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Desde muy pequeño, Daniel mostró una extraordinaria capacidad para

el cálculo matemático y esto es debido a que es capaz de sentir los números


de una manera excepcionalmente vívida. Según sus propias palabras “los
números se mueven en mi mente, a veces son rápidos, a veces lentos. A
veces están a oscuras, a veces son brillantes. Esa emoción, ese movimiento,
esa textura son muy importantes para mí”.

Al fenómeno se le llama sinestesia, y se traduce en la capacidad de mezclar


los sentidos y obtener así una experiencia sensorial notablemente
incrementada. Se produce cuando las regiones del cerebro asociadas con
capacidades diferentes son capaces de formar conexiones inusuales. En la
mayoría de los cerebros de las personas, el reconocimiento de los colores, la
capacidad de manipular números, palabras, etcétera, están separadas y la
información se mantiene dividida para evitar una sobrecarga. En los
sinestésicos el cerebro se comunica entre regiones.

En el caso de Daniel, por ejemplo, todos los números del cero al 10000 se
describen en su mente como una forma en 3D con color y textura únicos. Por
ejemplo, él ve el quince de un color blanco amarillento y abultado.

Gracias a esta capacidad, Tammet no necesita de una calculadora para


resolver problemas matemáticos exponenciales, como por ejemplo 27 a la
séptima potencia, pues es capaz de dar la respuesta de 10460353203 en
unos pocos segundos.

Otro asombroso logro suyo ha sido el de memorizar y recitar el número Pi


con 22514 dígitos en poco más de cinco horas, lo que lo ha llevado a
ostentar el récord europeo en esta habilidad.

Pero las destrezas de Daniel no se limitan a los números, también es


extraordinariamente bueno para aprender diferentes lenguas. Tan es así, que
habla fluidamente 11 idiomas.

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