su confianza en sí mismo au-
¡ y nos hagan sentir que aquél no es un se r h umano por en te-
ro. Pero el caso es que todos aquéllos habrán de ser simpáti-
men tará co n ello y una se nsación nueva y grata irá lenta-
~en te su rgien do dentro de usted. "¡Oh , qué fácil es", dirá
1
cos, agradables, amorosos, div ertidos (e ¡incluso risi b les!), repres~n tar el drama y la co media después de los ejercicios
1 1
de otro modo la bufonada puede hasta resultar repul si va . De- Y experim entos co11 el género bufo!". Asimismo, el llamad o
1'
., ! berán di sfruta r de un de rech o tem poral a u tiliz ar el cuerpo Sentid.o d e la Verdn.d que usted posee cuando se halla en esce-
humano del bufo y también de su psicologrn para llevar a ca- na, se desarrollan=i eno rm emente. Si usted aprende a ser sin-
l bo todo s sus trucos y jugarretas. Ustedes hallarán un mate-
rial incalculablemente r ico para crea r esas "buenas pe r so-
ce:o Y realisl8 (di sti ngui én dol o de lo natural en ese caso)
1'.J lentras representa a lguna bufonada, no tardará en adver-
l1
1
nas" en la literatura referente a la s histori etas populares.
Hará que la imaginación se reavive.
tir cuándo sus actuacio nes h an incurrido ocasionalmente
en pecado con t ra ese Sen tido de la Verdad . El género bufo en-

¡ 150 151
¡
L
señará a usted a creer en todo lo que quiera. Lo bufo hará des -
pertar dentro de usted ese eterno Niño que todo gran artista COMO POSESIONARSE DEL PAPEL
lleva dentro y que constituye su confianza y mayor senci-
Despuée de todos nuestros estu dios solamente
llez.
adquirimos aquél que ponemos en práctica .
Estos cuatro elementos dominantes en la escala de los GOETHE
diferentes tipos de actuaciones son lo suficientemente fuer-
tes para hacer vibrar las cuerdas de su alma creadora que de
otro modo habrían permanecido mudas . Si en sus momentos
de ocio los ejercita todos ellos, tratando de experimentar las Este punto ha sido durante mucho tiempo objeto de consi-
diferencía.s en los modos de ser y formas de expresarse y mo- derable controversia en nuestra profesión , particulannen te
verse que ellos inspirarán en usted, se asombrará de lo ili- entre los actores más conscientes. Parece ser de incumben-
m itadas que pueden ser sus habilidades artísticas, y del cia e~pecial para el actor que prefiere posesionarse de su pa-
gran uso que puede hacer, incluso inconscientemente, de es- pel sistemáticamente con objeto de ahorrar tiempo y esfuerzo
tas nuevas capacidades de su talento. en alcanzar ese feliz momento de llegar al verdadero cora-
Escoja, para sus ejercicios, pequeñas fracciones de esce- zón del per sonaje que ha de representar. Pero todos nosotros
nas de los tres tipos de obras antes mencionados, y también sabemos muy bien que es principalmente en el período ini-
algunas payasadas que haya visto o prefiera inventar. Re- cial de nuestro trabajo cuando más frecuentemente padece-
preséntelas varias veces, una tras otra, sin dejar siempre de mos a causa de la incertidumbre y los tropiezos.
comparar sus experiencias con cada tipo. A continuación se- . Basándose en cuanto ya hemos discutido, podemos
leccione o invente alguna pequeña escena indeterminada y decir que hay diferentes maneras de posesionar se del papel.
represéntela alternadamente como tragedia, drama, come- Una de ellas es mediante el empleo de la imaginación , y ,
dia y dándole un toque de bufonada, ateniéndose a los me- por un momento, supongamos que es ésta la que usted ha esco-
dios técnicos anterionnente sugeridos. Serán muchas las gido
nuevas puertas de la s emociones humanas que se abrirán De acuerdo con tal suposición, tan pronto com o uste d
ante usted, y su técn ica de la representación adquirirá una haya recibido su papel, comience a leer toda la obra varia s
variedad mayor. veces hasta haberse fam iliarizado con toda ella.
. !'cto seguido concéntrese únicamente en su pe rsonaje,
Resumen: 1magmándolo al principio en una escena a continuaci ón de
La tragedia se hace más fácil de representar al imagi- la otra. Enseguida profundice sobre los momentos (situacio-
nar la Presencia de algún ser sobrehumano. nes, moyjmientos, párrafos) que más atraigan su a t-en ción .
El drama necesita una actitud puramente humana y Continúe haciendo esto hasta. "ver" la yjda interior del
una verdad artística en determinadas circunstancias. personaje de igual modo que su figura exterior. Aguarde has-
La comedia requiere del actor cuatro condiciones prin- ta que desp ierte los propios sentimientos de usted.
cipales: Despl egar un rasgo psicológico predominante del Trate de "oir" hablar al personaje.
personaje, sentido de la tranquilidad, fuertes irr adiacion es Bien puede ser que vea usted a su personaJe ta I co mo el
de cualidades alegres y felices y ritmo rápido al que se entre- autor lo ha descrito, o quizás se vea usted a s( mismo repre-
mezclen momentos de len titud. se ntán do lo ya maquillado y disfrazado. Ambas m an eras
La bufonada atrae la Presencia de seres subhumanos son correctas.
alegres y humorísti cos. Emp iece a trabajar de acuerdo con su personaje, ha ci én -

152 153
¡;
dol e preguntas y obten iendo sus res pu~stas "visibles" .. For- Puede también dar comienzo a su trabajo basándose er
mule aquéllas en cualquier momento, sin parar aten ción . a las atrrwsferas o medios ambientes.
la continuidad de las escenas señaladas en la obra, meJO· Imagine a su personaje reali zando movimientos o di
rando de este modo su actuación aq uí y perfeccio n á n dola
cien do los parl amenlos dentro de las diferentes atm ósfera i
allá a medida que va conociendo más y más al pe rsonaJe . . . da das o indicad as en la obra. Enseguida cree una de estas at
Vaya in.corporándosel.o poquito a poco, con movimien-
mósfe ras a lr ededo r de usted mismo (confo rm e a lo indicadc
tos y expresiones. . . e~ el Ejercicio 14) y comience a representa r bajo su infl uen -
Prosiga este trabajo incluso cuando hayan dado pri nci-
cia. Vea que todos sus mov imientos, el timbre de su voz y loE
pio los verdaderos ensayos de la obra. Llévese a casa todas
parlamen tos se halle n en completa a rmon ía con la atmósfe-
las impresiones recogidas por usted durante los er:sayos en
ra escogida por usted ; repita asimi smo este ejercicio con las
el escenario: Su propia actuación, la de sus co mp.a neros , la s otras atmósfera s.
sugerencias que le haya dado el diTec~r, coloca~1ones a pro-
Stanisla vski acostu mbra decir que es un a buena cosa
ximadas, etc. Incluya todo esto en su imag,nacíó~ , Y luego que el actor "se ena more" de su personaj e antes de comenzar
nuevam ente, volviendo e su propia actu.ac16n, h agase es;'! a estudia rl o. Según mi opinión, en m uchos casos quería de-
pregunta: "¿Cómo puedo mejorar este o_ aqu_el r:1 omen to. cir "enamorarse" mas bien de las atm ósferas que envuel-
Respóndala mejorándola primero en su 1magmac1ón "f, en- ven al personaje. Muchas de las obras del Teatro de Arte de
seguida, llevándole a la práctica (sin dejar de trabaJar en Moscú fueron concebidas e interpre tadas en atmósferas me-
su casa entre uno y otro ensayos). diante las cuales los directores y los a ctores "se enamora-
Usando su imaginación de este modo, observará que le ron" de los personajes individualmen te asf como de la obra
facilita mucho su trabajo. Advertirá asimismo que muchas en conjunto. (Las obras de Chejov, Ibsen, Gorki y Maeter-
de las inhibiciones que embarazaban su labor hasta ah or a, linck, fértiles en atmósfera s, siempr e proporcionaron a los
van desapareciendo. Nuestras imágenes ~ hall an libre~ de m iembros de aquel Teatro de Arte moscovita las necesarias
toda inhibición porque son el producto directo Y espont.án:o opo rtunidades para prodigar sus afectos).
de nuest ra individualidad creadora. Todo_ lo que en mnrana Sucede a menudo que los compositores, poeta s, escrito-
el trabajo del actor procede de un algo sm desar roll a r o de res y pintores comienzan a disfrutar la atmósfera de su s cre-
las peculi a ridades psicológicas person ales toles ro ~ o la pro- aciones futuras mu ch o antes de empezar a trabajar en ellas.
pia con ciencia, la fal ta de confia1'. za y el tem or ae causa_r Stan islavski se hallaba co n\'en c1 do de que si el director o el
!' una impresió n equivocada (espec ia lm ente durnnte el pri-
... ' mer ensayo). Ninguno de est..os ele mentos perturoadores es
acto r, por alguna razón, no atrav iesan un período de tal in fa-
tuación, puede encontr ar muchas dificultades poste ri ormen -
1 • ' conocido de n uestra indivi dua lida d creadora : puPs se halla te con W1a obra o un pnpel Indudab le mente esta devoción, es-
tan libre de 1a limitación psicol ógi ca personal co mo nues - te amor, pu ede se r llamado el "sexto sentido" que le faculta a
tras imágenes lo están de los cuerpos mal.eri ales. un o pa ra ve r y se n tir cosas que a los demás perma n ecen os-
La intuición artística de u sted le dirá ruando t~ste tra- cu ras. (Los enamorad os siempre ven más las cualidades ad-
bajo con la imagina ción h a logra do su propósi t.o <le ayudarl e m irables que los indifnentes). Por lo tant..o , su poses ión del
a fij ar el personaje. Luego p uede deJarse a un lndo . No se papel a través de esas atmósferas le dará la gran posibiHdad
apoye en ella demasiado tiempo, o con exc~so, como s, fuera de descubrir en el personaje muchos rasgos inte resantes y
el único a poyo con que cuen t a para poses1?narse d el_ papel. de importancia y algun os finos matices que de otra man era
Puede usted utilizar más de un proced1m1ent.o simultá- pudieran fácilmente e;;r:1par a la atención de usted.
neamente.

154
155
También será para usted un buen comienzo si aplica lo como esos sentimientos hayan surgido dentro de usted, entré-
que denominamos la sensación de los sentimientos (se ñala- guese a ellos por compl eto. Le conducirán al buen desempe-
da en el Capítulo 4 ). Trate de definir la cualidad o cualida- ño de su papel. Las notas que tome mientras esté tratando de
de1 más características del papel que le ha tocado desempe- e~con trar las verdaderas sensaciones, le servirán de me-
1\ar. Puede encontrarse, por ejemplo, con que las cualidades dios con los cuales refrescar sus sentimientos si es que por
generales del carácter de Falstaff son el agravio y la c?bar- alguna razón , llega ran a entorpecerse o incluso a desa~are-
día ; o que Don Quijote puede p oseer la cualidad de la quietud cer por entero.
junto a las del romanti cismo y el valo r. Puede ver que Lady
Macbeth es poseedora de una voluntad fuerte y tenebrosa;, . Otro pr~cedi ~iento. para posesionarse del papel es me -
d1an ~ la Gesticulac ión Psicológica (GP).
que Hamlet quizás le parezca un personaje cuyas cualida-
de1 principales y pred ominantes pueden ser definidas como
_r~te de halla r !a GP correcta para el personaje. Si n o
logra ex1to en hallar inmediatamente toda la GP pa 1
pen etrantes, observadoras y med itativas. J uana de Arco, pe] qu J f · d . . ra e pa-
~ e ue asigna o, puede mvert1 r el procedimiento y em -
po1iblemente, se ofrezca ante los ojos de su mente, cutll una
persona impregnada por cua lidades de trnnquilida<l inte- jzar de nuevo buscando las GP menores, mediante las cus-
es a.cu irá lentamente la mayor.
rior, candor y sinceridad extr ema. Cada personaje tiene sus
. . Com ience a representar, realizando los movim ·
cualidades penetrables y defin ibles. f 1c1endo _sus parlamentos sobre la base en que haya ~ento11dy
Habiendo hallado la cualidad general del personaje a GP. Si a l lle var la a la práctica, descubre usted poya o
por entero, y habiéndola experimentado como una sensació.n del .todo corree.ta, puede mejorarla de acuerdo con s~e e~~ es
de sentimiento deseable, trate de desempeñar su papel bajo s~ mterpretac16n del personaje. La fuerza ti po cuaÍfdad y
la influencia de aquélla . Hágalo primero imaginativamen- ritmo de la GP deberán ser manejados lib~e y ~añ osa mér{~
te, si quiere, y después comien ce a ensayar lo en realidad (en te, Y alterados tantas veces como lo estime usted c ·
su hogar o en el eecenario). te Las · d onvenien -
. . sug'; renc1 a~ e su director durante los ensayos los
Al hacerlo así puede en con trarse con que las sensacio-
neg que usted empli;a. pera despertar sus legítimos senti-
camb~os 9e 1mp res10nes con sus compañeros de escena los y
camb1 ~s que el autor introduzca en la obra, pueden servir le
mientos, no son del todo correctas. De ser así, no vacile en de estim u lan tes en la alteración de su GP Mante
cambiarlas una y otra ve z ha sta hallarse enteramente satis - ciertl\ íl exibilidad hasta hallarse totalmente satuf,ngha pues
fecho. ella. ec o con
Despu és d e haber escogido detenn i na das sensaciones Uti lice la GP todo el tiempo que dure su papel, igual du-
generales para su per sonaje, t ome n otas al margen del papel ran te los en sayos que mientras esté representándolo. Ejercf-
que ha de estudiar. Como re sultado de este procedimiento ob- te la antes de cada saüda a escena.
t endrá usted ciertas sensacion es o trozos en los cuales puede
ser dividido su papel. No haga de m asiad a s secciones pues . ~)efi na el rit1:10 general dentro del cual vive su persona -
de ese modo podría sucederle que llega ra a confundirse. Je, asi romo los ntmos particu lares de las diferentes escenas
Cuanto menor sea el número de tules secciones suá sufi- Y momentos, Y practique de nuevo su GP, de acuerdo con es -
ciente para un papel de ténnin o medio en la escena o en el to.s d1ferem~:,; ritmos.
~ . cinematógrafo . Ensaye nuevamente su p ersonaje y aténga -
j se fielmente a las notas (JUl' haya lomud o. Ob~ervf' tam bi én su pape l con vistas a conj ugnr los rit-
Recordará que las cualidades y las se nsac ione s, tal co- mos in1rrior y rxterwr . Aproveche toda oportun idad que se le
í¡ presente para com binar ambos ritmos contrasta n tes (veánse
mo se indicó en el Ca pitulo 4 , n o so n sin o los medi os de des-
i¡ pertar sus sentimientos artísticos. Por Jo tanto, tan pronto las u l 1mas pági nns de l Cn pítulo 5).

156 157
Mientras se sirva de la GP como medio para posesionar- presa su personaje en conj unto, precisará solamente de una
se de su papel, aplíquela también con objeto de averiguar las leve alteración p~ra incorpo~ar ~u actitud general respecto a
diferentes actitudes que tiene su personaje para con los l_o s. otros pers~naJes. ~ ªP_hcación de la GP proporciona la
otros. El pensar que un personaje continúa siendo el mismo um~a oportunidad de 1lummar su papel con varios colores,
siempre que se enfrenta a los demás de la obra, es una grave denvándose de ello que su actuación sea de tonos más ricos
equivocación en la que incurren incluso los ~ctores d~ má~ y de mayor fascinación para el público.
relieve y experiencia. Ello no es así, en la V1da escémca m
en la diaria. Conforme usted puede haber observado, sólo los
. Puede dar prin_cipío a su labor construyendo el persona.-
personajes muy rígidos, inflexibles o extremadamente afec- Je y la caractertzación que le cuadre (conforme se ha des-
tados pennanecen invariablemente siendo "los mismos" al ~rito _en ~I Capítulo 6), empezando ese "juego" con el cuerpo
haJlarse frente a los demás. Representar esos caracteres en
1magma~o y el centro, buscando los rasgos característicos
el escenario resulta monótono, irreal y guarda cierta seme-
~ue :ºn':enen a su papel. Al inicio puede utilizar el cuerpo
janza con los muñecos del guiñol. Obsérvese a sí mismo Y 11!1agmano y el centro separadamente, y más tarde com-
verá cuán diferentemente y de modo instintivo empieza a h a- binarlos.
blar, moverse, pensar y sentir cuando se encuentra con va- Con objeto de adoptar y adquirir una gran maestria so-
rias personas, inclusive aunque el cambio que los ot:os pro- bre ellos, se sugiere qu_e t:ome usted la obra y escriba en papel
ducen en usted sea sólo pequeño o apenas perceptible. E s aparte todos los. moVIm1entos de su personaje, incluyendo
siempre usted plus algún otro. l~s entradas, sahdas y cualquier otro sin importar lo insig-
En escena esto se hace más acentuado todavía. Haml et mfi~ante que pueda parecerle. A continuación, uno por uno,
plus el Rey Claudio y Hamlet plus Ofelia son dos Hamlets comience a poner en práctica todas estas cosas, grandes y
diferentes, o más bien dos aspectos ruferentes de Hamlet; no p~qu~ñas , procurando dar sati sfa cción a todas aque1las a s-
pierde nada de su integridad al mostrar diversas fa cetas de p1rac1ones que su cuerpo o centr oimaginario , o ambos simu l-
su ri ca natu ra leza . Y a m enos de que sea ir.tención del autor tá neamente, puedan darle. N o exagere , no con ceda dema-
presentar un pe rsonaje monótono y altivo, deberá . usted siada importancia a su iníluen cia, o bien sus movimientos
hacer todos los esfuerzos posibles por encontrar las diferen- t~ndrán mucho de artificial. E l centro y e l cu erpo imagina-
cias que los r estnn tes personajes producen en el que usted es- no son en sí lo bastante poderosos para tran sformar su psico-
tá repres en tan do. En este aspecto la GP será de una ayuda logía y su modo de actuar sin que precisen ser "ayudados"
inconm en surable. con esfuerzo de ninguna clase. Si su caracterización desea
Prosiga adelante con su papel y trate de definir qu é ardientemente una expresión bella y delicada, deje que su
sentimi en t-0s ge neral es (o sensaciones de sentimientos) buen gusto y sentimiento de la realidad sean sus guias en es-
despiertan en usted los otros personajes. ¿Le hacen sentirse te placentero juego" con el cuerpo y el centro imaginarios.
efusivo in dife rente, frío, receloso, confiado, entusiasta, pen- Al cabo de cierto tiempo agregue al m ovim ie nto a lgu-
d enci e;o tím id o cobarde, reticente? O ¿cuáJ es son los de - n_o~ parlamentos relacionados con él; sólo un os pocos a l prin-
seos qu~ engendran de n tro de su per sonaje? ¿Le apremi an cipio, luego más y más hasta haber ensayado el texto íntegro
para que se exce da en sus fuerzas , se someta, se vengu e, de su papel de esta manera. No tardará en s aber cual es la
a tnuga, seduzca, h aga amistades, ofenda, ruegue, a te mori - clase de expresión que su pe rsonaje se inclina a adop t ar:
ce, cuide , proteste? Y n o pase por alto los casos, en el curso de Lenta, rápida, reposada, impulsiva , pensativa, ligera, pesa -
la obra , en que su personaje también cambia su actitud para da, efusiva, fría, apasionada, sarcás tica co nd escendiente
con la misma persona. amistosa, en voz alta, en voz baja, agresi;a, suave, por cita;
Con fre cuencia observará que la GP principal que ex- sólo unas cuantas. Todos esos matice.t; de la expres ión se le
158 159

1.

..
revelarán por sí a usted a través de los mi smos med ios del . . Posteriormente, el mismo Stanislavski dijo que el ob-
cuerpo y cen tro imaginarios si se atien ~ fielmente a ~us su~ Jebvo es aquello que el personaje (no el actor} anhela, quie-
ger encias sin apre sura_r el r~sul~do. Disfrute de ese Juego re, desea; 1o que es su finalidad , su meta. Los objetivos se
en vez de ejecutarlo con 1mpac1enc1a suceden un o al otro (o pueden también extenderse).
No sólo su modo de representar y su expresión se hará.n Todos los objetivos del personaje van a dar a un objeti-
má s y más cara cterí sticos, sino que. in cluso su m.aqu1llaJe vo que los domina, fonnando un "canal lógico y coherente".
llegará usted a verl.o claramente gracias a esta sencilla pose- A_. este objeti vo principal le llama Stanislavski el su.perobje-
sió n del pa pel.El personaj e en toda su ampl1 t~d se le ha.r á a two del personaJe. Ello significa que todos los objetivos
usted visible igual que un panorama en el tie"1:Pº mtnin:z.o. menores, cualquiera que sea su número deben servir a un
Pero no ceje en el "juego" hasta que e~ personaJe haya sido propósit;<>, redondear su superobjetivo (el' deseo principal) del
tan absorbido por usted que ya no precise pensar más en su personaJe.
cuerpo y centro imaginarios. . Algo más adelante, Stanislavski agregaba: "En un a
Desde el principio de su trabajo sobre el personaJe que obra todo el canal de los objetivos individuales menores
va a representar, puede u sted tamb ién utilizar algunas de (así como los supe_robjetivos del personaje) deben' convergir
aquellas Leyes de la Composición que fueron dewl ladas e? para dar cumplimiento al superobjetivo de la obra entera
el Capítulo 8. Otros comentarios a este pr?~ósito sólo compli - que es el leitmotiv de la producción literaria del autor el pen~
carían el punto, como los ejemplos y . a ná hs1.s de los perso:1a- samiento-guia que inspiró su obra". '
jes de El Rey Lear son ampliamente 1lustrabvos de su aplica- Con obje~ de da:le un nombre al objetivo, de fijarlo en
ción llegado este punto. . palabras, Stamslavsk1 sugirió la siguiente fórmula: "Quie-
Esta es la ocasión de r ecomendar con todo interé s a la ro o deseo hacer esto y esto ... " y enseguida viene el verbo que
atención de usted los principios de las suge:rencia~ de St.a- expresa el deseo, )a finalidad, la meta del personaje. Quie-
nislavski para posesionarse del papel. Stanislavski .los lla- ro persuadir, quiero desentenderme de, quiero comprender,
maba Unidades y Objetivos, y. podrá h~lla rlos ampharnen~ quiero dominar, y así por ese orden. Jamás use los senti-
descritos en su libro El trabaJo del actor . sobre su popd : rruentos y las em ociones ruando trate de definir sus obje-
E sas Unidades y Objetivos son quizá sus in ventos mns bn- ti vos, di cie n do cosas co mo quiero amar o deseo sentirme tris-
lJant.es y cunndo son interpretados adecuada mente y usados te , porque los senti mien tos y las emociones no pueden ser
de ma~~ra correcta, pueden ll evar al act..o r in mediata mente hechos. O ama usted o se siente triste, o ninguna de las dos
a l verdadero corazón de la obra y del pape l. reve lánd ose su cosasl . El verdadero objetivo (el de su carácter) está basado
base y facilitándole un terreno firm e ~obre 1·l cun l p oder r e- sobre su voluntad . Los sen timjent.os v las emociones natu-
pr esentar su personaje con toda confianza. . ralmente , acompañan a los objetivos de usted, pero eIÍos por
Stanislvsk i dijo, en esencia, qu e co n ol>Jet.o de estu.diar sí mismos no pueden trocarse en un objetivo. De ahí que ha-
la estructura de la obra y del papel es necesa rio d1vidJTlos yamos de t ratar con cierto número de objetivos más peque-
en unidade s (trozos o secciones). Aconsejaba emp ezar con ños así como de los superobjetivos de cada parte individual
! grandes unidades al princip io, sin entrar en d~LD. ll e s, Y por un lad o, y con el supcrobjetivo de In obra entera por el
' subd ividir las grandes unidade s en ot ras m edlan a s Y otro.
pequeñas ún icamente en caso de parecerle a uno demasiado
generales.
1
.¡ • El trabojo del actor 80bre !IU papel, fue editado por E dito rial Quetz:e..l, 1 El modo de desp€rt.ar los sentimieotDE\ y las emociones de usted ha
1, (Üb rM Co mpletas), 6 U>mos - Bs . Al'i. 1977. quedndo indicado y a e n otros cnp1tu los unt.erioree de este libro.

160 161
Veamos ahora cómo los antedichos conceptos de Stanis-
lavski se completan m ejor con lo que ya hemos discutido en nevsky, muere encerrado y olvidado en la casa desierta
(cual muestra simbólica de la victoria de Lopachin).
este libro.
Para el proceso de dividir la parte o papel (así como la En El Inspector General, el Alcalde se dispone a la bata-
obra entera) en unidades, se sugieren los principios señala- lla con el Inspector, dando instrucciones detalladas a }os
funcionarios. Esta es la Primera Unidad en cuanto al perso-
dos en el Capítulo 8. Comience por dividir primero la parte o
naje del Alcalde. La Segunda Unidad: Llega el falso Inspec-
la obra en tres grandes unjdades o secciones; a continua-
ción, si es preciso, haga cierto número de subdivisiones. tor, com ienza la batalla. La trama urdida larga, paciente y
En la obra de Arthur Miller titulada, La Muerte de un cuidadosamente por el Alcalde resulta un éxito. El peligro
Vuuante, la Primero Unidad para . el personaje cent_r~l po-
ha pa sado, se ha logrado la victoria. La Tercera Unidad :
dría limitarse de esta mane ra: W1lly Loman, el VtaJante , Viene el descubrimiento de la fatal equivocación. La llega-
está cansado, cargado de años, defraudado, contrariado por da del verdadero Inspector. El Alcalde, los funcionarios y
los negocios y por los asun tos de fami lia. Trata de hacer in- las m ujer es son derrot.ados, humillados y aniquilados.
ventario de lo que ha sido w vi da la rga e infructuosa. Se Habiendo h a llado de esta man era sus tres unidades
pierde en las reminiscen cia s. Pero todavía no qu.iere aban- prin cipales , ya puede usted proceder al establecimiento de
donar la lucha contra su destin o. Acumula fuerzas para un las subdivi siones de aquéllas, siguiendo siempre el desarro-
nuevo combate. La Segunda Unidad : Da principio la última llo de la batalla que tiene lugar en la obra. Considérese toda
bat.alla. Es un kaleidoscopio de esperanzas, contrariedades, nueva fase significativa de esa batalla como una unidad
pequeñas escaramuzas, ligera s derrotas, recuerdos del pasa- más pequeña. (Pero sin dejar de tener siempre presente la
do alegres los unos y dolorosos los demás. Pero e} resultado advertencia de Stanislavski: "Cuando mayores y menos di-
visiones hay a, menor será el esfuerzo de usted y más fácil le
de esta batalla se limita a una mayor consternación y a la r esultará desempeñar todo el papel").
destrucción final de toda esperanza. La Tercera Unidad :
Willy termina la batalla . Ya no dispone de más fuerzas, ni
Basta ya en cuanto a las unidades. Tratemos ahora de
los objeti vos.
de sentido de la realidad, ni ideas. Rápidamente se encami-
na al término fatal.
La Primera Unidad para Lopachin, uno de los perso-
Mis comentarios a este respecto se refieren principa}-
najes principales en E l Jard(n de los Cerezosl, puede ser
ést.a: Lopachin, a pesa r de su carácter rudo, cu idadosa y has- men te a los medios y al afán de hallar estos objetivos. El
mismo Stanislavski, cuando hablaba acerca de las dificulta-
ta gentilmente inicia su luch a con los Ran evsky; len ta y
gradualmente, aunque r efr enán dose todavía , va haciéndose des para en contrar los superobjetivos de los personajes, a d-
más agresivo cada vez. La Seg unda Unido.d : Lopachin ases- mit ía que se precisa una labor larga y concienzuda porque,
ta su golpe decisivo, compr a El J ardín de los Cer ezos. Está aseguraba , in curre uno en muchos errores y ha de descartar
muchos superobjetivos errón eos antes de estar en condicio-
victorioso, triunfan te , pero in a ctuar todavía contra los Ra-
nes de poder descubrir el verdadero.
nevsky. La Tercera Unidad : Lopachin comienza a obrar de
lleno sin r estricciones. Los cer ezos van cayendo bajo lo5 SLanislavski afia día que sucede con frecu encia el he-
golp~s del hach a. Los Ran evsky son obli gados a empaqu etar cho de que h asta desp ués de varias representaciones, cuando
s us cosas y abandona r la finca . El viejo F irs, anci an o y fi el se aprecia la reacción del público, no es posible determinar
el ver dadero supe robjetivo. Por esta afirmación de Stan is-
criado. que casi es un mi embro más de la fa milia de los Ra-
lavs ki podemos ded ucir que el a ctor n ecesita con frecuencia
1 El Js.rdin de )Ofl Cerewe, de Antón Chejov, fu ,, editada (Obras sen t ir se satisfecho al ten er a lgunos objetivos menores del
E&rogidas) por Editorial Quetu.l. fü . N. . 1960. personaje si n saber siquiera adónde le van a conducir.
162
163
Pero mi opinión personal es que Tesulta de la mayoT im- ~ó a los compradores. Sin salir siqwera de aquella habita-
portancia para un actor saber de antemano o tener _algunos ción, con sus cuarenta y ocho ai,os de edad, se ganaba la vi-
previos conocimientos generale~ acerca de la finalidad _de da. Y cuando vi todo eso, me di cuenta de que el arte de ven-
los objetivos menores; es decir, comprender el propó.s1to der ~s la mejoT carrera que puede desear un hom bTe". Y si a
principal del person aje. En otras palabras, el actor . debiera este ideal_le añadimos que Willy pudo h aber tenido nn apara-
saber el superobjetiuo de todo su papel desde el mismo ro- to de radio, un pequeño jardincito y ser "mimado" le habría-
mienzo. De otro modo ¿cómo podría llevar todos los objetivos mos visto sentirse totalmente feliz. De ahí que el ;uperobjeti-
a "un canal 16gico y coherente" sin incurrir en muchos erro- vo para él pueda definirse del siguiente modo : "Quiero vivir
res? A mí me parece que esta dificultad podría resolveTse COmó ese viejo Daue Singleman". Está usted en libertad, por
con más facilidad si el actor lograse encontrar primero el su- supuesto, para buscar mejoTes superobjetivos y consid erar el
perobjetivo de su personaje. Después de muchos años de prue- pnmero como sola~ente una indicación de la dirección que
bas con esta teoría creo que éste es el camino más práctico y habr~ usted de segwr en su búsqueda por el superobjetivo que
la sugerencia que viene a continuación nace de esta convic- le satisfaga completamente.
ción preci!-amente. ~x~minemos ahora a Lopachín en cuanto r especta al su-
Es cosa sabida que todo personaje, más o menos signifi- perobJetivo. Desde la condición de siervo en la finca de los
cativo, sostiene una batalla durante toda la obra, poT hallar- Ranevsky, Lopachín consiguió eleva rse hasta convertirse
se en conflicto con algo o con a lguien. Puede ganar o perdeT en ~ "gen~lem~"· Ahora luce chaleco blanco y zapatos
esta batalla. En el caso de Willy Loman , lucha contra el in- amanllos. Tien e dinero, pero ansía más. A pesar de todo no
fortunado destino que 1e oprime, y pierde. Lopachin en El puede dominar su complejo de inferioridad cuan do se halla
Jard(n de los Cerezos lucha contra los Ranevsky, y triunfa. en presencia de los que fueron sus señores. Estos le ignoran;
El Alcalde en El Inspector General combate contra el fa n tas- Lopachín no se siente libre por entero, ni a gusto con ellos.
ma del Inspector que llega de Petersburgo, y experimenta Por fin llega su momento y la victoria es suya. Abate los ce-
una derrota. rezos, arrasa la viej a fi nca y empieza a hacer cu entas de sus
Pongamos a con sideración las siguientes preguntas: gran~es ~ngresos futuros . Su superobjetivo por lo tanto puede
= Qué s ucede con el personaje, qué hace o proyecta hacer cus- ser: . Quiero llegar a ser grande, sentirme seg u ro y "libren
~ués de conseguir la victoria? ¿Qué haría si ganase la bata- gracias al poder del dinero".
lla, qué podría hacer?... La respuesta a estas preguntas y Similarmente, echemos una mirada al Alcalde de El
otras similares (que con frecuencia se proyectan más allá 17:spector. General. Ha escapado felizmente al castigo y se
de la propia obra) pueden señalaT con m ayor p ropiedad el por- siente tn unfante sobre su falsa victoria. ¿Qué hace, qué es
qué está luchando el personaje durante la obra entera, o cual de él? Se convierte en un déspota brutal. Ha humillado a sus
era su superobjetivo. Por ejemplo, ¿qué pretendía y qué hubie- conciudadanos y pretende llevar su arrogancia y despotis-
ra hecho Willy, el Viajante, en el caso de salir triunfante so- mo hasta Petersburgo. Sus ilusiones son peligrosas y grose-
bre su destino? Con toda probabilidad, se habría convertido ras . Por tanto, el superobjetivo del Alcalde puede decirse que
en el tipo más banal de vendedoT, como la trama de la obra es: "Quiero dominar v pisotear a todos y a todo cuanto se ha-
hace suponer. Su ideal habría sido quizá semejante a la vi- lle a mi alcance". •
da de Dave Singlema.n en la misma obra, p ersonaje que a
los cuarenta y och o anos de edad sigue todavía pregonando
su mercancía con "redobles de tambor" por treinta y un Esta- Ahora, si quiere, puede usted tratar de hallar objetivos
dos: uy el viejo Dave subió a su cuarto, se puso sus zapati ll as ~enores para el person aje cuyo superobjebvo ya está descu-
de terciopelo verde, nunca lo olvidaré, tomó el teléfono y lla- bierto o cuando m en os indicado. Ya no vaci lará más, com o

164 165

'.
..
le hubiese ocurrido de haber comenzado por buscar pri mer o
del público difi ere con m uch o de la d e un act.or o dir ector, r
los objetivos m ás pequeñ os que están subordinado~ a aquél . incluso de la d el propio a utor. Res ulta a lgo más que una coin -
Per o de nuevo y una vez m ás, d ebo insis tir en q u e pos-
cidencia qu e frecue n te mente nos sorprendan las imprevi-
p onga u sted el trnbajo de busca:r los objet ivos m e n ~r es_. De~ sibles rea cciones del público fren te a un a obra n ueva . Nues-
al canz ar se a ú n otro punto de V1sta m ás e levado. 1 r ec1sa u s
t ras expectac1or.es, esperanzas y conjeturas su elen de-
t ed su bir más arriba tod avía, hasta la ve rd ade ra cima, des-
rrum barse con la respues ta de los espectadores la n och e del
d e la cual estará en condici on es de observar toda la obr~ estreno. ¿ Por r¡ué? Porq ue el público s ien te (ntegramente io
cual si fu era un extenso pan orama, con w d os s~s acontec~- obra con s u corazón y no con su cerebro; porqu e no puede con -
mi entos, unidades y superobjetivos de los person a3es. Esta ci- ducirsele extraviada men te según los puntos de vis ta perso-
ma es el superobjetivo de toda la obra.
na les . ?el a ctor , de\ director o de\ m1imo autor , -porQue su
'E.ste suµerob)ebvo o.e toda \a o'tlra -puede ~m._o ntrarse, ? rencc1on, la noche del estreno, es inmedia ta, libre de toda
a l menos preparar el camino para su descubn m 1ento, aph ·
tendencia y _ sin con d icion a r se a infl uencia s exteriores; p or-
cando el mismo método d e fo r mular preguntas. Pero en esta
que el públi co no an a liza, sino que experimenta ; porque ja
oca sión no hay que dirigirse a los pe r son ajes . Deb e in tei:o-
más pe nnanece indi1e1e111~ al valor ético de la obra (a un
garse directamente a l público. Claro e stá que n o _se. n ecesita,
ni debe buscarse, un público real, sin o que ese p u blico puede cuando _el a u tor trate de permanecer im parcial); porque nun-
ca s~ pierd e e n detalles o evasiva s, sino que intuitivamente
imaginarse y anticipar sus r ea ccion es fut'-:ras.
percibe y sabor ea toda la m édula de la obra. Todas estas po-
Las preguntas que el a ctor y el ~irector pueden formu- derosas respuestas del púb lico darán a usted una garantía d e
lar a sus imaginarios espectad ores, mientras and~ buscan-
mayor con fian za en cuanto a l pensamiento dir ector , a la
do el s uperobjetivo de la obra, son n u merosas y varia d as. De
pr incipa l idea de l a utor , o acer ca de lo que n osotros llama -
importancia primordial es pedirles que revelen el resultado
mos el superobjetivo de la obra entera, las cuales serán el re-
psicológico experimentado después de caer el ~ lón _finaL sultado psicol.ógico qu e brota del corazón, grande y sin p re-
De este modo, con la mentalidad med1tat1va, u sted pe- ju.icios, del público
netra hasta el corazón de los espectadores. U ~ted ~xamm a Vajtangov, e l famoso d irector ruso, fue interrogado en
sus risas y sus lágrimas, su indignacion y sati sfa cc1ón , s u s
Wla ocasión: "¿Por q u é todas la s ob ras que u s t ed dirige v er
ideal es conmovidos o confirmnrh•s, de hecho t.od o aq u ello
esµeciul los 111numeraLles detalles q ue usted prepara ' para
que se ll evará n con sigo a su hognr luego de la r e p r es en·
sus ~et.ores, _ll egan siPmp re aJ púbüco con éxito innegable?",
tación . T odo ello será su contestación u la pregu nl:8 d e u sted; le diJero11 La resµuesta de Vs jtangov, aproximadamente,
eso le d irá m ucho mejor que cualqui~r especulac1~n erudita
fue la siguien u:, "Pc1rque nunca dirijo sin dejar de pensar
el porqué el aut.or escribió su obra y en qué se inspiró su t ra - que hav uo pu bl:ru pr,:,se 11c11:in<lo mis ensayos. Anticipo su.s
baj o. En pocas pa labras, cual es el supt'robJetwo de la ob ra rnacciones y sigo sus "suge ren cia s"; a demás, trat.o de i magi-
enter a . n ar una clase de público idea l con objeto de e,"Í tar las tenta-
El curioso a ctor puede pensar por qué es neci:,san o con - ciones de la fa lw df:' gusto".
s u ltar al público im agi n a r io. ¿No sena más sencillo consul- Por ningu n co nre pt.o d eberá interpretarse Lodo cuanto
tar directamente a l a u t or, e stud iand o su obra con obJeto de acabo de dPcir cc,rno una in vitación a negnr la significación
descubrir cual fue la idea que le gui 6, cual fue su concepto e importancia. que 12 1 actor y el director den a la in terpreta-
d el superobjetillo? ¿No se logra na idéntico resultado? ción de l1:1 obrn , o de sometimien to fo rzado al p úbli co. Por e l
No ' ·no
1
seria lo mismo' Sin imporlar .
lo fi el mente
,
que contrario , se recomienda un a cooperación genuina y artísti-
un a ctor o director pueda leer unn obra, s1 e:°pre se na _su pr?· ca . Pero, a l haber consul tado el gran "corazón" del público
pia ínterpretación de lo que el autor escnb1ó. La psicologia imAginario, la in terpretación de la ob r a por actores y dir ecto-
lb6 167
res irá mejor ancauzada y más inspirada en la "voz~ del p_ú- pejo en la mente y en el "corazón" de los espectadores. (Re
blico . Este es un co-creador activo de la representación. Tie- cuérdese que andamos buscando el posible superobjetivo d,
ne que ser consultado antes de que resulte demasia~o _tarde, la obra).
y especialmente cuando se está buscando el superobJet1vo de . Se le_vanta el t~lón y aparece Willy el viajante. El pú
la obra. 1 1 ~hco sonne complacido. Su instinto teatral primero y primi
Al principio las experiencias de ese públi~o ima~_nario bvo se !1alla satisfecho: "Muy natural, muy ajustado a la vi
se presentarán ante su vista mental com o una 1mpres10n es- da r.eal _. Pero los muros son transparentes y se escucha )¡
pontánea, di luíd a y gen eral. Pero usted debe saca r de ella to- mus1q~lla de u~a ílaula. Los refl ectores lanzan sus rayoi
das las concluciones exactas y específicas, fonnul ar todos de aqw para alla. Gradualmente y casi sin advertirlo el es
los pensamientos potenciales y defin_ir todas las emo~io_nes. pectador se siente "arrullado" de modo algo diferente'. ve a
Una pequeña práctica de este experimen_to le conve rt1:a _e n través de los muros, :scuch_a la música interiormente, sigue
un adepto suy o y le afirmará en la creencia de que el publico 1~ luz que le lleva _mas allá de sus habituales conceptos del
imaginario n o le defraudará. tiempo Y_ del espacio. La magia del arte ha comenzado. La
Para un di scernimiento más hond o de cu;m to significa p~rcepc1on del espectador es ahora más profunda y ha cam-
el "corazón" del público, es necesario retomar una vez más b_iado. Observa al v1aJante, ve su descarrío e inquietudes,
a nuestros ejemplos de las obras teatrales. sigue su mente hecha un caos.
¿Cuántos viajantes recorren sin éxito el país entero, Sin embargo y en cierto modo no todo es enteramente
diariamente en todas las direcciones? ¿C uántos de ellos ve- "~atura!'.'; se. trata ahora de ese "algo" imperceptible que ori-
rá durante toda su vida cualquier ciudadano norteamerica- grna la inquietud, el cansancio y la depresión de Willy. Pe-
no? ¿Docenas y más docenas e inclu so centenares,?_ ¿Debe r~ ¿q ué es ese "algo"? ¿dese a algo fuerte y apasionadamente
derramar lágrimas sobre ese grupo de vended ores 1':fortu- ~m poderlo consegwr? Desde luego anhela ser "considera-
nado s''? ¿No se h alla más bien inclinado a no darles impor- do", tener éxito en sus negocios, y necesita dinero con quepa-
tancia o a ignorarlos? ¿Debe pararse a cons1déra r _que co mo gar sus cuentas. Pero subconcientemen te el espectador no se
clase y como industria aquéllos tienen sus tnhu lac ,one~ per- e~cuentra satisfecho con estas explicaciones sencillas y ob-
sonales y sus miserias? .. . Y, sin embargo, el diez de feorero vrns; las paredes son transparentes y los sonidos de una fl au-
de 1949 en un teatro de Nueva York, un pobre viajante 1 ama- ta llegan todavía desde a lguna parte. Willy es simpático, es
do \Vill~ Loman, estrujaba in esperadamente el corazón Y bueno. ~ntonces ¿qué se oculta pues detrás de esa urgencia
conmovía la mente de muchas personas Vertieron lágri- por el dinero, por el éxito y la "consideración"? Sea Jo que fue-
mas amaron su corazón se llenó de piedad, pronunciaron re ha de ser bueno también, para decirlo en silogismo . Lin-
'
su veredicto : ' Wi11y el viajante es bu eno . Y rn,rn do a 1 fima 1, da , su esposa , lr ama y Ir a dora. ¿A qué viene pues esa nece-
el viajante , por obstinación, se quila la vida, los espectado- sidad de dinero?
res dejaron el teatro entristecidos por ''algor :- fueron in ca pa- Cuanto más atentamE·nle observa el espectador las esce-
ces de olvidarse de Willy y de la obra du rante mu chos días . nas que se suceden, más a guda y penetrante se vuelve su
¿Dónde está la explicación de lod0 .. ese i:'frcto? Quizás mente, más fu ertr l;ití:' rn corau\n y más se desarrolla en él
la respuesta fuera: "La magia del arte . Dvsdc luego, sm la sospecha de que este viaJante. c~n su paté tico destino, no
artistas de la magnitud de Arlhur Milln , E!ia l{.aza n Y su es un ser rea l. ¿Es posihl(•mcnle una máscara que encubre a
excelente temp le , no se habría produ ci do nacLi l:lll asombro• otra persona? Linda, Biff y liappy son reales; no ocultan
so y significativo. Pero ¿que rev el.i ron c~ ll 0s .il público con nada dentro de si . . De hecl ,o, se ria extraño y "no natural"
su magia? Examinemos la representar10n en for ma re · que ellos, como W11ly, cuyn pnirrogativa es esa, rompie sen
trospectiva, como hubie ra podido ha ce rse rnlorando un es- las limitaciones de tiempo v espacio . Pero sólo a Willy se le
168 ](,O
perm ite ser otro, ulilizundo la máscara de un viajante. n ir al "Viajante" del ''Hom bre" dentro de ti y trata de librar-
Y es ta máscara parece torturar a Willy. ie del "Hombre".
No pa sa m ucho tiempo sin que la niá sca r a corn ie11 ce
también a torturar al propio espectador. Desea despojarse de
ella, liberarse del "Viajante". Empieza a comprobar que la El Jard{n de los Cerezos nos suministra otro ejemplo y
inquietud de Willy brota de ese mismo deseo, que él también otro tipo de superobjetivo.
lucha contra su máscara, que combate por la liberación, que Desde el mismo principio, el espectador se da cuenta de
trata de arrancársela i del rostro, que quiere despojar de el la que el principal personaje de la obra es el pl"Opio Jardín de
a su corazón y a su entendimiento, y ü. todo su ser. Pero el ca- los Cerezos. Es viejo, hermoso, inmensamente grande,
so es que Willy está ciego, ignorante e inconsciente de su pro- famoso y, según la obra, hasta se le menciona en la En -
pia lucha. A medida que la obra avanza más transparente se ciclopedia. La batalla se centra a su alrededor, pero es una-
hace la más cara, e inopinadamente el espectador comprueba clase de batalla peculiar en la que nadie defiende al tal
que un "Hombre", un valioso ser humano, se halla preso y Jardín de los Cerezos. Lopachín lucha con su existencia . Los
en caden Rclo dentro y detrás del "Viajante". La verdadera Ranevsky, sin voluntad, fragm entos intelectuales, inútiles
tragedia e m piez.a a manifestarse. El Viajante a zota al y degenerados, esconden su cabeza en la arena; su re-
"Hombren y le conduce más y más cerca del fatal fin . E s el sistencia es débil e inefectiva. Ania, su h ij a, soñando con
"Hombren, ·n o su doble malvado, el que entristece al especta- un futuro esplendoroso y brillante, se remonta a las nubes.
dor . "¡Willy, despierta! Deja de culpar al destino en vez de Sus empleados y sirvientes son o bien hostiles o indiferentes
culparte a ti mismo", hace tiempo que grita el corazón del es- al Jar dín de los Cerezos con toda su vieja belleza. Y, sin
pectador. W Cu\pa a su parte peor que se halla precisamente embargo, sigue allí; se yergue y florece aún sin apoyo de
dentro de ti. El "Viajante" es tu negro destino", advierte. Pe- nadie.
ro es demasiado t.Rrde. Willy ce8a en su lucha. Es de n och e. Toda la simpatía del espectador está con él. Le quiere
Con el aza dón en sus manos, con la osc uridad sotne él. con e] mi smo cari no qu e puede tener por u n monumen to an ti -
W illy trnhai n e n s u huertecill o. Es el ú ltim o cl aniu r J t' I bruo; qui siera poder a yudarle, despertar a qu el la gen t e dormi-
u¡fo~1l.H·t," q~w pc re-t: e . Se escucha el rugir del mot or dl' I n u l o da , sa cuilir su indiferencia. El sentimiento de un desam-
m óvil. .. \\" 1lly mula simultáneamente al "Viajan te' :,· al paro absol uto se va apoderando del pú blico. Observa cóm o
"Hom br e" Lopachín se acerca más y más a la poses ión del Jardín . Los
La rt'presentnción ha termin ado. El resultado ¡¡sicoló - ojos d el espectador se llenan de lágrimas , y la sensación de
gico de la ultim a lucha empieza a madurar en la nw n ~ del can sancio y debili dad se hace casi insoportable. Se escucha
espectador. Y quizás llega incluso a decirse a sí m is mo. el ruido que prod ucen a lo lejos las hacha s a l golpear los á r -
"Vnd ndl'rn me11te , e n toda la historia humana nun rn huhl• bo les. H emos llegado al fi n al. Cae el telón . E l público sale
mom erit,t,¡. en q u e la "mó.scara" del Viajante fuera tan am e- del teatr o conmovido por la "muerte" de un personaje inani-
nazadora y pode r osa como en los nuestros. Si n o escn1tam os mado que ha adquirido cualidades \"Íva s : el blanco J ardín
y r ecorda mos lo que se halla detrás de ella, crecerá y se desa - de los Cerezos. El público desea gritar su protesta: ~conser-
~nillnn'i 1gunl que un tumor maligno". uad la mejor parte del pasado, para que no sea presa fácil
E :, t :11ii trage dia pr opia de Nortea méri ca y lambi(·!l u n a que caiga abatida bajo el haclw de esas fu erzas que estdn
tragt>din hu man a. Es una importantísima adverten cia la sie mpre d ispuestas a edificar su horrible fut uro". Esle puede
que nos dn f' I autor por medio de su creaci6fl teatral. El super- ser el supe robjetivo de E l Ja rd{n de los Cerezos.
objeti vo dP la obra entera, que se hizo patente en el alma d el
espectador, pued e resumirse de este modo: NAprende a d iscer-

170 171
Veamos el tercer ejemplo. vo de la obra, mucho antes de que el verdadero público llene
Desde el momento en que se levanta el telón , el público la sala.
que asiste a la representación de El ln.spector General tiene Una vez más se ruega al lector tener presente que las in -
muchas razones para sentirse alegre y feliz. Los muy odia- terpretaciones dadas en todos mis ejemplos no llevan la in-
dos funcionarios cometen un desatin o t ras otro. Viéndose tención de imponer arbitrariedades artísticas. Mi único
arrinconados, ciegos de temor, emprenden la lucha contra propósito es ilustrar el procedimiento, y por ningún concepto
el enemigo encubierto. El mal co mbate a l ma l, perdiendo restringir la libertad creadora de ningún a ctor o director
tiempo, ingenio y dinero. El bien no participa en esta lu - inteligente. Antes a l contrario, por el bien de su arte se leE
cha hasta el mismo final de la obra, pero el público sabe aprem ia a ser tan originales e in ven tivos como su talento y
que tiene que llegar y aguarda su golpe demoledor sobre ese su arte se lo hagan posible.
mal que se ha malgastado a sí mi s mo. Cuanto más arde el
AJcalde en orgullo inmerecido por su espuria victoria, con Habiendo encontrado, aunqu e sea aproximadamente
mayor fuerza implora el espectador una venganza justicie- los superobjetivos de t oda la obra y de los personajes indivi-
ra. Y cuando finalmente se presenta el Bie n , y en dos golpes duales, puede usted continuar con los objetivos medianos v
sucesivos (la carta por el falso Inspector y la llegada del ver- men ore~. Pe ro nunca trote de discernir objetivo alguno ap~-
dadero) barre al Mal, el público se siente recompensado, lando S1mplemente a su razonamiento. Esto pudiera ser ma-
agradecido y triunfante viendo que los habitantes de la pe- lo para usted. Es posible que pueda conocerlo, pero puede no
quefl.a ciudad, perdidos y oprimidos en el vasto territorio de quererlo o desearlo. Puede permanecer en su mente igual
una gran nación, son rescatados al fin . Para el espectador que el encabezado de un períodico, sin despertar su volun-
esta ciudad sólo es un microcosmos, un símbolo . La nación tad. El objetivo necesita hallarse enraizado a todo su ser y no
entera se halla desesperadamente enredada en la tela de ara- estar sólo en la cabeza. Sus emociones, su voluntad e incluso
ña tejida por toda clase de "Alcaldes". El público, excitado su cuerpo necesitan estar "llenos" por entero con el objetivo.
porque sus anhelos han sido rem ovi dos y su sentido de la de- Trate de obse rvar lo que está sucediendo en su vida dia-
cencia b.rutalmente incomodado, se hncc eco d el propósito ria cuando u sted siente un determinado deseo, se fija un pro-
que animó al autor: ~El pa(s debe ser salvado de ese brutal pósito o un objetivo que no puede realizarse de inmediato .
despotismo y absoluto poder que poseen las lwrdas de funcio- ¿Qué ocurre dentro de usted mientras se ve obligado a espe-
narios despreciables! ¡Con frecuencia rrsultan peores y con rar unas circunstancias favorables que le permitan satisfa-
menos corazón. que los otros d.c mayor cate~on'a!" cer su dPseo o cumpl ir el objetivo que se propuso? ¿No está
Incidentalmente, durante la pn mera r epresentación usted interionnent..e de modo con.stante cumpliéndolo con to-
de El In.spector (',en.eral este SC'ntirni cllt o del públ ico fue, en do su ser? Desde el mismo instante en que el objetivo adquie-
un momento inesperado, admiral,l n rit·ntt expresado por re forma en su alma , usted se encuentra "poseído" por u n :
uno de los espectadores, c1.Urndo sin poder aguantarse ex- actividad interi or.
clamó: '°J'odos mer ecen su rastigo, ~, :vo má s que 11ndie". Era A modo de ilustración tómese el deseo de ayudar a
la voz del mayor de tod os los "Akn ld1·$~, la de 1icolás l. alguie n que se ha ll a en desgracia y, siendo incapaz de po-
A pesar de su· naturaleza fri a y rru,·l. el Zar había com- derlo ll evar a cabo, limítese a exclamar, "No te preocupes,
prendido el superobjetivo de la obra co rn o cua lqui era de sus cálmate". Verá co mo necesita días y más días para poder
súbditos. cumpli r rea lmente su propósito. ¿Permanece usted estático
durante ('Se ínterin? No es de creerse. Descubrirá que en to-
Y ese es el modo de que el actor y director puedan inte- do ese t ie mpo expe rimenta una sensación de estar consolan-
I, rrogar a un público imaginan o pnra conocer el superobjeti - do constan tPmente a la persona desgraciada, se halle usted
'.
172 173

I
!
en su presencia o no. Más todavía, usted "ve", como si así
fuera, que esa persona se siente ya confortada por usted (a pe- atraigan, o los. que le den resultados mejores y más rápidos.
sor de todas cuantas dudas pueda usted sentir respecto a si Pronto advertirá que algunos son más convenientes para
aquélla podrá llegar a ser ayudada siquiera). Lo propio suce- una parte y otros para las demás. Haga su elección con ente-
de en la escena. Si usted no se siente "poseído" por el objeti- ra libertad. Con el ~iempo e~tará usted en condiciones de
vo, puede tener la seguridad de que, en grado mayor o me- probarlos todos y qruzás con igual facilidad y éxito· pero
nor, aquél permanece fijo en su mente y no dentro de todo su se c~rgue con más de lo que necesita para una b'u ena :~
ser, de que todavía· sigue u s ted pensando y no deseand,0 en tuac1ón por su parte. El método necesita, por encima de todo
realidad. E sta es la razón de que tantos actores cometan el aywlarle y hacer que. su labor. sea grata, y cuando se util~
error de esperar, interiormente pasivos, que llegue el mo- adecuadament.e, en nmguna circunstancia lo hará d
da bl e m· depnmente.
· esagra-
El actuar en escena debe se r siempre
·
mento en la obra en que el autor les permita darle cumpli- . _e •

miento. Téngase presente que el objetivo parte de la página un arte sa t 1:;iactono y nunca un trabajo forzado.
segunda de la obra y su realización no debe tener lugar an -
tes de la página veinte. El actor qu e no absorbe el objetivo por
entero, que n o pP.rmite que s u psicología y su cuerpo se im-
pregnen de él, queda obligado a es perar pasivamente hasta
haberse representado la plig"ina vr.inte. Los actores más cons-
cientes, al darse cu entn de que el objetivo no marcha en la
forma adecuada, tratan de repr.tirse mentalmente, "Quiero
esforzarme ... Quiero esforzarme ... " Pero eso no le sirve de
ayuda alguna porq ue esa repeti ción m ental sólo es una espe-
,..;º rlf\ O f'f Í,,:,4r,,J ,...,. __ l , - ,., 1 :_.,.. .,~ ,.. ""9" rln r'.f o,.. , . . ,,r- :'l"I ,~ 1 deseo dP.
a quél.
El objetivo, tran sformado en una GP que conmueva
todo el ser y lo ponga en actividad, puede ayudarle a vencer
esta dificultad . Otro procedimiento sería imaginar a su per-
sonaje (desde esa hipotética página segunda hasta la veinte)
cual si estuvi era "poseído" por el objetivo. Mire atentamente
dentro de su vida interior (véase el ejercicio 10) hasta que
de spi erte un sim ilar e stado psicológico dentro de usted mis-
mo; o utili ce las sensaciones que ya hemos mencionado, con
objeto de nvivnr sus sen t im ientos.

Haga mos pues un re s umen final de las principales


sugerencias pn ra Posesionarse del Papel durante sus prime-
ros PRSOS en e l trnboio escé nico.
· Sin que ¡;nporte lo consc ien te s que puedan ser u sted o su
direcL.,r , no e~, prer.ü:.o usar todos los medios disponibl es al
mismo tiempo . Pu~de usted escoge r aquéllos que m á s le

174
175
ñecidas como material valioso para cr ear un método. Pero
NOTAS FINALES téngase en cuenta que aquellas son subjetivas y, por tanto d,
alcance limitado. El método ideal de t odo arte debe ser' w
conjunto bien integrado, completo en sí; y, por encima d,
todo, necesita ser objetivo.
Aquéllos de nuestros colegas que resueltamente rehu
sen el aceptar método alguno aJ egando que tienen talento
quizás puedan necesitarlo más que ningún otro. Porque e
talento, la llamada "inspiración", es la más caprichosa dE
Es inevitable que todo aquel que intenta organizar y co- nuestras prendas. El actor de talento es precisamente el quE
ordinar una serie de conceptos histriónicos se pregunte el más cerca. se halla de toda clase de desventuras profesiona-
por qué un actor de talento necesita también atenerse a un les. No pisa terren? firme . La menor irritación psicológica
método. Esta es una de tantas preguntas que sólo pueden con- ~e un _momento, un mstante de malhumor o cualquier moles-
lcswr se con otra: ¿Por 1ué neresitn urn-1 r11lturn f:'I h omhr•' tia f!s1ca, pueden hacer inaccesihle su talento y bloquear el
civilizado? ¿Por qué un muchacho inteligeute precisa se r cammo que conduce a la verdadera inspiración . Un método
educado? con una t~cnica bien cimentada es la mejor garantía contra
A riesgo de machacar con exceso sobre este punto, debe tales desd1~h~s. El método, cuando se ha ejercitado suficien-
reiterarse que todo arte, incluso el del actor, necesita poseer ~mente as1m1lándolo en forma adecuada, se convierte en la
sus principios y aspiraciones, y sus técnicas profesionales. segunda naturaleza" del actor de talento y como tal le da un
Como réplica se escucha frecuentemente decir a los acto- pleno control sobre sus propias habilidades creadoras. La
res en son dt.• protesta, "Pero, es que yo tengo mi t.écnirn pro- técnica es su medio infalible para llevar adelante su talento
pü1" La afirmación seria más co~recta si reformaran la fra - y hacerlo trabajar en cualquier momento que quiera invo-
se diciendo: "'Tengo mi propia interprewci()!], mi nplirnri6n c~rlo: ~s el "¡Abrete s~snmo'" a ln vPrda dera inspiración
prnpia en cunnto a la técnica generAI se reÍl ('rt'" No PS prcaci- sm que importen las barrera s fisicas o psicológicas.
so decir que ni los músicos, ni los arquitectos, 111 los p111tores En diferentes mom entos, 111 inspiración si viene
o los poetas, ni artesanos de especie alguna put.>df'n tl'rH~r sus muestra diversos grados de fuerza Puede hallar~e presente'
técnicas propias nada más que porque sí, siu ha~r an tes es- pero débil e inefectiva . .A.qui tambren, la técnica puede refor~
tudiado las leyes básicas de sus artes respectivas. Deben so- zar el poder voli_tivo. del actor, despertar sus emociones y
meterse a unas reglas sobre las que en rl ennitiva bnsarán re~ove~ su_ 1magmac1ón a tal punto que una simple chispa
esas técnicas "propias" que les darán personnlidnd ,, qu i7.áS de m sp1rac1ón puede de repen le arde r "ºº gran fuerza y du-
lleguen a hacerles sobresalir en su profesión . rante todo el tiempo que lo qwera el actor.
Sin importar el talento natural que el actor pueda tener ,
nw1ca podrá desenvolverse mucho dentro de su ark. ni le-
ga r n ada a la posteridad artística si se ai~ln en esa rf'ducida Supongamos que por alguno razón un actor siente que
éelda constituida por su "propia técnica" e ingenio. El arte su talento se ofusca a medida qu e la rep r esentación se acer-
de representar sólo puede crecer y desar rollar se cuando está ca . No tendrá ese temor si dom ina su técn ica. Una vez que el
basado sobre un método objetivo con principios fundamenta- papel ha sido preparado y estudindn en lodos sus detalles, de
les. El gran número de preciosas memoria fi y observaciones acuerdo con er método, el actor lo represe ntará correctamen-
que nos han sido legadas por "nombres" que an taño fueron te aun cuando no se sien ta tan "irn;pirado" como desearía es-
ilustres en el arte de representar, no son nqu1 em peciue- tar. Siempre tendrá a su di sposición una especie de "copia"
176 177
de su papel y eso hará que no vacile ni se vea obligado a recu- generales tales como "natura)", "bueno", "familiar"· o con
rrir a Jos viejos moldes o a los malos hábitos del teatro. En to- expresiones como "subactuación", "superactuació~". etc.
do momento se hallará en condiciones de vigilar su papel En su lugar desarro1Jará un lenguaje profesional más
por entero y cada uno de sus detalles a vi!lt.a de pájaro, y con c?ncreto y en su conversación apelará a términos más profe-
calma interior y gran seguridad pasará de una sección a la sionales cual son Unidades, Objetivos Atmósferas Irradia-
ot..-a y de un objetivo al siguiente. Stnnislnvski hizo notar ción y ~cepc!ón, Imaginación, Cue~o lmaginari¿, Centro
que un paJ)el represent.ado cor-rPctumf'ntr t1e11e 111 mejor pro- Ima¡_,,¡nano, Ritmos Interiores y Exteriores, Climax, Acen-
babilidad de ntrncción para wia inspiración huicli1.n. tos, Ondas Rítmicas y Repeticiones, Composición de los Per-
sonaje~. Gesticulación Psicológica, Conjunto, Cualidades,
Hay todavía una razón más para quf' un actor de ta- Sensaciones, etc., et.e. Esta terminología concreta no sólo
lento reconozca el valor de una t~cnirn ohjeli\'& reemplazará a su vocabulario actual vago e inadecuado si-
Las fuerzas creadoras o positivas existentes en la natu- ".º que a~diza~á la habilidad del actor en cuanto a la per~p-
raleza de un artista nf'cesitan siemprf' combatir y derrotar c1ón de 1mpres,ones teatrales, entrenará su entendimiento
las influencias negativos que, nunqul' 11scurn11 y R vece11 des- en la penetración rle f>St.ns impresiones con mayor profu.ndi
conocidas para él, constantemente enmarañan sus mejores dad para conocer mme<liatamente y con exactitud lo que ee
esfuerzos. Estos numerosos obstáculos negativos incluyen acertado o e7:óneo, el porqué, y por cuáles medios perfeccio-
quizás algún complejo de inferioridad reprimido, o megalo- nar sus propias actuaciones y la de sus colegae. La critica se-
manía, el amor propio y los deseos egoístas inconsciente- rá entonce~ verdaderamente objetiva y constructiva; la sim-
mente mezclados con finalidades artísticas, el temor de pa~{~ ? ant,patía ~ers_on~I dejarán de ser partes decisivas al
incurrir en equivocaciones, miedo del público (y con fre- enJu1c1ar el arte h1stnómco, y loe actores se sentirán más li-
cuencia hasta odio hacia el), nerviosismo, celos o envidia h_res para ayudar y ser ayudados en lugar de enorgulJecerse
ocultos, ejemplos malos y al parecer olvidados, y una costum- srmple y estúpidamente o vituperar por vicio.
bre irrefrenable de hallar folt.as PO los df'más. Estas sola-
mente son unas pocas de las cosas qtw ron el tiempo pueden El actor, en especial el de talento, no debe descuidar e)
irse acumulando en el subconscicnt.e dt1 un ll<'U.1r y como "car- hecho de que le técnica profesional sugerida facilitará y
ga psicológica" puede acnrrearle graves mnlP~ que le lleven apresurará_ en todo momento su trabajo. Puede estar seguro
incluso a la propia destrucción. ~e que el tiempo gastado en adquirirla, lo recuperará con un
Usando el método ubjetit,a y la t.écnira apuntada, el ac- mterés muy lucrativo al final. Cuando se me pregunta acer-
tor acumulará dentro de sí un gran númno de cunlidnrles li- ca de si el método puede acortarse, no puedo menos de adver-
bertadoras y profundas que con ~ei..ruridnd d1•splnzarnn todas tir a quien interroga que lo único que puede hacerse es
las destructoras influencias qur nct'd11111 o<:ulta!'l en los oscu- se1:,'1.J.ir todos los ('J<·rdl'!us prescritos diligente y paciente-
ros escondrijos de su s1.1bconscir>nl..('. 1 e: ljlli' habitualmente mente hasta que s~ ronviertan en la segunda naturaleza del
solemos llamar "desnrrollar el t.nlc>nto el" ,mo" 110 t•s más actor.
que liberarlo de lm1 influenrini; r¡ur lo ••:n!•l!l'llñRn, lo ,•mho- . lJn modo senrillo de halagar al desagrado o impacien-
uin y con frecuencia llegnn hast1, dt!stn11rl, ¡,m "11tno. cia que pucc:l1t hul1t•1 dtintro de usted es crear una visión ba-
sad~ en PI m~to<Jo, una visión de usted mismo como si yo
El método, cuando es comprendidll .v uplicado, i11culca hub1era adquirido todas las técnicas como si estuviera en
en el actor el muy ngrndnble hábito el" pem;nr profesional- posesión dP ru1rnt11s nuevas habilid¡des le prometieron los
mente, bien se trate de vnluar el trabajo l'rt''\dor de SU!I cole- ejercicios. Semejante visión dispondrá el trabajo dentro de
gas o el propio. Ya no SI' sentirñ rnfo;fprh1, ru11 los términos usted por !iU propio acuerdo; le indicará, le inducirá, pero

17H 179

1 1

1
1
siempre que usted no se canse o diluya la visión al proyectar- demasiado tarde, nos cansamos de ser "prácticos"; sufrim o
la sobre un futuro demasiado lejano. Si la ejercita con propie- derrumbes, corremos en busca de los psicoanalistas, busca
dad y la invoca, el método ]e imbuirá el sentimiento de mos panaceas mentales y estimulantes o periódicament
haberlo conocido y practicado siempre, pero sin haberlo procuramos h uir mediante algún excitante, sensacione
dominado tanto como ahora. La razón que usted tuviera para superfi cia les, cambiando velozmente de manías y diver
pensar que e] objetivo se ha11aba remoto y difici1 de al- siones y recurri en do incluso a las drogas. En pocas pala
canzar, se desvanecerá. La visión sugerida le facilitará y bras, que pagamos a precio muy caro el habernos rehusado 1
acelerará la absorción de la técnica, que a su vez facilitará y reconocer la necesidad de equilibrar en forma sana lo prác
apre surará su trabajo profesional. tico tangible con lo artístico intangible. Y el arte es una esfe.
ra que sufre más fácil y acusadamente cualquier fa lta df
Me gustaría citar todavía una razón válida más en fa- equilibri o. Nadie puede exhalar sin inhalar. Nadi e puedt
vor de la aceptación del método. ser verdaderamente "práctico" simplemente por adherirse
En e] proceso de adueñarse de todos sus principios me- ~¡ suelo y rehusarse a ser reforzado y elevado mediante eso¡;
diante la práctica, no tardará usted en descubrir que tien den inta ngibles "imprácticos" al parecer que son básicos 1
a que s u intuición creadora trabaje con mayor libertad cada espíritu cr eador, que son una especie de "inhalación" psicoló-
vez y llegue a crear un punto de vista más amplio para sus gica .
actividades. Esa es precisamente la razón de existencia de] Considerando nuestros principios de desarrollo artís-
método, no se trata de una fórmula matemática o mecánica tico desde este punto de vista ¿no nos proveen de los medios
llevada al papel para futuros experimentos, si no de un "catá- necesarios para afi rmamos sobre el suelo y elevamos más
logo" organizado y sistematizado acerca de las condiciones tard e yendo hacia algo más duradero? Fácilmente puede
físicas y psicológicas requeridas por la propia intuición crea- usted demostrá r selo a sí mismo con un os pocos ejemplos
dora. El principal propósito que guió mis investigaciones Apelemos, por ejemplo, al sentido de Conjunto. ¿Puede tocar·
fue encontrar aquellas condi ciones que mejor e invariable- se , ver&> u oirse ? Y sin embargo es una de las fuerzas intan -
mente puedan atraer ese fugacis1m o mete oro o fuego fatuo gibles m ris fuertes a que puede apelarse para existir en el
huidizo al que llamam os inspirnc 11·,n esce rwn o tan concretamente como los cuerpos de los actores
o sus movim ientos visibles y sus voces audibles, tan real
Además, en wrn época co mo la nue stra, en que el rumbo mente como las decoraciones y sus formas y colores. ¿Qué
de la vida, las ideas y los deseos se hacen cada día mucho son Atmósfera, Irradiaciones, y todas las Leyes de Composi -
más materialistas y torpes, el énfa sis desgraciadamente se ción sino intangibles tangibles? ¿Qué es la sutil habil idad
halla en las conveniencias físicas y en la norma. En una del actor para impr ovisar, para apreciar el cómn nctu1n-
época así , la h umnnidnd s1· incli :1;1 n olvi dnr que para pro- sin o el que? ¿E n qué consiste el poder ultransensible que ge-
gresar culturalmente, la vida y en especial las artes, deben nera conscientemente y usa mientras representa, y en el
hallarse saturadas de fuerzas intangibles y cualidades; que cu al confia cua nd o lleva a cabo correctamente su Objetivo, o
lo que es tangible, visible y audible no es sino una pequeña mediante el cual puede incorporarse su presencia psicol.ó-
parte de nue stra ópti ma exisw ncia y tiene poca sign ific a- gi("a en escena, esa valiosa e indisputable presencia que
ción para la posteridad. Temerosos de que se nos escape el jamás puede ser tan forzosamente materializada por nin -
firme terreno que pisam os, siempre so lemos exclamar, gún medio tangib le conocido?
"¡Seamos prácticos'" Temiendo Hv enturarnos artísticamen- A!,>Te gue algu nos detalles más a su recapitulació n. ¿En
te, nos hundimos más profunda y rApidamente en esa tierra qué consiste el aura de la fantasía artística que rodea a un
que nos soporta. Y después , lo ech em os de ver o no, y quizás actor que , mientras estudia a su personaje, pasa por el pe-

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1 i
. ,.,. ·~
~-"-'- -"-- --------·
ríodo de imaginarlo antes de darle prematura men te fonna
y apariencia tangibles? ¿En qué consiste la supcrinducción EJEMPLOS PARA LA IMPROVISACION
que nos ll eva a cualidades tales como la Faci lidad, la
Forma, la Belleza, o el sentido de la Integrida d? ¿Qué se es-
conde bajo el divertido "juego" de los Centros y Cuerpos Ima -
ginarios? ¿O tras la búsqueda de toda clase de contrastes con
los cuales dar relieve y variedad a su papel y a la representa-
ción en general? ¿Qué es la ~sticulación Psicológica, este
amigo, guía o, si _se prefiere, ese "director invisi ble" que nun- Se incluyen en es te ca pítulo diversos tipos de pequeños
ca abandona ni traiciona al actor, sino que le sigue y le ins- relatos, argumentos, situacion es e incidentes encam inados
pira constantemente? ¿No siente el espectador la existencia a probar lo que el aclor o el directo r hayan captado de este
de estas cosas, aun cuando no sepa lo que son, si el actor lo- método, así en sus div ersos grados como a l final de todos los
gra darles el ser extrayéndoselas de sus adentros? estudios de l mismo. Pu ede n se r utilizados con igual ventaja
No hay un solo ejercicio en este método que no sirva p_ara los ejercicios de las Atm ósfera s, Objetivos, Caracteriza-
dos propósitos simultáneamente: Coloca r al actor con ma - c10nes, Cualidades o cual qu ie r otro de los componentes que
yor firmeza sobre un terreno práctico y, a l propi o tiempo, dar- anteriormente han sido desc ritos.
le un profundo equilibrio entre lo tangible y lo intangible, No todos ellos so n originale s, ni es preciso que lo sean ;
entre la exhalación y la inhalación, rescatándole por este el grupo podrá sel eccionar el mate rial de cualquier libro y
medio de las banalidades y de la sofocación artística. adaptarlo a sus necesidades espec ífi cas, o puede incluso in -
ventar n uevas ideas p a ra la improvisación . Desde luego no
están destinados a representarse públ icamente, salvo quizá s
A mi entender, la historia del teatro sól o registra la como demost raciones de la eficaci a del método o para ilus-
exist€ncia de un solo método preparado para e1 actor, el crea- trar las diferencia s progrrsivas en s u aplicaci ón a medida
do por Constantin Stanislavski (y, desgrac iadamenl€ , muy que el grupo vaya adl'lantando paso a paso.
incomprendido y con frecuencia ma l interp retnd o·1 . Perm ita - La pn::sentac1on v ll u mero de personajes en cada una de
mos pue s que este libro sea un esfue rzo má s enrn minado a es t as improv is;ci rio nr•s dc·p<.·11ckrñ exact;ci mente de cuantos
un mejor teatro mediante la m ejor aclunr1 ón Lo ofrezco cornpon¡;a n el gr up o partl n¡ ,; 111 t 1• e 11 e I ejerci cio .
como un intento, pero vehemente, s in embargo, que viene a Fina\rnentAc.\ en lot\as las improv1saciones deberá evi-
colocar a disí}osic1ón de mis co\egas unas cuantns iueas sis- tarse el empleo de palubm .,· inn ecesaria s.
temáticamente dispuestas y unas experiencias que se rvirán
para ordenar e inspirar todo su trabajo profo sionnl UOrgan i-
ce y tome notas de cuantas ideas se le ocurran sobre el arle de L O~ L A IJfü)NES
representar", me dijo Stanislavski en una ocn s1ón. uEs
deber suyo y el de todos aquellos que amen al teatro y se sien- En una frontera desiC'rta en t re dos países existe una pe-
tan devotamente interesados por su futuro". Me sie nto obliga- queña posada de poca i m por Lancia. Es inviern o, y la noche
do a trasladar estas inspiradoras palabras a todos mis cole- es tempestuosa así como ex tremadamente fria.
gas, con la esperanza de que cuando menos al gunos de entre La sala principa l d<• la posada se halla sucia, desarre-
ellos, humilde y valerosamente, formularán y organizarán glada, apen as rilumbrada y ll ena d e humo; el suelo está rega-
sus ideas mientras se dedican a buscar principi os objetivos do de colillas de cigarro, y la mesa sin mantel se ve llena de
y leyes que sirvan de impulso a nuestra técnica profes ional. restos de comida y bebida .
182

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Diseminados por toda la sala y entregados a diversos nal, el jefe, que ahora se toca con gorra de visera y luce ga-
pasatiempos hay varios hombres y mujeres de diversas eda- fa s oscuras, se coloca a la cabecera de la mesa con un a gran
des. La actitud y vestimenta de la mayoría son tan desagra- Biblia familiar entre las manos.
dables y poco atractivas como todo cuanto les rodea. Algunos No tardan en dejarse oir las voces de gente que se a pro-
están tumbados con aire de fastidio, otros caminan a desga- xima, y los tres tipos de la banda cuyo aspecto es m enos im-
na; hay también quienes juegan a los naipes, y no faltan presionante son enviados afuera para que conduzcan a ·los
quienes se enzarzan en ligeras discusiones que ni siquiera viajeros al interior de la posada. Los demás, tranquilamen-
se molestan en finalizar, así como algunos más disipan su te, se dedican con afán a la s labores nonna les de preparar la
enojo cantando o silbando en tono bajo. cena fami liar.
Y, desde luego, se advierte enseguida que no tienen na- Ahora regresan ya los tres emisar ios-ladrones pr ece-
da que hacer sino esperar algo. De vez en cuando, uno u otro diendo al grupo de comerciantes que acnrrenn pesados fa r-
echa una mi ra da subrepticia a la ventana o, mandando ca- dos. Los viajeros llegan cubiertos de nieve y dnn muestras
llar a los demás, abre ligeramente la puerta para escucha r. de hallarse terriblemente helados. Las garbosas muchachas
La atmósfera de expectación va en aumento y se hace se adelantan para darles la bienvenida y ayudar les n desem-
más honda a cada instante. Los personnjes que ncaba mos de ba razarse de los abrigos y demás prendas, en tanto que los
ver no son sino una banda de ladrones pertenecientes a un t res que salieron en su busca les ayudan asim ismo colocan-
grupo internacional. Son especialistas en asaltar a los co- do sus equipajes y fardos de mercancía.
merciantes r icos que transportan sus preciosas mercancías A continuación, el anciano jefe da ta mbién la bienveni-
a través de la cercana frontera. Han sido advertidos de que da a los comerciantes y les invita a sentar se a la mesa,
esa noche un valioso cargamento pasará por allí, y a causa diciéndoles que aunque aquella es una posada familiar h u -
de la enorme tormenta y la gran distancia a que se halla el milde y a pesar de su esposa inválida, hay com ida y vino en
poblado más cercano, los comerciantes no dudarán en bus- abundancia para que todos puedan compartirl o.
car refugio hasta la llegada del próximo días. . Los huéspedes apresúrense a tomar a siento junto a la
De repente , el jefe del grupo, cuyo aspecto es menos omi- mesa. Empiezan a surgir fuentes de com ida y frascos de vi-
noso que el del resto, dej a escapar un largo silbido cara cterís- no. y a la uinválida" que continúa en su sillón de ruedas jun-
tico. Todos se quedan inmóviles y escuchan atentamen te to al fu ego, le llevan la cena en una ba ndeja. Pero an tes de
mientras aquél se llega hasta la puerta para confirma r el pe rmitir que nadie lleve el alimen to a los labios, el a nfi-
ruido de una caravana que se aproxima. trión abre con reverencia la Biblia y da lectura a uno de sus
Luego, a una señal suya, todos y todo cambia como por párrafos de acción de gracias.
arte de m agia: El suelo es barrido y la basura llevada a la Inmediatamente, los viajeros se lanzan sobre las vian-
chimena; la mesa queda limpia y cubierta con un mantel: dRs, y la s muchachas que les sirven les apremian a beber
los muebles son colocados e n su sitio y la habi tación queda más y m ás vino, sin dejar de llenar de nuevo sus vasos aun -
arreglada; se encienden más luces y una de ellas es colo- que sólo se hallen mediados. Esta solicitud no pasa inadver -
cada, invitadora , en la ventana; se enciende un alractivo lida a los comerciantes. Es evid ente que el vi no servido a los
fuego . Los dC'snliñados individuos se pon en nhrigos y olrns <iemás no es escan ciado de la s mismns botel las, y a juzgar
veslimen las propias de los campesinos locales: las desgreña- por el rápido efecto que hace en los huéspedes se deduce que el
das mujeres peinan su s cabellos, cubren sus h ombros de sn u- vino contiene alguna droga.
dos con preciosos chales. La más vieja de todas ellas toma Len ta, casi imperceptiblemente, la almósfern cambia
asiento en un sillón de ruedas junto a la chimenea y se cubre del respeto, el calor, la amistad y el buen acogi miento hasta
las piernas con una man ta afgana. Y, a manera de toque fi - convertirse en una sa tisfacción jovial, luego en alegría, Y

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··-- ~
más to rde en abandono. En este momento vemo8 a los hués- Sobreviene una terrible pelea , con sillas que caen destro-
pedes muy embria gados y jugueton es y a los mi embros de la zadas y botellas y p latos que cr uza n vo lan do la sala ... Los
banda animándoles a que prosigan sus desvergonzados atre- ladron es queda n fin a lmente sometidos y con las manos
vimientos. Las muchachas, habiéndose dedicado cada una esposadas en tan to que sus muj eres dan señales de some-
de ellas al hombre que más suceptible parecía a sus encan- ti miento.
tos, bromean y flirtean con ellos, y gradualmente los ban- El comerciante de menor estat u ra sale a la puerta y
didos van retirándose a un segundo término o permanecen hace sonar su silbato de policía en la negrura de la noch e. Co-
pasivos e inc:ljferentes. Pero u no de ellos saca un acordeón y mo re spues ta, a di stancia, s e escucha el r uido de un motor
comienza a lanzar al aire alegres sones. que va aprox imán dose a la posada. E l comerciante-detective
En poquísimo tiempo se da comienzo al baile y a los can- se vuelve enton ces a los ba ndidos y les a n un cia que quedan
tos. Las jóvenes n o cesan de jalear a los músicos para que detenidos; da orden de que los conduzcan afuera .
toquen a lgo más rápido y sus parejas para que mu estren ma- El vehícu lo se detiene a la puer ta y sigue escuchándose
yor alegría. La táctica, no cabe duda, va encaminada a en- el ronroneo de l motor. En t retan to, los comerciantes-policías
tontecer y agotar a los comerciantes, lo cual se consigue ya vuelven a po nerse sus abrigos y recogen los eq uipajes. El de-
que bien pronto la a tmósfera adquier e as pecto de orgía báqui- tect ive bajito es el último en a ba ndonar la sala lleván dose
ca y salvaje. Cuan do los hombres parecen h a llarse fatiga- consigo osten tosa mente el saco qu e contiene el botín y que se
dos, las much ach as les lanzan luj uriosas cuchufletas, los hallaba en ci ma de la m esa adonde lo a rrojó el jefe de los la-
incitan con gestos amorosos y los ena rdecen con vino y más drones.
vino, que aquéllos t ratan de beber, pero que fu-rojan al suelo Después de un a pa usa, se oye acelerar el motor del ve-
en su borrachera. De acuerdo con e l plan, los h uéspedes, uno h ículo. enseg uida ruge a l pone rse en march a y poco a poco se
tras otro, se van a dormir o quedan tirados inse n sibles por la va perdiendo hasta que todo queda en silenci o. Sólo el esce-
habitación. La música baja de tono hasta con ver t irse en un nario desierto y en desorden es la a tm ósfer a silente del pe-
piani.<i!Úmo. qu eño drama qu P nl lí acaba d e te ner lugar. Queda así durnn-
Tan pr onto como todos los co111 •!n.:1,111 Les r.1uestran su Le unos pocos sc>g1111clos, h nsta que la quie tud es quebrada por
desfallecim iento, el jefe vuelve a dejur oir s u si lbido ca racte- el telón que C.l('
rístico. Inmediatamente todos los miembros de la ba nda
entran de nuevo en acci ón, in cluyen do al jefe y a la mujer
"inválida" que permanecía al lado de la chim e n ea. En esta LA SALA DE OPERACIONES
ocasión todos da n pruebas de fu rtivida d en sus movimientos
y arte sorprenden te al registrar los bolsillos de los comer- La escc> na ti en e lugar en un h ospital y son las t res de la
cian tes para extraerl es sus cart.ern s, relojrs y joy as, o remo- mnñana
ver los equipajes y los fardos para vaciarl os d e cuanto más La noc he a nte rior, un distinguido estadista extranjer o
valioso contienen. El bot ín se lo van pasando al jefe que lo que vi sita el país tuvo un acciden te de automóvil al regresa r
mete en un saco y es y a considerab le. de u n importante bn nquete celebrado en su h onor.
De repente se oye otro silbido, di stinto a los que le prece- Lo c¡ue a l principio se creyó se r un a h er ida de poca im-
dier on . Este tiene el tono agudo y la a uto ridad de una orden portancia en 18 cabeza, resulta ah ora una grave fractu ra de
policíaca. La banda de ladron es queda estupefacta. Instan- cráneo, a l ava nzar 18 noche Los ayuda nt~s del diplomá tico,
táneamente, los comercian tes , cual si fu er a un mi lagro, así como los fu nn onarios de l Gobi erno a quienes ha venido
vuelven a la vida y cada u no de ellos, como si lodo lo tuvie- a visitar, se h a ll an visiblemen te consternados. Mañana las
ran previsto, se lanza sobre el ladrón que tiene m ás cerca. n oticias co nm ovPrá n al mun do enter o. La ciudadanía de

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las dos naciones propagará su alarma. Por esa razón el ciru- das las funciones normales. Hay que correr un riesgo con el
jano más hábil del país en operaciones del cerebro ha sido cincuenta por ciento de probabilidades tanto en favor corno
sacado de la cama y el estadista es conducido rápidamente en contra. El cirujano ordena la inyección de la nueva
al hospital. droga.
La improvisación da comienzo en una sala de operacio- Prosigue la operación . Un momento después, el anes-
nes que se halla a oscuras. Una enfermera aprendiza entra tesista, en quien ahora se halla centrada la operación, in-
y enciende las luces. El director del hospital entra tras ella forma que las pulsaciones van siendo más fuertes y mejor
seguido por varias enfermeras a las que ordena preparar la la respiración. El paciente está recuperándose y se mantie-
sala para que tenga ·lugar aquella operación de urgencia. ne firme. La tensión disminuye un poco.
Entran en rápida sucesión el encargado de los diagnósticos, Finalmente la operación queda terminada y ¡con érito!
el especialista en Rayos X y el anestesista. Todos inician su El paciente es sacado del quirófano. Los ayudantes y
trabajo con semblante preocupado y premura profesional. enfermeras felicitan al célebre cirujano por su habilidad
La atmósfera es de gran expectación y responsabilidad y atrevimiento. La atmósfera es de gran satisfacción y las
extraordinaria. La reputación. del hospital y el futuro desti- enfermeras ayudan a los médicos a despojarse de guantes,
no de las dos naciones depende del éxito de la operación. batas, etc., y a lavarse las manos.
No tarda en hacer acto de presencia también el gran ci- En el momento que algunos se disponen a salir, se detie-
rujano del cerebro. Examina atentamente el diagnóstico, nen para repetir sus felicitaciones al gran hombre y despe-
las películas de Rayos X, el equipo y el personal, dando las dirse de los que se quedan. Entretanto, las enfermeras van
últimas instrucciones. Enseguida las enfermeras le ayu- arreglando la sala, y salen unas tras otra a medida que
dan, así corno a los demás médicos, a secarse las manos y a terminan su labor.
vestirse el atuendo quirúrgico. Se han ido todos menos el cirujano y la enfermera
Cuando todo está ya dispuesto, traen al paciente y le aprendiza. La mujer le ayuda a ponerse el abrigo y le acom-

'
colocan sobre la cama operatoria. Es anestesiado y se le paña hasta la puerta. El echa una mirada final por toda aque -
hacen transfusiones de sangre. lla habitación en la que acaba de tener lugar un gran aconte-
La operación da co mien zo en esa atmósfera de tensión. cimiento histórico. Su satisfacción es bien visible. La joven
El célebre cirujano y sus dos ayudantes manipulan en la enfennera apaga las luces y cae el telón, lo mismo que se le-
cabeza del herido. La mayor parte de sus actos dan la impre- vantó, sobre la sala de operaciones a oscuras.
sión de pantomima. El instrumental y demás adminículos
pasan de unos a otros a una señal de las manos. 1
Pero durante la operación se produce una crisis. El TRIANGULO EN EL CIRCO
anestesista advierte 4ue el pulso del paciente va disminuyen-
do peligrosamente y que su re spiración se va haciendo más Los personajes son miembros de un renombrado circo
laboriosa y espasmódica . Las indicaciones y reacciones internacional. Su actuación es verdaderamente importante,
muestran que el hombre se está "yendo" por momentos. Es y son personas tan conscientes, han convivido tan amiga -
un instante de enonne tensión . ble mente por muchos años que virtualmente constituyen
Así pues el cirujano que lleva la voz cantante no tiene una gran fami lia que comparte la fama y la fortuna de la
otro remedio sino tomar una decisión drástica, inyectar empresa.
una droga nueva que quizás el paciente no pueda resistir en La escena tiene lugar en las pequeñas tiendas de cam -
su actual condición, o que vendrá a prolongar su vida hasta paña que sirven de vestidores, situadas detrás de la grande
tanto la cirujía haya realizado su obra y queden restaura- donde se halla el público. Es el momento del intervalo, y

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los artistas descansan o se preparan para la segunda parte gen. Ese atronar de voces sólo puede significar una cosa, un
del programa que no tardará en tener lugar. Frente a una accidente, el espantoso terror que domina a toda la gente de
de las tiendas se encuentran el Payaso y su esposa, q1_1e es la circo. Enseguida, como atraídos por el gran silencio que aca-
Ecuyere· él la está ayudando a vestirse. En un banquillo cer- ba de produ cirse, los artistas van acercándose a la entrada
cano está sentado, fumando, el Jefe de Pista, y junto a él, el de la pista, amontonándose para echar una mirada y saber
hennoso Trapecista se ata las cintas de los zap~tos Y prueba en qué ha consistido la tragedia. Enseguida el grupo de artis-
con una varilla si resistirán la parte cul~inante de s~ tas se abre fonmmdo una calle por la que el Jefe de Pista y
actuación . En otra tienda, acróbatas masculmos Y femeni- un par de acróbatas cruzan llevando el cuerpo exánime del
nos se ejercitan. Por todo alrededo:r, en otras t_iendas seme- Trapecista que colocan cercano a la tienda de camp~a que
jantes, tienen Jugar escenas parecidas de la V1da del CITCO. le sirve de vivienda,
No hay animales ni domadores; éstos se encuentran en otro En este momento tien e lugar algo verdaderamente
lugar del campamento. _ . . sorprendente. Con un grito de angustia, La Ecuyere se
El jocoso, dirigiéndose pnnc1p~lmente al J efe de Pista, desprende del grupo de artistas para lanznrse sobre lo que pa-
tradicional pesimista, comenta lo bien que marchan las ~e- rece ser el cadáver del Trapecistn, sollozante y gimiente,
presenlnci ones y el público cada vez más numeroso que ti e sosten iendo su cabeza entre las mnn os para besar aquel ros-
nen en esta ciudad. La atmósfera es de sa l1 sf~ cc1ón, res peto tro pálido de moribundo.
mutuo y tolerancia, cosa común ei:itre fa~1has que llevan . Todo comentario es inúti l. Al principio, los artistas se
t iempo muy unidas por causa de negoc1os_flor~c1entes. sienten molestos ante la incon trolable revelación del amor
Cuando ha transcurrido ya algun tiempo , el Jefe de de aquella mujer por el herido, inmediatamente después les
Pista consulta su reloj y anuncia que ya es hora d comen· invade cierto sentido de embarazo r especto al Payaso, su ma-
zar la segunda parte del programa. S_ale; no tarda en de- rido. Jamás una infamia semejante vino a enturbiar antes
jarse oir su toque de silbato allá en el circo Y la ~anda lanza la vida familiar de las gentes del circo. El Payaso se siente
al aire los sones de una alegre marcha. Acto seguido, al escu- igualmente aturdido por lo que acaba de hacer su esposa, y
char su llamada respectiva, algunos actores se apresuran 8 queda sin poder articular una sola palnbra por el estupor que
correr pura desempeñar su número, regresan<lo t..rnn_scu- le ha producido el descubrimi ento de aquel amor ilícito.
rrido un intervalo apropiado. Todo sucede con la acl1vidad Por algunos momentos los artistas permanecen in-
rutinaria. . · , ¡ móviles y molestos mirando al Payaso con fijeza patética,
El Payaso, la Ecuyere y el Trapecista cont..inuru1 en e cambiando miradas unos con otros, para confirmar las
mi s mo sitio aguardando probablemente que llef,rue su tumo. reacciones propias. 'T'an sólo el ,Jefe de Pista ha sabido con-
El último parece tener dificultades con sus zapatos, pues _los servar la suficiente se renid ad ,· les ordena dedicarse cada
desnt.a , vuelve a atárselos y \os pruebn impacient<' n_m Pd1da uno a lo suyo para que el espectÁcu. lo pueda continuar. Ha si-
que se acerca el momento de su actuación; todav1a sigue do llamado el médico, les dice. y enseguida vendrá a soco-
arreglándoselos cuando se oye anunciar allá en la pista Y su rrer a la victima.
impaciencia sube a punto; apenas termina de prepararse Los artistas se di spersa n y n'a n u dan sus faenas como
cuando el nervioso Jefe de P ista acude ordenánd ole ~u_e hast a aquel ins tante, t ratan do cortésmente de ignorar la pe-
salga. El Jefe hace indicaciones para que pnnc1p1e la musi- nosa escena de la desverKonz.nda muj er y su amante, y tam-
ca que marco la entrada del Trapecista Y éstr le sigue a la bién al Payaso que , inmóvil y P~tuw'Íflclo, no apa.rta su vista
pist..i1 . . ·¿ ¡ de los que le lraicíonnban.
Entre bastidores se oyen w 1os gritos sebru1 os ' !' un ru- Llega el m r.dico apresu rado y, apa rtando al hombre
gi do en sordecedor, terrible, del público. Todos se sobr eco- inconsciente qne todnvb la mUJ"r ,:,, tiPne en tre sus brazos,

190 ICI!
empieza a au scul tarle. Acto seguido, como obedeciendo a TARDE DOMINI CAL
una súbita decisión, el Jefe de Pi sta ordena salir al Payaso
para que lleve a cabo su número en la pista y hacer que el La escena se desarrolla en el hogar de una familia de
público suelte la carcajada y todo vuelve a la normalidad. la baja burguesía en una ciudad provinciana cualquiera del
Conduce a éste hacia la pista y no tarda en ofrsele anunciar sur de Francia. La familia es uno de esos clanes prolíficos
su actuación. con numerosas tías, tíos, primos y demás parentela.
Mientras el Payaso está actuando, el médico sigue su Se trata de una de esas tardes dominicales pesadas por-
trabajo con el paciente. Su examen le lleva a la conclusión que la temperatura es tremendamente calurosa. Todos se
de que no sufre heridas graves y se limita a administrarle sienten amodorrados, procurando sentirse lo menos incómo-
algunas medicinas para hacerle revivir. Bien pronto co- dos posible enfundados en sus almidonados atuendos de do-
mienza a moverse, y el Trapecista vuelve poco a poco a la mingo.
vida en tanto que la Ecuyere hace lo posible por recobrar su Los h ombres se sentiríán más a gusto hallándose fuera,
compostura anterior. a la sombra de algún árbol, o contando chistes en la frescura
Es el momento en que el Payaso regresa de la pista, el de_la bodega, si no fuera por las mujeres; y éstas habrían co-
médico ha hecho incorporar al trapecista, dándole segurida- md o a sus alcobas a ponerse en deshabillé si no fuera por-
des de que no ha sufrido grave daño y felicitándole por su que no habían podido dejar de invitar a Monsieur Pichaud
suerte verdaderamente milagrosa . Después se va, dejando el viejo boticario de la localidad, que ese día iba a hacerle;
al trío compuesto por el Payaso engañado y los amantes des- su periódica visita, lo cual, sabían todos. que iba a resultar-
cubiertos. les interminablemente fastidioso.
Las idas y verudas de los demás artistas se llevan a Oyen crujir la puerta, y uno de ellos comenta que
cabo ahora a cierta di sta ncia. Pasan por el fondo del esce- Monsi.eur Picha ud llega demasiado temprano. Es posible
nario apresuradamente, y aquel los cuyo trabaj o no es reque- que también se vaya pronto, exclama otro, esperanzado.
rido en la pista, se ret iran a la s t iend as que les s irven de vi - Pero en vez de Monsieur Pichaud es Monsi.eur Labottc
vienda, bajando la cortina qu e h ace las vece s de puerta . El el que ll ega . La sorpresa de la familia es doble al enterarse
Trapecista, ignora n te de cua n to se ha descubierto mi entras de que la vis iui de éste no obedece a razon es puramente so-
yacía inconsciente, se ha !la intrigad o por su actitud extraña ciales . El recién llegado, que es además de buen ami go un
y fría, por sus deliberados esfu e rzos para evi tar cambiar con excelen te abogado, trae consigo su portafolio.
él la palabra después de su caida que estu vo a punto de costar- Sin embargo, este Mon.sieur Labatte es un tipo pers-
picaz. Y tran scurre algún tiempo antes de que les revele el
le la vida, y por toda aquella atmósfera t an incomprensible. objeto de su misión ; en lugar de indicárselo inmediata -
Al go que tampoco acierta a co mpn ~nd rr es la a ctitud de la mente , les intriga dej ándoles especular aceca de cual ser á
Ecuyere y las miradas tenAA s y fija s del Payaso. la importante razón que le ha impelido a importunarles en
Todavía no cae el telón, por lo me nos en tanto que el gru- este día de fi es ta , sobre todo haciendo tantísimo calor. Les
po de actores no con siga da r a es ta improvisaci ón un final a to rm enta reco rdánd oles cuan buen amigo de la familia ha
satisfactorio. ¿Cómo puede te nn in ar, cómo debe terminar si do dura nte tan to tiempo, y , de vez en cuando, deja escapar
sin que resulte banal o indebidamente mel odramático? que está a pu nto de co nvertirse en su mayor benefactor.
Ardi endo en curi osidad, la familia le adula y engatu-
sa a fi n de sonsa ca rle. Cual si fue se el propi o Tántal o, h a-
ciéndoles sufri r, el abogado va aproximándose al gran mo-
me nto de su reve lació n.
1()'.) 193
¿Recuerdan ellos la oveja negra de la familia, al lla- dores quitan de la vista la botella, hacen lo mismo con los
mado Pierre Loui s, su primo soltero, el que les abandonó en dulces y los vasos. Todo desaparece de la habitación, los do-
dos ocasiones y de quien no querían saber nada? cumentos vuelven al portafolio y éste es escondido debajo del
Se producen diversas reacciones entre los reunidos : sofá. Después, cuando todo ha readquirido el aspecto de una
Unos fruncen el ceñ o, otro se echan hacia atrás, hay también pacífica tarde dominical, la llamada de Monsieur Pichaud
qwen se muestra turbado , alguno más pone mal gesto y no obtiene respuesta y es invitado a entrar.
falta quien arrugue la nariz desdeñosamente; todos indican Luego del superficial intercambio de saludos, no acier -
que se sienten terriblemente decepcionados. tan qué decirle al anciano fa bricante de pi1doras y ungüen -
Monsieur Labatte les suplica sean caritativos, pues uno tos, y es él quien se encarga de mantener viva la conversa-
debe dar muestras de piedad ·hacia los muertos si no con los ción . Se anima despotricando contra los médicos modernos
vivos, especialmente cuando aquel primo soltero enmendó porque se burlan de la noble profesión farmacéutica; se que-
sus errores con su teswmento . No había vuelto la espalda a ja de los dolores y achaques que padece y les rinde cuentas
sus familiares para dejar toda su fortuna de casi un millón de los últimos chismes que corren por el pueblo. Práctica-
de francos ¿a quién? ¡Ah, mais ouí! ¡Por supuesto! A nadie mente es un monólogo y sus oyentes se sienten mortalmen-
sino a su propia familia a la que Monsieur Labatte acude aho- te torturados y desesperadamente ansiosos de volver a su ce-
ra a com uni cárselo. lebración. El interés por quitarse de encima al viejo tacaño
Se produce un si lencio de estupor; en seguida algunos se halla ~scrito en todas las caras. Al cabo de un rato a,gu-
suspiros y palabras de apremio para que lo diga todo. A conti- nos empiezan a dar cabezadas, otros inician conversaciones
nuación todos ellos se muestran más cuidadosos en la con- aparte, y un par de mujeres cuchicheando irrespetuosamente
tención de su alegría , y, por causa de las circunstancias, tra- salen de la habitación.
tan incluso de aparecer como apenados y dignos miembros Por fin, Monsieur Pichaud hace notar que no es tan vie-
de la famílitt. jo como para no haber advertido algo extraño en sus respecti-
Pero el esfuerzo llega a ser excesivo para ellos. Gra- vas actitudes y que algo están tratando de ocultarle. Como
dualmente, inrnpuces de disfrazar sus verdad eros senti- quiera que nadie hace esfuerzo alguno por retenerle, asegu-
mientos duran te mucho tiempo, dan rienda suelta a lo que rándole lo contrario, bien pronto en cuentra wrn excusa para
piensan. No tardan en caer las máscaras por entero; sien- despedirse.
ten gan as de celebrar el acontecimiento y están inflamados Cuando Monsieur Pichaud sale, se mantienen silencio-
de a legría . Para conmemorar la ocasión, el cabeza de fami - sos sólo hasta oir el golpe de la puerta cuando se cierra. En-
lia saca de lu lx)dega una viejísima botella de cognac, que es- seguida estalla su alegría otra vez. Reaparecen los dulces y
tuV1era guardando para algún feliz y especial suceso, y las los vasos, surge la botella de cognac acompafiada de al-
mujeres St' nprr s11rn n n poner sobre la mesa dulces y va.sos. gu nas otras más. Beben unos a la sa lud d t' lo ., ot ros , sin fal -
ln mediutarnente , tan pronto se saca el tapón, óyese W1 '
¡· ta r los brindis por la enfermedad que se llevó al primo Pie-
suave y metódico golpe de nudillos en la puerta; ¡Mon Dieu l rre Louis a un mWJdo mejor; beben a la salu d de los muchos
debe ser M onswur Pi chaud, el viejo boticario. ¡Se habían fr a ncos que les esperan, y Mon sieur Labntte bebe pensando
olvidado dt> r l por completo' ¡Ahora seguramente se quedará en la tarifa que les va a cobrar. Beben n u na sugerencia de
con eHos mucho ti empo, y habla que habla, no sabrán cómo parte de cualquiera y prosigue aq uella orgía de gozo incon-
quitárse lo de encima! tenible .
InswnLánC'a men te el cabeza de familia acude a la puer- A punto de caer el telón , decid en sal ir inmediatamente
ta y se apoya contra ella mientras in dica a los demás, por hacia París y empezar a gastar una parte del dinero antes de
gestos, lo que han de hacer. Con apresuramiento de conspira- que a alguien se le vaya a ocurrir presenlar alguna recla-
mación .
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..
padre y corre a darle un abrazo, sólo para regresar temblo-
TRAGEDIA EN EL MAR rosa al ver que se trata de alguien que no es quien ella pen-
saba.
Se percibe asimismo la existencia de barreras y dife-
Durante dos días la tormenta se ha abatido con furiosa rencias psicológicas en la reacción de ambos grupos. Los
violencia sobre el mar. Se desconoce el destino que haya po. afortunados no pueden expresar por entero toda su felicidad
dido caberles a los cuatro barcos pesqueros que salieron una como desearían hacerlo, frente al dolor de los otros, y los des·
semana atrás para llevar a cabo la pesca de la temporada y dichados tampoco pueden mostrarse tan inhumanos que
que ya debiera n hallarse de regreso. menosprecien o ignoren la satisfacción de quienes fueron
En la playa de la vieja al dea de pescadores se agrupan más afortunados, incluso sin dejar de considerar la propia
las familias de los desaparecidos y todos los demAs ha. tragedia.
bitantes, espera ndo ansiosamente que se produzca la calma, ¿Qué sucede después? ¿Deben los desgraciados apartar-
oteando todos el .~jano horizonte con la esperanza de ve r se de loa demás y formar grupos separados, o qué? ¿Cómo
apar ecer las embarcaciones eclipsadas tanto tie mpo y los <kben reaccionar ante una situación semejante?
hombres perdidos.
La atmósfera es de temor y esperanza, mezclados con
la desesperación y una estoica paciencia na cidas de una lar· EL CONFLICTO
ga tradición.
En determinado momento alguien cree ver un objeto En la vasta rt-,;ión agrícola donde viene trabajando, es
di stante, puede ser u n barco, dos quizás, luchando contra la el Doctor Starke el único médico que hay en doscientas mi·
tormenta en la enfur ecicfa inmensidad del mar. Los telesco· Has a la redonda
pios de mayor alcance revebn que sólo se trata de un ba rco y Pr:!ro e) buen doctor hace días que está imposibilitado de
que su mástil roto produce la impresión de ir acompañado de hacer sus visitas habituales y reza para que nada le obHgue
otra embarcación. a separarse de su casa convertida ahora en hospital. En estos
De cuál barco pueda tratarse es cosa imposible de fijar momentos, su hijita, su hijita única , yace muy enferma con
inmediatamente, pero a medida que aquél se hunde y cabe· una grave infección.
cea dejándose ver mejor, puede observarse que su cubierta se El, su esposa y una enfermera se han estado turnando
halla repleta de pescadores. Ello sólo puede significar una para hacer todo cuanto la ciencia médica y Ja habilidad hu·
cosa para quienes están en la orilla, que los restantes barcos mana sean capaces, en un esfuerzo para salvar aquella
se han ido a pique y que algunos de los tripulan tes ha n log-ra· vida. Ya, por fin , se halla en las últimas fases de la crisis
rlo ser rescatad os. que ha estado padeciendo. Su vida está en la balanza; cual·
Pero ¿cuáles son los barcos perdidos y quiénes de entre quier momento de negligencia pudiera resultar fatal. Y aun·
sus tripulantes? La interrogante es enloquecedora y algunos que él se encuentra más agotado que las mujeres, insiste en
vali entes se lanzan al mar en barcos salvavidas para pr es- ser quien se quede a su cuidado para que no haya posibili·
t.ar ayuda a los que llegan. dad de error.
A medida que cada uno de los barcos salvavidns de5ern· Entonces es cuando sucede aquello que el doctor quería
barca en la playa su cargamento de pescadores salvndos, se evitar con sus plegarias. El señor Blohm, el vecino de la
hace más y más paten te cuáles son las famili as qu e han per· granja cercana, acude en solicitud de que vaya a atender un
dido a sus m iembros y cuáles vuelven a tener co nsigo a sus caso de urgencia. ¡La señora Blohm ha sufrido un ataque al
seres queridos. Por ejemplo, una niñita cree reco nocer a su corazón!
-
La esposa de l médi co no quiere dejarle salir; éste expli - sos se produce allá en la oscuridad donde tiene lugar la toma
ca la razón por la cual no puede ir inmediatamente_ Un hon - de sonidos.
do confli cto psicológico predomina: Si el doctor abandona a Tod os se vuelven hacia quienes aplaudieron, para ver
la niña .. . y si se rehusa a a sistir a la enferma del cora - al produ ctor, un tipo rastrero que surge de las sombras,
zón ... Ambos hombres se comprenden perfectamente. de sde las cuales, en silencio, había estado observando los
Pero ¿cómo resolverán esta situación los actores sin a contecimientos. Todo era excelente, soberbio ... y bueno
que aparezcan señales de brusquedad, de enfurecimiento, de también ... aseguraba el productor, asintiendo con la cabeza.
odio? Pero...
Acto seguido el hombre empieza a hacer sugerencias .. .
"sólo sugerencias, usted me comprende"... para mejorar
EL DEBUT DE UN DIRECTOR esto y aquello otro. La cabeza del hombrecillo se mueve como
si estuviera de total acuerdo.
Juli án Wells es un director de escena muy joven, terri- Gradualmente cambia la atmósfera y el comportamien-
blemente sincero y no mal Pnd o todavía . Su entusias mo y to de todos . A medida que el productor hace trizas toda la es-
una pasión ilimitada para con su trabajo le han conquistado tructura de la escena, los ánimos del director, de los actores
éxitos rápidos ... y Hollywood le ha hecho ascender veloz- principales y de los comparsas van hundiéndose más y
mente en su carrera. más.
Por eso le encontramos en un set del estudio ensayando En desacuerdo con las "sugerencias", h umillado ante
la primera escena de importancia en su primera película. la compañía, el director comienza a defenderse y también a
Su energía es contagiosa; anima incluso a los actores de los demás, enfureciéndose por minutos. Los actores, moles-
más ínfima categoría y todos lo consideran como el director t os, desaparecen lentamente del set, conociendo perfectflmPn-
"ideal". El set es un pequeño remanso de amabilidades, ar- te la inutilidad de la postura adoptada por su di rector y lo
monía y élan vital . que re sultará a l final. Todos los demá s ~Hn retrocedi end o Y
El en tusiasmo del grupo aumenta a medida que va en- acaban por desvanecerse.
saya ndo y cuando pasa la escena por úl tima vez, la ejecuta A solas con el director y con la propia bajeza moral, el
tan perfectamente que todos se sienten maravillosamente p rodu ctor presenta su ultimátum: O bien el director desecha
felices. aquella escena, haciéndola según su voluntad, o bien se en-
El ambiente de inspiración artística prevalece todavía cargará de ella otro director. .
cuando dan principio las preparaciones para comenzar a fil - Al ténnino de esta im provi sación, el jov en directo r,
mar; parece como si íluyern de la joven e inteligente cabeza solo co n el alma destrozada en este su bautismo de fuego en
embargánd olos a todos. Se filma la escena. Se realiza tan Hol Íywood, sostiene su cabeza entre las mai:ios, med i_tan -
maravillosamente, está tan compl eta en todos sus detalles, do acerca de las mismas cosas que much os Jóvenes dire c-
que sólo es necesaria una "toma". tores meditaron antes que él, de igual modo y por idénti rns
Al grito de "¡Corten!" hay un instante de tensión, ~e razones.
asombro contenido, luego, t odo el mundo estal\a en e~:ptes10-
nes de a1egria, 1as actrices 1e ech an los brazos al cuello,
sueltan wrn felicitación tra s la otra. Jamás, en su opinión, ¡D&JAD DE REIR!
había sido nada tan brill antemente in mortalizado por las
cámaras cinematográficas co mo ahora. Y a man era de pun- Tortolino es un viejo y famoso payaso. Su hija, ya . ma -
tuación a oportunid ad tan magn ífi ca, un estallido de aplau- yorcita, cree que no hay nadie más gracioso. Lo oroo10 le
ocurre a Sasso, su protegido, un muchacho de talento a qwen Cuando Tortolino se pone de pie, está borracho por pri-
el payaso ha entrenado con objeto de que siga sus pasos. Con mera vez .en eu vida, y loe entristecidos jóvenes saben que
este lazo que los une, Sasso y la joven se anamoran y acaban no será esa la última vez. Cuando el payaso llega a la puer-
casándose. Esa es la razón de que el viejo payaso reflexione ta, se vuelve a ellos y, con toda la agonía de sue recónditos
sobre su actuación al objeto de formar pareja con su yerno. sentimientos y de sus frustraciones, grita: ¡Dejad de reir!".
Pero el caso es que Sasso ha adquirido tal superioridad
que en todas las actuaciones demuestra ser mejor que Torto-
lino . No transcurrirá mucho tiempo sin que el más joven se
convierta en astro refulgente del acto y el anciano payaso EL PROFESOR
descienda y descienda hasta perder aque1la categoría suya.
El viejo quisiera sentirse feliz, pero no puede porque le Con objeto de ganarse un poco de dinero, cierto estudian-
duele terriblemente lo que ocurre. Se halla orgulloso de su te de escasos recursos está dando clases de matemáticas a
creación, complacido por la felicidad de la joven pareja y t una jovencita acomodada, con la cara llena de pecas. Para
sin embargo le apena la pérdida de su prestigio y qui ere el padre de la chica, ésta es una a trevida ; para el profesor no
guardarla en silencio. es otra cosa que un diablillo, una rapazuela.
E sta noche, como de costumbre después de la representa - Las lecciones han marchado tolerablemente bien hasta
ción, los tres se disponen a cenar juntos. Los recién casados que el profesor pone a su alumna un problema que ella no
se muestran gozosísimos por su matrimonio y el éxito que puede resolver.
indudablemente les aguarda, pero se ven obligados a repri- Por venganza, la chiquilla le obliga a ser él mismo
mir su alegria debido a que el viejo payaso siente muy hondo qwen lo resuelva. ¡Pero tampoco es capaz de hacerlo! Vacila
su declinación . Hay algo peor todavía, esa noche la mu cha- y tartamudea, renueva sus explicaciones, pero no puede ha-
cha ha de scubierto que su padre bebe cuando está solo, cosa llar la respuesta correcta. La alumna encuentra un placer
que nun ca había hecho antes. Conversan durante el trans- sádico en su confusión ; le trata igual que si fuera una com-
cu rso de la cena, arreglándoselas para sortear la situación paftera de juegos.
sin aludir a lo que está sucediendo. Por si algo Je faltase al malestar del Profesor , el papá,
La atmósfera es francamente embarazosa. Procuran ee decir, quien paga, entra en ese instante para tomar asien-
evitar a lusiones, pero es difícil una conversación en la que to y observar los adelantos de su hija. El apurado maestro
no se refleje la triste situación del anciano. ¿Qué decir? To- trata de plantear un nuevo problema, pero la chicuela le hace
do lo que dice cualquiera de ellos suena a falso. ¿Qué puede volver al que quedó sin resolver. Hace un intento más, diver-
hacerse? No parece haber solución. La felicidad que todos ha- sos intentos, pero sin conseguj r la solución. Es el momento
bía n estado agunrdando se ha trocado en amargura. en que el padre, dándose cuenta de que el profesor se halla en
Durante la cena, el viejo payaso se excusa varias veces un brete, les indica a los dos el modo de resolverlo.
para levantarse de la mesa. Su hija observa que se tambalea Ahora, el estudiante se siente dolorosamente embaraza-
y vacila en decírselo a Sasso por no añadir leña al fuego . El do y sólo espera que le digan que sus servi cios han termina-
viejo payaso aparece más borracho cada vez que regresa a la do. Pero el papá se revela como un alma buena, y refiriéndo-
mesa , y empi eza a mirar y a reaccionar en forma sospecho- se al incidente, les explica que t ambi én él fracasó con ese
sa fren te al silencio de los otros y ante sus miradas extraña s mismo problema siendo joven, y, a m odo de consolación, in-
y todo cua n to hncen . Vuelve a excusarse de nuevo y acaba vita al joven para que les acompañe a comer.
dándoles las buenas noches. Acepta el Profesor, y el padr e les deja para que reanu-
den la lección. Pero a l comenzar de nuevo, la rapazuela
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muestra un brill o de triunfo en sus ojos, y por sus ironías es a su botella para ingerir un liquido que bien necesita ahora,
patente que de ahora en adelante será ella quien domine la pero la encuentra deshecha en su bolsillo, y cosas semejan-
situación, como siempre lo ha hecho en todo. tes les suceden a los demás personajes.
En pocas palabras, estas primeras reacciones al verse
enterrados en vida, hacen patente el egoísmo de cada uno.
Luego, confonne van observando por los acontecimientos
¡ATRAPADOS! que tienen lugar lo lejos que se hallan de todo posible contac-
to con sus posibles rescatadores, a medida que aumentan la
Un grupo de turistas es conducido a las galerías de una sed y el hambre, cuando las baterías de las lámparas co-
famosa mina de cobre situada en Montana, quinientos me- mienzan a debilitarse dando menos luz, al comprender que
tros por debajo de la superficie terrestre. Forman un conjun- les va faltando el oxígeno debido a los gases deletéreos
to heterogéneo, un conglomerado de tipos y caracteres que ra- subterráneos, es cuando el egoísmo se convierte en odio que
ramente habrían podido hallarse juntos en cualquier otra se manifiesta. en todos los hechos y en todas las palabras.
circunstancia. Condenados a perecer, luchan contra la muerte como
Aparte del guía, el grupo incluye (entre otros) a un co- anímales salvajes, culpándose mutuamente por lo acaecido,
rredor de valores públicos y a un ladrón que está esperando esquivando la responsabilidad por su estado, acusándose
el momento de poderle timar, la esposa del financiero, dos unos a otros por su falta de habilidad para salir de allí. Los
profesoras, una prostituta, una pareja de recién casados un que sienten deseos de venganza la ejecutan ahora, los que
asesino y un detective que va siguiéndole la pista un alc~hó- son cobardes lo demuestran, y quienes son compasivos y pa-
lico incurable, y una muchacha que sabe que sus' días están cientes persisten en su actitud.
contados debido a una fatal enfermedad y está disfrutando Más tarde se produce ese hondo sentido de afecto que tie-
la que, probablemente, sea última vacación de su vida. ne lugar en todos cuando la inminencia de la muerte es cla-
El montacargas acaba de bajarlo1, y de retirarse, dejan - ra y termina nte Ese instante surge también en estas victi -
do que los turistas se habitúen a la luz esca sa y a la atmósfe- mas al co mprender que ya no hay esperanza y que hacen
ra cavernosa. En ese momen to, a penas el guía acaba de dar- fr ente a lo inevitable : que habrán de morir juntos y han de
les instrucciones acerca del modo como habrán de manejar aceptar las cosa s La] co mo son .
sus lámparas, disponiéndose a conduci rles mina adentro A partir de ese momento todo sufre una transforma-
e~ cuando se produce el ensordecedor rugido de una explo: ción, desaparece todo aquel lodazal de las fragilidades y
s1ón tremebunda. El grupo cae a tierra por la sacudida. To- abominaciones humanas. Con diversos actos, gestos y sa-
neladas y más toneladas de roca y sucios de sperdicios caen crifici os revP lan cuanto en ellos hay de más verdad, de me-
por el hueco del montacargas y se a cumu lan sobre la bocami- jor calidad, t.odo lo que es básicamente bueno y sincero, sin
na ¡Los turistas se hallan completamente atrapados! egoísmos.
Cuando se rehacen del choque que acaban de experi-
mentar, sufren otro al darse cuenta de que se encuentran en- Lo que esos personajes hacen, o como hacen patente que
cerrados. Sus sentimientos ocultos van saliendo a luz en están convirtiendo esos últimos instantes de su vida en una
e~os minutos de pánico. La joven recién casada grita atemo- Utopía, es la improvisación que corresponde al grupo de acto-
nzada; el financiero exige que el guía haga algo; su esposa res, como lo fueron las primeras oportunidades de este ejerci-
se desmaya y la prostituta intenta. hacerla volver en sí· el cio en cuanto al desarrollo de los incidentes. Pero la impre-
a~esino ~ el detective se lanzan desesperadamente a 'ias sión resultante deberá ser tan convincente que justifique los
piedras e mtentan abrir una salida ; el alcohólico echa mano rasgos más salientes en cada uno de ellos, y conseguir el

202 203
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Se termi nó de imprimir en
los Tall eres Grá ficos Ores1es S.R.L.
en el m es de agosto de 1987 .

..
manos, como se ve en ese instante. Es más, sabiendo que to-
do va a terminar, que los personajes volverán a adquirir su INDICE
primitiva condición si llegan a ser rescatados, ¡reza para
que esto no suceda!
Si por fin han de ser rescatados, y cómo reaccionarán Pág.
en tal caso, son cuestiones de improvisación que el grupo de
actores puede aceptar o dec1inar, dependiendo todo de los pro-
pósitos particulares dentro de los cuales haya sido seleccio- Nota Preliminar 11
nado el ejercicio.
Recordatorio al Lector 13

Cuerpo y psicología del actor 15


Imagi nación e incorporación de imagenef 35
Improvisación y conjunto 49

La atmósfera y los sentimientos individuales 62

La gesticulación psicológica 77

El personaje y su caracterización 98

Individualidad creadora 106

Composición de la representación teatral 115

Diferentes tipos de actuaciones 145

Como posecionarse del papel 153

Notas finales 176

Ejemplos para la improvisación 183

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