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Cambio Climático Desertificación y Recursos Hídricos
Cambio Climático Desertificación y Recursos Hídricos
General:
Específicos:
El cambio climático ocurre por una exacerbada acción del efecto invernadero, resultado
del incremento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero, es decir, de
la cantidad y variedad de algunos de los gases que la componen.
Derivado de la actividad humana, una gran cantidad de gases han sido emitidos
a la atmósfera, lo que ha cambiado ligeramente la composición de la misma. Como
ejemplo se puede mencionar que la concentración de varios de los gases de efecto
invernadero ha aumentado.
Aunque estas concentraciones son muy pequeñas comparadas con las del
oxígeno o el nitrógeno, el cambio en ellas realmente esta afectado al planeta.
El efecto invernadero
Sin los gases de efecto invernadero la Tierra sería demasiado fría para albergar
la vida.
Es importante señalar que no todo el calor que es absorbido por el efecto
invernadero se mantiene en la atmósfera, sino que una parte regresa al espacio exterior.
El clima terrestre depende, precisamente, del balance energético entre la radiación solar
y la radiación emitida por la Tierra. Los gases de efecto invernadero son, como ya se ha
reiterado, claves en este proceso.
Para efectos de entender este fenómeno en nuestro planeta, esa superficie es,
precisamente, la atmósfera. Por medio de ésta, los rayos provenientes del sol son
absorbidos por las diferentes partes del sistema climático: la propia atmósfera, los
océanos, las zonas glaciares, los suelos y varias formas de vida. También a través de
la atmósfera, un porcentaje del calor absorbido es reflejado de regreso al espacio
exterior.
Debido a que estos gases tienen la capacidad de retener el calor emitido por la
superficie terrestre, actúan a manera de un gigantesco invernadero que mantiene y
regula la temperatura en la Tierra. Aunque solo representan el 1% de la composición
atmosférica, cumplen funciones primordiales, ya que sin su existencia la Tierra sería
demasiado fría para albergar la vida.
Por otro lado, este potencial de calentamiento global considera el tiempo de vida
en la atmósfera de los gases que se estudian, y entonces se establece el potencial,
contemplando un horizonte de tiempo de 20, 100 y 500 años, considerando los efectos
directos o indirectos que pudiese tener un gas determinado en el calentamiento global
de la atmósfera. El carácter directo o indirecto de un gas de efecto invernadero se da
por el hecho de que influya directamente en ocasionar el fenómeno o porque afecta el
tiempo que otros gases permanecen en la atmósfera.
La siguiente tabla muestra los gases de efecto invernadero que han sido mejor
identificados como causantes del fenómeno, sus potenciales de calentamiento global en
20, 100 y 500 años y su tiempo de vida en la atmósfera.
La tabla muestra, además del bióxido de carbono, otros gases como el metano
y el óxido nitroso, los cuales tienen también un efecto importante en el cambio climático
global, por el potencial de calentamiento global que tienen y el periodo que permanecen
en la atmósfera.
Todos estos gases, aunque solo representan el uno por ciento de la composición
atmosférica, cumplen funciones primordiales, ya que sin su existencia la Tierra sería
demasiado fría para albergar la vida.
Estudios desarrollados por investigadores alrededor del mundo permiten identificar las
fuentes de origen humano de los gases de efecto invernadero.
Según el
Programa de las
Naciones Unidas para el
Medio Ambiente
(PNUMA), la
desertificación amenaza
a la cuarta parte del planeta, afecta directamente a más de 250 millones de personas y
pone en peligro los medios de vida de más de 1 000 millones de habitantes de más de
100 países al reducir la productividad de las toerras destinadas a la agricultura y la
ganadería. Estas personas incluyen muchas de los países más pobres, los más
marginados y los ciudadanos políticamente más débiles. Aunque la desertificación
puede ser provocada por las sequías, en general su causa principal es la actividad
humana: el cultivo y el pastoreo exceivos, la deforestación y la falta de riego.
En el Perú
En los últimos 20 años, en el Perú se degradó más del 15% del territorio, lo que
afectó a casi el 11% de la población, principalmente en las regiones de Apurímac, Piura,
Lambayeque, Moquegua y Tacna. Si esta tendencia se mantiene, se calcula que al
2100, el 64% del territorio peruano podría estar afectado por procesos de esta
naturaleza.
El calentamiento global
incrementa la variabilidad del clima,
alterando los componentes del ciclo
hidrológico (precipitación,
evapotranspiración y transpiración).
Ello significa que en aquellas regiones
donde las lluvias son intensas en una
determinada época del año, es muy
posible que llueva aún más, y que las
áreas que tienen períodos largos de
sequía puedan ser aún más áridas.
Pero también podría suceder lo
contrario, es decir, que donde antes no
llovía, es posible que llueva en el
futuro.
Los cambios en los caudales extremos afectan también a la calidad del agua,
debido al mayor escurrimiento y arrastre de sedimentos y elementos contaminantes en
épocas de lluvia y una menor capacidad de dilución en épocas de estiaje. Los impactos
de ello se extenderán hasta los ecosistemas acuáticos y la salud humana
Por otro lado, los glaciares de los Andes están experimentando un rápido
retroceso debido al cambio climático. La deglaciación implica la pérdida de los
reservorios de agua del Perú. El país ha perdido, desde 1960, más de una quinta parte
de la superficie de sus glaciares debido al calentamiento global, una pérdida de masa lo
suficientemente grande como para suministrar agua a Lima durante una década.12
Además, la deglaciación incrementa del número de lagunas y sus volúmenes
aumentando los riesgos de desastres por aludes; y altera los caudales en los ríos, que
acrecentaría el proceso de desertificación y en otros casos, incrementaría los
deslizamientos e inundaciones.13 Los cambios en los patrones de precipitación y el
retroceso de los glaciares andinos afectan la vida de las personas, los ecosistemas y
las actividades productivas como la agricultura (degradación de tierras) y la generación
hidroeléctrica del Perú. Además, en las zonas costeras se prevé que el aumento del
nivel del mar provoque una contaminación de las aguas salinas en las aguas
subterráneas reduciendo la disponibilidad de agua dulce para los hombres y los
ecosistemas en las zonas costeras
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Cada vez caen más lluvias torrenciales y nieves intensas en las latitudes medias y
elevadas del Hemisferio Norte, al mismo tiempo que las lluvias han disminuido en las
zonas tropicales y subtropicales en ambos he-misferios. En extensas partes de Europa
oriental, Rusia occidental, Canadá central y California, las corrientes de agua máximas
se han desplazado de la primavera al invierno, en la medida en que las precipitaciones
caen más en forma de lluvia que de nieve, y el agua alcanza los ríos más rápidamente.
Mientras tanto, en las grandes cuencas africanas del Níger, el Lago Chad y el Senegal
el agua total disponible ha disminuido de un 40 a 60%.
En general, esta aceleración del ciclo hidrológico ha de dar como resultado un mundo
más húmedo. La cuestión es determinar en qué medida esta humedad ha de finalizar
cuando sea necesario.
Muchos modelos climáticos indican que los aguaceros en general se vuelven más
intensos. Esto ha de incre-mentar las escorrentías y e inundaciones y reducir al mismo
tiempo la capacidad del agua para infiltrarse en el suelo. El cambio en las pautas
estacionales puede afectar la distribución regional de los suministros de agua
subterránea y superficial. En el plano local, la vegetación y las propiedades físicas de
las zonas de captación influirán aún más en la cantidad de agua que se retenga.
La elevación de los mares podría invadir las fuentes costeras de agua dulce.
Los acuíferos costeros de agua dulce podrían quedar contaminados por una intrusión
salina en la medida en que se eleva el agua subterránea salada. El movimiento de los
estuarios situados al frente del agua salada afectaría a las centrales de bombeo de agua
dulce ríoarriba, las pesquerías en las aguas mezcladas y la agricultura.
El Cambio Climático Global, por otro lado, ha dejado muy clara la globalización
de los problemas ambientales, es imposible e inútil enfrentar uno de los problemas
más apremiantes en la temática ambiental si no es una empresa que involucre a todas
las naciones.
El cambio climático está aquí para quedarse: la elección entre mitigación y adaptación ya no
existe
Estas dos categorías, mitigación y adaptación, solían analizarse por separado en las
discusiones sobre el cambio climático. Mientras que mitigación implica la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero para disminuir la gravedad del impacto del
cambio climático, adaptación se refiere a las medidas que se toman para hacerle frente.
Se sabe sin embargo que un calentamiento sostenido superior a este umbral conduciría
a la pérdida casi completa de la capa de hielo de Groenlandia durante un milenio o más,
causando un aumento promedio global del nivel del mar de hasta 7 metros.
Las estimaciones actuales sitúan este límite en alguna parte entre 2 y 4 grados
centígrados de calentamiento en comparación con los niveles preindustriales.
Dirección General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos
La Dirección General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos
(DGCDRH) es la autoridad nacional designada para cumplir con los compromisos
asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio
Climático (1992). Asimismo, es la entidad responsable en materia de recursos hídricos
y de la estrategia contra la desertificación y la sequía. La DGCDRH elabora, actualiza y
coordina la estrategia nacional de cambio climático con las entidades que conforman la
Comisión Nacional de Cambio Climático. También conduce la implementación del
sistema nacional de inventario de gases de efecto invernadero (GEI), es responsable de
elaborar la política nacional del ambiente en materia de recursos hídricos y de la
estrategia nacional de lucha contra la desertificación y la sequía.
CICLO : IX
2016