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Era la segunda semana de mi primer año de u, como buen mechón con dos dedos de frente y que

entre a estudiar mi carrera, me pasé yendo a clases con ropa vieja en caso de mechoneo. Ese día
en plena clase de matemáticas básica nuestros amorosos compañeros de segundo comenzaron a
golpear las puertas y paredes mientras se escuchaban gritos que clamaban ¡Pelo, pelo, pelo, pelo,
pelo! al son del golpeteo, entraron a la sala con sus semblantes llenos de maldad, se podía sentir la
sed de hacer sufrir a los pobres y weones compañeros mechones, nos quitaron nuestras
pertenencias, rayaron nuestras caras, nuestra cabellera fue decolorada con blondon, la marca
registrada de nuestra carrera en la U, nuestra ropa cortada, fuimos amarados cual ganado y llevados
a un pozo improvisado con material de dudosa procedencia y en descomposición, el cual se debía
atravesar en punta y codo, finalmente fuimos llevados a la plaza de esta sureña ciudad, donde nos
dijeron que debíamos recaudar 20 lucas para recuperar nuestras prendas y mochilas.

Viendo que al andar en patota no recaudaría nada, comencé a alejarme, mi estrategia consistía en
pasear entre los autos pidiendo dinero mientras el semáforo estuviera en rojo y luego volver a la
seguridad de la vereda, como andar pasado a vertedero y prácticamente estar en paños menores,
no era suficiente para un día normal en mi vida, tuve un pequeño encuentro con un vagabundo que
me insulto por "ser un conchasumadre robando su puesto de trabajo" tras unas suaves palabras
dedicadas con mucho aprecio hacia él, dejó de hinchar las pelotas. El día en si era un típico día
lluvioso y nublado como es de esperarse en esta ciudad, pero de manera imprevista el clima
empeoro de sobremanera, haciendo la visibilidad muy escasa, a unos extranjeros al parecer, les
encanto el espectáculo de ver que el cielo se caía a pedazos por lo que decidieron inmortalizar el
momento en video mientras yo pensaba "¿qué chucha estos weones vienen del desierto que nunca
han visto llover?" por lengua larga y tener malos pensamientos sobre estos turistas, paso lo
siguiente, me encontraba en medio de la pista cuando con semáforo en rojo, de la nada, un
conchasumadre, porque no se le puede llamar de otra forma, pasó a mi lado golpeando mis costillas
con el espejo lateral de su camioneta, fui socorrido por esos amables extranjeros, si los mismos a
los que consideraba weones y como buen WEON que soy, seguí en mi labor como si nada... al llegar
a mi pensión y una vez que la mugre y el hedor que me había acompañado todo el día desapareció,
noté un fuerte dolor en mi costado, era un hematoma del tamaño de África, que demoro semanas
en sanar...

Y la enseñanza del día es recuerden gente, siempre miren al cruzar la calle, aunque esté el semáforo
en rojo, sean niños buenos y cuidadosos, nunca falta el saco de weas irresponsable que le importa
una mierda la vida de los demás.

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