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COMPETENCIA PERFECTA.

Competencia perfecta, monopolio, competencia monopolística y oligopolio son los


cuatro modelos básicos de estructura de mercado identificados por la ciencia
económica, para cada uno se dan distintos procesos de información de precios. A
continuación, las principales características de cada modelo:

Competencia perfecta

Reúne las siguientes características:

 Homogeneidad del producto, es decir que el producto ofrecido por cualquier


vendedor es igual al que ofrecen todos los restantes.
 Ningún participante en el mercado ya sea comprador o vendedor puede influir
por sí solo en el precio, dado que cada uno individualmente es tan pequeño
con relación al mercado en su conjunto que su accionar no puede afectar a
éste.
 Movilidad de los recursos, lo que implica, por ejemplo, que los trabajadores
pueden mudarse de una región a otra, las materias primas están accesibles
a todos en igualdad de condiciones, las empresas pueden entrar al mercado
o salir de él, etc.
 Transparencia de la información de los mercados, tal que los consumidores,
las empresas y los propietarios de los recursos tengan un perfecto
conocimiento de los datos económicos y tecnológicos relevantes para su
actividad.

Dado que la exigencia de todos los requisitos resulta difícil de imaginar a un sector
de la actividad económica que se desenvuelva en un mercado de competencia
perfecta. En competencia perfecta hay un precio normal básico o de equilibrio que
es el que corresponde a la igualación de la cantidad ofrecida y la demanda, un precio
alto fomentará la producción y desalentará el consumo, mientras que un precio bajo
que desalentará la producción y fomentará el consumo, por lo tanto debe haber para
cada mercancía un precio que haga que el ritmo de producción y el de consumo
sean iguales.

Este precio se denomina precio normal, y no tiene que estar necesariamente en


ningún intercambio, es decir que no tiene que coincidir con el precio del mercado.
Sin embargo, si el precio del mercado es tal que, en igualdad de las restantes
condiciones, el ritmo de producción de una mercancía es persistentemente inferior
al de consumo, entonces el precio de mercado es menor que el normal. A tal precio,
la producción se desalienta con exceso mientras que el consumo se fomenta
demasiado, y las existencias de mercancías muestran una persistente tendencia a
disminuir. Por último, si el precio del mercado fuese igual al normal y todas las
demás condiciones permanecieran iguales, no habría tendencia durante un período
de años a que las existencias de la mercadería aumentasen o disminuyesen,
aunque, desde luego, pudiera haber variaciones estacionales y de otras clases de
corta duración. En el largo plazo, las cosas pueden cambiar, pues más allá de la
interacción descripta entre la oferta y la demanda existe la posibilidad de que se
produzcan alteraciones estructurales, como que las empresas cambien el tamaño
de sus plantas, o decidan abandonar el mercado o entrar en él. Si los vendedores
no pueden establecer características diferenciales en su oferta, no pueden vender
sus bienes por nada más que el precio de mercado. Los vendedores en estos
mercados no dedican mucho tiempo a la estrategia de marketing, ya que el papel
de la investigación de mercados, desarrollo de producto, fijación de precios,
publicidad y promoción de ventas es mínimo.

Ejemplo:
MONOPOLIO.
Un monopolio (del griego μόνοϛ mónos 'uno' y πωλέιν pōléin 'vender') es una
situación de privilegio legal o fallo de mercado, en el cual existe un productor o
agente económico (monopolista) que posee un gran poder de mercado y es el
único en una industria dada que posee
un producto, bien, recurso o servicio determinado y diferenciado.
Para que exista un monopolio, es necesario que en dicho mercado no
existan productos sustitutivos, es decir, no existe ningún otro bien económico que
pueda reemplazar el producto determinado y, por lo tanto, es la única posibilidad
que tiene el consumidor de comprar. Suele definirse también como «mercado en
el que solo hay un vendedor», pero dicha definición se correspondería más con el
concepto de monopolio puro.
El monopolista controla la cantidad de producción y el precio, aunque no de
manera simultánea, dado que la elección de la producción o del precio determina
la posición que se tiene respecto al otro; vale decir, el monopolio podría
determinar en primer lugar la tasa de producción que maximiza sus ganancias
para luego determinar, mediante el uso de la curva de demanda, el precio máximo
que puede cobrarse para vender dicha producción.1
Desde un punto de vista económico, si el monopolio es maximizado de utilidades,
a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, se enfrenta a una curva
de demanda de pendiente negativa. Al no ser horizontal, nunca operará de
manera voluntaria siempre que el ingreso marginal (IMg) sea inferior a cero, aun si
los costos de producción fuesen iguales a cero, puesto que siempre existirá la
alternativa de reducir la producción, aumentando de este modo los ingresos y, por
ende, las ganancias que percibe. En efecto, cuando 0 < η < –1 (elasticidad precio
de la demanda inelástica), se tiene que el ingreso marginal es negativo, por lo que
el monopolista nunca decidirá operar en aquella porción de la curva de demanda. 1
En este contexto, el coste marginal del monopolista —incremento del coste total
cuando se varía en una unidad la producción— representa la oferta total del
mercado, por lo que se puede afirmar que no existe curva de oferta debido a que
la relación biunívoca entre cantidad y precio desaparece.2 Por tanto, el ingreso
medio (IMe) del monopolista —o el precio por unidad vendida— no es más que
la curva de demanda del mercado. Para elegir el nivel de producción maximizado
del beneficio, el monopolista ha de conocer sus curvas de ingreso
marginal (variación que experimenta el ingreso cuando la oferta varía en una
unidad) y de coste medio.
Se denomina poder de mercado a «la capacidad de un vendedor o de un
comprador de influir en el precio de un bien». En el caso de que el poder de
mercado recaiga sobre un único comprador, se trata de una estructura
de monopsonio, mientras que cuando recae sobre un único vendedor, se habla de
una estructura de monopolio.
El poder de mercado del monopolista está totalmente condicionado por el efecto
de la elasticidad-precio de la demanda (EPD), que establece la relación de las
variaciones de la cantidad demandada (QD), las cuales son motivadas por los
cambios en el precio del producto (P). Para poder maximizar su beneficio, el
monopolista buscará incrementar los precios, pero eso supondrá inevitablemente
una reducción de la cantidad demandada, que será mayor o menor en función de
la elasticidad-precio de ese producto en ese mercado. La oferta deseada por el
monopolista será aquella que maximice su beneficio, de forma que se equilibren
ambos efectos.

1. EPD = Elasticidad precio de la demanda del mercado.


2. IM = Ingreso marginal.
3. IT = Ingreso total.
4. P = Precio.
5. Q = Nivel de producción.
6. m = Monopolista.
7. CM = Coste marginal.

*
Oligopolio
En microeconomía, un oligopolio (del griego oligo, ‘pocos’, y polio,
‘vendedor’) es un mercado dominado por un pequeño número de
vendedores o prestadores de servicio (oligopólicos u oligopolistas).
Debido a que hay pocos participantes en este tipo de mercado, cada
oligopólico está al tanto de las acciones de sus competidores. Dado que
las decisiones dea una empresa afectan o causan influencias en las
decisiones de las otras, se establece una situación de equilibrio en el
grupo de oferentes, con lo cual deja de existir competencia de mercado.
El oligopolio supone la existencia de varias empresas en un mercado
determinado que ofrecen un mismo producto, pero de tal forma que
ninguna de ellas puede imponerse totalmente en el mercado pues esta
situación implicaría la aparición de un monopolio. Hay por ello una
aparente lucha entre las mismas para poder llevarse la mayor parte de la
cuota del mercado en la que las empresas toman continuamente
decisiones estratégicas, teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades
de la estructura empresarial de cada competidor. Lo trascendente, por
tanto, en el oligopolio, es la falta de competencia real, lo cual afecta a los
consumidores (demandantes de bienes o servicios).
Por medio de su posición las empresas oligopólicas ejercen poder de
mercado provocando efectos negativos para los consumidores entre los
que se cuentan: que los precios sean más altos, la producción sea
inferior, bajos niveles de calidad o impidiendo el ingreso de nuevos
oferentes.

Generalmente, cuando se aplica la teoría de juegos, se supone que cada empresa


puede tomar decisiones en un conjunto de decisiones propias, y que, dependiendo
de cuales toma esa empresa y las demás, obtendrán un determinado resultado. A
veces esto se puede representar como que cada empresa tiene una curva de
reacción a las acciones de las demás empresas. Por ejemplo, si el resto de las
empresas tomaran una serie de decisiones, y nuestra empresa en cuestión
conociera (supuesto bastante fuerte, desde luego) qué decisiones han tomado las
demás, para poder obtener ella el máximo beneficio debería de tomar ciertas
decisiones a su vez, que dependen de las tomadas por las demás.
Hipotéticamente, si las curvas de reacción de todas las empresas se cruzaran en
algún sitio, ese conjunto de decisiones para todas las empresas implicadas
implicaría el equilibrio del juego, porque todas las empresas estarían a la vez
haciendo lo mejor para sí mismas dado lo que están haciendo el resto de las
empresas. Esto es lo que se conoce como Equilibrio de "Nash".
No obstante, un caso común también es que alguna de las empresas sea Líder y
las demás Seguidoras. En este caso, en vez de suponerse que se va a alcanzar un
equilibrio en el que todas las empresas más o menos llegan simultáneamente a esa
situación de equilibrio, la ventaja de la empresa Líder (por ejemplo, por tener alguna
ventaja empresarial aplastante sobre las otras empresas) le lleva a tomar primero
una decisión ante la cual responden, o sea, la toman después, las seguidoras. Esto
es lo que lleva a la Líder a tener en cuenta, para cada decisión, que las seguidoras
van a responder de una determinada manera, por lo que reajusta su forma de decidir
teniendo en cuenta cuáles serán las decisiones de las demás, como si en cierto
modo también las pudiera controlar a ellas y ponerlas al servicio de su propio
beneficio.

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