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Buenos días.

Realmente es agradable tener el privilegio de


dirigirme a todos ustedes. Bienvenidos.
Un cordial saludo a los integrantes de la mesa principal,
administrativos, tutores, familiares, invitados especiales,
graduandos y demás asistentes.
Hoy concluimos un ciclo de varios años, en el cual escalamos
conocimientos en la carrera que escogimos para el
mejoramiento de nuestra vida; definitivamente es una época
que no se borrara de nuestras mentes.

Durante todo este tiempo acumulamos experiencias,


momentos, recuerdos, en cada lugar de la universidad, en
sus clases, en alguna de sus aulas, en los pasillos, en la
cafetería, ó en una de sus múltiples escaleras, y la verdad
que todos ellos nos acompañaran para siempre. Quién no
recuerda el primer día de clase con la espera de conocer a
los nuevos compañeros; y aquel primer balance de prueba,
¡que canas nos sacó! Y –aún no hallamos el millón de
descuadre; la competencia por los chulos de matemáticas,
que en ultimas la nota no subió; el último examen de la
carrera, la presentación del trabajo final; el tener que convivir
con aquellos que dan respuesta a lo que aun no se les ha
cuestionado, los pesados parciales que nos llevaron, en
momentos a la bronco aspiración, ¡qué días!, vale la pena
recordar el pequeño libro que en silencio nos ha
acompañado, aunque nunca fue calificado. De todas formas
compañeros hacemos parte de aquella tribu, de esa tribu que
creamos, de una familia, de nuestra familia, la cual siempre
perdurara en nuestra alma.

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La verdad es que cada uno de nosotros ha dejado su propia
huella, ya sea por su estilo, forma de presentación en una
clase, o tal vez por una respuesta que dio a una pregunta de
un profesor, o quizá por la nota que saco en una materia, o
por sus insistentes intervenciones, constantes discusiones a
veces de dos, en ocasiones de todos, o como olvidar que
estuvimos embarazados, o aquel normo grama paupérrimo,
que tan gratos recuerdos dejo; aquellos momentos de
compinche ría, y más importante aún, la huella que nos
hemos dejado los unos a los otros, simplemente por el hecho
de habernos conocido, y cómo el hecho de conocer a unas
personas en unos años, te hace que no las olvides nunca y
que siempre las lleves contigo.

Imperdonable sería olvidarnos en este momento, de aquellas


personas que nos han ayudado tanto en este turbulento
camino, seres humanos que han contribuido a que esta etapa
haya sido mucho más fácil, y que realmente nos han
brindado su apoyo en los momentos difíciles cuando lo único
que vislumbrábamos era un paisaje oscuro y hostil; y con sus
palabras de aliento nos dieron el empujón que te sacude, y te
hace tanto bien. Con lo anterior hago referencia a nuestras
familias, que en cada caso serán bien; padres, hermanos,
abuelos, tíos, esposos o esposas, de corazón muchas gracias
por su confianza y apoyo incondicional.

Cabe recordar a nuestros amigos, tanto a los que ya


teníamos antes de ingresar a la carrera, como los que
acabamos de conocer en el transcurso de ella, esos eran los

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que te ayudaban y apoyaban, en algún momento de crisis, o
porque no decirlo, al cual brindabas consejo , cuando lo
solicitaba. Es bueno también decirlo, con los que te tomabas
ese cafecito a media mañana, o te ibas de fiesta un fin de
semana, o con los que hiciste ese viaje difícil de olvidar…
solo recordemos: “es muy difícil encontrar un buen amigo,
más difícil todavía dejarlo, pero imposible olvidarlo”.

Pero como olvidar también a nuestros profesores, aquellos


que te exigían tanto, pero luego reflexionando entendías que
esas exigencias, nos hacían obtener lo mejor de nosotros, y
darnos cuenta realmente de lo que somos capaces de hacer,
también cabe recordar aquellos docentes, que aunque
tuvimos únicamente una o dos asignaturas con ellos, te
saludaban por el pasillo y se paraban a preguntarte que tal
ibas con la carrera y como estabas ,algo que no en todas las
instituciones pasa, ya que en esta Universidad, en la
Corporación Universitaria Remington somos como una gran
familia y el trato profesor alumno es cercano; y no es solo el
hecho de venir a clase y volver a casa, si no venir, aprender y
pasar un rato agradable.
Ya es el momento de despedirnos, de decir adiós a la
facultad y a la vida universitaria, llega el momento de
empezar una nueva etapa, mirar, ir hacia delante; e ir
forjando nuestro nuevo, y exitoso camino.
Y Nunca olviden que “LOS OBSTACULOS SON LAS COSAS
QUE LAS PERSONAS VEN, CUANDO DEJAN DE VER SUS
METAS”.
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