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Facultad de Ingeniería
ALUMNOS :
HERNANDEZ VALENCIA, Erick Omar.
El origen y disposición de los océanos, los continentes y las cordilleras ha sido objeto de debate
geológico durante muchos siglos.Dos conjuntos de hipótesis rivalizaban para dar una
explicación: el fijismo y el movilismo.Según el fijismo, continentes y océanos han tenido
siempre la misma forma y han ocupado los mismos lugares a lo largo de toda la historia del
planeta.Para el movilismo, tanto la forma como la posición de ambos habrían cambiado con el
tiempo.
Hasta el siglo XX predominaron las ideas fijistas, muy relacionadas con el catastrofismo y el
creacionismo.La orogénesis u origen de las montañas y cordilleras era explicado mediante el
contraccionismo. Según esta idea, al principio la Tierra estaba muy caliente y, a medida que se
fue enfriando se contrajo. Esta contracción ‘arrugó’ la superficie terrestre, formando las
montañas.Una variación del contraccionismo es la hipótesis del geosinclinal que postula la
formación de montañas a partir de sedimentos submarinos que se pliegan.Las teorías fijistas
presentaban numerosos problemas.•No había evidencias de la contracción de la Tierra.•No
explicaba la distribución de las cordilleras en zonas concretas del planeta.•No explicaba la
presencia de fósiles idénticos en continentes separados.Para justificar este último punto se
propuso la existencia de puentes intercontinentales, brazos de tierra que habrían unido los
continentes en el pasado y que luego desaparecieron.Algunos de esos puentes han existido,
pero no en la cantidad necesaria para explicar todas las migraciones.En el siglo XX comienzan
a tomar fuerza las ideas movilistas. Su principal defensor fue Alfred Wegener, que propuso que
en el pasado todos los continentes estaban unidos en uno solo. Esto explicaría la distribución de
fósiles. Posteriormente los continentes se separaron hasta su posición actual.Esta teoría se llamó
de la deriva continental.La teoría de Wegener tenía muchos problemas y la mayoría de los
geólogos la rechazó.Sin embargo, el estudio del relieve de los fondos marinos llevó a la teoría
Hess y Dietz de la expansión del fondo oceánico. Ésta, junto con nuevos datos llevó a la teoría
actual, la tectónica de placas, de Tuzo Wilson
En la historia geológica de la Tierra han ocurrido tres grandes orogenias. La caledoniana, hace
unos 330 millones de años, que originó cadenas montañosas importantes de las que sólo quedan
vestigios. La hercínica o varisca, hace unos 220 millones de años, erigió los Urales, parte de los
Apalaches y muchos de los macizos del centro de Europa. El último plegamiento orogénico fue
el Andino-Alpino.
La orogenia caledoniana formó los montes de Escandinavia y Escocia, y algunas cadenas bajas
de Canadá, norte de Asia y Australia. Muchas de estas cordilleras, que en la actualidad parecen
sólo cadenas de colinas suaves y redondeadas, fueron imponentes montañas hace muchos
millones de años.
CORREDORES ESTRUCTURALES
La importancia de estas rocas deformadas radica en que algunos de sus afloramientos tienen
áreas de alteración supérgena que por lo general están ligadas a sistemas compresivos y a
depósitos con valor económico mineral. Tal como sucede en el extremo este de la reserva
nacional Pampa Galeras. Aquí, las rocas paleógenas están conformadas por una intercalación
de lavas andesíticas, tobas soldadas y areniscas volcanosedimentarias rojizas afectadas por un
intenso fallamiento que al menos cuenta con 2 sistemas principales: El primero (de dirección NO-
SE), comprende fallas inversas conjugadas y una serie de pliegues anticlinal-sinclinal con
rumbos que guardan relación con las estructuras regionales. Mientras que el segundo,
comprende fallas inversas de dirección O-E alineadas paralelamente a un enjambre de diques
de riolita y pequeños cuerpos de sienitas alargados, que en las zonas de contacto con los
estratos de lavas andesíticas confieren una llamativa coloración rojiza supérgena. Siendo el
primer sistema el que intersecta al segundo, del mismo modo que ambos se encuentran cortados
por vetas de cuarzo de rumbo NE-SO que afloran preferencialmente en el centro de los ejes NO-
SE de pliegues anticlinales.
Según el primer arreglo estructural, sus elementos geométricos son análogos a un sistema
plegado por fallas inversas en los que los niveles estratigráficos inferiores empujan hacia arriba
deformando al mismo tiempo a las partes superiores de los bloques techo de las respectivas
estructuras (pliegues por flexión de falla). Por el contrario, esta analogía es difícil de aplicar para
el sistema O-E ya que en sus superficies de fallas se observa una cinemática compleja (entre
dos a más direcciones de movimiento) e indicios de rotación.
Cabe destacar que la mayor parte de estos plegamientos tienen una vergencia local hacia el
noreste. Mientras que otros similares ubicados más hacia el este, tal como es el caso del río San
José en las cercanías a las localidades de Chalhualla y Ajtapa, presentan una vergencia similar
asociadas a fallas de alto ángulo que levantan bloques hacia el noreste. No obstante, en los
frentes montañosos al oeste de Chalhualla-Lucanas y Puquio, los pliegues que afectan a los
volcánicos paleógenos presentan una vergencia opuesta a través de un levantamiento de
bloques predominante hacia el suroeste.
La temporalidad relativa de estructuras y la doble vergencia de pliegues hacen pensar en una
tectónica superpuesta, cuyos movimientos no necesariamente funcionaron en un intervalo
distinto al Paleógeno; pero que sí corresponden a eventos previos al Neógeno, ya que esta
deformación está ausente en los niveles estratigráficos del Mioceno. Por lo que el plutonismo
diorítico es correlacionable en tiempo con la mineralización en vetas. De esta forma, si se observa
en un contexto regional, sobre el conjunto de fallas correspondientes a los tres puntos
anteriormente señalados se aprecia un corredor estructural NO-SE (principalmente entre Vado y
Puquio) que yace a manera de basamento debajo del Grupo Nazca y la Formación Puquio. (Fig.
2).